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La irreparabilidad del agotamiento de la vía previa en el

proceso de amparo
Luiggi V. SANTY CABRERA

En el presente artículo el autor realiza un análisis con relación a la STC Exp. N°


06995-20IS-PA/TC. en la que el Tribunal Constitucional establece que no basta
que la alegación de irreparabilidad sea invocada, sino que es necesario que sea
probada con razones objetivas y suficientes que doten de un grado importante
de verosimilitud a los argumentos de la demandante. En este sentid,, el autor
precisa los alcances para la procedencia del proceso de amparo en los casos en
que el conflicto derive de la relación entre los administrados y particulares.

INTRODUCCIÓN

Los hechos que originaron la STC Exp. N° 06995-2013-PA.TC materia del presente
comentario se iniciaron con el recurso de agravio constitucional interpuesto por la
empresa de Transportes y Servicios Mili-tiples Turismo Ramírez S.A. (Turami S.A.) en
adelante la recurrente contra la resolución de fojas 33, de fecha 11 de abril de 2013,
expedida por la Sala Mixta Descentralizada de Tarma perteneciente a la Corle Supe-
rior de Justicia de Junín. que declaró improcedente la presente demanda. Pues bien,
en este trabajo observaremos que el 3 de mayo de 2012, la recurrente, interpone
demanda de amparo contra la Municipalidad Provincial de Tarma en adelante la
emplazada. Pues, la recurrente solicita la tutela constitucional de sus derechos a la
igualdad, a la imagen propia, a trabajar libremente, y que, reponiéndose las cosas al
estado anterior a la vulneración:
a) Se suspenda las intervenciones que viene realizando el personal de la Policía
Municipal de Tránsito o los funcionarios de la emplazada a los conductores de
los vehículos de su flota vehicular habilitada.
b) Que la Gerencia de Servicios Municipales y la Subgerencia de Tránsito v
Transporte de la emplazada dispongan que el personal de la Policía Municipal
de Tránsito no obstaculice el uso del paradero de ruta, así como de la zona de
parqueo ubicados en el Ovalo Francisco de Paula Otero; y,
c) Que la emplazada se abstenga de enviar oficios y de realizar llamadas
telefónicas a la Comandancia y o a la Oficina de Transito de la Comisaria de la
PNP Tarma, exigiendo que dicha autoridad imponga papeletas de infracciones
de tránsito a los vehículos de su flota habilitada para utilizar el paradero y la
zona de parqueo ubicado en el Óvalo Paula Otero.

En ese sentido, la recurrente sostuvo que estaba autorizada hasta agosto de 2015 por
la emplazada mediante la Resolución Gerencial N" 030-2010-GSM/MPT para prestar
el servicio de transporte regular de pasajeros urbano en la siguiente rula; BAJADA.
Retorna por el Jr. Francisco de Marini (altura del Poder Judicial), Sr Santa Ana, Av.
Castilla, Av. Vienrich, Jr Huánuco. Jr. Dos de Mayo. Av. Francisco de Paula de Otero,
continuando con su ruta normal autorizada. SUBIDA Rula normal autorizada hasta el
Jr. Callao, Av. Vienrich modificándose por la Av. Castilla. Jr. Santa Ana, Jr. Francisco
de Marini (altura del Poder Judicial) retornando por el mismo Jr. Francisco de Marini.
Jr. Santa Ana y la ruta de bajada.
Asimismo, el 15 enero de 2013, los funcionarios de la emplazada realizaron un
"operativo inopinado*' a sus vehículos debidamente habilitados, invocando la
aplicación del Decreto de Alcaldía N*02l -2012-ALC/MPT de fecha 27 de noviembre de
2012, por lo cual solicitó ante la emplazada que se suspenda las intervenciones
arbitrarias a sus vehículos y se le permita continuar utilizando el paradero de rula y de
la zona de parqueo ubicado en el óvalo Paula Otero. Sin embargo, el Juzgado Mixto
de Cajamarca, por Resolución del 14 de setiembre de 2012, declaro improcedente la
demanda, por considerar que se ha incurrido en la causal de improcedencia
contemplada en el inciso 4) del artículo 5 del Código Procesal Constitucional. Además,
en su momento, la Sala Mixta Descentralizada de Tarma, mediante Resolución de
fecha 11 de abril de 2013 declaró improcedente la demanda, por considerar que el
amparo no era la vía idónea, conforme al artículo 5 inciso 2 ) del Código Procesal.

I. EL PROCESO DE AMPARO EN EL SISTEMA JURÍDICO PERUANO

1. Inicio del proceso de amparo

El recurso de agravio constitucional está regulado en el inciso 2. artículo 200 de


nuestra Constitución Política y su reconocimiento legal, lo hallamos en el artículo 18
del Código Procesal Constitucional, que expresamente describe: "Contra la resolución
de segundo grado que declara infundada o improcedente la demanda, procede
recurso de agravio constitucional ante el Tribunal Constitucional, dentro del plazo de
diez días contados desde el día siguiente de notificada la resolución. Concedido el
recurso, el Presidente de la Sala remite al Tribunal Constitucional el expediente dentro
del plazo máximo de tres días, más el término de la distancia, bajo responsabilidad".
Ahora bien, debemos señalar que el proceso constitucional de amparo es un proceso
autónomo que tiene como finalidad esencial la protección de los derechos
fundamentales frente a violaciones actuales o a amenazas inminentes de su
transgresión. Sin embargo, debemos precisar que el proceso de amparo no protege
todos los derechos fundamentales, sino a un grupo de ellos que son distintos de la
libertad personal o los derechos conexos a ella, así como del derecho a la información
pública o del derecho a la autodeterminación informativa, que tienen, respectivamente,
procesos constitucionales específicos para su tutela. Asimismo, el proceso de amparo
tiene por finalidad, de acuerdo a lo señalado en la Constitución (artículo 200 inciso 2) y
al Código Procesal Constitucional (artículo II del Tirulo Preliminar, articulo 37 y
siguientes), la tutela de los derechos fundamentales, a excepción del derecho a la
libertad individual y el derecho a la libertad informática, ambos tutelados a través de
los procesos de habeos corpus y habeos data, respectivamente.

La regla del agotamiento de la vía


administrativa debe mantenerse dentro
de los cánones constitucionales, vin-
culándose con ta exigencia de asegurar un
debido proceso a los administrados.

2. Características del proceso de amparo: La jurisprudencia constitucional

El objeto de la demanda consiste en que cese la vulneración de su derecho a la


libertad de trabajo reponiéndose las cosas al estado anterior; y que, en consecuencia
se ordene: "que las correspondientes gerencias de la emplazada no obstaculicen el
uso del paradero de ruta, así como, de la zona de parqueo ubicados en el Óvalo
Francisco de Paula Otero y se abstengan de enviar oficios a la Oficina de Tránsito de
la Comisaría de la PNP Tarma, solicitando a dicha autoridad imponga papeletas de
infracciones al tránsito a sus vehículos debidamente habilitados a utilizar el paradero
de ruta como la zona de parqueo mencionados”. Asimismo, el agotamiento de la vía
previa como requerimiento de procedencia está previsto en el artículo 5, inciso 4), del
Código Procesal Constitucional, que prescribe: "No proceden los procesos
constitucionales cuando: "(...) 4. No se hayan agotado las vías previas, salvo en los
casos previstos por este Código y en el proceso de habeos corpus". Adicionalmente.
se establece que en el caso específico del amparo, la duda siempre favorece a dar
trámite a la demanda (artículo 45) y una de sus excepciones es que: "Por el
agotamiento de la vía previa la agresión pudiera convertirse en irreparable” (artículo
46, inciso 2)
Previamente, es importante mencionar que el Tribunal Constitucional, ha señalado en
variada jurisprudencia que la vigencia del Código Procesal Constitucional supone un
cambio en el régimen legal del proceso de amparo ya que establece, entre otras
cosas, la subsidiariedad para la procedencia de las demandas de amparo. Con ello se
cambia el anterior régimen procesal del amparo que establecía un sistema alternativo.
En efecto, conforme al artículo 5.2 del Código Procesal Constitucional, no proceden
las demandas constitucionales cuando existan vías procesales específicas, igualmente
satisfactorias, para la protección del derecho constitucional amenazado o vulnerado1.
Asimismo, el denominado amparo residual o subsidiario está previsto en el artículo 5
inciso 2) del Código Procesal Constitucional, que establece que el amparo es
improcedente si "existen vías procedimentales específicas, igualmente satisfactorias,
para la protección del derecho constitucional amenazado o vulnerado". La tesis del
amparo "residual", creada originariamente en el Derecho argentino2, acogida en
nuestro ordenamiento legal, requiere la existencia de un proceso "específico" -puede
ser para el presente caso el proceso contencioso administrativo- y que sea
"igualmente satisfactorio" para proteger el derecho constitucional vulnerado o
amenazado3. Entonces, aquí reside la labor trascendental del magistrado para
desentrañar las circunstancias que permitan abrir las puertas del proceso de amparo
o, de lo contrario, que la pretensión sea acogida mediante las vías procedimentales
específicas4. También, en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional5 este ha
precisado que el artículo 5.2 del Código Procesal Constitucional prescribe que el
proceso de amparo no procede cuando: "Existan vías procedimentales específicas,
igualmente satisfactorias, para la protección del derecho constitucional amenazado o
vulnerado, salvo cuando se trate del proceso de hábeas corpus". En cuanto a la
estación probatoria. el artículo 9 del mismo Código ha establecido que: "(...)en los
procesos constitucionales no existe etapa probatoria. Solo son procedentes los medios
probatorios que no requieren actuación, lo que no impide la realización de las
actuaciones probatorias que el Juez considere indispensables, sin afectar la duración
del proceso (...)".
En ese sentido, consideramos que los procesos constitucionales están destinados
exclusivamente a la defensa de los derechos fundamentales de la persona humana,
debiendo el Tribunal Constitucional destinar todos sus esfuerzos a la solución de
conflictos en los que se discuta su vulneración. Debe tenerse presente que el proceso
constitucional de amparo es excepcional y residual, e incluso gratuito, lo que
demuestra que el Estado tiene como función principal y prioritaria la defensa y
protección de dichos derechos fundamentales de la persona humana. Por ello,
conforme lo establece el artículo 4 del Código Procesal Constitucional, procede el
amparo contra resoluciones judiciales firmes que agravien en forma manifiesta la tutela
procesal efectiva. Al respecto, el Tribunal Constitucional ha señalado que una
resolución adquiere carácter firme cuando se han agolado todos los medios
impugnatorios legalmente previstos, pero siempre que estos tengan la posibilidad real
de revertir los efectos de la resolución que se impugna (STC Exp. N° 02494-2005-
AA/TC. f. j. 16). En este sentido, también ha dicho que por resolución judicial firme

1
SSTC E«p.N"00838-2014-PA/TC. Fj.4, Exp. N° 03114-2011-PA/TC. F.j. 4.
2
PEDRO SAGUES. Néstor. Derecho procesal constitucional 3. Acción de amparo. 2* edición. Editorial Buenos. Aires. 1988
.p.62.
3
MUELLE GONGORA. Edgard. "El amparo como tutela urgente y perentoria”. E n : Revista Jurídica, suplemento de
análisis legal del El Peruano. N° 275. Año 6. Editorial Normas Legales. Lima, noviembre. 2009. pp. 6-7.
4
STS Exp. N° 00838 – 2014- PA/TC
5
STS Exp. N°04896- 2015-PA/TC
debe entenderse a aquella contra la que se han agolado los recursos previstos por la
ley procesal de la materia (STC Exp. N° 04107-2004-liOTC.f.j.5,.
Asimismo, el Tribunal Constitucional ha determinado entre otras características qué
significa que el amparo sea considerado como proceso "subsidiario" y "excepcional",
precisando que este solo atiende requerimientos de urgencia (STC Exp. N° 04196-
2004-AA'TC) y actúa cuando las vías ordinarias no sean idóneas, satisfactorias o
eficaces para la cautela del derecho. En consecuencia si el demandante dispone de un
proceso cuya finalidad también es la protección del derecho constitucional
presuntamente lesionado, siendo igualmente idóneo para tal fin, entonces debe acudir
a dicho proceso. Además. "(...) La urgencia de tutela tiene que ser valorada por el juez
en el caso concreto, teniendo en consideración las circunstancias del caso y la
situación de la persona, eventualmente afectada o amenazada con la acción u
omisión" (STC Exp. N9 OI3X7-2009-PATC). De esta forma, debe determinarse si otro
proceso (el ordinario) no cumple con la característica de urgencia que define al
proceso de amparo, lo cual debe estar plenamente evidenciado en el caso concreto,
siendo el demandante quien tiene la carga de la prueba para justificarlo, aspecto que
no se evidencia en el presente caso.
Asimismo, solo en los casos en que tales vías ordinarias (como por ejemplo el proceso
contencioso administrativo) no sean idóneas satisfactorias o eficaces para la cautela
del derecho, o por la necesidad de protección urgente, o en situaciones especiales que
han de ser analizadas caso por caso por los jueces, será posible acudir a la vía
extraordinaria del amparo, correspondiendo al demandante la carga de la prueba para
demostrar que el proceso de amparo es la vía idónea y eficaz para restablecer el
ejercicio de su derecho constitucional vulnerado, y no el proceso judicial ordinario de
que se trate. En consecuencia, si el demandante dispone de un proceso que tiene
también la finalidad de proteger el derecho constitucional presuntamente lesionado y
es igualmente idóneo para tal fin, debe acudir a dicho proceso.
Sin embargo, es pertinente dejar señalado en el presente comentario, que a través del
precedente vinculante, establecido en la sentencia recaída en el Expediente NM
02383-2013-PA.TC del 12 de mayo de 2015 (caso Elgo Ríos Núñez). el Tribunal
Constitucional preciso que se podrá determinar que una vía ordinaria es igualmente
satisfactoria al proceso de amparo (pertinencia de vías ordinarias igualmente
satisfactorias frente al proceso de amparo) cuando se reúnan de forma copulativa los
siguientes cuatro elementos: "que la estructura del proceso sea idónea para la tutela
del derecho, que la resolución que se fuera a emitir pueda brindar tutela adecuada,
que no exista riesgo de que se produzca la irreparabilidad y que no exista necesidad
de una tutela urgente derivada de la relevancia del derecho o de la gravedad de las
consecuencias”6. En ese sentido, el primer elemento exige al juez constitucional
analizar si el procedimiento establecido por la vía ordinaria es eficiente y rápida, con el
objetivo de precisar si este tiene una estructura idónea; el segundo elemento exige
que la naturaleza de la vía ordinaria garantice la resolución debida del caso concreto;
el tercer elemento exige que no exista riesgo de que los derechos presuntamente
afectados devengan en irreparables por causa de su traslación por la vía ordinaria: y,
finalmente, el cuarto elemento exige que los derechos en cuestión no requieran de
atención judicial urgente por su alto grado de trascendencia o el de gravedad de sus
consecuencias. Por tanto, podemos decir que la ausencia de uno de estos significará
que no existe una vía idónea alternativa al amparo, y dicha vía constitucional quedará
habilitada para emitir pronunciamiento de fondo (salvo que se incurra en alguna otra
causal de improcedencia).

6
STS Exp. N° 002383 – 2013- PA/TC F.j. 15
3. El agotamiento do la vía previa y su "Irreparabilldad"

Con relación al agotamiento de la vía previa en el proceso de amparo, el Tribunal


Constitucional ha señalado en variada jurisprudencia que "(...) al respecto se debe
precisar que, si el denunciante no se encontraba conforme con el acto administrativo
que impugna o consideraba que se estaba violentando alguno de sus derechos
constitucionales, debió previamente agolar la vía administrativa, interponiendo el
medio impugnatorio correspondiente (...)"7. Asimismo."(...) Que, si bien es cierto el
artículo 27 de la Ley N° 23506 - Ley-de Hábeas Corpus y Amparo, precisa que solo
procede la Acción de Amparo cuando se hayan agolado las vías previas: pero el
artículo 28, inciso 2. de la referida Ley establece: "no será exigible el agotamiento de
la vía previa, cuando el perjuicio se luya tornado en irreparable (...)8.

La alegación de irreparabilidad no basta


que sea invocada, sino que es necesario
que sea probada con razones objetivas y
suficientes que doten de un grado
importante de verosimilitud a tal
afirmación.

Asimismo, el citado Tribunal Constitucional ha señalado que la regla general a fin de


cuestionar actos administrativos es la obligatoriedad de agotar las vías previas, lo que
está dispuesto en el artículo 45 del Código Procesal Constitucional9. Pues bien, el
agotamiento de las vías previas es una causal de improcedencia, prevista tanto por la
derogada Ley N" 23506 como por los artículos 45 y 5, inciso 4) del Código Procesal
Constitucional vigente10. Es así que una finalidad de la exigencia del agotamiento de la
vía previa es: "(...) dar a la Administración Pública la posibilidad de revisar decisiones,
subsanar errores y promover su autocontrol jerárquico de lo actuado por sus instancias
inferiores, reforzar la presunción de legitimidad de los actos administrativos, para que
no llegue al cuestionamiento judicial, actos irreflexivos o inmaduros; y limitar la
promoción de acciones judiciales precipitadas contra el Estado (—)11". En ese sentido,
esta norma subyace la idea de que las anomalías que pudieran cometerse dentro de
un proceso regular deberán ventilarse y resolverse dentro del mismo proceso,
mediante el ejercicio de los recursos que las normas procesales específicas
establecen, pues la acción de amparo no reemplaza a otros medios de defensa judicial
ordinaria, sino solo cuando exista vulneración de los derechos fundamentales. Por lo
tanto, la demanda debe ser declarada improcedente12.

Conforme a lo anteriormente señalado, podemos constatar que la exigencia del


agotamiento de las vías previas debe ser interpretada de manera restrictiva, en la
medida en que constituye un obstáculo al ejercicio de los derechos fundamentales, en
concreto, al derecho a la jurisdicción. Por tal motivo, debe aplicarse un criterio de
flexibilidad, prohomine. que evite que la citada exigencia derive en un formalismo inútil
que impida la justiciabilidad de la administración13. Por tanto, es evidente que la regla
del agotamiento de la vía administrativa debe mantenerse dentro de los cánones
constitucionales, vinculándose con las exigencias propias de la administración, contó

7
STS Exp. N° 03778 – 2004- AA/TC
8
Idem
9
STS Exp. N° 06780 – 2008- PA/TC
10
Artículo 5 - "No proceden los procesos constitucionales cuando: (….) 4) No se hayan agotado las vías previas salvo
en los casos previstos por el Código y e n el proceso de hábeas corpus”.
11 MORÓN 1.'RUIN'A. Juan Car los. Comentarios a la Ley del Procedimiento Administrativo General. Ley
N° '27444. Gacela Jurídica, Lima. 2004. p 578. citado por la STC Exp. N° 03778-2004- A A/TC
12
STC Exp. N° 02939-2004.-AA/TC
13
STC Exp. N° 03778-2004- A A/TC
la de asegurar un debido proceso a los administrados. Es así que esto otorga
razonabilidad a la exigencia de agotamiento de la vía administrativa, pues no puede
haber demora o detención de la tutela jurisdiccional de derechos fundamentales.
Además, el artículo 46 del Código Procesal Constitucional establece una serie de
excepciones a la referida regla, no siendo exigible el agotamiento de las vías previas
si:

a) Una resolución, que no sea la última en la vía administrativa, es ejecutada antes de


vencerse el plazo para que quede consentida;
b) Por el agotamiento de la vía previa la agresión pudiera convertirse en irreparable;
c) La vía previa no se encuentra regulada o ha sido iniciada innecesariamente por el
afectado; o,
d) No se resuelve la vía previa en los plazos fijados para su resolución".

No obstante, a lisia de excepciones del artículo 46 del Código Procesal Constitucional,


nos centraremos -siguiendo en análisis del Expediente N° 06995-2013-PATC, materia
de nuestro comentario en el artículo 46 del Código Procesal Constitucional que
establece: "(---) No será exigible el agotamiento de las vías previas si: (...) 2) Por el
agotamiento de la vía previa la agresión pudiera convertirse en irreparable (...)". En tal
sentido, se analizará si el agotamiento de la vía administrativa por parte de la
recurrente generó un perjuicio irreparable. Para ello se parte de la premisa que, en
cuanto a la carga de la prueba del agotamiento de la vía administrativa, compete al
Estado deducir la excepción de no agotamiento de la vía administrativa y, al
demandante, probar que agotó la vía previa o que se encuentra incurso en alguna de
las causales exoneratorias para no tener que agotarla14. Asimismo, la irreparabilidad
de la agresión supondría que los efectos del acto reclamado como infractorio de un
derecho fundamental no pudieran ser retrotraídos en el tiempo, ya sea por
imposibilidad jurídica o material, de forma que la judicatura no pudiese tomar una
medida para poder restablecer el derecho constitucional demandado como su
puestamente vulnerado15. La reparación económica al agraviado por el acto lesivo
sería un mecanismo satisfactorio; sin embargo, cabe señalar que la irreparabilidad no
se refiere a este hecho, sino que este no podrá ejercer su derecho fundamenta! en una
determinada situación16. De esta forma, este supuesto de excepción de agotamiento
de las vías previas para la interposición de la demanda de amparo busca la
subsistencia de la obligación jurisdiccional del juez constitucional de determinar la
existencia o no de lesión de un derecho constitucional, declarando procedente la
demanda y entrando a conocer el fondo del asunto, pese a no haberse cumplido con
uno de los requisitos fundamentales de procedibilidad17.
Conforme a lo precedentemente expuesto, podemos constatar los diferentes
componentes del proceso de amparo a cuanto a su admisibilidad, en este caso,
analizamos la "irreparabilidad" del agotamiento de la vía previa. En ese sentido,
observamos que el amparo es viable, aun habiendo otros procedimientos legalmente
previstos, cuando el empleo ordinario de estos, según las características del problema,
pudiera ocasionar un daño grave e irreparable; es decir, cuando se corra el riesgo de
brindar al recurrente una protección judicial, pero posterior a su ruina: tornándose así
ilusoria la resolución que en definitiva se dicte18.

Asimismo, el gravamen irreparable puede configurarse tanto por la lentitud del


procedimiento regular, contó por cualquier otra razón valedera, en función de la

14
STC Exp. N° 03778-2004- AA/TC
15
STC Exp. N° 00091-2005- PA/TC
16
STC Exp. N° 02939-2004- AA/TC
17
Ídem
18
STC Exp. N° 03778-2004- AA/TC
circunstancia del caso19. Además, la alegación de irreparabilidad no basta que sea
invocada, sino que es necesario que sea probada con razones objetivas y suficientes
que doten de un grado importante de verosimilitud a tal afirmación20. En consideración
a ello, el juez constitucional debe entrar a analizar las especificidades del caso
concreto a fin de conocer la concurrencia de dichas condiciones para que opere la
excepción de agotamiento de la vía previa prevista en el artículo 46 inciso 2, del
Código Procesal Constitucional, que establece: No será exigible el agotamiento de las
vías previas si "(...) 2) Por el agotamiento de la vía previa la agresión pudiera
convertirse en irreparable (…)21.
Conforme al análisis del Expediente N° 06995-2013-PA/TC -el cual estamos tratando
en esta ocasión- en relación a la configuración de la causal de improcedencia, re-
gulada en el numeral 2) del artículo 46 del Código Procesal Constitucional, el Tribunal
Constitucional consideró que los medios probatorios ofrecidos por la empresa
demandante no justificaron la existencia de una situación de irreparabilidad inminente
que haga imposible agotar la vía previa. En efecto, de lo argumentado por la
demandante se observa que la prohibición de estacionamiento solo está referida al
situado en la avenida Paula de Otero, prohibición que está referida al embarque y
desembarque de pasajeros del transporte nacional y regional en dicho paradero. En
consecuencia, no se acredita la existencia de una situación de irreparabilidad.
Finalmente, en el marco de los hechos expuestos, el Tribunal Constitucional constató
que la demandante no había cumplido con agotar la vía previa ni tampoco ha
acreditado que cumpla alguna de las excepciones previstas en el artículo 46 del
Código Procesal Constitucional. Asimismo, se constató que la parte recurrente alegó
que el agotamiento de la vía previa podría convertir la agresión en irreparable, también
lo es que no ha acreditado dicha posibilidad fehacientemente. Ante esa situación, es
aplicable el referido artículo 5, inciso 4) del Código Procesal Constitucional. Por las
razones anteriormente expuestas a lo largo de nuestro comentario, el Tribunal
Constitucional, declaró improcedente la demanda de amparo interpuesta por la
empresa recurrida. En consecuencia, la alegación de irreparabilidad no basta que sea
invocada, sino que es necesario que sea probada con razones objetivas y suficientes
que doten de un grado importante de verosimilitud a tal afirmación, aspecto que no se
ha podido determinar en el presente caso

19
STC Exp. N° 03778-2004- AA/TC
20
STC Exp. N° 00093-2003- AA/TC
21
STC Exp. N° 00091-2005- PA/TC

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