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INTEGRACIÓN CURRICULAR DE TICS
RESUMEN
“Integrar las TIC en el sistema escolar para lograr el mejoramiento de los aprendizaje y el desarrollo
de competencias digitales en los diferentes actores” es la misión del Centro de Educación y Tecnología del
Ministerio de Educación, conocido también como Red Enlaces (“Quiénes Somos”, s. f.). Tiene su origen en el
denominado Proyecto Enlaces, implementado en el marco de la reforma al sistema educacional escolar
chileno al retornar los gobiernos civiles luego de la dictadura cívico–militar. Como mencionan Sánchez y
Salinas (2008), siguiendo con la tendencia mundial, el Estado de Chile implementa Enlaces como una
iniciativa pública con participación de privados y diversos agentes del sistema para aumentar el uso de
tecnologías computacionales en las escuelas, desarrollando para ello laboratorios de computación e
implementación de nuevas tecnologías en el aula en los establecimientos. Junto con mejorar la equidad en el
sistema educativo (Sánchez & Salinas, 2008).
Sin duda, el desafío de la penetración de las TIC en los procesos educativos ha implicado el
enfrentarnos a nuevas experiencias de aprendizaje, en las cuales quien enseña ya no lo hace –sólo– desde su
posición de experto o experta que transfiere contenidos o saberes a los apéndices, sino que, por el contrario,
quien enseña actúa como agente facilitador para que el aprendiz ejerza su autonomía y protagonismo en el
proceso de desarrollo de conocimientos, competencias y habilidades. Lejos de una visión del proceso
formativo desde un prisma conductista u objetivista, esta visión de una nueva experiencia de aprendizaje la
comprende como un fenómeno multifactorial, entre los cuales el contexto, la experiencia previa, las
motivaciones y la actividad colectiva son de suma importancia. Como menciona Sánchez (2004), el enfoque
epistemológico constructivista en educación sienta las bases para lograr o avanzar hacia la integración
curricular efectiva de las TIC. Así, se plantea el desafío de tributar y enriquecer los procesos de análisis y
teorización de saberes, contenidos y experiencias para la construcción del conocimiento, tanto a partir de la
reflexión individual, como de la acción colectiva y la aplicación y resolución de problemas pertinentes. Así, la
integración efectiva de TICs en esta tarea, se logra en tanto éstas enriquecen la experiencia de aprendizaje,
propenden a un enfoque multifocal o multidisciplinario y promueven la interacción social en el contexto
(Sánchez, 2004).
REFLEXIÓN
La visión que plantea Sánchez (2004) al referirse al abordaje del concepto y modelos de integración
curricular (IC) desde el constructivismo resulta pertinente, dado que sólo la aceptación del sujeto o del
aprendiz como un agente activo y cognoscente permite aproximarse a un concepto de IC acorde a los
desafíos de la inclusión de TIC en su terreno. Así como ocurre con la tendencia de desarrollo de tecnologías,
en las que el sujeto o usuario adquiere cada vez mayor protagonismo y autonomía; el enfoque constructivista
admite que, además de ser protagonista y autónomo, este aprendiz contribuye a la complejidad de esta
experiencia no sólo como un mero receptor de estímulos del medio, sino que interactúa y construye saberes
respecto a él que le permitirán anticiparse, explicar y controlar variables y fenómenos de su contexto y del
mundo (Díaz & Hernández, 2002). Así, el aprendizaje comprende el aprovechamiento de la experiencia y su
transformación para la construcción de conocimiento, en un fenómeno conducido por la dialéctica entre la
acción–reflexión para la inmersión en la experiencia de aprendizaje y entre la experiencia–abstracción para
su transformación (Kolb & Kolb, 2012).
Así, las nuevas tecnologías, o bien el uso innovador de las ya existentes, tributarán a lo que hemos
delimitado como IC, no en cuanto se planteen reemplazar los metodologías clásicas o análogas de expresión
del currículum, sino que en cuanto nutran y diversifiquen dicho proceso, de forma tal que el acento del
aprendiz y del instructor o facilitador no esté en la operación de dispositivos y tecnologías, sino que en el
desarrollo de habilidades y en la construcción individual y colectiva de los conocimientos y saberes
(aprendizaje visible, dispositivo invisible). Esto, a su vez y como menciona Sánchez (2004), demanda una
nueva perspectiva de quien enseña o facilita los aprendizajes, comenzando por el reconocimiento de que
quien aprende es un agente activo y protagonista, como así de que demanda nuevas metodologías
pedagógicas y didácticas que le desafíen en su condición de tal. Así, adquiere relevancia, nuevamente, el
planteamiento constructivista de enriquecer y complejizar la experiencia de aprendizaje mediante la
incorporación pertinente de tecnologías que permitan, por ejemplo, implementar modalidades aprendizaje
basado en resolución de problemas, o en proyectos, entre otras (Sánchez, 2004).
Así, se han formulado diversos marcos teórico-conceptuales que buscan encontrar la forma en la que
opera el aprendizaje mediado por TIC, entre los cuales el Community of Inquiry (CoI) framework (marco de
Comunidades de Indagación) ha mostrado ser uno de las más investigados y evidenciados desde su
construcción teórica a inicios de la década anterior por los investigadores canadienses R. Garrison, T.
Anderson y W. Archer. Se basa fundamentalmente en un marco teórico y metodológico fundado en los
principios del enfoque constructivista y experiencial del aprendizaje y ampliamente aplicado a la integración
de TIC en educación, siendo uno de los campos más prolíficos el de los entornos virtuales de aprendizaje.
Esencialmente, esta propuesta contempla tres grandes elementos que deben concurrir de manera articulada
para el aprovechamiento de las experiencias de aprendizaje en entornos virtuales: en primer lugar, se debe
presentar o verificar una intención pedagógica o curricular clara y explícita y que orienta la experiencia para
el logro de objetivos de aprendizaje, desarrollo de competencias y habilidades, etc. En segundo lugar, dicha
intención pedagógica debe orientarse o promover la actividad cognitiva de los aprendices, con especial
acento en las actividades y procesos considerados como superiores, orientada siempre a los logros y
objetivos curriculares determinados. Finalmente, se debe verificar el intercambio de pareceres, saberes y
teorizaciones de forma colectiva, dado que resulta fundamental para construcción y deconstrucción del
conocimiento Respectivamente, dichas condiciones son referidas como la Presencia Docente, Presencia
Cognitiva y Presencia Social (Garrison & Arbaugh, 2007). Así, la evidencia ha mostrado que la integración
curricular de TICs avanza desde las bases constructivistas del aprendizaje, contribuyendo a dar forma al aula
contemporánea, cada vez más distante del objetivismo.
Díaz, F., & Hernández, G. (Eds.). (2002). Constructivismo y aprendizaje significativo. En Estrategias docentes
para un aprendizaje significativo: Una interpretación constructivista (Segunda). México: McGraw-Hill
Interamericana Editores.
Garrison, D. R., & Arbaugh, J. B. (2007). Researching the community of inquiry framework: Review, issues,
and future directions. The Internet and Higher Education, 10(3), 157–172.
https://doi.org/10.1016/j.iheduc.2007.04.001
Kolb, A., & Kolb, D. (2012). Experiential learning theory. En Encyclopedia of the Sciences of Learning (Primera
edición, p. 150). Estados Unidos: Springer US. Recuperado a partir de
http://link.springer.com/10.1007/978-1-4419-1428-6_227
Quiénes Somos. (s. f.). Recuperado 16 de abril de 2018, a partir de http://www.enlaces.cl/sobre-
enlaces/quienes-somos/
Sánchez, J. (2003). Integración curricular de TICs: Conceptos y modelos. Revista Enfoques Educacionales, 5(1).
Recuperado a partir de https://enfoqueseducacionales.uchile.cl/index.php/REE/article/view/47512
Sánchez, J. (2004). Bases constructivistas para la integración de TICs. Revista enfoques educacionales, 6(1),
75–89.
Sánchez, J., & Salinas, A. (2008). ICT & learning in Chilean schools: Lessons learned. Computers & Education,
51(4), 1621–1633.