Educación, una palabra que rimbombante suena a los cuatro vientos, que parece más
utopía que realidad, una palabra aguda que no nos dice mucho sobre quienes somos o
que queremos. La humanidad ha de ser la única especie conocida en la tierra capaz de
instruirse o de extraer su mundo y desmenuzarlo para integrarlo a las nuevas
generaciones. La educación es la clave para el desarrollo, dice la ONU, pero la educación
está sujeta a múltiples factores que nada tienen que ver con la utopía creada a propósito
para hacerla inalcanzable.
La cultura es lo que nos vuelve humanos, eso está claro para quienes estudian de forma
superficial a la humanidad. Y es la cultura la que determina todo, desde lo sutil como el
arte hasta lo complejo como las formas de pensamiento y acción. Desde hace siglos, la
educación ha tenido distintos rostros, lenguas y matices. Cada civilización humana le ha
dado una importancia según su sistema y la conveniencia de los líderes a los cuales está
sujeta.
Es así como la extrema derecha y el etnocentrismo hizo de las juventudes una especie de
robot, una generación del silencio que murió ahogada en balas y bombas. Y de manera
semejante la educación ha servido de excusa para subyugar, atacar, silenciar y borrar
todo rastro de lo que no se quiere, borrar el pasado es intentar a toda costa el negar de la
existencia de una generación, haciendo desaparecer su obra y su legado. La educación
no es más que juventudes sosegadas, quietas, domadas, voces que se silencian, batallas
que se pierden y esperanzas que se extinguen.
Siempre hemos visto a la educación como una guía preciosa y alegórica, pero lo cierto es
que dicha educación es relativa, puede ser usada para el bien y para el mal y nuestra raza
la ha usado para las peores hazañas en su historia. Tan sólo basta mirar a tu alrededor
para ver que la educación ha fallado, personas robando, secuestrando, extorsionando,
jóvenes que parten a la guerra a matar a sus semejantes. Un mundo de maravillas sin
duda. La aclamada educación está condicionada al capricho de los líderes e instituciones
que más que ayudar a las juventudes, las ha preparado para una vida donde lo aprendido
jamás será usado, un lugar donde eres un número, una muestra o un porcentaje.
Lo que llamamos educación está muy lejos de la realidad, es más bien un bello cuento de
hadas. El contexto del mundo es demasiado complejo para la educación, creemos que la
educación es sólo conocimiento general y buenos modales, con ello se cree que se educó
a un individuo. La educación debe ser más humana y menos voluble. La mayoría de las
personas jamás usarán en su vida una ecuación diferencial, ni tampoco les servirá la
filosofía si creen que Aristóteles era astrónomo. La educación debe mostrarnos la realidad
tal y como es, debe enseñarnos a encararla, a superarla e intentar a toda costa vivir con
ella.
Una película logra remarcar lo que la educación debe tener por prioridad: la naturaleza
humana. No podemos elegir el lugar de nuestro nacimiento pero si podemos elegir
nuestro camino, lo mismo debe hacer la educación, brindar a todos por igual un camino
que lleve a las juventudes a desenvolverse de la mejor manera posible. La película lleva
por título “Escritores de la libertad”, un grupo de jóvenes excluidos por su etnia y su
capacidad intelectual que mostrará al mundo que la educación no les ha servido de
mucho, hasta que una profesora les enseña no para una vida académica, sino, para la
vida misma. En donde el amor a la profesión y un golpe de realidad nos lleva a reflexionar
sobre los principales aspectos que hacen de la educación algo real y aquellos que la
mitifican y la idolatran.
Inspira a tu gente.
Confía en ellos.
Muéstrales la realidad
Escúchalos y entiéndelos.
Edúcales para la vida.
Explota su creatividad
Muéstrales para que son buenos.
Dales a conocer el pasado para que tengan un futuro.
Dales las herramientas para enfrentar a la vida misma.
Permite que se expresen libremente.
A modo de conclusión:
No hay árbol que no haya sido movido por el viento. Proverbio hindú.
Colegio de Estudios Universitarios Stratford
Materia: Psicopedagogía
Idiomas VIII