MISA CRISMAL

2018

MONICION DE ENTRADA

Hermanos: Celebramos hoy la fiesta de la unidad diocesana,

unidos a todo el Pueblo de Dios.

Esta misa en la que nuestro obispo Monseñor; Enrique Pérez

Lavado preside concelebrando con los presbíteros, es la expresión
de la comunión que existe entre los sacerdotes y el obispo.

Es la fiesta de la fidelidad sacerdotal; es la renovación de sus

promesas sacerdotales, una gozosa y total fidelidad a Dios, a la
Iglesia y a los hombres.

Es la Eucaristía de la bendición de los Santos Óleos y la

consagración del Santo Crisma, a través de los cuales seguirá
construyendo la unidad diocesana, el Pueblo Santo de Dios, la
Iglesia.

Unámonos en el amor y en la participación de la gracia de

Cristo poniendo todo nuestro ser en esta acción litúrgica.

Nos ponemos de pie y recibamos a nuestro Obispo, Monseñor

Enrique y al Clero de nuestra Diócesis.
 MONICIÓN DE ENTRADA

Nos hemos reunido para celebrar a Cristo, Palabra y Eucaristía.

Es la celebración que manifiesta la unidad del presbiterio con su

Obispo, la comunión de éste con los demás sucesores de los
apóstoles, y la de todos ellos con el Vicario de Cristo y Sucesor de
Pedro.

Hoy, nuestro Obispo Diocesano, Monseñor Enrique Pérez Lavado,

bendecirá los Santos Óleos y consagrará el Santo Crisma los
cuales se emplearán en la administración de los Sacramentos para
el bien espiritual de los fieles.

También, nuestros sacerdotes renovarán sus promesas

sacerdotales, aquellas que hicieron el día de su ordenación,
destacando que, el ministerio ordenado, nunca puede reducirse
al aspecto funcional, pues afecta al ámbito del «ser», esta
renovación les invita a fortalecerse en el espíritu de Dios para
actuar en la persona de Cristo, cada vez con mayor conciencia
de ser ministro de Jesús, Cabeza y Pastor de la Iglesia.

Nos ponemos de pie y recibamos a nuestro Obispo, Monseñor

Enrique y al Clero de nuestra Diócesis.
 MONICION GENERAL DE LAS LECTURAS

La Palabra de Dios nos ofrece un ejemplo elocuente de las

Escrituras por parte de Jesús en el pasaje de la sinagoga de
Nazaret.

“Hoy se ha cumplido la Palabra.” El hoy inaugura el tiempo de la

salvación, la salvación deseada, su Verbo, su Hijo único, toca
nuestro corazón. Es realmente la Buena Noticia y no sólo una
buena promesa.

Bendito seas, Dios, que cumples Tú palabra: que nuestro hoy que
pasa se abra y florezca en eternidad, en encuentro para siempre.

Impregnados por la fuerza de Jesús, el “Ungido;”

Dispongamos nuestro corazón para acoger la Buena Nueva

Escuchemos con atención y dedicación…

 RENOVACION DE LAS PROMESAS SACERDOTALES

La comunión del presbiterio con su Obispo, Padre y Pastor de esta

Diócesis, expresada en la concelebración eucarística y en la
bendición de los oleos se convierte en el espacio privilegiado para
renovar las promesas sacerdotales realizadas por cada sacerdote el
día de su ordenación, siendo éstas una manifestación de la fidelidad
a Cristo, a la Iglesia y a los hombres.

Acompañemos en este momento a nuestros Pastores, orando

en silencio…
 PROCESIÓN DE LOS OLEOS:

Ahora participaremos solemnemente de la Bendición de los Óleos y

la Consagración del Santo Crisma.

Óleo de los enfermos.

Es materia del Sacramento de la Unción que robustece el cuerpo y

el alma para significar la fuerza y el consuelo que Dios da en la
debilidad.

Acompañan al Ministro que presenta el ánfora con el Santo Óleo,

algunos miembros del equipo de Pastoral Social y de Salud de
nuestra Diócesis.
(Después de la oración del obispo)

Óleo de los Catecúmenos

Que será utilizado en el bautismo, para que el poder de Cristo

Salvador los fortalezcan en la fe y con fervor entiendan más
profundamente el Evangelio de Cristo que los protege contra las
insidias del maligno. Invitándoles a trabajar con ánimo en la vida
cristiana y se alegren de formar parte de la Iglesia santa

El Óleo es presentado por un ministro y por algunos adultos que

recibirán el Bautismo en la Vigilia Pascual.
(Cuando termina la oración el Obispo)

Santo Crisma.

Toma su nombre del mismo Cristo, esto es, del “Ungido de Dios.”
Representa la Dignidad de cada uno de sus hijos que es Templo de
la Trinidad.

Con el Crisma somos ungidos en el bautismo, haciéndonos

partícipes de Cristo, sacerdote, profeta y rey.

Por este Santo Crisma nos es transmitido el Espíritu Santo en la

Confirmación, para dar testimonio de Jesús y comunicar nuestra fe.
También es utilizado en la Ordenación de los sacerdotes, y en la
consagración de los Obispos, manifestando así, que son
consagrados a Dios en favor de todo el Pueblo.

El Santo Crisma es presentado por un ministro acompañado por un

grupo de jóvenes y adultos que se preparan para recibir el
Sacramento de la Confirmación y por dos Seminaristas que aspiran
poder ser ungidos con él al recibir el Sacramento del Orden.

Bendición de los Óleos y Consagración del Santo Crisma

BENEDICTIO OLEI INFIRMORUM

Antes de la doxología conclusiva de la Plegaria Eucarística, cuando no se ha
efectuado ya, tiene el rito de la bendición del Óleo de los enfermos

El Obispo procede a la bendición del Óleo de los enfermos,

con el que la Madre Iglesia, en nombre de Cristo, hace sentir el
consuelo de Dios a quienes sufren en el cuerpo o en el espíritu.

BENEDICTIO OLEICATECUMENORUM ET CONSECRATIO

SANCTI CHRISMAE
Luego de la Oración después de la comunión, cuando no se ha realizado antes,
tiene lugar el rito de la bendición del Óleo de los catecúmenos y el de la
consagración del Santo Crisma:

Alimentados con la Eucaristía, plenitud de todos los demás

sacramentos y sacramentales, participemos ahora en espíritu,
de la bendición del Óleo de los Catecúmenos y de la
Consagración del Santo Crisma.
Una vez que ha sido bendecido el Óleo de los enfermos, y luego de la monición
que precede a la plegaria de la consagración del Crisma, el Obispo sopla sobre
este Óleo que acaba de confeccionar (Cf.CE,290;PR,25), imitando el gesto del
Señor Resucitado en el día octavo de su Resurrección. Puede leerse la
siguiente guía explicativa:

El Obispo sopla sobre el Santo Crisma, imitando a Jesús

Resucitado en el momento pascual de la institución del
sacramento de la Reconciliación, y evocando uno de los tantos
gestos con los que la Iglesia quiere significar la transmisión del
Espíritu Paráclito, que todo lo renueva y santifica.