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Servicios Básicos.

El acceso a los servicios básicos que hacen posible tener vivienda digna
para la población, es otro indicador de las condiciones favorables en el
bienestar social y por tanto en el nivel relativo de desarrollo, el hecho que
las coberturas en servicios de agua potable, drenaje sanitario y energía
eléctrica se vean incrementadas a favor de una mayor población
reduciendo así las disparidades sociales, sugieren un mejor nivel de
desarrollo al reducir en este mismo sentido las enfermedades y aumentar
la calidad de vida que finalmente significa acumulación de capital humano.

Un servicio básico de primer orden, fundamental en los aportes al


bienestar social, es el acceso al agua de calidad indispensable para
satisfacer las necesidades de la población, sobre este particular, la
cobertura del servicio medida por el número de viviendas con servicio de
agua entubada sufrió un decremento tanto a nivel estatal como regional,
situación que se explica por el crecimiento muy dinámico del número total
de viviendas y crecimiento menor o incluso estancamiento de la
infraestructura para la captación y distribución de agua entubada. En
1970, el número de viviendas con servicio de agua entubada (no
necesariamente potable), era del 100% tanto a nivel estatal como
regional, sin embargo, en el año 2000, esta proporción se calcula en un
84.4% en el estado de Nayarit y 86.4% en la región costa sur, es decir, se
observa una pérdida en la cobertura del servicio en viviendas en un 15.6%
y 13.6% respectivamente, mostrando con ello que la dinámica en el
crecimiento de la población rebasa las posibilidades de respuesta del
sector público para atender la demanda del servicio, mostrándose
disparidades y por tanto deterioro del nivel de vida de la población estatal
y regional.

El esfuerzo del sector público para atender esta problemática ha sido


importante y puede verse si se toma en cuenta que a pesar de la baja en la
cobertura, el número de viviendas atendidas con servicio de agua
entubada se ha incrementado durante el periodo en un 92.7% a nivel
estatal y en un 155.4% en la región costa sur, a una velocidad
correspondiente a una tasa media de crecimiento anual del 2.2% estatal y
3.2% regional.

Al revisar la cobertura del servicio de agua entubada expresada en


términos de número de personas atendidas considerando el porcentaje de
ocupantes en viviendas que cuentan con el servicio, es posible apreciar un
comportamiento positivo ya que se ha incrementado del 46.6% en 1970 al
83.9% a nivel estatal, mientras que en la costa sur el incremento fue del
40.8% al 86.7% porcentaje por arriba de la cifra del estado.

Es claro ver que la dinámica poblacional y de vivienda que ha generado el


incremento de la actividad turística en la región ha presionado sobre la
demanda del servicio de agua entubada y en general de otros servicios,
requiriendo mayor atención e inversión de parte del sector público para
satisfacer estas necesidades, sin embargo, los esfuerzos realizados no han
sido suficientes en la medida en que al menos en el año 2000 existía una
proporción muy relevante del 13.3% que no contaba con este servicio de
vital importancia. (Cuadro y Gráfica Número 47 y 31).

Respecto al servicio de drenaje sanitario, condición igualmente necesaria


en el bienestar social como el servicio de agua de calidad, presenta gran
problemática tanto a nivel estatal como regional. Puede decirse que la
cobertura de servicios de drenaje sanitario durante el periodo de 30 años
que representa del año 1970 al 2000 ha mostrando como tendencia un
crecimiento lento a lo largo del tiempo, siendo éste más favorable en la
región costa sur empujado por la dinámica del sector turismo sin que ello
signifique que el problema sea menor en cuanto a la captación,
tratamiento y disposición de aguas residuales.

La cobertura del servicio de drenaje sanitario a nivel estatal, medida en la


proporción de viviendas con acceso al servicio, se registraba en 1970 en
un 22.1%, en tanto en la región el parámetro ascendía al 18.6%, sin
embargo, para el año 2000, tuvo un incremento llegando al 79.8% a nivel
estatal y al 86.8% en la región costa sur, mostrando un mejoramiento muy
sustancial pero insuficiente ya que el 13.2% de las viviendas no contaban
con el servicio siendo una proporción muy representativa que aportaba
contaminación y mostraba deterioro en su nivel de bienestar.

El problema se percibe en su verdadera dimensión si se observan los datos


referentes a la cobertura del servicio de drenaje sanitario en términos de
atención a las personas, medida en el porcentaje de ocupantes de las
viviendas con conexión a los sistemas de drenaje. En 1970, este porcentaje
a nivel estatal solamente era del 22.2% y en la región costa sur del 18.4%,
para el año 2000 la cobertura no se mejoró con suficiencia al llegar al
23.0% a nivel estatal y 23.3% a nivel regional, mostrándose nuevamente la
gran presión que se genera por el crecimiento poblacional motivado por la
actividad turística a pesar de que en términos de incremento total la
cobertura en la región haya registrado de inicio del periodo al final del
mismo un 168.8%. La década de 1980 a 1990 es la que muestra mayor
dinámica en el incremento de la cobertura de este servicio en la región,
estancándose en la década de 1990 a 2000. (Cuadro y gráfica número 48 y
32 respectivamente).

Durante el periodo 1970 a 2000, la cobertura de los servicios de energía


eléctrica creció sostenidamente tanto en el estado de Nayarit en su
conjunto como en la región costa sur. Este servicio es el que mayor
cobertura registra, indicando con ello una aportación importante a los
niveles de bienestar general.

En Nayarit, la proporción de viviendas con servicios de energía eléctrica


pasó del 58.1% al 94.9%, lo cual es muy significativo, en la región costa
sur, el comportamiento fue en el mismo sentido pero más acentuado al
pasar de una proporción del 55.4% al 95.7%. La velocidad del crecimiento
en la atención de la población con este servicio fue mayor en la región
costa sur ya que registró una tasa media de crecimiento anual en los 30
años analizados de un 5.6% superior a la tasa estatal que fue del 4.5%.

En este comportamiento puede decirse que el turismo tuvo influencia en


acelerar la dotación de este servicio, observándose en la década del 1980
a 1990 un número muy substancial de viviendas que se sumaron a la
obtención de la energía eléctrica, el servicio se incrementó de principios al
final de la década en un 60.8%. (Cuadro y Gráfica números 49 y 33).

Por otra parte, la cobertura del servicio de energía eléctrica en términos


de personas, tuvo un comportamiento similar a la cobertura en términos
de número de viviendas, a nivel estatal pasó del 59.4% ocupantes de
viviendas con servicio en 1970 al 94.3% en el año 2000, en la región estos
indicadores registraron una modificación del 56.7% al 95.8%
respectivamente. Igualmente, el incremento de la cobertura regional se
registró en la década de 1980 a 1990 con un 40.6%.

Esta información indica que el proceso de urbanización que ha sufrido la


región costa sur ha favorecido el otorgamiento del servicio de energía
eléctrica con alta eficiencia por parte de la empresa paraestatal que lo
ofrece, sin embargo, aún no hay cobertura total. (Cuadro y Gráfica
números 50 y 34).

En resumen se aprecia que en los servicios básicos de agua entubada,


drenaje sanitario y energía eléctrica y su acceso a ellos por parte de la
población, ha existido mejoramiento en la región costa sur durante el
periodo 1970 a 2000, particularmente en la década que comprende de
1980 a 1990 en donde la actividad turística ha crecido, sin embargo, con la
información presentada es posible observar que el mejoramiento no ha
sido suficiente, particularmente en lo referente a agua entubada y drenaje
sanitario en los que la cobertura muestra al final del periodo la presencia
de proporciones significativas de población aún sin atender, acusando la
existencia de disparidades en el nivel relativo de desarrollo mismas que se
explican por el efecto que el turismo tiene en el crecimiento de la
población regional traduciéndose en una presión constante y creciente
sobre la oferta de estos servicios.

3.6. Pobreza.

Al revisar el comportamiento de atención en materia de vivienda, salud,


educación, servicios de agua, drenaje sanitario y electrificación, puede
apreciarse el nivel de vida de la población asentada en la región costa sur
como consecuencia de la utilización del turismo como estrategia para la
promoción del crecimiento. Tal como se plantea en los apartados
anteriores, la estructura social muestra disparidades que llevan a pensar
que un verdadero proceso de desarrollo regional todavía queda en
entredicho.

La pobreza es un fenómeno complejo que muestra la efectividad o


inefectividad de los procesos seguidos para alcanzar el desarrollo, se
estaría en el primer caso cuando la pobreza tiende a disminuir y en el
segundo cuando por el contrario prevalece o incluso se incrementa. El
concepto de pobreza se aplica en diferentes sentidos por parte de quienes
se han dedicado a estudiar este fenómeno, sin embargo, en general la
aplicación del concepto coincide en la existencia de carencias para
solventar las necesidades básicas relacionadas con la producción y
reproducción de la vida misma del individuo (pobreza absoluta) así como
en carencias para solventar necesidades relacionadas con la forma de vida
en relación con las posibilidades de obtener satisfactores de acuerdo a las
potencialidades de la sociedad (pobreza relativa).

La discusión conceptual y la medición de la pobreza no es el objeto de esta


investigación, por ello, se utilizará la aplicación del concepto de pobreza
relativa comparando la proporción de la población de la región costa sur
de Nayarit que registraba carencias en relación al conjunto social durante
el periodo de mayor auge de la actividad turística, identificada durante la
década de 1990 a 2000.

En México, existen instituciones que se dedican a la medición de la


pobreza, utilizando índices que se toman como indicadores que registran
capacidades para solventar las necesidades básicas, como es el caso de los
índices de pobreza por ingresos y los índices de rezago social utilizados por
el Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (CONEVAL) o el
índice de marginación utilizado por el Consejo Nacional de Población
(CONAPO).

Con la intención de profundizar en el análisis, a continuación se presenta


de manera consolidada información correspondiente a los años de 1990 y
2000 que puede generar una idea del nivel de pobreza que se registra en
la región costa sur de Nayarit utilizando algunos indicadores de rezago
social mediante los cuales puede tenerse un acercamiento a la revisión del
efecto del turismo como actividad económica central en la sociedad
regional en cuanto a la creación de condiciones para abatir la pobreza.

En apartados anteriores se revisó el comportamiento del ingreso de la


población regional de donde es importante retomar el hecho de que
durante la década de 1990 a 2000, la pobreza en función del ingreso
queda de manifiesta como fenómeno existente en la región costa sur; ya
que la proporción de población ocupada que recibía de 0 hasta 1 salario
mínimo se incrementó del 6.0% al 7.1% y particularmente la población
ocupada que no recibe ingresos pasó del 2.52% al 3.60%, indicando con
ello que durante esta década no necesariamente se produjo un
abatimiento de la pobreza.

Si se toma en cuenta al siguiente rango de ingresos conformado por la


proporción de la población que obtenía de más de 1 y hasta 2 salarios
mínimos, se muestra igualmente su incremento de 6.56% en 1990 a
10.29% en 2000. En general, esta información conduce a pensar que las
actividades económicas desarrolladas en las zonas turísticas, si bien es
cierto han aumentado las posibilidades de empleo, también incrementan
los niveles de explotación de la población al incorporar a personas (que
pueden ser mujeres y niños) a actividades productivas sin percibir ingresos
y además, quienes reciben ingresos registran en una proporción muy
importante que lo hacen en niveles bajos condicionando las posibilidades
de alejarse de la pobreza en que habitualmente viven.
Al considerar las condiciones de vida y tomar en cuenta los indicadores de
manera conjunta, relacionados con insalubridad y hacinamiento en la
vivienda, educación de la población e ingreso, es posible estimar un nivel
de pobreza a partir de rezago social si se obtiene un indicador que integre
los aspectos siguientes, los cuales tanto el CONAPO como el CONEVAL, los
utilizan como parte de los indicadores para medir marginación y pobreza
en México:

a) % de viviendas con piso de tierra

b) % de ocupantes de viviendas que no disponen de drenaje

c) % de ocupantes de viviendas que no disponen de energía eléctrica

d) % de ocupantes de viviendas que no disponen de agua entubada

e) % de viviendas particulares con 1 solo cuarto

f) % de población analfabeta

g) % de población sin primaria completa

h) % de población en localidades inferiores a 5000 habitantes

i) % de población ocupada que recibe hasta 2 Salarios Mínimos.

Para efectos de análisis, se toma como indicador integrador la mediana de


los nueve indicadores individuales lo que permite hacer una comparación
en los mismos términos para los años de 1990 y 2000, el resultado del
cálculo con base a los datos de los censos generales de población y
vivienda se muestran en los cuadros número 51 y 52.

Los datos muestran que el nivel de pobreza relativa por rezago social en la
región costa sur de Nayarit, se incrementó durante la década motivo de
análisis, en 1990 el nivel de rezago social en la región costa sur era inferior
al registrado en las regiones norte, sur y sierra; solamente la región centro
mantenía un nivel de rezago social menor que la región costa sur. En otras
palabras, puede señalarse que en 1990 los menores niveles de pobreza en
Nayarit, se encontraban en la región centro y la región costa sur, en esta
última el rezago social se explicaba principalmente por bajos niveles de
educación, dispersión de la población y su consecuencias en la cobertura
de servicios básicos, bajo nivel de ingreso y carencia de drenaje sanitario
la mediana de los nueve indicadores como indicador general del rezago
social para este año se calculó en 17.6%.

Para el año 2000, se agrava el rezago social y por tanto el nivel de pobreza
en la región costa sur, además de la región centro, la región sur del estado
reduce su nivel de rezago social, desplazando la región costa sur a la
tercera posición, en este año, el rezago social se agrava en lo referente a
la carencia de drenaje suficiente para la población, aumenta el número de
viviendas con disposición de 1 solo cuarto y aumenta la población que
recibe bajos ingresos, la mediana de los nueve indicadores como indicador
general de rezago social fue del 27.2% muy por encima del mismo
indicador calculado para 1990.

La premisa política de la Provincia del Neuquén durante la década del


sesenta presentó un marcado carácter desarrollista que, en concordancia
con lo que venía dándose a nivel nacional, suponía la ampliación de las
funciones del Estado y la estructuración de políticas sociales y territoriales
en búsqueda de un desarrollo integral. Dentro de este marco político el
turismo cumplía un rol protagónico, debido a que era uno de los sectores
económicos con mayores potencialidades por ese entonces.
En este contexto, surge el Plan de Desarrollo Turístico de Copahue-
Caviahue(1986), siendo la primera experiencia provincial de planificación
turística dirigida. La propuesta de concentrar funciones en Caviahue,
incipiente urbanización, llevó a priorizar la ejecución de obras para el
equipamiento de la planta urbana, principalmente en infraestructura de
transporte y de servicios básicos, tales como agua corriente, cloacas, gas y
electricidad.
En este trabajo se analiza la política de planificación del gobierno
provincial para el Complejo Caviahue-Copahue, centrada en lo referente a
la infraestructura de servicios básicos de Caviahue, con el objeto de
determinar el verdadero alcance de la misma. Se pretenden determinar
los resultados logrados por el Plan de Desarrollo Turístico Copahue-
Caviahue en lo referente a redes de servicios (agua, gas, cloacas y
electricidad) en relación a la proyección urbana propuesta.
Para ello se compararon los lineamientos del Plan en cuanto a servicios
básicos con las acciones realmente llevadas a cabo por los organismos
competentes a cada red.
Los resultados demostraron que lo proyectado en el Plan no se cumplió
dada una serie de factores, siendo los más relevantes la descoordinación
entre organismos responsables de cada servicio con lo proyectado en el
Plan y la insuficiente inversión público infraestructura de servicios
públicos; plan de desarrollo; política de planificación; caviahue

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