Existen muchos conceptos erróneos acerca de la inteligencia, incluso se han elaborado diversos
conceptos y mecanismos para medir la inteligencia, como el del cociente intelectual de los
individuos. Sin embargo con ellos sólo se analizan las capacidades de lógica, matemática y
lingüísticas de una persona, obteniéndose resultados poco precisos de la capacidad verdadera de
una personas.
Si se tiene en cuenta el carácter complejo de la inteligencia, el concepto sólo puede ser definido en
forma parcial y para esto se apela a diversos procedimientos y atributos. Hablaremos de lo
planteado por el psicólogo estadounidense Howard Gardner, de la Universidad de Harvard, quien
asegura que la inteligencia puede entenderse como el potencial de cada individuo que puede
advertirse e incrementarse a través de diversos procedimientos, pero que resulta imposible de
cuantificar. A su vez explica los distintos tipos de inteligencia que existen, estos son:
La Inteligencia Visual-Espacial es la que permite crear modelos en la mente, con formas, colores y
texturas. Aquellos que poseen esta inteligencia son capaces de transformar en imágenes todo
aquello que crean en sus mentes. Es la que se necesita para dibujar, crear diseños, cuadros y
cualquier tipo de construcción gráfica.
La Inteligencia Corporal-Cinética es la que permite controlar movimientos de todas las partes del
cuerpo a fin de realizar bien determinadas actividades físicas. Es la que se necesita para desarrollar
actividades que requieren de cierta coordinación y un ritmo adecuado, como los deportes o la
danza.
La Inteligencia Musical es la que permite crear sonidos, melodías y ritmos. Es la requerida para
expresar emociones e ideas a través de la música.
INTELIGENCIA EMOCIONAL
En términos prácticos, esto significa ser consciente de las emociones que se hallan tras nuestro
comportamiento, así como en impacto que ejercen en las demás personas (positiva y
negativamente), además de aprender cómo manejar esas emociones, tanto nuestras como los
otros, especialmente cuando estamos bajo
presión.
Peter Salovey y John D. Mayer fueron los principales investigadores de la Inteligencia Emocional
en 1990. En su influyente artículo “Inteligencia Emocional”, que definen la Inteligencia Emocional
como “el subconjunto de la inteligencia social que implica la capacidad de monitorizar los
sentimientos y emociones propios y de los demás, de discriminar entre ellos y utilizar esta
información para guiar el pensamiento de uno y acciones” (1990).
Salovey y Mayer propusieron un modelo que identifica cuatro factores diferentes de la Inteligencia
Emocional y que son: la percepción emocional, la capacidad de razonar usando las emociones, la
capacidad de comprender las emociones y la capacidad de manejar las emociones.
El siguiente paso consiste en utilizar las emociones para promover el pensamiento y la actividad
cognitiva. Las emociones ayudan a priorizar aquello a lo que es prioritario prestar atención y por
tanto reaccionar, respondiendo de este modo emocionalmente a las cosas que captan nuestra
atención.
Las emociones que percibimos pueden tener a una gran variedad de significados. Si alguien está
expresando emociones de ira, el observador debe interpretar la causa de su ira y lo que podría
significar. Por ejemplo, si nuestro jefe está actuando de manera airada, podría significar que está
insatisfecho con nuestro trabajo, o tal vez que tiene un exceso de carga laboral o que ha estado
discutiendo con su esposa por la mañana.
La capacidad de gestionar con eficacia las emociones es una parte crucial de la Inteligencia
Emocional. La regulación de las emociones, responder de manera apropiada, y saber cómo y cuando
responder a las emociones de los demás, son todos aspectos importantes de la gestión emocional.
INTELIGENCIA INTRAPERSONAL
En este caso, la inteligencia intrapersonal está asociada al acceso a la propia vida emocional y
sentimental. Es, por lo tanto, la facultad de la persona para conocerse a sí misma.
En concreto, podemos establecer que todo individuo que cuenta con inteligencia intrapersonal se
caracteriza por ser alguien con las siguientes señas de identidad:
Muchas son las actividades y ejercicios que existen a la hora de que cualquier ciudadano pueda
llevar a cabo una mejora de su inteligencia intrapersonal. En este sentido, tendríamos que destacar
que se pueden acometer los siguientes:
INTELIGENCIA INTERPERSONAL
La inteligencia interpersonal abarca la capacidad de fijarse en las cosas importantes para otras
personas acordándose de sus intereses, sus motivaciones, su perspectiva, su historia personal, sus
intenciones, y muchas veces prediciendo las decisiones, los sentimientos, y las acciones de otros.
Los individuos, primordialmente con la inteligencia interpersonal, son aquellas personas que les
gusta conversar, aprender en grupos o en parejas, y trabajar o hacer actividades con otras personas.
Pasan mucho tiempo ayudando a personas y alistándose como voluntario para varias causas
importantes. Además, “son buenos mediadores de conflictos sociales”. Éstos son los individuos que
conocen a mucha gente. Son buenos comunicadores, usando el lenguaje corporal y verbal. Además,
tienen muchos amigos, sinceramente sintiendo cariño por otros, y entendiendo cómo motivar a los
demás. Es la inteligencia de los maestros, los terapéuticos, los consejeros, los políticos, los
vendedores, y los líderes religiosos.
Por su parte, Armstrong, añade que los niños dotados de esta inteligencia “…entienden a la gente…
suelen ser excelentes mediadores de conflictos entre compañeros, dada su increíble capacidad de
captar los sentimientos, las intenciones de los demás… aprenden mejor relacionándose y
colaborando”. Considera que a estos individuos les gusta hacer amigos, hablar con la gente e
integrar grupos; son buenos para entender a los demás, liderar, organizar, son comunicativos y
buenos mediadores en los conflictos, por lo que, aprenden mejor compartiendo, relacionándose,
cooperando y entrevistando. Poseen la capacidad de percibir y a la vez comprender la conducta, las
emociones y motivaciones de las personas que le
rodean, además, son sensibles a las expresiones
faciales, a la voz y a los gestos de los demás.
En este sentido, se deduce, que estas personas son muy empáticas y fomentan relaciones buenas y
estables con las demás personas. Se evidencia que son un gran apoyo para quienes atraviesan
momentos difíciles en su vida, ya que tienen la capacidad de ayuda y cooperación innata, la cual va
más allá de las dificultades. Cabe destacar que quien tiene inteligencia interpersonal, posee la
capacidad de discernir cuáles son sus amistades y por qué las conserva; pueden buscar amistades
guiándose por el grado de seguridad que estas le brinden. Con base en esto, Antunes expresa que
la inteligencia interpersonal “…se basa en la capacidad de percibir diferencias en los demás,
particularmente contrastes en sus estados de ánimo, sus motivaciones, sus intenciones, y su
temperamento”.