FÁBULA INFANTIL
Un día que ambos iban camino a la ciudad, el asno, sintiéndose cansado, le dijo al
caballo:
Horas más tarde, el asno cayó víctima de la fatiga, y murió allí mismo.
Entonces el dueño echó toda la carga encima del caballo, incluso la piel del asno.
Y el caballo, suspirando dijo:
- ¡Qué mala suerte tengo! ¡Por no haber querido cargar con un ligero fardo ahora
tengo que cargar con todo, y hasta con la piel del asno encima!
MORALEJA: Cada vez que no tienes tu mano para ayudar a tu prójimo que
honestamente te lo pide, sin que lo notes en ese momento, en realidad te estás
perjudicando a ti mismo.