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AUTÓNOMO

Asignatura

ÉTICA
PROFESIONAL

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AUTÓNOMO

ASIGNATURA
ÉTICA PROFESIONAL
UNIDADES TEMÁTICAS DE LA ASIGNATURA

UNIDAD TEMÁTICA Nº 1
ÉTICA: FUNDAMENTOS FILOSÓFICOS

UNIDAD TEMÁTICA Nº 2
LA MORAL

UNIDAD TEMÁTICA Nº 3
LOS VALORES Y LA MORAL

UNIDAD TEMÁTICA Nº 4
EL EJERCICIO PROFESIONAL

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PRIMERA UNIDAD
ÉTICA : FUNDAMENTOS FILOSÓFICOS

INTRODUCCIÓN
La buena vida y cómo vivirla han de haber constituido desde siempre el tema de la
especulación humana. En toda la diversidad de sus actos, el hombre ve que no conducirá al éxito
una manera simplemente cualquiera de hacerlos, sino que hay una buena y una mala maneras.
Hubo de ser muy pronto en la historia de la humanidad, cuando el hombre se dio cuenta de que
esta pregunta podía formularse acerca de la vida en su conjunto, ¿hay una forma buena y una
forma mala de vivir, de reunir todos estos actos en el transcurso de una vida? ¿Existe un tipo, un
método, un ideal de la buena vida?, y en la afirmativa, ¿dónde podemos encontrarlo y cuán
imperativa es la exigencia de seguirlo?.
No poseemos registro alguno de semejantes especulaciones primitivas, pero encontramos,
en los albores de la historia, que el hombre se había planteado ya estas preguntas y les había dado
alguna forma de respuestas. En efecto, encontramos que existen ya y están incorporados a la
costumbres de la tribu códices de costumbres más bien complicados. Se trata, en esto, de un
conocimiento precientífico, sujeto a todos los errores y las vicisitudes del pensamiento no
científico, pero es lo cierto, con todo, que, a partir del material sugerido por estos códigos
primitivos de conducta, una inteligencia despierta podría elaborar una ciencia de la buena vida.
La transición del conocimiento no científico al conocimiento científico empezó, en
nuestra cultura occidental, con los griegos. En el siglo VI antes de Jesucristo habían reducido las
especulaciones primitivas a una especie de orden o sistema y lo habían integrado en un cuerpo
general de sabiduría llamado filosofía. Después de un periodo brillante de especulación sobre la
estructura del universo, empezaron, en los días de los sofistas y de Sócrates, a dirigir su
insaciable curiosidad hacia sí mismos, hacia la vida humana y la sociedad. Nada era demasiado
sagrado para su indagación penetrante. En cuanto navegantes y colonizadores habían estado en
contacto con diversos pueblos circundantes y había llamado su atención la diversidad de
costumbres, leyes o instituciones imperantes. Empezaron a preguntarse a sí mismos si, después
de todo, las suyas eran realmente tan superiores y, de ser así, por qué. Con el tiempo, su estudio
llevó a un examen de toda la conducta humana, y esta parte de la filosofía la llamaron ética.

OBJETIVOS DE LA UNIDAD
1. Comprender los fundamentos filosóficos de la ética y su campo de acción moral.

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ORIGEN DE LA ÉTICA

La palabra ética proviene de éthos, esto es, la forma alargada de éthos. Ambas palabras
significan costumbre, pero éthos indica un tipo más fijo de costumbres y se utiliza a menudo para
designar el carácter del hombre. La palabra latina para costumbre es mos. y su plural, mores, es
el equivalente del éthos griego. De mores derivamos las palabras moral y moralidad. La ética
es llamada también filosofía moral.
Por derivación de la palabra, pues, la ética es el estudio de las costumbres humanas.
Algunas de éstas son mera convenciones, como las maneras de la mesa, los modos de vestir, las
formas de lenguaje y la etiqueta. Se trata en esto de caprichos y corrientes que varían de una
parte del mundo a otra y de un momento a otro, y nos damos cuenta de que podemos cambiarlos
a voluntad. Son maneras, no moral. Pero hay otras costumbres, en cambio, que parecen más
fundamentales, como la de decir la verdad, de pagar las deudas, de honrar a nuestro padres y de
respetar las vida y la propiedad ajenas. Sentimos que semejante conducta es no sólo costumbre,
sino también, tal como deber ser, y que apartarse de ella estaría mal; que resulta no de un
capricho arbitrario, sino de un principio inherente al propio ser humano. Esta es la moral, y es
únicamente de ésta que trata la ética. Así, pues, la ética es el estudio de lo que está bien y lo que
está mal, de lo bueno y lo malo en la conducta humana.

SUS RELACIONES CON OTROS ESTUDIOS

Aparte de su relación con las demás ramas de la filosofía, de la que forma parte, la ética se
relaciona también con otras ciencias sociales y humanas. Todas ellas tienen la misma amplia
materia de estudio, pero la ética se distingue de ellas por su punto de vista específico.
La antropología y la ética se ocupan las dos de las costumbres humanas en diversos
niveles de cultura y civilización. La antropología estudia el origen y el desarrollo de las
costumbres humanas, pero sin formular juicio alguno acerca de su carácter moral o inmoral, en
tanto que este carácter, en cambio, es lo único que interesa a la ética. La antropología atestigua la
existencia de nociones morales, por extrañas que sean, entre las tribus primitivas, en tanto que la
ética toma de la antropología dichos datos, pero para criticar, por su parte, el valor moral de
dichos conceptos y costumbres.
La psicología y la ética se ocupan ambas de la conducta humana, esto es, de las
capacidades y los actos del hombre. Pero la psicología estudia de qué modo se comporta
realmente el hombre, en tanto que la ética examina cómo debiera comportarse. Sanidad y
santidad, una personalidad bien ajustada y un carácter moralmente bueno son, pese a una relación
incidental entre ellos, cosas totalmente distintas, y así lo son también sus opuestos, la locura y el
pecado, esto es, la excentricidad psíquica y la depravación moral. Aquello que motiva al
individuo para un hecho, bueno o malo, es distinto del carácter bueno o malo del hecho mismo.
La ética depende de la psicología para mucha información acerca e cómo trabaja la mente
humana, pero pasa siempre de cómo el individuo actúa a cómo debería actuar.

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La sociología, la economía, y la ciencia política estudian la vida social del individuo, y


así lo hace también la ética. Pero subsiste, con todo, la misma diferencia de los puntos de vista.
En efecto, estas tres ciencias se ocupan de las instituciones sociales, económicas y políticas del
hombre tal como son, de lo que son y de cómo funcionan, en tanto que la ética averigua lo que
deberían ser, en términos de los derechos y los deberes humanos. Una línea firme y rígida entre
estas tres ciencias y entre ellas y la ética haría los cuatro estudios impracticables. El empeño por
remediar los males sociales, económicos y políticos de la humanidad implica una aplicación de la
ética a dichos tres campos. Semejante combinación se designa a menudo como filosofía social,
económica o política. Pero la ética, en cuanto ética precisamente, conserva siempre su punto de
vista específico: el debe.

El estudio del derecho se relaciona estrechamente con la ética. Sin embargo, aunque
ambos se ocupan de lo que debe ser, el derecho civil y la ley moral no siempre se corresponden
exactamente. En efecto, el estudio del derecho civil se ocupa únicamente de los actos externos y
de la legalidad positiva, en tanto que la ética se ocupa de los actos internos de la voluntad y del
tribunal de la conciencia. Hay una diferencia entre crimen y pecado, inmunidad legal y valor
moral, respectabilidad externa y verdadera virtud del alma. Una mezcla de la ética y el derecho
civil en un campo más amplio nos da la filosofía del derecho, esto es, el estudio de cómo
deberían elaborarse e interpretarse las leyes, estudio que algunos autores llaman jurisprudencia.

NATURALEZA Y OBJETO DE LA ÉTICA

1.- Definición de la Ética

Las ciencias humanas estudian al hombre y sus acciones desde diversos puntos de vista.
La lógica, por ejemplo, se interesa por el orden a la verdad y la corrección formal de los actos
cognoscitivos; la Psicología considera los actos del hombre en cuanto acciones vitales que
proceden del alma según un determinado proceso; la Gramática y la Retórica atienden
respectivamente a la corrección lingüística y a la eficacia persuasiva del discurso.

La Ética se ocupa de la moralidad: una cualidad que corresponde a los actos humanos
exclusivamente por el hecho de proceder de la libertad en orden a un fin último, y que determina
la consideración de un acto como bueno o malo en un sentido muy concreto, no extensible a los
actos o movimientos no libres.

La inteligencia advierte de modo natural la bondad o maldad de los actos libres: cualquiera
tiene experiencia de cierta satisfacción o remordimiento por las acciones realizadas. A partir de
aquí surge la pregunta acerca de la calificación de la conducta humana: ¿qué es el bien y el mal?,
¿por qué esto es bueno o malo? La contestación a estos interrogantes lleva al estudio científico
de los actos humanos en cuanto buenos o malo, que se denomina Ética. Por tanto, la Ética es la
parte de la filosofía que estudia la moralidad del obrar humano; es decir, considera los actos
humanos en cuanto son buenos o malos.

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Objeto material de la Ética.

El objeto de la Ética, tomado materialmente, son los actos humanos, que es necesario
distinguir de los actos del hombre. Aunque el lenguaje corriente no suele diferenciar estos dos
conceptos, la Ética reserva el nombre de actos humanos para las acciones libres, que el hombre es
bueno de hacer u omitir, de hacerlas de uno u otro modo. Estos actos proceden de la voluntad
libre y deliberada, ya sea inmediatamente (amor, deseo, etc.), o a través de otras potencias
(hablar, trabajar, etc.).

Se llaman actos del hombre en cambio a las acciones que no son libres, por falta de
conocimiento o voluntariedad (los actos de un demente, por ejemplo), o bien porque provienen de
una potencia no sometida al domino directo de la voluntad (crecimiento, circulación de la sangre,
etc.).

Objeto formal.

El objeto formal de la Ética –o punto de vista bajo el que estudia los actos humanos es el de
su rectitud moral o moralidad. Aunque tenemos una idea espontánea de la existencia y naturaleza
de la moralidad, no es fácil definir su esencia de un modo exacto. Este es precisamente uno de
los primeros problemas que debe resolver la Ética; de él nos ocuparemos más adelante. De
momento, basta considerar que la bondad o rectitud moral del acto humano se distingue: a) de la
bondad ontológica, que tiene todo acto en cuanto que es; b) de la bondad técnica o útil, es decir,
la utilidad para un fin restringido y particular, según las reglas de un arte o técnica determinados;
y c) del agrado o placer que pueda producirnos esa actuación. La rectitud moral deberá
entenderse más bien a la luz de la relación que posee el acto libre con el fin último y definitivo
del hombre.

2.- Características de la Ética

La Ética es una ciencia práctica de carácter filosófico. Veamos por separado el significado
de estas características.

a) Es ciencia.
Toda ciencia es un conjunto ordenado de verdades ciertas y universales, que se
demuestran y fundamentan en base al conocimiento de sus causas. La Ética expone y
fundamenta científicamente principios universales sobre la moralidad de los actos humanos: todo
asesinato es malo, los impulsos sensibles deben moderarse según la recta razón, etc. se trata de
criterios válidos para cualquier tiempo, lugar y circunstancias.

La ética, en cuanto es un saber ordenado y basado en el conocimiento de las causas, se


distingue del conocimiento moral espontáneo que tiene cualquier hombre sin necesidad de
razonamientos o pruebas científicas. Esa diferencia subsiste a pesar de que ambos tienen por
objeto la única verdad, porque la alcanzan y explican de diversa manera. Algo similar ocurre en
muchos otros terrenos: el campesino y el especialista en meteorología conocen de muy distinta
forma las lluvias y los demás factores climáticos. Pero, por ordenarse a la verdad, la distinción

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entre estos tipos de saber solo se convertirá en oposición cuando uno de ellos –o en los dos- se
introduzca el error; y, en ese caso, uno podrá ser corregido en base al otro.

En cuanto conocimiento universal, la ética se distingue del conocimiento moral particular


, juicio de la conciencia moral, dictámenes de la prudencia, etc.. Estos juicios versan sobre la
moralidad de una acción concreta, realizada por una persona y en unas circunstancias bien
determinadas. Tampoco aquí debe haber contraposición, sino sólo la diferencia existente lo
universal y lo particular. De hecho, el recto conocimiento particular no es más que la aplicación
al caso concreto de conceptos universales y verdaderos, ya sean obtenidos espontánea o
científicamente.

b) Es práctica.
“La ética es una ciencia práctica, por que no se detiene en la contemplación de la verdad,
sino que aplica ese saber a las acciones humanas” . Mientras las ciencias especulativas se limitan
a conocer realidades que no dependen de la voluntad humana, la ética se ocupa de la conducta
libre del hombre, proporcionándole las normas necesarias para obrar bien. Es por ello una
ciencia normativa, que impera y prohibe ciertos actos, puesto que su fin es el recto actuar de la
persona humana.
Aristóteles afirma que no estudiamos ética “para saber qué es la virtud, sino para aprender
a hacernos virtuosos y buenos; de otra manera, sería un estudio completamente inútil”. Por eso, la
voluntad juega un papel importante en a adquisición del saber moral: no es fácil considerar el
recto orden de las acciones si la voluntad no está dispuesta a aceptarlo. Quien no quiere vivir
rectamente no puede llegar al fin de esta ciencia y, por eso mismo, no conseguirá entenderla bien.
La influencia de la voluntada es aún más decisiva en el conocimiento moral particular
(conciencia y prudencia).

c) Es de carácter filosófico
La ética es una ciencia filosófica, por lo que recibe también el nombre de Filosofía Moral.
Para estudiar su objeto utiliza verdades ya encontradas por otras disciplinas filosóficas,
especialmente la Metafísica y la Teología Natural. La Ética no podría determinar el orden moral
que el hombre debe cumplir con sus actos libres, sin atender a lo que el resto de la filosofía
enseña sobre Dios, la creación, el bien y el fin, la naturaleza humana, etc.. Además, la ética sigue
un método afin al de la Metafísica, que, partiendo de la experiencia sensible, llega al
conocimiento racional del ser de las cosas. Esta característica diferencia a la Ética de la Teología
Moral – que se fundamenta en la revelación sobrenatural – y de las ciencias positivas, que a
menudo no trascienden el plano de los hechos o fenómenos.

3.- División de la Ética.

La Ética es una sola ciencia, porque estudia todos los ámbitos donde interviene la libertad
humana bajo unos mismos principios fundamentales. Los criterios morales generales son válidos
para los distintos aspectos de la vida humana: personal, familiar, social, etc.

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A efectos prácticos, la Ética suele dividirse en varias partes. Los antiguos, siguiendo a
Aristóteles, hablaban de ética monástica o personal, económica o familiar, y política o social. A
partir de Grocio, Thomasius y Kant, comenzó la costumbre de separar la Moral del Derecho, con
la intención de señalar que la moralidad interior y la justicia exterior se rigen por principios
completamente heterogéneos. Esta división no parece aceptable, porque lesiona la unidad de la
Ética: aunque la Moral y el Derecho no se identifican, ni sus ámbitos coinciden perfectamente, el
Derecho y el orden de la justicia tienen una esencia moral.

Nosotros distinguiremos una Moral General y otra Especial o Social:

a) La Moral General estudia los principios básicos que determinan la moralidad de los actos
humanos: el fin último, la ley moral, la conciencia, las virtudes, etc.;

b) La Moral Especial o Social aplica esos principios a la vida del hombre en sociedad. Sus
temas principales son: la familia, el bien común de la sociedad, la autoridad y el gobierno,
las leyes civiles, la ordenación moral de la economía, etc.

Estos dos aspectos son inseparables, pues el hombre es social por naturaleza, y se dirige al fin
último personal en unión con los demás hombres.

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SEGUNDA UNIDAD
LA MORAL

INTRODUCCIÓN
La unidad dedicada a la moral, constituye un conjunto de elementos básicos, que ayudarán
al alumno a asumir no sólo una conceptualización básica acerca de las definiciones que están
presentes, sino, a apropiarse con criticidad de los fenómenos que la vida cotidiana presenta para
las personas, en una sociedad como la nuestra, tan compleja y contradictoria.

Los problemas asociados a la actividad laboral, no sólo están en el plano de opciones


lógicas o estructurales. También se dan en una dimensión valórica, que convocan a tomar
decisiones en las que están comprometidas no sólo las capacidades intelectuales, sino aquellas de
orden moral y que se constituyen en problema cuando no existe una opción clara entre el valor y
el desvalor de las acciones. De allí la importancia de este estudio de transversalidad valórica en
que se inicia una reflexión sistemática, de la dimensión moral del ser humano.

OBJETIVOS DE LA UNIDAD

1. Internalizar conocimientos básicos relativos a la moral.

2. Desarrollar una conceptualización atingente a la moral, a través del conocimiento de su


estructura, factores que intervienen y problemas asociados.

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2.1. CONCEPTOS GENERALES.

Conozcamos acerca del origen de la palabra moral

El concepto moral, proviene del latín mos, que significa costumbre o carácter, utilizada
por los romanos. Para los griegos, el uso de este concepto fue el de ética, que proviene de ethos,
por esa razón, ética y moral, son usados indistintamente.

En nuestra cultura más bien de herencia española en cuanto a costumbres, la moral es


concebida en forma más amplia que la ética y se ocupa de aquellos problemas que se oponen a lo
físico, vale decir, su objeto de estudio está referido a toda la producción del espíritu subjetivo.
Cuando hablamos del espíritu subjetivo, aludimos a lo que !a persona es capaz de producir en
cuanto a sentimientos, valoraciones y formas de actuar en la vida.

Además, si bien podemos hablar de una moral personal, también los pueblos como
colectivo humano, tienen una moral que !e es propia. Sus costumbres, sus leyes se fundan en un
concepto de moralidad, que implica entonces una actuación de acuerdo al bien común.

La moral, se opone a veces a lo intelectual, en el sentido que la moral proviene más de los
sentimientos que de la intelectualidad, entendida ésta como facultad de la inteligencia. Sin
embargo, como veremos más adelante, la moral implica todos los actos y pensamientos humanos.

Vamos a realizar algunas distinciones en el uso de los conceptos, por ejemplo, lo moral es
aquello que está subordinado a un valor. Lo inmoral, es lo que está sujeto a un desvalor y lo
amoral, es lo que es indiferente a un valor.

APLIQUEMOS LO APRENDIDO

Si analizamos un acto sujeto a un valor, como respetar la vida; quitar la vida a alguien, es
decir matar, sería una violación a un derecho tan fundamental que es considerado un acto inmoral
en nuestra cultura.

Sin embargo, ponerse cada día un sombrero, o usar un pañuelo, no son actos en los que
esté comprometido un valor, por cuanto podemos afirmar que son actos amorales.

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A modo de ejercicio, señale usted, qué tipo de actos son los que a continuación, le
presentamos:

• Peinarse ;..............................................................

• Abortar :..............................................................

• Legislar :..............................................................

• Eludir :..............................................................

• Saludar :..............................................................

• Solidarizar :..............................................................

• Hurtar :..............................................................

• Esconder la verdad :..............................................................

Como usted observará, hay actos que pueden ser morales o inmorales, dependiendo del
contexto. Ese es el punto clave del estudio de la moralidad, ella no siempre es de una misma
forma y para todos los seres humanos de igual manera. La moralidad, si bien puede tener una
base de universalidad otorgada por la concepción cristiana, para el mundo occidental, también
tiene aspectos relativos al contexto histórico.

Analicemos lo anterior con un ejemplo

¿Cómo definimos en nuestra cultura la poligamia?, se entiende como el régimen familiar


en que se permite al varón tener una pluralidad de esposas. Según nuestras leyes, fundadas en la
moral cristiana, castiga a quien comete poligamia. Sin embargo, en el Medio Oriente, que se basa
en otra concepción de moral, un varón tendrá tantas esposas como su capacidad económica lo
permita y no será castigado o sancionado, ni por las leyes ni socialmente.

En China, el robo, es castigado con la pena de muerte, en nuestro país, la sanción es la


privación de la libertad.

¿Cómo podemos entender entonces la moral?

El concepto tiene varias acepciones, diversos significados, que se utilizan de acuerdo al


estudio que se espera realizar. Para los teólogos, tratará de la ordenación de los actos humanos,
orientados hacia un fin sobrenatural. En filosofía, es aquella parte de esta disciplina que trata el
bien en general, y de las acciones humanas en orden a su bondad o maldad. Para los efectos de
nuestro estudio, la entenderemos como las acciones humanas que tienden al bien común y
fundada en valores humanistas, que procura el bienestar de todas las personas.

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Si avanzamos en el análisis de la moral, nos daremos cuenta que ésta se centra en la


persona humana, le interesan los actos humanos, pero también aquello que está sustentando las
acciones, es decir, el pensamiento. Para Viktor Franki, psiquiatra vienes, la persona espiritual es
el núcleo en torno al cual se fundan y realizan la unidad y totalidad del ente humano, en su triple
dimensión: corpóreo, anímico y espiritual.

La persona humana es el único ser capaz de poseer moral, puesto


que tiene discernimiento entre el bien personal y el bien común.

¿Qué significado tendrá cada uno de estos conceptos, desde el punto de vista de la moral?

Lo corpóreo, es el componente físico de la persona, el cuerpo que posee materialidad


visible; lo anímico, está referido al estado psicológico donde opera la voluntad; y lo espiritual, a
la inmaterialidad humana que algunos llaman alma o tendencia al bien o al mal.

En este estudio, focalizaremos nuestra atención, en reflexionar acerca de nuestra moral y


la vida cotidiana, el sentido de ésta y los valores en los cuales nos apoyamos cada día para ser
mejores, en vistas al bien común.

¿Qué vamos a entender por bien común?

Es la satisfacción de una necesidad a nivel espiritual de todas las personas. Es todo lo que
favorece y no daña, sin excepción. Bien será aquello que ayuda a que el ser se realice en su
totalidad, tender a él naturalmente supone un estado de virginalidad que encontramos en los
niños. J,J Rosseau, sostenía "todos los hombres nacen buenos y la sociedad los corrompe". En
este sentido, la tendencia al bien estaría dada por naturaleza. La cultura es la que va creando
condiciones tales, que hace que las persones opten por hacer el mal.

Y para uno reflexión auténtico, debemos transitar a los problemas que hacen a las personas
optar por un tipo de acción u otra.

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2.2. EL PROBLEMA MORAL.

En el plano de la moral, no existe neutralidad, todas las acciones humanas tienen un


imperativo categórico de! deber ser, por tanto están en el ámbito valorice.

Si vamos aplicando los conceptos acumulados, tendremos la posibilidad de comprender


cuándo estamos ante un problema moral o un problema lógico. En ese sentido es necesario, que
recordemos que la moralidad se funda en valores y un problema lógico, sólo está vinculado a
aspectos intelectuales o de estructura, que nada tiene que ver con actos humanos.

Nos enfrentamos a un problema cuando debemos decidir qué es bueno y qué no lo es.
Dicho en otros términos, resolver moralmente, es decidir entre un valor y un desvalor. Pero, no
siempre es posible reconocer uno de otro, por ello, podemos hablar de autonomía moral.

¿Qué vamos a entender por autonomía moral?

Es elegir siempre de modo que nuestra total voluntad abarque todo lo que pueda
traducirse como una ley universal. Es decir, es un acto en que la opción no sólo es buena para
alguien, sino para todas las personas. Supongamos que en el lugar de trabajo donde usted opera,
existe una fuga de materiales, eso ha elevado los costos de producción y usted descubre que no
sólo es por un manejo administrativo, sino que una persona está llevándose esas cosas. Además,
es una persona altamente apreciada por usted. Pero, agréguele a esta situación, otro elemento, el
elevado costo de producción, implica que a pocos meses se deberá reducir personal, pues la
empresa no está representando utilidades, sino pérdidas.

¿Cuál sería la acción más correcta?, ¿Es posible mantener en silencio el problema?,
¿Quién o quiénes se afectan?, es decir, son muchas las interrogantes que podríamos plantearnos y
quizás la alternativa de solución sea sólo una. El problema será decidir, cuándo ese silencio es
solidario o cuando es cómplice de una situación inmoral.

En el caso planteado, sólo una persona puede resolver desde el punto de vista de su
voluntad y conciencia moral. A diferencia de otras situaciones en que por la coacción externa,
debe tomar una decisión, deja de ser una acción moral, sino inmoral, aún cuando la consecuencia
sea justa. Si no operó la voluntad y la conciencia con absoluta convicción de lo correcto, no es
una acción moral, pues una fuerza externa ejerció presión para que la decisión sea Justa.

El problema moral, es la decisión justa entre un valor y un desvalor.

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2.3. ESTRUCTURA DE LA MORALIDAD.

La moralidad no sólo es una actitud humana frente a la vida, sino que ella, - según algunos
autores - está estructurada en función de relaciones y vínculos entre las condiciones naturales de
la persona humana y el medio en que ésta se desenvuelve. Así, el ejercicio de una moralidad que
tiende al bien común, está conformada por los actos humanos, las actitudes frente al mundo y el
carácter de las personas.

En un mundo en que la falta de sentido a la existencia se hace explícito con suicidios, falta
de conocimiento de sí mismo, infelicidad en las tareas de la vida, frustraciones y violencia, y
otros innumerables problemas de la sociedad actual, FrankI, buscó los fundamentos del sentido
de la vida en cuanto a sostener, que la falta de orientación de las personas, tiene que ver con el
desarrollo de la neurosis colectiva. Visto así, cuando hablamos de la estructura de la moralidad,
necesariamente hablaremos de la persona en contexto.

Al referirnos a neurosis colectiva, estamos sosteniendo que existe una disociación en las
personas, entre querer y hacer. Esta disociación lleva en forma creciente a la frustración de no
alcanzar a realizar los anhelos sobre algo y lo que se le impone en la vida. Cuando la imposición
supera al anhelo de realización, las personas pueden adoptar conductas agresivas o de
retraimiento y apatía. Suele ocurrir en trabajos no deseados, la persona expresa su
disconformidad realizándolo mal, en forma descomprometida o simplemente, abandona
totalmente la tarea; del mismo modo, esto produce una suerte de enajenación que significa estar
fuera de sí.

La enajenación laboral, produce estados de predisposición a la enfermedad, vale decir,


producto de algunas patologías psicológicas, se expresan enfermedades físicas reumáticas,
estomacales, pulmonares e incluso diabetes.

De allí, la importancia del equilibrio entre el deseo o expectativas de vida y las tareas
realizadas, para internalizar una moral que procura y desea para los otros, una vida de calidad.
Muchos de los juicios y acciones morales, están fundados en el tipo de vida contextual que les ha
tocado vivir. Por ejemplo, desde el punto de vista de un profesional realizado, el concepto de
libertad, será muy diferente a! de un sujeto que está privado de libertad en una cárcel. Éste
último, siempre estará girando su vida en función de alguna alternativa que lo libere, buscará
medios de violación de las normas que lo privan de ella.

Con ello, queremos significar que por exceso o por defecto, siempre se condiciona en
cierto modo la estructura moral de las personas. Exceso, se referirá a aquello que abunda, por
ejemplo libertad de las personas para actuar sin acuerdos o privación de ella por normativas y
códigos, sin acuerdo consensuado.

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¡Analicemos los actos, actitudes y carácter en forma separada!

2.3.1 ACTOS.

Por actos humanos, reconoceremos a la acción o hecho que realiza una persona,
movilizada por su voluntad, concepción acerca del mundo o por acción externa a él. Tales actos,
pueden ser merecedores de cuestionamiento moral o ético o simplemente aceptados como
naturales; vale decir, los actos inherentes a la vida misma. Como las acciones no se presentan
desvinculadas de un motor que las impulsa, entenderemos que no existen actos neutrales, sino
que son consecuencia de lo que esté en la mente o espíritu de las personas, del conocimiento
acerca del bien y el mal.

Las acciones, se sustentan generalmente en la satisfacción de una necesidad: comer,


caminar, reír, escribir, correr, etc. Todas, acciones que cotidianamente se pueden realizar sin
mayor reflexión acerca de qué hay detrás de ellas.

Cuando, los actos comprometen a otras personas, necesariamente opera entonces el


discernimiento, es decir, la capacidad de sopesar la acción. Si se realiza la opción de enmudecer y
no comunicar los pensamientos, es probable que despierte más de una inquietud entre aquellos
con los cuales se convive, si por el contrario decide opinar y enjuiciar en forma explícita todo lo
que otras personas realizan, dispondrá de un buen momento de reclamos por su actitud o tal vez,
una respuesta agresiva a lo menos. Con estos ejemplos, pretendemos que la reflexión conjunta,
nos sirva para entender que los actos, son reflejos de nuestra conciencia y por cuanto, siempre
están asociados a algún valor, ya sean nuestros o cómo los demás perciben estos actos.
Entenderemos que toda acción, nunca se realiza en el aislamiento de las demás personas, es decir,
siempre se involucra a otro en nuestras decisiones. Por ello, cuando decidimos, deberíamos
hacerlo en función de pensar en todos y a cuanto ser implica.

El problema moral, es la decisión justa entre un valor y un desvalor.

"Yo soy yo y mis circunstancias, si no las salvo a ellas, no me salvo yo". Esta célebre
frase del filósofo español José Ortega y Gasset, refiere muy bien la relación vincular entre el
sujeto y el mundo, para él, las circunstancias son el contexto, todo lo que lo rodea. Tal medio, es
el que contiene a aquello que está fuera de las personas, es decir, el mundo y todas las demás
personas.

Salvarlas circunstancias, puede implicar muchas cosas, sin embargo, para nuestro
entendimiento, se refiere a que no existimos solos, independientes de los demás y por tanto,
cuando logramos entender, respetar solidarizar, acogerá los demás, responder con compromiso en
la vida, también lo estamos haciendo con nosotros mismos.

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La circunstancialidad, puede ser entendida como eventualidad, vale decir, podría ser
siempre de otra forma, no es algo dado de aquí y para siempre. Hay eventos de la vida que
podrían ser diferentes, por ejemplo, ser trabajador de la construcción, profesor, médico o artista,
son ventuales, así como ser madre o esposa. Las personas, no son eventuales o circunstanciales,
ellas son, existen, son esenciales en tanto humanas y capaces de formular juicios morales con
discriminación de ellos. Esos juicios morales a veces resultan coherentes con las acciones de las
personas.

Algunos autores, han descrito tres actos fundamentales en la vida humana, nacer, vivir y
morir. Otros, han profundizado en aquellos actos que tienen un carácter discursivo, y algunos,
intuitivo. Los primeros están presente en toda nuestra vida, del modo más simple y manifiesto:
caminar, dormir, leer, escuchar, conversar y otros. Los de carácter intuitivo, están en la persona
y forman la unidad de la vida. Son tres a saber; instante, repetición y siempre.

¿Qué significará cada uno de estos actos?. ¡Veamos!

Instante, es un acto momentáneo, un presente auténtico, que puede significar un cambio


radical en la vida de una persona. Es un momento único e irrepetible en que algo cae a la
conciencia. Usted puede recordar quizá, en su propia vivencia e! instante en que algo decidió una
opción, quizás una ruptura, una decisión importante. Para algunos psicólogos, consiste en el darse
cuenta, momento preciso en que algo se patentiza en la vida de la persona. El instante puede
presentarse bajo la forma de la angustia, o como rapto, serenidad o plenitud, según sea la
situación.

Repetición, consiste en la asunción, en un instante también, de la totalidad de la vida. Al


parecer quienes saben que van a morir, recorren el decurso de su vida en un instante. La repite,
dice Aranguren, no como un espectador, sino, como su autor responsable. En ese momento de
repetición, ocurren los fenómenos del arrepentimiento de determinados hechos, un volverla vista
atrás a todo lo vivido y se asume, lo que produce algo en el estado anímico, que no tiene que ser
siempre de angustia o tristeza.

Siempre, es un estado permanente, en que se tiene conciencia de ser el mismo, aunque


cambien condiciones externas, biológicas o materiales, El ser siempre, cuando tenía dos años,
veinticinco o sesenta, le da la noción de continuidad, de presencia extratemporal, es decir, fuera
del tiempo, sigue siendo el mismo ser.

Muchos autores, hablan del acto definitivo, en que se dan estros tres actos descritos, y es
la hora de la muerte. Lo importante es saber que mientras hay tiempo, en vida, las personas
tenemos la posibilidad de modificar nuestras costumbres, nuestra moral. Para ello, podemos
entender que hay actitudes frente a la vida, de reflexión permanente, de modificación de pautas
de conductas, de transformación de nuestra cultura, es decir, múltiples alternativas de asumir una
conducta moral que favorece el bien común, incluyéndonos.

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¿ Qué son entonces las actitudes?

2.3.2. ACTITUDES.

La actitud, es la disposición interna que tenemos en nuestro estado anímico y que se


expresa en una forma de conducta más o menos permanente. Suele escucharse hablar sobre la
actitud religiosa, es decir, la forma en que adopta una persona para manifestar su creencia; una
actitud filosófica podrá expresarse mediante la indagación y exploración permanente acerca de
las causas de las cosas; una actitud recelosa, será expresada en la forma de desconfianza frente al
mundo, etc.

La actitud moral, será entonces la disposición de nuestro ánimo, expresado en conductas


que respeten la moralidad del entorno y sus consecuencias, siempre dispuesta a realizar el bien
común.

La actitud está relacionada con el aprendizaje, con la incorporación de elementos de juicio


que van desarrollando en nosotros una disposición interna al cambio, a la vida colectiva, al
respeto de las diferencias, a la solidaridad por ejemplo, y del mismo modo, pueden adquirirse
actitudes de engaño, de ocultamiento de la verdad, una disposición interna de resistir cambiar,
para mejorar, etc. Por ello, cuando referimos la actitud al aprendizaje, podemos decir que éste se
produce entre los miedos básicos que están a la base de la conciencia.

Existen dos miedos básicos que están vinculados al aprendizaje.


¿Conozcámoslos?

Vamos a abordar los dos miedos básicos que están a la base del aprender y que se
presentan a manera inconsciente en toda persona humana, toda vez que se enfrentan situaciones
nuevas de aprendizaje. Ellos son conocidos en la psicología social, como miedo a la pérdida y
miedo al ataque.

¿Por qué decimos miedo a la pérdida?

Es el miedo que se presenta, a perder aquello que se tiene por conocido y que nos produce
certezas. Por ejemplo, ante una situación nueva de trabajo se genera la ansiedad de cómo será
estar ya en situación, aún cuando conozcamos el rol que nos tocará cumplir. Toda organización
tiene sus estructuras y modos de existir, cuando alguien llega, le tocará aprender o reaprender un
rol, aún cuando lo hubiese desempeñado antes en otra institución. Ese miedo a la pérdida indica
que, se aferrará lo más posible a las cosas conocidas y si el miedo lo vence, no podrá aprender
nuevas formas de desarrollar ese rol.

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¿Qué es el miedo al ataque?

El miedo al ataque, puede entenderse como, el temor a quedar vulnerables ante la perdí da
de certezas. Toda situación nueva se nos presenta como amenazante, por desconocer qué
producirá en nosotros. Este miedo está muy vinculado al anterior y se presenta ante cualquier
momento diferente que nos involucra.

Ambos miedos se dan conjuntamente y cuando se elaboran, es decir, se conoce acerca de


qué nos pasa ante toda nueva circunstancia, se produce el aprendizaje. Si por el contrario, esos
temores prevalecen en nosotros, lo que ocurre es un proceso de resistencia al aprendizaje y las
circunstancias nos sobrepasan. La resistencia, es el impedimento a aprender. Por ello, es
importante que toda persona reconozca cómo se produce el aprendizaje y la elaboración de
nuevos contextos, para poder salvar con éxito la vida.

En ese devenir permanente en que ocurre nuestra existencia, se va formando el carácter,


aquella expresión nuestra que observamos en la vida cotidiana y que puede ser el elemento rector
de la misma.

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2.3.3. CARÁCTER.

Si definimos el carácter de una persona desde un punto de vista psicológico, éste es el


conjunto de cualidades psíquicas y afectivas que condicionan la conducta de una persona y que la
hace distinguirse de las demás.

De esta definición, podemos inferir, es decir, sacar en conclusión, que el carácter puede
ser formado, puede modificarse, en términos específicos, educarse en función de un bien deseado.
Del mismo modo, en que se formará un carácter amable, condescendiente, abierto a cambios,
pueden existir personas con caracteres agresivos, violentos y de transgresión a la libertad de los
demás. Lo que indicaría que existen condiciones para que tales formas de ser, se expresen o se
modifiquen. Esas condiciones están compuestas por factores de incidencia.

¿Qué factores pueden influir en la formación del carácter, en los actos humanos y las
actitudes personales?

2.4. FACTORES QUE INTERVIENEN EN EL CAMPO MORAL.

Al parecer no todo proviene de la naturaleza humana, con relación a conductas, actitudes


y carácter. Hay, sin duda, factores que inciden en que se potencien ciertas disposiciones genéticas
o herencias culturales. Hoy con certeza, tenemos los elementos para afirmar que quien se ha
desarrollado en un ambiente agresivo, tiene altas posibilidades de replicar en la vida adulta esas
conductas con las personas que convive. No es menos cierto, lo que planteó Freud, al decir que
un mecanismo de defensa que opera en casi todas las personas es aquel llamado la identificación
con el agresor.

Como una forma de supervivencia psicológica, un niño que ha estado expuesto a


agresiones, tenderá a superar a la figura agresora, siendo el mismo, agresor de otros. Es una
cadena que sólo puede romperse con la conciencia que tome una persona acerca de su herencia
cultural y/o genética, en algunos casos. Debemos hacer énfasis que este estudio se orienta a la
construcción de un saber en la dimensión moral y por ello, tocamos sólo superficialmente,
aspectos psicológicos que están comprometidos.

Vamos a sostener que la influencia del medio cultural, social y económico, si bien no es
absolutamente determinante en el carácter moral de una persona, es un factor muy fuerte y que
tiende a determinar ciertas conductas. Por ejemplo, asistimos cotidianamente a agresión verbal en
algunos sectores deprimidos cultural y económicamente. Sin embargo, para aquellos sujetos
puede resultar tan extraña esta afirmación, por ser un lenguaje cotidiano y de uso frecuente, que
no percibe dónde está la agresión.

Si seguimos en esta línea de reflexión, podemos sostener que no sólo son del ámbito
moral aquellas formas de existencia, referidas a la sexualidad, o la agresión explícita, o las de
carácter religioso, sino, todas las acciones humanas están en esta dimensión.

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¿Qué acciones señala usted en nuestra sociedad, como atentatorias a la moral?

Si usted puede comparar sus respuestas con las de otra persona, es probable que tengan
coincidencias, pero también discrepancias. ¿Puede explicarse esto?

Siendo la cultura un poderoso factor en la conducta de la gente, es el elemento que


predispone al sujeto para vivir de un determinado modo y resolver conforme a ello. Una cultura
que privilegia una estética por ejemplo, intenciona la mente de las personas hacia aquellas formas
que le significarán un gusto estético. En los países latinos por ejemplo, los cánones de belleza, no
siempre son los rasgos indígenas los que se consideran bellos, sino más bien, aquellos que
provienen de Europa y occidente en general. En la moral opera del mismo modo, por ejemplo, la
disposición al consumo de productos, de acumulación de objetos materiales y comodidad y
confort, no es considerado un sesgo inmoral, sin embargo, para los lamas de oriente, les parecería
una conducta inmoral si alguno de sus sacerdotes o seguidores, entrara en una vida de
consumismo.

Sin duda, aparecerían entre sus razones, el concepto de libertad, idea que ha tenido
ocupado a muchos filósofos, pedagogos, sociólogos, psicólogos y estudiosos del comportamiento
humano, por siglos. Por ello, es importante que reflexionemos, cuál es el concepto que mejor
interpreta a la libertad en un sentido humanista, como es la intención de este estudio.

¿Puede existir libertad sin tener responsabilidad en ejercerlo?

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2.4.1. LIBERTAD Y RESPONSABILIDAD.

Revisemos el concepto de libertad, según nuestro diccionario de lengua española: facultad


del hombre de obrar de una manera o de otra; estado o condición del que no es esclavo; facultad
de decir y hacer lo que no se oponga a las leyes y a las buenas costumbres. Tales definiciones,
son las que tenemos a disposición de este estudio, pero que profundizaremos en función de
nuestro objetivo inicial, vincular la libertad a otro concepto, la responsabilidad.

La tesis que sostenemos es que no existe verdadera libertad sin responsabilidad.

¿Qué entendemos por responsabilidad?

La definición de base que encontramos para el concepto de responsabilidad, es la


siguiente: cargo u obligación moral que resulta para uno del posible yerro en cosa o asunto
determinado, de lo que sigue que, responsable es aquel que pone atención en lo que hace o
decide.

Esta definición, si bien no es de uso común, la organización y estructura del lenguaje aquí
empleado, nos ayudará a analizar respecto de la libertad y la responsabilidad que le cabe a las
personas en los actos de la vida.

Para iniciare! diálogo propuesto en este estudio, le invitamos a que entregue su propia
concepción de libertad y de responsabilidad.

Pues bien, la persona es libre. Pero, es libre en la medida en que su ejercicio de autote
terminación, no tropiece con los espacios de libertad de los otros. Si la libertad consiste en el
ejercicio de autodeterminación de los actos, entonces ellos a su vez, deben estar en una dimensión
que no alteren a los demás, es decir, es una libertad responsable.

Si analizamos la palabra responsabilidad, en su sentido estricto, ella proviene de la palabra


latina responderé que es un encuentro entre dos palabras. Res, significa en latín, cosa u objeto, y
ponderar, equivale a sopesar. Si juntamos ambas, tenemos que responsabilidad, es la capacidad
de sopesar las cosas, es decir, es una respuesta consciente. Por ello, ejercer la libertad, es uno de
los actos más responsables del ser humano y que en nuestra cultura se ha ido deformando, hasta
entenderla como una actividad sometida a los caprichos de una persona, sin sopesar o evaluar, las
consecuencias de su acción.

Pero, aún resulta muy general este análisis, por cuanto es importante que distingamos
entre los tipos y niveles de libertad posibles de las personas.

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2.4.2. TIPOS Y NIVELES DE LIBERTAD.

Para FrankI, la libertad es una condición necesaria de la existencia personal, y sostiene


que nuestro sentido común nos indica que somos seres libres, pues se descubre básicamente en el
ámbito de la intimidad personal, como algo que se siente, se anhela y se vive.

Pero si aceptamos que somos libres, tenemos que reflexionar de qué somos libres. Es
decir, la libertad se ha obtenido, ganado, heredado o conseguido, en relación a qué fenómeno,
para decir que somos libres.

Si bien para algunos el destino, es una condición que predetermina la vida humana,
entienden la libertad más restringida que para quienes sostienen que la libertad, es la capacidad
de liberarse de sí mismo. Esto puede constituir una gran contradicción, pero que a la luz de un
análisis puede ayudar a desentrañar el posible misterio.

Para ello, distinguiremos dos planos de libertad. Uno de ellos es donde el sujeto está
consigo mismo y su verdad, y la llamaremos libertad psicológica y otra, en que está en relación
con el mundo, será enunciada como libertad sociológica. En ambas, está presente la estructura de
su carácter, realiza actos y los traduce en actitudes en la vida.

Mientras en una está la posibilidad de entender el mundo, juzgarlo y decidir, en el otro


está la forma en que se expresará esa manera de entender, de juzgar y de actuar. Mientras más
coherentes sean ambas, podemos hablar de una persona saludable mentalmente, ahora bien, si esa
coherencia está en concordancia con el bien de todas las personas, estamos hablando de una
persona cabal, moralmente.

Si juzgamos por justicia aquello que hace bien a las personas en su conjunto, estamos
frente a un tipo de libertad responsable que tiene algunas características propias y que la
diferencian de las acciones caprichosas de quienes a veces tienen poder, pero no moralmente
humanista.

¿Qué características puede tener la libertad que estamos señalando?

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2.4.3. CARACTERÍSTICAS DE LA LIBERTAD.

La libertad responsable, que se ejerce con actos que provienen de un carácter formado
para hacer el bien, es aquella que tiene intencionalidad moral.

La persona es libre para ir construyendo su propia existencia y haciéndose a sí misma


cada día, esa construcción supone que no obedece a las determinaciones ni biológicas, ni sociales
en forma total, pues la capacidad de autoentenderse, le permite buscar los caminos de justicia.

Tenemos otra característica de la libertad, que es importante de tomar en cuenta y es que


la libertad es un valor, por el cual la humanidad ha estado luchando para lograr la felicidad. Toda
la historia de la humanidad, no es más que la búsqueda de la felicidad a través de la libertad, sin
embargo, así como las personas equivocan los caminos para esa búsqueda, muchos son los
pueblos que han errado en su accionar, por lograr ser libres.

Hasta ahora, hemos estado reflexionando en un plano puramente teórico, sin embargo, en
nuestros actos cotidianos, es cuando ponemos en ejercicio, nuestra voluntad, nuestra moral y la
libertad de la que hemos hablado.

Le invitamos a realizar un taller acerca de los contenidos de esta unidad, no olvide que
puede acceder a nuestra biblioteca especializada o tomar contacto con su profesor tutor, por
cualquiera de las vías de comunicación que estime: fax, correo postal, correo electrónico o
teléfono.

¡Buen trabajo y esperamos que logre los objetivos propuestos!

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EJERCICIO DE AUTOEVALUACIÓN Nº 01

Las preguntas que a continuación encontrará, son ocasión de aprendizaje, y estudio para
las evaluaciones, que deberá realizar al final del curso.

Proponemos que conteste con la mayor libertad, pero atendiendo a los contenidos
expuestos y en algunos casos de reflexión personal, sólo tiene la responsabilidad de su criterio.
Adelante y que disfrute el estudio.

1. ¿Cuál es la definición de moral que ha extractado del estudio?.

2. Explique qué actos corresponden a los llamados morales, amorales o inmorales.

3. ¿De qué modo podemos entender la autonomía moral?

4. ¿Cómo definiría la moral de nuestro tiempo?

5. ¿En qué sentido lo moral, puede oponerse a lo intelectual?

6. ¿Qué característica tiene ¡a persona humana que la hace un ser de la moralidad?

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7. ¿Qué implica un problema moral, para las personas?

8. ¿Podría usted imaginar una situación de aprendizaje en que está siendo resistente?

9. ¿De qué modo entiende usted las circunstancias en la vida?

10. ¿Qué rol juegan los actos, las actitudes y el carácter, en la moralidad de las personas?.

11. Exponga brevemente, la relación que existe entre responsabilidad y libertad.

12. Realice una síntesis comprensiva, acerca de la unidad.

Usted encontrará las claves de respuesta en el anexo, al


final de la unidad.
Si sus respuestas no coinciden en lo esencial, deberá revisar
los contenidos y volver sobre su estudio. Recuerde que esta
asignatura, está diseñada para apoyar su desarrollo
personal y no reviste un carácter de conocimiento exacto
como en otras disciplinas, de su carrera.

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EJERCICIO DE AUTOEVALUACIÓN Nº 02

Cuando hablamos de autoevaluación, nos estamos refiriendo a una instancia más de


aprendizaje que utiliza diversos instrumentos. Para la educación a distancia utilizamos el escrito,
como el que a continuación se presenta.

Autoevaluarse, significa, reconocer en si mismo, signos de aprendizaje significativo y las


proyecciones que del mismo se tienen.

¡Vamos entonces a las preguntas que deberá responder!

1. ¿Cómo entiende usted la moral de nuestro tiempo?

2. Desde su perspectiva, considera que el profesional debe regirse por principios morales
elaborados por sí mismo o por los de la sociedad.

3. Cuando pensamos en problemas morales, ¿a qué situaciones cree usted que se enfrenta la
persona?

4. ¿En qué forma expresaría usted la necesidad de organizar moralmente a la sociedad de nuestro
tiempo?

5. ¿Cómo define usted la libertad?

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6. Cuál de las siguientes afirmaciones le parecen morales, inmorales o amorales:

a) Tu libertad termina, donde empieza la libertad del otro:..................................

b) Todos los hombres son iguales en dignidad y derecho:...................................

c) A mí deben quererme tal y como soy, les guste o no:......................................

d) Cada día preparo mi maleta para el viaje:........................................................

e) Dime con quien andas y te diré quién eres:......................................................

f) Has lo que bien digo, no lo que mal hago:........................................................

g) Vuelvo siempre a mi casa y descanso:.............................................................

h) Caminante no hay camino, sino estelas en la mar:...........................................

7. Comente, qué grado de dificultad le ha presentado el estudio y luego, comparta con su profesor
tutor.

8. Señale lo más significativo que ha encontrado en el estudio de esta unidad.

Si bien la autoevaluación propicia que usted sea quien


juzgue sus aprendizajes, al final de la unidad encontrará
algunas claves de respuestas que no tienen necesariamente
que coincidir con las suyas.
Recuerde el contenido de esta unidad, cuya idea principal
es la moral y la diversidad de formas que tienen para
expresarla cada ser humano, la relatividad de la misma,
sólo es mala, cuando atenta al bien común.

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SOLUCION EJERCICIO AUTOEVALUATIVO Nº1

1. La moral es el ordenamiento del conjunto de acciones humanas que tienden al bien común.

2. Los actos morales, son aquellos que contienen un valor, tanto en forma personal como
colectivo, por ejemplo, respetar la vida, una acción de solidaridad, lealtad y transparencia en
las relaciones humanas, etc.

Los actos inmorales, son aquellos en que la acción humana va en contra del bien común e
implican desvalores, por ejemplo: conducir ebrio, robar, quitarla vida, mentir, complicidad,
etc.

Los actos amorales, son aquellos en que no está comprometido ningún valor, sino que
corresponden al plano lógico o estructural de la vida, como por ejemplo, comer, vestirse,
caminar, leer, etc.

3. Elegir sobre la base de nuestra voluntad, sin que ello perjudique a nadie. Esto significa, que
una opción debe hacerse con tal claridad que siempre tenga en cuenta a otras personas, no
sólo el bien personal. La autonomía, implica responsabilidad consigo mismo y el mundo.
La coacción para obtener una conducta moral, no tiene valor, puesto que no ha operado la
voluntad y no es un acto auténticamente elegido. Por ejemplo, si alguien es inducido a decir
la verdad frente a una situación de injusticia, la presión de una ley para que los ciudadanos
sean honrados, u otras formas de coacción, no reviste carácter moral.

4. La moralidad de nuestro tiempo es quizás relativista, es decir, que todo está considerado
válido o inválido, según la situación Es lo que se conoce como doble estándar, la
contradicción entre el decir y el hacer. Las acciones están cada vez más expuestas a la
interpretación subjetiva, que a valores objetivos. Por ejemplo, un discurso sobre el valor de la
solidaridad, y la mantención de pobreza de muchas personas, exigir veracidad y mentir
cuando se trata de sí mismo, etc.

5. Lo moral puede considerarse opuesto a lo intelectual, en el sentido que lo primero, proviene


más de los sentimientos de las personas, que de la inteligencia. Ello no significa que en el
acto moral no esté comprometida la inteligencia. Por ejemplo, si usted recuerda la lectura
bíblica sobre la actitud de Salomón frente a dos mujeres que sostenían ser madres de un
mismo niño, él resolvió decir:" como cada una dice ser la madre, lo más justo será dividir al
niño en dos partes iguales". La falsa madre estuvo de acuerdo, y la verdadera, producto de su
amor, prefirió que se lo dieran a la otra, pero, que conservara !a vida. Sin duda, este acto
expresa no sólo la justicia, sino la inteligencia comprometida, que el rey Salomón poseía.
Dentro de esta misma idea, podemos reflexionar sobre lo que Pablo Neruda sostuvo: prefiero
más la bondad que la inteligencia.

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6. La capacidad de discernimiento, es la que hace a la persona humana, poseedora de moralidad.


Tiene la posibilidad de la libertad y a la vez, de responsabilidad, frente a sus acciones y
pensamientos.

7. El problema moral implica, la justa decisión entre un valor y un desvalor. Por ejemplo,
problemas de nuestro tiempo son: el aborto, la eutanasia, el divorcio, entre los más
relevantes. En ellos, la persona se encuentra en una polaridad de valores en que debe decidir
entre, la vida y la muerte, o, entre la felicidad de unos o de otros. Aquí, está el problema de
contexto cultural e histórico, religioso y legal.

8. Este es un ejercicio personal de reflexión.

9. La circunstancia es una coyuntura, momento o evento que se da en la vida, no presenta


carácter de necesariedad, pues podría darse o no.

10. La moralidad no sólo puede ocuparse de los actos como acciones humanas, sino también de
las disposiciones internas de la persona que significan tanto la actitud, como el carácter.
Por tanto, todos juntos, son parte constituyente de una moralidad, como cuerpo orientador de
vida.

11. Según el estudio, la libertad que se ejerce en beneficio de un bien colectivo, es una libertad
que asume al otro, como un auténtico ser con dignidad y derechos. La responsabilidad
implica un acto de conciencia, que permite ejercitarse en la autodeterminación, sin daño, para
la vida de sí mismo, ni para la del resto de las personas.

12. Una síntesis, supone tanto la interpretación corno la extracción de las ¡deas principales del
contenido. Por cuanto, es importante que con sus propias palabras, realice un escrito que
contenga las ideas esenciales, sin por ello alterar, el contenido de lo que ha estudiado.

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SOLUCION EJERCICIO AUTOEVALUATIVO Nº2

1. Seguramente usted estará de acuerdo con nosotros que la moral se ha relativizado, vale decir,
no es igual para cada persona y sólo se busca la satisfacción personal. Ello, está demandando
un gran esfuerzo de sociólogos, teólogos y pedagogos, por encontrar una clave de respuesta y
de soluciones a una sociedad que marcha con prisa a su autodestrucción. Por un lado, existe
un gran desarrollo tecnológico y científico, que no está siendo coherente con el desarrollo de
la conciencia de la humanidad que se requiere para salvar el planeta. Un ejemplo de ello, es
el agotamiento y destrucción de los recursos naturales, en contradicción con los
descubrimientos para la salud; y que la medicina y otras• disciplinas científicas, aportan.
Existen muchas contradicciones que seguramente usted podrá analizar y reflexionar, en tanto
realiza el estudio.

2. Una persona tiene el deber de desarrollar una conciencia ética que le permita actuar en
consecuencia con principios morales sustentados en el bien común. Los profesionales, por el
desarrollo intelectual que implica su carrera, tienen aún una mayor responsabilidad moral y
social de guiar su vida por principios, fundados en valores más universales. No siempre la
sociedad, sustenta esos principios, allí entonces opera la autonomía moral, para decidir qué es
lo mejor y más justo.

3. Ya hemos visto cómo un problema moral, nos desafia a realizar una elección entre el polo
positivo de un valor y su polo negativo. Por ejemplo, si asocia esta reflexión a alguna
situación cotidiana encontrará que durante su vida muchas veces ha estado entre el bien y el
mal, cuya elección permanece en su conciencia.

4. Usted habrá reflexionado sobre la sociedad que vivimos y qué aspectos podrían hacerla
mejor. Esta es una respuesta que si bien es personal, debe inquietarle en su formación
personal y profesional; puesto que desde cualquier punto de vista que lo analice, obtendrá
como resultado que todos tendemos a la felicidad, pero ella no puede fundarse en una
satisfacción egoísta y puramente personal, sino colectiva y porqué no decirlo, universal.

5. Basado en el estudio, usted obtuvo una definición de libertad, como valor que implica la
autodeterminación. Sin embargo, la libertad no existe como una dimensión puramente
intelectual o psicológica, sino que tiene que ver con una práctica de ella, en cada acción de la
vida humana. Por esta razón, resulta un imperativo moral que la libertad, no se confunda con
un libre ejercicio de nuestras necesidades personales y además, que ello signifique daño a
otras personas.

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6. Para las afirmaciones se tiene que:

a) Moral. Es e! sentido de respeto a la persona humana.

b) Mora!. Principio de derecho universalmente aceptado. Dignidad y derecho ante la ley, la


sociedad y la religión.

c) Inmoral, Si bien, todos debemos aceptarnos en nuestras diferencias, resulta ser una gran
imposición nuestra forma de existir, sin mediar una voluntad de ser mejores para sí y para
otros.

d) Amoral. No reviste ningún juicio de valor, si desconocemos el para qué de la acción.

e) Amoral. No hay valores comprometidos en esta premisa. Sólo el uso de ella, podría ser
denotado como moral o no.

f) Inmoral. La coherencia debe existir entre el decir y el hacer, cualquier discurso se puede
invalidar moralmente, con una mala acción.

g) Amoral. No hay juicio de valor que dé cuenta de lo bueno o malo, que está significando la
acción.

h) Amoral. Esta bella metáfora, no puede ser condicionada a juicio de valor, a menos que sea
en contexto.

7. Respuesta liberada de sugerencia.

8. Respuesta personal, liberada de sugerencia.

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TERCERA UNIDAD
LOS VALORES Y LA MORAL

INTRODUCCIÓN

La relación entre moral y los valores, es abordada en esta unidad, para posibilitar el
entendimiento del proceso que debe vivir la conciencia de toda persona, frente a un mundo que
ofrece variadas alternativas de vida.

Los valores, como elementos rectores de la vida, están analizados desde sus características
más universales. Propiciando con ello, una forma de comprenderlos en su estructura, pero
también en términos reflexivos. Vale decir, si bien la exposición es discursiva, intenta poner al
estudiante en contacto con sus propias formas de existencia, para lograr con ello, un proceso
activo reflexivo y que lo convoque a opciones de conciencia.

OBJETIVOS DE LA UNIDAD
1. Lograr que el alumno comprenda e internalice los elementos que posibilitan el
entendimiento del proceso de la conciencia y la moral como rectores de! comportamiento.

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3.1. CONCEPTOS GENERALES

Cuando se habla de moral, necesariamente hay que remitir este concepto a los valores. La
sociedad entera, cuando expresa las formas de comportamiento humano, señala a los valores,
como el sustento de las conductas. Los valores son la organización de todos los comportamientos
humanos, cada acción humana tiene una carga valórica, no sólo para quien la realiza, sino
también, en quienes tiene un efecto esa acción.

La conciencia se va formando con determinados valores que se expresan a través de las


conductas y las disposiciones de ellas.

La conciencia es el continente de toda la reflexión humana, su fuerza moral radica


entonces, en la incorporación o introyección de valores. Por estas razones, debemos profundizar
acerca de lo que son y cuál es su lugar en la existencia humana.

QUE SON LOS VALORES:

Son posibilidades de ser que se dan a la conciencia con la


exigencia de ser realizadas y preferidas (Jorge Millas). Es decir son juicios de valor, conceptos
que guían nuestra acción, que nos hacen preferir y desear una manera de actuar en vez de otra,
una cosa en vez de otra y que por ello van también definiendo el curso de nuestra vida. Ellos
obran en nuestra conciencia como juicios de valor, pero no sólo como formas intelectualizadas,
sino también como imperativos de vida, como exigencias del “debe ser” de todo individuo
“conciente”.-

Son conceptos que sólo son por sí mismos, sino que valen como
realidad que se transforma en actos humanos, como por ejemplo el valor “justicia”, “belleza”.-

Desde el punto de vista ético los valores pueden ser positivos o


negativos o diferenciarse en “valores” y “desvalores”. Toda cultura conlleva como parte de su
naturaleza, una estructura de valores que se transmiten a los individuos y van conformando sus
modos de ser. Es el caso de la cultura occidental, cuyos principios implican una moral, que como
valores promueven y cultivan los hombres. Así, al hablar de valores transcendentes, sino también
de los valores de nuestra cultura.-

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COMO SE DAN LOS VALORES:

Los valores surgen en la vida misma, como guías para la conducta


humana y según Simón Raths Hamin, se transforman y desarrollan como las experiencias que van
determinando una dirección a la vida.

El mismo valor distingue en la manifestación del valor tres


instancias significativas: Selección, Estimación y Actuación. Todas ellas conforman un proceso
único, pero para efectos de su comprensión, se aíslan aquí teóricamente.

SELECCIÓN DEL VALOR:

Esta fase conceptual o teórica, implican una operación de la


inteligencia humana y al mismo tiempo un atributo de una conciencia libre, única manera para
elegir entre varias posibilidades de ser. Si por naturaleza el hombre es un ser pensante, la
experiencia de su conciencia, es una experiencia de juicio y conceptos. Ellos son inherentes a la
conciencia y necesarios para la ejercitación de la inteligencia. Por tanto, quiéralo o no, el
individuo “conciencia” vive valorando, seleccionando distintas opciones de ser.

ESTIMACIÓN:

Es querer, preferir o sentir preferencia por algo. Implica un atributo “efectivo”,


emocional, de sentirse afectado por algo y en cuya instancia del proceso no interviene,
necesariamente, la conciencia del sujeto. En relación a los valores, esta fase psicológica, así
también como la fase conceptual anterior, por si solas, no indican la existencia del valor en la
persona, vale decir, una persona no es poseedora de un valor, por el sólo hecho de percibirlo a
través de su inteligencia, o haberlo elegido a través de su conciencia; no están internalizados en la
persona son hasta cuando forman parte de su volumen en la acción.

ACTUACIÓN:

Esta instancia implica el ejercicio de la voluntad de hacer o actuar. Puesto que el


hombre es por definición natural un ser activo sólo con la conducta o con su actual se expresa
plenamente su ser. Las actitudes los intereses, las motivaciones, están en consecuencia
proyectando determinados valores de la persona, pero sólo cuando se han dado las otras
instancias en que la conciencia ha seleccionado y cuando, además se “quiere” o “estima” aquello.

ENSEÑANZA DE LOS VALORES:

Enseñar valores es más bien una pretención que queda en el campo de la teoría o
de la abstracción de la inteligencia y entre otros problemas, entraña la compleja dificultad de
taxonomía o de clasificación de los valores, y la forma de cómo se puede operacionalizar su
enseñanza.

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Otra dificultad es, la tradicional discusión axiológica, de que si los valores son “objetivos”o
“subjetivos”, el grado de transcendencia que ellos pueden tener, y en la necesaria internalización
que de ellos hace el docente en su propia persona al enseñarlos.- Basta preguntar al azar, sobre el
“orden” en que una persona “estima” los valores de “justicia”, “honestidad” y “solidaridad”; para
darse cuenta de lo complejo del problema.

LOS VALORES COMO FUNDAMENTO DE LA ÉTICA Y LA MORAL

Si en el momento presente pretendemos buscar los conceptos de ética y de moral en


cualquier diccionario, nos encontramos, más o menos, con las siguientes definiciones: Ética es al
parte de la Filosofía que trata de las obligaciones del hombre, y Moral es la ciencia de las
costumbres. De modo que a simple vista se puede observar que, en general, el concepto de ética
se reviste de cierto “barniz filosófico”, mientras que la moral se reduce a una serie de normas
que, a lo sumo, nos sirven para poder convivir mejor en nuestra vida diaria.

Sería interesante analizar el origen del divorcio entre estos dos conceptos, ética y moral, que
por nacimientos son hermanos gemelos. Si nos interesamos en el análisis estimológico de ambas
palabras, no encontramos con que ética proviene del griego “etheos”, mientras que la moral lo
hace del latín “mores”, significando tanto ethos como mores la misma cosa: costumbres. De
manera en su origen los conceptos que estamos estudiando eran equivalentes. Pero existe un
factor importante: en la antigüedad jamás se concibió un sistema de costumbres por parte, y un
sistema filosófico por otra, antes bien, toda filosofía tenía como meta su aplicación directa y
ningún pensador se apreciaba de hablar y actuar en forma distinta. Esto es tan sólo un logro (¿ .?)
de la época moderna.

En consecuencia: Ética y moral, o más bien la teoría y la práctica, eran dos aspectos de una
misma cosa; dos senderos de un mismo camino.

Si tal vez hubo un factor que afectase el desarrollo paralelo de estos dos conceptos, ese factor fue
el tiempo y las interpretaciones no siempre exactas que se fueron forjando a través de la historia.

¿Cómo recordamos hoy la civilización griega? Precisamente a través de sus grandes artistas, sus
grandes filósofos. Eso hizo que lo intelectual se convirtiese en el aspecto distinto de los antiguos
griegos. En cambio, ¿Cómo recordamos a los romanos del Imperio? Por su acción guerra, su
tremenda fuerza y voluntad inquebrantable. Aquí tenemos una posible respuesta del enigma; si
ética viene del griego, y moral de los romanos, ese detalle fue suficiente para que en nuestra
mente se identificasen los términos con la civilización correspondiente. He aquí por qué la ética
es lo teórico, lo elevado, aquello digno tan sólo de los grandes libros, mientras que la moral es lo
práctico y directo, digno del hombre de acción.

Claro que hemos olvidado algo muy importante: tanto los griegos como los romanos (sus
sucesores en la historia) eran hombres de arraigadas convicciones religiosas. Tanto unos como
otros, ya sea por vía de la razón, de la acción, de la fe, o del acatamiento de las leyes de la
naturaleza, buscaban unirse, comprender, encontrar a sus dioses, que estaban allá en la cumbre,
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como alentando el ascenso de los hombres. Así, pues, si el ideal de esas civilizaciones fue la
virtud, como medio de llegar a los dioses, tanto griegos como romanos se referían a lo mismo
cuando hablaban de ética o moral. Se trataba de armonizar al hombre, de ayudarle para que
brotara en él las fuentes de justicia y de bien que les permitiesen beber en las aguas de la
divinidad.

Hos no podemos volver a construir una ciudad griega o un Imperio Romano, tal como
hace siglos, pero sí podemos revivir su viejo y nunca gastado concepto de ética, o su concepto de
moral.

HACIA UN CONCEPTO DE “VALOR”

Ud. y yo intuimos que, estos conceptos son productos de situaciones de experiencia que se
nos presentan como problemas.

La situación más sencilla y común es aquella en que nos encontramos cuando frente a
ciertas cosas descubrimos un vínculo peculiar que nos aproxima a ellas, que nos lleva a
destacarlas entre otras y que llamamos al interés si pensamos en el movimiento de nuestro ánimo
hacia ellas o la atracción si pensamos en el tirón con que ellas nos arrastran en nuestro ánimo.
Cuando esto ocurre, reconocemos en ciertas cosas algo más que lo que normalmente constituyen
las de su aspecto, y descubrimos en nuestros algo que rebasa con mucho el simple tener las cosas
a la vista.

He aquí por ejemplo, que entre los animales de un exposición zoológica, hay uno frente al
cual experimento una reacción notoria, me sorprendo, me atrae, me deleita. Se trata de un
caballo, que es en todo como los demás caballos, en todo, menos en una cosa: este es un hermoso
caballo; veo claramente que hay una cualidad de que los otros carecen y comprenden que mi
interés y deleite se ha originado por eso de atrayente que en el animal reside. Si yo no hubiese
experimentado semejante atracción habría podido pensar indiferente y simplemente “este anima
es un caballo”; pero puesto que he visto en él algo más que su neutra condición caballuna pienso
ahora “este animal es hermoso”.

Se trata de dos tipos de pensamiento bien diferentes, cuyo contraste se halla en la base de toda
teoría de los valores. Detengámonos brevemente en ellos.

a) Este animal es un caballo.


b) Este animal es hermoso

La primera preposición expresa pura y simplemente el ser del animal, lo que es: lo describo
neutralmente como si el caballo estuviera ahí, en el mundo externo, sin conexión alguna con el
mundo interior del sujeto que lo describe ni del sujeto a quien propongo el significado del juicio.
La segunda proposición en cambio, junto con describirlo lo califica, declarando una cualidad
suya; o, mejor aún, lo valora, lo muestra como valioso, y lo pone así, de inmediato, en relación
con un sujeto capaz de valorar.

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Lo que sí es verdad es que, a diferencia del juicio de valor expresa, además, peculiar
forzacidad de estimación o preferencia, es decir, una referencia o algo que no es ya el mero ser
sino el debe ser.

En efecto, el juicio “este animal es hermoso” implica la afirmación de que “este animal vale
como hermoso”, que exige ser preferido o estimado por su hermosura. En este sentido, diremos
que, con referirse también al ser y declararlo, los juicios estimativos se refieren al deber ser y
declaran valor. Pero ha de notarse que la referencia al valor es siempre específico: este animal es
hermoso, este acto, es justo. Todo lo cual significa que el juicio estimativo no sólo afirma que
algo vale y debe ser preferido, sino además, que vale y debe ser preferido respecto a una
modalidad determinada del valor y preferir: vale como hermoso, como justo, como bueno.

¿Qué significa exactamente este “valor como hermoso”, “valer como justo”, etc.?

Hemos visto que, desde luego, significa exigencia, fozocidad de ser preferido o estimado.
Pero significa, además, y esto es lo fundamenta, que realiza un deber ser ideal específico, el deber
ser de una instancia suprema: la belleza, la justicia, la bondad. Tales son justamente los valores.

Ahora bien, ¿Qué son los valores? Frecuentemente se dice que los “valores no son sino
que valen”, expresión ni siquiera pensando, ni mucho menos constituir objeto de investigación
sistemática. No. Los valores son: tienen una esencia, una estructura susceptible de ser descrita.
La justicia, la verdad, el bien, la amabilidad pueden, incluso, definirse según notas específicas.
Lo que sucede es que, a diferencia de otra esencias como la redondez o la velocidad también
valen, esto es, son esencias que se ofrecen con un requerimiento de realización, de preferencia,
como un exigencia de primacía; en suma, como un deber ser. Diremos, por eso, que los valores
son posibilidades de ser (esencias) que se dan a la conciencia con la exigencia de ser realizadas o
estimadas.

CARACTERÍSTICAS DE LOS VALORES

POLARIDAD RISIERI FRONDIZI


Los valores están dotados de varias características; de la que nos
ocupamos es una de las importantes.

Otra característica fundamental de los valores es la polaridad. Mientras que las cosas son
lo que son, los valores se presentan desdoblados en un valor positivo y el correspondiente valor
negativo. Así, a la belleza se el pone la fealdad; a lo bueno, lo malo; a lo justo, lo injusto, etc.
No se crea que el disvalor, o valor negativo, implican la mera inexistencia del valor positivo: el
valor negativo existe por sí mismo - - “positivamente”- - y no por ausencia del valor positivo.
Nos topamos con ella a cada rato. Lo mismo puede decirse de los demás valores negativos como
la injusticia, lo desagradable, la deslealtad, etc.

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Se ha dicho muchas veces que la polaridad implica la ruptura de la indiferencia. Frente a


los objetos del mundo físico podemos ser indiferentes. En cambio, tan pronto se incorpora a ellos
un valor, la indiferencia no es posible; nuestra reacción - - y el valor correspondiente - - serán
positivos o negativos, de aproximación o rechazo. No hay obra de arte que sea neutra, ni
espectador que pueda mantenerse indiferente al escuchar una sinfonía, leer un poema o ver un
cuadro.

JERARQUÍA
JOHANNES HESSEN
A más de la polaridad, existe otra cualidad de los valores que es precisamente
la que prima en nuestros actos de elección entre los objetos valiosos.

Los valores no sólo difieren entre sí, sino que también guardan entre sí un
cierto orden jerárquico. Lo mismo que la distinción entre valores positivos y negativos, la
distinción entre valores superiores e inferiores se funda en la esencia del valor. Inclusive, como
sabemos, el orden exiológico tiene una estructura jerárquica que expresa un orden de grados o
importancias. Hay en él un “abajo” y un “arriba”, un “alto” y un “bajo”. Ahora tenemos que
tratar de ver con más exactitud esta estructura.

Se puede señalar que, los valores son el fundamento de toda concepción del mundo y
pueden denominarse como cualidades irreales, en tanto carecen de corporalidad. Pero, en tanto
fundamento, son profundamente reales, ya que hacen que las personas asuman determinadas
formas de vida, de acuerdo a ellos.

Hay diferentes teorías acerca del valor, ellas se conocen con el nombre de axiologíaf11.
Disciplina que se desprende de la filosofía y que trata sobre los valores y sus características.

¿Usted, cómo define el valor?

¿Podemos saber qué características tienen los valores, para ser reconocidos como tales?

(1) Axiologia, palabra que proviene del griego axos = norma, logos = ciencia. Por cuanto ella
corresponde al estudio de los valores.

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Diversos autores que se han ocupado de la axiología, tienden a establecer algunas


características tales que son:

• El valer.
• Objetividad.
• Dependencia.
• Polaridad.
• Cualidad.
• Jerarquía.

Así como existen distintos puntos de vista acerca de la naturaleza del valor, también hay
diversas concepciones acerca de estas características. Sin embargo, para el sentido de este
estudio, se hará intento de exponer una concepción ecuménica, es decir, universal en tanto, toma
los aspectos en que hay acuerdo.

Conozcamos acerca del valor

La característica del valor, es ser valente, pues está en el plano diferente de! ser, que es
real y válido. Además de no pertenecer al mundo ideal, con ello, se quiere significar que el valor
reside entre el ser ideal y el ser real, siendo su dimensión el valer.

Por ejemplo, la belleza, la bondad o la honestidad, son valores, que no están en el plano de
lo real hasta que no son vividos; y no son ideales, puesto que pueden ser posibles de vivir de
acuerdo a ellos. Sólo les cabe entonces, valer, por sí mismos.

Esta característica, que puede resultar algo confusa, se explica por las otras, a las cuales se
vincula.

¿Cómo podemos hablar de objetividad de los valores?

Lo objetivo, por definición, se opone a lo subjetivo, por cuanto, es necesario entender que
es, lo que está fuera de la persona. Objetividad es aquello que es reconocido por el sujeto, pero
que está fuera de él. El valor, es objetivo en la medida en que no es producto sólo de una
conciencia, sino de una conciencia universal, que para algunos es Dios, para otros una fuerza
motora del mundo o bien, es una convención amplia entre las personas.

En este sentido, el valor es objetivo, porque vale por sí mismo y no depende de las preferencias
individuales. Aunque existen quienes sostienen que el valor es subjetivo, es decir, es la persona
quien te da valor a las cosas y no son ellas las que tienen valor por sí mismas. Por ejemplo, un
objeto de arte, no es bello en sí mismo, sino es la persona la que aprecia esa belleza no siendo
igual para todas las demás.

Sin embargo, existe acuerdo que el valor es objetivo, en la medida que la humanidad o
sociedad va otorgándole ese carácter, cuando hay acuerdos universales. Por ejemplo, la vida es un
valor y pareciera que no existen pueblos, comunidades o sociedades que discutan o estén en

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desacuerdo acerca del respeto por la vida, aún cuando en los hechos sabemos que ella se violenta
con las agresiones y las guerras. Sin embargo, muchos pueden considerarlo indiscutible.

¿Cómo reconocer, qué es la dependencia, en el plano axiológico?

Pues bien, la dependencia de los valores, no está referida a las cosas, sino, al ser. Es decir,
a las personas; de allí que no existe valor independiente, sino, en estrecha relación con la persona
humana, que hasta ahora se entiende es el único ser capaz de valorar.

¿Por qué los valores poseen polaridad?

El valor, es una entidad que no es indiferente, por cuanto, siempre se presenta polarmente.
Vale decir, la belleza tiene su polo opuesto en la fealdad, la bondad, en la maldad, la verdad en la
mentira y lo santo en lo profano. La polaridad de los valores es el desdoblamiento de cada cosa
valente, en un polo positivo y uno negativo. El aspecto negativo, es llamado disvalor o desvalor.

¿Cómo entender la característica de ser cualidad?

El valor, no está en la dimensión de lo cuantificable, no se refiere a cuánto, sino, a qué.


Por ello, una de sus características es ser cualidad pura, estableciendo relaciones entre las cosas
de valer y no de cantidad. Por ejemplo, ¿es posible saber la cantidad de honradez que existe en
una persona, o cuánto es su amor por otra?, esas respuestas están en un plano cualitativo, en el
que nuestra sociedad, tiene mayor dificultad para entender y vivir.

¿Existe una jerarquía única para todas las personas?

Las distintas teorías, relativistas y objetivistas, difieren en cuanto a cómo se establece esa
jerarquía. Para unos será la propia persona quien establece la dependencia de unos y de otros y el
orden de mayor valía. Sin embargo, para los objetivistas, existen categorías universales de
valores que se agrupan en torno a los lógicos, éticos y estéticos. Los lógicos, estarán en relación
con el conocimiento, los éticos con las conductas humanas y los estéticos, con la belleza.
Otros autores, tienen otras categorías.

Sin embargo, el mayor acuerdo, es que ellos pueden y son jerarquizables. Podríamos indagar en
cualquier persona, niño o adulto, negro o blanco o de distinta cultura y realizará una escala de
valores, de acuerdo a los parámetros de su moral.

Así, podemos sostener que, la preferencia de los valores, determina la moralidad de los actos. Y
esa preferencia, ¿en qué lugar del ser reside, sino, en su conciencia?

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¿Hablemos de la conciencia?

3.1.1. CONCIENCIA.

Si bien, no encontraremos una definición única acerca del concepto conciencia, bien
podemos establecer que ella es el continente de la acción y opción humana. Conciencia, es estar
en conocimiento de algo.

En la idea popular, la conciencia se concibe a menudo como una voz interior; algunas
veces como la voz de Dios, que nos dice lo que hay que hacer o evitar.

Pero, esto no es más que una metáfora. Si la conciencia habla con una voz, ésta es nuestra
propia voz. Sin duda, la mayoría de las personas experimentan una reacción del subconsciente
basada en el medio ambiente y en la educación de su niñez; una tendencia a aprobar o desaprobar
las cosas por las que nos enseñaron aprobación o desaprobación en la niñez. Semejantes
posesiones previas proporcionarán a menudo apreciaciones morales correctas, si hemos sido bien
educados. Un resultado de semejantes experiencias psicológicas tempranas podrá ser acaso un
vago sentimiento de malestar e inclusive de culpa, al apartarnos de! Patrón establecido, aunque el
sentimiento se reconozca como absurdo. Esto no es lo que se entiende por conciencia en el
sentido tradicional. No se identifica tampoco con el súper ego de Freud, aunque existe cierta
relación entre ambas cosas.

La conciencia no es una facultad especial distinta del intelecto, ya que, en otro caso,
nuestro juicio acerca de la bondad o la maldad de nuestros actos individuales no sería intelectual,
si no irracional, esto es, producto de algún instinto ciego. La conducta de esta clase no sería digna
de aquel cuya característica principal es la inteligencia. La conciencia, pues, no es más que el
propio intelecto en una función de juzgar acerca de la bondad o la maldad de nuestros propios
actos individuales.

La conciencia es una función del intelecto práctico. No trata de cuestiones teóricas de lo


bueno o lo mato en general, tales como, "¿por que es malo mentir?" "¿Por qué hay que hacer
justicia?" Sino, de la pregunta práctica: "¿Qué es lo que debo hacer aquí y ahora, en esta situación
concreta?" "Si realizo e! acto en el que estoy pensando, ¿mentiré acaso, o seré acaso injusto?" Se
trata del mismo intelecto práctico con el que juzgo lo que debo hacer o evitar en los demás
asuntos de la vida: cómo he de llevar mis negocios, invertir mi dinero, proteger mi salud, diseñar
mi casa, mi fábrica o mi granja, educar a mi familia. Lo mismo que los demás juicios humanos, la
conciencia puede equivocarse y formar juicios morales erróneos. Y en forma análoga a como el
individuo puede cometer errores en aquellas otras esferas de la actividad humana, así puede
cometer también errores en su conducta personal.

Al efectuar cualquier juicio práctico, el individuo no tiene más guía que su intelecto.

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Por consiguiente, la concepción puede definirse como el juicio práctico de la razón acerca
de un acto individual como bueno y debiendo ejecutarse, o como malo y debiendo evitarse.

El término conciencia se aplica a las siguientes tres cosas:

1. Al intelecto en cuanto facultad de formar juicios acerca de los actos individuales buenos o
malos.

2. Al proceso de razonamiento que sigue el intelecto para llegar a semejante juicio.

3. Al juicio mismo, que es la conclusión del proceso discursivo.

3.1.2. CLASES DE CONCIENCIA.

La conciencia puede ser una guía de opciones futuras, induciéndonos a hacerlas o a


evitarlas, o un juez de nuestras opciones pasadas, fuente de nuestra autoaprobación o de nuestro
remordimiento. La primera se designa como conciencia antecedente, y la segunda como
conciencia consecuente. Para los fines de la ética, la conciencia antecedente es más importante.
Sus actos son principalmente cuatro: ordenar o prohibir, cuando el acto deba hacerse o deba
evitarse; persuadir o permitir, cuando se trata del mejor o peor curso, sin obligación alguna
estricta.

La conciencia, también podrá ser correcta o errónea.

Puesto que el juicio de conciencia es un juicio de intelecto y que el intelecto puede


equivocarse, ya sea adoptando falsas premisas o extrayendo una conclusión ilógica. La
conciencia correcta, juzga como bueno aquello que realmente es bueno o como malo, aquello que
realmente es malo. Aquí las moralidades subjetivas y objetivas concuerdan. La conciencia
errónea, juzga como bueno aquello que en realidad es malo, y como malo, aquello que en
realidad es bueno. Todo error implica ignorancia, porque una persona no puede hacer un juicio
falso en su mente a menos que le falte el conocimiento de la verdad.

La ignorancia implícita en el errores ya sea vencible o invencible y así, pues, hablamos


también del error como vencible o invencible. Por consiguiente, tenemos una conciencia
venciblemente errónea si el error puede superarse y el juicio corregirse, o una conciencia
invenciblemente errónea, si el error no puede superarse y el juicio no puede corregirse, al menos
por los medios que de cualquier persona normal, cabría esperar que fueran a utilizarse.

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¿La conciencia podrá ser también cierta o dudosa?

La conciencia cierta, juzga sin temor a que lo opuesto pueda ser la verdad. En tanto que la
conciencia dudosa, o vacila en hacer un juicio cualquiera en absoluto, o hace el juicio, pero con
sospechas de que lo opuesto pueda ser cierto. Si no formula juicio alguno, el intelecto permanece
en suspenso, porque no ve motivos en ninguno de los dos lados, o los ve iguales en ambos lados.
Si el intelecto juzga con miedo del opuesto, asiente a uno de los lados, pero su juicio no es más
que una opinión probable. Hay diversos grados de probabilidad, que van desde la ligera sospecha
hasta los bordes de la certeza.

El hecho de que la gente difiera en cuanto a su sensibilidad a los valores morales confiere
características habituales a sus juicios de conciencia. Hablamos de conciencias estrictas o
relajadas, blandas o duras, aguadas o embotadas, delicadas o burdas, según que propendan a
percibir o pasar por alto los valores morales.

La conciencia perpleja pertenece a aquel que no logra decidirse y permanece en un estado


de ansiedad indecisa, especialmente si cree que hará mal con cualquiera de las alternativas que
elija.

La conciencia escrupulosa atormenta a su poseedor volviendo a suscitar una y otra vez


dudas que ya fueron eliminadas anteriormente, encontrando nuevas fuentes de culpa en actos
antiguos que sería preferible ignorar y persiguiendo una especie de certidumbre en el estado de
ánimo que está más allá de nuestro poder en este mundo. La escrupulosidad podrá constituir
acaso una forma grave de autotortura espiritual, llegando a la ansiedad neurótica, que constituye
un estado más bien psicológico que ético. La persona necesita aprender no la distinción entre lo
bueno y lo malo, que sabrá acaso perfectamente bien, sino cómo dejar ds atormentarse con
miedos infundados, o cómo poner fin a su insensato autoexamen y enfrentarse a la vida con un
espíritu más confiado.

¿Cuáles son problemas de conciencia?

Hasta qué punto un individuo es responsable de sus actos, esto nadie más que él lo sabe.
Otros le juzgan, pero no pueden ver más que los aspectos externos. El individuo sabe cuándo ha
sido juzgado mal por los demás y sólo puede saberlo, comparando su juicio con el suyo y
pronunciando un juicio final sobre estos dos juicios. Esta forma de conocimiento reflexivo, de
percepción de la propia responsabilidad, se confunde a menudo con la conciencia, pero es más
propiamente una forma de estado consciente.

El individuo juzga no sólo si es o no responsable y en qué medida de sus actos, sino


también si estos actos son buenos o malos. Como ya dijimos al principio, la ética descansa en un
hecho de experiencia, esto es; en la convicción del individuo de que algunos actos son buenos y
deben realizarse, en tanto que otros son malos y no deben hacerse, y otros más son indiferentes y
pueden hacerse o dejar de hacerse. El que tales juicios sean correctos o no, esto es otra cuestión,
pero el hecho es que los individuos así los formulan. La facultad de hacerlo se llama conciencia.

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Puesto que, hasta aquí hemos tratado de aspectos tan subjetivos del acto humano como
son la voluntariedad y la responsabilidad y puesto que, la moralidad se presenta primero a nuestra
experiencia como un juicio reflexivo personal sobre nuestros actos, mucho antes de que hayamos
identificado los principios en que dichos juicios deberían apoyarse, será indicado que
continuemos con los aspectos subjetivos de la moral antes de pasar los objetivos.

Todos los individuos, cualquiera que sea su sistema de moral, formulan juicios de
conciencia. El estudio de la conciencia está, o debería estar, fuera del dominio de la controversia
y sin embargo, es cuando tratamos de encontrar una base objetiva para la conciencia y sus juicios
que los sistemas éticos empiezan a divergir. Pero, más allá de todos los sistemas éticos y común a
todos ellos, se encuentra la exigencia de que el individuo sea sincero consigo mismo y que haga
el bien tal y como lo ve. Necesitamos examinar los siguientes puntos:

1. ¿Qué es la moralidad?
2. ¿Qué es la conciencia?
3. ¿Cómo se forma el juicio de la conciencia?
4. ¿Hemos de seguir siempre los dictados de la conciencia?
5. ¿Podemos actuar con una conciencia dudosa?
6. ¿Cómo pueden resolverse las dudas de la conciencia?

Vamos a entender la conciencia pues, como una facultad del sujeto que juzga y que se dirige a él.
Esto significa, que la persona humana es quien juzga los actos como morales o inmorales y los
juzga dirigiendo sus juicios a si mismo y a las otras personas.

3.1.3 FORMACIÓN DE LA CONCIENCIA.

Formando nuestra propia conciencia a través de la reflexión.

La persona que duda y ha agotado el método directo sin llegar a un conocimiento, tiene en
realidad, una duda doble:

1. ¿Cuál es la verdad real en el asunto considerado?

2. ¿Qué está uno obligado a hacer en semejante situación?

La primera es la duda teórica o especulativa, y esta es la cuestión que no puede


responderse, porque el método directo fue utilizado y no dio resultado. La segunda, es la duda
práctica u operativa y es de ésta sola, que sostenemos que puede resolverse en todo caso.

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¿Todo duda es teóricamente invencible?

Aunque muchas dudas sean teóricamente invencibles, toda duda es prácticamente


vencible. Una persona puede llegara estar cierta de lo que está obligada a hacer, acerca de cómo
se espera que actúe y de cual conducta le es exigida, mientras permanece, con todo, en un estado
de duda teórica no resuelta.

Así, pues, aunque la bondad o la maldad del acto no esté resuelta en lo abstracto, el
individuo adquiere la certidumbre, con todo, de lo que en dichas circunstancias está obligado y
autorizado a hacer y por consiguiente, actúa con una conciencia cierta. En otros términos,
encuentra la ciase de conducta que es ciertamente correcta y buena para la persona que duda.

Este proceso de resolver una duda práctica sin tocar la duda teórica se designa como
formación de nuestra conciencia.

El proceso de formar nuestra conciencia propia, se realiza mediante el uso de principios


reflexivos, así llamados porque la mente se sirve de ellos al reflexionar sobre el estado de duda e
ignorancia en los que ahora se encuentra. No hay más que dos cursos posibles, a saber:
asegurarse y seguir el camino más fácil. Puesto que, estos dos cursos de acción suelen ser casi
siempre opuestos, ¿podemos por ventura tomar el que nos guste en cada caso? No. En efecto, ya
que en cuanto debamos tomar uno o cuando debamos tomar otro, descansa precisamente la
formación de una conciencia correcta.

Siguiendo el curso moralmente más seguro:

Por curso moralmente más seguro, entendemos aquel que con mayor seguridad conserva
el bien moral y con mayor seguridad evita la acción mala. Con frecuencia, dicho curso es
físicamente más peligroso. En algunas ocasiones, ninguna de las dos alternativas se presenta
como más segura, sino que la obligación se presenta en ambos lados como igual y entonces
podemos adoptar el curso que queramos.

Uno está simplemente autorizado a elegir el curso moralmente más seguro. Si un


individuo no está obligado ciertamente a actuar, pero duda si está o no autorizado a hacerlo, el
curso moralmente más seguro está en omitir el acto; así, pues, si dudo acerca de si este dinero me
pertenece justamente o no, puedo simplemente rechazarlo.

Si un individuo está ciertamente autorizado para realizar un acto, pero duda acerca de si
está o no obligado a realizarlo, el curso moralmente más seguro es el de realizar el acto; así, pues,
si dudo acerca de si he pagado o no una factura, puedo ofrecer él dinero y correr el riesgo de
pagar dos veces.

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Algunas veces estamos obligados a seguir el curso moralmente más seguro.

Debemos hacerlo, cuando existe un fin de obtención segura, con nuestro mejor esfuerzo, y
la duda se refiere simplemente a la eficacia de los medios para alcanzarlo. Aquí la obligación
indudable de conseguir el fin implica la obligación de utilizar medios ciertamente eficaces. Un
médico podrá no utilizar un remedio dudoso con su paciente, si tiene otro medio seguro a su
disposición. Un abogado podrá decidir no defender a este cliente con argumentos débiles si los
tiene más sólidos para presentar. Un cazador podrá no dispararen la maleza si duda acerca de si
aquello que se mueve es un hombre o un animal. Un comerciante podrá no pagar una deuda
ciertamente existente con moneda probablemente falsificada, ni anunciar como de primera clase
artículos probablemente deteriorados. Semejantes casos sólo tratan de cuestiones de hecho. La
obligación de la persona es aquí cierta y ella ha de servirse de los medios que la satisfagan,
ciertamente.

Pero, hay otros casos en que la obligación misma es la cosa acerca de la que se duda.
Aquí nos encontramos ante una cuestión distinta. El curso moralmente más seguro, aunque
siempre permisible, es a menudo costoso e incómodo y, en algunos casos, heroico. Por deseo de
hacerla cosa mejor, lo seguimos a menudo sin objeción, pero, si estuviéramos obligados a
seguirlo en todos los casos de duda, la vida se haría intolerablemente difícil.

Para estar seguros moralmente, habríamos de ceder ante toda reclamación dudosa de
otros, que no tienen mejor derecho alguno y convertirnos así en víctimas de todo estafador e
impostor de conciencia menos delicada que la nuestra.

Semejantes dificultades se evitan mediante el uso del segundo principio reflexivo, esto es:
una obligación dudosa no sirve.

¿Cuándo una obligación es dudosa?

El principio de que una obligación dudosa no procede realizarla, sólo es aplicable cuando
dudamos si estamos o no vinculados o involucrados por una obligación, cuando la duda de
conciencia se refiere a la legalidad o ilegalidad que estamos pensando realizar. Se aplica tanto a
la ley moral como a las leyes humanas.

Podemos servimos de este principio en ambas situaciones siguientes:

1. Dudo acerca de si la obligación existe o no.

2. Dudar acerca de si la obligación se aplica o no a nuestro caso.

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Por ejemplo: podemos dudar acerca de si las leyes de caza nos prohiben o no dispararle a
un conejo en nuestro propio campo, acerca de si la fruta que cuelga del árbol de mi vecino de mi
lado de la cerca le pertenece a él o me pertenece a mí; acerca de si estamos lo bastante enfermo
para estar dispensados o no de ir al trabajo; acerca de si el daño que causamos fue puramente
accidental o debido a descuido. Sin duda, hay contenidas aquí cuestiones de hecho que no pueden
resolverse, pero todas ellas plantean cuestiones de legalidad o permisibilidad de actos, a saber
¿Existe ley alguna, aplicable a estos casos, que ciertamente los prohiban? Si el método directo no
proporciona prueba alguna, entonces estoy moralmente justificado en hacer dichas cosas con
fundamento en el principio de que una obligación dudosa no liga.

La razón subyacente a este principio, es que la promulgación forma parte esencial de la


ley y una ley dudosa no ha sido suficientemente promulgada, porque no ha sido dado
suficientemente a conocer a la persona que está a punto de actuar aquí y ahora. La ley impone
una obligación, que por regla general es gravosa, y aquel que quiera imponer una obligación a
otro o restringir su libertad, ha de probar que tiene el derecho de hacerlo.

Se presume que, el individuo es libre hasta tanto que está cierto de estar restringido y por
consiguiente una restricción o una ley que existe en forma dudosa pierde su fuerza de obligar.

Hemos de poner cuidado en distinguir estos casos de aquellos que caen bajo el otro
principio. Si la obligación misma es la cosa sujeta a duda, no estoy obligado. Si la obligación es
cierta y únicamente mis medios de llevarla a cabo son dudosos, podré no utilizar medios dudosos
si los hay ciertos. No podré hacer rodar piedras cerro abajo, con la mera esperanza de que no
alcanzarán a nadie en la carretera que pasa por abajo, pero puedo hacer transportar piedras fuera
de un terreno que sólo probablemente es mío. No podré dejar por allí alimentos envenena dos
contando con la probabilidad de que nadie tratará de comerlos, pero puedo manufacturar veneno
claramente etiquetado si semejante manufactura solo está probablemente prohibida por la ley.

En el primero de los casos, no existe duda alguna acerca de la obligación; no estamos


autorizados a poner innecesariamente en peligro vidas humanas. Podrá ocurrir que no resulte
daño alguno de ello, pero los actos son ciertamente peligrosos y ha de elegirse el curso
moralmente más seguro. En el segundo caso, la ley misma acerca de no apoderarse de la
propiedad de otros o de no manufacturar determinados productos, es solamente de aplicación
dudosa a un caso y se puede sacar provecho de la duda en nuestro favor, porque una obligación
dudosa no sirve.

¿Cuan dudosos han de ser una ley o un deber para perder su fuerza de obligar?

¿Han de ser la existencia o la aplicación de la ley o del deber más dudosos que su no
existencia o su no aplicación, o igualmente dudosos, o bastará acaso cualquier duda para
eximimos de la obligación? Semejantes cuestiones se discutieron acaloradamente durante los
siglos XVII y XVIII, más por los teólogos morales que por los éticos filosóficos.

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El punto de vista que sobrevivió como el más firme en teoría y el único operante en la
práctica se designa como probabilismo. No requiere una ponderación de probabilidades de uno o
de otros lados del caso, sino simplemente que sea sólidamente probable que el derecho o el deber
no existe o no se aplican a mi caso, para que yo esté libre de su obligación. La probabilidad sólida
significa que las razones contra la existencia o la aplicación de la obligación no sean frívolas o
ficticias, sino válidas o de peso, aunque puedan serlo menos que las razones a favor de la
obligación. Ninguna posición puede estar cierta de si hay o no razones válidas y de peso contra
ella. Si esto no es cierto, es dudoso, y si es dudoso, no obliga. Enumerar todas las razones de los
dos lados y ponderar sus méritos relativos constituye a menudo una tares desesperada que
desconcierta a los mejores expertos. El individuo corriente no tiene ni tiempo ni conocimientos o
capacidad para semejante comparación. En la práctica, las decisiones han de adoptarse
prontamente y serio, con todo, con cierta conciencia. La teoría del probabilismo permite hacerlo
así.

¿Qué podemos concluir?

La cuestión entera de formar nuestra propia conciencia parece implicar una gran cantidad
de sutilezas, como si estuviéramos cercenando la obligación moral hasta sus términos más tenues.
¿No es acaso esto contrario a la simplicidad y la sinceridad espontáneas? En respuesta, lo primero
que hay que observar es que podemos seguir siempre el curso moralmente más seguro. Pero, en
ética, no estudiamos sólo aquello que es mejor, más noble y más heroico, sino también,
exactamente aquello que el hombre está estrictamente obligado a hacer. Un individuo generoso
no regateará acerca de obras buenas, pero el individuo ilustrado querrá saber cuándo está
cumpliendo un deber estricto y cuándo está siendo generoso.

¿Podemos imponer o otros nuestras opciones?

Una distinción moral precisa es particularmente necesaria para juzgar la conducta de los
demás. En nuestras vidas personales, podremos disponernos acaso a prescindir de nuestros
derechos estrictos y a ir más allá de lo que el deber nos impone, pero, no tenemos derecho alguno
de imponer a otros la obligación de hacerlo así. La línea limítrofe entre lo que está bien y lo que
está mal, es difícil de trazar. Resulta disparatado querer seguiría demasiado cerca, pero no
tenemos derecho con todo de acusar a otra persona de obrar mal si no ha realizado mal alguno,
ésta es la razón de lo que hubiéramos de detallar estos principios tan cuidadosamente.

En resumen:

La moralidad significa el carácter bueno o malo de los actos humanos. Es objetiva o


subjetiva, según que pase por alto las peculiaridades personales del agente o las tome en
consideración. La norma de la moralidad subjetiva es la conciencia.

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La conciencia no es una facultad especial, sino, una función del intelecto práctico que
juzga el acto concreto de la persona individual en cuanto moralmente bueno o malo. El razona
miento utilizado por el intelecto es un silogismo deductivo, del que la premisa mayor es un
principio moral aceptado. La menor, una aplicación del principio al caso considerado, y la
conclusión es el juicio de la conciencia.

La conciencia antecedente es una guía para actos futuros, y la conciencia consecuente es


un juicio de actos pasados. La conciencia correcta juzga lo bueno como bueno y lo malo como
malo, en tanto que la conciencia errónea, juzga lo bueno como malo y lo malo como bueno. La
conciencia cierta juzga sin temor de lo opuesto, en tanto que la conciencia dudosa o no formula
juicio alguno, o juzga con temor de lo opuesto. La conciencia es estricta o relajada, según que
tienda a percibir o a pasar por alto los valores morales.

Obedecer siempre a la conciencia cierta, aún si es invenciblemente errónea.

Una conciencia cierta y correcta no es mas que la percepción clara y propia de nuestro
deber moral. La certeza prudencial, esto es, la exclusión de todo temor prudente de lo opuesto, es
todo lo que puede operarse en materia moral. Una conciencia cierta pero errónea ha de seguirse
también, porque la gente no puede distinguirla de la conciencia correcta y no tiene otra guía
alguna; el acto es subjetivamente correcto, aunque sea objetivamente erróneo.

No actuar nunca con una conciencia dudosa.

Hacerlo así, equivale a realizar un acto tanto si está bien, como no, negándose el agente a
adoptar los medios de evitar el mal.

La persona que duda ha de utilizar primero el método directo de indagación e


investigación para disipar la duda. Si esto no da resultado, puede utilizar el método indirecto de
formar nuestra conciencia, que consiste no en resolver la duda teórica ¿cuál es la verdad real?, si
no solamente la duda práctica ¿cómo debe obrar en este caso la persona que duda?.

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La duda práctica puede resolverse siempre utilizando uno


de los dos principios reflexivos, a saberP(1)

1. El curso moralmente más seguro es preferible. Esto siempre está permitido pero resulta a
menudo costoso. Debe utilizarse si el caso no se refiere a la existencia o la aplicación de una
obligación, sino a la eficacia de los medios empleados para un determinado fin que ha de
alcanzarse ciertamente.

2. La obligación dudosa no sirve. Este principio sólo puede utilizarse cuando se trata de la
obligación misma, cuando la existencia o la aplicación de una obligación son objeto de duda.
Una ley dudosa no está suficientemente promulgada y por consiguiente, no posee fuerza de
obligar, porque la promulgación es uno de los elementos esenciales de la ley.

El probabilismo sostiene que para obligar, la obligación ha de ser cierta, y ninguna


obligación puede serlo si hay contra ella razones sólidamente probables, independientemente de
cuan fuerte pueda ser la probabilidad. Resulta prácticamente imposible apreciar los grados de
probabilidad de cada lado, pero el probabilismo hace semejante comparación innecesaria.

Hoy por hoy, hay mayor sensibilidad ética en el entorno empresarial. Pero, es igualmente
cierto que esta sensibilidad ética no es tan sólida como podría suponerse ingenuamente. La
enorme cantidad de libros publicados sobre el tema no implica un aumento de moralidad
empresarial. Muchos autores señalan que a la mayoría de los estudiantes hay que obligarlos a
asistir a los cursos de ética. Los alumnos ven en estos cursos unas pastillas de moralina. Si esto
piensan los selectos estudiantes, ¿qué podemos esperar de los menos selectos?

En términos generales, la conciencia es el saber común acerca de un mismo hecho. Esto nos
indica, que si bien la conciencia es personal y opera de un modo diferente en cada uno, proviene
al parecer, de la relación entre las personas. De allí las disputas teóricas y que el punto anterior
nos muestra tas diversas concepciones acerca de la conciencia moral.

Algunos autores sostienen que la conciencia es como una página en blanco, que se va
llenando de contenido en la medida que se producen nuestras experiencias de vida. Por cuanto, la
conciencia tiene diversas fuentes para formarse, la religión, la estructura personal y cognitiva, las
fuerzas de la sociedad y la familia y todo lo que rodea a la vida humana. La conciencia moral de
un judío, puede ser similar a la del cristiano y diferir del hindú, o bien ser parecida a!
mahometano, etc. Si es que siguiéramos las fuentes religiosas, veríamos coincidencias y
discrepancias que dicen relación con los principios que animan tas religiones. Del mismo modo,
si lo vemos en términos históricos, sin duda, el valor que tienen nuestros próceres es tremendo y
es probable que no utilizaríamos los mismos medios para salvar una situación similar.

(1)
Tomado de Agustín Pagothey,1991, Ética, Teoría y Aplicación, Quinta edición, México:
McGraw Hill, 1973, Capitulo 4, La Conciencia

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Vamos a convenir entonces, que todas las experiencias temporales y naturales, son
formadoras de conciencia, así como las herencias genéticas y culturales, hacen de nosotros los
humanos, un resultado de humanidad.

3.1.4. CONCIENCIA PSICOLÓGICA.

Los estudiosos de la mente humana, psicólogos e investigadores, han definido a ésta,


como la facultad de conocimiento y juzgamiento acerca de sí mismo y del mundo. Cuando
hablamos de sí mismos, es acerca del conocimiento que tenemos de nuestra temporalidad, de
nuestro yo, que a pesar del paso de los años, existe la certeza que somos nosotros mismos. Esa
noción del yo, es la conciencia psicológica que nos permite operar en el mundo, hacernos
responsables de nuestras acciones independientemente del tiempo en que ellas ocurren.

En esta conciencia psicológica, es donde se producen las certezas que dan cuenta de la
normalidad o anormalidad de nuestros actos. Salud y enfermedad conviven en nosotros de una
forma simultánea que aún con los avances y estudio en estos temas, no hay absoluto acuerdo de
qué es lo normal y qué no lo es. Muchas conductas que en nuestra sociedad son castigadas, en
otras culturas son absolutamente normales.

Entendemos por normal, aquello que se da siempre y que es aceptado como correcto. Es
posible encontrar conductas que consideramos anormales, pero que si no dañan a otros, no las
sancionamos. Entonces, la sociedad actual ha empezado a aceptar aquellas cosas que se dan con
frecuencia y que se estiman normales. La disyuntiva moral es, cuándo establecer qué es lo normal
y sano y aquello que no lo es.

Hay sociedades que aceptan la homosexualidad y la consideran normal y no dañina, es


más, la legislación empieza a amparar esas conductas y permite el matrimonio homosexual.
Nuestra cultura latinoamericana castiga esas conductas y la discriminación opera bajo distintas
formas.

En sociedades altamente autoritarias y totalitarias, tienen una concepción acerca de la


normalidad, que difiere de las sociedades más abiertas o democráticas. La historia de la
humanidad, está llena de ejemplos de discriminación o aceptación. El tema es, dónde está lo
correcto.

Por ello, podemos aproximarnos a una conciencia psicológica que también está
determinada por la historia y su devenir.

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3.1.5. CONCIENCIA MORAL.

¿Cuál es el significado de la moralidad?

La moralidad es la calidad de los actos humanos en cuya virtud los signamos como
buenos o malos, como acertados o erróneos. Se trata de un término común relativo a la bondad o
a la maldad de un acto humano, sin especificar a cuál de los dos se refiere. El opuesto de lo moral
es propiamente lo no moral, términos que indican que el acto no tiene significado moral en lo
absoluto, que simplemente no se refiere a la moral. La palabra amoral se utiliza también en este
sentido, pero se aplica con mayor frecuencia a personas faltas de un sentido de responsabilidad
moral. Puesto que la palabra inmoral significa moralmente malo, indica un acto que posee una
calidad moral definida (un acto malo). Si se lo opone claramente a lo inmoral, el término moral
significa moralmente bueno. Así pues, moral e inmoral son contradictorios, porque toda cosa
tiene o no tiene alguna referencia con la moral; moral e inmoral son contradictorios, por cuanto
marcan los extremos del bien y del mal en el campo de la moral, excluyendo lo moralmente
neutro o insignificante.

Al juzgar la moralidad de un acto humano podemos tomaren cuenta las peculiaridades


subjetivas del agente y considerar el acto como condicionado por su conocimiento y su
consentimiento, por sus antecedentes, su preparación, sus perjuicios, su estabilidad emocional y
otros rasgos personales. Preguntamos si dicha persona individual obró bien o mal en el caso
particular considerando, si dicho acto particular fue bueno o malo para él. La moralidad
considerada en esta forma es una moralidad subjetiva, y está condicionada por el hecho de que el
acto concuerde con la conciencia propia del agente o discrepe de ella.

Pero, podemos también hacer caso omiso de dichas condiciones abstractas, las que,
aunque siempre presentes en todo acto individual, sólo pueden ser conocidas directamente por la
conciencia personal del autor. Podemos considerar simplemente la clase de acto realizado y las
circunstancias externas manifiestas para todo observador. No preguntamos si dicho individuo está
dispensado o no de responsabilidad por el acto, a causa de su ignorancia, de su pasión o de
cualquier otro modificador de la responsabilidad, sino, sí una persona normal cualquiera, en plena
posesión de sus facultades, está autorizada o no a querer deliberadamente aquella clase de acto.
Estamos juzgando el carácter objetivo del acto realizado, y no el estado subjetivo del actor. La
moralidad considerada en esta forma es moralidad objetiva.

Si preguntamos, ¿es el asesinato malo?, ¿es la sinceridad buena?. Estamos preguntando


por la moralidad objetiva. Pero si preguntamos, ¿se dio este individuo perfectamente cuenta de lo
que hacia al matar a aquel hombre?, ¿se proponía aquel individuo decir la verdad cuando soltó
aquella observación?. Estamos preguntando por la moralidad subjetiva.

La moralidad en su integridad incluye los aspectos tanto subjetivo como objetivo. No


tiene caso preguntar cuál sea más importante. En efecto, a menos que los actos posean una
bondad o una maldad propias, con las que el juicio de la conciencia debería estar de acuerdo, el
juicio de cualquiera es tan bueno como el de cualquier otro, y la ética se convierte en una mera
relación de opiniones. La ética en cuanto estudio pone el acento en la moralidad objetiva. Pero es
el caso que cada uno ha de vivir su propia vida, ha de rendir cuentas de sus actos tal como los vio,
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y se le tiene como bueno o como malo según su sinceridad en cuanto a seguir su conciencia,
inclusive si sus juicios morales fueron objetivamente erróneos. En este sentido la moralidad
subjetiva es principal.

Existe una clasificación respecto de la conciencia moral y que


tiene relación con los diversos enfoques históricos.

¿Podemos acercarnos a conocer esos enfoques que existen sobre la conciencia moral?

Conciencia moral como innata: esta forma de entenderla supone que la persona nace con la
facultad de decidir sobre el bien y el mal. Se supone que por el mero hecho de existir, todas las
personas poseen una conciencia moral que les permite conocer cuándo obran bien y cuando no.

Conciencia moral adquirida: supone este enfoque, que la persona desarrolla esa facultad de
juzgamiento del bien y mal, producto del aprendizaje de su cultura, sociedad o valores enseñados.
Esta postura señala que por efecto de la educación, la evolución histórica de las relaciones
sociales, la persona adquiere elementos de juicio, que le posibilitan desarrollar el potencial moral
de su conciencia.

Conciencia proveniente de la entidad divina: es entender que ella, es producto de que Dios ha
depositado en el hombre, una chispa de conciencia, por medio de la cual se descubre si un acto es
justo o injusto.

Conciencia originada en una fuente humana: la cual resulta de un proceso de evolución social
o individual que permite el desarrollo de la facultad de juzgar en torno al bien o al mal. La fuente,
considerada social o individual, es la que educaría en las personas, una forma de elegir qué es lo
conveniente o no.

Conciencia que procede de fuentes racionales: esto significa que a medida que la persona
busca formas de existencia más legítimas y de comunidad, su inteligencia le provee de una
moralidad, de un conjunto de normas por las cuales hacer posible esa convivencia.

Para los efectos de este estudio, que propician la reflexión, estas categorías pueden ayudar
a ampliar nuestra percepción acerca de la moral y cómo opera la conciencia. Si ella tiene algún
origen o no, es nuestra tarea, develar junto a ustedes ese proceso de formación de la conciencia.

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3.1.6. TIPOS DE CONCIENCIA MORAL.

Podríamos distinguir algunos tipos de conciencio moral o juicios que


se comprometen en el accionar humano.

• Conciencia moral activa: es la que opera con conocimiento de las cosas que ocurren en la
persona, vale decir, está siempre en ejercicio y alerta a las conductas. Es el juicio que siempre
emitimos frente a aquello que atenta a la moral pública y las llamadas buenas costumbres
(convenciones sociales).

• Conciencia moral adquirida: es aquella que se va construyendo producto de la acción


educativa y que compromete al sujeto en actitudes y conductas apropiadas. Son aquellos
valores que transmite la escuela, la familia, la iglesia, etc., y. que son aceptados como tales,
aunque no siempre actuados, o con polaridad positiva.

• Conciencia moral colectiva: son muchas de aquellas concepciones que se adquieren en la


comunidad y que no siempre están explicitadas, pero, sí operan a modo de sanción social,
cuando una persona rompe con ellas. Por ejemplo, en ninguna parte están inscritos los actos
de intimidad, sin embargo, si alguien en una reunión de trabajo, descubre su cuerpo, e! grupo
sancionaría de diversas formas.

3.2. PRINCIPIOS CLAVES PARA LA ACTUACIÓN EN CONCIENCIA.

Vamos a entender por principio aquellos aspectos fundamentales, puntos de partida o


basamentos en que la conciencia actúa. Ellos estarán dados por aspectos más globales, ya sean
filosofías, concepciones ideológicas o teorías que animan la vida. Distinguiremos entre estas
bases de la moralidad de las personas, las concepciones principales que sustentan principios.

¿Esta usted en condiciones de profundizar acerca de estos aspectos?


Veamos algunos principios contenidos en tos concepciones de mundo.

3.2.1. LA RELIGIÓN: ella en su acepción primera proviene del latín religare, que significa
fundamentalmente, vínculo.

La religión entonces, es el vínculo de las personas, con la deidad. Supone un vínculo de


obediencia a sus mandatos y una supremacía acerca de la vida misma. Los principios que ella
contiene, varían en algunos aspectos entre una y otra religión.

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Para el mundo occidental la principal religión es la católica, pero su fundamento filosófico


es el cristianismo que acepta a Jesús como e! hijo de Dios y cuyas enseñanzas, deben ser
asumidas por el mundo creyente.
La filosofía cristiana, se basa en que la historia es lineal, tiene un punto de partida en
Jesús y un punto de llegada a Dios. Supone que el hombre está hecho a imagen y semejanza de
Dios, por cuanto le debe obediencia y gratitud por su existencia. Todo lo que atentare contra esto,
es considerado pecado o falta.
El principio mayores la obediencia de los mandamientos que quedaron inscritos a través
de los libros contenidos en la Biblia y cuya preconización fue realizada por los apóstoles. La
supeditación del hombre, en tanto humano a la designación divina, propone que éste sea un ser
que tiende a la perfección de la virtud, mediante el pensamiento y la acción. La caridad humana
es la expresión de la caridad divina. Los designios de Dios, sólo él los conoce y la humanidad
sólo debe acatarlas.
Tanto la tradición como la doctrina, son tas fuentes de la religión cristiana y que tiene la
mayor cantidad de adeptos en el mundo.
Los fundamentos morales de la religión católica, son los diez mandamientos heredados de
la ley de uno de sus profetas: Moisés.

3.2.2. LAS IDEOLOGÍAS: son concepciones que operan bajo el imperio de las ¡deas acerca del
hombre, del mundo, de la relación entre ambos. Generalmente las ideologías provienen de
pensadores orientados al orden social y necesariamente apoyan sus tesis en principios o ideas
fundamentales para poder existir. Los principios ideológicos del idealismo, se sustentan a su vez
en la filosofía humanista que concibe al hombre y la mujer, como personas únicas e irrepetibles
en las cuales se encarnan valores que provienen del creador. La trascendencia es un elemento
presente en estas ideologías y se postula a una organización de la convivencia, en vistas a la
trascendencia.
Las ideologías materialistas, sustentan su teoría en la materia como fuente de vida, según
la organización de ésta, es el tipo de existencia o presencia que se dará. La temporalidad es
asumida como parte de un proceso evolutivo y no contienen consideraciones acerca de la
trascendencia de la vida.
Las ideologías siempre han animado las conductas de las sociedades a través de toda la
historia, sin embargo hoy, la postmodemidad(1) habla de "derrumbe" de las ideologías, cuestión
que se debate en los círculos intelectuales, puesto que no hay acuerdo acerca de ello.

¿Según su formo de pensamiento, estima usted que las ideologías


contienen valores?

(1)
Postmodernidad: concepto acuñado en los círculos intelectuales, que sostienen como punto de
partida la oposición critica a los sistemas de consumo y dehumanización de las sociedades. Es la
superación de la razón, como único elemento de conocimiento humano.

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3.3. LOS VALORES.

En tanto elementos rectores de la vida, ellos pueden ser clasificados para la praxis o
práctica. En nuestra sociedad, de la cual aún no tenemos perspectiva histórica para enjuiciaría,
tenemos una serie de escalas valóricas con relativa práctica de ellos. El concepto de relativización
de los valores en la sociedad actual, es un tema que abordaremos en la unidad referida a la
profesión y la ética, sin embargo trataremos acerca de la clasificación de los valores.

¡Vamos a esa clasificación!

Dentro de los valores religiosos, podemos reconocer:

• Fe.
• Piedad.
• Caridad.
• Sacrificio.
• Humildad.
• Perdón.
• Religiosidad.
• Otros.

¿Qué valores morales podemos reconocer?

• Pudor.
• Solidaridad.
• Responsabilidad.
• Amistad.
• Amor.
• Honradez.
• Verdad.
• Justicia.
• Sinceridad.
• Dignidad.
• Respeto.
• Generosidad.
• Otros.

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También encontramos valores estéticos.

• Belleza.
• Armonía.
• Equilibrio.
• Sensibilidad.
• Placer o goce.
• Hermosura,
• Otros.

Conozcamos algunos valores utilitarios.

• Higiene.
• Salud.
• Comodidad.
• Economía.
• Dinero.
• Alimentación.
• Desarrollo.
• Trabajo.
• Otros.

Vamos a reconocer valores intelectuales.

¾ Sabiduría.
¾ Perseverancia.
¾ Tenacidad.
¾ Valentía.
¾ Conocimiento.
¾ Ocio.

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EJERCICIO DE AUTOEVALUACIÓN Nº 01

1. Defina valor.

2. Explique cuáles son las características que puede tener un valor.

3. ¿Qué significado tiene la objetividad en el valor?

4. ¿Qué diferencia encuentra entre una posición objetivista y una subjetivista, acerca de los
valores?

5. A su juicio ¿cuál sería la polaridad de los siguientes valores?

¾ Honestidad ____________________
¾ Sacrificio ____________________
¾ Belleza ____________________
¾ Bondad ____________________
¾ Atropello ____________________
¾ Solidaridad ____________________

6. ¿De qué depende que los valores no sean jerarquizados del mismo modo, por todas tas
personas?

7. Defina la conciencia.

8. Los principios por los cuales la conciencia actúa, están basados en algunas concepciones de
mundo, señálelas.

Si usted compara sus respuestas con las claves contenidas en anexo y


encuentra semejanza, no dude en avanzar. Si por el contrario, aún
persisten en usted dudas consulte con su profesor tutor.
Ahora le invitamos a continuar con su estudio y reflexión.

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3.3.1. VALORES, FORMACIÓN Y EDUCACIÓN.

Cada sociedad forma a sus integrantes conforme a sus intereses y en función de la


preservación de ella misma. La sociedad en su conjunto, a modo de inconsciente colectivo, va
guardando y registrando en su memoria histórica los aspectos por los cuales ha vivido bien o ha
sufrido quiebres. Muchas sociedades del tercer mundo, conservan una xenofobia a (os europeos o
pueblos extranjeros, por los cuales sus antepasados fueron colonizados.

Este intento de preservación y defensa de una sociedad, muchas veces impide la


formación de sujetos críticos a ella. Los mecanismos para defenderse, a veces suelen caer en la
discriminación o segregación de aquellos miembros que no responden a sus patrones de
aceptación.

Aiain Tourain, sociólogo francés, cuando se refiere a los pueblos indígenas, sostiene que
muchas de las posturas de defensa de ios pueblos originarios, están siendo inconscientemente,
formas de discriminación con aquellos que dicen defender. Es decir, cuando se pretende la
convivencia de varias culturas en una nación, existe el riesgo del abandono o la indiferencia sobre
algunos grupos. No se les combate, pero tampoco se les integra.

La interculturalidad, tiene esa doble dimensión inconsciente y que muchas veces no está
al centro del debate de los defensores o discriminadores de los pueblos aborígenes.

Por otro lado, la transculturalidad, es decir, atravesar y transversalizar las culturas, pueden
ser más bien formas de dominio que de respeto a la diversidad. Existe el riesgo de hacer en un
juego de poder de un pueblo sobre otro y hacer prevalecer costumbres que serán impuestas a los
más débiles.

La educación es el mecanismo por el cual la educación forma a los sujetos conforme a su


proyecto, La educación tiene dos dimensiones o formas de producirse, en términos sistemática
(escuela) y en forma asistemática (sociedad, familia).

Para nuestros efectos, nos referiremos a la educación sistemática, aquella que intenta crear
condiciones para someter la naturaleza humana a la cultura (entendida ésta como toda
construcción humana). Freud, psiquiatra vienes, sostenía que la cultura es profundamente
represiva, en tanto propone encauzar los impulsos de la persona hacia fines productivos. Él
elaboró su teoría sobre la base de los elementos rectores que llamó mecanismos de defensa.

Algunos de estos mecanismos están operando continuamente en las personas, cuando


ellos son por exceso, es cuando estamos en presencia de una patología. Por ejemplo, el
mecanismo de defensa llamado proyección, podemos definirlo muy esquemáticamente como
aquel en que el individuo ve en otras personas lo que quisiera desterrar en forma inconsciente de
sí mismo. La proyección se la puede entender por la frase bíblica que sostiene que mirar la paja
en el ojo ajeno y no ver la viga en el suyo propio, es ver defectos en los demás, que quisiéramos
desechar de nosotros mismos.

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Freud cuando instala su teoría psicoanálitica, propone un nuevo orden en lo moral, al


sostener que todo lo que moviliza a la humanidad en términos de una lucha de contrarios entre el
Eros y el Tánatos, vale decir, entre el amor y la muerte. Esta tesis estremece la sociedad de su
época y hasta nuestros días, genera más de una discusión la validez de la misma. El siglo XIX vio
a la luz determinadas ¡deas, con mucha crítica y desconcierto, por no poder asimilar lo distinto y
aquello que lo saca de sus formatos de sociedad.

Sin embargo el aporte de Freud, aún cuando no todos comparten sus teorías, es
innegablemente un precursor de una fuerza psicológica que hoy tiene el respeto de maestros y
psiquiatras, artistas y científicos., que apoyan sus creaciones en sus ideas.

Le invitamos a que considere estas ideas recién planteadas y aplique el concepto de aprendizaje
trabajado por usted anteriormente. ¿Qué supone usted que operó en la época en que Freíd
plantea estas ideas?

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EJERCICIO DE AUTOEVALUACIÓN Nº 02

1. ¿De qué modo estima usted que la religión determina las formas de convivencia de las
personas?

2. ¿Estima usted que las ideologías influyen en las personas, hasta el grado de instalar una
nueva moral en la sociedad?

3. Elabore su propia escala de valores y compárela con la de otra persona, si tiene oportunidad.
Registre sus conclusiones.

4. ¿Qué ideas se ha formado usted acerca de los pueblos originarios?. ¿Cómo resolvería de
acuerdo a su conciencia?

5. ¿Piensa usted que la educación actual favorece la formación de actitudes y valores orientados a
la sana convivencia?

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EJERCICIO DE AUTOEVALUACIÓN Nº 03

Como recordará, la autoevaluación se propone que usted tome contacto con los modos de
aprender, que haga conciencia cómo se produce el aprendizaje y que descubra cómo hacerlo más
eficiente, en función de su formación. Usted podrá ir verificando paso a paso sus avances.

A continuación los temas presentados, están en relación con los objetivos


planteados de la unidad. ¡Que logre un buen trabajo.'

1. ¿Qué significación tienen en usted los valores, considerando las características de ellos?

2. Le invitamos a que realice un ensayo acerca de la polaridad del valor en la vida cotidiana.

3. ¿Qué valores considera de mayor significación para ser entendidos como rectores del
comportamiento?

4. ¿De qué modo entiende usted la relación entre conciencia y moral?

5. Mencione los aspectos de mayor dificultad que ha tenido durante el estudio.

Recuerde que no existe respuesta tipo para comprobar la autoevaluación


y que lo que encontrará en el anexo, es para enriquecer la reflexión.

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SOLUCION EJERCICIO AUTOEVALUATIVO Nº1

1. El valor puede definirse como una cualidad irreal, en tanto carece de corporalidad y se
constituye en un rector de la conducta humana.
2. Características que poseen los valores:

• Valer.
• Objetividad.
• Dependencia.
• Polaridad.
• Cualidad.
• Jerarquía.

3. Si lo objetivo es aquello que está fuera del sujeto, significa que el valor es algo que poseen las
cosas independientemente, de que el sujeto las reconozca.
4. Mientras para los objetivistas el valor existe independiente del sujeto que valora, para el
subjetivismo, sólo es posible valorar por la persona humana. Por tanto, las cosas no tienen más
valor que las que le asigna el sujeto que valora.
5.
• Honestidad ——————— Deshonestidad

• Sacrificio ——————— Comodidad.

• Belleza ——————— Fealdad.

• Bondad ——————— Maldad.

• Atropello ——————— Respeto.

• Solidaridad ——————— Egoísmo.

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6. Las personas por herencia cultural y de acuerdo a una concepción de mundo, ya sea ésta
conscientemente asumida o no, van estableciendo prioridades respecto de lo que valoran para
sus vidas y para el mundo. Es así que podemos hablar de escalas valóricas personales
diferentes, sin embargo, hay parámetros de comportamiento social que ponen un sello a sus
integrantes.

7. La conciencia está definida como aquella parte del ser humano donde reside todo el saber y la
posibilidad de la opción. En ella se inscriben todas las experiencias que el sujeto vive y le
permite seleccionar aquello que le "sirve". La conciencia se va construyendo en relación a la
historia del sujeto y conforme a la sociedad y su influencia.

8. Las concepciones de mundo que determinan en general la conciencia, establecen principios y


basamentos en los cuales se apoyan. Ellas pueden ser: la religión, las ideologías y las
creencias, teorías que atraviesan la historia de las sociedades y que determinan en gran medida
el comportamiento de las personas.

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SOLUCION EJERCICIO AUTOEVALUATIVO Nº2

1. La religión, tuvo un momento histórico más, en que influyó fuertemente en la conducta de las
personas. Al parecer la sociedad actual de consumo, se ha desligado bastante de lo que se
espera del mundo cristiano.

Ello no implica que haya perdido su influencia si consideramos que aún prescribe formas de
convivencia en materia política y moral. El actual Papa. ha tenido un rol de mediador en muchos
conflictos, de derechos humanos o de problemas limítrofes. Su intervención ha sido directa o a
través de personas autorizadas por el vaticano.

En el caso de otras religiones distintas a la católica, como en el caso de los musulmanes, la


estructura social es cerrada y ha promovido, incluso conflictos bélicos, como es el caso de la
guerra del golfo pérsico.

2. La influencia ideológica en los comportamientos sociales es muy poderosa, basta analizar que
su tarea se orienta precisamente a modificar las estructuras sociales, según sean sus intereses
respecto a ella.

Una ideología instala una forma de convivencia y se expresa a través de los partidos políticos
que son las organizaciones encargadas de hacer praxis esas ideas.

Hay ideologías que han propiciado conductas fanáticas, de tal modo que sus adherentes
conciben a quienes no participan de iguales ideas, como enemigos, llegando a la eliminación de
ellos.

Estas ideas no deben ser tomadas como proscripción de todas las ideologías o que sean
consideradas perversas, pero sí es interesante, mantener una mentalidad crítica frente a
planteamientos que intentan uniformarla conciencia.

3. La escala que usted diseña, de acuerdo a la importancia que da a los valores, seguramente
difiere de algunas personas. Será motivo de reflexión, que usted logre peñeren común con
algún amigo o miembro de su familia y luego, extraiga sus propias conclusiones.

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4. Sin duda usted es una persona informada y ha seguido con atención el tema del pueblo
mapuche o los conflictos raciales en otras latitudes. Por ello, habrá construido ya una opinión y
en base al estudio realizado, podrá ampliar su visión en el tema.

5. La educación sistemática siempre ha estado en función de conducir procesos de formación de


las personas. Uno de los debates actuales, consiste en determinar qué tipos de valores
promueve. Si observamos que la educación sistemática no ha estado exenta de prácticas
autoritarias, convendremos que los valores que allí se dan son: la obediencia, la acriticidad, la
falta de respeto a la diversidad, etc. Si por el contrario, la educación incorpora el respeto a las
personas, educa para la libertad, los sujetos incorporarán valores democráticos, de dignidad de
las personas y todo lo que trae como consecuencia, honestidad y salud mental.

Le recordamos que estas consideraciones no tienen por qué coincidir con las
suyas. En Ética si bien existe una orientación, la adopción de ciertas formas de
pensamiento, son producto de la libertad personal. El curso pretende entregar
orientaciones generales a los futuros profesionales técnicos.

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SOLUCION EJERCICIO AUTOEVALUATIVO Nº3

1. Los valores para cualquier persona que está en posesión de una conciencia lúcida, esté
equivocada o no, siempre tendrá valores por los cuales actuar. No siempre encontrará la
coherencia entre los actos y los valores que dice sostener. Sin embargo, en el sujeto
moralmente consciente, ellos estarán organizados y jerarquizados de acuerdo a la necesidad
de bien común y personal, como impulso de preservación de la vida.
2. Hacemos una breve reflexión respecto de la polaridad. Si bien los valores son entidades que
algunos consideran como absolutos, la relatividad de ellos es propio de esta sociedad que ha
modificado los paradigmas valóricos. Vale decir, no será de extrañar que pese a que nos
sentimos personas aptas moralmente y consecuentes a muchos principios, es probable que
encontremos en nosotros mismos, una cierta tendencia a ejecutar actos con valores de carga
negativa.
En esas acciones a veces aparece una racionalidad que los justifica y es que cada día
reflexionamos menos acerca de los valores como práctica universal. Podemos ejecutar actos
heroicos y al instante, tener otros de gran mezquindad. Foresta relatividad contemporánea, en que
no vemos los "castigos" hacia acciones injustas; tienden a ocupar nuestra conciencia, más las
justificaciones, que el deber ser moral.
3. Usted y sólo usted podrá reconocerlos y jerarquizarlos. En ello están comprometidas su
mora!, los principios y su formación ética.
4. Ya vimos que aunque la moral no es un ejercicio desligado de uno intelectual, la conciencia
en tanto continente de nuestras experiencias, no puede desvincularse de la moral Siempre
está tomando posición en la vida frente a sí mismo y frente al mundo. Esta relación
dialéctica, vale decir, indisoluble y de movilidad permanente, está presente a lo largo de toda
nuestra historia como persona temporal.
5. Esperamos haber realizado un recorrido de acuerdo a su nivel de interés y comprensión, de
no ser así, no dude en llamamos y estaremos gustosos de aportar a su aprendizaje y reflexión.

Le recordamos que la autoevaluación, es la mirada que usted tiene acerca de las


cuestiones planteadas y que no esperamos que tenga respuestas idénticas, sino
que haya logrado una reflexión ética significativa para su vida cotidiana y de
futuro profesional.

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CUARTA UNIDAD
EL EJERCICIO PROFESIONAL

INTRODUCCIÓN

La unidad está tratada desde una perspectiva ética profesional, abordando aspectos tales
que abarcan el concepto de profesión, el contexto social en que se desarrollan y todas las
implicancias éticas que tiene el ejercicio de cualquier actividad sistematizada.

La reflexión en torno a dichos contenidos, pone en contacto al alumno con su propia


forma de entenderlos, vinculando el sustento teórico necesario, para transitar a una práctica
profesional ética conforme a valores morales.

Los ejercicios, talleres y construcciones personales, tienden a reforzar un modo de


comprensión que no separa la teoría de la práctica en cualquier ámbito laboral en que se
desempeñe. Para ello, se incorpora la propuesta de ejercitarse construyendo un proyecto de
código ético, que pueda aplicar en su área de trabajo.

OBJETIVOS DE LA UNIDAD
1. Manejar conceptos relacionados con la moral y el ejercicio profesional.

2. Examinar cómo se realiza el ejercicios profesional en un ambiente que respete norma


atingentes a la ética y moral.

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4.1. CONCEPTO DE PROFESIÓN.

¿ Veamos cómo se genera el concepto de profesión?

Profesión proviene de profesar, ejercer, practicar, desempeñar, ocuparse, etc. Todas estas
acepciones, están comprometidas en el concepto de profesión. Si bien, no existe una definición
única respecto del término profesión, al menos hay acuerdo que las profesiones son producto de
un desarrollo histórico de los oficios o actividades. A principios del siglo XX se inician algunas
ocupaciones que en función de una demanda social y de exigencia en la competencia de la
misma, se fueron transformando en profesiones, es decir, en ejercicio más o menos constante de
preparación y sistematización de su trabajo.

¡Veamos las características de las profesiones!

• Son actividades que obedecen a un proceso de formación sistemática en tiempo y espacio.


• Se desarrollan conforme a un programa de contenidos y secuencias lógicas de profundidad.
• Se rigen por patrones más o menos similares.
• Para su ejercicio práctico, están normadas desde la legalidad vigente.
• Sus áreas de desempeño son relativamente similares.
• Se sustentan teóricamente en diversas disciplinas de estudio.
• Están orientadas a servir a la sociedad.
• Son acreditadas y poseen derechos y obligaciones.
• Tienen un código de ética que regula y prescribe el campo de acción de las personas que
profesan la ocupación.

Es precisamente en los últimos tres puntos que nos interesa centrare! estudio. Pues la profesión
demanda determinadas conductas, además de la adecuación de ellas, a las exigencias de los
cambios sociales que se producen en el mundo, en quienes ejercen una labor.

4.1.l . CAMBIO SOCIAL Y PROFESIONAL.

Sin duda asistimos a un acelerado proceso de cambios importantes en la sociedad,


producto de la globalización económica y el desarrollo de las telecomunicaciones. De hecho, se
ha instalado un nuevo lenguaje en el mundo al hablar de aldea global. Ello no puede entenderse
desvinculado de las conductas humanas, la actitud que en ellas se advierte y las demandas o
exigencias en el campo laboral.

Pero, no es menos cierto que corremos el riesgo de no considerar como parte del
desarrollo mundial, el desarrollo de la humanidad en sus aspectos más integrales.

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Existe la tendencia a reducir el valor de la vida humana y de sus actividades más elevadas,
como el arte, la política. Desde hace siglos se tiende con frecuencia a rebajar el rango del hombre
y de algunas de sus principales actividades, bajo pretexto de que es necesario desenmascarar los
triunfalismos falsos y las ilusiones vanas.

Esta tendencia reductora se advierte, asimismo, en el afán de reducirlas experiencias de


creatividad o éxtasis, a meras experiencias de fascinación o vértigo, lo cual supone reducir el
amor conyugal a mero erotismo, el deporte a mera competición, el entusiasmo a mera euforia, la
elevación extática a pérdida de sí, embriagadora.

El reduccionista considera los ámbitos como objetos. Esta falta de respeto hace imposible
el encuentro, que significa un entreveramiento de ámbitos, no una mera vecindad de objetos. Al
imposibilitar el encuentro, el reduccionismo empobrece sobremanera la vida humana y no
permite un desarrollo normal de la personalidad del hombre y de la mujer.

4.1.2. ELECCIÓN PROFESIONAL Y MORAL.

La opción sobre algo, siempre implica la renuncia a otros aspectos. En la medida en que
las opciones son de consciencia, ellas producen satisfacción y no frustraciones. La elección
profesional involucra al sujeto en la totalidad de sus actos, no sólo en términos intelectuales y
capacidades en competencia, sino, que resulta de una profunda reflexión de aquello que se quiere
realizar y el sentido que esto adquiere en el contexto social.

La pérdida de sentido social o colectivo, impulsa en forma creciente a elecciones en que


están comprometidas sólo las necesidades de estatus social o retribución material, la orientación
vocacional que está siendo considerada como una necesidad en el mundo actual, intenta revertir
esto para ayudar a los sujetos a descubrir tanto sus capacidades, como sus necesidades de
realización personal.

La llamada sociedad del conocimiento, ha significado instalar nuevos paradigmas en torno


a él, a las personas y el sentido del conocer. Ya cada vez más, no se habla de certezas absolutas
en el mundo del conocimiento, sino, en acercamientos progresivos a la verdad. Ello significa, que
los antiguos paradigmas de conocimientos absolutos, están siendo desterrados, para dar paso a un
conocimiento más integral, pero menos suficiente. Vale decir, al reconocer cada disciplina la
insuficiencia que tiene para dar respuestas globales sobre los fenómenos, ha puesto también al
sujeto del conocimiento en un lugar de aprendiente permanente. Esta humildad ante el saber,
también le da una categoría de persona dispuesta a aprender y a reconocer cómo aprende y qué
aspectos dificultan su aprendizaje.

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La soberbia que animó al hombre de la modernidad respecto de! uso de la razón y la


confianza en sus certezas de conocimiento, han hecho que hoy se hable de la actitud post
moderna, es decir, una actitud que ya no sólo entiende al hombre dotado de sólo razón para
conocer, sino que valora la emoción. Hoy se habla de la inteligencia emocional y se la integra a la
totalidad del ser humano.

Por cuanto, la elección profesional ha de tener en cuenta, no sólo la capacidad intelectual,


sino el desarrollo de la inteligencia emocional en el campo que desempeñe.

3.1.3. VOCACIÓN PROFESIONAL.

Vocación, es un concepto que proviene del latín vocatio o llamado de Dios; fue entendida,
especialmente en el medioevo, como la voz interior que se produce en las personas que eran
llamadas para desarrollar una actividad conforme a las virtudes humanas y las exigencias de la
deidad.

Si bien se ha mantenido este concepto, es interesante que compartamos que él designa, la


orientación o inclinación intelectual - afectiva de las personas, para realizar determinadas tareas
sistemáticas, que le producen satisfacción. Con ello, se ha desmitificado (erradicar el mito) el
trabajo como un elemento de dolor en la vida humana y se habla cada vez, de realización
personal. Paulo Freiré, pedagogo brasileño contemporáneo, habló de la vocación ortológica
(ontos = ser), es decir, de realizar su proceso de humanización.

Nuestro interés, es reflexionar acerca de la vocación ontológica (del ser), como la


vocación gnoselógica ( del saber). Es decir, realizarse humanamente, en función del ser y también
del conocer.

Todas esas tendencias, orientaciones o intereses personales, las conocemos como


aptitudes de la persona para desarrollar determinadas tareas. Si bien, hablamos de la aptitud en
alguien, no podemos ignorar que existen muchas en cada uno de nosotros y que conforme a los
estímulos, educación y entorno, ellas se han desarrollado en diferentes grados.

Es más, hoy ya se habla de inteligencias múltiples en la persona, Howard Gardner,


psicólogo y educador norteamericano instala en el mundo intelectual a finales de los años '80,
este concepto que revoluciona la educación y la labor de los educadores.

Hasta hace muy poco tiempo, inclusive actualmente, se pensaba que la inteligencia era
sólo una y ésta, se le reconocía en e! plano lógico matemático, acompañada de un desarrollo en la
capacidad lingüístico - verbal. Sin embargo, Gardner, incorpora otras inteligencias como son:
corporal, musical, espacial, intrapersonal e interpersonal. Ello implica entender a todas las
personas, como sujetos de conocimiento, es decir, todas las personas tienen inteligencia, en unas
están manifiestas más explícitamente, que en otras.

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Por ejemplo, el niño que toca instrumentos, canta y baila, es posible que no se le
reconozca en la escuela esto como un saber, pues sólo se mide erróneamente una capacidad que
es la lógico matemática. O quien es buen deportista, sólo se cree que es una aptitud física que no
está acompañada de nada más, del mismo modo el malabarista, se le admira sólo por ello, pero
como un elemento de destreza, sin pensar que ésta reside en el cerebro y que por diferentes
razones, se desarrolló más visiblemente que las otras inteligencias.

Puede ser el caso que un sujeto ha tenido un desarrollo de todas ellas, allí hablamos de
genio, pues destaca y la versatilidad de su expresión, es signo de atención. Sin embargo,
podríamos tener genios si orientáramos la actividad pedagógica al despliegue de todas las
inteligencias. Ello no debe desanimarnos, ni mucho menos, el no haber sido tributarios de una
educación integral. Pues nunca es tarde para el aprendizaje de relevancia, ni tarde para hacer de
nuestras opciones, la mejor forma de vivir con calidad nuestro trabajo.

Realice un breve ejercicio y enumere qué aptitudes reconoce en usted y cuáles están siendo
realizadas en una tarea.

4.1.4. APTITUD PROFESIONAL.

Ya hemos señalado lo que significa tener aptitud, pericia, competencia, maestría o


disposición hacia una tarea, para ello, consideramos estos conceptos, que vincularemos al de
profesión.

No debe entenderse como aptitud a una profesión en específico, sino la disposición a ser
un profesional. Con ello queremos significar que, orientarse en competencia, pericia o maestría
hacia una disciplina, supone también una actitud. Vale decir, una disposición interna de
convicción, a realizar una tarea en forma sistemática, organizada y a regirse por los cánones que
ésta tiene; ya sea a partir de un organismo colegiado: colegios profesionales o asociaciones
gremiales o de otras instancias.

La aptitud profesional, puede desarrollarse enteramente a partir de una opción personal y


en la convicción de que todo comportamiento humano es susceptible de ser mejorado y corregido
en atención al bien común y personal. De éstos, deriva la importancia de establecer una moral
profesional, que si bien es de conciencia, obliga a su respeto cuando de ejercerse trata.

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4.2. MORAL PROFESIONAL.

Vamos a hablar de moral o ética indistintamente, pues ya se ha entendido la similitud


entre ambos conceptos, para acercarnos a la reflexión de la moral del profesional. En ello
estaremos considerando el ámbito en que se desempeñan los profesionales, entendiendo ese
ámbito como la empresa privada o la institución pública.

Vamos al análisis de cada una de ellas.

La ética no debiera ser un obstáculo para la libre empresa, ni para ninguna organización,
sino, su condición de posibilidad. El éxito de una empresa no está en proporción directa a su falta
de ética. La existencia de organizaciones, que pueden funcionar sin ética, es algo muy relativo y
cuestionable. Pues, ya hemos visto que donde existan humanos, no existe neutralidad, ni falta de
conciencia. Bien podría haber una ética poco clara o una práctica de desvalores, pero, jamás
exenta de una práctica moral.

¿Analicemos por qué?

Ninguna organización ni persona, carece completamente de ética. Incluso los delincuentes


tienen unas normas éticas. Piénsese, por ejemplo, en la Cosa Nostra, los mafiosos, cuyo negocio
es esencialmente inmoral, funcionan y subsisten gracias a que tienen un sentido de lealtad muy
hondo. Las guerras de pandillas perjudican a la mafia y favorecen a los intocables.

Las organizaciones que programáticamente funcionan al margen de la ética, requieren de


otras organizaciones o personas que sí funcionen éticamente. Un estafador difícilmente puede
ganar dinero a costa de otro estafador. Si yo vendo a un sinvergüenza una casa que no me
pertenece, muy probablemente me pagará con un cheque sin fondos.

La ética de los negocios no puede fundamentarse apelando a las utilidades. El utilitarismo


y el pragmatismo anglosajón (J. Dewey y W. James) intentaron cimentar ética, derecho e incluso
religión, en su valor utilitario. Sin embargo, la utilidad no es garantía suficiente, ni para la ética ni
para la religión. Al fin y al cabo, transgredir una norma puede reportar utilidades al transgresor,
aunque dañe a la sociedad.

No obstante, ya está bien de suponer que la ética es un accesorio en las organizaciones.


Los parámetros éticos no son un obstáculo a la eficacia. La falta de ética tiene unos costos. El
fortalecimiento ético de la corporación y del entorno redunda en el bien económico de todos.
Basta pensaren la lenta capacidad de reacción de muchas organizaciones. Lentitud causada por
los innumerables puestos de vigilancia, implantados por la Dirección, para proteger a la empresa,
de quienes la integran.

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¿No es mejor liberar recursos de contraloría, paro invertidos en otros áreas?

Tampoco puede despreciarse el valor de las virtudes en los miembros de una


organización. Responsabilidad, lealtad, capacidad de compromiso son virtudes y ellas sólo tienen
sentido cuando hay ética. No podemos engañarnos, ni los altos sueldos, ni el régimen de terror
son suficientes para convertir a un egoísta y murmurador, en un empleado leal y esforzado.
Incluso virtudes tan devaluadas como la templanza tienen su retribución económica y viceversa.
Por ejemplo, el alcoholismo cuesta a la economía norteamericana 33,000 millones de dólares
anuales. Aún más, por elevada que supongamos la cifra, es seguro que el costo del alcoholismo
para la empresa norteamericana es sólo una pequeña fracción del precio que pagan las compañías
por culpa del egocentrismo de los directivos. El egocentrismo daña a la corporación y sólo puede
ser superado éticamente; no se cura con píldoras o cursos de motivación personal.

4.2.1. ETICA Y JUSTICIA.

¿Cómo se relacionan estos conceptos entre sí?

Justicia es un concepto que podemos ligarlo a otros, como equidad, ecuanimidad o


imparcialidad. Además, de pensar que está siempre en nuestra consciencia la idea de legalidad o
legitimidad, cuando hablamos de un acto justo.

La ética, no puede entenderse sin la base de la justicia y ésta sin un sustento de virtud que
supone conductas fundamentadas en la moral. Tal ética se expresará a través de un conjunto de
ideas en tomo al deber ser de las personas. Toda organización de personas, en forma tácita o
explícita, se articula en torno a patrones de conductas, que permiten preservar la organización.

¿Cómo evitar que la ética en la empresa sea un conjunto de normas muertas, un código de
conducta inerte? Dicho de otra manera, para que un proyecto ético sea viable en una empresa,
hace falta el respeto a dos principios elementales:

• Principio de totalidad: la ética sólo tiene sentido cuando se aplica al todo. No pueden existir
dos morales: una interna y otra externa, o una moral para los trabajadores y otra para los
ejecutivos; o una moral para los clientes, otra para los proveedores y al tesorero, una honradez
intachable.

• Principio de consistencia: se dice que un sistema es consistente cuando carece de


contradicción interna. Consistencia es la coherencia entre principios y conclusiones, o entre el
ideario corporativo y las acciones concretas de la dirección. No hay consistencia en las
empresas que, por un lado, apelan a la lealtad de los individuos a la institución y por el otro,
importan ejecutivos cuyos sueldos son establecidos sin transparencia en el procedimiento. Si
la dirección exige lealtad a sus empleados, debe ser leal a ellos y mostrarles por qué ganan
más dinero que los empleados antiguos.

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Tampoco hay consistencia en la empresa que habla de dignidad humana, por un lado y por el
otro, por ejemplo, tiene preferencias raciales en sus contrataciones. La utilidad de la ética en los
negocios es patente.

¿Cómo lograr la inserción de la ética en la empresa?,


¿Es la ética algo que se aprende cuando se cursan estudios?

El modo de abordar la ética empresaria ha sido - hasta ahora- bastante desafortunado. Las
escuelas de negocios norteamericanas y las grandes corporaciones han invertido importantes
sumas de dinero en el "proyecto" ético. Sus resultados son cuestionables. La explicación de los
magros resultados se entiende, en parte, porque no se siguen los principios de totalidad y de
consistencia. Pero la pobreza de los resultados obedece, también, a un desconocimiento de la
naturaleza del saber ético. Se olvida que la ética ni es un saber teórico, ni uno técnicoproductivo.
La ética es un saber político - prudencial. Permite sustentar las políticas de una empresa u
organización cualquiera, en un concepto de respeto que no obvia, ni la eficiencia, ni la
efectividad.

No existe un manual ético con una sección: conflicto de intereses


empleado - empresa que resuelva todos los problemas.

La ética de los negocios tampoco es un conjunto de reglas generales, que puedan aplicarse
en casos singulares sin mayores cavilaciones. No sabe ética quien memorizó unas reglas, como
tampoco es un buen director de empresa, quien memorizó el manual de procedimientos de la
compañía.

¿Cómo debe enseñarse la ética de los negocios?

Aristóteles, filósofo griego, estudió a fondo el asunto. Este pensador se percató que hay
tres grandes tipos de conocimiento humano:

a) Conocimiento teórico: no transforma la realidad, sólo la contempla. Por ejemplo, cuando se


calcula el área de un círculo, el círculo no gana ni pierde nada porque se calcule su área.

b) Conocimiento técnico - productivo: se caracteriza porque transforma la realidad; se produce


algo, hay una obra externa. Por ejemplo, el tornero que transforma un trozo de metal en
engranaje, la piedra en escultura, la tela en un paisaje, los símbolos de las notas en música, etc.

c) Conocimiento político - prudencial: lo fundamental es que quien se transforma, es el sujeto que


conoce. Así como lo esencial del trabajo del tornero es el engranaje (producto inerte y
externo), lo esencial de la prudencia es la transformación de la persona que ejerce el
conocimiento. Por ejemplo, cuando yo corto la murmuración y soy leal con la cadena de
mandos, estoy transformándome, es decir, al cortar la murmuración, me estoy haciendo leal.
En definitiva, lo importante de este tipo de conocimiento es que transforma a la persona en
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cuanto humana, es decir, en cuanto sea libre. El médico no transforma al hombre en ser libre,
lo transforma en cuanto animal: le quita el apéndice, le inyecta insulina o le saca sangre. En
cambio, la ética perfecciona ai hombre en su dimensión propiamente humana.

Saber ética equivale a ser prudente. La prudencia es cualidad de la inteligencia, es una especie
de segunda naturaleza, una nueva facultad. Por ello, la prudencia es versátil: permite resolver
problemas nunca antes vistos. De la misma manera que la inteligencia puede abordar nuevas
situaciones con las que no se había enfrentado, la prudencia, permite a la inteligencia resolver
planteamientos éticos originales. Puede servir un símil: así como un buen violinista puede
tocar - con mayor o menor calidad - una partitura que nunca había leído, el prudente puede
resolver casos inéditos.

La prudencia, sin embargo, no excluye la teoría. La prudencia es una disposición con dos
cauces que confluyen en el mismo punto. Por un lado, es un conocimiento de principios generales
(reglas, idearios). Por otro, es un conocimiento del caso concreto. El hombre prudente reconoce
un acto concreto como ejemplo de un principio universal.

Quien no está dispuesto a ser ético en los negocios, lo más que llegará a saber es un
conjunto de buenos consejos, una especie de Manual de Carreño de buenos modales; la ética se
convierte, entonces en norma de buenos modales. Por lo mismo, la ética de ios negocios no es
algo aislable del contexto de la vida. Es imposible ser ético en los negocios y ser rufián en casa y
viceversa. ¿No es esquizofrénico un ejecutivo duro y despiadado y en su casa se escandaliza al
encontrar a su esposa llamando la atención a sus hijos? No se puede ser esquizofrénico; tarde o
temprano se unifica la vida, ya sea quitando la ética o colocándola en todos los ámbitos vitales.
¿Cree que quien no respeta la promesa de fidelidad con el amigo, respetará los secretos fiscales
de una compañía?

En definitiva, sólo se puede enseñar ético de los negocios teniendo en


cuenta la naturaleza propia de la prudencia.

• Es, ante todo, un hábito; una conformación de la inteligencia, no una base de datos ni un
conjunto de buenos consejos. Como cualquier hábito, la prudencia se adquiere por repetición
de actos y se pierde, por no practicarse previamente.

• Se refiere a lo concreto, pero requiere un conocimiento mínimo de principios generales.

• Es integral, de acuerdo al principio de totalidad: la prudencia no se parcializa. Difícilmente se


puede ser ético en los procedimientos internos de la corporación y falto de ética en el trato con
proveedores, clientes o público en general.

• Es un saber político: el buen político sabe conciliar y coordinar lo dispar. La prudencia es un


saber político, porque no aplica unilateralmente la regla. El prudente no es un rigorista miope
(aplicación ciega de la regla), ni tampoco un acomodaticio (aplicación oportunista de la regla).

• Es un hábito falible: el prudente puede equivocarse.

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En resumen, la ética de los negocios y de cualquier organización, debe articularse a partir de


unos principios (reglas, leyes, normas), pero también en virtudes (capacidades operativas), y muy
en especial, en torno a las relaciones que sostienen los miembros de cualquier comunidad.

4.2.2. ETICA PROFESIONAL Y SU PROBLEMÁTICA.

En las relaciones cotidianas de unos individuos con otros, surgen constantemente


problemas cuya solución no sólo afecta a la persona que los crea, sino también, a otra u otras
personas que sufrirán las consecuencias.

Muchas de las denuncias que escuchamos a diario, dan cuenta que las profesiones mismas
están continuamente confrontando este asunto, al constatarse los amargos hechos de médicos que
explotan a sus pacientes, abogados que se dedican a actividades criminales, ingenieros y
científicos que trabajan sin tomar en consideración la seguridad pública ni el ambiente y hasta
negociantes que explotan al público indiscriminadamente. Si a esto añadimos los robos, el
vandalismo, los asesinatos y la violencia actual, entonces e! tema ético toca el centro mismo de
nuestra supervivencia como sociedad.

Algunos de estos problemas éticos son los siguientes:

• Abuso de poder: utilizar el puesto para agobiar a unos, o para favorecer a otros.

• Conflicto de intereses: emitir normas en su ámbito de trabajo que redundarán en su propio


beneficio, como lo es el participar en el proceso de reclutamiento cuando uno de los
candidatos es miembro de su propia familia.

• Nepotismo: reclutar muchos miembros de una misma familia en una institución, sin
considerar su preparación. Esto no indica que miembros de una misma familia no puedan
asociarse en tomo a un proyecto común, si tienen clara ética profesional y preparación para
desarrollar tareas y ocupar cargos de importancia.

• Soborno : aceptar dádivas, obsequios o regalías a cambio de dar un trato especial o favor de
alguien como retribución por actos inherentes a sus funciones.

• Lealtad excesiva: mentir para encubrir la conducta impropia de un supervisor u otro


empleado o funcionario hacer todo lo que éste le diga, aún en contra de sus principios morales.

• Falta de dedicación y compromiso: perder el tiempo y no dar el máximo de su esfuerzo en el


trabajo.

• Abuso de confianza: tomar materiales de la institución, para su uso personal o hacer uso
indebido de los recursos disponibles, en la misma.

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• Encubrimiento: callar para no denunciar a un traidor, movido por su amistad o por temor.

• Egoísmo: buscar el bienestar propio, en detrimento del beneficio de los demás.

• Incompetencia: no ser autocrítico frente a un rol en que no puede realizarlo en forma


eficiente.

Problemas de esta magnitud requieren la acción enérgica y concertada


del profesional para desarrollar una nueva ética.

¿Por qué un código de ética?

La regulación moral del ejercicio profesional, tiene que ver con un código de ética
formulado y diseñado en función del bien común y las características particulares de las
profesiones. El futuro profesional incorpora el conocimiento, la habilidad, la sensibilidad y la
voluntad para actuar en nombre del beneficio común.

Extraigamos algunas conclusiones acerca del estudio:

Para evitaren gran medida los problemas de índole ético- moral que surgen en el ejercicio
de una profesión o de un oficio, se deben poner en práctica principios éticos que establezcan los
parámetros y reglas que describan el comportamiento que una persona puede o no exhibir en
determinado momento. No es difícil poner estos principios en práctica, pero, el omitirlos
redundará en perjuicio propio y en el de las personas con quienes se interviene o se interactúa.

4.2.3. PRÁCT1CA PROFESIONAL Y MORAL.

Todo trabajador tiene o debe desarrollar una ética profesional que defina la lealtad que le
debe a su trabajo, profesión, empresa, institución y compañeros de labor. La ética de una
profesión es un conjunto de normas, en términos de los cuales definimos como buenas o malas
una práctica y relaciones profesionales. El bien, se refiere aquí, a que la profesión constituye una
comunidad dirigida al logro de una cierta finalidad: la prestación de un servicio.

Algunos autores señalan que hay tres tipos de condiciones o


imperativos éticos profesionales:

• Competencia: exige que la persona tenga los conocimientos, destrezas y actitudes para prestar
un servicio.

• Servicio al cliente: la actividad profesional, sólo es buena en el sentido moral, si se pone al


servicio del cliente.

• Solidaridad: las relaciones de respeto y colaboración que se establecen entre sus miembros.

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Para lograr en los empleados una conciencia ética profesional bien desarrollada, es
imprescindible que se establecen los cánones o códigos de ética. En éstos, se concentran los
valores organizacionales, basados en que todo trabajador deberá orientar su comportamiento y se
establecen normas o directrices, para hacer cumplir los deberes de su profesión.

En virtud de la finalidad propia de su profesión, el trabajador debe cumplir con unos deberes,
pero también es merecedor o acreedor de unos derechos. Es importante saber distinguir hasta
dónde él debe cumplir con un deber y a la misma vez, saber cuáles son sus derechos. En la
medida que él cumpla con un deber, no debe preocuparse por los conflictos que pueda encarar al
exigir sus derechos. Lo importante es ser modelo de lo que es ser profesional y moralmente ético.

Por ejemplo, un deber del profesional, es tener solidaridad o compañerismo en la ayuda mutua
para lograr los objetivos propios de su institución o empresa, y por consiguiente, tener el derecho
de rehusar una tarea que sea de carácter inmoral, no ético, sin ser víctima de represalia, aun
cuando esto también sea para lograr un objetivo de la empresa. Al actuar de esa manera,
demuestra su asertividad en la toma de decisiones éticas, mientras cumple con sus deberes y hace
valer sus derechos. Además, demostrará su honestidad, que es el primer paso de toda conducta
ética, ya que si no se es honesto, no se puede ser ético. Cuando se deja la honestidad fuera de la
ética, se falta al código de ética, lo cual induce al profesional a exhibir conducta inmoral y
antitética.

4.3. DESEMPEÑO PROFESIONAL.

El desempeño de cualquier profesión, si bien tiene un código de ética por el cual regirse y
que muchas veces es creado por agentes externos a la propia institución, propone a su vez una
conciencia que debe operaren el trabajo. Ello indica, que nuestras acciones no sólo deben ser por
obligación, sino, como un imperativo moral para que en todo lugar, institución o situación, sea
práctica una moral consecuente.

Muchas veces escuchamos que la dignidad de los trabajadores se resiente por la baja
calidad de las remuneraciones, sin embargo, ello no justifica un mal desempeño de las labores.
Ninguna condición, justifica que el desempeño sea deficiente, mientras no sea por factores
externos a la práctica misma.

4.3.1 DILIGENCIA.

¿Es necesario que seamos diligentes?

Este concepto, que puede ser entendido como presteza, viveza, agilidad, implica acción.
En él se funde no sólo una conducta, sino, una actitud en la vida que dice relación con la
disposición hacia las tareas. Un trabajador diligente, no es más que la expresión de una
conciencia respecto del trabajo y el valor que éste tiene, para la realización de las personas.

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En este aspecto, la diligencia en algunos sectores de vida laboral, no es considerada un


valor, muy por el contrario, se estima como en relación soto al estímulo económico.

La diligencia es un valor a recuperar en el trabajador, en el funcionario o empresario, ello


no excluye a ninguna persona que está en relación con otras.

4.3.2. ESPÍRITU DE SERVICIO.

¿Cómo incorporar en nuestra práctica el espíritu de servicio?

Esta actitud, se desarrolla como cualquier capacidad que sujeto tiene, lo que indica que no
sólo es un don o una tendencia natural, sino que proviene de la profesionalización con que se
entiende una tarea. Hasta ahora ninguna profesión u oficio, no está orientada al servicio de la
comunidad. Desde la empresa privada al sector público, las tareas que en ellas se cumplen,
exigen de las personas una actitud de servicio.

Vamos a entender el espíritu de servicio como un valor indispensable en la profesión de


cualquier persona y que debe ser considerada dentro de las pautas éticas de conducta. Si espíritu,
es aquello que anima la vida, entonces, la animación hacia el servicio de los demás, es una
conducta éticamente probada y que tiende al bien común.

4.4. PROFESIONALISMO DE ROSTRO ÉTICO.

¿El profesionalismo puede desvincularse de la ética?

Ya hemos señalado que ninguna conducta humana está exenta de valores. Por lo mismo,
cuando hablamos de profesionales en ejercicio, sólo podemos asimilarlo a una persona con
juicios y actitudes éticas. Pero, esta concepción acerca de las conductas no sólo proviene de la
voluntad. Es necesario entenderla como algo intencionado de la conciencia que intenta instalarse
como forma de existencia de una organización o institución.

La ética debe convertirse en un proceso planificado, con plena conciencia de lo que se


quiere lograr en la transformación de nuestras vidas. Debemos desarrollar al máximo el juicio
práctico y profesional para activar el pensamiento ético, reconocer qué es lo correcto de lo
incorrecto y contar con el compromiso personal para mantener el honor y el deber.

Algunos autores sostienen que hay que poner de nuestra parte un continuo esfuerzo y una
continua disposición de no salimos del orden que contemplamos y acatamos. Ese esfuerzo y esa
disposición, que es lo que constituye el deber, se derivan inmediatamente del hecho mismo de
estar relacionado la persona a sí misma, a los otros y a la naturaleza. Las relaciones particulares
que ligan al individuo con la sociedad son las de: necesidad, gratitud, utilidad, derecho y deber.
De éstas, se derivan los deberes sociales de trabajo, cooperación, unión, abnegación, conciliación,
solicitud y derecho.
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4.4.1. DEBERES PROFESIONALES INELUDIBLES.

El profesional tiene ciertos valores y principios que defiende, comunica y practica.

Más que nunca, en la actualidad las instituciones deben incluirla ética como una parte de
su filosofía gerencial.

Hay medios para comunicar pautas que puedan servir como referencia y establecer un
modelo de comportamiento.

Pero, no debe solamente establecerse unas cuantas reglas, sino que, la ética pase a formar
parte integral de la cultura organizacional.

Observemos tos sugerencias que podemos hacer sobre comportamiento


y reglas de conducta.

Veamos cómo puede ser nuestra práctica cuando somos dependientes.

• Asegurar el uso económico y efectivo de los recursos que le han sido confiados.

• Proteger a las personas y a las cosas bajo su responsabilidad, de accidentes, robos, pérdidas o
uso ilegal.

• Estar pendiente de sugerir mejoras en la organización de su trabajo. Tomar y/o facilitar el


desarrollo de iniciativas.

• No exagerar los beneficios de la propia área en detrimento de los del grupo.

• No usar información financiera que sea accesible profesionalmente en el propio beneficio.

• No aceptar por parte de terceros, dinero o regalos, que puedan influir en las decisiones, aparte
de aquellos que se acostumbren y que sean de valor nominal.

• Asegurarse de que la información suministrada dentro y fuera de la empresa, sea confiable y


precisa.

• Guardar confidencialmente, del mundo externo toda la información concerniente o


perteneciente al negocio o servicio.

• Saber que: no existen puestos para toda la vida.

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¿Qué deberemos hacer con los proveedores o usuarios de una institución?

• Informarles que es política de la empresa no aceptar regalos y animarlos para que reporten a la
gerencia, si consideran que no reciben un tratamiento justo por parte de los dependientes,
empleados o funcionarios.

• Seleccionar y mantener a los usuarios, clientes, o proveedores, sobre ¡a base de calidad/


precio/servicio ofrecidos, base de toda buena asociación.

• Tener valor para decir las cosas sin herir a la gente, tratando de mantener un equilibrio entre la
alabanza y la crítica constructiva.

• Mantener un constante interés sobre la capacitación y desarrollo de los compañeros tomando


en consideración sus cualidades, potencial y necesidades, a fin de facilitar el progreso de sus
carreras dentro del grupo.

• Estar preparado para ascender a un compañero aunque pueda representar un desafío o pérdida
para la unidad de trabajo.

• Las decisiones relativas a compensaciones monetarias se basen en justicia, tomando en


consideración desempeño y resultados.

• Debe ser un deber informar y explicar, pero también escuchar a ¡os empleados, usuarios,
clientes o público en general.

• Respetar los términos contractuales o de otro tipo de los acuerdos con los clientes, en términos
de producto, calidad o servicio.

• Practicar la cultura del lenguaje explícito en la publicidad o información que se produzca.

• Ser capaz y estar dispuesto a admitir los propios errores.

• No tolerar ningún tratamiento preferencial ni de soborno.

• Abolir las prácticas que conduzcan a hacer pagos, para obtener o mantener un contrato o
lograr un acuerdo (dentro de la propia responsabilidad), y asegurarse de que las normas y los
procedimientos internos, sean respetados a fin de controlar las comisiones pagadas a terceras
personas. ¡Esta es una área en que no se acepta delegación de funciones!

¿Y qué debemos hacer con respecto a otros cualesquiera?

• Respetar a las personas y a las posiciones que tengan o representen y evitar mostrar desprecio
o exclusión de alguien o grupo, por comportamiento racista, disociador o sexista.

• Ser leal y cooperativo en el trabajo con respecto a los roles superiores, compañeros y
subordinados.
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Veamos cómo podemos actuar con respecto a nuestra institución,


organismo o empresa.

• Abstenerse de una actitud arrogante y presumida.

• Practicar siempre reglas de "juego limpio", cara a cara con la competencia.

¿Y con respecto a la prensa qué podemos hacer?

• Sólo hablar con la prensa acerca del particular campo de acción y cuando sea necesario,
remitir los periodistas a la gerencia, al departamento de comunicación o al presidente de la
empresa, director o rector, según sea el caso.

Podemos también observar ciertas conductas con respecto al gobierno:

• Respetar la ley y hacer que otros lo hagan y buscar la manera de cambiar cualquier ley que
pruebe ser ineficiente y obsoleta.

• Pagar los impuestos locales y gubernamentales que se tengan que pagar, así como lograr las
deducciones a que se tenga derecho.

• Respetar las autoridades elegidas y hacer notar con claridad las disidencias respecto de una
materia o política, en que no se comparta su nivel de justeza.

Con respecto a la política.

• Abstenerse de cualquier forma de actividad militante que vaya en detrimento de la institución,


lo que no implica neutralidad, sino atención al bien común.

• Hacer todo esfuerzo para tomar parte en organizaciones que representen intereses económicos,
culturales y humanitarios en la región.

• El comportamiento ejemplar por parte de la gerencia, directorio o rectoría, es esencial; se


requiere un buena persona para ser un buen líder. Pero, cuidado, los valores son más fáciles de
escribir que de ponerlos en práctica. Todo mundo adopta los valores sólo si desea hacerlo.

La ética es posible solamente donde existe libertad para escoger.


La ética es parte integral de la facultad de escoger.

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EJERCICIO DE APLICACIÓN

Después de haber hecho una lectura detallada de la unidad, puede responder las preguntas,
cuyas claves de respuestas, las encontrará al final de la unidad en el anexo.

1. ¿Cree usted que la enseñanza de la ética de los negocios es una moda? ¿Por qué si? ¿Por qué
no?

2. ¿Cómo interpreta usted la propuesta de que la ética de las instituciones, debe ser un
conocimiento político- prudencial?

3. ¿Qué entiende usted por el principio de totalidad y de consistencia, que se recomienda el autor
para la cultura organizacional?

Reflexión
Lea con atención el artículo que a continuación se presenta y
luego responda en base al aprendizaje obtenido.

Yo en el ambiente

En fechas recientes la ecología ha tomado una gran importancia en la sociedad, ya que, el


progreso y avance tecnológico, tienden a afectar el medio ambiente.

El crecimiento urbano; la escasez de recursos: la falta de oportunidades y la baja


educación, influyen notablemente en el comportamiento de los grupos y de tos individuos con
relación a su entorno.

Esto quiere decir, que de alguna manera el comportamiento humano, en todos los ordenes,
afecta o modifica el medio natura! y el medio social donde viven y se desarrollan las sociedades
de individuos, y que esta afectación o modificación, puede ser tanto positiva como negativa.

Así pues, los individuos y los grupos de individuos deben tomar conciencia de cómo sus
actos pueden afectar negativamente al medio ambiente natural y al medio ambiente social, a pesar
de que todos pretendemos el progreso individual y colectivo.

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En base a estas reflexiones "Yo en el ambiente", con un pensamiento


centrado en el conocimiento de sí mismo, responda:

1. ¿Qué entiendo por medio ambiente saludable?

2. ¿De qué modo soy solidario (a) con la necesidad de cuidar el mundo que me rodea?

3. ¿Qué concepto de progreso y de desarrollo quiero para las generaciones presentes y futuras?

4. ¿He sido consciente del daño que puedo causar cuando atento contra cualquier forma de vida?

4.4.2. COMUNIDAD Y APLICACIÓN DE LA ETICA.

Comunidad, es el conjunto de personas o seres que comparten espacios y tiempos


determinados, en función de un proyecto común, que muchas veces puede no estar dicho. Pero
¿qué hace que el sentido gregario se exprese en buscar lugares donde la gente se concentra?.
Muchas personas están conscientes que necesitan del resto para vivir, basta con sentir la
presencia de muchas personas para alejar sentimientos de miedo o soledad.

La comunidad, tiene el poder de reforzar conductas gregarias o también reforzar mitos


que no ayudan a la unión; discriminación racial, mantenimiento de la pobreza, violencia,
sexismo, etc.

Pero vamos a entender por comunidad, los grupos de personas que están ligadas entre sí
en tiempo espacio común y articuladas por las mutuas necesidades. Ellas instalan ciertos valores
que requieren para vivir en común.

Las formas de organización natural, a veces se dan en torno a problemas comunes u otras
necesidades, sin embargo, una forma menos elemental dice relación con la formulación de leyes
que regulan la convivencia humana. Ellas obligan, ya sea por la consciencia de los sujetos o por
penalidad. Ninguna ley está sin basamento valórico.

4.5. LOS VALORES.

Hemos realizado un recorrido por el conocimiento teórico de los valores, acerca de su


polaridad y otras características, además de reconocerlos en alguna clasificación que permita
ordenar nuestras formas de entender el mundo. Ahora, presentamos algunos valores que son
rectores de la convivencia en la relación institucional.

Una propuesta valórica para el profesional.


¡Vamos considerar esta propuesta para la vida laboral cotidiana!

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• Honestidad: aprender a conocer sus debilidades y limitaciones y dedicarse a tratar de


superarlas, solicitando el consejo de sus compañeros de mayor experiencia.

• Integridad : defender sus creencias y valores, rechazando la hipocresía y la inescrupulosidad


y no adoptar ni defender la filosofía de que el fin justifica los medios, echando a un lado sus
principios

• Compromiso: mantener sus promesas y cumplir con sus obligaciones y no justificar un


incumplimiento o rehuir una responsabilidad.

• Lealtad: actuar honesta y sinceramente al ofrecer su apoyo, especialmente en la adversidad y


rechazar las influencias indebidas y conflictos de interés.

• Ecuanimidad: ser imparcial, justo y ofrecer trato igual a los demás. Mantener su mente
abierta, aceptar cambios y admitir sus errores cuando entiende que se ha equivocado.

• Dedicación: estar dispuesto a entregarse sin condición al cumplimiento del deber para con los
demás con atención, cortesía y servicio.

• Respeto: demostrar respeto a la dignidad humana, la intimidad y el derecho a la libre


determinación.

• Responsabilidad ciudadana: respetar, obedecer las leyes y tener conciencia social.

• Excelencia: ser diligentes, emprendedores y estar bien preparados, para ejercer su labor con
responsabilidad y eficacia.

• Ejemplo: ser modelo de honestidad y moral ética al asumir responsabilidades y al defender la


verdad ante todo.

• Conducta intachable: la confianza de otros descansan en el ejemplo de conducta moral y


ética irreprochable.

4.5.1. VALORES VITALES.

Los valores vitales, son aquellos con los cuales se vive y que conforman
una necesidad para la persona.

Hay tres factores generales que influyen en el individuo al tomar decisiones éticas o
antiéticas, los cuales son;

• Valores individuales: la actitud, experiencias y conocimientos del individuo y de la cultura en


que se encuentra, le ayudará a determinar qué es lo correcto o incorrecto de una acción.

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• Comportamiento y valores de otros: las influencias buenas o malas de personas importantes


en la vida del individuo, tales como los padres, amigos, compañeros, maestros, supervisores,
líderes políticos y religiosos le dirigirán su comportamiento al tomar una decisión.

• Código oficial de ética: este código dirige el comportamiento ético del empleado, mientras
que sin él podría tomar decisiones antiéticas.

Un aumento en las regulaciones en el trabajo, a través de los códigos de ética, ayudará a


disminuirlos problemas éticos, pero de seguro no se podrá eliminarlos totalmente.

Esto es así, debido a las características propias de la ética que establecen que ésta varía de
persona a persona, lo que es bueno para uno puede ser malo para otro; está basada en nuestras
ideas sociales de lo que es correcto o incorrecto; varía de cultura a cultura, lo cual no se puede
evaluar un país con las normas de otro; y está determinada parcialmente por el individuo y por el
contexto cultural en donde ocurre.

No obstante, el profesional debe reconocer que necesita de la ética para ser sensible a las
interrogantes morales, conocer cómo definir conflictos de valores, analizar disyuntivas y tomar
decisiones en la solución de problemas.

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