By maria
|
4 marzo, 2018
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Los robots son máquinas creadas con la intención de servir de ayuda al hombre en la realización de
infinidad de tareas, bien sean cosas cotidianas como las labores del hogar o tareas especializadas
como operaciones de rescate, manufactura de productos o incluso intervenciones quirúrgicas, entre
muchas otras.
Este término se emplea para describir a máquinas artificiales o entidades virtuales que debido a sus
características de funcionamiento ofrecen la sensación de tener un propósito propio y de valerse de
manera autónoma sin intervención del hombre. En la actualidad el término robot va más allá de las
máquinas que comúnmente vemos catalogadas como tal y también engloba a sistemas avanzados de
software.
5G en camino
Los tres robots construidos en las citados universidades se derivan todos del
mismo principio: suponen una extensión de varios años de investigación en
robots cuyo sistema de movimiento tengan un diseño dinámico pasivo. Los
robots de diseño dinámico pasivo son capaces de bajar una cuesta sin motor y su
diseño fue inspirado en el tipo de juguete móvil que existen desde hace más de
cien años.
La inmótica: edificios
inteligentes
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Construcción
¿Qué es pues la inmótica? Con esta palabra, que aún ni ha llegado al Diccionario de la
Real Academia Española, nos referimos a lo que comúnmente se conoce como ‘edificios
inteligentes’. No se trata de edificios con un alto coeficiente intelectual, no… Nos referimos
a aquellos edificios ‘invadidos’ por la alta tecnología. Todos los sistemas de la instalación
del edificio están monitorizados y estos datos se relacionan y almacenan para alcanzar el
mayor bienestar del usuario. Este tipo de sistemas es conocido como Smart Grid.
Para optimizar al máximo esta eficiencia, estos edificios deben tener en cuenta el sitio, el
entorno, la localización y orientación, la forma y diseño de las estructuras, así como el tipo
de materiales constructivos y acabados, que pueden utilizarse además de forma integral.
Por ejemplo, el uso de la vegetación como dispositivos de control climático, ya sea para
sombrear, humidificar o controlar el viento, como ya vimos en nuestro post sobre
jardines verticales.
El segundo edificio más alto de Madrid, la Torre Cepsa, del arquitecto Norman Foster, es
un ‘edificio inteligente’: cuenta con un sistema informático central que controla servicios
como la calefacción, la iluminación y las persianas, pero también los sanitarios para reducir
el consumo de agua.
Por lo tanto, teniendo en cuenta que la
gestión inteligente de edificios puede ahorrar hasta en un 30% el consumo
energético, no es de extrañar la proliferación de esta tecnología. Estos beneficios
medioambientales no pasaron desapercibidos para las instituciones, que incluyeron la
inmótica dentro de su Plan de Ahorro y Eficiencia Energética 2011-2020, orientado a los
edificios públicos, o el proyecto europeo SHBuildings, enfocado al patrimonio.