El alcohol es una droga depresora del sistema nervioso central que inhibe los
centros cerebrales del autocontrol. No es una droga estimulante, como se cree. La
euforia inicial que provoca es debida precisamente al efecto de inhibir dichos
centros responsables del autocontrol.
Según la cantidad de etanol que tengan, las bebidas alcohólicas tienen una
diferente graduación, siendo más elevada en bebidas destiladas en las que puede
llegar a 40º y 50º.
Nuestros ancestros -el linaje de primates del que descienden los humanos-
comenzaron a ingerir alcohol hace unos 10 millones de años.
Es decir, mucho antes de que los seres humanos abandonaran su vida nómada en
favor de la agricultura y mucho antes de que empezaran a fermentar comida con
la intención de crear una bebida alcohólica.
Esto es lo que afirma una nueva investigación que descubrió el momento en que
se activó en nuestro organismo una de las enzimas encargadas de metabolizar el
etanol contenido en las frutas.
Según los científicos del Santa Fe College, en Estados Unidos, esta mutación
genética se produjo cuando el ancestro común del hombre, gorilas y chimpancés
bajó de los árboles y se adaptó a la vida en el suelo.
Tipos de alcoholismo
No todos los que beben habitualmente tienen por qué convertirse en alcohólicos.
¿Existen individuos con mayor predisposición que otros a caer en el alcoholismo?
Sin duda sí. Abundan los estudios que demuestran que los hijos de alcohólicos
tienen más posibilidades de convertirse, a su vez, también en alcohólicos.
Por otra parte, los sentidos se ven afectados, hay una falsa apreciación de las
distancias, no tenemos control de nuestro cuerpo, perdemos el equilibrio y no sólo
aumentamos de peso (el alcohol se fija) sino que disminuye la masa ósea,
causando fragilidad en el esqueleto, osteoporosis y somos más proclives a sufrir
quebraduras o lesiones. Se estima que cada gramo de alcohol contiene 7 kcal y
escaso valor nutricional, pero a su vez, elimina el apetito y sustituye la ingesta de
alimentos. Además, inhibe la absorción de los minerales y las vitaminas.
Provoca aumento de grasa en este órgano, puede producir hepatitis alcohólica por
la irritación de las células hepáticas. Si el consumo es habitual y prolongado, se
inflaman y destruyen dichas células, provocando cirrosis. Desnutrición, piel de
color amarillento (ictericia) y edemas por acumulación de líquidos en las
extremidades.
Por lo mismo que los adultos. No tanto por el sabor sino por el efecto. Hay una
cierta hipocresía social acerca de este tema, que nos impide ver claro que el
alcohol "pega" y que en eso consiste su éxito. Es una droga; una droga legal, pero
una droga. Y aun más: una droga encantadora, sensacional, socializante,
divertida, accesible, barata, generalmente manejable. Los chicos toman alcohol
para sentir la libertad y la distensión que a los adultos tanto nos gusta sentir al
tomar cerveza, vino, champagne o whisky. El problema es que mientras los
adultos pueden manejar su consumo, por experiencia y porque la madurez
aumenta la capacidad de autoconocimiento y autocontrol, los chicos no evalúan
correctamente los peligros y pueden dañarse severamente.
El estilo de vida y el entorno que rodea a la persona puede ser otra causa del
alcoholismo. Si la persona lleva unos hábitos y rutinas poco saludables y poco
beneficiosas en su vida que le incitan a beber, es fácil que caiga en el alcoholismo.
Otro motivo por el que la persona puede verse con una adicción al alcohol y un
grave problema de alcoholismo es una mala situación familiar. Situaciones de
violencia dentro de la familia, o una mala situación sentimental con la pareja llevan
a la persona al consumo de alcohol y al alcoholismo, en vez de afrontar las
situaciones.
Una vez conocidas las causas y efectos del alcoholismo, y con la experiencia de
años tratando la adicción al alcohol, hemos comprobado que las Comunidades
Terapéuticas, como centros de desintoxicación del alcoholismo son el mejor
recurso para el tratamiento, desintoxicación y deshabituación del alcoholismo en
adictos al alcohol, ya que cuenta con unos beneficios para el paciente que otros
recursos no tienen.
Los cambios de hábitos y rutinas que van asociados a la propia identidad de este
tipo de centros de tratamiento para adicciones. Al estar conviviendo en el centro,
la persona tiene que adecuarse a los horarios, rutinas y métodos del centro, por lo
que varía sus hábitos anteriores relacionados con el consumo de alcohol.
De acuerdo con esto, una vez presentan el patrón de uso compulsivo, las
personas con problemas de alcoholismo pueden dedicar mucho tiempo al
consumo de bebidas, continuándolo con frecuencia a pesar de la demostración de
las consecuencias adversas físicas o psicológicas (p. ej., depresión, pérdidas de
memoria, enfermedades hepáticas u otras secuelas).
La drogadicción
Por otro lado, la drogadicción es hoy en día definida como “una enfermedad
caracterizada por la dependencia de sustancias psicoactivas, que afecta el
sistema nervioso central, y que produce efectos en la percepción, juicio,
comportamiento y emociones de la persona”.
Al decir que ambas son adicciones, es importante entonces resaltar que producen
en la persona una sensación física y psicológica de dependencia con
comportamientos compulsivos, tolerancia a la sustancia cuando esta se consume
periódica y repetitivamente, estado de abstinencia cuando se interrumpe su
consumo, y consecuencias negativas en las áreas del cerebro involucradas con el
juicio, las emociones y comportamiento de la persona, así como un impacto
negativo en las diversas áreas del individuo (familiar, laboral, social, personal,
afectiva, etc.), puesto que en la gran mayoría de ocasiones el individuo centra sus
acciones en aspectos relacionados con la sustancia (sea alcohol u otra sustancias
psicoactiva). En conclusión: Tanto el alcohol como las demás sustancias
psicoactivas generan adicción, y las características suelen ser poco diferenciadas;
lo que diferencia el concebir el alcoholismo como una adicción “menos grave” es la
valoración social con la que se cuenta generalmente en el contexto cultural.