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Retroalimentación durante el proceso de enseñanza–aprendizaje: un arma de doble filo

La retroalimentación debe acompañar al proceso enseñanza-aprendizaje a lo largo de toda


su extensión, con la intención de dar inmediata y oportuna información al alumno acerca
de la calidad de su desempeño para que realice las correcciones necesarias con el objeto de
mejorar su competencia. La retroalimentación no está restringida sólo a corregir los errores
y omisiones que cometa el aprendiz para que se haga cada vez más competente
(retroalimentación negativa), si no, también, para que se dé cuenta de sus aciertos
(retroalimentación positiva), como una forma de estimularlo para hacer las cosas cada vez
mejor. Es una forma de aumentar su motivación intrínseca para aprender y/o trabajar con
mayor eficiencia.

Pasos para una retroalimentación constructiva


A continuación, resumo algunas de estas maneras de dar retroalimentación constructiva, siendo
cuidadoso con los estudiantes pero sin dejar de ser exigente:
1. Iniciar con un comentario positivo.
Cuando se inicia con algo positivo sobre el trabajo, el/la estudiante va a estar más pendiente de
lo que puede mejorar. Si se inicia con algo negativo, es probable que genere rechazo sobre el
resto de la retroalimentación. Ej.: "la idea central del trabajo es interesante".

2. Resaltar lo positivo, no sólo lo negativo.


Si resaltamos también lo positivo, los estudiantes recibirán con mente más abierta nuestra
retroalimentación sobre lo que no estuvo bien en el trabajo. Siempre habrá algo positivo por
resaltar, así no sea lo que salte a la vista cuando miramos un trabajo por primera vez. Ej.: "este
es un buen argumento".

3. Presentar lo negativo como algo que podría ser mejor.


Aquí, además de aumentar la probabilidad de que oigan con mente abierta lo que les decimos,
estamos enviando el mensaje de que confiamos en su capacidad para hacerlo mejor la próxima
vez. Ej.: "podrías mejorar esto si...".

4. Evaluar el proceso o el producto, nunca la persona.


Así lograremos que los estudiantes tengan claridad sobre lo que deben hacer para mejorar su
desempeño sin sentir que su identidad está en riesgo. Ej.: "quizás no seguiste la mejor estrategia
para resolver este punto".
5. Evitar burlas y vergüenzas.
Éstas generan rechazo, frustración, desmotivación y, en algunos casos, reacciones violentas. Si lo
que se busca es promover el aprendizaje, las burlas y la vergüenza logran lo contrario.
(*) Enrique Chaux es profesor Asociado en el Departamento de Psicología de la Universidad de
los Andes en Bogotá, Colombia (echaux@uniandes.edu.co). Es Doctor en Educación de la
Universidad de Harvard, con Maestría en Desarrollo Humano, Riesgo y Prevención de la
Universidad de Harvard y Maestría en Sistemas Cognitivos y Neuronales de la Universidad de
Boston. Es además Físico e Ingeniero Industrial de la Universidad de los Andes. Dirige el grupo de
investigación Agresión, Conflictos y Educación para la Convivencia, clasificado en categoría A en
Colciencias. Ha liderado diversas investigaciones y proyectos relacionados con el desarrollo de la
agresión, la intimidación escolar (bullying), la prevención de la violencia y la educación para la
convivencia. Es coautor de los libros "Competencias ciudadanas: de los estándares al aula. Una
propuesta integral para todas las áreas académicas" y "La formación de competencias
ciudadanas", y de diversas publicaciones para revistas académicas especializadas. Actualmente
lidera académicamente el Programa Multi-componente Aulas en Paz.

De acuerdo con los resultados del Icfes, Francisco Cajiao, experto en educación, considera:
“La tragedia de la evaluación es cuando no hay retroalimentación. El que recibe solo el resultado
queda desconcertado. Los profesores a veces solo ponen una nota y ni siquiera ponen una
observación, nadie puede preguntar”, explica Cajiao y pone como ejemplo a Shakira: “si alguien
no le hubieran dicho que canta bien, pues seguramente no sería cantante”.
Según el experto, la retroalimentación que debe hacer el profesor entrenado debe depender
de la materia que dicta. Es distinto como lo hace un profesor de literatura a uno de matemáticos.
El primero pide un texto creativo, y no puede decirle al estudiante qué tiene que hacer; le puede
hacer sugerencias para, por ejemplo, hacerlo más claro. Mientras que el de matemáticas sí le
puede mostrar la forma exacta de cómo sacar un resultado.

1. La retroalimentación del estudiante debe ser de naturaleza educativa.


Entregue retroalimentación educativa: proporcione a los estudiantes una explicación de lo que
están haciendo correctamente y de forma incorrecta. El feedback debe basarse principalmente
en lo que los estudiantes están haciendo bien. Lo más productivo para el aprendizaje de un
estudiante es si le proporciona una explicación y un ejemplo de lo que es exacto e inexacto en su
trabajo. Para guiar esta retroalimentación, utilice el concepto de un “sándwich de
retroalimentación”:
Alabanza
Corrección
Alabanza o ejemplo
Utilizar la técnica sándwich de feedback pueder una buena manera de hacerlo, esta técnica
consiste en introducir el comentario crítico que se quiere transmitir entre dos comentarios
positivos.
Es decir;
 Comunicar a la persona lo que está haciendo bien. (Positivo)(Alabanza)
 Decirle lo que debería mejorar. (A mejorar)(Corrección)
 Resaltar los aspectos positivos de su desempeño en general. (Positivo / Dar un ejemplo)
2. La retroalimentación del estudiante debe ser dada en forma oportuna.
La retroalimentación debe darse en el momento oportuno: cuando la retroalimentación se da
inmediatamente después de mostrar un aprendizaje, el estudiante responde de manera positiva
y recuerda la experiencia de lo que se está aprendiendo de una manera segura. Si esperamos
demasiado tiempo, el momento se ha perdido y el estudiante podría no conectar la
retroalimentación con la acción.
Intenta dar ejemplos de lo que quieres decir para que no hay duda ni malos entendidos. No des
demasiada información que hay que no se centren en lo importante que quieres decir.
3. Sé sensible a las necesidades individuales del estudiante.
Es vital que tomemos en consideración las características individuales de cada alumno cuando
damos retroalimentación. Nuestras aulas están llenas de alumnos diversos. Algunos estudiantes
necesitan ser empujados para lograr un nivel más alto y otros necesitan que se les digan las cosas
con mucho cuidado para no desalentar el aprendizaje y dañar la autoestima. Un equilibrio entre
no querer herir los sentimientos de un estudiante y proporcionar el estímulo apropiado es
esencial.
4. Haz las 4 preguntas.
Los estudios sobre la enseñanza y el aprendizaje eficaces (Dinham, 2002, 2007a, 2007b) han
demostrado que los alumnos quieren saber dónde se encuentran en relación con su
trabajo. Proporcionar respuestas a las cuatro preguntas siguientes regularmente le ayudará a
proporcionar comentarios de calidad para los estudiantes. Estas cuatro preguntas también son
útiles cuando se proporciona retroalimentación a los padres:
 ¿Qué puede hacer el estudiante?
 ¿Qué es lo que no puede hacer el estudiante?
 ¿Cómo se compara el trabajo del estudiante con el de los demás?
 ¿Cómo puede el estudiante hacerlo mejor?
6. Dar retroalimentación para mantener a los estudiantes “en linea” con su logro.
Una lista de cotejo con lo que esperas de ellos expuesto en el aula les permite a los alumnos
saber a cómo y por dónde seguir.
Utiliza las “4 preguntas” para guiar sus pasos.
¿Voy en la dirección correcta?
¿Qué mejoras puedo hacer?
¿Qué estoy haciendo bien?
¿Cuál es mi desempeño general?
7. Organiza reuniones individuales de uno-a-uno.
Mantener una reunión individual con cada uno de los estudiante (o en pequeño grupo) es uno
de los medios más eficaces de proporcionar retroalimentación. Trata de reunirte con un alumno
mientras los otros están trabajando independientemente. Tiempo las reuniones para que duren
entre 5 o 10 minutos.
Crea un ambiente en la que los alumnos puedan hacer preguntas, se sientan cómodos
expresándose. Si los alumnos cuentan con la atención y la oportunidad de hacer preguntas y la
conversación es optimista
8. La retroalimentación del estudiante se puede dar verbalmente, no-verbalmente o en forma
escrita.
La retroalimentación puede ser verbal, no verbal o por escrito: es imprescindible que
examinemos las señales no verbales que le entregamos a nuestros estudiantes. Asegúrate de no
fruncir el ceño mientras estas hablando entregues un trabajo o te acerques a ellos. Las
expresiones faciales y los gestos también son medios eficaces de entrega de retroalimentación.
9. Concéntrate en una habilidad.
Es importante hacer retroalimentación sobre el tema que estás trabajando. . Por ejemplo, si
estás en clase de lengua y estás trabajando la escritura, informa a los alumnos qué es lo que
quieres que tus alumnos presten espcial cuidado. Si es la separación de las palabras, la sangría,
la descripción…. recuerda que la retroalimentación será sobre ese tema, no otro ya habrá días
para observar otro aspecto. Por ejemplo si el trabajo es un artículo de opinión, no centrar el
feedback en los errores gramaticales u ortográficos.
17. Dar el elogio genuino.
Los estudiantes distinguen rápidamente a los profesores que los elogian sin sentido para obtener
su aprobación. Si constantemente dices lo mismo a los alumnos como “buen trabajo” con el
tiempo estas palabras pierden sentido. Si usted estás realmente contento con los últimos
comportamientos o resultados de un estudiante, puede ir más allá de la alabanza.
Puedes incluso enviar una comunicación positiva a la casa o permitir que el estudiante sea
reconocido por la dirección del colegio o visite un curso mayor, puede reforzar que el estudiante
siga avanzando en la dirección esperada.
Dar un diploma a un alumno firmado por la dirección del Centro, en el que especifique la tarea
bien hecha hace que esa tarea se vuelva a repetir, el niño se sentirá orgulloso y su familia feliz
por ver el buen hacer de su hijo.
Algunos elogios que podemos usar de forma más general:
– ¡Bien hecho!
– Sabía que lo lograrías
– ¿Has visto? Todo tu esfuerzo ha merecido la pena.
… Hay tantos que merece un post, así que haré un análisis de todo lo que podríamos decir para
elogiar para alentar el trabajo y lo que deberíamos de dejar de decir.
La retroalimentación negativa tiene como función el control y regulación de los procesos de un
sistema. Como tal, se encarga de mantener el equilibrio dentro del sistema, contrarrestando o
modificando las consecuencias de ciertas acciones. De allí que se asocie a procesos
homeostáticos o de autorregulación.
Por ejemplo: nos piden que desarrollemos diez tareas en cinco horas, pero somos capaces de
realizarlas en tres. A continuación, se nos exige que en la próxima oportunidad usemos las cinco
horas para la realización de las diez tareas. Allí ha ocurrido un proceso de retroalimentación
negativa para que el sistema regrese a su equilibrio original, basado en la calidad de la ejecución
de las tareas.
La retroalimentación positiva, por su parte, se encarga de amplificar o potenciar ciertos cambios
o desviaciones introducidos en un sistema, para que este pueda evolucionar o crecer hacia un
nuevo estado de equilibrio, diferente del anterior.
Por ejemplo: nos piden que desarrollemos nuevamente las diez tareas en cinco horas, y somos
capaces de haberlas resuelto en solo tres horas. Entonces, nos felicitan y nos piden que
continuemos reduciendo la cantidad de tiempo que dedicamos a las tareas. Allí la
retroalimentación ha sido positiva, el sistema está buscando un nuevo equilibrio basado en la
eficiencia.
 Por descubrimiento o reflexión
Consiste en guiar a los estudiantes para que sean ellos mismos quienes descubran cómo
mejorar su desempeño o bien para que reflexionen sobre su propio razonamiento e
identifiquen el origen de sus concepciones o de sus errores.

El docente que retroalimenta por descubrimiento o reflexión considera las respuestas


erróneas de los estudiantes como oportunidades de aprendizaje y los ayuda a indagar sobre
el razonamiento que los ha llevado a ellas.

Por ejemplo, usando termómetros, los estudiantes han medido la temperatura del agua
contenida en dos recipientes -la cantidad de agua era la misma en cada recipiente-. En uno de
ellos, la temperatura es de 30 °C y en el otro, de 20 °C. La docente vierte el agua de ambos en otro
recipiente y pregunta: “¿Cuál será la temperatura del agua ahora?”. Pedrito responde
rápidamente: “¡50 grados!”. La docente, le pregunta: “¿Por qué crees que es así?”. Pedro
responde: “Porque 20 más 30 es 50”. La docente contesta “Mmmmm… ¿Cómo podríamos hacer
para comprobar si es así realmente?”. Pedro contesta: “Podemos verificarlo midiendo la
temperatura del agua con el termómetro”. La docente le alcanza un termómetro y le dice “¡Buena
idea! ¡Aquí tienes uno, verifícalo!”. Luego de dos minutos, Pedro retira el termómetro del agua,
observa la medida y responde sorprendido: “¡No es 50 grados, es menos de 30!”. La docente
repregunta: “¿Qué crees que lo explica?”. Pedro responde: “Creo que… el agua fría enfrió a la
caliente… Por eso es menos de 30”. La docente responde: “Tu explicación es bastante lógica. Si
hubiera habido mayor cantidad de agua en el recipiente de 30 °C, ¿crees que la temperatura de
la mezcla hubiera sido igual a la de ahora?”. Pedro se queda pensando y responde: “No, tal vez
hubiera sido mayor”.
 Descriptiva
Consiste en ofrecer oportunamente a los estudiantes elementos de información
suficientes para mejorar su trabajo, describiendo lo que hace que esté o
no logrado o sugiriendo en detalle qué hacerpara mejorar.
Por ejemplo, en la misma situación del ejemplo anterior, cuando Pedrito responde: “¡50 grados!”,
la docente responde “No puede ser 50 °C. Recuerda que, cuando agregas agua fría al agua
caliente, esta se enfría”.
 Elemental
Consiste en señalar únicamente si la respuesta o procedimiento que está desarrollando el
estudiante es correcta o incorrecta (incluye preguntarle si está seguro de su respuesta sin darle
más elementos de información), o bien brindarle la respuesta correcta.
Siguiendo el ejemplo previo, la docente responde: “No, no es 50 °C. ¡Piénsalo mejor!”.
 Incorrecta
Cuando el docente, al dar retroalimentación, ofrece información errónea al estudiante o da la
señal de que algo es correcto cuando es incorrecto o viceversa.
Siguiendo el ejemplo previo, la docente responde. “No, no es 50 °C. La temperatura de la mezcla
siempre es el promedio de las temperaturas iniciales”.

La información que provee la docente es errónea porque, bajo las condiciones de la actividad
descrita, la temperatura en el equilibrio térmico no es el promedio de las temperaturas iniciales.
Esto debido a que el agua caliente no solo transfiere calor al agua fría, sino al entorno en general.
En el caso particular de la actividad, el aire y el recipiente en el que se lleva a cabo la mezcla
también absorben calor
 Por descubrimiento
Por ejemplo, un docente podría iniciar una retroalimentación por descubrimiento diciéndole al
estudiante la respuesta correcta. Sin embargo, luego le pregunta por las diferencias
que encuentra entre su propia respuesta y la brindada por él y finalmente, lo guía a través de
preguntas abiertas que le ayudan a hacer consciente su razonamiento y a identificar el origen de
su error.

Por su parte, la adaptación de las actividades a partir de las necesidades de


aprendizaje identificadas sucede cuando el docente, al darse cuenta de que los estudiantes
tienen dificultades en el desarrollo de los aprendizajes, modifica la actividad que está
realizando e implementa una adaptación pedagógica adecuada, como explicar una noción de
una forma distinta y más próxima a la experiencia de los estudiantes, proporcionar
nuevos ejemplos, disminuir el nivel de dificultad de la tarea, retomar una noción previa
necesaria para la comprensión, etc.

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