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EL DERECHO DEL TRABAJO COMO CATEGORIA HISTORICA

I. PREMISA
EL derecho del trabajo es surgido en el marco de un sistema de producción determinado y
una forma de organización social específica, como respuesta a sus contradicciones
intrínsecas.

II. LA PREHISTORIA DEL DERECHO DEL TRABAJO


El derecho de trabajo sirve para designar la respuesta integradora que proporciona el derecho al
conflicto de intereses derivado de la explotación de una modalidad muy singular de trabajo.
EL periodo histórico donde posee un papel preponderante dentro del sistema económico y reclama
una ordenación jurídica especializada, en los albores del siglo XIX. El derecho de trabajo es una
categoría cultural fruto del sistema capitalista industrial.
El trabajo asalariado (con condiciones de ajenidad y dependencia) así como conflictos de intereses
alrededor de un aprovechamiento de su rendimiento, han existido, de una forma u otra, en
formaciones precedentes al capitalismo.
Dos son las principales bolsas históricas de trabajo prestado en condiciones de ajenidad y
dependencia, previo a la formación de las sociedades capitalistas: el arrendamiento de servicio
romano y el trabajo al interior de los gremios medievales
a) El arrendamento de servicio como excepcion del regimen de esclavitud
En la antigüedad el aprovechamiento del trabajo del hombre fue la esclavitud. Basada en una
relación de dominio o propiedad sobre el sujeto que desarrollo el trabajo. El esclavo no era
considerado jurídicamente una persona, susceptible a ser titular de derechos.
Ya en esta etapa se puede detectar formas incipientes de trabajo por cuenta ajena en régimen de
libertad. En los inicios de la Roma republicana, aumento de la población en el agravamiento de
hombre libre no propietarios, determinaron que estos, plebes y esclavos manumitidos, acudieran
al mercado a ofrecer servicios para realizar tareas de carácter físico o manual. Los juristas
romanos aplicaron a estas nuevas relaciones las reglas ya conocidas de arrendamiento de
esclavos ajenos.
Se presentó la necesidad distinguir de este el arrendamiento de los hombres libres, que poseían
un status personal y solo temporalmente. Surgido entonces la locatio conductio operarum como
un desgajamiento del arrendamiento de cosas, que sirve para designar el del hombre libre. Una
nueva separación locatio conductio operarum entro los supuesto en los que se requeria aprovechar
la actividad misma del deudor de trabajo (operae), y la ejecución de obra (opus). De esta forma
apareció el locatio conductio operis, para tipificar la última modalidad.
Dos diferencia básicas. La primera aparece en la institutas de Justiniano, en relación al objeto del
contrato: el trabajo mismo en la locatio conductio operarum y la obra en la locatio conductio operis.
La segunda calificada por la escuela de bizantina fundada en el deber de obediencia: en la locatio
conductio operarun estaba el locador obligado a obedecer al conductor, mientras que en locatio
conductio operis quedaba el arrendador de la obra en libertad para desarrollarla conforme a sus
conocimientos y habilidades.
El locatio conductio operanrum es un antecedente del actual contrato de trabajo, en términos
materiales (un supuesto de prestación de servicios) y términos técnicos (elemento básico que
presiden su configuración coinciden en lo esencial con los términos materiales). En ambos casos,
el titulo jurídico se produce la trasferencia de los frutos de trabajo.
b) El trabajo en los greminos en el contexto denominado por la servidumbre
La sociedad feudal sentó sus bases sobre el trabajo en régimen de servidumbre de los siervos de
la gleba. Estaba constituido por la existencia de un complejo nudo de relaciones entre el siervo y
señor; el primero debía al segundo fidelidad y trabajo, a cambio de protección y el usufructo de la
tierra.
El siervo posee un status persona, obligado a trabajar. El tipo de volición le es negado el de
disponer su actividad, es de igual forma a la esclavitud, pero de menor intensidad. Se desarrolló
formas de prestación de trabajo libre por cuenta ajena, localizados en ciudades liberados de
domino señorial y desenvolviendo natural de los gremios. Se dio la cesión voluntaria de los frutos
propios del trabajo a cambio de una contraprestación, los servicios por salario. El locatio conductio
operarum sirvió de cobertura y al actual contrato de trabajo. Existió una regulación específica
semejante a las normas actuales laborales, a través de las ordenanzas gremiales.
III. SUBSTRATO SOCIOECONOMICO: EXPLICA NACIMIENTO DEL DERECHO DE
TRABAJO. Se dan las primeras condiciones para la aparición del derecho de trabajo por:
a) Generalización de la prestación del trabajo asalariado
b) Transito del régimen feudal al sistema capitalista
Pero el punto de partida real vino dado por su inexistencia, la constatación de la incapacidad de
dar solución a:
a) Conflictos por la explotación del trabajo asalariado
b) Insuficiencia de la respuesta jurídica en el derecho de trabajo
A) Formación del sistema de producción capitalista y centralidad del conflicto capital-
trabajador asalariado
A fines siglo XVII se da la caída régimen feudal, libertad sujetos económicos, se necesita vender
la fuerza de trabajo, como resultado de dos procesos históricos:
La revolución industrial: notable incremento de la productividad y considerable reducción de los
costes de producción, la mecanización introdujo la división y jerarquización del trabajo. El
trabajador perdió el control del proceso productivo, se convirtió en pieza intercambiable, los dueños
asumieron dirección de los procesos de producción.
Las revoluciones burguesas: se da nueva clase de burgueses propietarios con poder político,
eliminan trabas al libre intercambio de mercancías y contratación de la fuerza de trabajo, la
intervención estatal era considerada como una distorsión de la libre competencia. El resultado fue:
sistema de producción basado en explotación del trabajo asalariado controlado por dueños capital.
División estructura social en:
a) Trabajadores asalariados: vendían su fuerza de trabajo para subsistir
b) Empresarios capitalistas: propietarios de los medios de producción se sirven y explotan a los
trabajadores.
B) Insuficiencia modelo liberal individualista: regulación de relaciones laborales y
consecuencias sociales
Supuso:
a) La supresión del régimen corporativo: el control de la producción y fuerza de trabajo les
resultaba obstáculo para creación de nuevas empresas y libre contratación de trabajadores.
b) La prohibición de agrupaciones profesionales: se tipifica como delito su fin impedir
reconstitución de corporaciones gremiales e impide el interés de la clase trabajadora.
c) Inclusión de relación obrero-patrono: tipificación como un contrato de arrendamiento de
servicios cuyas condiciones eran impuestas por los empresarios y aceptadas por el estado de
necesidad de los trabajadores, convirtiéndose en un auténtico contrato por adhesión.
Deplorable estado de clases trabajadoras: surge el germen del derecho del trabajo.
IV. EL «DOBLE ORIGEN» DEL DERECHO DE TRABAJO: Se desarrollaron dos fenómenos: El
movimiento obrero y la legislación obrera, el derecho del trabajo es el resultado de ambos
procesos.
a) La auto tutela colectiva como punto de partida: Se dio la sustitución de la autonomía individual
por la autonomía colectiva como eje de la regulación de las relaciones laborales, el propósito
que animó su formación fue desde un inicio el de poner fin a la contratación individualizada de
las condiciones de trabajo, imponiendo al empresario una incipiente negociación colectiva de
las mismas, rompiendo su resistencia mediante el recurso a la huelga. Antes de la irrupción
de la legislación tuitiva aparecen en diversos países los primeros colectivos reguladores de
condiciones de trabajo, conseguidos con grandes dificultades por las asociaciones de trabajo,
y aún carentes del respaldo del ordenamiento jurídico.
b) La intervención del estado como respuesta defensiva: La legislación obrera desarrolló una
normativa específica de las condiciones de trabajo en la industria, encaminada a poner límites
a la explotación de la fuerza de trabajo, las normas expedidas se proyectaron hacia la
protección de los segmentos más débiles de la clase trabajadora (las normas sobre el trabajo
de los menores y las mujeres constituyen el punto de partida en casi todos los países).
Surgieron medios jurisdiccionales específicos, dirigidos a facilitar la accionabilidad de los
derechos que éstas concedían a los trabajadores. En esta etapa, existió un primado absoluto
de la norma estatal sobre cualquier otra fuente de regulación de las relaciones laborales,
apareciendo el Estado como único poder normativo, que relegó a la esfera de la ilegalidad a
las demás manifestaciones normativas autónomas provenientes de la actividad de los grupos
profesionales.
c) El Derecho del Trabajo como síntesis de ambos procesos: Se produjo el reconocimiento de la
efectividad de sus medios de acción colectiva, este reconocimiento se manifestó a través de
tres aspectos normativos vinculados entre sí: a)El otorgamiento de eficacia jurídica a los
convenios colectivos, b) La atribución a los sindicatos de una función en la fijación de las
condiciones de trabajo y la defensa de los intereses de los trabajadores, y c) la
«normalización» de los conflictos colectivos de trabajo y del recurso a medidas de presión. El
desarrollo y perfeccionamiento de los contenidos de la legislación laboral, empezó a
configurarse como un corpus normativo unitario, dotado de una cierta complejidad y
sistematicidad propias, surgió así la convicción de que el trabajo asalariado se encontraba
regido por un estatuto de perfiles propios, ajeno a los típicos de la contratación civil, al que
convenía denominarlos Derecho del Trabajo, el elemento unificador de la construcción de esta
nueva disciplina vino dado por la figura del contrato de trabajo. El derecho de trabajo para de
la autonomía a la heteronimia, en la medida en que introduce en la relación laboral reglas
estatales «protectoras», que se imponen a las partes al margen de su voluntad, y de lo
individual a lo colectivo, en cuanto crea instrumentos idóneos para articular del lado de los
trabajadores un «contrapoder» social, que permita un resurgimiento de la autonomía, pero
transformada en autonomía colectiva.
V. LA FUNCION HISTORICA DEL DERECHO AL TRABAJO
a) La integración del conflicto capital-trabajo asalariado como finalidad última de las
normas de Derecho del Trabajo.
La necesidad del Estado liberal de canalizar el conflicto de intereses entre trabajo asalariado
y capital, a partir del momento en que este pasa a situarse en el centro de las
contradicciones sociales, imponiéndole un cauce de desenvolvimiento compatible con la
permanencia del sistema de producción capitalista y el tipo de sociedad a él vinculado, es
decir comprobada la imposibilidad de suprimir la contraposición de intereses entre
trabajadores y empresarios y sus manifestaciones conflictivas, el derecho del trabajo
emerge como instrumento dirigido a reconducir este enfrentamiento, evitando que se
manifieste de forma incontrolada o ponga en peligro la estabilidad del sistema social.

b) La introducción de mecanismos equilibradores como instrumento indispensable


para la consecución de los fines institucionales del Derecho del Trabajo.
La contemplación de derecho de trabajo como instrumento de composición del conflicto laboral,
incluso se le añade la idea de la búsqueda del equilibrio de intereses, no permite desvelar en
toda su magnitud la esencia de éste. El contrato de trabajo establece una relación fundada en
la idea misma de la desigualdad; una relación dentro de lo cual la voluntad del trabajador no
solo se compromete, sino que se somete al poder de decisión del empresario.
Existen mecanismos: la intervención normativa del Estado, dirigida a establecer desde fuera
del contrato condiciones mínimas de trabajo y reglas de tutela de la persona del trabajador, y
el reconocimiento de los derechos de auto-organización, negociación colectiva y huelga de los
trabajadores.
La integración del conflicto laboral como fin último y la introducción de mecanismos
equilibradores como instrumento imprescindible para su consecución son, de este modo, los
dos elementos cuya inescindible conjunción permite dar plena cuenta de la funcionalidad del
Derecho del Trabajo como disciplina jurídica.
VI. EL DERECHO DEL TRABAJO DE LA CRISIS.
La crisis instalada en la economía de los países industrializados a partir de la década de los
setenta haa desencadenado un amplio proceso de revisión critica de las pautas tradicionales
de crecimiento del derecho del trabajo .por tanto es necesario analizar cuales son sus
repercusiones sobre la configuración institucional del derecho del trabajo para determinar si
son portadoras de una mutación en sus rasgos esenciales.
Estas influencias notorias que ha recibido el derecho del trabajo han introducido
componeantes inéditos en su configuración institucional, para hacerla más sensible a una
realidad cada vez menos uniforme y estable y aun mayor protagonismo de la autonomía
colectiva e individual.
es así como se asiste en la mayor parte de ordenamientos el diseño de soluciones normativas
mas abiertas a la diversidad y el cambio, el recurso a la negociación colectiva , a la
contratación individual, estos como instrumentos de adaptación de las condiciones de trabajo
a las circunstancias en las que las empresas han de desarrollar au actividad.
Como resultado de esto se produce una modificación en el juego de las fuentes reguladoras
del derecho del trabajo, que altera su configuración dinámica, al dar lugar a un distinto reparto
de competencias entre la ley y los convenios colectivos y un cierto fortalecimiento de la
autonomía contractual, es así que se produce una triple mutación en el seno del ordenamiento
laboral:
a. la dedicación de una mayor atención en el bosquejo de las instituciones a la presencia de
elementos que favorezcan una adaptación flexible de las condiciones de trabajo.
b. el reconocimiento de un rol más amplio y consistente a la autonomía colectiva.
c. la asignación de mayores margenes de decisión a la contratación individual.
Lo que se persigue con esto es satisfacer la intensa demanda de los sectores empresariales
de contar con instrumentos de gestión de la fuerza de trabajo dúctil y flexible con lo que hacer
frente a la nueva situación económica y productiva generada por la crisis. Esto tampoco quiere
decir que la intervención estatal protectora haya desaparecido de los mismos. Pues no puede
negarse que el ordenamiento laboral sigue persiguiendo reequilibrar la situación de
desigualdad de poderes que caracteriza las relaciones laborales.
Estos avances resultan importantes en la última etapa en el terreno a la tutela de la persona
del trabajador: protección contra los actos de discriminacion, reconocimiento de la eficacia de
los derechos fundamentales dentro de la empresa, tutela de la salud y la seguridad en el
trabajo, etc.
el hecho de que la desigualdad de posiciones que hace necesaria la intervención del derecho
del trabajo siente sus raíces sobre la estructura misma de esta, permite aventurar que esta
disciplina no solo subsistirá mientras el trabajo asalariado continúe actuando como soporte del
sistema productivo, sino que habrá de hacerlo proveyendo instrumentos compensadores de
dicha desigualdad, no idénticos a los actuales sino combinados de diferente manera e
intensidad en cada etapa, en función a las variables politicas , económicas, sociales o
productivas que entonces entren en juego (función objetiva y duradera). Conviene tener
presente que la presencia de mecanismos de contrapeso es instrumentalmente indispensable
para la consecución de dicho equilibrio su presencia es esencial mientras la subordinación
continúe siendo el vehículo a través del cual se articulen las relaciones entre los hombres en
el mundo del trabajo.

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