UN LENGUAJE HISTÓRICO

Desde comienzos de la civilización humana, la música y los sonidos; ya sean

agudos o grabes que la acompañan, han estado presentes motivando al ser
humano, en sus cotidianos aconteceres de la vida.

Conocer con detalle; como nació este lenguaje universal, nos da la oportunidad
de ver, como se ha convertido en el más grande exponente de la creatividad
intelectual del hombre; dando lugar a un sinfín de sensaciones y sentimientos,
que se entrelazan en la formación de creencias, géneros y estilos.

La religión, desde sus orígenes; logró conformar un desarrollo prospero, para la

proyección de talentos ocultos, con sus recordados cantos gregorianos, y
agrupación de voces en general. Esta tradición se mantiene hoy en día,
manipulada como es de esperarse por prácticas modernas y avances
tecnológicos; pero aún se suele conmemorar estos momentos, para según los
designios de la iglesia católica, dar así alabanza a Dios. La voz, al ser utilizada
de aquella forma, da lugar a que cada persona, conozca a conciencia sus
cualidades y límites que naturalmente afronta, en la técnica vocal que maneja.
Lo cual es muy importante, pues hay incluso personas que consideran tener una
voz muy fea; pero que al ser escuchados, son considerados como futuros
cantantes y vocalistas.

Luego de centrarnos en el instrumento, que anatómicamente podemos utilizar,

con ciertas incapacidades; podríamos centrarnos en la creatividad física, que la
humanidad ha implementado para el disfrute de la escucha instrumental. Y es
preciso centrarnos en la época del barroco para observar las diversas
variedades que este impulso, dándonos como enseñanza, que el lograr
materializar ideas musicales, también es una manera funcional de expresar
libremente el don que la naturaleza, ha colocado en el artista.

Aquel moderno proceso, para su época; de colocar un bajo continúo;

incrementaban las sensaciones que una obra musical transmitía; y hoy en día
esto no ha cambiado en gran manera; pues aunque no es bueno saturar de
acordes una composición, esta acción marca la diferencia, entre melodía,
polifonía y acompañamiento. Lo cual es proveniente de una evolución continua;
y que cada vez, es deseo de la existencia del hombre superarse así mismo,
desde una perspectiva selectiva, la cual está siempre ligada a su contexto social
e histórico.
Mesclar sonidos con un significado; ligado puntualmente con nuestros
sentimientos, dio lugar a la inspiración innata que, nuestras vivencias se sentían
atraídas a expresar, dando surgimiento a los cantos liricos y poesías rítmicas;
que en nuestros días consideramos como canciones. Y es también allí donde el
arte se vuelve un solo ente compacto, pero que a la vez, se puede disfrutar
separando sus componentes; ya sean estos rítmicos, melódicos y liricos, entre
otros. Desde la edad media, este contexto fue atrayendo adeptos; quienes
lograban convertir lo obvio, en algo fantástico; solamente adornando de la
manera más noble y dedicada, con frases puntuales para crear algo que al ser
escuchado, se desease fuera repetido una y otra vez.

No se queda olvidado pues, el romanticismo; que luego del clasismo; del cual
hay mucho que contar y que trataremos para finalizar, debido al complejo y
llamativo estilo social que solía implementar. Aquella transición romancera supo
exaltar, el cortejo caballeroso a una dama, con la belleza musical; estos estilos
siempre han buscado ser lo más llamativo posible, para que determinada dama
lo encuentre grandioso y sublime; llegando así que se anime; para que el artista
siga liberando su inagotable inspiración apartando su corazón de lo insensible.
Hoy poco ha cambiado, pues aunque muchos hombres digan tener su corazón
corrompido y dañado; determinada doncella, hace brotar en estos pensamientos
musicalmente maestros, y es que la inspiración parece ser algo que nunca
acaba, pues cuando la vuelves a encontrar, te darás cuenta que no tan
lejanamente perdida se encontraba.

Y ya pues; es magnífico, lo que se vivía en el clasismo de aquellos días; pues en

cada acontecer de la vida, implementaba en la música técnica y ardua
inteligencia reprimida; reconociéndola como una sana escapatoria a la alegría.
Lamentablemente por estos días, no muchos valoran el arte; pero entre estos
siempre está en alguna parte, ya sea de mañana, noche o tarde; quien
emprende por mejorar el medio musical un camino incesante. Cada día vemos
escuelas y maestros, que se reúnen varias horas, para interpretar algún
instrumento; u simplemente hablar de música como lo hacemos en este
momento; debatiendo nuestras ideas con argumentos.

En cuanto a la música de Jazz; es preciso retomar lo misteriosamente mágico y

atrayente de estos ritmos desde sus orígenes.
El placer de improvisar, con un solo instrumento; daba más que un realce de
popularidad al músico, también un sinfín de oportunidades ilimitadas para la creación
de ideas sonoras, las cuales serían juzgadas por un público cada vez más numeroso.

Este singular género musical, caracteriza toda una tradición, representada en todos sus
instrumentos, especialmente en los percusivos; pues es de allí donde se van
desarrollando rítmicamente estas ideas.

Hoy en día es formidable; lo bien que se ha adaptado a la gran variedad y cantidad de

cambios que se expone en el mundo, para enriquecer otros ritmos; dando lugar a una
conformación novedosa, atrevida y extrovertida. Estas intensas mezclas, hacen que
virtuosos talentos musicales extrañen la vieja guardia que solía exponer la seriedad del
jazz original; pero debemos tener en cuenta, que gracias a estas inesperadas
combinaciones se ha creado algo lo cual; además de hacer permanecer el Jazz en
popularidad sin miedo a extinguirse; por otro lado ha logrado aumentar los oyentes de
este género tradicional.

Muchos músicos, ignoran esta interminable variedad de repertorio, al unir el antes, y el

ahora del sentir yasero; debido a que se dejan guiar por corrientes más populares, pero
de poco tecnicismo instrumental.

Por tal motivo, es nuestro deber como futuros coordinadores de música, estar abiertos
a impartir conocimiento de cualquier género musical, desatacando sus bondades desde
una perspectiva detallada; haciendo énfasis en los más desconocidos, o menos
populares, desde el contexto social que este arraigado a nuestro estudiantes; para
mediante este proceso, mostrar la música no solo como un arte de estudio continuo y
ampliamente duradero; si no también, como una conexión expresiva del sentir humano
y el medio donde subsiste.

Este arte es un lenguaje, que no calla; pero que adquiere modismos, siendo atrevido
como un niño, con inocencia se deja conducir por senderos experimentarles, con los
cuales buscamos fortalecer sus cualidades ancestrales. Es bueno conocer el antes y el
ahora, de este artístico disfrute, para así entender por qué nos enamora y comprender
la ardua dedicación que se le impute.