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“Año del Buen Servicio al Ciudadano”

Universidad San Martin de Porres – Filial Norte

Alumna
Alys Alvarez Chumacero
Asignatura
Teoría del Conocimiento
Ciclo
II
Docente
Leonor Abad Bautista
Tema
Derecho Canónico

2017-II
- I -
DEFINICIÓN DE DERECHO CANÓNICO

Podemos definir al Derecho Canónico como “el complejo de normas propuestas y hechas
valer por la autoridad de la Iglesia por las cuales es disciplinada la organización de la
misma y es regulada la actividad de sus miembros en relación de su fin último”1

Según el canonista Ferreres, por Derecho Canónico debe entenderse "el conjunto de
leyes dadas por Dios, o por la potestad eclesiástica, por las cuales se ordena la
constitución, régimen y disciplina de la Iglesia Católica".

Por su parte, Sehling entiende por Derecho Canónico "el conjunto de normas jurídicas
dictadas para el buen régimen de la Iglesia ". Para este mismo autor, el Derecho Canónico
debe considerarse como una disciplina jurídica que excluye toda discusión religiosa o
teológica, en tanto que esa discusión no es inexcusable para entender sus preceptos
jurídicos.

- II -

NECESIDAD DE UN DERECHO DE LA IGLESIA.

La Iglesia es definida por el Card. Pietro Gasparri como “la sociedad visible de los
hombre bautizados, que por la profesión de la misma fe y unidos por el vínculo de la
misma comunión persiguen el mismo fin espiritual, bajo la autoridad del Romano
Pontífice y del Episcopado en comunión con él”.

La Iglesia a la vez que pueblo de Dios, es el cuerpo místico de Cristo. Ya en los primeros
siglos enseñaba Tertuliano2 que “donde se encuentran estos tres: el Padre, el hijo y el
Espíritu Santo, está la Iglesia, que es el cuerpo de la Trinidad . La Iglesia está formada
por las personas humanas en comunión, en diálogo con las tres personas Divinas. Esta
misteriosa comunión es la esencia profunda de la Iglesia, en ella consiste nuestra
salvación”.
Por su parte, San Clemente de Alejandría3 afirmaba que “como la voluntad creadora de
Dios se concretiza en el mundo, así su voluntad salvífica actúa en la Iglesia”.
Enseña el Concilio Vaticano II4 que “como la naturaleza asumida sirve al Verbo Divino,
de órgano vivo de salvación, a él indisolublemente unido en el mismo modo, el organismo
social de la Iglesia sirve al espíritu de Cristo que la vivifica para el crecimiento del
cuerpo”5

La Iglesia, fundada por Jesucristo y siendo su cuerpo místico, es a su vez una sociedad
constituida por seres humanos. Es perfecta en cuanto tiene en si misma todo lo necesario
para alcanzar el fin que le es proprio. Como tal, en cuanto visible reino de Dios sobre la
tierra, tiene necesidad, como toda otra sociedad y todo otro reino, de un poder de
organizarse a fin de poder enseñar la doctrina Divina, santificar a sus miembros y
gobernarlos. Presupone un orden y cada orden exige un poder y un derecho.

- III -
PECULIARIDADES DEL DERECHO DE LA IGLESIA

El Derecho Canónico no tiene como finalidad sustituir la fe, la gracia, los carismas, ni la
caridad en la vida de la Iglesia o de los fieles cristianos, muy por el contrario su fin es
crear un orden en la sociedad eclesial que asignando el primado a la fe, a la gracia y a los
carismas haga más fácil su desarrollo orgánico en la vida, tanto en la sociedad eclesial
como también en cada una de las personas que pertenecen a ella.6
Mientras el derecho estatal se dirige a súbditos que son exclusivamente suyos, esto es a
individuos que no son súbditos de otros estados y por lo demás tendiente al bienestar
temporal de los mismos súbditos, el Derecho Canónico se dirige a individuos que en orden
a sus intereses temporales están sujetos a los ordenamientos estatales, y en consecuencia
tendientes a su bienestar espiritual7.

- IV -
PROPÓSITO Y FUNCIÓN DEL DERECHO CANÓNICO
La Iglesia es una comunidad diferente al estado u otras sociedades seculares, por lo que
requiere de un sistema legal diferente a los otros existentes. Un sistema que le ayude a
llevar a cabo sus propósitos.
La Iglesia es el sacramento de Cristo, el signo visible de su obra de salvación en el mundo.
Es una comunión, es decir una interrelación única entre sus miembros y con Dios, basada
en la fe y en el amor. Pero la Iglesia también es una comunidad humana hecha de gente
común, errática y pecaminosa.
Esta comunidad es sui generis, es una clase en sí misma; difiere de otras sociedades
humanas en su origen, en su historia y en su destino. Por ello su sistema de normas
requiere ser diferente a otros establecidos. Coriden (2004) nos dice que Juan Pablo II
describió el propósito del código de derecho canónico, cuando lo promulgó en 1983,
como sigue:
El propósito del código no es el de sustituir la fe, la gracia, los carismas y especialmente
la caridad en la vida de la Iglesia y de la comunidad creyente. Por el contrario, su
propósito es el de crear un orden en la sociedad eclesiástica, de modo que, dando prioridad
al amor, la gracia y el carisma, sea facilitado su ordenado desarrollo, tanto en la vida de
la sociedad eclesiástica, como también en las vidas de los individuos que pertenecen a
ella. (Constitución apostólica Sacrae Disciplinae Leges) (p. 5).
El derecho tiene cuatro funciones en una sociedad y, por analogía, las normas canonícas
cumplen estas funciones dentro de la Iglesia:
1.- El derecho está para ayudar a la sociedad en el alcance de sus metas. Está para facilitar
el logro del bien común de la sociedad. La Iglesia está para proclamar la vida y el mensaje
de Cristo. El propósito final de la iglesia es la salvación de sus miembros, su
reconciliación y comunión con Dios.
2.- El derecho esta para procurar estabilidad a la sociedad, lo que significa proveer
orden, procedimientos confiables y resultados predecibles. La Iglesia necesita la
tranquilidad del orden en su vida. Los líderes necesitan ser elegidos, los sacramentos
celebrados, la palabra de Dios predicada, las decisiones tomadas y
la propiedad administrada.
3.- La ley está para proteger los derechos personales y proveer vías de recursos,
reparación de agravios y opiniones para la solución de conflictos. La Iglesia tiene en
común con otras sociedades el orden jurídico. Su vida jurídica debe ser conducida
con justicia y rectitud para todos sus miembros.
4.- Finalmente, el derecho está para ayudar a la educación de la comunidad, recordando
a todos los valores y estándares de la comunidad. El derecho canónico explica las
expectativas de sus miembros, las calificaciones para los titulares de los cargos y los
requerimientos para los sacramentos; la disciplina de la Iglesia asiste a la gente en la
conducción de vidas virtuosas.
CONSIDERACIONES FINALES
El contenido de las páginas anteriores ilustra suficientemente una evidencia histórica:
durante un periodo considerable de tiempo, el derecho de Inglaterra sobre el matrimonio
y -en gran medida- la familia fue el derecho administrado por las instituciones canónicas.
Es cierto que muchas de las soluciones eclesiásticas sólo tenían sentido en el marco de
una sociedad feudal y, por ello, quedarían enterradas con el medioevo. Pero lo mismo
puede afirmarse de numerosos aspectos de la common /aw -especialmente sobre bienes
inmuebles-, y nadie duda de que son parte de la historia del derecho angloamericano,
contribuyendo a darle la forma que actualmente posee, a través de ese enigmático proceso
en que consiste siempre el crecimiento de un sistema jurídico. Por otra parte, pese al
profundo cambio que en esta materia han experimentado las actitudes sociales en
Occidente, el aroma de las construcciones canónicas permanece en no pocos sectores de
los ordenamientos angloamericanos. En tal sentido, no está de más mencionar aquí los
restos de la doctrina canónica medieval que Brundage ha detectado en algunas
legislaciones estatales de los Estados Unidos: la inspiración de numerosos aspectos del
divorcio en la nulidad canónica --como se comprueba al observar las causas que lo
provocan y las normas de procedimiento-, la pervivencia de la teoría consensual del
matrimonio, la spousal exception en casos de violación31 , así como la represión penal
de la prostitución y la sodomía32• Es posible que la permanencia de esos elementos reciba
una valoración negativa desde una. perspectiva actual, que probablemente prefiera su
eliminación a su mantenimiento. En cualquier caso, son un dato que no puede ignorarse.
Y por otra parte, no se olvide que en otros aspectos, la jurisdicción canónica adoptó una
actitud notablemente más avanzada que el derecho inglés, anticipando soluciones que
sólo mucho más tarde serían incorporadas por la common law. piénsese, por ejemplo, en
la legitimación por subsiguiente matrimonio, en la libertad de testar de la mujer casada,
o en el deber de sostener económicamente a los hijos extramatrimoniales.
Ha sido una bendición para la Iglesia, durante su difícil historia, plagada de tribulaciones,
el contar con personas que han sabido enfrentar estas contrariedades. Personas que han
sido estudiosas del derecho y que han tenido las virtudes necesarias en la tarea de
sobreponerse a esas situaciones adversas y sacar adelante a la Iglesia, continuando con su
labor evangelizadora. También ha habido talentos que han hecho una gran labor
trabajando en las normas del derecho canónico.
El derecho canónico y sus normas que le dan orden y disciplina a la Iglesia y sus
miembros es fundamental para que esta siga existiendo y para que pueda resistir los
embates del mundo actual, un mundo caracterizado por el ateísmo y el hedonismo. El
clero y los laicos tienen que ser el ejemplo en el cumplimiento de estas normas, ser
perseverantes en ello y no claudicar jamás. Estas normas y reglas son una herramienta
que debemos conocer y tener presente en la búsqueda de la esperanza, del orden y de la
justicia que son dignos del ser humano.

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