El noble ya no es sólo
guerrero y político, sino
también cortesano, mecenas
y poeta.
Cancionero de Cancionero de Cancionero de Cancionero de
Baena Stúñiga Herberay des Palacio
Essarts
Ven, muerte, tan escondida
que no te sienta conmigo,
porqu’el gozo de contigo
no me torne a dar la vida.
COMENDADOR ESCRIVÁ
TEMAS DE LA POESÍA CORTESANA
Juan de Mena
Destacan:
Infierno de los enamorados
Comedieta de Ponza
Sonetos fechos al itálico modo
Serranillas
ÍNIGO LÓPEZ DE MENDOZA, MARQUÉS DE SANTILLANA
Formado en la corte de Alfonso V de Aragón, el marqués de Santillana cultivó:
Intentó aclimatar
POESÍA el soneto italiano
AMOROSA al castellano:
Sonetos Sonetos fechos al
itálico modo
SERRANILLA DEL MARQUÉS DE
Moçuela de Bores
SANTILLANA
allá do la Lama
púsome en amores. Por lo cual: “Señora “Señora, pastor
—le dixe— en verdad seré si queredes:
Cuidé que olvidado la vuestra beldad mandarme
Amor me tenía, saldrá desde agora podedes,
como quien se había de entre estos alcores, como a servidor:
gran tiempo dexado pues merece fama mayores dulçores
de tales dolores, de grandes loores”. será a mi la brama
que más que la llama que oír ruiseñores.”
queman amadores. Dixo: “Caballero,
tiradvos afuera: Así concluimos
Mas vi la fermosa dejad la vaquera el nuestro proceso
de buen continente pasar al otero; sin hacer exceso,
la cara plaçiente, ca dos labradores e nos avenimos,
fresca como rosa, me piden de Frama, e fueron las flores
de tales colores entrambos pastores.” de cabe Espinama
cual nunca vi dama los encobridores.
nin otra, señores.
JUAN DE MENA
Secretario de Juan II y un buen
ejemplo de humanista dedicado en
exclusiva al cultivo de las letras.
La complicación, la oscuridad, el
artificio, el lenguaje latinizante y la
erudición son las características de
sus obras.
UBI SUNT?
TEMAS Y LA FORTUNA
TÓPICOS
DE LAS MUERTE IGUALADORA
COPLAS
TEMPUS FUGIT
El tiempo transcurre
inexorablemente y nos
conduce a la muerte.
El tiempo es inaprensible e
irreversible: se nos escapa
de las manos.
LAS TRES VIDAS
Jorge Manrique considera que hay tres vidas:
Expresiones exhortativas
Recursos estilísticos Estilo expositivo
Sentenciosidad…
1 2
Recuerde el alma dormida Y pues vemos lo presente
avive el seso y despierte cómo en un punto se es ido
contemplando y acabado,
cómo se pasa la vida, si juzgamos sabiamente
cómo se viene la muerte daremos lo no venido
tan callando; por pasado.
cuán presto se va el placer, No se engañe nadie, no,
cómo después de acordado pensando que ha de durar
da dolor, lo que espera
cómo a nuestro parecer más que duró lo que vio
cualquiera tiempo pasado porque todo ha de pasar
fue mejor. por tal manera
.
3 4
Nuestras vidas son los ríos Dejo las invocaciones
que van a dar en el mar de los famosos poetas
que es el morir: y oradores;
allí van los señoríos no curo de sus ficciones
derechos a se acabar que traen yerbas secretas
y consumir; sus sabores.
allí, los ríos caudales, A Aquel sólo me encomiendo,
allí, los otros, medianos, a Aquel sólo invoco yo,
y más chicos; de verdad,
allegados, son iguales que en este mundo viviendo
los que viven por sus manos el mundo no conoció
y los ricos. su deidad.
.
5 6
Este mundo es el camino Este mundo bueno fue
para el otro, que es morada si bien usáramos de él
sin pesar, como debemos,
mas cumple tener buen tino porque, según nuestra fe,
para andar esta jornada es para ganar aquel
sin errar. que atendemos;
Partimos cuando nascemos, y aun aquel hijo de Dios,
andamos cuando vivimos para sobirnos al cielo,
y allegamos descendió
al tiempo que fenescemos; a nascer acá entre nos
así que, cuando morimos, y vivir en este suelo
descansamos. do murió.
.
7 8
Si fuese en nuestro poder Ved de cuán poco valor
tornar la cara fermosa son las cosas tras que andamos
corporal y corremos
como podemos hacer que, en este mundo traidor,
el ánima glorïosa aun primero que muramos
angelical, las perdemos:
¡qué diligencia tan viva de ellas deshace la edad,
tuviéramos a toda hora de ellas, casos desastrados
y tan presta que acontecen,
en componer la cativa, de ellas, por su calidad,
dejándonos la señora en los más altos estados
descompuesta! desfallescen.
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9 10
Decidme: la hermosura, Pues la sangre de los godos,
la gentil frescura y tez el linaje y la nobleza
de la cara, tan crescida,
la color y la blancura, ¡por cuántas vías y modos
cuando viene la vejez, se sume su gran alteza
¿cuál se para? en esta vida!
Las mañas y ligereza Unos, por poco valer,
y la fuerza corporal ¡por cuán bajos y abatidos
de juventud, que los tienen!
todo se torna graveza otros que, por no tener,
cuando llega el arrabal con oficios no debidos,
de senectud. se sostienen.
.
11 12
Los estados y riqueza Pero digo que acompañen
que nos dejan a deshora, y lleguen hasta la huesa
¡quién lo duda! con su dueño:
no les pidamos firmeza, por eso no nos engañen,
pues que son de una señora pues se va la vida apriesa
que se muda: como sueño.
que bienes son de Fortuna Y los deleites de acá
que revuelve con su rueda son, en que nos deleitamos,
presurosa, temporales,
la cual no puede ser una y los tormentos de allá
ni ser estable ni queda que por ellos esperamos,
en una cosa. eternales
.
13 14
Los placeres y dulçores Estos reyes poderosos
de esta vida trabajada que vemos por escripturas
que tenemos ya pasadas,
no son sino corredores, con casos tristes, llorosos,
y la muerte, la celada fueron sus buenas venturas
en que caemos. trastornadas;
No mirando a nuestro daño, así que no hay cosa fuerte,
corremos a rienda suelta, que a papas y emperadores
sin parar; y prelados,
cuando vemos el engaño así los trata la muerte
y queremos dar la vuelta como a los pobres pastores
no hay lugar. de ganados.
.
15 16
Dejemos a los troyanos ¿Qué se hizo el rey don Juan?
que sus males no los vimos Los infantes de Aragón,
ni sus glorias; ¿Qué se hicieron?
dejemos a los romanos, ¿Qué fue de tanto galán?
aunque oímos y leímos ¿Qué fue de tanta invención
sus victorias. que trajeron?
No curemos de saber Las justas y los torneos,
lo de aquel siglo pasado paramentos, bordaduras
qué fue de ello, y cimeras
vengamos a lo de ayer, ¿fueron sino devaneos?
que tan bien es olvidado ¿Qué fueron sino verduras
como aquello. de las eras?
.
17 18
¿Qué se hicieron las damas, Pues el otro, su heredero,
sus tocados, sus vestidos, Don Enrique, ¡qué poderes
sus olores? alcanzaba!
¿Qué se hicieron las llamas ¡Cuán blando, cuán halaguero,
de los fuegos encendidos el mundo con sus placeres
de amadores? se le daba!
¿Qué se hizo aquel trobar, Mas verás cuán enemigo,
las músicas acordadas cuán contrario, cuán cruel
que tañían? se le mostró:
¿Qué se hizo aquel danzar, habiéndole sido amigo
y aquellas ropas chapadas ¡cuán poco duró con él
que traían? lo que le dio!
.
19 20
Las dádivas desmedidas, Pues su hermano el inocente,
los beneficios reales que en su vida sucesor
llenos de oro, se llamó,
las vajillas tan febridas, qué corte tan excelente
los enriques y reales tuvo, y cuánto gran señor
del tesoro, que le siguió;
los jaeces y caballos mas como fuese mortal,
de su gente y atavíos metiole la muerte luego
tan sobrados en su fragua.
¿Dónde iremos a buscallos? ¡oh juïcio divinal,
¿Qué fueron sino rocíos cuando más ardía el fuego,
de los prados? echaste agua!
.
21 22
Pues aquel gran Condestable, Pues los otros dos hermanos,
maestre que conoscimos maestres tan prosperados
tan privado, como reyes,
no cumple que de él se hable, que a los grandes y medianos
sino sólo que lo vimos trujeron tan sojuzgados
degollado; a sus leyes;
sus infinitos tesoros, aquella prosperidad
sus villas y sus lugares, que tan alto fue subida
su mandar, y ensalçada
¿qué le fueron sino lloros? ¿qué fue sino claridad,
¿Fuéronle sino pesares que estando más encendida
al dejar? fue amatada?
.
23 24
Tantos duques excelentes, Las huestes innumerables,
tantos marqueses y condes los pendones y estandartes
y barones y banderas,
como vimos tan potentes, los castillos impugnables,
di, muerte, ¿dó los escondes los muros y baluartes
y traspones? y barreras,
Y sus muy claras hazañas la cava honda, chapada,
que hicieron en las guerras a cualquier otro reparo
y en las paces, ¿qué aprovecha?
cuando tú, cruda, te ensañas, Que si tú vienes airada
con tu fuerza las atierras todo lo pasas de claro
y deshaces. con tu flecha.
.
25 26
Aquel de buenos abrigo, Amigo de sus amigos,
amado por virtuoso ¡qué señor para criados
de la gente, y parientes!
el maestre don Rodrigo ¡Qué enemigo de enemigos!
Manrique, tanto famoso ¡Qué maestro de esforçados
y tan valiente, y valientes!
sus grandes hechos y claros ¡Qué seso para discretos!
no cumple que los alabe ¡Qué gracia para donosos!
pues los vieron, ¡Qué razón!
ni los quiero hacer caros, ¡Qué benigno a los sujetos!
pues el mundo todo sabe Y a los bravos y dañosos,
cuáles fueron. ¡un león!
.
27 28
En ventura, Octaviano, Antonio Pío en clemencia,
Julio César en vencer Marco Aurelio en igualdad
y batallar; del semblante;
en la virtud, Africano, Adriano en elocuencia,
Aníbal en el saber Theodosio en humanidad
y trabajar; Y buen talante;
en la bondad, un Trajano, Aurelio Alexandre fue
Tito en liberalidad en disciplina y rigor
con alegría, de la guerra;
en su braço, Aureliano, un Constantino en la fe,
Marco Atilio en la verdad Camilo en el grand amor
que prometía. de su tierra.
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29 30
No dejó grandes tesoros Pues por su boca y estado,
ni alcançó grandes riquezas en otros tiempos pasados,
ni vajillas, ¿cómo se hubo?
mas hizo guerra a los moros quedando desamparado,
ganando sus fortalezas con hermanos y criados
y sus villas; se sostuvo.
y en las lides que venció, Después que hechos famosos
muchos moros y caballos hizo en esta dicha guerra
se perdieron, que hacía,
y en este oficio ganó hizo tratos tan honrosos
las rentas y los vasallos que le dieron aun más tierra
que le dieron. que tenía.
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31 32
Estas su viejas estorias Y sus villas y sus tierras
que con braço pintó ocupadas de tiranos
en juventud, las halló,
con otras nuevas victorias, mas por cercos y por guerras
agora las renovó y por fuerza de sus manos
en senectud; las cobró.
por su gran habilidad, Pues nuestro rey natural,
por méritos y anciana si de las obras que obró
bien gastada, fue servido,
alcanzó la dignidad dígalo el de Portugal,
de la gran caballería y en Castilla, quien siguió
del espada. su partido.
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33 34
Después que puso la vida Diciendo: — Buen caballero,
tantas veces por su ley dejad el mundo engañoso
al tablero, y su halago;
después de tan bien servida vuestro corazón de acero
la corona de su rey muestre su esfuerzo famoso
verdadero, en este trago.
después de tanta hazaña Y pues de vida y salud
a que no puede bastar hicisteis tan poca cuenta
cuenta cierta, por la fama,
en la su villa de Ocaña, esfuércese la virtud
vino la muerte a llamar para sufrir esta afrenta
a su puerta. que os llama.
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— No se os haga tan amarga — El vivir que es perdurable
la batalla temerosa no se gana con estados
que esperáis, mundanales
pues otra vida más larga ni con vida deleitable
de fama tan gloriosa en que moran los pecados
acá dejáis; infernales;
aunque esta vida de honor mas los buenos religiosos
tampoco no es eternal gánanlo con oraciones
ni verdadera, y con lloros,
mas con todo es muy mejor los caballeros famosos,
que la otra temporal con trabajos y aficiones
perecedera. contra moros.
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— Y pues vos, claro varón, — No gastemos tiempo ya
tanta sangre derramaste en esta vida mezquina
de paganos, por tal modo,
esperad el galardón que mi voluntad está
que en este mundo ganaste conforme con la divina
por las manos; para todo.
y con esta confianza Y consiento en mi morir
y con la fe tan entera con voluntad placentera,
que tenéis, clara y pura,
partid con buena esperanza, que querer hombre vivir
que esta otra vida tercera cuando Dios quiere que muera
ganaréis. es locura.
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—Tú, que por nuestra maldad Así, con tal entender,
tomaste forma civil todos sentidos humanos
bajo nombre. olvidados,
Tú, que a tu divinidad cercado de su mujer
juntaste cosa tan vil y de hijos y de hermanos
Como es el hombre. y crïados,
Tú, que tan grandes tormentos dio el alma a quien se la dio,
sufriste sin resistencia el cual la ponga en el cielo
en tu persona, y en su gloria;
no por mis merecimientos y aunque la vida murió,
mas por tu sola clemencia nos dejó harto consuelo
me perdona. su memoria.