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• Pon tus manos santas en los ojos. Sana en este momento cualquier deficiencia
en la visión, cualquier dolor o enfermedad. Tú pusiste tus dedos en los ciegos
de Palestina y lo sanaste. Sana ahora también cualquier mal que haya en la
vista.
• Sana, SEÑOR, la nariz, la frente, los pómulos, la dentadura, la lengua, el
paladar.
• Sana cualquier mal que haya en la boca. Sana, SEÑOR, cualquier mal que hay
en la garganta, pasa con tu mano amorosa y sanadora.
• Sana cualquier mal que haya en los bronquios, en los pulmones, en el corazón,
en el diafragma.
• Sana todo el pecho, por dentro y por fuera.
• Pasa JESUCRISTO, ahora mismo sanando de todo mal los órganos internos,
derrama el fuego divino sanador en todos los órganos internos; derrama el
fuego divino sanador en todos los órganos internos. Pasa curando, sanando,
liberando; pasa JESUCRISTO, llenando de tu ESPÍRITU SANTO, todos los órganos
internos.
• Sana con el fuego del ESPÍRITU SANTO, el esófago, el estómago, los intestinos,
el hígado, la vesícula, el páncreas, las vías de evacuación, vías generativas.
• Pasa sanando todos los órganos internos con el poder de tu SANGRE
PRECIOSA, con el fuego del ESPÍRITU SANTO, con el poder de tus LLAGAS
SANTAS. Tus heridas nos han curado. Pasa, JESUCRISTO, sanando las piernas.
Sana la pierna derecha. Derrama el fuego divino sanador, por toda la pierna
derecha, de arriba abajo. Sana Jesús todo mal que hay en los pies. Sana la pierna
izquierda. Derrama fuego divino sanador, en este momento llévate a la CRUZ
para siempre todo mal, todo dolor, toda enfermedad.
• Pasa JESUCRISTO, sanando todo la espalda, la columna. Toca, Señor, la
columna, sana, llévate dolores, enfermedades a tu SANTA CRUZ. Gracias,
SEÑOR.
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• Pasa sanando las vértebras cervicales, sana las vértebras dorsales, sana las
vértebras lumbares. Gracias, Jesús. Pasa derramando el fuego sanador por toda
la espalada; sana las caderas, la cintura, las axilas, sana el hombro y el brazo
derecho. Pasa, SEÑOR sanando el hombro y el brazo izquierdo.
• Sana, JESUCRISTO, los huesos, la sangre, las venas, arterias, articulaciones,
linfáticos músculos, piel....
• Sana toda célula enferma, aunque no la conozca. Pon tu mano santa ahí, en
esta célula donde se está generando quizá una enfermedad grave.
• Sana ya en el origen esta enfermedad, llévate a la cruz todo mal, toda
enfermedad, toda perturbación. Derrama el fuego divino sanador, de arriba
abajo.
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