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curioso cuanto que hasta ese momento ayunos eran los após-

Continuación El espiritu libre


toles de la paz, de la piedad, del humanitarismo. Dehmel, el ene-
migo de la guerra, el amigo de todos los hombres; Dehmel, que
XIV. Literatura De Guerra según decía no sabía a cuál de diez pueblos debía el cerebro, Romain Rolland
entona cantos de batalla (Schlachtenlieder) y cantos de la ban-
Desde el comienzo de la guerra los intelectuales han dado mu- dera (Fahnenlieder), apostrofa al enemigo; canta la muerte, y la
cho que hablar, tanto en un campo como en el otro. Casi pudie- da (a los cincuenta y un años aprende a manejar un arma y sien-
ra decirse que esta guerra es su guerra, por la furiosa pasión ta plaza contra los rusos). Gerhart Hauptmann, "el poeta del
que en ella han puesto. amor entre los hombres", como lo llama Fritz von Unruh, sale de
su neurastenia para llamar a los hombres "a segar la hierba que
Mas, al parecer, no se ha observado bastante que, salvo algu- chorrea sangre". Franz Wedekind invectiva al zarismo, Lissauer
nas excepciones, sólo se oyen las voces de los que pertenecen a Inglaterra. Arno Holz delira de frenesí. Petzold quisiera estar
a generaciones entradas en años, las voces de las Academias en todas las balas que entran en el corazón del enemigo. Y
y de las Hochschulen, de los poetas primados, de los ancianos Richard Nordhausen canta un lied al mortero 42 2.
de la prensa o de la Universidad, de las guardias viejas de la li-
teratura, de las artes y de la ciencia. En los jóvenes se manifiesta la misma embriaguez guerrera, al
principio. Pero muchos la perdieron pronto, al contacto con los
En lo que a Francia se refiere, la explicación es sencilla. Casi to- sufrimientos padecidos y causados. Fritz von Unruh, que se alis-
dos los que están en condiciones de llevar las armas, hasta la ta como ulano y parte gritando "¡París!... ¡París es nuestra me-
edad de cuarenta y ocho años, no hablan, están activos. No ocu- ta!", en septiembre, a orillas del Aisne, compone Der Lamm (el
rre exactamente lo mismo en Alemania, donde, como se verá, por cordero); "Cordero de Dios, he visto tu dolorosa mirada. Tramos
causas diversas que me abstendré de discernir, gran parte de la la paz y el sosiego, vuelve a llevarnos pronto al cielo del amor,
juventud literaria se ha quedado en su casa y sigue publicando. y cubre a los muertos..." Rudolf Leonhard, que canta la guerra,
Aun los que están en el frente se las arreglan para enviar a la al principio, y combate, cuando poco después vuelve a leer la
redacción de las revistas artículos y poesías (pues la manía de sucesión de sus versos inscribe en la página primera: Escrito en
escribir es tenaz en Alemania). la embriaguez de las primeras semanas. La embriaguez se ha
ido y ha quedado la fuerza; volveremos a tomar posesión de
Me parece útil tratar de conocer las corrientes espirituales que nosotros mismos y nos amaremos." Poetas desconocidos se re-
reinan en esa joven Alemania intelectual1. velan por el grito de compasión de su corazón lacerado. An-
dreas Fram, que se ha quedado en casa (Zu Hause), sufre de
*** no sufrir mientras millares sufren y mueren: "Y todo tu amor, y
todo tu sufrimiento, tu más ardiente deseo no consiguen aliger-
Es un hecho comprobado en todos los países, que en todas ar su última hora a uno solo de los que allá agonizan... Ludwig
partes los sentimientos más exaltados se han manifestado en Marck está postrado "bajo la pesadilla de cada minuto".
los literatos que ya han pasado el mezzo del cammino. Otro día
buscaremos la razón de esto. Por el momento nos basta con
1. Dejo en segundo plano la apreciación literaria de las obras, para buscar
verificarlo, una vez más, en los escritores alemanes. Casi todos
sobre todo los testimonios respecto al pensamiento de Alemania.
los poetas célebres y laureados, los que eran ricos en años y en
nombradía, apenas desencadenada la guerra, fueron arrastra- 2. Véase el artículo vengador Joseph Luitpol Stern: Dichter, en Die Weissen
dos, como una pluma, por la corriente. El hecho es tanto más Blätter (marzo de 1915). UNTREF VIRTUAL | 1
Menschen in Not... Jeder hat's gehabt,
Brüder dir tot ... Keiner hat's geschätz. El espiritu libre
Krieg ist im Land... Jeden hat der süsse Quell gelabt.
0 wie klingt der Name Friede jetzt! Romain Rolland
El poeta que escribe bajo el seudónimo de doctor Owlglass, Klingt so fern und zag,
para el 70º aniversario de Nietzsche (15 de octubre), propone a Klingt so tränenschwer,
los alemanes un nuevo ideal: "no el superhombre, sino al me- Keiner wiss und kennt den Tag,
nos... ¡el hombre!" Ese ideal lo realiza Franz Werfel en sus tré- Joder sehnt ihn voll Verlangen her ...
mulos de dolorosa humanidad, que comulga en la miseria y en
la muerte: (Cada uno la poseyó. Nadie la apreció. Cada uno refrescó en la
dulce fuente. ¡Oh! ¡Cómo suena ahora el nombre de la paz! ¡Sue-
"Más que la comunidad de las palabras y de las obras, a todos na tan lejano, tan temeroso; suena tan pesado de lágrimas!)
nos vincula la mirada que apaga, y el hecho fúnebre, y el de-
samparo mortal, cuando el corazón se destroza. Ya te doble- Es curioso observar la actitud de las revistas jóvenes. Mientras
gues ante el poderoso, tiembles ante el rostro amado, espíes al que las revistas viejas y consagradas (las que corresponden a
enemigo con ojo severo... ve por anticipado, ¡oh! ve la mirada nuestra Revue des Deux Mondes o a nuestra Revue de Paris)
que se apaga, el estertor espantoso, la boca seca, Ia mano que están todas más o menos atacadas por el ardor guerrero como
se crispa, la postrer soledad, y la frente que se moja de miseria la Neue Rundschau, publicando las famosas divagaciones de
y de sudor... Sé bueno ... La ternura es sabiduría, la dulzura es Thomas Mann sobre la Kultur y la civilización (Gendanken im
razón3..." "Todos somos extranjeros en la tierra, y morimos para Kriege), varias, entre las jóvenes, afectan apartarse altivamente
reunirnos4... " de los acontecimientos actuales.

Pero de todos los poetas alemanes, el que ha escrito las pala- Las impasibles Blätter fur die Kunst, sobre las cuales se cierne
bras más serenas, más elevadas, el único que haya conserva- la invisible personalidad de Stefan George, se dan maña para
do en esta guerra demoníaca una actitud verdaderamente goe- publicar, a fines de 1914, un volumen de poesías de 156 pági-
thiana, es el que la Suiza se honra con tener como huésped y nas, sin un solo renglón que se refiera a la guerra. Y una nota,
casi corno hijo adoptivo: Hermann Hesse. Viviendo en Berna, al al final, afirmando que "la actitud de los autores es la misma que
abrigo del contagio moral, se ha mantenido deliberadamente antes de los acontecimientos", responde de antemano "a la
apartado del combate. Ha de recordarse el bello artículo de la observación de que no es el momento para poesías", con la fra-
Neue Zürcher Zeitung (3 de noviembre), reproducido por Le se de Jean-Paul: "que ningún tiempo tiene mayor necesidad de
Journal de Genève (1º de noviembre) : "O Freunde, nich diese los poetas que el que mejor cree poder prescindir de ellos".
Tönel" en el que conjuraba a los artistas y pensadores de Euro-
pa "que salvaran lo poco de paz" que aún podía salvarse y no
"saquearan", ellos también con la pluma, el porvenir europeo.
Desde entonces ha escrito algunas bellas poesías, de las cua-
les una, invocación de la Paz (Friede), en su simplicidad clási- 3. Hohe Hemeinchaft.
ca, es un lied emocionante que encontrará el camino de muchos
corazones oprimidos: 4. Fremde sind wir auf der Erde alle.

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La vibrante, nerviosa, audaz revista Die Aktion, de Berlín, cuyo Al lado de publicaciones que se desinteresan de la política ac-
punto de vista ultramoderno es sin embargo muy diferente de la tual, novelas históricas de largo aliento (como el Tycho Brahe, El espiritu libre
impersonalidad marmórea de la revista precedente, afirma, en de Max Brod), o comedias satíricas de Carl Sternheim, que si-
su número del 15 de agosto de 1914, que no se ocupará de po- gue persiguiendo con su mordaz ironía a la alta sociedad alema- Romain Rolland
lítica y que sólo contendrá literatura y arte. Si, a pesar de todo, na, a los grandes industriales), Die weissen Blatter están amplia-
en esa literatura deja un lugar a las poesías de guerra, que le mente abiertas a las cuestiones del día. Pero, fuera de ciertas
envían del campo de batalla los médicos militares Wilhelm diferencias de apreciación de hecho que forzosamente han de
Klemm y Hans Koch, toma en consideración la calidad del arte existir entre una revista alemana y nuestras revistas francesas,
antes que la vivacidad del sentimiento patriótico; pues se mofa hay que destacar la actitud netamente hostil de esos escritores
hasta el ultraje de los vates ridículos del patrioterío germánico, a todos los excesos del patrioterío. Los artículos de Max Scheler:
Heinrich Vierordt, el autor de Deutschland, hasse, de los poetas Europa und der Krieg, muestran un laudable esfuerzo de impar-
criminales que excitan el odio con relatos mendaces, y del pro- cialidad. La revista acoge a la leal Annette Kolb, quien, nacida de
fesor Haeckel. Su diletantismo es extremo; publica corriente- padre alemán y de madre francesa, sufre cruelmente por el con-
mente en sus números semanales traducciones francesas (de flicto de sus, dos naturalezas, y acaba de levantar una tempestad
André Gide, de Péguy, de Léon Bloy), reproducciones de obras en Dresde por haber tenido el valor de afirmar, en una conferen-
de pintura francesa, de Daumier, Delacroix, Cézanne, Matisse, cia pública, su fidelidad a las dos patrias y su pesar por que Ale-
R. de la Fresnaye (el cubismo florece en esa revista berlinesa). mania desconozca la verdadera alma francesa. En el número de
Su número del 24 de octubre está consagrado a Péguy y lleva febrero, bajo el título Genz niedrich hängen! leemos un repudio
en primera página el retrato, por Egon Schiele, de aquel en violento de la Krieg mit din Maul (de la guerra con palabrotas):
quien el director, Franz Pfemfert, en nombre de Die aktion, hon-
ra "la más vigorosa y pura fuerza moral que se expresara en la "Si los periodistas creen inspirar valor con esos insultos al ene-
literatura francesa de hoy". Agreguemos que, como a menudo migo, se equivocan. Rechazamos esos estimulantes... Nos,
del otro lado del Rin, van más allá de la medida "deplorando la atrevemos a decir que para nosotros el Último voluntario enemi-
muerte de ese gran hombre, como la de uno de los suyos", y go que, con un fin de patriotismo mal entendido pero exaltado
proclamándose "herederos suyos". Pero el orgullo que admira nos dispara, emboscado, y sabe bien lo que arriesga, es muy
es por lo menos superior al que denigra. superior al periodista que aprovecha hábilmente el viento del día
con grandes palabras ruidosas de énfasis patriótico: no combate
La más importante de esas revistas jóvenes, tanto por la varie- al enemigo, sino que le escupe..."
dad de los asuntos que trata, por el número y el valor de sus
colaboradores, cuanto por el espíritu muy amplio del que Ia diri- De todos esos jóvenes escritores que se esfuerzan por defen-
ge (el escritor René Sdaickele, alsaciano de origen, uno de los der su mente de los impulsos de las pasiones nacionales, el más
que más vivamente sienten la dolorosa agudeza de la lucha em- decidido, el más elocuente, el más atrevido, aquel cuya perso-
peñada), es Die weissen Blätter. Corresponde poco más o me- nalidad ha sido llevada más alto por la tempestad, es Wilhelm
nos a nuestra Nouvelle Revue Française. Interrumpida durante Herzog, que dirige el Forum, de Munich, y que, como nuestro
cuatro meses, reapareció en enero con esta declaración que se Péguy al principio de sus Cahiers de la Quinzaine, llena casi
vincula a la de la Revue des Nations, de Berna: "Nos parece enteramente su revista con sus artículos inflamados. Pleno de
hermoso empezar la reconstrucción, en medio de la guerra, y Heinrich v. Kleist, cayo historiador apasionarlo fue, mira y juzga
ayudar a preparar la victoria del espíritu. La comunidad europea las cosas de este tiempo con los ojos trágicos de "aquel indo-
parece destruida hoy. El deber de todos los que no llevan las mable espíritu. Por más que la censura alemana lo Famordace,
armas ¿no debiera ser, desde ahora, vivir con plena conciencia, le corte la publicación que quiere hacer de la conferencia de UNTREF VIRTUAL | 3

como será el deber de todo alemán una vez terminada la guerra?" Spitteler, o de la conferencia de Annette Kolb, sus gritos de indig-
nación y de ironía vengadora llegan hasta nosotros. Flagela Y cita las palabras del viejo Maestro Eckhart:
ásperamente a los 93 intelectuales, "que se creen unos Ayar, El espiritu libre
porque gritan más fuerte", a los políticos a lo Haeckel que re- "Das schnellste Tier, das euch trägt zur Vollkommenheit, ist Lei-
parten el mundo, a los bardos patriotas que insultan a las demás den." (La bestia más rápida que os lleva a la perfección, es el Romain Rolland
naciones; ataca sin consideración a Thomas Mann, pone en ri- Dolor.)
dículo sus sofismas, defiende a Francia contra éste, al ejército
francés, a la civilización francesa5. Muestra que todos los ***
grandes hombres de Alemania (Grünvald y Durero y Bach y Mo-
zart y los otros) fueron perseguirlos, calumniados, humillados6. Al llegar al término de esta breve revista de los jóvenes escrito-
En un artículo intitulado Der neue Geist7, luego de burlarse de res de la guerra, hay que hacerles un lugar a aquellos a quienes
la vuelta de lo trivial en todos los teatros de Alemania y de la ésta ha destrozado; figuraban entre los mejores: Ernst Stadler,
mediocridad literaria de las producciones patrióticas, se pregun- apasionado por el espíritu y el arte de Francia, traductor de
ta dónde puede encontrarse "el nuevo espíritu"; y éste es su Francis Jammes, admirador de Péguy, y que, en las trincheras
pretexto para ejecutar a los Ostwald y a los Lasson. de Francia donde lo habían enviado, en vísperas de su muerte,
en noviembre, con Stefan Zweig conversaba, por carta, acerca
"¿Donde encontrarlo? ¿En las Hochschulen? ¿Han leído el in- de Verlaine, a quien traducía; el desdichado Georg Trakl, poeta
verosímilmente grosero (unwarhscheinlich plumpen) llamado a de la melancolía, a quien hicieron teniente de columna sanitaria,
los 93 profesores? ¿Han saboreado las declaraciones de ese en Galitzia, y a quien la vista de los padecimientos llevó, a fines
viejo mortificado dos veces centenario (des zweihundertjährige de octubre, a la desesperación v al suicidio. ¡Cuántas tragedias
Mummelgreises) Lasson? Cuando yo estudiaba, en el primer ocultas, sobre las cuales dejamos el velo, por el momento!
semestre, filosofía en la Universidad de Berlín, el anfiteatro don- Cuando lo levantemos más tarde, la humanidad se estremecerá
de leía su curso ya era para nosotros un lugar de hilaridad (La- al contemplar su obra.
ehkabinett). ¡Y ahora lo toman en serio! Diarios ingleses, france-
ses, italialnos, imprimen su senil charla dirigida contra Holanda, ***
agregando que tal es la Stimmung de los intelectuales alema-
nes! ¡Cuanto daño nos han hecho esos Geheimräte y esos pro- Recorriendo esos escritos alemanes inspirados por la guerra, en
fesores, con su Aufklärungsarbeit. Apenas se lo puede evaluar... los que por momentos pasa un soplo poderoso de rebeldía o de
Su incapacidad de ponerse en el lugar de los demás hace el dolor, reflexionaba en algo, en que también pensarán sin duda
vacío a su alrededor." muchos de mis lectores franceses: pensaba en que nuestros jó-
venes escritores no escribían "literatura". Sus obras son sus
Frente a esos falsos representantes de un pueblo, a esos char-
latanes de la inteligencia y aventureros de la política exalta a los
silenciosos, a la gran masa del pueblo, de todos los pueblos, 5. Lhe Ubersehaetzung der Eunst (diciembre de 1914.)
que sufren y callan; y a ellos se une en la "comunidad invisible
del dolor": 6. Von der Vaterlandsliebc (enero de 1915).

7. Diciembre de 1914.
"El que sufre y sabe que millones de otros seres tienen que so-
portar como él tormentos, llevará sus padecimientos con calma; 8.Hymne auf den Schwerz (enero de 1915). Nótese que Forum se lee en las
hasta los aceptará gustoso, porque siente que éstos lo hacen trincheras, y que del frente del ejército le han llegado numerosas aproba-
más rico, más sensible, más fuerte y más humano."8 ciones. (Der Phrasenrauasch und seine Bekaemfer, febrero de 1915.) UNTREF VIRTUAL | 4
actos; y son también sus cartas. Y después de releer algunas de Sin duda eso es grande, cuando la lucha es grande, cuando un
esas cartas me decía que llevábamos la mejor parte. Mi tema no pueblo combate por una causa eterna, cuyo fervor abrasa a la El espiritu libre
es mostrar en este momento el lugar que ocupará esa corres- nación entera, del más pequeño al más grande, funde todos los
pondencia histórica, no sólo en nuestra historia, sino aun en egoísmos, purifica los deseos, y de las almas múltiples hace un Romain Rolland
nuestro arte. La flor de nuestra juventud ha puesto en ella todo alma unánime. Pero si la causa es sospechosa, si está manci-
su ser, su fe y su genio. Por alguna de esas cartas daría los más llada, ¿cuál será la situación de una élite moral, que ha conser-
hermosos versos del más bello de los poemas. Más tarde se vado el triste y altivo privilegio de entrever por lo menos una
verá: a pesar de cuanto se pueda pensar del valor de esta gue- parte de la verdad y que, sin embargo, tiene que combatir, morir,
rra, sea cual sea el resultado, Francia -la Francia que pelea- ha- matar por una fe de la que duda?
brá escrito, sin pensarlo, sobre el papel maculado de barro, y a
veces de sangre, algunas de sus páginas más sublimes. Cierta- Los espíritus apasionados a quienes el combate embriaga, o a
mente esta guerra nos llega a las entrañas más que a nuestros quienes voluntariamente ciegan las necesidades de la acción,
adversarios. ¿Quién de nosotros tendría corazón para escribir, no se detienen en esas cuestiones. El enemigo es un bloque
cuando su patria sufre y sus hermanos mueren, un drama o una para ellos; y sólo ese bloque existe, pues tienen que romperlo:
novela? ... es su papel, es su deber. ¡Cada cual con su deber! Pero si las
minorías no existen para ellos, existen para nosotros que, al no
Pero no establezco comparación entre las dos naciones. Lo combatir, tenemos la libertad y el deber de verlo todo, para no-
esencial, por el momento, es mostrar que en la misma Alemania sotros que somos parte de la minoría eterna. A nosotros nos co-
el espíritu que odiamos, el espíritu de imperialismo ávido y de rresponde oír y revelar esos padecimientos morales. Bastantes
orgullo inhumano, el espíritu de la casta militar y de los pedantes son los que repiten, o inventan, los alegres ecos de la contien-
megalómanos es combatido en plena guerra, por una élite. No da. ¡Elévense otras voces, que dan al combate sus trágicos
es más que una minoría; no nos ilusionamos; y por eso debe- acentos y su horror sagrado!
mos redoblar nuestros esfuerzos para vencer al enemigo co-
mún. ¿Por qué, pues, hacer que se oigan esas voces generosas Tomaré mis ejemplos en el campo enemigo, por varias razones:
e impotentes? Porque su mérito es tanto mayor, pues se las oye porque como la causa alemana está, desde el comienzo, tacha-
menos; y es deber de cuantos luchan por la justicia ser justos da de injusticia, los padecimientos del pequeño pueblo de los
con los hombres que en todos los países, aún en aquel cuyo justos y del pueblo más pequeño todavía de los clarividentes
Estado representa para nosotros la violación del derecho por el son mayores que en otras partes; porque esos testimonies se
Faustrecht, defienden, como nosotros, el espíritu de libertad. exhiben abiertamente en publicaciones, cuyo atrevimiento no ha
visto la censura alemana; porque me inclino con respeto ante la
(Le Journal de Geneve, 19 de abril de 1915.) disciplina heroica del silencio que la Francia que combate se
impone sobre sus sufrimientos. (¡Ojalá no rompieran ese silen-
cio quienes, pretendiendo negarlos, en relatos de diarios sin se-
XV. La Matanza De Las Elites riedad ni dignidad, profanan la grandeza del sacrificio por la
ligereza irritante de sus necias bufonerías!)
La expresión no es de hoy1; pero de hoy es el hecho. Jamás en
ningún tiempo, se vio a la humanidad echar a la arena sangrien-
1. La tomo de Lucien Maury, en un articulo anterior a la guerra (Le Journal
ta todas sus reservas intelectuales y morales, sus sacerdotes, de Genève), 30 de marzo de 1915, y citado recientcutente en su notable
sus pensadores, sus sabios, sus artistas, todo el porvenir del in- tesis de doctorado: La ley del progreso, por Adolpho Ferriére, quo se es-
telecto, despilfarrando sus genios como carne de cañón. fuerza por resolver el trágico problema del papel de las élites. UNTREF VIRTUAL | 5
imponerla al mundo, y en ciertos aspectos recuerda el pacifismo
*** belicoso del demasiado célebre Ostwald. El espiritu libre

He mostrado, en un artículo reciente2, que una parte de la Veamos ahora, de otro oficial (de quien ya hablé en mi último Romain Rolland
juventud intelectual de Alemania estaba lejos de compartir el artículo) el poeta Fritz von Unruh, teniente primero de ulanos en
deseo guerrero de sus mayores. He citado ciertas desaproba- el frente oeste, escenas dramáticas en verso y en prosa, apare-
ciones enérgicas infligidas a los teóricos del imperialismo esos cidas recientemente bajo el título: Vor der Entscheibung (Antes
jóvenes escritores. Y éstos no son, como ha podido creerlo un de la decisión)3. Es un poema dramático, donde el autor ha ano-
artículo de Le Temps (a cuya lealtad me siento, por lo demás, tado sus propias impresiones y su transformación moral. El hé-
feliz en rendir homenaje.), un grupo tan restringido como el de roe (que como él es oficial de ulanos), cruza por diferentes me-
nuestros simbolistas. Hay entre ellos artistas que gozan de dios de la guerra, y por doquier permanece extraño, un alma que
mucho público y que no pretenden de ningún modo (fuera del se ha desprendido de las pasiones matadoras, ve la abominable
grupo de Stefan George) escribir para unos cuantos, sino es- realidad y por ello sufre hasta la agonía. Las dos escenas repro-
cribir para todos. He dicho que la revista del más osado de ellos, ducidas por la Neue Zürcher Zeitung muestran una trinchera
el Forum, de Wilhelm Herzog, la leían en las trincheras y de barrosa y ensangrentada, en la que soldados alemanes, como
ellas recibía aprobaciones. bestias en el matadero, mueren o van a morir, con palabras amar-
gas, y oficiales que se emborrachan con champaña alrededor
Pero lo más asombroso es que ese espíritu de crítica haya pe- de un mortero de 42 y ríen y se aturden hasta que caen aplas-
netrado en ciertos combatientes, y hasta haya aparecido entre tados de cansancio y de sueño. De la primera escena entresaco
los oficiales alemanes. En el número de noviembre-diciembre estas terribles palabras de uno de los que esperan, en la trin-
de la Friedens-Warte, editada en Berlín, Viena y Leipzig, por el chera, bajo la metralla (ein Dreissigjähriger) "un hombre de trein-
doctor Alfred H. Fried, encontramos un Llamado a los pueblos ta años":
germánicos ("Aufruf an die Völker germanischen Blutes"), dirigi-
do, a fines de octubre, por el barón Marschall von Biberstein, "En nuestro país, ríen, -beben a cada victoria-. Nos degüellan
Landrat de Prusia y capitán de reserva del 1er.regimiento de la como ganado de carnicería -y nos dicen: "¡Es la guerra" Cuan-
guardia a pie. Ese artículo fue escrito cn una trinchera al norte do esto termine, son unos taimados, -nos harán fiestas durante
de Arras, donde, el 11 de noviembre, cayó muerto Biberstein. tres añs. Pero no habrá encanecido aún el primer mutilado y ya
Expresa sin circunloquios el horror de la guerra y el deseo ar- se burlarán de sus canas."
diente de que sea la última: "Es la convicción a que han llegado
los que se hallan en el frente y son testigos de los indecibles Y el ulano, horrorizado en medio de las matanzas, se hinca de
padecimientos de una guerra moderna." Franqueza aún más rodillas y ruega:
meritoria: Biberstein se decide a un principio de confesión y de
mea culpa por las faltas de Alemania. "La guerra ha abierto los "Tú que das la vida, tu que la quitas, -¿cómo reconocerte?- En
ojos -dice- sobre nuestra espantosa Unbeliebtheit (facultad de estas trincheras cubiertas de cuerpos mutilados -no te encuen-
no ser amados). Todo tiene su causa: hemos debido causar ese
odio y hasta, en parte, lo hemos justificado... Esperemos que no
sea el último beneficio de esta guerra, el que Alemania vuelva
2. Literatura de guerra (Journai de Genève, 19 de abril.)
sobre sí misma, trate de reconocer sus altas y corregirlas." Des-
graciadamente, el artículo de esa publicación está viciado por el 3. Nerse Zurcher Zeitung publicó algunos fragmentos en su número del 4 de
orgullo germánico que, deseando la paz del mundo, pretende abril. UNTREF VIRTUAL | 6
tro. El grito desgarrador de esos millares a quienes ahoga el esas habladurías que hacen de todo soldado un héroe, me
horroroso abrazo de la muerte, ¿no llaga a ti- o se pierde en el hacen daño. El heroísmo es una planta rara, y sobre él no; se El espiritu libre
espacio helado?- ¿Para quién debe florecer tu primavera?- Los construya ningún ejército del pueblo (Volksheer). Para tenerlo
esplendores de tus soles ¿para quien? ¡Ay! ¿Para quién, Dios se necesita que el hombre tenga respeto ante los superiores y Romain Rolland
mío? Te lo pregunto en nombre de todos aquellos a quienes el hasta más miedo (Angst) que ante el enemigo; se necesitan
coraje y el miedo cierran la boca ante el horror de tus tinieblas: superiores que tengan conciencia, hagan bien su deber, conoz-
¿qué calor hay en mí? -¿Qué verdad brilla? Esta matanza can bien sus menesteres, tengan la vista alerta y dominensus
¿puede ser tu voluntad?- ¿Es tu voluntad?..." nervios. Cuando leemos los elogios que de nosotros hacen los
(Pierde el conocimiento y cae.) que están a retaguardia, nos abochornarnos. ¡Alabado sea Dios!
El viejo robusto pudor no ha muerto en nosotros... ¡Ay, queridos
*** amigos! El que está aquí no habla tan complaciente de morir, de
muerte, de sacrificio, de victoria, como lo hacen quienes, detrás
De dolor menos lírico, menos exaltado, más sencillo, más refle- de nosotros, repican las campanas, declaman los discursos,
xivo, y más cerca de nosotros, es la serie de Feldpostbriefe del escriben los diarios. El que está aquí se acomoda como puede
Dr. Albert Klein, profesor de la Oberrealschule de Giessen y a la amarga necesidad del sufrimiento y de la muerte, si es la
teniente de la Landwehr, muerto el 1º de febrero en la Cham- parte que le toca; pero sabe, ve, que nobles sacrificios, innume-
paña4. Dejando a un lado las páginas más notables quizá por rables, innumerables sacrificios se han hecho ya, y que de la
las cualidades de arte y de pensamiento, de esas cartas sólo destrucción hace ya tiempo que estaríamos hartos, tanto de un
daré dos extractos de tal índole que pueden interesar particular- lado como del otro. Precisamente cuando se debe, como yo, ver
mente a los lectores franceses. en frente el padecimiento, entonces se anuda un lazo este me
une a los que están allá, del otro lado (¡y que también os une a
El primero nos pinta con rara franqueza el estado moral del ellos, queridos míos!... Sí; también lo sentís, ¿verdad?...) Si
ejército alemán: vuelvo de aquí (lo que ya casi no espero), mi más caro deber
será hundirme en el estudio del pensamiento de los que han
"Valiente, sin preocupación por la vida, ¿quién lo es entre no- sido nuestros enemigos. Quiero reconstruir mi ser sobre una ba-
sotros? Todos sabemos demasiado lo que valemos y lo que se más amplia... Y creo que después de esta guerra, será me-
podemos; estamos en la mejor edad; fuerza en los brazos y en nos difícil ser humano que después de cualquier otra."
las almas; y como nadie muere gustoso, nadie es valiente (tap-
fer), en el sentido habitual del vocablo; o es sumamente raro. El segundo fragmento es el relato de un conmovedor encuentro
Justamente porque la bravura es tan rara en la vida, hacemos con un prisionero francés:
ese derroche de religión, de poesía, de pensamiento, que en
temprana hora empieza en la escuela, que canta como suerte "Ayer tarde me emocioné sobremanera. Tuve oportunidad de
más elevada la muerte por la patria, hasta que alcanza la cum- ver un transporte de prisioneros, y hablé con uno de ellos, un
bre en ese falso heroísmo que a nuestro alrededor hace ruido colega, profesor de filología antigua en el colegio de F... Un
en los diarios y en los discursos, que tan poco cuesta, y también hombre tan franco, tan inteligente, de tan hermoso porte militar,
en el verdadero heroísmo de unos cuantos, que se exponen y como todos sus compañeros, aún cuando acababan de pasar
arrastran a los demás... Hacemos nuestro deber, hacemos lo
que debemos; pero éstas son virtudes pasivas... Cuando leo en
los diarios las mamarrachadas de los que tienen una mala con- 4. La revista Die Tat, editada por Eug. Diederichs, en Iena, publica extensos
ciencia, porque están seguros en la retaguardia; cuando leo fragmentos en el número de mayo de 1915. UNTREF VIRTUAL | 7
por una terrible prueba -el fuego de las ametralladoras... Fue Nuestra alma es la que sufre... No puedo decir qué padecimien-
para mí una prueba de la falta de sentido de la guerra. tos soporto..." El espiritu libre

Pensaba cuánto hubiéramos querido ser amigos de esos hom- 20 de septiembre. Un amigo me escribe: "El 20 y el 5 de agos- Romain Rolland
bres, tan cerca de nosotros por la educación, el modo de vida, to tomé parte en grandes batallas: desde entonces sufro moral-
el círculo de pensamientos, los intereses. Nos pusimos a hablar mente hasta el total agotamiento, tanto físico como psiquico. Mi
de un libro sobre Rousseau, y empezamos a discutir, como vie- alma ya no encuentra descanso... Esta guerra revelará cuánto
jos filólogos... ¡Cuán parecidos somos en fuerza y en valor! ¡Y del bruto reside todavía en el hombre, y la revelación nos hará
cuán poco cierto es lo que nuestros diarios refieren de las tropas dar un gran paso fuera de la animalidad si no, todo se acabó
francesas vacilantes y agotadas! Tan cierto, tan poco cierto co- para nosotros."
mo lo que escriben de nosotros los diarios franceses... ¡El cole-
ga francés mostraba en sus dichos un espíritu tan reflexivo, (…)
tanta comprensión y estima por el espíritu alemán! ¡Que este-
mos hechos pera ser amigos y que debamos estar separados!... 17 de diciembre. "El deseo de paz es intenso en todos nosotros,
Estaba completamente trastornado. Me senté anonadado. Me- por lo menos en todos los que se hallan en el frente que se ven
dité, medité... Y ningún sofisma conseguía sacarme de ahí. ¡No obligados a asesinar y dejarse asesinar. Los diarios dicen que
se ve el fin, ningún fin a la guerra, que pronto hará seis meses apenas es posible moderar el ardor guerrero de los combatien-
engulle en su abismo hombres, fortuna y dicha! Y ese senti- tes... Mienten, consciente o inconscientemente. Nuestros pas-
miento es el mismo en nosotros y en ellos. Siempre el mismo tores discuten en sus sermones la leyenda que pretende que
cuadro: hacemos lo mismo, padecemos lo mismo, somos la disminuye el ardor guerrero... No podéis creer cuánto nos indig-
misma cosa. Y precisamente por eso somos tan ásperamente nan semejantes habladurías. ¡Que se callen que no hablen de
enemigos..." cosas de las que nada pueden saber! mejor, que vengan, ¡no
como capellanes que se quedan en retaguardia, sino a la línea
Los mismos acentos de angustia y turbación, con desespera- de fuego, con las armas en las manos! Quizá entonces se den
ción que casi llega al enloquecimiento, por instantes, y en otros cuenta de la transformación interior que se produce en muchísi-
despierta un elevado impulso religioso, en las cartas de un sol- mos de nosotros. Para estos pastores, el que está desprovisto
dado alemán a un profesor de la Suiza alemana (nos enteramos de ardor guerrero no es hombre como lo elige nuestra época.
de ellas, hace tres o cuatro meses, en la Agencia de prisioneros, Sin embargo, me parece que somos mayores héroes que los
y fueron publicadas en Fe y Vida, número del 15 de abril5. Se otros, puesto que sin que nos sostenga el entusiasmo bélico,
ha hecho el silencio sobre ellas. Insistiremos, pues. Valen la pe- cumplimos fielmente con nuestro deber, aun cuando odiamos la
na). En esas cartas, que van de la segunda quincena de agos- guerra con toda el alma... Hablan de guerra sagrada... Yo no co-
to a fin de diciembre, ya se ve, desde el 25 de agosto, en las nozco guerra sagrada. Sólo conozco una guerra, que es la suma
tropas alemanas, el deseo de paz: de cuanto es inhumano, impío, bestial en el hombre, y que es un
castigo de Dios y un llamado a la contrición para el pueblo q ella
"Todos nosotros, aun los que al comienzo fueron los más furio- se entrega o se deja arrastrar. Dios envía a los hombres a través
sos en la lucha, hoy sólo deseamos la paz, tanto nuestros ofi- de ese infierno, para que aprendan a amar el cielo. Para el pue-
ciales como nosotros... Por más que estemos convencidos de la blo alemán esa guerra me parece un castigo y un llamado a la
necesidad de vencer, el entusiasmo guerrero no existe en noso-
tros; cumplimos con nuestro deber, pero el sacrificio es pesado. 5. Con una introducción de C. E. Babut.
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contrición, y en primer lugar para nuestra Iglesia alemana... XVI. Jaures
Tengo amigos que sufren ante la idea de no poder hacer nada El espiritu libre
por la patria. ¡Quédense en casa con la conciencia bien tranqui- Ante nuestras miradas se libran batallas donde infieren miles de
la! Todo depende de su obra pacífica. Pero, ¡vengan los entu- hombres, sin que su sacrificio tenga a veces influencia sobre el Romain Rolland
siastas de la guerra! Quizá aprendan a callarse. .. " desenlace del combate. Y la muerte de un solo hombre puede
ser, en otros casos, una gran batalla perdida para toda la
*** humanidad. El asesinato de Jaurés fue uno de esos desastres.

"¿Para qué publicar esas páginas? -me preguntarán algunos en ¡Cuántos siglos se necesitaron, cuántas ricas civilizaciones del
Francia-. ¿De qué sirve, una vez desatada la guerra, atraer la Norte y del Mediodía, del presente, del pasado, difundidas y
piedad sobre los adversarios, con riesgo de menguar el ardor de maduradas en la buena tierra de Francia, bajo el sol de
los combatientes?" Responderé: Porque es la verdad, y porque Occidente, para producir una vida semejante! ¿Y cuándo la mis-
esa verdad legitima nuestro juicio, el juicio del universo contra teriosa casualidad que combina los elementos y las fuerzas con-
los jefes de Alemania y su política. Ya sabemos lo que sus seguirá un segundo ejemplar de ese buen genio?
ejércitos han hecho; pero que pudieran hacerlo con elementos
como aquellos cuyas confesiones acabamos de oír, incrimina Jaurés ofrece un modelo, casi único, en los tiempos modernos,
más aún a sus amos. Desde lo profundo de los campos de de un gran orador político que es al mismo, tiempo un gran pen-
batalla, esas voces de una minoría sacrificada se elevan como sador uniendo una vasta cultura a una observación penetrante y
una condenación vengadora de los opresores. A las actas de la altura moral a la energía de la acción. Hay que remontar hasta
acusación levantadas contra los Imperios de presa y contra su la antigüedad para encontrar igual tipo humano. A un tiempo
orgullo inhumano, al nombre del derecho violado, de la humani- entusiasmando a las muchedumbres y encantando a la élite,
dad ultrajada por los pueblos víctimas y por los combatientes, derramado a manos llenas sin genio generoso no sólo en sus
se agrega el grito de dolor de las almas nobles de su propio discursos, en sus tratados sociales, sino en sus libros de histo-
pueblo, que los malos pastores que han desencadenado esta ria, en sus obras de filosofía1, y dejando en todas partes su
guerra han llevado y obligado al crimen y a la sinrazón. ¡Sacrifi- marca, el surco de su robusta labor y la simiente de su espíritu
car su cuerpo no es el peor sufrimiento, sino sacrificar también, novador. A menudo lo oí en la Cámara, en los congresos socia-
negar, matar su alma!... Por lo menos los que morís por una listas, en las asambleas para la defensa de los pueblos oprimi-
causa justa, y henchidos de savia y cargados de fe, caéis, como dos; hasta me hizo el honor de presentar mi Danton al pueblo de
fruta madura, ¡cuán dulce es vuestra suerte al lado de ese sup- París. Veo su cara gorda, serena y alegre de buen ogro barbu-
licio!... Pero liaremos de modo que no pierdan esas penas. ¡Qué
la conciencia de la humanidad oiga y recoja su lamento! Este
retumbará, en el porvenir, por encima de la gloria de las bata-
llas; y quiéralo o no, la historia tendrá que registrarlo. La histo- 1. Su principal obra filosófica es su tesis de doctorado: La realidad del mun-
do sensible. Del mismo año es su otra tesis (tesis latina): De los orígenes
ria hará justicia de los verdugos de sus pueblos. Y los pueblos
del socialismo alemán, en la que se remonta al socialismo cristiano de Lu-
aprenderán a librarse de sus verdugos. tero. Su gran obra histórica es la Historia socialista de la Revolució. Muy
interesante, su discusión con Paul Lafargue sobre El Idealismo y el Materia-
(Le Journal de Genève, 14 de junio de 1915.) lismo en la concepción de la historia.

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do, de ojos pequeños, vivos y rientes, cuya mirada lúcida sabía especie de pesadilla... Veía el abismo listo para abrirse bajo los
al mismo tiempo seguir el vuelo de las ideas y observar a la pasos de todos esos seres humanos, miserables y frágiles, que El espiritu libre
gente; lo veo en el estrado, yendo de un lado a otro, con las ma- se creen unidos por una comunidad de simpatías y de padeci-
nos en la espalda, a pasos pesados, como un oso, y dándose mientos"; y sufría por ello hasta la obsesión. Romain Rolland
vuelta bruscamente para lanzar a la multitud, con su voz monó-
tona y de cobre, como trompeta aguda, destacándolas, palabras A colmar ese abismo de incomprensión se dedicó toda la vida.
que alcanzaban hasta los más altos lugares de los vastos anfi- Tuvo la originalidad, aun cuando era el portavoz de los partidos
teatros, y llegaban al corazón; palabras que en toda la sala más avanzados, de hacerse el perpetuo mediador entre las ideas
hacían saltar el alma de todo un pueblo unido en la misma emo- en pugna. Trataba de asociarlas a todas al servicio del bien y del
ción. ¡Y qué belleza ver a veces a esas multitudes de proleta- progreso común. En filosofía unía idealismo y realismo; en his-
rios, entusiasmadas por los grandes sueños que Jaurés evoca- toria, presente y pasado; en política, el amor de su patria y el
ba de lejanos horizontes -en la voz de su tribuno bebiendo el respeto de las otras patrias5. Se guardaba muy bien, como
pensamiento griego! algunos fanáticos que se dicen librepensadores, de proscribir lo
que fue, en nombre de lo que será. Lejos de condenarlo, reivin-
De todos los dones de ese hombre, el más esencial fue que era dicaba el pensamiento de cuantos lucharon, en los siglos pasa-
esencialmente un hombre -no el hombre de una profesión, de dos, sea cual fuere el partido a que pertenecieron."Tenemos -
una clase, de un partido, de una idea sino un hombre completo, decía- el culto del pasado. No en vano todos los hogares de las
armonioso y libre-. Nada lo encerraba; pero encerraba todo en generaciones humanas han ardido; pero nosotros, los que mar-
él. Las más elevadas manifestaciones de la vida hallaban aquí chamos, los que luchamos por un ideal nuevo, nosotros somos
su confluente. Su inteligencia necesitaba la unidad2; su corazón
tenía la pasión de la libertad3. Y ese doble instinto lo defendía al
mismo tiempo del despotismo de partido y de la anarquía. Su
espíritu intentaba abarcarlo todo, no para constreñirlo, sino para 2 "La necesidad de la unidad es lo más profundo y lo más noble del espíritu
humano." (La realidad del mundo sensible, 1391.)
armonizarlo. Sobre todo tenía el genio de ver "lo humano" en
todo. Su poder de simpatía universal se oponía igualmente a la
3. "También hay que enseñar a esa joven democracia el gusto de la libertad.
negación estrecha y a la afirmación fanática. Toda intolerancia Tiene la pasión de la igualdad; no tiene, en el mismo grado, la noción de la
le causaba horror4. libertad, que es mucho más difícil y mucho más largo adquirir. Hay que dar
a los hijos del pueblo, mediante un ejercicio suficientemente elevado de la
Si se hallaba al frente de un gran partido de rebelión, era con el facultad de pensar, el sentimiento del valor del hombre y por consiguiente
del precio de la libertad, sin la cual el hombre no es nada." (A los maestros:
pensamiento "de ahorrar -como dijo- a la gran obra de la revolu-
15 de enero de 1888.)
ción proletaria el repugnante y cruel olor a sangre, muerte y odio,
que sigue pegado a la Revolución burguesa. Frente a todas las 4. "Para mí, no sólo jamás apelé a la violencia contra creencias, sean cuales
doctrinas" reclamaba en su nombre y en nombre de su partido sean, sino que siempre me abstuve bacia ellas de esa forma de violencia
"el respeto de la personalidad humana y del espíritu que se que se llama insulto... El insulto expresa la rebelión débil y convulsiva, más
manifiesta en cada una de ellas" (1910). La sola sensación del que la libertad de la razón..." (1901).
antagonismo moral que existe entre los hombres, aun sin lucha
5. "La verdadera fórmula del patriotismo es el derecho igual de todas las
aparente, de las barreras invisibles que se oponen a la fraterni-
patrias a la libertad y a la justicia; es el deber para todo ciudadano de acre-
dad humana, le era dolorosa. No podía leer las palabras del car- cer en su patria las fuerzas de libertad y de justicia... ¡Miserables patriotas
denal Newman sobre el abismo de la condenación que ya en que, para amar y servir a un país, necesitan despreciar a los otros, a las
esta vida está abierto entre los hombres "sin tener -decía- una otras grandes fuerzas morales de la humanidadl" (1905). UNTREF VIRTUAL | 10
los verdaderos herederos del hogar de los antepasados, hemos exhibe (en el con greso de Amsterdam, 1904) el espejo de su
tomado la llama, vosotros sólo habéis guardado la ceniza." debilidad orgullosa, su falta de tradición revolucionaria, su ca- El espiritu libre
(Enero de 1909.) "Saludamos -escribía en su Introducción a la rencia de fuerza parlamentaria, su "impotencia formidable"10; su
Historia socialista de la Revolución, en la que intenta, como di- previsión de la actitud que ciertos jefes del socialismo francés, Romain Rolland
ce, "reconciliar a Plutarco, Michelet y Karl Marx", saludamos con Jules Guesde entre otros, asumirían en el combate entre los
igual respeto a todos los héroes de la voluntad. La historia (aun grandes Estados11; y más allá de la guerra, su previsión de las
concebida como un estudio de las formas económicas) jamás consecuencias próximas o sociales y mundiales, ele esa con-
eximirá a los hombres del valor y de la nobleza individual. El tienda de los pueblos.
nivel moral de la sociedad de mañana llevará la marca de la
altura moral de las conciencias de hoy. Proponer como ejemplo ¿Qué hubiera hecho, si hubiese vivido? El proletariado europeo
a todos los combatientes heroicos que desde hace un siglo tu- tenía puestas las miradas en él; tenia fe en él, como dijo Camille
vieron la pasión de la idea y el sublime desprecio de la muerte Huysmuns en el discurso pronunciado sobre su tumba, en nom-
es, pues, hacer obra revolucionaria." Así, en todo lo que toca, bre de la Internacional obrera12. No cabe duda de que después
restablece la generosa síntesis de todas las fuerzas de la vida, de haber combatido la guerra hasta que se perdió toda esperan-
en todas partes impone su gran vista panorámica del universo, za de impedirla, se habría inclinado lealmente ante el derecho
el sentido de la unidad múltiple y movediza de las cosas. Ese común de la defensa nacional y habría participado en ella con
equilibrio admirable de elementos innumerables supone en quien
lo realiza una magnífica salud del cuerpo y de la mente, el domi-
nio del ser. Jaurés lo poseía; y por eso era el piloto de la democ- 6. O los extractos que publica Charles Rappoport en su excelente libro: Jean
racia europea. Jourès, el hombre, el pensador, el socialista (1913), París, en la Emancipa-
trice), con prefacio do Anatole France. A ese libro se refieren, Ias indicacio-
¡Qué lejos y claro veía! Más tarde, cuando se haga el gran pro- nes de páginas en las notas que siguen.
ceso de la guerra de ahora, aparecerá como un testigo temible. Léase también el folleto de René Legand: Jean Jaurès.
¡Qué no había previsto! ¡Repásense sus discursos, desde hace
7. Rappoport, op. cit., pigs. 70-77.
más de diez años!6. Aún es demasiado pronto para citar, en
medio del combate, algunas de sus declaraciones vengadoras, 8. Rappoport, pag 234
ante el porvenir. Recordemos sólo, ya en 1905, su angustia de
la guerra monstruosa que llega7; su obsesión del "conflicto ora 9. "Cado pueblo -decía en su discurso do Vaise (cerca de Lyon), el 25 de julio
sordo, ora agudo, siempre profundo y temible, de Alemania e de 1914, seis días antes de su muerte-, cada pueblo aparece a través de las
calles de Europa su tea en la mano; y ahora, ya tenemos el incendio..."
Inglaterra" (18 de noviembre de 1909)8; su denuncia de los
manejos ocultos de la finanza y de la diplomacia europeas, que
10. Rappoport, pág. 61.
"el embotamiento del espíritu público favorece; su grito de alar-
ma contra "las mentiras sensacionales de la prensa a menudo 11. Rappoport, págs. 369-70.
dirigida por el capital deshonesto y que, por cálculo financiero o
por delirante orgullo siembra el pánico y el odio y se burla cíni- 12. "Somos, a través del mundo, diez millones do obreros organizados, para
los cuales el nombre de Jaurès encarnaba la aspiración más noble y más
camente del destino de millones de hombres"; sus palabras
completa... Recuerdo lo que éste fue para los obreros de los demás países.
despreciativas para aquellos a quienes él llamaba "los chalanes
Todavía veo a los delegados extranjeros esperando que él hablara para fijar
de la patria"; su neta apreciación de todas las responsabilida- sus opiniones decisivas y hasta cuando no estaban de acuerdo con él, les
des9; su previsión de la actitud domesticada que en caso de gustaba aproximarse a su concepción... Era más que la Palabra. Era la Con-
guerra observaría la social-democracia alemana, frente a la cual ciencia..." UNTREF VIRTUAL | 11
toda su energía. Lo proclamó en el congreso de Stuttgart (1907), gioso impuso, hacia la noche serena y los horizontes ilimitados,
en pleno acuerdo sobre ese punto con Vandervelde y Bebel: "Si y que me llevaba con ella; y sentía tanto en mi carne como en El espiritu libre
una nación dijo en una circunstancia cualquiera renunciara por mi alma, y en la tierra misma como en mi carne, el estreme-
anticipado a defenderse, haría el juego de los gobiernos de vio- cimiento de esa carrera, y me parecían de extraña suavidad Romain Rolland
lencia, de barbarie y de reacción... La unidad humana se reali- esos espacios azules que se abrían ante nosotros sin una arru-
zaría en la servidumbre, si resultara de la absorción de las na- ga, sin un pliegue sin un murmullo. ¡Ay! ¡Cuánto más profunda
ciones vencidas por una nación dominadora." Y de regreso a y conmovedora es esa amistad de nuestra carne y de la tierra,
Paris, al dar cuenta del congreso a los socialistas franceses (7 que la amistad errante y vaga de nuestra mirada y del cielo con-
de septiembre, en el Tivoli Vaux-Hall) les imponía como doble stelado! ¡Y, cuán menos bella sería para nosotros la noche estre-
deber la guerra a la guerra, mientras sólo fuera una amenaza en llada, si no nos sintiéramos al mismo tiempo pegados a la tierra!...
el horizonte, y, en la hora de la crisis, la guerra por la defensa
de la independencia nacional. Ese gran europeo era un gran Ha entrado en la tierra esa tierra que era suya, -esa tierra de
francés13. Pero también es seguro que el deber patriótico, fir- quien él era-. Han tomado posesión uno de otro. Pero ahora su
memente cumplido, no le hubiera impedido mantener su ideal espíritu la calienta y la humaniza. Bajo los torrentes de sangre
humano, acechando, como vigía alerta, cualquier ocasión para derramada sobre su tumba germinan la vida nueva y la paz de
restablecer la unidad destrozada. Ciertamente no hubiera deja- mañana. Al pensamiento de Jaurès le gustaba repetir, con el
do que el barco del socialismo se fuera a la deriva, como hicie- viejo Heráclito, que nada puede interrumpir la ola continua de
ron sus débiles sucesores. las cosas y que "la paz no es más que una forma, un aspecto de
la guerra; la guerra no es más que una forma, un aspecto de la
Ha desaparecido. Pero como los esplendores de las luces que paz, y lo que hoy es lucha es el comienzo de la reconciliación de
siguen a la puesta del sol, irradian por encima de Europa ensan- mañana.”
grentada, de donde sube el crepúsculo, los reflejos de su lumi-
noso genio, su bondad en la áspera lucha, su optimismo indes- (Le Journal de Genève, 2 de agosto de 1015.)
tructible aun en los desastres mismos.

Una página suya -página inmortal, que no puede leerse sin


emoción- representa al buen Alcides, Heracles después de sus
trabajos, descansando sobre la tierra materna:

Hay horas -dice- en que al pisar la tierra sentirnos una alegría


tranquila y profunda, como la tierra misma... Cuántas veces, 13. "¿Quién habló más noblemente que él de la Francia eterna, "la ver-
caminando por los senderos, a campo traviesa, me dije de pron- dadera Francia, que no se resume en una época y en un día, ni en el día de
to que iba pisando la tierra, que yo era suyo, que ella era mía; hace siglos, ni en el día de ayer. sino la Francia entera, en Ia sucesión de
y, sin pensar, caminaba más despacio, porque no valía la pena sus días, de sus noches, de sus auroras, de sus crepúsculos, de sus subi-
apresurarse en su superficie, porque a cada paso la sentía y la das, de sus caídas, y que por entre todas esas sombras mezcladas, todas
esas luces incompletas y todas esas vicisitudes, va hacia una plena claridad
poseía entera, y mi alma, si decirse puede, marchaba en profun-
que aún no ha alcanzado, pero cuyo presentimiento está en su pensamien-
didad. Cuántas veces también, acostado al lado de una cuneta, to?" (1910).
vuelto a la caída de la tarde hacia el Oriente de un azul suave, Véase el cuadro magistral que hace de la historia do Francia, y su magnifi-
pensaba de pronto que la tierra viajaba, que huyendo de la fati- co elogio de Francia, en la conferencia de 1905, que no le dejaron pronun-
ga del día y de los horizontes limitados del sol, iba, en prodi- ciar en Berlín y que en su lugar leyó Robert Fischer. UNTREF VIRTUAL | 12

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