En un mundo que da espacio a los alardes de inteligencia, por ser una de las cualidades
genéticas humanas más deseadas y perseguidas como quiera que esta misma es un
quienes estudiamos Derecho y, nos enseña que el derecho tiene sus serios defectos como
carrera, pero que no por esto debemos perder de vista el horizonte que nos dibuja el ser
abogados, que no es otra cosa que velar por aquello que posean los demás ante la figura
del Estado. Ossorio mediante su libro insta a crear conciencia, a usar la ética
profesional, para corregir todos los errores que manchan la reputación del Abogado.
Además, el autor nos habla de una fuerza interior, que envuelve la capacidad del ser
humano para identificar las cualidades, debilidades al afrontar los sucesos de forma más
madura sólo entonces se obtendrán resultado favorable, puesto que es la clave del
triunfo. Este libro nos habla de lo que está pasando con todos los abogados y es por eso
que los abogados no tienen conciencia de su profesión y que solo se dejan llevar por el
mal camino y que no nos dedicamos a ser realmente abogados solo nos dejamos llevar
añeja a los honores profesionales. Debajo de la toga hay que llevar la coraza.
El abogado no debe manchar su título con cobardía por miedo a las críticas de las
personas y sin embargo el abogado no debe de ser ni frio ni emocionable y que sobre
todo debe de actuar con toda su pación cualquiera que sea su negocio y poner sus
sociedad. Y para tener esta profesión el abogado debe de tener libertad de expresión y
conciencia sobre lo que hace desde que se crea para su trabajo el Abogado no depende
más que de sí mismo. «De ahí en el Abogado un orgullo natural, a veces quisquilloso, y un
sería osado querer dar consejos, pues sobre tal materia es tan aventurado escribir como la
del gusto.
Hay que trabajar con gusto. El juez piensa del abogado ¿En qué proporción me estará
engañando? y el abogado piensa del juez. A qué influencia estará sometido para
frustrarme la justicia. Nos hallamos tan habituados a pensar mal y a mal decir, que hemos
Hay que poner el corazón en todas las empresas de la vida. Así que el juez debe resolver
los casos como lo juzgue mejor y no tal y como lo dicen Códigos y autos. Esto es para que
el abogado mantenga viva la flexibilidad del lenguaje Un abogado debe ubicar los libros
tres por ciento de lo que se gane, aunque para ello sea preciso privarse de otras cosas. Y si
otros en que no la hay partir de esto el abogado debe ser libre para defenderse por sí
mismo. Y así los abogados tendrían prestigio sobre los principios que tiene el abogado
tratándose de una de una cuestión de principios para así poder mantener a la sociedad
entera permitiendo que busquemos la justicia. Si bien se mira, existe una fiscalización del
pasante hacia su maestro, pues, en puridad, este se limita a decir al otro. Por eso el
frecuente y cordial cuanto sea la defensa de los pobres una función de asistencia
Más para llenar esa atención no hace falta, como algunos escritores sostienen, crear
Abogados se bastan para el menester, lo han cubierto con acierto desde tiempo
freno, porque cohíbe la libertad en lo que pudiera tener de licenciosa. Es decir, tenerle sí
En pocas palabras, la mujer, con el sexto sentido que tiene, se convertirá, aparte de
habrá cosas que parecen malas, pero se hacen para bien y algunas que parecen buenas se
hacen para mal, todo depende de nuestro criterio, pero algo debe quedar claro todo lo
que se hace debe ser en pro de la justicia. El desdoblamiento psíquico no significa que
como abogados dejamos de ser nosotros para transformarnos en nuestros clientes, al
ciertos aspectos, pero también desde otro punto ser uno mismo utilizando un conjunto de
abogados gozamos de ella en casi todo el sentido de la palabra, pero nunca falta una
En cuanto al estilo forense se puede ser o no ser abogado pues nadie nace por ley natural
obligado a hacerlo, pero si has de hacerlo hazlo bien. Digo que es escritor porque redacta
el hecho acaecido en su escrito con una pulcritud para lograr el entendimiento de los
jueces. Es interesante ver como en una profesión como la abogacía existe esa indiferencia
hacia lo ajeno, y que al finalizar un juicio ambos abogados puedan ir a tomarse un café sin
molestia alguna. Y es que la gente tiene esta idea equívoca de que los abogados deben
vivir en constantes luchas y pleitos con todo el mundo y no es así, a pesar de que hay
mínima idea de lo que ocurre en sus vidas. Esto se da en su mayoría porque el abogado
tiende a ser muy individualista, puesto que el abogado nunca estudia fuera de sí
mismo. Aparte a esto, es de mucha relevancia mencionar que el autor nos dice que al
hablar de clases no quiere decir que existan niveles de superioridad o algo por el
estilo, sino que hay diferenciación a como cada persona realiza sus deberes sociales.