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LOS INTELECTUALES Y EL PODER.

Relación teoría-práctica, objetivo-subjetiva.

La relaciones teoría-practica son mucho más parciales y fragmentarias. Por una parte la teoría es
siempre local, relativa a un campo pequeño, y puede tener su aplicación en otro dominio más o
menos lejano. Al momento de ser plantead se enfrenta con obstáculos, barreras, choques que
hacen sea relevada por otro tipo de discurso. La práctica es un conjunto de conexiones de un
punto teórico con otro, y la teoría un empalme de una práctica con otra. Ninguna teoría puede
desarrollar sin encontrar una especie de muro, y se precisa la práctica para agujerearlo.

La teoría es como una caja de herramientas que se utiliza para llevar algo a la práctica. Nunca se
vuelve sobre una teoría, se hacen otras, hay otras a hacer.

La practica esta sostenido por un relato oculto que lo sostiene (la teoría).

MAX HORKHEIMER y ADORNO

Iluminismo como mistificación de las masas

El iluminismo, una ideología basada en que la razón del hombre funciona para controlar una
sociedad. Teodoro y Horkheimer utilizan esta teoría para expresar el control sobre las masas que
tiene la industria cultural.

Se basan en que la industria cultural ha generalizado todo, ha igualado todos los productos, no hay
diferenciación alguna, pues se produce en masas. Como se expresan en esta cita “Film y radio no
tienen ya más necesidad de hacerse pasar por arte. La verdad de que no son más que negocios les
sirve de ideología” pues el film y la radio comienzan a entrar en la sociedad y rápidamente se
vuelven un medio de comunicación masivo.

Dicen que el poder lo tienen los económicamente más fuertes, se aprovechan de ese beneficio y lo
explotan. Consideran que la industria cultural aliena a la sociedad, desconocen la individualidad.
Un ejemplo de esto último es el paso del teléfono a la radio, en donde la interacción de un
individuo a otro (en el teléfono) pasa a ser, por medio de la radio, a un monólogo de un solo
individuo, con una sola visión o ideología sobre distintos hechos, a un grupo de individuos
indefinidos. La radio convierte a toda persona escucha.

Existe un esquematismo en el proceso de producción, lo que genera un sin fin de productos que
parecen diferentes, pero que en el fondo, detrás de todo disfraz publicitario, es el mismo
producto. Los precios, las ventajas, desventajas que dice tener un determinado producto; “(…)
sirven para mantener una apariencia de competencia y de posibilidad de elección.” La industria
utiliza el esquematismo como un primer servicio, justificándose en que el cliente ya debe tener
por anticipado un conocimiento mínimo sobre el producto ofrecido; “Para el consumidor no hay
nada por clarificar que no haya sido ya anticipado en el esquematismo de la producción”.
La industria Cultural está en toda la vida del individuo en la sociedad. Un ejemplo claro que
expresan estos dos teóricos es el espectador cinematográfico quien espera, al salir de una función
de cine o teatro, cree continuar la historia por medio de su vida propia. A su parecer, el cine
atrofia la imaginación del hombre, pues no permite la libre formación de imágenes mentales como
produce la lectura de un libro. “El ideal consiste en que la vida no pueda distinguirse más de los
films”.

Los productos de la industria cultural a veces su valor es tan bajo que no nos damos cuenta
cuándo se están consumiendo. Todo nuestro alrededor está impregnado de una influencia de
aquellos más poderosos. La industria reproduce a los hombre tal cual se los ha convertido, en una
masa, sin distinción, sin diferencia, sin personalidades individuales; “El concepto de estilo
auténtico queda desenmascarado en la industria cultural como equivalente estético del dominio”.
Ya no hay estilos, como en el lo hay en el arte, sino un solo estilo que equivale a aquello que
ofrece la industria cultural, una sola visión.

En su ensayo citan a Toqueville: “La tiranía deja libre al cuerpo y embiste directamente contra el
alma. El amo no dice más: debes pensar como yo o morir. Dice: eres libre de no pensar como yo,
tu vida, tus bienes, todo te será dejado, pero a partir de este momento eres un intruso entre
nosotros”. Con esto exponen que el dominio del más fuerte económicamente, como lo es la
industria cultural, no obliga a nadie a formar parte de algo en lo que no está interesado. Sin
embargo, queda prácticamente desterrado de esa forma de vida, pues no tiene lugar, le es un ser
insuficiente e ineficiente para la industria, queda totalmente excluido del proceso de masificación.

Todas las instituciones obligan a los trabajadores de sus empresas a trabajar mecanizadamente,
tomando una posición en la sociedad de inferiores. Entonces ya no sólo vemos a la sociedad
ridiculizada y disminuida en una masa homogénea, sino que también veremos a los trabajadores
dominados por sus jefes, siendo masificados y sin personalidades individualistas. La sociedad se ha
convertido en una gran máquina.

Luego de haber evolucionado la industria cultural, ésta logra someter a la sociedad. La sociedad
llega al extremo del conformismo, se convierte en lo que las industrias quieren que las masas
sean. Con este gran control, las industrias logran que los dominados exijan la ideología que esta
misma quiere impartir. Y así, como un círculo vicioso continúa la repetición de un mismo proceso.

Esta repetición también está basada en el hecho de que no hay innovaciones, pues se descartan
los riesgos, al lanzar un nuevo producto se corre peligro de que no llame la atención. Por lo tanto,
la industria decide continuar con lo mismo por miedo a fracasar.

“Pero lo nuevo consiste en que elementos inconciliables de la cultura, arte y diversión, sean
reducidos mediante la subordinación final a un solo falso denominador: la totalidad de la industria
cultural” Expresan que todo, todo nuestro alrededor es convertido en un producto masificado, en
un objeto común y cotidiano, todo se deriva de la industria cultural. Por esto último expresan su
negatividad hacia este tipo de producción que envuelve a la sociedad. Ya el arte no es arte, o no
debería considerarse arte. Pues es vulgarizado, es burlado, y vendido en mil piezas. Pierde el alma
que debe tener.

Ya este medio de diversión que el hombre utiliza ya es parte de nuestra vidas, es natural. Tanto así
que es necesario para vivir en “felicidad” como se expresa en esta parte según theodor y
Horkheimer; “Pero, al mismo tiempo, la mecanización ha conquistado tanto poder sobre el
hombre durante el tiempo libre y sobre su felicidad, determina tan íntegramente la fabricación de
los productos para distraerse, que el hombre no tiene acceso más que a las copias y a las
reproducciones del trabajo mismo”

“La industria cultural ha realizado pérfidamente al hombre como ser genérico. Cada uno es aquello
por lo cual puede sustituir a los otros” No hay capacidades extraordinarias, ni individuales, sólo
una explotación de lo mismo. La industria no busca un crecimiento de los individuos, busca su
propio crecimiento, siempre en su beneficio personal. Por esto, se devalúa el producto que
ofrecen a las masas, pues poco importa lo que se vende, sólo interesa que se venda; “Hoy las
obras de arte son adaptadas oportunamente por la industria cultural, inculcadas a precios
reducidos a un público reluctante, y su uso se torna accesible al pueblo, como el de los parques”
No hay respeto por lo que tiene valor, no hay defensa a lo bueno y bello, se busca un beneficio
final, sin querer encontrar el aura.

No hay nada caro, y lo que carece de valor monetario es considerado de poco valor. Entonces, hay
una rebaja constante del producto indiferenciado. Hay tantas cosas que ver, tanto que comprar,
prácticamente el hombre tiene todo al alcance de la tienda. Se puede tener casi todo a la esquina
de la casa gracias a la industria cultural, pero hasta qué punto el valor de eso es el verdadero valor.

Hoy en día, la industria no podría sobrevivir sin la publicidad, es el aire con el que respira. Sin ella,
la industria sería un envase sin producto. La publicidad es la que le da, la que ofrece el valor a lo
que se quiere vender. Como menciono al principio, sin publicidad, el producto deja de ser
interesante, y puede llegar a crear desconfianza.

Termino el resumen de la teoría de las industrias culturales de Theodor y Horkheimer con una cita
de su ensayo, que para mí resume toda su tesis:

“Todos son libres para bailar y para divertirse, así como son libre para afiliarse a una de las
innumerables sectas. Pero la libertad en la elección de las ideologías se revela en todos los
sectores como libertad de lo siempre igual. La forma en la que una muchacha acepta su date
obligatoria, el tono de la voz en el teléfono, en la situación más familiar, y la entera vida íntima,
ordenada según los conceptos del psicoanálisis vulgarizado, documenta el intento de hacer de sí el
aparato adaptado al éxito, conformado al modelo que ofrece la industria cultural. Entonces, es el
triunfo del reclame en la industria cultural; la imitación forzada, por parte de los consumidores, de
las mercancías culturales incluso neutralizadas en cuanto a su significado”

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