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LA VERDADERA HISTORIA DE LA SANTA MUERTE

La Santa Muerte es una creencia popular, con mayor


influencia en México, en torno a la cual se ha generado un
culto, una fuerte devoción que no cesa en su crecimiento. El
nacimiento, se ubica en el año 1460 en Catemaco, Veracruz,
México. El festejo en torno a su figura es el 2 de noviembre
de cada año, pero también aparece el 15 de agosto como “El
día de la Santa Muerte“, fecha adjudicada por los fieles.
Quienes se refieren a la Santa Muerte, también lo hacen con
otros términos, entre ellos: santísima muerte, niña blanca, la
flaquita y otros términos que hacen a la propia cultura
mexicana, pero no exclusivamente. Esto es así ya que la
creencia en la muerte no se da exclusivamente en México,
sino que se extiende por muchos países a lo largo y ancho
del globo terráqueo. Sobre todo en Estados Unidos, donde
hay muchísimas personas inmigrantes que han propagado la
devoción por la muerte.
Para comenzar a desarrollar la historia de la creencia, es
necesario aclarar que no se pueden realizar afirmaciones
tajantes y concluyentes respecto del origen, porque es muy
probable que aún quien esté más seguro se equivoque.
Cuando se trata de remontarse a una historia tan lejana, sólo
queda reconstruir mediante la incorporación de datos que
llegan según distintas corrientes. De ahí el origen sincrético,
es decir, doctrinas muy distantes en sus ejes fundamentales
que se unen de alguna manera para tratar de conciliar una
verdad histórica. La historia tiene dos partes bien
diferenciadas. La primera responde a la muerte en las
culturas antiguas. Esto data de muchísimos años atrás y se
extiende en un periodo bastante prolongado. La segunda
etapa, tiene que ver con mediados del siglo XX y un
acelerado crecimiento de la cultura de la Santísima Muerte,
sobre todo en México y, con más arraigo en las zonas más
carenciadas de la población.

Hay quienes ubican la presencia de la muerte en cuanto a


creencia, en las culturas antiguas, hace más de tres mil años.
Dichas culturas consideraban a la muerte como algo
necesario, que le sucedía a todas las personas. Además,
hacían hincapié en los ciclos de muerte y vida, tales como la
puesta del sol por las noches y la salida del mismo durante el
día, o bien las épocas en que había sequía y su culminación
al volver la lluvia.

Los Aztecas y la muerte: este pueblo fue uno de los que más
fuerte instaló la presencia de la muerte. La adoración se
manifestaba en figuras de humanos que eran descarnadas y
representaban una dualidad de lo que nos hace ser como
somos. Claro que los Aztecas no fueron los únicos en
relacionarse cara a cara con la muerte. También podemos
incluir a los zapotecos, mixtecos, totonacas y, por supuesto, a
los mayas, entre otros.

De aquella fuerte presencia y convicción por parte de los


aztecas, nos trasladamos al siglo XX, en donde vuelve a
renacer el culto con mucha más fuerza que en los años
anteriores. El lugar para identificar el “renacimiento” es
Hidalgo y el año es 1965. Si hablamos de cantidad de
devotos en la actualidad, creo que no nos equivocamos si los
comparamos a la par con la cantidad de devotos que tiene la
Virgen de Guadalupe. La Virgen de Guadalupe y la Santa
Muerte son las dos grandes creencias mexicanas.
Cabe mencionar la relación entre este culto y la iglesia
Católica. Esta última se posiciona absolutamente en contra.
Pero párrafo aparte se merecen sus seguidores. Ya que
muchas veces, más allá de lo que dice la iglesia, los católicos
actúan de una u otra manera según sus propios
mandamientos. Por lo tanto, a más de un católico parece no
importarle la santificación de un culto pagano. Muchos
católicos son fervientes fieles de la Santa Muerte y cuentan
con un altar en sus hogares para pedir, por ejemplo, por
dinero, amor o protección.
La cultura mexicana, entonces, está pulida por el culto a la
Santa Muerte. Algunos se acercan a ella con el objetivo de
pedir favores cotidianos. Cuestiones que tienen que ver con
la prosperidad de un negocio, o bien con el triunfo de algún
amor perdido. Otros, van un poco más allá, y buscan
objetivos negativos, como hacerle daño a una persona. Estos
últimos, probablemente no hayan comprendido mucho acerca
de la niña blanca. Lo que sí está muy presente, cualquiera
sea el fin que se busque, son los rituales, altares, oraciones y
ofrendas en torno a la santísima.

Otra fecha importante es el 20 de agosto, ya que allí se


realiza un peregrinaje al cual acuden personas de todas
partes de México. La protagonista es la figura de la muerte, la
más antigua de todas, esa que tiene relación con el esqueleto
de San Fernando de Claraval. Para explicar a la Santa
Muerte, como dijimos al comienzo, es necesario acudir al
sincretismo.

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