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LAS SOCIEDADES DE GESTIÓN COLECTIVA

Las sociedades o entidades de gestión colectiva son organizaciones creadas por


leyes de propiedad intelectual o por acuerdos privados para el manejo colectivo de
derechos de autor y derechos conexos. Estas entidades, gestionan los derechos
patrimoniales o conexos de distintos titulares de propiedad intelectual, como
autores, intérpretes, ejecutores, productores de fonogramas u organismos de
radiodifusión.
Por gestión colectiva se entiende el ejercicio del derecho de autor y los derechos
conexos por organizaciones que actúan en representación de los titulares de
derechos y en defensa de los intereses de estos últimos.

DEFINICIÓN LEGAL

En el Artículo 5 de la Ley de Derechos de Autor y Derechos Conexos,


Decreto 33-98 del Congreso de la República se define al autor como “la
persona física que realiza la creación intelectual. Solamente las personas
naturales pueden ser autoras de una obra; sin embargo, el Estado, las
entidades de derecho público y las personas jurídicas pueden ser titulares de
los derechos previstos en esta ley para los autores, en los casos mencionados
para la misma.”

Es importante la definición legal sobre lo que debe entenderse como autor.


Por un lado, autor de una obra solo puede ser una persona física o
natural, no obstante; una persona jurídica puede ser titular de los derechos de
autor, en los casos en que prevé la ley.

Artículo 192.- Sociedad de gestión colectiva es la persona moral que, sin ánimo
de lucro, se constituye bajo el amparo de esta Ley con el objeto de proteger a
autores y titulares de derechos conexos tanto nacionales como extranjeros, así
como recaudar y entregar a los mismos las cantidades que por concepto de
derechos de autor o derechos conexos se generen a su favor.

OBJETO

General

Fundamentar una nueva forma de gestión para la ACDAM que permita una mejor
administración colectiva de los creadores audiovisuales, a tono con los retos de la
actualización del modelo económico cubano.

Específicos:

1.-Diagnosticar las principales dificultades que presenta la ACDAM en su


funcionamiento, que no le permite realizar con eficacia su función de
administradora de los derechos de los autores audiovisuales.
2.- Identificar los principales componentes de una nueva forma de gestión
colectiva de los derechos de autor.

Con estos objetivos nos proponemos validar la siguiente hipótesis: La entidad de


gestión colectiva de los derechos de autor a nivel nacional puede desempeñar un
acertado papel en la consolidación y desarrollo de la creación audiovisual en
beneficio de la economía del país y de nuestra cultura nacional. Con el fin de
ejercer la gestión colectiva de los derechos patrimoniales de autor o derechos
conexos, o de ambos; por lo que, estas actúan como mandatarias de los autores
y/o titulares, ya sean nacionales o extranjeros, para que un tercero gestione sus
derechos.

INTEGRACIÓN

1. Presentación de la solicitud respectiva por él o los representantes legales


de la Asociación.

2. Adjuntar original y fotocopia legalizada del acta notarial del nombramiento.

3. Adjuntar el primer testimonio de la escritura constitutiva de la asociación


civil sin fin lucrativo

4. Adjuntar certificación extendidas por el Registro Civil en la que conste la


personalidad jurídica de la asociación civil sin fines de lucro.

5. Copia legalizada de sus estatutos

6. Listado de asociados, titulares de derecho de autor o derechos conexos,


consignando los datos de su documento de identificación personal e
indicando la o las categorías de derecho respecto a la cual se asocia.

Requisitos Según Artículo 113 Bis De La Ley De Derecho De Autor


Y Derechos Conexos

a) Que la asociación se haya constituido y obtenido su personalidad jurídica de


conformidad con lo establecido para ese efecto en el artículo 113 de esta ley;

b) Que cuente con los recursos humanos, técnicos, financieros y materiales


básicos para el cumplimiento de sus fines;

c) Que la asociación acredite que se encuentra integrada en su mayoría por


miembros guatemaltecos de origen o extranjeros domiciliados en Guatemala,
titularse de derechos e un mismo género de obras o producciones;

d) Que se reconozca a los miembros de la asociación un derecho de participación


apropiado en las decisiones de la entidad;
e) Que en las normas de reparto, una vez deducidos los gastos administrativos
hasta el porcentaje máximo previsto en los estatutos, y que en todo caso n podrá
superar el treinta por ciento, garanticen una distribución equitativa entre los
titulares de los derechos, en forma proporcional a la utilización real de las obras,
interpretaciones o ejecuciones artísticas o fonográficas, según el caso;

f) Que tenga, como mínimo, reglamentos de miembros, de tarifas y de distribución;

g) Que acredite la efectividad de la gestión en el extranjero o del repertorio


extranjero en el territorio nacional, mediante elementos que aseguren la
celebración de contratos de representación reciproca con asociaciones o
sociedades con los mismo fines que funcionen en el extranjero. El Registro de la
Propiedad Intelectual hará la valoración pertinente; y

Tramite De La Solicitud

a) Presentada la solicitud, el Registro deberá proceder en un plazo no mayor a los


30 días siguientes a analizar la documentación presentada para verificar que se
apegue a las disposiciones de la ley y de este reglamento;

b) Vencido el plazo anterior, el Registro podrá admitir la solicitud, rechazarla si


fuere el caso, o bien prevenir al solicitante para que efectué las modificaciones o
enmiendas que resulten pertinentes, tanto en la solicitud como en sus estatutos,
las cuales se detallaran en la propia resolución;

c) Si se advierte en la solicitud la omisión de requisitos subsanables, se prevendrá


al solicitante para que un plazo no mayor de quince días proceda a subsanar las
omisiones o deficiencias detectadas. En el caso que estas últimas se refieran a los
estatutos de la asociación, se concederá un plazo de seis meses a partir para el
mismo efecto;

d) Transcurridos los plazos antes establecidos sin que se hubiera cumplido con lo
requerido por el Registro la solicitud se tendrá por abandonada y mediante simple
razón asentada en el expediente se ordenara su archivo.

INSCRIPCIÓN

Requisitos de la inscripción. La inscripción de la autorización de funcionamiento de


una sociedad de gestión colectiva deberá contener:

a) La denominación de la entidad;

b) Los datos relativos a su constitución como asociación y a la obtención de su


personalidad jurídica;
c) El objeto o fines, indicando la categoría de los derechos que administrara;

d) Los órganos de la entidad;

e) Dirección donde se ubica su sede principal;

f) Fecha de la resolución de autorización e identificación del expediente;

g) Lugar, fecha y firma del Registrador o quien haga sus veces.

FACULTADES

1. Sociedad de Autores y Compositores Ecuatorianos- SAYCE, es una entidad de


gestión colectiva. Su misión es gestionar y distribuir los Derechos de los
Autores y Compositores a los que representa, a nivel nacional e internacional y
trabajar por los intereses de la comunidad creativa musical, fomentando una
conciencia colectiva que impacte positivamente sobre el desarrollo cultural del
país

2. Sociedad de Productores de Fonogramas – SOPROFÓN, es una entidad de


gestión colectiva de derechos conexos que representa en el Ecuador los
catálogos de los productores fonográficos nacionales e internacionales y los
derechos derivados de su uso y administra los siguientes derechos conexos:

3. Entidad de Gestión de Derechos de los Productores Audiovisuales del Ecuador


– EGEDA, EGEDA Ecuador es una sociedad de gestión colectiva que, en
cumplimiento de lo dispuesto en la Ley de Propiedad Intelectual y su estatuto,
recauda y distribuye los valores resultantes de la gestión de los derechos de
los productores audiovisuales, ya sea productor nacional o extranjero, persona
física o jurídica.

4. Sociedad de Artistas Intérpretes y Músicos Ejecutantes del Ecuador – SARIME,


es una entidad de gestión colectiva autorizada por la Dirección Nacional de
Derecho de Autor y Derechos Conexos del Instituto Ecuatoriano de la
Propiedad Intelectual mediante Resolución 003 de 15 de diciembre de
1999 para recaudar y administrar los derechos patrimoniales (económicos) de
los artistas intérpretes y músicos ejecutantes, provenientes de la utilización
pública (medios de comunicación, bares, restaurantes, discotecas.

5. La Unión de Artistas Audiovisuales del Ecuador UNIARTE, es una entidad de


gestión colectiva autorizada por la Dirección Nacional de Derecho de Autor y
Derechos Conexos del Instituto Ecuatoriano de la Propiedad Intelectual
mediante Resolución 005-2015-DNDAyDC-SGC de fecha 25 de junio de 2015,
esta sociedad se encarga de recaudar los derechos patrimoniales de los
autores audiovisuales y derechos conexos de los artistas, intérpretes y
ejecutantes de obras audiovisuales.
SANCIONES ADMINISTRATIVAS PENALES Y CIVILES POR OBSERVANCIA
DE LOS DERECHOS DE PROPIEDAD INTELECTUAL

SANCIONES ADMINISTRATIVAS PENALES

Un tema vinculado a la relación entre sanciones administrativas y penales tiene


que ver con la posibilidad de que frente a una infracción o conducta dañosa,
pueda concurrir un procedimiento administrativo seguido ante la autoridad
sectorial competente de carácter sancionador y uno penal ante el Poder Judicial.

Sobre el particular, el artículo 138 de la LGA dispone que «la responsabilidad


administrativa establecida dentro del procedimiento correspondiente es
independiente de la responsabilidad civil o penal que pudiera derivarse de los
mismos hechos». En otras palabras, la exigencia de «la responsabilidad
administrativa a los infractores de las normas ambientales no afecta ni disminuye
la posible responsabilidad civil o penal que pueda imputársele».15

Si bien este doble plano sancionador podría significar un desconocimiento del


principio legal del non bis in idem, es decir, de no ser sancionado 2 o más veces
por una misma infracción, en el Perú la mayoría de las normas sectoriales que
consignan sanciones administrativas lo hacen sin perjuicio de las sanciones
penales.

Esta posibilidad de doble sanción, que tiene una aceptación pacífica en nuestro
medio, no es aceptada en otros países, como el caso de España, donde por regla
general el «procedimiento administrativo sancionador se suspende en caso de
iniciarse paralelamente un proceso penal por los mismos hechos, de modo que de
imputársele al procesado responsabilidad penal ya no podrían sancionarlo
administrativamente porque se produciría la anotada duplicidad de sanciones».

SANCIONES ADMINISTRATIVAS CIVILES

Una de las muchas cuestiones borrosas en relación con las sanciones


administrativas es la de si la Administración puede, además de sancionar al
infractor, imponerle la obligación de indemnizar al perjudicado por la infracción y
fijar ella misma el importe de la indemnización, de forma que el perjudicado no
tenga necesidad de iniciar un proceso civil para exigir una indemnización por los
daños que le ha causado la conducta constitutiva de infracción administrativa.

En muchos sistemas jurídicos en los que existen sanciones administrativas, no se


plantea esta posibilidad de que la Administración, además de sancionar, se
convierta en “juez” de un conflicto entre particulares (concretamente, de una
cuestión de responsabilidad civil). Así, por ejemplo, en el Derecho europeo de la
competencia la Comisión sanciona pero no puede fijar por sí misma las
indemnizaciones que el infractor deba abonar a los perjudicados por su conducta y
no se discute que éstos tienen que acudir a los tribunales civiles para obtener una
indemnización (son las follow-on actions, reguladas por la Directiva 2014/104/UE).
Tampoco en Alemania o en Italia, que son los Estados europeos que se han
dotado de una regulación más detallada de la potestad administrativa
sancionadora, se contempla que la resolución administrativa por la que se impone
una sanción incluya la condena al infractor a abonar una indemnización al
perjudicado por la infracción.

Probablemente la tendencia (como veremos, muy limitada hasta ahora) a que en


España la potestad sancionadora sea completada con la posibilidad de ventilar en
el procedimiento sancionador la responsabilidad civil del infractor surge por
imitación de lo que sucede en el ámbito penal, en el que (de acuerdo con el
Código Penal y la LECr) la sentencia no sólo impone la pena sino que también
decide sobre la responsabilidad civil derivada del delito. Esa acumulación de la
responsabilidad civil a la penal constituye, a su vez, otra peculiaridad española,
porque en muchos Estados el tribunal penal no decide sobre la responsabilidad
civil y en todo caso ésta no se regula en el Código Penal.

LA COMPETENCIA DE LOS ÓRGANOS JURISDICCIONALES

El termino Órgano Jurisdiccional, está referido a aquellos magistrados que


cumplen función jurisdiccional en sentido estricto; es decir, a aquellos que
únicamente desempeñan las labores propias de un juez, mas no comprende a
aquellos que desempeñan otras labores como el nombrar jueces, fiscalizar la
actividad jurisdiccional, capacitar magistrados, etc.

La competencia denota la potestad otorgada por ley al órgano jurisdiccional para


conocer determinados conflictos (civil, penal, laboral, militar constitucional, etc.).
De ahí que también sea entendida como un instrumento mediante el cual se
procura el ordenado reparto de las causas entre jueces para conocer asuntos en
materia penal.

Gimeno Sendra señala que tanto la jurisdicción como la competencia, constituyen


presupuestos del proceso. En efecto, para que un Juez pueda satisfacer
materialmente una pretensión, es necesario que previamente haya sido dotado de
la potestad de impartir justicia (jurisdicción) y, asimismo, de la capacidad de poder
atribuirse el conocimiento de determinados asuntos judiciales (competencia).
Indica también que la jurisdicción tiene carácter previo a la competencia, es decir,
solo se puede atribuir la competencia a un tribunal si previamente ha sido dotado
de jurisdicción, nunca viceversa.

El Art. 19.2 del Código Procesal Penal, establece que por la competencia se
precisa e identifica a los órganos jurisdiccionales que deben conocer un proceso.
COMPETENCIAS DEL MINISTERIO PÚBLICO

Durante la polémica por la indagación de asesorías del Senado, se ha planteado


la indagación del delito de fraude al fisco. Sobre este punto y de modo creciente
subyace un interesante debate acerca de qué se entiende por fisco -o por interés
fiscal- y quién es el llamado a definirlo, interpretarlo y defenderlo.

Tal como demuestra este conflicto, un punto que en general se da por sentado no
resulta simple y al parecer existe una pretensión de la autoridad persecutoria de
entrar a valorar o definir el buen o mal uso de fondos provenientes de rentas
generales, más allá de lo que el titular de los fondos, en este caso el Senado,
decida.

El tema cobra especial relevancia si estimamos que el Poder Legislativo en el


marco al menos teórico del estado de derecho es, por su origen, el órgano dotado
de mayor representatividad y, en ese entendido, de mayor legitimidad en la toma
de decisiones, incluido lo referido al uso de presupuestos que le son asignados
por ley.

La pretensión de la fiscalía de constituirse en guardián o árbitro del uso de los


referidos fondos fiscales, la transforma en los hechos en una suerte de supra
poder que, al mismo tiempo, abre la puerta para el escrutinio jurídico penal de toda
actividad financiada por el Estado.

Lo anterior, más allá de si es reprochable, lleva a la pregunta de si el Ministerio


Público está dotado de las competencias técnicas para tan titánica labor.

DELITOS

1) Imposición y mantenimiento de condiciones ilegales de trabajo o de Seguridad


Social (Art. 311).

La acción consiste en imponer u obligar a los trabajadores a aceptar determinadas


condiciones, por lo que si la aceptación de éstas es libre por parte del trabajador
no existirá este delito. Dicha imposición podrá llevarse a cabo mediante engaño o
abusando de la situación de necesidad del trabajador, que conoce la ilegalidad de
las condiciones pero que no tiene más remedio que aceptarlas. Se impondrán las
penas de prisión de 6 meses a 3 años y multa de 6 a 12 meses; si, además, se
emplea violencia o intimidación se impondrán las penas superiores en grado. En
definitiva, lo que importa es que se constriña o se suprima la libertad del trabajador
a la hora de la contratación.

El resultado es la imposición de condiciones que perjudican los derechos de los


trabajadores por disposiciones legales, convenios colectivos o contrato individual.

2) Tráfico ilegal de mano de obra (Art. 312).


Se parte de infracciones de la normativa sobre contratación de mano de obra,
como por ejemplo la contratación de trabajadores para cederlos temporalmente a
otra empresa fuera de las empresas de trabajo temporal debidamente autorizadas
(Ley 10/1994, de 19 de mayo).

La colocación ilegal también parte de una infracción administrativa de las


regulaciones existentes en esta materia que configuran los servicios oficiales de
colocación como públicos y gratuitos y prohíben las agencias de colocación con
fines lucrativos.

Para pasar del ámbito administrativo al penal deberemos constatar, al menos, la


puesta en peligro de los derechos de los trabajadores.

Sujeto activo puede serlo cualquiera que trafique con mano de obra, por lo que no
se requiere que sea empresario.

La pena es de prisión de 6 meses a 3 años y multa de 6 a 12 meses.

3) Migraciones fraudulentas (Art. 313).

El constante aumento de la emigración clandestina desde países subdesarrollados


o en vías de desarrollo a España, o a través de España a otros países europeos,
preocupa cada vez más a estos países receptores, no sólo porque ello puede
perjudicar los derechos de los trabajadores emigrantes clandestinos, sino sobre
todo porque perjudica gravemente a los derechos laborales de los propios
ciudadanos afectados por las altas tasas de desempleo. Por ello el primer
apartado del Art. 313 eleva a la categoría de delito la inmigración a España de
manera clandestina. En el segundo apartado es necesario que exista engaño que
determine o favorezca la emigración de alguna persona a otro país fuera de
España; el medio engañoso puede serlo cualquiera, pero ha de incidir en la
decisión del trabajador a emigrar.

La pena es la misma a la prevista en el anterior artículo.

4) Discriminación laboral (Art. 314).

Aquí se tipifican las formas más graves de discriminación en el trabajo


contempladas ya como infracciones en el Estatuto de los Trabajadores y en la Ley
de Infracciones y Sanciones en el Orden social.

El Código Penal exige para castigar la discriminación que haya un previo


requerimiento o sanción administrativa y que, a pesar de ello, no se haya
restablecido la situación reparando los daños económicos que se hayan podido
causar.

El consentimiento del afectado por la discriminación no tiene efectos justificantes


debido a la naturaleza irrenunciable del derecho a no ser discriminado.
La discriminación puede revestir muy diversas formas, muchas de ellas
disimuladas, cuya finalidad discriminatoria debe deducirse de los hechos: peor
retribución a la mujer a igualdad de trabajo que los hombres, reserva de
determinados puestos de trabajo a personas de determinada etnia o sexo, etc.

La pena es de prisión de 6 meses a 2 años o multa de 6 a 12 meses.


5) Delitos contra la libertad sindical y el derecho de huelga (Art. 315).

En el apartado primero de este artículo se exige el empleo de engaño o abuso de


una situación de necesidad y el resultado de las conductas que se castigan,
impedir o limitar la libertad sindical o el derecho de huelga; el bien jurídico tutelado
es la libertad sindical y el derecho de huelga cuando se ejerzan correctamente. Al
ser un bien jurídico colectivo no es disponible por los particulares, por lo que es
irrelevante su consentimiento.

Para interpretar cuáles pueden ser las prácticas antisindicales podemos tener en
cuenta, entre otras normas y criterios, el Convenio 98 de la OIT sobre el derecho
de sindicación ratificado por España, en el que se definen los actos
discriminatorios y las injerencias prohibidas, como por ejemplo el despido de un
trabajador por razón de su afiliación o actividad sindical.

El apartado segundo se limita a establecer que si el hecho se realiza con violencia,


fuerza o intimidación se impondrán las penas superiores en grado.

El tercer apartado castiga la coacción a la huelga; con ello se pretende proteger el


mismo derecho a la huelga, que descansa en la libertad personal del trabajador,
ante la presencia y la creciente actividad agresiva de grupos organizados que se
denominan ðpiquetes de extensión de huelgað; en definitiva, lo que se protege es
el derecho a no estar en huelga o a no hacer la huelga.

Las penas son de prisión de 6 meses a 3 años y multa de 6 a 12 meses.

6) Delitos contra la seguridad e higiene en el trabajo (Art. 316).

La garantía de la seguridad e higiene en el trabajo es obligación del empresario,


según los artículos 4 y 19 del Estatuto de los Trabajadores y el artículo 7 de la
Ordenanza General de Seguridad e Higiene en el trabajo; pero esta misma
Ordenanza y otras múltiples disposiciones extienden esta obligación a un amplio
círculo de sujetos que, según el Tribunal Supremo, son todas aquellas que
ostenten mando o dirección, técnicos o de ejecución, ya sean mandos superiores
como intermedios o subalternos. Así, pueden ser sujetos activos del delito tanto el
empresario como los encargados por éste de la dirección del trabajo.

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