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Teoría del conocimiento en David Hume: Tipo de ideas, escepticismo y teoría de la

probabilidad.

Naturaleza de la idea, los tipos de ideas y su manera de relacionarse.

Para entender el sistema gnoseológico de Humees pertinente señalar el núcleo de su teoría.


Para Hume todo conocimiento posible se adquiere por la experiencia, de la cual toda idea
procede de la experiencia, por lo que descarta la existencia de ideas innatas en el
entendimiento.

Entendido esto, Hume propondrá que existen dos tipos de percepciones en la experiencia:
impresiones e ideas. Para diferenciarlas Hume señala que las impresiones se perciben con
mayor intensidad en las pasiones, sensaciones o emociones; mientras que las ideas se
perciben con menos fuerza mediante la razón y el pensamiento1. La diferencia entonces que
se hace entre idea e impresión es el grado de fuerza y vivacidad con que se presentan. "La
diferencia entre ambas consiste en los grados de fuerza y vivacidad con que inciden sobre
la mente y se abren camino en nuestro pensamiento o conciencia (…) Por ideas entiende las
imágenes débiles de las impresiones, cuando pensamos y razonamos; de esta clase son
todas las percepciones suscitadas por el presente discurso, por ejemplo, con la sola
excepción del placer o disgusto inmediatos que este discurso pueda ocasionar”2. Otra
diferencia que se da entre las ideas y las impresiones es que las segundas no están afectadas
por la conexión de tiempo; mientras que la idea es temporalidad, ya que se conecta (sobre
todo en la causalidad) en la contigüidad de pasado, presente y futuro3.

Hecha la distinción podemos afirmar que la idea para Hume es pues una percepción que se
adquiere directamente en la experiencia y es imagen de ella4. Esta noción de la idea como
experiencia tiene la intención de una depuración del conocimiento posible limitándolo a lo
que se adquiere únicamente por medio de los sentidos y reduciendo las ideas abstractas a

1
David Hume, Tratado de la naturaleza humana, Editorial Gernika, Madrid, España, 2011, pp. 20.
2
Ibid. Pp. 21.
3
Jose Luis del Barco, Idea y Abstracción en Hume, Madrid, España, pp. 465-466.
4
Ibidem.
idea subjetiva. Esta manera de entender las ideas por parte de Hume tiene su raíz en la
propuesta de Guillermo de Ockham, el cual propone que todo conocimiento posible son las
percepciones particulares y concretas de la experiencia5.

“La intuición o experiencia directa implicaría, para la inteligencia, la captación de lo


individual concreto y una descalificación del conocimiento abstracto como
“producto” subjetivo. Por otra parte, esa formulación de la sensación directa implica
una forma de conciencia sensible o “advertencia” del fenómeno mental,
indiscernible de la sensación misma”6

Entendido lo anterior, las ideas para Hume son impresiones que se adquieren por la
experiencia que tiene el sujeto sobre objetos concretos.

Ahora bien,Hume divide las ideas en dos clases: simples y complejas. Las ideas simples
son aquellas que no admiten separación. Un ejemplo de idea simple es el color rojo;
mientras que las ideas complejas pueden dividirse en partes debido a que es un conjunto de
ideas simples, como ejemplo la idea de plátano que puede dividirse la idea de sabor, olor,
color, etc7.

Comprendiendo que las ideas compuestas son una relación de ideas simples, Hume va a
proponer tres formas en que las ideas pueden relacionarse: Ley de semejanza, ley de
contigüidad espacio-tiempo y ley de causalidad. En la ley de semejanza las ideas se asocian
en su parecido; en la ley de contigüidad espacio-tiempo las ideas se asocian por su cercanía;
y en la ley de causalidad las ideas se asocian en tanto que son causadas por otra8.

De entre estas tres conexiones de ideas para Hume la más importante es la de causa y
efecto, debido a que es la única que puede conectar ideas adquiridas por las experiencias
individuales. “No hay relación que produzca una conexión más fuerte en la fantasía y que
haga que una idea recuerde más rápidamente a otra, que la relación causa y efecto entre sus
objetos (…) la conexión de casualidad es la única que puede ser llevada más allá de

5
Juan Andrés Mercado, El sentimiento como racionalidad: La filosofía de la creencia en David Hume,
Editorial Eunsa, Pamplona, España, 2002, Pág. 157.
6
Ibidem. Pág. 158.
7
Ibidem. Pag. 21.
8
Ibidem. Pag. 55.
nuestros sentidos y que nos informa de existencias y objetos que no podemos ver o sentir es
la causalidad”9.

Para que las ideas puedan conectarse con la casualidad tiene que haber ciertos requisitos
para que haya relación entre ideas. La primera es que las ideas sean contiguas, es decir, que
las causas y efectos están inmersos en el espacio y tiempo; la segunda se trata de la
prioridad del tiempo de la causa con relación al efecto, con esto quiere decir que la idea que
causa al efecto tiene que ser anterior; y la más importante es la de causalidad, la cual
tendemos a creer que es necesario que de toda causa salga un efecto determinado10.

En conclusión, en ésta sección hemos señalado la naturaleza de las ideas según David
Humequien afirma que son imágenes mentales adquiridas por experiencias particulares, las
cuales la inteligencia humana las ordena y las relaciona bajo ciertas conexiones que el
entendimiento humano ejecuta.

2.- El escepticismo humeano.

El escepticismo de Hume me parece que tiene como raíz la naturaleza de las ideas. En
efecto, para Hume todo conocimiento posible son las experiencias particulares que el sujeto
va adquiriendo a través de la vida y que su inteligencia va conectando conforme a que la
misma inteligencia es la que conecta esos sucesos aislados y particulares. Ante ello, Hume
señala que la unión de ideas más importante es la de causalidad. En esta conexión la
inteligencia humana da la necesidad para que las ideas puedan conectarse, sin embargo, esa
necesidad realmente no existe fuera de la mente. Para Hume la causalidad no es algo real
fuera del entendimiento, sino que es una conexión que el entendimiento usa para conectar
ideas adquiridas por las experiencias particulares. Estas conexiones son guardadas en la
memoria y con ello el entendimiento humano va dando forma a la realidad, pero no penetra
realmente lo real. “De estas impresiones o ideas de la memoria formamos una especie de
sistema que comprende todo lo que recordamos haber estado presente, ya sea la percepción

9
Ibidem. Pag. 133.
10
Hume, O.P., Cit. Pag. 138.
interna o a los sentidos, y cada término de este sistema unido a la impresión presente es lo
que llamamos realidad”11

Posteriormente, Hume señalara que cuando estas experiencias particulares que ligamos con
la conexión de causa y efecto comienzan a ser frecuentes el entendimiento humano va
creándose un hábito, pero no un conocimiento del mundo como tal. De manera que todo lo
que parece repetirse constantemente y que tiene la apariencia de causa y efecto no es más
que una costumbre, en el que la inteligencia humana se engaña a sí misma con una
apariencia de conocimiento universal y necesario. “Los hombres se percibirían difícilmente
de que efectos de tanta importancia puedan nacer de principios que pertenecen tan
insignificantes y de que la mayor parte de nuestros razonamientos, con todas nuestras
acciones y pasiones, pueda derivarse tan solo del hábito y la costumbre”12.Más adelante
Hume volverá a señalar: “Todos nuestros razonamientos relativos a las causas y efectos no
se derivan más que del hábito y que la creencia es más exactamente un acto de la parte
sensitiva que de la cognitiva de nuestra naturaleza”13.

Así, toda verdad que el hombre cree poseer sobre el mundo Hume la reduce a una mera
creencia (belief)14. La creencia, para Hume, no se distingue de una ficción por su
naturaleza, pues para el filósofo inglés, ambas son de igual congenies, por lo que Hume
terminará por decir que la creencia se distingue de la ficción simplemente por la intensidad
en que el sujeto piensa como verdadero alguna idea15. El conocimiento del mundo no es
más que algo subjetivo.El filósofo español Carlos Valverde señala lo siguiente:

“Según Hume no podemos afirmar la existencia real de causas productoras de


efectos. Ni por el conocimiento apriorístico de las naturalezas ni a posteriori por la
observación de los fenómenos podemos llegar a afirmar el influjo causal de un ser
en otro. Solo podemos afirmar la sucesión de fenómenos. La bola de billar A golpea
a la bola de billar B. Esta se pone en movimiento. Decimos: la causa del
movimiento de la bola de billar B ha sido el impulso de la bola de billar A. Tenemos

11
Ibidem. Pág. 146.
12
Ibidem. Pág. 158.
13
Ibidem. Pág. 242.
14
Carlos Mellizo, Hume: Resumen, Editorial Aguilar, Buenos Aires, Argentina, 1973, Pág. 18.
15
Hume, OP., Cit., Pág. 162.
sed. Bebemos agua. Experimentamos que nuestra sed queda saciada. Decimos que
la causa de que nuestra sed ha sido saciada ha sido el tomar agua. Pero Hume juzga
estas proposiciones como inexactas. No vemos la casualidad, el influjo casual, luego
no podemos afirmarlo, ya que no tenemos conocimiento posible sin una impresión
sensorial precedente. Lo único que vemos es que detrás de un fenómeno aparece
otro. Podemos tener una experiencia más o menos frecuente y repetida de este
hecho y, segúnesa frecuencia, podemos tener la confianza (belief) de que en lo
futuro sucederá lo mismo. Pero no es más que una creencia”16.

Ahora bien, el fin de la postura escéptica de Hume es un planteamiento que busca hacer
consciente al hombre de la imposibilidad de penetrar en la realidad misma, evitar las
trampas que la misma razón pone a la inteligencia y prever futuros errores. “Ante
expresiones tales como conexiones de causa y efecto Hume adopta una actitud de alertay se
dispone a ver hasta que punto responde a una verdadera realidad”17.

El escepticismo de Hume es un estar alerta a los engaños que nuestra razón pueda
presentarnos como verdaderos, para poder caminar seguro y no ser engañados por la misma
razón. “Debemos, pues, en todo razonamiento hacer un nuevo juicio como un freno o
verificación de nuestro primer juicio o creencia y debemos ampliar nuestra consideración
hasta que comprensa una especie de historia de todos los casos en que nuestro
entendimiento nos ha engañado comparados con aquellos en que su testimonio era exacto y
verdadero”18.

“Hume lo muestra en el famoso argumento escéptico sobre la razón del Tratado de la


naturaleza humana, donde plantea que aunque las reglas de las ciencias demostrativas son
infalibles, la debilidad natural del entendimiento puede llevarnos a aplicarlas
incorrectamente, despertando entonces dudas sobre la veracidad de las operaciones
mentales que hemos realizado”19

16
Carlos Valverde, Génesis, auge y critica de la modernidad, BAC, Madrid, España, 1996, Pag. 164-165.
17
Carlos Mellizo, OP., Cit. 17.
18
Hume, OP, Cit., Pág. 237.
19
Sofia Beatriz Calvente, ¿Saldra mañana el sol? El sentido de la probabilidad en Hume a luz de su contexto
filosófico, IX Jornada de investigación filosófica, Argentina, 2013, Pp. 5.
En conclusión, el escepticismo de Humedebe de entenderse como una precaución que nos
invita a tener cuidado con los engaños que la razón pueda presentar al entendimiento
humano como verdadero.

3.- La Teoría de la probabilidad en Hume

El escepticismo de Hume ocasiona que la idea de causalidad no sea confiable para trata de
predecir algún fenómeno futuro.

“A partir de Hume, sin embargo, estas teorías se consideran muy sospechosas y por
lo menos no dignas de formar parte de un programa empirista. Hume arguye que no
es posible inferir racionalmente la existencia de una conexión necesaria entre causa
y efecto y considera que todo lo que estamos justificados a decir es que una relación
causal es una sucesión que ejemplifica una regularidad (caracterizada por las
propiedades de contigüidad, prioridad temporal y conjunción constante)”20.

Tras haber fundamentado su escepticismo Hume comienza a proponer una escala de tipos
de saberes que el entendimiento humano puede alcanzar. Hume señala que ha habido tres
tipos de saberes: El conocimiento, el de las pruebas y el de la probabilidad.

“Por esta razón quizá será más conveniente, para conservar el sentido corriente de las
palabras y al mismo tiempo indicar los varios grados de evidencia, distinguir en la razón
tres grados, a saber: el del conocimiento, el de las pruebas y el de la probabilidad. Por
conocimiento entiendo la seguridad que surge de la comparación de ideas; por pruebas, los
argumentos que se derivan de la relación de causa y efecto y que están totalmente libres de
duda e incertidumbre; por probabilidad, la evidencia que va acompañada con alguna
incertidumbre”21.

20
Sergio Martínez Muñoz, La Probabilidad y la causalidad, Editorial Trotta, Madrid, España, 1993, Pp. 112.
21
Ibidem, Pp. 105.
El conocimiento que se adquiere por probabilidad no es necesario, pero le sirve a la
inteligencia humana para no dar por verdaderos supuestos ciertas especulaciones, a
diferencia de la causalidad que pretende mostrar que de toda causa de un tiempo pasado
necesariamente repercute en un efecto. Con ello Hume invita a que seamos conscientes de
que debido a que los fenómenos particulares son distintos entre sí y a pesar de que parezca
que se van acomodado conforme a una supuesta causalidad no podemos predecir algún
futuro por medio de un hecho que se asemejó y tuvo cierto efecto. Esto debido a que
realmente todo conocimiento posible para predecir eventos futuros es el habito. “Al estar
determinados por costumbre a trasladar el pasado al futuro en todas nuestras inferencias,
cuando el pasado ha sido absolutamente regular y uniforme, esperamos el acontecimiento
con la máxima seguridad y no dejamos lugar alguno para la suposición contraria”22.

Hume descarta el conocimiento y las pruebas señalando que la única forma de


conocimiento posiblees la probabilidad, ya que no se puede predecir con exactitud los
sucesos futuros ya que la causalidad no está en la realidad, sino en la mente. Hume
señalarala probabilidad ayuda a ser conscientes que la inteligencia humana es limitada y
necesita liberarse de la necesidad de unir fenómenos particulares con el enlace causal y no
engañarse en pretender entender el mundo bajo la noción de causa y efecto, no con el afán
de negar todo conocimiento posible, sino para que la razón camine segura y evite
equivocarse.

“Por otra parte, como el azar no es nada real en sí mismo y, propiamente hablando, es
meramente la negación de una causa, su influencia en el espíritu es contraria a la de la
causalidad y le es esencial el dejar a la imaginación en plena libertad de considerar la
existencia o no existencia del objeto que se considera como contingente. Una causa indica
el camino a nuestro pensamiento y en cierto modo le obliga a considerar determinados
objetos en determinadas relaciones. Sólo el azar puede destruir esta determinación del
pensamiento y dejar al espíritu en su situación originaria de indiferencia, en la que una vez
cesen las causas que se oponen a ello es instantáneamente reintegrado”23.

22
Ibidem. Pp. 108.
23
Ibidem, Pp. 106.
Por lo tanto el conocimiento probable se funda en la idea de hábito que Hume propone. Ya
que al descartar la causalidad como conocimiento posible y al encajonar el entendimiento
humano al habito, lo único que podemos decir sobre el mundo y sobre el futuro es que es
probable que suceda porque estamos habituados a conectar sucesos que acontecen en el
mundo y que parece necesario que ocurra por causalidad, sin embargo, no se prosigue que
realmente sea necesario que siempre ocurra, sino que más bien es probable que ocurra.

Conclusiones

El sistema de Hume tiene por base el nominalismo de Ockham por lo que tiene a considerar
que lo único demostrable es lo que nos proporciona los sentidos y que todo lo universal es
una cuestión meramente mental, por lo que debemos considerar que lo púnico existente es
lo particular. El particularismo de Hume se verá reflejado en su consideración sobre la
naturaleza de las ideas. Su nominalismo lo hará escéptico con la metafísica, especialmente
con la idea de causalidad, por lo que terminará por negar la capacidad de la inteligencia
humana por penetrar en la realidad en sí, por lo que es imposible predecir sucesos futuros.
Por último, Hume argumenta que el único conocimiento posible es el habito, es decir, el
estar habituados a predecir los acontecimientos por mera repetición, sin que por ello
signifique que lo podamos predecir, por lo que simplemente es probable que suceda.
Bibliografía

Carlos Valverde, Génesis, auge y crítica de la modernidad, Biblioteca de autores


cristianos, Madrid, España, 1996.

David Hume, Tratado de la naturaleza humana, Editorial Gernika, Madrid, España,


2011.

Hume, Resumen, Editorial Aguilar, Buenos Aires, Argentina, 1973.

Juan Andrés Mercado, El sentimiento como racionalidad: La filosofía de la creencia


en David Hume, Editorial Eunsa, Pamplona, España, 2002.

Sergio Martínez Muñoz, La Probabilidad y la causalidad, Editorial Trotta, Madrid,


España, 1993.

Sofía Beatriz Calvente, ¿Saldra mañana el sol? El sentido de la probabilidad en Hume


a luz de su contexto filosófico, IX Jornada de investigación filosófica, Argentina, 2013.

José Luis del Barco, Idea y Abstracción en Hume, Madrid, España, pp. 465-466

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