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LOS ORÍGENES Y EL DESARROLLO INICIAL DE LA PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS

VEGETALES Y LA AGRICULTURA EN
BOSQUES TROPICALES COLOMBIANOS

ABSTRACTO
Este documento se concentra en la evidencia arqueobotánica para la adopción del cultivo
de plantas en los bosques en siete regiones de Colombia. Presentamos una síntesis y
explicación de la evidencia que tenemos actualmente para el proceso que implicó la
adopción del cultivo de plantas y el desarrollo de la producción de alimentos en esta área.
Los usos de los alimentos vegetales disponibles localmente en estos bosques son
evidentes por la transición del Pleistoceno / Holoceno. Por el medio Holoceno, se agregaron
plantas domesticas exógenas, incluyendo maíz, mandioca y posiblemente frijoles comunes.
Nosotros exploramos más a fondo los datos disponibles sobre otros proxies para discutir
modelos para explicar la transición de la caza y reuniendo a la horticultura.
__________________________________-
El origen de la producción de alimentos es uno de los principales hitos en evolución humana
(Watson, 2001; Winterhalder y Kennett, 2006). Las plantas fueron domesticadas en
múltiples regiones alrededor del mundo, entre cinco y diez, dependiendo el autor (por
ejemplo, Harlan, 1971;Vavilov, 1992: 126-128; Piperno y Pearsall, 1998; Piperno, 2011a,
b;Smith, 1998; Diamond, 2002; Zeder et al., 2006; Balter, 2007). Una de estas regiones -
noroeste de América del Sur (Colombia andina y Ecuador adyacente) - es un cinturón de
bosques tropicales con temperatura diferente y regímenes de precipitación. Piperno (2011a,
b) ha propuesto que esta región era un centro para la domesticación de plantas en América
del Sur. Sinergias entre procesos socioculturales, climáticos y ambientales a fines del
Pleistoceno tardío / Holoceno temprano y posteriormente en el comienzo y mediados del
Holoceno, favorecieron situaciones que mejoraron el valor de subsistencia de los grupos de
siembra de alimentos vegetales, en lugar de agruparlos en el paisaje (Gnecco, 2003;
Gneccoy Aceituno, 2004, 2006; Aceituno y Loaiza, 2014, 2015; Loaizay Aceituno, 2015;
Morcote et al., 2014; Piperno, 2011a, b, 2017;Dickau et al., 2015; Loaiza y Aceituno, 2015;
Piperno, 1989; Santos et al., 2015).
Un número creciente de estudios taxonómicos y genéticos en diferentes partes de las tierras
bajas y bosques premontanos en el espectáculo Neotropico mostraron que las plantas
alimenticias importantes como la mandioca (Manihot esculenta Crantz),arrurruz (Maranta
arundinacea L), cocoyam (Xanthosoma sagittifolium)(L) Schott), leren (Calathea allouia
Lindl) y batata (Ipomoeabatatas (L) Lam) se domesticaron en diferentes regiones (por
ejemplo, Brücher, 1989; Piperno y Pearsall, 1998: 4-6; Iriarte, 2007, 2009; Rouiller et al.,
2013). Datos arqueológicos recuperados en las últimas tres décadas han indicado que
Colombia es una región clave para entender el origen y dispersión del cultivo y la
domesticación de plantas, así sus consecuencias evolutivas culturales en todo el
Neotrópico (Cardale et al., 1989; Gnecco y Salgado, 1989; Gnecco y Mora, 1997; Morcote
et al., 1998, 2014; Gnecco, 2000, 2003; Aceituno y Loaiza, 2014; Santos et al., 2015).
Presentamos, analizamos y discutimos varias líneas de información que dilucidan el rango
de estrategias de adaptación adoptado por personas que viven en varias regiones de los
bosques humedos de Colombia. Mostramos cómo desarrollaron estrategias durante el
Holoceno temprano y el Holoceno medio, preparando la escena para la transición de formas
de vida que combinan la caza, la pesca y la recolección con otros que cada vez más
dependía de un pequeño número de alimentos vegetales domesticados.
Grupos humanos presentes en el paisaje colombiano desde al menos 12,400 ± 160, años
BP (Correal, 1986: 117) (todas las fechas no están calibradas) 14C, a menos que se indique
lo contrario) respondió a los fuertes cambios de este largo período mediante el desarrollo
de la gestión de prácticas en plantas que modificaron la vegetación regional y local e
incluido el uso de cultígenos cuya primera domesticación ocurrió fuera e incluso más allá
de Colombia, como la mandioca y el maíz (Piperno, 2011a, b; 2017). Estas estrategias de
gestión son los escalones para los orígenes de la producción de alimentos y señalar el
comienzo del arcaico, un período cultural Holoceno en el cual el desarrollo la domesticación
y cultivo de plantas, así como la inserción de la horticultura como un jugador principal en la
economía de subsistencia.
Usamos la expresión producción de alimentos en el sentido de alimentos de bajo nivel de
producción (Smith, 2001), definida como una economía que es una mezcla de prácticas
características de la caza y la recolección y las sociedades agrícolas (Winterhalder y
Kennett, 2006: 4). La horticultura debería ser entendido como una forma de producción de
alimentos de bajo nivel que conlleva a pequeña escala plantación de especies que van
desde silvestres hasta domesticadas (Piperno y Pearsall, 1998: 6-7; Winterhalder y Kennett,
2006: 4). Siguiendo estos autores, domesticados son nuevas variedades o especies de
plantas o animales creados a través de selección artificial (Winterhalder y Kennett, 2006:
3). La domesticación es el proceso que conduce a la evolución por selección artificial de
organismos alterados que muestran características ventajosas para entornos humanos,
pero que son desventajosos para sobrevivir en la naturaleza, y esta última característica
también se conoce como el síndrome de domesticacion (Allaby, 2014). El cultivo debe ser
entendido como el "cuidado de plantas, silvestres o domesticadas" (Winterhalder y Kennett,
2006: 4).
2. Evidencia arqueobotánica del uso de plantas durante el periodo Arcaico
En el inicio del Holoceno, la evidencia de campo muestra un aumento en población a
medida que nuevas áreas fueron colonizadas (Aceituno et al., 2013). La evidencia que se
discutirá en este documento se ubica de sur a norte de la región andina de Colombia
después de la cuenca del río Cauca en Popayán, cuenca del río Calima, cuenca media del
río Cauca (centro Cauca), Cuenca del río Medellín / Porce. Fuera de los Andes en el
Amazonas la cuenca del sitio Peña Roja esta localizado. Finalmente nos referiremos a
evidencia arqueológica en la Sabana de Bogotá y la cuenca media del río Magdalena
(Magdalena media) (Fig. 1).
2.1. Popayan
Popayán se encuentra en la Cordillera Central en el alto Cauca Cuenca del río a unos 1600
m sobre el nivel del mar (msnm) en una zona subandina de bosque (Fig. 1) (Gnecco, 2000:
17). En este contexto se encuentra San Isidro, un sitio fechado entre 10,050 ± 100 y 9530
± 100 años BP (Gnecco, 2000: 48, Gnecco, 2003) (Fig. 2) y se caracteriza por miles de
chert copos y algunos artefactos de obsidiana Se encuentran copos retocados y no
retocados, bifaces lanceolados y preformas de proyectiles. Además de los artefactos
quebrados, hay adoquines de tierra de borde (piedras de mano), fresado plano, adoquines
con surcos cóncavos, y hacha de piedra molida (Gnecco, 2000: 60-62). Miles de semillas
fueron recuperadas en asociación con los artefactos. Estos incluyen aguacate (Persea cf.
americana), basul (Erythrina cf. edulis), Caryocar spp., Virola spp., varios tipos de palmas,
destacando Acrocomia (Piperno y Pearsall, 1998: 200; Gnecco, 2000: 67 - 69). Restos
macrobotánicos de Lagenaria sp. también se recuperaron en San Isidro (Gnecco, 2003;
Gnecco y Aceituno, 2006: 93). Granos de almidón extraídos de un suelo de borde adoquines
fueron identificados como cf. Xanthosoma / Ipomoea y / o Manihot y Maranta (véase
arundinacea), así como gramíneas y legumbres no identificadas (Piperno y Pearsall, 1998:
200).
Según Gnecco (2000, 2003), los habitantes de San Isidro ya estaban practicando el cultivo
en la transición Pleistoceno / Holoceno. En el registro de polen se da la identificación de las
plantas colonizadoras (es decir, Plantago), los pastos y los arbustos sugieren la preparación
de la parcela cerca del sitio. Registros de polen y arqueobotánicos, Gnecco (2003) sugieren
que Los habitantes de San Isidro practicaron una forma de agroecología (Rindos, 1984)
basado en la selección y cultivo de árboles frutales y tubérculos no locales alrededor de
10.000 años BP.
2.2. Cuenca del río Calima
Se localiza al Norte de Popayán en la cuenca del río Calima (Cordillera Occidental) (Fig. 1)
en una zona de vida de bosque húmedo de los Andes y a 1750 msnm, los sitios de
Sauzalito, El Recreo y El Pital. Las Fechas de radiocarbono estos sitios están entre 9670 ±
100 años BP y 4090 ± 90 años BP (Salgado, 1988-1990, Salgado, 1995) (Fig. 2).
Herramientas de piedra encontradas en ellos, incluyendo piedras de moler y piedras de
mano, y hachas / azadas de cintura sugieren el procesamiento de plantas (Herrera et al.,
1988; Salgado, 1988-1990).
El último nombre se considera un tipo de herramienta de diagnóstico para la región y se ha
relacionado con la eliminación de suelos para el cultivo de plantas, la cosecha de tubérculos
y raíces, y la extracción de fogones de almidón de palmeras (Cardale y otros, 1989, Gnecco
y Salgado, 1989). De estos sitios arqueólogos también recuperó semillas carbonizadas de
palmeras y aguacate junto con fitolitos identificados como palmas, bambúes y arrurruz
Maranta sp. (Piperno, 1985, Piperno y Pearsall, 1998: 202). Se puede argumentar que los
datos del río Calima revolucionaron las interpretaciones arqueologicas durante los años
1980 y 1990) porque sugirió un modelo para los primeros cazadores-recolectores que hacía
hincapié en las plantas, como se opuso a una fuerte dependencia de la caza como en la
Sabana de Bogotá (Gnecco y Salgado, 1989). Este nuevo modelo también presentado para
la primera vez la posibilidad de cultivo de plantas en ocupaciones del Holoceno temprano
en Colombia.
2.3. Medio Cauca
Siguiendo la cuenca del río Cauca al norte, se encuentra la región media del Cauca
(Cordillera Central) (Fig. 1). Esta región tiene uno de registros arqueológicos más completos
en Colombia (26 sitios excavados y fechado) y una larga secuencia ocupacional que se
remonta a la Transición del Pleistoceno / Holoceno al Holoceno medio (Rojas y Tabares,
2000; Rodríguez, 2002; Cano, 2004, 2008; Tabares, 2004; Aceituno y Loaiza, 2007; Dickau
et al., 2015). La mayoría de estos sitios estan ubicado entre 1400 y 1700 msnm en un
bosque húmedo premontano (Espinal, 1985). Las ocupaciones arcaicas en la región están
fechadas entre 10,619 ± 66 y 4180 ± 70 años BP (Dickau et al., 2015) (Fig. 2).
La industria lítica del Medio Cauca comprende herramientas en copos y molidas. Las
herramientas en copos fueron ampliamente utilizadas, y algunas derivadas de una cantera
de cuarzo en el sitio El Antojo donde se recolectaron miles de copos, algunos de ellos
bifacialmente reducido (INTEGRAL, 1997; Aceituno y Loaiza, 2007: 77-78). Dos puntos de
proyectil bifaciales: uno en el sitio de El Mirador, con fecha 9663 ± 83 años BP, y otro en el
sitio 39 El Recreo Cancha fechado entre ca. 8500 y 8000 años BP (Herrera et al., 2011;
Dickau et al., 2015). Piedras de mano, piedras de molienda y herramientas de cintura
frecuentes los ejes probables / azadas con cintura (Fig. 3: 1-3) se fabricaron con rocas
volcánicas obtenidas en arroyos (Aceituno y Loaiza, 2007; 2014; 2015; Loaiza y Aceituno,
2015).
Los restos macrobotánicos son escasos en sitios del Cauca medio, y por tanto, los estudios
arqueobotánicos se han basado principalmente en el polen y análisis de grano de almidón.
Aun así, la gran cantidad de datos subraya la importancia de esta región para comprender
la evolución de producción de alimentos en el norte de los Andes. Las tablas 1 y 2 muestran
salvaje y taxones domesticados identificados en sitios arqueológicos que datan de
principios al Holoceno medio. Durante el Holoceno temprano, los datos microbotánicos
sobre el uso de plantas sugieren las primeras etapas de una forma de alimentos de bajo
nivel producción que implicó la selección, propagación y protección de algunas plantas en
áreas cercanas a los asentamientos. Por otro lado, el exógeno origen del maíz (Fig. 4: d y
k), Manihot cf. esculenta (Fig. 4: a, e, m, yp) y Phaseolus cf. vulgaris (Fig. 4: l y n) confirma
que las prácticas hortícolas estaban bien establecidas en el Holoceno medio a lo largo del
Neotrópico. Los taxones restantes identificados son carbohidratos plantas tuberosas ricas,
como Xanthosoma (Fig. 4: f, h, yj), un género ampliamente distribuido en el norte de
Sudamérica (Piperno y Pearsall, 1998: 165) que está bien representado dentro del registro
de polen en el Sitio de Jazmin entre ca. 9000 y 5000 años BP (Jaramillo y Mejía, 2000a;
Aceituno y Loaiza, 2007: 84-86). Eso sugiere estos tubérculos probablemente sea un
recurso utilizado desde los primeros momentos de la producción de alimentos. Ipomoea
(Fig. 4: g) - el género al que pertenece la especie domesticada I. Batatas (L) pertenece -
produce plantas tuberosas y ha sido identificado en el medio Cauca. Dos antepasados
salvajes posibles de I. batatas, I. trífida
y I. triloba, se encuentran en varias regiones de la Cordillera Central y la región del Caribe
colombiano (Roullier et al., 2013). Ipomoea cf Batatas ha sido reportado en el Holoceno
Medio en el sitio de Canaán, ya que estaba en el sitio 39 El Recreo Cancha (Dickau, 2008)
(Tabla 2).
La situación de Dioscorea (Fig. 4: c y o) es algo similar a esa de cocoyam. Los ñames
productores de tubérculos tienen una amplia distribución a través del Neotrópico (Brücher,
1989: 19). El polen de Dioscorea ha sido identificado en los sitios de El Jazmin,
Campoalegre y Guayabito (Jaramillo y Mejía, 2000a, 2000b; Aceituno, 2002), mientras que
los granos de almidón de las herramientas tienen sido recuperado en los sitios de La
Pochola, El Jazmin y La Selva (Aceituno) y Loaiza, 2014). De este género solo D. trifida fue
domesticado en el Neotrópico en la amplia zona de tierras bajas del norte de Brasil, las
Guyanas, Surinam y el sur de Venezuela (Piperno y Pearsall, 1998: 117; Piperno, 2011a).
Hasta la fecha, poco se sabe de la historia de la domesticación de esta planta y no podemos
asegurar si los granos de almidón identificados pertenecen a una especie ancestral a la D.
trifida domesticada. Sin embargo, es probable que la especie utilizada era parte del grupo
de plantas seleccionadas en los primeros momentos de producción de alimentos.
Con respecto al frijol común (Fabaceae: Phaseolus spp.) (Fig. 4: b y i) no hemos podido
determinar si los especímenes arqueológicos son locales o exóticos (Aceituno y Loaiza,
2014). Las primeras fechas sugieren que podría ser una variedad local que permanece sin
identificar, pero eso no es ancestral a cualquiera de las especies domesticadas P. vulgaris
(frijol común) y P. lunatus (frijol lima) se originaron en México y Perú (Chacón, 2009; Chacón
et al., 2005), casi al mismo tiempo la variedad local se estaba utilizando en el Cauca medio
(Aceituno y Loaiza, 2014).
El registro de polen correspondiente al Holoceno temprano en el medio La región de Cauca
exhibe familias de plantas típicamente asociadas con antrópicos alteración, como
Asteraceae, Melastomataceae, Poaceae y Cecropia spp., entre otros (Jaramillo y Mejía,
2000a). No obstante, los datos disponibles no son concluyentes sobre el origen de esta
alteración y no podemos evaluar si se debió a la preparación de la parcela de jardín, por
cierto la preparación del campamento como se muestra en ejemplos etnográficos (por
ejemplo, Politis, 1995, 1996, 2007), causas naturales o alguna combinación de estos
escenarios. Como se señaló anteriormente, el uso de plantas en el Cauca medio aumenta
a mediados del Holoceno.
Hacia. 7500/7000 años BP los registros de polen de La Pochola, El Jazmin y Campoalegre
muestran evidencia clara de vegetación alteración según lo sugerido por el aumento
dramático en las familias de plantas Melastomataceae y Asteraceae, así como la alta
diversidad de taxones se muestra en el registro. Asociado con esto aumentar el almidón
evidencia de grano de Manihot cf. esculenta, maíz y Phaseolus cf. Vulgaris sugieren
firmemente la consolidación de una forma de producción de alimentos basada en la
horticultura. El maíz no solo se identificó a través de los granos de almidón (Tabla 1), sino
también de polen, ambos en La Pochola datan de 6743 ± 45 años BP (Mercado, 2010) y El
Jazmin datan entre ca. 7000 y 5000 años BP (Tabla 2) (Aceituno et al., 2001; Aceituno,
2002). Originalmente domesticado en la cuenca del río Balsas de México antes de 7900
años BP (8700 cal. BP) (Matsuoko et al., 2002; Piperno et al., 2007, Piperno et al., 2009).
En cualquier caso, la incorporación del maíz en el Cauca medio a las prácticas locales jugó
un papel importante en la consolidación de estrategias hortícolas que aumentan el uso de
cultivos con mayor rendimiento tasas en los jardines cercanos a los sitios (Dickau, 2005;
Aceituno y Loaiza, 2007, 2014).

Manihot spp. es otro taxón importante identificado en el medio Región del Cauca Manioc
fue domesticado en el sudoeste de Brasil en la zona de transición entre el entorno
Cerrado y el Amazonas Cuenca (Olsen y Schall, 1999; Arroyo-Kalin, 2010; Clement, 2010;
Isendahl, 2011). Los granos de almidón de las herramientas "mano 514" (más viejo que
7590 años BP), "mano 265" (fechado 7080 ± 50 años BP) y "Mano" 762 (fechada entre
6903 ± 45 y 6743 ± 45 años BP) (Tabla 2) muestran las características distintivas de la
mandioca (Aceituno y Loaiza, 2014). Manihot spp. el polen fue recuperado del Guayabito
sitio fechado 4180 años BP (Tabla 2) (Jaramillo y Mejía, 2000b; Aceituno, 2001, 2002;
Aceituno et al., 2001) apoyando la idea de que esta planta se cultivó localmente ya en el
Holoceno medio.

Por ca. 6900-6700 años BP en el sitio de La Pochola una gran cantidad de los granos de
almidón muestran las características típicas de los frijoles comunes (Phaseolus vulgaris)
(Tabla 1) (Fig. 4: lyn). Se ha estimado que en este momento los frijoles se habían
domesticado en los centros de origen y que, por lo tanto, hay una buena posibilidad de
que los granos de almidón de estos los niveles pertenecen a la especie domesticada. Sin
embargo, esto es difícil de demostrar porque los granos de almidón de variedades
domesticadas y silvestres de los frijoles comunes son similares y, por lo tanto, difíciles de
discriminar a través de granos de almidón (Piperno y Dillehay, 2008).
En resumen, los datos del Cauca medio sugieren que las plantas comenzaron a ser
manipuladas por humanos en el Holoceno temprano sentando las bases para el desarrollo
y establecimiento de la horticultura por el Holoceno medio en el cual las plantas tuberosas
desempeñaron un papel clave (es decir, preparación de pequeños jardines donde se
encuentran especies silvestres y domesticadas cultivado) (Piperno y Pearsall, 1998: 7;
Winterhalder y Kennett, 2006: 4; Harris, 2007: 23-24). Una característica importante de la
horticultura en ambientes tropicales es la gran diversidad de plantas que se cultivan sitios
de habitación cercanos como una estrategia económica que también implica la caza y
recolección (Johnson, 1983; Posey, 1984; Balée, 1989, 2006; Balée y Gely, 1989;
Andrade, 1993; Politis, 1996, 2007; Rival, 1998, 2006; Balée y Erickson, 2006;
Winterhalder y Kennett, 2006: 4).
2.5. Cuenca del río Medellín / Porce
Al norte del centro del Cauca, la cuenca Medellín / Porce en la Central Cordillera ha
producido diez sitios arcaicos que muestran evidencia importante de la producción de
alimentos. En el sur de esta región (Medellín), tres sitios, La Morena, La Blanquita y Casa
Blanca, se encuentran entre 2000 y 2100 msnm, en una zona de vida andina (Santos,
2010). El otro los sitios se encuentran más al norte (Porce) en una zona de vida de
bosque tropical solo debajo de 1000 msnm y llamado PIIIOI-52, PIIIOI-59, PIIIOI-40,
PIIIOP-61, PII-021, PII-045 y PII-107. La tecnología lítica es similar a la de las regiones de
Calima y Cauca medio, que comprenden piedras de mano, molienda piedras, hachas,
azadas y herramientas unifaciales. Además de este tipo de herramientas, hay miles de
herramientas de cuarzo sin piedra (como cuchillos y raspadores) que se han asociado con
actividades de caza y matanza
según la forma (Castillo y Aceituno, 2006; Otero y Santos, 2006: 74-86).
Al igual que en el Cauca medio, la secuencia cultural de la región de Medellín / Porce es
largo (Fig. 2), lo que permite un análisis en profundidad de los comportamientos
adaptativos involucrado en el desarrollo de la producción de alimentos. Esta región
también tiene restos zooarqueológicos y humanos, agregando dos líneas más de
evidencia. El registro del Holoceno temprano está representado solo por el identificador
catión de Dioscorea spp. De polen en La Morena fechado entre 10,060 ± 60 y 9680 ± 60
años BP (Santos et al., 2015). Para esto mismo tiempo se ha sugerido para la subregión
de Porce una amplia la economía del espectro que utiliza principalmente ecosistemas
ribereños desde los recursos son más ricos y más predecibles que los recursos del
interior (Piperno y Pearsall, 1998: 74; Castillo y Aceituno, 2006). Los registros de polen no
muestran evidencia de alteración antropogénica asociada con uso de plantas. El registro
del polen del Holoceno medio (alrededor de 7700-4000 años BP) cambios importantes
que sugieren una variación en las estrategias económicas adaptado por los colonos de la
región de Medellín / Porce. Hacia ca. 7700 años BP hay evidencia de alteración de la
vegetación asociada con la limpieza de parcelas para favorecer el crecimiento de plantas
alimentarias de las familias Solanaceae, Arecaceae, nnonaceae y Passiflorae, entre otras
(Castillo y Aceituno, 2006). Asociado con los claros, el registro muestra la aparición de
cultivos exógenos como el maíz (polen, fitolitos y granos de almidón) y Manihot spp.
(granos de almidón), junto con otras plantas

como Smilax spp. (polen), Amaranthus spp. (polen) y Phaseolustrichocarpus (polen) (Tabla
3), taxones que pueden haber sido cultivados (Castillo y Aceituno, 2006; Otero y Santos,
2006: 420; Santoset al., 2015). Toda esta evidencia botánica sugiere que, similar al Cauca
medio, los habitantes de Medellín / Porce desarrollaron la horticultura. Como se mencionó
anteriormente, la subregión de Porce proporciona otras dos líneas de evidencia que mejora
nuestra comprensión de sus ocupaciones arcaicas:los restos humanos y faunísticos
encontrados en el sitio 021, fechados 7500-5500 años BP (Castillo, 1998: 45) y con la
apariencia de cerámica ca. 5000 años BP (Castillo y Aceituno, 2006). Mujeres Hombres y
los niños fueron enterrados individualmente, en parejas y / o en pequeños grupos, cubiertos
con suelos y rocas (Castillo, 1998: 47). Alrededor de 14,000 huesos de animales fueron
recuperados acompañando los entierros humanos, en una fauna de mamíferos dominada
por paca (Cuniculus paca), rata espinosa de Tomé (Proechimys semispinosus), agutí negro
(Dasyprocta fuliginosa), brasileño puercoespín (Coendou prehensilis) y armadillo de nueve
bandas (Dasypus) novemcinctus), junto con pequeñas cantidades de carnívoros, aves y
reptiles huesos (Castillo y Aceituno, 2006). En resumen, sugieren evidencia arqueobotánica
y bioarqueológica que la horticultura era la base de la economía: cultivo a pequeña escala
complementado por la recolección y caza de recursos locales. Esto también es respaldado
por elementos traza y análisis isotópico estable en los restos humanos Los valores de
estroncio (558 ppm), manganeso (919 ppm), bario (148 ppm), vanadio (98 ppm), zinc (371
ppm), Cooper (9 ppm) y 13C (-25.09 y -24.62) sugieren una elevación consumo de plantas
verdes, bajo consumo de frutos secos y fibra, leve a un bajo consumo de carne y muy pocos
peces, crustáceos y moluscos consumo (Beasley et al., 2013; Corti et al., 2013). La
correlación Ba / Sr índice (-0.58) también sugiere una dieta terrestre basada en plantas con
una baja representación de recursos acuáticos (Trancho et al., 1996; Castillo y Aceituno,
2006).
El acto de enterrar a los muertos en un solo lugar acompañado de ofrendas de varias
especies de animales y herramientas líticas se puede interpretar como una estrategia
cultural para apropiarse del paisaje, creando un vínculo con los antepasados que
reforzaron los derechos de un grupo particular sobre el recursos locales (Brown, 1995;
Castillo y Aceituno, 2006). Ha sido sugirió que el uso de vasijas de cerámica (llamada
Cancana) era principalmente ceremonial, es decir, para las festividades y los intercambios
sociales entre vecinos grupos como una estrategia para minimizar el conflicto (Castillo y
Aceituno, 2006).
2.6. Cuenca del río Amazonas
Fuera de los Andes colombianos, en la cuenca del río Caquetá en la mayor cuenca del río
Amazonas se encuentra el sitio Peña Roja a 100 msnm en una zona de vida de selva
tropical y fechada entre 9920 y 8090 años BP (Fig. 1) (Fig. 2) (Cavelier et al., 1995;
Gnecco y Mora, 1997; Mora, 2003: 102; Mora y Gnecco, 2003, Morcote et al., 2014: 43).
El lítico el ensamblaje comprende copos unifaciales, helicópteros, taladros, piedras de
mano, fresas, martillos, azadas y yunques, fabricados en locales materias primas como el
pedernal, el cuarzo y las rocas ígneas Cavelier et al., 1995: 31-32). Miles de semillas
carbonizadas fueron recuperadas de este Ocupación arcaica que incluía varias palmeras
y árboles frutales como Anaueria brasiliensis, Astrocaryum culeatum, Astrocaryum
chambira, Astrocaryum jauari, Bactris sp., Euterpe precatoria, Oenocarpus bacaba,
Oenocarpus bataua, Oenocarpus minor, Mauritia flexuosa, Parkia multijuga, Inga spp.,
Passiflora quadrangularis, Brosimum guianense, Sacoglottis spp. y Caryocar spp. entre
otros (Morcote et al., 1998, Morcote et al., 2014). Phytoliths de squash (Cucurbita spp.),
Calabaza de botella (Lagenaria siceraria) y leren también fueron identificados. Los dos
primeros productores de fitolitos taxones son plantas exógenas que tuvieron que ser
traídas a la región para el cultivo (Piperno y Pearsall, 1998: 204-205). El análisis del grano
de almidón identificó Xanthosoma spp. también fue recuperado de dos herramientas
líticas (azada y piedra de mano) y fechadas entre 8800 y 8730 años BP (Morcote et al.,
2014: 44). La evidencia sugiere que Los colonos de Peña Roja practicaban manejo
selectivo de palma y árboles frutales, así como el cultivo de otras plantas alimenticias
(Cavelier et al., 1995: 36 - 41; Morcote et al., 1998; Morcote et al., 2014).
2.7. La Sabana de Bogotá y la cuenca media del río Magdalena
Otras dos regiones en Colombia que han proporcionado importantes los datos
arqueobotánicos descritos incompletamente para este período, son Sabana de Bogotá y
la cuenca del río Magdalena Medio (Fig. 1). Estas dos regiones aún no se han identificado
como tan importantes para discusiones sobre el origen de la producción de alimentos. No
obstante, proponemos que ambos sitios son relevantes para entender las adaptaciones
arcaicas en los bosques tropicales del Nuevo Mundo a través del Plato Pleistoceno /
Holoceno temprano límite.
La Sabana de Bogotá está ubicada en la Cordillera Oriental a 2600 msnm con 11 sitios
arqueológicos. Esta región tiene la ocupación más larga secuencia en el noroeste de
América del Sur e incluye la megafauna matanza en la transición del Pleistoceno /
Holoceno a la producción de alimentos en el Holoceno superior, de ca. 12,500 a 3000
años BP (Fig. 1) (Fig. 2) (Correal y van der Hammen, 1977; Hurt et al., 1977; Correal,
1982, 1986, 1990, 1993; Ardila, 1984; Groot, 1992, 1995). Correal (1986: 123-125)
interpreta que los restos faunísticos asociados a Abriense tecnología (los copos
unifaciales retocados pertenecen a los bordes recortados tradición) sugiere que la caza
jugó un papel importante en economía y se complementó con la recolección de caracoles,
cangrejos, tubérculos y semillas. El análisis reciente del desgaste lítico del uso apoya la
idea de que la tecnología Abriense se utilizó en un amplio espectro de recursos que
incluido el trabajo en madera, hueso y cuero, así como herramientas que tenían phytoliths
de bambú en ellos, mientras que solo uno fue identificado como carnicería herramienta
(Nieuwenhuis, 2002: 54-55, 61, 65, 67). La presencia de una gran variedad de restos
faunísticos que incluyen especies de regiones más bajas también apoya la idea de una
economía de amplio espectro que no solo en el juego principal, sino también en la caza
de especies menores (Correal, 1990: 257). La presencia continua de cuy (Cavia porcellus)
y la centrarse en esta especie sobre otros mamíferos más grandes, como el rabo blanco
el venado (Odocoileus virginianus) por las especies del Holoceno medio ha llevado a la
hipótesis de que la domesticación de cobayas puede haber tenido lugar en la Sabana de
Bogotá entre los años 3600 y 2500 a. C. (Correal y Pinto, 1983; Correal, 1986: 125;
Delgado, 2016).
A medida que el Holoceno avanzó, la tecnología lítica se transformó incorporando una
cantidad cada vez mayor de herramientas centradas en el procesamiento de plantas, tales
como piedras de mano, yunques, martillos y piedras de molienda (Ardila, 1984; Correal,
1990: 257; Correal, 1987; Groot, 1992: 6; Groot, 1995: 54). A los adoquines de tierra del
borde del sitio de Checua se recuperaron junto con la molienda y piedras de martillo de
fecha ca. 8500 años BP, que sugieren raíz y tubérculo actividades de procesamiento
(Groot, 1995: 54; Groot, 1992: 6). Por ca. 3800 años BP hay evidencia macrobotánica de
oca (Oxalis tuberosa) y calabaza (Cucurbita pepo) según Correal (1990: 260) y por ca.
3300 años BP, aguacate, maíz y batata (Correal, 1990: 261), sugiriendo que las prácticas
de producción de alimentos basadas en el cultivo de plantas desde el inicio del Holoceno.
El aumento de la diversidad faunística en varios sitios junto con la evidencia de Checua
sugieren una expansión de los recursos utilizados que tenían una presencia mínima en
los niveles del Pleistoceno, como las plantas que aumentan en frecuencia a medida que
avanza el Holoceno. El Magdalena Medio (cuenca media del río Magdalena) se
encuentra entre la Cordillera Central y Oriental, entre 100 y 200 msnm en un ambiente de
selva tropical (Fig. 1). Constituye otra región que, a pesar de que todavía tiene que tener
una arqueobotánica sustantiva datos sobre la producción de alimentos, es relevante
debido al marco de tiempo de los siete sitios, fechados entre 10,400 ± 60 y 3130 ± 70
años BP (López, 1995, 1999, 2008; Otero y Santos, 2002) (Fig. 2), y también el entorno
geográfico. Las herramientas líticas están compuestas de varias espinas puntos
proyectiles bifaciales, raspadores plano-convexos y muchos otros herramientas que se
han asociado con adaptaciones paleoindias (López, 1999: 100). El hecho de que esta
tecnología sigue siendo la misma en el Holoceno superior, ha dado lugar al argumento de
que era un amplio espectro adaptación basada en la gran diversidad de recursos fluviales
como reptiles, aves, mamíferos acuáticos, peces, así como plantas y animales del interior
(Otero y Santos, 2002). Hasta la fecha, la evidencia para el uso de la planta es limitada a
algunos granos de almidón recuperados de herramientas (Nieuwenhuis, 2002: 88-89) con
un puñado de herramientas líticas enfocadas en el procesamiento de plantas (Otero y
Santos, 2002). El análisis del desgaste lítico sugiere que las herramientas de piedra
utilizado principalmente para procesar pescado, cuero, madera, hueso y marginalmente
otras plantas (Nieuwenhuis, 2002: 106).
3. DISCUSIÓN
Todos los datos presentados arriba sugieren producción de alimentos de bajo nivel
economías que implican estrategias tales como la alteración del ecosistema, recursos
manejo y cultivo de plantas durante el Holoceno, una época que trajo cambios
ambientales a gran escala que afectan a la planta y las comunidades de animales, así
como una antrópica sin precedentes alteraciones (Sthal, 2016). Colectivamente, la
evidencia arqueológica de Colombia apoya la hipótesis mundial de que, aunque algunos
plantas y animales fueron utilizados y domesticados desde la Transicion Pleistoceno /
Holoceno, el desarrollo de la producción de alimentos de bajo nivel economías es una
adaptación del Holoceno (Pringle, 1998; Richerson et al.,2001; Bettinger et al., 2009).
El aumento progresivo en la evidencia arqueológica de ca. 10,500 años BP en varias
regiones sugieren los movimientos territoriales y expansión a otras áreas a través de los
Andes colombianos. Esta situación es similar a lo que sucede en los registros
arqueológicos de regiones adyacentes como Panamá y Ecuador (Cooke, 1992, 2005;
Piperno y Pearsall, 1998: 187; Piperno et al., 2000; Piperno, 2006, 2011a, b; Dickau et al.,
2007; Pagán-Jiménez et al., 2016).
El componente arqueobotánico (restos macrobotánicos, polen, granos de almidón y
fitolitos) muestra que las plantas tuberosas ricas en carbohidratos son una constante en el
registro de estas regiones. Los datos analizados no solo sugieren el uso de recursos
vegetales específicos, sino que van más allá; en Popayán (Gnecco, 2000, 2003) y la
cuenca del Amazonas (Morcote et al., 1998, 2014) los investigadores han interpretado los
datos como evidencia de alteraciones antropópicas tempranas como un conjunto de
estrategias de gestión del paisaje y control de los recursos naturales.
En términos generales, los taxones identificados a través del análisis macro y
microbotánico, junto con la evidencia de alteración antrópica en algunas regiones durante
el Holoceno temprano, sugieren que los primeros habitantes practicaban el cultivo a
pequeña escala y el manejo de plantas como estrategia para aumentar la capacidad de
carga de los ecosistemas locales, permitiendo un mayor control de los recursos locales
para asegurar la adquisición de recursos básicos. El sitio de Peña Roja es un buen
ejemplo: Cucurbita sp. y los fitolitos de calabaza muestran que los habitantes del bosque
estaban cultivando ambos cultivos y también usaban varios tipos de palmas, como lo
informan los miles de semillas de palma encontradas. Tomado en conjunto, esto sugiere
que la gente estaba alterando la distribución de los recursos naturales en algún tipo de
manejo forestal que podría tener implicaciones adicionales sobre la movilidad y el
crecimiento demográfico.
Para Popayan, Gnecco defiende la idea del cultivo temprano y la gestión basada en taxa
como el arrurruz, el aguacate y otros como Xanthosoma o Ipomoea (Gnecco, 2000, 2003;
Gnecco y Aceituno, 2004, 2006), junto con la presencia de especies alopátricas en el
registro polínico que se han interpretado como unidas por antropogenización. Para el
Cauca medio la evidencia de alteración es más débil, pero las thetaxa identificadas que
datan del Holoceno temprano (eg Fabaceae, Xanthosoma, Dioscorea, Phaseolus) que
perduran durante el Holoceno medio, sugieren que la selección a través del cultivo fue
una estrategia común en la región (Aceituno y Loaiza, 2014).
Suponiendo que todas estas adaptaciones del Holoceno incluyeran control de recursos y
gestión, debemos preguntarnos: ¿cuáles fueron las presiones ambientales y culturales
que desencadenaron las respuestas adaptativas que fueron un trampolín para el
desarrollo de la producción de alimentos, la domesticación y la instalación de la
agricultura? Las modificaciones climáticas generadas por la transición Pleistoceno /
Holoceno incluyeron una mayor precipitación que duró hasta el Óptimo Climático
Holoceno (7000-5000 años BP) favoreciendo la expansión rápida y generalizada de los
bosques húmedos y la disminución de hábitats abiertos, lo que afectó gravemente a la
fauna, especialmente mamíferos grandes (Piperno, 2017; Piperno y Pearsall, 1998: 106-
107; Vivo y Carmignotto, 2004). Los eventos puntuales y / o cíclicos de diferentes
intensidades como terremotos, actividad volcánica, tsunamis, ENOS, alteraciones
antrópicas, entre otros, deben sumarse a las tendencias climáticas que afectaron la
distribución y abundancia relativa de especies de flora y fauna durante el Holoceno (Sthal,
2016) . La falta de estudios a escala regional que brinden información sobre este tema
nos impide evaluar cómo se comportaron estos cambios continentales en escalas locales
y cómo afectaron la distribución de recursos en los diversos entornos de Colombia. Los
modelos de búsqueda de alimento óptimo han sido una poderosa herramienta teórica
para explicar las oportunidades de adaptación que llevan a algunas sociedades humanas
a la producción de alimentos (Winterhalder y Kennett, 2006; Piperno, 2011), Piperno,
2017; Cooding y Bird, 2016; Stiner y Kuhn, 2016). Uno de sus modelos Diet Breadth
afirman que cuando las tasas de retorno bajan de rango recursos se incluirán en la dieta,
esto puede incluir innovaciones para hacerlos estables a largo plazo que permitan a las
personas mantener tasas de rendimiento estables (Cooding y Bird, 2016). Presiones
demográficas y la depresión de recursos han sido los factores más utilizados para explicar
por qué las sociedades humanas comenzaron a expandir sus dietas en el Pleistoceno /
Holoceno transición como preludio de la producción de alimentos de desarrollo (Piperno,
1989; Smith y Winterhalder, 1992; Piperno y Pearsall, 1998; Richerson et al., 2001;
Winterhalder y Kennett, 2006; Piperno, 2011a; Bird et al., 2016; Cooding y Bird, 2016;
Stiner y Kuhn, 2016).
La depresión de recursos se ha utilizado ampliamente como la principal presión que impulsó
a las poblaciones humanas por las adaptaciones que llevaron al desarrollo de la producción
de alimentos. En este sentido, la extinción de la megafauna ha sido asumido como el
principal cambio que desencadenó la adopción de menor recursos clasificados, es decir,
plantas y animales pequeños (Bird et al., 2016). La escasa evidencia arqueológica de
megafauna en Colombia no sugieren que los grupos humanos eran cazadores de
megafauna especializados (Guitérrez (2010)). La evidencia de caza Megafauna se ha
encontrado en Tibito (Sabana de Bogotá), fueron mastodontes (Haplomastodon y
Cuvieronius), caballo (Equus sp.) y venado cola blanca fechado para Se recuperaron
11,740 ± 110 BP (Correal, 1982). Otros sitios con evidencia de megafauna asociada con
artefactos es El Totumo (Cordillera Oriental) y La Pileta (Santander) (Correal, 1993); Toro,
entre Calima y Cauca Medio en la cuenca del río Cauca (Rodríguez, 2002, p. 29), y Yumbo,
al sur de Toro también en la cuenca del río Cauca (Rodriguez, 2002, p 33).
Desafortunadamente, ninguno de estos sitios tiene indiscutible evidencia de actividades
humanas ni han sido fechadas, y la estratigrafía solo ha sido reportada para los primeros
dos.
Es probable que los cambios en la densidad y distribución de la fauna pequeña durante la
transición Pleistoceno / Holoceno tuvo un mayor impacto en poblaciones humanas que la
extinción de la megafauna. América del Sur fue de 20 órdenes de mamíferos en el
Pleistoceno a 12 en tiempos actuales, lo que significa una reducción del 40% (Vivo y
Carmignotto, 2004). Holoceno los mamíferos suelen ser pequeños y solitarios y debido a la
expansión de bosques húmedos en este marco de tiempo hay una expansión asociada de
fauna que tiene locomoción arbórea (Piperno y Pearsall, 1998: 62; Vivo y Carmignotto,
2004). Los grupos humanos deben haber sido sensibles a los cambios en las densidades
de la fauna menor. La ausencia de estudios hacer frente a la pequeña fauna en Colombia
dificulta la evaluación el peso real de esta variable, porque los estudios paleontológicos
tienen centrada principalmente en megafauna. Como ejemplo, el registro arqueológico de
Sabana de Bogotá, a pesar de la extinción del caballo y el mastodonte, sugiere que el área
tenía amplios recursos terrestres y acuáticos que ayudan a explicar la continuidad en las
ocupaciones humanas a través del Holoceno.
Hay evidencia de expansión territorial en otras áreas desde la transición del Pleistoceno /
Holoceno en Colombia (Aceituno et al.,2013), pero no hay evidencia clara de que haya
población routh suficiente para causar las presiones demográficas requeridas para tener un
impacto en los recursos. La estimación de esta variable requiere más detalles información
paleoecológica y arqueológica que no está disponible en el tiempo.
En lugar de un solo factor, sospechamos que una combinación de ellos incluida la extinción
de la megafauna (si está presente), la redistribución de comunidades ecológicas (plantas y
animales), crecimiento demográfico, expansión territorial, entre otros, fueron el detonante
para desarrollar nuevos comportamientos, como la inclusión de otros recursos en la dieta.
En turno, esto condujo a presiones selectivas sobre esos recursos y la alteración de nichos
que permiten un mayor control sobre algunas poblaciones de animales y plantas. Es en
este escenario donde el cultivo de plantas emerge como una estrategia de adaptación con
consecuencias ecológicas que beneficiaron a los humanos poblaciones, incluido el aumento
de la capacidad de carga, la reducción de los costos de adquisición de recursos y el
aumento en la previsibilidad. La antropogénica alteración de los ecosistemas permitidos
para las condiciones ambientales eso favoreció el cultivo y el proceso de domesticación.
Estas áreas serían los escenarios donde las nuevas presiones selectivas actuarían sobre
la plasticidad fenotípica de las plantas y, en algunos casos, el desarrollo de los
domesticados (Piperno, 2017). El cultivo de plantas se desarrolló en tiempos de clima y
cambios de clima como respuestas adaptativas a las nuevas condiciones que afectaron la
distribución de recursos y disponibilidad. La inclusión de una diversidad más amplia de
plantas en la dieta era una estrategia de minimización de riesgos que tenía como objetivo
garantizar la disponibilidad de recursos en diferentes partes del año, así como proporcionar
una forma de cebo para obtener recursos faunísticos (por ejemplo, Linares, 1976;Dufour,
1990: 54). La alta diversidad de taxones de plantas, junto con las pruebas de alteración y
la presencia de plantas foráneas, refuerzan la idea de minimizar el riesgo y las economías
de amplio espectro. La aparición de cultivos domésticos extranjeros (mandioca, maíz y
probablemente frijoles comunes) entre ca. 7700 y 6500 años BP, respaldan aún más que
el cultivo fue parte de una estrategia adaptativa desarrollada por las poblaciones en
Colombia durante el Holoceno temprano, y se mantuvo a través del Holoceno medio.
Además, apoya la idea de una dispersión temprana de cultivos y horticultura a través del
Neotropics, una estrategia de producción de alimentos que también involucró la tenencia
de una amplia variedad de plantas, incluyendo árboles frutales y plantas pequeñas (Piperno
y Pearsall, 1998: 7; Harris, 2007: 23- 24). En términos espaciales, esto también significaría
una mayor dependencia de las parcelas cultivadas, lo que a su vez reduciría la movilidad y
aumentaría el control territorial. Sin embargo, esto tiene diferencias regionales: mientras
que en el centro del Cauca no hay diferencias claras con el tiempo, en la región de Porce
hay una gran inversión en la preparación del sitio que involucró pisos de piedra astillada
para áreas de habitación y un lugar específico para enterrar a los muertos entre 7000 y
5500 añosBP.
Los datos arqueobotánicos recuperados durante los últimos 30 años resaltan el papel de
Colombia en la domesticación de plantas, ya que la macro región se ha propuesto como el
centro de domesticación para varios cultivos, incluyendo cocoyam, leren, arrurruz y batata
(Piperno y Pearsall, 1998) : 164-165) dentro de la región D1 (Piperno, 2011a). Aunque la
ubicación exacta de donde ocurrió la domesticación sigue siendo desconocida, el análisis
microbotánico realizado en los sitios arqueológicos ha podido identificar todos los géneros
a los que pertenecían esos cultivos desde el Holoceno temprano y medio. Xanthosoma ha
sido identificado en herramientas en la cuenca del Amazonas en ca. 8800 años BP (Morcote
et al., 2014: 44), Cauca medio en varias herramientas que datan entre ca. 9000 y 5500 años
BP, así como en el registro de polen en El Jazmin entre ca.9000 y 5000 años BP (Jaramillo
y Mejía, 2000a; Aceituno y Loaiza, 2007: 84-86; Aceituno y Lalinde, 2011; Aceituno, 2016),
y una identificación tentativa para Popayan con fecha ca. 9500 años BP apoyando esta idea
(Piperno y Pearsall, 1998: 200). El género Maranta fue identificado a través de fitolitos de
suelos en Calima fechados entre. 9000 y 4500 años BP (Piperno, 1985; Piperno y Pearsall,
1998: 202), y tentativamente en fitolitos de un residuo de herramienta en Popayandating
ca. 9500 años BP (Piperno y Pearsall, 1998: 200). Calathea ha sido identificada en una
herramienta del Cauca medio con fecha ca. 5600 años BP (Dickau, 2008), y de fitolitos de
suelos en la Amazonía aprox. 8800 años BP (Piperno y Pearsall, 1998: 204-205). Ipomoea
de los granos de almidón en el Medio-Cauca, fechados ca. 7000 años BP y la región de
Medellín / Porce datan entre ca. 4200 y 3500 años BP (Castillo y Aceituno, 2006). Como se
mencionó anteriormente, la clasificación taxonómica solo ha sido determinada por género,
y en algunos casos es justificativa, esto se debe al hecho de que las colecciones
comparativas de microfósiles necesitan mejorarse para alcanzar más precisión y que a
veces el nivel de especie y la evaluación de silvestre versus domesticado no pueden
alcanzarse.
4. CONCLUSIONES
Los datos de Arqueobotánica publicados en los últimos 30 años han posicionado a
Colombia como un centro independiente para el origen del uso de plantas y la
domesticación (Piperno y Pearsall, 1998: 165; Piperno, 2011; Piperno et al., 2017). Varias
especies han sido sugeridas como traída bajo domesticación en esta parte del mundo,
incluyendo arrurruz, cocoyam, leren y batata, entre otros. Todo esto botánico la evidencia
sugiere que la estrategia de producción de alimentos de los habitantes de diferentes
regiones respondió a agroecologías locales específicas. La producción de alimentos en
bosques en terrenos accidentados hubiera sido más microzonales que en valles coluviales
anchos, cuencas volcánicas o costas
Los datos discutidos anteriormente muestran que desde el Pleistoceno / Holoceno grupos
humanos de transición alteraron los ambientes locales para aumentar el control humano
sobre los recursos naturales, especialmente las plantas útiles que presentan una
distribución dispersa en los bosques tropicales. Siguiendo la optimización principio, la
selección cultural favoreció conductas que mejoraron predicción y control y disminución del
tiempo de adquisición. La alteración en la distribución y la diversidad de las plantas también
puede haber servido como una forma de aumentar la previsibilidad en el comportamiento
animal, aumentando las posibilidades de encuentro. El resultado de combinar todas estas
estrategias es el desarrollo de las economías productoras de alimentos. Para el Holoceno
medio, horticultura consolida todas las estrategias como la principal forma de producción
de alimentos que se extiende a la mayoría de las regiones discutidas en el anterior
secciones El desarrollo y la implementación de prácticas hortícolas debe haber alterado el
crecimiento de la población, la movilidad y la territorialidad de diferentes maneras en cada
región allanando el camino para el establecimiento de sociedades agrícolas, pero esos
efectos están más allá del alcance de este papel.
El aumento progresivo en el uso, control y manejo de las plantas se asocia a los cambios
ambientales durante el Pleistoceno / Transición Holoceno que afectó la distribución y
estructura del recurso. La mayor dependencia de las plantas junto con las estrategias
desarrolladas para manipularlos, son parte de las adaptaciones conductuales que las
sociedades humanas deben garantizar la supervivencia. Los ajustes culturales tienen un
impacto en los ecosistemas locales, así como los últimos en los primeros, creando
codependencia en esta nueva relación ecológica que lleva en algunos casos a
domesticación. La llegada de recursos extranjeros hacia el medio El holoceno adoptado en
las prácticas locales refuerza la idea de que las adaptaciones jugaron un papel fundamental
en el desarrollo de los alimentos estrategias de producción en Colombia.

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