Arequipa – Perú
2018
INTRODUCCIÓN
DEFINICION:
El fundamento de su represión reside en cautelar la correcta administración de
justicia, con la finalidad de que el juez o fiscal ejerza las facultades con las que fue
investido dentro de los límites que le imponen los deberes generales y específicos
propios del ejercicio del cargo. De tal manera, el prevaricato se presenta como un
delito especial de infracción del deber, por cuanto requiere una condición especial
de autoría, es decir, que el sujeto activo sea un juez o fiscal, en cualquiera de sus
niveles, sea titular o provisional.
Para la configuración del tipo penal se requiere que los hechos denunciados se
adecuen materialmente a los componentes típicos descritos en la norma penal; en
este sentido, el primero consiste en la “condición del autor cualificado”; es decir,
que el agente delictivo sea un “juez” de cualquier grado o instancia, que tenga
competencia para ordenar la detención contra una persona o para otorgar o
conceder la libertad al detenido o preso. Por su parte, el comportamiento típico,
como segundo elemento, está definido por dos verbos rectores que se configuran
independientemente, que importan la existencia de dos modalidades delictivas que
configuran el ilícito denunciado. La primera modalidad consiste en que el agente
“ordene la detención de una persona, de manera maliciosa o sin motivo legal”.
Abuso de autoridad
Siempre, la acción de prevaricación o prevaricato, será considerada como un
abuso de autoridad por parte de quien la realiza, porque en el ejercicio máximo y
pleno de sus funciones es donde ejerce la falta a sus tareas y normalmente afecta
la calidad de vida de los ciudadanos a los que debería representar.
La mayoría de las legislaciones del mundo contemplan en sus códigos penales tal
acción y por tanto está debidamente regulada para así proteger al ciudadano y a la
administración pública.
Condiciones y castigos
Para que haya prevaricato deben existir los siguientes componentes: la persona
que desempeña la prevaricación debe ser un funcionario o una autoridad pública,
la misma debe encontrarse en el ejercicio vigente de su cargo y que la resolución
injusta se dicte sabiendo perfectamente que lo es, es decir, debe ser evidente el
dolo.
El Juez o Fiscal que no expida dentro de los plazos señalados en la ley las
resoluciones que corresponda a cada vía procedimental o que retarde la
expedición de resoluciones dentro de los plazos máximos exigidos por ley, será
reprimido con pena privativa de libertad no menor de dos ni mayor de cuatro años
a la Sección III del Capítulo III De los Delitos Contra la Administración de Justicia
del Código Penal, tipificado como delito al Retardo en la Administración de
Justicia, el mismo que figuraba como título pero no existía ningún artículo al
respecto; por lo que se llena un vacío en la Sección III.
a permitir que todos los Jueces y Fiscales tomen conciencia de la labor que tienen
y la potestad exclusiva de administrar justicia; siendo beneficioso para la buena
imagen que debe proyectar el Poder Judicial que debe demostrar a la ciudadanía
que sí se puede contar con un Poder del Estado que obra con rectitud, y además
hacer realidad los principios procesales en la administración de justicia, que se
sustenta en que todo proceso judicial, cualquiera sea su denominación o
especialidad, debe ser sustanciado bajo los principios procesales de legalidad,
inmediación, concentración, celeridad, preclusión, igualdad de las partes, oralidad
y economía procesal, dentro de los límites de la normatividad que le sea aplicable.
CONCLUSIÓN
Cuarta.- Es por todas estas consideraciones que, siendo de orden público y de
ineludible cumplimiento las normas que garantizan el debido proceso, es una
preocupación de la ciudadanía y de los justiciables la correcta administración de
Justicia y el destierro de la lentitud de los procesos judiciales, así como el excesivo
tiempo de duración de los juicios.
por lo que se hace necesaria que se incorporen sanciones para los Jueces y
Fiscales de todas las instancias que no cumplan con los plazos previstos en el
Código Civil, Código Penal, Código Procesal Civil, Código Procesal Penal y Ley
Orgánica del Poder Judicial, debiendo ser los ejecutores de estas sanciones
personas diferentes a un Juez jerárquicamente superior; siendo la propuesta
legislativa tipificar como delito el retardo en la administración de justicia y que se
ponga en conocimiento del Ministerio Público las demoras y el prolongado retardo
en la administración de Justicia, para que proceda de acuerdo a sus atribuciones,
bajo apercibimiento de aplicárseles el artículo 424 del Código Penal en caso de
omisión de ejercicio de la acción penal.