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ATORRESI, “La crónica periodística”.

La crónica en el marco de los discursos de la información de masas. Los medios dan solo una versión parcial del
mundo: seleccionan, reordenan, distorsionan, recortan la realidad de tal modo que el producto final es solo
reconocible en ese medio, periódico, informativo, y no en otro. Cada ejemplar individual confirma una versión del
mundo que se podría ver desafiada por otra versión. “principio de la objetividad” es una ilusión. Los medios
producen realidad social. Los distintos modelos de la actualidad están construidos para distintas audiencias.
Producción de la realidad social como experiencia colectiva. Los medios masivos poseen el monopolio del proceso
de socialización de todo discurso posible. Los medios hacen posible esa socialización a partir de establecer una
verdadera circulación de discursos. Los medios no producen objetividad, pero tampoco constituyen el imaginario
absoluto de los periodistas. Los diarios de calidad se dirigen a lectores de las categorías media y alta de la
sociedad, mientras que los diarios populares encuentran sus lectores hacia el extremo inferior de la escala. Hoy
un país pertenece a quien controla los MMC. Quien recibe el mensaje, parece tener una libertad residual: la de
leerlo de modo diferente. La ambigüedad está casi siempre presente en la comunicación. Hay comunicaciones de
masas cuando la fuente es única, centralizada, estructurada según los modos de organización industrial; el canal
es un expediente tecnológico que ejerce una presión sobre la forma misma de la señal y los destinatarios son la
totalidad de los seres humanos.
La crónica en el marco de los géneros periodísticos. Tres grandes formas de expresión que implican tres
intencionalidades diferentes y que abarcan géneros con características diversas: intencionalidad: informativa:
noticias de anticipación, reportajes, portadas/primeras páginas, fotografías, trabajos de investigación
cerrados/notas, trabajos de investigación abiertos, crónicas; de opinión: editoriales y colas de editoriales,
comentarios, fotografías, dibujo editorial; de entretenimiento: dibujos humorísticos/historietas, juegos, humor
verbal, literatura. El periodismo informativo procura dar a conocer lo que se refiere a un hecho ocurrido o por
ocurrir ajustándose a toda una serie de recursos que tienden al efecto de objetividad, a la ilusión de verdad y
fidelidad respecto del hecho. Característica general del género informativo el hecho de construirse a sí mismo
como transmisor de otros enunciados, de manera directa o indirecta y siempre sobre la base de la función
referencial del lenguaje. Los géneros informativos reproducen el mapa institucional vigente en una sociedad dada
y clasifican los hechos según una serie de dimensiones. Se diferencian por su relación temporal con los hechos.
Los géneros periodísticos informativos que se recortan de la crónica son: 1) La noticia: se usa cuando se anuncian
hechos que se realizarán. Información suministrada por entidades privadas o fuentes oficiales. Certeza= futuro
simple/compuesto; probabilidad= condicional simple/compuesto o pasado. 2) La nota o trabajo de investigación
cerrado: formar además de informar. Se recopila datos que incluyan en la nota la opinión de especialistas en el
tema. La nota puede aparecer en cualquier circunstancia, está rígida por el presente de definición o genérico. La
estructura de la nota es cerrada, acabada. 3) El trabajo de investigación abierto: serialización de crónicas
provisorias. No se puede plantear una resolución definitiva por falta de datos o pruebas fehacientes. La
investigación presenta mayor cantidad de marcas lingüísticas de la subjetividad. El punto de partida de un trabajo
suele ser una hipótesis de verdad que el investigador busca confirmas o desestimar, para lo cual acostumbra
relevar las fuentes oficiales y cotejar esa información con la que le brindar fuentes no oficiales. Todo lo recabado
de esas fuentes tiene que figurar en el texto con el status de “documento” y lo validará como “prueba de verdad”.
La investigación es doble: la que realiza la policía/justicia/analista político oficial, y la que lleva adelante el
periodista en el terreno de lo discursivo.
Algunas precisiones en torno del problema de la delimitación de un género discursivo: el uso de la lengua se lleva
a cabo en forma de enunciados (orales o escritos) concretos y singulares que pertenecen a los participantes de
una o otra esfera de la actividad humana. Estos enunciados reflejan las condiciones específicas y el objeto de cada
una de esas esferas, no solo por su tema y por su estilo verbal, sino por su composición y estructuración. El tema,
estilo y combinación están vinculados con la totalidad del enunciado y se determinan por lo específico de una
esfera dada de la comunicación. Cada esfera del uso de la lengua elabora sus tipos estables de enunciados a los
que denominamos géneros discursivos (Bajtin). El género discursivo permite articular el carácter individual de la
producción con el valor social que implica toda función comunicativa. El género discursivo, más allá de la
particular organización sintáctica, morfológica y semántica que lo caracterice, se completa por su orientación
hacia un destinatario. El género discursivo está relacionado directamente con una práctica social, el cambio de
estas, su evolución, implicara un cambio en los géneros. Analizar un género discursivo significa analizar la historia
de su nacimiento y evolución. Contaminación de géneros: la identidad de los soportes materiales, la proximidad
de los temas abordados, las imágenes que se construyen del locutor y del destinatario. La prensa escrita actual
está marcada por la contaminación genérica (Bajtin).
La concepción tradicional de los géneros periodísticos: la editorial consiste en la forma de periodismo de opinión
e interpretación a través de la cual se expresa el punto de vista de quien dirige el diario acerca de lo que se debe
hacer; se publica en forma anónima, el texto expresa las opiniones del diario; se emplea el “nosotros”; merece un
tratamiento especial en cuanto a su ubicación, paginación y diagramación: aparece siempre en la misma página,
con un cuerpo de letra y títulos diferentes a los empleados en el resto del texto impreso y debajo de la marca y
los datos editoriales. En el comentario un periodista debe analizar algún hecho o problema de actualidad tratando
de recoger y expresar la opinión pública, de dar una imagen del suceso que traduzca su repercusión en la
sociedad, de tal modo que lo indicado es que el comentario aparezca sin la forma del redactor. Ambos géneros
presentan una estructura de tipo argumentativo: su esquema básico consiste en la secuencia de hipótesis o
premisas y conclusión que se extrae de ellas; el paso de las premisas a la conclusión se denomina inferencia y se
expresa por medio de un conector.
La primera fase de la hibridación de los géneros periodísticos: a partir de los años 60’ comienza a producirse una
transformación profunda de los géneros informativos. Los medios visuales de comunicación se habían afirmado
como hegemónicos. En esta época se afianzan nuevas y fuertes relaciones entre el periodismo y la literatura. La
tradición literaria argentina realista ve sumarse el peso de la demanda política sobre el escritor y da lugar a la
conformación de un tipo de novela elaborada a partir de lo real y con el objetivo de producir un efecto sobre lo
real. Novela de no-ficción instaura un narrador que es un investigador comprometido con su entorno. El
periodismo comienza a servirse de recursos propios de la literatura para construir el relato del acontecimiento:
cambios en el punto de vista del narrador, monólogos internos, humor irónico, todo es válido para este “nuevo
periodismo”.
La tecnologización de los medios y la segunda fase de hibridación genérica: en los años 80’, al cambio de las
relaciones entre los medios informativos se suma la expansión de las nuevas tecnologías informáticas y de
telecomunicaciones. Este marco redefine el papel del periodismo gráfico orientándolo hacia el periodismo
especializado y de opinión y agudizando la hibridez genérica. Otra de las contaminaciones que se registran en esta
fase es aquella que ofrece un estilo superador de la antigua dicotomía “amarillismo/blanquísimo”. Un cruce entre
la farándula, propia del amarillismo, y la política. El cuerpo de los titulares y la preferencia por el título principal
único y desplegado también nos remiten al estilo de los diarios populares.
II La crónica: las marcas enunciativas:
Crónica: relato que narra un hecho dando la ilusión de un desarrollo cronológico, texto que produce
temporalidad, texto referencial con temporalidad respresentada. Un relato se caracteriza por las relaciones entre
las diferentes secuencias cuyo encadenamiento produce el efecto del despliegue temporal y, en el plano
enunciativo, por un sistema verbal que le es propio.
El marco del relato y su relación con la “historia”: la confrontación de distintas crónicas sucesivas sobre un mismo
suceso permite establecer la trama cronológica de la “historia” efectivamente ocurrida. Desde el punto de vista
del discurso narrativo propio de la crónica periodística, la categoría de tiempo remite a la relación entre dos
líneas temporales: la de la “historia efectivamente ocurrida” y la del relato que se hace de ella. Dos modos básicos
de organizar temporalmente la crónica desde el punto de vista del orden: 1) correspondencia o paralelismo entre
el orden de la “historia” y el del relato, 2) anacronías entre el orden de la “historia” y el del relato. 1) La
correspondencia entre el orden de la historia y el del relato constituye un operador que borra las huellas de la
“actividad narrativa”: entre el relato y la historia, ninguna intervención del narrador, produce un efecto de
objetividad. Otro efecto producido por esta correspondencia es el de consecuencia: basta con que dos segmentos
estén ubicados en posición de sucesión cronológica para que se produzca el apoyo de uno en otro, de tal modo
que aparezcan asociados en posición temporal y en función categorial: causalidad, finalidad, etc. 2) La “historia”
del hecho y el orden del relato no coinciden. Hay una primera historia, “la historia de lo que efectivamente
ocurrió”, una historia terminada. Pero hay ciertos elementos que se presentan como enigmas y que harán que en
esa misma crónica o en otras sucesivas, el enunciador “vuelva atrás”, reelabore o rectifique datos presentados;
formule conjeturas “hacia adelante”, todo eso para construir una segunda historia: el relato de la investigación.
Dos tipos de anacronías: las retrospecciones y las prospecciones. Otra relación temporales la de la duración. Puede
compararse el tiempo que dura la “historia” con el tiempo que se necesita para leer el relato que la evoca. Las
variaciones en la duración relativa de los segmentos del relato respecto de la “historia”, a menudo están
asociadas con fenómenos de focalización. Pueden distinguirse: -la pausa o suspensión del tiempo: se produce
cuando al tiempo del relato no le corresponde ningún tiempo de la historia , ej: descripciones, comentarios; -la
elipsis u omisión de todo un período dela “historia”: ninguna porción del tiempo del relato se corresponde al
tiempo en que transcurre la historia, ej: olvidos; -la escena o coincidencia entre el tiempo de la “historia” y el
tiempo del relato: se da a partir del estilo directo, inserción de la “realidad” en el relato, es poco frecuente; - dos
casos intermedios: aquel en el que el tiempo del relato es más largo que el de la “historia” y aquel en el que es
más corto. La primera variante nos remite a otras dos posibilidades: la descripción o las anacronías; y el resumen
o síntesis./ Hay tres posibilidades teóricas de frecuencia: -el relato singulativo en el cual un relato único evoca un
hecho único; -el relato repetitivo, donde muchos discursos evocan un hecho único; -el relato iterativo, donde el
relato evoca una pluralidad de hechos semejantes. En la crónica predomina el singulativo, pero la consideración
de segmentos repetitivos e iterativos puede determinar diversos efectos: énfasis, adormecimiento, dilución en un
segundo plano, no unificación del campo espacio-temporal. Todas las variantes mencionadas pueden desplegarse
en segmentos a lo largo de una crónica.
Los segmentos del relato: Las marcas verbales del segmento narrativo: desde el punto de vista lingüístico, los
segmentos narrativos se caracterizan por el empleo de los tiempos de la narración, combinados o no con índices
temporales. El tiempo base; el presente histórico se usa en las crónicas, sobre todo en las de los diarios
populares, alterna con los tiempos bases del relato.
Los segmentos descriptivos: la narración se dedica a los acontecimientos considerados como puros procesos,
pone el acento en el aspecto temporal del relato; la descripción se detiene sobre objetos y seres considerados en
su simultaneidad y yuxtaposición espacial y considera los procesos como espectáculos. Estos son comunes en las
crónicas, aparecen cada vez que la mirada del periodista se centra en individuos u objetos marginales respecto de
la trama narrativa. En los segmentos descriptivos los tipos de verbos son una marca específica: predominan los
verbos de estado y percepción. Tienden a revelar y justificar el porqué de los hechos y la psicología de los
personajes implicados en ellos; son a la vez signo, causa y efecto. Algunos segmentos descriptivos son
descripciones de atmosfera y marcan una pausa en la trama narrativa. Otros, al mismo tiempo que describen se
enlazan con la narración y la hacen avanzar. El segmento descriptivo es indicio, justificativo de comportamientos y
sucesos y es ilusión de objetividad.
Los segmentos comentativos: marcan una ruptura en la medad en que hay un cambio de tiempo verbal al pasar al
presente de la enunciación. Algunas veces están introducidos por conectores que permiten que el paso de la
narración al comentario se realice de forma coherente. Están asociados al sujeto de la enunciación, sobre todo a
partir de los modalizadores. “Presente periodístico” tiempo verbal comentativo que tiene valor durativo y remite
a un período más extenso. Aparece como comentario o síntesis de sucesos que llevan varios días sin resolución;
puede ir acompañado de focalizaciones temporales. Crea la ilusión de que el cronista redacta la crónica desde el
lugar de los hechos y de que desde hace tiempo está participando de los mismos.
Las escenas: las escenas dialogadas son poco frecuentes en las crónicas, en general, las palabras de los otrosson
referidas en estilo directo o indirecto. También pueden ser “narrativizadas”: el periodista solo retiene el tema
para integrarlo al hilo de su relato. A veces, solo el acto de discurso es mencionado, con elipsis del contenido. La
escena es siempre un caso de polifonía.
Las personas: los relatos están regidos por la 3ra persona, no deíctica, que instaura el fenómeno de la referencia
en relación a otros ítems presentes en el texto, en relación al co-texto. A referencia es un fenómeno gramatical
que hace que ciertos ítems del texto no puedan ser interpretados por sí mismo y necesiten recurrir a otro
elemento para su interpretación. Es uno de los fenómenos que hace a la cohesión textual entre enunciados.
Elipsis gramatical: sujeto tácito, que implica un vacío que debe ser llenado a partir de algún ítem precedente.
Subjetividad/Objetividad: la cohesión lexical en la crónica: la cohesión lexical consiste en el efecto cohesivo
logrado a partir de la selección del vocabulario. Puede establecerse a partir de una serie de fenómenos tales
como la sinonimia, relación hiponimia/hiperonimia, antonomia, series ordenadas, etc. En la crónica periodística se
producen: - “ilusión de la objetividad” que pretende la crónica. Esto, desde el punto de vista de la cohesión
lexical, suele buscarse a partir de un recurso que consiste en la mención de una clase de términos objetivos,
palabras de referencia generalizada. Estos términos funcionan a modo de “resumidores” de un conjunto
mencionado anteriormente. - “el efecto de la realidad” al que tiende la crónica se logra también con el empleo de
otros recursos típicos que hacen a la cohesión léxica: las reiteraciones, sobre todo a partir de la repetición de
palabras y la sinonimia, ambos recursos muestran que la crónica lleva al extremo la redundancia con la
presentación de que la información se transmita en forma clara y completa; la antonimia que plantea una
oposición entre lexemas. –una serie subjetiva puede tender a la ilusión de objetividad porque da idea de que el
cronista estuvo ante los hechos y los verificó él mismo y porque se basa en el consenso que el cronista supone
que tendrá con él el lector. –estas series se repiten tanto de una crónica a otra que constituyen verdades clises,
recursos automatizados que hacer perder la carga subjetiva original al lexema. – estas series de términos en
tantos se hallan relacionados por su significado paradigmática y sintagmáticamente, constituyen un campo
semántico, que en la crónica se establecen a partir de relaciones de complementariedad y de oposición.
Localizaciones espaciales y temporales: la crónica, relato, presenta localizaciones espaciales y temporales con
referencia contextual (deíctica). El cronista nos sitúa en el lugar y en el momento en que ocurrieron los hechos de
manera muy precisa y redundante.
Las modalidades: de enunciación: remiten a la relación que se establece entre los participantes de una
determinada situación comunicativa. –La modalidad de enunciación que predomina mayoritariamente en la
crónica es la declarativa. –Modalidad de enunciación interrogativa, aparecen en casos “enigmáticos” o irresueltos
y son preguntas polifónicas: el cronista asume como suyos interrogantes que supone que se formula el lector.
Este tipo de construcciones de apariencia polifónicas tiende a la complicidad con aquellos pocos lectores que se
formulan las mismas preguntas que el cronista, pero por otro lado, a hacer participar de ese interés a los lectores
que se han quedado al margen. También encontramos caos de preguntas retóricas. Las podemos clasificar en dos
subgrupos: 1) El cronista asevera, y en un párrafo más adelante, cumpliendo con el fenómeno de la redundancia,
repite los mismos enunciados o un enunciado resumidor en forma declarativa. Este tipo de pregunta suele
aparecer en los diarios populares en los titulares, copetes o subtítulos del cuerpo de la nota, a modo de “enigma”,
cuando, en teoría, la función de los títulos es informativa, cuando el título debe expresar en modo sintético el
tema de la nota. 2) El titulado es informativo (declarativo) y el titular es una interrogación con sentido irónico o
humorístico que cobra significado a partir del juego establecido con la fotografía. –En cuanto a las modalidades de
enunciación imperativas, una orden puede darse por medio de una variedad de estructuras lingüísticas entre las
cuales el imperativo no es más que una. Estas modalidades implican instrucciones o deberes para seguir de moto
tal que establezcan un orden buscado o deseado. De ahí que presuponen un conocedor del comportamiento
adecuado que transmite ese conocimiento a alguien que no lo tiene e implican una cierta relación jerárquica.
Cuando se usa el imperativo, la procedencia y el destino de la orden son claros. Pero cuando el enunciado es
declarativo y la orden se modaliza a partir de verbos como tener o deber, la procedencia es más vaga, imprecisa y
debe ser inferida por el lector a partir de su conocimiento del contexto. La orden en estos casos es más suave.
Hay un tipo de modalidad imperativa que se crea por medio de la pasivación.
Modalidades del enunciado: caracterizan el modo en que el hablante sitúa el enunciado en relación con la verdad,
falsedad, probabilidad o certidumbre y en relación también con juicios. –En las modalidades del enunciado la
preeminencia del modo verbal que es indicador de los hechos ciertos: el indicativo. Aparece sobre todo en los
tiempos del pasado. –Enunciados en subjuntivo y condicional que son indicadores de la posibilidad, sirven para
expresar hipótesis no confirmadas oficialmente. –Las modalidades del enunciado apreciativas son poco
frecuentes en la crónica, esto contribuye al “efecto de objetividad”, el cronista prefiere aplicar los calificativos a
las acciones a mostrar su propia evaluación acerca de ellas. Hay un tipo especial de modalidad apreciativa: la que
encabeza segmentos comentativos o descriptivos. –Las modalidades de enunciado lógicas abundan en la crónica,
las que implican una restricción de la aserción se plantean cuando el cronista transfiere la aserción a otra fuente.
Son restricciones de la aserción del hablante, el sentido global es que refuerzan, por medio de la redundancia, un
enunciado dado en otro lugar de la nota por el cronista. Si el cronista no transfiere la restricción a otra fuente la
plantea como propia, se encargará de justificar la aserción de modo tal que la restricción quede anulada. En
cuanto a modalidades lógicas de refuerzo de la aserción encontramos: .modalidades que confirman datos
mencionados anteriormente, o insisten sobre ellos: este tipo de refuerzo asegura la redundancia y a la vez
muestra al lector que el cronista “es capaz de confirmar y prever hechos aún antes de que sucedan o den cuenta
de ellos las fuentes oficiales de información”..modalidades de la evidencia o del juicio que no admite dudas: el
cronista presupone el consenso del oyente..modalidades de la verdad que se oponen a una posible interpretación
errónea: el cronista asegura que lo afirmado coincide con la realidad y no está basado en mera apariencia o
confusión terminológica./Hasta aquí hemos citado casos de modalizaciones mediante adverbios y giros
adverbiales pero hay que tener presente que es muy común encontrar modalidades de refuerzo de la aserción
dadas por verbos modales, como por ejemplo: confirmó, sabe, comprobó, verificó, constató, etc. La crónica
sugiere que la “verdad” se halla en la “actualidad” y en la “racionalidad” del relato.
Modalidades del mensaje: valor modalizadore de ciertas formaciones sintácticas. En cuanto a la crónica, las
siguientes cuestiones: 1) la ubicación del tema de la oración; 2) la pasivación; 3) la nominalización. 1) El lingüista
inglés Halliday dice que hay dos componentes en la oración: el tema y el rema. El tema es en cierto sentido, el
“sujeto psicológico”, el elemento al cual se “engancha “el resto de la oración, el elemento esencial, destacado por
su posición inicial. El tema coincide con el sujeto gramatical y el rema con lo que se predica de él, generalmente.
Estas operaciones tienen una importante incidencia semántica y brindar la posibilidad de una interpretación
ideológica. 2) La transformación pasiva está ligada al problema del tema: de ella resulta la colocación del objeto
directo en posición inicial y su conversión en tema. Algunas observaciones acerca del caso de la pasivización: -el
tema, naturalmente prominente en un enunciado y que en las activas está ocupado por el agente de un proceso,
en las pasivas está ocupado por el objeto, que se vuelve así, focal. -no solo se da preeminencia temática al objeto
sino que el agente puede ser omitido. -la construcción pasiva tiene un poderoso efecto neutralizador sobre la
acción o el proceso que se trata de comunicar. -la supresión del agente en una serie de oraciones pasivas crea una
especie de emborronamiento: algunos de los agentes son suprimidos porque ya fueron mencionados o porque se
pueden reponer fácilmente recurriendo al contexto y este hace confiar al lector en que todos los agentes
suprimidos son igualmente fáciles de recuperar. –la llamada pasiva con se es una construcción endocéntrica
verbal con forma pronominal de tercera persona refleja, es más común en nuestra prensa que la forma verbal
pasiva./ La nominalización requiere algunas consideraciones: -la supresión de agentes y la reducción sintáctica
que la acompaña pueden dar como resultado ciertos nuevos compuestos de apariencia nominal; están
comprimidos en frases nominales o “nominalizados”, de modo que pueden ocupar en la estructura sintáctica
posiciones que ocupan ordinariamente los sustantivos o adjetivos. –el proceso de codificación de la experiencia
en nuevos modos mediante la invención de especímenes léxicos se conoce como relexicalización. Es usado en la
creación de las jergas especializadas y estas jergas implican sistemas, campos de términos relacionados. –las
nominalizaciones son formas contraídas que ocultan a los participantes.

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