La formación de orina comienza con la filtración de grandes cantidades de líquidos a través de los
capilares glomerulares en la capsula de Bowman, la mayor parte de este filtrado se reabsorbe lo
que deja un restante de aproximadamente 1 litro para la excreción diaria, aunque esto puede
variar de acorde al agua ingerida en el día.
Los capilares glomerulares son impermeables a las proteínas, de manera que el líquido filtrado
denominado filtrado glomerular carece de proteínas, así como elementos celulares. Este es
determinado por dos elementos, primeramente, el equilibrio hidrostático y coloidosmótico asi
como el coeficiente de filtración glomerular(Kf) que es el producto de la permeabilidad por el área
de filtro de los capilares.
La membrana capilar glomerular tiene tres capas principales, la primera es el endotelio del capilar
vascular que está perforado por pequeños agujeros llamados fenestraciones similares a los que
podemos encontrar en el hígado, están dotadas de carga negativa; la membrana basal que está
conformada por una red de colágeno y fibrillas de proteoglucanos con cargas negativas fuertes y la
tercera membrana glomerular es la carpa externa del glomérulo con prolongaciones largas de
podocitos asi como una carga negativa.
La membrana capilar glomerular es más gruesa que la mayoría de otros capilares, pero a pesar de
esto es mucho más porosa y por lo tanto va a filtrar el líquido con mayor intensidad. A pesar de la
elevada filtración, la barrera de filtración glomerular va a filtrar de acuerdo con su tamaño y su
carga eléctrica. Las moléculas grandes con carga negativa se filtran con menor facilidad que las
moléculas con el mismo tamaño pero en carga positiva, la proteína plasmática va a tener un
diámetro de tan solo 6nanométro pero en contraste con los 8nanometros sin embargo la
albúmina no se va a filtrar por su carga negativa y la repulsión que van a ejercer la carga negativa
de los proteoglucanos de la pared capilar glomerular.
Nefropatías por cambios mínimos, se presenta cuando las cargas negativas de la membrana
glomerular se pierden incluso sin cambios histológicos en el riñón, como resultado de esta pérdida
de cargas negativas en la membrana basal suelen aparecer trastornos como la proteinuria o
albuminuria, suele haber mayor incidencia en personas inmunocomprometidas.