1
Asimismo, el carácter hiperreal o post-especular aparece revelado en
el tránsito que experimenta la ficción desde su ubicación imaginaria
hacia la realidad, interviniendo, con ello, la misma noción de realidad.
En consecuencia, el espacio se ve tensado en su condición mimética,
cediendo lugar a un cierto tipo de diégesis que narrativiza
publicitariamente las posibilidades de identificación. Por otra parte, las
marcas retóricas, donde predomina la hipérbole, se soportan, en una
dimensión estética que exhibiría la degradación de lo sublime [7] .
2
[11] .
3
una marca o a una sociedad anónima (S.A.). El que no podamos –
independiente del gusto- agregar en la serie Goya-Monet-Picasso a
esta producción, da cuenta de la muerte del autor y de la primacía del
objeto. Es el paso del productor al producto, del sujeto al objeto en
una reificación que invierte al ser: res [16] .
4
son las estrategias de la ficción (el uso de la instalación como un
género histórico de las artes visuales y el efecto de extrañeza propio
del género fantástico [20] ) las que se vierten y se vuelven para operar
–aunque publicitariamente- en la realidad (sobre una institución
pública de la ciudad de Santiago). Entonces, por un lado esta
propaganda de Coca Cola se des-marca de los medios de comunicación
de masas (des-mediatización) y por otro re-marca o re-significa su
ideología [21]de intervención sobre la realidad. Popularmente, este
efecto es mencionado como la propiedad de tener una experiencia de
película [22] .
5
signos.
6
asesinados o da dotes en oro a tres hermanas sin esperanza de
matrimonio).
7
todos los niños de la ciudad fueran a buscar regalos a sus chimeneas,
instalando en este nuevo escenario la práctica de esta antigua tradición.
Continúa esta metamorfosis con la intervención de Clement Moore al
componer el poema La noche de Noel (1823) y luego, en 1860, con el
ilustrador norteamericano Thomas Nast que rediseña a Santa Claus,
domiciliándolo no ya en Oriente ni Holanda, sino en el Polo Norte;
con un traje rojo de chaqueta y pantalón (desasociado de la sotana de
obispo) y establece la creencia de que él distribuye regalos.
8
símbolo de inmortalidad, lo que se explica a la vez por la perennidad
del follaje y por la incorruptibilidad de la resina. (...) El culto de
Cibeles en Roma honraba en efecto al pino (...) el pino simbolizaba el
cuerpo del dios muerto y resucitado, imagen en los cultos de Cibeles
de la alternancia de las estaciones” [27] .
La Moneda Troquelada
9
ofrecía a sus candidatos.
10
obra arquitectónica. Lo clásico deviene en barroco, la forma cerrada o
total deviene en una apertura y en el fragmento. El edificio como
metáfora del poder deviene disminuido en metáfora de regalo, en
tanto la magnitud del árbol lo reduce visualmente a la condición de un
objeto en reposo a los pies del árbol. La ofrenda tautológica de Coca
Cola: obsequio de una nación para una nación en tanto constructora de
discursos inter-nacionales.
11
puede ser descompuesto en partes (perdiendo la pretensión de
totalidad), a modo de collage de citas (donde podrían integrarse al
juego nuevos elementos como este árbol) ya que Toesca integro
distintas técnicas en la confección de este edificio: la cimentación
según Paladio; el aspecto dórico según Viñola; la construcción según
Vitruvio. De este modo, se mezclan los discursos de las autoridades
europeas en la instalación de su obra en América Latina, verificando la
hibridación como categoría estética nacional. No olvidemos que esta
construcción además de ser funcional a un símbolo del poder, también
acuñaba las monedas de la nación (casa de tío rico) en una ironía
adicional que dispone al edificio y al árbol de Coca Cola entre un
espejo, solidarios y semejantes en cuanto a su finalidad y
funcionalidad.
Conclusión
12
mirada, éstos quieren decir lo que no quieren decir [33] . Entonces,
hurgamos en su secreto, en su re-verso, desvelando ironías alojadas en
la inversión –en su doble acepción: depósito monetario y alteración
que pone algo al revés- y en la historia, que antes o después, sitúa a los
discursos en un vaivén de sentidos –también en su doble acepción: de
percepción y de intelección [34] . La ironía se despliega en múltiples
aspectos, pues la emergencia de transgresiones simbólicas revisadas
involucran necesariamente la variada expresión de la trama sígnica.
13
operación eficaz, que de vuelta y con los recursos de la ficción se
reinstala en la realidad transmitiendo sus mensajes por los máximos
medios de distribución de información. Dada la confusión de
instituciones y recursos, la experiencia est-ética estaría a cargo del
receptor multilector [35] .
Bibliografía
14
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Herder.
Deleuze, Gilles (1989) Lógica del Sentido. Barcelona, Ediciones
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Rama, Angel (1984) La Ciudad Letrada. Hanover, Ediciones del
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15
Todorov, Tzvetan (1987) Lo extraño y lo maravilloso. En:
Introducción a la Literatura Fantástica. México, Editorial Premiá.
__________
16
[1] El análisis de estos discursos puede instalarse desde la
teoría crítica propuesta por Grínor Rojo en su última
publicación: Diez Tesis sobre la Crítica. Chile, LOM,
2001 desde la distinción parasitaria que realiza entre
texto y discurso: “...un texto puede (y suele) alojar en
su interior a más de un discurso y que estos discursos
no tienen que vivir en paz entre ellos. Pueden ser y
son a menudo, discursos antagónicos”. Es decir que el
“texto[es] como el receptáculo de un caudal discursivo
de afluentes múltiples”, p.23. Distinción útil para
evidenciar el diseño retórico de la ironía que
tensionará la intervención discursiva publicitaria
revisada en este ensayo. A su vez, legitima la
multidisciplinariedad de esta interpretación cuyo
eclécticismo teórico es justificado por la complejidad
discursiva del objeto: “[la tesis que]yo subscribo
procura moverse combinando instrumentos teóricos
de distinto domicilio y expectativas. Esta metodología
transterritorial y multisistémica, que atrae y procesa
informaciones diversas [me interesa] por las
consecuencias de orden práctico que de ello se
derivan, porque me libera de ataduras disciplinarias
odiosas, dándome la licencia que necesito para
proceder a un tratamiento productivo del tema” op.
cit. p.30-31.
17
[2] La instalación es un nuevo género de obra visual –
inaugurada por Duchamp en la década del veinte- que
se caracteriza por considerar el espacio de exposición
como parte de la obra. Ésta es una intervención en el
espacio, por lo que el devenir entre el contexto y la
texto es parte del discurso o los discursos de éste.
18
“Las relaciones entre discursos pueden ser de complicidad,
cuando los discursos que habitan un texto colaboran, de
coexistencia pacífica, cuando solamente se toleran, o de
contradicción, cuando hay conflicto entre ellos.”. En: G.
Rojo. op. cit.p. 43 y 61, respectivamente.
Verificaremos que los diálogos entre la instalación de
Coca Cola y el edificio de La Moneda se densifican al
establecer sus textualidades e intertextualidades
históricas. De este modo, como ya decía Eliot, ocurre
un vaivén textual donde lo anterior y lo posterior
influyen en el texto: “para Eliot la posteridad, la
textualidad que es posterior a la obra, afecta a ésta también,
y tanto como la textualidad anterior (...) este doble
movimiento de la intertextualidad, hacia atrás y hacia
delante del texto, está o debe estar garantizado en
cualquier programa de crítica práctica al que hoy
queramos concederle autoridad”. En: G. Rojo. op.
cit. p. 88-89.
19
[6] Desde Derrida podemos oponer identificación versus
identidad. Mientras a la identidad podríamos
explicarla comouna esencia anterior a la existencia del
sujeto; la identificación es posterior a la existencia y
depende del objeto. De este modo, Derrida afirma
que la identidad se construye sobre una base
parasitaria y hostil: “Una identidad nunca es dada,
recibida o alcanzada; no, sólo se sufre el proceso
interminable, indefinidamente fantasmático de la
identificación. En: Jacques Derrida: El monolingüismo
del otro o la prótesis de origen. Bs. Aires, Eds. Manantial,
1997, pp.45-46.
20
y de la incapacidad del espíritu humano para
representar la inmensidad de tales fuerzas. Ya no es la
naturaleza como en las sociedades precapitalistas.
Jameson, señala que lo sublime histérico sólo puede
comprenderse en términos de esta nueva realidad de
las instituciones económicas y sociales: una realidad
inmensa, amenazadora, y sólo oscuramente
perceptible. En Jameson, Fredric: El posmodernismo o la
lógica cultural del capitalismo avanzado. Buenos Aires,
Paidós, 1992.
21
su imagen y semejanza, pero, por el pecado, el
hombre perdió la semejanza, conservando sin
embargo la imagen. Nos hemos convertido en
simulacro, hemos perdido la existencia moral para
entrar en la existencia estética. La observación del
catecismo tiene la ventaja de poner el acento en el
carácter demoníaco del simulacro. Sin duda, aún
produce un efecto de semejanza; pero es un efecto de
conjunto, completamente exterior, y producido por
medios totalmente diferentes de aquellos que operan
en el modelo. El simulacro se construye sobre una
disparidad, sobre una diferencia; interioriza una
disimilitud (...)”.Gilles Deleuze. Lógica del Sentido.
Barcelona, Ediciones Paidós Ibérica, 1989, p. 259.
22
en página siguiente.
23
significante. Cfr. Paul Feyerabend: Contra el método.
Esquema de una teoría anarquista del conocimiento.
Barcelona, Ariel, 1987.
24
de una regla modifica la naturaleza del juego, y una
jugada o un enunciado que no satisfaga las reglas no
pertenece al juego definido por éstas y 3) todo
enunciado debe ser considerado como una "jugada"
hecha en un juego. Véase: Jean-Francois Lyotard: La
condición posmoderna. Madrid, Cátedra, 1989.
25
final del sujeto se alza la reversibilidad fatal del objeto,
objeto puro, el evento puro (lo fatal), la masa-objeto (el
silencio), el objeto-fetiche, la feminidad-objeto (la
seducción).. En: Jean Baudrillard. Las estrategias fatales.
Barcelona, Anagrama, 1984, pp. 76-77.
26
[19] Originalmente, presente en el congreso “Estado,
Nación en América Latina: Discursos, Imaginarios y
Prácticas Culturales” realizado en enero del 20002 en
la Facultad de Filosofía y Humanidades, un análisis de
tres ejemplos de intervención publicitaria sobre
instituciones públicas. Para la elaboración de este
trabajo, sin embargo, he rescatado el más evidente y
emblemático: el caso Coca Cola sobre el palacio de La
Moneda. Las otras intervenciones –el envolvimiento
de la Biblioteca Nacional por L’oreal y una
gigantografía del último perfume de Lancome sobre el
frontis del Museo de Arte Contemporáneo- apoyan, y
comparten tangencialmente lo ensayado, lo narrado.
27
publicitario también reformula la ideología de éste.
Incluso, rastreamos su ideología actual desde su
corporalización en los signos: “Todo discurso es la
representación semiótica de una ideología, entendida
ésta a la manera althusseriana, como la experiencia
misma, como ‘lo vivido’ (...) ‘el dominio de la ideología
coincide con el dominio de los signos. Ellos equivalen el uno
al otro y dondequiera que un signo se halle presente, la
ideología lo está también’. ‘Todo lo que es ideológico posee
semiótico’, insiste/n Volosinov/Bajtín, ello hasta el punto
de que ‘la conciencia misma puede erguirse y llegar a ser un
hecho viable sólo en la corporización material de los signos’.
Por consiguiente, tampoco resulta improbable y no
tendría que producir en nosotros un rechazo
fulminante el que, como predica Foucault, a la
experiencia (o sea, a la ideología) nosotros no
podamos vivirla si no es en la efectividad de sus
discursos. (...). Lo que queremos decir con esta tesis es que
nuestro comercio con la realidad se encuentra mediado por la
ideología, que vivimos inmersos en ella y que lo real se nos
presenta no como lo que es, al mismo tiempo y no puede sino
serlo, un filtro textual y discursivo. (...) toda experiencia es
ideológica”. En G. Rojo. op. cit. p.99.
28
11 de septiembre del 2001. Es un atentado de
película en tanto son los recursos de los mismos films
norteamericanos de ficción –con sus espectáculares
colisiones aéreas y explosiones desmesuradas, insertas
en la cotidianeidad o ciencia ficción- los que articulan
la operación y espectáculo terrorista.
29
[26] En este sentido, la articulación letrada propia de las
ciudades ligada al poder, ha producido tal extrañeza
que los ciudadanos alfabetos cometen el acto de
deletrear. El poder ha provocado el sentido de la
letra, el ciudadano ha tenido que postularlo desde la
doble acepción del sentido: percepción y significación.
Vid. Angel Rama: La Ciudad Letrada. Hanover,
Ediciones del Norte, 1984.
30
Chile, 1997. p. 167.
Op.
cit.
p.
177.
31
ejemplo, considerara el ataque a las Torres Gemelas
como un acto de arte (aunque luego de esta
declaración le cancelaran sus próximos conciertos en
Hamburgo. Es decir, que su juicio estético no fue
considerado ético). Desde esta perspectiva, el arte ya
no imaginaría lo real; el arte ya no copiaría lo real; el
arte sería (la distribución de) lo real.
32