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José Carroll

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JOSE CARROLL

FIFTY-TWO
LOVERS
Volum e I

Ilustrations
by
Luis H. Trueba

Prologue by Juan Tamariz

Editorial Frakson
Magic Books
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Jose Carroll: 52 Lovers Volume I

Prologue (Juan Tamariz)


Conflicts

Transformations
Impossible Colour Changes
The Unwary Cheater or the Nine Card Monte

Techniques
The Economical Double Lift...And More

Ambitious Card
Tom Ambition

Triumph
A Triumph With Fans

Reds and Blacks


Red and Black

Travellers
Travellers...Through the Case
The Glass Wall

Favourites
Suit Appearance
Instructions
que, antes, requería el «dar aire» con un abanico de cartas y el manejo.
Del «pintaje» con la carta envuelta en el celofán, también he cambiado
su manejo y la descarga, que antes requería el «lap». Su origen está en
un cambio de Jerry Andrus, que él llama «Transparent miracle» (ver
«And rus deals you in»).
Por último, el «pintaje» de la carta ensartada es una contribución de
mi amigo Luis Hernández Trueba, que él utilizaba en una rutina de car­
ta apuñalada, y que yo he adaptado para ser utilizada en cualquier
situación.,,

A) CARTA EN VASO DE CRISTAL

El vaso o copa a usar es conveniente que sea de paredes rectas (no


cónicas) y que su diámetro interior sea, lógicamente, más corto que el
lado largo de tus cartas...
Aparte de estas consideraciones, puedes usar cualquier receptáculo
de cristal, teniendo en cuenta que, cuanto más transparente y nítido sea,
más fuerte será el cambio de carta.
1. Da a escoger una carta a alguno de tus espectadores para que,
una vez la haya visto y recordado, la ponga entre !as demás cartas de la
baraja. Contrólala de forma que quede la séptima a partir de encima de
la baraja. Mezcla en falso, etc.
Muestra el vaso y di; Voy a buscar esa carta escogida para, una vez
¡a haya encontrado, ponerla en el interior de este vaso y poder brindar
por m i éxito cartomágico. Coge el vaso en tu mano y haz con él el clá­
sico gesto del «brindis».
2. Tras el gesto de «chin-chin», deja el vaso en un lado de ía mesa
y sujeta la baraja en tu mano izquierda en la posición normal de repar­
tir. Con tu mano derecha coge la carta superior del mazo, voltéala cara
arriba y murmura: No, ésta no creo que sea... Vuelve a coger esa carta
con tu mano derecha, sujetándola por sus extremos cortos, en posición
de «Biddle» y «snapeala» volteándola dorso arriba. Echa la carta ahora
al centro de la mesa.
Gracias al «snap», la carta sobre la mesa tendrá una ligera protube­
rancia hacia arriba (concavidad). Verás que esta «malformación» nos
será útil más tarde para disimular el instante del cambio.
3. Repite lo indicado en el apartado anterior, una a una, con las
siguientes cinco cartas superiores de la baraja..,, es decir, muéstralas,
«snapealas» dorso arriba y échalas descu id é ámente sobre la mesa, de
forma que queden sobre ésta desparramadas.
Mientras lo haces, finje un cierto afán y ansiedad en la búsqueda de
la carta escogida y ve diciendo: Esta ta n d e o , ésta..., fracaso... quizás
...no, para nada... Si quieres, incluso, puedes hacer alguna broma al
respecto, como: ¿Tenéis prisa? o ¿pero tú escogiste alguna carta?
4. Con tu movimiento favorito, empuja juntas lad dos cartas supe­
riores de la baraja hada la derecha «push-oíT», «ola», etc.), c ó ^ la s con
la mano derecha y voltéalas cara arriba sobre el mazo, por supuesto,
sin que se descuadren. Se verá la cara de ana carta indiferente, pero
bajo ella debe encontrarse la carta escogida. Exclama: ¡Esta, creo que
su
Sin detenerte, con tu mano derecha coge las dos cartas juntas por su
costado largo derecho —pulgar por encima, dedos por debajo— e in­
trodúcelas en el interior del vaso de forma que los lados cortos de las
cartas estén en contacto con las paredes de aquél (fig. I). El vaso suje­
tará a ¡as cartas evitando que se descuadren.

5. Pon el vaso, ahora, boca abajo sobre la zona de cartas esparci­


das en la mesa y de forma que la(s} carta(s) de su interior esté(n) cara
hacia el público (fig, 2).
Pregunta con aire de suficiencia y triunfo: «<¿Cuál fue ia carta esco^
f i d a ^ -fcOF espectadcrrer mpofídéráw ynsirirespuestá dcs^^^ que Ta
carta que tu has puesto en el interior del vaso, no tiene nada que ver
con la que ellos escogieron (aparentemente, claro...).
Finge asombro y desánimo y, con tu mano derecha, coge el vaso de
la mesa, sujetándolo entre tu pulgar, índice y medio de forma que estos
dedos se encuentren lo más a:rca posible de la boca del vaso y que
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abarquen la zona donde se encuentran) !a(s) carta(s). De està forma,
tus dedos anular y meñique derechos quedan libres para ia descarga que
viene a continuación.

Fig, 2

6. Gira hacia ti tu mano derecha, de manera que su dorso y el de


las cartas que hay en el interior del vaso estén hacia los espectadores.
Mira descorazonado la cara de la carta del vaso y di; Parece que no es
el... (nombra ia carta que haya).

Fig. 3

Pero reacciona súbitamente, mira hacia el público y exclama: ¡Nece­


sito otra oportunidad! Justificado por estas palabras, mueve tu mano
36

' ‘í derecha —siempre dorso h ad a ios espectadores— hacia delante en un
^ t o amplio «de barrido» de las cartas que hay sobre la mesa, para ha­
cer sitio donde dejar el vaso. A la vez, introduce tu anular y meñique
derechos en ei interior del vaso y, con ellos, arrastra ia carta indiferente
fuera del vaso (fig. 3) dejándola caer sobre ia mesa, disimulada entre las
cartas que desplaza el dorso de la mano derecha en su gesto de «barri­
do» (fig. 4).
7. Deja ei vaso boca abajo sobre el ahora más despejado centro de
la mesa —por supuesto, la carta que hay en su interior debe encontrar­
se dorso hacia el público-“ , recoge ias siete (para ei público deberán
seguir siendo seis, ya que, al no iiamar la atención sobre ello, seguro
que nadie las habrá contado y mucho menos notará que hay una carta
más) cartas esparcidas sobre ei tapete e introdúcelas en la baraja.

R«.4

Con rapidez, finge buscar disimuladamente ia carta escogüla por los


espectadores entre las demás del mazo y haz un gesto mágico «como de
lanzamiento» de la carta al interior de! vaso.
Mira a los espectadores, deja ia baraja a un lado y, drainílícamente.
gira ei vaso de forma que su carta quede car» hacia dios. £1 «tr la nue­
va c a r ta - a is ! a d a ^ ? t interior del vaso y con éste teoai real­
mente impresionante para el público y te lo hará saber con «as aplausos
y gritos de sorpresa.
Como quien no quiere la cosa, coge el vaso de la mesa y tes el ges­
to de «brindis» del comienzo, diciendo lo que suelas decir en esos ca­
sos... por ejemplo jSalud!
37
VurUntc

La versión que acabo de describir es una versión muy fácil, cómoda


y muy apta para «todo terreao». Pero otra posibilidad, también muy
válida, y en la que tan sóio hay que cuidar un poquito los ángulos es
ésta que sigue.
La idea básica es que la descarga se realiza sobre la propia baraja.
1. En este caso la carta escogida —o la carta que desees transfor­
mar, según la rutina en que te encuentres— está controlada encima de
la baraja. «Doble lift» c introducción en c! vaso.
2. Deja el vaso boca abajo sobre la mesa de forma que la carta
escogida esté dorso hacia los espectadores. La baraja está sujeta en la
mano izquierda en la posición normal de repartir.
Pregunta el nombre de la carta escogida y, sin esperar a oír la res­
puesta, gira el vaso sobre la mesa para que la carta quede cara hacia el
público. El espectador nombrará su carta y, evidentemente, te dirá que
ésa —-la del vaso-- no es la suya.
3. Levanta con tu mano derecha el vaso de la mesa, sujetándolo en
la posición que expliqué en el apartado 6, Usto para la descarga- Di,
extrañado de que hayas cometido un e rro r ¿Estás seguro?... No sé...
Haz intención de volver a colocar el vaso sobre ía mesa, pero deten­
te como si observases algo («pelusilla», arruga, etc.) que no te gustase
en la superficie del tapete...
4. Como tu mano derecha está ocupada sujetando el vaso, lo que
vas a hacer es dejar el vaso, unos instantes, sobre la baraja que sujeta la
mano izquierda, para que tu mano derecha -ahora Ubre— eiimine esa
imaginaria «imperfección» del tapete. En el transcui^o de estas acciones
vas a efectuar la descarga de la carta sobre e! lomo de la baraja.
Así que, acerca tu mano derecha a tu mano izquierda y, cuando la
boca del vaso esté justo encima de la baraja, con tus dedos anular y
meñique derechos extrae la carta indiferente depositándola sobre el
mazo (fig. 5), a la vez que también pones el vaso boca abajo sobre el
conjunto (carta descargada más mazo).
Algunas observaciones: a) Es importante evitar el ruido de la ma­
niobra, para lo cual el anular y el meñique deben extraer y depositar la
carta con suavidad, b) Los dedos izquierdos ayudan a cuadrar la carta
con el resto de la baraja, c) Para cubrir mejor los ángulos es convenien­
te que la mano izquierda esté al lado izquierdo de tu cuerpo y que tu
mano derecha, al efectuar la descarga, dé su dorso a ios espectadores.
5. Una vez depositado el vaso sobre la baraja, lleva tu mano dere­
cha al centro de la mesa y simula «limpiar» el tapete de «miasmas».
38
$ .■

Regresa tu mano derecha a coger el vaso y dcposllaio sobre la zona


«limpiada», por supuesto, con el dorso de la carta todavía hacia ei
público.

Fig, 5

Tras el consabido «gesto mágico», muestra la transformación..., una


transformación, por supuesto, imposible... .
Quizás no tan fuerte, pero también posible, es hacer que la trans­
formación ocurra con el vaso sobre !a baraja y utilizar este «pintaje»
dentro de alguna rutina de «Carta Ambiciosa»... Es una idea más...

B) CARTA ENVUELTA EN CELOFAN


Necesitarás un rectángulo de papel de celofán (blanco es mejor, el
de color disminuye el efecto) que sea de largo una longitud igual a tres
veces el ancho de lás cartas a usar, y de ancho unos cuatro centímetros
más que el largo de éstas. Si usas una baraja tamaño pòker convencio­
nal, ei papel medirá 18,6 X !3.
Pliégalo en tríptico (fig. 6) de forma que, de ancho seguirá midiendo
13 centímetros, pero en sentido longitudinal tendrá dos pliegues que lo

Fig. 6

39
dividirán en tres partes de aproximadamente 6,2 cm cada una. Los dos
pliegues deben estar hechos en el mismo sentido, de manera que los dos
cuerpos laterales dei tríptico cierren/plieguen hacia el mismo lado.
1. Coloca el papel sobre la mesa como en la figura 6. {Los laterales
pliegan hacia arriba.)
Supondré que ya has hecho ios preliminares que tú creas convenien­
tes - según la rutina en que te encuentres— y tienes ia baraja sujeta en
tu mano izquierda en la posición norraai de repartir, con la carta que
debe aparecer tras la transformación encima de ella. (Supondremos que
es la Q de corazones.)
2. Haz con tu mano derecha un «doble lifl» (normal o «económi­
co») de las dos cartas superiores, volteándolas cara arriba —se verá una
carta indiferente, que oculta bajo ella a la Q de corazones— primero y
cara abajo después. Coge en tu mano derecha ía carta superior (Q de
corazones) y pónla en el lado derecho de! tríptico, haciendo coincidir el
lado largo izquierdo de la carta con la arista del pliegue (fig. 7).

i. Coge con tu mano derecha el papel y la carta juntos, sujetándo­


los por su costado derecho, pulgar por encima y dedos por debajo. A la
vez, obten con tu meñique izquierdo una separación bajo la carta supe­
rior de la baraja (la carta indiferente).
Pon ahora la carta de tu mano derecha sobre la carta superior de la
baraja, quedando el cuerpo derecho del tríptico atrapado entre las dos
cartas y los dos cuerpos restantes asomando por ci costado izquierdo de
las cartas (ñg, 8).
4. Con tu mano derecha toma el extremo izquierdo de papel y dó­
blalo hacia la derecha envolviendo a la carta.
40
Mediante un empuje lateal <«oia», etc.) o bien ayudándote con tu
mano derecha, mueve juntas las dos cartas por encima de la separación
que mantiene tu meñique, unos tres centímetros hacia la derecha (ojo,
que no se descuadren) y mantenías en esa posición de salida a lateral
sujetándolas con tu pulgar y dedos izquierdos.

Fig, 8

Puedes ahora, con tu mano derecha, doblar hacia abajo y hacia la


izquierda el cuerpo que queda libre del tríptico para terminar de envol­
ver por completo la(s) carta(s). La mano izquierda debe ayudar soltan­
do un instante su cogida —y recuperándola después - para que la
mano derecha acabe el plegado (fig, 9).

Fig, 9

Verás que la carta indiferente está separada tan sóio del exterior por
una sola «contraventana» de celofán, mientras que la Q de corazones
está completamente encerrada por dos,
41
5. Sujeta ahora ei conjunto de dos cartas y celofán en tu mano de­
recha con el pulgar por el lado izquierdo y los restantes dedos por el
lado largo derecho. El pulgar derecho debe impedir que ei celofán se
despliegue.
Si giras tu mano derecha palma arriba se verá la cara de la carta
indiferente, reforzando ia idea de que nada ha ocurrido todavía y de
que io único que has hecho es envolver esa carta concienzudamente en
el celofán (fig. 10).
Deja que esta imagen se grabe en la retina de los espectadores, gira
la mano derecha de nuevo dorso arriba y coloca el paquete encima de

Fig. tO

)a baraja, teniendo buen cuidado de que las dos cartas del paquete que­
den bien cuadradas con el resto del mazo, pero separadas de éste por tu
meñique izquierdo.
6. Lo que va a ocurrir ahora es, nada más y nada menos, que tu
mano derecha va a canibiar su cogida del paquete para terminar de en­
volver la(s) carta(s) plegando los dos extremos de celofán que sobresa­
len. Al iniciar estas acciones vas a deshacerte de la carta indiferente...
Lleva tu mano derecha a la esquina inferior derecha sujetando e!
«envoltorio» con el pulgar por encima y el índice y medio por debajo
(fácil, gracias a la separación que mantiene el meñique izquierdo). Con
el dedo medio derecho, presiona a través del celofán sobre la carta indi­
ferente, moviéndola hacia la izquierda e insertándola bajo la base del
pulgar izquierdo (con unos tres milímetros es suficiente).
Sin detenerte, presiona fuertemente con, por un lado, la yema del
pulgar izquierdo en la esquina superior izquierda de la baraja y, por
otro, la base del pulgar izquierdo (tenar) en ia esquina inferior izquier­
da, Mueve ahora tu mano derecha hacia adelante y hacia la derecha
girando 90° el paquete de celofán en torno a la yema del pulgar iz­
quierdo. La carta indiferente, aprisionada por su esquina por el tenar
del pulgar quedará retenida sobre el lomo de la baraja (fig. 11).
42
7. Termina el pivotamiento haciendo que la carta indiferente salga,
completamente, del interior del celofán..., para eüo aleja ligeramente tu
mano derecha de la mano izquierda.

Con el pulgar y dedos izquierdos, dobla hacia abajo el extremo iz­


quierdo del papel, intentando terminar de envolver la carta; pero finge
que la baraja te estorba y abandónala en la esquina inferior izquierda
de la mesa, lo más lejos posible de donde va a ocurrir la transformación
de la carta.
Regresa con tu mano izquierda —ahora vacía - y acaba de plegar
hacia abajo ci celofán que asoma por el lado corto izquierdo de la car-

Fig. 12

ta. Con tu mano derecha pliega el que asoma por el lado corto derecho
(fig. 12).
Tras tu gesto mágico preferido, gira lenta y dramáticamente la carta
cara arriba.
La visión de la nueva carta, Q de corazones, envuelta en ei celofán,
es un desafio lógico demasiado fuerte para el débil cerebro de tus espec­
tadores. Desenvuélvela con parsimonia y puedes dar todo a examinar.
43
T R A N S P O S IC IO N E S «IM POSIBLES»

A) TRANSPOSICION «CRISTALINA»

Efecto.—Una figura negra se introduce dentro de un vaso, mientras


que el mago sujeta en una de sus manos dos cartas rojas. En un instan­
te, clara, límpida y crislalinamente, en la mano del mago está la figura
negra en ei vaso las dos cartas rojas...
M»Un«i,””Una baraja, un vaso y una carta de doble cara, por
ejemplo, en nuestro caso, la jo ta de Tréboles por un lado y e! 8 de Co­
razones por el otro.
Co)ocadóti.-“Pon la baraja dorso arriba y de arriba hacia abajo; J
de Trébol normal, 8 de Corazones, 10 de Corazones normal, carta de
doble cara 8 de Corazones/J de Trébo! con el 8 de Corazones hacia
arriba y ci resto de la baraja.
Pon el vaso en el lado derecho de la mesa.
EjecucM^.—1. Sujeta !a baraja dorso arriba en la mano izquierda
en la posición normal de repartir.
Con el pulgar derecho obtén, al tacto, una separación bajo las cua­
tro cartas superiores de la baraja y volteálas juntas, acto seguido, cara
arriba sobre ésta.
Enseña estas cuatro cartas como tres, ocultando la carta inferior, (J
Tréboi normal) con tu método favorito. Di: Una figura negra y dos car­
tas de puntos rojos.
2. Cuadra las cartas cara arriba sobre la baraja y manten bajo ellas
una separación con tu meñique izquierdo.
Con tu mano derecha haz un «doble lift» de ias dos cartas superio­
res (J de Trébol/8 de Corazones y 10 de Corazones) e introdúcelas jun­
tas en el interior del vaso como indiqué en el «pintaje» correspondiente.
47
Pon el vaso boca abajo sobre la mesa con la cara de la J de Trébol
doble hacia el público (tras cita se cncucrisra c! 10 de Corazones nor­
mal). Recalca: La /¡gura negra en el interior del vaso,
3. De nuevo con tu mano derecha, coge juntas ias dos cartas que
han quedado cara arriba sobre ¡a baraja y, sin dejar ver que una de
ellas es una J de Tréboles, voltéalas dorso arriba (ojo, no hagas aquí un
manejo nestih doble porque no nos interesa que parezca que ma­
nejas una carta, sino todo lo contrario... una cogida en «Biddle» va bas­
tante bien).
Una vez volteadas dorso arriba ias dos carias, simula volver a coger­
las con tu mano derecha, sólo que, ahora, !an sólo coges la superior (J
de I réboles). Deja la baraja en un extremo de la mesa, como siempre
bien alejada del campo principa! de acción, y di: Las dos canas rojas,
bien »cuadraditas^), en mi mano.
4. Pasa la carta (para el público «las cartas») de tu mano derecha a
tu mano izquierda y con tu mano derecha coge ei vaso de la mesa en la
posición de efectuar la descarga que expliqué anteriormente.
Ahora viene la transposición propiamente dicha, transposición que
necesita coordinación en sus acciones para que un efecto sirva de «mis-
direction» al otro y, el conjunto, sea un cambio de dos cartas terrorífi­
camente visual... Prosigamos...
Insiste: Rojas, mano izquierda... figura negra, vaso. Haz un ligero
gesto mágico y llevando tu mirada, tu atención y tu cuerpo hacia la

Fig. 15

mano izquierda, «snapca» cara arriba la carta que sujetas en esa mano...
La J de Tréboles, Amparado en esa mágica tran,sformación, introduce
tu anular y meñique derechos en el vaso, con ellos extrae la carta doble
de su interior dejándola caer sobre ei tapete y, a la vez, sobre ella depo­
sita el vaso con el 10 de Corazones en su inferior.
5. Siempre con ia atención centrada sobre la J de Tréboles que su­
48
jeta tu mano izquierda, acerca tu mano derecha y, con esta mano, da
un «papirotazo» a Ih J de Tréboles mientras dices: Sí, aqui viene la f i ­
gura negra,..
Cambia ahora la dirección de tu mirada y de tu cuerpo hacia el vaso
y continúa; ...En el vaso deben encontrarse...
Lo que el público verá ahora es que en el vaso hay una carta de
dorso y bajo él una de las cartas rojas (es la carta doble que, al efectuar
la descarga, habrá quedado mostrado su otro lado). Con tu mano dere­
cha gira el vaso sobre la mesa para que !a carta de su interior quede
cara hacia los espectadores, viendo éstos, con estupor, que se trata de la
otra carta roja.,, la posición final es la de la figura 15.
No sóio las cartas, sino también los espectadores quedarán «trans­
puestos»...

B) TRANSPOSICION AL FILO DE LO IMPOSIBLE

Efecto.—Dos cartas, por ejemplo el Rey de Corazones y el 8 de


Tréboles. A la primera (K de Corazones) se ia atraviesa con un alfiler, a
la segunda, (8 de Tréboles) con dos alfileres.
Misteriosamente donde se encontraba el K de Corazones, está ahora
ei 8 de Tréboles con jun solo alfiler clavado!, y en lugar del 8 de Trébo­
les, esté ei K de corazones ensartado en ¡dos alfileres!.
Material.—Una baraja con una carta exira, en nuestro caso, un 8 de
Tréboles. Tres alfileres de ios indicados en el «pintaje» correspondiente.
Ordenación.—Con la baraja dorso arriba y de arriba hacia abajo; 8
de Tréboles, K de Corazones, 8 de Tréboles y el resto de la baraja.
Ejecución.— I. Sujeta la baraja en tu mano izquierda en la posi­
ción normal de repartir. Con tu mano derecha, haz un «doble lift» de
las dos carias superiores volteándolas cara arriba y mostrando ia cara
del K de Corazones.
Procede como expliqué en el «pintaje» de ia carta clavada, es decir,
pincha al K de Corazones (con e! 8 de Tréboles bajo él) con el alfiler,
voiteándo{o(s) cara abajo y, al atravesarlo(s) una segunda vez con el al­
filer, descarga el K de Corazones sobre el resto de la baraja.
2. Deja el 8 de Tréboles, con su alfiler clavado, dorso arriba en el
lado derecho de la mesa. Ten cuidado de que tu pulgar izquierdo tape
ia perforación que habrá causado el alfiler en el K de Corazones.
3. Repite lo indicado en el punto uno, volteando juntos al K de
Corazones y al otro 8 de Tréboles y mostrando la cara de éste último.
Pínchalos con otro alfiler, teniendo cuidado de que éste atraviese ai
49
K de Corazones por ¡la misma perforación! que !c causó el primer alfi­
ler. Volteálos cara abajo y haz la «descarga» del 8 de Tréboles como ya
dije.
4. Como pensándotelo mejor, clava en ei K de Corazones (para ci
público todavía el 8 de Tréboles) un segundo alfiler paralelo al primero.
Deja ahora esta carta en el lado izquierdo de ia mesa.
5. «Gesto mágico» y muestra la transposición.
El hecho de que, además de que las dos cartas cambien de posición,
una pasa a estar ensartada con un solo alfiler y ía otra con dos, añade
ai efecto una gran fuerza adicional... y lo ileva «al filo de io imposible».

50
EL IN C A U T O T R A M P O S O
O «TH E N IN E C A R D M ONTE»

Efecto,—Ocho cartas repetidas (por ejemplo, jokers) y una distinta


(por ejemplo, el nueve de rombos). Las -ocho iguales se reparten boca
abajo sobre la mesa en dos filas de cuatro cartas y la distinta se pone
en el centro de estas ocho. Los espectadores pueden ver que no quedan
más cartas en las manos del mago. Un instante después, las cartas se
voltean cara arriba y la del centro de la mesa es un Joker y las restantes
ocho cartító son nueves de rombos, pudiéndose dar todo... ¡a examinar!
C o m e n ta r io .— E sta es mi v e rs ió n del «W IL D C A R D » ,
pero,.,, (Sin cartas trucadas! Al terminar todo puede darse a examinar.
l,a idea primitiva ia vi al mítico Fred Kap.s en 1977 y causó en mi
un impacto terrorífico,.., es un juego que gusta muchísimo en mis ac­
tuaciones profesionales de «close-up». No requiere apenas preparación,
al terminar estás lisio para comenzar de nuevo y, además, es de un efec­
to íortisimo.
Kl «Tema» de la charla está basado en las trampas y los tramposos
callejeros —lo que siempre tiene un gran atractivo para el público— y
cuenta el enfrentamiento entre el mago y uno de estos «pillos» —lo que
crea un conflicto adicional en la rutina, mago (protagonista) Ví’r.n«
«tramposo» (antagonista) y añade a ésta mayor interés y dramatismo.
Preparación.“-Necesitarás doce cartas: cuatro comodines y ocho
cartas rojas muy llamativas, en nuestro ejemplo nueves de rombos.
Como ordenación no tienes más que poner encima de los cuatro Jokers
cara abajo los ocho nueves también caras abajo,
Pon un billete de los grandes (de mi! o cinco mi! pesetas) en el bolsi­
llo izquierdo de tu americana.,, o de tu pantalón,
Fstás listo.
51
Realización

0. Introduce el «tema» de los tramposos callejeros, la «cartela», el


«trilc», e tc .,..., si conoces alguna versión del «THREE CARD MONTE»
(Monte de tres cartas) es ideal que la hagas como prólogo de este juego.
Si no, habla solamente íu:erca de él y de lo peligroso que resulta el
arriesgarse a apostar, aun creyendo estar seguro de dónde está ia carta
ganadora.
1. Saca tu paquete de doce cartas dorso arriba y deja su carta su­
perior en el centro de 1a mesa también dorso arriba.
Con tu mano derecha coge ahora el paquete en posición de mezcla
«overhand» con el lado de ias caras hacia la izquierda. Vas a hacer aho­
ra una mezcla «entre manos» que, a la vez, es una especie de «cuenta
Hamman». Pela con tu pulgar izquierdo la carta superior del paquete

Fíg- I

de la mano derecha (primer Joker) y deja que caiga sobre los restantes
dedos de tu mano izquierda. Pela el segundo Joker que caerá encima
del primero y haz lo mismo con el tercero. AI pelar el cuarto Joker, en
realidad vas a hacer un cambio de paquete pero, ojo, no pierdas el rit­
mo de la mezcla al hacerlo. La mano derecha apoya sus ocho cartas en
la base de los dedos izquierdos, donde el pulgar izquierdo las retine su­
jetándolas por su lado largo superior; en este momento, y sin cambiar
de posición, la mano derecha suelta sus ocho cartas y coge eh su lugar
los tres Jokers pelados anteriormente (fig. I), Aleja ahora la mano de­
recha hacia arriba y hacia la derecha dispuesta a continuar la mezcla
mientras, el pulgar izquierdo, deja que las ocho cartas retenidas caigan
sobre los restantes dedos de la mano izquierda. Termina la mezcla/-
52
cuenta pelando otra vez los tres Jokers de la mano derecha que queda­
rán de nuevo encima de las ocho cartas. Estás en condiciones de repetir
la mezcla. Hazla una o dos veces más, pero sin darle importancia, como
«de pasada» y mientras introduces ei «tema»: Vn día, en tma placita del
Rastro de Madrid, un tipo de aspecto extraño que tenía un gran bigote
y que estaba mezclando unas cartas entre sus manos me dijo con el tí­
pico acento de Vallecas: «¿ Te gustaría ganar dinero fácil, colegah. era
un típico fullero del Rastro, pero yo. pillado de improviso por la pro­
posición, sólo acerté a decir: nHombre...» El tipo, sin darme tiempo a
decir nada más, añadió; «iTo er mundo gana en este juego! La carta
güeña e la del centro de ta mesa, ia distinta.y>
2. Señaia la carta del centro de la mesa y continúa: Pero hay unas
pocas carias más, ocho en concreto.
Sujeta las once cartas en tu mano izquierda listas para la cuenta del
«bucle». Hazla, pasando las cartas de una en una a tu mano derecha sin
invertir su orden y contándolas en voz alta. La tercera carta que pases
déjala sobresaliendo ligeramente hacia atrás y la sexta sobresaliendo li­
geramente hacia adelante. Al contar la séptima, haz el «bucle» pasando
Juntas cuatro cartas como si fuesen una y cuenta la octava (Joker) de­
jando ver displicentemente su cara. Como las cartas te quedarán en una
especie de abanico irregular en tu mano derecha, la misión de la sexta
carta es cubrir el grosor del grupo cuádruple.
3. Cuadra ias cartas en tu mano izquierda. Al hacerlo, y gracias a
la carta que dejaste en salida interior, coge con tu mano derecha las
tres cartas superiores {tres nueves de rombos) y pásalas debajo de
ias otras ocho, manteniendo entre los dos grupos una separación con tu
meñique izquierdo.
4. Di: El tipo añadió: «Cuatro comodines en ia parte superior,
oséase, en la de arriba, de la mesa...» Coge con tu mano derwha, una a
una, las cuatro cartas superiores de tu mano izquierda y haz como si
fueses a ponerlas sobre ia mesa, pero detente... Vo ie dije: <iOiga. pero
m e gustaría verlas.» El contestó: tíSí, sí, claro, son comodines.... to er
mundo gana en este j u e g o .Como para ayudarte a voltear cara arriba
las cartas de la mano derecha, acerca tu mano izquierda a tu mano de­
recha dejando que ésta apoye sus cuatro ca rtas sobre el paquete de la
manó izquierda y cuádralas añadiendo bajo ellas, al hacerlo, los cuatro
Jokers que tenías separados con el meñique izquierdo. Con la maso de­
recha voltea cara arriba este paquete de ocho cartas sobre las tres que
quedarán en tu mano izquierda..., pero sigue manteniendo coa tu nieñi-
que izquierdo una separación entre los dos grupos de cartas. Con tu
mano derecha, ayudada del pulgar izquierdo, extiende las tres cartas
53
superiores bacia la derecha con lo que se verán cuatro comodines. Deja
que uno de « to s tres comodines se te caiga a la mesa como descuida­
damente, cógelo con la mano derecha y vuelve a ponerlo con los otros
tres. Cuadra y voltea de nuevo el paquete de ocho cartas, esta vez dorso
arriba.
5. Continúa tu relato: uCuairo comodines — insistió el tipo— en la
parte superior, oséase en la de arriba, de ¡a mesa...tt
Coge con la mano derecha las tres cartas superiores (nueves de
rombos) del paquete de la mano izquierda y deposítalas sobre la mesa a
la vez que, con el pulgar izquierdo, empujas la carta superior de su pa­
quete (el cuarto nueve de rombos) y la dejas caer ¡ambién sobre la
mesa, quedando la distribución de las cartas como en la figura 2.
Prosigue; n...y ¡os otros cuatro comodines en ia parte inferior, oséa­
se, en la de abajo, de la mesa...» Con la mano derecha coge ias dos

Fig. 2

cartas superiores del paquete de la mano izquierda, deja ver «de pasa­
da» sus caras (son dos comodines) y ponías debajo del resto de cartas
de tu mano izquierda.
Voltea todo el paquete caras arriba y haz un «culebreo», con lo que
se verán los cuatro comodines, pero no termines cuadrando las cartas...
deja los dos comodines inferiores descuadrados en tu mano izquierda y
usa los otros dos comodines en tu mano derecha (el inferior oculta bajo
él tres nueves) como pala para voltear cara arriba la carta central de la
mesa (fig. 3). Di a la vez: «La der centro e distinta porque e diferente,
oséase, que e un nueve», añadió a q m l sujeto.
Observa que el comodín superior de los dos de la mano derecha
oculta, junto con el dedo mayor derecho, el grosor del grupo cuádruple.
6. Llega ahora el momento crucial de esta rutina —crucial, sL..,
pero nada más— y es que tienes que empalmar tres comodines en tu
mano izquierda.
54
51
Levanta tu vista, mira a los espectadores —misdirection física— y
exclama: /Fero titnes que apostar oigo de guita, tío! Mientras dices
estas palabras —misdirection nientai—, con tu pulgar izquierdo arrastra
ei comodín superior de tu mano derecha sobre los dos de tu mano iz­
quierda y en el movimiento de cuadrar las cartas empalma ios tres Jo ­
kers en tu mano izquierda. Mi empalme favorito para la mano izquier-

Fig. 3

da es el de Erdnase y es el que uso en otras rutinas del libro... lo


describiré brevemente:
Al cuadrar las cartas no las cuadres completamente, sino que deja
ios tres comodines de tu mano izquierda ligeramente desplazados a la

derecha por debajo de las cuatro cartas (comodín y tres nueves bajo él)
de la mano derecha (fig. 4), Sujeta en esta posición las siete cartas en tu
mano derecha —observa que el pulgar y mayor derechos están casi en
las esquinas izquierdas del paquete. Sin parar, sube el dedo anular iz­
55
quierdo a la esquina superior derecha de los tres comodines descuadra­
dos y, presionando en dicha esquina, miave rápidamente de nuevo el
anular hacia tu cucrpro haciendo pivotar hacia la derecha a los tres co­
modines alrededor de tu pulgar derecho. Cuando éstos han pivotado
aproximadamente 6^*, cierra los dedos de la mano izquierda y los tres
Jokers te quedarán empalmados en dicha mano. Para mi, éste es uno
de los mejores empalmes de ia mano izquierda, fácil, seguro y prácti­
camente invisible.
Añade: Yo contesté: ^Hombre, algo de dinero llevo.»
Sujeta el paquete de cuatro cartas en tu mano derecha (comodín y
tres nueves) y lleva tu mano izquierda con los tres Jokers empalmados
al bolsillo izquierdo. Di: Saqué un billete de los más pequeños que yo
uso..., y saca el billete de cinco mil del bolsillo (esta broma hace que el
momento parezca todavía más inocente a los espectadores). Pon el bi­
llete en el lado derecho de la mesa.
7. Sigue con tu historia; El tipo prosiguió: ^Recuerda, comodines,
comodines y ia distinta en ei centro, oséase..., en el centro, de la mesa.»
Coge las cartas de tu mano izquierda y sujétalas dorso arriba en tu
mano derecha listo para ejecutar la útil enseñada de Hamman en la
que, al girar la mano derecha palma hacia arriba, muestras la carta in­
ferior del paquete (comodín) y, al girarla de nuevo palma hacia abajo,
el pulgar izquierdo arrastra dorso arriba la carta superior del paquete
(un nueve de rombos). Repite este movimiento dos veces más y termina
mostrando la carta que queda en tu mano derecha (el comodín). Pare­
cerá que se han visto cuatro comodines.
Pon el comodín de tu mano derecha debajo de los tres nueves de tu
mano izquierda. Gira todo el paquete cara arriba y, a la vez, obtén con
tu pulgar derecho una separación bajo la carta superior (el comodín) y
manténia con tu meñique izquierdo.
Justo cuando dices la distinta en el centro, señala con tu mano dere­
cha el nueve cara arriba que está en el centro de la mesa.
8. ii¿Dónde apuestas, c o le g a \ me preguntó aquel sujeto. Yo res­
pondí: «Hombre..., en el centro, está claro...»
Coge con la mano derecha el nueve cara arriba y, como para dejar
sitio para apostar el dinero, ponlo cuadrado sobre las cartas de la mano
izquierda. Sin ninguna pausa, coge el billete y ponlo con gésró enérgico
en el centro de la mesa, justo en el lugar que ocupaba antes el nuevo.
9. Añade: E l insistió: «¿Estás seguro?» Yo respondí: «Si, m i dinero
encima de “la distinta".»
Con la mano derecha vuelve a coger otra vez el nueve, pero, coge
ahora, gracias a la separ^ión del meñique, el nueve y el comodín jun­
56
^ i

tos como si fuesen una sola carta. Levántalas y gira a la vez ia mano
izquierda para evitar que se vea ei otro nueve que queda en ia cara dei
paquete. Haz que este paquete de tres cartas quede ahora dorso arriba
sobre la palma de la mano izquierda y deja sobre él el doble «fift» (nue­
ve más comodín) de tu mano derecha manteniendo bajo él, con tu anu­
lar y meñique izquierdos, una amplia (no hay por qué ocultarla)
separación.

Hg. 5

Con ia mano derecha coge el billete de la mesa, introdúcelo en esta


separación y, usándolo como pala, voltea dorso arriba el nueve y e{
comodín juntos sin descuadrarse (fig. 5). Verás que no es nada difícil.
Con e! pulgar izquierdo empuja la carta superior (el comodín) y déjalo

Fig. <»
caer en el « n tro de ia mesa. Pon con la mano derecha el billete encima
del comodín coincidiendo con ta frase «mi dinero, encima de “la
distinta”».
10. Distribuj« las cartas de la mano izquierda sobre ía {UHie ÍBÍe-
rior de la mesa en la posición de ia figura 6 y deja ver claramente que
no hay más cartas en tus manos.
57
D O B L E LIFT E C O N O M IC O ... Y M A S

Supongo que todos, alguna vez, hemos pensado al hacer un «dobie


lift» que sería maravilloso el que, una vez cogidas las dos cartas, no te­
ner que ponerlas de nuevo sobre la baraja para después coger tan á )io
la superior y ponerla sobre ía mesa. Es lógico, si yo tengo una carta en
la mano y quiero ponerla en la mesa (o frotarla en mi brazo... o lo i ue
sea...) por qué-antes he de ponerla sobre el mazo y luego volver a co­
gerla en lugar de llevarla directamente a su punto de destino.
Hace unos años aprendí un precioso «doble lift» de Martin Nash en
el que la carta siempí« queda angulada con respecto a la baraja (ver
«Nash Trsiogy» escrita por Stephcn Minch) y, partiendo de él, desarro­
llé el manejo que vais a leer..., manejo que evita ci tener que poner las
dos cartas del «doble» otra vez sobre la baraja para deshacerse de una
de ellas,., de ahí su nombre de «económico». El año pasado, Ben Harris
me dijo que D ’Amico tenía una técnica muy parecida..., en fin, que se
le va a hacer..., pero aquí está mi método y también algunas variantes
adicionales, para aplicarlo en la diversidad de situaciones que se nos
pueden plantear en nuestra dura vida de cartomagos.
Baraja sujeta en la mano izquienja en la posición normal de repar­
tir. E! meñique izquierdo mantiene una separación bajo las dos cartas
superiores. Si quieres haz el movimiento «ola» (ver nota I) o un «push
off» con tu pulgar empujando las dos cartas juntas hacia la derecha...
eo-cualquier caso, suj«t:a~a4^ cartas por su esquina^ «uperiof dere­
cha con tu mano derecha —dedos por encima, pulgar por a b ^ o - ~ de
forma que tu anular derecho esté en contacto con el canto mismo de la
esquina de las dos cartas (fig, 1).
Gira tu mano derecha palma hacia arriba, de forma que las dos car­
tas quedarán también cara arriba, y apóyalas sobre ía baraja despiaza-
61
das como en ia figura 2, Enseña la(s) carta(s) (suponemos que son ei
ocho de tréboles y eí cuatro de corazones) y vuelve a cogerla(s) con tu
mano derecha por su esquina superior derecha como en la figura I, sólo

F'g· !

que ahora las cartas estarán cara arriba. El roovimienio que va a ocu­
rrir sólo dura un escasísimo segundo y, en el transcurso del mismo, te
vas a deshacer del ocho de tréboles y sóio va a quedar en lu mane la

Fig. 2

carta superior (el cuatro de corazones). Gira tu mano derecha palma


hacia arriba de forma que las dos cartas pasen a estar ahora dorso
arriba, pero justo cuando estás terminando este giro procura que las
dos cartas estén en la posición mostrada en ia figura 3. Observa que, i »
dos cartas de tu mano derecha, están separadas de las de tu mano iz­
quierda aproximadamente dos centímetros y que, el lado largo izquier­
do del «grupo doble» de tu mano derecha, es casi paralelo a la diagonal
que une las dos esquinas con índice de las cartas de la mano izquierda.
Pues bien, en este instante, y sin detenerte, para que todo el movimien-
62
to sea continuado, lleva tu pulgar izquierdo a ia esquina superior iz­
quierda de las dos cartas de tu mano derecha como para acaraciarias/-
chasquearias y, a ia vez, con tus dedos derechos empuja ia cana inferior

Fig. 3

(el ocho de tréboles) sobre el paquete de la mano izquierda (fig. 4) (en


la fig, 4 ei movimiento obviamente está congelado).
Siempre sin pausa, repite un par de veces más el gesto de acariciar/-
cbasquear con tu pulgar izquierdo la esquina izquierda de ia, ahora so-

Fig. 4

litaría, carta de tu mano derecha y continúa ya como te parezca... ¡está


hecho!
Variantes.—Verás que ei pulgar izquierdo, al hacer su gesto, ayuda
a la descarga de la carta y también a cuadrarla con el resto de la bara­
ja, además de dar una cobertura adicional..., digo adicional, porque
esta descarga puede hacerse sin esa cobertura del pulgar. Pruébalo...
63
¡no liega a verse! Tan sólo ten en ci^nta, pnmero que el pulgar debe
abrirse ligeramente para permitir la descarga de la carta sobre la baraja
y, después, volw r a cerrarse sujetándola...; segundo que, en cuanto sólo
quede una carta en la mano derecha, las dos manos, y esto es importan­
te, se separan ligeramente (unos 7,5 cm, más o menos).
Hay dos gestos que dan al «pase» un, digamos, «sabor» distinto:
Printero.—Sirve para una rutina de «carta ambiciosa» o para ios ca­
sos en que quieras introducir la carta de tu mano derecha en el centro
del mazo.
Procede como acabo de explicar (sin cobertura del pulgar) y, en
cuanto en tu mano derecha sólo quede una carta, mueve ligeramente tu
mano izquieda hacia delante y hacia abajo de forma que la parte de ia
baraja más próxima a ti apunte hacia tus ojos (fig. 5). A la vez, inclina
la carta de tu mano derecha también hacia delante en el claro gesto de

Fig. 5

ir a introducirla por el lado corto posterior del mazo (ver de nuevo fi­
gura anterior). Haz una pausa y, aquí, puedes decir algo parecido a
esto: Su carta (o la que sea) va a ir en el centro jusio de la baraja...
Procede según tus palabras.
Segundo.—En esta ocasión, vas a depositar la carta sobre la mesa.
Previamente, coloca (o deja olvidado) el estuche, una moneda; u otro
objeto similar en el punto justo donde luego vas a colocar la carta.
Haz la técnica del «pase» (sin ei golpecito del pulgar) y, justo cuan­
do descargues la carta y ei pulgar la retenga contra el lomo del mazo,
mueve la mano izquierda hacia ci objeto sobre la mesa y apártalo hacia
la izquierda con el dorso de esta mano. Una vez la mesa limpia de obs-
64
tácuios, deja caer sobre ella la carta de tu mano derecha. Este es uno de
I mis favoritos.
Hay más posibilidades, pero aquí están las que yo considero más
I naturales y justificólas... La puerta está abierta,..

NOTA L—«La Ola.»

Siempre que tengo que coger un grupo doble o triple de encima de


ia baraja y tengo una separación previa, utilizo este manejo, creo que
original de Vernon, y que he dado en llamar «La Ola».
Baraja en la mano izquierda en la posición normal de repartir. El
meñique izquierdo mantiene una separación bajo las dos cartas superio­
res. Pieza fuertemente este grupo doble entre tu pulgar y anular iz­
quierdos justo por ei lado largo derecho (fig. 6). (Observa que las car­
tas prácticamente están pinzadas por las uñas de estos dos dedos.) Si

mueves ahora, a la vez, el pulgar y el anular juntos hacia la derecha,


hasta llegar hastá donde te lo permita la longitud de tu pulgar, ias dos
cartas no se separarán y te quedarán listas para qtie la mano derecha
pueda cogerlas para, o bien voltearlas cara arriba soímc la baraja, o
bien proceder como te exija la rutina en la que te encucnties.
Le he dado el nombre de «Ola» porque al introducir tí anular deba­
jo de ias dos cartas éstas se curvan ligeramente hacia atiba por su cos­
tado largo derecho y el movimiento de las dos hacia la 4erccha me re­
cuerda... pues eso, mis paseos a la orilla del mar.
.......NOTA1?:=Otfí5 dBbte-Tift que yo —w m p re a “las“ftdrí-
turas— uso frecuentemente y con el que os encontraré!« «i alguna ruti­
na de este libro («Caníbales», etc...) es el que yo llamo *1 «Saltito» y
que yo vi por primera vez a Fred Kaps en Cuenca, 1977, Es un «doble
lift» a una mano y por tanto también, aunque de otra «nnera, econó­
mico...
65
Baraja sujeta en la mano izquierda en la posición norma! de repar­
tir. El pulgar izquienio deja escapar dos cartas por la esquina superior
izquierda de la baraja y las empuja hacia arriba (fig. 7), permitiendo
que el índice izquierdo se introduzca bajo ellas. Sujeta ahora fuertemen­
te a las dos cartas con el pulgar por su esquina superior izquierda y con
el mayor por la esquina superior derecha, a la vez que presionas hacia

Fig. 7

arriba con tu dedo índice, que introducido bajo ellas, las hace tensarse
y adoptar un cierto arqueamiento (fig. 8),
Y ahora llega el «Saltito»... El índice izquierdo empuja ligeramente
hacia arriba y ei mayor y p u lp r izquierdos sueltan la sujección que
ejercen sobre las dos cartas, teniendo en cuenta que el pulgar suelta una

Fig. 8

fracción de segundo después que el mayor las cartas... éstas, debido a


esta acción de resorte girarán en el aire y caerán cara arriba; Juntas"
sobre el lomo de la baraja.
La diferencia de tiempo entre el momento en que el mayor suelta las
cartas y en el que lo hace el pulgar es prácticamente infinitesimal, y es
lo que hace que las cartas giren hacia la izquierda para quedar cara
arriba. Si fuese primero el pulgar el que soltase y después el mayor, las
66
'f

cartas girarían hacia la derecha. Verás que las cartas no se dcscuadran y


que, una vez que se domina, « un «doble lift» precioso de hacer y de
ver.
Rizando el rizo, he conseguido haí»r ío que llamo el «Saltito Mor­
tal», que consiste en que la carta describa no medio giro, sino un giro y
medio en el aire antes de caer cara arriba sobre el mazo. Se consigue
dando un mayor impulso/ resorte con el índice al comienzo. Es cuestión
de práctica... en los comienzos, un ligero empuje hacia arriba de la
mano izquierda ayuda bastante.
Es un «doble lift» ideal para encadenar —y así lo hacía Fred Kaps—
con el pase que yo llamo «El Trompo» y que describo en ei juego
«SUIT APARITION» en el apartado dedicado a la aparición del tres de
picas.

67

m
Así, la rutina que vas a leer es ideal para hacerla a continuación de
unos pases de «Ambiciosa» convencional (carta sin romper), ya que ei
hecho de que a la carta » ia marque adicionalmente, rompiéndole una
esquina, supone para los e sp n ^ d o re s un circense «más diñcil todavía».
Por otro lado, la introduaáón de la «Carta rota y recompuesta» (es
mi adaptación de ¡a Carta Rota de «Mario-Le Paul» con mejoras de
Ascanio) como final, da a la rutina un inusual «clímax» muy fuerte y
sorprendente.
En esta ocasión no describiré la charla, ya que el «tema» de ia rutina
es el clásico de las cartas «ambiciosas»..., carta que se cree superior a
las demás, quiere destacar, etc... Por otra parte, mi charla en el trans­
curso de la rutina es puramente descriptiva y en la línea de potenciar
los conflictos «Mágico y Racional» ai máximo...: La carta se pone en el
centro, ¿claro?... Atención porque voy a hacerla subir... ¿No la vio? Lo
voy a repetir... ¡Más claro! ¡Otra vez! Fíjese bien, etc.
Material necesario.—Además de tu baraja, un rotulador, una carta
«extra» indiferente y una carta de dobl¿ dorso... por supuesto coinct-
dente con el de la baraja.
Preparación.—Rómpele a la carta «extra» una de sus esquinas de
«no índice». El tamaño de esta esquina cortada es de aproximadamente
unos 2,5 cms por el lado corto y de 3,5 cms por el lado largo (usando
cartas tamaño «Poker»)... En líneas generales se puede decir que es algo
más pequeña que lo que sería una cuarta parte de la carta.
Pon sobre la mesa una carta cualquiera dorso arriba, encima de ella
la carta «extra» también dorso arriba y estando su esquina cortada por
el lado más alejado de ti, encima de estas dos la carta de doble doi^o y,
por úlumo, el resto de la baraja siempre dorsos hacia arriba. Estás pre­
parado...
Realizteíón.—1. Extiende la baraja cara arriba entre tus manos y
pide a un espectador que escoja una carta y que la firme por su cara.
(Procura que al hacer la extensión no se vea el dorse de la carta doble.)
Deja la baraja a un lado.
Coje ¡a carta, una vez firmada, y rómpele una de sus esquinas de
«no índice» que sea del mismo tamaño —o un «pelín» más pequeña™
que la que le cortaste a la carta «extra». Puede tomar como referencia
alguna particularidad en el dibujo del dorso, para saber por dónde coitar.

PRIM ERA SUBIDA


2. C o ^ la baraja en tu mano izquierda sujetándola, doi^o arriba,
en la posición normal de repartir. Mediante un «doble corte», sube las
72
tres cartas inferiotes a arriba de ia baraja y mantén una separación con
el meñique izquierdo bajo ias dos, recién llegadas, cartas superiores
(carta de doble dorso y carta «extra»... que, es importante, tiene que
tener su esquina cortada en ei lado de la biuraja más alejado de ti).
Con tu mano derecha coge dorso arriba a la· carta firmada, sujetán­
dola por su esquina inferior derecha con el pulgar por encima y el índi­
ce y medio por debajo. Estás ahora en posición de efectuar un enfile
«Hozfínser» de la carta fimiada por la carta «extra» (ver «Agua y Acei­
te», punto 4 A). El hecho de que, encima de la baraja, esté la carta de
doble dorso no dificulta prácticamente la maniobra.
Haz ei enfile, reteniendo con tu pulgar izquierdo a la carta firmada
sobre el lomo de la baraja y extrayendo con tu dedo medio derecho a la
carta duplicada. La carta de doble dorso deberá permanecer en su Ju­
gar. Recuerda que este enfile se ejecuta bajo la cobertura de unos mo­
vimientos previos del pulgar izquierdo, acariciando el dorso de ia carta
que sujeta la mano derecha... asi que hazlo como «jugueteando» y sin
dar todavía mucha importancia a lus acciones.
Una manera de justificar los gestos del pulgar izquierdo («chasquidi-
tos») es que, al romperie la esquina a la carta, ésta se haya quedado
iigeramente arqueada, con lo que, los gestos del pulgar izquierdo serán
como «para enderezarla».
En cuanto hayas efectuado el cambio de las dos cartas, el pulgar iz­
quierdo debe encargarse de tapar los bordes de la esquina cortada, asi

que deberás apoyarlo sobre el dorso de la baraja cubriendo ia ausencia


de ese pedazo (fig. 1). Si quieres hacer, tras el cambio, algún movimien­
to de cobertura («chasquidito») adicional con el pulgar, tendrás que in­
clinar el dorso de la baraja hacia ti para cubrir ángulos y evitar que los
73
espectadores vean la rotura. Por otro lado, el «enfile» de la carta, con la
esquina cortada, es absolutamente insospechable.
Una observación: el tamaño de la esquina cortada está en función
del tamaño de mi pulgar. Considero que las variaciones que puede ha­
ber de un pulgar a otro no deben ser muy grandes, pero una prueba os
dirá las dimensiones idóneas de los cortes para vuestro pulgar.
3. Asi, tras el enfile «Hozfmscr», ia carta «extra» estará sujeta por
su esquina inferior derecha por tus dedos derechos y la carta firmada
estará sobre el lomo de ia baraja con el pulgar izquierdo cubriendo su
esquina ausente.
Pierde ahora la carta de tu mano derecha introduciéndola, en el cen­
tro de la baraja, por el extremo corto más alejado de ti y de forma que
las dos esquinas cortadas estén en la misma posición. Recuerda que ci
pulgar izquierdo debe permanecer inmóvil en ei transcurso de estas
acciones.
Haz tu gesto mágico favorito para «carta ambiciosa» (aleteo de la
mano derecha, pulsar en el centro dei dorso de ta baraja, etc.) y gira tu

Fig. 2

mano izquierda dorso arriba, de forma que ia baraja quede cara arriba
y paralela a la mesa. Coge ahora, con tu mano derecha, el „mazo justOL
por la esquina donde se encuentra ia esquina cortada soltándolo de tu
mano izquierda. La carta firmada caerá, misteriosamente, cara arriba
sobre la mesa (fig. 2).

74
SEGUNDA SUBIDA

4. Gira de naevo tu mano izquierda dorso arriba y, en el gesto de


cuadrar las cartas con tu mano derecha, levanta la carta superior (doble
dorso) por su lado corto posterior, separándola un par de centímetros
del resto de la baraja y poniéndola en la clásica posición de «TILT».
Con tu mano derecha, coge la carta firmada de la mesa y «piérdela»
de nuevo en la baraja, introduciéndola en la separación que mantienes
bajo la carta superior. Gracias ai efecto óptico del «TILT», parecerá
que la carta se pierde en el centro de la baraja. Ten de nuevo en cuenta,
en la introducción, que las dos esquinas cortadas deben encontrarse en
I la misma posición (esquina superior izquierda de la baraja).
I 5, En un gesto de cuadrar ia baraja, eiimina la separación y gira la
í baraja entre tus manos de forma que, d“e nuevo, te quede sujeta dorso
arriba en tu mano izquierda, pero con su extremo corto posterior ahora
' como anterior y viceversa.
%■ Haz el «gesto mágico» necesario para la ascensión de la carta y, acto
'f- seguido, ejecuta el «doble lift» del «saltito» que explico en el capítulo
" «Doble lift económico y más». Con ello conseguirás que las dos cartas
superiores se volteen sobre la baraja..., la carta de doble dorso seguirá
. de dorso, pero, sobre ella, quedará la carta firmada cara arriba.
. Esta subida/aparición es muy visual porque, primero, puedes recal­
car ciaramente al comienzo que la carta firmada todavía no se encuen­
tra encima de la baraja y, segundo, cuando haces el «dobie lift», no se
llega a apreciar el volteo de la carta de doble dorso..., la aparición de la
- carta firmada es, francamente, milagrosa. Además, en esta fasepuedes
recalcar que lo haces «a una mano» («¡Conflictos!»). La única precau­
ción es que, cuándo las dos cartas terminen su volteo, los dedos iz­
quierdos las cuadren bien con el resto de la baraja.
Tras Ja subida y la lógica pausa «post-efecto», echa ia carta firmada
cara arriba sobre !a mesa. Si quieres, puedes repetir el efecto una vez
más... yo siempre lo hago porque,,. ¡de verdad!... me encanta.

TERCERA SUBIDA

6. Llega ahora «na serie de acciona sobre ias que oo iiay que llamar
la atención y que, por tanto, es conveniente que hagas mientras charlas
sobre la dificultad del juego y bla, bla, bla...
Con tu pulgar derecho hojea la esquina inferior derecha de la baraja
y localiza a la carta «extra». Siempre con tu pulgar derecho, obtén dos
75
separaciones, una entre )a carta «extra» y ei paquete de cartas que hay
por encima de ella y, otra, entre esta misma carta y e! paquete de cartas
que hay por debajo de ella. Sujeta la baraja en tu mano derecha en po­
sición de «ffiddle».
Aleja ahora tu mano izquierda hacia la izquierda llevando consigo el
paquete por debajo de la carta «extra» y, a la vez, arrastra con ei pulgar
izquierdo la carta superior de tas que sujeta la mano derecha (la de do­
ble dorso)... Deja que esta carta caiga sobre el paquete de la mano iz­
quierda, pero ligeramente descuadrada hacia ia derecha, de forma que
puedas ahora sujetarla con tus dedos derechos, debajo de la carta «ex­
tra».
Separa de nuevo las dos manos. La baraja te habrá quedado dividi­
da en dos paquetes, uno en la mano izquierda en la posición normal de
repartir y otro, en la mano derecha, sujeto en cogida de «Biddle» y
compuesto de un paquete de cartas indiferentes, la carta «extra» y ia
carta de doble dorso... Entre estas dos cartas y el resto del paquete
mantienes una separación con tu pulgar derecho.
En apariencia, lo único que has hecho es cuadrar la baraja y dividir­
la en dos paquetes más o menos iguales... Ya se sabe que fas aparien­
cias engañan...

Fig. 3

7. Con los dedos izquierdos, coge la carta firmada de la mesa y


déjala descansar, cara arriba, sobre el paquete de cartas que sujetas en
la mano a la que pertenecen tos dedos que acabo de indicar. La esquina
cortada debe encontrarse en ei lado del paquete más cercano a ti.
Con el costado izquierdo dei paquete de la mano derecha, voltea ta
carta firmada haciéndola caer doi^o arriba sobre su paquete y, con el
dedo medio derecho, empújala ahora hacia adelante (fig. 3) hasta que el
76
paquete de la mano derecha quede ju sto encima del de la mano
izquierda.
Aprovecha ahora para dejar que, las dos cartas que mantenías sepa­
radas con el pulgar derecho, caigan sobre el dorso dej paquete izquier­
do reteniéndolas ahí con tus dedos izquierdos. Sin detenerte, gira tu
mano izquierda dorso arriba para mostrar !a cara de ia carta firmada,
que sobresaldrá por ci extremo exterior del paquete izquierdo, y deja el
paquete de tu mano derecha dorso arriba sobre la mesa.
8. Con tu índice izquierdo empuja a la carta firmada hacia dentro,
consiguiendo que quede cuadrada con el resto del paquete y, a la vez,
gira la mano izquierda de nuevo palma arriba (fig. 4, vista desde el
mago). Se verá una carta dorso arriba a la que le falta una esquina... el

Fig. 4

público estará absolutamente convencido de que es la carta firmada que


acaban de ver.., en realidad, se trata de la carta «extra». La carta fir­
mada será, ahora, la tercera contando desde arriba y se encontrará jus­
to debajo de ia carta de doble dorso.
Con tu pulgar izquierdo, empuja a la carta «extra» hacia la derecha
haciendo que este movimiento sea una continuación («fundido») del que
hizo tu índice izquierdo. Coge la carta con tu mano derecha e introdú­
cela, claramente, en el centro del paquete que dejaste sobre ia mesa.
9. Di que, en esta ocasión, además de ser más difícil, también va a
ser un poco más... especial.
Con la mano derecha, coge el paquete de la mano izqtiicpda y sujé­
talo en posición de «Biddle». A la vez consigue, con lujpulgar dcrccho,_
üM^sépáración bajó las dos cartas superiores (doble dorso y fiarmada) e
introduce tu meñique derecho bajo estas dos cartas por su esquina su­
perior derecliá. .
Haz ahora el pase que describo en el «Final para Todo Dorsos» (y
que también utilizo en la última desaparición de «Ases Voladotes»), de­
jando caer/lazando el paquete de tu mano derecha sobre el paquete de
77
la mesa... Las cartas separadas por el meñique se voltearán en el aire y
quedarán... la carta de doble dorso, ya puedes imaginártelo, y la carta
firmada cara arriba.
Este pase también es muy visual, y da la impresión de que la carta
ha atravesado, realmente, al resto de la baraja en su ascensión.

CUARTA SUBIDA

10. Coge la baraja de ia mesa, con la carta firmada en su lomo, y


gírala —la baraja— entre tus manos haciendo que el extremo corto
posterior sea ahora anterior y viceversa. Termina sujetándola, dorso
arriba, en tu mano izquierda en !a posición normal de repartir.
Mediante un «doble corte», sube un pequeño paquete de abajo a
arriba de la baraja y extiende a ésta entre tus manos. Se verá a la carta
firmada cara arriba entre las demás del mazo.
11. Presiona tu pulgar izquierdo sobre la carta firmada y separa
ahora tus manos llevándote, en tu mano derecha, la carta de doble dor­
so y las restantes cartas que hay por encima de ella..., excepto la carta
firmada que, al estar retenida por el pulgar izquierdo, quedará sobre el
paquete de cartas de tu mano izquierda. Haz esto como queriendo en­
señar mejor la cara de la carta «ambiciosilla».
Pon el paquete de tu mano derecha sobre el de tu mano izquierda y
cuadra el conjunto, obteniendo, al hacerlo, una separación con tu me­
ñique izquierdo por encima de la carta de doble dorso. Con un «doble
cofte» sube encima de ia baraja el paquete de cartas que ha quedado
por debajo de la separación. Como carta superior estará ahora la carta
de doble dorso y, bajo ella, la carta firmada, cara arriba,
12. Lo que sigue es una adaptación de un pase de «Ambiciosa»^ de
Vernon. Di que ahora la carta no va a ser la primera, sino la segunda.
Con tu mano derecha, haz un «triple lift» de las tres cartas superio­
res de la baraja y, usándolas como pala, voltea cara arriba la carta que
ha quedado encima de la baraja. Se verá la cara de una carta indiferen­
te, detente y aparenta que algo ha fallado. Explica que vas a tratar de
arreglarlo. ....
Pon las tres cartas de tu mano derecha sobre la baraja, pero deján­
dolas sobresalir aproximadamente la mitad de su longitud por el lado
corto posterior. Vuelve a sujetarlas de nuevo con tu mano derecha pero,
esta vez, por su lado corto más próximo a ti con el pulgar por debajo y
restantes dedos por encima.
78
Frota ahora las tres cartas —siempre como si fuesen una, por
supuesto— por encima de la cara de la carta indiferente con un par de
movimientos de adelante y atrás. En el último movimiento h a d a delan­
te y, justo cuando las tres cartas cubran por completo a la carta indife­
rente, suelta, de la sujección del pulgar derecho, a las dos cartas inferio­
res del «triple». Inmediatamente, retira la carta superior (doble dorso)
hacia atrás, dejando ver, en lugar de ia carta indiferente, a la carta fir­
mada con su esquina rasgada (fig. 5).

Fig. 5

La transformación se ve reforzada por ei hecho de que, por ei espa­


cio donde falta la esquina, se ve el dorso de otra carta, no quedando
rastro de la carta indiferente. Echa la carta firmada sobre la mesa y pon
la carta de doble dorso sobre la baraja.

CARTA ROTA Y RECOMPUESTA

13. Con tu pulgar derecho, hojea ia baraja por su esquina inferior


derecha y localiza a la caria «extra»... su esquina cortada te lo b»á muy
sencillo. En cuanto la hayas encontrado, obtén una sepan«:ión bajo la
carta inmediatamente inferior a ella y corta por ahí, con J o qoe b c m a
«extra» pasS^ iffio!ra~a ser ía segundá”^ r ab^ó.
Voltea la baraja cara arriba en tu mano izquierda, coge la c e la fir­
mada de la mesa y ponía, también cara arriba, sobre la b a r ^ Como
siempre, ten cuidaido de que las dos esquinas cortadas estén ea la mis­
ma posición... en este caso, te deben haber quedado en la esquúra infe­
rior izquierda de la baraja.
79
14. Con la mano derecha, extrae la carta indiferente que se ve por
el espacio cortado de la carta firmada, con lo que conseguirás qtie ésta
y la carta «extra» estén juntas. Puedes justificar las acciones precedentes
charlando sobre que las cartas son diferentes y que, al comienzo, po­
dían haber escogido cualquier carta (fig. 6).
Deja la caoa indiferente cara arriba en ei centro de la mesa y haz,
con tu mano derecha, un «doble lift» de las dos cartas rotas sujetándo­
las en dicha mano. Usando tu pulgar y dedos izquierdos, haz que la
baraja se voltee dorso arriba en tu mano izquierda. Deposita ahora el

Fig. 6

«doble», que m antiene en tu mano derecha, sobre el doi^o de la baraja


mientras charlas acerca de que, como final, te gustaría hacer algo... di­
ferente.
Vuelve a sujetar con tu mano derecha las dos cartas rotas, pero, esta
vez, por su esquina superior derecha, en posición para ejecutar ía des­
carga del «Doble lift económico», (Ver capítulo del mismo nombre,)
Así, voltea las dos cartas dorso arriba drahaciéndote, en el transcurso
del movimiento, de la carta firmada, que quedará sobre el lomo de ia
baraja con el pulgar izquierdo tapando los cortes de su esquina rasgada.
A la vez, mueve tu mano izquierda para, con el dorso de tus dedos iz­
quierdos, apartár la carta indiferente que dejamos antes en el centro de
la mesa. (Esta es la segunda variante que describo al «doble lift econó­
mico» y que puedes leer en ese capitulo con más detalle.)
80
Por supuesto que puede empiear cuaJqukr <Hro «doble» convencio­
nal, pero ei que explico creo que va bien en el contexto de la rutina.
15. E>eja la carta «extra» dorso arriba en e! lugar que ocupaba la
carta indiferente. A continuación, deja ta baraja, también cara arriba,
sobre ia carta indiferente, que habrá q u e d ^ o desplazada ligeramente a
un lado de la mesa.
Rompe en pedazos ia carta «extra», por supuesto sin dejar ver su
cara. (Si quieres, puedes tener esta carta «extra» con una firma simula­
da en su cara y forzar ai comienzo una carta que sea igual a ella... con
io que este momento de ia rotura será mucho más claro, puesto que
podrás dejar ver «como de pasada» algunos de los trozos.)
16. Toma los pedazos, hazlos desaparecer por el método que pre­
fieras (falso depósito, descarga, falso pulgar, etc...) y simula lanzarlos
en dirección a la baraja.
Con tu mano izquierda, coge la baraja de la mesa sujetándola dorso
arriba, corta y completa ci corte... Este corte sirve para que la carta
firmada, que estaba la segunda por arriba, vaya al centro de la baraja.
Tom a la baraja entre tus manos y, con el pulgar e índice derechos,
sujeta la baraja precisamente por la esquina donde a la carta firmada le
falta la suya... que deberá ser —tras el giro que hemos dado a la
baraja— ia inferior derecha.
Presiona fuertemente la baraja entre el pulgar e índice derechos y,
con tu pulgar izquierdo hojea la baraja por ¡a esquina opuesta a la que
ejercen su presión eí pulgar y el índice. La carta firmada, al faltarle pre>

- .......................

cisamente la esquina retenida por los dedos derechos, saldrá disparada


y quedará asomando —e incluso a veces caerá sobre la mesa— por el
extremo de la baraja (fig. 7).
8}
T R H fN F O «POR A B A N IC O S»

Efecto y Comentario.—Es esta mi versión del «Triunfo», una versión


que puede hacerse de pie (cosa rara en «Los Triunfos»), sin necesidad
de mesa y que es apto, pues, para todo terreno.
Está basado en un precioso «Triunfo» de Paul Harris llamado
«OAMBLER VERSUS MAGICIAN VERSUS MENTALIST».., He
cambiado algo e! manejo y Ía charla, pero, sobre todo, he añadido una
«enseñada» de las cartas mezclándose caras abajo y caras arriba que
pienso que es muy clara y que puede introducirse en otras rutinas de
«Triunfo».
Preparación.—Toma tu baraja dorso arriba y voltea cara arriba a ia
segunda carta por encima (supondremos que es el seis de picas).
Ejecución.—Di: Generalmente, los juegos con cartas se hacen con
una caria escogida, una cana pensada, una carta... yo quisiera hacer un
juego al revés..., con cincuenta _v una cartas... ¡con todas menos una!
Pero yo sé que memorízar cincuenta y una cartas es demasiado ardwK
asi que.... por fa \o r <dirígnf ur es.pírctíKlc»''< <oh¡ una '.arta
ceta y tmbemoí trm m ti<: ,(/: v íW ^

m 0 m 40 ¡am uM / í» *

“ I» · · jMfucre «I ¿ada /nano, cíe rorma que ei


el de tu mano izquierda, y
'* • • 1 figur« L (Procura, por supuesto, que esta

uno en su respectiva mano,


y M e que pongan la carta ih» a
I «a»» mf> »»»uvayl.*. v.*·,'·. *■ -t* ··>
85
mano izquierda. Pon el paquete de lu mano derecha sobre el de la
mano i/quicrda y simula la pérdida de la carta.,, por supuesto que, tras
uiios «dobles cortes», a! final te debe quedar controlada arriba del mazo
(supondremos que la carta escogida es ci tres de corazones).

Sujeta la baraja en tu mano izquierda en la posición normal de re­


partir.
3, Continúa: Por supuesto que el efecto no consiste en que yo encuen­
tre alguna de esas cincuenta y una cartas escogidas... ¡sería demasiado
sencillo!
Mientras dices esías palabras y justificando tus acciones con ellas,
con la punta de tus dedos derechos empuja hacia atrás la carta superior
de ia baraja (tres de corazones) unos dos cm (fig. 2). Lleva ahora tus
86
dedos derechos sobre la superficie que ha quedado visible de la segunda
carta (una indiferenle) y empújala hacia delante al mismo tiempo que,
con tu pulgar derecho, empujas la carta superior a la posición que ocu­
paba al comienzo. Siempre con tu mano derecha, extrae esta segunda
carta que ahora te habrá quedado en sobresalencia externa, enséñala
cara arriba y piérdela en el centro de la baraja. Has conseguido asi que

Fig. 2

la carta escogida (tres de corazones) y la carta vuelta (seis de picas)


queden, cara contra cara, encima de la baraja.
4. Di: Va a ser algo muchísimo más complicado, primero voy a
mezclar cartas cara abajo con cartas cara arriba.
Con la mano derecha, levanta un paquete que sea lo más próximo
posible a la mitad de ia baraja y voltéalo, cara arriba, sobre el paquete
que queda en tu mano izquierda, pero ligeramente adelantado, para que
ios dos queden escalonados.
Retén el paquete superior cara arriba en la mano izquierda y extrae
el inferior cara abajo con la mano derecha, sujetándolos en posición
para hacer una mezcla «faro».
5. Añade: A sí no sólo se desordena el orden de las carias, sino
también su sentido...
Haz un «faro out». No hace falta que sea perfecta... tan sóio ten en
cuenta, primero, que la carta inferior del paquete de la mano izquierda
quede como inferior del conjunto y separada de la siguiente de su pa­
quete por una carta de! paquete de la mano derecha y, segundo, que la
carta superior del paquete de la mano derecha sea la superior del
conjunto.
Empuja haciendo que los dos paquetes se imbriquen pero, tan sólo,
un quinto de su longitud y deja que este conjunto descanse sobre la
palma de tu mano izquierda en la posición normal de repartir (en este
caso no tan normal.,.),
87
6. Con tu pulgar derecho (ver figura anterior) empuja It» dos paque­
tes por su lado inferior Uevándolos hacia adelante en tu mano izquier­
da. Ai hacerlo, presiona con la base de tu Indice izquierdo en la carta
inferior (tres de corazones) reteniéndola, mientras que los dos paquetes
inferiores deslizan sobre ella de forma que. al terminar el movimiento,
esta carta sea la inferior (cara arriba) del paquete más próximo a ti (ca­
ras abajo).
7. Di; Pero me gustaría que se viese m uy claro...
Sujeta los dos paquetes en tu mano derecha y, con I? mano izquier­
da, mueve el paquete externo —y sólo el externo-- hacia la d e i^ h a
hasta que quede visible el indict inferior derecho de las cartas de ese
paquet; (fig. 3).

Fig 3

X. Cambia ia cogida de tu mano derecha de forma que puedas ha­


cer un abanico a una mano (ver figura anterior). Hazlo teniendo cuida­
do de que las cartas inferiores no se abran demasiado y se vean las dos
cartas (una en cada paquete) vueltas que mantienes. Te debe quedar
más o menos como en la figura 4. Prosigue: Se ve muy claro que las
cartas del paquete inferior están caras abajo y ias cartas de paquete su­
perior están caras arriba.
Deja que en los espectadores se grabe bien esta imagen, y añade:
Pues tai cual, las cartas se van a imbricar...
Diciendo esto, haz con tu mano izquierda un gesto de ir a empujar
las cartas más exteriores entre las interiores... pero detente y, pensándo­
telo mejor, di casi para ti; ...Espera, porque asi va o ser un poco lioso...
9. Vas ahora a extirpar, con tu mano izquierda, ei paquete de car­
tas cara arriba y vas a mezclar de nuevo los dos paquetes. Entre estas
dos acciones, la mano derecha va a hacer el movimiento crucial en este
juego; voltear secretamente su paquete.
88
Encaja el lado largo de ia carta cara arriba más a la izquierda del
abanico en ia horca de tu pulgar izquierdo. Mueve ahora tu mano iz­
quierda hacia la derecha siguiendo el contorno dei abanico y extirpan-

Fig. 4

do, a la vez, todas las cartas cara arriba (fig. 5). Te ayudará a la acción
cl inclinar hacia abajo, con tu mano izquierda, el extremo más exterior
de las cartas que extirpas.

Fig. 5

En cuanto tu mano izquierda esté terminando de extirpar la última


carta de su paquete, cierra cl abanico de tu mano derecha moviendo tus
dedos derechos en el sentido inverso al de apertura y... —ahora llega el
momento tramposo—, sin detenerte, gira tu mano derecha doi^o hacia
89
tos espectadores llevando el paquete que sujeta a ia puttta de sus dedos
(íig. 6) y, a la ve/, golpea, en un gesto de cuadrar, el lado corto más

Fig. 6

próximo a li del paquete de la mano izquierda con el lado corto más


alejado de ti dcl paquete de la mano derecha (fig. 7).
Está todo hecho. El pase —no temas— es muy engañoso, sirve hasta
para magos. Tan sólo, procura, para que esté más cubierto, que el mo­
vimiento de lu mano derecha girando y el gesto de aproximar las dos

Fig. 7

manos para chocar sus paquetea sea un poco amplio. Recuerda que cl
gesto grande se come al peqiitho... hazlo sin preocupación y sin darle
importancia.
10. Di con una cierta machaconería, y aauando también como si
estuvieses haciendo algo que ya das por sabido (y realmente es asi): Re­
cordad que quiero que se mezclen ¡as cartas ciaramente.
90
Repite ahora los movimientos exphcados en los apartados 5, 6 y 7.
Es decir, imbrica los dos paquetes en «faro out» un quinto de su iongi-
lud. haz el trasvase de la caria inferior del paquete externo al paquete
interno (en este caso, es el seis de picas) y mueve el paquete externo de
forma que queden a la visia sus dos índices (ver figuras anteriores).
II. Sujeta ei paquete interno con tu mano derecha en la misma
posición que antes, es decir, como si fueses a hacer el abanico... pero no
io hagas entero, haz tan sólo un pequeño esbozo de abanico (fig. 8) y,
además, hazlo con ayuda de la mano izquierda, para que ahora —al
contrario que en los apartados anteriores— esta mano, descuadre la

Fig. 8

caria más inferior del paquete interior (seis de picas) dejando que aso­
me descaradamente su dorso (ver una vez más la figura anterior).
Di, casi como hablando contigo mismo; Así, porque sino luego no
se pueden imbricar...
Deja los dos paquetes sujetos en tu mano izquierda como en la figu­
ra anterior.,., puedes ahora girar esta mano dorso arriba y dorso abajo
un par de veces dejando ver, por los dos lados, cómo se mezclan las
cartas (fig. 9). Observa que tus dedos izquierdos tapan, por debajo, los
dorsos de las cartas del paquete inferior.,, pienso que la ípseñada es
una de las más claras }se ve claramente que un paquete de cartas cara
arriba está mezclado con otro de cartas cara abajo! Una vez más, repite
machaconamente: Carlas cara arriba, canas cara abajo.
12. Con ayuda de las dos manos, cierra este pequeño abanico y
termina de imbricar los dos paquetes. Hazlo clara, lenta y deliberada-
91
mente. Cuando sólo falte un centímetro para completar la mezcla, de­
tente y di: Todavía podría extirpar los dos paquetes y evitar este «zan-
cocho»... ipero no voy a hacerlo!
Con lentitud, no exenta de firmeza, termina de cuadrar las cartas y
añade; Ahora es irreversible.... hay un auténtico ¡(o de cartas.

Fig. 9

13. Haz un corte deslizante («Slip cut») perdiendo la carta superior


(tres de corazones, dorso arriba) entre las demás cara arriba.
Voltea la baraja en tu mano izquierda {se verá ahora la cara del seis
de picas), al hacerlo, obtén una separación bajo el sets de picas con tu
pulgar derecho y pasa esta separación al meñique izquierdo. Pregunta
cuál fue ia carta escogida, y cuando te respondan di: A l comienzo dije
que este era un juego con cincuenta y una cartas.... pues bien, esas cin­
cuenta y una cartas se van a colocar todas dorso arriba excepto ¡a que
fu e tocada, que quedará —di esto con cierto desprecio— cara arriba.
14. Dramáticamente, acerca tu mano derecha ai mazo y haz ahora
el lanzamiento que explico en el final para «TODO DORSOS», hacien­
do que el seis de picas se dé la vuelta y quede, dorso arriba, sobre la
baraja (puedes utilizar cualquier otro método, pintaje, etc., si quieres).
Termina como empezaste, divide la baraja en dos mitades, una en
cada mano, y haz dos abanicos (ver fig. I), Se verán todas las cartas
dorso arriba, excepto el tres de cora7,ones.
Comentarios.—t. Procura actuar convincentemente cuando dices
que las cartas en abanico no se pueden imbricar bien, para justificar su
extracción y posterior pequeño abanico.
2. El giro secreto pasa siempre completamente inadvertido..., si
quienes, al hacerlo, puedes añadir la cobertura adicional de levantar la
mirada, pero vamos... la última enseñada borraría cualquier sospecha
de cualquier malpensante espectador.
3. Me gusta mostrar el clímax haciendo dos abanicos... siempre me
pareció que uno quedaba un poco corto y, el ir pasando cartas de una
92
mano a otra, siempre he pensado que es dcm&siedo lento pani la reve-
ladón del climax de una .-Lima de «Triunfe.,
La extensión rápida y brillante sobre la mesa siempre me pareció lo
mejor.,., pero como aquí hemos partido de ia premisa inicial de que ca­
recemos de mesa, los dos abanicos, extendidos al máximo, creo que
cumplen bien su cometido.
4. Ei «Triunfo» es otra rutina típica de líneas horizontales (ver
«AGUA Y ACEITE», «comentarios a posteriori)^). Hecha por este mé­
todo. y teniendo en cuenta el lenguaje gestual, puede pasar, fácilmente,
a ser una rutina «vertical» con sus consiguientes ventajas.

93
ROJO Y N EGRO

Efecto. —El mago muestra una baraja de cartas blancas y dos g u an ­


íes de algodón también blancos. Instantáneamente, el mago nansí^ciPa
los dos guantes blancos en uno rojo y en otro negro, Al conjuro de es­
tos dos colores, las cartas blancas de la baraja adquieren también los
colores rojo y negro, representados en los palos de corazones, tréboles,
picas y diamantes.
Ei mago se pone los guantes, el rojo en la m ano i/.quierda y el t^egro
en ia m ano derecha, y extrae de la baraja dos paquetes de ocho cartas,
u no compuesto de cartas rojas y oiro compuesto de cartas negras. Mis­
teriosamente, los colores de las cartas obedecen a las niano> del mago
y, cada ve? que él las cam b ia/cru za, los dos paquetes de cartas también
c a m b ia n /p e rm u ta n su posición en la mesa, de forma que en ct montón
de las rojas pasa a haber negras y en el de negras aparecen rojas. Fsio
se repite varias veces, siguiendo las cartas siempre los movimientos de
las manos, incluso cuando los dos paquetes se ponen bajo el mllujo de
unu solci mano,.., ya que los dos paquetes constan entonces de cartas
del mismo color (rtijas « negras, según la mano bajo la que se
encuentren).
Para complicar las co!>as, los dos paquetes se mezclan emic sí y, csie
paquete resultante, con el resio de la baraja, K1 mago divide a ésta en
dos mitades e intenta que, ah ora todas las cartas de la baraja, obedezcan
a los colores de sus enguantadas manos; pero algo anda mal, las cartas
se niegan a obedecer,.., de pronto, el mago voltea caras arriba los dos
paquetes y éstos son de cartas.,, ¡completamente blancas!,,. ¿Qué ha
ocurrido?.,. El m ago q u ita ios guantes a sus m anos y... los colores
realmente han obedecido porque, del interior de ios guantes, cae una
lluvia de puntos de corazones, rombos, tréboles y picas, los rojos del
únante m ió v los neeros del guante negro.
Term inada su misión, y eaire los aplausos del público, los guaníes
vuelven a ser com o ai comien/o,,. ¡completamente blancos!
C'omenlarío.—Bs una versión del <<Siguiendo al líder» que, com o es
de sobra sabido, es un efecto creado por ei maestro Dai Veinon, Esta
es una de ias tres rutinas que presenté a concurso en ei F I S M ’82, cele­
brado en Laussane y en el que obtuve el segundo Premio de Carlonia-
gia. En aquel concurso, y nada más terminar mi actuación, tuve el ho­
nor de que Dai Vernon me íelieitase y que me dirigiera palabras de
elogio para la original presentación de su efecto de «Siguiendo ai líder».
¿Qué más podría decir?...
Bueno, sí voy a decir algo más,., C om o se desprende del «efecio»,
esta es una rutina eminentemente visuai. En otras rutinas del libro, el
«tema» viene dado por presentaciones de tipo verbal («Caníbales», «Re-
fiejos»...), pero en ésta, el «tema» es sobre to d o plástico... aun sin decir
ni una palabra, el público entendería la idea de lo que estamos hacien­
do: «las cartas siempre siguen a su color». Se podría decir, con otras
palabras, que cl «tema» es casi escenográfico... En el libro hay otros
juegos con elementos escenográficos (la copa en «Agua y Aceite», la
calculadora en «Card-culator», el T arot en «La Creación»).., pero, és­
tos, no tienen un protagonism o tan esencial, ya que necesitan el apoyo
verbal.
C o m o tal juego visual, y por lo «chocante» e inesperado de sus efec­
tos (cam bio de color de los guantes, transformaciones de la baraja, llu­
via de puntos, etc.) su comercialidad con ei público está asegurada. Es
una rutina que es casi un acto com pleto en sí misma y que, ¡en por
seguro, permanecerá en las retinas y en los cerebros de tus espectadores
durante mucho, mucho tiempo... «que nuestras obras perduren, aunque
nuestros cuerpos flaqueen» (anónimo bilbilitano).
¡Ah! Al igual que en la rutina de «Agua y Aceite», aquí las acciones
también han sido verticali/adas, haciéndola apta para grupos más nu­
merosos de público,

Miilerial Necesario, Necesitarás;

- - Dos barajas del mismo dorso, una de caras blancas y otra con
sus caras habituales, y provistas de sus correspondientes estuches.
lín guante rojo (para la m ano izquierda en nuestra explicación)
y otro negro (para la mano derecha).
~ Dos pares de guantes blancos.
98
... Un trozo eje tela negra similar a la del guante negro y de un ta ­
m año aproxim ado de 14 X 20 cm.
.. Un tiraje,
- Un tapete, a ser posible, gris.
-- Un falso pulgar de longitud «extra»,
— De una vieja baraja, recorta sesenta, setenta u ochenta según
tu paciencia— punios de sus cartas («pips»). Pinta el lado del dorso de
estos puntos con el color correspondienie de su otro lado Orébules de
negro, corazones de rojo, ele.).
Preparación.—1, Sujeta un par de guantes blancos al tiraje. Mi ti­
raje es un elástico que va sujeto, por uno de sus extremos a mi muñeca
izquierda con una correa, pasa p o r detrás de la espalda y va a salir, si
se pone en tensión, p o r el lado derecho de la chaqueta rematado en una
pequeña pinza de «cocodrilo»,,, dispuesta a lo que ie echen (en este
caso, el par de guantes blancos). P ara evitar que, una vez desaparecido
ei objeto, éste caiga y asome por debajo de la chaqueta, a la altura del
sobaco derecho, ei tiraje pasa por una anilla sujeta a mi americana con
un imperdible.
2. Pon juntos ei guante rojo y el negro y pliégalos de tornia que
abulten lo menos posible y puedas empalmarlos con lacilidad en tu
m ano derecha.
3. Pliega los otros dos guantes blancos por la mitad y recúbrelos
con el pedazo de lela negra. No es necesario que la tela los cubra c o m ­
pletamente p o r los dos lados, con uno basta, pues el otro lo taparás lú,
con tu mano, cuando llegue el momento,
4. Llena el F, P. («Falso Pulgar») con los «pips». Echa primero al
fondo del F. P, los negros y después los rojos {o viceversa, ei caso es
que no estén del todo mezclados). Ei F. P, no tiene que estar lleno del
todo, tan sólo unos dos tercios, aproxim adam ente, porque si no, no
tendrás espacio para introducir tu pulgar cuando llegue la ocasión.
5. Fn uno de los dos estuches de c a n a s, pliega su solapa hacia
d en tro y coloca en su interior el P, P. cargado de «pips», de lorma que

Hg. t

la boca del F, P. esté a un par de centímetros, más o menos, de la boca


de! estuche (verás que la solapa ayuda a sujetar el F. P, puesto que ejerce
una cierta presión) (ílg. I),

99
6. A la baraja blanca añádele, de ia otra baraja, una carta indite-
leiue ci>n una de sus esquinas cortadas {supondremos que es cl dos de
irébüies) y colócala com o caria superior, lado caras.
De esta baraja blanca, quédate con dos cartas que utilizarás en el
siguiente apartado.
7. O rdena la otra baraja dorsos arriba y de arriba hacia abajo de
la siguiente manera: carta roja, caria roja, ocho cartas negras de puntos
altos, el resto de cartas negras menos tres, carta blanca con esquina cor­
tada, dos cartas negras, ocho cartas rojas de puntos altos, el resto de
cartas rojas, la última carta negra (mejor s¡ es otro dos de tréboles d u ­
plicado del que hay en la barnja blanca) y la otra caria blanca).
Haz un «puenie»> que te sea luego fácil de localizar, al paquete que
hay por debajo de las ocho cartas rojas altas. G u a rd a esta baraja en su
esluche.
Distribución bolsillos.—Bolsillo exterior derecho de la americana:
estuche, con el F. P. en su interior, en posición vertical y boca hacia
arriba (tanto ei estuche de cartas como ei F. P.). Si piensas que con
algún movimiento se le puede volcar ei estuche y, por tam o , que se
salgan los «pips». pon algún pañuelo plegado o similar en tu bolsillo
que lo impida.
Bolsillo exterior izquierdo de la americana: en un lado, baraja bbüi-
co con el dos de tréboles, siendo el lado de las caras el más p ró x im o a
tu cuerpo. En otro lado (utiliza un c artó n separador o similar si le es
más cómodo), los guantes blancos recubiertos con la tela negra.
Bolsillo derecho del pantalón; guantes rojo y negro plegados.
Sobaco derecho: los dos guantes blancos sujetos a! tiraje y retenidos
por la anilla de seguridad.
Sobre la mesa, la otra baraja guardada en su estuche.
Ejecución.—Con el mago de pie.
1. Saca la baraja de su estuche y guarda éste en tu bolsillo derecho
de la americana. Ten cuidado de saber dónde lo pones para, luego, no
conlundirlo con el estuche «cargado» que has colocado prevìameiìte en
ese bolsillo.
2, Coge la baraja, caras arriba, en tu m ano izquierda en la posi­
ción normal de reparlir. Con tu pulgar derecho, hojea la baraja por su
extremo corto interior y obtén, gracias a la carta blanca corla, una se­
paración sobre ella.
Con tu m a n o derecha, coge el paquete por encima de la separación
y enséñalo por su cara y por su dorso mientras dices: Esta es t4tm (><ir<t-
Ja un lanía inusual. Vuelve a colocar el paquete de la m an o derecha
sobre el de la m ano izquierda ligeramente escalonado, de forma que so-

100
bresalga 3 ó 4 centímetros por el extrem o corto inlcriür (lig. 2), y voltcii
este conjunto dorso arriba cogiéndolo, en tu mano derecha sin perder
el escalón - , en posición de mezcla hindú. '
Vas a h o ra a hacer, pues, uria m eicia htt\dú que va a reordcnarie
...qu e no a desordenarte.... tu baraja; deja que el primer paquete que
caiga a tu mano izquierda sea ei que está sobresaliendo hacia fuera (^u
carta superior es roja y su inferior blanca) y, el segundo, todas las car­
tas que quedan a h o ra p o r encima del «puente» (ocho cartas rojas y dos
negras). El resto de las cartas que quedan en tu mano derecha ve
echándolas, al azar, hasta que te queden solamente tres o cuatro, Estas

Fig, 2

Últimas, pétalas una a un a sobre las de la mano izquierda de forma que.


i
ahora, la carta superior de la baraja sea una blanca y la siguiente una
negra.
Mientras ejecutas estas acciones, charla despreocupadamenlcy Es
una baraja sin imprimir, tan sólo contiene carias blancas... ^
3. Mediante un «doble corte», pasa !a carta superior abajo y voltea
la baraja cara arriba en tu m an o izquierda descuadrando, ligeramente,
la c a rta superior (es la que acabas de bajar) de forma que se aprecie
que la siguiente también es blanca.
Haz un abanico «inverso» lo más perfecto posible, de forma que los.
índices de las cartas no se vean y parezca que es una baraja de cartas
completamente blancas.
Deja este abanico, sin cerrarlo, sobre la mesa, teniendo cuidado de
que no asomen los puntos de ninguna carta. Ayúdate, si es preciso, de
las dos manos. A! igual que antes, puedes dejar que ia carta superior se
descuadre «descuidadamente» <fig, 3),
4. Di; Con cartas blancas se ha Je usar guante blanco. Ve con tu
mano derecha al bolsillo derecho de tu pantalón y em palm a, en los d e ­
dos, los guantes rojo y negro plegados. Finge que no los encuentras y,
com o si recordases dónde los tietics, saca dei bolsillo tu m an o derecha
con los guantes empalmados y, rápidamente, sujeta con ella tu solapa
derecha, abriendo ese lado de tu americana p ara que tu m ano derecha
entre y coja los guantes blancos (ia sujección de la americana disimula
la postura, un tanto forzada, de tus dedos derechos).
Saca los guantes blancos del interior de tu chaqueta hasta el punto
donde comience a ser visible el cordón del tiraje. En ese instante, deja
que tu m ano derecha suelte ta solapa de ia americana y pase a sujetar
los guantes blancos, que cubrirán, ocultando de la vista de los especta­
dores, a los guantes rojo y negro. Puedes a h o ra separar tu m ano dere­
cha del borde de la chaqueta, ya que el cordón del tiraje quedará ocuito
tras tu brazo, y mostrar más claramente los guantos blancos.
Explica; El color es una manifestación mágica. £’/ blanco « la
ausencia de color, asi que necesitamos... ¡color! Ai pronunciar «jcoior!»
aleja lus brazos dei cuerpo a la vez que sueltas los guantes blanco.s de­
jan d o que los arrastre el tiraje y despliegas, entre tus manos, los guantes
rojo y negro.
Ensáyalo delante de un espejo... Es importante, primero, que los
guantes blancos se vayan rápidamente; segundo, que los ampare en su
recorrido tu brazo derecho, y, tercero, que el guante rojo y el guante
negro se desplieguen rápidamente captando toda ia atención del ojo de
los espectadores.
5. Deja los guantes en un lado de la mesa.
Cuadra la baraja de cartas supuestamente blancas y sujétala, caras
arriba, en lu mano izquierda. Di; Y ya ccm los colores rojo y negro, en
la baraja han ile aparecer, a su conjuro.,.
Con la mano derecha haz ah o ra un pintaje, a tu gusto, de la carta
superior (blanca) del mazo, pasando encima de ella la carta inferior
(negra). Inmediatamente, abre la baraja en abanico (abanico «normal»,
no «inverso»), haciendo su aparición los índices de las cartas, separadas
éstas, las rojas de las negras.
No te preocupes por las dos negras que hay entre el grupo de rojas,
pasan desapercibidas; pero sí, ten cuidado, de que no se vean las dos
blancas que hay bajo ia carta superior. Termina tu frase; ...cana.'i rojas
y cartas negras.
Inmediatamente, extiende de forma irregular la baraja sobre la mesa
para que se vean mejor las caras de las cartas.
6. Una ve/ que el efecto ha sido asimilado por los espectadores,

i02
pon el guante rajo en el extrem o izquierdo de la mesa, deja ci nc^nt en
el derecho y recoge la extensión de cartas.
Extrae de la baraja dos grupos de diez cartas cada uno; el pi micro
com puesto por tas dos cartas negras, que hay aisladas en ia zona de
rojas, más las ocho cartas rojas, inmediatamente a su derecha.,, déjalo,
bien cuadrado, en el lado izquierdo de la mesa por delante del guante
rojo. El segundo, com puesto por las dos cartas rojas más próximas ai
g ru p o de negras y las ocho cartas negras, itimediatarnenie a su dere­
cha... deja esie paquete, cuadrado, en el lado derecho de la mesa por
delante del guante negro.
Mientras haces estas operaciones di: ¡ms canas rojas uhciU’i tn al co­
lor roja y las canas ni'gras oheJecen ai color negro.
7. C uadra el resto de la baraja en tu mano izquierda en la posición
normal de repartir.
Introduce tu mano derecha en el bolsillo derecho de la chaqueta
dispuesto a coger el estuche que antes guardaste ahí... aparenia nu e n ­
contrarlo, com o prosiguiendo con fu búsqueda, lleva la mano izquierda
al bolsillo izquierdo y, allí, rápidamente, cambia la baraja que llevas en
tu mano por la que ya tenias en el bolsillo. De pronto, tu mano derecha
«encuentra» el estuche que buscaba y lo saca triunfalmente del bolsillo
(sólo que ah o ra es ei cargado con el F. F.)..., tu m ano izquierda, ante
lo inútil de su ayuda, sale limidamcnte del bolsillo... (sólo que ahoia
con ia baraja blanca más e! dos de tréboles duplicado).
Es im portante ei orden de entradas y salidas de ias manos en los
bolsillos; primero entra la m ano derecha, segundo entra la mano i/
qiiierda, tercero sale la mano derecha y cuarto sale la mano izquierda,,,
y se ha de llevar siempre la atersción sobre ia inano derei tií». 1'^ un
cambio que pasa inadvertido y que nadie recordará... máxime cuando,
el efecto de la transformación de la baraja a cartas blancas, uciiric al
final de la rutina y, todo el transcurso de ésta, sirve de «paréntesis de
olvido» («Ascanio dixit»),
8. Deja la baraja, cara arriba, sobre la mesa cerca de un especta­
dor de tu izquierda.
Introduce tu pulgar derecho dentro del estuche y, a la ve/, dentro de
F. P. y pasa el estuche de tu m an o derecha a tu m a no izquierda rete
niendo, en tu verdadero pulgar, el falso pulgar. Ho es necesario que te
«calces» el pulgar completamcnle (por otra parte, es bastante dilicil al
estar muy lleno de «pips»), basta con que !o retengas, los demás dedos
derechos ayudan a cubrirlo de la vista del público.
Deja el estuche sobre la mesa ai lado de la baraja, siéntate y a b a n ­
dona, al hacerlo, tu l·. P. boca arriba en tu regazo.

103
Mago Sentado

9. Coge el paquete de cartas de tu izquierda y, mediante una cuen­


ta «dejapaquetes», muestra sus diez cartas com o si fueran solamente
ocho cartas rojas. Dos detalles; procura que la séptima carta queda li­
geramente sobresaliendo hacia delante y no llames la atención sobre el
hecho de que muestras ocho cartas.
Sujeta las ocho cartas ligeramente en abanico en tu mano derecha
mostrándolas, pero cuidando los ángulos p ara que no se aprecie el gro­
sor de la última carta (la carta en salida exterior te ayudará a ello).
Apoya el abanico sobre tu m ano izquierda y, ayudado por ésta,
arrastra con tus dedos derechos ia carta inferior (negra) unos centíme­
tros hacia la derecha. Sujeta en lu mano izquierda las c u atro cartas in­
feriores del abanico (tres rojas y una negra oculta) y separa en tu mano
derecha las otras cinco cartas rojas llevando escondida, bajo ellas, la
c a n a negra que acabas de deslizar. Haz esto como queriendo enseñar
mejor las cartas,
Echa con displicencia ias carias de tu mano derecha sobre las de la
m ano izquierda y cuadra todo. Ojo que la displicencia no sea mucha,
no vaya a ser que se vean las cartas negras, que tienen que haberte
q uedado en sexta y décima posición a partir de arriba. Di; Carlas rojas,
lado izquierdo de la mesa. A este paquete lo llamaré a partir de ahora R.
10. Haz io mismo con el paquete de las cartas negras, sólo que, en
este caso, separa el abanico llevando en tu m ano derecha tan sólo tres
cartas negras, que ocultarán bajo ellas la carta roja inferior, con lo que,
al cu ad rar el paquete, las cartas rojas q u edarán en cuarta y décima
posición,
Pero, insisto, no llames la atención al hecho de que se ven ocho car­
tas. Luego verás por qué. Di; Carias negras, lado derecho de la mesa, A
este paquete lo llamaré N.
11. Con una cierta solemnidad, ponte el guante rojo en tu mano
Izquierda y el guante negro en tu m an o derecha. Si quieres, puedes ha­
berlos d a d o previamente a exam inar para que !a aparición posterior de
los «pips», de su interior, sea más fuerte.
Mientras te los pones, afirma; Las canas rojas obedecen al color
rojo y las cartas negras obedecen al color negro.
12. A partir de ahora, procura que tus movimientos tengan una
cierta aureola mágica... Podrán ser elegantes o descuidados, lentos o
rápidos, cortos o largos, secos o fluidos..,, pero han de ser «mágicos»,..
I.o ideal seria una coreografía gesiual a d a p ta d a a tu estilo, pero.,,,
¿dónde está el coreógrafo?

104
íamt>ién aho ra ta charla es secundaria, prima io visual... Com o ya
dije, la rucina puede hacerse incluso con un A ü k í o ¡íiu-vical. Aunqiic h;)\
niomeníos en que !a charla puede ciarit'icar o subrayar algunos movi-
mieníos... pero no nos adelanfemos a los acontecimienios.
C on tu mano izquierda coge «K» y voliéalo dorso arriba sobre la
mesa, C on lu m ano derecha coge «N» y voliéalo también dorso arriba
sobre la mesa.
13. Cam bio de Paquetes.
Detente m ostrando tus palmas vacias. Coge de nuevo «R» con lu
m ano izquierda y «N» con tu mano derecha. Pon «R» en el lugar de
«N» y «N» en el lugar de «R».
Haz un aleteo mágico (yo hago un movimienio similar al explicado
en «Los Ases Voladores») con tu m ano izquierda si)bie «N» y oiru con
tu m ano derecha sobre «R». A partir de ahora condensaré estas dos ac­
ciones ...aleteos....en una sola bajo el nombre de «gesto mágico.; (fig, 4),
Con la mano izquierda coge la carta superior de «N» y voltéala cara
arriba enseñando que es roja y dem ostrando que el color de la carta

coincide con el del guante. Haz lo mismo con tu m ano derecha y la


carta superior de «R» (ver fig. 4). A estas dos acciones las ilaniare «Ln-
señada». (Recuerda que aquí puedes aplicar, en tus acciones, los princi­
pios de «verticalidad» que ya mencioné.) .
Deja la carta de la mano izquierda, dorso arriba, en la esquina ihfé-
rior izquierda de la mesa, fuera del campo de acción principal. Deja la
caria de la m ano derecha, también dorso arriba, en ia esquina intenoi
derecha de la mesa. A estas dos acciones las llamaré a partir de aluira
«Dejada». /
• Iü5
14. C am bio de Manos.
C ru /a ahora tus b ra/os y, por taiuo, tui manos (fig, 5),
«Gesto mágico», «Kiiseftada» (fig, 6) y, siempre con tus manos eru-
/adas, «Dejada».

15. C am bio de una y una cartas,


('o n lu m ano derecha coge la curUi superior de «N» y déjala de.M.iJf»-
sar sobre la palma de lu mano. Ha/, lo mismo con tu m ano i/quierda y
la carta superior de «R».

D escru/a los bra/o.s y h a / el «gesto mágico» que, esta ve/, ha de ser


distinto, pues se supone que lo estás ejerciendo sobre las dos cartas que
ahora llevas en tus manos. Yo tenso bruscamente las palmas y dedos de

106
mis m an o s-a b rié n d o lo s al máxim o para, inmediatamente, v o lv e i-«
relajarlos,
«Enseñada» y «dejada».
Verás que este pase es un «camelo», ya que, a ia ve/ que cambias las
cartas, estás cambiando también ias manos.., Pero «cuela».
16. Cambio a Elección, ,
Si ejecutas ia rutina hablada, pídele a un espectador qué es í o que
prefiere, que cambies tus manos o que cambies los paquetes.
Si la haces musical (no hablada), puedes cambiar lo que tú prefieras
según el h u m o r dei que estés.
En cualquiera de los dos casos, y una vez cam biados o bien t^s m a ­
nos o bien los paquetes, continúa con el «gesto mágico», la «enseñada»

Fig. 7

y la posterior «dejada» sobre las cartas ya mostradas en las lusts


anteriores.
17. T o d o Negro,
Este ap a rta d o dependerá de la opción que hayas tom ado en el a p a r­
tado anterior,
a) Si se cambiaron los paquetes: coge con lu m ano izquierda el pa­
quete izquierdo (en este caso «R») y aproxím alo hacia «N» dejándolo, a
su izquierda, Junto a él sobre la mesa (fig. 7).
«Gesto mágico» ...esta vez hecho solamente con tu mam) derecha
sobre los dos paquetes ju n to s ... , «enseñada» y «dejada», I n esic taso,
con tu m ano derecha coge primero la carta superior de «R». muésirala
y déjala sobre el m ontón de cartas retiradas de la esquina inferior ileic-
107
cha; cogc ah o ra la carta superior de <iN», enséñala y a p á rta la sobre el
mismo montón que la carta anterior.
h) Si se cambiaron las manos; coge con lu m ano derecha el paquete
izquierdo (en este caso «N») y ponto sobre la mesa ¡a ia derecha! a la
derecha, repito...de «R», a ia vez que descruxas tus brazos.
C ontinúa como en el a p a rta d o A. Observa que, ahora, cualquiera
que haya sido cl caso en que le encontrases, la posición de las cartas
sobre la mesa es !a misma.
18. Rojo y negro.
Con la mano i/.quicrda, coge el paquete más a tu izquierda de los
dos («R») y ponlo en su posición primitiva sobre la mesa.
«Gesto mágico», »enseñada», «dejada».
Los dos paquetes vuelven a ser, como al comienzo, rojo y negro.
19. T odo rojo.
Con la mano derecha, coge el paquete derecho («N») y aproxímalo
al paquete izquierdo («R») deposiiándolo, ju n to a él, a su derecha sobre
la mesa.
«Gesto mágico» con tu mano izquierda sobre los dos paquetes y
procede com o en el punto 17, sólo que, en este caso, es con tu mano
izquierda con la que muestras las cartas superiores (rojas) de ios dos
paquetes y es, también con tu mano izquierda, con la que las dejas en el
montón de la esquina inferior ií-quierda de la mesa.
20. Rojo y Negro.
Con la m ano derecha coge eí paquete derecho («N») y devuélvelo a
su posición de partida en la mesa.
«Gesio mágico»), «enseñada» y «dejada» de las cartas superiores de
«R» y «N».
Repite esta «enseñada» y posterior «dejada» con la carta siguiente de
cada uno de los dos paquetes.
21. Uliimo Cambio.
Con la mano izquierda, cogc la caria a tu izquierda (roja), con la
m ano derecha la carta a tu derecha (negra) y muéstralas a! público. Una
vez mostradas, sujétalas dorso arriba, la roja entre cl pulgar y el índice
de tu mano izquierda y !a negra entre el índice y el medio de tu m ano
derecha (íig. 8).
Lenta y deliberadamente, aproxim a tus manos entre sí y cambia las
cartas de mano, pasando a sujeiar ta carta negra de tu m ano derecha
entre cl índice y medio de la m ano izquierda, y la carta roja de tu mano
izquierda entre e! pulgar e índice de ia m ano derecha. No te detengas,
continúa ei movimiento iniciado por tus brazos y crúzalos llevando la
mano derecha con su carta (roja) a la izquierda de la mesa y la mano
108
izquierda con tu carta (negra) a la derecha de Ja mesa, depoMttáiidola^
sobre el tapete.
El movimiento es de Daley y es muy engañoso. En realidad, no has
cam biado ias cartas y siguen en la misma posición que antes del pase.
Descruza tus brazos, «gesto mágico» (esta vez más enfático) y, con
dram aiism o, enseña ias dos cartas.
Tras Jos aplausos, déjalas caer sobre ios dos m ontones de cartas que
las precedieron.
Fíjate que, en el transcurso de la rutina, se ven diez cartas en cada
paquete pero, por fortuna, los espectadores no las van contando, estan-

l ig H

do más preocupados por los misteriosos cambios de posición de his car­


tas... máxime cuando además no se llamó la atención al c o in itn/o sobre
ei número de éstas. .
22. Recoge «a barullo» las dos pilas de cartas que hay en las es­
quinas inferiores de! tapete y añádelas sobre la cara de ia b¿traj¿i que se
dejó, al comienz.o, en el extremo izquierdo de ia mesa.
Mezcla con aparente descuido el mazo entre tus manos; en lealidad,
mezcla tan sóio las 20 cartas que has utilizado hasta ahora (procurando
que no se vea ninguna carta blanca). Tras la mezcla, reagrupa de nuevo
estas 20 cartas en la cara de la baraja y cuadra ésta dorso arriba en tu
mano izquierda,
Gracias al dos de tréboles con esquina cortada, obtén con tu pulgar
derecho una separación (es posible a pesar del guante) por encinja de
dicha c a rta y descarga las cartas por debajo de la separación (carias de
puntos rojos y negros) a tu regazo con tu método preferido. Mientras,
puedes decir algo de este estilo: Im ohediemia Je las carias hacia el co­
lar se puede immifesuir lamhién con toda la baraja.
Divide lo que te ha quedado de baraja (sólo cartas blancas) en dos
mitades y colócalas, sobre la mesa, en la misma posición en la que an-
loy
tes se en contraban «R» y «N». Haz el «gesto mágico», pero actúa com o
si algo anduviese mal. Mira para si las cartas de los paquetes sobre la
mesa y, no muy conforme, repite eí «gesto mágico»,.. Finge asombro,
voltea los dos paquetes caras arriba y extiéndelos sobre la mesa.
¡¡¡Todas son cartas blancas!!!
23. Mientras tus espectadores reaccionan de la sorpresa y aplau­
den, quítate los guantes, échalos sobre la mesa y deja que tu m ano de­
recha caiga al regazo apoderándtíse del F, P. en tu pulgar derecho (in­
sisto, no es necesario que trates de encajártelo, tos demás dedos te
ayudarán a mantenerlo en posición). Sube tu m ano derecha de! regazo
y déjala descansar en el borde de la mesa.
Di; ¡Es extraño, pero tas cartax siernpre obedecen ai color..,! Coge
con tu m ano izquierda, juntos, los dos guantes de la mesa con el lado
abierto hacia ti (dedos hacia el público), mira hacia el interior de éstos

y aparenta ver algo extraño... Mira ah o ra hacia el público y, a !a vez.


lleva tu mano derecha hacia los guantes insertando el F. P. entre los
pliegues de éstos, como si quisieras abrirlos un poco (fig. 9),
Retira tu m ano derecha, ahora sin F. P,, mira de nuevo hacia los
guantes y exclama; En este caso, lax cartas no han obedecido, pero sí
sus ¡¡pumo.·)!!
Presiona con tus dedos izquierdos para que el F. P. no resbale de
entre ios pliegues de los guantes, inciina tu m ano y muévela a lo largo
de ia mesa para que los puntos caigan y se desparremen sobre ésta en
una lluvia de colores... Por supuesto, rojo y negro (fig. 10).
El hecho de que haya punios que caigan mezclados, rojos y negros,
no afecta al «tema» del juego, puesto que caen de los dos guantes a la
ve/ (y pasa inadvertido para los espectadores).

lio
24. C uan d o terminen de caer los puntos, lieva lu mano derecha
hacia los guantes, cálzale el F, P. en tu pulgar derecho y separa los
guantes, uno en cada mano, rojo en la izquierda, negro en la derecha.
Deja que lu m ano derecha caiga relajada al regazo, apodérate de ias
20 carias que tienes allí y empálmalas. Levántale soriente y c.sbo/a una

i-iá. to

especie de «salida de escena» a la ve/ que, «inocenietnenie», incics lus


manos en los bolsillos de la chaqueta. Allí, tu mano derecha diíja las
cartas em palmadas y el F. P. y tu mano izquierda cambia los guaníes
rojo y negro por los guaníes blancos con la «cascarilla» negra.
Saca las manos de los bolsillos, al regresar de nuevo hacia la nicsa
para recoger el «encore» de los aplausos y agradécelos. Sin darle im por­
tancia, ni mirar siquiera, lieva lu m ano derecha hacia los guaníes que
sujeta la mano izquierda y, en un gesto como estirándolos, aiiuga l<i
tela negra «cascarilla» empalmándola en ios dedos derechos y despliega
a la vez los guantes blancos. Sujeta uno en cada mano (el derecho le
ayudará a cubrir la lela negra em palm ada), muéstralos con ijtia sonrisa
picara y ha/, de mievo olra «salida de escena» (deshaciéndole de la lela
de paso).
S egura que los aplausos te harán volver, otra vez, a saludar aiile iii
público. Así sea.

11
V IA JE R A S... A T R A V E S D E L E ST U C H E

Ef«cto.—Cuatro Ases, firmados por un espectador, se pierden en la ba­


raja, ésta se introduce dentro del estuche y. éste, se da a guardar a un
espectador. A pesar de estas condiciones imposibles, el mago consigue
que los Ases desaparezcan dcl interior del estuche y viajen, uno a uno,
a distintos bolsilios dcl traje del mago: ei primero al bolsillo superior
derecho de la americana, el segundo al bolsillo derecho del pantalón, el
tercero al boisíüo exterior del pecho de la americana y, el cuarto, al
interior de la cartera que se encuentra en cl bolsillo interior izquierdo
de la americana del mago.
El espectador puede comprobar las firmas de los Ases y examinar el
estuche y ias cartas que han quedado en su interior.
Comentario.—Es esta una versión del efecto de «Las Viajeras» («The
Travellers» o «Una lección de Misdirection», de Dai Vernon, publicado
en el Stars o f Magic).
Pero en todas las versiones de «viajeras» que conozco, la bariya está
en manos del mago durante el transcurso de la rutina, tan sólo se
abandona en ia mesa antes del viaje del cuarto y último As... Asi que.
me impuse la tarea de que la baraja estuviera en manos del espectador
desde ei comienzo y, además, que ésta estuviese en cl interio»· del estu­
che... Bueno, y no sólo eso, sino que las úoi manos se viesen vacías
antes del viaje de cada uno de ios Ases... La versión que vas a leer, es
pues muy fuerte, y está construida de forma que, durante todo el trans­
curso de ia rutina, se procura ir varios pasos por delante de los espec­
tadores.
Por otro lado, este efecto, tiene gran similitud con el clásico de los
«Cuatro Ases», ya que son cuatro cartas, una después de otra, las que
viajan; en este caso no de un paquete a otro, sino de la baraja a los
U5
bolsillos del mago. El que el efecto se repita cuatro veces hace que, al
igual que en «Los Cuatro Ases», el efecto ocurra cada vez en condicio­
nes más estrictas y con mayor grado de atención de los espectadores...
lo que implica acentuación del «Conflicto» y aumento de la fuerza má­
gica (ver comentario a «Ases Voladores» y «Conflictos»).
Materixl necesario.—Dos rotuladores para firmar (ur»o negro y otro
rojo).
Dna baraja completa con su estuche.
Una americana con boisillos. Cuidado con las modernas chaquetas
de diseño («la arruga es bella») que no tienen los suficientes.
Una cartera apia para la «Carta de la cartera».
Una carta que tenga como dorso, en lugar de su dorso natural, ei
dibujo,, diseño del esluche correspondiente al lado que no tiene el corte
en «U». es decir, el dibujo del lado en ei que nace la solapa para cerrar.
Bn algunos estviches el dorso de las cartas y el diseño de este lado coin­
ciden. en la mayoría no... Luego, debes fabricártelo procediendo como
si fabricases una carta trucada dobie más; a) A una carta normai líjale
<» despégale el lado correspondiente a su dorso, h) Recorta el lado indi­
cado anteriormente del estuche y líjalo para disminuir su grosor, c} Pé­
galo sustituyendo a! dorso de ia carta previamente «desdorsada». Ten­
drás una carta doble «cara normal/dorso de estuche». (Desconozco el
origen de esta caria, pero sé que Bernard Billis tiene diversas aplicacio­
nes para esta ingeniosa carta trucada.)
Técnicas previas.—Voy a explicar, en primer lugar, dos técnicas de
las que se hará uso en el transcurso de la rutina. Son poco conocidas y
tienen la ventaja de .ser bastante fáciles.
A) De.scarga en el bolsillo exterior del pecho de la americana (origi­
nal de Derek Dingle. Dingle ia utiliza en su «Supersonic Spades to
pocket»).
B) Lmpaime «solapado» (desconozco su verdadero nombre y su
autor).
A) Esta descarga la aplica Dingle para deshacerse, en ei bolsillo
exterior de la chaqueta, de las cartas que se supone ya han viajado en
su «Supersonic Spades to pocket» (versión de «Las cartas a través de ta
manga» con cartas duplicadas). Pero, por qué no utilizar esta misma
descarga para que, una carta firmada, viaje al bolsillo del pecho... Des­
cribiré la técnica de Derek:
En el bolsillo interior izquierdo de la americana necesitarás llevar un
bolígrafo, porque en el transcurso de la acción en que tu mano izquier­
da abre el lado izquierdo de tu chaqueta para que, tu mano derecha,
coja el bolígrafo, se va a realizar la descarga.
I ííi
Baraja sujeta en la mano izquierda en la posición normal de repar­
tir. La(s) carta{s) a descargar está(n) encima de la baraja y el meñique
izquierdo mantiene una separación entre elia(s) y el resto de mazo.
Introduce tu meñique ¡¡^quierdo, a fondo, en ia separación que man­
tiene, de forma que ésta se abra ai máximo. Lleva lu mano izquierda
Justo encima de la boca del bolsillo del pecho, extiende tus dedos Indice
y mayor y, con ellos, sujeta el iado iíquierdo de tu chaqueta abriéndo­
la... de forma que, ahora, lu mano izquierda quede casi prácticamente

oculta al público (fig, i). (Si das tu perfil derecho a) público la manio­
bra queda mucho más oculta.)
Dirige tu mano derecha a extraer el bolígrafo del interior del bolsi­
llo. a la vez que, con el pulgar izquierdo, empujas por la esquina supe­
rior izquierda la(s) carta(s) separada(s), obiigándola(s) a introducirse en
el interior de) bolsillo del pecho (fig. 2),
No hay prisa, todo transcurre lógica y normalmente... Cuando tu
mano derecha sale con el bolígrafo, tus dedos izquierdos sueltan la so­
lapa dejando que ia chaqueta se cierre y abandonando, en el bolsillo
exterior la(s) carta(s) descargada{s).
B) Ksla técnica, que yo llamo empalme «solapado», parece ser una
técnica fantasma... yo la aprendí de Ascanio y éi, a su vez, de un mago
In
alemán... pero ni Ascanio, ni c! mago alemán, ni yo hemos descubierto
su origen ni autor.
Consiste en lo siguiente; Dos cartas en cl bolsillo interior derecho de
la americana, ia mano derecha abre cl lado derecho de la chaqueta para
que, la mano izquierda, se introduzca y saque una de las dos cartas del
bolsillo... lo que así hace... Cuando la mano derecha suelta la solapa de
la americana, lleva empalmada la otra carta.
El procedimiento es el siguiente: Con la mano derecha abre eí lado
derecho de la americana, sujetándola con cl pulgar por fuera y los otro
cuatro dedos por dentro, procurando introducirlos, por lo menos, hasta
su segunda falange.
Introduce tu mano izquierda dentro de la chaqueta. Con tus dedos
izquierdos, cogc juntas las dos cartas del bolsillo, sujetándolas por su

esquina superior izquierda y de forma que sus lados largos sean parale­
los al suelo y que sus caras estén hacia tu cuerpo {fig. 3).
Mueve fu mano izquierda hacia el exterior de la americana haciendo
que, el lado largo inferior de las dos cartas, vaya a la altura del anular
derecho. Cuando el lado corto de las dos cartas llegue próximo a los
dedos derechos, mueve con tu pulgar izquierdo la carta más próxima a
ti, descuadrándola hacia abajo c introduciéndola en cl espacio que hay
entre la americana y los dedos derechos, donde éstos la retienen (fig. 4).
118
Observa que la carta está alineada con ia palma derecha y lista para
ser empalmada. Sin detenerse, ia mano izquierda continúa su movi­
miento sacando por completo de! interior de la chaqueta la otra carta.
Ahora hay varias posibilidades, la más normal es girar, con los de­
dos izquierdos, ia carta que éstos sujetan de forma que quede cara ha-

Fig.4

cia el público. Aprovechando la «misdirection», la mano derecha suelta


c! borde de la chaqueta y, en el gesto de alejarse de la solapa, termina
de empalmar la carta. Este es el único momento que necesita algo de
ensayo... Verás que el pulgar derecho tiene que hacer un ligero movi­
miento retráctil para acabar de cazar a la carta.
Puedes utilizar otros movimientos de cobertura para el empalme; de­
jar caer la mano derecha al costado de tu cuerpo, remangar con ella tu
manga izquierda ...éste es el yo más uso—, dar un papirotazo con el
dorso de los dedos derechos a la carta recién mostrada por tu mano
izquierda, etcétera.
Por supuesto, éste es un pase con muchas posibles aplicaciones, pero
vamos con la rutina...
Preparación.—Estuche sobre el lado izquierdo de la mesa, lado de la
solapa hacia arriba.
Baraja dorso arriba con ia carta «cara/dorso de estuche» como carta
inferior (lado «dorso de estuche» hacia arriba) y el tres de Corazones
!!9
como carta superior. Los Ases están repartidos al azar entre las cartas
de la baraja, pero ordenados de forma que su secuencia, de arriba hacia
abajo, sea As de Corazones, As de Picas. As de Rombos y As de
Tréboles.
Cartera y rotulador rojo en c! bolsillo interior izquierdo de la
americana.
Rotulador negro sobre el lado derecho de la mesa.
Ejecución.—I. Coge ia baraja, caras arriba, en tu mano izquierda
y extiéndela entre tus manos extrayendo y dejando en salida exterior
a los cuatro Ases, conforme los vayas encontrando. Cierra !a extensión
en tu mano izquierda y añade el tres de Corazones bajo los Ases por cl
método que prefieras... Puede servir éste:
Biiclea con tu índice izquierdo a! tres de Corazones y, con la mano
derecha dorso arriba, coge toda la baraja, excepto el tres de Corazones,
introduciendo cl pulgar derecho por la abertura del bucle. Mueve ahora
tu mano izquierda hacia adelante, llevando consigo al tres de Corazo­
nes, y alinéalo con los Ases. Extirpa, á la vez, estas cinco cartas de)
resto del mazo... cl tres de Corazones quedará oculto bajo el As de
(orazones.
Cir;t la mano derecha palma arriba y deposita ias cuatro (ciinco) car­
tas de (u mano izquierda sobre el lomo de ia baraja. Cuadra todo en tu
mano i'-quierda.
2. Con tu mano derecha, coge las tres cartas superiores (As de
Trébol, As de Rombos y As de Picas) y depositalas juntas sobre cl
lado derecho de la mesa. Pide a un espectador de tu derecha que firme,
con el rotulador, al As de Corazones. Acércate hacia él, alejándote de
la mesa, para justificar que tu mano y la baraja hagan de improvisado
apoyo.
Una vez firmado el As. haz con tu mano derecha un «doble lift» de
ias dos cartas superiores de la baraja (As y tres de Corazones bajo él).
Voltéalas dorso arriba y deja, sobre el lado derecho de la mesa, cl tres
de Corazones cara abajo.
.T Coge cl As de Trébol, ponlo sobre la baraja y disponte para que
el espectador lo firme. Recapacita y di: Pero yo no quiero influenciarte
de ninguna manera... Ven y fírm alo como íú quieras. Deja el As, cara
arriba, sobre la mesa y haz que ei espectador se acerque a firmarlo.
Mientras el espectador estampa su firma, gira tu lado derecho hacia el
público para observar mejor su rúbrica y haz alguna broma sobre ella.
A la vez, obtén con tu meñique izquierdo una separación bajo el As de
Corazones, preparándote para !a «descarga en el bolsillo dei pecho».
Advierte; Y si quieres, puedes utilizar otros colores... Abre con tu
120
mano t7i|uíerda el lado izquierdo de tu americana, haz la descarga que
expliqué previamcnie y extrae, con tu mano derecha, el rotulador rojo.
Deja sobre ia mesa el rotulador y también, «despreocupadamente», la
baraja.
Cuando el espectador haya terminado de firmar ei As de Tréboles,
pídele que lo deje, cara abajo, sobre el As de Corazones (¿?) firmado
antes. Pídele que proceda igual con el As de Rombos y. a continuación,
con el As de Picas. Sobre la mesa quedará ahora un paquete de cuatro
cartas cara abajo, en este orden: de arriba hacia abajo. As de Picas, As
de Rombos, As de Trébol, Tres de Corazones.
4, Coge este paquete de cuatro cartas en tu mano izquierda y, con
ta mano derecha, pasa las dos cartas superiores abajo. Voltea ei pa­
quete cara arriba y haz una cuenta «Elmsley» mostrando los cuatro
Ases (¿?) firmados. Di, engañando verbalmente, ai ejecutar la cuenta;
Corazones. Picas. Romho.'i... y Tréboles.
Cuadra el paquete en tu mano izquierda y, de nuevo, con tu mano
derecha, coge la carta más inferior (Tres de Corazones) y ponía sobre la
mesa girándola, en el trayecto, dorso arriba y sin. por supuesto, dejar
ver su cara. Toma la siguiente carta por abajo (As de Picas) y haz lo
mismo, depositándola dorso arriba sobre ei tres de Corazones. Repite
esto con los otros dos Ases (de estos últimos puedes dejar ver «como de
pasada» sus caras).
Los Ases firmados se han visto ciara y repetidamente, sin embargo,
antes de comenzar, estás ya un As por delante de ios espectadores.
5. Toma, con tu mano derecha, la baraja de la mesa y haz un aba­
nico caras hacia el público, dorsos hacia ti, en tu mano izquierda.
Con tu mano derecha coge ei As superior de los cuatro (As de
Rombos) e introdúcelo, aproximadamente, un tercio de su longitud, ha­
cia la parte izquierda dei abanico. Haz lo mismo con los dos siguientes
Ases, pero introduciéndolos por la parte central del abanico.
Cuando llegues ai cuarto As (en realidad el tres de Corazones) mue­
ve tu mano izquierda hacia el lado izquierdo de tu cuerpo, girándola de
forma que el abanico quede dorsos hacia ios espectadores. Di, para jus­
tificar el movimiento; ¿Es claro? Los Ases se pierden por distintas
partes...
Coge ahora el tres de Corazones de !a mesa e introdúcelo un tercio
de su longitud muy hacia la derecha dei abanico... pero no sueltes ai
tres de tu mano derecha, en lugar de ello, gira tu mano izquierda de
forma que ei abanico quede, de nuevo, cara hacia los espectadores (fig,
5), La posición de ios dedos de la mano derecha tapa el índice y el pun­
to superior del tres de Corazones, con lo que éste parece un As; por
121
otro lado, la cogida esíá justificada como para evitar que e) As (tres)
resbale y se salga dcl abanico.
6. Mueve otra vez t« mano izquierda hacia la izquierda. La mano
derecha suelta el tres de Corazones y, con un golpecito, lo introduce
por completo en el abanico, perdiéndolo. Haz intención de introducir.

Fjf.5

de otro papirotazo al siguiente As, pero detente y cierra el abanico en


tu mano izquierda.
Los Ases quedarán sobiesí i endo hacia el o te rio f listos para ci ma-
ravitloso control múltiple de Neal Elias. Lo describiré brevemente...
I,leva lu mano derecha al lado corto sobresaliente de los Ases y em­
pújalos hacia el interior de la baraja, de forma que queden descuadra­
dos asomando por el costado derecho y retenidos: por tu meltiquc iz­
quierdo en la esquina inferior derecha, por tu pulgar derecho en la
esquina inferior izquierda y por tu meñique derecho en la esquina supe­
rior derecha. Apoya ahora fuertemente tu meñique derecho, de forma
que ios Ases queden sujetos, diagonalmente, entre tu meñique y pulgar
derechos. Con tu índice derecho corta («swing cut»), por la esquina su­
perior izquierda, un gran paquete de cartas —por debajo de los Ases...
moviéndolo hacia la izquierda. Observa que, aí sujetar el pulgar y el
meñique derechos a los Ases, éstos quedan retenidos sobre el paquete
inferior de la mano derecha (fig. 6). (Los dedos mayor y anular dere­
chos han sido levantados para una mayor claridad de la ilustración.)
Con la mano izquierda, coge ahora ei paquete cortado por el índice de­
recho y muévelo hacia la izquierda ayudando a extirpar, por completo,
122
a los Ases, que quedarán como cartas superiores del paquete de la
mano derecha.
Pon ahora ei paquete de la mano derecha sobre el de la mano iz­
quierda y sujétalos en ia posición natura! de repartir, pero mantenien­
do, con tu meñique izquierdo, una separación entre ios dos.

Fig. 6

Mientras ejecutas este controi múltiple, afirma: Para mi, seria ahora
fácii ertíonirar ios pero no. si se pierden compieíamente en el
.nterior de h haraja, se corla...
7, Continúa: se mezcla. Une la acción a las palabras y mezcla
«entre manos» (overhand) de la siguiente manera: con tu mano derecha,
coge el paquete quf hay por encima de 1í stipuación que (ní ntiene tu
meñique izquierdo. Con el pulgar izquieriio, jW-ia la :;arta supcnor (As)
del paquete derecho sobre el paquete izquierdo dejándola en sobresa-
lencia interna, pela, a continuación, normalmente, ias dos cartas si­
guientes (dos Ases) del paquete derecho y deja caer, finalmente, todo el
paquete de tu mano derecha sobre el de la mano izquierda.
Gracias a la carta en salida interior, coge con tu mano dere­
cha todo el paquete que hay por debajo de ella y mézclalo, pelando/de­
jando caer paquetitos, sobre ei de la mano izquierda. Cuadra y, al ha­
cerlo, obtén con tu pulgar derecho una separación sobre tas cuatro
cartas inferiores (tres Ases y carta «dorso de estuche») Mantén esta se­
paración con tu meñique izquierdo.
8. Pasa la baraja de tu mano izquierda a tu mano derecha, suje­
tándola en posición de «Biddle», y al hacerlo, descuadra las cuatro car­
tas inferiores de forma que asomen, aproximadamente, un ccntimetro
por el costado largo derecho.
Coge con la mano izquierda dorso arriba, el estuche de la mesa.
Una vez lo tengas, gira la mano izquierda palma arriba y confiesa: Pero
123
fxira nú. todavía sería ládl emonirar ¡os /4íc.v.,., pero no, si se guarda
til horaia en .iu estm he.
l o que acontece ahora es un pase utilizado por el legendario Rosini
y que Dai Vernon explica en su «Inner Card Sccreis», bajo cl vítulo
«Stare him in the face». Con decisión —decisión de introducir la baraja
en ei estuche - lleva tu mano derecha justo encima de éste. Con eí anu-

iai y cl meñique izquierdos, sujeta las cuatro cartas dcscuadras contra


ia superficie del estuche reteniéndolas y, sin detenerte, gira tu mano iz­
quierda dorso arriba para, con el dorso de tus dedos derechos, empujar

Fig. 8

la solapa («flap») dei estuche hacia abajo y facilitarte la introducción de


la baraja... lo que haces sin solución de continuidad (fig. 7 y 8).
124
Una ve? la baraja demro de estuche, cierra su solapa y cógelo en fu
mano derecha, pulgar por encima y dedos por abajo. Puedes ahora re­
crearte ...tampoco mucho... enseñando el estuche por los dos lados y
recalcatído que no le quedas con ninguna carta en tus manos (fig. 9).
Los Ases quedan ocultos bajo ci camufiaje de la carta «dorso de estu­
che».
9, Deja ia baraja en tu mano irquierda ..posición normal de
repartir.. de forma que ias cuatro cartas ocultas sean las más próxi­
mas a tu palma. Añade; Pero para mí. todavía seria fácil... .. di esto
con sorna - ...encontrar los ,4íí',v..., pero no. si íú... ¡sujeias la baraja
en tu mano!

Fig, 9

Pide a! espectador que firmó los Ases que extienda su mano palma
arriba. Cuando io haga, coge con tu mano derecha ia baraja y ve a de­
positarla sobre la mano del espectador. Cotno recapacitando, detente y
di: Esta no, la otra (puedes usar e! viejo «gag»; ¡E.\ta no, la limpia!).
Devuelve la baraja a fu mano izquierda pero, al hacerlo, empalma
en esta mano ias cuatro cartas camufladas (puedes utilizar el empalme
de «Erdnase» explicado en «El Iticauto Tramposo»). Observa que. al es­
tar el resto de ia baraja dentro del estuche, no es necesario mantener
ninguna separación sobre las cartas que van a ser empalmadas.
Una vez que tú has empalmado y que el espectador ha extendido la
mano correcta, vuelve a coger la baraja con fu mano derecha y deposi­
tala sobre la palma del espectador.
10. Insiste: Pero he <Je c<mfesaros algo... Para mí. todavía seria fá ­
cil encontrar esos cuatro Ases que han sido perdidos en la haraja. guar­
dada ésta dentro del estuche y éste colocado sobre tu mano... Para que
me .sea imposible, has de colocar tu otra mano encima de ¡a baraja v
apretarla fuertemente. Ejemplifica gráficamente tus palabras y coloca la
125
palma de tu mano derecha, trasversalmente, encima de ia palma de tu
mano izquierda (fig, 10) para que cl espectador te imite.
Obviamente, la palma de tu mano derecha ha de cubrir por comple­
to a los Ases, para elio curva lo necesario la palma de tu mano izquier­
da, La ilusión, para los espectadores, es de que tu mano izquierda esté

Fig. !0

completamente vacía. Permanece en esta postura tan sólo unos irssEan-


tcs y vuelve a tu posición primitiva.
11. Continúa; A pesar de todo, voy a intentar que los Ases viajen,
de ahí dentro, al inferior de mis holsiUos. Al decir «...al interior de mis
bolsillos», abre con tu mano derecha la solapa derecha, introduce lu
mano izquierda y deposita la carta «dorso de estuchen y los tres Ases
empalmados en el interior de tu bolsillo derecho. Ha de ser un gesto
casi maquinal, como explicativo de lo que estás diciendo.
Ha/ una pausa para que los espectadores mastiquen la dificultad de
que algo pueda escapar de entre las manos del espectador y viajar ai
interior de tus bolsillos. Es conveniente que procures escoger un espec­
tador de aspecto «brulote», lo que aumentará el «Conflicto» (pobre
mago desvalido se enfrenta, en inferioridad de condiciones, con «bestia
parda»), Nota 1,
Fíjate que, en estos momentos, te encuentras dos pasos por delante
de los espectadores (Ases en el bolsillo derecho de la chaqueta y un As
en el bolsillo de! pecho) cuando todavía no ha empezado el efecto,,. Y,
en el siguiente apartado, te vas a colocar tres pasos por delante sin,
aparentemente, haber hecho nada.
126
12, Di: fiamos con ei primero. Con tu mano izquierda, dirige una
especie de gesto de robo hacia la baraja que sujeta el espectador y finge
que sostienes un As, invisibierncme, en tus dedos izquierdos. También
invisiblemente, íanza este As hacia tu bolsiilo derecho de la chaqueta
(cuida tu expresión corporai, sigue cl As con tu mirada, etc.). A estos
movimientos, ios Mamaré «gesto mágico». Añade; E! primer As viaja al
holsiilo inferior de mi americana.
Abre con tu mano derecha ei lado derecho de tu chaqueta, introdu­
ce tu mano izquierda en e! bolsilio y saca juntos los dos Ases más cer­
canos a tu cuerpo, ejecutando ei empalme «solapado» que expliqué al
comiendo, sólo que esta vez es un poco distinto el procedimiento, por­
que cuando saques tu mano izquierda con su As dorso hacia el público,
tu mano derecha debe seguir sujetando el borde de la chaqueta... y, por
supuesto, el otro As que queda escondido tras ésta.
Mira al As de tu mano izquierda y, como dicen los americanos,
(ítonguc in cheeck» —algo así como mentir, dejando ver que mientes—
exclama: El primer As. Sin girar el As cara hacia el público, vuelve a
ponerio dentro del bolsillo de forma que sea la cana más próxima a tu
cuerpo (esto te evitará confusiones más tarde) y, ahora si, suelta de tu
mano derecha ia solapa de lu chaqueta empalmando, a la vez, el otro
As que mantenías oculto.
Añade con caradura: El segundo As va a viajar a este otro bolsillo
y... Une la acción a las palabras, con lu mano izquierda abre el lado
izquierdo de tu chaqueta y desliza el As empalmado (As de Picas) en tu
mano derecha en el interior de tu cartera, gracias al «flap especial» que
debe poseer... si es una cartera trucada normalmente.
Detente, y actúa como si te dieras cuenta de las caras de increduli­
dad de tus espectadores... Observa que ahora ya estás tres pasos por
delante de lu incauto público.
13. Reacciona; ¡Ah, es que queréis que os los enseñe...! ¡Haberlo
dicho antes? Ponte serio, deja ver las palmas de lus manos ciaramente
vacias y continúa: El primer As realmente desapareció de entre tus ma­
nos >· viajó a este bolsillo (señala ci bolsillo interior derecho de tu cha­
queta).
Con tu mano derecha abre el lado derecho de tu americana, intro­
duce tu mano izquierda y saca ios dos Ases que hay dentro (son las dos
cartas más próximas a lu cuerpo) ejecutando ei «empalme solapado»,
que ya expliqué, justo ai mostrar la cara del As de tu mano izquierda
(As de Rombos).
Di con tono grave, no exento de triunfo: ¡El primer As! Y añade;
¡Con tu firma! Echa el As sobre la mesa para que pueda ser verificada la
127
Iirma y haz una pausa para que los espectadores «caigan» en la cuenta
de que. todavía quedan tres Ases por viajar,
14. Con tu mano derecha, que lleva empalmado el As de Tréboles,
súbete la manga izquierda (este es un gesto de cobertura para el em­
palme). mientras dices: E¡ segundo A s desaparecerá de entre lus manos
V viajará al holsillo de mi pantalón,
Al decir esto, lleva tu mano derecha al bolsillo derecho de tu panta­
lón. Vas ahora a hacer el pase de Francis Carlyle, en el que sólo se
introducen el pulgar y el índice en tugar de (oda la mano dentro del
bolsillo, para deslizar en su interior la carta que llevas empalmada.
Procede así...
Al llegar a la boca del bolsillo, curva tu índice derecho hacia ta
palma de la mano y. sin detenerte, introdúcelo junto con el pulgar y la

Fig, it

carta dentro del bolsillo - los demás dedos quedan por fuera— (fig. II)
hasta ia articulación del dedo con el resto de la mano. Al llegar ahí,
flexiona tu dedo índice —ojo, sin retroceder la mano— para empujar la
caria y terminar de introducirla dentro del bolsillo.
Podrías ahora sacar, directamente, ia carta del interior del bolsillo...
es io habitual, pero yo prefiero dejar la carta en el bolsillo y sacar, con
el pulgar e índice, en su lugar, la lela de éste hacia afuera. La carta
12«
queda oculta en el viejo escondite, por todos conocidos, de la parte su­
perior del bolsillo. Di; Todavía no...
Con sólo el pulgar, y dejando ver tu palma derecha vacía, empuja la
tela del bolsillo otra vez a su interior. Haz ahora con tu mano izquierda
el «gesto mágico» {ver apartado 12). Nota 2.
Enseña tu mano derecha, introdúcela en el bolsillo y saca lentamen­
te el segundo As (As de Trébol). Muéstralo y di triunfalmente: £/ se­
gundo ¡Con tu ftfm a! Fchalo sobre la mesa junto al primer As y
haz una pausa.
15. Todo está hecho. Has terminado. Los dos Ases que faltan por
viajar, ya están donde deben. Sonríe y advierte: Vamos con ei tercero...
Observa como el /4.v se escurre de entre tus manos y viaja al bolsillo
izquierdo de mi pantalón.
Enseña claramente tus manos vacías y «dibuja», con tu mano iz­
quierda; el «gesto mágico». Introduce dos dedos dentro de tu bolsilo iz­
quierdo^ haz como si no encontraras nada, de hecho no encontrarás
nada especial, aparte de lo que lleves... introduce toda tu mano y di con
extrañeza: Algo ha fallado... Saca la mano del bolsillo, recapacita y ex­
clama; Quizás... quizás.. - mira a tu bolsillo del pecho— ...se me quedó
un poco alto. Con tu pulgar izquierdo, saca el tercer As (As de Cora­
zones) del interior del bolsillo del pecho.
Di: Ei tercer As... ¡Con tu ftrma!. Echa el As, como siempre, sobre
ia mesa y haz la consabida pausa,
16. Confiesa: Pero, entre nosotros, para mi no es fácil encontrar
h s Ases entre tas demás cartas de la baraja, ni tampoco me es fácil ex­
traerlos dei estuche, ni tan siquiera me es fácil robarlos de entre tus
manos y lanzarlos mágicamente hacia mis bolsillos... No me es nada fá ­
cil... ¡Pero me tas «apañov>!..., lo que verdaderamente me seria imposi­
ble es que. el cuarto As, despareciera de ahí dentro viajara a un lugar
más inaccesible...
Haz el «gesto mágico» con tu mano izquierda, simulando lanzar el
cuarto As hacia el espacio. Enseña tu mano derecha claramente vacia y
di: Con dos dedos, voy a sacar mi cartera del bohitlo. Hazlo.
Continúa; Con dos dedos, voy a abrir mi cartera. Hazlo.
Sigue; Hay un compartimento herméticamente cerrado con crema­
llera. Con dos dedos, voy a abrirla. Hazlo.
Prosigue; Y no con dos dedos, sino ccm uno solo, voy a sacar el
cuarto As de .w interior. Hazlo.., lenta y despaciosamente.
Enseña el As y. en silencio, arrójalo triunfal sobre la mesa. Recibe
tus aplausos y permite, benevolamente, que examinen !a baraja y el estu­
che, Nota
129
NOTAS

NOTA I. Observa que estás anunciando e! cíecto, condición indis­


pensable de todo buen «Conflicto», si no, tan sólo sería sorprendente, y
por tanto mucho más flojo dramáticamente.
También quiero aprovechar para que recapacites en las líneas que se
pronuncian antes de llegar a esta posición. «Tontín, tonteando» has ido
haciendo que las condiciones parezcan, cada vez., más imposibles («pero
para mi seria fácil... etc.,,») y has ido elevando la curva dramática.
NOT A 2, Observa que, a! comienzo del apartado 14, podías haber
hecho, sin más, el «gestt) mágico» con tu mano izquierda y sacar direc­
tamente el As del bolsiilo. Pero el momento tramposo y el momento
mágico estarían muy próximos, casi coincidirían... considero mejor se­
pararlos con la enseñada dei bolsillo, enseñada que. además, permite
mostrar también tus manos y que hace que el momento tramposo y el
mágico no estén tan próximos.
NOT A 3. Aunque llevaste la mano a este boisillo, fue al comienzo
de la rutina, y han ocurrido muchas vicisitudes (que han servido de pa­
réntesis de olvido) antes del efecto del As en la cartera. Por otro iado,
cuando introdujiste la carta en la cartera, los espectadores estaban con
la guardia baja mofándose de tu caradura. La maldad se pega.

VARIANTES

No soy muy dado a las variantes de un juego. De entre todas las


posibles versiones de un juego, escojo ia que me parece mejor y es !a
que trabajo. Pero he encontrado un par de soluciones al efecto descrito,
que considero muy válidas y efectistas además de que una de ellas sirve
para situaciones «improntu».
Primera variante.—Procede igual que en la rutina principal hasta ei
apartado 11.
12. Abre con tu mano derecha el lado derecho de tu chaqueta y
con tu mano izquierda, saca juntos los í w / t í í j dcl interior dcl bolsi­
llo, efectuando el empalme «solapado» de dos de los Ases —los dos más
cercanos a tu cuerpo a! enseñar que ci primer As ha viajado, girándo­
lo cara hacia el piíblico. (Recuerda que, en la anterior versión, tan sólo
empalmabas un As en tu mano derecha y e! As, de tu mano izquierda
volvías a guardado, sin mostrarlo, en el interior del bolsillo. Aquí lo
enseñas a la primera.)
La técnica dei «empalme solapado», hecho con dos cartas, es tan
130
sólo un poco más difícil que con una carta..., tan sólo hay que tener
cuidado de que las dos cartas no se descuadren demasiado al retenerlas
en los dedos derechos.
Así pues, muestra el As en tu mano izquierda y échalo sobre la
mesa. Primer As.
13. Haz lo indicado en ei pase 14 de la rutina precedente, sólo que,
esta vez, introduces dos cartas en el bolsillo. Tras el «gesto mágico»,
muestra soiamenic uno de los dos Ases, demostrando que ha viajado (el
otro queda guardado en ei bolsillo para ei final). Segundo As.
14 Ha 2 lo indicado en el apartado 15, sólo que, en esta ocasión,
no aparentes que el efecto falla... Haz que el As viaje directamente a tu
bolsillo dei pecho. Tercer As.
IS. Y ahora, finge que lanzas el cuarto As a tu bolsillo izquierdo
del pantalón, pero, que al introducir lu mano izquierda, no lo encuen­
tras. Como buscando (es el método original de Vernon para el cuarto
As), introduce también tu mano derecha en el bolsillo derecho del pan­
talón y empalma en esta mano el As que allí se encuentra. Súbitamente,
detente como si se hiciera la luz en tu cerebro, saca primero tu mano
izquierda del bolsillo izquierdo, en seguida tu mano derecha del bolsillo
derecho y di algo de este estilo; Me lo temía, el cuarto As quiso hacer
un viaje realmente imposible y... hla, hla, hla...
Lleva tu mano derecha con el cuarto As empalmado a la cartera,
deslízalo en su interior y termina como está indicado en el paso Í6 de la
anterior rutina...
Segunda Variante,—(Versión Relámpago.)
Es una rutina para momentos en que tan sólo dispongas de una
baraja.
Pon, previamente, una carta indiferente en el bolsillo superior iz­
quierdo de tu americana.
1. Cuatro Ases firmados. Se pierden en la baraja, se controlan y se
empalman en la mano izquierda. Dale a guardar ta baraja a un especta­
dor y di: Aunque no lo crea, los Ases van a desaparecer de la baraja r
viajarán a distintos bolsillos de mi traje.
2. Lleva tu mano derecha, claramente vacia, al bolsillo interior iz­
quierdo de tu chaqueta, saca la carta indiferente que tienes allí y, sin
dejar ver su cara, di: Uno. Vuelve a guardar esta carta en cl bolsillo.
(La mano izquierda, con sus cuatro Ases empalmados, puede sujetar ei
costado izquierdo de lu americana, abriéndola y disimulando así su
empalme.)
3. Lleva lu mano izquierda con sus cuatro Ases a tu bolsillo dere­
cho de la chaqueta, deja uno allí y saca los otros tres juntos, empai-
13!
m ando «solapadamente», al hacerlo, dos en tu m ano derecha. M uestra
tan sólo por el dorso, el As que sujetas en tu m ano izquierda, di; D os y
vuelve a guardar ese As dentro del bolsillo.
4. Introduce tu m ano derecha, con sus dos Ases em palm ados, en el
bolsillo derecho del pantalón. A b a n d o n a allí uno y saca el o tro m os­
trándolo por ei dorso. Di; Tres y vuelve a guardar ei As en su bolsillo.
5. C on tu m ano izquierda señala el bolsillo izquierdo del pantalón
y, perezosamente, y dándolo por supuesto, di; Y cuatro.
6. Buen conocedor de la naturaleza hum ana, añade; N aturalm ente,
querréis verlos. D ejando ver tus m anos, una vez m ás, vacías, lleva tu
m ano izquierda ai bolsillo interior derecho de la chaqueta y saca ju n to s
los dos Ases que hay allí, em palm an d o uno, «solapadam ente» en tu
m ano derecha.
M uestra ia cara del As que sujetará tu m ano izquierda y di, esta vez
con énfasis; / Uno!
7. Tu m ano derecha «cargada», va al bolsillo interior izquierdo de
la am ericana y sim ula sacar de allí su As. Enséñalo y prosigue: ¡D osf
8. M uestra tu m ano derecha vacia y saca uno de los Ases del bolsi­
llo derecho dei pantalón dejando ver su cara. Añade: ¡Tres!
9. Disponte a sacar claram ente el cu arto As del bolsillo izquierdo,
introduce tu m ano izquierda y sim ula extrañeza al no encontrar el espe­
rado As, C om o si hubieses perdido algo, introduce tu m ano derecha en
el bolsillo derecho del pantalón y em palm a el As que tienes allí.
Saca prim ero la m ano izquierda, en seguida la m ano derecha y, sin
detenerte, llévala al bolsillo interior derecho de la chaqueta donde, con
alegría, encuentras al fin el cuarto As. Exclama; / Y cuatro!
Por supuesto, para m ás detalles de presentación y dram atism o, te
rem ito a la rutina principal explicada al comienzo. A h o ra tan sólo des­
cribo un esbozo de estas dos variantes.
EL M U R O D E C R IS T A L

E fecfo.-~C uatro carias firmadas, por ejemplo los cu atro A


caria gigante que sirve de «lapadera» y un pliego de papel ve
papel vegetal tiene la propiedad de ser seníiitranspareníe). Lo
Ases se ponen, uno a uno, bajo el papel vegetal para, tam bié
uno. atravesarlo mágicamente y reunirse bajo la carta «tapadera
tim o, en un «tour de forcé», atraviesa el papel para reaparecer
m ano de un asom brado espectador.
C om entario.— Es una versión de la «Asamblea» clásica de cu
jetos. En este caso se usa una sola «tapadera» y. adem ás, ei típi>
de periódico se ha sustituido por un papel prácticam ente transp
Así. la desaparición de cada carta que, en tas versiones primiii
un efecto que prácticam enie no se tenía en cuenta —lo im pon
la reaparición de la carta bajo la «tapadera»— aquí se ha poi
m uchísim o, ya que la carta se ve bajo el papel, com o «por maj^
aparece y, un instante después, está bajo la «tapadera» habiendo
sado, increíblemente, el papel... en nuestro caso... ¡«el m uro de c
El uso de una sola «tapadera» y el añadido de que las cari
firm adas (hay variadas versiones en las que las cartas no están t
e incluso se usa una duplicada) está tom ado del «Instinto Greg
Kaplan, La idea de !a últim a carta que reaparece bajo la man
espectador está tom ada de Paul H arris... él la utiliza en una n
m onedas y cartas...
He tra tad o en esta rutina de aplicar, en la medida de lo po
técnica del «Reto» (ver Capítulo «Conflictos»)... La rutina lo per
planteam iento es muy claro, el efecto se repite y va «in cresce
m étodo es muy ingenioso y, sobre todo, mágicamente es muy
Con la inclusión del «RETO» creo que todavía lo es más... «¡Ahí
El «tema» de la rutina gira, precisamente, en torno al genio de los
«RETOS»: Harry Houdini... quc todavía hoy, su sólo nombre, suscita el
interés ante cualquier público...

Material necesario;

Un tapete negro.
Una baraja de dorso rojo (es más visual que la de dorso azul),
con una carta extra a la que se ie ha pintado su cara de negro... E! uso
de un rotulador de tinta permanente (para todo tipo de superficies) da
un resultado satisfactorio.
.. Una carta gigante.
Un pliego de papel vegetai, Los hay de diversas calidades,,, una
prueba te dirá cuál es el que más te conviene... La prueba consiste en
poner la carta «negra» ™lado negro hacia arriba— sobre el tapete ne­
gro y cubrir ambos con el papel vegetal. Si se aprecia el contorno de la
carta negra es que el papel es poco tupido/espeso... Puedes cambiar eí
tipo de papel o intentar pintar la carta con otro rotulador de un tono
de negro distinto... Si, a pesar de todo, tienes problemas, basta con que
uses en lugar de un pliego... dos pliegos pegados por sus costados.
El tamaño de! rectángulo de papel conviene que sea «grandecillo»,
de forma que te permita movilidad bajo él, sin que los extremos se le-
yanten demasiado... lo que facilitaría a tus aviesos espectadores el mirar
por debajo y descubrir tus maniobras...
Preparación.—Casi ninguna, pon la carta extra (de cara negra), dor­
so arriba, sobre ei dorso de ia baraja. Ten a mano el resto de los
elementos,
Por supuesto, el tapete negro debe estar ya sobre la mesa y, para
que no llame la atención su uso en este jugo, debes haberlo utilizado en
los juegos precedentes,
Rcaliiación.-PRELIMINARES,
1, f>a a examinar eí pliego de papel vegetal y la carta gigante.
Pide a un espectador que te diga un número del uno al diez. Extrae
de la baraja las cuatro cartas del número nombrado por el espectador...
por ejemplo, en nuestro caso, los cuatro cincos.
2. Entrega un rotulador a otro espectador y pídele que marque a
los cincos, firmándolos en su cara con una gran y visible rúbrica.
Mientras el espectador firma, recoge el papel vegetal y extiéndelo
sobre el tapete. Di; Harry Houdini fu e fam oso por sus evasiones y es~
capes imposibles, entre otros el atravesar un muro de ladrillo consirui-
134
iio en el escenario por miembros del público.... pero ¿qué habría ocu­
rrido si ese muro hubiese sido construido de cristal?... ¿Se le vería
desaparecer en un lado y luego reaparecer en el otro? Probablemente
nunca lo sabremos... Yo quisiera, como homenaje a Houdini, intentar
esta hazaña, haciendo atravesar estas cuatro cartas Jirmodas, de un lado
a otro de este sólido papel transparente... de un iado a otro del que
será... nuestro muro de cristal...
y. Recupera la carta gigante y déjala en el lado derecho de la
mesa, de forma que asome unos centímetros por el borde trasero de
ésta para que, cuando vayas a cogerla más tarde, te sea fácil el hacerlo
sin vaciiaciones.
Sujeta la baraja, dorso arriba, en tu mano izquierda y mantén, con
tu meñique izquierdo, una separación bajo la carta superior (carta
«negra»),
4. Tras todo esto, casi seguro que el espectador habrá terminado
de firmar a ios cincos —si no, espera a que termine..., pídele que te ios
devuelva y deposítalos cara arriba sobre la mesa, dejando que se vean
bien las cuatro firmas.
Di: Ims cuatro carias del número escogido libremente están identifi­
cadas para evitar que yo pudiera tener algún duplicado de ellas.
Mediante el «ariadido en libro» (ver punto 6 de la rutina «Reflejos»
en tomo ii) desliza la carta extra, que tiene separada el meñique iz­
quierdo, bajo tos cuatro cincos, al recoger a éstos de la mesa. Sujeta
ahora este paquete de cinco cartas, cara arriba, en tu mano derecha y
deja la baraja en el extremo izquierdo de la mesa.
5. Puedes ahora hacer, si quieres, alguna «enseñada» adicional de
estas cinco cartas como si fuesen cuatro («culebreo»... «pala de barco» o
«normal», cuentas diversas, etc,), pero no es muy necesario. Deja tas
cinco cartas dorso arriba, siendo la carta negra la superior, en lu mano
izquierda.
Explica: Recordad que las cuatro cartas van a atravesar este impe­
netrable «muro»... i' lo van a hacer... Coge la carta gigante en tu mano
derecha y, con tu mano izquierda, señala la esquina superior izquierda
del papel mientras añades: ...Justo por esta zona.
Continúa: Pondré las cartas una a una bajo el papel una a una, lo
irán atravesando por aquí para reunirse bajo esta carta gigante... Ejem­
plifica ge.s!ualmenie io que dicen tus palabras,.., lleva tu mano izquierda
con eí paquete de cinco cartas a ia esquina superior izquierda y, justo
cuando digas ...bajo esia carta gigante, lleva tu mano derecha, con su
carta «tapadera» sobre las cartas de la mano izquierda. Sin pausa, roba
con tus dedos derechos la carta «cara negra», sujetándola contra la cara
135
inlerior de la carta gigante. Para que la maniobra te resulte más fácil,
es conveniente que las dos o tres cartas superiores del paquete de la
mano i/quierda estén ligeramente descuadradas hacia ta derecha.
En cuanto hayas efectuado el «robo», vuelve a depositar la carta gi­
gante —ahora con la carta «extra» bajo ella— en el lado derecho de la
mesa, dejando que las dos cartas asomen unos centimetros por el borde
posterior de ésta para, luego, poder cogerlas juntas fácilmente.
6. Voltea cara arriba a los cuatro cincos en tu mano Í7.quierda y,
con tu mano derecha, ve dejándolos caer, también cara arriba y uno a
uno, sobre las cuatro esquinas del papel vegetal.
Recalca: Quiero insistir, en que nuestro «/muto» no tiene ninguna fi­
sura o rendija en su superficie y, mucho menos, en la zona donde las
cartas van a efectuar su increíble penetración... ¿Perdón?... ...Finge oír
alguna objeción por parte de un espectador próximo y pídele que toque
él mismo el papel. Para ello, coge con tu mano derecha el cinco que
haya quedado en la esquina superior izquierda y pásalo a tu mano iz­
quierda a ta vez que lo volteas dorso arriba.
El espectador tocará y dirá que —pobre de él si díce lo c o n tra rio -
no hay nada anormal ni trucado... En cuanto el espectador termine su
examen, deja caer «displicentemente» la carta de ia mano izquierda en
el lugar que ocupaba antes, sólo que, ahora, quedará dorso arriba,
mientras que tos demás cincos estarán cara arriba.
7, Con la mano derecha, coge de nuevo la carta gigante más la
carta «cara negra» oculta bajo ella y pásalas —tas dos— a tu mano iz­
quierda que las sujetará, por su costado largo izquierdo, con el pulgar

Fig. 1

por encima y los demás dedos por debajo..., pero introduciendo ta pun­
ta dei índice entre las dos cartas para mantener una pequeña separación
entre ambas (fig. I, vista inferior).
Con la mano derecha, ahora libre, coge el cinco que se encuentra en
la-esquina inferior izquierda sujetándolo, cara hacia el público, por su
costado largo derecho entre pulgar e índice. Debes encontrarte ahora en
116
la posición de la tigura 2, posición previa al cambio que vas a efectuar,
del cinco de (u m a n o derecha por la carta de «cara negra».
Ha/ ahora como si te dieses cuenta de que el cinco de la esquina
Ì7.quicrda está dorso arriba, y murmura; Vn momento, porque esta car­
ta es mejor que esfé cara arriba...
Levanta tu mirada hacia el público y, con tu pulgar e índice dere­
chos. coge !a carta gigante de forma que éste quede tapando por com­
pleto al cinco que también sujetas entre estos dos dedos. Sin detenerte.

dirige tu mano izquierda, que se llevará a la carta de «cara negra», a


voltear con esta carta al cinco que hay dorso arriba sobre la mesa, para
que quede cara arriba.
Una vez hecho el cambio, deja caer la carta gigante —con un cinco
firmado bajo ella- sobre el cinco, recién volteado, de la esquina supe­
rior izquierda. Un detalle, que hace parecer a la carta gigante comple­
tamente inocente, es el dejarla caer desde unos quince o veinte centíme­
tros de altura... la presión de! aire mantendrá a la carta pequeña en su
sitio.

Primera penetración

8. Tras estos prolegómenos que, como siempre en todos los libros


se dice, «leídos pueden parecer largos, pero, en la práctica, no lo son»,
di; ¡Primer cinco!
Pasa la carta «negra» ..para tos espectadores un cinco— de tu
mano izquierda a tu mano derecha. Con la mano izquierda, ahora des­
IÍ7
ocupada, levanta el borde posterior del pliego de papel e introduce la
carta de tu mano derecha entre éste y el tapete. Deja que esta imagen se
grabe bien en el cerebro de los espectadores (fig. 3):

Fig. 3

9, Vamos con la desaparición... Remanga tu brazo derecho clara­


mente. levanta de nuevo, con tu mano izquierda, ei extremo posterior
del papel e introduce bajo él tu mano derecha... Con esta mano, toma a
la carta «negra» y déjala descansar sobre su palma connpletamcnte
abierta. Es importante que pongas la palma de tu mano derecha io más
próxima al papel, para que la imagen de la carta sea muy nítida (fig. 4).

Fig. 4

fcmpieza a subir ia curva de! interés afirmando: Im carta va a des­


aparecer. .. ¡Atención!
Mueve tu mano derecha ..siempre con la carta rozando al papel -
I3R
en pequeños y suaves movimientos adelante y atrás en dirección a la
cana giganlc. Fn uno de estos vaivenes hacia atrás, baja tu mano dere­
cha separándola dei pape!, apoya tu pulgar en ei costado derecho de la
carta y voltéala hacia la izquierda, haciéndola caer sobre ei tapete con
su iado negro hacia arriba, inmediatamente, pon de nuevo tu palma de­
recha en contacto con la superficie del papel y continúa cl movimiento
de la mano con uno o dos vaivenes más... terminando por detenerte
suavemente (ftg. 5).
La carta ha desaparecido, pero los espectadores puede que no estén
del todo convencidos. Tras una pausa, extrae lentamente tu mano dere­
cha de debajo dei papel por su costado derecho... (esto es importante
para evitar que piensen que la has tirado al regazo, lo que podría ocu-

Fig. 5

rrir si sacases tu mano por ei extremo posterior) y muéstrala claramente


por un lado y por otro.
El pape! habrá quedado sobre ei tapete y no se verá nada bajo éi,
tus manos están vacías, estás remangado y además no te has acercado
ai borde de ia mesa... ¡La desaparición es brutal! ¡Y engaña hasta a
magos!
10, Con tu mano izquierda, mostrándola asépticamente vacía, le­
vanta la carta gigante... Se verá una carta dorso arriba sobre ei cinco
inicial cara arriba.
Pasa ia carta gigante a tu mano derecha y voltea cara arriba, con la
mano izquierda, la carta de dorso... Se verá el cinco firmado... Pero no
io enseñes mucho, déjalo sobre ei otro cinco y cúbrelos de nuevo, de­
jando c a e r ...también desde unos quince o veinte centímetros la carta
gigante,
1.19
F.t no enseñar demasiado ei cinco, sirve para justificar un movimien-
«' que vas a emplear en la.,.

Segunda penetración

I i. Coge el cinco de la esquina inferior derecha e inlrodúcelo, cara


arriba, bajo el papel, poniéndolo —y esto es fundamental— juslo enci­
ma de la carta «negra» que te quedó sobre eí tapete tras la primera
penetración.
Procura que las dos cartas te queden lo más cuadradas posible... no
es imprescindible, pero sí es conveniente. También, cuando lo hagas,
finge una cierta despreocupación en ello., lo único que estás haciendo
es, aparentemente, poner al siguiente cinco bajo el papel.
Una advertencia.,,, es importante que esta segunda carta y, por tan­
to, ia carta «negra» estén en la posición de la figura 6, es decir, con sus

Fig. 6

lados largos paralelos a ia diagonal que va de la esquina superior iz­


quierda a la inferior derecha, para facilitar la técnica que seguirá.
Ai igual que en la fase anterior, deja que esta imagen se grabe bien
en el cerebro de los espectadores.
Afirma: Im v o v a repetir.,., esta vez más ientamenie...
12. Como siempre, levanta con tu mano izquierda el borde poste­
rior del papel e introduce bajo él tu mano derecha dorso arriba.
Apoya tu mayor y anular derechos en la esquina más alejada de ti
de las dos cartas, con lo que conseguirás que éstas se levanten ligera­
mente del tapete por su esquina inferior —la más próxima a tí. Intro­
duce en ese espacio que quedará entre las dos cartas y el tapete tu pui-
140
gar derecho, insertando a las dos cartas en la horca de éste... Estira
ahora tus dedos derechos haciendo que, el cinco y la carta «negra»,
queden pin/.ados, «a la italiana», por su esquina inferior izquierda en tu
mano derecha (fig. 7).
Vas ahora a empalmar en tu mano derecha el cinco, a la vez que
giras la carta «negra» dorso arriba. Para elio, tierra tus dedos derechos

Fig. 7

-.ojo, no el pulgar-- arrastrando con ellos al cinco y empalmándolo, al


mismo tiempo que giras tu mano derecha de forma que quede perpen­
dicular a la mesa... o lo que es lo mismo, que el dorso de ta carta «ne­
gra» que sujetan todavía el pulgar y cl índice, quede, prácticamente, en
contacto con ei papel (fig. 8).

Fig. 8

Para el público, io único que has hecho es girar cl cinco dorso arri­
ba... Comprenderás ahora por qué era importante la posición de las dos
cartas sobre cl tapete.
Mientras ejecutas este pase puedes mirar al público y decir algo así
como; El siguiente cinco.
Es importante que cl dorso de la carta «negra», tras cl empalme, se
vea claramente bajo ta superficie del papel.
141
13. Detente un momento y haz como si oyeses algún comentario
por parte del mismo espectador al que, al principio, le hiciste examinar
la superficie del pape!,,. Di: ¿Cómo?... ¿La firma?
Suelta el borde posterior del papel de la sujección que mantenias
sobre él con la mano izquierda y, con esta mano, levanta ia carta gigan­
te de la mesa. A la vez —esto es importante— deja ta carta «negra»
sobre el tapete y saca tu mano derecha de debajo dei papel, inmediata­
mente, pasa la carta gigante a tu mano derectia, cubriendo asi ia carta
empalmada, y con tu mano izquierda, ahora libre, coge el cinco que
viajó. Afirma rotundamente: ¡Sí! ¡Es la firm a que él puso ai comienzo!
So es ninguna imilación... Podéis cercioraros...
No tengas ningún temor por ta salida a la luz de tu mano derecha
con una carta empalmada... la visión del dorso de la carta «extra», bajo
ci papel, es una «misdirection» tan poderosa que, tú mismo, te asom-

Fig. 9

brará.s a mi me pasó.. ai comprobar cómo el público ni mira tu


mano derecha.
En cuanto la mano derecha tiene en su poder a ia carta gigante y,
llevando ahora la atención - misdirection— a ia ñrma del cinco, los
dedos derechos proceden al «descmpalme» del otro cinco (fig. 9) aña­
diéndolo bajo nuestra fiel carta gigante..., nunca mejor llamada
«tapadera»,
14. Tras la comprobación de la firma, deja c « r , como siempre, ta
carta gigante sobre los dos primeros cincos, añadiendo así, el tercero.
Tras un gesto torbo, dirigido hacia tu supuesto desconfiado espectador,
insiste: Lo voy a repetir, esta vez... ¡más ¡enlámente!...
Repite ahora lo indicado en los puntos 9 y tO. Es decir, efectúa la
desaparición de la carta «negra» y muestra la «aparición» det siguiente
cinco bajo la carta gigante... sólo que, ahora, tai como io anunciaste,
hazlo.,., «más lentamente».
En esta ocasión, enseña claramente las firmas de tos cincos y deja
ver que el papel sigue sin ninguna abertura,
15. Haz lo indicado en ios apartados II y 12... Colocación del úl-
142
iimo cinco bajo el papel y volteo dorso arriba de la carta «negra», a la
ve/ que empalmas al último cinco.
Ai llegar a ío indicado en el apartado 13, detente y, refiriéndote a
nuestro espcclador de siempre, di irónicamenie; Usted no se quedaría
cnnienio hasta que ia carta viajase bajo su propia mano, ¿eh?... Por
cierto, permítame su mano derecha...
Mientras el espectador extiende su mano derecha, ejecuta —ahora
sí los movimientos reseñados en el apartado 13.., La mano izquierda
levanta la carta gigante, la mano derecha sale de debajo del papel y
añade la carta empalmada bajo la carta gigante. Fn esta ocasión, tos
movimientos del espectador son una excelente cobertura adicional.
16. Con la mano izquierda, coge la mano derecha det espectador
de forma que ésta se encuentre palma arriba, y acércala jasto al borde
de! papel. A Ja vez y, usando la carta gigante como pala, recoge los tres

Fig. 10

cincos que hay en ta esquina superior izquierda de ia mesa, de forma


que te queden sobre el dorso de aquélla. (Hay ahora tres cincos encima
de la carta gigante y el cuarto está oculto bajo ella.)
La justificación para ta «recogida en pala» es que quieres acercar los
tres cincos a ta mano det espectador..., así que acércalos, pero recapaci­
ta y di: Será mejor que ponga .iu mano sobre nuestro »-muro de cristal»,
si su mano quedase por fuera .sería demasiado sencillo...
Retrocede tu mano derecha a ta posición que ocupaban tos tres cin­
cos inicialmente y aproxima hacia ti ia mano del espectador. Siempre
con la mano izquierda, gira dorso arriba la mano del espectador ha-
143
ciendo que cubra a los tres cincos que sostiene la carta gigante y, a la
ve/, retira a ésta, dejando c! cuarto cinco sobre la mesa, oculto bajo sus
lies compañeros (fig. 10).
Kl úuico cuidado especial a tener en cuenta es que no asome ningu­
na esquina dcl cuarto cinco por debajo de la mano dcl espectador...
para ello bastará que éste se encuentre colocado, desde cl comienzo,
justo debajo de los otros tres cincos.,, Por si acaso, procura escoger a
un espectador de manos grandes.
Por otra parte, el espectador estará convencido de que, bajo su
mano, tan sólo se encuentran tres cincos, máxime cuando se está viendo
bajo el papel el dorso del supuesto cuarto cinco.
17, Tan sólo queda «vender» el efecto final (ver «Conflictos»).
Pregunta. Usted notaría si yo hiciese alguna maniobra bajo
su mann. ¿cierío? El espectador responderá que sí... Dile: No se pre-
íu tipe. porque no sentirá nada... tan sólo, el aleteo de ta Magia...
Deja la carta gigante en el lado derecho de la mesa. Con la m an o ,
izquierda levanta el borde posterior dcl papel, sujetándolo con cl pulgar
por encima y los demás dedos por debajo, e introduce bajo éi ia mano
derecha. Exclama: El cuarto cinco va a penetrar el «muro de cristah
para introducirse justo bajo su mano... Haz amago de ir a efectuar ta
desaparición de esta última carta, pero detente, respira hondo y dt;
/' Todavía no!
l ras una pausa haz, ahora de verdad, la desaparición explicada an*
teriormente en cl punto 9. En cuanto ía carta se haya esfumado ante los
ojos de ios espectadores, haz una pausa y avanza lentamente lu mano
derecha, por debajo dcl papel, en dirección a ia mano de! espectador
sonriendo y como si, ahora, fueses a conseguir que ia carta - una vez
desaparecida se inirodujese bajo su mano; pero detente y pregunta:
fjo d a via no notó nada, cierto? El espectador responderá que no, dile:
Pues acabo de hacerlo.··
18. Estas accionc.s, de !a mano derecha bajo e! papel, tienen un fin
adicional y es el que. cuando avances tu mano derecha hacia el especta­
dor. puedas apoyar sobre ta carta «negra» tu antebrazo y, con un giro
de éste, poder acercar esta carta hacia la mano izquiettia. Cuando la
carta esté lo suficientemente próxima, ptnzaía entre tu anular y meñique
izquierdos (recuerda que la mano izquierda sujeta cl extremo de papel
con el pulgar por encima y los restantes dedos por debajo) y desliza tu
mano izquierda por c! borde de! pape! basta llegar a la esquina izquier­
da de éste. Al llegar a ese punto, abandona la carta «negra», de forma
que quede to más próxima posible a ia esquina del pape! y con sus la-
(44
dos paralelos a ios de éste. Sin detenerte, prosigue ei movimiento de tu
mano izquierda hacia la izquierda, soltando el papel sobre la mesa.
Así pues, mientras haces estos dos pequeños movimientos —el de
tu antebrazo y el de tu mano izquierda que pueden parecer
complicados, pero que en la práctica son muy sencillos, el espectador te
habrá contestado que no ha notado nada y tú ie habrás dicho que lo
sientes mucho, pero que ya has hecho lo que tenias que hacer. Como
siempf«, saca tu mano derecha iimpiamente por el extremo derecho del
papel y muéstrala absolutamente vacía.
19. Gravemente, pide al espectador que, lentamente, levante su
mano. . Se verán tres cincos cara arriba y. bajo ellos, más o menos visi­
ble, una carta dorso arriba.
Mientras el espectador levanta su mano, coge la carta gigante que
dejaste en el lado derecho de la mesa y, «displicentemente», déjala caer
sobre la esquina inferior izquierda del papel... justo encima de donde
abandonaste la carta «negra».
t:<!íende ahora, con tu índice derecho, las cartas que, hasta hace un
insiante. se encontraban bajo la mano del espectador haciendo que se
vea, claramente, que hay cuatro cartas, una de las cuales está dorso
arriba,,, voltéala cara arriba con el mayor de los dramatismos, revelan­
do que es e! cuarto cinco firmado. Añade; ¡Lo hice!
io. Mientras te aplauden, aprovecha para quedar «limpio». Presio­
na levemente con tu mano izquierda sobre la carta gigante y, con tu
mano derecha, tira de un extremo del pliego de papel, levantándolo de
!a mesa con una ligera sacudida. I„a presión de tu mano izquierda re­
tendrá a la carta gigante y. bajo ella, a la carta «negra».
Deja que los espectadores examinen el papel y la superficie det tape­
te. í,a carta gigante, al no haber intervenido en !a última penetración,
quedará en un segundo plano para el público... pero, en cuanto puedas,
cógela de la mesa llevándote a la vez. bajo ella, a la carta «extra» y
deshazte de ésta por el método que más fácil te sea (descarga, empalme,
añadido a ia baraja, ir a guardar la carta gigante y arrepentirte, etc.).
Una vez deshecho de la única prueba inculpatoria, deja todo en ma­
nos del público y termina recordando el «lema» que introdujiste al co­
mienzo: Estoy seguro de que Houdini también lo habría conseguido...
Pero eso. probah/emenie. nunca lo .^abremos...

145
algo saliendo a la luz. También posteriormente, me he enterado de que
el efecto de este juego fue uno de los trece problemas que Hozfmser
dejó a $u muerte para su resolución. Esta es, pues, mi solución...
Es una rutina, tengo que decirlo, difícil..., no tanto por las técnicas,
sino por cl ritmo. Es absolutamente imprescindible el dominar todos y
cada uno de los movimientos (y son muchos) para que cl conjunto sea
armonioso y tenga una progresión ascendente (creciente), aunque, para
no desanimar a nadie, también tengo que decir que la rutina, aun hecha
arrítmicamente, causa en cl público una gran impresión; por un lado
de exhibición de habilidad (el mago domina como quiere todas las car­
tas de la baraja...) y por otro lado de supermagia (el mago hace que las
doce cartas aparecidas se transformen en otras doce cartas distintas)...
Es una rutina que puede ser un final..., sin embargo, en desafíe
conmigo mismo, la suelo hacer de «entrada», obligándome a que el res­
to de la sesión vaya «in crescendo».
Ordenaciófl.—Con la baraja dor^o arriba y de arriba hacia abajo: 5
de Picas, 4 de Picas, 6 de Picas, 10 de Picas, J de Picas, Q de Picas, K
de Picas, 9 de Rombos, 10 de Rombos, 5 de Corazones, K de Corazo­
nes, Q de Corazones, J de Corazones, 10 de Corazones, 9 de Corazo­
nes, 8 de Corazones, 7 de Corazones, 6 de Corazones, 4 de Corazones, 3
de Corazones, 2 de Corazones, x, x, x, ...As de Rombos, x, x, ,„As de Pi­
cas, X, x, x, ..., X, As de Corazones , x, x, x, ...x, x. As de Tréboles, x,
x, 9 de Picas, 8 de Picas (cara arriba), 7 de Picas (cara arriba), 3 de
Picas, 2 de Picas. (x=cartas indiferentes.)
Realización.—Extiende la baraja cara arriba entre tus manos y ve
pasando cartas, de una mano a otra, procurando que tan sólo se vean
las cartas indiferentes de tréboles y rombos (mitad superior de la baraja
cara arriba). Conforme haces esto, deja los Ases que te vayas encon­
trando en hilera sobre la mesa, de forma que te queden, de izquierda a
derecha, en este orden: As de Rombos, As de Picas, As de Corazones,
As de Tréboles. Cuadra dorso arriba la baraja en tu mano izquierda,
obteniendo, al hacerlo, una separación con tu meñique izquierdo bajo
ia carta superior (5 de Picas). Fuerza el As de Picas por el método que
prefieras.
Con la mano derecha, recoge de la mesa los tres Ases restantes cara
arriba y ponlos, sin cuadrar del todo, sobre el paquete qué sujeta la
mano izquierda. De nuevo con tu mano derecha empuja hfuria adelante
sobre la mesa el As de Picas y di: Este va a ser, puesto que ha sido
escogido, el A s que va a Jugar. Regresa con la mano derecha a por los
otros Ases que dejaste en la mano izquierda, pero, al cogerlos, cuádra­
los y llévate oculto bajo ellos al 5 de Picas, gracias a la separación que
150
mantenías bajo éi. ( O l^ rv a que está justificado el apoyar los Ases so­
bre la baraja para que, ia mano derecba, pueda mover al As de Picas.)
La mano izquierda d q a la bariya es el centro de ia mesa y la mano
derecha sujeta el paquete de t r ^ Asi» y ei cinco en la cogida de «Bid­
dle».
Con el pulgar izquierdo desliza hacia la izquierda al As superior,
pásalo debajo de su paquete y, sin pausa, haz un «culebreo» reducido
de cuatro cartas como tres. Al cuadrar, pasa el grupo doble de arriba y
deja este paquete, dorso arriba, en el lado izquierdo de la mesa, advir­
tiendo, al espectador más cercano, que vi^le tos tres Ases por si tú
acercases tus manos alevosamente a ellos. (Si quieres, puedes hacer otro
«culebreo» adicional dorsos arriba.)
Mezcla y corta en falso la baraja cuantas veces quieras y de cuantas
maneras quieras (cuidado con las dos cartas vueltas) y explica que, a
pesar del desorden absoluto de las cartas, vas a tratar de hacer aparecer
¡as doce cartas del palo escogido, en este caso del palo de Picas... Va­
mos con las apariciones;
DOS DE PICAS.—Tras una pausa, coge la baraja en tu mano iz­
quierda como si fueses a hacer un corte Charlier e introduce la punta
de tu índice izquierdo en el centro del mazo, por el lado corto de éste
más alejado de ti (fig. 1).

Fig. !

■ Con perogrullesca convicción di: La primera carta que sigue ai As


es... el dos! Chasca tus dedos derechos y, con el índice izquierdo, empu­
ja con fuerza el paquete inferior de la baraja de forma que aquél saldrá
disparado por ei aíre (fig. la). (La distancia que puede recorrer este pa-
151
qucte, así disparado, depende de tu entrenamiento. Yo he llamado a
este corte «a lo Carabias», porque, Julio, es un auténtico experto en
este tipo de noritaras.) Pues bien, atrapa el paquete con tu mano dere­
cha y voltéalo cara arriba sobre las cartas de ta mano izquierda, pero

ligeramente desplazado hacia adelante con respecto a éstas (fig. 2),


Mantén, con las puntas de los dedos izquierdos, una separación entre
los dos paquetes.
Pausa para que los espectadores vean la cara dcl Dos de Picas y,
con la mano derecha, cógelo, girando a la vez tu mano izquierda dorso
arriba, para evitar que se vea, bajo él, al tres de picas. Deja ei dos cara

Fig. 2
Fig. 3

arriba sobre el As, pero ligeramente escalon ^o con él (fig. 3). La mano
izquierda deja dorso arriba, sobre la mesa, el paquete que salió dispa­
rado. Gira ahora, palma arriba, la mano izquierda y, con la mano dere­
cha, cogc el paquete que todavía queda en tu mano siniestra dejándolo
caer sobrexl de la m<Ka... Parecerá que has cortado.
152
Variante: Puedes hacer la aparidón estilo «gag». Para lo cual, justo
ctjando estés en posición de «<dbptarai> ei paquete, pídele a un especta­
dor que corte. Cuando « té aosrque la mano para eUo, dispáralo y, a la
vez que lo cog^s, dile: Gracias... ¡Qué rapidez! '
TRES DE PICAS.—Coge la b a ^ a de la mesa, cuádrala y sujétala en
tu mano derecha en la cogida de «Biddle». Aprieta los desdos derechos de
forma que la baraja se puentee con conwxidad hacia arriba. (Esto tiene
dos funciones... ya verás.) Di: La siguiente... ¿El tres!
Viene ahora una variante del corte de Bill Simón... Con la mano iz­
quierda dorso hacia arriba, apoya la punta del dedo mayor izquierdo en
e! centro del lado corto, más próximo a ti, de la baraja. Con este dedo.

Fig, 4

empuja ahora aproximadamente ía mitad s u p rio r de la lunraja hacia


adelante y hacia ia izquierda, haciendo pivotar,_a^«ta mitad, en torno
^ dedo m ^ ó r ( f i a ^ o 0igs. 4f y 4-A). Gmtíní« <d eaipigeTwsta ^ e l paque­
te haya descrito un giro de 180° y déjalo entonces .que c a ^ sobre la
palma de tu mano izquierda (fig. 5). Sin dclencrte, pon ,lu doío pulgar
izquierdo bajo el paquete de la mano derecha y «poya «u ye«a contra
la carta inferior. Mueve ahora eí p u ^ a r hacia la izquierda y lucia arri­
ba arrastrando consigo la carta en contacto con su yema, R ié n d o la
153
sobresalir hacia la izquierda (ftg. 6) y, a la vez, pivotar en tom o al cos­
tado largo izquierdo del paquete que sujeta la mano derecha (fig. 7).

Fig, 6

i54
Continúa cJ empuje del pulgar hasta que la carta (tres de picas) quede,
cara suriba, sobre el paquete de la mano derecha. ’

Deja el paquete de ia mano derecha sobre el de la mano izquierda,


cuadra las cartas y sujétalas en la posición normsd de repartir. Si quie­
res, puedes hacer esta pequeña fioritura adicional que llamo «el trom­
po»: Manteniendo la mano izquierda palma hacia arriba, gira la muñe­
ca izquierda hacia ti, de forma que cl pulgar izquierdo apunte hacia la
derecha (fíg. 8). Mueve ahora la muñeca bruscamente hada la izquier-

R f .9

da, disparando tu mano izquierda hacia su posición de partida; justo


cuando ei p u ^ a r apunte de nuevo hacia los espectadores, pírate en »co
y, a la vez, abre tus dedos izquierdos extendiéndole» comi^aamente. El
Tres de Picas quedará girando en un plano horizontal encinta de la ba­
raja (fíg. 9). Esta es una fioritura que vi por p r im e r a vez,a Fred Kaps y
155
que, como ya veréis en otros juegos («Caníbales», «Ambiciosa»...), se
puede hacer con dos cartas a la vez ¡sin que éstas se descuadren! Es
conveniente que la baraja esté ligeramente arqueada... de ahí, que al
comienzo de esta fase, se puentee la baraja.
Entre la aparición de Bill Simón y este «trompo» no debe haber
ninguna pausa para que, los dos movimientos, estén encadenados en
uno solo. Después, si haz una pausa, coge con tu mano derecha el tres
y déjalo cara arriba a continuación del As y del Dos.
CUATRO DE PICAS.—Di: ¡El Cuatro!... Como si observases rece­
lo en algunos espectadores, añade: ...no está ni por arriba... ni por aba­
jo..: Muestra las dos o tres cartas superiores de la baraja y las dos o

Fig. 10 Fig. iJ

tres inferiores, y sujeta la baraja en tu mano izquierda en la posición de


efectuar el corte Charlier (fig. 10). Concluye: ,..¡m el medio! Hay. el
Charlier cortando, al tacto, por la separación que habrá quedado, tras
el corte de Bill Simón, en la baraja, gracias al «puenteo» previo (ésta
era ía segunda razón para hacerlo).
Al terminar el Charlier, sujeta la baraja en la mano izquierda en la
posición normal de repartir y, con el pulgar izquierdo, empuja la carta
superior hacia la derecha, de forma que sobresalga aproximadamente la
mitad de su anchura. Con el pulgar derecho en posición de «como para
jugar a las canicas» (fig. II), propina un papirotazo vertical, de abajo
hacia arriba, a la carta justo en el centro de su lado largo derecho. La
carta (fig, 12) dará unos cuantos «mortales» por el aire (dc|wnderá de la
fuerza del impulso que le des) y, al caer, atrápala con lu mano derecha
y muestra su cara a los espectadores. Es, ...debe ser, el Cuatro de Picas.
Este papirotazo lo aprendí de Gabriel Moreno y, con práctica, puede
156
llegar a hacerse coa dos cartas juBtas sin que se descuadrcn. (· Maravi­
llas de la Naturakaa!)
Tras la pausa de rigor, d q a el cuatro cara arriba sobre las ya apare­
cidas. Las cartas te deberán ir quedando en esta posición (fig. 13).

Fig. tJ
Fig. 12

CINCO DE PICAS.—Di: El cinco. Deja la baraja sobre


pregunta al espectador que al comienzo recomendaste ta c>·
tres Ases: ¿Has vigilado los Ases? El te responderá qu'^
te, dile: No, ...no vigilaste, porque mira dónde
co... Con la mano izquierda, coge el paquete*
ce, al comienzo, en el lado izquierdo
dorsos hacia tos espectadores. El
entre los tres Ases.
Haz una pausa..., e^ *
do de esta aparición y
vigilante... pero no esperev
.tü‘ iM iió^erecha coge el cK...............
tro cartas de picas que le h; .......
los tres Ases en su sitio de p& Rg. 17
importante que, cuando te accí
manos se vean claramente vaci> T» íiete izquierdo.
«habilidosamente», io has puesto '4uierda acercán-
159
SEIS DE PICAS.—Coge la b a r^ a de la mesa y haz una mezcla
«faro» ea ia que imbrícarájn, coa la mano izquierda, el tercio superior
de ia baraja (^roxim adam ente) y, con la mano derecha, los dos tercios
inferiores. Ei paquete de ia mano izquierda debe quedar abarcado
(«faro straddie») por el de la mano derecha, ...muy fácil, por otra parte.

ya que éste tiene mayor número de cartas. Pero no llegues a imbricar


del todo, los dos paquetes, tan sólo una tercera parte de su longitud
(fig. 14). Mientras haces la mezcla, recalca: Ya he mezclado las cartas
antes varias veces, pero... ¡una mezcla m ás'

Fig. 15

Con tu mano derecha coge el conjunto de los dos paquetes scmi-


imbricados, sujetándolos por el extremo del paquete mayor con el pul­
gar por encima y demás dedos por abajo (ver fig. 15).
Ten en cuenta que, * partir de «qui, el ritmo se va a ir acelérindó
progreaávanieot«.
Exclama; ¡El Seis! Haz ahora la conocida aparición de Paul le Paul.
Para ello, mueve tu mano derecha de arriba hacia abajo con una ligera
sacudida y el seis saldrá disparólo por el aire (unas pocas pruebas te
dirán cuál debe ser la intensidad de esa sacudida de tu mano derecha).

158
Con tu mano izquierda, trata de atrapar al seis en su vuelo. Si U>
consigues, muéstralo haciendo una pausa, deposítalo e s la extensión de
las cartas de p tc ^ aparecidas y pasa ahora dos paquetes semiimbri'·
cados de tu mano derecha a tu mano izquierda. Si no lo consigues «ca­
zar» en ei aire, pasa los dos paquetes a tu mano izquierda y, con ia
mano derecha, coge cl seis de dónde haya aterrizado, muéstralo y déjalo
sobre ias ya ¡parecidas cinco cartas de picas.
SIETE DE PICAS.—Con la mano derecha levanta la m itad de los
dos paquetes semiimbricados y ponia en el centro de ta mesa con sus
lados largos paralelos ai borde interior de ésta. Regresa con la mano
derecha, coge con ella el resto de los dos paquetes de tu mano izquierda
y, al ir a ponerlo encima del paquete de la mesa, mueve con cl pulgar
izquierdo su carta más inferior (Siete de Picas cara arriba) (fig. 16), de
forma que ésta quede a caballo de los dos paquetes a medio mezclar.

Fifr 16

Completa ei corte, terminando de poner el paquete de ia mano derecha


encima del de la mesa. Mientras haces esto, di con convicción; Además
de mezclar ¡se corta!
Estás listo para ejectuar la aparición de Bruce Cervon... Di: ¡Et Sie­
te! y procede como sigue. Sujeta, con tu mano derecha, et paquete de-

Fig. 17

recho de la imbricación y, con la mano izquierda, el paquete izquierdo.


Mueve tu mano derecha alejándola de ti y tu «m ío izquierda acercán-
159
dola hacia tu cuerpo, desimbricando las cartas... el Siete de Picas pivo-
tará entre tu pulgar derecho y tu dedo mayor izquierdo, y aparecerá,
vuelto en el centro de los dos paquetes (fig. 17), atrapado por dos de
sus esquinas (figs. 18 y 18-A).

Fig. i8

Haz una pausa. ({Ojo! No llegues a hacer que el siete de picas saiga
del todo de entre los dos paquetes que lo sujetan, porque entonces per­
dería el control de las cartas que están todavía por aparecer.) Levanta,
con la mano derecha todas las cartas del paquete 1 que hay por encima
del siete y deposítalas en la zona de ia mesa marcada con ja letra A.
Haz lo mismo con ia mano izquierda, levanta todas ias cartas del pa­
quete 2 que hay por encima del siete y deposítalas en !a zona B de la

Fig. !8-A

mesa. Coge el siete y deposítalo en la hilera que forman sus seis com­
pañeras de palo, que le han precedido.
OCHO DE PICAS.—Toma el paquete superior derecho O irpónlo
sobre el paquete en A y coge este paquete resultante, en tu mano dere­
cha, como si fueses a hacer una mezcla hindú. Haz lo mismo con tu
mano izquierda... pon el paquete inferior izquierdo (2) sobre el paquete
en B y sujeta el paquete resultante, con esta mano, también como si
fueses a hacer una mezcla hindú..., si fueses zurdo. Pero, mientras la
160
mano izquierda bace estos movimientos, ia mano derecha apoya un
momento su paquete »obre ia mesa y, el pulgar derecho, deja tsca^>ar la
cart% inferior p«ra voiver a recuperarla de nuevo, ahora manteniendo,
con su yema, una separación entre ia carta y ei resto dei paquete. ’
£ s t ¿ en posición de h » « r la popuJar aparición «pop-upt> de Piet
Forton {figs, 19 y 19-A). (Observa que los paquetes forman un ángulo de
unos 45° con ia mesa.) Haz unos gestos como si tratases de atrapar algo

Fig. ¡9

entre los dos paquetes que sujetas en tus manos, mientras dices: ¡El Ocho
está por el aire... En uno de esos gestos, afloja ia presión que ejerce el
pulgar sobre el Ocho..., en parte por la gravedad y en parte por !a iner­
cia dei gesto de atrapar, la carta caerá y lo único que hay que tener es

Ftg. 19-A

la prícfíca de atraparla p o r1 jn F ^ ü T ñ a “entreTOT'aós paquéffiO co^


con pinzas» (fig. 20). Termina tu frase: ...¡justo aquí!
Pausa, y deja que cl ocho resbale de entre los dos paquetes f quede
junto a las otras cartas de picas... Pon cl paquete de ia mano^terecha
debajo del de la mano izquierda, cuádralos y sujeta el conjunt» en tu
mano izquierda, en la posición normal de repartir.
161
NUEVE DE PICAS Y DIEZ DE PIC A S.-E xdam a; /£ / Nueve y ei
Diez juntos! Coge 1« baraja de tu mano izquierda con la mano derecha,
pulgar por encimc y dedos por abajo, y lánzala de nuevo hacia ia mano
izquierda, pero retenieodo, con el pulgar derecho, la carta superior del
mazo (Diez de Picas) y, con los demás dedos, la carta inferior (Nueve
de Picas). (Aparición clásica y por todos conocida.) (fig. 21).

Con la mano izquieda, deja ia baraja sobre ia mesa y lanza, en


«boomerang», las dos cartas que retienes en tu mano derecha. Atrapa,
en su vuelo de regreso, una carta en cada mano. Muéstralas a tu públi­
co, haz la consabida pausa y déjalas cara arriba... si acertaste... a conti-

Fig. 21.,

nuación de las otras cartas de picas. (Es importante, para que las dos
cartas vuelen separadas, que la posición de cogida de éstas sea como en
ia fig. 22.)
162
JOTA, DAMA Y REY DE PICAS.—Coge la baraja de la mesa y
haz unoa cuantos cortts brillantes, siempre teniendo en cuenta que no
(tesordi«ni ia asitad superior de feta. ÏH: Y Ua figuras... ¡Las tres a ¡a
vez!
Termina los cortes y, con tu mano derecha, coge una a una, las tres
cartas superiores de la baraja. Afirma: Á qui están la Jola, la Dama, y
el Rey del palo escogido... Mientras dices esto, suelta con tu pulgar
izquierdo 1res cartas por la esquina superior izquierda del mazo y em­
pújalas hacia la derecha para que, el meñique izquierdo, obtenga una
separación bajo ellas.
Pon las tres cartas de la mano derecha encima dcl paquete de la
mano izquierda. Con la mano derecha, ahora libre, señala las cartas
que ya aparecieron y, a la vez, justificando tu gesto con la palabra,
termina tu frase: ...del palo de picas. Vuelve ahora con ia mano derecha
a coger sus tres cartas, pero «cai^a» bajo ellas las tres que mantenías
separadas con el meñique izquierdo. La mano izquierda deja la baraja
cara arriba en el centro de ¡a mesa.
Voltea el paquete de la mano derecha caras arriba y, mediante una
cuenta «deja paquetes», enseña ias seis cartas como tres, viéndose las
caras dei 5 de Corazones, del 9 de Rombos y del 10 de Rombos. Cua­
dra las c a r í^ cara arriba en tu mano izquierda y finge sorpresa ante el
aparente fracaso. No se parecen mucho, me temo...
Pero reacciona: ...¿No importa! Si se pone el As de Picas con estas
cartas rojas... Coge el As de Picas de la mesa y ponlo en la cara del

Fig. 23

paquete de sets cartas. Haz otra vez una cuenta «deja paquetes» ocul­
tando las tres figuras de picas y continúa; ...al conjuro de! As las cartas
rojas pueden transformarse...
(Puedes hacer aquí los manejos que quieras, «culebreos», etc., el
163
caso es que quede claro, para los espectadores, que sólo hay un As y
tres cartas rojas.)
Aflade: ...Todavía no. Haz otra cuenta y cuadra las cartas en tu
mano izquierda. Sin detenerte, haz la transformación de las tres cartas
de rombos por las tres de picas mediante un «Triple bucle» de Mario.
Lo explicaré brevemente: Sujeta el paquete de siete cartas en tu mano
izquierda en la posición normal de dar. Con cl meñique izquierdo bu-
d e a la carta inferior del paquete, con el dedo anular buclea la segunda
carta por abajo y con cl dedo mayor la tercera por abajo (fig. 23). Con
la mano derecha, sujeta las cuatro cartas superiores como si fuesen una
y muévela(s) hacia la derecha relajando, a la vez, la presión que man­
tienen los dedos izquierdos sobre las tres cartas inferiores. Las cartas se

Fig. 24

expandirán como una especie de resorte formando una pequeña exten­


sión entre tus manos (fig. 24). (Para más detalles, ver «The Cardician»,
de E. Mario.)
Es importante que, entre la última cuenta «deja paquetes» y !a trans­
formación por «triple bucle», no exista apenas pausa para que cl cons-
traste visual sea máximo y la transform ^ión instantánea. No pases por
alto esta técnica, merece la pena, y por supuesto es aplicable en muchas
otras rutinas. También puedes hacerla según el principio de verticali­
dad. (Posición de las «dos y diez».,. Ver «Agua y Aceite».)
Haz la pausa «post efecto», pon ci grupo cuádruple de tu mano de­
recha (As y tres cartas rojas bajo él) debajo de la carta superior de las
tres de tu mano izquierda y cuadra cl paquete. Haz ahora un «cule­
breo», deja caer el grupo cuádruple, que sujetará tu mano derecha, so­
bre el resto de la baraja (cari« arriba) que está sobre la mesa y, encima,
displicentemente, las tres figuras de picas.
Recibe tus merecidos y bien ganados aplausos.
164
Cupido los aplausos comiencen a decrecer, coge el mazo cara arriba
en tu maoo izquierda y, »>n la mano derwha, deja ia Jota, la Dama, el
Rey y el As de Picas, una a una, sobre la extensión en que estás dejan­
do las cartas de Picas desde que empezaste el juego.
Di con aire confidencial: Siempre hay alguien que me pregunta qué
habría pasado si, en vez del de Picas, se hubiese escogido otro palo.
Mientras así habías, extiende la baraja entre tas manos y ve pasando
cartas de tu mano izquierda a tu mano derecha. Cuando llegues al Rey
de Corazones, párate y cuadra las cartas manteniendo una separación,
con cl meñique izquierdo, entre el paquete de cartas de corazones y ei
resto del mazo. Voltea la baraja, de forma que ésta quede ahora dorso
arriba en tu mano izquierda, pero sin perder la separación que mantie­
ne el meñique.
Señala, con tu mano derecha, a! paquete de tres cartas cara abajo
que hay desde el comienzo en la zona izquierda de la mesa (los tres
Ases) y, dirigiéndote a todos, pero en especial al espectador que al co­
mienzo encomendaste ía vigilancia de los Ases, afirma contundentemen­
te: Recordad que aquí están los tres Ases... ¿Bien? Mientras preguntas
esto y, sin darle importancia, recoge con tu mano derecha las trece car­
tas de picas de encima de !a mesa, de forma que te queden caras abajo
y sujetas en la cogida de «Biddle».
Gracias a tu afirmación anterior, la atención de los espectadores es­
tará centrada en los tres Ases de ía mesa y seguro que, en algún sector
de tu público, habrá dudas sobre si esas tres cartas son realmente tres
Ases, y así te lo harán notar. (Recuerda que el cinco de Picas apareció
entre los tres Ases y eso aumentará, aún más, la desconfianza de los
espectadores ante tus palabras.) Observa que la frase te sirve de «misdi­
rection» mental para Tecoger, inadvertidamente, las cartas de Picas de la
mesa y, además, de justificación para ei «enfile al tiempo» que sigue a
continuación.
Di: Parece que hay dudas... Bueno, tendré que enseñarlos-. Usando
el paquete de trece cartas de tu mano derecha como si fuese una pala,
voltea cara arriba los tres Ases sobre ía mesa y haz el « e i ^ al tiem­
po», cambiando las trece cartas de picas por las doce de com ones que
has mantenido, todo este tiempo, separadas con tu meñiq«: síquierdo.
ti^rbido a su-gran-utilided-y a q«eHfte-6s4emasiado-cott0cidi«^ describí-
ré este enfile con detalle en cl apartado NOTA 1.) Reprentle a tu mal
pensante público; Si, ahí están... los tres Ases.
Sigue centrando la atención sobre ios Ases, mientras, co* la mano
derecha, dejas ias cartas de corazones cara abajo y en extoaiión en el
lado derecho de la mesa, justo donde antes estuvieron las cMas de pi­
Í65
cas. Para los espectadores, « ta s cartas seguirán siendo de picas y, a¡
final, ni siquiera recordarán qtie las tuvistes en tu mano (maravillas del
«enfile ai tiempo»).
Voltea ahora ía baraja cara arriba en tu mano izquierda y, con ayu­
da del pulgar derecho, obten una separación bajo la carta superior (cin-
do de corazones) manteniéndola con e! meñique izquierdo. Rápidamen­
te, muestra los tres Ases y fuerza eJ As de Corazones por el método que
quieras.
Con tu mano derecha coge de la mesa los dos Ases no elegidos (tré­
boles y rombos) y déjalos, un momento, sobre el paquete de la mano
izquierda para que la mano derecha, ahora libre, pueda empujar hacia
adelante sobre la mesa al As de Corazones. Vuelve con la mano dere­
cha a coger los dos Ases no escogidos y llévate, oculto bajo ellos, el
cinco de corazones.
Deja la baraja en cl lado izquierdo de ia mesa y, con la mano iz­
quierda, pasa la carta superior (As) de las tres que sujeta ia mano dere­
cha debajo de las otras dos, quedando así el cinco entre ios dos Ases.
Deja este paquete de tres cartas en la esquina superior izquierda de la
mesa.
Como si te encontraras en un día especial y dispuesto a todo, di:
Foy a hacer aparecer las doce cartas del palo que ahora ha sido escogi­
do... de corazones.... pero de una form a... más mágica... ¡Asi!... Une la
acción a las palabras y aletea el As de corazones sobre las doce cartas
extendidas sobre la mesa. Dramáticamente, voltéalas cara arriba todas
a la vez. Para sorpresa de tus espectadores, las cartas de corazones
mostrarán sus caras, y tu mostrarás la tuya con una sonrisa de satisfac­
ción... ¡No es para menos!... los nuevos apiausos así te lo demostrarán.
(Procura que no transcurra demasiado tiempo entre el momento en que
ya has cambiado las trece cartas de picas y eí momento en que se mues­
tra que son cartas de corazones, para evitar, en ia medida de lo posi­
bles, el «paréntesis anti-contraste» (Ascanio dixit].)
Tras los aplausos, y como pequeño «encore», finge echar en falta al
cinco de corazones... haz como si lo buscases y pregunta de nuevo al
espectador del comienzo: ¿Has vigilado los ^5^5.=’ Probablemente, el es­
pectador se echará ias manos a ia cabeza ante lo inevitable. Coge los
Ases de la mesa y muestra entre ellos ei cinco. Extráelo y sonríe
picaramente...

Técnicas
NOTA 1.—El «enfile al tiempo» viene descrito en «The Expert Card
Technique», en el capítulo «Birds of a feather». Es un enfile de gran
166
utilidad: sirve para grupos numerosos de canas, c a rt^ trucadas, etc., en
fm, cartíK que serían difíciles de cambiar por métodos más convencio­
nales. (En nuestra rutina se cambia un paquete de trece cartas por otro
de doce.)
Y, sobre todo, es absolutamente insospechable.,., siempre, claro está,
que esté bien ejecutado y, lo que es más importante, bien cubierto...,
centrando la atención y cl interés (¡ojo! no siempre van unidos... que ei
público mire algo, no quiere decir que esté interesado por ello) de los
espectadores en un punto distinto dei de donde van a ser cambiadas ias
cartas. (En nuestro caso, acicateando su curiosidad por saber si, las tres
cartas sobre la mesa, son tres Ases y si hay alguna carta más entre
ellas..., haciéndoles creer que tienen al mago en sus garras.)
He de decir, para ios que se asustan del «enfile», que el enfile clásico
y sus diversas variantes sorr un arma brutal... Hugard dice: «No hay
más bella y efectiva técnica en toda !a cartomagia»... Una carta está ais­
lada en la mano del mago y, un instante después, esa carta es otra,., y,
aparentemente, para el espectador, el mago no ha acercado sus manos
ni ha hecho nada... ¡Es magia!... El «enfile al tiempo» es un enfile que
tiene la ventaja de contar con una cobertura adicional.., ¿Qué más se
puede pedir?
Pero vamos con la descripción del pase en si:
Tienes ia baraja sujeta, dorso arriba, en tu mano izquierda en ia po­
sición normai de repartir y mantienes una separación con tu meñique
izquierdo bajo ias «n» cartas superiores, que son las que deseas cam­
biar. (En nuestro caso, las cartas de corazones.)
Tu mano derecha sujeta, en la posición de «Biddle»», el paquete de
cartas que ha de ser cambiado. (En nuestro caso, las cartas de picas.)
Comienza a intróducir el paquete de ia mano derecha, por debajo,
del costado derecho del paquete de tres Ases que está sobre ia mesa,
con la intención de voltearlo. Para ayudarte en la maniobra, apoya la
punta de tu dedor mayor izquierdo en la esquina inferior iiquierda de
ios tres Ases (fig, 25), Observa que ia baraja queda perpendicular a la
mesa y la separación que mantiene el meñique oculta.
Mueve ahora tu mano derecha hacia la izquierda y hacia tu cuerpo
y haz que el paquete de los tres Ases, se voltee cara arriba sobre la
.mesa (fig. 25-A): No te detengas," sigue inovienéo tti mano dciecha
cia tu cuerpo y mueve también, en la misma dirección, a t» mano iz­
quierda —libre, una vez hecho el volteo— girándola a la vez palma ha­
cia arriba. Cuando hayas alejado tus manos unos cuarenta antimetros
de los Ases, haz, que éstas se encuentren colocando tu ma«o derecha
justo encima del paquete de la mano izquierda.
167
Con las puntas de los dedos mayor y pulgar derechos (fig. 26) sujeta
las cartas de corazones que tienes separadas por el meñique, a ia vez,
afloja la presión que ejercen tus dedos derechos sobre el paquete de las

Fig. 25

25-A

cartas de picas y presiona con el pulgar izquierdo sobre el dorso de és­


tas... de forma que, al mover ahora tu mano derecha hacia delante, le
168
líeves en ella las cartas de corazones y encima del paquete de la mano
izquierda queden las cartas de picas.
. Siempre sin détenerte, lleva tu mano derecha hacia la parte delante­
ra de la mesa y extiende, con la yema de su dedo mayor, los tres Ases

cara arriba sobre ésta. La mano izquierda se queda congelada lo más


posible de ia mano derecha.
Es importante que e! enfile sea hecho en una sola acción continua­
da, sin pausas, sin cambios de ritmo y sin brusquedades. Tambiés es
importante que centres tu mirada (además de la atención y del interés)
sobre ios Ases cuando éstos comienzan a ser volteados y que, en cuanto
queden cara arriba sobre la mesa, levantes tu vista y mires a los
espectadores. >.
Recuerda que el nombre de este cambio es... «enfile ai tiempo»... y
creo que esíe nombre resume todo lo que acabo de decir... a un tiempo.

169
INSTRUCCIONES

Efecto.—Una carta es escogida por un espectador, se la firma en su


dorso y se deja cara arriba sobre la mesa. mago pregunta si hay al­
gún espectador dispuesto a hacer un efecto de magia. Una vez encon­
trado al osado/a que decide convertirse en mago/a, el verdadero mago
(o sea, tú), saca de su bolsillo un pequeño bloc y anima al debútame
diciéndoto que le ayudará con una libreta de instrucciones y que, si és­
tas se siguen al pie de ia letra, cl efecto no puede faltarie.
Otro espectador toma la libreta de sus mar\os, ia abre por la prime­
ra página y comienza a leer las instrucciones que e! espectador-mago va
ejecutando conforme éstas son leídas.
Las instrucciones son éstas:
1. ¡mtruciones... o l ómo hacer que ocurra un milagro.
2. En primer lugar, coja la baraja con su mano derecha y extiénda­
la sohre la mesa... la baraja, claro... xu mano déjela como e.<itá.
3. Estupendo, coja ahora la carta escogida c firmada y póngala
cara arriba entre las demás cartas de la baraja.
4. ¡M uy bien' ¡Es usted unja profesional...! Cuadre ¡a baraja v
corte cuantas veces quiera.
5. Bien, la carta escogida y firmada deberá ahora encontrarse jus­
tamente en el número que e! caballero que la escogió y firmó va a de­
cir. .. Recuerden que la carta se perdió entre ias demás y que nadie po­
día saber el número que el caballero nombrará... Por favor, caballero,
diga un número en voz alta. {El espectador io dice.)
6. Ese!¿Está seguro?... ¿No quiere cambiar?... Pues bien, procéda-
se a contar cartas, hasta llegar al número indicado, comenzando por la
carta superior de ta baraja.
7. Atención, porque esa ha de ser ¡a carta escogida... Preparen los
aplausos y... ¡Voltee (a carta cara arribaf (se voltea la caria y no es la
escogida).
8. ¡Conseguido!... ¿Qué? ¿Que ha fallado? En ese caso ¡Emergen­
cia!... pase a ¡a página siguiente.
9. No, a ésta no, a ia siguiente, y... ¡prepárense para ver un autén­
tico milagro!
Como es fácil de imagiríar, cl efecto falla aparentemente, pero, en la
última página, está la carta escogida encuadernada en el «bloc» de íns-
iriiccioncs y, por supuesto, firmada. El efecto es que la carta ha apare­
cido en el «bloc» sujeto en las propias manos de! espectador.
Comentario.—Por un lado, el efecto no es s61o ei viaje de una car­
ta ... es un viaje a un lugar prácticamente inaccesible que requiere que
la carta, en primer lugar, se perfore y, después, que se introduzca en ios
dientes del «canutillo». Todo esto, cuando ia libreta .se encuentra desde
«el pjincipio» en manos del espectador, y puede éste al final guardarla
como recuerdo sin que pueda encontrar «pista» alguna.
Por otro lado, la cobertura del efecto es total... Primero, la «carga»
de la carta se realiza en un momento completamente inocuo para los
espectadores; segundo, éstos creen firmemente que la carta firmada se
encuentra en el centro de la mesa y, tercero, hay un brutal paréntesis de
olvido entre el momento de la introducción secreta de la carta y el mo­
mento de su aparición final.
Y, por último, el «tema» de que sea un espectador e! que le dé las
instrucciones a otro para que éste trate de ser mago por unos minutos,
hace que la presentación sea muy «chocante», que se preste a diversas
situaciones de comedia y que el juego sea, para el público, absoluta­
mente distinto a cualquier otro juego de cartas. Vamos, que es muy
«comercial» además de fuerte, y es en suma... otro de mis favoritos.
Material.—Una libreta, de! formato de una carta de baraja, encua­
dernada por el sistema conocido como «canutillo». Ei canutillo ha de
se r de 1,5 cm de diámetro, aproximadamente.
Una carta (por ejemplo 7 de tréboles) a la que se le han practicado
unas perforaciones para más tarde poder ser encuadernada en el
canutillo.
Una perforadora de bolsillo.
Un rotulador para firmar.
Una baraja de cartas, por supuesto con un siete de tréboles normai,
sin perforar.
Un «gimmick» que servirá para encuadernar la carta junto a las de­
172
más páginas de la libreta y que consiste en un áagulo de metal o plásti
co, cuyas dimensiones vienen dadas en la figura adjunta (fig. I) (I).

Fig. I

Preparación.™Escribe en la libreta los apartados I al 9 explicados


en !a sección EFECTO, cada apartado escrito en una página distinta.
Retira las páginas que te sobren, si es que tenías más encuadernadas,
porque no van a utilizarse. Extrae dei «canutillo» la tapa posterior de la
libreta, pero con cuidado porque, ella, si va a ser utilizada.
Baraja.—Ordena tu baraja como sigue; con la baraja dorso arriba y
de abajo hacia arriba, siete de tréboles normal, siete de tréboles perfo­
rado (siendo el lado de las perforaciones et más próximo a ti), carta
indiferente, la tapa posterior del bloc que vas a usar (lado rojo hacia
arriba y con las perforaciones también en et lado de la baraja más pró­
ximo a ti), resto de la baraja.

detalle

Fig, 2

«Cimmick».—Introduce el gimmicic, por su lado sin imperdibles, en


el interior del tubo que forma el canutillo de la libreta. Verás que el
(I) Todo el material necesario para este juego puedes adquirirlo en José Carrol!.
€ ■ Avala, 2.“ oeniro. Madrid 28001.
gimmick fuerza el plástico haciendo que e! lado con dientes del «canuti­
llo» se vaya separando del lado sin dentar; ayuda a esta separación con
ttis dedos e introduce el «gimmick» por completo hasta que su tope
choque con cl «canutillo». Te deberá quedar como en la figura (fig. 2).
Observa que el primer diente no toca del todo a! tope. Y las hojas
de la libreta quedan colgando por detrás del borde inferior del «gim­
mick»,
Chsqueta.—Gracias al imperdible, sujeta el gimmick con la libreta
colgando de él en el interior de tu americana, un poco por encima de su
bolsillo interior izquierdo, de forma que aproximadamente cl tercio in­
ferior del «bloc» o libreta pueda introducirse en dicho bolsillo y sirva de
sujección adicional al «gimmick» (observa que el gimmick sólo lleva un
imperdible en un lado.,. !o ideal serian dos imperdibles, uno a cada
lado, pero entonces no podría extraerse ei «bloc» del «gimmick»...
('onsigue un rotulador, y estás listo para comenzar.
KJecución.— I. Coje la baraja en lu mano izquierda en ia posición
normal de repartir. Con la mano derecha corta por la mitad de ia bara­
ja, aproximadamente, y mantén la separación entre los dos paquetes
con I U meñique izquierdo. Fuerza al «Stop» (por riffle o por tu método
favorito) el punto donde mantienes la separación. Deja el paquete infe­
rior en la mesa y, con la mano derecha, voltea cara arriba sobre la pal­
ma de ia mano izquierda el paquete superior. Se verá la cara del 7 de
tréb<»)es normal.
2, l’ide a alguien que lo firme por su dorso, para lo cual, haz un
doble «lift» y voltea dorso arriba las dos cartas superiores del paquete

Fig. i

de ia mano izquierda (siete de tréboles normal y siete de tréboles aguje­


reado). Con tu pulgar izquierdo tapa las perforaciones como en la figu­
ra 3 para que el espectador no pueda verlas al firmar.
174
Una ve? firmada, voliea las dos cartas cara arriba y, con ia mano
derecha, deja la cana superior sobre ia mesa. Ai mismo tiempo, gira tu
mano izquierda dorso arriba para que no se vea la cara del otro 7 que
queda encima de ia baraja.
3. Con ayuda de la mano derecha pasa ahora el paquete dorso
arriba a tu mano izquierda y di: Podríais haber escogüJo cualquier oira
cana de ia baraja... Justiíicad<? por estas palabras «buciea» con tu índi­
ce izquierdo la carta inferior del paquete e introduce tus dedos derechos
en la abertura del bucle extrayendo la segunda carta por debajo (que es
una carta indiferente). Enséñala al público, coje alguna otra carta, aho­
ra de la parte superior dei paquete y, por último, déjalas todas encima de
éste.
í endrá.s ahora juntos el 7 de tréboles firmado y ia cubierta posterior
de! «bioc» en ia parte inferior de lu paquete, (iira entre tus manos el
mazo de forma que, la parte de los agujeros del 7 de tréboles y de ia
contraportada del «bloc», te queden ahora en el lado de ta baraja más
alejado de ti. Con tu pulgar derecho, obtén una separación entre las dos
(carta y contraportada) y el resto del paquete. Mantén esta separación
con tu meñique izquierdo,
4. Estás ahora en posición de empalmarlas en tu mano derecha
gracias al clásico empalme que se suele utilizar para pintajes y cambios

Fig. 4

de color de cartas.,. Brevemente; paquete sujeto en la mano izquierda


en la posición normal de repartir, iJeva tu mano derecha encima del
paquete de forma que tu meñique derecho se coloque en la esquina su­
perior derecha del paquete y tu pulgar derecho en la esquina inferior
izquierda (ver fig. 4),
Con ayuda de tu meñique izquierdo, desplaza ias dos cartas inferio­
res, previamente separadas, hacia ia derecha haciéndolas pivotar 30®
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por MI esquina superior derecha en torno a tu meñique derecho. Ahora
las dos cartas estarán en condiciones de i|ue la palma de la mano dere­
cha baje hacia ellas y las «casi» empalme. Para terminar de cmpaimar-
las, desplaza tu mano derecha hacia la derecha. Haz el movimiento de
tu mano derecha como si fuese un g « to de cuadrar la baraja y mientras
hablas...
5. Charla acerca de que ya está bien de que seas sólo tú el que
trabaie. pregunta si hay alguien dispuesto a hacer un juego de magia y
bromea sobre ello. Aprovechando esta misdirection menta!, lleva tu
mano derecha con carta y contraportada empalmadas al interior de tu
americana, e inirodúcelíis por sus agujeros en los dientes del «canutillo»
{(ig. .“i) F’uedes mirar para ayudarte si quieres,,, Fs lógico mirar si vas a
buscar algo a lu bolsillo y tú vas a sacar tu libro de instrucciones. Con

Fig. S

práctica podrás hacerlo sin mirar, tan sólo tienes que hacer coincidir el
costado izquierdo de tu índice derecho con la pane interior del tope del
«gimmick»..,
fi. Una ve/ «cargadas», desliza ia libreta fuera de! gimmick y ex-
tráela del bolsillo. Dásela a alguien para que vaya leyendo. Observa que
debe suictar la libreta en una mano, y con la otra mano ir pasando pá-
gmas d f una en una. Recalca esto para que la carta firmada no haga su
aparición antes de hora. Busca otro espectador/a para que siga las ins-
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irucctoncs que cl primer espectador a va a ioer ,, i ermina el jucgu
cotno está indicado en la sección f-.FF.CTC). ¡Fs un auiénUco milagro!
7. Pequeñas observaciones; Cuando el efecto falla aparentemente,
coje la baraja y mira como asombrado de que haya fallado. En reali­
dad, busca el 7 de tréboles normal, contrólalo y empálmalo... y mien­
tras el espectador sigue leyendo, deshacle de él (del 7 de tréboles, no del
espectador, pobrecillo).
Míiy una pequeña discrepancia... cuando ef espectador ya ha dicho
el ntimero. las cartas han sido contadas y se va a v('!tear cara arriba !a
carta de la mesa... si fuese ésta la carta escogida, en su dorso debería
verse la firma... pero los espectadores no se fijarán en ese detalle.,,
tranquilla sm probiecnas.
i’ara el caso de que la caria en ia niesa sea el 7 de tréboles normai
(posibilidad muy improbable), procura ser tú ci que ia voltee cara arri­
ba y, si al hacerlo, ves que es el 7 de tréboles, di antes de que lo vean
los espectadores; Huy. ésta no. Sin enseñarla, ponía dentro de la baraja
y di: Será ia siguiente. Pon sobre la mesa la carta superior det mazo y
continúa ei efecto como está explicado.
Por último, cuando el espectador llega a la última página (la carta),
deténle y, para recalcar el efecto, di; ¿Qué ocurre^ Hay una tarta... Vn
siete de tréboies (observa que dices un siete de tréboles, no el siete de
tréboles) agujereado y encuadernado en la libreta... pero usted lo firmó
por el dorso... ^^Quiere voltearlo^
Fi espectador volteará el siete de dorso, fin cuanto lo haya hecho, y
para í¡iíc los demás espectadores puedan apreciar bien el efecto, cógele
ía libreta, muestra el siete encuadernado y di excitado; ¡ Tiene una fir ­
ma! ¿Quieres decirnos si ésta es tu firma'... Pide al espectador que lo
firmó si reconoce su rúbrica.... éste asen!irá. Muestra de nuevo el siete
por un lado y por otro, mostrándote tu mismo asombrado, mientras
agradeces los aplausos c, incluso, si quieres, regala ia libreta con el siete
a cualquiera de tus espectadores... que no podrán encontrar solución
para el misterio.
¡jFs un milagro!!

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