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La Ley Desarme, un “novedoso instrumento legal que viene a dar una

respuesta estructural al problema delictivo“, según Pablo Fernández, secretario


de la extinta Comisión Presidencial para el Control de Armas, Municiones y
Desarme.

Asimismo, detalló que al aplicar esta Ley, se busca “acabar con la


armería como rubro comercial. El único organismo para hacer este tipo de
actividad es la Compañía Anónima Venezolana de Industrias Militares”.

Otras aspectos son: “Limita la venta de municiones particulares (…)


Establece sanciones fuertes a funcionarios públicos que incurran en violaciones a
algunos de los artículos de la Ley (…) Se crea un registro automatizado de armas
que contiene la prueba balística”, entre otros.

A continuación el texto completo publicado por el medio:

Con la aprobación de los 126 artículos de la Ley para el Desarme y


Control de Armas y Municiones de manera unánime en su segunda discusión,
nació un instrumento de justicia social que es parte fundamental de la
herencia que dejó el Comandante Supremo, Hugo Chávez.

Así lo hizo saber el secretario de la extinta Comisión Presidencial para el


Control de Armas, Municiones y Desarme, Pablo Fernández, quien aseguró que el
novedoso instrumento legal viene a dar una respuesta estructural al
problema delictivo.

No obstante, advirtió el experto que debe existir plena coordinación entre


la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, (Fanb) y el Ministerio de Interior,
Justicia y Paz y los cuerpos policiales, para que fluya la Ley y sus resultados, de
manera directa.

Puesta a tono

En la actualidad se está trabajando en la reglamentación de los artículos


que lo requieren y se espera sólo la publicación en Gaceta Oficial y el ejecútese
del presidente Nicolás Maduro, para que entre en vigencia la moderna norma.

“Esta Ley, en su sentido más simple, regula la venta de armamentos a


particulares y busca supervisar su uso por parte de los funcionarios policiales y
militares”, expuso Fernández, quien no dejó de mencionar que, en su mayor parte,
el articulado aprobado fue producto de los aportes hechos por la extinta comisión
presidencial, “que fue una visión estratégica más del Comandante Chávez”.

Control de municiones

Según un reporte emitido por la Dirección de Armas y Explosivos, Daex,


explicó Fernández, en el país existen 167 mil 800 armas registradas legalmente y
con su respectivo porte concedido. “Si a ello se agrega, digamos 10 veces esa cifra
para calcular las armas ilegales, que es lo que se estima, estamos ante una
situación que debe apalancarse con la puesta en marcha del plan desarme, y que
creo fundamental para el proceso de paz y seguridad en el país”.

En opinión de Fernández lo importante no es tanto el número de armas,


sino el control efectivo sobre las municiones. “Por ello se espera la llegada al
país de la moderna y efectiva tecnología para marcaje y control de
municiones”, expuso.

De igual manera se espera la importación de las prensas para garantizar


mayor número de armas inutilizadas.

Las armas se vuelven cabillas

Explicó Fernández que hay dos tipos de desarme: el voluntario, que


promueve la ley naciente y el de-sarme compulsivo, que se refiere a la incautación
o decomiso de armas en operativos, redadas o en hechos de carácter delictivo.

“El protocolo del desarme voluntario y anónimo plantea que quien


entrega el arma no es reseñado, y se le concede amnistía automática por el
delito de porte ilícito de armas”, enfatizó.

Hay personas con porte legal que desean desarmarse y pueden hacerlo de
igual manera. Además, se están planteando algunos incentivos como
oportunidades de becas de estudio, becas trabajo, hasta materiales para
construcción y electrodomésticos.

Estas armas que son entregadas voluntariamente pasan de inmediato


a la Daex, para su destrucción por fundición, detalla el funcionario.

Precisó Fernández que el desarme compulsivo consiste en la incautación


del arma en un operativo o en un suceso donde se cometa un delito. Esa arma se
pasa al Ministerio Público, que a su vez la transfiere al Cicpc para las respectivas
experticias. En un lapso no mayor de 20 días, el fiscal del Ministerio Público debe
pronunciarse para saber si el arma está incursa en averiguaciones por otros delitos.

Se acata el dictamen del funcionario y luego el arma se inutiliza por el


proceso de prensado y se remite al Daex, para su fundición en Sidetur
(Siderúrgica del Turbio), en Barquisimeto. Allí las toneladas de armas fundidas se
están transformando en cabillas que van a la Gran Misión Vivienda Venezuela”,
dice Fernández, dejando saber el alcance social de la medida.

Aclaró el funcionario que la aplicación de estos protocolos en el desarme


no tienen nada que ver con el curso de los procesos de investigación penal sobre
cualquier ciudadano.

“Si tú entregas el arma, no eres reseñado y se te otorga amnistía, pero


solo por tenencia o porte ilícito de arma de fuego. Si aparte tienes abierto un
proceso de investigación o estás solicitado o incurso en algún delito, los
organismos competentes seguirán sus procedimientos”, expuso.

Es decir, y esto queda claro, la amnistía planteada no es para amparar a


delincuentes ni para estimular nuevos delitos. El peso de la ley caerá y seguirá
cayendo sobre quienes transgredan las normas.

Sanciones

Agrega el funcionario que la Ley establece sanciones de orden


pecuniario y penal, con la novedad de que se considerará como agravante para
aumento de las penas y sanciones, el hecho de que quien trafique o introduzca
armas y municiones a los penales y otros sitios para generar más violencia, sean
funcionarios policiales o públicos.

De igual manera, se establece que cuando se violenten los sitios de


resguardo, depósitos o parques de armas, se plantea prisión de 8 a 20 años,
según sean los casos; pero si los implicados son funcionarios, se aumentará la
pena en una cuarta parte adicional; “como manera de golpear la galopante
corrupción existente, pero que ya está detectada y con medidas como ésta se
controla hasta reducirla a cero, que sería lo ideal. Muchas veces con esas armas
que deberían estar inutilizadas se cometen delitos y se genera una espiral de
violencia. Eso se va a acabar”, dijo.

Además, el porte ilícito será penado de 7 a 20 años de prisión.

—Con este panorama, ¿cuándo cree usted que se comenzarán a ver los resultados
de la Ley?

—Soy optimista, pero como el tema tiene implicaciones de diversa índole, estoy
convencido de que hace falta un proceso para la siembra de conciencia, por
encima de la aplicación de cualquier instrumento legal. Para eso existen
programas específicos: por ejemplo, allí está la nueva Misión Jóvenes de la Patria,
que incorpora a los que deseen participar en procesos de desarrollo
socioproductivo, brindando oportunidades a la juventud y alternativas reales de
crecimiento integral. Con educación podremos apostar a un país más productivo,
más seguro, menos violento. Esa es la meta, es el sueño –finalizó un optimista
Fernández.

Experiencia previa fue positiva

Asegura Pablo Fernández que en el transitar de la redacción de la Ley por


parte de la Comisión Presidencial para el Desarme, que se le presentaba
regularmente al presidente Hugo Chávez para su corrección y discusión, este
recomendó una consulta general. Se hizo una encuesta piloto de la Comisión en
la web a 7 mil 500 personas, entre finales de 2012 e inicio de este año, en torno a
si estaban de acuerdo o no con los incentivos por parte del Estado a quienes
practicaran el desarme voluntario.
“No solo todo el mundo estuvo de acuerdo, sino que 3 mil 909 personas,
casi 50 por ciento, indicaron que a todo el que se desarme voluntariamente hay
que estimularlo con oportunidades para estudiar, trabajar, herramientas para el
trabajo, materiales de construcción, e incluso canje por electrodomésticos”,
expone, a la vez que añade: “Todo eso está ahora mismo en estudio, pero se va a
cumplir la voluntad popular”.

El experto en la materia deja saber que la experiencia con menores de


edad, transgresores de las normas de la sociedad, en diversas tipificaciones, ya
fueron objeto de los protocolos de canje y fueron reinsertados de manera
productiva como individuos sanos, gran parte de ellos. “Por eso pienso que la
Ley va a traer grandes beneficios. Estos jóvenes, en su mayoría rescatables,
necesitaban respuestas del Estado, y con gran sentido humanista y social, como
siempre indicó el Líder Supremo, se aplicó el protocolo y hoy podemos apuntar a
soluciones viables”.

¿Qué se logra al aplicar la Ley?

1- Acaba con la armería como rubro comercial. El único organismo para hacer
este tipo de actividad es la Compañía Anónima Venezolana de Industrias
Militares.

2- El porte de arma de defensa personal debe ser otorgado bajo declaración jurada
de necesidad.

3- Expone la diferencia entre porte y tenencia, dejando claro que la tenencia está
permitida en los casos en que el arma está declarada para resguardo de bienes
dentro del hogar o propiedades.

4- Se crea un registro automatizado de armas que contiene la prueba


balística.

5- Prohíbe la recarga de municiones y ordena su marcaje, mediante modernos


métodos.

6- Ordena presentar un plan de producción de municiones de Cavim al presidente


de la República anualmente, a manera de rendición de cuentas.

7- Limita la venta de municiones particulares: 50 unidades por año. Deportistas


(tiro deportivo) sólo 300 por mes, que serán vendidas por tiendas Cavim dentro de
los polígonos. Cacería (respetando y tomando en cuenta los planteamientos de las
comunidades indígenas) 100 municiones de escopetas por mes. Policías: 50
municiones por arma mensualmente. Para reponer las usadas, cada funcionario
debe rendir cuenta, avalado por su respectivo jefe policial. Para resguardo de
zonas agropecuarias: 100 al año es el cupo de municiones.
8- Ordena campañas preventivas sobre armas en medios de comunicación y
prohíbe programación que induce al uso de armas. “Deben intervenir Conatel y el
Minci”, agregó.

9- Legaliza las zonas libres de armas.

10- Crea un fondo para el desarme, con el objetivo de otorgar compensaciones a


las personas que entreguen las armas, de acuerdo con lo que establezca el plan de
canje que es producto de la Ley.

11- Legaliza la inutilización de armas. “Este punto es básico, toda vez que se


venía detectando cómo armas y municiones que estaban en resguardo, mientras se
hacía la experticia requerida aparecían implicadas en nuevos hechos delictivos, lo
cual presuponía complicidad de personas con acceso a los parques de armas y
depósitos de resguardo; ahora con la inutilización no se interfiere con la
investigación y luego pasa a ser arma destruida”, explica Fernández. Es un punto
clave que estableció el presidente Chávez como decreto en la Gaceta Oficial
40.047 de octubre de 2012.

12- Ordena la amnistía. Este punto se refiere a uno de los estímulos que brinda
el Estado a quien voluntariamente acuda a desarmarse. No será reseñado y entrará
en el protocolo del canje que aún tiene algunos elementos en estudio, como la
compensación.

13- Establece sanciones fuertes a funcionarios públicos que incurran en


violaciones a algunos de los artículos de la Ley.

Las armas de fuego son dispositivos de autodefensa que


únicamente deben ser utilizados por personas autorizadas y con fines
netamente de seguridad y no de violencia.

Un arma es tan sólo un elemento mecánico que debe ser utilizado


con la seriedad y los conocimientos mínimos en los aspectos de manejo y
seguridad, para hacer de ella un sistema operativo (hombre/arma) que no
genere la posibilidad de un accidente humano.

En este sentido, la tenencia de estos instrumentos debe responder


a una actitud muy seria, madura, responsable y metódica. Lo primero que
se debe saber es que el uso de las armas de fuego debe ser el último
elemento defensivo o disuasorio, teniendo en cuenta las graves
consecuencias que produce cuando una munición impacta en alguna
persona. Todo ello unido a la controversia que produce en la sociedad su
utilización, así como el correspondiente proceso penal que se inicia
cuando se produce un resultado lesivo o la muerte de alguna persona de
manera accidental o intencional.

En consecuencia, adquirir este tipo de dispositivos requiere de


diversas pruebas y justificativos para obtener un permiso o licencia de
porte que autorice su tenencia; lo correcto es que el derecho de usar
armas en un ciudadano común lleve implícita la obligación de que el
Estado haga los exámenes psicológicos y de conducta necesarios, a fin
de que los aspirantes a portadores comprueben que no constituyen un
riesgo latente para la sociedad, y no que cualquiera porte un elemento
peligroso y lo utilice para delinquir o irrespetar a otra persona ciudadano.

Cabe resaltar, que las armas de fuego son mucho más un peligro
que una protección, ya que aumentan el riesgo de muertos y heridos; es
así como generan una falsa sensación de seguridad. Incluso los policías,
que son entrenados para manejar armas, tienen riesgo de ser víctimas de
las mismas en diversos casos por su mala manipulación.

En ataque, las armas pueden ser utilizadas como un instrumento


de coacción, por contacto directo o mediante uso de proyectiles. Estas
herramientas, por tanto, van desde algo tan sencillo como un palo afilado
a un complejo aglomerado de tecnologías, como un misil balístico
intercontinental. En sentido metafórico, cualquier cosa capaz de causar un
daño puede ser entendido como arma.

Actualmente se encuentra en vigencia la Ley de Armas y


Explosivos, según Gaceta Oficial Nº 19.900 de fecha 12 de junio de
1939 e igualmente; así como también la Ley para el Desarme promulgada
en el año 2002; sin embargo, como se puede evidenciar, la primera es de
muy vieja data y requiere de las actualizaciones necesarias y la segunda
no contempla la protección de las personas que entregan las armas ni la
confidencialidad del acto, no define las armas de guerra y tampoco
presenta un programa político-institucional para su implementación;
razones que han llevado a la Asamblea Nacional a presentar un proyecto
que intenta fusionar ambos instrumentos legales, con la finalidad de
adecuarla y solventar los vacíos existentes en ellas.

Ámbito de aplicación de la Ley de Armas y Explosivos

Este instrumento legal es aplicable a todos los ciudadanos


venezolanos y venezolanas que de conformidad con el Artículo 1 de dicha
ley introduzcan, fabriquen, comercialicen, detenten, porten u oculten
armas y explosivos en menoscabo del contenido de la Ley de Armas y
Explosivos y el Código Penal Venezolano vigente.
Esta Ley, estipula en sus disposiciones la clasificación de las armas
así como la prohibición taxativa de que ninguna persona que no sea el
Gobierno Nacional pueda introducir en el país fábrica de armas y
municiones de guerra, conforme a los reglamentos que en la materia los
organismos encargados tengan a bien dictar.

Clasificación de las armas según la Ley de Armas y


Explosivos.

La Ley de Armas y Explosivos ha consagrado taxativamente los


instrumentos que deben considerarse Armas, y en este sentido solo
deben considerarse como tales las siguientes:

- Armas de Guerra: Son las que se usan o puedan usarse en el


Ejército, la Guardia Nacional y demás Cuerpos de Seguridad, para la
defensa de la Nación y resguardo del orden público, entre las que se
encuentran: cañones, obuses, morteros, ametralladoras, fusiles,
carabinas y mosquetones; pistolas y revólveres de largo alcance; y, en
general, todas aquellas armas que pudieren ser útiles en la guerra, de
todas clases y calibres, de un tiro, de repetición, automáticas y
semiautomáticas y sus respectivas municiones y aparejos para ponerlas
en actividad; sables, espadas, espadines, lanzas y bayonetas; aparatos
lanzallamas; bombas, granadas de mano; gases y sustancias agresivas,
así como las armas y dispositivos que puedan arrojarlos o los envases
que puedan contenerlos. Dichas armas y sus municiones, siempre y
cuando se encuentren, se introduzcan o fabriquen en Venezuela son de la
única y exclusiva propiedad de la Nación.

Según la Ley en cuestión, bajo ningún concepto, los particulares


podrán fabricar, portar, detentar y ocultar armas de guerra ni sus
municiones, debido a que esta facultad es exclusiva de la Nación a través
del Ejército, la Guardia Nacional, y demás Cuerpos de Seguridad. Sin
embargo, atendiendo a la premisa de que toda regla tiene su excepción,
las personas que posean colecciones de armas consideradas como
objetos de estudio o históricos podrán formar, conservar o vender dichas
colecciones de armas, siempre y cuando se apeguen a los Reglamentos
que el poder Ejecutivo tenga a bien dictar.

- Armas de prohibida importación, fabricación, comercio, porte


y detención:

a. Las escopetas de uno o más cañones rayados para usar balas rasas.
b. Revólveres y pistolas de toda clase y calibre. A excepción del caso en el
que los organismos competentes, previa presentación de una fianza por
parte del interesado, otorgue autorización para importar un arma de
fuego, de conformidad con los reglamentos y las condiciones legales que
existan.
c. Los rifles de cacería de cañón rayado, de largo alcance y bala blindada
de calibre 22 o 5 milímetros en adelante.
d. Los bastones pistolas, puñales, dagas y estoques.
e. Los cartuchos correspondientes a las mencionadas armas de fuego.
f. Las pólvoras piróxiladas para las cargas de los cartuchos de pistolas,
revólveres y rifles de cañón rayado.
g. Los cuchillos y machetes que no sean de uso doméstico, industrial o
agrícola.

El Estado, a través del Ministerio de la Defensa y de la Dirección


de Armamento de la Fuerza Armada Nacional, igualmente puede autorizar
la importación y expendio de las escopetas de Cacería de uno o dos
cañones lisos de un solo tiro o de repetición, en los calibres de 12 a 32,
inclusive, y los flowers de cañones lisos, comprendidos entre 9 y 14 Mm.
para usar cartuchos de cartón.
Del análisis de la Ley de Armas y Explosivos se desprende que
Artículo 11 de la misma establece la autorización para la importación y el
expendio de las escopetas de Cacería de uno o dos cañones lisos de un
solo tiro o de repetición, en los calibres de 12 a 32, inclusive, y los flowers
de cañones lisos, comprendidos entre 9 y 14 Mm. para usar cartuchos de
cartón, mas no para el porte o detentación de las mismas, sin embargo;
teniendo en cuenta que todas las armas de fuego, requieren de un porte
expedido por el Ministerio de Defensa, a través de la Dirección de
Armamento de la Fuerza Armada Nacional, y que el porte o la detentación
de un arma de fuego, sin la permisología correspondiente, amerita la
aplicación del tipo penal (porte ilícito de arma de fuego) el artículo 277 del
Código Penal establece:

“Artículo 277. El porte, la detentación o el ocultamiento de las armas a


que se refiere el artículo anterior se castigará con pena de tres a cinco
años”.
Por el contrario, en voto salvado de la magistrada Blanca Rosa
Mármol de León, con respecto a decisión de la Sala de Casación Penal
del Tribunal Supremo de Justicia de fecha veintinueve ( 29 ) días del mes
de marzo de 2011, expone que a su criterio cuando no se trate de un
arma de guerra de las previstas en el artículo 9 de la Ley Sobre Armas y
Explosivos, no está prohibido su porte, ya que únicamente para su
detentación se requiere de un empadronamiento o registro del arma,
expedido por el Ministerio de la Defensa, a través del Servicio de
Armamento de la Fuerza Armada Nacional, por lo tanto su inobservancia,
acarrea una falta administrativa, disciplinaria o pecuniaria, y en este
sentido no se debe considerar que la persona que porte un arma que no
sea de guerra esté cometiendo un delito.

Es necesario que se plantee una modificación a este importante


texto legal, que si bien ha permitido regular los aspectos atinentes a la
fabricación, porte, detentación, comercio, introducción y ocultamiento de
armas y explosivos definidos en la misma; requiere que se ajuste a los
nuevos tiempos y que sea más amplia en la definición de las armas;
considerando que deberían incluir las armas de fabricación casera (como
los chopos) entre la clasificación de armas, debido a que actualmente las
mismas no pertenecen a las definidas por la Ley de Armas y Explosivos,
por lo que de conformidad con los artículos 276 y 277 del Código Penal,
es imposible castigar el comercio, la fabricación, la importación, el
suministro, ni mucho menos el porte ilícito de un arma que no estuviere
expresamente indicada en la Ley sobre Armas y Explosivos, es decir,
impide que quienes las porten, fabriquen, comercialicen u oculten sean
sancionados de conformidad con lo dispuesto en la Ley bajo análisis;
atendiendo a lo dispuesto en reiteradas decisiones.

Es importante conocer que aún y cuando el Estado puede


autorizar un porte de arma de fuego (siempre que no sea arma de guerra)
la Ley de Armas y Explosivos ha determinado taxativamente que no se
autorizará para importar o hacer uso de armas de fuego a personas que
tengan antecedentes penales. Y debe quedar claro igualmente que
cuando se haya otorgado un permiso para portar armas, su uso sólo
estará destinado a su legítima defensa o defensa del orden público, a los
fines de que su uso no se considere punible de acuerdo a los establecido
en el Artículo 65 del Código Penal.

Actualmente en resolución conjunta Nº 041 de fecha 29 de


Febrero de 2012 proveniente del Ministerio del Poder Popular para las
Relaciones Interiores y Justicia y el Ministerio de la Defensa se ordenó un
operativo de registro de armas y actualización de portes de arma de fuego
a nivel nacional, dirigido a todas aquellas personas que posean un arma
de fuego en situación irregular, ya sea por vencimiento de porte o por no
haber sido registradas dichas armas al momento de su adquisición

Los Explosivos.

Se debe considerar explosivos toda materia sólida, líquida o


mezcla de ambas que, por reacción química, emite gases a altas
temperatura, presión y velocidad, desplegando gran cantidad de energía
calórica que impacta físicamente su entorno.

Los explosivos, municiones, químicos y afines se clasifican en:


militares, industriales, comerciales, pirotécnicos, caseros e improvisados.

Fundamentación legal de la importación, fabricación y uso de las


sustancias explosivas.

De acuerdo a la Ley de Armas y Explosivos es posible que, previa


autorización formal ante el Ministerio de Defensa, en donde el solicitante
exprese sus datos personales y justifique el uso que le dará a las
sustancias explosivos, (siempre y cuando no se trate de pólvora negra
para cacería y pirotecnia) dicho ministerio pueda autorizar la fabricación,
introducción y uso de las mencionadas sustancias.

Sin embargo, el mismo instrumento legal contempla que bajo


ninguna circunstancia las sustancias explosivas podrán comercializarse
por parte de las personas a quién se les ha aprobado una solicitud para
su importación, fabricación y uso; ello quiere decir que cuando una
sustancia de este tipo ingresa al país, obligatoriamente debe venir
previamente destinada a un fin específico, el cual puede ser industrial,
agrícola o de minería, pero jamás el fin puede ser lucrarse con el
comercio de los mismos, a menos que se trate de la ya mencionada
pólvora negra para cacería y pirotecnia; todo ello de conformidad con los
artículo 12, 13 y 14 de la Ley bajo estudio.

Así mismo, cuando se importe una sustancia explosiva, su uso


siempre va a estar regulado por el Ministerio del Poder Popular para la
Defensa, es decir, la persona que la importe no podrá llevarse dichos
explosivos a su casa y usarlo indiscriminadamente, sino que al momento
de ser despachadas por la Aduana, las sustancias pasaran al depósito
que designe el estado Venezolano a través del Ministerio de Defensa (Por
ejemplo CAVIM), y los importadores podrán sacar, con los respectivos
informes, las cantidades específicas que vayan a ir utilizando en sus
trabajos. Por lo que se puede deducir que aún y cuando el Ministerio haya
aprobado la importación de un explosivo siempre el uso y las cantidades
que se necesiten y vayan a retirar va a estar condicionado a un informe
favorable que otorgue la autoridad competente.

De acuerdo con la Ley de Armas y Explosivos en su artículo 16,


una vez que los importadores hayan obtenido el respectivo permiso para
utilizar las sustancias explosivas, tienen la obligación de almacenar la
cantidad que retiren en depósitos que deben construir lejos de los centros
poblados, todo ello con la finalidad de resguardar la integridad y la vida de
la población en general, ante una explosión involuntaria o indiscriminada.
Debiendo tener en cuenta que quien contravenga la mencionada
disposición será sancionado con las multas a que hubiere lugar, de
acuerdo con la disposición contenida en el Artículo 20 ejusdem.

Del estudio de la Ley de Armas y Explosivos, se puede evidenciar


que las sustancias explosivas por constituir un material altamente nocivo y
de uso peligroso ha tratado de ser regulado de una manera tan minuciosa
que el importador o dueño de las sustancias está obligado a cancelar
mensualmente al Ministerio encargado las cantidades que haya
consumido y a justificar que realmente se han usado para el fin bajo el
cual se acordó su importación; así como también los vehículos o
embarcaciones que los transporten deben cumplir con las medidas
mínimas de seguridad para demostrar tanto a los pasajeros como a
cualquier autoridad que llevan dentro de sí sustancias explosivas

Es importante que todas las personas que de alguna manera


quieran utilizar, fabricar o usar sustancias explosivas cumplan con las
disposiciones que presenta la Ley de Armas y Explosivos, ya que de lo
contrario, el contrabando o uso ilícito de dichas las sustancias, acarreará
su decomiso y la aplicación de multas o penas correspondientes de
acuerdo con el Artículo 19 ejusdem. En cuyo caso de decomiso, ya sea de
explosivos o armas, las autoridades que lo practiquen deberán notificarlo
rápidamente al Ministerio del Poder Popular para las Relaciones
Interiores y Justicia.

No solamente los nacionales se encuentran regidos por la Ley de


Armas y Explosivos, sino que de acuerdo a las disposiciones de la misma,
los extranjeros que ingrese al país deberán depositar ante la autoridad
competente las armas y cartuchos de comercio ilícito que traigan consigo
y previo el cumplimiento de las formalidades necesarias, el viajero podrá
reclamar su devolución a la salida del país.
Por último, se debe indicar que los tipos penales a que se refiere
la Ley de Armas y Explosivos, y que a saber son la detentación,
fabricación, comercio, detentación, porte y ocultamiento ilícito de Armas y
explosivos deberán ser del conocimiento de los Jueces de Primera
Instancia Penal en funciones de Control, para que ejerzan su jurisdicción
y den inicio a los procedimientos a que hubiere lugar. Así mismo, de
acuerdo a las situaciones específicas deberá darse conocimiento al
Ministerio del Poder Popular para las Relaciones y Interiores y Justicia y
al Ministerio del Poder Popular para la Defensa, tal y como se enunció
ampliamente en el transcurso de la investigación presentada.-

Del análisis de las disposiciones previstas en el Ordenamiento


Jurídico Venezolano respecto al delicado tema de las armas y explosivos,
se puede afirmar que sólo el Estado puede poseer y portar armas por
medio de su fuerza pública y de los miembros de los organismos y
cuerpos oficiales de seguridad, con el único objetivo de dar cumplimiento
de los fines consagrados en la Constitución y en la Ley. En este sentido,
las disposiciones constitucionales muestran que la posibilidad de que los
particulares posean armas debe derivarse exclusivamente del permiso
estatal, y bajo la obligación expresa de usarla en legítima defensa y en
resguardo del orden público.

En Venezuela, ha despertado gran preocupación el tema de las


armas y explosivos, teniendo en cuenta que lamentablemente la gran
cantidad de homicidios que se cometen en el país se producen por armas
de fuego y armas blancas; por esta razón mucho se ha discutido respecto
a los instrumentos legales que deben regir la materia, sin embargo, aún y
cuando el Legislador ha tratado de regular desde un sentido amplísimo,
como se pudo notar del análisis realizado anteriormente, y que se
encuentran en vigencia la Ley de Armas y Explosivos y la Ley para el
Desarme, y los organismos competentes han emitido reglamentos y
Resoluciones conjuntas para regular aspectos tan delicados como el porte
de armas de fuego; es necesario que se profundice sobre las
disposiciones, que se concentre en un único instrumento los vacíos
legales existentes, y sería interesante que el proyecto que actualmente se
encuentra en la Asamblea Nacional para fusionar tanto la Ley Desarme
como la Ley de Armas y Explosivos, finalmente sea aprobado y
promulgado.

En los actuales momentos estamos conscientes que una política de


desarme cobra real importancia y sentido, sin embargo los problemas
sociales no se solucionan por decreto ni por mandatos de ley. Se necesita
voluntad, así como una seria implementación y toda una institucionalidad
que la haga posible. De lo contrario por más leyes que traten de
implementarse las mismas se convertirán en letra muerta. Una política de
desarme debería estar integrada a una política de seguridad más general,
dirigida no sólo a las armas ilegales, sino también de actualización,
fiscalización y control de las armas con porte legal. En este sentido, es
rescatable la propuesta de ofrecer un programa político concreto para
recoger las armas de la calle lo más pronto posible, con estímulos
sociales para la gente que procure este objetivo.

Deben incrementarse los requisitos y filtros para el porte de armas,


así como su venta. Es necesario controlar y fiscalizar el uso y tráfico de
armas por parte de compañías de seguridad privada, así como la
restricción o eliminación de las armerías; establecerse un marcaje
distintivo de municiones según su origen y usuario final, siendo esto
esencial para su control.

Así mismo, en la Ley de Armas y explosivos se expone que las


Armas de Fuego recuperadas tendrán como destino el Parque Nacional
de Armas, pero sería importante que en lugar de darle ese destino, dichas
armas sean destruidas o que exista la garantía por parte de las
autoridades del no reciclaje de las armas que se decomisen .

Sin importar las coyunturas políticas y los créditos por la


aprobación o mejoras de un nuevo instrumento legal hay un factor que
jamás será negociable: la protección de la vida de todos, en especial la de
los más vulnerables de la sociedad, estos últimos son los que sufren de
manera más encarnizada la violencia.

GLOSARIO DE TÉRMINOS.

APAREJOS: Conjunto de instrumentos, herramientas y objetos


necesarios para realizar una actividad instrumental, oficio o maniobra.
(Diccionario Larousse 2000)
CAÑON: Es una pieza de artillería que usa pólvora u otro propelente
basado en explosivos para disparar un proyectil. (Diccionario de
Criminalística 2008)
CARABINAS: Arma de fuego menor que el fusil (Diccionario Larousse
2000)
CARTUCHO: Carga de un Arma de Fuego, encerrada en un cilindro de
cartón o de metal.

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