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Luis Diego Fernández


Foucault y el liberalismo: conducir conductas – gobernar por la verdad.

Se dice que Foucault en los años 60 piensa el saber, en los años 70 piensa el
poder y en los 80 la ética. No necesariamente es tan así, hay una interrelación de
estos tres conceptos desde los años 50 hasta el 84, cuando muere Foucault.
Pero hay un punto acá y es que Foucault piensa regularidades de las experiencias
humanas: analiza enunciados de saber, prácticas de poder y ascesis morales. No
piensa códigos normativos, por ejemplo, sino ascesis morales, es decir prácticas
concretas.
Otro punto son las etapas. Se dice, como les comentaba, que Foucault tiene
etapas segmentadas. Hay una primera etapa en los primeros seis años de la
década del 70, que es denominada del saber-poder donde Foucault piensa
prácticas constitutivas en clave de dominación. Piensa el poder en clave más
nietzscheana, en términos de lucha y dominio, y piensa que el poder nos
constituye como sujetos. Hay una constitución de la subjetividad a partir del
poder. Foucault dice que somos efectos del poder, efectos de instituciones.
Sin embargo, hacia mitad de los años 70 y hasta que muere, hay un viraje en su
pensamiento y ya no piensa tanto el poder en términos de lucha sino en términos
de gobierno, que no necesariamente implica luchas constitutivas. En ese marco,
Foucault piensa esta noción de poder como gobierno pero no en términos de
decisión del Estado. Si yo pregunto qué es el gobierno para ustedes, muchos van
a decir que son decisiones ejecutivas del Estado. Foucault no piensa el gobierno
en ese sentido, o por lo menos no exclusivamente en ese sentido sino que piensa
la noción de gobierno como la conducción de conductas: conducir
comportamientos, actitudes, tanto de la población como de los individuos
singulares. El gobierno no es solamente un conjunto de políticas del Estado.
Foucault piensa el poder por fuera de la idea del Estado.
Por último, se dice que Foucault a fines de los años 70 abandona la hipótesis
Nietzsche. ¿Qué es la hipótesis Nietzsche? Es pensar el poder en términos de
lucha. Foucault deja de pensar el poder exclusivamente en términos de lucha y lo

piensa en términos de gobierno y específicamente de gobierno por la verdad. Acá


aparece otra noción importante que es la noción de verdad. Él reflexiona en sus
últimos años cómo se puede gobernar por la verdad, que también es construida
desde el poder; cómo se gobierna a partir de esos esquemas de verdad.
Hablamos de una noción de gobierno como conducción de conductas, como una
actividad de los individuos bajo cierta autoridad, bajo cierto director. Es muy
importante esta idea de que el gobierno no se opone a la libertad ni proviene
solamente del Estado.
Hay otro concepto importante y un poco más largo que es el concepto de
gubernamentalidad, un término que usa Foucault a fin de los años 70. Este
concepto se puede entender a partir de tres ideas. Cuando Foucault habla de eso
está pensando en un campo estratégico de relaciones de poder que son
reversibles, transformables, por ejemplo el vínculo padre-hijo, medico-paciente,
jefe-empleado. Una misma persona puede ser a la vez el que gobierna y el que es
gobernado, según el lugar donde se encuentre. Por ejemplo, un jefe, en otra
condición, puede ser también gobernado. Cuando Foucault habla de esa noción
se refiere a la reversibilidad del poder. Por otra parte también menciona un
ensamble formado por instituciones, procedimientos, tácticas y cálculos
aplicados a la población. Es decir, el gobierno en ese sentido también tiene un
objeto nuevo que es la población. La población tiene que ser gestionada,
administrada y de eso forma parte el concepto de gubernamentalidad. No es una
tipificación ideal sino un mapeo empírico de racionalidades, es decir que no
piensa un esquema ideal sino que describe lo que efectivamente acontece en la
historia.
Otra noción es la de artes de gobierno, es decir, quiénes, qué comportamientos y
cómo deben ser gobernados; qué se debe gobernar y cómo.
A partir de ahí hay diversas técnicas de conducción de conductas que Foucault
analiza desde los años 70 hasta el 84. Una es la escuela socrática, la noción de
cuidado de sí, por ejemplo. Otra es las escuelas helenísticas: los estoicos, los
epicúreos, los cínicos, que piensan en términos de ascesis morales, o sea de
autogobierno. Otra cosa que Foucault analiza con mucho detalle es el poder

pastoral, particularmente la noción de confesión porque considera que la


confesión es un acto de verdad, donde un individuo es sometido a un dispositivo
donde tiene que decir lo que desea o lo que siente, y esa extracción es también
una forma de gobierno.
Por último, analiza el liberalismo del siglo XVIII y del neoliberalismo del siglo XX.
Tal vez di un rodeo muy largo para llegar al liberalismo, que es la noción que
estamos tratando nosotros, pero es importante situarlo en el mapa para que no
quede perdido: es en este marco de conducción de conductas que Foucault
estudia el liberalismo. No piensa el liberalismo como una ideología ni como una
idea económica exclusivamente sino como un tipo de racionalidad que conduce
conductas y que aparece particularmente en el siglo XVIII. Entendiendo que él
piensa el liberalismo en ese sentido, Foucault plantea en el curso del Collège de
France que pensar el liberalismo implica pensar el vivir peligrosamente. Esa
especie de estímulo del peligro es una de las principales implicaciones del
liberalismo. No hay liberalismo sin cultura del peligro. Cuando Foucault piensa
en el liberalismo, piensa en la cultura del peligro, del riesgo, otra noción que más
tarde van a trabajar otros foucaultianos. Si uno pudiera desglosar eso, diría que
el liberalismo para Foucault es una práctica, un modo de actuar, no una ideología
o teoría; es un método de racionalización del gobierno, una forma donde se
gobierna; es el marco general de la biopolítica, otro concepto importante para
Foucault. Hay una relación muy estrecha entre biopolítica y liberalismo. Para
Foucault pensar el liberalismo es pensar el marco institucional a partir del cual
aparecen las nociones biopolíticas, las ideas biopolíticas. ¿Qué es la biopolítica?
Es la gestión de la vida biológica de la población, cómo se gestiona una población
en términos biológicos: natalidad, higiene, seguridad, etc. Eso también implica
una ruptura con la razón de Estado que nos abre hacia otro problema muy
amplio porque implica pensar el mercado. Foucault dice que el liberalismo
genera un régimen de verdad particular que es el mercado, que sirve para
identificar lo que él llama excesos de gobierno. Y por último, parte del axioma de
que siempre se gobierna demasiado. Como parte de ese axioma que viene de la
razón de Estado anterior, lo que intenta el liberalismo de alguna manera es

sesgarlo, acotarlo. Piensa el tema de la verdad en este marco: la gestión de la vida


biológica de la población, hasta dónde regular, qué regular, cómo regular y
también la autoregulación de la población. Es decir, si el Estado define qué
regular y cómo, también marca que hay ciertas prácticas que no va a regular.
¿Quién hace esa regulación? Los individuos. Ahí aparece el autogobierno de los
individuos.
Esto es pensar un poco el tema del liberalismo clásico, del laissez-faire. La idea es
ver que Foucault piensa el clásico liberalismo del siglo XVIII y piensa el
neoliberalismo del siglo XX, que es donde vamos a entrar en detalle ahora.
Antes de eso vamos a pensar el tema de la libertad y la seguridad, que es la
definición central. Acá hay algo importante porque cuando uno piensa el
concepto de libertad se encuentra con un concepto plurisemántico, es decir, que
tiene muchos significados. Foucault es muy particular, vean cómo la define: dice
que la libertad es algo que se fabrica a cada instante y que el liberalismo es lo que
acepta la libertad, lo que se propone fabricarla, suscitarla y producirla con el
costo que supone esa fabricación. Es lógico: cualquier cosa que se fabrica tiene
un costo y fabricar libertad también implica un costo. Entonces el primer punto
es pensar la noción de libertad como producto. Estamos hablando de libertad
liberal, no otro tipo de libertad. Pensar la libertad como producto implica que no
es una sustancia que siempre permanece idéntica sino que tiene configuraciones
históricas, que no es del orden de la emancipación. Foucault no piensa en la
libertad en términos emancipatorios, como algo que uno tiene que sacarse de
encima; no hay oposición entre poder y libertad. Al revés, el poder es la
condición de posibilidad de la libertad. En este sentido es poco lógico que la
libertad se oponga al poder porque el poder es la condición de la libertad.
Entonces piensa prácticas de libertad que son vínculos entre individuos que se
autogobiernan, que se gobiernan entre ellos, y lo más importante es que la
libertad tiene un correlato: los dispositivos de seguridad, que son el costo de la
producción de libertad. Uno quiere ser libre pero la libertad tiene un costo y el
costo que se paga es la seguridad. Acá Foucault hace una división importante
entre seguridad y disciplina, otra noción que trabaja mucho. La seguridad es el

costo y tiene ciertas características: primero, la seguridad es integradora,


permite ciertos circuitos de conexión. Ejerce una vigilancia ambiental pero deja
hacer, mira pero deja hacer. Distinta es la disciplina porque en ella hay una
normalización, una norma externa que se impone sobre los cuerpos. En la
seguridad se vigila, hay un control ambiental, pero no es disciplinaria. Deja hacer,
es permisiva, no codifica, capta la realidad como es y funciona si acepta esa
realidad como es, es decir como un factum. Parte de la realidad sin idealizar nada.
Dice: esta es la realidad, estos son los problemas y se pregunta de qué modo
podemos ejercer cierta seguridad sobre ellos. Esta es una primera conclusión.
Pensar el liberalismo para Foucault es pensar a los individuos en lo personal y en
lo económico, pero sobre todo pensar el tema de la seguridad disociada de la
disciplina. No es disciplinario. No hay libertad sin seguridad, primera conclusión.
Por lo tanto, pensar el liberalismo para Foucault no es pensar la disciplina sino
pensar una sociedad postdisciplinaria. Hay otro elemento que es el mercado, que
opera básicamente como un régimen de verdad, como una política de verdad.
Porque la verdad para Foucault es constituida por el poder, no hay una verdad
universal sino que las verdades son también producidas por interpretaciones,
por formas de poder y eso implica que hay regímenes de verdad. El mercado
funciona como ese régimen de verdad, implica que la economía política es la
disciplina privilegiada fundante y que los economistas son los portadores de esa
verdad. Ese es otro elemento central. Foucault hace grandes diagnósticos.
Cuando uno le pide definiciones, no aparecen. No es un filósofo que baje línea
sino que hace mapas, rastreos. Después uno ve si está de acuerdo o no.
Hasta acá vimos algunas ideas sobre el liberalismo clásico: libertad, seguridad,
mercado, etc. Y ahora sí quiero decir algo sobre el neoliberalismo. Quiero
situarme en la palabra neo. ¿qué es lo nuevo que aporta el liberalismo del siglo
XX? En principio hay que pensar que ese término refiere solamente a las escuelas
neoliberales del siglo XX. Esas escuelas son tres y Foucault las estudia en detalle.
Una es la escuela de Friburgo, también conocida como ordoliberalismo, que tiene
algunos exponentes como Eucken, Rüstow o Röpke. Otra es la escuela austríaca
de economía, con Mises y Hayek. Y la tercera es la escuela de Chicago con Becker,

Friedman, Schultz. ¿Qué aporta de nuevo ese neoliberalismo? Cuando uno piensa
en esta corriente, no hay que oponerla al socialismo sino al liberalismo clásico.
Porque la discusión que tienen los liberales del siglo XX es con los liberales
clásicos del siglo XVIII. Foucault dice que el liberalismo clásico partía de un
proceso muy naturalista, que entendía que los hombres cooperaban y que había
un proceso espontáneo que era el mercado. En cambio, los liberales del siglo XX
dicen que el proceso del mercado debería ser un proceso artificial. Es decir que,
contrariamente a lo que nos dicen a veces, la visión neoliberal es
intervencionista. ¿Por qué? Porque marca reglas de juego, que son artificiales.
Sobre ese esquema que plantea hay un juego, que es el juego del mercado, que no
es laissez-faire, dejar hacer, como decían los clásicos. Eso partía de una visión un
poco naif que llevó a ciertos problemas como los monopolios, oligopolios, etc.
Los neoliberales, en especial los ordoliberales alemanes, piensan los mismos
problemas que Adorno y Horkeimer en la Escuela de Frankfurt en el mismo
momento pero plantean soluciones opuestas. La escuela de Frankfurt hace una
crítica al capitalismo y en todo caso ven una solución por izquierda. Los
ordoliberales critican el capitalismo y plantean otro esquema capitalista. Es muy
interesante esa tensión que Foucault analiza.
¿Qué se plantea en el siglo XX? Que el mercado es un proceso creado
artificialmente, que frente al orden natural clásico del laissez-faire se plantea un
orden normativo, que en la filosofía naturalista clásica hay una oposición con la
corriente idealista y que del comercio pasamos a la competencia. Lo central, lo
que le interesa a la escuela neoliberal es la competencia y radicalización de la
forma empresa.
La escuela de Friburgo surge después del nazismo, así que Foucault se pregunta
a qué tema se enfrentan ellos. Ellos creen que el nazismo no implicó un mayor
Estado sino, por el contrario, menos Estado porque el aparato del Estado se
subyuga primero a un partido y después a un Führer. Los ordoliberales plantean
que debe haber un Estado racional. Plantean que hay un Estado decadente,
subordinado al pueblo y al Führer, y, al mismo tiempo, que hay que romper con
ese laissez-faire clásico y basar la sociedad en la competencia. Así fue como se

gestó el Estado alemán con Adenauer y Willy Brandt. Foucault analiza esa
coyuntura y se pregunta a fines de la década del 70 dónde está la izquierda, si en
una visión comunista o en un socialista como Willy Brandt que implementó
políticas liberales; si en la izquierda comunista dura o en la socialdemocracia
reconvertida.
La escuela austríaca de economía es una escuela interesante que también analiza
Foucault y que se suele pensar como el nexo entre la escuela de Friburgo y la de
Chicago. Hay dos pensadores centrales que son Mises y Hayek que emigran a
Estados Unidos y forman a muchos economistas norteamericanos. Ellos piensan
otro problema: cómo frenar la tendencia intrínseca del Estado a crecer. Hayek
por ejemplo piensa que cualquier regulación lleva a un Estado totalitario. Si uno
estudia la historia ve que esto no fue así y que no todo Estado socialdemócrata
termina deformándose hasta llegar a ser un Estado totalitario, pero Hayek
plantea cómo frenar ese tipo de regulaciones. Lo más importante es el concepto
de Rechtsstaat, imperio de la ley, regla de la ley. Lo interesante es que Hayek es
un pensador que habla de utopías liberales. En general siempre se habla de
utopías socialistas, de izquierda, y Hayek dice que el liberalismo debe construir
utopías, que falta una utopía radicalmente liberal. Hay algunos ejemplos: el
Estado mínimo, incluso desarrollos anarco-capitalistas. Obviamente nunca
sucedieron precisamente porque son utopías.
La Escuela de Chicago tenía otro enemigo que era el New Deal. Se enfrentaba a
Roosevelt. Foucault dice que estudiar la corriente liberal en Estados Unidos es
radicalmente distinto a estudiarla en Francia o Alemania, donde solo fueron
políticas implementadas. En Estados Unidos el Estado se fundó desde raíces
liberales. Por eso Foucault afirma que es una forma de ser y pensar, y no
solamente una política o una racionalidad de gobierno. Por eso efectivamente lo
que hace la escuela de Chicago es extender esa racionalidad a esferas incluso no
económicas y se habla de capital humano, un concepto que Foucault piensa en
detalle. Pensar en términos de capital humano es pensar en términos de
inversión en la propia subjetividad: educación, etc. Ahí Foucault introduce el
concepto de homo-economicus, esa interfaz subjetiva entre el gobierno y el

mercado definida por los principios de interés, por las elecciones. Y acá hay un
elemento importante: él dice que el homo-economicus es un átomo de
racionalidad en un proceso incognoscible. Es decir, el proceso del mercado es
incognoscible, nadie tiene toda la información del mercado, dice Foucault
leyendo a Hayek. Para ejemplificar esto traje un video. Aquí Hayek plantea esa
noción, hace una crítica al socialismo y la fundamenta en términos epistémicos:

https://www.youtube.com/watch?v=kJ9B3_S4IUM

Hayek plantea un esquema al que él llama orden extensivo, que es el esquema de
mercado. No hay nadie que pueda tener toda la información, por lo tanto el
socialismo es imposible en un sentido técnico porque el Estado nunca puede
tener toda la información. Es una pretensión pero es imposible porque la
información está desperdigada, disuelta.
Para mostrar algunas posiciones liberales, traigo otro ejemplo en un video. Se
trata del economista Milton Friedman hablando de la legalización de las drogas:

https://www.youtube.com/watch?v=Swss80eDWZg&t=5s

Cuando una posición liberal se plantea en clave de libertades civiles, son todas
posiciones de izquierda. Se habla de libertad de expresión, de reunión, de
publicación, del concepto de crímenes sin víctimas, que es cuando se penan
acciones desde el punto de vista moral. No hay víctimas desde el punto de vista
moral. Eventualmente la víctima es uno mismo si no es responsable. Una
posición liberal avala el matrimonio gay, la legalización de la pornografía, de la
prostitución, de las drogas, del juego y la eutanasia. Es decir que apuesta a todo
tipo de libertades individuales y está en contra de una visión moralista. Con
respecto a las visiones económicas, uno podría decir que tiene nociones más de
derecha: apoya el mercado libre y plantea la ausencia de regulación o bien las
menores posibles. Pero casi todos los liberales hacen una crítica a los
monopolios y a los oligopolios, y plantean la noción de impuesto negativo, que es

una política que define que el Estado les dé un dinero fijo a todos los individuos,
algo así como una asignación universal. Es una forma no burocrática de combatir
la pobreza y estimular la responsabilidad individual. Eso es una política liberal.
Muchos también critican los organismos centralizados como el FMI. Parece raro,
pero efectivamente es así. Incluso hay muchos liberales que apoyaron el reciente
Brexit, porque consideraban que la Unión Europea era muy centralista. Esto a
modo de ejemplo.
Todo esto parte de los estudios de gubernamentabilidad. Hay una línea de
foucaultianos que estudia la noción de gobierno y particularmente dos conceptos
dentro de ella. El primero es la noción de riesgo, cómo y cuánto intervenir en las
conductas. Se piensa en los grupos de riesgo, en la seguridad social, en las
empresas. François Ewald, que fue discípulo de Foucault, trabaja estas
cuestiones. El segundo concepto es la etopolítica, es decir, cómo y cuándo
intervenir en la vida política de la población y en los estilos de vida.
Espero haber sido claro. Tal vez fue un poco técnico pero es lo que estoy
trabajando hoy. Gracias.


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