Cervantes Saavedra
I Parte
Su nombre deriva de: Quijada (apellido), Mancha (pueblo). Es un buen hombre de 50 años, vendió tierras para
comprar libros sobre aventuras de caballeros. Enloquece a causa de la lectura de estas novelas.
Una mañana salió cabalgando con un caballo viejo y maltrecho a quien llamó Rocinante, solicitó a un ventero
que lo nombre caballero.
Como caballero deshacedor de entuertos, primero va a rescatar a un niño al que le estaba pegando su amo, el
amo jura que no le va a pegar, entonces el Quijote se va pensando en que lo había salvado; pero luego el amo
le sigue pegando.
Luego se encuentra con varios caballeros y el Quijote les dice que juren que Dulcinea es la más hermosa de
todas; pero estos se niegan, entonces el quijote ataca y cae y los otros se van.
Un labrador, también de la Mancha, lo levantó y lo llevó a su casa, ahí estaban la criada y la sobrina contándole
al barbero maese Nicolás y al cura, Pero Pérez; sobre el quijote que leía libros y eso. Luego acostaron al
Quijote y lo dejaron descansar.
El cura y el barbero tiraron los libros al corral para quemarlos, pero dejaron algunos: La Araucana, Amadís de
Gaula, La Galatea, La Astríada y el Monserrat.
Al levantarse, el Quijote no encontró sus libros; entonces le propuso a su vecino Sancho Panza ser su
escudero.
En esta segunda salida, El Quijote se enfrenta contra unos gigantes que, en verdad, son molinos de viento.
En otro paisaje, Rocinante se fue a meter a una manada de vacas, al llegar los dueños le pegaron al caballo.
Luego llegaron el Quijote y Sancho a pelear, pero ellos eran más de 20; los expulsaron.
Otros de los momentos memorables de la novela, ocurrió cuando caballero y escudero iban por un camino
mientras llovía y a los lejos viendo a alguien, supuestamente era un caballero que en la cabeza traía el yelmo
de Mambrino, pero en realidad era un barbero y en su cabeza llevaba una bacía. Tras despojarlo de sus bienes,
el quijote se puso la bacía en su cabeza.
En un instante del camino que llevaban, vieron que se les acercaban galeotes (presos) con guardias armados,
los llevaban a cumplir condena. El Quijote exigió que los liberaran, maltrató a un guardia y los demás murieron.
los presos se soltaron; el Quijote les dijo que fueran donde Dulcinea a contarle la hazaña; pero estos le tiraron
piedras y le robaron la ropa. En la noche, uno de los galeotes le robó el asno.
Posteriormente, El Quijote manda a Sancho donde Dulcinea, hija de Lorenzo Corchuelo y Aldonza Nogales, con
una carta contándole sus hazañas.
Sancho Panza llegó a la Mancha y el cura y el barbero lo detuvieron, le preguntaron qué hacía en el caballo del
Quijote y este dijo que llevaba una carta a Dulcinea y una autorización para que le dieran 3 asnos, pero el
Quijote se había quedado con ambas cosas. En el camino apareció el que le había robado el asno a Sancho y
se asustó y se fue, Sancho recuperó las cosas, el Quijote le preguntó cómo le fue con Dulcinea y le dijo que no
había llevado la carta; pero se la sabía de memoria. Después de algunas aventuras más, metieron al Quijote a
una jaula de madera e imitando una voz le dijeron que lo llevarían donde Dulcinea para casarse y tener hijos.
II Parte
Pasado un mes, el cura y el barbero fueron a visitar al Quijote. También fue Sancho y le dijo que la gente
pensaba que estaban locos, pero que el bachiller, Sansón Carrasco, le contó que había un libro de sus
aventuras.
El ama fue a buscar a Sansón para que le ayudara a convencer al quijote de que no saliera más, pero este no
consiguió su cometido. Don Quijote se fue con Sancho.
En el camino, se encontraron con una carreta de una compañía de teatro (la carreta la manejaba un diablo,
también iba uno con rostro de muerte, otro con cara de ángel y alas, uno como emperador con corona de oro, el
dios cupido y un caballero. De la carreta salió un bufón, Rocinante se asustó y se fue Sancho fue a recoger a su
amo y el bufón montó el asno para irse; pero el animal lo hizo caer. Más tarde Sancho durmió y el quijote
escuchó ruidos, era el Caballero de los Espejos, se puso a conversar con el Quijote sobre su amada Casildea
de Vandalia, los escuderos de cada uno se internaron en el bosque para conversar.
El Caballero de los Espejos dijo que había vencido al Quijote de la mancha, pero el Quijote dijo que era
imposible porque él era, entonces acordaron pelear al otro día y el que, perdía debía ir donde la princesa del
otro y adorarla. En la mañana, el caballero atacó primero, pero falló, entonces el Quijote lo tumbó, lo iba a matar
y se dio cuenta que era Sansón Carrasco y que su escudero era Tomé Cecial, un compadre de Sancho.
Pensaron que era un encantamiento, al final no lo mató, Sansón dijo que iba a ir donde Dulcinea. Todo había
sido un plan de él, el barbero Nicolás y el cura, porque pensaron que iba a ganar Sansón y que de castigo le
pediría que volviera a casa y que no saliera por cinco años.
Después de algunos enredos más, decidieron ir a la cueva de Montesinos. En el camino, se encontraron con un
estudiante, éste compró una cuerda para ayudarles. Entre Sancho y el estudiante bajaron al Quijote. Cuando lo
sacaron, el Quijote dijo que había visto al mismo Montesinos y no le creyeron así que se fueron.
En otro momento, caen bajo la farsa preparada por un duque que se divierte a costa del caballero y de
su escudero. Sancho y Quijote subieron a un caballo de madera y les vendaron los ojos, les echaban viento y
les pasaban antorchas cerca de la cara, al final prendieron al caballo que tenía cohetes, se cayeron y al
levantarse vieron a todos en el suelo y había un pergamino que decía que el encanto había desaparecido y que
Sancho debía azotarse para deshacer el otro encantamiento.
Continuando con la broma, el duque cedió a Sancho una isla de mil habitantes llamada Barataria para que
ejerciera como gobernador.
Atacaron la ínsula en la noche y los hombres de Sancho los derrotaron, entonces Sancho decidió irse ya que él
era labrador y no soldado. Todos se arrepintieron de hacerle tantas bromas.
El Quijote fue a la playa y ahí lo desafío el caballero de la Blanca Luna, que era Sansón Carrasco, y el Quijote
aceptó, entonces venció el de la Blanca Luna y le ordenó que volviera a su pueblo y que no saliera por lo
menos un año. Sancho y el Quijote volvieron a la Mancha.
Llegaron a su pueblo y los esperaban el cura y Sansón, Sancho se fue a su casa donde lo esperaban Teresa,
su esposa y Sancho, su hija. El Quijote les contó de su vencimiento y les dijo que en ese año se quería hacer
pastor y les pidió que ellos se hiciesen pastores, dijo que se llamarían:
El quijote: Quijótiz.
Sansón: Carrascón.
El cura: Curiambro.
Sancho: Pancino
A don Quijote le dio fiebre que lo tuvo una semana en cama, un médico dijo que se estaba muriendo. El Quijote
se dio cuenta de que no existían los caballeros andantes, que los libros de caballería eran una farsa, que era
enemigo de Amadís de Gaula. El cura le dio la confesión final y trajeron un escribano para el testamento. Le
pidió disculpas a Sancho porque a él también le habían dicho loco y dijo que si sobraba dinero de las deudas se
la dieran a él. Le dio su hacienda a su sobrina Antonia Quijano, después de tres días de desmayos Alonso
Quijano murió, su tumba decía “…vivió loco, pero murió cuerdo…"
Argumento de Angelina-Carlos Gutiérrez
La novela Blanca Olmedo es una de las más conocidas en Honduras. Y quizá, al igual
que Prisión Verde, se le reconoce no por su mérito literario, sino por lo que tiene de crítica
social.
Blanca Olmedo, una novela romántica escrita a principios del siglo XX, resulta ya anacrónica
para su época, porque el período cultural del romanticismo ya se consideraba superado para ese
tiempo.
Blanca Olmedo es una historia trágica, es la historia de una joven que lucha por ser feliz en
contra de una adversidad que la acecha a cada paso y que al final no logra vencer. Blanca
Olmedo es una muchacha ejemplar, bella e inteligente, cualidades que en vez de favorecerle le
atraen enemigos que no cejan en su empeño por destruirla.
Las desgracias de Blanca Olmedo comienzan cuando el personaje Elodio Verdolaga se ofrece
para llevar los asuntos legales de su Padre, don Carlos Olmedo. Verdolaga se pone de acuerdo
con el demandante para perjudicar a don Carlos, haciéndole perder sus bienes, y también
pretende aprovecharse de la desgracia económica de la familia para aprovecharse de Blanca.
Don Carlos se da cuenta de la traición de Verdolaga y se lo comunica a su hija Blanca, que desde
ese momento empieza a despreciar a Verdolaga con todo su ser. Don Carlos muere poco
después, agobiado por la desgracia.
Elodio Verdolaga es retratado como el perfecto sinvergüenza, como un caballero de industria, es
decir, una persona sin escrúpulos que engaña, miente y estafa a cualquier incauto. Verdolaga está
casado y tiene hijos, pero eso no es obstáculo para sus pretensiones de poseer a Blanca. No tiene
título de abogado, pero aun así ejerce el derecho, y por medio de su astucia logra llegar al puesto
de Juez de Letras, ante el asombro de Blanca, que ve como un hombre que es el epítome de la
corrupción y el cinismo es premiado por el Estado con el puesto de administrador de justicia.
Blanca logra conseguir trabajo como institutriz en la casa de la señora Micaela Moreno y se hace
amiga de su alumna, la señorita Adela. Adela es una adolescente que pasa muy enferma,
agobiada por la manera estricta en que la cría su tía, la señora Micaela, quien es una fanática de la
religión católica, del conservadurismo católico de su tiempo. Doña Micaela está convencida de
que las diferencias entre las clases sociales existen por la voluntad de Dios, y que las personas
que tienen dinero como ella no deben de tener relaciones de amistad con personas más
desafortunadas. Por lo tanto, ella considera que Blanca Olmedo no es digna de su amistad, ni de
la amistad de su sobrina ni de su hijo, porque es de una clase inferior. Doña Micaela se aferra a
esta creencia retrógrada, a pesar de que Blanca Olmedo fue despojada de su herencia por medio
del engaño –no nació pobre– y que tiene mayor educación y buenos modales que ella, que se
cree superior solo por el hecho de tener más dinero.
Doña Micaela es instruida en asuntos religiosos por el joven Padre Sandino, quien la visita
asiduamente con el objeto de ver a la joven Blanca, de quien se enamora de manera enfermiza, y
a quien pretende conquistar, a pesar de que sus votos religiosos de castidad se lo prohíben. El
padre Sandino llega hasta el extremo de renegar de su religión delante de la señorita Blanca, con
el afán de convencerla de que sus votos de castidad no significan nada para él, mientras en
público aparenta ser un modelo de piedad cristiana. El padre Sandino sufre el lógico rechazo de
Blanca.
El joven médico Gustavo Moreno, hijo de doña Micaela no tarda en darse cuenta de la belleza
de Blanca Olmedo y en pretender su amor, pero Blanca, sabiendo la opinión de doña Micaela
trata de esquivarlo por todos los medios, y se hace amiga del joven Joaquín Leiva, quien llega a
visitarla frecuentemente. Leiva termina también enamorado de Blanca, pero ésta también lo
rechaza.
Al final Gustavo logra vencer la resistencia de Blanca y la hace su novia. Esto provoca el
esperado rechazo visceral de doña Micaela, quien se resiste a que su hijo se case con una mujer
que ella considera inferior. Gustavo logra apaciguar a su madre por un tiempo, mientras el padre
Sandino y Verdolaga conspiran juntos para separar a la pareja. Para ganar tiempo le aconsejan
que se posponga el matrimonio, y a esta petición Gustavo accede gustoso.
Elodio Verdolaga propone hacer uso de sus influencias políticas para mandar a Gustavo a la
guerra, reteniendo las cartas que éste mande a su novia. Doña Micaela accede a este plan, a pesar
del peligro que representa para su hijo.
Después de que Gustavo parte a la guerra, doña Micaela despide a Blanca de la casa, no sin
antes haberla insultado haciéndose eco de las calumnias que le comunicaron el padre Sandino y
Verdolaga. Verdolaga le había dicho que Blanca había sido su amante. El padre Sandino acusó a
Blanca de tratar de seducirlo. A estas calumnias Doña Micaela agregó la acusación de que Blanca
había seducido a Gustavo por interés material, y de que lo había “prostituido”.
Blanca sale muy agitada y enferma de la casa de doña Micaela y se va a refugiar a la casa de la
que había sido su empleada doméstica, quien le contó el secreto de que en realidad Gustavo no
era hijo de doña Micaela.
Blanca no logra comunicarse con Gustavo. Las cartas que ambos se dirigen son retenidas por el
correo, a instancias de Verdolaga. La salud de Blanca empeora cuando Verdolaga publica sus
calumnias en un periódico. Al final Blanca muere con su vestido de novia, sin haber visto a
Gustavo. Cuando Gustavo regresa de la guerra y es informado de la situación se suicida y la joven
Adela muere de la impresión que le produjo la muerte de Gustavo.
En el epílogo, un epitafio en el mausoleo en que sepultaron a Gustavo, Blanca y Adela
reza: Víctimas inocentes de un Representante de la Justicia, de un Representante de la Religión
Católica y de una Mujer Fanática. El cura Sandino desaparece del lugar, Doña Micaela se
arrepiente del mal cometido y funda un asilo para ayudar a chicas pobres y Elodio Verdolaga es
condenado a cadena perpetua por sus múltiples crímenes.
Argumento de María-Jorge Isaac
En esta obra se relata el amor más maravilloso de todos, el primer amor, en la cual
en esta ocasión se da entre dos primos: María, que desde muy pequeña fue
adoptada por sus tíos a la muerte de su madre y los cuales son padres de Efraín,
Emma, Felipe, Juan y Eloísa. Desde la infancia ambos estaban enamorados, pero
Efraín se fue a estudiar en el colegio de Bogotá a la edad de 14 años, y regresa 6
años después, a su regresó se ha de dar cuenta que su amor sigue igual sino es
que más fuerte entre ambos.
María guarda sus trenzas y las cartas de Efraín y las da a Emma a entregárselas, al
volver Efraín y ver que María había fallecido y al darse cuenta que su viaje fue inútil,
permanece unos meses en la casa, recorriendo todos los lugares que fueron
testigos de su amor y reviviendo esos momentos inolvidables, al no resistir tanta
tristeza prefirió alejarse del bello huerta y la casa en que había pasado su niñez.
Argumento de Jacinta Peralta-Ramon Amaya Amador
La historia comienza con una joven muy humilde llamada Jacinta Peralta que venía
de un pueblo llamado Orica de donde llego un día a la ciudad de Tegucigalpa
trabaja en casa de la Familia Pacheco, conformada por Don Honorio, el padre;
Doña Roberta, la madre; y sus tres hijos, Justino, el mayor; Jorge, el mediano; y
Amapola, la menor.
Buscando donde trabajar, Jacinta llega a casa de la Familia Escudero y por piedad y
solidaridad, El señor Genaro Escudero le ayuda y le dice que puede trabajar y
Jacinta como pago solo pide donde dormir y comida para alimentarse.
A los días de estar trabajando, llega el momento de dar a luz a su bebe y la familia
llama a Sebastiana Loria, una anciana que vive de muchos trabajos y uno de ellos es
ser partera y que de cariño le decían Niña Bacha; ayuda a Jacinta a tener a su bebe y
que da por nombre Consuelo.
Pasaron algunos das y Sebastiana le dice a Jacinta que ella puede cuidar de
Consuelo mientras ella busca trabajo y le aconseja que vaya a El Mango Verde, tal
vez allí le darían trabajo; Jacinta siguiendo el consejo de la anciana, va al Mango
Verde, habla con Don Anselmo y este le da trabajo como mesera.
Pasado el tiempo de trabajar allí, Jacinta conoce a los famosos Tres Reyes Magos,
un grupo de borrachos y que de los cuales Plinio Rey era el líder, que parecía una
buena persona pero en el fondo la ambición se apoderaba de su ser.
Plinio comenzó a tratar de conquistar a Jacinta hasta que finalmente lo logro.
Una noche en la cantina, Jacinta comenzó a pelearse con otra mesera hasta que
llego la policía y se la llevaron, estando en la comisaria, le dieron un carnet de
prostitución.
A Plinio le pagaron por haber llevado a Jacinta a ese lugar pues era muy bonita y de
buen cuerpo.
Una noche, Jacinta se encontró con Jorge Pacheco en El Palomar, él había ido a
celebrar su graduación y al ver a Jacinta le tiro piropos, pero ella no le hizo caso
pues recordó lo que le hizo, el intento besarla, pero ella lo rechazo y con golpes este
se la llevó hasta su habitación y la violo.
Jacinta estaba contagiada de una enfermedad venérea, pero ella no sabía hasta que
un día volvió Jorge y le reprocho que ella estaba infectada y Jacinta se lanzó sobre
Jorge y lo apuñalo; al llegar la policía, Jorge no quería escándalos y solo pidió a la
policía que acusaran a Jacinta por escándalo público y la condenaron a 60 días de
cárcel.
Pasada su condena, ella salió y al llegar a la cuartería vio a Hipólito Riego que le
decían Lito de cariño, pero ella por vergüenza no lo miraba a los ojos más Jacinta
no sabía que Lito estaba enamorado de ella.
Una noche, Jacinta estaba caminando por la cuartería y Lito la llamo para
conversar y en ese momento es en el cual le declara su amor pero Jacinta le
prostitución pero el decidido a obtener el amor de Jacinta se lo arrebata y lo lanza al
fuego viendo que este desaparecía entre las llamas haciendo que Jacinta quedara
libre; al pasar esto Lito le pide matrimonio pero ella le dice que lo pensara.
Pasados los días Jacinta le dice a Lito que acepta casarse con él.
Finalmente, Jacinta logra tener una vida llena de felicidad, con Lito y su hija
Consuelo y logra combatir la enfermedad que tenía quedando sana.
Argumento De Cipotes-Ramon Amaya Amador
Es una interesante novela de corte clásico e histórico que, con un lenguaje llano, nos
remonta a un hecho trágico perpetrado en la historia de nuestro país en el año 1843.
En la obra se narra la trágica historia de los hermanos Doroteo y Cipriano Cano, ambos
oriundos de esa comunidad y ex soldados del gobierno federal del General Francisco Morazán
Quezada.
Luego de un largo período, los Cano decidieron regresar a Ilamatepeque, adonde se llevaron
una gran sorpresa al ver el fatal cambio del pueblo dominado en ese tiempo por Gervasio Lázaro.
Consternados por la precaria situación, intentaron cambiar esa sedentaria vida rural y planearon
grandes proyectos para el mejoramiento colectivo.
En poco tiempo, los Cano se hicieron de renombre en el poblado, se hablaba de ellos con
mucho respeto y disfrutaban escuchar de sus paisanos, las aventuras y lo que habían conocido en
sus viajes por Guatemala, San Salvador, Managua y otras.
De igual manera, recetaban a sus vecinos, tradicionales remedios caseros, enriquecidos con las
experiencias de sus agitadas vidas.
La superstición y la ignorancia de las autoridades, originó que los Cano fueran condenados a
morir por el simple hecho de haber seguido los ideales de Morazán, en el intento de transformar
las instituciones sostenidas por la aristocracia y los sectores más testarudos de la iglesia.
Desde ese momento, los entrañables hermanos Cano, fueron catalogados como “brujos” y
fueron acusados de perturbar el orden conservador, al ejercer la magia entre el pueblo y hacer
pacto con el demonio, injuriando que tenían la capacidad de convertirse en animales para abusar
de los pobladores, así como de “introducirles” tortugas a sus enemigos para matarlos.
Como era de esperarse, la acusación terminó en un juicio en el que la única manera de pagar
el supuesto acto ilícito era en el salón de fusilamiento, adonde murieron con la frente en alto por
la misma causa que asesinaron al gran paladín centroamericano.
Prisión Verde-Ramón Amaya Amador
Los campos bananeros son descritos en la novela como una “prisión verde”, por la misteriosa
atracción que ejercen sobre los trabajadores que viven ahí, quienes, a pesar de ser
explotados y vejados en ellos, sienten el impulso a quedarse trabajando ahí a pesar de todas
las dificultades.
Amaya Amador empieza su relato en el ambiente de una de las oficinas de las compañías,
en la que un “jefe gringo” —Mister Still— intenta convencer al terrateniente Luncho López
para que le venda sus tierras a la compañía bananera. En su intento para convencerlo le
ayudan dos amigos de López: Sierra y Cantillano, quienes ya vendieron sus tierras e intentan
influenciar a su amigo para que haga lo mismo, pero él se rehúsa tercamente.
Después de la reunión con los terratenientes, aparece en mala facha el señor Martín
Samayoa, quien después de haber derrochado el dinero que le dio la compañía por su
terreno, buscaba la ayuda de Mister Still para que le diera un trabajo de capataz, pero éste lo
despreció y lo mandó a buscar trabajo de peón. Desalentado por el desaire y sin dinero,
Samayoa tuvo la suerte de conocer al campeño Máximo Luján, quien lo llevó a vivir a su
casa, un lugar miserable en el que vivía hacinado con otros trabajadores de la bananera y le
consiguió trabajo como regador de veneno.
El capataz de la compañía, que le dio el trabajo a Samayoa, y para el cual trabajaba también
Máximo Luján, era un hondureño que hablaba con acento agringado, porque era tanto su
servilismo que quería imitar a sus jefes, con lo que se ganaba el desprecio y la burla de los
que para él trabajaban, aunque por razones obvias no se atrevían a decírselo de frente.
En cada episodio del libro siempre hay alguna injusticia de parte de la Compañía que
provoca la indignación de los campeños. Aunque no todos tienen la misma conciencia de su
situación, hay quienes se han acostumbrado a la opresión, la ven como lo más normal del
mundo, y no protestan. Pero el grupo de Máximo Luján va adquiriendo cada vez más
conciencia social. En contra de los que proponen la violencia ciega como respuesta a la
opresión —como el viejo Lucio Pardo— Luján propone que la victoria de la clase obrera
reside en su capacidad de organización, y que hasta que no hayan creado su propio partido
político y derribado a la dictadura no podrá haber un cambio en las condiciones de vida de
los campeños.
La lectura de unos periódicos obreros, que Luján comparte en tertulias por las noches con
sus compañeros, le confirman en sus convicciones revolucionarias y le ofrecen nuevas
perspectivas. La muerte de un compañero regador de veneno —Don Braulio— produce
indignación y hace reflexionar a los campeños. Frente al cadáver de su compañero, quien
murió doblegado por la tuberculosis en plena faena, Luján dice: “Este hombre fue uno de los
tantos engañados y explotados. Puso su fuerza vital en las plantaciones, primero con el
anhelo de hacer fortuna y, después, por la necesidad de ganar un mendrugo. ¡Se lo comió el
bananal! Murió de pie, con la ‘escopeta’ en la mano, sirviendo a los amos extranjeros”.
Sobre los partidos políticos tradicionales: el Partido Nacional y el Partido Liberal, Luján opina
que “tienen la misma esencia: oligarquía; padecen la misma enfermedad: demagogia; y
sirven al mismo patrón: las Compañías Bananeras” … “En política necesitamos algo distinto
al caudillismo tradicional, al compadrazgo, al paternalismo de las ‘gorgueras’. Necesitamos
que los anhelos de las masas trabajadoras se plasmen en un ideal político, y este ideal, en
un verdadero partido de los trabajadores, partido revolucionario de verdad. Ya no debemos
creer en los hombres-ídolos: de sus promesas está llena nuestra historia política”.
Las mujeres también son víctimas de la opresión capitalista de las bananeras. La miseria
obliga a muchas campeñas a dedicarse a la prostitución. A una mujer del grupo de Luján —
Catuca Pardo— el capitán Benítez la viola, la deja embarazada y luego no se hace cargo del
niño. Un jefe gringo —Míster Jones— se enamora de Juana, otra mujer del grupo de Luján,
pero ésta tiene marido, por lo que rechaza sus ofrecimientos. Ante esto, otro jefe gringo
decide mandar a matar al marido para dejarle abierto el camino a su compañero. Luego de
un tiempo, Juana hace un acuerdo de sexo regular para el gringo enamorado a cambio de
dinero, además de un trabajo como regadora de veneno. Esto lo hizo para ayudar al hijo de
Catuca. Juana nunca supo quien había matado a su marido. El agringado capitán Benítez
también estuvo involucrado con ese asesinato.
Al terrateniente Luncho López lo convencen para que trabaje como productor independiente
de banano, con un acuerdo con la compañía. Luncho López se ilusiona con su nuevo papel
de empresario bananero, pero la compañía no le provee de los insumos acordados y le hace
caer en la ruina. Ahí se da cuenta que lo engañaron para hacerlo caer en la quiebra para
forzarlo a vender su propiedad. Pero López aun así se niega tercamente a venderles. Ante
esta negativa, el gobierno nacionalista interviene, y amenaza quitarle sus tierras por la
fuerza. Luncho López muere de tristeza, porque él había sido un gran defensor de la
dictadura nacionalista. Ahí se dio cuenta de la actitud apátrida de las autoridades del
gobierno.
Los otros terratenientes Sierra y Cantillano terminan en la ruina luego de ser estafados en un
negocio por Estanio Párraga, un abogado de la Compañía que también era diputado del
Congreso Nacional. Estanio Párraga era el abogado que había engañado a Luncho López.
Sierra y Cantillano terminan pidiendo trabajo de peones en la compañía, como ya le había
tocado a Martín Samayoa.
La situación de los trabajadores empeora cuando suben de precio los productos de los
comisariatos, que eran propiedad de la misma compañía. A los trabajadores el gobierno les
cobra impuestos para crear escuelas y hospitales, y sin embargo no reciben ninguno de esos
servicios.
Cuando muere un conductor de una grúa en un accidente, un jefe gringo se enoja con el
difunto por echar a perder la máquina con valor de miles de dólares y grita encolerizado:
“¡Mejor se hubieran matado cien desgraciados!”. Esto provoca una gran indignación de los
trabajadores que no soportan tantas vejaciones, por lo que deciden ir a la huelga. Y deciden
nombrar a Máximo Luján como director de la misma, quien acepta el cargo a pesar de que
piensa que la huelga se ha hecho en forma prematura.
El libro se cierra con los amigos recordando a Máximo Luján y su legado: “La prisión verde
no es solo oscuridad. Máximo encendió en ella el primer hachón revolucionario. Otros cientos
de hermanos se encargarán de mantenerlo enhiesto”.