Por Roque Benavides Ganoza el 5 de Septiembre 2017 1:12 PM La ministra de Energía y Minas, Cayetana Aljovín, informó a fines de agosto que su despacho aprobó modificaciones al Reglamento de Seguridad y Salud Ocupacional en Minería, y que coordina un nuevo Reglamento Ambiental para las actividades de exploración. Ante ello, debo comentar que toda medida que apunte a desburocratizar los procedimientos y a estimular la inversión minera es bienvenida. En declaraciones a la prensa, Aljovín destacó que el gobierno se esfuerza por elevar la inversión en todas las etapas de la actividad minera y en agilizar los trámites administrativos. Coincido con lo expresado por la ministra. Antes de que surjan voces que señalen que las modificaciones apuntan a reducir estándares en salud o ambientales, debo decir que estas tratan de emplear instrumentos más realistas que protejan el medio ambiente pero no retrasan las inversiones que son tan necesarias.
Los beneficios de facilitar la exploración minera
El gobierno anterior hizo muy rígida y burocratizó la reglamentación en minería. Por esta razón hoy resulta tan complicado por ejemplo obtener un permiso para explorar en minería. Este procedimiento, en su fase exploratoria inicial, puede demorar hasta seis meses. Con los cambios que la ministra implementó deberíamos tener como objetivo disminuir ese periodo a un mes. Es importante tener en cuenta que hace 40 años no tomaba ni un día porque no existía el procedimiento denominado permiso para explorar. Muchas personas no entienden que en minería la exploración es el equivalente a la investigación y desarrollo en la industria manufacturera. La exploración no es otra cosa que la investigación de las entrañas de la tierra, algo que necesitamos conocer. En esta etapa, sobre todo en superficie, el impacto ambiental es muy reducido y controlado. Tal es así que en Finlandia, donde no hay cerros ni afloramiento en superficie, el Estado perfora cada dos kilómetros donde no hay cerros ni afloramiento en superficie para saber que hay en el subsuelo. La exploración del suelo es investigación. Tampoco se puede pretender que la exploración tenga las mismas exigencias que se aplican a las etapas de construcción y puesta en producción de un yacimiento. Al no haber mayor impacto ambiental, la exploración debería ser permitida con un procedimiento mucho más ágil. Es importante facilitar la exploración porque este constituye el punto de partida del círculo virtuoso que avanza hacia el descubrimiento, e desarrollo, construcción y finalmente puesta en producción de un yacimiento minero. En consecuencia, todo lo que signifique facilitar la exploración debe ser bienvenido. Siempre teniendo en cuenta que esto no implica bajar los estándares medioambientales, sino que busca agilizar los procedimientos para explorar la tierra. Un problema clave en la minería: la escasez de talento Por Luis Chirinos el 2 de Febrero 2017 10:14 AM En los últimos siete años uno de los diez principales riesgos que perciben los analistas de gestión de las empresas mineras es el manejo de la necesidad del talento humano. En general en las empresas mineras, así como en las empresas dedicadas a la búsqueda y selección de personal (headhunters) y de análisis empresarial, se percibe la falta de talento en el sector minero: gente adecuadamente capacitada a la cual se pueda recurrir en un momento determinado para cubrir sus necesidades. Quisiera remarcar que el Perú forma muy buenos profesionales geólogos e ingenieros de minas, con excelentes capacidades en sus respectivos campos. Es necesario capacitarlos para que puedan asumir roles de liderazgo en las compañías mineras. Igualmente, hacen falta profesionales de otras ramas como la administración, contabilidad, finanzas, economía, que puedan aportar sus conocimientos al desarrollo de los proyectos mineros. La minería en general es una industria que tiene ciclos económicos, ciclos de precios elevados que duran tres o cuatro años y ciclos de bajos precios como el actual, que posiblemente tome un mayor tiempo en recuperarse. Cuando hay un superciclo, como el que se dio del 2008 al 2011, se observa una fuerte competencia entre las empresas por captar talento. Cuando suben los precios de los minerales las empresas pueden competir por talento, pues tienen recursos más que suficientes para pagar muy buenos sueldos. Entonces proceden a la búsqueda de los mejores profesionales y se dan con la sorpresa que este tipo de profesional es escaso. Ocurre lo contrario cuando caen los precios y se reducen los márgenes de rentabilidad de las empresas mineras. Aquí es necesario luchar por una reducción de costos. El proceso de reducir costos y mejorar la rentabilidad ya no está limitado a una disminución o cierre de las operaciones, acompañada de posibles despidos de personal; hoy se busca mejorar la competitividad en el sector, innovar en los procesos mineros, investigación para mejorar. Analizar los resultados y compararse con la competencia. La industria minera hoy requiere de profesionales con otras capacidades, requiere de personal que conozca cómo manejar las relaciones con las comunidades que forman parte del entorno de la mina, que conozca y tenga una adecuada relación con las exigencias del gobierno sobre el medio ambiente, nuevas regulaciones de supervisión, etc. Hay diversos estudios como uno realizado por EY que señalan que la escasez de talento se debe a la falta de capacitación de los profesionales, que se sienten seguros en sus organizaciones pero no mejoran sus habilidades y no son innovadores. Minería: mayor producción generará cuellos de botella y costos más altos Por Pool Ccanto el 1 de Agosto 2016 3:44 PM La articulación de la cadena logística de transporte tanto local o nacional con el transporte internacional, para enviar la materia prima al mercado mundial, debe ser coherente. Se proyecta que en el corto plazo se incrementará la producción de cobre en un 20%, pero nada se dice acerca de cómo se va a trasladar el mineral adicional en forma eficiente. Si con la actual infraestructura el costo de transporte es alto, con una mayor producción ese costo será mayor. La minería está distribuida a lo largo de todo el país pero aun así el desarrollo de esta actividad tiene un gran número de limitaciones. Por ejemplo, en el norte, Antamina tuvo que construir un mineroducto de 304 kilómetros y un recorrido de 50 horas para transportar el mineral hacia el puerto más cercano: Punta Lobitos (Huarmey). Entre tanto, el mineral extraído en el centro del país (Toromocho) es trasladado en un tren que va hasta el puerto del Callao. Pero nunca se ha pensado en incrementar las vías férreas en función de un futuro crecimiento de la actividad. En el sur, Cerro Verde, Southern y otras mineras han construido carreteras exclusivas para luego pasar a la vía férrea, con el único fin de transportar el mineral adicional que producirán y así llegar al puerto de Matarani. Como se puede apreciar, las compañías mineras pueden optimizar sus costos de producción. Pero si el tránsito terrestre o ferroviario resulta mucho más caro que el tránsito internacional, ese incremento en producción no se traducirá en mayor productividad debido a los altos costos de transporte interno. Tránsito internacional En cuanto al tránsito internacional debemos mencionar que existen buques de gran capacidad, lo que hace que los fletes sean mucho más económicos. Así, hay buques con capacidad para cargar y descargar 350,000 toneladas ó 400,000 toneladas y que tardan en cargar o descargar una semana en un puerto de clase mundial como Rotterdam. Lamentablemente, el Perú no puede recibir este tipo de embarcaciones porque no tiene la infraestructura necesaria ya que nuestros puertos no tienen el calado requerido. En consecuencia, recibimos naves más pequeñas cuyo costo de transporte resulta mucho mayor La crisis minera. ¿Cómo seguir operando con pocos ingresos y con muchas obligaciones? Por Lucy Pérez el 21 de Septiembre 2015 12:41 PM La coyuntura por la que atraviesa el sector minero es bastante desalentadora debido a los niveles de inversión mínimos e ingresos magros por la caída sistemática de precios a nivel mundial. Ante este escenario, los responsables de las empresas mineras deben ser conscientes que en su manejo de reducción de costos necesitan considerar las siguientes variables: los conflictos sociales y medioambientales. A pesar de la importancia de la minería para nuestro país, la situación del sector ha venido en franco declive en los últimos dos años debido a que no se ha podido transmitir a la población los beneficios de una minería responsable, que respeta al medioambiente y que garantiza el desarrollo de las comunidades. Las razones de esta lamentable realidad van desde la desidia de las autoridades, agendas políticas propias, la falta de comunicación transparente hasta la reputación de las mismas compañías sobre malos manejos anteriores. El resultado final es un freno de las inversiones que, además de afectar los proyectos paralizados, también perturba la llegada de capitales para potenciales inversiones en el sector. En un entorno como este, las mineras que operan en nuestro país pugnan por mantenerse en el negocio haciendo frente a una serie de perjuicios. Estos van desde los relacionados con la caída de los precios, la burocracia de la normatividad legal, el manejo medioambiental y de conflictos sociales hasta los de seguridad y, por supuesto, los riesgos políticos.
La operación debe continuar
El costo del cierre de una mina es prohibitivo. Estamos hablando de un sector cuyas barreras de salida son muy altas producto de los niveles de inversión comprometidos. En situaciones como esta, se hace necesario revisar planes, enfocar las metas y volver la mirada hacia la variable estratégica en el negocio minero: los costos. Este tema, que parece tan obvio, a veces no lo es pues cuando se atraviesa por una etapa de bonanza no se cae en la ineficiencia que puede haber en los procesos Los costos intangibles de la minería Por Oscar Schiappa Pietra el 10 de Julio 2015 11:16 AM Para comprender e intentar transformar los conflictos socio- ambientales de las empresas mineras en el Perú se requiere adoptar marcos conceptuales de mayor capacidad analítica, que consideren los impactos intangibles que la minería genera sobre las comunidades locales. La Teoría de las Necesidades Humanas Básicas es útil para tal empeño. En la experiencia de muy diversos países, la minería afronta la paradoja de ser una actividad extractiva que suele generar oposición y rechazo pese a sus significativos impactos en las economías locales y nacionales. La combinación de adecuadas políticas públicas y corporativas permite reducir esas expresiones y forjar escenarios de sana convivencia entre las empresas y las comunidades. Los enfoques prevalecientes para comprender e intentar transformar los conflictos socio- ambientales de las empresas mineras en el Perú suelen ser conceptualmente limitados, sesgados o errados, y ello conspira contra la posibilidad de gestionarlos constructivamente. La evidencia es concluyente: en diversos escenarios, la cosmovisión y la conducta de las poblaciones locales ha entrado en colisión frontal con los puntos de vista e intereses empresariales agravando esos conflictos sin que se hallen soluciones. Otro aspecto a considerar es que estos enfoques prevalecientes se caracterizan genéricamente por sobredimensionar el rol causal de variables ideológicas, los protagonismos individuales o meramente materiales, y de reducir el elenco de objetivos de las partes confrontadas a meras competencias por recursos o por poder, a expensas de explicaciones más comprehensivas. Esos enfoques ignoran o minimizan el reconocimiento de que la minería de gran escala es una actividad caracterizada por la radical, intensa, multifacética y súbita transformación de todo su entorno; y que ella conlleva cambios absolutos e irreversibles que implican incertidumbres, riesgos y temores para las comunidades locales, además de variadas consecuencias materiales. En el visceral rechazo de algunas colectividades al inicio de proyectos mineros se entremezclan factores de muy diversa etiología, incluyendo variables antropológicas y una pronunciada resistencia al cambio. En la experiencia internacional, los procesos de transformación acelerada e intensa generan hondos desequilibrios económicos, sociales, culturales y psicológicos que suelen estimular la conflictividad. Los proyectos mineros peruanos no son la excepción: generalmente se despliegan en localidades altoandinas históricamente abandonadas por el estado (siempre todo ha permanecido inmóvil e inalterado), donde el desarrollo sigue siendo una aspiración ignota. Ante el contexto descrito, se requiere de marcos conceptuales más comprehensivos para aproximarnos al entendimiento de los conflictos socio-ambientales que afectan a la minería peruana. De particular utilidad resulta la Teoría de Necesidades Humanas Básicas, formulada para tratar de analizar conflictos de diversa etiología en diversas partes del mundo. Este enfoque complementa y actualiza al expuesto por Abraham Maslow en su obra de 1943, Una teoría sobre la motivación humana. Perú país minero: el incentivo perverso de la minería ilegal Por José Ventura el 10 de Abril 2014 3:00 PM La minería ilegal tiene un efecto devastador en el Perú: contaminación ambiental, corrupción, etc. Sin embargo, ha ganado notoriedad entre la población que no se siente beneficiaria del crecimiento económico, encontrando en esta actividad una forma rentable de sobrevivir. En volumen representa casi el 20% de la producción nacional de oro. Debemos empezar por una básica diferenciación, ya que en el análisis y en la opinión pública, equivocadamente, se ha agrupado dentro de la misma esfera de "minería informal" a todo lo que no encaja como gran minería o mediana minería. En este sentido, existen tres categorías, cada una distinta de la otra y poseedoras de una dinámica propia: La minería artesanal es aquella actividad realizada desde hace siglos y que es parte de una economía de subsistencia de poblaciones andinas y amazónicas que diversificaron sus ingresos con la actividad minera. De hecho hoy es su principal actividad. La realizan personas con poca especialización, con una tecnología muy básica, que efectúan movimientos de tierra en volúmenes muy pequeños (hasta 1,000 hectáreas de concesión y 100 TM por día). Esta actividad igual que todas es dañina en su escala, pues la tecnología utilizada no contempla la optimización del uso de insumos (mercurio y otros). La minería informal, por su parte, está compuesta por aquellos mineros artesanales que pasaron a mover mayor volumen de tierras, utilizando herramientas más sofisticadas y una mayor tecnología, obteniendo así una mayor rentabilidad, dejando de lado la economía de subsistencia. Son informales porque no cuentan con los permisos necesarios para la actividad y no tributan al Estado. La categoría informal hace referencia al estatus administrativo y jurídico más que a una categoría productiva. El problema (que no justifica el desarrollo de esta actividad) es que los pasos para formalizarse son muchos y muy tediosos, además de representar un gran costo en tiempo y dinero, todo lo cual parece estar empujando a este sector a mantenerse en la informalidad o incluso migrar hacia la ilegalidad. La minería ilegal, precisamente, es aquella que ya no está definida solamente por el volumen de tierras que mueve (que en algunos casos puede ser la misma o mayor cantidad que una empresa de mediana minería), sino sobre todo porque desarrolla sus actividades afectando los derechos de otros. Por ejemplo: en reservas naturales o áreas protegidas, vulnerando estas zonas, contaminando el medio ambiente y causando efectos sociales terribles; como prostitución infantil, trata de blancas, explotación de personas, etc. Esta actividad, concentrada principalmente en casi la mitad de las regiones del país, representa uno de los problemas principales que debe afrontar el Estado no solo por sus efectos nocivos a nivel medioambiental y social, sino porque, a pesar de su ilegalidad, se ha convertido en una actividad atractiva y rentable de la que depende una gran parte la población peruana.