Filosofía medieval (s.

XIII)

Representa la ortodoxia de la época. Trata de proteger el dogma de los progresivos ataques de una doctrina que se interpreta como
Agustinismo pagana: el aristotelismo.
Hay dos direcciones, la de Oxford (R. Bacon) y la de París (san Buenaventura).
La Iglesia contempla con recelo las obras de Aristóteles, por contener elementos incompatibles con la ortodoxia católica.
Aristotelismo La conciliación de la filosofía de Aristóteles con las exigencias del dogma es iniciada por Alberto Magno y culminada por su discípulo
Tomás de Aquino
Tomás de Aquino
Razón y fe, filosofía y teología, pese a su autonomía, deben y pueden colaborar en la búsqueda de la verdad.
La razón humana conoce de forma imperfecta la esencia de Dios y tiene unos límites que sólo pueden ser ampliados por la fe. Razón y fe
tienen contenidos propios y específicos, pero también contenidos comunes. Son autónomas e independientes, no puede existir
Razón y fe contradicción entre los contenidos de ambas y deben ayudarse mutuamente: la razón ayuda a la fe para construir la teología y la fe a la
razón como criterio extrínseco negativo de sus conclusiones.
Aunque la proposición “Dios existe” es evidente de suyo, para nosotros no lo es. Es preciso, por tanto, demostrar la existencia de Dios.
Rechazado el argumento ontológico de Anselmo de Canterbury (prueba a priori), las pruebas que ofrece son las denominadas “cinco
vías”, (pruebas a posteriori) en las que se remonta a Dios, como causa, a partir de sus efectos (las criaturas).
Teología-Dios Las “cinco vías” para demostrar la existencia de Dios son: por el movimiento, de la causalidad, por la contingencia, por los grados de
perfección y la vía teleológica.
Las “vías” comparten una estructura común: parten de un hecho real, aplican el principio de causalidad, niegan la posibilidad de un
proceso infinito de causas y concluyen en Dios.
El conocimiento que se puede tener de Dios es siempre imperfecto, de semejanza con las criaturas pero en distinta proporción. Propone
las vías negativa, afirmativa y de eminencia.
Es fundamental, para la concepción del mundo tomista, admitir en las criaturas una distinción real entre esencia y existencia. Son seres
Metafísica contingentes.
(distinción Por contraposición a los entes finitos y creados, Dios se configura como un ser especialísimo, en el que la esencia (lo que es) se
entre esencia y confunde con la existencia (el hecho de que sea). Es el ser necesario.
existencia) El universo tomista está estructurado a la manera aristotélica, con arreglo a diversas estructuras binarias: materia-forma, esencia-
existencia, potencia-acto. De estas parejas de opuestos, la fundamental resulta ser la de “ser-en-potencia”-“ser-en-acto”. Dios es acto
puro y la existencia misma.
Antropología El ser humano es la unión sustancial del cuerpo-materia y alma-forma. El alma humana tiene tres facultades: vegetativa, que posibilita
El ser humano la alimentación y el desarrollo; sensitiva, posibilita las sensaciones, deseos y movimiento; y la racional, posibilita el pensamiento
(subsistente, inmortal e incorruptible).
Epistemología La teoría del conocimiento tomista es realista: parte de las realidades sensibles, particulares, y por un proceso de abstracción se
Tª del cto. remonta progresivamente a la esfera de lo inteligible y universal.
La ley eterna representa el gobierno de Dios sobre el universo, siendo la razón de ser de la ley natural, que es la participación o acceso
de las criaturas racionales a la ley eterna.
Tª Moral y La persona actúa correctamente cuando sigue la ley natural que le dicta su razón. La ley natural es el hábito de la razón práctica
Social (sindéresis), su forma de actuar habitualmente, que se encuentra de forma universal, invariable e indeleble en la razón.
Somos libres para obrar de un modo u otro, pero no lo somos a la hora de elegir las normas y principios morales.
Ética y política La ley positiva es el conjunto de preceptos derivables de las leyes de la razón natural que regulan la conducta de las personas en un
marco histórico concreto. Si contradijera la ley natural, sería una ley injusta.
La monarquía, orientada al cumplimiento del bien común y limitada por otros núcleos de poder, es la forma idónea de gobierno.