TERAPIA DE JUEGO
Antología
2013
Elaboración de antología para IUCR.
Responsable: Ma. Julia Serrano V. Dirección de Investigación.
Elaborado por José Antonio Conde Macip
Edición: DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, Puebla.
Este material ha sido elaborado con propósitos didácticos, sin fines lucrativos.
Se reservan los derechos de uso para IUCR, Puebla.
D.R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2013
Terapia de juego
TEMA I
Principales enfoques en la terapia de Juego
TEMA II
Técnicas y escenarios especiales
TEMA III
Terapia de juego en trastornos específicos
1.1
TERAPIA DE JUEGO PSICONALÍTICA
Aaron H. Esman
INTRODUCCIÓN
dos carros juntos, se eligió para decir que estaba pensando en el coito sexual de
sus padres. Hanna Segal (1964), hace la siguiente ilustración del análisis de una
niña de cinco años:
Hacia el final de una sesión que tuvo lugar pocas semanas antes de una larga
interrupción, derramó goma de pegar sobre el piso del cuarto de juegos y sobre sus
zapatos. En esa época el contenido de las sesiones giraba especialmente alrededor
de los embarazos. Le interpreté que quería pegarse al suelo para no tener que irse al
final de la sesión, que representaba la interrupción del tratamiento. Confirmó
verbalmente esta interpretación, y a continuación se puso a embadurnar con la goma,
ensuciando más, y haciendo un verdadero "revoltijo". Con gran satisfacción me dijo:
"Pero también es un vómito, ahí encima de tu piso". Le interpreté que no sólo quería
pegarse al interior de la habitación, sino también al interior de mi cuerpo donde
crecían nuevos bebés, y ensuciar y hacer un "revoltijo" en mi interior con el vómito. Al
día siguiente me trajo un gran geranio rojo. Y señalando el tallo y los numerosos
brotes que lo rodeaban, me dijo: "¿Ves? Todos estos bebés salen del tallo. Este es un
regalo para ti". Le interpreté que quería darme el pene y todos los bebitos que salen
de él para compensar el "revoltijo" que sentía que había hecho con mis bebés y el
interior de mi cuerpo el día anterior (Pág. 15).
PROCEDIMIENTO
Estableciendo contacto
En los primeros días del análisis infantil se creía que se requería un "periodo
preparatorio" para atraer el interés del niño y establecer una "transferencia
positiva". Para tal fin, como se indicó, Hug-Hellmuth y Anna Freud visitarían al
niño en su casa, e inclusive conducirían ahí el tratamiento, utilizando los propios
juguetes del niño para promover lo que ahora llamaríamos una "alianza de
trabajo". A pesar de que trabajos subsiguientes, particularmente el de Berta
Bornstein (1945), sobre la técnica de análisis de resistencias, condujeron a la
Promoviendo la observación
Royon (1959):
Una niña de cinco años fue traída a mí en forma reciente por sus dificultades para
comer. Su madre me dijo que ella era obediente excepto en la hora de los alimentos
(durante), donde jugaba en la mesa y mantenía la comida en su boca hasta el punto
en que, como la madre lo dijo, la volvía loca. La niña fue traída por su madre y no
mostró dificultades cuando esta última salió del consultorio. Le pregunté si sabía por
qué había venido, contestó, "sí, porque mi mami dice que soy mala". "¿Lo eres?"
pregunté. "Claro", contestó. Después se dirigió a los estantes de los juguetes y de un
manotazo arrojó una familia de muñecas al suelo. Después se volvió a mí y me sonrió
inocentemente.
¿Qué ha comunicado al observador esta niña en el primer acto del juego?
Verbalmente niega el conflicto con su madre; por la misma muestra indica la etapa
que ha alcanzado en el desarrollo de su superyó: Mamá dice que soy mala,
entonces lo soy, lo que significa su "claro". Sin embargo, las críticas de su madre no
han sido internalizadas por completo. No se han convertido en autocríticas y de
inmediato me ve como una persona que también puede criticar. En la situación que
se encuentra, que es ansiedad, busca su sistema de defensas usual, y lo que lo
complica —como sucede a menudo— es la combinación de las defensas: ella se
identifica con el agresor y realiza lo que sabe que es un acto reprobable; ¿no significa
el que ella rechace mis juguetes el equivalente a la comida que su madre le ofrece?
Se comporta agresivamente, dirigiendo su agresión hacia la persona de la que ella
espera agresión. Pero a la vez que invierte los papeles de atacante y atacada también
utiliza el mecanismo de negación con su encantadora sonrisa que parece significar
"ves, no soy del todo mala". La hipótesis que se me ocurrió en este punto fue que
esta niña no comía con el fin de causar el enojo de su madre porque ella era culpable
en primer lugar. ¿Complejo de Edipo? ¿Rivalidad fraterna? ¿Masturbación? ¿Envidia
del pene? Ya se tratará la historia a su tiempo. Lo que interesa observar es la
habilidad de la niña en su primera comunicación para revelar la complejidad de su
problema que involucra la totalidad de su vida emocional lo que tenía muy poco que
ver con el comer per se.
Cualquiera que sea el medio por el que el analista llega a las formulaciones
sobre los conflictos del niño, su herramienta fundamental en la terapia es la
interpretación. Es aquí donde se ponen a prueba la habilidad, el tacto y la
sensibilidad empática, es decir, ¿como va a expresar mejor sus pensamientos
(el terapeuta) para que el paciente pueda aceptarlos y utilizarlos?
Con el paciente adulto, la situación es relativamente simple; las
interpretaciones se redactan en el lenguaje del proceso secundario, utilizando
un vocabulario lo más parecido posible al que utiliza el paciente. Aunque este
es el objetivo fundamental en el análisis infantil, su obtención es difícil y en
ocasiones imposible, debido a la organización cognoscitiva inmadura, a las
limitaciones en el uso del lenguaje, a la dependencia de quienes figuran en sus
conflictos, y al carácter tenaz de sus resistencias. Todos estos factores se
combinan con frecuencia para formar un modo de comunicación al que Ekstein
y Caruth (1966), denominan "interpretación dentro de la metáfora". Esto
comprende, a varios niveles, el uso de la situación de juego, las figuras
representadas o ambos, dentro de él como el sujeto y objeto de la oración
interpretativa. Tal comunicación puede ser relativamente simple en un nivel de
desplazamiento bajo como en el siguiente caso:
MATERIALES Y SU USO
Toni, de seis años, jugaba con una familia de títeres. Después de una escena
convencional en donde "mami" acostó a los niños, "mami y papi" empezaron a discutir,
después comenzaron a golpearse. De pronto la niña arrojó los títeres y dijo "Tengo
que ir al baño". El terapeuta le dijo "Te causa mucho temor el escuchar a tu mami y
papi pelear, te enfada". Toni respondió, "gritan mucho" —y se olvidó de ir al baño.
entusiasta que muchos. Estos, no sólo son útiles como medio para evaluar las
defensas favorecidas, la capacidad para tolerar la frustración y el nivel de
desarrollo del superyó (hacer trampas), sino también como un medio para
generar fantasías y evaluar las habilidades perceptomotoras. Los juegos
simples de lápiz y papel como el "gato" y el "colgado"* a menudo se inician
por el propio niño; otros como el dominó y las damas deben ser parte del
equipo del cuarto de juegos.
Alrededor de la preadolescencia, el uso del juego por lo general
desaparecerá de la experiencia de tratamiento, el que dependerá
principalmente de la comunicación verbal incluyendo el recurso de la
interpretación de los sueños como medio de exploración. Sin embargo,
ocasionalmente, el preadolescente y el adolescente joven, quizá necesiten
regresar defensivamente a actividades de juego y debe permitírseles hacerlo
dentro del contexto de esfuerzos interpretativos por resolver los conflictos que
generaron tal resistencia regresiva. Por ejemplo, esto puede ocurrir con
muchachos que encuentran hablar de fantasías sexuales nacientes e
impulsos masturbatorios, demasiado vergonzoso y atemorizante como para
comentarlos, y recurren a jugar compulsivamente "a cachar", o juegos de
fichas como un medio para controlar su ansiedad.
*
N. del T.: Se dibuja un patíbulo y se dan un número de letras a adivinar, cada error implica una
parte del cuerpo del "colgado" hasta que se completa lo que significa que se perdió el juego.
Pero sobre todo, el terapeuta infantil debe tener un interés genuino en los
niños, una curiosidad sensitiva sobre lo que los caracteriza y el deseo de
subordinar los juicios doctrinarios a las observaciones clínicas actuales. Por
último, debe estar dispuesto y capaz de ser completamente honesto con el
paciente y consigo mismo.
CONCLUSIONES
1.2
TERAPIA DE JUEGO CENTRADA EN EL CLIENTE (NO
DIRECTIVA)
Louise F. Guerney
INTRODUCCIÓN
Las etapas I y II son cortas, la III ocupa la mayor parte de las sesiones.
Lebo (1952), estudió la relación que existe entre la edad del niño y los tipos
de afirmaciones que hace. Los niños con edades de 4 a 12 años hacían
afirmaciones de tipos muy diferentes. Los niños mayores hablaron menos
con el terapeuta y lo invitaron a participar poco. En tanto que manifestaban
más lo que les agradaba y desagradaba, examinaban menos los límites. Los
niños de 12 años verbalizaban menos que los de otras edades.
Moustakas (1955) y Moustakas, y Scholock (1955), hicieron más continua
la investigación del proceso. En series de estudios describieron seis etapas de
la terapia de juego que parten de expresiones indiferenciadas hasta
sentimientos negativos y positivos claros, discriminados fácilmente entre sí en
la forma de expresión por parte de los niños. Al final, observaron que los
sentimientos positivos predominaron y se encontraban, en general, de
acuerdo a la realidad. Cuando compararon niños normales y perturbados que
se igualaban en otras variables, Moustakas (1955), encontró que ambos
expresaban actitudes negativas, pero los niños perturbados tenían un número
significativamente mayor de sentimientos negativos y los expresaban con más
intensidad. Estos sentimientos eran con más frecuencia la hostilidad y una
necesidad compulsiva de orden y limpieza. A medida que la terapia
progresaba, los niños perturbados se hicieron más parecidos a los bien
adaptados que expresaban sus actitudes negativas más clara, directa,
frecuente e intensamente.
Moustakas y Scholock (1955), compararon las respuestas de niños con
problemas emocionales con los que no los tenían. Encontraron que los
primeros invertían más tiempo en conducta no interactiva, es decir,
excluyeron al terapeuta y se mostraron más hostiles y dependientes. Los niños
no perturbados fueron más asertivos. Es interesante mencionar que ningún
grupo expresó afecto durante las sesiones de juego.
Lebo y Lebo (1957), investigaron la edad del niño y la agresión en relación
con la cantidad de conversación en la terapia de juego. La agresividad se
clasificó con base en las evaluaciones de los maestros en la conducta en clase,
Lebo (1956a, b), intentó descubrir los efectos de las cualidades del juguete
sobre la expresión de sentimientos y las actividades de los niños de diferentes
edades y culturas. Pudo demostrar de manera empírica que los juguetes que se
pensaban como típicos de un cuarto de juegos producían menos expresión en
niños mayores que menores. Tales juguetes como animales pequeños,
muñecas y biberones eran desagradables para los niños de 12 años, inclusive
se sentían humillados con ellos. Lebo afirma:
Esta impopularidad de los juguetes comunes puede ser una de las razones por las
que se cree que la terapia no dirigida no es eficaz con niños que entran en la
adolescencia. Los juguetes no les provocan verbalización.... parecen sentir que tales
juguetes son inferiores para ellos y que el cuarto de juegos no les pertenece. (Lebo,
1956ª. Pág. 236)
Profesionales
Sin embargo, se necesita más que un estudio de los métodos. Primero, una
apertura al enfoque es posiblemente el factor más importante. En la actualidad,
con los enfoques conductistas recomendados ampliamente para la terapia
infantil, existen muchas personas que vacilan automáticamente ante los que no
son estrictamente conductistas. Se debe estar preparado para considerar
métodos alternativos que demostraron su valor, e interesarse al menos en
ampliar sus horizontes.
Segundo, la calidad del entrenamiento y la supervisión del terapeuta de juego
deben ser buenas. El entrenamiento y la supervisión deben ser rigurosos pero
también deben apoyar para reforzar los esfuerzos del novato en condiciones
extrañas. Debe exigirse apego al método. No debe tolerarse la desviación
hacia otros métodos o formas típicas de tratar a los niños en los terrenos que
la situación requiere. Sólo así "lo requieren" cuando el terapeuta no domina
realmente los métodos básicos o tiene poca convicción acerca de su eficacia.
Es responsabilidad del maestro/supervisor ayudar al terapeuta en formación a
ver el punto principal del dominio, y proporcionarle los medios para hacerlo.
Para que el entrenamiento inicial sea lo más eficaz posible, debe incluir
elementos didácticos y de experiencia. Realizar los métodos previos al inicio
de la terapia con un niño es posiblemente el mejor recurso de aprendizaje
(Carkhuff y Berenson, 1969).
Tercero, el poseer ciertas cualidades personales puede facilitar al terapeuta
de juego su habilidad para aprender y mantener la integridad de la terapia.
Estas pueden hacer la tarea más fácil pero no se consideran esenciales. Por
supuesto, las cualidades más útiles podrían ser un entrenamiento anterior o
un entendimiento empático adquirido de manera natural. El autor agregaría
una actitud no autoritaria hacia el niño como otra cualidad.
Cuarto, la habilidad de autoexploración y receptividad para adquirir
No profesionales
DECISIONES DE PRETRATAMIENTO
cuáles serán los juguetes más apropiados en una determinada ocasión para
una expresión posterior de las necesidades de cada niño.
Ya que la mayoría de los niños entre 10 y 12 años entran en un periodo de
competencia, en el juego realista y el jugar, los materiales de juego deben
estar disponibles. Esto incluye juegos de tiro al blanco de toda clase, miniaturas
de boliche y básquetbol, así como de tablero. Si la habitación es lo
suficientemente grande serían muy útiles las mesas de ping-pong o billar. Sin
embargo, los niños de esta edad no se sienten ofendidos con sacos para
golpear, lodo, madejas de hilo, materiales para dibujo y máscaras,
Si se pueden proporcionar juguetes que permitan el juego en fantasía de
un tipo más maduro, también deben incluirse. Tales juguetes promoverán un
rango más amplio de autoexploración y expresión. Serían ejemplos de ellos,
las grabadoras, equipo "científico" (no de vidrio), estetoscopios y algo más de
equipo médico. Durfee (1952), recomienda el uso de equipo de oficina como
un medio muy productivo para niños de esta edad. Dorfman (1951), propone
que a los niños mayores se les dé a escoger entre jugar en el cuarto o una
oficina de verdad.
No existe ninguna razón para que el juego se confine al cuarto. Si el
terapeuta y el niño prefieren aprovechar un equipo de juego disponible en el
exterior deben hacerlo, si se permite. Pueden sostenerse sesiones en el
exterior aunque se carezca de instalaciones adecuadas. Se podrían sugerir
caminatas, "juegos de calle", incluso, excursiones a lugares donde ambos
puedan interactuar libremente.
Conductas verbales
no pude escucharte por ese camión que pasó. ¿Podrías repetirme lo que
dijiste de tu perro?". O ("role playing") "¿Quieres que yo sea el policía o el
director?". Las evaluaciones y los juicios no deben formar parte de las
respuestas del terapeuta. El empatizar elimina todas las respuestas que se
derivan del marco de referencia de quien responde. El énfasis se hace
sobre la realidad del otro, como lo exprese. El manifestar comprensión
requiere que el terapeuta demore: proporcionar opiniones, apoyo personal con
ejemplos a agresiones o lo que piense que son respuestas positivas en una
conversación ordinaria. Facilitar la expresión de la otra persona no es lo que
se llama un intercambio común de conversación.
Estructuración: A pesar de que se considera que la terapia no directiva
no es estructurada, debe proporcionarse cierta cantidad de información para
que el niño sepa qué esperar sobre el tiempo y el espacio por parte del
terapeuta. La mayor parte de la estructuración se realiza en la primera sesión y
se describirá ampliamente en una sección posterior. Sin embargo, considerar
la estructuración como una categoría de respuesta del terapeuta, se puede
definir como proporcionar información o la disposición del ambiente para
facilitar respuestas apropiadas a la situación por parte del niño. Describe la
estructura interpersonal y física de la sesión: cuánto durará, qué tan
menudo, dónde irá el niño posteriormente, qué hará el terapeuta y qué puede
hacer el niño. La estructuración física se refiere a remover objetos del cuarto
(libros, papeles del terapeuta, etc.), poner cerrojo a una puerta que no debe
abrirse, proporcionar al niño juguetes de interés, revisar que el niño use la
ropa apropiada, etc.
Una vez que el niño comprendió la estructura física e interpersonal básica,
ofrecerá la mayor parte de sus respuestas en relación a preguntas específicas
a ciertas actividades. Por ejemplo:
Niño: ¿Te gusta el fútbol? (En seguida de una secuencia expresiva por un
juego emocionante, con la que el terapeuta ya ha empatizado).
Terapeuta: Esperas que yo también sea un aficionado. (El terapeuta percibe
que desea que le guste).
Niño: Sí. ¿Vas a los partidos del equipo X?
Terapeuta: No, pero los veo por TV los lunes de fútbol, por la noche.
1. Para el niño, ayudan a definir las áreas en las que es libre de opera
La aplicación de límites le asegura al niño que el adulto no es una
persona a quien le interesa poco la libertad, sino que el terapeuta
permite el radio de acción de la libertad. Este tipo de tolerancia tiene
más significado, se toma como un regalo que ofrece alguien que tiene
el poder de quitarlo, pero no lo hace, por el niño.
2. Los límites permiten que el terapeuta permanezca empático y
Los límites del cuarto de juegos deben ser pocos, pero muy claros,
definibles y aplicables. No sería aceptable un límite como "Ten cuidado de
no romper la muñeca". Un límite debe ser explícito en términos de las
conductas esperadas. No se debe decir "No debes lastimarme", si, por
ejemplo, el niño lo pellizcara con un títere de dientes filosos. Se podría decir
"No puedo dejar que me muerdas con el títere". Así, el niño sabe exactamente
lo que está prohibido.
Los límites deben establecerse para el bienestar y la seguridad de ambo
Un niño tiene derecho a resentirse por la falla de un adulto que lo protegió
de algo, que su inmadurez e impulsividad le impidieron verlo como un peligro.
Por ejemplo, introducir algo dentro de un contacto eléctrico. También, se
debe tener la certeza de que la agresión contra sí mismo, el terapeuta o la
propiedad está más allá de la tolerancia psicológica del niño. Si los límites
violan las normas culturales pueden provocar culpabilidad o ansiedad. Por
ejemplo, algunos terapeutas varones toleran que el niño les brinque o golpe en
broma. Sin embargo, dado que tal expresión física puede tener consecuencias
que lo hagan sentirse culpable, debe evitarse, aunque no sea
personalmente aversiva.
Nunca es necesario enumerar la lista de límites. El simple hecho de hacer
que el niño sepa que hay cosas que no se deben hacer, lo prepara para
cuando se introduzca el límite. Algunos niños tímidos y temerosos no
sobrepasan los límites aun cuando se han desinhibido. Por tanto, no es
necesario agobiarlos con ellos. Además enumerarlos hace que, aunque sean
pocos, parezca que son muchos, y difíciles de recordar cuando se agrupan.
El "momento adecuado" de señalarlos es cuando surge la necesidad.
Los procedimientos para la aplicación de límites siguen esta secuencia:
Terapeuta: Estás tan enojado, que deseas romper la regla sobre el micrófono.
Niño: Sí. Puedo hacerlo si quiero.
Terapeuta: Quieres mostrarme quién es el jefe.
Niño: Sí (después se desanima y no se muestra amenazador).
Terapeuta: Estás tan enojado, que tiraste del micrófono a pesar de que sabes
(Algunos terapeutas opinan) que para mejorarse, los niños necesitan, además de
las interpretaciones e "insight", la cordialidad y ternura que se les negó durante su
primera infancia. Sostienen. . . que esto se puede proporcionar de una mejor manera
por parte de un terapeuta que participa cariñosamente y no por quien se concreta a
ser un observador tolerante. Estos terapeutas no dudan en participar activamente en
los juegos de los niños y consideran tales actividades una parte lógica de su "papel
paternal".
Otros terapeutas juegan con los niños para inducir regresión y eliminar resistencia
a la terapia. Intentan ganarse la confianza del niño eliminando la distancia tradicional
entre el adulto y el niño. Intencionalmente devalúan su posición adulta participando en el
nivel del niño dentro las actividades del cuarto de juego... el autor considera que la
terapia se retarda cuando el terapeuta participa ya sea como "padre" o "compañero de
juego". El único papel terapéutico se desempeña mejor cuando el terapeuta mantiene
una relación de no juego con el niño, asegurándose así que la sesión es estrictamente
la hora del niño.... La terapia eficaz debe basarse en un respeto mutuo entre el niño y
el terapeuta sin que éste abdique a su papel terapéutico de adulto. (Ginott, 1961, s
págs. 92 y 93). e
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D. R. © Instituto Universitario Carl Rogers, 2013 48 s
m
Terapia de juego
para el niño.
Existe una pregunta respecto a la participación del terapeuta: ¿Cómo se
puede ser empático, rápido para responder después del niño y aun jugar o
tomar un papel?
Nuestra posición es que, dado que el niño dirige la sesión, debe dirigir al
terapeuta para participar dentro de los límites legítimos de ésta. El seguir esta
posición hace posible desempeñar papeles y jugar con el niño sin provocar
conflicto. El terapeuta sigue al niño durante la participación y puede solicitarle
información si es que le pidió desempeñara algún papel pero no explicó cómo.
La siguiente secuencia trata de aclarar este punto:
En ocasiones los niños comunican rápidamente cómo debe ser el juego para
satisfacer sus necesidades. Es obvio, que si se asignan todos los triunfos, el
propósito del juego es aniquilar al terapeuta. Lo mismo sucede si en un juego
de tiro al blanco, el niño se coloca cerca de él pero ubica al terapeuta más
lejos. Sin lugar a dudas debe actuarse sobre la necesidad de ganar del niño.
Se aconseja al terapeuta que juegue en una forma casual si se carece de
este tipo de claves tan obvias o si la información es confusa. Esto significa
que el terapeuta no está compitiendo realmente con el niño. Sin embargo,
tampoco trata de perder. En un juego de "gato" el terapeuta debe escoger los
lugares obvios pero no debe esforzarse por encontrar el que lo hará ganar.
Además, si el niño insiste en que el terapeuta se esfuerce debe hacérsele
caso. Una vez claras las direcciones del niño, deben seguirse lo mejor posible.
Terapeuta: Quieres hacerlo mejor que yo, de una manera u otra (y después, si
esto continúa) —
Primera sesión
Primeras sesiones
Durante las primeras sesiones, el niño va a explorar las realidades del tiempo
de juego, al terapeuta como persona, y a sí mismo con relación a este
ambiente social diferente. Es en esta ocasión, cuando se van a probar los
límites y cuando pueden surgir las conductas agresivas. Los niños
dependientes trabajarán en sus necesidades para buscar seguridad y dirección.
El terapeuta debe continuar reafirmando que lo que cuenta es la dirección del
niño, y no debe inferir que las indecisiones significan que necesita la dirección
del adulto para jugar, sino que en ese momento el niño carece de los recursos
para iniciar el juego sin ayuda. Alternativamente, el niño puede desconfiar del
adulto que no le proporciona una retro alimentación ni sutil ni directa indicando
posteriormente que la dirección del niño no era la que el adulto deseaba. Los
niños necesitan aprender que el adulto en realidad no los juzgará o criticará, y
entonces serán libres de usar sus propios recursos latentes.
En ocasiones, si a un niño se le privó de estimulación antes de las sesio-
nes, o se le intimidó por adultos, puede ser necesario iniciar algunos juegos
abiertos. El terapeuta puede retirarse tan pronto como sea apropiado.
En este periodo es necesario que el terapeuta estructure activamente su
propia identidad para el niño. Si el niño juega en silencio, iluminando quizá, el
terapeuta debe permanecer atento, interesado y hacer comentarios sobre el
proceso, aunque el niño no haya dicho nada. Un comentario sobre el proceso
sería, "Estás pensando qué colores quieres usar ahí", o "Escogiste el negro
para ese".
Sesiones intermedias
Sesiones posteriores
ILUSTRACIÓN DE UN CASO
SESIONES DE JUEGO
DISCUSIÓN
INVESTIGACIÓN EVALUATIVA
tiempo que el libro de Axline en 1947. Realizado por Fleming y Snyder (1947),
analizaba la terapia de juego de grupo, comparando niños inadaptados con un
grupo control de niños normales. Los niños del grupo control no mejoraron en
las medidas de los criterios, que incluían dos métodos sociométricos, mientras
que los niños en tratamiento sí lo hicieron.
Cox (1953), seleccionó dos grupos similares de niños que vivían en un
orfanato (un ambiente controlado). Un grupo recibió terapia de juego centrada
en el cliente por 10 semanas. Las comparaciones pre-pos de la Prueba de
Apercepción Temática (T.A.T.), y las medidas sociométricas revelaron cambios
significativos en el grupo de tratamiento, el grupo control no mostró ningún
cambio. Dado que su ambiente era tan similar como es posible en los estudios
clínicos, la terapia era el único factor al que se le podían atribuir los cambios.
Con una serie de estudios controlados, muchos de los que hacen a un lado el
aspecto que podría aclarar las dudas sobre la eficacia en relación con los niños
sin tratamiento, los terapeutas centrados en el cliente pudieron demostrar que
tienen lugar de manera consistente ciertos cambios positivos en la terapia para
niños de edades entre tres y diez años, aun cuando quienes proporcionan el
tratamiento son terapeutas sin experiencia y no profesionales. Los cambios
positivos que se producen en la terapia de juego centrada en el cliente
quedaron establecidos. La duda que vamos a tratar ahora es si las mejoras
tienen más o menos oportunidad de suceder en la terapia no directiva que en
otras terapias efectivas.
Si es difícil conducir la evaluación de la terapia con grupos control (y los
terapeutas centrados en el cliente lo han hecho realmente bien en este nivel),
es aún más difícil encontrar muestras comparables de niños que hayan tenido
terapeutas competentes en tratamientos diferentes y apropiados para realizar
análisis comparativos. Aparte de los problemas logísticos al conducir tales
estudios, el mayor problema es el terapeuta deseoso de someter su enfoque
favorito a comparación con otros. En forma ideal los niños deben asignarse al
azar al tratamiento que se va a evaluar. Con esto surge la cuestión de la
semejanza de tratamiento, un tema que disfrutan la mayoría de los clínicos.
Debe aclararse que los estudios evaluativos sólo deben comparar los
tratamientos que se demostraron como viables para las poblaciones clínicas en
cuestión. Por tanto, la ética y lógica de asignar el tratamiento no se violará. A
pesar de qué tanto puedan cooperar los terapeutas para los propósitos de
evaluación no se cuestiona qué tan difícil pueda ser la aplicación de algunos
estudios comparativos. El mantenimiento y desgaste de las condiciones
genuinas de tiempo, factores externos y otros relevantes, difíciles de controlar,
que prevengan la recolección de resultados no controversiales. Si se llegaran a
repetir estos estudios, aunque sea de manera imperfecta, pero mínimamente
RESUMEN Y CONCLUSIONES
exigencias excesivas por parte del adulto. Pero aun esto, vale la pena como
la comedia básica de un adulto que asume, por ejemplo, el papel de un niño
superobediente. En ocasiones el niño se "convulsionará" de risa dando
inmediatamente respuestas de afecto, verbales y/o físicas. Es maravilloso
para ellos tener alguien con quien puedan expresarse y seguir siendo
aceptados.
La introducción de esta sección se escribió con el deseo de que el lector
sienta la cordialidad, involucración y congruencia básicas que forman parte
de este enfoque. Sin embargo, a medida que se presencia tan expresiva
sesión, se darán cuenta que la participación en vivo del terapeuta, en
realidad está controlada y siempre centrada en el niño, además, armonizada
con su comunicación. A su vez, estas conductas del terapeuta estimulan una
mayor expresividad en el niño. No se trata de "jugar simplemente" sino de un
juego muy especial, cognoscitivo y receptivo que sólo puede parecer
espontáneo con un terapeuta hábil.
Si el lector observara a un terapeuta en particular, realizar varias sesiones
con diferentes niños, notaría que su estilo es el mismo siempre, pero que el
juego de los niños es extremadamente variable. También será evidente que
las diferencias en el contenido de la sesión están en función de los niños.
Un examen sobre el proceso revelaría al observador que existen dos
rasgos que diferencian la terapia centrada en el niño de la mayor parte de
las otras clases de terapia infantil. Primero, es un enfoque que no requiere
métodos diferentes para los distintos problemas que presenta el niño y es
eficaz frente a un amplio rango de problemas, incluyendo los graves. Sin
embargo, también se puede usar para propósitos preventivos, para
maximizar lo que parece ser un desarrollo adecuado (Baruch, 1949), ya que
se tiene el concepto de que el proceso terapéutico optimiza el crecimiento
hacia la madurez desde donde sea que se encuentre actualmente. Para
hacerlo más sencillo, se puede decir que este enfoque se ve como promotor
del proceso de crecimiento y normalización. Si el niño es demasiado
agresivo, el tratamiento lo alentará a suspender ese incremento de conductas
inadaptativas y no mejoradas del yo. Y así ésta irá con el niño que se
encuentra aislado. Las condiciones terapéuticas crean una atmósfera que
permite al niño abandonar lo inapropiado y conducirse hacia la norma (es
decir, la que es adaptativa a su autodesarrollo dentro de sus propias
realidades ambientales).
El segundo rasgo es que el terapeuta depende del niño para dirigir este
proceso a su propio paso. El terapeuta hábil establece las condiciones
terapéuticas de comprensión, aceptación, congruencia, cordialidad y límites
conductuales empáticos. Así mismo, debe estimular al niño para expresarse y
al mismo tiempo para que aprenda los procesos de autocontrol. Esto último
surge en parte de los aspectos límite impuestos en las sesiones.
Si el terapeuta no se apega a los principios del enfoque y, por ejemplo,
trata de dirigir las conductas y discusiones del niño, en formas que considera
útiles, no se usará todo el potencial del método y se alcanzarán menos
efectos completos. Tal práctica indicará al niño que la "dirección del terapeuta
es la mejor" y se mostrará reacio a depender de él, tal como el terapeuta se
mostró reacio a depender del niño. Así, manipular la expresión del niño en un
intento por acelerar el proceso sólo servirá para interferir con la terapia. El
niño percibirá que el terapeuta hace juicios sobre su conducta en la sesión. Por
lo que, el niño controlará consciente o inconscientemente sus expresiones
para complacer (o frustrar) al terapeuta. El autodescubrimiento y la expresión
se obstaculizarán.
Esto no es porque algunas "autofuerzas para el crecimiento" se destruyan,
sino que el enfoque centrado en el cliente es un sistema integrado, un
complejo de fundamentos y procedimientos diseñados para permanecer
juntos. Si se usa como un sistema puede tener un impacto tremendo sobre
todos los aspectos significativos del desarrollo de la personalidad. Si sólo se
usan algunos métodos del enfoque, las técnicas se tornarán mecánicas y
aisladas. Un sistema no es completamente funcional a menos que se use en
su totalidad.
Sin embargo, uno no necesita ser sólo un terapeuta centrado en el cliente,
padres otro sistema de terapia que integra los enfoques conductual y centrado
en el cliente, en un programa sistemático de entrenamiento, en el Consultation
Center en Pennsylvania State University. Se conoce como Mejoramiento de las
Relaciones (Guerney, 1978). Nosotros vemos tales métodos como ensayos
conductuales y entrenamiento asertivo, cuando se utilizan después de las
sesiones centradas en el cliente, como los medios más eficaces para
proporcionar las habilidades para implementar los "insights" y objetivos
recientemente definidos para clientes cuyas defensas han hecho a un lado y
mejorado o elevado sus autoconceptos a través de la terapia centrada en el
cliente. Creemos que esta última es la más eficaz y eficiente para hacer a un
lado las defensas y construir una imagen positiva del propio potencial. Una
vez removida la "defensa" deben adquirirse nuevas habilidades para permitir
conductas consistentes con las nuevas percepciones y metas.
La necesidad de enfoques adicionales es mayor para los adolescentes y
adultos en terapia verbal, que para los niños en terapia de juego. Si se permite
a la terapia centrada en el cliente seguir su curso total, el niño puede
perfeccionar conductas más adaptativas a través de su juego.
Desde nuestro punto de vista, muchos enfoques terapéuticos tienden a
desarrollar técnicas o procedimientos que no siguen sus principios. Por el
contrario, algunos de ellos se reflejan poco en los métodos que se usan. El
cambio terapéutico se puede explicar por diferentes teorías, por ejemplo, es
posible explicar el éxito de los métodos centrados en el cliente en términos
de la teoría del reforzamiento, de la misma manera que Dollard y Miller
(1950), lo hicieron con los fenómenos freudianos en términos de la teoría del
aprendizaje.
Si los fenómenos terapéuticos se pueden traducir a términos de las
teorías opuestas, y los terapeutas entrenados las pueden ejecutar bien,
siempre que mantengan la integridad de los enfoques respectivos, entonces
¿existen diferencias reales entre los enfoques excepto en las técnicas?
En nuestra opinión las diferencias fundamentales entre los enfoques
descansan en el método de tratar las defensas psicológicas (los fenómenos
1.3
TERAPIA DE JUEGO FAMILIAR
Merle D. Griff
HISTORIA E INTRODUCCIÓN
por Irwin y Malloy (1975) y la Escultura Familiar por Simón (1972), involucran a
las familias en una situación de juego durante alguna parte de la sesión y han
demostrado ser exitosas. Sin embargo, hasta este punto, la técnica del juego
se consideró subordinada a la terapia individual tradicional y se utiliza como un
auxiliar secundario en la evaluación terapéutica de los problemas familiares
proporcionando "insights" que sirven como una base para la discusión posterior
al periodo de juego.
D. Safer (1965), al introducir la Terapia de Juego Conjunta reenfocó su
atención a la conversación y dicusión como el objetivo principal de la sesión
que al juego en sí. Safer requiere que tanto ambos padres como él participen
en las actividades de juego seleccionadas por el niño en forma espontánea y
al azar. Percibió su papel como activo y directivo y consideraba que las técnicas
de tratamiento más importantes eran la demostración, educación e
interpretación. Al igual que la terapia de juego, esta corriente de tratamiento
implica un proceso fluido y progresivo.
ANDRAGOGÍA
PROCEDIMIENTO
OBJETIVOS Y CONTRATOS
PLANEACION DE ACTIVIDADES
DATOS CLÍNICOS
PLANEACION
AGRESIÓN EN EL JUEGO
Al inicio de la primera sesión, Terry entró en el salón, echó un vistazo rápido a
todos los juguetes e inmediatamente tomó la pistola y la funda. Sonrió
ampliamente pidiendo al autor que lo ayudara a colocarse la funda. La Sra. R.
suspiró y en seguida dijo que ella lo haría, tomó la funda, se inclinó hacia su hijo y
procedió a colocarla retrocediendo tres veces consecutivas. Este patrón se repitió
hasta la quinta sesión en que finalmente logró al primer intento colocar la funda
correctamente, también participó en el juego con pistolas, por primera vez.
Cuando Terry jugaba con las armas, la Sra. R. intentó desviar su atención hacia
otros juguetes aunque casi siempre fracasaba en ello. En la primera sesión, la Sra.
R. intentó que Terry construyera un fuerte con los bloques y en este momento
declaró su propia incapacidad para hacerlo, aunque esto fracasó. Cuando era
imposible evitar ese tipo de juego trató de estructurar su propia ansiedad y, de
este modo, su juego. En la segunda sesión, cuando Terry disparaba hacia el reloj
de pared, ella procuró estructurar este episodio de "juego agresivo" insistiendo en
que disparara al número uno y después al dos. Cuando Terry no pudo seguir sus
peticiones, se volvió hacia el autor diciendo: "Creo que todavía no sabe los
números".
En la tercera sesión el autor participó con Terry jugando a "policías y ladrones". La
Sra. R. se alarmó e interpretó su aceptación a la agresión de Terry como una
traición personal. Cuando se presentó a la sesión de asesoría esa semana, estaba
muy enojada. Los puntos principales de su discusión fueron:
1. En general, ¿por qué este despliegue de la tan llamada agresividad le
causaba tanta ansiedad?
2. ¿Qué relación tenía el despliegue de agresividad de Terry, en su juego, con
su propia historia de maltrato físico por parte de su padre y esposo?
3. ¿Veía el juego agresivo de Terry como un despliegue del mismo tipo de
agresividad expresado en sus arrebatos anteriores?
4. Una discusión de agresión "normal" dentro del "juego común de los niños".
COMENTARIOS Y DISCUSION
IDEAS DE INVESTIGACIÓN
La presentación de esta técnica fue más bien cualitativa que cuantitativa. Dado
que la Terapia de Juego Familiar se diseñó para utilizarse junto con otros tipos
de intervenciones terapéuticas, será necesario idear un sistema de evaluación
capaz de averiguar qué tanto del cambio conductual fue un resultado directo
de estas sesiones y qué tanto se debió a otras intervenciones. Utilizando los
métodos de la terapia ocupacional, se pueden idear estudios que sigan la
misma línea para la Terapia de Juego Familiar que determine los efectos
diferenciales de los componentes de tales actividades en el grupo e individuo.
RESUMEN
1.4
TERAPIA DE JUEGO RAZONABLE
Crocker Peoples
que hacer es entrar y jugar con el niño". Ella contestó, "¿sólo tengo que jugar con
él?". Seguimos discutiendo su participación con el niño en lo que se le presentaba
como una nueva perspectiva, libre de la carga de "actuación experta" que la
preocupaba.
El caso es que, la terapia debe, sobre todo, involucrar al juego y esto parece que
se ha perdido de vista, no sólo por mi alumna. Los niños comunican, realmente,
cosas importantes de ellos a través del juego y en general, lo hacen en forma más
libre y fácil que por medio de la verbalización directa.
La terapia de juego difiere en algunas formas importantes del juego natural y
espontáneo. La más importante, desde la perspectiva de esta posición, es la
presencia y participación de un terapeuta en la situación de juego. El que ocurre
naturalmente puede tener propiedades que inducen al crecimiento o restauración,
pero en terapia este proceso se guía y facilita por la intervención de un terapeuta
hábil.
Hace aproximadamente 25 años, cuando empecé a estudiar terapia de juego,
existían pocas posiciones teóricas bien definidas, y descubrí que las ideas
rogerianas interpretadas por Virginia Axline eran compatibles con algunas de mis
convicciones. El optimismo en la formulación de Rogers me agradó y ayudó a
definir a algunos niños problema de manera satisfactoria. Relacionarse con estos
niños en la forma permisiva e indulgente que Rogers y Axline postulaban era, en
ocasiones, más difícil que formular los problemas desde una perspectiva
rogeriana. Se me dificultó mantener consistente el grado de santidad que Axline
parecía defender.
Una mayor experiencia y una perspectiva teórica más amplia me permitieron
modificar mi práctica y enseñanza de la terapia de juego. En tanto que Axline
había insistido en que el niño siempre debería conducir la situación de juego, me
pareció más eficaz que el terapeuta fuera el conductor, en ocasiones. Es posible
realizar esto y seguir preservando el valor personal básico del niño. Para esto se
requiere que el terapeuta comprenda y tenga una idea clara de cómo necesita
cambiar el niño. Yo deseaba cada vez más tomar este tipo de decisiones, o
cuando menos ser más sincero al hacerlo. Menciono esto con el cargo de
LOGÍSTICA
El escenario y los materiales para la Terapia de Juego Razonable no son
excepcionales para este tipo de actividad. Una habitación diseñada y equipada
específicamente para el juego es lo más aconsejable, aunque la terapia se puede
aplicar en otros escenarios menos especializados. Los materiales necesarios son
los objetos comunes de juego, mientras menos especializados o para un "sólo
propósito", mejor. También son aconsejables una caja de arena y un lavabo, pero
no esenciales. Se recomienda, ampliamente, contar con un lugar para almacenar
los juguetes y materiales con el fin de conservarlos en orden. El piso y las paredes
deben ser fáciles de lavar y tenerse a mano el equipo necesario para la limpieza,
de preferencia dentro de la habitación. Lo anterior con la intención de realizar una
limpieza relativa, no a fondo.
o junto con la familia, uno o ambos padres, y quizá, también, otro terapeuta. En
casos muy raros es apropiado trabajar únicamente con el niño. Casi siempre, se
prefiere el enfoque para trabajar, además, con uno o ambos padres. Es preferible
incluirlos en la intervención y debe hacerse siempre que estén dispuestos. Por lo
general se debe ver a los padres por separado y las sesiones deben centrarse en
producir formas más eficaces para relacionarse con el niño. Esto no impedirá que
se traten otros temas que se conviertan en importantes y relevantes.
TRABAJO PRELIMINAR
El carácter privado y confidencial de las sesiones con el niño se mantiene bajo
ciertas salvedades. En mi escenario de enseñanza se le informa al niño que se le
observará y tal vez se filme durante las sesiones de juego. (Esta advertencia es
muy necesaria en nuestras instalaciones, ya que las cámaras están en el salón de
juego y el niño percibe el zumbido y movimiento al seguir la acción. Esta actividad
se vuelve rápidamente común y evidentemente no distrae al niño). Aunque él no
puede opinar sobre estos arreglos, generalmente los acepta sin preocupación. Por
supuesto, el terapeuta está obligado a manejar todas y cada una de las
anotaciones de las sesiones individuales y la intervención global de acuerdo a
imperativos éticos.
Antes de comenzar la terapia con el niño o quienes participen en la
intervención, debe desarrollarse una comprensión del problema. La "preparación
del diagnóstico" puede ser tan sencilla como una entrevista con uno o ambos
padres, pero debe incluirse al niño. La administración de uno o más
procedimientos formales de diagnóstico puede ser apropiada. El terapeuta
conservador requerirá que un médico examine al niño para descartar cualquier
explicación médica de la conducta problema.
pueda realizar solo. Esta actividad también debe despertar la curiosidad del niño.
Con una planeación atinada y aplicación adecuada, podrá, una vez más, hacer
que el niño se entregue al juego productivo.
Es esencial una aplicación consistente de los límites establecidos. Aunque el
terapeuta no se encuentre en guardia debe anticiparse a cualquier desafío y estar
preparado para tratar con él. Al niño no se le puede forzar a hacer nada excepto
permanecer en el salón por el tiempo establecido. El terapeuta u otro cuidador lo
debe llevar al baño y ofrecerle un vaso con agua antes de comenzar la terapia. Se
puede pensar que cualquier niño con un autocontrol normal no tendrá necesidad
otra vez de esto hasta que haya terminado la sesión. Si un niño "tuviera un
accidente" sería adecuado que el terapeuta mostrara cierta conmiseración por la
incomodidad subsecuente del niño, pero debe insistir en que permanezca en el
salón hasta que termine el tiempo estipulado. Esto es consistente con la
expectación general de que se le debe ayudar a aprender a experimentar las
consecuencias naturales de su conducta.
importancia de la aceptación del terapeuta, éste puede iniciar un papel más activo
en la terapia. En esta etapa es apropiado el modelamiento.
El terapeuta comienza a entender qué sentimientos necesita aprender a
manejar el niño más adecuadamente, qué situaciones le provocan problemas
particulares, y otros. El terapeuta puede instruir eficiente y directamente al tino
acerca de conductas adaptativas a través del modelamiento. Un sin número de
proposiciones y planes específicos facilitarán esta actividad, inclusive los títeres de
dedal, familias de muñecos, barro para modelar, "Play-Doh", por mencionar
algunos. También es posible utilizar equipo deportivo convencional para un
crecimiento más terapéutico, después se dará un ejemplo.
La parte final de la Terapia de Juego Razonable se caracteriza por ayudar que
el niño consolide los logros adquiridos. Aquí se podrían introducir ensayos
explícitos de la conducta deseada, acompañados de descripciones verbales,
justificaciones y explicaciones de estas conductas como apropiadas. Debe tenerse
mucho cuidado de que toda la conversación se lleve a cabo en un nivel que el niño
entienda. El lenguaje a emplear es el cotidiano y la jerigonza debe evitarse.
El terapeuta y el niño
A la vez que dirige las actividades de cada sesión, definiendo y estableciendo
imites, creando y manteniendo una atmósfera terapéutica eficaz y conservando
una comprensión continua del niño, el terapeuta también es responsable de actuar
como un ser humano verdadero. Esto significa que debe responder en forma
apropiada a los sentimientos que experimenta. La Terapia de juego Razonable
está diseñada para ser justa tanto para el terapeuta como para el niño. Ninguno
debe sufrir a manos del otro, y esto incluye la libertad le expresar sentimientos
honestos de la misma manera. La justicia así lo requiere para ambos.
Esta clase de transparencia del terapeuta representa una gran diferencia con
la práctica tradicional. Este procedimiento tiene una doble justificación, limero que
nada, el niño necesita entender claramente la naturaleza y magnitud de los
sentimientos que estimula en otras personas. Esta comprensión se da mejor
cuando el terapeuta muestra tales sentimientos sin error. Además, el terapeuta es
terapeuta Sandra, era joven, cuidadosa y muy cariñosa, y disfrutaba con las
fantasías de Tommy. En éstas él era un "hombre biónico" con muchos poderes.
Estas capacidades especiales iban más allá de la fuerza física e incluían recetas
singulares que sólo él conocía para producir una variedad de brebajes, cuyos
ingredientes principales eran arena, agua y pintura seca. Durante el proceso de
mezclar estos ingredientes Tommy y Sandra hacían mucho desorden en el salón
de juego. Después de una de estas ocasiones, cuando llegó el momento de
limpiar, Tommy sencillamente se rehusó, le pegó a Sandra en la cara con el saco
de golpear, tomándola completamente por sorpresa, y salió de la habitación. Ella
quedó perpleja, sin control de la situación, y aseó sola el salón de juego.
En la siguiente sesión, Tommy y ella hicieron lo mismo, pero en esta ocasión
Sandra le indicó que después de asear el salón, irían a ver la filmación de la
sesión. Esta idea agradó al niño quien sostuvo algunas de sus pinturas frente a
una de las cámaras. Después hizo su parte en la limpieza sin la menor queja.
Luego de ver por algunos minutos la película de la sesión, de pronto Tommy
se puso rígido y dijo que estaba "ciego y congelado". Comenzó a caminar,
chocando con las paredes y diciéndole a Sandra que no la encontraba. Ella lo
llamaba, dirigiéndolo hacia dónde ir y dar vuelta pero él no se le aproximaba. En
cierto momento se acercó relativamente a ella, quien lo tomó y abrazó diciendo, "
¡Aquí estoy!" a lo que el niño contestó " ¡Me descongelaste!" Después se fue
silenciosamente con su mamá.
Del ejemplo anterior se deduce que los esfuerzos al establecer límites no
siempre funcionan, pero el fracaso puede evitarse con una planeación cuidadosa,
tampoco quiere decir que si se fracasa una vez todo esté perdido. Sandra persistió
y continuó proporcionando aceptación y comprensión a Tommy. Percibió que la
fascinación de Tommy por las fantasías omnipotentes reflejaban su viva sensación
de impotencia ante la desintegración familiar y cooperando eficiente y
"realistamente" le mostró su comprensión. Ella reconoció específicamente la
fuerza y originalidad de Tommy a la vez que comprendía y satisfacía sus
necesidades de protección. También respondió a sus necesidades indirectas y
disfrazadas de contacto físico en una forma muy directa, sincera y de aceptación.
Melvin era un niño de siete años que causó gran aflicción a su padre porque
se ponía los vestidos y zapatos de tacón alto, que ya no usaba su madre, y salía a
caminar por el jardín. Al mismo tiempo, Melvin se mostraba reacio a jugar con los
demás niños del vecindario, incluyendo a su hermano John de nueve años.
Afirmaba que aquellos jugaban muy rudo y no conocía los juegos como el béisbol.
Jim, el terapeuta, decidió hacer una intervención sincera después de hablar
con el terapeuta que se les asignó a los padres. Después de establecer una
relación de ayuda razonable con Melvin, Jim procedió a enseñarle "cómo ser un
niño". Esto incluía hacer que Melvin se entregara a juegos cada vez más vigorosos
en el salón, culminando con luchas suaves. Jim se dedicó a desarrollar una
versión modificada del "Rey de la Montaña" dentro de las restricciones físicas del
salón. Después de esas actividades, trabajaron dentro y fuera del salón de juego
tratando de desarrollar habilidades específicas en béisbol y fútbol. Comprobó que
Melvin era apto y se convirtió en poco tiempo adecuadamente capaz en los dos
juegos.
Durante las sesiones de Melvin, a sus padres se les atendió en asesoría. Se
les dieron instrucciones para permitir y alentar a Melvin a ser más "niño" en la
casa, lo que incluía instruir específicamente a la madre para que dejara de
llamarlo "mi niñita". Tal hábito desafortunado lo adquirió cuando Melvin era muy
pequeño porque deseaba una niña antes del nacimiento de éste. Ella accedió a
dejar de hacerlo cuando se le señalaron las consecuencias. Otras sugerencias
que se les hicieron fueron que Melvin participara con más frecuencia en las
actividades de su padre, lo que éste había evitado por temor a la desaprobación
de su esposa. Después de nuestra conversación ella deseaba que Melvin y su
esposo lo hicieran.
En el ejemplo anterior, la función de enseñanza y modelamiento de la Terapia
de Juego Razonable puede verse claramente. Esto también requiere que los
padres tengan una nueva comprensión de sus papeles y accedan a cambiar
algunas de las respuestas hacia su hijo. De hecho no sólo acceder, sino realmente
hacer los cambios dentro de su vida familiar. Todo esto se hizo y con muy buenos
resultados.
NOTA FINAL
La Terapia de Juego Razonable puede ofrecer contribuciones únicas para trabajar
con niños con problemas. La mayor parte de las diferencias con la terapia
tradicional son relativamente modestas, pero su impacto total puede ser
considerable. El trabajo con los niños puede estar bien formulado sobre la base
del entendimiento empático que se recomienda en esta posición, y la intervención
total puede ser relativamente breve y eficaz. El énfasis que se hace sobre la
justicia y equidad para todos los que participan parece tener un gran atractivo,
relacionado, sin duda, a la cultura más amplia que todos compartimos. El
terapeuta lo suficientemente audaz para emplear esta terapia aprenderá a sentirse
a gusto con la libertad inherente al papel que desempeña, a la vez que acepta las
responsabilidades concomitantes. A pesar de que estas expectativas son
exigentes, el aprender a enfrentarlas es proporcionalmente estimulante.
II
2.1
CANTOS, JUEGOS Y RITMO
Actividades lúdicas (individuales y grupales) relacionadas con el arte, el ritmo, la
música y la creatividad.
2.2
OBSERVACIÓN DEL JUEGO Y DIAGNOSTICO PSIQUIÁTRICO
INTRODUCCIÓN
TÉCNICA
La entrevista diagnóstica de juego parece particularmente importante para los
niños antes de que encuentren salidas más estructuradas o adultas. Los juegos y
deportes de niños mayores tienen metas restrictivas y reglas requiriendo menos
autoexpresión y mayor habilidad. La entrevista verbal se vuelve más relacionada y
fructífera después de la edad mental de siete, cuando las habilidades verbales, la
memoria y la sofisticación social comienzan a desenvolverse. Cerca de los 10
años, un niño puede considerar que la observación no estructurada del juego
diagnóstico es protectora. Por ejemplo, el uso de títeres considerado como un alto
valor comunicativo y de empatia se juzgó como menos eficaz que la entrevista al
separar un grupo de niños perturbados de un grupo control entre las edades de
siete y nueve años (Graham, 1979). Sin embargo, es útil para los niños hasta la
pubertad la observación naturalista de tareas estructuradas con ciertas cualidades
de juego.
La observación del juego debe ser terapéuticamente útil en un estilo
consistente con los niveles crecientes del diagnóstico psiquiátrico moderno.
Además debe establecerse la suficiente confiabilidad. Casi ningún estudio ha
incluido medidas del factor de acuerdo. Revisaremos los estudios que han
señalado al menos cierta preocupación por la confiabilidad y validez.
La mayor parte de los estudios sistemáticos del diagnóstico del juego, han
examinado actividades específicas de éste que se adaptaron a diagnósticos
particulares. No existen protocolos de diagnóstico válidos que se apliquen a niños
clínicos al azar. Lo que veremos después es una revisión de la literatura sobre el
uso del diagnóstico del juego con niños normales, para una clasificación clínica
general y para el diagnóstico de autismo, retardo, hiperactividad, agresividad y
trastorno en la identidad sexual.
NIÑOS NORMALES
AUTISMO Y RETARDO
Los niños retardados y los normales de la misma edad mental (3.3 años) se
compararon en una observación de juego libre, la que se clasificó después
sobre una escala de organización de conducta de juego (Hulme y Linzer,
1966). No hubo diferencias en la elaboración del juego libre o en la habilidad
para ordenar objetos (cuentas), sin embargo, las respuestas de lenguaje, la
retención de los modelos y la habilidad para corregir errores en la construcción
de modelos fueron inferiores en los retardados. Clínicamente, las entrevistas
de juego a menudo no son confiables en la evaluación de los niños retardados
y este estudio sostiene el uso de otras técnicas para identificar a estos
pacientes.
En una comparación de niños retardados, autistas y normales, la mayor y
más discriminada diferencia fue el uso "combinatorio" de los juguetes (Tilton y
Ottinger, 1964; Weiner y cols., 1969). Esto se definió como colocando los
juguetes juntos, como en la construcción con bloques, cargar un camión con
cosas o colocar una taza sobre un plato. Los autistas fueron los más
deficientes en esta área. Su juego también incluyó manipulaciones repetitivas
y masticación inapropiada de juguetes. Freeman y cols, (en prensa) hicieron
una comparación sistemática de observaciones de juego de niños autistas,
retardados y normales cuidadosamente diagnosticados equiparados por edad
cronológica. Recurrieron a la Escala de Observación Conductual para registrar
la frecuencia de una amplia variedad de actividades. Encontraron que las
conductas que diferenciaban a los normales de los autistas y retardados eran
las muecas, olfateo, contacto visual disminuido, menos sonrisas sociales,
conducir adultos de la mano, ignorar al examinador, balbucear, habla
comunicativa, juego de pelota desviado. Las conductas autistas vistas con
poca frecuencia en los otros dos grupos fueron repetición de sonidos, cubrirse
los oídos, mirar las manos, escrutinio de detalles visuales, frotar superficies,
juego inapropiado del trompo, palmadas, chasquees, giros y caminar de
puntillas. Los autores señalan el significado clínico de las conductas solas o
los cambios de síntomas con la edad mental del sujeto. Sin embargo,
HIPERACTIVIDAD Y AGRESIVIDAD
Muchos niños hiperactivos considerados como intratables por sus padres y
maestros se muestran tranquilos en la visita inicial al consultorio del médico.
Algunos estudios han tratado específicamente este aspecto.
Routh y cols. (1974), dividieron con cinta sobre el piso un pequeño cuarto de
juegos en cuatro secciones. Mostraron que la cantidad de actividad marcada con
la cinta disminuía con la edad en niños normales. Los hallazgos en este estudio
pueden utilizarse como niveles normativos de edad. Kantosky (1976), adoptó este
enfoque y confirmó la observación frecuente en el salón de clases de que los
niños hiperactivos sobresalen más entre sus compañeros durante el juego
restringido y actividades de clase que durante el juego libre.
Roberts (1979), buscó discriminar entre tres grupos de niños perturbados:
hiperactivos puros, agresivos puros y agresivos e hiperactivos combinados. A
pesar de que este proyecto se diseñó para facilitar la investigación sobre estos
trastornos a menudo confusos, tiene aplicaciones clínicas potenciales en el
sentido de que la hiperactividad y el déficit de atención por sí solo (no la
agresividad) pueden aliviarse con medicamentos estimulantes. La agresividad
también habla en nombre de un pronóstico relativamente malo pero raramente se
exhibe en los confines intimidantes de una oficina extraña. Las observaciones de
laboratorio y de casa no han proporcionado clasificaciones discriminatorias
satisfactorias (revisado en Roberts, 1979).
Se hicieron diagnósticos clínicos cuidadosos. Roberts observó el juego libre y
IDENTIDAD SEXUAL
DISCUSIÓN
Para los niños en edad escolar existen entrevistas diagnósticas válidas que
permitirán la investigación en el diagnóstico de la psiquiatría infantil. Una de
ellas se basa en los criterios del DSM III (Herjanic y Campbell, 1977). Otra es la
que se diseñó para la Organización Mundial de la Salud (Rutter y cols., 1975).
Ninguna de ellas trata los problemas particulares de la entrevista diagnóstica de
juego.
En forma deliberada hemos omitido el proceso clínico, intuitivo, generador de
hipótesis que estas entrevistas proporcionan. Además, el contraste entre los datos
del juego y los antecedentes obtenidos de los padres y del maestro proporcionan
información útil sobre la plasticidad y reactividad del niño. Hay lugar para realizar
suficientes investigaciones que confirmen la utilidad de técnicas de juego
particulares para identificar problemas en los niños pequeños. Surgen ciertos
puntos particulares a partir del limitado número de estudios.
No existen entrevistas de juego estandarizadas para indicar un síntoma
específico o que señalen un diagnóstico particular. Por lo que es aconsejable
obtener una ligera idea del diagnóstico a partir de informes verbales y después
aplicar las técnicas descritas para cada área de la patología. La formulación de
preguntas o hipótesis para comprobación parece ser lo más fructífero. Durante
las entrevistas de juego se debe dar oportunidad a los niños de mostrar:
2.3
TERAPIA DE JUEGO EN ESCENARIOS DE ESCUELAS PRIMARIAS
Garry L. Landreth
INTRODUCCIÓN
Debe comprenderse a los niños desde una perspectiva del desarrollo. Las
palabras son abstracciones y por lo mismo a menudo son extrañas para el niño
terapéutico... La actividad del juego. . . debe ser siempre reconocida como una
variedad compleja distorsionada de las expresiones conscientes e inconscientes
del niño (Amster, 1943, pág. 68).
Amster (1943, págs. 62 a 67) listó seis usos del juego en el escenario de la
terapia:
ASPECTOS TÉCNICOS
La mayor parte del personal escolar y muchos padres de familia reaccionan con
ansiedad y aprensión al término "terapia" porque no comprenden lo que éste
significa. Para ellos es sinónimo de "severidad" y "problemas psicológicos
profundos". Por tanto, es recomendable que se refiera a este término con algún
otro que ocasione menos reacción. Se le puede llamar programa de medios de
juego, consultoría con juguetes, crecimiento emocional a través del juego o algo
similar. El terapeuta de juego será el mejor juez del grado de aceptación del
término en el escenario escolar individual.
cuarto donde se almacenan los libros después de que éstos se han distribuido al
inicio del curso escolar. Ella coloca los juguetes y materiales en los estantes
vacíos y los niños juegan sobre el piso y en los estantes. A pesar de que no es el
salón de juegos ideal de 21 a 40 m 2 que recomienda Ginott (1961), menciona
resultados significativos en este escenario. Otro orientador obtuvo permiso de
una iglesia vecina a los terrenos escolares para utilizar uno de sus salones de
clase dominicales. Otro ha informado resultados satisfactorios usando el foro de
un auditorio o de una cafetería. Tales áreas a menudo no se utilizan y se puede
hacer más privada una parte del foro cerrando los telones. Se puede seguir una
amplia línea al seleccionar el lugar para la terapia de juego con la condición que
haya suficiente espacio y privacía.
Cualquiera que sea el lugar donde se lleven a cabo las sesiones, debe
hacerse el esfuerzo por proteger la confidencialidad de las mismas. Cuando no
sea posible obtener lo anterior, debe informarse al niño que lo que haga puede
ser escuchado o visto por los demás.
JUGUETES Y MATERIALES
particularmente desordenada.
posición única para llevar a cabo sesiones de personal en conjunto con el fin
de unificar las unidades separadas relacionadas con el desarrollo total del
aprendizaje del niño. Debido a su relación personal única con el niño, el
terapeuta podrá compartir introspecciones y conocimientos con el maestro y
con otros miembros del equipo interdisciplinario en una forma concreta sin
violar la confidencialidad del niño. Alexander (1964), ve al terapeuta de juego
como alguien que intenta crear una actitud terapéutica a lo largo del sistema
escolar a través de su compartir íntimo que ayuda a que los maestros
desarrollen actitudes más terapéuticas hacia todos los alumnos.
Kranz (1972), informó un enfoque innovador para satisfacer las necesidades
psicológicas de los escolares en los primeros grados mediante el inicio de un
programa en el que se les dio 10 semanas de entrenamiento a 12 maestros de
primaria para la conducción de terapia de juego a niños de sus propias escuelas
pero no de sus salones de clase. Las sesiones se programaron para antes de la
escuela, durante las horas libres de los maestros y después de la escuela.
Todos ellos informaron que la experiencia fue positiva. Kranz mencionó cambios
positivos en los niños lo que se hizo evidente en que se mostraron más
relajados y abiertos a las experiencias educativas y con relaciones más
adecuadas con sus compañeros. Los niños que tuvieron problemas con las
figuras de autoridad se mostraron menos amenazados y más cómodos ante la
presencia de las mismas.
RESUMEN
2.4
INTRODUCCIÓN
A través del tiempo, el arte ha sido de gran importancia como medio terapéutico
considerándose como un área de actividad expresiva y creativa. Desde la
antigüedad se ha utilizado para enriquecer la vida. Los utensilios se decoraban —
ya por el placer de hacerlo o para infundirles magia. Sus representaciones
simbólicas pueden haber ofrecido un sentimiento de control sobre las fuerzas
externas y también sobre las de naturaleza interna, siendo el punto de reunión
entre el mundo exterior y el interior.
Estas representaciones también sirvieron como una forma de comunicación.
La historia personal, las emociones, la historia y los valores del grupo se
transmitían por medio de obras gráficas. Así, el arte representa una salida
emocional y física que origina un vínculo comunicativo entre el producto y el
receptor de esa producción.
actividades y los papeles sociales y se familiariza con los objetos y las personas
de su ambiente. Es el principal medio de comunicación del niño. Dentro de éste es
donde se revelan las preocupaciones ideacionales y de fantasía. No sólo es de
naturaleza instructiva y catártica, sino también autorrevelador y puede utilizarse
para comprender con mayor claridad las preocupaciones y sentimientos del niño.
Hartley y cols. (1952), comentan que, "leer el lenguaje del juego es leer los
corazones y las mentes de los niños". Al respecto es también una vía
recomendable para experimentar y dominar la comunicación interpersonal verbal.
Con el juego, los niños ensayan y actúan lo que ven y oyen y de esta manera, al
mismo tiempo, revelan que dominan a las personas que los rodean y a su mundo.
Debe recordarse que el juego no sólo es catártico, autorrevelador e instructivo,
sino también divertido y, por ello, automotivante. La verdadera naturaleza del
juego es no tornarlo "en serio". Y a pesar de que es parte de un "asunto serio" de
la infancia a través del cual los niños aprenden a manejar mejor todos los recursos
propios, no necesita ser tomado con demasiada seriedad por ellos. De este modo,
los niños semienten libres y espontáneos para ser ellos mismos y para divertirse
"ensayando las cosas” En general, no es necesario "trabajar" para hacer que un
niño "juegue" —el juego en sí tiende a ser un medio invitador con el que podemos
ayudar a los niños a darse cuenta de sí mismos.
MATERIALES
Yeso Tejido
Piel
Cera Ganchillo
Palitos de paleta
Jabón Macramé
Mosaicos de cerámica
Madera Aplicaciones
Modelos
Alambre Acolchar
Mica
Metal Hechura de muñecos
Adornos de cuentas
Chatarra Encaje
Papeles Utensilios Adhesivos y otros
cliente, como Axline (1969), y Rubin (1977), creen en el valor curativo básico del
arte y el juego en sí, y utilizan menos interpretaciones verbales para producir el
cambio.
Sin considerar los objetivos terapéuticos ni la orientación teórica, casi todos los
terapeutas de juego que utilizan el arte concuerdan en la necesidad de ciertos
rasgos estructurales como en las dimensiones claramente definidas de tiempo y
espacio sin las que "el crecimiento interno no ocurre" (Alian, 1978, pág. 3). Esto
significa que, generalmente, es esencial ver al niño a la misma hora y en el mismo
lugar cada semana. Y, de preferencia, este lugar debe estar libre de distracciones
e interrupciones exteriores y diseñado especialmente para proporcionar un
ambiente terapéutico protegido y seguro.
La duración del tratamiento depende de los avances del niño. Esto es, deberá
observarse hasta que la terapia ya no sea necesaria. Obviamente, esto no
siempre es posible, debido a factores de cambio geográfico y terminaciones
prematuras. También en algunos escenarios como la escuela, la duración del año
escolar por lo general determina la duración del tratamiento. Este último necesita
estructurarse teniendo en cuenta este conocimiento y la realidad. En cualquier
caso, se recomienda que se le informe al niño la naturaleza y duración probable
del "contrato terapéutico", y que el campo de trabajo necesario para la terminación
radica en las primeras etapas y se lleva a cabo cuando es oportuno.
También como se mencionó, es muy importante tener cuidado en la selección y
utilización de los materiales, los que deben emplearse sobre la base de los
objetivos establecidos terapéuticamente para el niño (o niños). Por lo general, se
requiere que el terapeuta posea habilidades, comprensión y capacidad para
relacionarse con el niño en forma empática y sin juicios para que las transacciones
terapéuticas tengan éxito. El nivel de actividad, grado de interacción y el factor
verbal del terapeuta dependen de su orientación teórica combinada con la
valoración de las necesidades y recursos del niño.
ENFOQUES/TÉCNICAS ESPECÍFICOS
Una intensa proliferación de tipos específicos de enfoques sobre el arte orientados
Allan afirma que, con los niños más seriamente perturbados, el terapeuta tiende
a ser más activo en la etapa intermedia, relacionando los dibujos con la realidad
del mundo exterior del niño y la naturaleza de la relación terapéutica presente.
Psicoiconografía
Este procedimiento (Brown, 1960), es una ilustración de una técnica de arte
desarrollada principalmente para trabajar con pacientes más perturbados (por
ejemplo, psicóticos). En esta técnica el terapeuta empieza a dibujar lentamente un
punto sobre un papel con una pluma con punta de fieltro. Después, le da al niño el
papel y le pide que dibuje cualquier cosa que le venga a la mente, ya sea un
garabato o un dibujo. Posteriormente, el terapeuta utiliza este material para valorar
el nivel emocional/psicológico y utiliza el material altamente reprimido en
transacciones terapéuticas futuras. Como en todos los enfoques con personas
altamente perturbadas, el terapeuta asume una postura altamente directiva,
estructurando y "manejando" de manera estrecha el proceso terapéutico. Con
estos individuos, por lo general, la actividad de arte como en la psicoiconografía,
se utiliza en conjunto con otras interacciones terapéuticas y durante un periodo
largo.
final. Se les sugiere que permitan que el material evolucione, pero que no
piensen mucho en ello. Por ultimo se les pide que compartan sus
experiencias con el grupo.
8. Se pueden utilizar álbumes de recortes, carteles, "collages" y colecciones
para estimular a los estudiantes a explorar diversos aspectos de sus
experiencias y de sí mismos. Por ejemplo, pueden desarrollarse temas
como:
Mis objetos favoritos
Malos momentos
Cuando estoy enojado
Cuando tengo miedo
Mis historias favoritas
Qué me ayuda a superar mi furia
El amor es...
Las familias son para. . .
ILUSTRACIÓN DE CASOS
A pesar de que el dibujo puede utilizarse como el único medio para interactuar con
el niño, con frecuencia también se utiliza conjuntamente con otras modalidades de
juego como los bloques, muñecos, animales, etc. En el caso de Carla, los
materiales se le mostraron y proporcionaron al principio de la sesión —por
ejemplo: "Aquí tengo algunas pinturas y papel para ti, por si quieres utilizarlos y
hacer un dibujo". Sin embargo, en el salón había también otros juguetes y objetos
disponibles para jugar. Carla, generalmente, seleccionaba los materiales de arte y
se fue incrementando esto como un medio de interacción con otros materiales. Por
ejemplo: en una ocasión hizo bolas de "carne" de barro y alimentó, a la fuerza, a
los muñecos que tenía cerca.
CARLA
Carla era una niña de cinco años y medio que tenía una hermana menor, Laura.
Fue referida, a la mitad del año escolar, para tratamiento por conducta social
inadecuada y periódicamente trastornada en el jardín de niños. Por ejemplo,
lloraba por un rato después de que la dejaban en la escuela y alternaba su
conducta entre aislarse o golpear a otros niños. En ocasiones rompía con furia
algo de lo que estuviera haciendo o empujaba y molestaba a otros niños que
estuvieran trabajando. No era amigable, y la mayoría de los demás niños la
ignoraba.
Durante este periodo el personal de la escuela llevó a cabo tres entrevistas con
los padres, a las que sólo asistieron una vez. La madre se mostró aprensiva y
acosada durante las mismas (como cuando dejaba a la niña en el jardín de niños),
agitándose nerviosamente y reiterando que hacía lo mejor que podía, expresando
preocupación sobre Carla y su hermanita Laura.
C.E. Schaefer y H.L. Millman, Therapies for Children. San Francisco: Jossey-Bass, 1977,
págs. 68 a 69.
RESUMEN Y CONCLUSIONES
Desde los tiempos prehistóricos el arte se ha utilizado como medio de
autoexpresión y exploración del universo. En la década de los 40 el arte y el juego
empezaron a utilizarse como medios terapéuticos formales. Inicialmente, se
usaron corno una forma de valoración conjunta para ayudar a conseguir la
empatia y descubrir sentimientos reprimidos y molestos, y de la misma manera
pensamientos y preocupaciones.
El uso del arte y el juego en la terapia se ha ampliado, resultando en un
reconocimiento creciente de las propiedades terapéuticas inherentes de ambas
actividades. Estas propiedades incluyen: la naturaleza emocionalmente catártica y
liberadora del medio, sus propiedades comunicativas y expresivas, y su apelación
sobre el cuestionario verbal directo para todos los niños y especialmente los que
se encuentran emocionalmente perturbados, no verbales, o de diferentes
antecedentes lingüísticos, étnicos y raciales. Estos enfoques sirven para reducir la
resistencia al reconocimiento de aspectos ocultos y temores; en lenguaje
psicoanalítico, ayudan a evitar el superyó y hablan directamente al yo. Los niños
los buscan por el placer que ofrecen, así como la oportunidad para crear,
aprender, volverse más competentes e integrados y dominar su mundo.
Este capítulo enfatizó las formas en que se utiliza el arte por los terapeutas de
juego y otros profesionales que trabajan con niños. El arte se ha considerado
como el medio terapéutico que ofrece a los niños la oportunidad de comunicarse y
penetrar sus conflictos mediante una variedad de materiales. La selección de las
actividades y materiales representan oportunidades significativas para enfocar,
selectivamente, las preocupaciones del niño teniendo en mente ciertos objetivos
terapéuticos.
2.5
LA TÉCNICA DE ILUMINA TU VIDA
Kevin J. O'Connor
INTRODUCCIÓN
Dentro del contexto de las técnicas de terapia de juego, a menudo los terapeutas
tienen dificultad al intentar ayudar a sus pacientes infantiles a hacer la transición
de una forma de conducta orientada a la acción hacia una de estilo más verbal.
Los niños que se encuentran en terapia, muy a menudo, están deseosos de jugar
con el fin de evitar discusiones. Algunos niños llevan a cabo sus sesiones de una
manera tan programada y permanecen tan ocupados que prácticamente se
"desconectan" del terapeuta. Esto tiende a convertirse en un patrón con niños
agresivos, impulsivos o muy pequeños. A pesar de que en niños pequeños no es
importante alentar la verbalización, sí lo es cuando el niño empieza a madurar
cognoscitivamente (Harter, capítulo 5). De hecho, la introducción de mediadores
verbales es el objetivo principal de muchas técnicas terapéuticas orientadas
cognoscitivamente (Bornstein y Quevillon, 1976; Douglas, Parry, Marton y Garson,
1976; Fry, 1978; Meichenbaum y Goodman, 1971; Moore y Colé, 1978; Pelham,
Bryan y Paluchowski, 1978). En cada uno de estos programas se ve la
autoverbalización o la presencia de conducta verbalmente mediada, como el factor
principal para ayudar a los niños a desarrollar el autocontrol, y por consiguiente,
conductas más socializadas. Se supone que en niños menores los pensamientos
se dirigen, de manera rápida, hacia la acción, sin pasar una etapa intermedia en la
que el niño contemple las implicaciones de la conducta deseada. A pesar de que
ésta es una conducta característica en los niños menores, existe también la
hipótesis de que es la dificultad oculta en los niños impulsivos, que actúan
agresivamente o cuyas habilidades de socialización no están desarrolladas.
En algunos programas a gran escala y educativo-terapéuticos un aspecto
importante de la mediación verbal y del autocontrol es la habilidad del niño para
Para lograr estos objetivos se les enseña a los niños a combinar afectos con
colores, por ejemplo: rojo/ira, azul/triste y amarillo/feliz. A pesar de que la mayor
parte de las combinaciones de color y sentimientos se derivan de las normas
culturales y estéticas occidentales, la meta de esta técnica no es enseñar estas
normas específicamente. Más bien, se espera que los colores sirvan como una
clave para demostrar una variedad de afectos. Esto diferencia esta técnica de algo
puramente educativo, y la convierte en juego al seleccionar el material, formato de
la presentación y la importancia del proceso más que en el producto final.
En esta técnica se utilizan materiales sencillos y familiares: crayones, pintura o
gis y papel blanco. Estos materiales se seleccionaron debido a su simpleza y
porque los niños tienden a verlos como un medio de expresión natural, no
amenazador y que pueden disfrutar (Nickerson, capítulo 12). El formato con el que
se presentan las combinaciones de colores y sentimientos es de discusión abierta.
Cuando el autor ha deseado resaltar el elemento de juego dentro del formato, les
ha pedido a los niños que piensen en los colores como un código de sentimientos;
esto hace participar rápidamente aun al niño más resistente. Por último, para
mantener la técnica disfrutable y, por lo mismo, óptimamente productiva, es
necesario que el terapeuta le dé importancia a los elementos que constituyen el
proceso de la técnica, y no tanta al producto creado por el niño. Posteriormente se
comentarán cada uno de los aspectos de la técnica.
MÉTODO
MATERIALES
Los materiales para esta técnica pueden ser cualquier clase de instrumentos para
iluminar (pinturas, crayones, gises, etc.) y hojas de papel blanco. Pueden
proporcionarse diversos colores, pero los básicos deben ser amarillo, verde, azul,
negro, rojo, morado, pardo y gris.
TÉCNICA
Dado que el objetivo de la Técnica de Ilumina Tu Vida es alentar a los niños a que
verbalicen sus sentimientos, debe fomentarse la discusión a través de todo el
proceso. Generalmente, el terapeuta inicia la técnica preguntando al niño si puede
combinar un afecto con algún color en particular. Por ejemplo:
Terapeuta: ¿Podrías decirme qué sentimiento podría combinarse con el color
rojo?
Niño: Mm, no sé.
que tienen una inteligencia inferior al promedio. Sin embargo, con niños
normalmente inteligentes, puede obtenerse información sobre cómo ven su
conducta correspondiente con los estereotipos tradicionales del papel sexual.
El numero y variedad de combinaciones de colores y sentimientos está limitado,
únicamente, por los materiales disponibles y por la ingenuidad del terapeuta. Sin
embargo, se recomienda limitar el número de combinaciones que se presentan en
una ocasión, a ocho a nueve, ya que parece ser un número que la mayoría de los
niños maneja con éxito. También le corresponde al terapeuta recordar las
combinaciones de colores y sentimientos utilizadas con cada niño o grupo, ya que
los niños pueden retroceder en los términos de los colores posteriormente cuando
traten de describir algún sentimiento o estado.
Una vez que se han establecido las combinaciones de color-sentimiento se le
da a cada niño una hoja de papel y se le pide que ilumine con los colores que
muestren los sentimientos que ha experimentado en su vida. Con frecuencia se
necesitan algunas explicaciones para ayudar a que los niños inicien. El terapeuta
puede decir "Si has sido feliz cerca de la mitad del tiempo en tu vida, entonces la
mitad del papel debe ser amarilla. Si has sido feliz toda tu vida sin ningún otro
sentimiento, entonces, ilumina todo el papel con el color amarillo". También agrega
que el niño puede realizar su trabajo en la forma que quiera, a cuadros, círculos,
diseños, etc. Y continúa aclarando las instrucciones corno vaya siendo necesario
para cada persona o grupo en particular.
En este punto, el terapeuta continúa fomentando la verbalización en el niño o
grupo pero procura hablar menos. La discusión puede enfocarse en los sucesos
cotidianos, la cantidad relativa de colores diferentes en el proyecto del niño y
sobre cualquier cosa que el niño mencione de manera espontánea. Cuando se
utiliza la técnica en grupos de niños, es conveniente comparar espontáneamente
sus trabajos, esto puede conducir a ciertas discusiones particularmente activas
cuando el terapeuta se siente lo suficientemente cómodo para guiarlas y evitar que
éstas se vuelvan hostiles para algún miembro del grupo.
EJEMPLOS DE CASOS
En lugar de proporcionar al lector una descripción general de algún caso y de los
resultados obtenidos con la Técnica de Ilumina Tu Vida, se darán ejemplos de
varios casos breves. Todos los niños de los que se hablará formaron parte de una
terapia de grupo dirigida a niños con asma crónica, los que permanecieron
internos en un hospital durante el tiempo que requería su psicoterapia.
D, era un niño de 12 años que tendía a ser un líder negativo dentro del hospital.
A menudo, hacía que otros niños actuaran contra el personal médico y exigía a los
niños menores de la sala que le hicieran favores. Su dibujo de Ilumina Tu Vida
consistía en una hoja garabateada de colores rojo y azul.
Los comentarios que acompañaban a sus dibujos eran que en general no se
sentía feliz, la mayor parte del tiempo se sentía enojado y triste y ambos sen-
timientos se mezclaban. Este fue el primer intento de D para verbalizar sus
sentimientos y pareció que lo abrió a involucrarse en forma mucho más positiva
con los otros niños del grupo.
S, otro niño de 12 años, iluminó con palabras su dibujo. Escribió "Feliz Día del
Padre". De las cinco letras de "feliz" tres estaban hechas con colores que
representaban sentimientos tristes, una con rojo para enojado, y una en amarillo
para feliz. La palabra "padre" estaba hecha alternando el rojo y el morado, ira y
furia. Después, debido a que había utilizado los colores tristes para tantas letras
eligió la palabra "día" dos veces para poder utilizar los otros colores. Mucho
después en la terapia, S pudo confrontar algunos de sus sentimientos de enojo
hacia su padre quien dudaba de la veracidad de sus ataques de asma.
B, era una niña de siete años, parecía precoz en sus habilidades sociales y
tendía a mostrarse particularmente seductora en todos sus contactos inter-
personales. Sus padres estaban divorciados, y aunque su padre se había vuelto a
casar, ellos continuaban batallando por el cariño de B. Tal situación significaba
crear numerosos conflictos en los que B tenía que elegir entre alguno de los
padres. Inicialmente, el dibujo de B estaba dividido en tres partes iguales: rojo,
morado y amarillo, representando ira, furia y felicidad. Sin embargo, B decidió que
no era del todo exacto e iluminó la mayor parte del amarillo con morado y negro
aspecto de la misma o por características propias de las poblaciones con las que
se ha utilizado. Por último, el lector debe tener presente que esta técnica sólo se
ha utilizado dentro de la terapia en curso y por lo tanto estas observaciones son
generales para una población de pacientes, no para una población "normal".
RESUMEN
2.6
EL JUEGO Y SU UTILIZACIÓN
El ganador es quien tiene más fichas después de que ambos jugadores llegan al
final, o después de que se haya interrumpido el juego porque la sesión terminó.
No se enfatiza en la competencia activa para la adquisición de fichas, sino que el
terapeuta juega a un paso lento y trata de utilizar cada respuesta como un punto
de partida para un intercambio terapéutico. Evidentemente, mientras más amplia y
profunda sea la discusión, mayor será el valor terapéutico.
La esencia del juego son las preguntas e instrucciones de las tarjetas. Como
sus títulos lo indican, las Tarjetas de Hablar estimulan al niño a hacer comentarios
principalmente dentro del terreno cognoscitivo e intelectual. Las Tarjetas de Sentir
se enfocan a los aspectos emocionales. Y las Tarjetas de Hacer incluyen
actividades físicas y de actuación de juego o ambas cosas. En cada montón hay
104 tarjetas. Las preguntas en cada categoría van desde las completamente no
amenazantes (para lograr que prácticamente cualquier niño pueda responder),
hasta las moderadamente provocadoras de ansiedad. Si el niño responde (y se
utilizan los criterios más amplios en especial para el niño más inhibido), el "banco"
le da una ficha de recompensa.
Ninguna de las tarjetas dirige al niño hacia áreas que podrían provocar tanta
ansiedad como las relacionadas a historias autocreadas de expresión libre de
fantasías. El propósito principal de las tarjetas de baja ansiedad es asegurar que
el niño responda y gane una ficha. Estas aumentan la probabilidad de que el niño
participe. Algunas preguntas características de baja ansiedad son: "¿Cuál es tu
sabor de helado favorito?". "¿Cuál es tu dirección?". "¿Qué regalo te gustaría
recibir en tu próximo cumpleaños?". "¿Cuál es tu número de suerte?". “¿Por qué?
", y "¿Cómo te sientes cuando estás cerca de alguien con mal aliento porque no
se cepilló los dientes?". Las preguntas que provocan una ansiedad moderada, las
más importantes, constituyen más de 90% de todas las tarjetas. Algunas
preguntas típicas son: "Imagina que dos personas estaban hablando de tí y no
sabían que estabas escuchando, ¿qué crees que dirían?". "Un niño piensa en
algo que teme decir a su padre, ¿de qué teme hablar?". "Todos en clase se reían
de una niña, ¿qué sucedió?". "A todas las niñas del salón se les invitó a una fiesta
Con frecuencia las respuestas de los niños revelan aquellos aspectos psi-
cológicos que son más importantes en ese momento. Las preguntas comprenden
un amplio rango de experiencias humanas, y los aspectos relacionados con las
respuestas son importantes para determinar la etiología de la perturbación
psicológica del niño. Es recomendable observar los síntomas en la manifestación
más superficial de problemas ocultos no resueltos. Los problemas que se
manejan de manera inapropiada a través de la formación de síntomas, por lo
general son los mismos con los que todos nosotros nos enfrentamos. Los temas
que salen a colación por las tarjetas se relacionan con aspectos que se
encuentran en el principio del proceso psicopatológico. Cada respuesta debe
servir como el punto de partida para los intercambios terapéuticos. Es bueno que
el terapeuta obtenga "el mayor kilometraje" posible en cada respuesta. Si
únicamente se proporciona al niño una ficha de recompensa y se continúa con el
juego, se anula el objetivo de este instrumento terapéutico. Sin embargo, el
terapeuta debe ser discreto para decidir cuántos comentarios son los indicados
para cada paciente. El niño resistente y defensivo o con mayor fuerza del yo no
podrá tolerar una discusión profunda.
Es muy raro que yo no conteste una pregunta. Sin embargo, les doy a los
niños la oportunidad de no responder si no lo desean. En tales casos les informo
que el no contestar significa que no obtendrán una ficha de recompensa y por lo
mismo, tendrán menos oportunidad de ganar el juego. Esto sirve para motivar a
algunos niños para que al menos traten de contestar a la tarjeta. Muchos
terapeutas no aprecian que la principal determinante de quién gana el juego es
más un factor de suerte que de otra cosa. Si cada jugador contestara a cada
tarjeta, la determinante sería el dado; ya que el que obtenga tiros más altos,
llegará antes al final, y por lo tanto, obtendrá menos fichas. Por otro lado, si un
jugador obtiene muchos tiros bajos, adquirirá más fichas en el curso del trayecto
desde el inicio hasta el final. Debido a que los tiros altos y bajos tienden a
promediarse para cada jugador, el número de ganancias y pérdidas también se
promediará después.
En esta sección menciono las respuestas comunes que doy a algunas de las
tarjetas. Es importante que el lector aprecie que mis respuestas no son
invariables. Cada una está diseñada para las necesidades particulares del niño,
sin embargo, hay algunas que doy, generalmente, por su utilidad uniforme. Y en
esto enfocaré mi atención.
TARJETAS DE HABLAR
Si una mosca te siguiera durante un día y después pudiera hablar de tí, ¿qué
diría?
Para el niño impulsivo tendría una respuesta como ésta: "El Dr. Gardner en
realidad piensa antes de hacer las cosas. Trata de pensar en las consecuencias
de sus acciones antes de hacer algo. De esta forma se evita muchos problemas".
¿Qué piensas de una niña que a veces desea que su hermana estuviera muerta?
comentario como: "Eres como todos los demás con respecto a tener esos
sentimientos. La única diferencia es que tú te sientes muy mal, muy culpable de
estos pensamientos tan normales".
"Creo que los padres de esa niña deberían advertirle que si no empieza a
cuidar a su perro, sacándolo, alimentándolo y haciendo lo que los dueños de otros
perros deben hacer, no le permitirán consérvalo. Si no entiende, deberán llevar al
perro por algunos días o semanas a un asilo o con algún amigo. A menudo, esto
la ayudará a recordar las cosas que debe hacer. Sin embargo, si después de
traerlo de nuevo, ella sigue sin cuidarlo, sugiero que le busquen otra casa al perro
porque la niña no cumple con sus responsabilidades". Esta tarjeta es muy útil para
los niños con poco sentido de responsabilidad y que de alguna manera son
inconscientes de las consecuencias de sus fallas para asumirlas.
¿Qué piensas de una niña que habla con malas palabras a su madre?
Toda la gente tiene uno o más malos hábitos. Menciona algunos de los tuyos.
"Uno de mis malos hábitos es que trabajo demasiado. Existen personas que
no trabajan lo suficiente. Tratan de hacer las cosas lo más rápido posible y no las
toman muy en serio. Uno de mis problemas es que en ocasiones tomo las cosas
demasiado en serio. Lo mejor es el punto medio". Este es el tipo de respuesta que
daría a un niño descuidado en su actitud hacia el trabajo escolar y otras
obligaciones. Es muy importante que los terapeutas proporcionen ejemplos a los
niños de sus propias deficiencias cuando la situación garantiza tal revelación —en
una forma real. Muy a menudo (y esto es especialmente cierto en el enfoque
psicoanalítico clásico), los pacientes ven al terapeuta como perfecto. Esta
comparación negativa entre el paciente y el terapeuta es antiterapéutica, y los
beneficios que se obtienen de la terapia no son consistentes. El Juego de Hablar,
Sentir y Hacer brinda al terapeuta la oportunidad de exponer las deficiencias en
una forma real y natural. Estas exposiciones ayudan a prevenir la comparación
desfavorable y desvalorizante del yo mencionada entre paciente y terapeuta.
"Es difícil elegir un deporte en el que sea malo, porque lo soy en muchos. No
hago suficiente ejercicio y esa es una de las razones por las que no soy bueno en
éstos. Soy particularmente malo en el baloncesto, que requiere de mucha práctica
si se quiere ser bueno. Sé que si practico más, seré mejor". Esta respuesta ayuda
a que el niño vea al terapeuta como una persona con debilidades propias. Tiende
a reducir el vacío antiterapéutico que, a menudo, existe entre la visión del
paciente de sí mismo y la del terapeuta —el terapeuta siendo el "saludable" y el
paciente el "enfermo". También introduzco aquí el elemento de que este déficit se
reduciría potencialmente si me dedicara más a practicarlo. El consejo que me doy,
desde luego, también se le da al paciente.
Hay una gran variedad de respuestas que daría a esta pregunta. Es muy
parecida a la lámina del Test de Apercepción Temática (Murray, 1936), a
diferencia de las otras preguntas proyectivas verbales del juego. Para el niño que
Para el niño que, con frecuencia, es el "chivo expiatorio" respondo: "Ella está
viendo que un niño más grande molesta a uno más pequeño. El más pequeño,
aunque lo es un poco, se está defendiendo duramente. El pendenciero se
sorprende cuando el otro le da un puñetazo en el estómago y otro en la cara. Pero
el pequeño se da cuenta de que el otro es aún mayor que él y todavía podría
ganar, así que corre tan rápido como puede y trae algunos amigos. Vienen y
alejan al grande. El pequeño se siente bien por detener al fanfarrón".
La niña observa muchas otras cosas a través de la ventana. Por ejemplo, verá
niños con fobia a la escuela que se desensibilizan lentamente a la ansiedad de
separación y en forma gradual logran la llegada a la escuela con éxito. Verá niños
que temen dormir en casa de otros que superan sus temores con valor y hacen
las visitas. Verá niños que "flojearon" en el año escolar regresando a casa
avergonzados con sus boletas de calificaciones, lamentándose de no haber
puesto más atención a sus clases. Verá niños que hacen trampas en los juegos y
a quienes sus compañeros irritados les piden que abandonen el grupo.
¿Cuál es una de las cosas más inteligentes que una persona puede hacer? ¿Por
qué?
Para el niño impulsivo respondo, "una de las cosas más inteligentes que
puede hacer una persona es pensar antes sobre las consecuencias de sus actos.
Quienes piensan antes de hacer las cosas tienen menos probabilidades de causar
problemas a sí mismos y a los demás".
Sólo a una niña no la invitaron a una fiesta de cumpleaños. ¿Por qué crees que
no la invitaron?
TARJETAS DE SENTIR
Al niño con poca motivación en la escuela le digo: "Me sentí muy orgulloso el
día en que me gradué en la escuela de medicina. Me tomó muchos años y
esfuerzo, pero en realidad valió la pena. En ocasiones cuando no sentía deseos
de estudiar y hubiera preferido salir y divertirme, me quedaba y estudiaba porque
sabía que era importante hacerlo si quería ser médico algún día. Nunca me he
arrepentido de haber perdido ocasiones para divertirme con tal de ser médico.
Creo que hice la elección correcta. Esto no significa que nunca me divertí ya que
sí lo hice mientras fui estudiante de medicina.
Sencillamente sucedió que tuve que renunciar a ciertas diversiones para poder
estudiar y ser médico".
¿Cómo te sientes cuando estás cerca de alguien con mal aliento porque no se
cepilló los dientes?
Esta pregunta es en particular útil para niños con Disfunción Cerebral Mínima
(DCM), quienes a menudo tienen dificultad para tomar la posición de los demás.
Para estos niños la respuesta es: "Pienso que es un hábito repugnante. El aliento
de las personas que no se asean la boca huele mal y a menudo es nauseabundo
estar junto a alguien así. Te puede provocar malestar estomacal. Creo que esa
persona no piensa en que afecta a los demás. Si lo hiciera se cepillaría los
dientes".
¿Qué piensas de un niño que en ocasiones juega con su pene cuando está solo?
con su pene de vez en cuando, cuando está solo. Sin embargo, si lo hace con
mucha frecuencia, y esto ocasiona que no realice su tarea o que no quiera jugar
con otros niños, entonces se consideraría un problema. Si además lo hace frente
a otras personas, indica que no ha aprendido buenos hábitos. A pesar de que es
perfectamente normal y saludable hacerlo, la mayoría de las personas están de
acuerdo en que es una situación personal y privada que debe hacerse a solas".
Existe una pregunta similar para una niña respecto a jugar con su vagina y
contesto en la misma forma.
Una niña estaba muy enojada con su padre y deseaba que un carro lo atropellara.
Más tarde ese mismo día lo atropellaron. ¿Cómo se sintió ella? ¿Qué pensó?
A los niños con problemas de inhibición de ira, les digo: "La niña pensó que su
deseo de que atropellaran a su padre provocó que sucediera en realidad. Sin
embargo, cuando habló de esto con su madre, ella la convenció de que su deseo
era malo. También le aseguró que desear que algo suceda, sin importar cuánto lo
desea, no hará que ocurra. Además la ayudó a no sentirse culpable de sus
pensamientos. También a darse cuenta de que cuando se está enojado con
alguien, con frecuencia se piensa en cosas dañinas para esa persona, aunque en
verdad no lo deseas. Esto fue lo que sucedió con esta niña. Estaba enojada con
su padre y tuvo el deseo de que lo atropellaran, pero en realidad no deseaba que
sucediera. Sólo tuvo ese pensamiento. Una de las lecciones que aprendió de esto
fue que los malos deseos no pueden dañar. Otra, es que cuando estás enojado
con alguien puedes tener todo tipo de pensamientos terribles que en realidad no
deseas que sucedan. Estos pensamientos son normales".
Di tres malas palabras. ¿Qué piensas de las personas que las utilizan?
Esta tarjeta está diseñada para el niño inhibido en el uso apropiado de las
malas palabras en formas y situaciones socialmente aceptables. El niño se puede
asombrar inicialmente al oírme decir estas palabras y pensará que no es propio
que un médico las utilice. Generalmente respondo: "Mierda, Cabrón, Joder.
Pienso que no es malo utilizar estas palabras si se está peleando con un amigo
fuera de casa. Tienen un propósito útil. Liberan la ira sin herir realmente a la otra
persona Sin embargo, no es bueno utilizarlas frente a los padres u otros adultos,
ya que se molestarán y te dirán que no está bien hacerlo ante otros. Así que es
mejor utilizar palabras más corteses si se quiere lograr algo. Hay ocasiones en
que estas palabras son lo mejor. Si otro niño te habla con esas palabras, puede
ser útil contestar con las mismas. Hay un dicho muy viejo, 'los palos y las piedras
pueden romper mis huesos, pero las palabras nunca me lastimarán'. Esto explica
muy bien lo que dije antes sobre las palabras sucias que ayudan a expresar ira,
sin herir realmente a nadie".
Esta tarjeta también es útil para los niños inhibidos emocionalmente. A ellos
les respondo: "El llanto ayuda a liberar sentimientos. Después de llorar tu pecho
es más ligero y te sientes mejor. Pero también es importante hablar del problema
que te hizo llorar para tratar de resolverlo".
¿Cuál crees que sea la cosa más fea en el mundo? ¿Por qué?
¿Cuál ha sido el peor castigo que has recibido en tu vida? ¿Qué fue lo que
hiciste?
Para niños con superyó débiles, que necesitan fortalecimiento en esa área,
respondería: "Probablemente quisiera alejarme tan rápido como fuera posible
para que nada me pasara. Sin embargo, personalmente no lo haría. Pensaría en
las personas cuya ventana rompí, qué tan mal se sentirían y qué tan enojadas
estarían por tener que comprar un vidrio nuevo. Debido a mis sentimientos por
esas personas, iría a la casa, diría lo que hice y ofrecería pagar. Entonces me
sentiría mucho mejor conmigo mismo. Si hubiera corrido, me hubiera sentido mal,
culpable y cobarde. No tendría mucho respeto por mí. Para evitar estos
sentimientos pagaría el vidrio".
TARJETAS DE HACER
Esta tarjeta está diseñada para ayudar a los niños con problemas de auto-
afirmación. Mi respuesta común es: "Trataría de hablar antes de actuar. Le diría al
niño que me lo regresara y lo amenazaría con quitárselo si no me lo devuelve. Si
el niño fuera de mi tamaño o un poco mayor, trataría de quitárselo, siempre que
no fuera algo que pudiera romperse. Si fuera algo que se rompiera y/o la persona
fuera más grande, lo amenazaría con llamar a la maestra o a mis padres si no me
lo regresaba de inmediato. Le pediría a uno o dos amigos que me ayudaran a
recuperarlo. Pero nunca permanecería parado, sin decir nada, ni dejaría que esta
persona se fuera con él".
Haz de cuenta que estás leyendo una revista con fotografías de mujeres des-
nudas. ¿Qué piensas de estas revistas?
Esta tarjeta es para niños inhibidos sexualmente. Mientras finjo estar hojeando
una revista y con una expresión de regocijo digo, "caramba, estas fotos están
sensacionales. Realmente es divertido ver a estas mujeres desnudas. No quiero
decir que lo hago todo el tiempo, sencillamente es divertido verlas de vez en
cuando".
Estás haciendo fila para comprar algo y un adulto se introduce justo delante de tí.
Muestra ¿qué harías?
"Le diría a la persona que éste es mi lugar en la fila y que le agradecería que
regresara al final de la misma y que espere su turno como todos los demás. Si la
persona parece como loca, o que podría hacer algo peligroso, en realidad no
haría caso de ello. Hay ocasiones en que es mejor no hablar y no luchar por tus
derechos, pero con mucha frecuencia hay que hacerlo. Lo importante es valorar la
situación y obtener mayor información antes de actuar, de otra manera te puedes
meter en problemas".
"Sueño que soy niño otra vez y que estoy entrando al salón de clases para
hacer un examen importante. Desafortunadamente, en lugar de estudiar la noche
anterior, estuve viendo la TV. toda la tarde, así que no estoy preparado para el
examen y tengo mucho miedo de reprobarlo. Cuando la maestra entrega el
examen, veo que las preguntas son muy difíciles. Me lamento mucho de no haber
estudiado y tengo miedo de obtener una calificación reprobatoria. Me siento muy
mal, y a medida que no puedo contestar las preguntas tengo cada vez más
miedo. Pienso en lo que la maestra y mis padres pensarán de mí. Estoy asustado
y triste al mismo tiempo. En ese momento despierto y ¡qué alivio!, porque sólo era
un sueño". Por supuesto mi respuesta enfatiza las consecuencias de no cumplir
con las obligaciones —un problema común en los niños en tratamiento.
Haz de cuenta que estás hablando con alguien por teléfono. ¿Con quién hablas?
¿Qué estás diciendo?
"Estoy hablando con el director de la escuela de una niña que estoy viendo en
tratamiento. El me pidió consejo sobre si será necesario que la niña repita el
tercer grado. El director dice que, en realidad, no está preparada para cursar el
cuarto año, debido a que su trabajo ha sido muy deficiente, y no se ha esforzado
en todo el año. Sin embargo, piensa que la niña se deprimiría mucho si no se le
promueve, puesto que a todos sus amigos sí se les promoverá. Yo le contesto
que la razón para la promoción es aprender lo que se supone que se debe
aprender, y que si ella no había aprendido lo que se suponía, entonces sugeriría
que repita el tercer grado. Le digo que si ella continúa con el cuarto grado, sin
comprender lo que debió haber aprendido en el tercero va a tener muchos
problemas y puede perder el interés total en la escuela. El director toma en cuenta
mi consejo y decide que repita el tercer grado. Me da las gracias y termina
nuestra conversación". En general, yo estoy muy en contra de las promociones
psicológicas y sociales. La respuesta informa al niño de esta filosofía y le
comunica que yo no apoyaré tal promoción al final del año escolar.
Haz de cuenta que estás abriendo una carta que acabas de recibir de alguien.
¿Qué dice la carta?
"Es una carta de la mamá de un niño que en una ocasión traté. Dice: 'Querido
Dr. Gardner: Ya pasó un año desde la última vez que vio a Jimmy y quiero decirle
qué tan bien está. Estudia más y tiene más amigos en la escuela. Me dijo que
aprendió cosas importantes y útiles de Ud. y aún habla de Ud. en ocasiones.
También dice que aprendió muchas cosas útiles de su libro, Stories About the
Real World. En un principio él no lo tomó a Ud. muy en serio, pero después
cuando lo hizo, se dio cuenta que el ir a verlo era de gran utilidad. Espero que
todo esté bien con Ud. Sinceramente, Sra. Jones'', Mis propósitos aquí son
autoexplicativos: aliento una receptividad seria hacia el tratamiento y prometo una
reducción y alivio de los problemas para aquellos que toman en serio la terapia.
RESUMEN
El material clínico que se presenta en este capítulo representa sólo unas cuantas
respuestas posibles a algunas de las tarjetas de cada categoría. Este material se
seleccionó en particular porque era representativo. Describí algunas de mis
respuestas comunes y reconoceré que cada terapeuta tiene su propia colección.
Sin embargo, es importante que el lector aprecie que estas respuestas comunes
no son las respuestas promedio o un "banco" de ellas. Hay niños que reciben
respuestas completamente diferentes a sus tarjetas debido a que sus problemas
no garantizan las respuestas mencionadas. Así como en la Técnica de Narración
Mutua de Historias, la historia que se da como respuesta está diseñada
específicamente para relacionarse con los problemas particulares que el niño
revela a través de las historias, las respuestas del terapeuta a las tarjetas en este
juego, deben también adecuarse específicamente a las necesidades psicológicas
particulares del niño. Por consiguiente, hay poca oportunidad para las respuestas
promedio y las que proporcioné no son las excepciones a este principio. Este es
un punto crucial que el terapeuta debe tener siempre presente.
III
3.1
Eberhard Mann
John F. McDermott, Jr.
INTRODUCCIÓN
terapia familiar. Casi todas requieren una participación activa de los padres en
el proceso de tratamiento. Pero debido a la relación autocentrada y destructiva
de los padres que abusan de sus hijos, el tratamiento conjunto a menudo está
contraindicado (Malone, 1979). La terapia de juego fue la forma básica de
tratamiento para los niños en las décadas de 1940 y 1950. Tal vez porque se
utilizaba para casi todos los problemas, dio paso a estos enfoques nuevos y
más significativos. Cada vez son menos los terapeutas modernos expertos en
técnicas de terapia de juego. Ahora regresa como tratamiento específico de
selección para ciertos trastornos como los efectos del maltrato infantil. Se
descubrió que es útil, aunque no esencial, prevenir la cristalización e
internalización de los efectos del ataque físico, rechazo y negligencia, así
como interacciones padre-hijo perturbadas y trastornadas en la estructura de
la personalidad del niño (Green, 1978b; In y McDermott, 1976).
Este capítulo describe las metas, estrategias y los problemas que se
encuentran en la terapia de juego con 25 niños víctimas de maltrato y
negligencia a quienes se trató durante los últimos cuatro años en el Child
Guidance Center of Kapiolani-Children's Medical Center en Honolulú, Hawai.
Todos los niños cuyas edades oscilaban entre tres y doce años, se refirieron
de los Child Protective Services. Más de la mitad provenían de casas
substituías ya que los problemas conductuales ponían en peligro su ubicación
prolongada.
INDICACIONES
CONTRAINDICACIONES
MÉTODO
ESCENARIO
MATERIALES DE JUEGO
Alimentación
Para la mayoría de los niños, los juguetes y los juegos producen la
suficiente "diversión" para superar su rechazo a ver a un médico para que
los ayude con los "problemas". No así para los niños que sufren maltrato
y/o negligencia y se les privó de la alimentación física básica y no pueden
jugar por diversión. Para ellos, la comida es el reforzador más fuerte —un
síntoma frecuente es robar, esconder o acumular comida como substituto
del amor paterno.
A pesar de que Gardner (1979) señaló el riesgo de perpetuar un patrón
psicológico si el terapeuta compensa una carencia de afecto genuino hacia
el niño ("lo verdadero"), con comida como símbolo de amor, descubrimos,
que a menudo, no podemos trabajar eficientemente sin ella y que la
podemos utilizar terapéuticamente.
Ejemplo de un caso: Wendy, de seis años, vivía en custodia desde seis meses
atrás, asistió a terapia debido a robos constantes de dulces en las tiendas, viajes
nocturnos al refrigerador de los padres substitutos para tomar pan, carne o lo
que pudiera encontrar para almacenarlo debajo de la cama, en los cajones y en
su mochila. La familia sustituta se encontraba muy alterada por la conducía de
Wendy, ya que le proporcionaban los alimentos regulares y la comida que le
gustaba.
Wendy había sido criada por dos padres alcohólicos quienes a menudo la
descuidaban, no la alimentaban y la mandaban a mendigar desde que tenía tres
años. Cuando los vecinos encontraron a Wendy sola en casa durante varios días
y sus padres no aparecieron, la colocaron en una casa sustituta. En terapia,
Wendy se presentó como una niña mandona, impulsiva y contradictoria, que
decía malas palabras, golpeaba la mesa y arrojaba los juguetes si no se
satisfacían sus deseos de inmediato. Toda su atención se centró en la charola
de dulces. No jugaba o hablaba a menos que recibiera un dulce. El terapeuta le
dijo que le proponía un trato, le daría un dulce ahora y después decidirían junios
cuándo darle otro. Wendy guardó el primer dulce en el bolsillo de su pantalón.
Después accedió a contestar una pregunta por dulce. Esto continuó por tres
sesiones, pero los acuerdos se volvieron más complejos sin amenazar su temor o
desamparo si no se controlaba. Recibió un dulce por un dibujo, un dulce por un
juego de 10 minutos con la casa de muñecas. Posteriormente, el intercambio de
dulces se limitó con el tiempo, por ejemplo, el número se "contaba" hasta el final de
la sesión cuando recibía el total de lo ganado. Con la ayuda de tal predictibilidad,
Wendy empezó a sentirse lo suficientemente segura para aplazar la gratificación. No
necesitaba gastar todo su tiempo y energía en provisiones para sobrevivir.
Mientras tanto, la casa de muñecas sirvió para identificar sus conflictos. Ella
siempre jugaba a ser la madre, que encerraba a todos los niños para "pasar un
rato agradable con papá". A la madre no le interesaba si los niños se "estaban
muriendo de hambre". Al terapeuta, quien tomó el papel de la niña, lo regañó,
ignoró, o le gritaba cuando lloraba porque tenía hambre o se sentía solo. Un día, el
terapeuta-niña decidió huir para buscar "otros padres", llamando a la puerta de la
casa de muñecas. Wendy súbitamente cambió de la "madre mala" a una "madre
buena", insistiendo en cocinar para el "bebé". Ahora tanto Wendy como el
terapeuta servían comida real, aunque simbólica, en platos de juguete. En forma
gradual, el terapeuta, aún en el papel de la niña, pudo exigir de Wendy, todavía en
el papel de la madre ideal, otros signos de afecto —que lo acariciara, le cantara, le
hablara y finalmente lo escuchara. Después de otros dos meses, precavidamente
Wendy cambió los papeles y fue el bebé, quien podía aceptar el cariño de la
"madre ideal", con pérdida del significado de la comida en la terapia. En casa
también terminó el robo y el almacenamiento de comida.
Otro favor especial importante con muchos de estos niños es permitirles que
se lleven a casa un juguete pequeño, puesto que mantiene un lazo concreto
con el terapeuta. Los múltiples rechazos en el pasado los hicieron
desconfiados, y buscan señales sospechosas que indiquen que el terapeuta
podría "olvidarlos". El que existan los juguetes o sus pinturas en la pared les
asegura que el terapeuta los recuerda como personas reales. Los cambios o
cancelaciones de las citas pueden provocar sentimientos de desilusión,
aislamiento o ira y deben evitarse ya que estos niños tienen poca tolerancia a
Ejemplo de un caso: Liza de ocho años, fue referida por insomnio, pesadillas
frecuentes, ensoñaciones excesivas, poco rendimiento escolar y aislamiento. No
tenía amigos, afirmando que sentía miedo porque sus compañeros querían
lastimarla. Su madre la maltrataba con golpizas frecuentes que le dejaron
marcas, pero sin fracturas. A pesar de que las golpizas se suspendieron hacía
un año, después de que la madre empezó a recibir ayuda de los Child Protective
Services, sus opiniones sobre Liza como "una niña llorona, tonta y obstinada",
no habían cambiado y continuaba con el maltrato verbal. La madre pasaba
mucho tiempo en cama con quejas hipocondríacas, en tanto que Liza se hacía
cargo de la casa y su hermana de seis años. El padre, quien según informes,
llevaba una buena relación con su hija, se encontraba muy poco en casa, por
viajes de negocios.
Al principio de la terapia, Liza se apartaba y no jugaba espontáneamente.
Se mostraba hipersensible a la conducta del terapeuta, por ejemplo cuando
tosía, ella le decía: "Espero que no estés enfermo" o "¿Estás bien?". Seguía las
indicaciones al pie de la letra, pero no era capaz de tomar la iniciativa en el
juego. Se tuvieron que dar permisos explícitos cada vez, antes de que utilizara
la casa de muñecas. El terapeuta le pidió a Liza que le mostrara lo que hacía en
casa. Utilizando la casa, se volvió muy eficiente al limpiar los pisos, bañar al
bebé, alimentar a la madre enferma, dándole masaje y preguntándole si se
sentía mejor. Para establecer una relación de trabajo con Liza, el terapeuta no
pudo cuestionar su funcionamiento como una supermadre en el principio, pero
después de algunas semanas, éste cambió algunas tácticas. El tomó el papel de
un niño que se enfermó y necesitaba que su madre lo cuidara. Al principio, Liza
pareció confusa, exclamando: "Liza nunca se enferma". El terapeuta le aclaró
que la muñeca niña no era Liza sino otra llamada "Jenny". Entonces Liza
procedió a jugar como la madre de "Jenny", quien gritaba con ira que Jenny era
una "buena para nada". El terapeuta dijo que Jenny era aún muy pequeña y
necesitaba que la cuidara, si su madre estaba muy enferma para hacerlo, debía
buscarse otra persona mayor para que la ayudara a cuidarla. Liza le preguntó al
terapeuta si a él le gustaría ser esa persona. Después insistió en ser Jenny,
porque no le gustaba Liza, quería ser un bebé. A partir de entonces, tuvo
regresiones en las sesiones al ser un lactante, quería que se le cargara,
acariciara, desvistiera y cambiara de pañales. Hablaba como bebé, se volvió
exigente y se resistía a cualquier sugerencia para "crecer". Como Jenny, podía
ser irresponsable, caprichosa y agresiva sin el temor a represalias (su ira
reprimida y su depresión por las golpizas de su madre, las tareas de casa y la
ausencia de su padre se hicieron evidentes). El terapeuta se preocupó porque
estas regresiones en el juego pudieran extenderse a la casa y empeoraran la
relación de Liza con su madre, por lo que trató de mantener el papel de Jenny
estrictamente dentro de un contexto de "fingir", terminando el juego cinco
minutos antes de finalizar la sesión para tener un "tiempo de plática" para
relacionar a Liza a un nivel de edad apropiado. La niña fue capaz de diferenciar
entre el juego en el consultorio y la realidad en casa, donde no podía actuar sus
fantasías de dependencia. Durante ocho semanas se aferró tenazmente a su
juego de Jenny-bebé, tolerado por el terapeuta. Dejó que Liza decidiera cuando
estuviera lista para proceder a la siguiente etapa. Un día anunció que Jenny
tenía un "cumpleaños" —el tercero— y que iba a invitar a su mejor amiga de la
escuela a la fiesta, ésta fue su primera decisión autónoma.
ANTECEDENTES
Denny de siete años, fue referido por su familia substituía por conductas ex-
trañas —hablar con "amigos" imaginarios, violentas explosiones de ira en las
que arrojaba lo que tuviera a su alcance, orinarse en la cama e incapacidad
para relacionarse con sus compañeros de escuela.
Denny era el menor de tres hijos de una drogadicta y un alcohólico que
golpeaba a su esposa, no así a los niños. Debido a la situación matrimonial
tan dura, la madre trató de abortar a Denny cuando estaba embarazada; poco
después de su nacimiento, ella intentó suicidarse. La madre fue hija de
padres alcohólicos que la maltrataban físicamente. Después de recuperarse
Denny tardó tres meses con una sesión semanal, para establecer una
relación superficial con el terapeuta. A pesar de que no tuvo dificultad desde
el comienzo para separarse de sus padres substitutos, ignoraba y evitaba al
terapeuta en el salón de juegos, llamándolo únicamente cuando necesitaba
un juguete o un crayón. Hacía dibujos repetitivos de hombres espaciales que
siempre estaban en guerra. Si el terapeuta trataba de hacer conversación
sobre sus dibujos, se levantaba, extendía los brazos para mantener su
distancia de aquél y empezaba a hablar con un amigo imaginario, "Superman
Talo". Frustrado por la falta de comunicación, el terapeuta pensó en utilizar
antipsicóticos para reducir estas conductas "tipo autistas" y ganar acceso a él.
En vez de ello decidió tratar de unirse a Denny en su mundo interno. Estaba
convencido de que la evitación de Denny hacia él y a las figuras humanas de
muñecos, se relacionaba con el temor extremo al contacto debido a sus
experiencias de violencia pasadas. Empezó a expresar interés en "conocer a
Talo". En la doceava sesión se presentó un progreso cuando Denny anunció
que "Talo" iba a venir a visitar la "ciudad". El hizo la ciudad, utilizando la casa
de muñecas con sus habitantes, una cárcel hecha con bloques, un cine y un
restaurante. Este fue el comienzo de su relación con símbolos humanos y una
utilización de juego real.
Denny aprendió los movimientos de las diferentes piezas del ajedrez muy
rápidamente. A pesar de que por lo general éste no se utiliza en la terapia
de juego, se pensó que era importante estar de acuerdo con la elección de
Denny de un nuevo juego y nivel de funcionamiento. Desde luego, el
nuevo aspecto de este juego era que Denny tenía que interactuar con el
terapeuta en forma directa. Era impaciente, y necesitaba ganar a toda
costa, cambiando las reglas y haciendo trampa abiertamente. Tenía sed
de elogios y era hipersensible a la crítica, arrojaba el juego de la mesa si el
terapeuta trataba de enseñarle un mejor movimiento. Este no retaba a
Denny, con el fin de mantener su interés en el juego, y por supuesto, cada
vez que perdía causaba gran beneplácito a Denny. Llamaba al terapeuta
"tonto" y "retrasado". Pero sólo proyectaba sus propios sentimientos de
inadecuación (o insuficiencia). Al mismo tiempo, preguntaba seriamente si
Seguimiento
Las sesiones de terapia de Denny terminaron hace dos años. Ahora tiene 1 1
años, asiste a una clase regular y tiene calificaciones promedio. Vive en la
misma casa substituía, pero tiene contactos regulares con su madre, quien se
volvió a casar y divorciar, continuando con su estilo de vida caótico. Sin
embargo, Denny tiene una visión realista de la capacidad de ella como madre.
"Me ama lo mejor que puede". El orinarse en la cama, la agresión y conductas
extrañas cesaron. Aún tiene algunos problemas con sus compañeros y a
menudo evita conscientemente el contacto, a menos que los adultos
estructuren las actividades.
REACCIONES POSTRAUMATICAS
maltratados del rapto del autobús escolar Chowchilla (ver capítulo 17),
descubrió que el temor del trauma posterior, sueños traumáticos y una
revivencia repetitiva de actitudes, temores y acciones durante el incidente,
persistían largo tiempo después de que la situación peligrosa terminó. Green
(1978b), en su trabajo con niños maltratados, los encontró preocupados por
fantasías violentas y sufriendo periódicamente de estados de ansiedad aguda
con anticipación al trauma posterior.
El niño que es atacado por el padre de cuyo cuidado es tan dependiente,
puede tener que estar en guardia constante para prevenir los ataques. La
hipervigilancia y el sobresalto son algo común en estos niños. El esperar ser
lastimado se generaliza, cualquier persona, incluyendo a los compañeros, se
percibe como peligrosa, si alguien se acerca al niño éste puede atacar para
defenderse contra una lesión esperada. Para muchos niños maltratados las
interacciones violentas que tienen con sus padres se vuelven la principal o
única relación que conocen. Con el fin de mantenerse en contacto pueden
provocar el maltrato una y otra vez y desarrollar un patrón de relación
autodestructivo y masoquista. Otros se identifican con el agresor poderoso
para desviar los sentimientos de desamparo y ansiedad, y parecer duro,
controlado y violento como sus padres.
La repetición de patrones sadomasoquistas o la identificación con el
agresor pueden perpetuar la conducta que busca el maltrato en la vida real,
inclusive después de que se suspenda. El objetivo de la terapia de juego es,
primero, ayudar a estos niños a dominar su "traumato-fobia" y después
abandonar los patrones que tienen la probabilidad de invitar al maltrato o
rechazo.
La mayoría de los niños que asisten a terapia, tarde o temprano
mostrarán temor de que el terapeuta los lastime o abandone como sus
padres lo hicieron. Por lo tanto, es importante que desde el principio, el
terapeuta les asegure que no serán lastimados físicamente. Debe
establecer límites —a nadie se va a lastimar. Por otro lado, los conflictos
sobre la agresión pueden expresarse libre y seguramente con las figuras
de la casa de muñecas.
A menudo, la primera etapa de la terapia consiste en ayudar a los
niños a dominar los temores del trauma. El terapeuta debe permitirles
repetir la experiencia del trauma, verbalizar los sentimientos relacionados
con su juego y ayudarles a diferenciar en forma gradual el mundo que los
rodea en una forma más realista, en lugar de generalizar
indiscriminadamente los temores del trauma.
víctima con el brazo roto también parecía ser él. Con la ayuda del terapeuta,
John empezó a verbalizar los sentimientos tanto del agresor como de la
víctima. El agresor era "loco", "fuerte" y "malo"; la víctima era "tonto" y
"miedoso" y "en el fondo muy enojado". Los sentimientos de vulnerabilidad de
John salieron a la superficie cuando la figura del padre cambió su ataque hacia
su aliado —el niño. Cuando el terapeuta señaló que el niño debía sentirse muy
asustado y engañado, John estaba muy ansioso, no quiso regresar a la terapia
y acusaba al terapeuta de querer lastimarlo. Transferir sobre el terapeuta la
imagen de los padres es común en el proceso terapéutico. Pero aunque el
terapeuta no podía prometerle a John una conducta segura con sus padres, sí
podía asegurarle que se encontraba protegido de violencia dentro del
consultorio, y lo más importante, dentro de éste era seguro expresar los
sentimientos temerosos de ira, temor, inseguridad y tristeza por la pérdida de
su padre.
La abreacción emocional en una atmósfera de apoyo, a menudo, alivia la
ansiedad paralizante de estos niños. Cuando esto se domina, sus síntomas —
expresados en hiperactividad, impulsividad y agresividad— con frecuencia
disminuyen y se puede trabajar para elevar la autoestima y las relaciones
objétales distorsionadas del niño. Desafortunadamente, muchos niños maltratados
se han atendido con medicación estimulante sólo por su hiperactividad (a menudo
son diagnosticados como DCM como John, a quien le administraron Ritalin
durante dos años sin mejoría). Estos medicamentos no alivian la ansiedad
postraumática, pueden incluso reforzar los sentimientos del niño de que hay algo
malo en él que no puede cambiar. Si de todas maneras se utilizan, deben existir
indicaciones cuidadosas y específicas, y combinarse con psicoterapia.
con "matarlo" con una navaja. Un mes más tarde su padre murió de una
enfermedad de los riñones. Desde entonces, Albert se llamaba a sí mismo
asesino. A pesar de que su madre le aseguró que él no había causado la
muerte de su padre, sufrió una grave depresión. En la escuela describían a
Albert como solitario, con rabietas explosivas ante la menor provocación. Lo
suspendieron en dos ocasiones por lastimar a otros niños.
Durante las primeras sesiones de terapia, Albert estuvo virtualmente
mudo. Repetidamente acomodaba bloques y los arrojaba sobre los muñecos
que había colocado tras ellos. Si no se cubrían por completo, arrojaba más
bloques sobre ellos. El terapeuta estaba molesto porque no podía provocar
verbalizaciones en el niño y comentó que la escena parecía un cementerio.
Albert respondió: "Eso es. Ahí es donde deben estar los asesinos". Entonces,
Albert lo miró súbitamente y preguntó, "¿me vas a matar?". Albert no creía que
no existiera un complot secreto, de que nadie sería lastimado en el consultorio.
Una y otra vez buscaba armas y acusaba al terapeuta de tener rayos
mortíferos en su reloj. Albert identificaba al terapeuta con su poderoso y
temido padre, y también proyectaba sus impulsos asesinos en él, dando por
resultado un temor y una necesidad simultánea de ser castigado o
"asesinado". Albert se volvió cada vez más provocativo, interpretando las
respuestas pacíficas del terapeuta como rechazo, hasta que en una sesión,
preguntó desesperado: "Si me quieres, ¿por qué no me matas?".
Subsiguientemente, en el juego, el terapeuta empezó a aclarar y diferenciar los
sentimientos confusos y conflictivos de Albert. Entonces, tomó el papel de un
niño malo que necesitaban poner en prisión y dispararle. El terapeuta tradujo
estos deseos y sentimientos en palabras. "El desear matar" se iguala con un
sentimiento de "ser malo, tan malo que se desea asesinar a alguien". Sin
embargo, el terapeuta era un adulto que podía contener tal impulso. También
podía tolerar que el "niño malo" expresara esa furia. El terapeuta no se
preocupaba por morir por los "malos pensamientos" del niño —sus deseos
asesinos o verbalizaciones iracundas. En realidad, Albert no mató a su padre.
Llegar a este punto llevó casi seis meses.
Después de que Albert separó al terapeuta de la imagen de su padre,
comenzó a idealizarlo. Repentinamente cambió de un niño difícil a uno
"perfecto". Le dio regalos al terapeuta y por todos los medios trataba de
Durante la etapa final de la terapia (en el segundo año), Albert quería juegos
competitivos como las damas. La agresión se canalizó en la competencia, el ganar
o perder en lugar de asesinar o ser asesinado fueron experiencias totalmente
nuevas para él. Al mismo tiempo, empezó a expresar tristeza porque su padre
nunca había jugado con él. Se dio cuenta de que él fue diferente de otros padres.
¡Era injusto! pero no podía cambiar nada. Empezó a ver a su padre como una
persona que tuvo problemas propios que no le permitieron ser feliz, y que la forma
en que trataba a su hijo era más bien el resultado de sus problemas y no algo que
Albert hubiera hecho.
Seis meses después de terminar la terapia, Albert iba bien en la escuela,
tenía algunos buenos amigos y ya no se peleaba constantemente.
Los padres negligentes son diferentes, y por lo tanto, sus hijos también. En
contraste con la intensa relación patológica entre padre e hijo de las familias
que maltratan a sus hijos, en las que el niño representa a menudo una
identificación proyectiva de una persona o yo "malo", los padres negligentes,
son incapaces de "dotar al niño con un valor personal" (Gladston, 1979). Estos
niños sufren una falta de atención, que en casos graves conduce a la
subestimulación, retrasos en el desarrollo global, apatía y dificultades en los
afectos interpersonales.
Establecer una relación terapéutica de trabajo, debido a la poca
responsividad del niño, puede tomar largo tiempo. Como en el caso de
Wendy, ya descrito, la comida o dulces son útiles para hacer que participe en
la terapia y pueden tener que usarse extensivamente. Una vez que se da el
apego, la regresión se hace intensa y duradera. Los intentos prematuros de
promover la autonomía se encuentran con una feroz resistencia o aislamiento
renovado —profunda depresión por la amenaza de abandono. La relación con
el terapeuta se caracteriza, casi siempre, por manipulación e intentos de
explotación como defensa contra esta depresión de abandono.
Ejemplo de un caso: Mark, un niño de cinco años, fue referido a terapia porque
no se adaptaba a su hogar substituto, a pesar de que había estado bien en un
tratamiento interno después de tres meses de su ubicación ahí. La corte lo separó
de su madre después de que ésta trató de apuñalarlo. La madre fue diagnosticada
como esquizofrénica crónica y se encontraba siguiendo la orden alucinatoria de
"deshacerse del diablo". Durante su estancia en el tratamiento interno, Mark, un
niño extremadamente brillante y verbal, había representado el incidente y al
parecer había aceptado que su madre estaba "loca". Se negó a verla y se
mostraba deseoso de vivir con sus padres substitutos, a quienes había conocido
mientras se encontraba en el programa interno. Pero una vez en el hogar
REACCIONES DE CONTRATRANSFERENCIA
RESUMEN Y CONCLUSIONES
Las pocas publicaciones que tratan sobre el resultado de la psicoterapia en
niños víctimas de maltrato y/o negligencia confirman nuestra impresión de
que la mayoría de éstos, se benefician significativamente con el
tratamiento.
Beezeley y cols. (1976b), descubrieron que los niños que permanecían
en la terapia de juego por un año, cuando menos, mostraban mejorías
significativas en su habilidad para confiar en los adultos, retrasar
3.2
TERAPIA DE JUEGO CON NIÑOS DE PADRES
DIVORCIADOS
Alian E. Mendelí
INTRODUCCIÓN
La preocupación de los clínicos sobre el impacto del divorcio en los niños referidos
para ayuda psicoterapéutica, está apoyada por recientes estudios psicológicos
estadísticos. Kalter (1977), Kalter y Rembar, (en prensa), encontraron que una
tercera parte de los niños referidos a una clínica psiquiátrica típica de universidad
(University of Michigan, Ann Arbor), eran hijos de padres divorciados, casi el doble
de la frecuencia de los hijos de padres divorciados en la población normal. Kelly y
Wallerstein (1975, 1976, 1977), encontraron que en una población "no clínica" en
California, 44% de los niños en edad preescolar (de dos y medio a seis años)
estudiados en el momento del divorcio, "se observó en el seguimiento, un año
después, que presentaban un trastorno psicológico significativamente
deteriorado", con resultados estadísticos inquietantes para los grupos en edad de
latencia temprana y tardía. Estos hallazgos los acentuaron Kalter y Rembar (en
prensa), quienes descubrieron en sus muestras clínicas en dos terceras partes de
una población de niños que experimentaron la separación de los padres hace más
de cinco años, que "el dolor del divorcio y sus expresiones particulares eran aún
intensamente vividas". Kalter sugiere que "los niños cuyos padres se divorcian
pueden ser especialmente vulnerables a los tipos de conflictos del desarrollo que
resultan en la referencia psiquiátrica".
Según la sugerencia de Kalter, creo que es más útil pensar en el divorcio en
términos de "interferencia en el desarrollo". "Una "interferencia en el desarrollo'
puede definirse como cualquier cosa que perturbe el desenvolvímiento típico en el
Una vez más, Kalter y Rembar (1981), y Kelly y Wallerstein (1975, 1976, 1977),
ofrecen pruebas estadísticas y observacionales de la importancia del nivel de
desarrollo del niño en el momento del divorcio, para determinar qué tan perturbado
se manifestará. En forma más significativa, Kalter encontró evidencia de un "efecto
de déficit acumulativo moderado" (en tanto más pequeño sea el niño en el
MÉTODO
menudo un lenguaje extraño que los niños aprenden con el objeto de comprender
el mundo de los adultos; el juego es su lenguaje natural y afectivo, y la expresión
de su vida afectiva,". En la parte restante de esta sección, se ennumerarán y
describirán con brevedad estos temas, necesariamente incompletos.
DUELO
El divorcio significa la pérdida parcial de una relación (por lo general, con el padre,
aunque el niño casi siempre tendrá que soportar la disponibilidad disminuida de
ambos padres, ya que la madre tendrá que trabajar o de alguna manera estará
preocupada, es decir, deprimida). No obstante, la pérdida es permanente. La
habilidad del niño para lamentar una pérdida permanente es tema de controversia.
Cuando Freud (1917), escribió sobre la habilidad del adulto para reaccionar ante la
muerte de un ser amado, utilizó el término "duelo" para decir "que la reacción a la
pérdida en la que el objeto perdido es descatectizado gradualmente por el trabajo
doloroso y prolongado del recuerdo y prueba de realidad" (Wolfenstein, 1966).
Algunos observadores (Nagera, 1970; Wolfenstein, 1966), afirman que este
proceso no es posible hasta que se es adulto; Furman (1964), propone que el
logro del nivel fálico del desarrollo es un prerrequisito junto con la disponibilidad de
un ambiente de apoyo para permitir que el niño tolere el dolor concomitante;
Bowlby (1960, 1980), señala la manifestación de "protesta, desesperación y nega-
ción" en niños muy pequeños separados de sus madres, como algo similar al
"duelo patológico" de los adultos. Sin embargo, no hay discusión sobre que todos
los niños muestran evidencia de dolor como reacción a la pérdida, cuando el
término "duelo" se utiliza como Tessman (1978) lo propuso para denotar "el estado
afectivo de tristeza, dolor y desolación cuando hay una añoranza no correspondida
por una persona ausente en forma suprema".
Deutsch (1937), notó que los niños tienden a alzar el vuelo del sufrimiento
vinculado al dolor. Propuso que el yo del niño no está lo suficientemente
desarrollado para soportar la presión del duelo y por lo tanto, trata de burlar al
proceso mediante una regresión infantil (como observaron Kelly y Wallerstein,
FANTASÍAS DE REUNIÓN
Como señala Nagera (1970), la tendencia del niño a mantener o recrear la relación
del objeto perdido es una evidencia de su incapacidad para completar el proceso
de duelo. En ocasiones la fantasía permanecerá dormida o se conservará en
secreto durante años porque crea al niño conflicto en el conocimiento de la
realidad (Tessman, 1978), sólo para abrirse (en ocasiones en forma idealizada),
cuando la provoca un suceso externo amenazante como el nuevo matrimonio de
uno de los padres o decepción con un padre substituto. A veces, bajo el impacto
de la pérdida del objeto, el niño regresará a formas primitivas de pensamiento y
solución de problemas, utilizando gestos mágicos para asirse o provocar el retorno
de la relación perdida. (James intentaría, en la transferencia, "asirse" al terapeuta,
evitando que terminara la sesión a tiempo, aprisionándolo en una jaula
imaginaria). En ocasiones la reunión en fantasía se actúa en substitución de una
conducta sobre-seductora con los varones. (Los casos de Madeleine y James
ilustran este punto notablemente).
Lohr y cols, (no publicado), distinguen la fantasía de reconciliación como un tipo
especial de fantasía de reunión.«Utilizan el término "fantasía de reconciliación"
para denotar "el deseo del niño de continuar los lazos de un padre al otro como a
sí mismo". Kelly y Wallerstein (1976), encontraron que este tipo de fantasía estaba
ampliamente extendida y en forma persistente en la muestra de niños en edad de
latencia con la que trabajaron. Algunos autores (Lohr y cols., Tessman, 1978;
PROBLEMAS DE IDENTIFICACIÓN
"La identificación se define como una transformación del yo, donde éste se vuelve
similar al objeto exterior" (Chethik y cols., no publicado). El "sentido del yo" de una
persona se debe, en gran parte, a la identificación con objetos de figuras paternas
durante la infancia temprana. El proceso de identificación en el desarrollo normal
se da, en parte, por las separaciones naturales diarias del objeto, esto es, a través
de la identificación el niño puede, en cierto sentido, mantener el objeto añorado
ausente con él. Así, "es a través de la identificación que el niño busca minimizar su
vulnerabilidad a los objetos" (Chethik y cols., no publicado). La identificación con
las figuras paternas juega un papel importante en el desarrollo del superyó, ideal
del yo e identidad sexual.
Chethik y cols, (inédito) han observado que es un fenómeno común que los
niños traten de retener al padre divorciado ausente a través del proceso de
identificación. Encontraron que bajo el impacto del estrés de una ruptura familiar
grave, numerosos niños, "luchando con los aspectos agudos de la pérdida, ‘se
vuelven' el objeto perdido. Casi siempre, éste es un cuadro sintomático transitorio,
una identificación parcial y un componente de un proceso de duelo agudo". Sin
embargo, esta identificación defensiva se puede establecer, en especial si el padre
con la custodia tiene la necesidad de que el niño asuma ciertos aspectos del padre
que se fue, con el fin de continuar la batalla matrimonial (en esta ocasión con el
niño), o retomar conflictos familiares de su propia infancia. (La madre de
Madeleine permite que ella tome el papel de su padre durmiendo y bañándose con
ella; la madre de James se queja de sus lloriqueos, irresponsabilidad y de su
comportamiento avergonzante, de la misma manera en que se quejaba de estos
atributos en su ex-esposo).
Neubauer (1960), observa que la ausencia de uno de los padres durante la
etapa edípica del desarrollo, tiene un potencial patógeno para la formación del
superyó y la identificación sexual. En el cursó del desarrollo del superyó, el niño
aprende a repudiar la gratificación instintiva inmediata con el fin de satisfacer al
padre. Wolfenstein (1966), señala que en ocasiones la buena conducta del niño se
puede basar en un tipo de "trato", de que si es "bueno" nada malo sucederá.
Cuando el padre se aleja, el niño siente que el trato se ha anulado, y, en
consecuencia, rechaza con enojo los acuerdos internalizados previamente. Las
ilustraciones de caso proporcionan ejemplos dramáticos de confusiones sexuales,
así como la falta de una prohibición adecuada del superyó, que puede resultar a
partir de la ausencia del padre edípico: Madeleine intenta adquirir el pene del
terapeuta; James asume una posición edípico-negativa en fantasía hacia el
terapeuta, intentando tener un bebé por él y establecer una casa con él.
MATERIAL DE CASO
MADELEINE
Madeleine, de seis años y medio, fue traída por su madre a solicitud de la maestra
de la niña, quien se encontraba bastante preocupada por su " conducta grotesca"
en clase, que consistía en prestar poca atención, fácil distracción, poca tolerancia
a la frustración, una tendencia a "entrar en un aturdimiento" y una propensión a
excitarse con facilidad (manifestada saltando, con golpes espasmódicos de sus
brazos, gateando o gritando fuertemente). La maestra no pensaba que ella fuera
hiperactiva, sino que estaba reaccionando a las constantes peleas entre sus
padres, que se divorciaron cuando la niña tenía dos años y medio.
La madre de Madeleine de 46 años, se presentó en forma desconcertante como
una histérica. Una señora exigente e impositiva en virtud de su tamaño, también
tenía un ingenio que podía utilizar en forma destructiva, principalmente en
detrimento de su ex-esposo más reciente, el padre de Madeleine, pero también en
ocasiones contra el terapeuta o el abuso categórico de todos los hombres en
general. Cuando esta señora hablaba se tenía la sensación de que lo mejor era
sujetarse y esperar en suspenso para ver a dónde la llevarían el torrente de
palabras, tormenta de emociones y cambios abruptos de ánimo. El recuento de su
vida revelaba memorias infantiles de un padre remoto e idealizado, y una madre a
quien describió como narcisista, descuidada y siempre en problemas con ella. Su
tormentosa historia incluía tres matrimonios, tres divorcios y tres intentos suicidas
por sobredosis de drogas (ninguno durante la existencia de Madeleine).
Se hace un agradecido reconocimiento al Dr. Harvey Falit, M.D., por su ayuda como
supervisor de este caso.
escuela y que ella no sabía el significado. Era una experiencia muy dura
saber que Madeleine podía conocer cosas que la madre no. Reconoció que
su incapacidad para diferenciar sus sentimientos de los de su hija
dificultaba que tolerara sentimientos dolorosos, tristes y de enojo. Con el
tiempo, la madre pudo tolerar y apoyar algunas expresiones adecuadas de
estos afectos por parte de su hija sin sentirse totalmente rechazada y un
fracaso corno madre. Pudo unir su necesidad de una madre al hecho de
que ella percibía a su madre como descuidada y narcisista. A pesar de que
la madre se sintió cada vez más en conflicto por la utilización excesiva de
Madeleine para satisfacer sus propias necesidades, no fue capaz de seguir
el consejo de buscar su terapia. A pesar de ello, después de seis meses de
terminada, se comunicó con el terapeuta para informarle que había
ingresado a una terapia de grupo específicamente para padres divorciados.
Otro de los temas principales en la orientación a padres fue la relación
volátil de la madre con el padre. Su tendencia a utilizar la escisión como
una defensa, le hizo extremadamente difícil llevar a cabo cualquier tipo de
relación cooperadora de padres con su ex-es-poso. Al comienzo de la
terapia, la madre lo veía como a un homicida maniático que quería raptar a
su hija, aunque nunca hubo evidencia de que hubiera abusado de
Madeleine en ninguna forma que no fuera la desconfianza respecto a las
visitas y pensión alimenticia para la niña. La madre temía tomar una acción
legal contra él porque de alguna manera él ganaría, a pesar de sus atrasos
en los pagos de la pensión. En vez de ello, utilizaba la prohibición de las
visitas a la niña como un medio de presión para los pagos.
Por ello, el terapeuta tenía que tomar un papel importante como "yo
auxiliar" no sólo para ayudar a la madre a establecer límites entre ella y su
hija, sino para que lidiara en forma más realista con su ex-marido. Una vez
más, la madre tuvo que separar sus sentimientos de los de Madeleine para
reconocer que su hija necesitaba y deseaba sostener una relación con su
padre. El terapeuta resistió el argumento de la madre para hablar con el
padre de la niña "con cordura" ya que esto podría haber encubierto su
Parecía que Madeleine nunca se cansaba del juego del Conde Conde, y se subía
a los muebles y saltaba por toda la habitación, muy excitada riéndose todo el
tiempo. Con frecuencia solicitaba ir al baño y revisar cómo estaba mami. Hacía
intentos por sentarse en las piernas del terapeuta y brincar sobre su espalda para
que le diera una vuelta de "caballito". A Madeleine se le informó que esta conducta
"excitada" y que interfería con nuestra habilidad para realizar la terapia, así como
el trabajo escolar, tenía que controlarse. Madeleine pudo relacionar su conducta
excitada en terapia con su conducta cerca de Bob, de quien estaba "enamorada".
Debido a su intensa necesidad de complacerme, pudo controlar su conducta
excitada. Su necesidad de revisar cómo estaba su mamá se redujo por
interpretaciones de que temía que su madre la dejara. Después de 1 mes de
terapia, la maestra de Madeleine me informó que su conducta sobreexcitada había
cesado, su trabajo escolar había mejorado pero que todavía se veía deprimida y
distraída. A las seis semanas, la madre me informó que la niña ya no mostraba
evidencia de desear ir a la cama con ella y Bob, y ya no se mostraba tan
entusiastamente recíproca como en el pasado cuando Bob la abrazaba y besaba.
(Esto coincidió con la decisión de la madre de reprimir estas conductas. Por lo que
este cambio en la conducta de la niña pudo haberse debido, parcialmente, a un
cambio en las señales que su madre y Bob le daban). En este momento,
Madeleine expresó el deseo de suspender la terapia porque era "frustrante".
Cuando me compadecí de lo frustrante que podía ser para ella reprimir su
excitación y deseo de tenerme como padre, Madeleine contestó en tono
agonizante " ¡Estoy aburrida, aburrida, aburrida!" (El aburrimiento es una
respuesta común a las situaciones donde a uno no se le permite gratificar sus
deseos).
Entonces Madeleine comenzó un trabajo sobre "un libro de copos de nieve".
Dibujó "familias" de copos de nieve. El padre copo de nieve generalmente era el
mayor. Le pregunté si el tamaño significaba que él era el más importante.
Madeleine lo negó, afirmando que "todos son igualmente importantes". Le
pregunté si en ocasiones sentía que su familia era diferente porque su padre no
vivía con ellas. Negó que su familia fuera diferente. "Todas las familias son
iguales. No importa si tienes un padre o no". Poco tiempo después, ocurrió algo
que hizo de esta sesión la más memorable para el terapeuta. Empecé lo
suficientemente tranquilo con Madeleine pintando afanosamente un tapete de
cuerdas que trajo consigo. Entonces empezó a hablar conmigo en un "lenguaje
secreto", que en seguida reconocí como inglés con una "r" colocada al principio de
cada palabra. Empecé a responderle en el lenguaje secreto de la "r", al que
reaccionó en forma excitada. Empezó a ver frenéticamente en los cajones del
escritorio mientras observé y comenté que era una niña a quien le gustaba
explorar y ver lo que había dentro de las cosas. Madeleine estuvo entusiastamente
de acuerdo con esta observación diciendo "Sí, lo soy", y babeando, de pronto se
volteó y me embistió, colocando sus dos manos sobre mi entrepierna. Fue difícil
quitar sus manos. Entonces sugirió que jugáramos al "tesoro escondido". Empezó
por esconder las claves mientras yo me acomodaba. Entonces me observó
excitadamente cuando yo descubría las claves y encontraba el cajón del tesoro al
final, lleno de monedas y piedrecillas. Comenté que sabía en qué otro tesoro
estaba ella interesada; ella quería explorar que había dentro de mis pantalones.
Ella lo negó. Le señalé que acababa de poner sus manos sobre mi pene. Ella lo
negó, diciendo que había puesto sus manos sobre mi pierna. Señalé que muchas
niñitas se interesaban en los hombres y sus penes. Empezó a gritar, " ¡Estoy
aburrida! ¡Estoy aburrida!" Insistí en que muchas niñas sienten curiosidad por las
diferencias entre niños y niñas. Me informó que no había diferencias. Insistí en que
los niños tienen pene y las niñas vagina. Abrió el bolsillo de mi saco y señalando
que estaba vacío dijo, "Ve, no hay diferencias". Insistí en que los niños tienen
pene y las niñas no, y que en ocasiones era difícil admitir esto. Finalmente asintió
diciendo, "Bueno, ¡aparte de que no hay diferencias!" Con esto quedaba claro que
la niña pensaba que los papis eran más importantes porque tenían pene, y que
ella era una niña privada porque no tenía un papi o un pene. Para compensar esta
dolorosa realidad, ella tenía que negar tenazmente las diferencias, aunque no
podía contener su intenso deseo de poseerlo. Este incidente fue el que me
convenció en una etapa relativamente temprana de mi adiestramiento de que la
envidia por el pene en realidad existe.
Terminación
Después de un mes en el año escolar y de 10 meses de terapia, se decidió
terminar en seis semanas. Se tomó la decisión porque después del regreso a la
escuela, ninguno de los síntomas que presentaba la niña retornaron. Era una
excelente alumna con muy buenas relaciones con sus compañeros y sin
problemas de conducta. (Aún continuaba mojando su cama ocasionalmente por la
noche, pero esto no le preocupaba a ella ni a su madre, y tampoco evitaba que la
niña pasara noches con sus amigas o en campamentos). Pareció que los
problemas edípicos de Madeleine se habían resuelto y que se encontraba
firmemente en la etapa de latencia. Era verdad que aún existía una relación
simbiótica no saludable entre madre e hija, pero la niña servía como yo auxiliar a
una madre "límite" en la mejor forma que podría esperarse. Pareció que ya no se
podía hacer ningún otro progreso en terapia a menos que la madre deseara
someterse a ésta, lo que no sucedía.
Con el anuncio de la terminación, Madeleine finalmente pudo manifestar enojo
hacia mí, " ¡no voy a maldecir cuando termine la terapia!" Cuando estuve de
acuerdo con su enojo, desapareció rápidamente. La niña explicó que lo que quiso
decir fue que podría continuar en terapia dos años si fuera necesario. Se
encontraba abierta para expresar su tristeza por la terminación y estuvo a punto
de llorar algunas veces. Habló con su maestra y su madre de su tristeza y con
enojo reclamó a la última, "¿Cómo pudiste involucrarme en la terapia sin
consultarme?" Así, ella culpaba a su madre por el fin de la terapia como lo hacía
por la falta de padre y pene.
Durante la primera parte de la fase de terminación, su conducta de coqueteo
tuvo un ligero aumento, una regresión leve, como si tratara de atarse a mí con el
regreso de los síntomas iniciales. Sin embargo, cuando trató de hablarme de una
canción subida de color que se cantaba en la escuela, se avergonzaba
honestamente y por último tenía que escribir las palabras en una hoja de papel
porque no podía decir, "Hay un lugar en Francia donde las mujeres danzan
diferente a la última. Su madre le explicó que ya no discutía tanto con Bob. La niña
contestó, "Sí, cuando él se mude, ¡es cuando empezarán a discutir nuevamente!"
A la niña también le preocupaba lo que haría Bob con su familia. Pensaba que no
estaba bien que él la abandonara, como su padre la dejó a ella.
En su última sesión, Madeleine se presentó con una fotografía de ella como
bailarina y una tarjeta con gansos volando al sur por el invierno. Después que
cerró su gaveta por última vez, se volvió a mí, apretó mi mano nerviosamente y
con voz emocionada pero firme dijo, "Adiós, Dr. Mendell".
Formulación
El caso de Madeleine concuerda con el descubrimiento de Kalter y Rembar (en
prensa), de que "la separación y el divorcio durante los primeros años del niño se
relacionaban con una incidencia significativamente más alta de perturbaciones no
agresivas en la relación padre-hijo en los grupos de latencia de niños y niñas".
Al parecer Madeleine estuvo dotada desde el nacimiento con la suficiente
capacidad del yo y experimentó buenos cuidados maternos durante la infancia
temprana para superar el ambiente familiar caótico, sin sufrir patologías tempranas
graves. Parcialmente, debido a la ausencia del padre desde los dos años y medio
en adelante, no había quién la protegiera de formar una relación simbiótica con
una madre "límite". Debido a la pérdida del padre, lo que pudo haber coincidido
con el descubrimiento de que ella no tenía pene, la niña desarrolló una intensa ira
hacia su madre por haberla privado de un* padre y un pene. La proyección de esta
ira, aunada a la realidad de que mamá se ausentaba diariamente por mucho
tiempo, aumentaron su ansiedad de separación. Esto condujo a una intensificación
del conflicto-edípico y una detención del desarrollo en esta etapa. Papá y Bob
servían como objetos edípicos remotos, misteriosos, altamente excitantes y
deseables. La ira proyectada y el temor constante de venganza por la pérdida de
objeto se compensó asiéndose a su madre y deseando complacerla y tratarla
como si "fuera la hija". La madre, debido a una sobreidentificación con la niña
utilizaba un juicio pobre al permitir que se sobreestimulara sexualmente a su hija.
Todo esto resultó en el cuadro de síntomas que se presenta. El terapeuta sirvió
como un "facilitador del desarrollo" para la niña, ayudando a dominar los aspectos
edípicos (envidia del pene y ansiedad de separación), para que pudiera pasar a la
latencia. El terapeuta sirvió como un yo auxiliar a la madre, ayudándole a crear
condiciones en el ambiente hogareño que no obstruyeran el progreso del
desarrollo de Madeleine.
Al final de la terapia, Madeleine había fortalecido sus recursos del yo hasta el
punto en que ganó control sobre sus impulsos. Se convirtió en una niña inteligente
y llena de recursos, con una habilidad superior al promedio, para articular sus
sentimientos. Pienso que el peligro potencial radica en la tendencia de la niña a
somatizar y en que se le enfrente prematuramente al trabajo de ser una madre
para su verdadera madre. Madeleine tiene la probabilidad de crecer y llegar a ser
extremadamente competente y exitosa pero con úlceras y migraña.
JAMES
James, de seis años, fue referido por su madre que se encontraba preocupada
porque el niño "no brinda el espacio suficiente para los demás, ni físico ni
emocional". "Es totalmente desinhibido para todo". "Puede Ud. ir caminando por la
calle y él se monta en sus pies". "Constantemente se entromete en los asuntos de
los demás". "No hace lo que se le dice a menos que lo haga un extraño". La madre
se quejaba de no tener la capacidad para establecer y mantener límites con
James y temía que si él no aprendía a tener control de sí mismo, algún día
terminaría en líos con la ley.
El estilo de vida de la familia era complejo. Bo y Amy, los padres de James, se
divorciaron en febrero de 1978, después de una separación de siete meses. Amy,
James y el hermano de éste, Kerry de 13 años, se quedaron en la casa en que Bo
creció y que pertenece a sus padres. Después de que Bo se fue, Dave, el
hermano de Amy, se mudó con ellos mientras Amy y James empezaron a pasar
de tres a cuatro noches a la semana en la granja del novio de Amy, Terry, que era
el "mejor amigo" de Bo. Se prefirió que Kerry permaneciera en casa con el tío
Se hace un agradecido reconocimiento a Mort Chethik por su ayuda al supervisar este
caso.
Dave. Si el lector piensa que esto es confuso, sólo puede darse una pequeña idea
de cómo debió haber experimentado la situación James.
les vendía a menor precio, el hombre rico que poseía al pueblo les regaló muebles
y ropa de segunda mano, el propietario de la casa, al desalojarlos por no pagar la
renta (debido a que el padre no enviaba dinero), les ayudó a empacar y buscar
nuevo alojamiento. Amy trabajó en una granja de caballos durante el verano antes
y después de la escuela. Tenía que llevar consigo a sus hermanos a todos los
lugares donde iba, pero no permitió que esto la detuviera. Recuerda haber
cabalgado con cuatro de los niños amontonados en el caballo, frente a ella. En
realidad, nunca experimentó una adolescencia, ya que estos años los consumió
en la escuela, trabajo, caballos y hermanos. Sin embargo, no cayó en drogas, sino
que desarrolló un sentido de habilidad para sobrevivir, a hacer cosas, a confiar en
la gente e incluso destinada a ayudar cuando la necesitaban. Lo único que no le
agradaba era compartir la habitación con una hermana que no sabía ir al baño
cuando lo necesitaba y hacía sus necesidades sobre sus pertenencias.
Amy afirma que se sintió atraída por Bo porque "iba como seda" en su
formalidad y era agradable tenerlo cerca por sus habilidades como mecánico. Su
vida de casados fue feliz hasta que Bo se lastimó accidentalmente la espalda en el
trabajo y enfrentó su depresión tomando y viendo la televisión todo el día. Ella se
disgustaba porque al regresar del trabajo se encontraba con un esposo tomado e
irritable, la casa en desorden y su hijo Kerry sucio y descuidado. Empezó a
intimidar y a castigar a su esposo, tal como había visto que su madre lo hacía con
ella; lo que más adelante debilitó su ya de por sí pobre autoestima. Bo continuó
tomando después del trabajo. "Era corno vivir con un tornado. Siempre regresaba
enojado a casa. Aprendí a evitarlo. Descargaba su furia en Kerry. No lo agredía
físicamente, sino emocionalmente. Kerry aprendió a subir corriendo a esconderse
cuando oía que el carro de su padre llegaba".
Un día, Bo llegó inesperadamente temprano del trabajo y anunció que se
mudaba de ahí. Bo vivió por algunos periodos en su carro y con su madre, hasta
que finalmente alquiló un departamento. Algunos meses después del divorcio,
Terry, el "mejor amigo" de Bo se vio con Amy para negociar una reconciliación.
Terry y Amy empezaron a verse. Después de unos meses de salir juntos, Amy y
James pasaban ciertas noches en la granja de la familia de Terry, donde él vivía
que partir, el niño corre detrás de él para impedirlo, y un toro lo hiere. El niño, en
estado de coma, finalmente se recupera con las historietas del tío y felizmente se
reúne con su padre al final. La madre observó que sus dos hijos lloraron durante la
película. Sintió que les había hecho un gran daño al llevarlos a ver esa película y
se lamentaba diciendo que no los habría llevado si hubiera sabido de qué se
trataba. Le aseguré a Amy que por ningún motivo les había hecho daño a los
niños; sino que, parte de la función de la terapia era permitir que los niños
toleraran la tristeza que sentían por el abandono de su padre.
Esto condujo a un recuento conmovedor de los sentimientos de tristeza y de los
temores que acompañaron la partida de su padre cuando se divorció de su madre.
Reveló sus sentimientos de no valer nada cuando su padre dejó claro que
deseaba visitar a los niños y a las niñas más pequeñas, pero no a ella. A pesar de
esto, afirmó que si su padre estuviera derrotado y necesitara ayuda, ella recibiría
con alegría la oportunidad de hacerlo. Posteriormente, la enfermedad y muerte de
la perra Mooch, nos brindó la oportunidad de hablar sobre la tendencia de Amy de
evitar y reprimir los sentimientos dolorosos. Después de descubrir que Mooch
tenía una enfermedad terminal, la urgencia inmediata de Amy fue que
secretamente se llevara a la perra lejos y se le adormeciera sin que James y Kerry
lo supieran. Sin embargo, se le persuadió para que hablara con Kerry, y accediera
a su petición de mantener a la perra en la casa hasta que diera señales de
sufrimiento. Al poco tiempo Mooch murió mientras dormía. La madre respetó el
deseo de Kerry de tomarse un tiempo de duelo para enfrentar la muerte de Mooch.
Al adquirir la habilidad para reconocer su propia tristeza y sus temores de
abandono, Amy pudo tolerarlos en sus hijos y ayudarlos a enfrentar,
apropiadamente, los sentimientos dolorosos.
en la suya. Le mostré cómo funciona la combinación del cerrojo y recibió con gran
alegría la vista de los juguetes en particular un camión amarillo (los camiones son
muy apreciados por los miembros de su familia). Después se sintió muy atraído
por el Play-Doh. Mezcló los diferentes colores, la amasó, la aplastó, jugando trató
de untármela en la cara, se la llevó a la boca, simulando comerla y recalcó lo bien
que olía. Entonces decidió que hiciéramos pasteles y tuvo cuidado de dividir el
Play-Doh en partes iguales. En ocasiones su excitación era tanta que babeaba
sobre él, sobre mí y todo lo que le rodeara. Después decidió hacer un nido de
pájaro y me platicó una historia acerca de un gallo cuya madre lo picoteaba todo el
tiempo. Cuando le pregunté si su madre le había dicho por qué estaba aquí,
contestó que le dijeron que venía a hablar conmigo. Le expliqué que era un doctor
de preocupaciones que ayudaba a los niños que las tenían. En respuesta, me dijo
que la otra noche había tenido un sueño en el que un hombre atacaba a su mami
y a su papi. Lo atemorizaba. No pudo elaborar posteriormente el sueño. Cuando le
pregunté quién era el papi en el sueño, si Terry o Bo, contestó "Terry". Cuando le
dije que parecía que Terry actuaba como su papi en la vida real, mientras que su
verdadero padre no, estuvo de acuerdo y agregó que tenía un "Tío Dave que
actuaba como su verdadero tío también". Me contó de los grandes músculos que
tenía su tío, tan grandes como el contenedor de bloques, era más alto que yo y
podía levantar camiones con sus manos mientras cambiaba las llantas. Sobre mi
estatura comentó, "mamá me dijo que iba a ver a un doctor bajito", y sonrío.
Después James empezó a dar órdenes e instrucciones de cómo debería yo
ayudar a recoger, en cierta forma, porque yo había hecho parte del desorden.
Mientras hacíamos esto, me contó una historia sobre cómo él y su "padre" Terry
habían escalado una montaña de 2.5 km de "alta". Un hombre estuvo colgado en
esta montaña desde hacía algunos días. Después lo arrojaron atado con cables,
montaña abajo, se rompió la cabeza y murió. En seguida me contó que él iba
caminando por la colina y casi se resbala y rompe el cráneo. Comenté lo horrible y
atemorizante que debió ser, y contestó, "no, fue divertido. Yo estaba bien y le
hicimos señas a mi madre". Más tarde me hizo acomodar los soldados y
dinosaurios y se divirtió enormemente cargando los soldados con mamuts
lanudos, separó a los soldados en secciones, una para que cada elefante cenara.
Los elefantes eran una familia formada por un muchacho, una mamá, un bebé y
una hermana. No había padre. Luego, los dinosaurios formaron un círculo con las
colas hacia el centro para protegerse, porque a los elefantes les gustaba venir y
comerse sus colas. Un elefante trató de atacar el círculo, pero los dinosaurios
levantaron sus colas y lo mandaron a volar. Después tomó el camión amarillo y
empezó a volcarlo alrededor del cuarto, deleitándose en arrasar a los dinosaurios.
Me hizo cargar la parte trasera del camión con los dinosaurios para llevarlos a
enterrar a un lugar marcado por la bandera norteamericana. El tiempo se terminó y
James protestando me ayudó a recoger. Corrió fuera de la habitación y saludó a
su madre con un “bu”
Así, en la primera sesión, vimos el temor de que se le niegue lo que por
derecho le pertenece (juguetes), acompañado de excitaciones mal moduladas
como resultado de gratificaciones posteriores. Hay una regresión a las formas
sádicas oral y anal (babear, untar y comer el Play -Doh), a la luz de la ansiedad de
castración (romperse la cabeza, que se coman su cola), e inseguridad sobre la
permanencia de las relaciones (quién es su verdadero padre, su desagrado por
abandonar la sesión). Hay una insinuación de la relación entre él y su madre (el
gallo que su madre picotea todo el tiempo). Su forma de control (dándome
órdenes), pudieron ser una manifestación de identificación con el agresor, una
manera de expresar su hostilidad reactiva sobre el miedo al abandono, y una
forma de "asirse" en un intento por prevenir el abandono temido. Las
preocupaciones edípicas son evidentes en su sueño sobre un hombre (¿él
mismo?), que asesina a su mami y a su papi. También vemos señales de
fantasías con carácter fálico (dinosaurios con colas poderosas), e identificación
fálica (los músculos del tío Dave y su camión). Pero sobre todo, en lo anterior se
ve una situación en la que un terapeuta podría desarrollar una contratransferencia
molesta hacia este tifón agresivo y babeante con forma humana.
Este terapeuta no era precisamente un santo. Su primer objetivo en la terapia
era reconocer y lidiar con su propio enojo hacia un niño que le daba órdenes,
ensuciaba y babeaba por todos lados con la explicación, "actúo de este modo
El crédito de esta idea se lo debo a Mort Chethik, supervisor del caso.
vigilaba a los dos mientras dormían, a la vez que un malévolo tigre títere
(representado por mí), los atacaba. Mi mano casi se separa de mi brazo mientras
James caía sobre el tigre ferozmente. James se excitó tanto al representar la parte
del toro, que tuvo que suspenderse el juego. En seguida el niño identificó al toro
como el de la película Canción del Sur. Así, pude interpretar que las tonterías de
James, los sentimientos excitados del toro, cubrían el enojo y los impulsos
asesinos del animal que un niño tiene hacia el padre que lo abandona. De igual
manera, estaba enojado conmigo por no ser su padre.
En navidad, James decidió hacer un libro de navidad que contenía dibujos
relacionados con la familia. Dibujó una chimenea con calcetines y un árbol de
navidad con regalos alrededor. Había regalos y calcetines para los perros, gatos,
James, Kerry, Tío Dave, Terry, papá y mamá. Por papá se refería a Bo; Terry era
su "amigo". Cuando comenté acerca de este cambio, que él solía llamar papá a
Terry, contestó indignado, "Ya soy un niño grande, no tengo que llamar papá a
Terry". Continuó hablando de cómo quería pasar la navidad en casa, y estaba
seguro de que Bo iría. Comenté que se sentiría triste si Bo no se presentaba, y él
contestó, "Sí, estaré triste, aunque sólo me dé piedras". James le dijo a su madre,
fuera de la terapia, que quería que Bo estuviera en navidad y que se pondría triste
si no lo hacía. Le compró a Bo un juego de herramientas y le hizo un adorno de
navidad en la escuela. Bo hizo arreglos con la madre para visitar a los niños
cuando ella no estuviera. Sin embargo, él no se presentó en la ocasión acordada,
pero quedó en presentarse dos días después cuando Kerry estuviera solo en
casa.
Dejó un cheque por $5.00 dólares para James, pero no se llevó los regalos de
éste. Los regalos permanecieron bajo el árbol dos semanas hasta que los
retiraron.
Después de las vacaciones de navidad, James me informó que recibió un
cheque por $5.00 dólares de su padre. Sin embargo admitió que no lo vio en
navidad. Le comenté lo triste que esto era y estuvo de acuerdo que en verdad lo
era. Me dijo que Santa Claus sólo le dejó cuatro regalos, porque era un niño malo
que arrojaba piedras y rompía cosas. Le hablé de que en ocasiones los niños se
de la familia tenía una pila de oro y todos fueron a la tienda para comprar regalos
uno a otro. A la madre le dieron un vestido nuevo. James exclamó, "Se ve muy
hermosa. Siempre usa pantalones vaqueros". Al papá le dieron una corbata. El
hermano mayor obtuvo una bicicleta y el menor un "conejito para que lo ayudara a
dormir en la noche". Un zorrillo y un oso se acercaron y trataron de arruinar las
cosas, pero el padre los golpeó. Hice comentarios acerca de que los niños en
ocasiones sienten que tienen a los padres más malos del mundo y en otras que
son los mejores. James me respondió con un sincero "sí". Al acercarse el final de
la sesión, James se dio cuenta que "no se volvió loco ni se excitó esta vez";
anteriormente habíamos hablado de que, por lo general, se excita al final de la
sesión, porque se siente enojado y temeroso como si lo fuera a echar de ahí. Yo
creo que la sesión representa la satisfacción temporal que produce la fantasía de
una familia intacta y feliz. También, muestra la nueva apreciación de James de la
madre como un objeto femenino de deseos edípicos.
En el cumpleaños de James a principios de marzo, sacó de su bolsillo una vieja
pistola de agua y un platillo volador de McDonald's. Dijo que su padre se los dio de
regalo, ya que no tiene mucho dinero para gastar en regalos. Después de la
sesión le dijo a su mamá que yo le di esos regalos. (En realidad, yo sólo le di una
tarjeta que ignoró a lo largo de la sesión). Salió a la luz que su padre olvidó o
ignoró completamente su cumpleaños. En sesiones posteriores, James se volvió
más exigente. A pesar de mis negativas, se llevaba a casa cosas de la sesión. Le
dije que era un niño que se sentía engañado sin un padre y que creía que podía
suplir ello obteniendo regalos o llevándose las cosas.
En una sesión posterior en marzo, James trajo tres títeres más para que
tuviéramos dos caballos, dos leones, un tigre, un oso y un Snoopy para hacer un
total de siete. Me dijo que era una familia "sólo de hombres". Después jugó con su
fantasía de asesinar a la madre para poder estar solo con su padre (la fantasía
edípica negativa). Los caballos eran los padres, los leones eran "hermanos
menores" y el resto eran "hermanos mayores". Los padres dijeron que iban a la
tienda, y trajeron modelos de aviones como regalos de cumpleaños para los
hermanos menores. Todos esperaron su turno para abrazarse. Cuando los niños
pidieron ayuda para construir sus aviones, los padres contestaron que les darían
"alfileres y material", pero que ellos tenían que construirlos solos. Después los
padres construyeron unos hermosos aviones "Z" y pasearon a los niños por turno.
Después, la madre se fue sola en el avión, empezó a actuar tontamente, se
estrelló y murió. El padre y dos hermanos menores salieron a buscarla y
encontraron su cuerpo. El padre (James), sugirió que podían volver a unirla, como
antes lo habían hecho con el avión que se estrelló e hizo pedazos. El padre dio
instrucciones de que su frenillo se sacara de su nariz y se pusiera en la de la
madre. Esto la revivió y se le devolvió el frenillo al padre. James estaba muy
pendiente de que el frenillo no se quedara en la madre. (Así, los varones deben
renunciar simbólicamente al falo, o a las riendas para poder deshacer las
consecuencias de su enojo hacia la madre. Afortunadamente la pérdida no es
permanente). Después repetimos la secuencia, en esta ocasión eran los hermanos
mayores quienes recibían los regalos. Comentamos que acabábamos de pasar el
cumpleaños de James, pero en esta ocasión el padre estaba presente, a
diferencia del verdadero cumpleaños. Reconoció su deseo de poder tener un
cumpleaños normal con una familia normal con su mami y su papi. Después
decidió que quería utilizar el teléfono de juguete para llamar a su papá, pero
después decidió llamar a Kerry. Le pidió que trajera pintura roja metálica, a lo que
él accedió inmediatamente y la entregó. Después le habló a su papi y le pidió que
trajera unas partes de bicicleta y unas ruedas. James insistió en pagar al papá
$10.00 dólares a pesar de que él ofreció llevarlas gratis. Señalé que James sentía
que tenía que pagarle a su papá pero no a Kerry, y que quizá eso era porque su
padre no le trajo regalos e ignoró su cumpleaños, siempre pretextando la falta de
dinero. James con tristeza estuvo de acuerdo. Le hice ver que Kerry actuaba como
su padre de muchas formas, a lo que el niño agregó, "sí, él me ayudó a pagar la
bicicleta que recibí en mi cumpleaños". Al final de la sesión, James tomó mi pluma,
afirmando que se la iba a llevar. Le volví a señalar que estaba enojado conmigo
por no ser más como un padre, y quería que yo le hiciera regalos para suplir a su
padre ausente. Accedió a devolverme la pluma con la condición de que dejara de
hablar de su padre.
Terminación
Después de un año de terapia, se planeó una terminación prematura porque, por
desgracia, el programa de adiestramiento del terapeuta estaba terminado y se
mudaba a una ciudad lejana. Los sucesos se produjeron de tal forma que hicieron
la terminación aún más traumática de lo necesario. Debido a la depresión
económica que había en el área, fue necesario que Terry y Tío Dave hicieran
planes de mudarse lejos para buscar empleo. Poco tiempo después, Amy
consintió en que la Corte iniciara el proceso para hacer que Bo pagara la cantidad
de pensión alimenticia que debía. La respuesta de Bo fue hacer que sus padres,
propietarios de la casa en la que la familia de James vivía, enviaran un aviso de
que tenían que desocupar la casa. El único factor bueno pero muy significativo, en
esta catástrofe, fue el descubrimiento de Amy de su capacidad para tolerar
sentimientos dolorosos, lo que le permitió ser un apoyo sensible y seguro para sus
hijos. Su habilidad para entender su enojo, pánico y su seguridad al decirles que
ellos tenían la capacidad de cuidarse y que ella nunca los abandonaría, hizo que
la situación fuera menos catastrófica de lo que pudo haber sido. Se decidió que el
caso se transfiriera a otro terapeuta, después de las vacaciones de verano, para
ayudar a James a integra; el impacto traumático de estos sucesos.
Con la noticia de la posible partida de Terry, James entró en una regresión
notoria, dentro y fuera de la terapia. En casa, una vez más se volvió contradictorio
y sarcástico. En la escuela, se encontraba aislado en su escritorio debido a su
naturaleza distraída y distraible. Su maestra informó que a pesar de hacer su
trabajo (llevándoselo a casa para completarlo), parecía preocupado y con
dificultades para concentrarse. En terapia, sus sesiones recobraron algo del estilo
"salvaje" original. Una vez más aparecieron palabras escatológicas que viciaron el
aire, así como reinó nuevamente el triunvirato del desorden, risas, babeos e
intentos de untar. Me sentí amenazado por sillas que volaban con el simple hecho
de abrir la boca.
Me vi forzado a empezar una sesión indicándole firmemente lo que toleraría y lo
que no (palabras de enojo en la primera categoría, y actos violentos en la
segunda). Después, en esa sesión, James comenzó a jugar como si fuera un
fuerte con las sillas. Éramos gatos perseguidos por lobos hambrientos. Tuvimos
que entrar en el fuerte para protegernos. James peleó con los lobos para
defenderme, despedazándolos con sus colmillos. Después tomó un juego de
herramientas (el bote de basura) y arregló un auto para que pudiéramos alejarnos.
Como el conductor, se excitó un poco, manejaba sin prudencia y terminó con un
disparo en el pecho. Después que le saqué la bala, decidió que sería mejor si yo
conducía. Fuimos a la tienda y compramos carne de lobo ahumada. La llevamos a
casa y James la cocinó. Después nos la comimos. Estaba deliciosa. Así, James
desplegó su deseo de hacer cualquier cosa, incluso casarse conmigo, darme un
bebé, protegerme y establecer una casa conmigo para mantenerme como un
padre substituto funcional.
James empezó a traer revistas sobre pesca a la terapia. Alardeaba del hermoso
equipo que tenía y del gran pez que atrapó con el fin de impresionarme con sus
hazañas fálicas, probando que era lo suficientemente valioso para hacer que no
me fuera. Trajo más libros para colorear y títeres de casa para guardar en su
gaveta, como para negar que pronto nos separaríamos. Cuando lo confronté
acerca de esta conducta e interpreté su necesidad, me dijo "cállate", me aprisionó
en una jaula para que no me fuera y me azotó con un látigo, de mentira, para
castigarme por el abandono inminente.
En sesiones subsiguientes, James trataba de provocarme golpeándome o
amenazaba con salirse, de la sesión si yo continuaba hablando de lo doloroso que
sería la terminación y de cómo era similar a la pérdida previa de la relación con su
padre. Sus acciones y amenazas beligerantes las interpreté como ''identificación
negativa" (Chethik, inédito), con su padre. Si se le amenazaba con el abandono, lo
echaban o se iba como su padre lo hizo.
Nuevamente, James introdujo palabras sexuales a la terapia y metía títeres en
otros explicando que estaban "embarazados". Cuando traté de explorar sus
preocupaciones sexuales, me advirtió "cállate". Buscó en su gaveta el "libro del
cuerpo" y lo rompió. Le señalé que obviamente pensaba todavía que sus
sentimientos "sexuales" eran malos, y quizá responsables del abandono de su
padre y mi partida. Le expliqué que los sentimientos "sexuales" eran algo que
tenían todos los niños y niñas, y que no podía deshacerse de ellos rompiendo el
"libro del cuerpo"; que era algo que tenía que tratar con su próximo terapeuta.
Cuando el papá de James triunfó en el desalojo de sus hijos de la casa, James
ya no pudo defenderse de los sentimientos dolorosos hacia su padre. Tenía que
lidiar con ellos. Fue capaz de hablar con su mamá de lo mucho que ahora "odiaba"
a su papá. En terapia, arrojó con furia bloques dentro de una caja exclamando que
estaba enojado y que lo habían lastimado.
Poco después, se apartó de la granja de Terry para ir a casa a ver a su her-
mano, a gran distancia. Se perdió, se asustó y lo rescataron su madre y Terry. El
explicó que pensaba que Kerry estaba enojado con él por una discusión que
tuvieron el otro día. En respuesta a ello, Kerry pasó más tiempo con James para
asegurarle que no lo rechazaría. En terapia, James jugaba repetitivamente una
fantasía de niños que se alejaban por un bosque en el que vivía un lobo vicioso.
Los padres no pudieron proteger a los niños y también se los comieron. En unas
versiones de la fantasía, los niños también eran víctimas del lobo y en otras lo
vencían y encontraban el camino a una nueva casa. De este modo, a través del
juego, James pudo trabajar con sus temores respecto a la confianza en los adultos
y su habilidad para cuidarse a sí mismo. Esto, junto con el episodio de "alejarse"
reveló su temor al abandono y ver por sí mismo. La madre le dio confianza con
narraciones concretas y detalladas de la mudanza a una nueva casa y le señaló
en forma cariñosa que ella tuvo la misma experiencia cuando niña.
A pesar de que James tuvo que andar un largo camino para obtener la habilidad
para tolerar sentimientos dolorosos, no pudo hacerlo en nuestra sesión final. Los
"sentimientos de adiós" literalmente le provocaron dolor de cabeza y estómago.
Tuvo que ir con su mamá a sentarse en su regazo. Cuando le di el adiós definitivo,
débilmente levantó su brazo para darme la mano.
Formulación
El caso de James es una declaración del esfuerzo heroico de tres "hijos de
divorciados" (Amy, Kerry y James), para enfrentarse al dolor del divorcio de sus
padres. Amy lidió con la herida narcisista de la pérdida del padre y el sentimiento
de ser devaluada por no ser hombre, por convertirse en madre y padre para sus
hermanos y posteriormente, para sus hijos. En un esfuerzo -por reobtener al padre
perdido, ella seleccionó hombres (Bo y Terry) alcohólicos como su padre y que
finalmente la abandonarían. Su furia por el dolor se manifestó en una actitud
castrante y controladora hacia los hombres, lo que fue evidente en las quejas que
tenía de James. Sin embargo, la habilidad de la madre para utilizar la orientación a
padres como una forma de "psicoterapia focal" para ayudarla a reexperimentar y
tolerar el dolor de su propia infancia, le permitió ser sensible y brindar apoyo a sus
propios hijos.
Kerry, el hermano de James, reaccionó al divorcio volviéndose deprimido y
solitario. Se identificó con su padre tanto en forma positiva (su interés en la
mecánica), como negativa (sentimientos de invalidez e incompetencia). Los
conflictos de lealtad le impidieron aceptar a Terry como un padre parcialmente
substituto, como lo hizo James.
Cuando se fue su padre, James de cuatro años y medio, estaba a la mitad de la
etapa edípica cuando se le dio una ilustración vivida de la vulnerabilidad de los
hombres. Reaccionó regresando a la forma anal de interactuar, excesivamente
cargada con material libidinal (su madre atendió sus necesidades anales de
limpieza hasta que tuvo tres años y medio). Se enfrentó a su enojo e inseguridad
tratando de controlar a la gente en forma sádica. El terapeuta sirvió como un
"facilitador del desarrollo" quien le permitió renegociar parcialmente algunos de los
conflictos de la etapa edípica. También le brindó la oportunidad de aprender a
tolerar el dolor emocional relacionado con la pérdida de la relación con su padre.
Desafortunadamente, el proceso se interrumpió en forma prematura y en un mo-
mento en particular traumático, así que James tendrá que continuar con otro
terapeuta.
RESUMEN
El divorcio es un proceso doloroso para todos los niños y tendrá secuelas
reflectivas en la etapa del desarrollo del niño en el momento del divorcio, y en sus
fuerzas constitucionales y disposición previa de la personalidad y el ambiente. He
3.3
INTRODUCCIÓN
Me gustaría expresar mi sincera gratitud al Dr. David Klein, Research Associate on the
Child Analytic Study Program at the Children's Psychiatric Hospital, University of Michigan
Medical Center, por contribuir con información clínica a un estudio reciente sobre niños
hiperagresivos, y también por otorgar su permiso, para que dicho material se utilizara en
este capítulo como ilustración de un caso.
Mientras que la agresividad del niño a medida que pasan los años lo
mete en infinidad de problemas, también siente que es la defensa más
confiable. Por lo tanto no confía en alguien que le diga que tal conducta
debe suspenderse por ser inapropiada. Al haber aprendido a desviar
viejos daños y deseos de dependencia frustrados, con una actitud de
"chico duro", cualquier terapeuta que ofrezca una relación íntima de
cariño inevitablemente será víctima de sospecha. Mientras el terapeuta
percibe que manifiesta interés en el niño tratando de introducirlo en un
diálogo significativo, éste verá las "malditas preguntas" de aquél como
intentos peligrosos de sobornar sus controles precarios sobre "los
puentes del pasado" (Redi y Wineman, 1951). Así el terapeuta se
encuentra confrontando a un paciente que se siente amenazado y en
consecuencia rechaza la situación terapéutica. La siguiente sección
tratará algunos de estos problemas y señala cómo pueden manejarse
MÉTODO
ASPECTOS TÉCNICOS
Después de hacer dos bebés, la pareja adoptó un tercero. "Ese soy yo"
afirmó Tyrone. El terapeuta preguntó: "¿ese es Tyrone?", el niño contestó
“no, yo soy el que tuvieron, adoptaron a la niña". Evidentemente, el
intento de Tyrone de regresar defensivamente (haciéndose él el hijo
natural y la niña la adoptiva) después de haber tocado esta área de
conflicto no fue suficiente para contener la ansiedad que se produjo, así
que hizo un cambio regresivo rápido a un acting out que combinó
conductas sexuales, agresivas y de bebé. Se precipitó hacia las
secretarias gritando "gatito". De atrás de un escritorio arrojó grapas a su
terapeuta y lo amenazó con arrojarle una taza de café si continuaba
acercándose. Este se detuvo y trató de hablar, pero Tyrone arrojó el café
de todas maneras. Cuando al fin el terapeuta logró llevar de nuevo al niño
al salón de tratamiento, éste se metió debajo del escritorio y empezó a
rayar las paredes provocativamente. Se resistió ante el terapeuta que
trataba de detenerlo en su acting out introduciéndose los crayones en la
boca cuando éste trataba de quitárselos.
Esta viñeta ilustra la gran dificultad que tienen estos niños para mante-
ner cualquier clase de área segura en la que puedan hablar o representar
sus preocupaciones. Las actividades de juego sublimado se convierten
rápidamente en representaciones crudas de sexo y violencia, y la barrera
de desubicación entre "el que produce" el juego y las figuras del mismo
Un día cuando el terapeuta ganó un juego, Luis arrojó todas las piezas
al piso, proclamando que él era el ganador, le ordenó al terapeuta que las
recogiera. Más tarde y a regañadientes accedió a participar con éste para
recoger las piezas. Sin embargo, cuando el terapeuta inició el siguiente
juego Luis saltó furiosamente con los ojos llenos de lágrimas de
frustración y coraje. Se dirigió escaleras abajo y estalló en el pasillo
declarando su intención de ''romperle la cara" al terapeuta. Tomando un
palo, regresó a la oficina del terapeuta. La puerta estaba cerrada ya que
éste se había ido, pero Luis golpeó la puerta diciendo malas palabras con
pies, puños y palo.
toque sesión exterior dentro de dos días. Después de eso prometo que
vendré al salón por dos sesiones seguidas"). Cuando el terapeuta insistía
en que debían apegarse a su contrato y explicaba las razones, Tyrone se
apegaba a éste.
ILUSTRACIÓN DE CASO
Sean desarrolló un apego positivo muy fuerte con su abuelo, pero éste
era frecuentemente afectado con separaciones. La situación en que vivía
Sean era trastornada repetidamente por los cambios de casa entre la de
sus abuelos y la de su madre. En ocasiones la razón por la que la madre
de Sean enviaba a los niños a la casa de sus abuelos era su temor hacia
su propio potencial de maltrato, y además había golpeado a Sean en
varias ocasiones. Cuando Sean cumplió siete años, su madre volvió a
contraer «matrimonio, pero un año después Sean perdió a su padrastro
por un nuevo divorcio. En el crecimiento de Sean estuvieron involucradas
varias niñeras, a pesar de que los niños se las arreglaron para alejarlas
con su mala conducta. Así, la vida de Sean antes del tratamiento había
consistido en varias separaciones y pérdidas, castigos de tipo físico y un
cuidado materno inadecuado proporcionado por una madre inmadura y
abrumada.
CURSO DE LA PSICOTERAPIA
En otra ocasión, mientras jugaba una "guerra de barcos", Sean hizo im-
posible que su terapeuta hablara insultándolo con palabras obscenas. Por
último, el terapeuta le comentó que todas estas malas palabras y gritos
parecían una manera de golpear con palabras. Al escuchar esto pareció
que Sean se calmó y le dijo al terapeuta que en realidad le gustaría
golpearlo. Rehusándose a elaborar este material confirmatorio regresó a
gritar " ¡pendejo!"; el terapeuta le señaló que parecía que estaba
intentando agredir su trasero con palabras, con groserías. Sean empezó
a guardar el juego de la guerra de barcos, pero luego comenzó a
golpearlo, tan fuerte que casi lo rompe. El terapeuta observó que las
personas pueden querer destruir las cosas cuando sienten que han sido
tratadas injustamente. “¡Tienes razón!" contestó Sean en una
confirmación directa poco usual.
Un día después de que Sean había salido en esa forma de una de sus
sesiones, su terapeuta escuchó que decía a otro miembro del personal,
"¿por qué mi doctor no me abraza como el de John? Haga lo que haga
no me abraza". En sesiones posteriores, el terapeuta utilizó esta
información. Le dijo a Sean que él podía ver que el niño quería que lo
persiguiera, lo abrazara y luchara con él. Entonces realmente estarían
alejados de esos sentimientos vacíos que dolían tanto dentro de uno.
Sean pareció atender a esto y se calmó durante un rato, pero después
nuevamente empezó a lanzar objetos al terapeuta.
Señales de progreso
Resultado
RESUMEN Y CONCLUSIONES
3.4
INTRODUCCIÓN
HIPERACTIVIDAD
los sentimientos de los niños de que a menos que el trabajo sea fácil o
que reciban ayuda de alguien, no podrán lidiar eficazmente con el
ambiente de aprendizaje. Tales sentimientos de desamparo tienden a ser
circulares, es decir, a medida que los niños sienten que es inútil realizar
intentos de dominio, caen posteriormente, lo que les proporciona más
retroalimentación negativa, la que a su vez refuerza la idea de que son un
fracaso. Los padres y los maestros también aprenden a compartir estas
opiniones y después las refuerzan (Bryan y Pearl, 1979).
INCIDENCIA
1980).
empíricos que se han reportado. Dado que todos han utilizado la terapia
de juego no dirigida, tanto en los formatos individuales como de grupo, el
método se describirá en relación con los estudios. El siguiente en la
frecuencia son los métodos de terapia de grupo de varias clases para los
que no hay información empírica, seguido de dos enfoques individuales
reportados. Sigue también una sección sobre la utilización de los padres
como terapeutas. En cantidad real, el número de reportes sobre padres
como terapeutas es el mismo al de algunas otras corrientes. Sin
embargo, dado que el concepto de los padres como terapeutas introduce
una nueva dimensión dentro del tratamiento, la que requiere discusión,
aparecerá hasta el último.
Moulin (1970), realizó un estudio con 126 niños con bajo rendimiento
escolar desde el primer hasta el tercer grado. Noventa por ciento de los
niños eran negros. Dividió la muestra en grupos de tratamiento y control,
dividiendo a los últimos después en pequeños grupos de terapia
asignados al azar. Antes del tratamiento, evaluó a los niños con la Forma
Corta de la Prueba de Madurez Mental de California, La Prueba de
Habilidades Psicolingüísticas de Illinois y la Prueba de Apercepción para
Niños (una prueba de personalidad) para los que obtuvo un puntaje-T
(nivel de desarrollo). Encontró diferencias significativas entre los niños del
grupo control y los de tratamiento en las pruebas de habilidad no verbal,
tales como visual y motora. A pesar de que se lograron avances
significativos en otras pruebas (por ejemplo, vocabulario) en el grupo de
tratamiento, no sobrepasaron significativamente a los del grupo control.
Moulin concluyó que el método valía la pena en lograr incrementar el
periodo de atención y otras habilidades no verbales.
terapeutas en su Terajuego (ver capítulo 6) con niños IA, así como con
otras categorías de problemas infantiles. Al igual que en la Terapia Filial,
la transferencia de los aspectos apropiados de la conducta de los padres
en las sesiones de juego a la casa, se prescribe por los terapeutas que
supervisan y de hecho se menciona la existencia de generalización.
Jernberg (1979), presenta el caso de un chico de 16 años IA cuyo padre
aplicó el tratamiento con muy buenos resultados. Se desarrollaron la
confianza y la intimidad a medida que al padre se le enseñó a interactuar
con su hijo en las sesiones de terapia en formas físicas "divertidas" como
por ejemplo, luchando. El trabajo académico del chico así como las
demás conductas se mejoraron, lo mismo que la relación con su padre.
M.: No sé de qué color hacer las cosas. ¿De qué color hago esto?
Sra. W.: (Empieza a "dirigir" bajo presión). Bueno, ¿de qué color debe
ser un pato? ¿Podría ser azul?
Sra. W.: Creo que sería mejor amarillo. (M. utiliza el amarillo y después
cambia rápidamente a anaranjado).
Sra. W.: Ambos colores están bien, pero quieres asegurarte de que
Sra. W.: Aquí puedes elegir cualquier color que tú creas que es el
mejor, y si me parece a mí bien no es importante. (Estructurando por él).
Al permitírsele que elija sin tener que ser aprobado por su madre por
"las buenas", M. toma decisiones e incluso se permite ser un poco
atrevido con los colores, demostrándose a sí y a su madre que él tiene
esa clase de "poder".
RESUMEN Y CONCLUSIONES
3.5
INTRODUCCIÓN
MANIPULACIÓN DE LA ESTRUCTURA
Una discusión amplia de este enfoque apareció en Leland y Smith (1965, en
proceso de revisión) y lo que aparece aquí y después es una revisión breve.
TÉCNICA
una bola que surge del barro, pero sí importa que el paciente sea lo
suficientemente capaz de controlar la conducta, los impulsos y las
tendencias generales de acting out para realizar la bola. Podemos
entender esto si recordamos las veces en que los niños saldrán a jugar,
lo llamarán "salir a jugar", pero sin embargo tomarán un martillo y
algunos clavos y empezarán a hacer algo. Sienten que mientras están
haciendo estas cosas están jugando. Lo importante es que la actividad
en sí toma significado porque sienten que están elaborando un
producto, pero los esfuerzos para crear el producto sirven a la función
de jugar en términos de construir la imaginación, ayudando a desarrollar
la creatividad y mejorando la comprensión del mundo que los rodea.
El enfoque del terapeuta es mucho más estructurado o
preconcebido. La sesión se planea, y se establecen los tipos de
actividades, no se dejan a la libre elección y los materiales se preparan
con anterioridad. El terapeuta intenta introducir al niño a utilizar los
materiales (la forma en que se utilizan no importa), y después discuten
sobre lo que está haciendo el paciente. El terapeuta siempre debe
relacionar la actividad a los objetivos preconcebidos y buscar cargas
emocionales que se puedan convertir en entendimiento cognoscitivo.
El primer objetivo del método NE-E es producir un autoconcepto
mejorado. Ya hemos establecido el reconocimiento del yo o
autorreconocimiento (en el método NE-NE), pero el método NE-E une la
autoimagen con la realidad objetiva en términos de la habilidad real y se
convierte en una forma de mejorar el autoconcepto proporcionando
autoconfianza donde hace falta, o trayéndola al nivel de realidad donde
parece estar distorsionada. Este objetivo es importante si el niño ha de
poder vivir en la comunidad a su nivel. Estos niños deben tener un
autoconcepto consistente con su habilidad pero no tan
autodesaprobatorio que no puedan funcionar a todo su potencial. En
vez de ello les debe permitir reconocer que existen muchas cosas que
no pueden hacer, pero que también hay muchas cosas que sí pueden
INDIVIDUAL O EN GRUPO
Uno de los factores que debe considerar el terapeuta en forma
constante no es en la forma como juega el niño sino cómo juega en
relación con otros niños. Algunas formas de juego y de interacción con
compañeros que se consideran inaceptables en ciertas áreas de la
comunidad, pueden ser bastante aceptables en otras áreas, y es parte
de la responsabilidad de un programa exitoso de terapia de juego,
mantener la habilidad del niño para sobrevivir entre sus propios
compañeros y dentro de su comunidad. Por lo tanto, el hecho de que el
terapeuta se entrometa con un modelo de conducta inconsistente con el
modelo personal del niño como el que se encuentra en casa o en el
vecindario, a la-larga, sería destructivo para el niño a pesar de que po-
dría modificar algunas conductas.
La primera pregunta es si el niño juega exitosamente dentro de un
grupo en forma consistente con las exigencias de sus compañeros y de
la comunidad. Si es así, entonces, sin importar los tipos de
incapacidades para el aprendizaje o retrasos escolares que hayan
surgido, la terapia de juego tal como la hemos descrito no deberá ser el
tratamiento elegido. En lugar de llegar al niño como si estuviéramos
lidiando con un problema patológico es mejor llegar a la dificultad como
una cuestión educativa y cultural que ni siquiera puede considerarse
como problema sino meramente como una forma de comportamiento
diferente.
Por otro lado, si sucede que el niño no puede interactuar con sus
compañeros, por mostrar formas diferentes o peculiares de conducta en
relación a ellos, y éstos y los elementos más dominantes de la
CONCLUSIÓN
En este capítulo hemos descrito algunos patrones que deben surgir al intentar
la terapia de juego con los retrasados mentales; he señalado que el ímpetu
principal de la terapia de juego tiene que ver con la función de estructura dentro
del ambiente del niño; y la función principal del terapeuta es la manipulación de
esa estructura para ayudar a modificar la conducta del niño. Ya he señalado
que mientras que la terapia de juego es una parte regular y necesaria del
procedimiento para lidiar con niños perturbados emocional-mente, retrasados
mentales o imposibilitados para el desarrollo, los tipos de procedimientos que
se utilizan deben, sin embargo, tomar en consideración el nivel de la
perturbación o del retraso. Hemos sugerido cuatro clases particulares de
procedimientos que han sido útiles y exitosos con nosotros.
También discutí un modelo para el desarrollo de auxiliares de terapia, con
un énfasis particular en los enfoques interdisciplinarios. Y he subrayado la
importancia de incluir a los padres o familiares en el medio terapéutico del niño
atípico para que el proceso completo pueda avanzar a un paso más rápido y
exitoso.
El área de modificación de conducta e intervención dentro de la conducta
del niño retrasado mental, todavía requiere de gran cantidad de estudio e
investigación para establecer un modo organizado para tal intervención. No he
proporcionado ilustraciones de casos específicos debido a que el capítulo ya es
largo y las ilustraciones tomarían gran espacio adicional. Existen dos
presentaciones en video disponibles a través del Centro Nisonger, 1580
Cannon Orive, Columbus, Ohio 43210 (Deutsch y Leland, 1976; 1977), los que