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CAPACIDAD CIVIL

Definición:

Aptitud que una persona tiene de ser titular de derechos privados y ejercitarlos (colín – capitán),
según otros autores se distingue una capacidad e incapacidad de goce, referido al titular del
derecho que tiene una persona, capacidad e incapacidad de ejercicio referido a la aptitud para
ejercer dichos derechos.

Desde punto de vista jurídico, conviene refiere a la responsabilidad civil, definiéndolo como la
obligación de reparar el daño y perjuicio nacido de la violación de un deber general de no causar
daño alguno a nadie.

Para psiquiatría forense, el concepto se equipara con el de capacidad mental y se refiere a la


aptitud de un individuo para manejar sus asuntos sabia y prudentemente, o dicho de otra manera,
la aptitud o idoneidad para ser sujetos de derechos y de obligaciones.

De una manera general, en derecho civil suele considerarse que nadie puede ser declarado
incapaz sino mediante sentencia judicial y con base en las causales que la ley establece.

Esta declaración de incapacidad la hace el juez, fundamentando en la peritación del psiquiatra


forense, quien a su vez, hace constar la falta de capacidad mental.

La capacidad mental difiere según se trate de:

- Capacidad de testar
- Capacidad de casarse y divorciarse
- Capacidad de contratar

CAPACIDAD PARA TESTAR

El testamento es el acto por medio del cual un individuo dispone la distribución de sus bienes para
después de su muerte. Para emitir un testamento válido, el testador debe cumplir con los
requisitos siguientes:

a) Testador con conciencia plena del significado del acto.


b) Naturaleza y extensión de su generosidad.
c) Saber de la existencia de sus herederos y la relación de estos con él.
d) Facilitación de los medios, verbales o escritos, para expresar su voluntad.
e) Voluntad del testador expresada libremente, sin mediar violencias físicas o morales ni
trastornos mentales.

En resumen, la capacidad de testar exige condiciones normales de todas las funciones psíquicas.
Por eso invalidad el acto aquellas enfermedades mentales que causen perdida de la capacidad de
entender y de querer (cognitivas y volitivas).

Hay casos en que la situación es dudosa. En ellos conviene seguir estas directrices:

a) Es capaz de testar el enfermo mental que se dé cuenta de la racionalidad de los motivos


para hacerlo.
b) La capacidad de testar está en relación inversa con la complejidad de las disposiciones
tomadas en el documento. Las disposiciones muy complejas deben hacer dudar sobre la
capacidad del testador.
c) La capacidad de testar es cuestionarse cuando el testamento contiene divergencias con
las costumbres de su autor, con sus relaciones familiares y con las tradiciones locales y de
clase.
d) La capacidad de testar es dudosa si el legado beneficia a personas extrañas a la familia.
Este aspecto obliga a una investigación acerca del pasado testador.

En especial situación del enfermo mental que testa durante un intervalo lúcido, esto es, en el
curso de un periodo de claridad de la conciencia. Para admitir tal posibilidad, deben considerarse
los siguientes criterios:

a) Que se trate de una enfermedad que pueda tener intervalos lúcidos. Entre este tipo de
enfermedades está la psicosis maniacodepresiva. En cambio, esa condición es imposible
en el retardo mental y en la demencia.
b) Que el periodo de claridad con la conciencia tenga continuidad suficiente para aceptar su
existencia.
c) Que se deduzca, no solo del comportamiento, sino también del retorno a la normalidad
de la ideación, voluntad y el raciocinio.
d) Que sea verdadero y no simulado.
e) Que no haya incapacidad mental total.

El diagnóstico posmortem de la capacidad de testar. Con cierta frecuencia, una vez muerto el
testador, las personas que se sienten afectadas por las disposiciones del testamento, pueden
poner en duda el estado mental en el cual lo hizo. Para aclarar este problema, los elementos de
juicio son los siguientes:

Testimonio. Puede ser proporcionado por factores familiares, vecinos conocidos, médicos y
clientes. Por la posibilidad de versiones parcializadas o tergiversadas, los testimonios al respecto
deben considerarse con discreción.

Testamento. Debe apreciarse en la escritura y en el contenido. La primera tiene importancia


cuando es manuscrito (testamento olográfico), que puede reflejar incertidumbre, omisiones,
manerismos, repetición de palabras o frases. En cuanto al contenido hay que evaluar la claridad
del razonamiento y los motivos que lo han llevado testar en determinado sentido.

Escritos. Conviene analizar escritos anteriores y posteriores a la época en que se emitió el


testamento. El estudio incluye escritura y contenido. Las posibilidades que pueden derivarse son
las siguientes:

a) Contraste con el estado mental que refleja el testamento. Esto permite suponer que el
testamento fue distado, sugerido o falsificado, o descrito durante un intervalo lúcido.
b) Contraste con los testimonios sobre actos del testador, lo que inclina hacia la posibilidad
de falsificación.
c) Confirmación de enfermedad mental del testador.

CAPACIDAD PARA CASARSE O DIVORCIARSE

Con respecto a la condición mental para casarse, el individuo debe saber que se está casando y
conocer las consecuencias de sus promesas.

En cuanto al divorcio, en algunas legislaciones se estipula que el divorcio debe estar física y
mentalmente presente. Este principio tuvo originalmente por objetivo proteger a los enfermos
mentales que, de otra manera, podían ser abandonados por el cónyuge durante su
hospitalización.

CAPACIDAD PARA CONTRATAR

Una persona es capaz de contratar, siempre que entienda la naturaleza o el carácter del
procedimiento en que está contrayendo obligaciones.

El contrato puede ser declarado nulo si se demuestra ante la justicia que una de las partes, en el
momento de contraer la obligación, no entendía o no sabía la naturaleza de la misma. En tal
situación, se aconseja que un psiquiatra examine al individuo y dictamine sobre su estado mental
en el momento de contraer la obligación.

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