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Análisis de profecía – Parte II


Video con una profetiza
1Profecía: ¿Qué es?

1. f. Don sobrenatural que consiste en conocer por inspiración divina las cosas distantes o
futuras.
2. f. Don sobrenatural para pronunciar oráculos (4. m. pronóstico o predicción.) en nombre y por
inspiración de Dios.
3. f. Predicción hecha en virtud de un don sobrenatural.
4. f. Evento o acontecimiento futurístico que se predice.

Con esta definición, podremos comenzar con la importante tarea que, como cristianos,
debería a todos; preocuparnos e interesarnos. Empecemos por aclarar que, así como lo indica 2da
Pedro 1:20, donde dice que: “entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de
interpretación privada,” esa misma regla o principio bíblico aplica a cualquiera de las demás
profecías que se den o surjan en nuestros días. Por tanto, si la Palabra de Dios que es la profecía
más segura que tenemos (2da Pedro 1:19), no es de interpretación privada, entonces, ninguna otra
profecía de este tiempo podría ser mejor que la Biblia. Tampoco, podrá prevalecer o ir por encima
de la Santa Escritura. Mucho menos, deberá contradecirla (Biblia) o gozar de mayores privilegios
que los contenidos en la poderosa Palabra de Dios. Me explico. Tanto la Biblia como las profecías
bíblicas no son para interpretarlas de forma privada; o sea, para que cada cual le dé la explicación,
interpretación o connotación que mejor le parezca y convenga ni su uso es de índole exclusivo o
reservado para que envuelva secreto alguno. Siendo esto comprobado por la Biblia, entonces
debemos entender que, tampoco las profecías comúnes y corrientes pueden tomarse con tal
privacidad, exclusividad, sigilo, mayor importancia o recelo (temor) que la Santa Palabra de Dios;
ya que, éstas no son mayores ni prevalecerán jamás sobre la Biblia. Con esto aclarado, ya sabemos
que la alegada profecía del video anexo (la cual, fue publicada por las redes sociales) no es tampoco
de interpretación privada; sino que, toda profecía como nos indica la Biblia tiene el propósito de
que el Pueblo de Dios las juzgue. Y, precisamente, ésa es la ordenanza divina con la que habremos
de cumplir.
Por lo tanto, para cumplir con el mandato bíblico establecido en Juan 7:24, “No juzguéis
según las apariencias, sino juzgad con justo juicio;” así como, lo que está escrito en 1ra Corintios
14:29, “Asimismo, los profetas hablen dos o tres, y los demás juzguen,” debemos mantener en
perspectiva que, no podemos congraciarnos bajo ninguna circunstancia con nada ni nadie o
dejarnos llevar por penas, apariencias, sentimientos ni amiguismos, pues aquí el compromiso es
con Dios y no con los hombres. Además de que, está en balanza la salvación de las almas y de la
nuestra. De forma general, (sea éste el caso o cualquier otro), les adelanto que si usted siente o
sabe que tiene alguna amistad, relación, sentimientos o algún tipo de interés particular con el
receptor de la profecía (eso es, la persona al que le profetizan) o con el profeta o la profetiza (quien
da la profecía), eso le será un inconveniente (amistad o intereses); ya que, ello habrá de estorbarle,
cegarle y de comprometerle o atarle a esa persona (receptor, profeta o profetiza) de algún modo,
en algún grado o medida. De manera que, sea justo con usted mismo y no se engañe. De ser ésa
su situación, entienda que usted no puede, no debería ni servirá para cumplir a cabalidad

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R.A.E., (2018). Profecía, Real Academia Española.
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(eficientemente) y en obediencia con el mandato establecido en la Palabra de Dios; en cuanto a,


juzgar con justo juicio (no por apariencias – Juan 7:24), y con el de juzgar la profecía (1ra Corintios
14:29). Esto se debe a que, su corazón estará puesto en y sobornado por los hombres o en la
idolatría, sentimentalismo o compromiso con éstos, pero no estará dispuesto ni decidido por los
intereses de arriba ni en las cosas de Dios. Por lo cual, tales inconvenientes serán razón suficiente
como para llevarle a errar en juicio, a faltarle en la lealtad a Dios y a juzgar (indebida o
incorrectamente) la profecía o a hacer un justo juicio; ya que, usted estará parcializado y
prejuiciado en gran medida. Si así fuera la cosa, entonces, sus emociones interferirán con su deber,
nublarán su justo juicio y le prohibirán juzgar la profecía como Dios nos ordenó a proceder.
Esta realidad duele, pero la verdad le hará libre, si usted se deja moldear por Dios, guiar
por su Espíritu, se somete y obedece a la voz del Señor. Tampoco, debemos dejarnos sobornar
bajo ninguna medida o circunstancia (por ejemplo, la justificación indebida de lo que sabemos que
está mal, que no procede, que es antibíblico o que es incorrecto, pero aun así, lo aceptamos,
toleramos o aplaudimos porque hay envuelto algún tipo de soborno – emocional, sentimental,
religioso, ministerial, social, familiar, material, económico, etc.). Mucho menos, podemos permitir
el prejuicio ni la parcialización, (a la hora de juzgar la profecía o de proceder con justo juicio), por
razón aparente alguna como sería el dejarnos llevar por la vista material, pero no por la visión
espiritual ni por el discernimiento. Por ejemplo, no debemos permitir que la apariencia de piedad
que proyecte o aparente una persona (sea el receptor, el profeta o profetiza) o de falsa humildad
de la persona envuelta nos corrompa o interfiera con nuestro entendimiento. Por tanto, las
opiniones humanas, pero no bíblicas ni espirituales, tales como: – “es que es tan bueno(a)”, “es
que es neófito(a) o le falta madurez”, “es que es tan joven o ignorante”, “es que ha sufrido tanto”,
“es que se ve o es tan humilde”, “es que lo(a) conozco o me cae bien”, “es que tiene tal o cual
ministerio”, etc. – todo eso tiene que ser eliminado de nuestra mente y corazón, si es que en realidad
quisiéramos cumplir u obedecer con honestidad al mandato de Dios. Sepa que, las cosas de Dios
son claras, sin tapujos, rectas y sin confusiones. Entonces, nuestro compromiso es solamente con
Dios y su Santa Palabra; no con los hombres.
Por consiguiente, les advierto con gran anticipación que, si la persona que habrá de juzgar
la profecía estuviera comprometida (prejuiciada o parcializada en algún modo), bajo alguna de las
circunstancias antes descritas, sepa usted que la misma incumplirá con su deber, pues no habrá de
juzgar con justo juicio sino que, intervendrá en ella o mediará algún otro factor e interés (amistad,
lazos afectivos, parentesco, vista natural o apariencia, emociones, tener algún alto concepto del
receptor, profeta o profetiza, etc.) que le impedirá ver más allá de lo que Dios por su Espíritu Santo
quisiera mostrarle y usted mismo imposibilitará u obstaculizará un juicio justo mas allá de toda
duda razonable; ya que, un ente ciego, viciado, prejuiciado o parcializado no podrá discernir, ver
ni juzgar con justo juicio. Obviamente, porque no ve o no quiere ver, no entiende o no quiere
entender. Por eso, no aceptará la realidad (verdad), tal cual es. Tampoco, podrá discernir el camino,
por el cual, debe andar; los riesgos, a los cuales, se expone ni las consecuencias a las que podría
atenerse. Todo eso sucede cuando no estamos dispuestos a obedecer a Dios para juzgar la profecía
y hacer un justo juicio como nos ordena la Biblia con el fin de ver la verdad ni de aceptarla porque
nos hemos dejado cegar (sea con buena o mala intención) y parcializar de algún modo con la
persona involucrada (sea el receptor, el profeta o la profetiza). Sepa que, los extremos son malos.
Por ende, tener la mente hecha o decidida (a favor o en contra) del “receptor”, el “profeta” o la
“profetiza” sin siquiera haber juzgado la profecía recae en una actitud negligente, solapada,
indiferente y hasta en desobediencia al deber o mandato bíblico que Dios nos delegó.
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Por ende, repito que, si usted trae consigo otra mentalidad (ya forjada o comprometida) que
no sea espiritual y objetiva porque tiene intereses (ocultos o visibles) y preferencias con la gente
o hace acepción de personas; ya sea, por la razón que usted mejor entienda o porque los aprecia y
prefiere estar de buenas con ellos, pero no con Dios, sepa entonces, que esto no es para usted (el
juzgar las profecías ni hacer justo juicio), pues es presa fácil del engaño. Por lo que, no debe
perder el tiempo al pretender o insinuar que habrá de juzgar una profecía con justo juicio cuando
en realidad, será todo lo contrario. Entonces, el engañado será usted y podría ser mayor el daño
que le hace al asunto de relevancia en comparación con el bien. Aquí tenemos que buscar, adorar
y servir a Dios, que tiene el primado; y olvidarnos de los hombres, que son secundarios. Por tal
razón, a todos los carnales (que nunca entienden las cosas del Espíritu) les digo, esto no es personal
sino espiritual. Por consiguiente, veamos:
“Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro,
o estimará al uno y menospreciará al otro.” (Mateo 6:24).

Además, otra cosa les anticipo. La Palabra de Dios tiene muchas características como tal.
Entre algunas de ellas, nos dice la Biblia que es fuego y se compara cual martillo que rompe la
piedra en dos (Jeremías 23:29), es fuerte o dura (Juan 6:60), es espada (Efesios 6:17, Apocalipsis
2:16) y medicina (Proverbios 4:22) que penetra hasta llegar a los tuétanos (Hebreos 4:12). Por ende,
si alguno(a) sabe que, no habrá de soportar la verdad del evangelio, que es alérgico a ésta o que
tiene intolerancia a ella (independientemente de las justificaciones, las razones o causas que usted
entienda pertinentes) entonces, esto tampoco es para usted. Añádase a la lista de los “no aptos”
para cumplir con el mandato divino que Dios nos ordenó (Juan 7:24, 1ra Co. 14:29) y siga caminando
por donde mismo vino con su uniforme de rebelión y su postura de resignación. Para los tales,
también les digo que, están todos debidamente advertido(a)s.

Ahora bien, la decisión está en sus manos. Identifique su posición y sepa dónde está parado.
Luego, conozca y sepa la verdad para que sea librado y pueda librar a otros de tan abominable mal
como lo es el engaño (en especial, a través de las falsas profecías y los falsos profetas o profetizas)
o continúe tras la mentira y prosiga engañado o atado. Por tanto, dice en Juan 8:32: “…y conoceréis
la verdad, y la verdad os hará libres.” De modo que, esto es, “…a los que conforme a su propósito
son llamados.” (Romanos 8:28). Por tanto, aquí no habrá nada forzado porque hemos recurrido al
auxilio de la Santa Escritura y, a la guianza del Espíritu para que nos dé luz (claridad) a nuestra
vista espiritual y nos envíe el pronto socorro que habrá de abrir la vista a los ciegos para la gloria
y honra de Cristo Jesús. En fin, ya estamos completamente claros. Por lo demás, de ustedes resta.

I. Análisis de profecía grabada en video – Parte II (Profetiza a receptor)

El siguiente análisis tiene el objetivo de concientizar (entender), alertar (pendientes) e instruir


(aprendizaje) al que interese adiestrarse en los temas o asuntos relacionados al fin de los tiempos
para evitar que el Cuerpo de Cristo, la iglesia (los verdaderos cristianos) sean engañados.
Entretanto, he aquí el desglose completo, parte por parte, de lo que fue profetizado en el video
(Parte II) y el análisis correspondiente al mismo, según aplique el caso. Permítanos informarles
que, hemos identificado este recurso como el #2; pues, es uno de los cuantos que ya hemos
trabajado. Ahora bien, sin otro particular para demorarnos, por favor, vea el video anexo y tenga
su Biblia en manos. Veamos…
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https://www.dropbox.com/s/cyr6ffomal7wapl/FALSAS%20PROFECIAS%20Y%20FALSA
S%20PROFETIZAS%20PARTE%202%20-%20MES%20MAYO%202018.mp4?dl=0

1- “Te voy a llevar a otro nivel de “gloria”. Por eso, es que estás batallando fuerte”.
A. En primer lugar, la aseveración anterior (“nivel o peso de gloria”) es un tema particular y
repetitivo, muy común y corriente entre los liberales, que siempre están con el mismo estribillo.
Peor aún, dicha expresión ya está gastada y quemada entre los falsos profetas. Por lo que, deberían
cambiar de menú, pasar de sintonía y dejar el disco rayado porque sus mentiras y falsedades, ya
cansan. Es más, dicha expresión (“llevar a otro nivel o peso de gloria”) activa una alarma de
emergencias, especialmente entre aquéllos que, por la misericordia de Dios ya conocemos la
diferencia entre la voz del Espíritu y, las maniobras carnales o los libretos aprendidos de los falsos
profetas y profetizas. Tanto así, que tales muletillas delatan a los impostores y farsantes del último
tiempo con tanta rapidez y facilidad, que si ellos lo supieran ni las utilizarían. Por tanto, son una
señal de falsedad que deberían captar la atención del oyente, inmediatamente, tan pronto las
detecten. Claro que, no limiten el “juzgar la profecía” ni el hacer un “justo juicio” con esa parte
nada más porque en sí, a penas estamos empezando con el descubrimiento de la prueba y con
nuestra tarea. Entonces, sepamos que no se puede llevar a cabo un juicio basados, meramente, en
la evidencia circunstancial. De modo que, necesitamos el grosor del caso o el peso de la evidencia
restante para llegar a una conclusión espiritual, sólida y contundente.

B. En segundo lugar, NO es lo mismo que crezcamos y maduremos en el Señor y que, por


ende, subamos de escalón o nivel espiritual; a decir que, Dios nos llevará a otro “nivel de gloria.”
Son dos asuntos completamente diferentes.

C. Tercero, recordemos que, Dios no comparte su gloria con nadie. Por ende, ¿por qué habría
de darle “gloria” a ningún hombre para que se enaltezca o por qué habría de subirlo o elevarlo de
nivel de “gloria” para que se pierda entre el orgullo, la vanagloria, la jactancia y arrogancia, la
altivez, la soberbia, la vanidad, etc., cuando la Biblia dice que quién quiso robarle la gloria a Dios
(el diablo) fue destronado, destituido y desechado para siempre?

a. “Yo Jehová; este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a esculturas.”


(Isaías 42:8)

b. “Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura (el diablo), corrompiste tu sabiduría a


causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que
miren en ti. Con la multitud de tus maldades y con la iniquidad de tus contrataciones
profanaste tu santuario; yo, pues, saqué fuego de en medio de ti, el cual te consumió, y
te puse en ceniza sobre la tierra a los ojos de todos los que te miran. Todos los que te
conocieron de entre los pueblos se maravillarán sobre ti; espanto serás, y para siempre
dejarás de ser.” (Ezequiel 28: 17-19)

c. Observemos que, en Juan 11:40 dice: “Jesús le dijo: ¿No te dije que si crees, verás la
gloria de Dios?” Fijémonos que, el versículo claramente dice: “VERÁS” la gloria de
Dios. En ningún momento dice: “TENDRÁS”, te “LLEVARÉ” a otro nivel de gloria”
ni “OBTENDRÁS” la gloria de Dios.
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d. “Esto dijo Isaías porque vio SU gloria, y habló de Él.” (Juan 12:41)

De manera que, el profeta Isaías VIO la GLORIA de Dios. Por eso, habló de ella, pero
NO obtuvo ni fue llevado a otro “nivel de GLORIA”; ya que, obviamente, la Gloria
pertenece únicamente a Dios.

D. Por otro lado, sigamos analizando: “Por eso, es que estás batallando fuerte”. Ahora bien,
preguntémonos, ¿qué cristiano no pasa por pruebas o está usualmente pasando por pruebas? ¿Cuál
cristiano (su fe) no es probado como el oro? Peor aún, ¿las pruebas del cristiano son fáciles?
Ejemplos como: Job (el diablo lo zarandeó), Daniel (en el foso de los leones), Esteban
(apedreado), los apóstoles (que fueron asesinados), los jóvenes hebreos (en el horno de fuego, al
que le subieron 7 veces más el calor), Cristo mismo (tentado en el desierto; luego de camino al
Gólgota y finalmente, crucificado). Entonces, estos fieles soldados ¿batallaron con facilidad ante
la prueba y la adversidad? Es más, cuando el cristiano no esté bajo ataques o no esté siendo probado
es cuando debería de estar preocupado. El hecho de que, un cristiano se encuentre “batallando
fuerte” no es indicativo ni es sinónimo de que, Dios compartirá su gloria con nadie o de que, Dios
le dará gloria alguna. Como vimos en los versículos anteriores, la gloria es de Dios, pertenece a
Él y no es de los hombres ni para los hombres. Eso lo vemos en el siguiente versículo bíblico:

a. “Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos.
Amén.” (Romanos 11:36)

b. Además, es necesario que el cristiano pase por luchas, batallas y pruebas. Así como lo
dice la Biblia: “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas
pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia.” (Santiago 1:2,3)

c. “En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario,
tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe,
mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea
hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo, “ (1ra Pedro 1:6,7)

d. “Porque tú nos probaste, oh Dios; Nos ensayaste como se afina la plata. Nos metiste en
la red; Pusiste sobre nuestros lomos pesada carga. Hiciste cabalgar hombres sobre
nuestra cabeza; Pasamos por el fuego y por el agua, Y nos sacaste a abundancia.”
(Salmos 66:10-12)

Ahora bien, seamos más específicos con esto. Veamos que, encima de lo antibíblico que
es ese asunto, (que ya comenzamos a desmenuzar), la profetiza comenzó a adivinar, a insinuar o
persuadir, a sugestionar, manipular, a tantear y a añadir otros inventos, mentiras y disparates a su
alegada profecía. Eso lo irá usted observando y comprobando en el video; así como, en el
transcurso de este análisis minucioso.

2- “Avisándote estoy”.

¡Ahora es! Obligatoriamente, tengo que hacer un paréntesis porque me urge interrumpir para
acudir al auxilio de la audiencia lectora (ustedes) y apelar, cordialmente, a sus conciencias. Es
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que, necesito a alguien que me diga o me explique, ¿cuál es el aviso sugerido o de qué está
hablando en sí, la profetiza? Veamos… Primero, le afirmó un enunciado al ingenuo y engañado
receptor (el que recibió la profecía): “Por eso, es que estás batallando fuerte.” Luego, le pronosticó
lo contrario cuando le dijo que: “Avisándote estoy.”

Entonces, ¿en qué quedamos? ¿dónde está el aviso o cuál en sí es el tal aviso? De hecho, esa
mezcolanza o contradicción entre una cosa y la otra, (afirmación vs. antítesis), lo que lleva es a la
confusión y lo que denota es una evidente adivinación. Claramente que, se está tanteando (como
diría el refrán: “si no es “Juan”, entonces es “Pedro”), a ver si la pega. Por lo cual, abundemos en
las razones; por las cuales, esa parte de la sugerida profecía recae en confusión, contrariedad y
adivinación.

Confusión – porque no se sabe de qué se está hablando. Además, confunde en todo sentido al
receptor y a la audiencia.

Contradicción - porque primero dijo o afirmó una cosa (“que está batallando fuerte”) y luego,
salió con otra; le dio un alegado pronóstico (“que le están avisando”).

Adivinación – porque habría que adivinar qué o cuál es el tal aviso que le están dando al
receptor o al oyente, pues de otro modo, se desconoce de qué se está hablando o qué es lo que
está pasando, y habría que adivinar dónde está el tal aviso ése o qué cosa es la que se le está
avisando a la persona. Entiéndase que, lógicamente, las dos cosas no podrían estar sucediendo
a la vez. La Biblia nos dice en Santiago 3:11-18 que, una fuente no puede echar dos aguas. En
tal caso, ¿qué está pasando aquí? La profetiza, ¿afirma o contradice el enunciado? Si la
respuesta fuera afirmativa, entonces, ¿dónde estaría o de qué trata el alegado aviso? Porque no
lo vemos ni lo entendemos (se presta a confusión). Por el otro lado, si la respuesta fuera
contradictoria, entonces, obviamente que la aseveración queda descartada por falta de
veracidad, y descalificada por falta de méritos.

Nuevamente, analicemos, ¿en qué quedamos? A la persona, ¿se le está “afirmando” una
cosa (dándola por hecho de que, éste está en “batalla fuerte”), se le está “cuestionando” o se le está
“avisando” de algo que se desconoce (¿de qué se está hablando? ¿a qué se refiere la profetiza con
eso del aviso, dónde o cuál es el tal aviso)? Por ende, repetimos para que entienda sin lugar a duda
y el mensaje quede grabado en sus mentes y corazones. El asunto es ambivalente, confuso,
contradictorio, inexistente o ambiguo. Claramente, la profetiza está disparando balas ciegas al
receptor (salvo que, ella tuviera conocimiento previo de la situación; ya sea que, el mismo receptor
le contó el asunto o que éste lo hubiera publicado e insinuado a través de las redes sociales, como
suelen hacer muchos), pues de otro modo, ni ella misma siquiera está segura o no sabe de lo que
habla o de que el receptor esté o no en “batalla” durante ese momento.
3- “No temas porque yo estoy contigo.”
Eso ya lo dice la Biblia. ¿Qué necesidad hay de disfrazar de profecía lo que ya fue escrito?
O, ¿por qué hay que repetir lo que ya fue profetizado en la Biblia para hacerlo ver como algo que
Dios está prediciendo, avisando o hablando? Peor aún, ¿quién no sabe que Dios está con los que
le sirven y le aman? Veamos:
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a. “enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con
vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.” (Mateo 28:20)

b. “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción;
pero confiad, yo he vencido al mundo.” (Juan 16:33)
Por tanto, tal aseveración no responde a los intereses o características que conlleva una
profecía. Entonces, el asunto se torna académico. Entendamos que, no hay necesidad de repetir
lo que ya tenemos (literal o textualmente escrito) en la Palabra de Dios, a menos que, dicha parte
textual esté complementando o confirmando algo que sí reúna los requisitos que debe envolver
una profecía como tal. Para completar, generalmente, ese tipo de expresión lo han convertido en
libreto protagónico en boca de los farsantes, maestros del engaño. Por ende, es más de lo mismo;
esto es, el guión aprendido de los alegados profetas o profetizas con las falsas profecías de este
tiempo. Entiéndase que, la Palabra de Dios va por encima de todas las cosas y que, no estamos
menospreciando ni minimizando la importancia de la palabra profética más segura de todos los
tiempos, tal como lo dice en 2da Pedro 1:19. Mas bien, lo que estamos haciendo es analizar una
alegada “profecía” desde su justa perspectiva, desmenuzar sus partes e identificar el orden de la
misma y dictaminar cómo son las cosas para que el Pueblo de Dios vele por dónde camina, sepa
dónde está parado y no se dejen tomar el pelo ni engañar con facilidad.
4- “Yo soy Jehová, tu Dios, el que te llamó”.
Esta parte aquí expresada, ¿qué es? ¿“profecía” o una afirmación a una promesa bíblica
que ya estaba escrita? Esto redunda en la misma explicación y aplicación del renglón anterior. No
estamos diciendo que, Dios no pueda confirmar o recordarnos lo que ya está en su Palabra. Siempre
y cuando que eso suceda, debe ir acompañado de la profecía como tal (lo que se predice o
pronostica) para que tenga razón de ser. De lo contrario, el uso continuo o repetitivo de lo que ya
fue bíblicamente escrito sin que haya o exista alguna profecía envuelta, se torna académico y sin
sentido, pues no aporta ni contribuye en nada al mensaje “profético” que se pretende dar. En la
mayoría de los casos, se trata de promesas bíblicas o aseveraciones aisladas tomadas de la Biblia,
que no confirman ni sustentan en sí ninguna parte de la alegada profecía. Por lo que, expuesto de
tal manera lo que denota es que, el profeta o profetiza no está profetizando como tal; sino que, se
el falso profeta o profetiza se aprovecha de la ignorancia del pueblo para engañarlos. Por eso,
estamos analizando en su totalidad, el contenido de esta “profecía” para después llegar a una
conclusión espiritual con: justo juicio, sabiduría divina, responsabilidad cristiana, prudencia o
discreción y la guianza del Espíritu de Dios, que es quien nos guía a toda verdad y justicia. Por
tanto, hay que desmenuzar todo este asunto con paciencia y precaución para que podamos llegar a
una conclusión contundentemente: sólida, válida y bíblica.
En los laboratorios seculares (sean de sangre, de espécimen – forestales, flora, fauna,
marinos, bacterias, espaciales, etc.) se analizan las muestras en todas sus partes, se desmenuzan
los componentes de éstas, se clasifican y, luego se rotulan o identifican. Al final del proceso, los
técnicos de laboratorio ofrecerán los hallazgos y reportarán sus resultados. Después, los
interesados (sean los médicos, los pacientes, los científicos o a quien corresponda el asunto
pertinente) habrán de determinar cómo trabajarán o procesarán la información recibida y, qué
decisión habrán de tomar en cuanto a ella. Así mismo y con mayor atención, proceden las cosas
de Dios con relación a las profecías. Por lo que, en este laboratorio espiritual habremos de examinar
a fondo todos los elementos de juicio de dicha profecía en el video, utilizando el microscopio
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bíblico para obtener resultados precisos y válidos. Por tanto, después de obedecer el orden y
mandato bíblico, informaremos los hallazgos y resultados. Entonces, será usted quien decida que
habrá de hacer con ellos; ya que, el médico por excelencia y el más grande científico de todos los
tiempos, Jesucristo, por su poder y virtud (omnisciente, omnipotente, omnipresente), soberanía y
preeminencia, emitió su infalible resolución con relación a eso (falsas profecías) y a ellos, también
(falsos: profetas, profetizas, maestros y pastores). Veamos…

“Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de los profetas insensatos, que andan en pos de su propio
espíritu, y nada han visto!” (Ezequiel 13:3)
“No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la
voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día:
Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu
nombre hicimos muchos milagros?
Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.” (Mateo 7:21-23)

“Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por
dentro son lobos rapaces.” (Mateo 7:15)
“Y MUCHOS falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos;” (Mateo 24:11)
“Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y HARÁN grandes señales y prodigios, de
tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos.” (Mateo 24:24)

Por otro lado, la siguiente premisa es sugestiva (“Yo soy Jehová, tu Dios, el que te llamó.),
pues pretende impresionar al receptor o la audiencia mediante el uso de la adulación con el fin de
despertar la emoción en sus víctimas. También, recae en repetición (de lo que ya fue escrito en la
Palabra de Dios), y en manipulación. Veamos lo que dice Judas 1:8,10-13,16 en cuanto a las falsas
doctrinas y los falsos maestros:

a. “No obstante, de la misma manera también estos soñadores mancillan la carne, rechazan la
autoridad y blasfeman de las potestades superiores. Pero éstos blasfeman de
cuantas cosas no conocen; y en las que por naturaleza conocen, se corrompen
como animales irracionales.
¡Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín, y se lanzaron por lucro en el error de
Balaam, y perecieron en la contradicción de Coré.
Estos son manchas en vuestros ágapes, que comiendo impúdicamente con vosotros se
apacientan a sí mismos; nubes sin agua, llevadas de acá para allá por los vientos; árboles
otoñales, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados; fieras ondas del mar, que espuman
su propia vergüenza; estrellas errantes, para las cuales está reservada eternamente la
oscuridad de las tinieblas.
Estos son murmuradores, querellosos, que andan según sus propios deseos, cuya
boca habla cosas infladas, adulando a las personas para sacar provecho.”
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5- “Y, ¡AY! del que se meta contigo porque yo peleo por ti. Y, estoy peleando sabes…”
Observemos aquí, el juego de palabras utilizadas para engañar sutil, sigilosa y
lisonjeramente a los neófitos de la vida. Lo que ahí se dice, (“¡Ay, del que se meta contigo!”) es
una forma psicológica, vil y sugestiva de cazar a dos pájaros (al receptor y a la audiencia) con un
mismo tiro. Primeramente, con la insinuación sugerida, se le alimenta el ego al ingenuo receptor
al sacar fuera de contexto la declaración bíblica. Ya con eso, se le hizo creer al receptor que es
intocable o algún súper hombre (tan espiritual o más grande que Cristo y los apóstoles) del cual,
Dios saldrá exclusivamente en su auxilio o defensa tal como lo hace el mundo con quien se mete
con ellos. En parte esta premisa es comparable al complot que tramó el diablo allá en el desierto
para tentar a Cristo cuando le vino con una media verdad con el propósito de engatusarlo y
engañarlo. Veamos… Es cierto que Dios pelea por nosotros (Éxodo 14:14). Por ende, esa promesa
ya está escrita. Sin embargo, ¿dónde queda la otra mitad de esa verdad? ¿No dice la Biblia que,
“Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor” (Hebreos 10:30, Romanos 12:19)? Recuerde
que, una media verdad se convierte en una mentira.

Por el otro lado, fíjese del estilo y la forma particular ahí empleada; la cual, utilizan los
falsos profetas y profetizas para intimidar o amedrentar a la audiencia mediante la manipulación.
Esta manera peculiar de envolver, atormentar y asustar al oyente a través de tácticas (carnales y
diabólicas) que obstaculizan la libertad del ser humano para razonar sin mediar cohesión, que
atentan contra el libre albedrío que Dios nos dio para tomar decisiones y que privan al individuo
de juzgar la profecía como Dios nos ordenó es una práctica común, típica y afín de los farsantes,
lobos rapaces e impostores en estos días finales. Así cohíben, limitan y prohíben a la audiencia de
juzgar la profecía (1ra Co. 14:29) o de probar los espíritus, según se nos encargó en 1ra Juan 4:1
donde dice:

“Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos
profetas han salido por el mundo.”

Por tanto, la famosa técnica manipulativa, sugestiva y de intimidación; con la cual, muchos
de estos lobos rapaces y farsantes (falsos: profetas y profetizas, maestros y pastores) intentan ganar
terreno, apelar a la consciencia de los tibios, los ingenuos y los carnales (que carecen de
discernimiento, en especial, del dominio de la Santa Escritura, por ende, desconocen lo que Dios
les dio; y que, no son espirituales, pues si los fueran no serían presas fáciles del engaño ni del
error), con el fin de desplazar, invalidar y desmerecer la Palabra de Dios en 1ra de Juan 4:1 (ponerla
en un segundo nivel o plano), de obstruir la capacidad que Dios le dio a la audiencia; ya sean, los
espectadores de la profecía (cuando en 1ra Co. 14:29 dijo: “…y los demás juzguen.”), y de restringir
o cohibir la libertad que se le dio al ser humano para juzgar con justo juicio la profecía (Juan 7:24).
Todo eso lleva el propósito de engañar para que nadie o ninguno (la audiencia, el receptor - al que
le profetizan, el oyente o el observador, la iglesia en general, etc.) se atreva a juzgar la supuesta
profecía dada. De esa manera, el falso profeta o profetiza se saldrá con la suya. Por consiguiente,
estos maquinadores del engaño se valen de artimañas sutiles y sugestivas, de herramientas de pavor
o miedo para someter o subyugar psicológicamente a sus víctimas. Además, juegan con la mente
del ser humano, no hablan nada preciso ni que los comprometa (asegurándose de tapar sus rastros
y de cubrir todas las bases para no ser descubiertos), se arman de presiones mentales para
apoderarse de la capacidad cognitiva, del razonamiento y de las emociones de la víctima, de los
ingenuos y de los oyentes que carecen de discernimiento.
10

Por consiguiente, les dejaré otra pista (a las que ya les he ido ofreciendo y las que más
adelante en este análisis, usted irá descubriendo). Grábese en la mente y el corazón, en alma y
cuerpo que, TODO lo que se oponga (se rebele) contra Dios (y su Santa Palabra – Biblia), no
proviene jamás de Dios sino del diablo. Ejemplo de esto, ¿quién es el que se rebeló desde el
principio? ¿Quién es el que lleva al hombre a rebelarse contra la naturaleza que Dios estableció en
el huerto del Edén mediante la creación de Adán y Eva para impulsar a Sodoma y Gomorra hasta
nuestros días? ¿Quién es el imitador o copión de lo santo para convertirlo en profano? Por ejemplo,
en la música, ceremonias religiosas, en profecías o cualquier asunto eclesiástico. ¿Quién se
disfraza de ángel de luz (2da Co. 11:14) para engañar al Pueblo de Dios? Por ende, póngale el sello,
que todo el que intente ir por encima o en contra (rebelión) de la Biblia para llevarle a errar (Oseas
4:6), y que lo presione para hacerle proceder en contra de lo establecido en la Palabra o del mandato
bíblico (en este caso, el de “juzgar la profecía” y el de hacerlo con “justo juicio”), definitivamente,
que no es de Dios ni procede de Él. Entiéndalo bien; Dios no se contradice, no va en contra de lo
que ya dictaminó o estableció en su Palabra; mucho menos, atentará ni usurpará el libre albedrío
que le dio al ser humano. Dios no lo hará, pero el diablo sí, que no vacilará ni lo pensará para
hacerlo (Juan 10:10).
Peor aún, muchas de esas “profecías” son un papelón aprendido y ensayado que, como
actores de teatro, pretenden menoscabar a los jueces de la profecía (1ra Co. 14:29, Juan 7:24);
mientras que, ellos (los lobos rapaces y farsantes de este tiempo) ascienden como la espuma a paso
agigantado con fama, invitaciones o agendas llenas, viajes por el mundo, dinero y pleitesías,
secundados por el infierno; a cuenta de su trama malévola, astucia y engaños. En su gran mayoría,
éstos son magos e impostores, que en ocasiones hasta portan credenciales de toda índole
(evangelistas, pastore(a)s, maestro(a)s, misionero(a)s, etc.), y portan una lustrosa máscara o disfraz
de falsa apariencia de piedad o de aparente “santidad”. Van por los circos y cementerios
espirituales, que una vez fueron iglesias para realizar sus actos con gran sutileza. Una vez se les
abra la puerta, se sacarán de la manga las vendas y velos mágicos para mantener cegadas, atadas
y engañadas a sus víctimas con su astucia infernal.
a. “Pero había un hombre llamado Simón, que antes ejercía la magia en aquella ciudad, y había
engañado a la gente de Samaria, haciéndose pasar por algún grande. A éste oían atentamente
todos, desde el más pequeño hasta el más grande, diciendo: Este es el gran poder de Dios.
Y le estaban atentos, porque con sus artes mágicas les había engañado mucho tiempo.”
(Hechos 8:9-11)

b. “Y habiendo atravesado toda la isla hasta Pafos, hallaron a cierto mago, falso profeta,
judío, llamado Barjesús,
Entonces Saulo, que también es Pablo, lleno del Espíritu Santo, fijando en él los ojos, dijo:
¡Oh, lleno de todo engaño y de toda maldad, hijo del diablo, enemigo de toda justicia! ¿No
cesarás de trastornar los caminos rectos del Señor?
Ahora, pues, he aquí la mano del Señor está contra ti, y serás ciego, y no verás el sol
por algún tiempo. E inmediatamente cayeron sobre él oscuridad y tinieblas; y andando
alrededor, buscaba quien le condujese de la mano.” (Hechos 13:6, 9-11)

c. y di: Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de aquellas que cosen vendas mágicas para todas
las manos, y hacen velos mágicos para la cabeza de toda edad, para cazar las almas! ¿Habéis
11

de cazar las almas de mi pueblo, para mantener así vuestra propia vida? Por tanto, así ha
dicho Jehová el Señor: He aquí yo estoy contra vuestras vendas mágicas, con que cazáis las
almas al vuelo; yo las libraré de vuestras manos, y soltaré para que vuelen como aves las
almas que vosotras cazáis volando. (Ezequiel 13:18,20)

6- “Oye, porque se han metido contigo, dice Jehová. Se han metido contigo. ¡Ay, ay, ay, ay,
ay!”
¿Qué es esto? En realidad, ¿cómo se cataloga eso? Ya sabemos, obviamente, que no hay ni
se ve “profecía” alguna en esa porción expresada, pues ¿dónde está la predicción, si alguna? Sin
embargo, vemos nuevamente, de forma evidente y repetitiva, el modus operandi de los falsos
profetas y profetizas. El uso continuo de la manipulación, la sugestión, la intimidación y ahora, el
empleo de la adulación de palabras infladas para alimentar nuevamente el ego del ingenuo receptor
y acrecentar el orgullo de la carne de su presa. Por tanto, el asunto es claro. Ni que la persona
profetizada (receptor) fuera un dios, algún ídolo o un super héroe (intocable, infalible o
canonizado) que estuviera exento de sufrir por causa del evangelio ni de padecer persecución o
pasar por necesidades. Entonces, audiencia lectora ¡abra sus ojos y no sea víctima del fraude
religioso ni del engaño que nos arropa en este último tiempo! ¡No se deje engañar, fácilmente!
Por otro lado, recordemos que con Jesús se metieron (y lo mataron), con los verdaderos
profetas del Señor, también (y los apedrearon) y con los apóstoles, ni se diga; pues la mayoría
fueron asesinados por causa del evangelio. Entonces, ¿qué nos dice la Biblia sobre esto?
Veamos:
a. ¡Ay de vosotros, cuando todos los hombres hablen bien de vosotros! porque así hacían sus
padres con los falsos profetas.” (Lucas 6:26).

b. “Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es
el reino de los cielos.” (Mateo 5:10).

c. “Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en
persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.” (2da Co. 12:10)

d. “¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre,
o desnudez, o peligro, o espada?” (Romanos 8:35).

e. “Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a
los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen.” (Mateo 5:44).

f. “Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros.” (Juan
15:18).

g. “Bienaventurados seréis cuando los hombres os aborrezcan, y cuando os aparten de sí, y os


vituperen, y desechen vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del Hombre.” (Lucas
6:22).
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Por tanto, esa aseveración emitida (“…¡se han metido contigo, ay, ay, ay!”), sugiere
idolatría al hombre, adulación, sugestión, manipulación, exageración e intimidación, y rebelión
contra la Palabra de Dios. Por lo cual, es errada, desproporcionada, antibíblica e impropia; ya que,
ese “¡Ay, ay, ay!” es el que les vendrá encima a los engañadores (Judas 1:8,10-13,16). Éstos son
los falsos: maestros, pastores, profetas y profetizas, que se arman de astucia con las falsas
profecías a cambio de: la fama, la pleitesía y el dinero, para vivir del bolsillo, tener lujos y
reconocimientos, viajar por el mundo (países) y tener las agendas llenas a cuenta del mismo
pueblo. Su único interés es personal pues, aunque aleguen lo contrario, tienen en poco la salvación
de las almas. Por eso, con su engaño evitan que muchos se arrepientan de sus malos caminos y
los desvían de la verdad con la mentira a través de las falsas profecías (Lamentaciones 2:14), y
enseñanzas torcidas. Así los alientan, lisonjeramente, para que sigan en sus pecados. Por eso, si
esos lobos rapaces no se arrepienten, les vendrá ese mismo “¡AY!” contra ellos.
7- “Y verás con tus ojos”…
Primeramente, esto es una expresión inconclusa, adivina, manipulativa y sugestiva. Por el
otro lado, preguntémonos: ¿qué será lo que verán sus ojos? Hay tantas cosas que podrían ver los
ojos del ser humano. Por lo que, eso se presta para la adivinación, porque simplemente está
adivinando e inventando. Lo que es peor, eso da lugar a un demonio de sospecha y ansiedad; ya
que, la persona (receptor o víctima) estaría sujeta o será esclava de la intriga, muriendo por saber
o esperando por ver, qué será lo que le pasará a sus enemigos o adversarios. De esto ser así,
entonces, ¿de qué espíritu sois? (Lucas 9:55). De modo que, eso debería ponernos a pensar, en
que si a eso fue a lo que Jesús nos llamó u ordenó. (Romanos 12:14 y Lucas 9:54).
Por consiguiente, debemos preguntarnos, ¿habrá otra forma de ver que no sea por los ojos
(materiales o espirituales)? Digo, porque ni modo que, la persona o el ingenuo vea algo con los
oídos, las orejas, el cuello, los brazos o los pies. Si usted logra conseguir una respuesta lógica a
esta pregunta es porque, obviamente, trataron de tomarle el pelo con facilidad y a muchos los
dejaron calvos, hace tiempo ya. Presento este punto ante su atención, dada la forma que este
análisis ha ido tomando. Si observamos la secuencia continua de aseveraciones inconclusas (por
falta de datos) emitidas por la profetiza, nos daremos cuenta de la adivinación que hay envuelta
detrás del telón de este teatro. Por eso, abundo en lo que parecerían tonterías o simplezas, que en
realidad gozan de gran peso y tienen sus méritos. Ya lo dice el refrán secular: “Gota a gota se
llena el jarro”. Es cuestión de tiempo y de búsqueda para notar lo fácil que se desborda la copa.
8- “Te voy a dar un poder sobrenatural”
¿En serio? ¿No me diga? En los asuntos cristianos, religiosos o eclesiásticos, ¿cuándo se
ha visto que Dios reparta u otorgue otro tipo de poder? Digo, tras que eso se cae de la mata, el ser
humano como tal; o sea, el hombre natural (con la excepción del espiritual), no tiene ningún poder.
Dios creó al hombre. No hizo un súper héroe con poderes o capacidades heroicas de ninguna índole
con la excepción (valga la redundancia) del poder espiritual, que Dios le dio al cristiano en su
Palabra a través del Espíritu Santo (a los espirituales); el cual, obviamente, es sobrenatural.
Por otro lado, si Dios estuviera envuelto en este asunto, ni modo que el poder que dé NO
sea sobrenatural o, ¿será que, las cosas de Dios no son por naturaleza, sobrenaturales? De todas
maneras, ¿qué es lo que se le profetiza al receptor de esta “profecía”? Dios por su Palabra, ¿no
habló ya de este asunto y nos dio, anticipadamente a TODOS, la oportunidad de obtener ese poder
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mediante su Santo Espíritu? Por tanto, la profetiza ha denunciado que el receptor de la profecía
carece de poder. Y que, por ende, se lo están dando. Si lo hubiera tenido, entonces, el asunto se
tornaría académico; ya que, no habría la necesidad de darle lo que tenía. Así las cosas, la profetiza
tiró al medio a su víctima, y por lo visto, en el mismo video el receptor se allanó. Hizo admisión
de lo que se alega y dio la aprobación de todo lo que se le “profetizó” sin resistencia ninguna, sin
defensa ni objeción de alguna índole. De eso ser así (nos basamos en las declaraciones de lo que
está evidenciado en el recurso audiovisual), los pastores que invitaron a tal persona a sus altares
expusieron al pueblo y lo dejaron a expensas de éste. Demás está decir que, pecaron de ingenuos
o de ciegos espirituales cuando colaron al viejo profeta, (desprovisto de poder, según quedó
documentado por la profetiza) para entretener y engañar al pueblo, pero no para hacerlos volver al
buen camino. Entonces, ¿qué pasó ahí? ¿Quién dice la verdad? ¿Qué enredo o confusión es ése?
O, ¿dónde están parados cada cual (el receptor y la profetiza)? Ahora bien, vayamos a la Palabra
de Dios y confirmemos el tema del poder…
a. “He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la
ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto.” (Lucas 24:49)

b. “pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis
testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.” (Hechos 1:8)

c. “Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios.”
(Mateo 22:29)

d. “Viendo esto Pedro, respondió al pueblo: Varones israelitas, ¿por qué os maravilláis de esto?
¿o por qué ponéis los ojos en nosotros, como si por nuestro poder o piedad hubiésemos
hecho andar a éste?” (Hechos 3:12)

e. “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo
aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.” (Romanos 1:16)

f. “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio
propio. (2da Timoteo 1:7)

g. “y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino


con demostración del Espíritu y de poder,” (1ra Corintios 2:4).

h. “Porque el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder.” (1ra Corintios 4:20)

i. “…y que tuviesen autoridad para sanar enfermedades y para echar fuera demonios:” (Marcos
3:15)

j. “Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán
nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará
daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.” (Marcos 16:17-18)

Entonces, ¿de qué poder (que no sea el que ya está escrito en la Biblia) está hablando la
profetiza? ¿Estará hablando de algún otro poder “extraño” (Hechos 8:10) que la iglesia no conoce?
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O, ¿acaso será que, al receptor, neófito e ingenuo, lo habrán de convertir en un fenómeno


antibíblico y sobrenatural o en algún tipo de súper héroe fuera del contexto y contorno bíblico?
Pensemos y analicemos, detenidamente.
9- “Sí, siente el fuego”.
Nuevamente, tal expresión es de índole manipulativa y sugestiva con el propósito de activar
las emociones del receptor; el cual, se conmocionará y habrá de creerse que está sintiendo algo
(cuando en realidad, no siente ni las moscas), pero se obliga a creer que “Dios” le está hablando
porque le están alimentando el ego, inflando su vanagloria y hasta elevando la autoestima, cosa
que le fascina a la carne. Por un lado, la profetiza llevó al receptor a la cúspide de una falsa gloria
y por el otro, lo puso en entredicho y lo dejó al descubierto (espiritualmente) de tal forma, que ni
la misma víctima se dio cuenta, no captó ni entendió, que es más el daño que le hicieron y el que
le están haciendo que el bien que él se imaginaba. Además, volvemos a lo mismo, ¿dónde está la
profecía o predicción en ese renglón? Esta interrogante debemos hacérnosla continuamente; ya
que, sigue llenándose el jarro, apresuradamente. Por ende, si cada porción de la materia analizada
no reúne los elementos de juicio de una profecía, entonces, ¿cuál es la profecía? Manténgase alerta,
¡no se deje engañar por nada ni nadie! La Biblia nos ordena a ser mansos, ¡no mensos! (Mateo 5:5,
11:19).
10- “Te daré un poder sobrenatural que cuando pongas las manos hasta los muertos van a
resucitar... Los muertos espirituales van a vivir.”
Esto denota una mezcla, clara y contundente, de incertidumbre y adivinación. Primero dijo
una cosa. Después, lo arregló y añadió otra. Eso es con el fin, de que si no la pega por un lado (con
el asunto de que, “hasta los muertos van a resucitar”), por consiguiente, la pegará por el otro (que
no eran muertos literales sino los simbólicos; esto es, “los muertos espirituales” los que habrán de
vivir). Así cualquiera “profetiza”, pues si no es “blanco, entonces, es negro”. El truco de magos
está en entretener a la presa con labia mientras cubre todas las bases y abarca todos los ángulos
para ayudar a que se “cumpla” como sea (en todo o en parte) o como dé lugar, lo que fue falsamente
profetizado (Ezequiel 13:6). De esta manera, el falso profeta o profetiza logrará acrecentar su
fortuna, su fama y su agenda para venderse ante el ente público o religioso como lo más grande y
el más usado por Dios; ya que, se dio o se pegó (parte o gran parte) de su engaño manifestado a
través del juego con las falsas profecías y las adivinaciones.
Por otro lado, el asunto de imponer las manos ya fue escrito en la Biblia. Por tanto, ¿cuál o
dónde está la alegada “profecía”? ¿Qué en sí, se está “profetizando”, si algo; que no esté
explícitamente escrito, o que no lo sepamos de antemano por la misma Biblia? Redundo en que,
no nos oponemos a que alguna profecía contenga o sea confirmada por la Biblia, que es la base de
toda plataforma. Por el contrario, lo que no esté en la Palabra de Dios debe ser desechado (Gálatas
1:8,9). Tampoco nos oponemos a las profecías como tal, específicamente, a las que sí son de Dios
y apoyamos firmemente a la más grande profecía de todos los tiempos, la Biblia. Lo que queremos
aclararle, es el hecho de que, una cosa no va con la otra. Ese enredo y mezcolanza de inventos y
disparates que vamos observando hasta ahora en el video “profético”, está lleno de aguas turbias
y, se traduce en oportunismo, en confusión y en engaño. En este caso y en el laboratorio espiritual,
a medida que vamos analizando y desmenuzando la muestra; o sea, la sugerida profecía, a través
del microscopio bíblico, lo que se alega o se intenta hacer pasar por una “profecía”, no reúne ni
cumple con los elementos de juicios requeridos para ello. Por ende, concluimos que, lo que ya
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está escrito no tiene necesidad de hacerlo pasar por una profecía. Esto aclaro y repito con
insistencia, para no dar lugar al diablo; el cual, se vale de: los ciegos espirituales, los tibios, los
impíos, los apóstatas, los lobos rapaces y de los farsantes (oportunistas religiosos), que en
ocasiones aparecen para contradecir la Escritura e imponer sus opiniones por encima de la Biblia
porque sus intenciones son malas y encubiertas. A nosotros no nos interesan las opiniones
humanas, sino lo que esté respaldado y sustentado por la Palabra de Dios. De modo que, muchos
son capaces de fungir como defensores del infierno (de lo malo, del engaño y la mentira), pero no
levantan la bandera en favor del Santo Evangelio ni de la verdad que es Cristo.
En cuanto al asunto de que, “…cuando pongas las manos hasta los muertos van a resucitar,”
veamos si eso se cataloga o no como “profecía” cuando ya fue escrito en la Palabra de Dios. Mejor
dicho, se torna académico. Por eso, les recuerdo, ¿cuál es el uso de sacar porciones o promesas
bíblicas para hacerlas pasar como “profecías”? Si seguimos sumando la cantidad de veces que
dicha profetiza incurrió en tal práctica, veremos que cada pedazo de materia (“profecía”) analizado
de forma individual, compondrán al final de este análisis, un entero. Por todo lo cual, si
proseguimos obteniendo los mismos resultados o si continuamos reportando los mismos hallazgos,
y si cada pieza analizada equivaliera a un: “no procede por incumplir con los requisitos de una
profecía”, “eso es falso por ser una media verdad o por ser contradictorio a la Biblia”, y un “carece
de validez por ser académico (repetitivo) de las promesas bíblicas ya escritas”; entonces, el
panorama se va aclarando a paso acelerado. Peor aún, si a todo lo antes mencionado, le
añadiéramos el hecho de que, en este caso lo que presupone ser una “profecía” se compone
mayormente de: adivinaciones, sugestiones, manipulaciones, amenazas, mentiras, especulaciones,
contradicciones, repeticiones bíblicas, libretos o guiones aprendidos, adulaciones, elevación del
ego e idolatría del hombre, entre muchos otros aspectos a mencionar, ¿qué estamos esperando para
darnos cuenta de la situación apremiante que aquí acontece? Mientras tanto, veamos qué dice la
Biblia sobre las señales que seguirán a los que creen:
a. “tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará
daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.” (Marcos 16:18).

Por otro lado, con el uso abusivo e impropio de la tremenda coba y adulación de palabras
infladas o fingidas (Judas 1:16 y 2da Pedro 2:3) que utilizó la profetiza para exaltar la carne del
receptor de la profecía, hará que éste se enorgullezca y se vanaglorie como si fuera un pez globo
o el pavo real. Tanto así, que se pensará que es lo más grande que existe o camina sobre la faz de
la tierra. Es más, con el exceso de halagos antibíblicos y empalagosos, cualquiera pensaría que
adobaron al pollo para guisarlo pronto. “Para buen entendedor, pocas palabras bastan.” Entretanto,
al receptor se le inflará la carne con su naturaleza humana y dará paso al engaño, y que lo cegarán
al punto de arriesgar o exponer su salvación. Todo eso, por haber sido engañado, sugestionado y
manipulado. Por ende, éste se sentirá inmune a las maquinaciones del diablo, ya que, cuenta con
el supuesto poder sugestivo y “sobrenatural” que le otorgó la profetiza con su “profecía”.
(Proverbios 16:18). Valga la aclaración que, esto lo digo, porque una cosa es el poder bíblico (ya
escrito y descrito, bíblicamente) y otra cosa muy diferente es el tal poder sugestivo-manipulativo,
que le regaló la profetiza con su profecía al ingenuo, neófito del receptor.

Por algo dice en 1ra Pedro 4:11, “Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si
alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por
Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.”
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11- “¡¡Hmmmmmm, hmmmmmmm!!”


Este sonido sugestivo indica presunción, jactancia, altanería y prepotencia. Por lo que,
implica que esta persona es carnal y no espiritual, pues predomina en ella las obras de la carne,
pero carece del fruto del Espíritu. “Por sus frutos los conoceréis.” (Mateo 7:15, Lucas 6:43,44). Por
lo demás, observemos que, tal actuación (“¡¡hmmmmm, hmmmmm!!”), es cónsona a las tácticas
psicológicas utilizadas para acaparar las emociones de las víctimas con cierto grado de sutileza e
intimidación con el fin de tomar dominio absoluto de la audiencia, del receptor o del oyente del
video mediante la manipulación. A su vez, esto se percibe o se respira como algo amenazante y
con gran sentido de temor, pues el receptor no se atreverá ni a pensar que le están tomando el pelo
ni que lo están engañando porque cree que el tal profeta o profetiza es lo más espiritual que existe
y que es lo más grande ante Dios o que está siendo usado por Dios. Además, con tal actitud de
prepotencia e intimidación por parte de la profetiza, el receptor podría hasta olvidar (digo, si es
que lo supiera) que bíblicamente tiene una encomienda y es la de “juzgar la profecía” y la de
hacerlo con “justo juicio”. Claro que, ese olvido (voluntario o involuntario) sería muy conveniente
al tal profeta o profetiza; ya que, le brinda la oportunidad de lograr su tramado objetivo (el engaño),
y le resta las posibilidades de ser probado(a) (1ra Juan 4:1), juzgado(a) (1ra Corintios 14:29), o
cuestionado(a) (2da Pedro 1:19,20) a la luz de la Santa Palabra de Dios.
Por otro lado, aclaro que muchos oportunistas de este tiempo (sean víctimas, receptores o
los carnales que vagan hambrientos por profecías) aman este tipo de engaño; siempre y cuando,
los trepen en estantes de oro y los adulen con falsos halagos, que los paseen por las nubes con
palabras infladas y que los adornen con palabrerías vanas o persuasivas. Puesto que, la vanagloria
de la vida les acrecienta el orgullo y el ego. Sin embargo, toda esa gama teátrica o circo de falsas
“profecías” causadas por los lobos rapaces y los falsos profetas o profetizas de este tiempo se
resume en una postura de engaño, en la ambición por fama, fortuna, reconocimiento o poder, y en
una posición antibíblica, totalmente contraria a la Palabra de Dios. Además, estos personajes ya
tienen un plan trazado, intencionado y deliberadamente, diseñado; el cual, consiste en eliminar las
posibilidades de que aparezca alguien lleno del Espíritu Santo, con discernimiento, con la unción
y el poder de Dios, que les haga frente, que los detenga, que los desenmascare, que los confronte
y los avergüence, públicamente, por mentirosos y engañadores.
Por tanto, ¿qué tipo de comportamiento es ése por parte de una persona que alega que está
siendo usada por Dios o profetizando en nombre de Dios? Entienda usted que, Dios no se vale de
trucos o engaños, de medios persuasivos, no amerita de técnicas psicológicas ni maquiavélicas,
como las ya mencionadas. Observemos que, en los tiempos de antes, allá por la Senda Antigua
(Jeremías 6:16), las anciana(o)s (no por la edad, necesariamente, sino por la experiencia, la
madurez, la consagración y el tiempo en el Señor, mayormente) que Dios usaba sacando pecados
ocultos a la luz, desenmascarando a los falsos o ministrando de alguna manera cualquier don, eran
mujeres y hombres humildes de espíritu (no eran falsos o hipócritas ni tenían apariencia de piedad),
sino piadosa(o)s como tal, y sumisa(o)s a Dios; además de, comprometida(o)s con Él y su Santa
Palabra, únicamente. Ésta(o)s, no mostraban altivez alguna ni se vanagloriaban de lo que Dios les
hubiera dado ni hecho a través de ellos. Por el contrario, sufrían mucho por causa del Evangelio,
pagaban un alto precio y daban fiel testimonio (frutos dignos de arrepentimiento) de que eran
hija(o)s de Dios. Eran personas que no se limitaban a vivir de una santidad a medias o incompleta,
de apariencias o de vestimenta, meramente. Sino que, todo su ser reflejaba la luz, el poder y la
presencia del Espíritu Santo porque vivían, aplicaban y predicaban la santidad completa en
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espíritu, alma y cuerpo (1ra Tesalonicenses 5:23), según Dios lo demanda a través de la Sagrada
Escritura. Es por eso, que insisto en preguntarles, ¿ese porte, actitud, sonidos y comportamiento
observable, es propio o digno de una persona cristiana que alega ser una profetiza que trae algún
mensaje de parte de Dios? Juzgue usted con justo juicio, tal como lo exige la Biblia.
12- “Estoy sanando una herida bien profunda del pasado. Uffff… ¡Ahí está el Espíritu de
Dios, sanando! ¡Ahí está, ahí está!”
¡Increíble, pero cierto! Los falsos profetas y profetizas llevan tiempo ejecutando este tipo
de drama repetitivo, línea por línea. Es cual libreto aprendido que recitan al dedillo, donde saben
el guion completo. Lamentablemente, los únicos que no se dan cuenta de la estrategia o maniobra
son las víctimas (los engañados). Algunos, de los que fueron *encantados, les sucedió por ser
carnales y tibios. Otros, por ser ingenuos, neófitos y hasta desapercibidos. Por lo que, abrieron la
puerta al engaño para ser atados con vendas mágicas (*Ezequiel 13:18-20) o en el peor de los casos,
hay una gran mayoría de éstos que, también eran engañadores o todavía lo son (falsos: profetas,
profetizas, maestros y pastores). Y, por eso, fueron también arrastrados en la ola del engaño (2da
Timoteo 3:13).
Ahora bien, analicemos esta situación. Me gustaría encontrar a algún ser humano, que
durante toda su vida (independientemente, del tiempo, la edad o los años de existencia), no haya
sufrido alguna herida de cualquier índole, (sea profunda o superficial, emocional, psicológica o
física), que contenga malos recuerdos, sea que le duela todavía (porque no haya decidido tener
sanidad interior) o que le haya dolido la misma (pero, se dejó restaurar por el Espíritu de Dios).
Vamos a ver, seamos justos, razonables y lógicos, por favor. ¡Qué aparezca una sola persona, una
nada más, que en el pasado de su existencia (corta o larga) no haya sufrido alguna herida (interna
o externa) y que no le haya dolido! Considere que, no estoy pidiendo mucho. Apenas solicito
“UNA” nada más.
Por lo que, vamos a detenernos un momento aquí para aclarar un asunto de suma
importancia. Lógicamente que, este renglón de la “profecía” (recuerden que hemos ido
desmenuzando, analizando y juzgando con detenimiento cada parte envuelta en el asunto), no es
ninguna profecía como tal porque carece de las características esenciales que componen la misma.
Peor aún, este inciso “profético” no posee los elementos de juicio necesarios (vitales) y
correspondientes, que la distinguen o la caracterizan, pero sí posee un alto contenido estadístico
de probabilidad. Encima de eso, ya tenemos la respuesta a la pregunta que nos concierne, ¿quién
no ha sido objeto de heridas dolorosas en algún momento de su vida? Específicamente, esta parte
de la alegada “profecía,” se cae de la mata por ser lógico y, estadísticamente probable. Es algo tan
ambiguo y evidente, que ni siquiera habría que ser experto en la materia para conocer o ver la
realidad expuesta. Entonces, vamos a elaborar la pregunta para que podamos captar o entender
con mayor precisión, la entrelínea que se cuece en este meollo.
Por lo que, para ser exactos en el análisis y hacer justo juicio del segmento que nos aqueja,
preguntémonos… ¿Quién no ha sufrido alguna herida (sea varón o hembra, hombre o mujer,
menor o adulto) en algún momento o faceta de su vida entera (independientemente de la edad,
sexo, tamaño, estatus social, credo religioso, político o ideas seculares? ¿Quién, díganme, si
conocen a alguna persona que no haya vivido algún momento de dolor o que no haya sufrido
alguna herida que haya marcado su vida (para bien o para mal) de alguna manera? Vamos;
consíganme, aunque sea una, por favor. Por ejemplo, el(la) que no sufrió: maltrato físico, sexual,
18

emocional (necesidad afectiva, pérdida de familiar o amigo, algún ser querido o mascota; divorcio
de sus padres o fracaso matrimonial en su carácter personal), psicológico (baja autoestima,
desprecios, depresión, tristezas, humillaciones, rechazos), social (presiones de grupos, acosos,
hostigamientos, pobreza, enfermedades, hambre, necesidades), etc., durante su niñez o en algún
momento de su vida (cualquier tipo de herida interna – emocional y profunda), es porque no es
humano. Tan sencillo como eso. Otra cosa, el mero hecho de conocer (personal, cristianamente o
por Facebook) al receptor de la “profecía”, de haber escuchado o leído su testimonio y de saber
muchos aspectos expresados por él mismo, es suficiente razón para saber que, lógicamente, éste
(el receptor en este caso) sufrió muchas heridas durante su vida pasada que le causaron mucho
daño, que le dolieron o que aún le duelen, según se desprende del video y la alegada profecía
emitida por la profetiza. Entonces, ¿cuál es el show o el gran “descubrimiento” de esta jugada
cuando en realidad el asunto de la herida es tan obvio, lógico y notable, que solo se delata?
Si vamos a la Biblia, todavía no he encontrado a ninguno(a) que haya sido excluido de
algún tipo de herida. Tanto los profetas como Cristo mismo sufrieron heridas de alguna índole;
fueran profundas o superficiales como: traiciones, persecuciones, naufragios, decepciones,
hambre, desnudez, maltrato, rechazos, azotes o golpes, y hasta la muerte. No obstante, la gravedad,
profundidad o seriedad de tales heridas solo las puede determinar el ser humano porque dadas las
circunstancias, en unos, no haría mucho daño o efecto, pero en otros, podría ser diferente el caso.
El hecho de que, tales heridas (generadas y causadas en algún momento de sus vidas) hayan
ocurrido no demuestran la profundidad de éstas, pero sí evidencian su existencia. Por ejemplo,
Cristo no dio lugar a que las heridas causadas en su cuerpo dieran paso al odio, rencor o venganza
contra el hombre; por el cual, el murió en la cruz del Calvario. Sin embargo, la mayoría de los
seres humanos (fíjese que, no de todos), cargan con heridas y recuerdos dolorosos del pasado que
solo Dios puede sanar o que ya Dios sanó (según aplique la situación). En resumidas cuentas, no
es el primer caso que consigo con el mismo cuento o “profecía” ambigua de guion aprendido. Por
el camino del evangelio, fueron mucho(a)s los que oí tocando el mismo disco de las heridas
profundas del pasado; las cuales, alegaban que Dios las sanaba allí mismo. Por eso mismo es que,
el asunto nos desconcierta, pues ¿qué es esto? ¿Una novela repetida y embotellada (que conste; las
novelas son satánicas, no las patrocinamos), un melodrama religioso con líneas aprendidas
(tampoco apoyamos la participación ni la expectación de los teatros griegos), casualidad o
coincidencia?
En el 2estudio relacionado a la salud mental de los puertorriqueños y los hallazgos
reportados en el “Análisis de situación de la Salud en Puerto Rico”, se desprende que un 16% de
la población (entre las edades de 18-64 años) cumplieron con los criterios de trastorno mental leve,
moderado o severo (Canino, et al., 1987). Las estadísticas confirman que, durante los años fiscales
de 2014-2015, los Centros de Salud Mental y las Unidades de Tratamiento Integrado atendieron
sobre 14,128 pacientes (entre adultos y menores) y se estima que, el 5.4% de la población adulta
padece de trastornos de salud mental severa, según la data reportada hasta el 30 de septiembre de
2014 (ASSMCA, 2015). Si el cuadro y el panorama presentados son preocupantes, entonces ¿cuál
es la importancia de estos datos y estadísticas oficiales con relación al tema de interés que estamos
abordando?

2
ASSMCA, (2015). Datos estadísticos de clientela atendida 2014-2015. Bayamón, PR: Administración de Servicios
de Salud Mental y Contra la Adicción.
19

Sencillamente que, la información confirma lo que hasta ahora habíamos indicado. No hay
ser humano que, en algún momento o etapa de su vida, no haya sufrido alguna herida de cualquier
índole que haya trastocado su interior. Por ende, todo lo que implique lo interno del hombre (la
mente, el corazón, las emociones, los sentimientos) recae directamente en la salud mental del ser
humano. El hecho de que, algunos hayan superado cualquier herida o adversidad de la vida con la
ayuda de Dios; mientras que, otros no hayan podido o querido hacerlo, no exonera ni invalida la
causa o la cuestión aquí planteada. Además, cualquier tipo de herida (superficial o profunda, leve
o grave; física, sexual o emocional) causa efectos a largo o corto plazo en el ser humano
(psicológicos, emocionales, sociales, físicos, etc.). Por tanto, eso deja en entredicho, esta parte de
la susodicha profecía que estamos analizando, pues la torna absurda y bufa porque se cae de la
mata.
Mientras tanto, veamos con cautela lo que la profetiza dijo cuando expresó que, “Estoy
sanando una herida bien profunda del pasado. Uffff…” Si ese enunciado fuera cierto, (según fue
admitido por el receptor en el video; el cual, no lo negó, sino que lo aceptó), entonces la profetiza
volvió (segunda vez) a dejar al descubierto a su víctima. Esta vez, afirmó o dio por sentado que,
el receptor (la persona que recibió la profecía) estuvo por los altares predicando y ministrando con
resentimientos, raíces de amargura y hasta odio en su corazón. Veámoslo. Con el mero hecho de
que, ésta le haya sugerido o insinuado al neófito receptor de que cargaba con una “herida (oculta)
bien profunda”; la cual, arrastraba del pasado, pero que, “Dios se la estaba sanando allí”, es
suficiente causa y evidencia para entenderlo. El asunto está claro; es cuestión de captarlo. Lo
sorprendente del caso es que, el receptor aceptó sin resignación alguna la insinuación o afirmación
de la profetiza, pues no se quejó, no se defendió, no contradijo, no protestó ni se opuso a lo que
ella hizo público. Por tanto, es la segunda vez (durante el corto tiempo que dura el video) en que
la profetiza deja en ridículo al receptor. Mientras que, éste felizmente se allana ante la aseveración,
la acepta y la admite como puede observarse en el recurso audiovisual provisto; el cual, fue
compartido públicamente por el mismo receptor.
Por ende, demos claridad al asunto. Por un lado, es obvio que todos hayamos sufrido algún
tipo de herida durante la vida. Sin embargo, eso no significa que habremos de justificar el hecho
de que, esa herida continúe latente ni permanente en nuestro interior; toda vez que, cuando nos
convertimos a Jesucristo, el libertador y el sanador, se supone que como cristianos hayamos sido
transformados por el poder de Dios. Por tanto, no es posible que una persona cristiana y mucho
menos, si ejerce algún ministerio, todavía esté herida o cargue con “heridas profundas” del pasado
en su corazón mientras ejerce su ministerio. Eso es peligroso y hace daño al evangelio.
Primeramente, porque ¿cómo habrá de dar lo que no tiene? En segundo lugar, una persona bajo
esa condición ¿podría predicar que Cristo liberta y sana cuando todavía anda atada por “heridas
profundas” del pasado? Por último, ¿saben cuántas personas pudieron haber sido afectadas en las
iglesias, cuando se dio la transferencia demoníaca mediante la imposición de manos por parte del
receptor de la profecía hacia la gente que él “ministró” estando bajo esa condición, que la profetiza
alegó? La realidad es que, ¡pobre de todos aquéllos que se dejaron tocar; esto es, imponer las
manos por una persona (en este caso, el receptor) que estaba atada con raíces de amargura o
“heridas profundas” al momento en que se les ministró! Todo esto, se sobreentiende de la
entrelínea profetizada cuando se dijo que, “Estoy sanando una herida bien profunda del pasado.”
Usted puede estar seguro de que, durante la transferencia ocurrida a la hora de la ministración, esas
víctimas (los que fueron ministrados por el receptor de la profecía) llevaron consigo esa carga y
los demonios de opresión. Por tanto, participaron de pecados ajenos (1ra Timoteo 5:22).
20

Además, ya sabemos que la cosa fue así por medio de la aceptación propia del receptor de
la profecía, tal como se observa en el material visual provisto y publicado por las redes sociales.
De manera que, si así fue la cosa, entonces aquellos pastores que invitaron a esa persona a predicar
en sus iglesias lo hicieron sin visión ni confirmación por parte de Dios, sin discernimiento de
espíritus ni vida espiritual y sin dirección divina. Lamentablemente, muchos pastores de este
tiempo son cómplices de pecados. Por eso, apoyan y aplauden ese tipo de engaño; ya que,
precisamente la Biblia lo dice, que es el tiempo del fin donde prevalecería una de las señales más
grandes del fin del siglo, que se resume en el engaño (manifestado en cualquiera de sus facetas:
apostasía, falsos maestros, falsas profecías, falsos profetas y profetizas, etc.), (Mateo 24:3-12). La
cuestión no es que, el asunto sea bíblico o que la Biblia tenga que cumplirse como tal, sino que,
¡ay, de los cuales sean parte de esa maldad y hagan cumplir la profecía bíblica! (Mateo 26:24). Para
colmo de males, dichos pastores deberán de lidiar en sus congregaciones con las consecuencias
espirituales que les acarreará tal negligencia, si es que aman el rebaño más que la lana (Zacarías
10:2). Por lo visto, a algunos pastores, muy convenientemente se les ha olvidado que por cada
alma que tuvieron a su cargo o pasaron por sus manos, habrán de dar cuentas a Dios por todas ellas
(Hebreos 13:17, Ezequiel 34).
Por otro lado, fíjese bien del lenguaje corporal, la mirada o gestos, y la forma sigilosa en
que la tal profetiza elabora su plan solapado. De manera que, mientras iba “profetizando”; tal cual
hacen muchos farsantes de este tiempo, alargaba también el ojo como buitre famélico y
desesperado, que amerita cazar a su presa en plena luz del día. Luego de eso, la profetiza se dedicó
a observar con precaución o cautela (cosa que no hace el receptor de tal profecía, y en mínimas
ocasiones, el Pueblo de Dios), la reacción de su víctima para saber, si por ahí era que “se serruchaba
el palo” o si así era que, “se batía el cobre”. Por lo que, dependiendo de las observaciones o
actitudes percibidas por éstos (falsos profetas o profetizas); ya sea, de la audiencia o el receptor,
ellos (los falsos profetas y profetizas) sabrán si la “profecía” la están pegando o si deben sacarse
otro rollo mágico (adivinación) de la manga porque lejos de pegarla, al receptor o la audiencia, no
le está gustando el asunto. Por ende, las víctimas se estarían dando cuenta de que tales “profecías”
tienen algo raro o sospechoso, y fuera de lugar. Encima, estos impostores moderan y acomodan lo
que están “profetizando” (de acuerdo con la percepción de su vista material) y lo ajustan al gusto
del receptor o la audiencia. Ésa es la famosa táctica psicológica denominada como: “3Texas
Sharpshooter Fallacy” (la mentira del francotirador de Texas); la cual, trata de alguien que disparó
a lo lejos, balas a lo loco en una pared abierta. Luego fue, y delineó o delimitó su ángulo como si
originalmente hubiera dado perfectamente a su objetivo, directo en el blanco (Rossel, S., 2011) y
(Venn, J., 1866, p. 259). Así mismo, los lobos rapaces, los farsantes e impostores de este tiempo
regulan y calibran la imprecisión de sus adivinaciones para colarlas como profecías de Dios;
cuando en realidad, son un rotundo plan trazado repleto de engaño.
Cabe señalar que, no patrocinamos el uso de la psicología en los asuntos clericales o
ministeriales de ninguna manera. Puesto que, el mundo recurre al psicólogo o al psiquíatra para
atenderse mediante terapias mentales o drogas controladas; mientras que, la iglesia acude a Cristo,
el médico por excelencia. Por tanto, el mundo de la psicología no debe interferir ni inmiscuirse en
las cosas de Dios. Quien tal haga, no es espiritual; sino carnal y mundano. Entonces, ¿por qué la

3
Rabbi Rossel, S., (2011). The essential Jewish Stories: God, Torah, Israel & Faith. KTAV Publishing House, Inc.
21

iglesia le abre la puerta al engaño y permite que la aten con falsas profecías repletas de técnicas
psicológicas por parte de los falsos: profetas, profetizas, pastores y maestros, del último tiempo?
13- “Porque vas a abrazar a muchos jóvenes, y a través de ese abrazo, las cadenas serán rotas
porque va a ser Jehová en ti.”
Empecemos por decir que, esta persona (tal profetiza) huele a enredo de una falsa
religiosidad, de liberales y de falsas doctrinas. Para colmo ni siquiera sabe la diferencia entre los
tiempos bíblicos o la Trinidad. Por ende, ¿cómo es posible que pueda profetizar quien ni siquiera
domina la Biblia? Vea cómo en repetidas ocasiones, la profetiza hace referencia a “Jehová,” (la
primera persona de la Trinidad); el cual, es Dios bajo la ley y el antiguo pacto. Sin embargo,
estamos bajo la gracia y el nuevo pacto, que se suscita a través de Jesucristo (la segunda persona
de la Trinidad). Por tanto, deberíamos preguntarnos, si es que hubiera tal “profecía” en el falso
libreto disparatero y aprendido de esta profetiza, entonces, ¿para cuándo sería o podríamos esperar
el cumplimiento de ésta? ¿Empezaríamos a contar hacia atrás (bajo el tiempo pasado con Jehová
y la Ley) o hacia adelante (en el tiempo futuro, bajo la gracia con Jesucristo, segunda persona de
la Trinidad y con el Espíritu Santo, tercera persona de la Trinidad)?
Por si acaso, permítame aclararle que, no estamos en contra de la santa y divina Trinidad.
Lo que estamos diciendo es que, cada persona de la Trinidad tiene su función y su tiempo. Por
ende, quien enseñe, predique o profetice; lógicamente que, debería dominar la Biblia (la Palabra
de Dios). Por lo que, aunque este asunto parezca simple y no afecte tanto o cause mayores daños
al asunto, cuando lo unimos con el sinnúmero de horrores “profetizados” en tan corto lapso de
video, resulta que “poco a poco se ha desbordado el jarro”. Eso es, súmele otra razón; por la cual,
esta dramaturgia denominada como “profecía” se agrava por completo, descartándola como de
Dios. A fin de cuentas, preguntémonos ¿cómo se supone que se diga o cuál es la manera correcta
de emitir una profecía? Esto sería: “Así dice el Señor” o “Así dice el Espíritu Santo”. Claro que,
me reitero en que tal detalle no debe inclinar la balanza de la justicia hacia algún lado o poseer el
mayor peso de la evidencia de tal modo que descarte a alguna otra profecía (sin antes haber juzgado
todas las partes de ésta), pues de hacerlo no podríamos llegar a una conclusión completa ni ejercer
un justo juicio. No obstante, en este preciso caso, ya podemos ir viendo el panorama con mayor
claridad y exactitud; dadas las circunstancias (errores, contradicciones, disparates e ideas
antibíblicas, etc.) que ya explicamos. Mientras tanto, siguiendo la línea de interés original (esto es,
el grosor o peso de esta “profecía” como tal); por la cual, partimos no obviemos lo que dice la
Biblia en Mateo 7:20-23:
“Así que, por sus frutos los conoceréis. No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino
de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en
aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios,
y en tu nombre hicimos muchos milagros?
Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.”

Por otro lado, observemos que, no hay diferencia alguna entre estos adivinos, magos y
*encantadores (falsos: profetas, profetizas, pastores y maestros del engaño) en comparación a los
espiritistas con sus mesas de consultoría, los santeros con sus sesiones satánicas o los brujos,
instrumentos del diablo, como Walter Mercado con sus trabajos infernales. Obviamente que, lo
que no es ni proviene de Dios (la verdad), de mal procede (carne o diablo). Para completar, ya
22

surgió la nueva revelación apóstata-profética para el ministerio de los neófitos y falsos profetas o
profetizas del último tiempo denominada, “¡la unción del abrazo!” Por lo que, abramos bien los
ojos porque eso podría convertirse en una herejía destructora que atente contra la pureza del
evangelio y la santidad del Pueblo de Dios o de las pocas rodillas que quedan; las cuales, no se
han doblado a Baal y no se dejado engañar con esas baratijas de alegadas “profecías”, que se ven
a leguas (a distancia) que no son de Dios ni provienen del cielo. De modo que, habría que estar
más que ciegos espirituales o encontrarse en peor condición que Bartimeo, (Marcos 10:46), para
caer en la trampa y enredo de dicho engaño (las falsas profecías y, los falsos: profetas o profetizas,
pastores y maestros), del tiempo final en el que vivimos.
No obstante, vamos a analizar el nuevo invento de “la unción del abrazo”. Entienda bien,
que no es lo mismo un abrazo esporádico, digamos, por ejemplo: a un familiar, entre amiga(o)s o
conocida(o)s, y en el caso de las mujeres, hasta a alguna hermana en la fe que lo necesite o
viceversa en caso de ser varón. Entiéndase, “nenas con nenas y nenes con nenes,” en el sentido
común y corriente; no se vaya por la tangente. Sin embargo, veamos por dónde corre el peligro y
la sutileza del engaño. En un abrazo se trasmite muchas cosas y sentimientos. De hecho, se prestan
para darle ocasión a la carne y al diablo. Tal transmisión podría envolver una serie de sentimientos
(buenos o malos), desatar pasiones juveniles (2da Timoteo 2:22), abrirle la puerta al diablo y atraer
demonios de toda índole y rango (por ejemplo: sexo, fornicación, lujuria, homosexualismo,
lesbianismo, brujería, ocultismo, adivinación, depresión, suicidio, muerte o enfermedades –
“mentales”, espirituales o físicas, etc. Esto es, como diría el americano: “You name it!” que
traducido es, “¡dígalo usted mismo!”. Entonces, ¿qué edificación espiritual, efecto o provecho, si
alguno (que no sea carnal, material, emocional, físico, mal interpretado, entre un sinnúmero de
otros riesgos o peligros a acogerse) podría tener o provocar en las personas (tanto el remitente
como el receptor; esto es, el que da como el que lo recibe) envueltas en la falsa “unción del
abrazo”?
Fíjese que, para entender este asunto hay que leer o interpretar la entrelínea. Lógicamente
que, si “…y a través de ese abrazo, las cadenas serán rotas”, entonces, dicho abrazo no es uno
cualquiera, común ni corriente; sino que se sobreentiende que, se trata de una alegada “unción” en
tales abrazos. Por tanto, para que nadie piense que estamos añadiendo o inventando, vamos al
grano. Con lo antes explicado, se sobreentiende que, la profetiza está hablando de la “unción del
abrazo”. Dada la ocasión, expondremos todo lo que implica un abrazo. Veamos, un abrazo
acaparra más que una imposición de manos, pues en el mismo hay una conexión y enlace, que
envuelve contacto corporal y acercamiento directo o físico; mientras que, en la imposición de
manos, a duras penas envuelve el tacto sobre la cabeza, que es donde correcta y bíblicamente se
supone que ocurra tal acto. Sin embargo, vayamos a la Biblia y veamos lo que ocurre cuando una
persona se desmanda a poner manos a lo loco:
“No impongas con ligereza las manos a ninguno,
ni participes en pecados ajenos. Consérvate puro.” (1ra Timoteo 5:22)

Por consiguiente, si imponer las manos desenfrenadamente acarrea graves consecuencias,


dígame usted, ¿qué o cuánto más podría pasar con el embeleco de la falsa “unción del abrazo”?
¿Será la repartición de abrazos o la falsa “unción del abrazo”, más saludable, conveniente y
espiritual, que la imposición de manos (establecida bíblicamente)?
23

“¿Y por qué, hijo mío, andarás ciego con la mujer ajena,
Y abrazarás el seno de la extraña?” (Proverbios 5:20)

Mientras tanto, ¿cuál es el consejo bíblico (antídoto) contra la falsa “unción del abrazo”?

“…tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar,


y tiempo de abstenerse de abrazar;” (Eclesiastés 3:5)

Observemos que, en una de las ocasiones cuando el Apóstol Pablo otorgó un abrazo entre
hermanos para despedirse, la Biblia no dice que lo hizo para otra cosa ni mucho menos para
transmitir unción ninguna, sino que, simplemente se trató de una despedida.
“Después que cesó el alboroto, llamó Pablo a los discípulos, y habiéndolos exhortado y abrazado,
se despidió y salió para ir a Macedonia.” (Hechos 20:1)
Claro que, no nos cerramos a la posibilidad de que, en algún momento de la historia humana
pudiera ocurrir algún hecho sobrenatural donde esté envuelto, quizás, un abrazo. No obstante, eso
sería una probabilidad y no una norma o resolución, según lo sugiere la “unción del abrazo”. Por
lo que, entiéndase la aclaración porque una cosa no tiene que ver con la otra. Aprenda a identificar
o establecer las diferencias y no perecerá por falta de conocimiento (Oseas 4:6).
Tristemente, la generación de este tiempo anda igual o peor que lo dicho por el profeta llorón:
“¿Por qué es este pueblo de Jerusalén rebelde con rebeldía perpetua? Abrazaron el engaño, y no
han querido volverse.” (Jeremías 8:5)
Por otro lado, profundicemos en eso de que, “…vas a abrazar a muchos jóvenes… las
cadenas serán rotas porque va a ser Jehová en ti.” Dése cuenta de: lo antibíblico, riesgoso,
impropio, indebido, antiético, y lo ambiguo, de la adivinación ahí envuelta, más lo peligroso de
ese engaño de última hora. Por ejemplo, la palabra “jóvenes” está en plural. Sin embargo, la
“profecía” no especifica si dichos abrazos serán tanto para los varones como para las hembras, o
serán entre varones solamente, o si serán para jóvenes convertidos o para los que son inconversos,
si serán para ambos bandos, respectivamente (inconversos y convertidos), o serán para la juventud
en general. Eso da rienda suelta a la adivinación, pues el receptor deberá adivinar a qué tipo de
audiencia deberá dirigir sus abrazos. Lo único que sabemos es que, “la unción del abrazo” hará
acepción de personas (¿discriminación y prejuicio?) porque será restringida, limitada y exclusiva
para los “jóvenes”, pero ¿bajo qué tipo de clasificación de juventud será ésa? Para eso,
lamentablemente, el mundo y la carne dirían: “¡Adivínelo, adivinador!” La iglesia, sin embargo,
no puede ni debe caer en el pecado de la adivinación (Levítico 20:27, Hechos 16:16) porque es
abominación a Dios (Deuteronomio 18:9-14). Por ende, deberá decidir a quién habrá de servir: a
un Dios santo (Jesucristo) o a un dios adivino (el diablo), pero a los dos; no se podrán servir, jamás
(Lucas 16:13, Josué 24:15).
Entretanto, ya saben que, los adivinos (referente al que hace, produce o emite la adivinación
y la disfraza de “profecía”) (Levíticos 19:26), los adivinadores (en referencia a los que llevan a cabo
la acción como lo es el hecho de adivinar la respuesta de lo que se desconoce, pero aun así, porfían
en que la adivinanza era una “profecía”) (Levíticos 19:31, 20:6) ni los engañadores (de ninguna
índole incluyendo a los falsos: profetas, profetizas, pastores y maestros) (Apocalipsis 22;15)
24

entrarán al reino de los cielos. Entonces, les recuerdo que, todo lo que nos trate de obligar a ir en
contra o por encima de la Palabra de Dios como lo es la adivinación, ¿qué es? Es falso, es pecado
y es malo ante Dios. ¿De dónde procede? De la carne (su corazón) o el diablo. ¿De dónde surgen
tales intentos de rebelión contra las ordenanzas bíblicas? Del mismo infierno. (Isaías 14:12,
Números 16, 1ra Crónicas 5:25, 2da Crónicas 30:7, Salmos 5:10)
En adición a todo eso, ni siquiera Cristo o los apóstoles se valieron de semejante contacto
íntimo o físico (como los son los abrazos sin dirección o sin ton ni son - a cualquier audiencia
incluyendo hombres y mujeres - sin saber lo que hacían; y a lo loco – repartiendo una lluvia de
abrazos “ungidos”, desmedida y desproporcionadamente) para llevar a cabo sus funciones
ministeriales, y mucho menos, se lanzaron a ministrar al garete. No olvidemos que, la “profecía”
no especifica ni identifica la clasificación de los jóvenes que recibirán “la unción del abrazo”. Por
tanto, se desconoce a qué tipo de jóvenes serán dirigidos esos abrazos. Sin embargo, aunque el
detalle se hubiera especificado, comoquiera el asunto (“unción del abrazo”) recae en falso por las
consecuencias obvias que conlleva la ejecución del hecho como tal. Por ende, ese tipo de
“profecía” o esa parte de ella envuelve la adivinación, donde habría que romperse la cabeza
adivinando por saber quiénes serán los jóvenes (clasificación específica) agraciados para recibir la
falsa “unción del abrazo”. Por consiguiente, la “profecía” queda otra vez descartada
inmediatamente, pues no es un fruto al cual, se le extrae la porción podrida o dañada para “salvar”,
cocinar o consumir el resto de ésta. En el caso de la profecía, y según lo dice la Biblia, se trata del
todo o nada, pero si la “verdad” de la “profecía” quedara a medias; obviamente, que una media
verdad se constituye una mentira igual como ocurre en los “ciertos” o “falsos” de los exámenes
seculares.
Por último, está científicamente demostrado, en el nuevo 4estudio publicado por la revista
“Scientific American;” el cual, fue realizado en la Universidad de Carnegie Mellon que el contacto
físico con otras personas las conecta de algún modo a éstas, al punto de que, el cuerpo libera
hormonas (oxitocina) que producen efectos en la salud (Killam, K., 2015) del ser humano.
Además, el estudio alude a una gran cantidad de evidencia que aparenta proveer una gama de
efectos “positivos” en la salud social del individuo. No obstante, cuando el estudio habla de la
salud social aclaró el hecho de que, se refiere a la percepción de las relaciones humanas
significativas (íntimas o sentimentales, familiares, amistosas, etc.), que se prestan como base
durante tiempos difíciles. Específicamente, la investigación abunda en cuanto al apoyo emocional
que un abrazo provee. Se explica que, el acto hasta se presta para suscitar un intercambio de
información (confidencial, íntima o privada), de compasión (sentimientos), y de ayuda (de
cualquier índole, desde emocional, económica, sentimental, etc.). Por tanto, todo eso y mucho más,
es lo que un abrazo podría provocar en cualquier ser humano. Interesantemente, el estudio enfatiza
en que tanto el que da como el que recibe el abrazo podrían “beneficiarse” de tales ventajas. Fíjese
que, los abrazos provocan diferentes efectos (físicos, psicológicos, emocionales o sentimentales,
sociales, etc.) en la salud del individuo que, al parecer, serían “positivos y beneficiosos” para las
partes envueltas en el mismo. Entonces, basados en los resultados de la investigación científica,
donde se comprobó las diversas situaciones (sentimientos) envueltas y lo que yace detrás de un
abrazo, ¿cuán productivo podría ser tal asunto para la iglesia o para el ingenuo y neófito receptor,
que para colmo carece del dominio bíblico (Levítico 10:10, Hebreos 12:16)? No es burla, es la

4
Killam, K. (2015). A Hug a Day Keeps the Doctor Away. Scientific American.
25

verdad; tal como, se observa en el corto video. De lo contrario, el receptor hubiera reprendido con
autoridad y firmeza divina a la filistea y no se hubiera dejado engañar.
Note que, los conceptos: “positivos” y “beneficiarse” aparecen entre comillas en el párrafo
anterior de este escrito. Esto lo hice con el fin de aclarar que, dependiendo de la mira que se tenga,
será la aplicación o la conveniencia de dicha terminología en el asunto que nos atañe. Por ejemplo,
para el mundo, los carnales o tibios, y para los ciegos espirituales no habría objeción alguna ni la
más mínima importancia en que se repartan abrazos a lo loco como las ATH (a toda hora). Esto se
debe a que, los abrazos entre ellos, mayormente, no producen nada diferente a lo que ya están
acostumbrados a sentir o vivir, que son las pasiones carnales o desenfrenadas, la hipocresía o la
formalidad por comportarse o cumplir ante el ente social. Sin embargo, para la verdadera iglesia
de Jesucristo, la cuestión debería preocuparnos; ya que, lo que parece inofensivo podría convertirse
fácilmente en algo inoportuno, en tentaciones, en pecado, en escándalo o vergüenza al evangelio.
Como ya sabemos, el diablo no pierde tiempo, (Ezequiel 22:25, Proverbios 28:15, 1ra Pedro 5:8).
Entonces, no podemos darle lugar (Efesios 4:27) y tampoco, ignorar sus maquinaciones (2da
Corintios 2:11).
De modo que, los efectos de un abrazo “positivo” podría “beneficiar” a alguna o ambas
partes, dependiendo de las circunstancias. Sin embargo, tal beneficio sería carnal o emocional,
mayormente. No obstante, las probabilidades de que se cuele el diablo, se despierten las pasiones
y se provoque a la carne son altamente considerables. No obstante, un equipo de científicos de la
Universidad del Norte de Carolina realizó un 5estudio con una muestra de 38 parejas, relacionado
a los efectos de los abrazos en ambas partes. Los resultados de éste demostraron que, los abrazos
beneficiaban más a la salud de las mujeres en comparación a la de los hombres (Grewen, K., agosto
2005). Por lo que, si esto es así, entonces la “unción del abrazo” solo tendría efecto en la
clasificación femenina, según lo confirma los hallazgos de la investigación provista. Dicha
información pondría en entredicho la susodicha profecía; ya que, la misma atentaría contra la
salvación del receptor al ponerlo en riesgo y exponerlo a la tentación. Por otro lado, basados en la
revisión de la literatura; la cual, sirve de apoyo al tema en cuestión y secunda a la Biblia, ya
sabemos que el receptor de la “profecía” tendría que discriminar contra los varones; ya que,
perdería su tiempo abrazando a los jóvenes del sexo masculino. Si por el contrario, éste decidiera
abrazar a las jovencitas; entonces, estaría cruzando la línea ética ministerial y arriesgando su
salvación. Por todo lo cual, la profetiza se contradijo así misma con una alegada profecía que no
pega ni con super pegamento (“crazy glue”), pues ni siquiera la ciencia la respalda y mucho menos,
la santa Palabra de Dios. Sin embargo, funcionaría al dedillo como papel encerado para las moscas.
En adición a esto, el 6estudio conducido por la Universidad de Alemania con un profesor
de psiquiatría; el cual, utilizó una muestra de 20 hombres para el mismo, reflejó que los abrazos
elevaban los niveles de oxitocina, la hormona “mágica” del amor (Hurlemann, R., 2013); tal cual
se desprende del artículo profesional de la materia en discusión. Por lo que, la investigación
concluyó que la oxitocina (hormona afectiva) se libera en el cuerpo durante toques, acercamientos
o gestos íntimos como: los abrazos, cogerse de manos, o durante las relaciones sexuales. Además,
dicha hormona incrementa la atracción del hombre por su pareja. Estos hallazgos fueron
publicados en la revista, “The Proceedings of the National Academy of Sciences”. Para más

5
n.d. (agosto, 2005). How hugs can aid women’s hearts. BBC News.
6
Goodman, B. (noviembre, 2013). How the “Love hormone” Works its Magic. WebMD.
26

información sobre el particular, sírvase en consultar con los datos de referencia provistos al final
de esta sección.
Según otro 7estudio conducido por un grupo de científicos italianos (2014), donde la
muestra fue de ratones, éste demostró que cuando se expone el cerebro a ciertas dosis de oxitocina
los receptores del mismo podrían desencadenar una serie de reacciones adversas como entes
antisociales y sentimientos negativos que fluctuarían desde: la desconfianza, la envidia, el regodeo
o sadismo, entre otros. Peor aún, lo que antes se consideró que era la causa de efectos “positivos”
con “beneficios” saludables para las partes, ahora se descubrió que la hormona (oxitocina) había
sido mal catalogada en el pasado al tildarla y relacionarla con: “la molécula de la moralidad,”
cuando en realidad, también habrían envueltos efectos negativos. (Young, E., 2012-2015). Con
esto se demuestra que, quien haya pensado que un abrazo no sería perjudicial sino “beneficioso”
a la salud, ha errado en juicio; ya que, la liberación de la hormona “mágica” afectiva (oxitocina)
en el cuerpo contiene tanto efectos positivos como negativos.
Sabemos que, habrá quien se vaya por la tangente y piense que, “si Dios habló o si el asunto
fuera de Dios, entonces, la unción (del abrazo) pudrirá el yugo”. Para los tales, les decimos que
precisamente de eso trata este análisis y por eso mismo, hemos estado juzgando la profecía. Dado
a que, Dios no habló, por ende, la “unción del abrazo” no habrá de podrir el yugo sino de reforzarlo
y expandirlo. Por tanto, ya con toda esta evidencia científica hemos cubierto todos los posibles
ángulos relacionados a la falsa “unción del abrazo”. Este tema lo conoce hasta los niños de escuela
elemental. Entonces, sea prudente y no insensato(a) (Mateo 25).
De modo que, en su estado natural ¿se atrevería a desafiar a la ciencia y a su carne al
pretender que un abrazo no habría de tentarle, provocarle o incitarle nada o es que, usted no siente
ni padece porque no es humano y, lo(a) crearon de piedra, robótico(a), frívolo(a) o inerte? Nótese
que, mencioné: “en su estado natural,” pues lógicamente, el estado espiritual podría hacerlo de ser
necesario. Sin embargo, dicho estado reconoce la voz del Espíritu. Por eso, no es atrevido ni
contumaz, desobediente, soberbio ni altivo de cerviz (2da Pedro 2, Judas 1). Por ende, la carne
contra el Espíritu tiene una lucha viva. La carne mira hacia abajo y el Espíritu hacia arriba (Gálatas
5:16-17). Vaya, eso era lo que nos faltaba: “¡la falsa unción del abrazo y, los carnales que lo
respaldan!” ¡Qué trama infernal y satánica! En vez de que, “…las cadenas serán rotas…” pasará
todo lo contrario. ¡Las cadenas serán más resistentes; peores de lo que podrían pensarlo!
14- “No temas, así te ha dicho, Jehová”.
Esta parte ya la habíamos resuelto en el renglón #3 de este análisis. Por tanto, no perdamos
de perspectiva el “así te ha dicho, Jehová”. Esto confirma que, la tal profetiza tiene el corazón en
la ley, y desconoce de la gracia o está enredada y no sabe dónde está parada. Eso nos sugiere que
esa persona podría ser neófita, ignora las Sagradas Escrituras o que, podría estar envuelta en alguna
falsa doctrina (por ejemplo, la de los Testigos de Jehová). Así que, en cuanto a esa expresión o
segmento expuesto en la “profecía”; la misma, es repetitiva. Además de que, esa aseveración
constituida en promesa, ya fue escrita en la Biblia. No hay necesidad de repetir lo escrito, mucho
menos, para consentir a los perezosos (Hebreos 6:12, Proverbios 6:6,9, 21:25, 26:14-16), y
holgazanes (cosa que la Biblia condena) cuando la gente tiene una Biblia en su casa, que no lee

7
Young, E., (noviembre, 2015). The Weak Science Behind the Wrongly Named Moral Molecule. The Atlantic.
27

por falta de interés o por vagancia. Peor aún, este renglón aislado no refleja ni incluye profecía
alguna. Tampoco cumple con el objetivo esencial de una profecía, que es predecir.
Entonces, ¿qué evento o suceso futuro (si alguno) es el que se está prediciendo aquí? La
respuesta es sencilla: ninguno. Por tanto, eso es suficiente evidencia para eliminar tal declaración
de la clasificación categórica de profecía porque no lo es. Cabe señalar que, ésta es la forma común
y corriente, más utilizada por los falsos profetas y profetizas, para cerrar con broche de oro su
argumento manipulativo. Por lo que, es impresionante el orden de los segmentos utilizados y
copiados (correspondientes al libreto aprendido) porque es tan poca la variación que se observa
entre el enunciado de profecías actuales, pero hay demasiada similitud en el estilo y contenido de
lo que todos ellos (falsos profetas y profetizas) “profetizan”. Este aspecto o detalle es cosa común
por parte de los impostores, farsantes y lobos rapaces. Es el típico ejemplo de lo que suelen ser las
profecías baratas del pulguero de ventas o en liquidación del mercado de gangas. Por ende, no
debería de sorprendernos, pero sí deberíamos de apercibirnos.
Conclusión:
Ya estamos listos para concluir el análisis de esta “profecía”. Como hemos visto hasta el
momento, ya analizamos todos los componentes, elementos y partes de la alegada profecía. Por
tanto, ahora juzgaremos la misma (1ra Corintios 14:29) para llegar a una conclusión basados en un
justo juicio (Juan 7:24), tal como lo ordena la Biblia. Le recuerdo que, si usted tiene miedo de
asumir su compromiso con Dios o de cumplir con esta responsabilidad que Dios nos delegó;
entonces, siéntase en la libertad de retirarse del asunto para que otros que interesen aprender y
obedecer a Dios puedan hacerlo con libertad y rectitud. Entretanto, (en el peor de los casos), al
que tenga miedo que se compre un perro, puede que el mismo le brinde confianza y protección (si
alguna); ya que, esto no es para cobardes (que temen a los hombres, pero no a Dios), para neófitos
(que por ingenuos, inmaduros, ciegos espirituales, pero mayormente, inexpertos se tragan todo lo
que aparezca por el camino, pues desconocen la Escritura y erran del poder de Dios) ni para
hipócritas en la fe (que son inconstantes, pues hoy dicen y, aparentan que hacen o que creen y que
son una cosa, pero mañana dicen, hacen y son otra cosa). Por tanto, con estos parámetros ya
definidos, procedamos en fidelidad con nuestra encomienda cristiana y compromiso con Dios.
De modo que, permítame recordarle que, el grosor del desglose anterior se desmenuzó en
partes para formar un entero. Esto se hace para facilitar el análisis de la profecía y juzgar con justo
juicio la misma. Sepa usted que, no podemos separar los segmentos para analizarlos por pedazos
individuales y después, llegar a conclusiones aisladas. Por ejemplo, “esta parte, sí es de Dios, pero
lo demás, no” o “ahí la pegó, pero en lo otro se equivocó.” Aprenda que, ese tipo de conclusión
aislada es incorrecta, impropia y errada. Lo primero que debemos de entender es que Dios es
perfecto y no se equivoca. Por eso, la Biblia nos da instrucciones claras en cuanto a las falsas
profecías y con relación a los profetas o profetizas, inciertos. Refiérase a Deuteronomio 18:22. Por
tanto, el único adivino, mentiroso e imperfecto es el diablo.
Por otro lado, la profecía se desarma para irla confrontando o confirmando con la Palabra
de Dios. Luego, debe juntarse (cada parte o pieza) por completo para formar una conclusión entera
y sólida. Y, ¿por qué? Esto se debe a que, la sugerida “profecía” en su totalidad compone un solo
mensaje. Por consiguiente, tras dicho análisis, se deberá llegar a una sola conclusión; la cual,
deberá definir a capacidad que la profecía es completamente cierta o totalmente falsa, pero jamás
se podría llegar a una conclusión inconclusa, confusa o a medias. Esto es, determinar que alguna
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porción de ella sea en parte cierta y/o que otra sección de ésta, sea en parte falsa. Eso es un
disparate mayúsculo. Mantenga en perspectiva la realidad (la verdad que es Cristo), una mente
imparcial y un justo juicio.
Por ende, repetiré hasta la saciedad que, una media verdad se constituye una mentira. Por
tanto, sostengo, me afirmo y redundo en que, si una parte de la alegada profecía fuera cierta y lo
demás que envuelve el mensaje, no correspondiera ni procediera, fuera sospechoso o raro (por
ejemplo, digamos que la lata de tomates, etiquetada con tomates, me huele a carne y, me sabe a
infierno, pero no tiene nada que ver con los tomates), fuera antibíblico, se hubiera “turbado” o
“confundido” en alguna cosa o algo estuviera fuera de lugar, entonces, la tal profecía es FALSA
por completa y debe descartarse sin titubeos ni preámbulos en su totalidad. Nuevamente les
recuerdo que, Dios es perfecto, no imperfecto ni tampoco se equivoca. Dios es omnisciente,
soberano y santo. No causa divisiones. Tampoco es adivino para dar profecías inconclusas y
confusas, como para pegar parte de la supuesta profecía, pero no todo como tal. Definitivamente
que, profecías así son inútiles, inservibles y falsas porque proceden de la carne (mentiras de sus
propios corazones) o son diabólicas (adivinaciones del diablo).
En fin, esto es un tema complejo, difícil de aprender de la noche a la mañana, pero no
imposible. En muchas ocasiones es fácil identificar a estos farsantes debido a el panfleto copiado
y aprendido; el cual, recitan con descaro o prepotencia y sin temor alguno (casi con los mismos
segmentos u oraciones) o lo repiten como el papagayo (casi hasta en el mismo orden) a la mayoría
de sus víctimas en general. Sin embargo, lo que estos asuntos sí conllevan (indispensablemente)
es el dominio de la Palabra de Dios, principalmente. Con el tiempo, la sabiduría y la dedicación
al Señor, usted podría adquirir experiencia, madurez, y discernimiento de espíritus en dicho campo
para dominarlo; dada la profundidad de un tópico como éste. Ahora bien, no habría que ser experto
en la materia para no dejarse engañar. Simplemente, usted (si es listo), con las herramientas
espirituales que Dios nos dio, con una Biblia en manos (estudiándola, aprendiéndola, aplicándola,
escudriñándola y viviéndola), y la guianza del Espíritu; el cual, nos llevará a toda verdad, podrá
evitar ser engañado. Por favor, ¡sea listo y no sea vago! Ame la verdad y deseche la mentira.
Compre la verdad y no la venda (Proverbios 23:23). Recuerde que, no todo lo que brilla es oro;
también, existe el “gold filled,” que es pura imitación barata; la cual, rechina y captura los ojos del
comprador ignorante, pero al poco tiempo, no vale nada.
Por último, les digo como dice en Romanos 12:3, “…que no tenga más alto concepto de sí
que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios
repartió a cada uno.” Dadas las circunstancias, sé que habrá entre nosotros quien piense lo
contrario (esto es, que tenga baja autoestima) o quien se considere “burro o bruto” en vez de
prudente, por el mero hecho de que, le falte sabiduría. A ésos, la Palabra de Dios en Santiago 1:5
les encomienda que, “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a
todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.” Por mi parte, considero que lo expresado
por el profeta Isaías en el capítulo 5:20 de su mismo libro donde dice que, “¡Ay de los que a lo malo
dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo
amargo por dulce, y lo dulce por amargo!” ha tomado relativa importancia en estos días. Puesto que,
ahora los “burros” son prudentes; mientras que, los alegados “inteligentes” (con todo y chalina o
corbata, títulos, credenciales, puestos de liderato o posiciones ministeriales) se han vuelto
insensatos; ya que, con simples profecías falsas les han tomado el pelo y, encima de eso, ya los
dejaron calvo(a)s. Peor aún, no se conforman con haber sido engañados, sino que van esparciendo
29

el engaño para cegar también a otros. Entonces, decida usted, ¿quién es el burro? ¿el que no deja
engañarse o el que ama el engaño?
A fin de cuentas, para culminar con este análisis, les resumo con la conclusión firme y
respaldada por la Palabra de Dios, de que la susodicha “profecía” de este video es tan falsa tanto
como quien la profiere (la profetiza). Peor aún, eso que vimos u oímos allí, no es ninguna profecía.
Para colmo de males, tampoco vino o procedió de Dios. Lo que allí vimos, surgió mayormente
del corazón de la tal profetiza y lo que habló es una mezcla de *adivinación, mentiras y carne, pero
nada tiene que ver con Dios. Por ende, sepa usted que Dios no habló ni dijo absolutamente NADA.
Para más decir, tras que eso no era alguna profecía, encima igualaba a un guion rayado y ensayado;
el cual, es aprendido y copiado del libreto de otro(a) farsante; esto es, farandulero(a), lobo(a) rapaz,
falso profeta o profetiza del último tiempo.
Estos son impostores, herejes y propulsores del engaño, hijos de su padre; el diablo (padre
de toda mentira – Juan 8:44). Por ende, hay que evitarlos para no ser engañados, desenmascararlos
para que otros no sean engañados, y detenerlos para que no prosigan contaminando los altares,
esparciendo tal veneno, y alentando el pecado (el engaño y la mentira) en el Pueblo de Dios. Por
tanto, quien se atreva a decir que tales mentirosos son de Dios, a sabiendas del grave daño, del mal
y del pecado que estos malvados han propulsado en las almas y entre el pueblo cristiano, no debería
considerarse cristiano(a) porque está de convertirse, es un(a) hipócrita y profano(a),
independientemente de quién sea o de cuál sea su título, credencial, puesto, posición, tiempo de
convertido(a), etc. Las cosas de Dios son claras, santas y sin tapujos ni paños tibios. El Pueblo de
Dios está de vianda y no de leche. Así que, “…a César lo que es de César, y a Dios lo que es de
Dios” (Mateo 22:15-21). En fin, aquí termino, dejándoles la Santa Escritura para el provecho de
todos.

“Mas lo que hago, lo haré aún, para quitar la ocasión a aquellos que la desean, a fin de que en
aquello en que se glorían, sean hallados semejantes a nosotros.

Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de
Cristo.

Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz.


Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin
será conforme a sus obras.” (2da Co. 11:12-15).

“Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: No os engañen vuestros profetas que
están entre vosotros, ni vuestros adivinos; ni atendáis a los sueños que soñáis. (Jeremías 29:8)
“…y di a los que profetizan de su propio corazón: Oíd palabra de Jehová. Así ha dicho Jehová el
Señor: ¡Ay de los profetas insensatos, que andan en pos de su propio espíritu, y nada han visto!
Vieron vanidad y adivinación mentirosa. Dicen: Ha dicho Jehová, y Jehová no los envió; con todo,
esperan que él confirme la palabra de ellos.
¿No habéis visto visión vana, y no habéis dicho adivinación mentirosa, pues que decís:
Dijo Jehová, no habiendo yo hablado?
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Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto vosotros *habéis hablado vanidad, y habéis
visto mentira, por tanto, he aquí yo estoy contra vosotros, dice Jehová el Señor. Estará mi
mano contra los profetas que ven vanidad y adivinan mentira; no estarán en la congregación de mi
pueblo, ni serán inscritos en el libro de la casa de Israel, ni a la tierra de Israel volverán; y sabréis
que yo soy Jehová el Señor. Sí, por cuanto engañaron a mi pueblo.” (Ezequiel 13:2,3,6-10)

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