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La responsabilidad por Accidentes de TYliinsito se caracteriza por

presentar una problemática general a todos los casos de Derecho de


Daños y, a la vez, una problemática especial, en razón de contar con
normativa especifica, cuestiones colaterales (como el caso de los
seguros, por ejemplo)y problemas probatorios particulares.

Por eso, se dividió esta obra en tres secciones.

La primera, denominacica "'Parte General: se ocupa del marco


conceptual y normativo de la materia, de los requisitos de la respon-
sabilidad civil, causales de exoneración de responsabilidad, del ejerci-
cio de las acciones indemnizatorias, los medios probatorios en los
accidentes de tránsito, la determinación y cuantificación de daños y la
actualización de sentencias mediante la aplicación de índices y tasas.

La segunda secci~ntmta de la &aplicacióndel seguro de respoo-


sabilidad civil en la materia.

La tercera sección, friitrulada "Parte Especial: está dedicada a las


particularidades de los accidentes donde participan vehículos ferrovi-
arios, bicicletas y motocicletas, así como al análisis del contrato de
transporte terrestre y la posible responsabilidad del Estado, los
concesionarios vialesy/o el fabricante o comercializador de un rodado
en un accidente de tránsito.Al respecto, se incluye un capitulo referido
a la aplicación de la normativa de Defensa del Consumidor en casos de
accidentes de tránsito.

En un Apéndice, se comentan algunos fallos especialmente ilustrati-


vos de las cuestiones analizadas en estas páginas.

El lector observará que en esta obra no abundan-las citas doctrinarias


directas.Se ha preferido mostrar la opinión de los jueces a través de sus
sentencias y dejar que sean estos quienes muestren la doctrina que

Ademliis, estas páginas se complementan con un CD en e/ que se


induye el texto compkgo de todos los Pcpllos tratados en el jibrc.
- Responsabilidad del dueño, conductor y guardián.
- Eximentes de responsabilidad
- Denuncia de venta. Tradición del automotor.
- Tipos de daños y cuantificación
- Ejercicio de las acciones indemnizatorias
- Medios probatorios
- E l seguro de responsabilidad civil.
- Accidentes con intervención de vehículos,
ferroviarios, bicicletas o motocicletas
Responsabilidad del transportista
Rossi, Jorge Oscar
Accidentes de tránsito: paso a paso. - l a ed. - Buenos Aires: D y D SRL, 20 10.
+
424 p. Cd- Rom ; 22x 16 cm.

lSBN 978-987-25288-2-9

l. Derecho. 2. Accidente de Tránsito. l. Título


C D D 346

Fecha de catalogación: 22/03/20 1 O

I.S.B.N.: 978-987-25288-2-9
Ediciones D&D S.R.L.
Tucumán 15 16 3" piso B - Ciudad Autónoma de Buenos Aires
República Argentina - Tel.: (O I 1) 4374-6030
info@edicionesdyd.com.ar

Queda prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio de impresión, en


forma idéntica, extractoda o modificada; en castellano o en cualquier otro idioma.
DENTES
DE TRANS
Paso a Paso

EDICIONES
Jorge Oscar Rossi

Abogado (U.B.A.) Profesor Titular del'Régimen Jurídico de los


Consumidoresy Usuarios,Adjunto Regular de Contratos Civiles y
Comerciales y Adjunto de Obligaciones Civiles y Comerciales en la
Universidad Abierta Interamericana.

Docente de la Fundación de Ciencias Jurídicas y Sociales del Colegio


de Abogados de la Provincia de Buenos Aires.

Ex Secretario Académico del Colegio de Abogados de Morón.

Autor y tutor de cursos de educación a distancia para abogados.

Autor, entre otras publicaciones, de, "Contratos, paso a paso:'de


Ediciones D&D, año 2008,"Responsabilidad Civil & Dañosísegunda edi-
ción, Ediciones D&D, año 2009, y "Derecho del Consumidor:' Editorial
Alveroni, año 2009, este Último junto con el Dr. Luis R. Carranza Torres
Este libro está dedicado a mi esposa,
Sonia Cesio.
PALABRAS PRELIMINARES

Este libro recoge nuestra experiencia, luego d e varios años d e dic-


tar cursos para graduados, tanto presenciales como a través d e la
modalidad d e educación a distancia, sobre Accidentes d e Tránsito, e n
actividades organizadas por la empresa Professional Sucess.
Así, en los distintos cursos y con e l aporte d e los alumnos, efec-
tuada a través d e consultas, planteos y sugerencias, nació la idea d e
escribir una obra q u e n o pretende sustituir a los tratados n i a los
manuales d e la materia, sino aportar una visión complementaria y,
esperamos, d e utilidad para el lector.
Por eso,cuando la editorial D&D nos propuso la realización d e este
libro, aceptamos con una mezcla d e gusto y aprensión. Gusto por lo
interesante del tema y aprensión porque el mismo ya se encuentra
extensamente tratado, tanto por la doctrina como por la jurispruden-
cia.
La responsabilidad por "accidentes d e tránsito" se caracteriza por
presentar una problemática general a todos los casos d e Derecho d e
Daños y, a la vez, una problemática especial, en razón d e contar con
normativa especifica, cuestiones colaterales (como el caso d e los
seguros, por ejemplo) y problemas probatorios particulares.
Por eso, decidimos dividir esta obra en tres secciones.
En la primera, denominada "Parte General: nos ocupamos del
marco conceptual y normativo d e la materia, d e los requisitos d e la
responsabilidad civil, causales d e exoneración d e responsabilidad,
del ejercicio d e las acciones indemnizatorias, los medios probatorios
en los accidentes d e tránsito, la determinación y cuantificación d e
daños y la actualización d e sentencias mediante la aplicación d e índi-
ces y tasas. Son temas d e Responsabilidad Civil en general, aplicados
al caso concreto d e los accidentes d e tránsito.
En la segunda sección nos ocupamos d e la aplicación del seguro
d e responsabilidad civil e n la materia, con todas las dudas que gene-
ra su deficiente implementación en nuestro país.
La tercera sección, titulada "Parte EspeciaI','está dedicada a las par-
ticularidades d e los accidentes donde participan vehículos ferrovia-
rios, bicicletas y motocicletas, así como al análisis del contrato d e
transporte terrestre y la posible responsabilidad del Estado, los con-
cesionarios viales y/o el fabricante o comercializador d e u n rodado
en u n accidente d e tránsito. Al respecto, incluimos u n capitulo referi-
do a la aplicación de la normativa de Defensa del Consumidor en
casos de accidentes de tránsito.
Por último, en un Apéndice, seleccionamos y comentamos algu-
nos fallos que nos parecieron especialmente ilustrativos de las cues-
tiones analizadas en estas páginas.
Al igual que en anteriores obras, el lector observará que no abun-
dan las citas doctrinarias directas. Preferimos enfocarnos en mostrar
la opinión de los jueces a través de sus sentencias y dejamos que
sean estos quienes nos muestren la doctrina que consultan.
Además, estas páginas se complementan con un CD en el que
incluimos el texto completo de todos los fallos tratados en el libro.
Como con cada uno de nuestros libros, esperamos que esta obra
sea una herramienta útil para estudiantes de Derecho, noveles abo-
gados y colegas en general.

Jorge Oscar Rossi


Septiembre de 2009
SECCION PRIMERA
PARTE GENERAL

CAPITULO I 19
ACCIDENTES DE TRÁNSITO: MARCO CONCEPTUAL Y NORMATIVO
1. CONCEPTO DE ACCIDENTE DE T R Á N S ! ~ . 19
2. ENCUADRE NORMATIVO. 20
Concepto legal de accidente de tránsito
3. LA NOCIÓN JURISPRUDENCIAL DE "COSA RIESGOSA" 22
EN MATERIA DE ACCIDENTES DE TRANSITO.
4. CASO DE CHOQUE ENTRE DOS O MÁS AUTOMOTORES. 25
5. IMPORTANCIA DE SU CALlFlCAClON COMO DAÑO 27
"POR" EL RIESGO O VICIO DE LA COSA

CAPITULO II 29
RESPONSABILIDAD DEL DUEÑO, CONDUCTOR Y GUARDIÁN:
ART. 1 113 DEL C.CIVIL
6. INTRODUCCION. 29
7. EL JUEGO DE LAS PRESUNCIONES. 32

CAPITULO III 41
EXIMENTES DE RESPONSABILIDAD POR CULPA Y CAUSA
DEL PEATÓN.(cÓDIGO CIVIL, LEY NACIONAL DE TRANSITO)
8. INTRODUCCION. 41

CAPITULO IV 49
LA INSCRIPCIÓN DE LA DENUNCIA DE VENTA
COMO EXIMENTE DE RESPONSABILIDAD
9. LA DENUNCIA DE VENTA. 49
CASO 1: Con o sin denuncia de venta, igual se puede eximir 59
CASO II: La denuncia de venta no es la única prueba posible 62
1O.TRADICIÓN DEL AUTOMOTOR.TRANSMISIÓN
DE LA POSESlON DEL RODADO.
Entrega de la tenencia
Entrega de la posesión
Cláusulas de exoneración de responsabilidad civil
11.SITUACIONES PARTICULARES EN LA DENUNCIA DE VENTA 69

CAPITULO V 73
DAÑOS A PEAT0NES:TIPOS DE DAÑOS Y CUANTlFlCAClON
12. INTRODUCCION. 73
13.CLASIFICACION DE LOS DAÑOS. 74
14.QUID DE LA INDEMNIZACIÓN POR DAÑO EMERGENTE 80
Y LUCRO CESANTE POR PRIVACIÓN DE USO
DEL AUTOMOTOR.
Destrucción total del vehiculo y privación de uso

CAPITULO VI 87
EJERCICIO DE LAS ACCIONES INDEMNIZATORIAS
15. LEGITIMACION ACTIVA. 87
1~.LEGITIMACI~NACTIVA EN CASO DE MUERTE DE LA VICTIMA. 88
17. LEGITIMACIÓN ACTIVA EN CASO DE DANOSMATERIALES. 92
1~.LEGUTIMACI~N ACTIVA EN CASO DEL DANO MORAL. 94
19. QUID DEL DAÑO MORAL POR FALLECIMIENTO DE LA V~CTIMA. 95
20.QUID DEL DAÑO MORAL POR DAÑO O DESTRUCCION 99
TOTAL DEL VEHICULO.
21. LECITIMACION PASIVA. 102

CAPITULO VI1 105


MEDIOS PROBATORIOS EN LOS ACCIDENTES DE TRÁNSITO
22. INTRODUCCION. 105
El acta de choque.Valor probatorio.
La causa penal
Accion criminal que precede a la civil
Influencia reciproca de las sentencias civil y penal
a) Sentencia civil anterior a la sentencia penal
b) Sentencia penal anterior a la sentencia civil
C)Sentencia penal absolutoria y sobreseimiento
La pericia accidentologica
23. DISTINTOS SUPUESTOS.
Choque entre dos vehículos:
Choque en una intersección:
Choque frontal:
Choques traseros:
Embestimiento de un peatón:
Caso del tercero (peatón, acompañante del conductor o
pasajero) que resulta victima de un accidente de tránsito
en el que ha intervenido más de un protagonista:
24. PRUEBA DE LA LEGITIMACIÓN PASIVA Y ACTIVA. 123
25.CUESTIONES GENERALES RELATIVAS A LAS CARGAS 123
PROBATORIAS
La pericia médica en los accidentes de tránsito
Cargas probatorias dinámicas
Presunciones
26.ASEGURAMIENTO DE PRUEBAS. PRUEBA ANTICIPADA.
TUTELA ANTICIPADA. 129

CAPITULQ VIII 133


REPARACIÓN DE DAÑOS
DETERMINACIÓN DE MONTOS INDEMNIZABLES
~~.CUANTIFICACIÓNDE LOS DAMOS. CRITERIOS A SEGUIR. 133
2 8 . ~ A Ñ 0PATRIMONIAL DIRECTO E INDIRECTO.
~ ~ . M $ T O D OPARA
S LA CUANTIFICACI~N DE LOS DAMOS 137
PATRIMONIALES.
30.RUBROS DE LA CUENTA INDEMNIZATORIA 139
(LOS "NOMBRES" O "ETIQUETAS").
31. PAUTAS PARA LA CUANTIFICACIÓN DE DAMOS PERSONALES. 148
~~.CÁLCULO ACTUARIALES
S . 149
33.EJEMPLOS USANDO LA FORMULA MOORE. 151
34.EL METODO DEL "VALOR DEL PUNTO POR 158
INCAPACIDAD: "VALOR POR PUNTO" O "CALCUL AU POINT"
35.LA OPINI~NDE LA CORTE SUPREMA DE JUSTlClA DE LA 161
NACION SOBRE LA UTILIZACIÓN DE CALCULOS ACTUARIALES.
36.UTlLIDAD DE LA FORMULA MOORE. 163
~~.CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO MORAL. 167
38.APLlCAClON DE CRITERIOS "OBJETIVOS" PARA 170
CUANTIFICAR EL DAÑO MORAL.
39.LA FINALIDAD D E L ~ D A Ñ OMORALffY SU INCIDENCIA 175
EN LA CUANTlFlCAClON DEL RUBRO.

CAPITULO IX 179
ACTUALIZACI~NDE SENTENCIAS MEDIANTE LA
APLICACIÓN DE ~NDICESY TASAS
40. INTERESES. CONCEPTO.
41. MONTO DE LOS INTERESES MORATORIOS.

SECCION SEGUNDA
EL SEGURO DE RESPONSABILIDAD ClVlL

CAPITULO X 191
SEGURO DE RESPONSABILIDAD CIVIL: OPONlBlLlDAD DE LA
FRANQUICIA EN EL SEGURO OBLIGATORIO DE
RESPONSABILIDAD ClVlL
42. INTRODUCCION. 191
43. LA CITACION EN GARANTIA. 192
44.LA CARGA DE DENUNCIAR EL SINIESTRO: CONSECUENClAS 192
DE SU INCUMPLIMllENTO PARA EL ASEGURADO Y PARA EL
DAMNIFICADO.
45.DEL SEGURO DE RESPONSABILIDAD CIVIL OPTATIVO AL 194
SEGURO DE RESPONSABILIDAD CIVIL OBLIGATQRIO.
46 OPONlBlLlDAD O INlPONlBlLlDAD DE LAS FRANQUICIAS 197
A LA VICTIMA.
47.OPONlBlLlDAD O INOPONIBILIDAD DE LAS 231
EXCEPCIONES DE COBERTURA A LA VICTIMA.
a) Falta de licencia para conducir
b) Culpa grave del asegurado o de sus dependientes o autorizados
NUESTRA OPINIÓN
SECClON TERCERA
PARTE ESPECIAL

CAPITULO XI 255
ACCIDENTES CON INTERVENCIQN DE VEHICULOS FERROVIARIOS,
BICICLETAS O MOTOCICLETAS
48.VEHICULOS FERROVIARIOS: INTRODUCCION. 255
49.ACClDENTES ENTRE AUTOMOTORES Y VEHICULOS 256
FERROVIARIOS.
50. ACCIDENTES ENTRE PEATONES Y VEHICULOS FERROVIARIOS. 257
51. BICICLETAS. 257
52. MOTOCICLETAS. 262

CAPITULO XII 265


TRANSPORTETERRESTRE
53. INTRODUCCION. 265
54.RESPONSABlLlDAD DEL TRANSPORTISTA EN EL 266
TRANSPORTE ONEROSO.
55.TRANSPORTE BENEVOLO. 268
56.RESPONSABlLlDAD EN EL TRANSPORTE BENEVOLO.
57. EL TRANSPORTE COMO CONTRATO DE CONSUMO. 272
58.IMPORTANCIA PRACTICA DE ENCUADRAR UN 273
CONTRATO DE TRANSPORTE TERRESTRE EN EL ESTATUTO DEL
CONSUMIDOR.

CAPlTUllO XIill 277


PEAJES Y RUTAS: RESPONSABILIDAD DE LAS EMPRESAS
CONCESIONARIAS
59. INTRODUCCION. 277
60.EL DEBER DE SEGURIDAD DEL CONCESlONARlO VIAL. 278
61. EL CASO "BIANCHI" 282
62. CASUISTICA 291
1) La espinosa cuestión de la relación de causalidad adecuada
2) Concesionarios viales: iobligación de medios o de resultado? I
3) Concesionarios viales: ¿Obligación de medios o de resultado? II
....
4) Si la Corte lo dice
5) La Suprema Corte bonaerense sigue a "Bianchi"
63. LA CORTE Y EL CASO "COMEZ'! 303

CAPITULO X I V 307
VIA PUBLICA NO CONCESIONADA: RESPONSABILIDAD DEL
ESTADO Y DEL PRESTADOR DE SERVICIOS PUBLICOS
64.RESPONSABlLlDAD POR OMISIÓN AL DEBER DE 307
POLIC~AESTATAL.
65. CASUISTICA. 309
1) El caso del lomo de burro clandestino
2) El caso del carro
3) Vehiculo que circulaba sin seguro
4) Vehiculo que circulaba sin cumplir con requisitos de seguridad
S) responsabilidad del estado y del concesionario del
servicio público

CAPITULO X V 317
APLICACIÓN DE LA LEY 24.240, DE DEFENSA DEL
CONSUMIDOR Y USUARIO EN CASOS DE ACCIDENTES DE TRANSITO
66. INTRODUCCION. 317
67.LA OBLIGAC~ONTÁCITA DE SEGURIDAD EN EL 317
ESTATUTO DEL CONSUMIDOR.
~~.APLICACIÓN JURISPRUDENCIAL DEL ESTATUTO DEL 319
CONSUMIDOR EN LA MATERIA.
69. LA LEY DE DEFENSA DEL CONSUMIDOR Y LA 322
RESPONSABILIDAD DEL FABRICANTE Y COMERCIALIZADORES
POR DAÑOS EN ACCIDENTES DE TRANSITO.
70.LA CARGA DE LA PRUEBA DEL VICIO Y EL NUEVO 324
ART 53 DE LA LDC.

APÉNDICE

BIBLIIOGRAFIA CONSULTADA
SECB18N PRIIMmRB
PARTE GENERAL

CAP1TUL8 I
ACCIDENTES DE TRÁNSITO:
MARCO CONCEPTUAL Y NORMATIVO

1. CONCEPTO DE ACCIDENTE DE TRÁNSITO.


Cuando hablamos de accidentes de tránsito, en realidad, estamos
utilizando, por comodidad, una expresión de uso común y extendido,
pero carente de precisión.

Por empezar, para ubicarnos en el tema, nos estamos refiriendo a


hechos que ocurren como consecuencia de la circullación de per-
sonas, animales y vehículos en la vía pública.

Entendemos por circulación, justamente, al tránsito o movimiento


que hacen las personas por sus propios medios ("a pieíen bicicleta,
en karting a pedales, etc), o con la ayuda de animales ("tracción a san-
gre" por medio de caballos, por ejemplo) o por medio de un vehiculo
impulsado por un motor (automóviles, camiones, motocicletas, tre-
nes, etc).

"Vía públicaíson los caminos o calles de uso público, y será públi-


co, justamente, cuando dicho uso no requiera una previa autorización
o conformidad por parte de una persona pública o privada. Por ende,
si un rodado embiste a otro, por ejemplo, en un garage, o en el inte-
rior de un inmueble rural, no estaremos hablando de un "accidente
de transito:'porque no se le aplicarán las disposiciones de las leyes de
tránsito (arg.contrario sensu, art. 1 ley 24.449). '

Ahora bien, la palabra "accidente" refiere, en una de sus acepcio-


nes a un suceso eve~tualo acción de que involuntariamenteresul-
ta daño para las personas o las cosas 2. Además, la locución,"por acci-
dente',!setoma como equivalente a "por casualidadu3.

Las referencias a la "falta de voluntad" y "casualidad" que emanan


de la definición de accidente pueden hacernos pensar que estamos
ante un suceso exento de reproche, desde el punto de vista judicial.
Algo que sucede por accidente es algo que sucede por caso for-
tuito.

Sin embargo, nada más alejado que esto es lo que vamos a ver en
las próximas páginas. Los daños producidos por caso fortuito no
generan obligación de reparar, pero son apenas una pequeña por-
ción de aquellos ocasionados por lo que el Derecho entiende por
"accidente de tránsitor:

En realidad, por más que usemos la palabra "accidente',!desde el


punto de vista jurídico se considerará "accidente de transito" a
todo hecho voluntario (culposo o doloso) o involuntario que pro-
duzca dafio en personas o cosas como consecuencia de la circula-
ción en la vía priblica. Algunos de estos hechos producirán obliga-
ción de reparar y otros no, por operar en estos ultimos algunas de las
eximentes de responsabilidad civil.

2. ENCUADRE NORMATIVO.
Además del Código Civil, muy especialmente su art. 11 13, en este
tema debemos aplicar la legislación de tránsito. Lamentablemente,

1 En el mismo sentido, téngase en cuenta que el art. 2.340 del Código Civil establece que
"Quedan comprendidos entre los bienes públicos:...7" Las calles,plazas, caminos, cana-
les, puente s..."^ que el art. 234 1 prescribe que "Las personas particulares tienen el uso
y goce de los bienes públicos del Estado o de los Estados, pero estarán sujetas a las dis-
posiciones de este código y a las ordenanzas generales o locales." La legislación de
tránsito es una de las que regula el uso y goce de la vía pública.
2. REAL ACADEMIA ESPAÑOLA,DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA- Vigésima
segunda edición (http://www.rae.es).
3. ldem nota anterior.
no contamos con una normativa unificada en todo el territorio de
nuestro país.

En el ámbito nacional, tenemos las leyes 24.449 (Ley Nacional de


Tránsito) y 26.363, que crea la Agencia Nacional de Seguridad Vial. Al
respecto, cabe realizar una inmediata aclaración:

Dice el art. 1 de la ley 24.449:


"La presente ley y sus normas reglamentarias regulan el uso de la vía
pública, y son de aplicación a la circulación de personas, animalesy vehí-
culos terrestres en la vía pública, y a las actividades vinculadas con el
transporte, los vehículos, las personas, las concesiones viales, la estructu-
ra vial y el medio ambiente, en cuanto fueren con causa del tránsito.
Quedan excluidos los ferrocarriles. Será ámbito de aplicación lajurisdic-
ción federal. Podrán adherir a la presente ley los gobiernos provinciales
ymunicipa/es."(lanegrita es nuestra)
En la actualidad, la mayoría de las provincias adhirieron a esta ley.
La situación de la Provincia de Buenos Aires es curiosa.Allí regía la
ley provincial 11.430, hasta que, mediante el "decreto de necesidad y
urgencia" 40107, publicado en el Boletín Oficial Provincial del 30 de
enero de 2007, el gobierno de la provincia de Buenos Aires declaró la
emergencia vial en todo el territorio bonaerense hasta diciembre de
2007 y puso en vigencia el nuevo Código de Tránsito, derogando la
Ley de Transito 11430. Posteriormente, el decreto 252107 prorrogó
la vigencia del Decreto No40107 por el término de 180 días.
Luego, por ley 13927, la Provincia de Buenos Aires adhiere "'en
cuanto no se opongan a las disposiciones de la presente", a las Leyes
Nacionales 24.449 y 26.363.
La ley bonaerense, establece "en el ámbito del Poder Ejecutivo
Provincial y en la órbita del Ministerio de Jefatura de Gabinete y
Gobierno, la Justicia Administra tiva de Infracciones de Tránsito
Provincial, que tendrá competencia en el juzgamiento de infracciones a
la presente Ley, por faltas cometidas en rutas, caminos, autopistas,
semiautopistas o autovías provinciales o nacionales en el territorio de la
Provincia" (art. 29)
La ciudad de Buenos Aires, por su parte, dictó la ley 2148.
La situación normativa en la ciudad de Buenos Aires también pre-
senta particularidades. La propia ley 2148 dice en su artículo 20 que
"La Ciudad Autónoma de Buenos Aires declara su plena integración
y participacidn en el Sistema Nacional de Seguridad Vial aprobado
en el Decreto Nacional No 779/95 (B.O. No 28.287), reglamentario de
la Ley Nacional de. Tránsito y Seguridad Vial No 24.449 (B.O. No
28.080)."(1a negrita es nuestra)
En la practica, la ley 2148 modifica e n su ámbito d e aplicación a la
ley nacional 24.449, porque contiene prescripciones propias.
Así, en los casos en los q u e la Ley 2.148 establece reglas q u e con-
tradicen a la Ley 24.449, deberá tomarse como válido l o normado por
la primera. Asimismo, en los casos e n los q u e la Ley 2.148 n o hace
referencia alguna a cuestiones en las que si establece pautas la Ley
24.449, deberá regirse por esta última.

Concepto leaal de accidente de tránsito


"ARTICULO64 ley24.449. -PRESUNCIONES. Se considera accidente de
tránsito todo hecho que produzca daño en personas o cosas como con-
secuencia de la circulación..."

"c~DIGODE TRANSITOY TRANSPORTEDE M CIUDADA W ~ N O M A


DE BUENOSAIRES
Definiciones generales:
A los efectos del estudio, interpretación y aplicación del presente
código,
debe entenderse por
7) Accidente de tránsito: hecho en el cual se produce daño a per-
sonas o
cosas, en ocasión de la circulación en la vía pública."
Como puede apreciarse, la definición es similar e n los dos textos y
la hemos utilizado más arriba para explicar el concepto d e accidente
d e tránsito.
A l o largo d e los distintos temas iremos intercalando las normas
d e la Ley Nacional d e Tránsito y d e la ley d e Tránsito d e la ciudad d e
Buenos Aires que resulten pertinentes.

3. LA NOCIÓN JURISPRUDENCIAL DE "COSA RIESGOSA" EN


MATERIA DE ACCIDENTES DE TRANSITO.
En nuestra matería, resulta fundamental analizar u n precepto
clave del Código Civil: nos referimos al art. 1 1 13, q u e trata, entre otras
cuestiones, de la llamada responsabilidad objetiva del dueño o
guardiían de la cosa.

Hay responsabilidad objetiva o existe un factor objetivo de


atribución de responsabilidad en aquellos casos en que se prescin-
de de evaluar si el imputado como responsable obró culposa o dolo-
samente.
Así, alguien será responsable n o porque sea culpable sino por-
que se dé determinado supuesto fáctico previsto por la normativa
vigente. El presunto responsable, para eximirse de tal responsabili-
dad, deberá demostrar la existencia de caso fortuito, culpa de la
victima o culpa de un tercero por quien n o debe responder.

En estos casos, n i la victima debe demostrar la culpa del pre-


sunto responsable, (lo que constituye una importante excepción al
principio contenido en el art. 1067 del CC) ;ni este puede eximirse
de responsabilidad demostrando que actuó sin culpa.
En nuestro Derecho, el articulo 1113 del CC, en uno de sus párra-
fos, trata un supuesto de responsabilidad objetiva en materia
extracontractual, mientras que en otra parte se refiere a un caso de
responsabilidad subjetiva con inversión de carga de prueba.
Veamos cada uno de ellos:

Art. 7 7 73: "...En los supuestos de daños causados con las cosas, el
dueño o guardián, para eximirse de responsabilidad, deberá demostrar
que de su parte no hubo culpa;..."

Este caso, donde el daño es causado con la cosa, no es un supues-


to de responsabilidad objetiva, sino de responsabilidad subjetiva
con inversión d e carga de prueba, pues no se prescinde la culpa del
presunto responsable, sino que, en lugar de aplicar el principio gene-
ral contenido en el art. 1067, por el cual el que alega la culpa debe
probarla, se obliga al dueño o guardián imputado a demostrar su n o
culpabilidad.
Se dice que en los daños con las cosas, estas cumplen una función

4. Ver nuestro libro "Responsabilidad Civil & Daños': segunda edición, año 2009, editorial
D&D, pagina 7 03 y sgtes.
meramente instrumental, ya que lo principal fue el hecho del hombre,
como cuando alguien golpea a otro con un bastón o un garrote. La cosa
fue un simple instrumento o prolongación de la actividad humana.

Art. 7 7 73:"...pero si el daño hubiere sido causadopor el riesgo o vicio de


la cosa, solo se eximirá total o parcialmente de responsabilidad acreditan-
do la culpa de la víctima o de un tercero por quien no debe responder..."

En cambio, cuando el daño se produjo por el riego propio o un


vicio de la cosa, (como cuando explota una caldera o una botella),
estamos ante un caso de daño por la cosa. Este si es un supuesto de
responsabilidad objetiva.

Ahora bien, el concepto de riesgo de la cosa o cosa riesgosa ha sido


definido por la jurisprudencia llegandola veces,a soluciones distintas de
las que una primera lectura de el artículo en análisis pudiera sugerir.

Precisamente, en nuestra materia podría pensarse que si una per-


sona que conduce un auto atropella a un peatón estamos ante un
daño causado con una cosa, dado que el rodado habría sido un mero
instrumento del obrar humano.
Sin embargo, para la jurisprudencia ampliamente mayoritaria, se
trata de un daño producido por el riesgo de la cosa.
Desde la Corte Suprema de Justicia de la Nación para abajo, los
dintintos tribunales han concluido en que los automotores son"cosas
riesgosasí en los términos previstos en la regla del art. 11 13 (20 sup.
del 20 párr.) del Código civil (daños causados por el riesgo de la cosa),
resultando indiferente para su aplicación el modo en que se hace
efectiva la potencia dañosa de la cosa riesgosa: obrar del hombre
o autónomamente por el rodado. "
A modo ilustrativo, es muy interesante el voto del Dr. Kiper, como

5 Entre otros muchos casos, en "Camargo,Martina y otros c/San Luís, Provincia de y otra
s/daños y perjuicios"2 7/05/2002, que trataremos más adelante e incluimos completo
en el Apéndice de esta obra.
6 As6 por ejemplo, el Tribunal Superior de Córdoba ha dicho que "El automóvil es una
'cosa riesgosa'y cuando con ella se provocan daños, debe responderse objetivamente,
sin que sea menesterprobar la culpa del dueño o guardián. (Sent.n028 del 30/71/93, in
re: in re: "Espíndola,Elvio H.y otro c/ Loritz A. Roasenda- Orindario- R. de Revisiónípubli-
cada en SJ, Nro. 974,3/3/94).
vocal preopinante de la Sala H de la Cámara Nacional en lo Civil en
autos "Ojeda de Morandi Máxima Leonor y otros c/Línea 60
Microómnibus Norte MONSA. s/Daños y perjuicios":

"Se trata de un accidente de,tránsito en el que la víctima fue un pea-


tón embestido por un colectivo. En tales condiciones, como bien resolvió
el Sr. Juez a quo, resulta aplicable el regimen emergente del art. 1 1 13,
segunda parte, del Código Civil, ya que los automotores en movimiento
son cosas riesgosus (Nlosset Iturraspe, J., "Estudios sobre responsabilidad
civil:'I~p. 83; Borda, G., lLa reforma del Código Civil:'ED, 30-809; Trigo
Represas, E, "Responsabilidad civil en materia de accidentes de automo-
tores;~. 7 14 y SS,; Ghersi, C. y Giordano, Nl,"El art. 7 7 13 ...lJA, 1986-1V-582),
de modo que pesa sobre aquellos una presunción de responsabilidadde
la que pueden eximirse, total o parcialmente, acreditando la culpa de la
víctima, la de un tercero, o el caso fortuito, es decir, una causa extraña o
ajena (Orgaz, A., "El daño con y por las cosas; LL, 735-7953; Garrido,
"Responsabilidad objetiva y riesgo creado; JA, 1979-doct.-8 11;
Goldenberg, I.,"La relación de causalidadlp. 132):- (la negrita es nuestra)

El camarista agrega que, "se ha sostenido que un vehfculo en movi-


miento crea un "consumo de seguridad socia1";a seguridad de los
demás ocupantes de la vla pública se ve disminuida al ingresar a ella un
automóvil: cuando no hay vehículos, los peatones encuentran una segu-
ridad en grado 100; a1introducirse un automotor se produce una dismi-
nución que es consumida por quien ingresa provisto de dicha cosa
(Pichon Riviére, J., "La responsabilidadcivil de los conductores de auto-
motoreslJA, 55- 19, secc. doctr.)." (la negrita es nuestra)

4. CASO DE CHOQUE ENTRE DOS O MAS AUTOMOTORES.


Surge la pregunta de cómo se determina la responsabilidad en
estos casos.
En la ciudad de Buenos Aires, en materia de colisión plural de
automotores resulta aplicable en la actualidad el fallo plenario de la
Cámara Nacional en lo Civil en autos "Valdez c/El Puente: del
10/11/94' , que con sujeción a la doctrina de la Corte Suprema de
Justicia de la Nación, admitió la teoría de las presunciones coneu-

7 Cámara Nacional en lo Civil en pleno, 70/17/7 994, JA 7995-1-280.


rrentes de causalidad, aceptando así la más generalizada posición
de nuestra doctrina. "

Para el voto mayoritario de dicho plenario,"no puede dudarse de


que el automotor en circulación debe reputarse cosa riesgosa, o peli-
grosa, por la potencialidad de producir daños que lleva en sí misma
en las circunstancias de su desplazamiento, lo que lleva a reputar que
el daño que se causa con su intervención en el hecho fuente es pro-
vocado "por la cosa" o "por su vicio o riesgo" y no debe considerarse
"hecho del hombre con la cosa'?

Para estos camaristas, 'tube preguntarse: jcambia la esencia; el ser


ontológico del automotor en marcha según a quien o a qué embista?;
jes cosa riesgosa si atropella a un peatón o a otro vehiculo de menor
peligrosidad o a uno estacionadofy deja de serlo si lo hace a otro vehi-
culo también en marcha o detenido por contingencias del trcinsito,
como el que espera el cambio de luces o la indicación del agente para
continuar en marcha? Gnoseológica y axiológicamente, la respuesta
negativa se impone no obstante quienes comparten la tesis de la neu-
tralización dicen que sí porque el riesgo que implica su movimiento se
encontraría compensado por el riesgo de similar entidad que implica el
movimiento del otro."(la negrita es nuestra)

En apoyo de su postura se cita, entre otros, a los hermanos


Mazeaud y a René Savatier, en Francia. Este último, ya en 1951 soste-
nía que "los riesgos de los dos vehículos conducen lógicamente a una
doble responsabilidad y no a una ausencia de responsabilidad (, Traité
de la Responsabilité Civile en Droit Franqais, Civil, Administrati f,
Professionel, Procédural, t. 11, deuxieme edition, Paris, Librairie Général de
Droit et de Jurisprudence, 795 7, p. 73, n. 5 7 0;. .."

En suma, finalizan, "el choque entre dos vehículos en movimiento


pone en juego las presunciones de causalidad y responsabilira a cada
dueño o guardián por los daños sufridos por el otro (art. 7 1 73 párr. 2 in
fine) con fundamento objetivo en el riesgo; para eximirse cada uno de los
responsables debe probar e invocar la culpa de la víctima, la de un terce-

8 Conforme Alterini, A., "Presuncionesconcurrentes de causalidad en la colisión de auto-


motores'', La Ley, 7 988-0-296.
ro por la que no deba responder o el caso fortuito ajeno a la cosa que
fracture la relación causal." (la negrita es nuestra)

Por lo tanto, según este enfoque, seguido por la jurisprudencia


ampliamente mayoritaria del país, la sola circunstancia de la exis-
tencia de u n riesgo recíprocó n o excluye la aplicación de l o dis-
puesto en el artículo 1.1 13, párrafo segundo del Código Civil, que
regula l o atinente a la responsabilidad civil por el hecho de las
cosas y, de tal forma, se crean presunciones concurrentes como las
que pesan sobre el dueño o guardián, quienes deben afrontar los
daños causados a otro, salvo que prueben la existencia de circuns-
tancias eximentes.

Es decir que, en aquellos daños producidos por la intervención


de automotores, resulta aplicable la teoría del riesgo creado, incor-
porada por la norma citada, sea por el vicio de la cosa o por el ries-
go o peligrosidad que producen cuando están en movimiento.

Remitiéndonos a la Corte Suprema, esta insistió en autos


"Camargo, Martina y otros c/ San Luis, Provincia de y otra S/ daños
y perjuicios" - (21/05/2002) que 'tomo lo ha dicho esta Corte en
Fallos: 3 70:2804 y lo ha reiterado en numerosos precedentes, la sola cir-
cunstancia de un riesgo rec@rocono excluye la aplicación de lo dispwes-
to en el art. 7 7 73,segundo párrafo, del Código Civil, que regula lo atinen-
te a la responsabilidadpor el hecho de las cosas y, de tal suerte, en supues-
tos como el sometido a la consideración del Tribunal,se crean presuncio-
nes de causalidad concurrentes como las que pesan sobre el dueño o
guardián, quienes deben afrontar los daños causados a otro salvo que
prueben la existencia de factores eximentes.-" (la negrita es nuestra)

5. IMPORTANCIA DE SU CALlFlCAClON COMO DAI\IO"POR" EL


RIESGO O VICIO DE LA COSA
En este caso, nos encuadramos en la orbita de la responsabilidad
objetiva.
Dijimos que hay responsabilidad objetiva o que existe un factor
objetivo de atribución de responsabilidad en aquellos casos en

9 Conforme Bustamante Alsina, Jorge, "Teoría General de la Responsabilidad Civil, pági-


nas 303/304, Ed. Abeledo Perrot, octava edición ampliada y actualizada.
que se prescinde de evaluar si el imputado como responsable obró
culposa o dolosamente.

Dicho de otra manera, alguien será responsable, no porque sea


culpable, sino porque se da determinado supuesto fáctico previsto
por la normativa vigente, (por ejemplo, ser dueño o guardián de la
"cosa riesgosa': conf. art. 1113 CC ). El presunto responsable, para exi-
mirse de tal responsabilidad, deberá demostrar la existencia de caso
fortuito, culpa de la victima o culpa de un tercero por quien no debe
responder (arg.art. 1 1 13 CC).

En estos casos, ni la victima debe demostrar la culpa del pre-


sunto responsable, (lo que constituye una importante excepción al
principio contenido en el art. 1067 del CC) ;n i este puede eximirse
de responsabilidad demostrando que actuó sin culpa.

Por eso, en materia de accidentes de transito, en cuanto a las cau-


sas de eximición de responsabilidad, el dueño o guardián de las
cosas generadoras de riesgos deberá acreditar la interrupción del
nexo causal, probando el hecho de un tercero por quien n o debe
responder, la culpa de la víctima o la producción del caso fortuito
o fuerza mayor. Si bien estos últimos no están mencionados por la
citada norma, resultan aplicables como eximentes de responsabili-
dad, toda vez que dichos hechos por su imprevisibilidad constituyen
indudablemente factores interruptivos.' O

Entonces, en estos casos quien debe probar el factor eximente de res-


ponsabilidades el demandado, ya que le basta al damnificado probar
el contacto en el choque (prueba de causalidad material o física), e
incumbe al dueño o guardián del otro rodado la carga de la prueba de
la eximente que pudiera haber fracturado el nexo causal (prueba de
causa ajena, es decir, ruptura del nexo de causalidad jurídica adecua-
da). Esta prueba del demandado n o puede consistir en la falta de
culpa porque este factor es extraño a la imputación objetiva, sino
en la conducta o culpa del damnificado o de un tercero por quien
n o debe responder, o en el caso fortuito ajeno a la cosa.

10 Conf Bustaman te Alsina, Jorge, ob. cit., página 4 1 1.


"APITULO Il
RESPONSABILIDAD DEL DUENO,CONDUCTOR Y
GUARDIÁN: ART. 1 113 DEL C.CIVIL

6. INTRODUCCIQN.
Por empezar, la responsabilidad del dueño o guardián de la que
habla el art. 1113 es concurrente, es decir, la responsabilidad de uno
no excluye la del otro, frente al damnificado.
Las obligaciones concurrentes, también llamadas, convergentes,
indistintas o "in solidum" son aquellas donde existe pluralidad de
deudores de un mismo objeto, pero con pluralidad de causas buen-
tes respecto de cada uno de ellos.ll
Vale decir, son varias obligaciones con distinta causa fuente l2(vgr.
contractual, extracontractual, etc), convergen o concurren en un
mismo objeto l3(vgr.suma de dinero en concepto de indemnización),
a favor del mismo acreedor o acreedores.

El acreedor puede ir contra cualquiera de los deudores por el total


de la deuda. Obviamente que si le cobra la totalidad a uno no podrá
ir contra los otros. Entre los deudores, aquél que no haya causado
directamente el daño, puede repetirlo del otro que si lo causó (conf.
art. 1123 CCivil).

1 1 Puede verse el artículo OBLIGACIONES CONCURRENTES O "/NSOLIDUM': de José Pablo


Descalzi, en Doctrina Judicial, tomo 2003- 7, pag.43 7.
12A diferencia de las obligaciones solidarias, donde hay una sola obligación, con plurali-
dad de deudores y/o acreedores.
13 Cada deudor está obligado por el total de la deuda.Esta es la gran similitud que tienen
las obligaciones concurrentes con las solidarias y el principal motivo de que se las con-
funda con ellas.
Por ende, el dueño del automotor puede repetir íntegramente lo
que le pagó a la victima si demuestra que el guardián fue único cau-
sante del daño. Lo mismo ocurre con el principal respecto del
dependiente. Mencipnamos esto ultimo porque en algunos casos
de accidentes de transito, además de una imputación de responsa-
bilidad en carácter de dueño o guardián, puede caber otra, en
carácter de principal o dependiente (vgr. supuesto del chofer y la
"línea de colectivos").

Ahora bien, en nuestro sistema jurídico, "dueño" es quien figure


como tal en el Registro de Propiedad del Automotor.Así surge del art.
1 del decreto-ley 6582/58, cuando dice que "La transmisión del domi-
nio de los automotores...solo producirá efectos entre las parles y con
relación a terceros desde la fecha de su inscripcidn en el Registro
Nacional de la Propiedad del Automotor."

De lo anterior surge que la inscripción registral tiene efectos


constitutivos, es decir, por la inscripción se transmite el derecho real
de dominio. La tradición y/o la celebración del contrato de compra-
venta no transmiten el dominio del automotor. Es un régimen distin-
to al inmobiliario, donde la inscripción registral tiene efectos decla-
r a t i v o ~hacia los terceros, pero el derecho real de dominio se trans-
mitió entre partes por el titulo suficiente y la tradición (conf. arts.
2505,2609 CCivil y 2O ley 17.801)

Este efecto constitutivo de la inscripción registral en materia auto-


motor tiene gran importancia practica pues, en principio, el titular
registral deberá responder por los daños ocasionados por un auto-
motor de su propiedad, aunque lo haya vendido y hecho entrega del
rodado años antes del accidente. Esta problemática se intentó solu-
cionar con el régimen de la denuncia de venta, que trataremos más
adelante.

Más complejo resulta el concepto de guardián, termino que tiene


varias acepciones en nuestra doctrina y jurisprudencia.

A l respecto, resulta ilustrativo transcribir parte del voto de la


Dra. De los Santos en los autos "Villafañe, Roberto A. y otro v.
Iferreira Da Silva, Luismar y otros" 14:

"Las distintas concepcionespodrían sintetizarseentre quienes postu-


lan la doctrina de la guarda material, según la cual guardián es la per-
sona que tiene una cosa mate~ialmenteen su poder, de manera real y
efectiva, y ejercita sobre ella una prerrogativa de vigilancia y dirección;
quienes se enrolan en la doctrina de la guardajur;dica, que sostiene que
guardián es quien tiene poder de vigilancia, control y dirección sobre
una cosa, en virtud de una vinculación de carácter jurídico; aquellos que
propician la doctrina de la guarda intelectual (o del poder de mando),
para quienes la guarda requiere la existencia de un poder de hecho efec-
tivo e independiente sobre una cosa, que se concreta en la facultad de
dirección y control de la misma; y, finalmente, quienes postulan la doc-
trina de la guarda provecho, para los que guardián es la persona que
aprovecha, usa y obtiene de la cosa un beneficio económico o personal,
de placer o salvaguarda de sus intereses. No faltan, además, posiciones
eclécticas para las que la noción de guardián no responde a una idea
unívoca, sino a una combinación de factores.

Para Ramón Pizarro, Alberto Bueres y Elena 1. Highton, todo intento


de individualizar al guardián debe circunscribirse al címbito del derecho
positivo del país en el cual se analiza la cuestión. As6 señalan que el art.
7 7 73 CCiv. argentino dispone que toda persona debe resarcir el daño
causado"~orlas cosas de que se sirve, o que tiene a su cuidadoí fijando,
en consecuencia, dos pautas de gran importancia. En ese orden de ideas,
para la ley argentina debe responder por el daño causado en razón de la
intervención activa de la cosa, tanto aquel que "se sirve" de la misma
como el que 1a"tiene a su cuidado". Se sirve de una cosa quien se vale de
ella para su USO, empleándola útilmente, obteniendo provecho o como-
didades, ventajas de cualquier índole, que no necesariamente deben
asumir contenido económico. Cuida de una cosa quien tiene el deber de
poner diligencia y atención para la conservación de la misma, es decir
quien la guarda. Concluyen, luego, que nuestro Código Civil brinda dos
directivas fundamentales que no necesariamente tienen que coincidir,
pudiendo admitirse que en ciertas hipótesis una cosa tenga dos guar-

14 Cámara Nacional en lo Civil, sala M, 25/09/2006. Citar Lexis No35004295


dianes, con total independencia,por cierto, de la obligación de resarcir
que pesa sobre el propietario. Ellos son, por un lado, el que se sirve de la
cosar y por el otro, el que sin hacerlo tiene la custodia de la misma. Por
consiguiente, para Iq ley argentina es guardia de la cosa tanto quien se
sirve de ella como aquel que, de manera autónoma, ejercita sobre dicha
cosa un poder de control y gobierno, aunque no pueda llegar a servirse
de ella (conf. "Código Civil y normas complementarias.Análisis doctrina-
rio y jurisprudencial7t. 3-A, 7 999, Ed. Hammurabi, p. 523 y SS.).

También Aída Kemelmajer de Carluccipropicia esta solución,y opina


que la legislación argentina no recoge un concepto unívoco, sino que
admite una doble línea de legitimados pasivos; aquellos que tienen la
dirección de hecho y los que reciben el beneficio económico. "Hay que
estimar que guardián es tanto el que se sirve de la cosa como el que la
tiene a su cuidado. No otra cosa significa la conjunción 'o'contenida en
el artículo. En cuanto a que ello significaría aceptar la figura de un res-
ponsable sin que medie culpa de su parte y por el solo hecho de servirse
económicamente de ella, si bien es sostenible de lege ferenda, no lo es de
lege lata, ya que entiende que responde incluso a la idea dejusticia, pues
quien obtiene los provechos debe soportar los riesgos. El criterio eclécti-
co ha sido admitido por un sector de la doctrina y no es totalmente ajeno
al leading case que guía la jurisprudencia francesa -el caso 'Cannot v.
Franck' en el que se dijo que la guarda implica el uso, el control y la
dirección de la cosa, ya que por uso se entiende el derecho de servirse de
la cosa en su interés, en ocasión de su actividad (conf. "Código Civil y
leyes complementarias,comentado, anotado y concordadoídirigido por
Augusto C. Belluscio y coordinado por Eduardo A. Zannoni, t. 5,2002, Ed.
Astrea, p. 477)." (la negrita es nuestra)

7. EL JUEGO BE LAS PRESUNCIONES.


En materia d e accidentes d e tránsito n o debemos olvidar q u e las
cuestiones esenciales están reguladas por el Código Civil y q u e se le
aplican los principios generales del Derecho d e Daños y, e n particu-
lar, d e la responsabilidad objetiva.

Es decir, para saber si hay responsabilidad civil del dueño o guar-


dián debemos evaluar si concurren los requisitos comunes a la res-
ponsabilidad civil. Estos son:
1. Antijuridicidad
2. Factor de atribución
3. Relación de causalidad
4.Daño

La Ley Nacional d e Tránsito y las eventuales regulaciones locales


nos dan ciertas reglas y10 presunciones que sirven para evaluar la
concurrencia d e estos requisitos y la existencia d e eximentes d e res-
ponsabilidad.
Veamos:

"ARTICULO 64 ley24.449. - PRESUNCIONES. Se considera accidente


de tránsito todo hecho que produzca daño en personas o cosas como
consecuencia de l a circulación.
Se presume responsable de un accidente a l que carecía de prioridad
de paso o cometió una infracción relacionada con l a causa del mismo,
sin perjuicio de la responsabilidad que pueda corresponderles a los que,
aun respetando las disposiciones, pudiendo haberlo evitado voluntaria-
mente, n o l o hicieron.
Elpeatón goza del beneficio de l a duda y presunciones en su favor en
tanto n o incurra en graves violaciones a las reglas del tránsito."
La norma establece un principio que tiene ampllia aplicación
jurisprudencial: La presunción iuris tantum de responsabilidad
en contra del que no tenía prioridaddepaso o del que cometió una
infracción relacionada con la causa del accidente.

PRIORIDAD DE PASO:

"ARTICULO4 1. ley 24.449- PRIORIDADES. Todo conductor debe ceder


siempre el paso en las encrociiadas al Que cruza desde su derecha.
prioridad del uue viene por la derecha es absoluta,y sólo se pierde ante:
a) La señalización específica en contrario;
b) Los vehículos ferroviarios;
C) Los vehículos del servicio público de urgencia, en cumplimiento de su
misión;
d) Los vehículos aue circulan por una semiautopista. Antes de ingresar
o cruzarla se debe siempre detener la marcha;
e) Los peatones que cruzan lícitamente la calzada por la senda peato-
nal o en zona peligrosa señalizada como tal; debiendo el conductor
detener el vehículp si pone en peligro al peatón;
f ) Las reglas especiales para rotondas;
g) Cualquier circunstancia cuando:
7. Se desemboque desde una vía de tierra a una pavimentada;
2. Se circule al costado de vías férreas, respecto del que sale del paso
a nivel;
3. Se haya detenido la marcha o se vaya a qirar para ingresar a otra
vrlg;
4. Se conduzcan animales o vehículos de tracción a sangre.
Si se dan juntas varias excepciones, la prioridad es seaún el orden de
este ~rtículo. Para cualquier otra maniobra, goza de prioridad quien con-
serva su derecha. En las cuestas estrechas debe retroceder el que des-
ciende,salvo que éste lleve acoplado y el que asciende no."

"c~DIGoDE TRANSITOY TRANSPORTE DE UCIUDADAW~NOIWA


DE BUENOS AIRES
Derecho preferente de paso
6.7.7 Regla general.
Todo conductor está obligado en cualquier circunstancia a ceder el
paso:
a) A peatones o a personas que se trasladen en sillas de ruedas que
cruzan la calzada por la senda peatonal o en zonas destinadas a
ello.
b) A vehículos ferroviarios.
C) A vehículos de emergencia o en servicio de emergencia en cum-
plimien to de sus funciones específicas.
d) Cuando lo indique el agente de tránsito.
6.7.2 Otras prioridades de paso.
Sin perjuicio de lo establecido en el artículo 6.7.7, los conducto-
res deben ceder el paso:
a) En encrucijadas sin semáforo de arterias de distinta jerarquía, a
los vehículos uue circulan por la arteria de más importancia, siendo
el orden de prevalencia el siguiente: avenida, calle, pasaje.
b) En encrucijadas sin semáforo de arterias de igual jerarquía, a
aauellos que cruzan desde su derecha,excepto:
- Señalización específica en contrario.
- Se circule por el costado de vías férreas, respecto del que sale
del paso a nivel.
- La regla especial para rotondas.
- Si el que cruza desde la derecha detuvo sumarcha.
- Si el que viene desde la derecha no desea cruzar, sino girar
para ingresar a la arteria.
- Si se dan juntas varias excepciones, la prioridad es según el
orden de este inciso.
C) A los vehículos que desean incorporarse a la circulación desde el
lugar donde estaban estacionados o detenidos sobre la misma arte-
ria, o desde un garaje, playa de estacionamiento o estación de ser-
vicio, sólo si el transito se encuentra interrumpido por cualquier
razón.

6.7.3 Intersecciones.
Los vehículos no deben ingresar a una intersección o cruce pea-
tonal, aún teniendo prioridad de paso, si el caudal del tránsito en la
arteria por la que circula puede detenerlo e impedir u obstruir la cir-
culación transversal de los demás vehículos."

Como puede apreciarse por su lectura, las reglas d e las distintas


normas son similares, aunque la redacción n o es exactamente igual,
lo que puede dar lugar a diferentes soluciones, según la jurisdicción
donde haya ocurrido el accidente.
Así, por ejemplo, en el fallo "BARRIOS, OSCAR ALBERTO y otros
cl COMAN, PEDRO FERNANDO y otros s l D A ~ Q YSPERJUICIOS" 15,
donde se analiza si corresponde aplicar al caso la ley nacional de trán-
sito o la por entonces ley provincial bonaerense. Sus principios son
aplicables para aquellas provincias que aún n o adhirieron a la ley
nacional de Tránsito o en lo casos producidos antes de la adhesión.
Tengase en cuenta que la Cámara Nacional en lo Civil, por aplicación
del art. 1 18 d e la ley 17.418 (domicilio de la aseguradora citada en
garantía) resulta competente en muchos casos donde el lugar del
hecho fue en una provincia con u n regimen de tránsito local.
En el referido caso, el Tribunal, aplicando la legislación vigente a la

15 Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, Sala G, 14/05/07.


epoca del hecho, destacó que 'tomo el accidente tuvo lugar en la
provincia de Buenos Aires, la ley aplicable no es la nacional24.449, sino
la local 7 7.430. Y esta última establece en su art. 57, inc. h, que la priori-
dad de paso se pierde cuando se ingresa a una vía pública transversal,
que es precisamente la maniobra que había efectuado el ciclomotor al
introducirse en la calle Martinto. Vale decir que los actores no contaban
con la prioridad de paso que les asigna la sentencia. ):por otra parte, la
mencionada calle Martinto era de mayor circulación que Caxaraville por
donde ellos se desplazaban, según lo comprobado por el perito inge-
niero mecánico a fs.. ." (la negrita es nuestra)

IINFRACCIQN RELAClQNADA CON LA CAUSA DEL ACCIDENTE:

La Ley Nacional d e Tránsito y las eventuales regulaciones locales


contienen un listado d e las infracciones o faltas d e transito (violación
d e velocidades máximas, no respetar la prioridad de paso, conducir
en estado d e ebriedad, etc.) Si la infracción (vgr.conducir ebrio) está
relacionada con el accidente, constituye una presunción iuris tantum
en contra del infractor.

Pero, repetimos y destacamos, solo si la infracción tiene relación


d e causalidad con el accidente. Por ejemplo, si el demandado, que
conducía en estado d e ebriedad, logra demostrar, pericia1 mecánica
mediante, que la victima se"tiró"debajo del auto y que por las carac-
terísticas del hecho, ningún conductor, por más que estuviera en per-
fecto dominio del rodado, podía evitar la colisión, estará demostran-
do, justamente, que la ebriedad (y, por ende, la infracción) no tiene
relación de causalidad con el accidente.

Así, ha dicho la jurisprudencia:

"'Nhora bien: el art. 40 de la ley 24.449 establece que para poder cir-
cular con automotor es indispensable que su conductor esté habilitado
para conducir ese tipo de vehículoy que lleve consigo la licencia corres-
pondiente.

No obstante tratarse de una infracción a las normas reglamentarias


del tránsito, sin perjuicio de las sanciones administrativasque pudieren
corresponderle, ello no implica responsabilidad civil alguna si ese hecho
no reviste influencia causal relevante en la producción del hecho, ni ha
mediado culpa conforme a las normas del derecho común (con. esta
Sala, "LORENZO, Stella Maris y otros c/ ALBER?ll Fernando y otros S/
daños y perjuicios~del76 de agosto de 2007)." l6 (la negrita es nuestra)

.la falta de casco, cuyo uso es obligatorio a tenor de lo dispuesto


'l..

por el art. 40, inc.j) de la ley 24.449, no opera como eximente de respon-
sabilidad, pues carece de incidencia en la causación del accidente; en
cambio, sí habrá de ser ponderada al evaluar los montos indemnizato-
rios, en el caso de que su carencia haya contribuido causalmente en la
producción o agravamiento de los daños por los que se reclama."" (la
negrita es nuestra)

* "La falta de licencia para conducir por parte del motociclista vícti-
ma de un accidente de tránsito no configura una circunstancia que per-
mita considerarlo culpable del accidente en alguna medida, salvo que el
incumplimiento de ese recaudo fuera la causa determinante del hechoff
l8 (la negrita es nuestra)

* "...aunque el accionantese vea favorecidopor la existenciade la pre-


sunción de responsabilidad como la consagradapor el art. 11 13, segundo
párrafo del Código Civil,si bien los hechos presumidos quedan al margen
del objeto de la prueba, no ocurre lo mismo con los hechos que configuran
la base de la presunción, los que deben probarse si no han sldo admitidos
(Conf: Palacio, Lino, "Derecho Procesal Civi1:'Tomo IK pág. 343).

Las presunciones de responsabilidad creadas por la ley tienden a


favorecer a las víctimas, relevándolas de la prueba de la culpa, pero ello
no implica que concurra idgntica dispensa en cuanto a la acreditación
de los hechos que le dan nacimiento. " l g (la negrita es nuestra)

16 "Buszko, Fabián J. y otro v. Da16 Roger J. y otrosíCámara Nacional de Apelaciones en lo


Civil, sala O, (18/11/08). Citar Lexis No 70051564 .
17 ídem nota anterior.
18 "Toconás,Serapioy otro c.AlbertiniAlonso, Esteban Héctory otroíCámara Nacional de
Apelaciones en lo Civil, sala G, (30/05/07).E 0 224,323
7 9 "Viegas, Oscar A. v. Arévalo, Andrés M. y otro: Cámara Nacional de Apelaciones en lo
Civil, sala G, (O 7/06/09).CitarLexis No 70053469.
* "Para saber cuando un hecho acontece regularmente,se debe efec-
tuar un juicio en abstracto, una prognosis, o prognosis póstuma, pres-
cindiendo de lo efectivamente sucedido y atendiendo a lo que usual-
mente ocurre y al gcado de previsión que cualquier hombre razonable
podrfa haber tenido por razón de su profesión o de cualquier otra cir-
cunstancia.La función deljuez consisteprecisamente en realizar un pro-
nóstico retrospectivo de probabilidad, preguntándose si la acción que
está juzgando era por sísola apta para provocar normalmente esa con-
secuencia (Conf. Yzquierdo Tolsada,Mariano, "Responsabilidad civil con-
tractual y extra contractual^ pág. 237).

Por todo ello, mal puede afirmarse que, según el curso ordingrio y
regular de las cosas, es posible:

a) que un joven que ha sido violentamente impactado por un auto-


móvil que circulaba a excesiva velocidad,en la parte trasera de su peque-
ña moto detenida porque el semáforo estaba en rojo y haciendo la fuer-
za del choque que volara por el aire hasta caer pesadamente en la acera,
se haya retirado a su domicilio sin asistir al hospital;

b) que la moto no tenga absolutamenteningún deterioro en la parle


trasera ni el automóvil agresor en la delantera;

C)que los dos rodados, a pesar de desplazarse en la misma dirección,


tengan huellas de roces en sus respectivos laterales irquierdos; y

d) que el joven sea intervenido quirúrgicamente más de seis meses


después por la rotura del ligamento cruzado anterior de una rodilla sin
conocerse qué sucedió en ese largo período ni a partir del golpe con qué
objeto se produjo la lesión.

En síntesis, no dudo que el joven Viegas debió sufrir algún drá de su


vida un traumatismo en su rodilla izquierda, que le provocó la ruptura
del ligamento cruzado anterior, pero ello pudo haber ocurrido en cir-
cunstanciasmuy diversas:pudo haberse caído sobre la acera o en la cal-
zada, bajando o subiendo de la motito, esquiando, jugando al fútbol,
básquetbol o rugby, o simplemente, haciendo una parada rápida, com-
binada con un cambio de dirección mientras estaba corriendo, girando,
aterrizando de un salto o extendiendo demasiado la articulación de la
rodilla.

Por ello, acepto que el accionante padeció una lesión en el miembro


inferior izquierdo, pero no ha acreditado en modo alguno que ella se
haya debido al impacto provocado por un automdvil Ford Escort contra
el Scooter Piaggio, en las condiciones relatadas en la demanda; en otras
palabras, que guarde relación causal con la conducta desplegada por el
demandad^."'^ (la negrita es nuestra)

20 ídem nota anterior.


"APIWLO III
EXIMENTES DE RESPONSABILIDAD POR CULPA
Y CAUSA DEL PEATÓN.(CÓDIGO CIVIL,
LEY NACIONAL DE TRANSITO)

8. INTRODUCCION.
La culpa o hecho exclusivo de la victima produce la ruptura del
nexo de causalidad y es una eximente de responsabilidad común a
todos los casos de responsabilidad civil. Está expresamente mencio-
nada en el art. 11 13 del Código Civil y es aplicable, por supuesto, en
los casos de accidentes de tránsito.

Sin embargo, cuando la victima es un peatón, juegan a su favor


una serie de presunciones.

Volvamos a una norma ya vista:


"ARTICULO ó4 ley24.449. - PRESUNCIONES.Se considera accidente
de tránsito todo hecho que produzca daño en personas o cosas como
consecuencia de la circulación.
Se presume responsable de un accidente al que carecía de prioridad
de paso o cometió una infracción relacionada con la causa del mismo,
sin perjuicio de la responsabilidad que pueda corresponderlesa los que,
aun respetando las disposiciones, pudiendo haberlo evitado voluntaria-
mente, no lo hicieron.
Elpeotón oozo del beneficio de lo dudo Y presunciones en su favor en
tanto no incurro en qroves violaciones o los reolos del trónsito."

Dicho de otra manera, la culpa del peatón se evalúa con un


standard atenuado. Si no incurre en graves violaciones a las
reglas del tránsito, (es decir, aunque haya cometido violaciones
"no gravesMoleves) goza del beneficio de la duda y presunciones
iuris tantum en su favor. Evidentemente, se parte de la idea de
que el peatón es la parte4'débil7ensu relación con los automovi-
listas.

Ahora bien, lo anterior no equivale a decir que en nuestro país


tenga recepción leaal la teoría denominadai'del peatón distraído. De
todas maneras, es común encontrar en las demandas donde la victi-
ma es u n peatón (y muchos jueces lo tienen en cuenta a la hora de
fallar), u n argumento que podría sintetizarse de la siguiente manera:

"El peatdn distraido e incluso imprudente configura un riesgo común


inherente al tránsito y el conductor de un automóvil debe prever esta
contingencia como de probable acaecimiento, extremando su atención
a la evolución de la circulación y consen/ando el pleno dominio de su
rodado para ponerlo a cubierto de maniobras y actitudes inadecuadas
de terceros."

Esto puede servir como regla, pero lo cierto es que su aplicación


varia bastante de juzgado en juzgado y de época en época.

Como mero ejemplo, obsérvese los criterios vertidos en los


siguientes sumarios:

*"La duda o indecisión de un peatón, debe ser tenida en cuenta en


forma preponderante por todo conductor, cuando la víctima está en un
lugar peligroso. Es que la vacilación del peatón, en circunstancia de cru-
zar una calle, y hasta el volver sobre sus pasos, es comportamiento que
se da con suma frecuencia, razón por la cual, los automovilistas deben
extremar sus medidas, para evitar las posibles consecuencias."
13.7 64-CNCiv, sala H, agosto 13-996- Grossi, Alvio H. d Virgini,
VicenteA. *

* " El conductor de un rodado debe prevenir la posibilidad de que el


cambio de luces de un semáforo sorprenda a algún peatón en medio de
la calzada, por lo que debe encontrarse en condiciones de evitar embes-
tirlo, lo que no es sino una derivación de su deber de mantener el pleno
dominio del rodado y de prestar el máximo de atención en su manejo, en
tanto aquella situación se presenta con una notoria frecuencia y puede
ser calificada como una contingencia habitual del tránsito."
13.165-CNCiv, Sala H, agosto 13-996-Grossi, Alvio H. c. Virgini,
VicenteA.

* "El principio según el cual el peatón distraído o imprudente consti-


tuye una contingencia del tránsito que los conductores deben estar en
condiciones de afrontar, no es rígido ni absoluto. La cuestión debe ser
ponderada en cada caso, en función de sus particularidades, puesto que
ello no exime al peatón de proceder con mínimas precauciones, de
acuerdo con las características de la arteria que atraviesa y del tránsito
que circula por ella, así como tampoco se encuentra autorizado a des-
preocuparse de la proximidad y velocidad de los vehículos, todo lo cual
le es impuesto por la obligación genérica del cuidado (art. 512, Cód.
Civil)"
13.166-CNCiv., Sala 1, junio 27-996 Selfa, Agustin c. Riquelme,
Ricardo.

* " La observuncia de los reglamentos regulatorios del tránsito, le


corresponde al conductor como al peatón, por lo que, al haber este
intentado el cruce de la calzada de la senda peatonal, en forma impre-
vista, sorprendiendo al conductor, que circulaba a velocidad reglamen-
taria y por su mano, constituye una expresión de culpa para el peatón. Es
que, si bien debe conservarse en todo momento el dominio sobre el vehí-
culo, tal extremo no puede ser exigido al punto de responsabilidad al
conductor por la manifiestas imprudencias cometidaspor los peatones."
7 3.7 67-CNCiv,sala H, agosto 30-996, Rossi, Emilio d Lera, Roberto.

*"Cruzar a pie una autopista en condiciones de alteración psicofísica


constituye una conducta antirreglamentaria, motivo por el cual cabe
atribuir culpa exclusiva a la víctima, eximiendo de responsabilidad a los
accionados. No obstante ello, resulta conveniente analizar si esta exen-
ción de responsabilidad es total o parcial, lo que ocurriría si el conductor
del vehículo embístete hubiera incurrido en un obrar imprudente, que
permita configurar la concurrencia de culpas."
13.168-CNCiv,, sala 1, mayo 19-998- Flores Rioja, Edgar d Gonzálel)
Manuel.
*"Corresponde rechazar la demanda de daños y perjuicios promovi-
da por quien imprudentemente se lanzó a cruzar en forma antirregla-
mentaria una autopista, circunstancia que impone no solo un grave ries-
go para su vida, sing también un peligro para la integridad de los auto-
movilistas."
13.169-CNCiv, sala 1, mayo 19-998- Flores Rioja, Edgard d Gonzdlez,
Manuel.

*"La conducta incurrente de la víctima, que se largó a cruzar una ave-


nida de importancia corriendo y fuera de la senda peatonal, la hace res-
ponsable de las consecuencias del hecho dañoso, pero no al extremo de
liberar al conductor del vehículol en tanto éste circulaba a excesiva velo-
cidad, privado del pleno dominio de esa máquina peligrosa, a la par que
no logró demostrar tener expedido el paso por las señales lumínicas."
13.170-CNCiv., sala F, setiembre 9-996-Esponda, Maria E. y otros c.
Duran, Jorge M.

*'Si el peatón inició el cruce con luz verde y antes de llegar a la otra
acera cambió a amarillo, significa que el conductor del rodado empren-
dió el cruce cuando se encontraba vedado tal accionar,y mal puede ana-
lizarse si la conducta del peatón de cruzar a escasos dos metros de la
senda peatonal y retroceder ante el riesgo de ser atropelladol oportuni-
dad en que es embestido, tuvo influencia causal en el evento, con enti-
dad suficiente como para permitir la liberación del deber de indemnizar,
ya sea total o parcial, a quien conduce el automotor."
13.17 1-CMCiv, sala H, agosto 73-996-Grossi, Alvio H. c. Virigini,
VicenteA.

Siguiendo con el tema de las posturas jurisprudenciales, en


torno al tema del "peatón distraido': resulta interesante transcribir la
reseña efectuada por la Dra. Highton de Nolasco, en un fallo dictado
cuando aún se encontraba en la Cámara Nacional en lo Civil:*'

*"Si bien el peatón distraído y aún el imprudente es un riesgo


inherente al tránsito -tal como señala la sentenciante- (LL 137-
138; LL 138-373; LL 149-567; ED 68-434; ED 31/10/1980

27 "Pizarro Limache, Virgilio y otra v. Turi Wang S.R.L. y otrosí Cámara Nacional de
Apelaciones en lo Civil, sala I"; (08/08/03).Citar Lexis No700 73497.
llAccident@sde tránsito" n. 26 a 34). debe computarse en su contra
una conducta francamente arriesgada para atravesar una arteria.
Cabe señalar que el cruce d e la calle por el peatón requiere extre-
mar las precauciones. Así se ha dicho que durante mucho tiempo la
jurisprudencia (francesa) afirmó los derechos del peatón y se negó, a
menos de imprudencia caractérizada,a reconocer la culpa d e víctima.
Pero muy pronto las resoluciones que proclamaban el derecho de
pasearse libremente el peatón. que afirmaban que "la vía pública
esté abierta a la circulación de IQSpeatones" como a la de los
automovilistas, se fueron haciendo cada vez más raras. Se admitió
que el peatón, lo mismo que el automovilista, tiene la obligación d e
ser prudente, d e velar por su propia seguridad y por la d e los restan-
tes usuarios d e la vía pública; la calzada n o le pertenece; su esfera se
limita a las aceras y a los paseos (Mazeaud - Tunc, "Tratado d e
Responsabilidad': Bs. As., 1977, t. II, p. 51)." (la negrita es nuestra)

* "Es que la obligación de cumplir las normas de transito existe no


sólo para el conductor de vehículos, sino también para los peatones que
cruzan la calzada, y si ambos agentes las vulneran, a ambos deben ser-
les imputadas las consecuencias de sus actos (B.J. C. Nac. Esp. Civ.y Com.,
2O bimestre 1987, n. 75; esta sala, LL 323653, del 22/7 0/200 1).
El hecho de haber intentado el cruce de forma imprevista, corr/endo
o deteniéndose en el pavimento, constituye una presunción de culpa en
contra del transeúnte, habida cuenta que si bien el conductor debe con-
servar en todo momento d pleno domino sobre su máquina, no puede
exigfrsele que lo haga a punto de responsabilizdrseIo de las manifiestas
imprudencias cometidas por los peatones (conf C. Nac. Civ., sala E,
"Loccisano, Carlos A. v. Lodeiro, Enrique y otro; 8/10/7 999, citado por
Hernan Daray en 'Xccidentes de tránsito;200 1, p. 229, n. 19).
Tanto el automovilista como el peatón tienen la obligación de obser-
var los reglamentos regulatorios del transito a fin de evitar situaciones
peligrosas, debiendo responder por la más leve culpa en el cumplimien-
to de sus deberes. Claro está que debe medirse el proceder del conductor
del rodado desde una óptica obligacional más exigente, por conducir
una cosa peligrosa, acorde con lo preceptuado por el art. 902 del CCiv.
(conf C. Nac. Civ., sala K, "Nieves Blanco, María E. v. Neira, Ángel H.;
16/9/7998,citado por Hernán Daray en ob. cit., p. 245, n. 45)." (la negrita
es nuestra)
* "En consecuencia, ambas conductas resultan conducentes al resu/-
tado, la de la menor por haber cruzado una avenida de doble sentido de
circulación por un lugar no habilitado para ello y sin prestar la debida
atención y diligencia que esa acción requería y la del conductor del
microporno haberlogrado evitar embestir/a."(la negrita es nuestra)

Para concluir, resulta ilustrativo ver como un mismo caso puede


dar lugar a dos interpretaciones antagónicas, producto d e las dife-
rencias entre sendas concepciones en torno a la diligencia debida
por el peatón:

Se trata del fallo d e autos "dllvoycich Degni' Carlos d Transportes


Sargento Cabra1S.C. Línea 102y otros s/daños y perjuicios" 22

El actor promueve demanda por daños y perjuicios que -según


dice- le fueron ocasionados con motivo del accidente que se produ-
jera cuando estaba cruzando la intersección d e las Avdas. Pueyrredón
y Las Heras, ciudad d e Buenos Aires.
La sentencia hizo lugar parcialmente a la demanda y condenó a la
demandada a pagar al accionante la suma d e diez mil pesos y las cos-
tas del juicio.

En la Alzada, para la vocal preopinante, Dra. Marta del Rosario


Mattera,'ho obstante haberse demostrado que la víctima se dio a cruzar
la calle cuando el semáforo se lo vedaba, creo que, por otro lado, debe
considerarse que la exclusividad de paso que otorga la luz verde en
modo alguno le concede al conductor un "bill de inmunidad/ toda vez
que no lo autoriza a prescindir de las razonables medidas de prudencia
y menos aún /o exime de su obligaci6n de vigilanciay pleno dominio
sobre el automotor a su mando; ello as6 en pos de salvar las contingen-
cias que el tránsito le pudiera presentar en el trayecto; aquí -en definiti-
va- no ocurrió, máxime sise tiene en cuenta que -según declaró el propio
chofer a fs. 86 de los presentes- había advertido la presencia de la vícti-
ma en el lugar y no obstante ello no tomó medida alguna para prevenir
la embestida.
Quiere decir, en consecuencia, que aun cuando la causa inicial del

22 Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, sala J, (25/04/07).Exp te: 17.783/01


evento fue la actitud desaprensiva del peatón, por darse al cruce cuando
el semáforo regulador del tránsito se lo vedaba, lo cierto es que el
demandado contribuyó en el proceso de causación al no haber adopta-
do una mayor cautela en su conducción deteniendo la marcha en lugar
de proceder como lo hizo, ya que venía a velocidad moderada y no adujo
en momento alguno la imposibilidad de hacerlo en las circunstancias
del tránsito imperante entonces.
Participo de quien camina por lugares no habilitados o en circuns-
tancias no permitidas -como se da en este caso- pone en marcha contra
sí mismo una posibilidad de real peligro, pero también coincido en sos-
tener que tal situación no excusa al conductor de la cosa riesgosa, único
responsable de su dominio aun en las adversidadesen que lo sorprenda
elmovimiento urbano."(la negrita es nuestra)

Por ende, la magistrada entendió ['que en elcaso ha existido concu-


rrencia de culpas entre la vfctimay demandada, pues ambas han hecho
un aporte para la producción del resultado; aunque considero que el
porcentaje asignado debe distribuirseen setentapor cientopara el actor
y en el treinta restante para el demandado en virtud de ser el primero
quien con su indebida conducta vial operó como desencadenante del
suceso agravada por la falta de atención puesta de manifiesto en la
emergencia, en tanto el segundo se vio llevado a golpearle con su colec-
tivo en función de una malhadada maniobra que pudo haber sido evi-
tada de haber conducido con la precaución y cuidado que es esperable
en un profesional de la conducción de automotores." (la negrita es
nuestra)

En cambio, la segunda camarista en votar, Dra. Zulema Wilde, dis-


crepó con este criterio, por considerar que no resulta apropiado
admitir, "lajurisprudencia que alude a que" el peatón distraído constitu-
ye un riesgo común del transito automotor ípues resulta indudable la
necesidad de que cada uno asuma su propia responsabilidadpor la con-
ducta que realiza. Además esta corrientejurisprudencia1 no ayuda a que
los peatones asuman la connotación que poseemos todos los seres
humanos: la fragilidad de nuestro ser ;y las penosas consecuencias que
pueden derivarse de su transitar antirreglamentario, impidiendo de ese
modo el cumplimiento de uno de los objetivos de la ley: el de educar."(la
negrita es nuestra)
Esta magistrada señaló que "la senda peatonal o de seguridad, se
encuentre o no demarcada, es la parte de la calzada que resulta de la
prolongacidn ideal de las aceras correspondientesa la arteria que inter-
cepta aquella en la que éIpeatdn va a cruzar. De modo que las líneas
que la delimitan son perpendiculares a la segunda de las nombradas;
dicha senda esta reservada para el uso reglamentado de los peatones,
quienes sólo deben transitar por las aceras, no pudiendo detenerse en la
calzada y fuera de los casos expresamenteprevistos en el reglamento de
tránsito, por lo que les está prohibido utilizarlas fuera de ese espacio y
condicionada a las luces si estas las rigen, presumiéndose la culpabili-
dad del transeúnte en los accidentes que se produzcan por infracción a
ésta regla." (la negrita es nuestra)

Asimismo, "la realización y/o repetición de conductasprohibidas por


la ley,como es cruzar en tiempo no adecuado fuera de la senda peatonal
ni siquiera dentro de ella, no le resta responsabilidad a quien lo hace, y
tampoco esa imprudencia, desidia y/o indiferencia con el incumplimien-
to de las normas puede ser motivo de imputación para otro ser humano,
más cuando quien lo hace arriesga su vida o al menos su integridad físi-
ca." (la negrita es nuestra)

Por último, "ii la única actitud culpable que puede serle imputada al
demandado es la de no conducir con atención, cuidado y dominio nece-
sario para advertir la presencia del actor y evitarlo, deberiamos concluir
que nunca el conductor de un automotor debería a ser eximido de res-
ponsabilidad por el hecho de manejar una cosa riesgosu." (la negrita es
nuestra)

En síntesis, "el actor cruzó fuera de la senda peatonal y cuando el


semáforo habilitaba a los vehículosen el sentido que circulaban. Por otra
parte, al ser fuera de la senda peatonal donde ocurrió el accidente ,el
movimiento del automotor no estaba limitado, porque es una zona deli-
mitada exclusivamentepara su desplazamiento y no era razonable supo-
ner que alguien se iba a interponer en su marcha."(la negrita es nuestra)

El tercer vocal compartió este criterio, por lo que, en definitiva, se


rechazó la demanda.
CAPITULO IV
LA INSCRIPCIÓNDE LA DENUNCIA DE VENTA
COMO EXIMENTE DE RESPONSABILIDAD

9. LA DENUNCIA DE VENTA.

Comencemos por un aspecto básico en este tema.

Como sabemos, por aplicación del art. 1 113 del CCivil,el dueño del
automotor resulta legitimado pasivo en casos de accidentes de tran-
sito.

En materia de automotores, es clave el régimen del Decreto-Ley


No6582158, (REGIMEN JURlDlCO DEL AUTOMOTOR), cuyo art. 1 dis- O

pone que "La transmisión del dominio de los automotores deberá for-
malizarse por instrumento público o privado y sólo producirti efectos
entre las partes y con relación a terceros desde la fecha de su inscripción
en el Registro Nacional de la Propiedad del Automotor.'' 23

De ello se sigue que la inscripción en el Registro tiene efecto


constitutivo de derecho: Antes de la inscripción no hay transferen-
cia de dominio o, dicho de otra manera, hasta la inscripción, el trans-
mitente del rodado sigue siendo su dueño, sin importar que se haya
realizado el contrato de compraventa, entregado el vehiculo, la cedu-
la verde y10 firmado el "formulario 08" del Registro de la Propiedad
Automotor.

23 También tratamos este tema supra, en el punto 6.


Lo anterior puede generar problemas en los (numerosos) casos en
los que el titular registral vende el rodado, desprendiéndose d e la
guarda material del vehiculo, y, antes d e efectuarse la inscripción d e
la transferencia d e plominio, el adquirente o un tercero produce un
accidente con el automotor.
El titular registral, para eximirse d e responsabilidad, deberá
demostrar culpa o hecho d e la víctima, caso fortuito o culpa o hecho
d e un tercero por el que no deba responder. Esta última causal d e
exoneración genera un interrogante:

¿El adquirente del vehiculo puede ser considerado tercero por


el que no deba responder el titular registral?
En ese sentido, recordemos que el art. 11 13 establece que "Si la
cosa hubiese sido usada contra la voluntad expresa o presunta del
dueño o guardián, no será responsable."

Es claro que si alguien roba o hurta el rodado y luego comete un


accidente d e tránsito, estaba usando la cosa contra la voluntad de su
dueño. El ladrón es un tercero por quien no debe responder el dueño
(ni el guardián) d e la cosa. Pero en supuestos d e venta (o donación)
d e rodados, donde el dueño entregó voluntariamente el vehiculo al
adquirente, ¿puede decirse que este último es "un tercero por quien
no se debe responder?

Para tratar de resolver este problema se implementó el siste-


ma de la llamada "denuncia de venta? establecida por el art. 27 del
decreto ley 6582158:

%ARTICULO 27.- Hasta tanto se inscriba la transferencia el transmi-


tente será civilmente responsable por los daños y perjuicios que se pro-
duzcan con el automotor, en su carácter de dueño de la cosa. No obs-
tante, si con anterioridad al hecho que motive su responsabilidad, el
transmitente hubiere comunicado al Registro que hizo tradición del
automotor, se reputará que el adquirente o quienes de este último
hubiesen recibido el uso, la tenencia o la posesión de aquel, revisten con
relación al transmitente el carácter de terceros por quienes el no debe
responder,y que el automotor fue usado en contra de su voluntad, La
comunicación prevista en este artículo, operard la revocación de la
autoriza~i&npara circular con el automotor, si el titular la hubiese otor-
p d o , una vez transcurrido el término fijado en el artlculo 15 sin que la
inscripción se hubiere peticionado, e importartí su pedido de secuestro,
si en un plazo de TREINTA (30) días el adquirente no iniciare su tramita-
ción.
El Registro notificará esa cir~unstanciaal adquirente, si su domicilio
fuere conocido. Una vez transcurrido el plazo mencionado o si el domici-
lio resultase desconocido, dispondrá la prohibición de circular y el
secuestro del automotor.
El automotor secuestrado quedará bajo depósito, en custodia del
organismo de Aplicación, quien lo entregará al adquirente cuando acre-
dite haber realizado la inscripción y previo pago del arancel de rehabili-
tación para circulary de los gastos de estadía que hubiere ocasionado.
Una vez efectuada la comunicación, el transmitente no podrá hacer
uso del automotor, aunque le fuese entregado o lo recuperase por cual-
quier título o modo sin antes notificar esa circunstancia al Registro. La
violación de esa norma será sancionada con la pena prevista en el artí-
culo.
Además los registros seccionales del lugar de radicación del vehículo
notificarán a las distintas reparticiones oficiales provinciales y/o munici-
pales la denuncia de la tradición del automotor, a fin de que procedan a
la sustitución del sujeto obligado al tributo (patente, impuestos, multas,
etcétera) desde la fecha de la denuncia, desligando a partir de la misma
al titular trasmiten te."

La interpretación d e este artículo generó un gran debate doctri-


nario y jurisprudencial, que aún continúa:

a) Interpretación restrictiva
Por un lado, la Cámara Nacional en lo Civil, en el plenario "Morris
de Sotham, Nora v. Besuzzo, Osvaldo P. y otra", 24 actualmente
vigente para ese fuero, dispuso que "La doctrina establecida en el
fallo plenario dictado el 7 8/8/80 en la causa "Morrazo, Norbertoy otro v.
Villarreal,lsaacy otros" con arreglo a la cual "no subsiste de responsabi-
lidad de quien figura en el Registro Nacional de la Propiedad Automotor
como titular del vehículo causante del daño, cuando lo hubiera enaje-
nado y entregado al comprador con anterioridad a la fecha del siniestro,
si esta circunstancia resulta debidamente comprobada en el proceso~no
mantiene su vigencia luego de la sanción de la ley 22977, modificatoria
del decreto ley 6582i.58, ratificado por ley 74467.)"

Dicho de manera más clara: El plenario "Morrazo" sostenía que si


el titular del vehículo causante del daño acreditaba que había enaje-
nado y entregado el rodado al adquirente con anterioridad a la fecha
del siniestro se eximía de responsabilidad, por entender que la entre-
ga del vehiculo implicaba desprendimiento de la guarda del mismo
por parte del titular registral, por lo que el adquirente y aquellos a
quienes este hubiera otorgado el uso del rodado eran terceros ajenos
al titular registral.

El plenario "Morris de Sotham" estableció que la doctrina legal


deUMorrazo"había perdido vigencia, luego de que la ley 22977, modi-
ficatoria del decreto ley 6582158, estableciera el sistema del'denuncia
de ventanque comenzamos a tratar más arriba.

En "Morris de Sothamí el voto de la mayoría señala, entre otros


puntos, que la ley 22977, además de instituir la "denuncia de venta;
'Ylenael vaclo aistente (arts. 7 4, 7 5 y 7 6 decreto ley 6582/58) poniendo en
cabeza de ambos contratantes la posibilidad de peticionar la inscripción
de la transferencia, aunuue de hacerlo el adquirente su obliclación debe-
r& cumplirla en el plazo de diez días, bajo apercibimiento de revocación
de la autorización para circular, la que podrá ser pedida por el transmi-
tente (nuevo texto, art. 75)." (la negrita y el subrayado es nuestro)

El voto mayoritario entiende que, al cambiar la ley "los efectos del


plenario no pueden extenderse en el tiempo, sobre todo cuando, como
en el supuesto de la convocatoria, la nueva norma contiene texto expre-
so que difiere delanterior." (la negrita es nuestra)

Vale decir, para la mayoria, la doctrina que surge del plenario


"Morrazo" y el nuevo texto del decreto ley 6582158, modificado por la
ley 22977 son incompatibles.

Por lo tanto, la inscripción de la denuncia de venta es el único


eximente de responsabilidad para el dueño, respecto de la con-
ducta del adquirente y aquellos a quienes este hubiera otorgado el
uso del rodado.

b) Interpretación amplia
En el mismo plenario " ~ o r r i sde Sotharn" algunos camaristas
entendieron que el sistema de "denuncia de venta" podía compati-
bilizarse con otros medios de acreditar exoneración de responsabili-
dad para el dueño, respecto de la conducta del adquirente y aquellos
a quienes este hubiera otorgado el uso del rodado.

Así, por ejemplo, el Dr. Bossert 25 expresó que

"La doctrina establecida en el plenario "Morrazo" no ha perdido


vigencia pues no se contrapone con el texto de la ley 22977 sino que, a
través de una interpretación adecuada y teniendo en cuenta los motivos
que inspiraron el dictado del citado fallo plenario, es posible conciliar
ambos textos, integrando lo que de ellos surge.
El plenario mencionado fue dictado ante la pa~ticularrealidad que se
presenta en caso de venta de automotores en lo atinente a la responsa-
bilidad del propietario, en razdn de la presuncidn de causalidad por el
riesgo de la cosa (art. 1 7 73 CC.), categoría que alcanza, segun lo acepta
de manera uniforme la doctrina, a los vehículos en movimiento. Si bien el
art. 7 7 73 establece la responsabilidad del dueño o guardián, por la par-
ticularidad que presenta el supuesto del propietario que se ha despren-
dido definitivamentede la guarda del vehículo a través de su enajena-
ción, aunque no se haya efectuado la transmisión registral, el plenario
"Morrazo"señaló que no subsiste la responsabilidad del titular registral
si la enajenación y entrega al comprador con anterioridad a la fecha del
siniestro resulta debidamente comprobada en el proceso.
Es decir, dicho fallo plenario abre al criterio deljuez una amplia posi-
bilidad de analimr, conforme a las circunstancias fácticas, si está debi-
damente acreditado ese total desdoblamiento de las calidades de pro-
pietario -por titularidad registral- y guardián del vehículo.
Se busca evitar así la consecuencia disvaliosa de que el titular regis-

25 Nos permitimos reproducir íntegramente su voto porque sus argumentos serán com-
partidos expresa o implícitamente, años más tarde, en múltiples fallos.
tral, por inactividad del comprador en la gestión administrativa de
transmisión de la titularidad, deba cargar con las consecuencias de los
accidentes que el riesgo del vehiculo pudiese ocasionar con posteriori-
dad a su ventay envega al comprador.
Y es, justamente, este mismo propósito el que guia a la ley 22977,
cuando pone al alcance del vendedor un modo de obtener formal e
indubitablemente la liberación de su responsabilidad tras la venta del
vehículo, si en determinado plazo el comprador no concretara las ges-
tiones tendientes a la transferencia de la titularidad registral.
O decir,la ley crea un sistema especifico, que queda abarcado enton-
ces dentro de la previsión genérica del plenario "Morrazo: a través del
cual el titular registral quedara desobligado de responsabilidad sin que
ello quede sujeto a la producción y análisis de elementos probatorios y
circunstancias fúcticas. Adoptando el vendedor el camino especifica-
mente señalado por la ley 22977, la eximición de su responsabilidad no
queda sujeta a un análisis de mérito por parte deljuez, sino que opera en
razón de la previsión legal y con independencia del aporte de pruebas
sobre circunstancias facticas.
Pero ello no implica que el propietario que no adopta el procedi-
miento especifico que le ofrece la ley22977no puede probar ante eljuez,
conforme a la previsión genérica del plenario, que antes del siniestro
había enajenado el vehículo y se había desprendido de su guarda.
Cabe agregar que esta interpretacidn proteje al vendedor que actda
de buena fe, se desprende de la guarda del vehiculo, al punto que pueda
acreditarlo ante un juez, y no adopta el procedimiento de la ley 22977,
no por desidia, sino como en tantos supuestos ocurre, por desconoci-
miento de esta previsión legal específica." (la negrita es nuestra)

Como puede apreciarse, uno de los argumentos del Dr. Bossert es


el siguiente: Es justo que el dueño responda, en tanto y en cuanto
sisa siendo guardián de la cosa. Si perdió esa calidad, no es justo
que responda.
El sistema de denuncia de venta sigue esa línea: si comunica al
Registro que hizo tradición del automotor, la ley considera, iure et
de iure, que el adquirente o quienes de este último hubiesen recibi-
do el uso, la tenencia o la posesión del rodado son terceros por quie-
nes el titular registral no debe responder, y que el automotor fue
usado en contra de su voluntad.
Entonces, si puede demostrar por otro medio que hizo tradición
del automotor, también debe eximirse de responsabilidad.

Esta es la actual posición de la Corte Suprema de Justicia de la


Nación, postura que es seguida por numerosos tribunales del
país.
La Corte, en los ya mencionados autos "Camargo,Martinay otros c/
San Luis, Provincia de y otra S/ daños y perjuicios" sentó las siguientes
bases:

*"Que como lo ha dicho el Tribunal en la causa S.637.XXVl.'5eoane,


Jorge Omar c/ Entre Ríos, Provincia de y otro S/ daños y perjuicios" (sen-
tencia del 7 9 de mayo de 7997),el Art. 27 de la ley 22.977 establece que
hasta tanto se inscriba la transferencia, el trasmitente será civilmente
responsable por los daños y perjuicios que se produzcan con el automo-
tor, en SU carácter de dueño de la cosa. Dispone también que si, con ante-
rioridad al hecho que motiva su responsabilidad, el titular de dominio ha
efectuado un te el registro la denuncia de haber hecho tradición del vehí-
culo "se reputará que el adquirente o quienes de este último hubiesen
recibido el uso, la tenencia o la posesión de aquél, revisten con relación
al trasmitente el carácter de terceros por quienes él no debe responder y
que el automotor fue usado en contra de su vo1untad:l-
La norma mencionada creó en favor del titular registra1 un expediti-
vo procedimiento para exonerar su responsabilidad -que consiste en
efectuar unilateralmente la denuncia de que ha hecho tradición del
vehículo al adquirente- con el propósito de conferirle protección legal
frente a la desidia o negligencia del comprador que omite registrar la
transferencia.-
4") Que la eficacia legal de tal medio de prueba se dirige, esencial-
mente, a relevar a quien el registro indica como propietario, de la necesi-
dad de demostrar que ha perdido la disponibilidad material del auto-
motor con motivo de su venta, al haberlo entregado a terceros 'por quie-
nes él no debe responder:lComoconsecuenciade ello, la ley presume que
el vehículo fue usado contra su voluntad.-
Los efectos que dicha norma atribuye a la denuncia no excluyen, sin
embargo, la posibilidad de acreditar enjuicio de manera fehaciente que
el titular registral ha perdido la guarda del vehiculo con anterioridad al
suceso que genera su responsabilidady permiten -por ende- que se eva-
lúe en la causa si subsiste la responsabilidad que le atribuye la primera
parte del art. 27 de la ley 22.977.-
5") Que la conclusión antecedente se sustenta en una interpretación
de la ley que atiende al propósito que la inspira y -a la vez- preserva y
asegura su finalidad (Fallos: 3 7 0: 7 49, 203, 267; 3 7 7: 7 93, 40 7, entre
muchos otros), que es proteger al vendedor frente a la omisión negligen-
te del comprador en efectuar la transferencia de dominio. En tal sentido
debe destacarse que, si la ley exonera de responsabilidad a quien efectúa
una denuncia unilateral de venta -cuya sinceridad no es objeto de com-
probación- no cabe privar del mismo efecto a quien demuestra efectivu-
mente que se encuentra en idéntica situación, es decir que no dispone
del vehkulo por haberlo enajenadoy hallarse el automotor en poder del
adquirente o de terceros que de éste hubiesen recibido el uso, tenencia o
posesión. Esa solución se corrobora si se advierte que la ley no establece
una presunción iuris et de iure de que el propietario que no denunció
haber vendido y entregado el automotor, conserva su guarda (art.26 del
decreto-ley 6582/58),por lo que configuraría un exceso ritual privar al
titular registra1 de la posibilidad -jurídicamente relevante- de demostrar
si concurre tal extremo.-
6") Que en el caso, la documentación acompañada por la provincia
para acreditar su aserto resulta insuficiente. En efecto, la prueba obran-
te a fs. 339/354 vinculada con la subasta de un lote de vehículos de pro-
piedad del gobierno provincial se limita a un acta en la cual la escribana
de gobierno interina, Elena B. Rodrjguez de Fernández, da cuenta de que
el 6 de mayo de 7 989 se efectuó la venta, entre otros, del rodado en cues-
tión sin indicación del comprador. Asísurge del acta aclaratoria obrante
a fs. 354, donde se precisa el número de dominio. Por lo demás, no hay
constancias que acrediten mínimamente que el gobierno de San Luis
haya dado cumplimiento a la obligación que se autoimpuso en el art. 6"
del decreto 545/89 y -lo que es más importante- en qué oportunidad se
desprendió de la guarda del vehículo, circunstancia ésta debidamente
valorada en el precedente citado. Amparar esa negligencia probatoria,
aun menos explicable en el caso de un Estado provincial que por tal
rango institucional debería contar con los pertinentes antecedentes
administrativos, importaría la desvirtuación irrazonable de los propósi-
tos del art. 27 de la ley 22.977.-

Cabe señalar, por último, que mediante la constancia de fs. 4 7 vta. del
expedientepenal agregado por cuerda que al 22 de mayo de 7990, esto
es con posterioridad al accidente y un año después de la recordada
subasta, la parte actora ha acreditado que el rodado continuaba ins-
cripto a nombre de la legislatura de la provincia."(la negrita es nuestra)

Es decir que, para la Corte Suprema de la Nación, la denuncia


de venta es solo un medio más a favor del dueño, para poder
demostrar de manera fehaciente que este ha perdido la guarda
del vehículo con anterioridad al suceso que genera su responsa-
bilidad. Es,decir, n o excluye otros medios probatorios.

Similar postura a la de la Corte Suprema de la Nación es la que


tiene la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires en
autos "Oliva, Enrique contra Fahler, Oscar Alberto. Daños y perjui-
cios". 26

En e! mismo, expresa en su voto el Dr. Pettigiani:

"que en oportunidad de adherir al voto del doctor Hitters en la


causa Ac. 55.338 sent. del 29 IV 1997, sostuve que en m i concepto
el art. 27 del dec. ley 658211958 (t.0.) consagra como presunción
iuris tantum la falta de responsabilidad de quien cumplimenta la
denuncia allí viabilizada, en tanto la omisión de realizarla permi-
t e presumir con el mismo alcance la responsabilidad de quien ha
incurrido en ella, siemipre uue n o pruebe acabadamente el des-
prendimiento d e la posesión y custodia del vehículo, es decir que
su animus domini existió en la realidad de los hechos.

A la propia convicción sobre el acierto de este criterio se suma la


interpretaciónque respecto de la citada norma ha realizado en sentido
concordante el Máximo Tribunal federal en la causa "Camargo dSan
Luis" (sent. del 2 7 V 2002).
Entiendo que en la especie medió dicha prueba (ver fs. 4041, ya que
como se señala en elfallo quedó acreditado que la concesionarialo reci-
bió el 3 1de mayo de 1992, y que el día 14 dejulio del mismo año la uni-
dadfue vendida alseñor /talo Argentino Fahler, ocurriendoelsiniestroel

26 Sentencia del 16 de febrero de 2005. Fuente: www.scba.gov.ar .


día 26 de julio del citado año, conducido en la ocasión por el hijo del
nuevo comprador, cuando no se encontraba el vehículo en posesión del
codemandado Belisario, respecto de quien la referida conducta dañosa
constituye la "culpa: (entendida como intervención vinculada con el per-
juicio mediante nexo de causalidad adecuada) de un tercero por quien
no debe responder, conforme el art. 1 1 13, segunda parte in fine del
Código Civil." (la negrita y el subrayado es nuestro)

Como vemos, el Dr. Pettigiani recordó el voto de otro ministro de la


Corte bonaerense, el Dr. Hitters. En el fallo que estamos reseñando,
Hitters reitera esos conceptos.As&por ejemplo, sostiene que'+/ art. 27 de
la ley 22.977, sancionada el 16 de noviembre de 1983,no ha cambiado el
sistema de responsabilidad civil instaurado por la ley 7 7.71 1, que por
ende permanece enhiesto, siendo aplicable sin mengua la segunda
parte del art. 1 1 13 del aludido cuerpo normativo.
Parkceme claro que de la interpretación armónicay funcional de las
dos normas citadas debe inferirse sin embages, que el titular de dominio
de un automotor, responde civilmente hasta que haqa la transferencia
(de conformidad como indica el nombrado arf. 27), "salvo que conforme
al arf. 1113 upart. 2do. del Código Civil demuestre que el evento duñoso
se ha originado sin su culpa, o por la cu!pa de la víctima" o, según los
casos, "de un tercero" por ejemplo del comprador que todavía no es titu-
lar de dominio por el que no debe responder, por haberle transferido la
ouarda del móvil (causa Ac. 55.402, sent. del 28 11 7 995).En estas hipóte-
sis es el titular dominial quien tiene la carua de probar (art. 375, C.P.C.C.)
que se desvinculó de la cosa causante del daño, como ha señalado esta
Corte, en reiteradas oportunidades ("Acuerdos y Sentencias': 1990 111
624; 199 1 11 830; causas Ac. 48.502 del 15 X 1 991; Ac. 50.839 del 1 XII
1992)." (la negrita y el subrayado es nuestro)

En definitiva, reiteramos, para esta postura, la denuncia de venta


es solo un medio más con que cuenta el dueño del rodado para exi-
mirse de responsabilidad.

Esta posición de la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de


Buenos Aires es seguida por varios tribunales departamentales
bonaerenses.
Veamos unos ejemplos:
CASO i: Con o sin denuncia de venta, igual se puede eximir
En un juicio de daños y perjuicios derivados de un accidente de
tránsito, la Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial de Morón
aplicó la actual doctrina de la Suprema Corte bonaerense y decidió
que el titular registra1 del rodado no solo se exime de responsabili-
dad con la inscripción de la denuncia de venta, sino también si acre-
dita fehacientemente haber perdido la guarda del mismo antes de
que acaeciera el hecho dañoso.
Así lo dispuso la Sala Segunda, en autos " FERRARO, VlVlANAWIRI-
w
NA BREPE, JOSE Y OTROSS/ DS. YPsn 27
La actora promovió demanda de daños y perjuicios por el hecho
producido el 4 de octubre de 1999 donde el automóvil Renault Clio
de su propiedad -en ocasión que era conducido por su hermano- fue
embestido en su parte trasera por un Renault 12, impulsando este
impacto al rodado de la actora a colisionar con su frente a un Fiat
Uno.
Entabló la demanda contra José David Brepe, Jorge José Olivera,
Carlos Alberto Aristigui y contra quien resulte propietario detenta-
dor, poseedor, usuario, usufructuario y10 persona civilmente respon-
sable y/o tenga algún derecho sobre los vehículos Renault 12 TL, y
Fiat Uno.
Posteriormente, la accionante amplió la demanda contra Delia
Nilda Ramirez -en su carácter de propietaria del mencionado Fiat
Uno- y contra José Antonio Vaidel -en su carácter de propietario
del Renault 12.
El último de los mencionados opuso excepción de falta de Ilegi-
timación pasiva manifestando que vendió el Renault 12 el 1 de
diciembre de 1998 a Karina Alejandra Yuni, suscribiendo a tal efecto
el Boleto de Compra Venta y la constancia de Responsabilidad Civil,
otorgándole en esa misma fecha la posesión del vehículo.
Señala que el 2 de diciembre de 1998 procedió a efectuar la
denuncia de venta del Renault 12 al Registro del Automotor, tal como
surge del formulario no 11 -cuya copia certificada por el Titular del
registro nacional Automotor, seccional Gral Rodriguez N02 adjunta-.
También manifiesta que el propio Registro comunica a Karina Yuni el
28 de diciembre de 1998 la denuncia de venta realizada para efecti-

27 Sentencia del 78 de mayo de1 2006. Fuente: www.scba.gov.ar .


vizar la transferencia del automotor en el término de 30 días hábiles
y que segijn fuera informado por dicha dependencia la Sra. Yuni
recién concluyó los trámites de transferencia de tal rodado el día 3 de
diciembre de 199%.
En su sentencia, el juez de primera instancia hizo lugar a la excep-
ción de falta de legitimación pasiva para obrar opuesta por José
Antonio Vaidel, rechazando en consecuencia la demanda dirigida
contra él, imponiendo las costas a la actora vencida. Posteriormente
hizo lugar parcialmente a la demanda, condenando en consecuencia
a Karina Alejandra Yuni a abonar en concepto de indemnización de
daños y perjuicios a Viviana Karina Ferraro la suma de $ 6.600, con
intereses.
Contra esta sentencia apeló Viviana Karina Ferraro. La recurrente
se agravia del acogimiento por parte del sentenciante de la excep-
ción de falta de legitimación pasiva opuesta por el codemandado
Vaidel.
Al respecto destaca que al contestar el traslado de la defensa
opuesta por el mencionado demandado, ella desconoció en forma
categórica la autenticidad del instrumento acompañado por el
excepcionante.
Tal informe fue considerado por juez para avalar su decisión y
aunque cuestionado, no fue probado en cuanto a la autenticidad por
el coaccionado Vaidel, ya que fue declarado negligente respecto a
la producción de la informativa dirigida al Registro Nacional del
Automotor, Seccional Gral. Rodriguez N02.
Consecuentemente, considera la accionante que mal puede el
sentenciante acoger la defensa de Vaidel apoyándose en el referido
informe ya que su veracidad no ha sido acreditada en autos.
En la Alzada, el preopinante fue el Dr. Calosso, quien, luego de
reseñar su postura en anteriores pronunciamientos, concluyó
estimando "que la reforma efectuada por la ley 22.977, al art. 27 del
mencionado decreto, no alcanza a conmover la posibilidad de pro-
bar lo contrario teniendo en cuenta el sistema de presunciones
generado por el art. 1.1 13 del C6digo Civil, ante las peculiares carac-
terísticas de la cuestión en debate, considerando en forma prelimi-
nar que la ley mencionada no ha cambiado el sistema de responsa-
bilidad civil instaurado por la ley 17.71 1, que permanece vigente la
ley de fondo aludida teniendo plena aplicación lo previsto en la
segunda parte delart. 1.1 13 referido ." (la negrita nos pertenece)
Según el magistrado, su conclusión "resulta de la interpretación
armónica y funcional de las dos normas citadas, y es para míinocultable
que el titular de dominio responde civilmente hasta que hace la transfe-
rencia como lo prescribe el art 27, salvo que conforme el art 1.1 13, apar-
tudo 2O, del Código Civil, se demuestre que el evento dañoso se ha origi-
nado sin culpe o por culpa de la víctima o, según los casos, de un terce-
ro -por ejemplo del comprador que todavio no es titular de dominio -,
por el que no debe responder, por haberle transferido la guarda del
móvil. Y que en tales situaciones o hipótesis es el titular del dominio
quien tiene la carga de probar el hecho que invoca (cont: arg. art. 375 del
Cód. Procesal) en cuanto se desvinculó de la cosa causante del daño,
como lo ha señalado la Corte en reiteradas oportunidades..."( la negrita
nos pertenece)
Por ello, '3i se demuestra que el dueño originario de un vehículo lo
vendió sin inscribir la transferencia en el Registro correspondiente, no se
lo exime de responsabilidad por daños y perjuicios producidos en un
accidente de tránsito por no ser propietario del rodado, sino porque se
acreditd en forma fehaciente que se desprendió de la guardajur/dica del
vehículo, y no de una manera transitoria o circunstancial, sino con la
voluntad de traspasar la posesión del mismo a quien lo adquiera;^ que
tal interpretación o hermenéutica permite que no se produzcan conse-
cuencias disvaliosas para el que figura como propietario, y que por una
falta meramente administrativa deba cargar con las consecuencias del
accidente del que resulta ser ajeno, dandosele la posibilidad de demos-
trar ante eljuez que se desprendió de la guarda del automóvil." (la negri-
ta nos pertenece)
Como el mismo magistrado expone en un tramo de su voto, su
postura sigue la doctrina legal actual de la Suprema Corte de Justicia
de la Provincia de Buenos Aires, la que sostiene que: "...el artículo 27
del decreto-ley 6582-58 (t.0.) consagra como presunción iuris tantum la
falta de responsabilidad de quien cumplimente la denuncia allí viabili-
zuda, en tanto la omisión de realizarla permite presumir con el mismo
alcance la responsabilidad de quien ha incurrido en ella, siempre que no
pruebe acabadamente el desprendimiento de la posesión y custodia del
vehículo, es decir que su animus domini existió en la realidad de los
hechosU(v.Ac. n02078,del 76-02-05, en la causa no8 7.64 7:"Oliva, Enrique
c. Fahler, Oscar Alberto. Daños y PerjuiciosUyacumuladas);siguiendo los
pasos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (in re: " Camargo,
Martina y otros c- Provincia de San Luis y otra:. .."(la negrita es nuestra)
Adentrándose al caso específico, el Dr. Calosso entiende que "lo
fundamental en el caso, a mi modo de ver y tal la postura antes reseña-
da, es la traslación de la guarda del automotor que, en autos, viene por
demás probada ." (la negrita nos pertenece)
Al respecto, "del pliego glosado a fs...a tenor del cual debería absol-
ver posiciones la tercera citada Karina Alejandra Yuni vemos que la pri-
mer posición traída por la actora reza para que jure como es cierto que
"ejercía la tenencia del automotor Renault 72, dominio RWG 723, el 4 de
octubre de 7 999.
Consecuentemente, y atento a lo establecido por el art. 409 del
C.P.C.C., tenemos por reconocido a la Sra. Viviuna Karina Ferraro que la
Sra. Karina Alejandra Yuni ejercfa la tenencia del automóvil en cuestión
al momento del hecho." (la negrita nos pertenece)
Para el magistrado, 'bsílas cosas en virtud de los elementos analiza-
dos entiendo que en las presentes actuaciones ha quedado acreditado
que el Sr. Vaidel se desprendió de la guarda jurídica del automóvil
Renault 72..con anterioridad al evento dañoso que diera origen a las
presentes actuaciones." (la negrita nos pertenece)
Lo anterior es conectado por el juez ' t o n las piezas de fs...-emana-
das, en original, del Encargado Suplente del Registro de la Propiedad
Automotor-, siendo la de fs. 78 la copia certificada de una denuncia de
venta, no cuestionando -en ningiín momento- la actora la competencia
de la certificante para dar fe de la autenticidad ni habiendo redargüido
de falsa la copia en aná1isis;y a lo dicho agrego -incluso- que, por igua-
les razones a las expuestas, la jurisprudencia ha otorgado eficacia pro-
batoria a tales informes malgrado el desconocimiento de los mismos..."
(la negrita nos pertenece)
" Teniendo ello en cuenta, y sin que perdamos de vista que la persona

mencionada en la denuncia de venta es la que termina siendo titular


registra1 del automotor, estimo que -por tales razones- bien ha sido
receptada la defensa opuesta." (la negrita nos pertenece)
Siendo compartido este criterio por el resto d e los integrantes d e
la Sala, se confirmó el decisorio apelado en todo cuanto fue materia
de agravios.

CASO II: La denuncia de venta no es la única prueba posible


Así lo decidió la Sala Primera de la Cámara de Apelación en lo Civil
y Comercial de Mar del Plata en los autos, "CONCaROJOSEM.C- TELE-
CUEA MAURlClO E. Y 07S.S- D A ~ O SY PERIUICIOS'..'"
En el caso, el juez de primera instancia hizo lugar a la demanda de
indemnización de daños y perjuicios deducida por Jose Maria
Concaro contra Mauricio Esteban Telechea y Alejandro Rubén
Petrecca, este ultimo en su carácter de titular registral del rodado,
y los condenó a abonar a aquél la suma de pesos dos mil trescientos
cincuenta y nueve, con más intereses y costas. Asimismo, absolvió
totalmente al tercero Luis Fermín Gallardo. Este le había adquirido el
rodado a Petrecca y luego lo vendió, pero nunca inscribió el automó-
vil a su nombre, por lo que Petrecca siguió siendo el dueño.
Apeló el codemandado Petrecca por entender que, aunque figura
como titular dominial registral del automotor siniestrante, que fuera
conducido por el codemandado Telechea, surge de la prueba rendi-
da el desprendimiento de su guarda y la entrega de su posesión
con antelación al acaecimiento dañoso.

En la Alzada, el preopinante fue el Dr. Azpelicueta, para quien el


pronunciamiento de primera instancia debía revocarse.
En ese sentido, el magistrado recordó que "el accidente de tránsito
que nos ocupa aconteció el día 70 de noviembre de 7996. El automóvil
Fiat 728,..., a tal fecha, se encontraba registrado en cabeza de PETRECCA,
quien denuncia su venta recién el 03 de marzo de 7997, esto es con os-
terioridad a dicha ocurrencia dañosa ...Pero dicho titular dominial se
halla habilitado para desvirtuar la presunción responsabilizante que
surge del artículo 27 del decreto-ley 6582-58,según la Ley 22.977."

"No hay dudas que tratándose del régimen de dominio de los auto-
motores la inscripción registral es constitutiva (arts. 7 O, 70yccs. de aquél),
puesto que se la impone aún con referencia a las partes del negociojurí-
dico fuente de la transmisión, como también para la oponibilidad a los
..,
terceros desinteresados por lo que el traspaso dominial opera recién
con dicha inscripción, pues antes de ella el acto negocia1no produce
efecto alguno.Más memoro, una cosa es el derecho realy otra distintala

28 Sentencia del 25 de abril del 2006. Fuente: www.scba.gov.ar .


relación real que el sujeto establece o mantiene con la cosa, la que no
requiere más que la detención material de ésta, y la exteriorización de la
intencionalidad cualificante de aquélla (la detención) (arg. arts. 235 1,
2352,2467 y ccs. del Código Civil): explicó el camarista. (la negrita es
nuestra)

"Tal relación real que, en el caso, vincularía al apelante con la cosa


interviniente, la que, hermenéuticamente, se concretaría en la posesión
del automóvil (art. 235 1 citado), se desvanece como elemento convicti-
vo para afirmar "su" propia responsabilidad apenas se avizore que el
Fiat 128, dominio C-6 19.644,por lo menos entre el 27 de enero de 1989Y
el mes de mamo de 1992 era poseído por el tercero citudo coactivamen-
te....Esto es, a aquella primera data se había producido la transmisión o
transferencia posesiona1 del vehículo teniendo a GALLARDO como su
.."
comprador. (la negrita es nuestra)

Asimismo, el juez recordó que "'éstaCámara, por su Sala 11, variando


su anterior postura, lleva dicho que:". ..a la luz del art. 1 1 13 2da.parte del
Código civil, quien figura como titular registra1de un vehículo vendido a
un terceropuede exonerarsede responsabilidadsi realiza la denunciaen
el Registro de la Propiedad automotor (art. 27 Ley 22.977) o si probó
fehacientemente haber perdido la guarda del mismo antes de que acae-
ciera el hecho dañoso -culpa de un tercero por quien no debe responder-
(art. 1 1 13,2da.parte del Cód. Civil)" (el resaltado es de origen, la negri-
ta es nuestra)

El preopinante remarcó que dicho precedente sigue Ya doctrina


legal actual de la Excma. Suprema Corte de Justicia de la Provincia de
Buenos Aires, la que sostiene que: ~..elartículo27deldecreto-ley6582-58
(f.o.) consagra como presunción iuris tantum la falta de responsabilidad
de quien cumplimente la denunciu allí viabilizada, en tanto la omisión
de realizarla permite presumir con el mismo alcance la responsabilidad
de quien ha incurrido en ella, siempre que no pruebe acabadamente el
desprendimiento de la posesión y custodia del vehículo, es decir que su
animus domini existió en la realidad de los hechos" (v.Ac. n O 2078, del 7 6-
02-05, en la causa no 81.641: "Oliva, Enrique c. Fahler, Oscar Alberto.
Daños y Perjuicios" y acumuladas); siguiendo los pasos de la kcma.
CorteSuprema deJusticia de la Nacidn (in re:"Camargo, Martina y otros
c- Provincia de San Luis y otra;. .." (la negrita es nuestra)

Considerando que el apelante "ha logrado acreditar su "despose-


sión" (art. 2453 del Código Civil) y consecuente pérdida de la guarda del
automotor involucrado" antes d,el evento dañoso, se impone su exone-
ración total de responsabilidad, por tratarse de "un supuesto de causa
ajena -"culpa de un tercero por quien no debe responder"- (TELECHEA)"

Siendo compartido el criterio del preopinante, se revocó la sen-


tencia, exonerandose totalmente de responsabilidad a Alejandro
Rubén Petrecca rechazándose la demanda de indemnización de
daños y perjuicios a su respecto.

Como puede apreciarse, la regla sentada en este caso es la


siguiente: Si el duefío del rodado prueba que transmitió la pose-
sión del mismo,simultáneamente prueba que se desprendió de la
guarda y por ende, se exime de responsabilidad.

1O.TRADICIÓNDEL AUTOMOTOR.TRANSMISIONDE LA POSE-


SION DEL RODADO.
Como enseña Mariani de Vidal, el termino tradición tiene un sig-
nificado equivoco en nuestro Derecho, dado que "La tradición no es
sólo un modo de adquirir la posesión.
También lo es de adquirir los derechos reales -arts. 577 y 3265 Cód.
Civ.- y la tenencia -art. 2460 Cód. Civ.-; en los contratos reales, como
el depósito y el comodato, éstos no se perfeccionan sino con la entrega
de la cosa -arts. 7 74 7/42 Cód. Civ.--; tambiénjuega su papel en el cum-
plimiento de las obligaciones de dar cosas ciertas para restituirlas a su
dueño; el momento en que se efectúe la tradición desplazara los riesgos,
responsabilidades y facultades del anterior p~seedor."'~

En materia de exoneración de responsabilidad del dueño del


rodado,nos interesa especialmente referirnos a la tradición traslati-
va de la posesión,es decir, la entrega de la cosa que sirve para trans-
mitir la posesión de la misma.

- --

29 Marina Mariani de Vidal, DERECHOS REALES, Tomo 7, pag. 777. 7a edición actualiza-
da, 2004,Editorial Zavalia.
Recordemos que el art. 2.453 del Código Civil establece que "La
posesión se pierde por la tradición que el poseedor hiciere a otro de la
cosa, no siendo sólo con el objeto de transmitirle la simple tenencia de
ella. "

La tradición, como modo d e adquirir la posesión, se da cuando


una persona entrega voluntariamente una cosa, que otro también
voluntariamente recibe, desprendiendose d e la guarda o señorio
d e la misma. El adquirente pasará a comportarse como titular d e
un derecho real sobre la cosa. 30 Simultáneamente, el transmitente
se desprende d e la guarda (material, jurídica y económica) d e la
cosa.

Entrega de la tenencia
No cualquier entrega voluntaria d e una cosa, implica entrega d e la
posesión. La entrega debe hacerse como consecuencia de un acto
jurídico apto para tal fin.

Si, por ejemplo, se alquila un rodado, la entrega del vehiculo al


locatario no implica transmisión d e la posesión, porque el contrato
d e locación no es apto para esa finalidad, dado que mediante esa
figura una parte no pretende desprenderse d e ningún derecho real.
En la locación el locatario recibe la cosa en calidad d e tenedor. Su
relación real con la cosa es d e tenencia, y, en tal carácter es un repre-
sentante del locador en la posesión. Dicho d e otra manera, el locador
sigue siendo el poseedor del vehiculo, a traves del locatario. Lo
mismo se aplica al comodato d e vehiculos (conf. arts. 2460, 2461 y
2462 inc. 1 CCivil)
En estos casos, el locador o comodante siguen teniendo la guarda
jurídica de la cosa y, respecto d e ellos, el locatario o comodatario no
son terceros por quienes no responder.Tanto locatario como como-
datario tenían, en virtud d e los respectivos contratos, facultad d e usar
la cosa (arts. 1493, 1504, 2256 y 2268 CCivil). Por ende, el locador o

30 "Adquirir la posesión es asumir el poder de disponer físicamente de la cosa para si. O


sea que en el momento de la adquisición (según la tesis de Savigny, al que sigue nues-
tro Código),deben reunirse los dos elementos de la posesión: Corpus y animus domini.
Luego, la posesión se conserva "solo animor'.-art. 2445 Cód. Civ." Marina Mariani de
Vidal,obra citada, pag. 173.
comodante no podra argumentar que la cosa fue usada en contra d e
su voluntad (arg. art. 1113 in fine CCivil)
Distinta es la situación en el caso d e un deposito regular, dado
que, si bien el depositario es tenedor d e la cosa, no tiene facultad d e
uso, salvo que se la conceda el depositante, (arts. 21 82,2191,2208 y
2462 inc. 2O).
Por lo tanto, probado el deposito regular, el depositante puede
eximirse d e responsabilidad en caso d e accidente producido por el
depositario o quienes d e este último hubiesen recibido el uso, la
tenencia o la posesión del rodado, dado que en este caso, el rodado
fue utilizado en contra d e su voluntad

Entrega de la posesión
La tradición debe consistir en actos materiales que pongan al
adquirente en posición d e disponer y actuar físicamente sobre la
cosa, (arg. conf. arts. 2385,2386 CCivil). El poseedor actuará como si
fuera titular d e un derecho real. Esos actos materiales son los que
deben probarse.

Pensamos que la prueba d e estos actos materiales debe ser con-


tundente e inequívoca, para evitar maniobras d e mala fe entre el
dueño del automotor y alguien que aparezca como el poseedor del
rodado con el fin d e eludir responsabilidad (vgr. contratos d e com-
praventa, permuta o donación con fecha antedatada, es decir, actos
simulados con el fin d e perjudicar a la victima del daño).

Evidentemente, en este tema nos encontramos con dos intereses


legitimas, pero contrapuestos, que deben ser cuidadosamente teni-
dos en cuenta:

1) El del dueño que efectivamente se desprendió d e la guarda del


rodado, porque transmitió la posesión y carece d e facultades d e cus-
todia y control d e la cosa.

2) El d e la víctima del daño, que puede verse privado d e accionar


contra el único demandado solvente y10 individualizable (el dueño
del vehículo), por un acto simulado entre este y un tercero (vgr. un
"guardián insolvente")
Entendemos que u n contrato de compraventa, donación o per-
muta con fecha cierta (art. 1035 CCivil) anterior al hecho dañoso, en
el que se declare la entrega d e la posesión del vehiculo puede,salvo
prueba en contrqrio, servir para acreditar la efectiva desposesión. El
nuevo poseedor será, entonces, un tercero por quien n o debe res-
ponder el dueño del vehiculo, dado que en el mentado carácter de
poseedor, usa la cosa por su exclusiva voluntad.
Cabe hacer una aclaración: Una cosa es que se haya celebrado
un contrato de compraventa, donación o permuta y otra cosa es
que se haya realizado la tradición traslativa d e la posesión.

De esto se sigue que, la sola prueba fehaciente d e la celebra-


ción del contrato con anterioridad al siniestro n o prueba la tradi-
ción traslativa de la posesión, la que debera acreditarse p o r otra
vía.

En cambio, pensamos que la prueba fehaciente d e la celebra-


ciéin del contrato de compraventa, donación o permuta en una d e
cuyas cláusulas Pisure la tradición traslativa d e la posesión con
anterioridad al siniestro, constituye presunción iuris tantum d e la
efectiva entrega de la posesión. Esta presunción puede destruirse
por otras pruebas en contrario que surjan de la causa, en las que se
acredite que n o se hizo tal entrega.

Cláusulas d e exoneración d e responsabilidad civil


Por ultimo, las cláusulas de exoneración de responsabilidad civil
que suelen figurar en los contratos de compraventa, donación, per-
muta, locación o comodato son válidas entre las partes y plenamen-
te eficaces para regular sus relaciones, pero inoponibles a la victima
del daño, quien reviste la calidad de tercero, que no puede ser perju-
dicado por las convenciones entre las partes (arg. con. Art. 1195).

Además, lo anterior es tan lógico como justo, puesto que, para no


desvirtuar el sistema de responsabilidad objetiva del art. 1113 CCivil,
las causales de exoneración del dueño de la cosa deben interpretar-
se de manera restrictiva.
Es justo que el dueño se exima si se desprendió de la guarda de la
cosa, porque no tiene disposición física, ni facultades jurídicas de
control y vigilancia, ni se aprovecha o sirve de la misma (no tiene
guarda material,jurídica ni económica).
En esos casos, no solo no podía hacer nada para evitar el daño,
sino que tampoco cabe que asuma riesgos por un supuesto benefi-
cio económico que obtenga por el uso que el tercero hace de la cosa.

En cambio, no sería justo eximirlo solo porque, por su simple


voluntad, no quiera responzabilizarse.

11. SITUACIONES PARTICULARES EN LA DENUNCIA BE VENTA


Vimos que la denuncia de venta inscripta antes del siniestro exime
de responsabilidad al titular registral.
Ahora bien, dicha denuncia, responsabiliza siempre a quien apa-
rece como "denunciado.
Es decir, jsiempre deberá responder aquel a quien el titular regis-
tral haya denunciado como adquirente?
La respuesta negativa se impone: el denunciado podrá eximirse
de responsabilidad si demuestra que se desprendió de la guarda
material, jurídica y economica del rodado antes del siniestro.

En síntesis, la denuncia de venta sirve para eximir iure et de


iure de responsabilidad pero no para atribuir responsabilidad
iure et de iure. "

Por otra parte, el sistema de denuncia de venta genera otro posi-


ble problema, dadas las modalidades de su implementación.
En efecto, el art. 15 del decreto 6582158, establece que "La inscrip-
ción en el Registro de la transferencia de la propiedad de un automotor,
podrd ser peticionada por cualquiera de las partes. No obstante, el
adquirente asume la obligaci6n de solicitarla dentro de los DIEZ (70)
dias de celebrado el acto, mediante la presentación de la solicitud pres-
cripta en los artículos 73 y 74. En caso de incumplimiento de esta obliga-
ción, el trunsmitente podrd revocar la autorizaci6n para circular con el
automotor que, aún implícitamente mediante la entrega de la docu-

3 7 Al respecto, ver en el Apéndice, el caso 6, "Morales, lrma c/ Laurin, Federico y otros S/


daños y perjuicios" - CAMARA DE APELACIONES EN LO CIVIL Y COMERCIAL DE SAN
NICOLAS (Buenos Aires) - 09/09/2003.
mentación a que se refiere el artículo 22, hubiere otorgado al adquiren-
te, debiendo comunicar esa circunstancia al Registro, a los efectos pre-
vistos en el art~culo27.
Será nula toda cláusula que prohiba o limite esta facultad. Idéntico
derecho tendrá el propietario de un automotor que por cualquier título
hubiese entregado su posesión o tenencia, si el poseedor o tenedor no
inscribe su título en el Registro en el plazo indicado en este artículo..."

De esto se sigue que el transmitente n o puede inscribir la denun-


cia de venta sino una vez que hayan transcurrido diez días de cele-
brado el contrato. Mejor dicho, puede hacerlo, pero la denuncia de
venta no producirá los efectos previstos en el art. 27, sino a partir
de los diez días de celebrado el contrato.

¿Qué sucede con la responsabilidad del dueño del rodado si el


siniestro se produce después de celebrado el contrato pero antes de
los diez días y el adquirente no inscribió la transferencia?

Al respecto, caben dos posturas: 32

a) Podría pensarse que el sistema creado por los arts. 15 y 27 del


decreto ley 6582158 conduce a eximir de responsabilidad al titular
registrar durante los 10 días siguientes a la celebración del con-
trato de compraventa, ya que ese es el plazo que el adquirente
tiene para formalizar la transmisión del dominio a través de la
correspondiente inscripción registral.

Durante esos 10 días el dueño -vendedor n o tiene la guarda del


vehículo y tampoco puede revocar la autorización para circular otor-
gada a favor del comprador ya que ello recién lo podrá hacer una vez
vencido aquel plazo y en la medida que el adquirente incumpla su
obligación de inscribir la transferencia. Si el titular registra1 no puede
revocar esa autorización, eso significa que el adquirente está autori-
zado para circular con el vehículo y que su posesión es legítima. La

32 Al respecto, también se puede ver en el Apéndice, el caso 7, "TREMARCHI,Julio Agustín


p.s.a. Robo Calificado, etc. -Recurso de Casación-" Sala Penal del Tribunal Superior de
Justicia de la Provincia de Córdoba, 1 1/11/03.
propia ley autoriza al adquirente a circular, y la propia ley prohibe al
vendedor el negar esa circulación.

Por ende, el titular registral no puede ser civilmente responsable


por los hechos dañosos ocurridos en ese período.
En síntesis, durante esos diez días, el adquirente es u n tercero por
quien el dueño de la cosa -titular registral- no debe responder.

b) Desde otro punto de vista, puede argumentarse que, la circuns-


tancia de que el art. 15 del decreto ley 6582158 obligue al adquirente
a efectuar la inscripción dentro de los diez días, n o implica que el
transmitente se encuentre impedido de efectuar trámite alguno
para liberarse d e responsabilidad.

Ello es así porque el propio art. 15 estipula en primer término la


posibilidad de que cualquiera de las partes pueda peticionar la
inscripción.

Por ende, el transmitente n o necesita el concurso del adqui-


rente para eximirse de responsabilidad, le basta con inscribir la
transferencia, cosa que puede hacer inmediatamente despues de
celebrado el contrato, sin necesidad de esperar plazo alguno.

Vencido el plazo de días,ante el incumplimiento del adquirente, el


enajenante, para eximirse de responsabilidad, puede efectuar la
denuncia de venta. La denuncia de enta no es más que u n modo
excepcional de eximir de responsabilidad.

Agregamos que, en u n caso como este y cualquiera sea la postura


que se adopte, el transmitente también podría eximirse s i demuestra
la tradición traslativa d e la posesión previa al siniestro. 33

33 Al respecto, nos remitimos supra, al punto 10.


12. INTRODUCCION.
En esta cuestión, básicamente tenemos que seguir los conceptos
elaborados en el Derecho de Daños en general. Eventualmente, hare-
mos una acotación referida al caso particular de los accidentes de
tránsito.

Lo que queremos decir es que un accidente de tránsito es suscep-


tible de producir los mismos daños (patrimoniales y extrapatrimo-
niales) que cualquier otro hecho ilícito.

Los daños a los peatones (y, agregamos, al conductor o acompa-


ñante del rodado), no son más que una especie dentro del genero de
los "daños a las personas1:

En el mismo sentido, el daño que sufra el rodado, no es más que


una especie dentro del genero de los "daños a los bienes" que com-
ponen el patrimonio de una persona.

En ambos casos, aplicamos los conceptos y criterios de cuantifica-


ción propios del Derecho de Daños.

Por eso, algunos de los fallos que veremos no se refieren a acci-


dentes de tránsito. Sin embargo, lo que nos interesa de esos fallos son
cuestiones referentes a legitimación activa y cuantificación de daños,
temas ambos que son perfectamente aplicables a casos de acciden-
tes de tránsito.

13. CLASIFICACION DE LOS DANOS.


Antes que nada, repasemos someramente algunos conceptos:

A) DANOSPATRIMONIALES Y EXTRAPATRIMONIALES

Daño patrimonial: Se divide en

Daño patrimonial directo e indirecto

Justamente, el Código Civil nos habla del daño patrimonial en el


art. 1.068, cuando establece que "Habrá daño siempre que se causare a
otro algún perjuicio susceptible de apreciación pecuniaria, o directa-
mente en las cosas de su dominio o posesión,..." (el llamado daño patri-
monial directo o daño directo) o indirectamente por elmal hecho a
l...

su persona o a sus derechos o facultades."(daño indirecto)

Daño emeroente Y lucro cesante


%rt. 7.069, El daño comprende no sólo el perjuicio efectivamente
sufrido,..." (daño emergente) sino también la ganancia de que fue
l...

privado el damnificadopor el acto ilicito,..." (1 ucro cesante)


En el artículo 519 se reproduce la misma idea:
"TITULO 111
De los daiíos e intereses en las obligaciones que no tienen por objeto
sumas de dinero
Art. 5 7 9. Se llaman daños e intereses el valor de la pérdida que haya
sufrido, y el de la utilidad que haya dejado de percibir el acreedor de la
obligación, por la inejecución de ésta a debido tiempo."

Daño moral o extrapatrimonial


Es un daño que no afecta ni directa ni indirectamente al patrimo-
nio de la victima. El interés legitimo lesionado son sus afectos, emo-
ciones y10 sentimientos. Para decirlo gráficamente, se ha violado su
"derecho a no ser mortificado, a no sufrir':

Volveremos sobre estas cuestiones en el Capitulo siguiente, al tra-


tar los temas de la legitimación activa y la cuantilficación de los daños.

B) DANOS EN LA RESPONSABILIDADCONTRACTUALY EXTRA-


CONTRACTUAL

Tradicionalmente, según que los daños se originen en incurnpli-


miento de obligaciones que tienen causa fuente en u n acto jurí-
dico (la llamada "responsabilidad contractual") o que la obligación
de reparar nazca de u n hecho jurídico, (responsabilidadextracon-
tractual), se mencionan distintas clases de daños, algunos propios de
uno y otro tipo de responsabilidad y otros comunes a ambas.

Un accidente de transito puede generar responsabilidad extra-


contractual (como cuando chocan dos rodados o un automovilista
embiste a un peaton) o contractual (como cuando, como resultado
de un choque o vuelco del vehiculo, resultan damnificados los pasa-
jeros de un omnibus, con lo cual hay un posible incumplimiento del
contrato de transporte, o en el caso de un accidente como conse-
cuencia de impactar con un animal suelto en una autopista conce-
sionada, donde hay un posible incumplimiento del contrato de con-
sumo celebrado entre el concesionario vial y el usuario, según el cri-
terio de la Corte Suprema en el caso"Bianchi")

Veamos ahora una clasificación de los daños derivados de la


responsabilidad contractual, los d e la extracontractual y los
comunes a ambos:

a) Daños en la responsabilidad contractual


a.1) Daño compensatorio y moratorio
Si el incumplimiento del contrato es definitivo, el daño es com-
pensatorio. En realidad, no es el daño sino la indemnización la que
tiene carácter compensatorio.Se trata de una indemnización sustitu-
tiva de la prestación originaria, (arg. conf. art. 505 Cod. Civil).
Si, en cambio, se trata de u n retardo en el cumplimiento, el
daño es moratorio y comprende el perjuicio que cause al acree-
dor la demora en cumplir su obligación. Más que del'daño mora-
toriolse tendría que hablar de1'daño ocasionado por la mora del
deudor'!La indemnización en este caso se acumula al objeto de la
prestación y constituye un accesorio de la obligación primitiva
(arts. 508 y 622 Cod. Civil). 34

a.2) Daño com@ún y daño propio


El daño común es el que habría experimentado cualquier perso-
na con motivo del incumplimiento de la obligación. Daño propio es
el que sufre una persona determinada por circunstancias que le son
particulares.
Si como conseeuencia de las lesiones sufridas por un pasajero
de un omnibus, dicho pasajero tiene gastos médicos, tenemos un
daño común, dado que puede sufrirlo cualquier persona. En cam-
bio, si el pasajero, además, se ve privado de viajar a Polonia,
donde tenía un contrato de trabajo por un año, tendremos un
daño propio, exclusivo de esa persona.
El tema está muy ligado a la cuestión de la reparación del daño inme-
diato y mediato en materia contractual. Decimos esto porque el con-
cepto de daño común es similar al de daño inmediato (aquel causa-
do como consecuencia inmediata de un hecho), mientras que el
daño propio es asimilables al concepto de daño mediato (aquel cau-
sado como consecuencia mediata de un hecho)

Recuérdese que en materia de reparación de daños patrimoniales


originados por incumplimientos contractuales rigen los siguientes
artículos del Código Civil:
'Xrt. 520. En el resarcimiento de los daños e intereses sólo se com-
prenderán los que fueren consecuencia inmediatay necesaria de la falta
de cumplimiento de la obligación.
Art. 52 1. Si la inejecución de la obligación fuese maliciosa los daños e
intereses comprenderán también las consecuencias mediatas.
En este caso, no será aplicable el tope porcentual previsto en el último
párrafo del artículo 505." (la negrita es nuestra)

34 En la responsabilidad extracontractual también se repara el "daño moratorioícuando


en su sentencia el juez fija los intereses que deben liquidarse sobre el capital. En ese
caso, el capital funciona como indemnización por el daño efectivamente causado y los
intereses reparan el perjuicio producido por la demora en reparar el daño. Sin embar-
go, las (confusas)expresiones daño compensatorio y moratorio son más utilizadas en
incumplimientos contractuales. En incumplimientos extracontractuales se suele
hablar, con mayor propiedad, de capital de condena e intereses moratorios.
Volveremos más adelante sobre la clasificación de daño
mediato e inmediato.

b) Daños en la responsabilidad extracontractual


b.1)Daño patrimonial directo e indirecto
Como dijimos,el Código ~ i hnosl habla del daño patrimonial en el
art. 1.068, cuando establece que "Habrá daño siempre que se causare a
otro algún perjuicio susceptible de apreciación pecuniaria, o directa-
mente en las cosas de su dominio o posesión,..."(el llamado daño patri-
monial directo o daño directo) o indirectamentepor elmalhecho a
l'...

su Dersona o a sus derechos o facultades." (daño indirecto)


Esta clasificación no debe confundirse con la que distingue entre
damnificado directo y damnificado indirecto, cuestión de enorme
importancia practica y que abordaremos al tratar la legitimación activa.

c) Daños comunes en ambas responsabilidades


c.1) Daño inmediato y mediato
Se identifica el concepto con el de consecuencias inmediatas y
mediatas definidas en el artículo 901 del Código Civil.
Los daños inmediatos son de previsibilidad presumida por la ley
dada la forma en que suceden; los mediatos son de previsibilidad
posible"en abstracto"; los casuales son imposibles de prever,

c.2) Daño actual, futuro y eventual


Tanto el daño actual como el daño futuro son daños ciertos y por
ello, resarcibles. No ocurre lo mismo con el daño eventual, en el que
no hay adecuada certeza de su producción. llenan el requisito de ser
"ciertos" para atribuir al daño la calidad de indemnizable.

El tema está muy relacionado con la posibilidad de resarcir la pér-


dida de una chance. Aquí, la gran cuestión es si la pérdida de una
chance es un daño cierto o debe considerarse eventual o meramen-
te hipotético y, por lo tanto, no susceptible de resarcimiento.

c.3) Daño emergente y lucro cesante: Por su parte, el art. 1.O69


nos dice que "El daño comprende no sólo el perjuicio efectivamente
sufrido,..."(daño emergente)"...sino también la ganancia de que fuepri-
vado el damnificadopor el acto ilícito,..."(lucro cesante)
c.4) Lucro cesante e incapacidad sobreviniente:
Conceptualmente,el lucro cesante y la incapacidad sobreviniente
son dos rubros distintos de la cuenta indemnizatoria.

El primero es "La ganancia, la utilidad, la ventaja, el provecho dejado


de percibir..." 35. A diferencia de la incapacidad sobreviniente, que se
proyecta desde el accidente hacia el futuro ("ex nunc"), e1 lucro cesan-
te ha sucedido, ha acontecido como consecuencia del accidente,
pero se refiere a los beneficios, a las ganancias dejadas de percibir
(artículos 519 y 1069, Código Civil) y tiene un ciclo temporal preciso
y determinado.Además, el lucro cesante se aplica también a supues-
tos que nada tienen que ver con lesiones o enfermedades sino, por
ejemplo, a la resolución intempestiva de un contrato de distribución
o a la privación del uso de un automotor que se utilizaba como remis.

En cambio, por incapacidad sobreviniente se entiende 'tualquier


disminución en las aptitudes físicas o psíquicas que afecten la capacidad
productiva o se traduzcan en un menoscabo de la plenitud o dificultad en
las actividades,productivas o no, que el sujeto solía realizar con la debida
amplitudylibertad~Seaprecia en miras de lo funcional, pero su origen
puede ser anatómico, fisiológico o una combinación de ambos.

Ahora bien, tomemos como ejemplo el de un taxista que sufrió


daños al caer el piso y golpear su oído derecho, luego de que el colec-
tivo en el que viajaba impactara contra otro vehículo. Luego de los
estudios realizados pudo comprobarse que presenta hipoacusia con-
ductiva, que guarda relación con el accidente y que le representa un
grado de incapacidad permanente del 29%, lo que le impide seguir
ejerciendo la profesión.

A la hora de indemnizar este daño, en la demanda se puede recla-


mar por los siguientes rubros:
Lucro cesante: Por la pérdida de ingresos durante el período que
abarca desde el momento en que se origina la dolencia y el alta médi-
ca.

35 Pedro N. Cazeaux y Félix A. Trigo Represas"Derecho de las obligaciones'~7 975, tomo 1,


página 3 17
Incapacidad sobreviniente: Por la futura y cierta pérdida de
ingresos originada por su disminución física, desde el alta médica
hasta el lapso máximo de vida laboral.

Téngase presente, de todas maneras, que "iiya se computó la pér-


dida patrimonial del sujeto (cuhlquiera que sea el nomen iuris bajo el
que se encuadre o el período tenido en vista) no se puede conferir como
indemnización autónoma el de otro daño económico de similar sustan-
cia y por análogo motivo. De lo contrario, se configuraría una injustifica-
da duplicidad resarcitoria por el mismo título. En suma desde el punto de
vista estrictamente conceptual, atinente al daño mismo, no es válida la
diferenciación entre "lucro cesante" e "incapacidad" .36

Dicho de otra manera, si bajo el titulo de incapacidad sobrevi-


niente se reclamó indemnización por la pérdida de ingresos durante
el período que abarca desde el momento en que se origina la dolen-
cia hasta el lapso máximo de vida laboral, entonces no corresponde
que se reclame por lucro cesante, porque ese rubro ya está cubierto.

Inversamente, si bajo el titulo de lucro cesante se reclamará


indemnización por la pérdida de ingresos durante el período que
abarca desde el momento en qL;e se origina la dolencia hasta el lapso
máximo de vida laboral,entonces no corresponde que se reclame por
incapacidad sobreviniente. Más allá de la confusión conceptual, el
juzgador puede encuadrar la cuestión bajo la categoría jurídica
correcta, por aplicación de la regla "iura novit curia.

c.5) Daño moral: Como decíamos más arriba, es un daño que no


afecta ni directa ni indirectamente al patrimonio de la victima. El inte-
rés legitimo lesionado son sus afectos, emociones y/o sentimientos.

En el Capitulo siguiente abordaremos algunas cuestiones con-


flictivas de respecto de la legitimación activa en este tipo de daño
y el delicado problema de su cuantificación.

36 Arevalo de Castillo, Nélida c/ Centurión, Pablo Esteban s/sumario" y acumulados, L.


185.274, del 8/8/96; con[ Zavala de González, "Resarcimientode daños': T2a,pág.298.
14. QUID DE LA INDEMNIZACIÓN POR DAÑO EMERGENTE Y
LUCRO CESANTE POR PRIVACIÓN DE USO DEL AUTOMOTOR. 37
La privación del uso del automotor puede ocasionar un daño
emergente o unelucrocesante.

En el caso de la indemnización por el daño emergente por priva-


ción de uso de automotor existen dos criterios.biendiferenciados en
cuanto a su otorgamiento:

a) Uno, amplio y prevaleciente en la jurisprudencia, que consi-


dera que el daño emergente surge implícito de la misma privación
sin que se requiera prueba concreta de su existencia.Quienes sostie-
nen este criterio entienden que "la privación de uso constituye un
daño emergente, consistente en la imposibilidad material de utilizar el
vehícu1o;y como el rodado -por su propia naturaleza- está destinado al
USO, satisface o puede satisfacer necesidades de mero disfrute o labora-
les y está incorporado a la calidad de vida de su propietario; su mera pri-
vación ocasiona un daño resarcible. 3"

En ese sentido,consideran que se trata de un daño cuva prueba es


in re ipsa, por lo que corresponde repararlo aunque no se acredite su
monto, "pues el menoscabo surge como una consecuencia inmediata y
necesaria del incumplimiento de la obligación -art. 520 CCiv.- "
Es decir,el daño no necesita probarse porquel'está" probado, es
decir, surge de los hechos mismos. Es algo que surge como conse-
cuencia natural y ordinaria de un hecho (arg.conf. art. 901 CCivil).
Por otra parte, en algunas jurisdicciones encontramos un funda-

37 Para este punto resulta interesante la lectura del artículo "Automotores.Privación del
uso': de Luis Moisset de Espanés, publicado en Legal Expres, Lima, año 4, N" 46, octubre
2004, p. 14, y en J.A. 2004-11-973 y disponible también en
http://www.acaderc.org.ar/doctrina/articulos/automotores.-privacion-del-
uso/at~download/file.El autor citado tiene una particular visión respecto del tema,
dado que, en su concepto "La privación del uso entraña siempre la pérdida de los bene-
ficios que la cosa otorgaba a quien la poseía. Es por tanto un "iucro cesante': ya que lo
"lucrativo" incluye no sólo las "gananciasísino también todas las "utilidades': o "bene-
ficios"que pueden obtenerse de la cosa.
El error de la doctrina proviene de considerar que "lucro" se reduce a ganancias, o a
ventajas económicas."
38 "TOZZI, PEDRO ENRIQUE C/CANOSA MART~NEZ,MANUEL Y OTRO S/ORDINARIO" -
CNCOM - SALA B - 22/10/2002.
mento legal donde surge la facultad del juez para fijar el monto del
daño. Por ejemplo, los arts. 165 de los Códigos Procesales Civil y
comercial de Nación y Provincia de Buenos Aires, dicen que "La sen-
tencia fijará el importe del crédito o de los perjuicios reclamados, siem-
pre que su existencia esté leoalmente comprobada, aunque no resultare
iustificado su monto. "
En síntesis: Si bien el principio general es que los daños deben
probarse por quien los alega, también existen presunciones legales
de daño (vgr.casos de los arts.622,1084 y 1085 CCivil) y casos donde,
por la naturaleza del hecho, surge notoria o evidente la existencia
de daño (vgr.algunos casos de daño moral).En estos últimos casos se
encuentra el de la privación de uso del automotor: Es decir, acredita-
do el hecho (privación de uso), queda acreditado el daño (vgr. gas-
tos de transporte por no poder usar el auto). El juez lo cuantificará.
Por ende, el actor solo tendría que probar la privación de uso, el
tiempo de dicha privación y el uso que habitualmente le daba al
rodado (vgr. como medio de transporte para visitar clientes)
b) En cambio, la otra postura, más restringida, sostiene que el daño
emergente por privación de uso requiere ser probado, no pudiendo
inferirse el mismo del mero hecho de la privación, ya que ello sería ir
contra el régimen que surge de los arts. 375 del CPCC y 1067 del
Código Civil.
Por ello quien invoca el daño debe aportar los elementos proba-
torios que permitan tenerlo por acreditado.
Este es, por ejemplo, el criterio que se impuso, por mayoría, el de
la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires, en los
autos "BARATELLI, SERGIO HORACIO CONTRA ROBLEDO, ANDRESCAR-
LOS. DAÑOSY PERJUICIOSY39
Así, el Dr. Mercader, uno de los ministros que sustentó la posición
que devino mayoritaria, consideró que

"El daño material que se produce por la privación del uso de un auto-
móvil es un hecho que debe ser probado por quien invoca su existencia
(art. 375, C.P.C.). El significado del precepto, en el sentido expuesto, no
ofrece posibilidad de discusión.
No corresponde sostener que se trata de un daño de los denomina-

39 Fecha de la sentencia: 02/08/94.Fuente: www.scba.gov.ar .


dos in re ipsa porque en nuestro ordenamiento legal no existe ninguna
norma en que se funde esa afirmación, que es dogmática y con aparen-
te sustento nada más que en el verbalismo puro.
La existencia de ese daño denominado in re ipsa tal vez se pueda sos-
tener en casos distintos del de autos, como, por ejemplo, respecto del
daño moral, porque en ese caso, la propia naturaleza del agravio hace
presumir que acreditada la acción antijurídica y la titularidad del accio-
nante para reclamar la reparación, queda acreditada la existencia del
perjuicio. As6 el cónyuge no necesita probar que ha sufrido dolor por la
muerte de la esposa, ni el padre por la muerte de su hijo (ver Orgaz, "El
daño resarcibleíed. 1980, no89, p. 238).
Lo expuesto es ashy no puede ser de otro modo, porque en materia de
responsabilidad civil, cuando nuestro código alude al daño, confiere al
vocablo un significado preciso: es un menoscabo patrimonial que cum-
ple con ciertos requisitos, cuando se trata de daño material (art. 1068,
C.C.) o es una lesión de bienes extrapatrimoniales, cuando se trata del
daño moral (art. 1078, Cód. cit.).
Con este sentido estricto y especial que tiene el vocablo daño debe
entenderse el art. 7067 del Código citado. Si se trata la responsabilidad,
la observación metódica de la cuestión requiere, antes que otro elemen-
to,ocreditar la existencia del daño, porque en el plano lógico no en el
desarrollo cronológico si falta el daño no es preciso examinar la exis-
tencia de otros elementos que componen la responsabilidad civil, por-
que son jurídicamente irrelevantes, aunque estén presentes.
El daño, entonces, debe ser cierto. Y para ser cierto debe observarse la
carga procesal del art. 375 del Código Procesal Civil y Comercialy con su
actuación demostrar que existe acto ilícito punible, para emplear la
expresión del art. 1067 el Código Civil.
Creo que si se sostiene que existen daños materiales sometidos a la
prueba in re ipsa, se violan o se aplican erróneamente los artículos 375
del Código Procesal Civil y Comercial y 1067 del Código Civil.
Sobre todo en este caso de autos, donde estd acreditado que inme-
diatamente despuPs del dafio el actor enajenó el vehiculo que aflrmaba
usar."

Por nuestra parte, pensamos q u e la diferencia entre ambas


posturas es más aparente q u e verdadera. En ambos casos hay
q u e acreditar la privación d e uso, es decir, q u e la victima no
pudo utilizar por determinado tiempo el rodado.
¿La pregunta es, debe también acreditar que como no pudo
usar su wehiculo, tuvo gastos por uso de colectivos, taxis o rerni-
§es?Concretamente, jes indefectible acompañar los pasajes o tic-
kets que acrediten dichos transportes para lograr el resarcimien-
to?

Pensamos que no. Creemos que debe utilizarse un criterio similar


al de los llamados "gastos de farmacia: donde la jurisprudencia
entiende que "el hecho de no existir respaldo documental de los gastos
de farmacia que se afirma realizados, carece de efecto decisivo a la hora
de conceder el resarcimiento, porque en esta materia no es dable exigir
del damnificado la conservacion de los instrumentos demostrativos de
cada uno de losgastos qu e se vio obligado a realizar,jugando entonces
la razonabilidad de dichos gastos como prueba suficiente.. ."40

Así, en materia de privación de uso de automotor, la experiencia


enseña que es razonable suponer la existencia de gastos de trans-
porte diario, ante la ausencia de transporte propio. Si, en cambio, el
actor pide gastos extraordinarios, sea porque le significaron impor-
tantes erogaciones (vgr. viajes de larga distancia) y/o porque no son
habituales en la vida cotidiana, es1 lógico que deba acreditarlos docu-
mentalmente.

El siguiente es un ejemplo que nos parece muy ilustrativo de esto


que venimos diciendo:

"El Señor Juez a quo estimó.. .el resarcimiento derivado de la priva-


ción del uso del vehículo en $400. Tuvo en cuenta el tiempo probable
que insumirían las reparaciones del Fiat Duna, esto es, 30 días, según 96
.
informó el perito mecánico.. .Se agravia la recurrente de tal suma seña-
lando que siendo ella odontóloga, vive en Villa Urquim y tiene su con-
sultorio en Lomas de Zamora, lo cual le exige hacer los viajes de ida y de
vuelta en taxi, estimándose un costo diario de $60. Pide que se incre-

40 "MEZA DELlA C/ GOBIERNO NACIONAL MINISTERIO DEL INTERIOR POLlClA FEDERAL


ARGENTINA S/ DAÑOS Y PERJUICIOS. CAUSA N 46.755/95. 2/12/99".
O

http://ar.vlex.com/vid/civil-comercial-federal-n-46-02- 1999-35 126001 . Id. vLex: LEX-


35 126001,entre muchos otros.
mente la condena a S 2.400. Está probado que Vilma Galeano Bogado es
odontóloga (copia de su diploma a fs.. .. e informe de la Universidad de
Buenos Aires a fs. 407/402) y que, al otorgar el poder especial a su abo-
gado.. . denuncio como domicilio real el de calle.. . de Villa Urquiza. En
.
cambio desistió.. de la prueba informativa ofrecida para que el
Sindicato de Taxistas informara el costo promedio de un viaje de ida y
vuelta desde Villa Urquiza hasta Adrogué, de manera que yerra al aludir
a un costo de $60 el viaje segun lo informado a fs.. . (foja en la cual se
agrega copia del oficio librado a dicha entidad sindical). Tampocose ha
acreditado que la actora deba viajar diariamente a atender un consul-
torio odontológico a su cargo en Adrogué.-
Por lo expuesto no encuentro en el memorial elementos que permi-
tan apartarse del criterio prudencial que, con sustento en el art. 765 del
CPCC, ha realizado el sentenciante. Voto, en consecuencia,por la confir-
mación de la sentencia en este punto.'f41

En cuanto a la indemnización por el lucro cesante por privación


de uso de automotor, no hay dudas respecto de que el daño debe
acreditarse, pues se trata de un daño cierto cuya demostración debe
efectuarse por quien lo invoca. Cuando decimos que "el daño debe
acreditarse:' nos referimos a que el presunto damnificado debe
demostrar la actividad lucrativa que realizaba con el rodado (vgr.uso
como remis) y las ganancias dejadas de percibir, arrimando prueba,
respecto de esto último, de los ingresos percibidos en los meses ante-
riores al siniestro.

Además, tengase en cuenta que, no obstante su estrecha relación,


lucro cesante y daño emergente por privación de uso del vehículo
constituyen conceptos independientes y diferenciados en lo que
respecta a la admisión de los mismos frente a reclamos efectua-
dos.
Por eso, lo establecido en concepto de indemnización por uno no
implica una disminución de lo fijado por el otro. Esto es así habida
cuenta de la posibilidad de explotación económica del vehículo por

4 1 "Galeano Bogado, Vilma Jacinta c/Abalsamo, Joséy otros, s/daños y perjuicios" CNClV
- SALA F - 18/1 1/2003. (Voto Dr. Zannoni, sin disidencias) FUENTE:
http://www.eldial.com/suplementos/seguros/doctrina/se0402 19-d.asp .
u n lado y la factibilidad d e la utilización del mismo en otras activida-
des (esparcimiento, recreación, etc.), en el lapso en que el automotor
no es utilizado en su faz laboral o productiva. 42

Destrucción total del vehiculo y privación de uso


Al respecto, es m u y ilustrativo de la problemática y diversidad de
posturas jurisprudenciales que existe en este tema lo expresado en
su voto por la Dra. Graciela Medina, en autos "ROCHA, DanielJorge c.
NO, Robertoy otro SIDANOSY PENUlCIOSR43:
.. .Privación uso
La accionante reclamó en concepto de lucro cesante por la privación
de uso de su automotor durante 120 días, la sentenciante rechazó com-
pletamente el rubro en cuestión.
Ello as6 y teniendo en cuenta que el lucro cesante no puede presu-
mirse de la mera afectación de un vehículo a la actividad comercial, sino
que es condición necesaria que el propietario o usufructuario haya efec-
tivamente sufrido una frustración de aquéllas ganancias que podía
esperar (Cciv.y Com. San Isidro, Sala 11,7- 7 1-96,"Mormandi c/Panozzo'~,
como así también que las ganancias frustradas deben estar debidamen-
te acreditadas para la procedencia de este capítulo, pues el daño para
ser indemnizable debe ser cierto; como lo tiene resuelto la Corte
Provincial, no siendo bastante la posibilidad de la existencia de un per-
juicio, pues no corresponde acordar indemnizaciones sobre la base de
simples conjeturas (causa de esta Sala Ira. 77.132 del 20/8/98)., conside-
ro que no debe otorgarse indemnización por la privación del uso del
rodado a título de lucro cesante.
Corresponde examinar si corresponde otorgar la indemnización en
concepto de privación de uso, cuando como en el caso el vehículo sufrió
destrucción total.
Normalmente el daño que deviene la privación del uso está consti-
tuido por los días en que tardaron las reparaciones del rodado. En el pre-

42 Conforme, entre muchos otros, "Moyano, Armando a. C/Placon, Alberto S/Sumario':


Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil , Sala M, 7/72/90, FUENTE: vLex
(http://ar.vlex.com/vid/moyano-armando-alberto-35095237)Id. vLex: VLEX-35095237.
43 Causa n0:90253, Cámara Primera de Apelación en lo Civil y Comercial del
Departamento Judicial de San Isidro, Sala Primera, julio de 2002. Fuente:
http://www.gracielamedina. com/archivos/sen tencias/pdf/OOO1 O l .pdf . El fallo se
encuentra en el Apéndice, como CASO 8.
sente el rodado no se reparó sino que se destruyó totalmente y se ven-
dieron los restos.
En estos casos doctrina y jurisprudencia se encuentran divididas en
cuanto a la adm[sibilidad del reclamo. Un sector de la doctrina y juris-
prudencia entiende que si hay destrucción total no corresponde indem-
nización por privación del uso. En este sentido se ha sostenido:
"Cuando la destrucción del rodado es total, existe un perjuicio inte-
gro, un daño absolutamente consumado por la destrucción irredimible
de la unidad, que confiere un derecho al reembolso también total del
perjuicio sufrido. No cabe, en consecuencia, la compensación adicional
por el lapso razonable de detención y privación correspondiente a su uso
como ordinariamente se concede, ya que el resarcimiento integral que se
concede cubre ya todo posible perjuicio a su dueño o guardián. (C7 ra
Civily Comercial Bahía Blanca I A 7 98 7 -///S,citado por MOISSETESPANES,
Luis en Accidentes de automotores, p. 749).
Mientras que otro sector de la jurisprudencia admite la reparación
por privación del uso aún mediando destrucción total, entendiendo que
la privación del uso debe concederse por el tiempo prudencial que
demande la venta de los restos.
Al respecto se ha dicho:
" Cuando se ha vendido el resto del automóvil, la privación del uso
debe conceder por el tiempo prudencial que demande concretar la ope-
ración" (CCiv y Com Junin 3-994 Caporale Agustin d. La limpia y otra)
LLBA 7 994-43.
Entiendo que si la actora era poseedora de un rodado que fue total-
mente destruido, la indemnización por el valor del vehículo no cubre el
daño que a ella se le produjo por la privación de su uso. Lo difícil es cuan-
tificar el daño ya que en este caso no se puede estar al tiempo probable
de las reparaciones, ni tampoco se puede fijar arbitrariamente que la
accionante se vio privada 729 días de la utilización de su vehículo, como
lo establece el sentenciante.
En definitiva el daño es evidente pero no el tiempo que duro, ni el
cuantum del perjuicio, por lo tanto correspondeestablecerlo prudencial-
mente, y en este sentido estimo que resulta pruedente fijarlo en la suma
de $250 ( art 7 65 del C.P.C.C.)"
CAPIWLQ)VI
EJERCICIO DE LAS ACCIONES INDEMNIZATORIAS

15. LEGlTlMAClON ACTIVA.


La legitimación activa, en materia de acciones indemnizatorias,
es la aptitud para demandar por reparación de daños.

Como principio, la acción indemnizatoria corresponde al dam-


nificado directo o indirecto.

El art. 1.079 nos dice que "La obligación de reparar el daño causado
por un delito existe, no sólo respecto de aquel a quien el delito ha dam-
nificado directamente (damnificado directo), sino respecto de toda
persona, que por él hubiese sufrido, aunque sea de una manera indirec-
ta (damnificado indirecto o"de rebote").
Esta clasificación no debe confundirse con la de daño directo e
indirecto, que surge del art. 1068 y que vimos anteriormente.
Por ejemplo, si una persona sufre la amputación de un brazo y la
destrucción de su automóvil, se dice que es un damnificado directo
que sufrió un daño patrimonial indirecto (la perdida del brazo
repercute indirectamente en su patrimonio pues la ocasiona gastos
médicos e incapacidad laboral) y un daño patrimonial directo (el
menoscabo patrimonial ocasionado por la destrucción de su auto)
En cambio, si una persona muere, esto indirectamente causa un
daño propio a sus hijos, quienes son así damnificados indirectos
que sufren un daño patrimonial directo (el menoscabo patrimonial
ocasionado por la falta de los aportes del fallecido a la subsistencia
familiar) y tal vez un daño patrimonial indirecto ( por ejemplo, un
daño psíquico que genera gastos por tratamiento y un porcentaje de
incapacidad sobreviniente)
16. LEGITIMACIÓNACTIVA EN CASO DE MUERTE DE LAVICTIMA.
Conforme a la interpretación doctrinaria y jurisprudencia! de
los arts. 1884 y 1085 del Código Civil, se presume, iuris tantum,
que el dafio lo sufren el cónyuge y los herederos forzosos de la
victima, (en principio, hijos y padres). El dafio consiste en la per-
dida del aporte económico que el fallecido hacía a la subsistencia
del cónyuge y los herederos forzosos.

El art. 1084 nos dice que "Si el delito fuere de homicidio, el delin-
cuente tiene la obligación de pagar todos los gastos hechos en la asis-
tencia del muerto y en su funeral; además lo que fuere necesario para la
subsistencia de la viuda e hijos del muerto, quedando a la prudencia de
los jueces, fijar el monto de la indemnización y el modo de satisfacerla."

Esta norma es completada por el artículo siguiente:

'Art. 7.085. El derecho de exigir la indemnización de la primera parte


del artículo anterior, compete a cualquiera que hubiere hecho los gastos
de que allí se trata. La indemnización de la segunda parte del artículo,
sólo podrá ser exigida por el cónyuge sobreviviente, y por los herederos
necesarios del muerto, si no fueren culpados del delito como autores o
cómplices, o si no lo impidieron pudiendo hacerlo."

Corresponde hacer diversas precisiones sobre el tema:

1) Por analogíalestos artículos se aplican también para casos de cua-


sidelitos e incluso cuando el factor de atribución es objetivo (vgr. Daño
causado por el riesgo de la cosa, art. 11 13,2O párrafo, segunda parte)

2 ) En el artículo 1084 aparecen dos tipos de daños: Por un lado,


"todos los gastos hechos en la asistencia del muerto y en su funeralYSe
trata de un daño emergente y quien haya hecho el gasto (cónyuge,
hijos, amigos, etc) puede demandar la indemnización. Por otro lado,
los gastos necesarios para la subsistencia del cónyuge sobreviviente
y los herederos necesarios del muerto (arg.conf arts 1084 y 1085.Este
ultimo complementa al anterior y ofrece una enumeración más
amplia de legitimados activos)

3) Herederos necesarios (o forzosos) son los descendientes, ascen-


dientes y el cónyuge, (arg.conf. art. 3592)
4) En estos casos, existe una presunción iuris tantum de que
estos legitimados sufrieron un daño. Para eximirse de responder, el
demandado deberá acreditar que los actores no recibían ningún
aporte económico de parte de la victima. En rigor, esta presunción
rige en especial a favor del cónyuge sobreviviente, de los hijos
menores de edad o incapaces'y de padres ancianos. En el caso de
hijos mayores de edad, la jurisprudencia tiende a exigir la prueba de
parte de estos de que recibían un aporte económico del fallecido.Así,
en autos "Socolosky Hugo Raul y otro c/ Secretaria de Inteligencia
del Estado y otro S/ daños y perjuiciosí la Sala III de la Cámara
Nacional en lo Civil y Comercial Federal se sostuvo que "la presunción
iuris tantum contenida en los artículos 7 084 y 7 085 del Código citado
está limitada al cónyuge y a los hijos menores o incapaces". En tal sen-
tido se continuó diciendo que ''Dada la mayoría de edad y la plena
capacidad civil de los actores, es claro que éstos no pueden invocar la
presunción iuris tantum del carácter cierto del daño prevista en el art.
7084 del Código Civil. Es que ella juega -según lo ha establecido unifor-
mente la doctrina y la jurisprudencia- a favor de los hijos menores de
edad ya que los mayores, según el curso ordinario de las cosas, se inde-
pendizan, forman otra familia y viven de su oficio o profesión..."Siguió
diciendo el magistrado preopinante, Dr. Antelo, que "... la expresión
l'valor vidau-verdadera licencia del lenguaje- alude, como es sabido, a la
pérdida económica que sufren quienes dependían de los aportes econó-
micos del causante para SU propia subsistencia, para lo cual es preciso
establecer de qué recursos económicos se han visto privados aquéllos
frente al deceso de la víctima (conf. esta Cámara, Sala 11, causas: 7722 del
4.5.79; 3073 del 77. 70.84; 548 7/97 del 24.70.95; 733/97 del 75.07.00;
entre otras).A ese fin, se deben tomar en cuenta las condiciones perso-
nales del muerto y de las personas que pretenden ser resarcidas (edad,
sexo, condición económico - social; actividades cumplidas y condiciones
de progreso, etc.). Pues bien, al ponderar tales aspectos advierto que la
Sra. Fijman tenía, al tiempo del hecho, 75 años de edad, en tanto que sus
hijos Hugo Raúl y Marcelo Oscar Socolosky,54 y 47 años respectivamen-
te...íp ara concluir que "....no es razonable admitir que una persona que
tiene como único recurso un beneficio jubilatorio, pueda sostener eco-
nómicamente a dos personas mayores."44

44 C. No4550/99 - '5ocolosky Hugo Raul y otro dSecretaria de Inteligenciadel Estado y otro


s/daños y perjuicios" - CNUV Y COMFED - Sala 111 - 22/7 0/2003. Citar: elDial - AA 1 C5C.
5) El daño es propio del cónyuge y herederos forzosos. Es decir,
reclaman por un perjuicio que les ocasionaron a ellos, no por un
supuesto daño sufrido por el fallecido.

6 ) Si la muerte se debió a un incumplimiento contractual para con


el fallecido (vgr. Incumplimiento del contrato de transporte) , la
jurisprudencia entiende que estos legitimados, como sufrieron un
daño propio, (dicho de otra manera, no reclaman en carácter de suce-
sores del fallecido), deben encuadrar la demanda en la orbita de la
responsabilidad extracontractual, porque eran terceros ajenos al
contrato celebrado entre el demandado y el fallecido. Por ejemplo,en
autos"S~Ñl~K, Miguel Luis c/ AMSA ASISTENCIA MEDICA ARGENTINA
SA S/ COBRO DE SUMAS DE DINER0:'la Sala I de la Cámara Nacional
en lo Civil dijo que 'Si la lesión que produjo la muerte de la paciente se
produjo cuando estaba internada en terapia intensiva o al entrar o salir
del quirófano por una deficiente atención del personal del sanatorio, la
responsabilidad de la clínica por el incumplimiento del deber de seguri-
dad se prolonga tanto en el ámbito contractual como en el extracon-
tractual. De ahí que, si quien demanda es el cónyuge de la víctima falle-
cida, puede sostenerse que existe una prolongación de la obligación de
seguridad al ámbito extracontractual o bien que el contrato pasado en
vida por el causante con la clínica, donde ésta asume -como propio- un
deber medical eficiente, ha sido un medio extracontractual de perjudicar
a terceras personas en los términos de los arts. 7 709, 7 7 73 y sigtes. del
Código Civil..." y que "El deber de seguridad que pesa sobre las clínicas
también existe respecto de terceros ajenos al contrato ya que se trata de
una obligación 1egal.Si un establecimiento médico está habilitado como
tal, no sólo debe tener profesionales competentes y personal idóneo sino
que debe prestar el servicio en forma adecuada a fin de salvaguardar la
vida y la salud de los pacientes (conf: CSJN, L.L. 7 984-B-389). De ahí que,
el incumplimiento de esta obligación de seguridad por parte de las clíni-
cas la hace responsable tanto en el ámbito contractual como en el extra-
.
contractual."45 En el mismo sentido, en autos "F., M. P. y otros c/
Punto 3 S.A. S/ daños y perjuiciosí la Sala A de la Cámara Nacional

45 SEÑIUK,Miguel Luis c/AMSA ASISTENCIA MEDICA ARGENTINA SA s/COBRO DE SUMAS


DE DINER0"Sala 1 de la Cámara Nacional en lo Civil, 12-09-02.(Sumario NO15772 de la
Base de Datos de la Secretaría de Jurisprudencia de la Cámara Civil - Boletín N02/2004.
en lo Civil sostuvo que en la especie, donde la acción no es ejercida
l...

por quien fuera parte del contrato, sino por su cónyuge supérstite e hijas,
es claro que la cuestión ha de encuadrarse en la órbita de la responsabi-
lidad extracontractual, pues el daño sufrido a causa de la muerte del
esposo y padre de quienes demandan iure propio, en calidad de damni-
ficadas indirectas, no tiene su origen en el negocio que dio cabida a la
obligación de seguridad, inexistente por cierto entre éstas y la sociedad
demandada."

7 ) El monto de la indemnización por la perdida del aporte econó-


mico que el fallecido hacía a la subsistencia del cónyuge y los here-
deros forzosos y la manera en que la misma se abonará queda libra-
do " a la prudencia de los jueces" (art. 1084).Volveremos sobre el deli-
cado tema de la cuantificación de daños más adelante.

Otros legitimados activos por causa d e muerte: Otras personas,


por ejemplo, concubinos o hermanos del fallecido, pueden sufrir ese
daño, pero deben probar que dependían del aporte económico del
fallecido para su subsistencia, pues no opera ninguna presunción a
su favor. En este ultimo caso, reclamarán como damnificados indirec-
tos, según lo permite el art. 1079, que establece que "La obligación de
reparar el daño causado por un delito existe, no sólo respecto de aquel a
quien el delito ha damnificado directamente, sino respecto de toda per-
sona, que por él hubiese sufrido, aunque sea de una manera indirecta."

Así, ha dicho la Corte Suprema de la Nación, al hacer suyos los


argumentos del Procurador General, queUconreferencia aldaño mate-
rial, si bien es cierto que el actor no demostró el aporite concreto que reci-
bla de su concubina, también lo es que el a-quo pareciera no haber pon-
derado que, mediante las declaraciones testimoniales en el principal y
en el beneficio de litigar sin gastos, puede entenderse que se encuentra
acreditado que convivla con ella, que tenlan proyectos en comiin, y que
el apelante estaba sin trabajo desde hacía tres años (v. testimoniales en
el expediente del beneficio,. .., respuesta a la tercera pregunta). Por otra
parte, estimo que no aparece como fundamento suficiente para restrin-
gir la indemnizaciónpor este rubro, la afirmasión dogmdtica en orden a
que los ingresos de la vlctima no hubieran alcanzado para cubrir ambas
necesidades (las de la madre y las del actor), dado que no existen cons-
tancias en autos acerca del importe de tales ingresos, n i de la cantidad
que destinaba para la madre.-
Tampoco parece razonable que, solamente sobre la base de tales
consideraciones, pduzca el resarcimiento a S 7.000, sin dar explicacio-
nes acerca de la notable diferencia con el monto de S 50.000, que - con
los mismos elementos - determind la lueza de Primera In~tancia."~~

17. LEGITIMACIÓN ACTIVA EN CASO DE DAIÑOS MATERIALES.


El art 1110 del CCivil nos dice que "Puede pedir esta reparación, no
sólo el que es dueño o poseedor de la cosa que ha sufrido el daño o sus
herederos, sino también el usufructuario, o el usuario, si el daño irrogase
perjuicio a su derecho..."

También está legitimado cualquiera que haya pagado la repara-


ción, por aplicación de los arts. 727 y 728 del Código Civil,

Por ejemplo, en un reciente fallo, la Cámara Nacional de


Apelaciones en lo Civil consideró que tiene legitimación activa para
reclamar los daños ocasionados al automotor, aquel que al momento
del siniestro lo conducía sin ser propietario del rodado, ya que acom-
pañó un presupuesto por costo de las reparaciones extendido a su
nombre, con lo que ha quedado comprobado su carácter de usuario.

Así lo dispuso la Sala L, en los autos "PACHECO, HUGOALBERTO V


DE LUG4, MIGUEL ALBERTO Y OTROS SIDANOS Y PERJUICIOS (ACC.
TMNS. V LES. O MUERTE)". 47

En primera instancia se hizo lugar a la demanda por la cual el actor


reclama se lo indemnice por los daños y perjuicios padecidos como
consecuencia del accidente ocurrido el 12 de agosto de 1996, en cir-
cunstancias en que, encontrándose detenido sobre la calle Vieytes, en
su intersección con la Avda. Hipólito Irigoyen, de la localidad de
Banfield, Partido de Lomas de Zamora, Provincia de Buenos Aires,
resultó embestido por un rodado Peugeot 405 GLD.

46 "Folgan, Roberto c/ Del Rivero, Edgardo Sergio y otro", F. 468. XXXVll - CSJN -
02/72/2003.Citar: elDial.com AA 7 E53.
47 Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, sala L, 30/09/08. Citar Lexis N* 70050 746.
Se agravian la codemandada Carrazana y la citada en garantía por
considerar, entre otros puntos, que el actor no se encontraba legi-
timado para reclamar !os daños sufridos por el rodado marca
Ford Falcon, dominio B 1.564.237; por no ser propietario del mismo
a la fecha del siniestro.

En la Alzada el vocal preopinante fue la Dra. Pérez Pardo, quien


comenzó señalando que "ninguno de los codemandados cuestiona-
ron, ni negaron oportunamente, que fuera el accionante quien, al
momento de! accidente, estuviera circulando a bordo del vehículo Ford
Falcon. A lo cual debo sumar que elpresupuesto que en copia obra glo-
sado a fs..., fuesolicitadopor el actor con fecha 26 de agosto de 1996."(la
negrita es nuestra)

Por otra parte, recuerda que "dispone el plenario "Belluci, Nicolás R.


C/ Pollano, Edgardo C. y otros" del 30/72/7985, que "el usuario, enten-
diendo comprendido en tal concepto todo aquel que haga valer el dere-
cho que le confiere su calidad de poseedor, usufructuario, usuario -este
último en los términos del art. 2948 del Cddigo Civil- está legitimado
para reclamar indemnizaciónpor los daños sufridos por el rodado aun-
que no haya efectuado o pagado las reparaciones, y sin que a ello obste
que no se haya probado la calidad invocada en la demanda si se acredi-
ta otra que déderecho alresarcimientoY(la negrita es nuestra)

Por lo tanto "comprobadosu carácter de poseedor o de usuario, aun-


que no hubiera demostrado la titularidad dominial, será suficiente para
admitir su legitimación. En autos el actor conducía el vehículo en el
momento del accidente y acompañó un presupuesto por el costo de las
reparaciones extendido a su nombre. Ello resulta suficiente a fin de
admitir la legitimación para efectuar este reclamo." (1 a neg r it a es n ues-
t ra)

Siendo compartido este criterio por el resto d e los integrantes d e


la Sala, se resolvió confirmar este punto d e la sentencia apelada.
18. LEGITIMACIÓN ACTIVA EN CASO DEL DAÑO MORAL.
El art. 1078 del CCivil establece que
"La obligación de resarcir el daño causado por los actos ¡lícitos com-
prende, además de la indemnización de pérdidas e intereses, la repara-
ción del agravio moral ocasionado a la víctima.
La acción por indemnización del daño moral solo competerá al dam-
nificado directo; si del hecho hubiere resultado la muerte de la víctima,
únicamente tendrán acción los herederos forzosos."

A su vez, el art 1099 nos dice que

"Si se tratare de delitos que no hubiesen causado sino agravio moral,


como las injurias o la difamación, la acción civil no pasa a los herederos y
sucesores universales, sino cuando hubiese sido entablada por el difunto."

Aquí también corresponde hacer diversas precisiones:

1) Si la victima no fallece como resultado del hecho (vgr. quedá


cuadriplejica o se trata de un caso donde se dañaron cosas de su pro-
piedad) solo ella puede reclamar por daño moral. Dicho de otra
manera, si la victima queda cuadriplejica solo ella está legitimada
para reclamar por daño moral. El cónyuge, los hijos y los padres no.

2) Lo anterior supone un resultado injusto. En efecto, jcuál es la


razón para admitir la legitimación a una madre por el dolor que le
causa la muerte de un hijo y negarle dicha legitimación a otra madre
por el dolor que le ocasiona ver a su hijo cuadriplejico?.Justamente, en
u n caso de mala praxis producido en u n hospital publico y por el
cual un niño de cuatro años quedó con gravísimas e irreversibles
lesiones cerebrales, en virtud de las cuales quedol cuadripléjico, la
Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires, por
mayoría de fundamentos, declaró de oficio la inconstitucionalidad
del art. 1078 del Código Civil en cuanto veda la reparación del daño
moral a los damnificados indirectos y, en consecuencia, confirmó el
pronunciamiento impugnado en cuanto reconoció una indemniza-
ción por daño moral para cada uno de los padres.*

48 'C., L. A. Y OTRA CONTRA HOSPITAL ZONAL DEAGUDOS GENERAL MANUEL BELGRANO


Y OTROS. DANOS Y PERJUICIOS".Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos
Aires, 7 6/05/07. Fuente: www.scba.gov.ar .
3) Por otro lado, "El artículo 1078 del Código Civil admite que los
herederos forzosos reclamen el daño moral cuando el hecho dañoso
hubiese producido la muerte de la víctima. En ese supuesto, el artículo
prevé el ejercicio de la acción iure propio y no iure hereditatis por parte
del sucesor: este reclama el daño que personalmente causó la muerte del
causante, y la acción que ejerce no deriva del patrimonio del causante
sino que nació en su cabeza. En cambio, el artículo 1099 del mismo
Código, sólo permite el reclamo por parte de los herederos y sucesores
universales, del agravio moral padecido por el causante cuando la
acción civi1"hubiese sido entablada por el difuntoYla norma establece el
principio de que la acción para reclamar compensación por el daño
moral NO se trasmite a los herederos, salvo que ya hubiera sido deducida
en vida por el ca~sante."~~. En el mismo sentido, la Sala I de la Cámara
Nacional en lo Civil y Comercial Federal entendió que "el principio
general establecido en el Código Civil limita la posibilidad de demandar
y ser indemnizado por daño moral sobre derechos personalisimos -como
lo es este atributo de la personalidad- al damnificado directo (art. 1099,
7 109 y 1 1 10, del código civil), que en el caso no puede ser otro que el titu-
lar del nombre utilizado en la propaganda (art. 20, ley 18.248). Siendo
ello as4 sus herederos forzosos no tienen derecho a reclamar dañosy per-
juicios morales si el causante no hubiera promovido con anterioridad a
su deceso la acción pertinente. Y toda vez que la publicidad de la que se
agravian se produjo con posterioridad a la muerte de Juan Badian, los
accionantes carecen de titulo legitimo para ser resarcido^."^^

19. QUID DEL DAÑO MORAL POR FALLECIMIENTO DE LA


\.~CTI MA.
Si la victima fallece como resultado del hecho, nuestra ley se enro-
la en una posición restrictiva, ya que no admite la reparación del
daño moral acarreado a damnificados indirectos, sino sólo si del
hecho resultó la muerte de la victima. Aún en ese caso, no cualquier
damnificado indirecto puede reclamar indemnización, sino solo
los herederos forzosos. Quedan afuera, por ejemplo, los concubinos
y los hermanos de la victima. Esta interpretación restrictiva es segui-
da por la mayoría de nuestra jurisprudencia.

50 KOSMAN DE BADIAN, REBECA C/DIRECCION GENERAL IMPOSITIVA SIDANOS Y PERJUI-


CIOS. CAUSA No5595/92. CAMARA CIVCOMFED Sala 1, DE LAS CARRERAS - FARRELL,
25/06/98. Citar: elDial - AF12 7A.
De todas maneras, resulta ilustrativo transcribir los fundamen-
tos de una de las relativamente pocas sentencias que admitió [a
indemnización por daño moral a favor de un concubina. Se trata
d e "R. S. E. C/ Bustos Esteban S/ daños y perjuicios" y "A. A. A. c/
Bustos Esteban y otra s l daños y perjuiciosu5'.
El fallo pasa revista al estado actual d e la cuestión y e n el se sos-
tiene que "parece injusto que, tratándose de la muerte de la persona con
quien se ha estado unido por lazos de afecto, el daño moral y la conse-
cuente indemnización pueda ser presumido en caso de matrimonio y
negado a quien, por no mediar la institución matrimonial, se encuentra
en iguales condiciones de convivencia estable y de formación de una
progenie... el rechazo indemnizatorio, en este caso, se parece más a la
sanción a una conducta que de hecho no la tiene -la convivencia sin
matrimonio- que una adecuada respuesta en orden al derecho de daños
(conf arts. 78y 79 de la Const. Nacional)." Para el vocal preopinante, Dr.
Oteriño, "la finalidad de la ley de restringir el cupo de legitimados, aten-
dible "prima facieffpara no multiplicar el numero de los reclamantes
comprendidos en la aflicción, no puede llegar al extremo de desconocer
el explicable dolor de quien, al igual que el cónyuge supérstite, también
ha visto zozobrar SU patrimonio espiritual, con clara afectación de los
valores paz, seguridad, tranquilidad,justicia."
"Conforme a estos criterios, la Cámara Nacional Civil sostuvo la legi-
timación de la concubina para reclamar la lesión psíquica, por constituir
una especie de incapacidad sobreviniente, entendiéndose, desde la esfe-
ra de la doctrina, que con ello no se ha hecho más que reconocer una
solución axiológicamente valiosa: el derecho de la nombrada a un resar-
cimiento por daño moral (conf CNCiv, sala J, dic. 1 7/97, con nota de
Agoglia, Boragina, Meza, en "L. L. ;2/9/98, pág. 6)."

Asimismo, continua el fallo, "el Tribunal Colegiado Extrac. de Santa


Fe no 7,2da. Sec., historiando la evolución de la doctrina y jurisprudencja
y aspectos puntuales de la Iitis, ha admitido la indemnización en exa-
men, con fundamento en criterios de reparación integraly en el hecho de
no existir una prohibición expresa de la pretensión, lo cual habilita, a su
criterio y en la medida de la prueba, el otorgamiento de la indemniza-
ción por daño moral (conf. expte. 24 7, fOSO0, año 7 989, res. 7 07, P 378/98,

5 7 Sentenciadictada por la Sala 11 de la Cámara de Apelaciones en lo Civily Comercial de


Mar del Plata el 23 de noviembre del2004. Fuente: www.scba.gov.ar .
t.49, en "Revista de Derecho de Dañosí200 1/2,Rubinzal Culzoni Editores,
pág. 34 1 y siguientes).-
Tal es, asimismo, la dirección que impera en la doctrina (conf. Zavala
de Gonzalez, Matilde, "Resarcimiento de daños;2a, n088,pág.392 y sigts.;
2b, 0765, pág.553; Gandolla, J.E.,,"EI daño moral por muerte del concubi-
no; pág.2 17,, en "Daño moralí Rev.Derecho de Daños, edit. Rubinzal-
~ulzoni;'Yornadas sobre Temas de Responsabilidad civil en caso de
muerte o lesión de personas; Dictamen "A:' Rosario, 1979; 'Yornadas de
Derecho Civil de San Juan; 7 984)."

Por eso, a la luz de los hechos y circunstancias mentados,"cabe


concluir que el precepto resulta inaplicable en el particular, por resultar
lesivo de derechos fundamentales y garantías de raigambre constitucio-
nal, como lo son la protección integral de la familia y la igualdad ante la
ley,en la certidumbre de que la muerte del compañero ha conculcado en
la concubina un derecho legítimo, proveniente de su emplazamiento
existencia1y suficientemente acreditado a partir de la relación estable y
prolongada mantenida con la víctima y de la crianza de sus cuatro hijos
(uno,hijo de ambos, y los otros tres del anterior matrimonio de aquél)."

De esta manera, se decide "la admisión del reclamo indemnizatorio


de la concubina, con la consiguiente confirmación del decisorio de pri-
mera instancia, fundamentado en los preceptos constitucionales de pro-
tección de la familia (arts. 14 bis, tercer párrafo, Const. Nacional; 17,27y
concds. de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, "Pacto
de San José de Costa Rica': 10 y 23 "Pacto Internacional de Derechos
Económicos Sociales y Culturales y Pacto internacional de Derechos
Civiles y Políticos"),igualdad ante la ley (art. 16 Const.Nacional) y doctri-
na emanada del art. 1079 del C.Civi1, en cuanto sienta el principio gene-
ral de responsabilidad civil y, a su amparo, amplía el espectro de los legi-
timados para reclamar por daño.""

52 Similar tesitura se siguió en los autos "HERNÁNDEZ, MARIÁROSA CNVITOMSKI,MARI0


NORBERTO Y OTROS SIDANOS Y PERJUICIOSI Cámara de Apelación en lo Civil y
Comercial de San Isidro, Sala Segunda,27/02/07,(fuente: www.scba.gov.ar)y "CAMAR-
GO MONICA Y OTRO C. LIMA ROBERTO Y OTRA SIDAÑOS Y PERJUIílOSI Cámara de
Apelaciones en lo Civil y Comercial de Mar del Plata, Sala Segunda, del 26 de diciembre
de 2007 (fuente: www.scba.gov.ar). Cabe destacar que, en el último fallo citado, el tri-
bunal marplatense declaró de oficio la inconstitucionalidad del art. 1078,modificando
el criterio expuesto en el fallo arriba comentado, donde solo se había pronunciado por
la inaplicabilidad de dicho articulo al caso concreto.
Siguiendo eon el caso de muerte y de vuelta con los herederos
forzosos, cuadra observar, citando un fallo del Superior Tribunal de la
Provincia de Córdoba, que "El término de "'herederos forzosos"de1Art.
7 078, refiere a todos aquellos que son legitimarios potencialmente con
independencia de hecho que queden o no desplazadospor la existencia
de herederos de mejor grado. El Término en cuestión, legitima única-
mente para ejercer la acción a su cónyuge, sus hijos y demás descen-
dientes, sus padres y demás ascendientes...Los nombrados, aunque dam-
nificados indirectos por el homicidio tienen acción para pretender la
reparación del agravio moral sufrido, con el cual se abre una excepción
al principio que reserva a los damnificados directos, en general la titula-
ridad de esa facultad. La referencia que efectúa el art. 1078 cc. a los
herederos forzosos no tiene aptitud para derivar la cuestión al ámbito
hereditario, determinando la rígida aplicación de los principios del
Derecho Sucesorio. Se trata tan sólo de un parámetro objetivo, técnico,
orientado a enunciar el catálogo de posibles damnificados indirectos
que (por su propia imperfección) requiere de una cosmovisión suficien-
temente amplia para posibilitar solucionesjustas, que respeten la letra y
espíritu de la ley. Con la tesis amplia, no se posibilita la existencia de una
"catarata de damnific~dosl como así tampoco al tergiversar el sentido
/imitativo que indudablemente ha ten& el art. 1078 c.c, en materia de
lecgirimación activa de los damnificados indirectos. El Juez siempre
podrdvalorar de distinto modof cualitativay cuantitativamente,laspre-
tensiones resarcitoricrs de aquellos legitimados que no tengan vocación
hereditaria actual ( vg..daño sufrido por el abuelo con motivo de la
muerte de su nieto, cuando el padre de la víctima también reclame repa-
ración). Lo que no resulta admisible es rechazar in limine una pretensión
deducida por un legitimado que no tenga vocación hereditaria actual,
práctica en la que equivocadamente incurren numeroso tribunales." 53
(la negrita es nuestra)

En el mismo fallo se destaca el hecho que además de ser esta la


postura hoy en día dominante en la doctrina, la misma tiene -en la
actualidad- "respaldojurisprudencia1 por la Corte Suprema de Justicia
de la Nación ( C.S.J.N., "Frida A. Gómez Orue de Gaete y otra v. Prov. de

53 "CAMPOS, JAVIER S/ p.s.a. de Homicidio Culposo- Recurso de Casación- - TRIBUNAL


-
SUPERIOR DE LA PROVINCIA DE CORDOBA. 19/03/2003. Citar: elDial CA 79A9.
Buenos Aires y otros s/daños y perjuicios; 9/12/93, E 279. XXII originario,
por mayoría, con los votos de los Dres.: Carlos S. Fayt, Enrique Santiago
petracchi, Mariano Augusto Cavagna Martínez, Julio S. Nazareno,
Eduardo Moliné O'Connor; C.S.J.N., l'Silveyra,Alberto y otros c/ Empresa
FerrocarrilesArgentinos y otros.s/Daños y Perjuicios:'S 973 XXXI, 7 5/7/97.
Con voto de la mayoría Dres.: Fayt - Belluscio - Petracchi - Boggiano -
-.
Bossert - Vázquez Disidencia: Nazareno - Moline OfConnor - López.;
C.S.J.N., "Budín, Rubén y otros c/ Buenos Aires, Provincia de s/daños y per-
juiciosíS. B142XXll1, 7/8/97." Asimismo, en igual sentido se han expe-
dido otros tribunales: llS.C.Mendoza, sala 11, junio 1-1990, '%.c.Carrizo,
Nélida p./homicidio culposo p/casación; LS, 2 15-19 1; C.Nac. Civ., en
pleno, 28/2/94, "Rui. Nicanor y otro v. Russo, Pascua1 P." Acuerdo
Plenario, por mayoría; C.3a. C.C. Cba., S. no 134, "Benega,Juan Carlos c/
E.P.E.C.-Ordinario-; fecha 29/12/88, Pub. S.J. no729,30/3/89.En igual sen-
tido el mismo Tribunal en autos'5ucesión de Saturnino Bus c/ Miguel A.
Motura y otro -Demanda-; S. no 38, 78/5/91, Pub. S.J. 873, 27/2/92.;
"González, Lucía A. c/Carlos J. Garif y otro -Daños y perjuicios-; S. n 7 0,
O

15/4/94,Pub. S.J. no 1025,del23/2/95)."(la negrita es nuestra)

20. QUID DEL DAÑO MORAL POR DAÑO O DESTRUCClON


TOTAL DEL VEHICULO.
En algunas demandas, bajo el rubro "privación de uso del auto-
motor" se busca el resarcimiento del daño emergente, del lucro
cesante y del daño moral ocasionado por tal situación. En otras, el
daño moral ocasionado por el daño o destrucción total del vehiculo
se pide aparte.
Acerca del daño emergente y el lucro cesante en la privación de
uso nos hemos referido en otro lugar de esta obra 54.

Ahora trataremos la admisibilidad o no del reclamo por daño


moral, en casos donde solo se hayan producido daños materiales
en el rodado, es decir, en ausencia de lesiones físicas o psíquicas por
parte de las victimas.

El punto es controvertido en jurisprudencia y doctrina.


Así, por ejemplo, se ha dicho:

54 Supra punto 74.


a) A favor d e la admisión del rubro:

* "La privación del uso del automotor configura un daño moral


indemnizable ya que la imposibilidad de utilización de su vehículo le
produce al dueño una obvia reducción en sus posibilidades de esparci-
miento y una insatisfacción espiritual ante el impedimento del goce de
la cosa propia.""
* "Quien sufre de repente la destrucción parcial de su automotor por
culpa o responsabilidad de un tercero experimenta un "perjuicio aními-
coMdeentidad que esta dado por multitud de motivos; obligado y súbito
cambio de p1anes"modus vivendiíetc., denuncia del hecho ante la auto-
ridad policial, ante la Componía Aseguradora, obtención de 2 o 3 presu-
puestos en talleres mecánicos, fotografiar el vehículo colisionado, etc.,
esa serie de inconvenientes y molestias encuadran en el daño moral que
debe ser resarcido en el marco de aplicación del Art. 7078 del CC/Y6

b) En contra d e la admisión del rubro:

* "El desagrado que para el accionado puede producir el accidente de


tránsito - sin consecuencias personales, no es un daño moral, porque
tal estado de ánimos forma parte de los riesgos que se corren diaria-
mente por vivir en la ciudad y todo daño moral experimentado se ve
reparado con elpago del daño material"

C) Posición intermedia

*'"En materia de accidente de tránsito que sólo causan daños a los


vehículos cabe, en principio, presumir la ausencia de agravio moral de la
víctima, sin perjuicio de la posibilidad de que el reclamante aporte prue-
ba que permita tenerlo por probado!58
*"Es cierto que existe angustia cuando se ha producido un accidente
de tránsito, que el momento del choque implica un trauma para el con-

55 C. Civ.y Com.San Isidro,sala lal 2/4/1 993, - Testorelli,Horacio F. v. La Austral Cía. Arg. de
Seguros.JA 1994 - 111, síntesis.
56 C. Civ. y Com. Mar del Plata, sala 24 26/6/1986, - Molina, Neri Alejandro v. Barraza,
Rubén Mario s/lndemnización daños y perjuicios.Fuente: www.scba.gov.ar .
57 Cámara Nacional en lo Civi1,Sala F. LL 1979 -1V -225.
58 Conf Cámara de Apelaciones de Concepción del Uruguay,Sala Civil y Comercial del 02-
04-2000.
ductor - trauma que se da en la misma, o aún en mayor medida en el cul-
pable - y que deben cumplirse trámites engorrosos, pero esas situaciones
se repiten a lo largo de la vida en múltiples circunstanciascotidianas.-
Vivir implica un riesgo, el sufrimiento, las molestias, los inconvenien-
tes que nos causan los demás de una u otra manera forman parte de la
c0tidianeidad.-
Y en el caso de los accidentes de automotores el pago de las indem-
nizaciones por el daño patrimonial y el sistema de seguros resarcen los
daños y vuelven las cosas al estado anterior, quedando para la víctima
solo un recuerdo desagradable.- Si los ciudadanos de nuestro país,
pudieramos en estos momentos reclamar resarcimiento del daño moral
por cada una de las situaciones que nos agreden traumatizan, angus-
tian y obligan a efectuar trámites engorrosos de las que somos víctimas
inocentes, el sistemajurídico se encontraría dando solución a problemas
que deben serle ajenos.. .
...Ello no implica que no pueda, en cada caso, analizarse la proce-
dencia del reclamo tomando en cuenta la acreditación de la existencia
del daño y la entidad del mismo.. .
Si bien en algunos casos corresponde indemnizar el daño moral que
ocasiona la destrucción del vehículo que se utiliza para el trabajo perso-
nal, cuando ello provoca una sensible disminución de los ingresos, con
las consecuentes angustias, zozobras, aflicciones y padecimientos que
importa el abrupto descenso en el nivel de vida; no procede en cambio el
reconocimiento del daño moral cuando el actor a raíz de la privación
transistoria de un bien material ha debido soportar las incomodidades
que ello trae aparejado (C. 7 Civ. y Com. La Plata, sala 2" del 6-3- 7990
Q

fSantoro, Abel c/Lavatelli, José y otro s/Daños y perjuicios'í. C. 7 a Civ. y


Com. La Plata, sala 7 del 2 7-4- 7 992 "Simionato, Marcelo c/SEVEL
Q

ARGENTINA s/Daños y perjuicios)." 59

Nuestra posición:
Refiriéndonos a otro tema, pero con argumentos que entende-
mos se aplican perfectamente a este caso, hemos dicho que

59 Causa n0:90253, Cámara Primera de Apelación en lo Civil y Comercial del


Departamento Judicial de San Isidro, Sala Primera, julio de 2002. (Voto de la Dra.
Cabrera de Carranza). Fuente: http://www.gracielamedina.com/archivos/senten-
cias/pdf/000 70 7.pdf. El fallo se encuentra en el Apéndice, como CASO 8.
60 Rossi,Jorge Oscar, "Por la tutelajudicial efectivapara las victimas de "pequeñosdaños:'
Revista Foro de Córdoba No 7 17, noviembre de 2007.
"Entidad:'"envergaduray son palabras que se usan con insistencia en
nuestra jurisprudencia a la hora de hablar de los requisitos del daño
moral resarcible.Si el daño no tiene 'tierta entidadyno se resarce. El daño
insignificante, no q resarce. El daño mínimo no se resarce. Parece como
si el daño moral pudiera ser pesado o medido: si pesa mas de un kilo,
tiene cierta entidad, si mide 2 metros, tiene envergadura. Son ejemplos
disparatados para ilustrar un tema disparatado. Es que, si el daño es la
lesión a un derecho, no hay lesiones mínimas ni maximas: hay lesiones o
no las hay. Si hay lesión, hay daño y este debe ser reparado. No se trata
de una cuestión cuantitativa sino cualitativa.
El primario y personalísimo derecho a la vida incluye al derecho a la
calidad de vida, es decir, a vivir una vida de calidad tal que se diferencie
nítidamente de la mera subsistencia. Dicho de otra manera, el derecho a
la vida no se satisface con solo tener derecho a que no nos maten.
La calidad de vida depende de factores patrimoniales y extrapatri-
moniales que deben ser tutelados judicialmen te."
Como expresara la Dra. Matilde Zavala de González ", lo impor-
tante, a la hora de resarcir, pasa por la injusticia del dufio, no por su
cuantía. La cuantía del daño estará en relación con la cuantía del
monto resarcitorio 62, pero esto es muy distinto a decir que no corres-
ponde ningún resarcimiento.

21. LEGITIMACION PASIVA.


Tienen legitimación pasiva, es decir que pueden ser demandados
por indemnización, el responsable directo (quien realizó el acto
dañoso personalmente) y el responsable indirecto, dado que "La
obligación del que ha causado un daño se extiende a los daños que cau-
saren los que están bajo su dependencia, o por las cosas de que se sirve,
o que tiene a su cuidado..."(art. 1 1 13 del Código Civil).
Si el responsable fallece, la acción "puede deducirse contra los suce-
sores universales de los autores y cómplices, observándose,sin embargo,
lo que las leyes disponen sobre la aceptación de las herencias con bene-

6 7 Zavala de González, Matilde, "Los daños morales minimosí L.L. 2004-E- 73 7 l .


62 Por ejemplo, en los ya mencionados autos "ROCHA,DANIEL JORGEC/CAMANOROBER-
TO Y OTRO S/ DANOS Y PERJUICIOS': que figuran en el APENDICEcomo caso 8, en la
sentencia (julio de 2002) se fijó una indemnización por ese rubro de $500.
ficio de inventario': (art. 1098, aplicable también para casos de cuasi-
delitos e incluso cuando el factor de atribución es objetivo). Si son
varios los herederos, "las deudas del difunto se dividen y fraccionan en
tantas deudas separadas cuantos herederos dejó, en la proporción de la
parte de cada uno;..."(art. 3490) ".

63 Al respecto, recuérdese lo que dijimos sobre responsabilidaddel dueño y guardián del


automotor en el punto 6.
CAPITULO VII
MEDIOS PROBATORIOS EN LOS ACCIDENTES
DE TRÁNSITO

22. INTRODUCCION.
En un proceso derivado de un accidente de transito, al aplicarse la
segunda parte del segundo párrafo del art. 1113 del Código Civil, al
actor le incumbe 'probar:

1) La relación de causalidad (es decir, que los daños sufridos se


deben al hecho imputado al demandado)
2) Los daños sufridos
3) La legitimación pasiva (es decir, que el demandado era dueño o
guardían del rodado)
4) La legitimación activa (es decir, que es el titular del derecho
lesionado)

Ahora analizaremos como lo va a probar, vale decir, cuales son los


medios probatorios comúnmente utilizados en estos juicios.
Además, dijimos que el demandado, para exonerarse de respon-
sabilidad, deberá demostrar causa ajena.

El acta de choque. Valor probatorio.


Es un documento suscripto por alguno o todos los participes de
un accidente de transito, donde consta como ocurrió el siniestro. Se
identifican los vehículos involucrados además de determinarse fecha,
hora, lugar y condiciones climáticas y toda otra circunstancia relacio-
nada al siniestro. En algunas jurisdicciones el acta se labra en sede
policial.
Su valor probatorio, si está suscripta por uno solo de los participes
de un accidente de transito es muy limitado.

Así, por ejemplo, en autos "JORGE, ANTONIO C I CHAVEZ


CÁCERES, JUAN Y OTROSS I D A ~ ~ O YS PERJUICIOS" la vocal pre-
opinante, Dra. Arean, recordó que "en cuanto al acta de choque, sus
constancias no resultan decisivas, por tratarse de un documento de
carácter unilateral labrado sin intervención ni contralor del otro partíci-
pe en el accidente.
Es una prueba de valor muy limitado, en tanto no se halle corrobora-
da por otrasprobanzas, por encerrar una mera declaración unilateral de
cada uno de los afectados. Por ello debe ser evaluada en la medida del
respaldo que halle en otras probanzas de la causa, por ende, su utilidad,
si bien no decisiva, dependerá de la medida en que se vea corroborada
por otros medios de prueba.
Se ha dicho que "'Le incumbía al actor probar la autoría del hecho
dañoso por la accionada, siendo manifiestamente insuficiente un acta
de choque unilateral, es decir, emanada solamente de quien se dice
damnificado, sin que exista ningún otro indicio corroboranteen el expe-
diente. Máxime, cuando el propio actor,pese a haber negado la deman-
dada su titularidad dominial del vehiculoy su participación en el hecho,
desistió de la prueba informativa al respecto. Por consiguiente, siendo
principio inexcusable que el onus probandi corresponde al actor en la
demanda resarcitoria, causa civil, por lo que debe demostrar que el
hecho pertenece al accionado, es suyo, por aplicación de la regla consa-
grada en el art. 377 del Código Procesal, el rechazo de la demanda enta-
blada se ajusta a los hechos probados en la causa y al derecho aplicable
en la especie" (Conf. CNCiv., Sala D, 06/07/7 999, elDial - AA 7 F 7, Id. Sala K,
26- 72- 7 996, elDial - AE6C2).
Respecto a la validez de las actas policiales existe unanimidad en la
jurisprudencia de nuestros tribunales, puesto que se trata de la aplica-
ción de principios generales en materia de prueba, en que cabe acordar
relevancia probatoria al acta de choque cuando se trata de una decla-
ración prestada ante la autoridad policial en presencia de la parte con-
traria, en cuyo caso tiene el mismo valor que la confesión extrajudicial.
Por el contrario, aun cuando el acta de choque ha-yasido redactada

64 Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil. Sala G. Causa: 84.388/2004.2-NOV-2007.


con intervención del funcionario policial, si se trata de una declaración
de carácter unilateral, debe desecharse su valor probatorio, cuando lo
que se pretende es probar contra el contrario. Únicamente cabe acor-
darle relevancia cuando quien aparece levantándola formula manifes-
taciones que redundan en su propia contra, puesto que allí tiene el
caróaer de reconocimiento extrajudicial, dado la calidad de auten tici-
dad de la exposición policial.
En el caso tan nulo es el valor probatorio del acta de choque acom-
pañada, que ni siquiera coinciden las calles por las que marchaban los
dos vehículos - los dos lo hacían por Maza-, la ubicación de los daños
-delanteros y traseros- y hasta la identificación dominical del Renault 9
- AKK 059-."(la negrita y el subrayado es nuestro)

La causa penal:
En casos de lesiones o muerte, casi con seguridad tendremos una
causa penal previa al proceso civil. Esta causa se suele pedir "ad effec-
tum videndi et probandil: 65
Por ejemplo: 66

"INFORMATIVA. Solicito se libre oficio a:


7 . Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional No... de la Ciudad
de Buenos Aires, a fin de que remita 'bd effectum videndi et probandi"1a
causa penal No... caratulada l'ROBLES, ALFREDO s/LESIONESY

Accion criminal que precede a la civil

Tengase en cuenta que el art. 1101, l o parte del CCivil dispone,


como principio general, que "Si la acción criminal hubiere precedido a
la acción civil, o fuere intentada pendiente ésta, no habrá condenación
en el juicio civil antes de la condenación del acusado en el juicio crimi-
nal..."

No obstante. El juez civil puede dictar sentencia aunque n o

65 El actor no tiene que confiar ciegamente en la "bondadUdela prueba producida en la


causa penal. Como diremos más adelante, las reconstrucciones,croquis y relevamien-
tos del lugar obrantes en causa penal pueden adolecer de graves defectos, en cuanto a
imprecisión u omisiones.
66 En todos los ejemplos que siguen en el presente Cápitulo, nos ceñiremos a los precep-
tos del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación.
haya finalizado el juicio penal, en los siguientes casos:

"7 Si hubiere fallecido el acusado antes de ser juzgada la acción cri-


O

minal, en cuyo caso la acción civil puede ser intentada o continuada


contra los respectivo; herederos;
2" En caso de ausencia del acusado, en que la acción criminal no
puede ser intentada o continuada."

También lo admite la jurisprudencia en casos de paralización tem-


poraria o definitiva del proceso penal, por amnistía, prescripción, per-
dón del ofendido en los casos en que procede, o retardo de justicia.
Así, se ha dicho que

* ....esta Sala ha sostenido que en determinadas circunstancias -


como ocurre en la especie- una interpretación estricta de la letra de la
norma contenida en el art. 7 707 del Código Civil puede erigirse en una
verdadera trampa legal para el pretenso damnificado puesto que, so
pretexto de evitar un eventual escándalojurídico de pronunciamientos
contradictorios, genera un escándalo mayor, cierto y actual, como es el
de privarlo del derecho a que su acción civil sea sentenciada en un tér-
mino razonable, prolongando indefinidamente la incertidumbre de la
controversia." 67

*"Respecto al trámite de la acción civil y en torno a la prejudicialidad,


el art 76 quater del Código Penal expresamente prescribe que #la sus-
pensión deljuicio a prueba harcí inaplicablesal caso las reglas de la pre-
judicialidad de los art 7 101 y 7 7 02 del Cód. Civil". Es asi que soslayado el
régimen previsto en los mencionados artículos, a los que estamos habi-
tuados, cabe preguntarnos si de lo enunciado se deriva una total desvin-
culación entre el sometimiento de un imputado al régimen de la proba-
tion y la acción civil. La respuesta es negativa y ofrecerá variantes segun
el planteo resarcitorio sea articulado en sede criminal o en sede civil.
Es preciso indicar que si bien la sentencia no es la condenatoria a la
que hace referencia el art. 7 702 del Código Civil,por lo que la prejudicia-
lidad prevista en el art. 7 7 07 obstaría al dictado de la sentencia en sede

67 "Barrera,Víctor Hugo y otro c/Molina, Jorge y otro s/daños yperjuicios" - CNUV - SALA
F - 05/08/1999 Citar: elDial - AA278
civil, advierto lo establecido por el art. 76 quater del Código Penal, de
modo que la víctima se encuentra autorizada a continuar el proceso que
iniciara, ya que el beneficio otorgado al imputado no puede perjudicar-
la, pues de subsistir la regla del art. 7 70 7 debería congelar su pretensión
resarcitoria sine die, si no acepta el ofrecimiento que se le haga para
aprobar la "probationY6"Ia ne&ita es nuestra)

* "....la Jurisprudencia de nuestros Tribunales ha resuelto que: "Si la


justicia penal anduvieraparalelamente a la civil, se podrfa aplicar la pre-
judicialidad como lo ha legislado V&Iez;pero nunca cuando importe un
retardo inusitado para la solución de la causa civil, pues la existencia de
una dilación indefinida en el trámite y decisidn de ésta úItima ocasiona
agravio a la garanth constitucional del derecho de defensa en juicio,
produciendo una efectiva privación de justicia" (CCMor.11, 7 7/8/92, E 0
750-526);y que:"Si la aplicación estricta del art. 7 7 0 7, Cód. Civ., afectó el
derecho del actor a obtener una decisiónjurisdiccional, corresponde rea-
nudar el proceso civil y pasar los autos a sentencia, a fin de no someter a
aquél a una dilación injustamente excesiva" (CNFCAdm.l11,28/3/88, LL
7 988-0- 7 32).-
También se ha dicho que:'%signado carácter amplio a la prejudicia-
lidad penal en relación a la civil, se podría, ciertamente,evitar el eventual
escándalo de sentencias contradictorias, pero se podría consumar
simultáneamente un escándalojurídico todavía más grave, cual es el de
postergar en el tiempo, quizá de modo lastimosamente excesivo, la dilu-
cidación de una situación jurídica de derecho privado, en relación a la
cual se ha peticionado el amparo jurisdiccional" (CC8O Córd., 76/8/89,
LLC 7990-605); es que:"No obstante que una sentencia pudiera no respe-
tar la prejudicialidad que emana del art. 7 7 0 7, Cód. Civ., en determinadas
ocasiones, una exégesis estricta y literal de la norma se puede convertir
en un callejón sin salida, dado que, bajo el argumento de evitar un even-
tual escándalo jurídico, por existir la posibilidad de darse pronuncia-
mientos contradictorios, se puede generar un escándalo mayor,cual es el
de privar a los litigantes -que no pidieron la suspensión del proceso- del
derecho a obtener una sentencia civil en un plazo razonable, finiquitan-
do el conflicto de intereses" (CCSI 79 26/8/93, LL 7994-A-377).En igual

68 "BELOQUI, MARTIN PEDRO C/ FEDULLO, PATRICIO GABRIEL S/ DAÑOS Y PERJUICIOS -


SUMARIO" - CNCIV - SALA F - 30/17/1999. Citar: elDial - AA374
sentido Salas-Trigo Represas-López Mesa, "Código Civil anotado; T. 4-A,
pág. 54 7, Ed. Depalma 7 998).-
Recibida la causa penal 73.060 caratulada "Tobares Fabián Javier
s/muerte por accidente;se comprueba que la misma todavi" se halla en
trómite en la ~omisaria de Cañuelas, siendo ademós ostensible que no se
adoptó medida alguna desde su elevación al Juzgado interviniente el día
4 dejunio del 1999 (fi...) hasta el 22 de noviembre de igual año, en que se
ordenaron nuevas medidas a cumplirse por la Instrucción Policial.-
En este contexto, se advierte que de esperar el pronunciamiento en
sede penal, se mantendría al actor de estos autos en una situación de
escandaloso retardo de justicia, por lo que a mi juicio cabe apartarse
como excepción del ya referido precepto que dimana del art. 7 707 del
Cód. Civil. Siendo as6 carecería de sentido declarar la nulidad de la sen-
tencia en crisis ya que a pesar de que el sentenciante de grado no debió
prescindir de la causa penal para resolver la presente aunque se tratara
del reclamo por daños materiales y morales -lo que sin dudas implica
decidir sobre la culpabilidad en el accidente-, de todas maneras tal
declaración de nulidad devendrlaabstracta al decidirse el apartamiento
de la prejudicialidad que impone el art. 1 101 por las ya fundadas razo-
nes de retardo dejusticia. De tal suerte, rechazaré el agravio de la accio-
nada sobre este punto.-"69(la negrita es nuestra)

" Por su parte, la Corte Suprema de Justicia de la Nación dispuso


que se dicte sentencia en el juicio por indemnización de daños y per-
juicios que inició Atanor SA contra el Estado Nacional por los daños
sufridos en sus instalaciones como consecuencia de la explosión de
la fábrica de armamentos de Río Tercero, provincia de Córdoba, ocu-
rrida el 3 de noviembre de 1995. La suspensión del proceso civil fue
decidida el 1 1 agosto de 1999, a la espera de la resolución de la causa
penal, la que aún no tiene indicios de pronta finalización. El Máximo
Tribunal entendió que en el caso se configura una efectiva privación
de justicia que no puede justificarse por la aplicación del artículo
1101 del Código Civil. Así lo resolvió en los autos "ATANOR S.A. G/
ESTADO NACIONAL DIRECCIC'~! GRAL. DE FABRICACIONES MILITARES S/
DA~~O Y PERIUICIOS",
S del 1 1 de julio de 2007 ' O .

69 "VIGNOGNA,JUAN C/TRANSPORTE METROPOLITANO ROCA S/ DANOS Y PERJUICIOS"


- CNCIV - SALA M - 03/05/2000 Citar: elDial - AA489
70 fuente: www.csjn.gov.ar
* Por último, en esta reseña jurisprudencial, la Cámara de
~pelaciónen lo Civil y Comercial de Morón decidió que debe prose-
guirse el trámite de la acción por daños y perjuicios aún cuando en la
causa penal no se hubiera dictado sentencia, debido a que ello es
incierto considerando que el fiscal resolvió archivarla por entender
que la prueba colectada era iniuficiente para formar la convicción
sobre la materialidad del hecho denunciado y sobre la participación
penalmente responsable del imputado. Para el Tribunal, lo contrario
implicaría afectar "cuanta norma constitucional exista en materia de
acceso a la justicia: Así lo decidió la Sala Segunda, en los autos "GAL-
VAN, SERGIO ALBERTO U SEIJO, NICOLAS ALEJANDRO Y OTRO S/
DAflOS Y PEíUU~C10S"7',con fecha 2 de octubre de 2008.

En esta causa, el juez de primera instancia decidió suspender el


trámite de los actuados hasta el momento que se acompañe la reso-
lución que se dicte en la causa penal, ello atento que de la compul-
sa de las fotocopias recepcionadas de la causa penal surge que no
se ha dictado sentencia y en base a la prejudicialidad que ejercen
tales actuaciones sobre la presente en concordancia con lo nor-
mado por el art. 1.1 01 del Código Civil.
Contra tal decisorio, se alzó la parte actora interponiendo recurso
de revocatoria con apelación en subsidio. Desestimado el primero
por improcedente, se concedió el segundo en relación.

El recurrente se agravia de la suspensión dispuesta atento que el


Sr. Fiscal interviniente en la causa penal dispuso el archivo de las
actuaciones penales en virtud de lo normado por el art. 268 del
C.P.P., en consecuencia, la suspensión del trámite del proceso con
base en la aplicación arbitraria del art. 1.lo1 del C.C., genera un evi-
dente estado de indefensión con la consecuente denegación de jus-
ticia y afectación de sus derechos constitucionales del debido proce-
so, igualdad y propiedad por impedirle obtener una sentencia defini-
tiva sobre los derechos patrimoniales reclamados.

En la Alzada, el vocal preopinante fue el Dr. Gallo, quien recordó


que 'en esta misma Sala y con voto del Dr. Conde en la causa No. 18.766,

77 fuente: www.scba.gov.ar
R.S. 773 del año 7989, se sostuvo, posición que comparto, que en deter-
minadas circunstancias, la aplicación estricta del art. 1 1O 7 puede cons-
tituirse en una verdadera trampa o burla legal para el presunto damni-
ficado, pues so pretexto de evitar un eventual escándalojurídico de pro-
nunciamientos coniradictorios, se genera uno mayor, como es el de pri-
varlo del derecho a que SU acción civil seajuzgada en tiempo razonable,
prolongando indefinidamente eljuicio. " (la negrita es nuestra)

Destaca el camarista que "nos hallamos frente a la imposibilidadde


continuar el proceso penal y por lo tanto arribar a una posible senten-
cia." (la negrita es nuestra)

Asimismo, "la irrazonabilidad del auto en crisis se advierte a poco que


se tenga en cuenta dos circunstancias más: a) que la /.P.P. en cuestión
permaneció, luego de la decisión que dispusiera el archivo, sin ningún
tipo de movimiento; b) que de mantenerse el mismo la /.P.P. retornarla a
/a U.F.1. pero, por resultar insuficiente la prueba colectada para formar
convicciónsobre la materialidaddel hecho y respecto de la participación
penalmente responsabledel Sr. Se@, NO PODRIÁPROSEGUIR (o tenor de
la norma antes citada) con lo cual estaríamos en un callejón sin salida,
pues LA PRESENTE SE ESTANCAR¡Á, agredigndose -de este modo- cuanta
norma constitucional exista en materia de acceso a la justicia (arts. 18
Const. Nac., 8 Convención Americana de Derechos Humanos, 15 Const.
Pcial y demás concordantes)." (la negrita es nuestra)

Siendo compartido este criterio por el resto d e los votantes, se


decidió hacer lugar al recurso de apelación interpuesto y revocar el
decisorio recurrido en todo cuanto fue materia d e agravios, debién-
dose en consecuencia proseguir con el trámite de las actuaciones
según su estado.

En sentido contrario

*"El Art. 7 7 07 del Código Civil es una norma de orden público, como
toda regulación de la competenciajudicial, y debe en consecuencia apli-
carse ex oficio, desde que el juez civil tenga conocimiento de la existen-
cia del proceso penal."
l
"Solo consagra dos excepciones en sus incisos 1 Oy 2O: el fallecimiento
y la ausencia del acusado. La primera en puridad no es tal excepción,
porque dado el carácter personal de la acción penal, se extingue con la
muerte, que hace cesar la prevista pendencia. En cuanto a la segunda,
tiene por recaudo que en razón de tal ausencia la acción criminal no
pueda ser intentada o continuada, siendo elemental que esta paraliza-
ción -a menudo imputable al propio acusado- no pueda perjudicar los
derechos de la víctima, enervando su acción resarcitoria."
"Y si bien se han advertido otras situaciones de excepción no con-
templadas por el Art. 1 1O1 (prescripción de la acción penal, amnistía,
oblación voluntaria de la multa, sobreseimiento del acusado, demencia
sobreviniente del mismo), es clara en ellas la aplicación de los principios
antes reseñados a casos no previstos por el codificador: tienen en común
con el inciso 10 citado el absurdo de supeditar el dictado de la sentencia
civil al de una sentencia penal que nunca habrá de existir."
"No se verifica ninguno de tales supuestos excepcionales cuando en
realidad el proceso penal pareciera haber sido un trámite parsimonioso.
Mas existen previsiones al respecto en la ley adjetiva, y, aparte de los
derechos que en general asisten a los habitantes de nuestra Provincia
frente a este tipo de situaciones, no es claro que el actor civil quedara
sometido a una virtual denegación de justicia por dicha demora; el
Cddigo de Procedimiento Penal le permite intervenir en la causa, activar
el procedimiento y pedir el pronto despacho de la misma." 72 (la negrita
es nuestra)

Influencia reciproca de las sentencias civil y penal:


a) Sentencia civil anterior a la sentencia penal
Conforme al art. 1 104 del Código Civil, 'Si la acción criminal depen-
diese de cuestiones prejudiciales cuya decisión compete exclusivamente
al juicio civil, no habrá condenación en el juicio criminal, antes que la
sentencia civil hubiere pasado en cosa juzgada. Las cuestiones prejudi-
ciales serán Únicamente las siguientes:
7 Las que versaren sobre la validez o nulidad de los matrimonios;
O

72 "Romero, Pedro c/ Becerra, Julio y otra s/daños y perjuicios" - CAMARA PRIMERA DE


APELACIONES EN LO CIVIL Y COMERCIAL DE SAN ISIDRO (Buenos Aires) - SALA 11 -
25/03/2004. Citar: elDial -AA 7 F57. En el caso, en consecuencia,la sentencia de Cámara
dispuso declarar la nulidad de la sentencia de primera instancia.
2" Las que versaren sobre la calificación de las quiebras de los comer-
ciantes."

Este es un supuesto excepcional, dado que, en principio, "...la sen-


tencia del juicio ciiil sobre el hecho no influirá en el juicio criminal, ni
impedirá ninguna acción criminal posterior, intentada sobre el mismo
hecho, o sobre otro que con él tenga relación.." (art. 1105) y que
"Cualquiera que sea la sentencia posterior sobre la acción criminal, la
sentencia anterior dada en el juicio civil pasada en cosa juzgada, con-
servará todos sus efectos." (art. 1106)

b) Sentencia penal anterior a la sentencia civil


Como principio, el art. 1102 del Código Civil nos dice que "Después
de la condenación del acusado en el juicio criminal, no se podrá contes-
tar en el juicio civil la existencia del hecho principal que constituya el
delito, ni impugnar la culpa del condenado."
Es decir que la sentencia condenatoria en sede penal hace cosa
juzgada en cuanto a los hechos y en cuanto a la culpa. El juez civil no
puede apartarse de esa decisión.

Veamos como interpreta este precepto la jurisprudencia:

'MI existir condena en sede penal, como bien señala el Sr.Juez% quoí
procede la aplicación del art. 1 102 del Código Civil, por lo que no proce-
de que se cuestione, desconozca o discuta en sede civil ni la existencia del
hecho principal que constituya el delito, ni la culpa del condenado.-
Sin perjuicio de ello, es posible considerar que la culpa del autor del
hecho declarado en el ámbito represivo no es obstáculo para que en el
juicio civil se estab/e+ca la culpa concurrente de la víttirna. Aun en los
supuestos de responsabilidad objetiva, como los que regula el art. 1 113
párrafo 2do. del Código Civil, se establece un sistema de eximentes, que
comprende, entre otros, el caso de culpa de la víctima, que excluye la
necesaria relación causal que debe existir entre el riesgo de la cosa y el
daño." 73 (la negrita es nuestra)

73 "Bustos,Jorge Alberto C/ Mirosnikov, Benjamín Ángel S/ Daños y Perjuicios" - CNíiV -


SALA H - 28/05/1999. Citar: elDial -AA 1CO
C) Sentencia penal absolutoria y sobreseirniento
El art. 1103 nos habla de la sentencia penal absolutoria: "Después
de la absolución del acusado, no se podrá tampoco alegar en el juicio
civil la existencia del hecho principal sobre el cual hubiese recaído la
absolución."
Se interpreta que la sentencia absolutoria en sede penal hace cosa
juzgada en cuanto a los hechos pero no en cuanto a la culpa.
Respecto del sobreseimiento, nada dice el Código Civil. Al respec-
to, un viejo plenario sostiene que llElsobreseimiento definitivo o la sen-
tencia absolutoria del procesado recaída en el juicio criminal, no hace
cosa juzgada en el juicio civil, el primero en absoluto y la segunda res-
pecto a la culpa del autor del hecho, en cuanto a su responsabilidad por
los daños y perjuicios ocasionados." 74

Veamos otro pronunciamientojudicial en la misma línea:


"La mayoría de nuestra doctrina se inclina por considerar que la
declaración de inocencia del acusado en sede penal deja a salvo la posi-
bilidad del juez civil para hallarlo culpable, ya que el texto del art. 7 703
sólo prohíbe volver en lo civil sobre la existencia del hecho principal, sien-
do bien diferente su redacción a la del art. 7 702, el que al fijar los alcan-
ces de la sentencia condenatoria, impide discutir en lo civil alcances de la
sentencia o la culpa del condenado. Una cosa es el delito criminal y otra
la culpa civil (Conf. Salvat-Acuña Anzorena, "Fuentes de las
0bligaciones~'l:IV, No2956, pág. 277).-
Es que la culpa penal es juzgada rigurosamente y no se admite en
caso de duda ("in dubio pro reo". Resulta entonces diferente de la culpa
civil, que se juzga con criterio amplio, favorable a la víctima (Cont
Bustamante Alsina, Jorge, "Teoría general de la responsabilidad civil:
pág. 460).-
Por tanto, lógico es concluir que la declaración de inculpabilidad for-
mulada en el fuero penal no hace cosa juzgada en lo civil, salvo que sea
pronunciada sobre la base de que no existe un hecho determinado o que
el acusado no es su autor (Conf. Cazeaux-Trigo Represasfl'Derecho de las
Obligacionesí'l: 4, pág. 857, Librería Editora Platense).-

74 Conf: Cámaras Civiles, en pleno, abril 2 de 1946, in re 'Hmoruso, Miguel G. y otra c/


Casella,José L." Publicado en: La Ley, tomo 423, página 756;JurisprudenciaArgentina,
tomo 1944-1,página 803
Sentado entonces, que el juez civil puede decidir sobre la culpabili-
dad, no obstante la posición en contrario del juez penal, resta señalar el
segundo problema interpretativo generado por el art. 7 703: si el sobre-
seimiento definitivo está equiparado o no a la absolución.-
En general, mientras la jurisprudencia y la doctrina civil se deciden
por la tesis negativa, negando toda eficacia al sobreseimientodefinitivo,
el grueso de los penalistas se pronuncian por la equiparación (Conf
Belluscio-Zannoni, ob. citada, T. V, pág. 3 7 7, ed. Astrea).-
De todas formas, no entraré a analizar los distintos argumentos
expuestos en favor de una u otra interpretación, en la medida en que
considero que exceden el marco de esta litis. Ello as&en la inteligencia de
que un antiguo plenario de la Cámara Civil sostuvo que el sobreseimien-
to definitivo o la sentencia absolutoria del acusado recaída en el juicio
criminal, no hacen cosajuzgada en el juicio civil, el primero en absoluto
y la segunda respecto de la culpa del autor del hecho, en cuanto a su res-
ponsabilidad por los daños y perjuicios ocasionados (Conf. CNCivil, en
pleno, in re'%morusO,Miguel Gerardo C/ Casella,José Luis~del02/04/46,
LL 42- 7 56).-
Y es que son distintos los principios que conducen a determinar la
culpabilidad penal de aquellos que regulan la responsabilidad civil.
lncluso en materia de responsabilidad civil, a diferencia de lo que sucede
en el derecho penal, el juez debe ponderar las diferentes proporciones
causales, atribuyendo la responsabilidad proporcionalmente en orden
al grado de agente causal que a cada uno corresponda..."'"la negrita
es nuestra)

La pericia accidentologica 76

Probablemente,esta sea la prueba más importante e n estos casos.


Esta pericia busca determinar como ocurrió el accidente y también es
fundamental para acreditar y cuantificar ciertos daños (reparaciones,

75 "Escobar de Zaracho, Trigidia E. C/ Galetto, Néstor Raúl S/ 0s. y Ps." - CNCIV - SALA H -
25/02/2000. Citar: elDial - AA3EO
76 Para este tema, recomendamos la lectura del libro "LA PERICIA ACCIDENTOLOGICA':
del Ingeniero Mario Degli Esposti, año 2004 y su sitio web, http://www.accidentologia-
1.com.ar/index.htm .
1117

privación de uso, disminución de valor de reventa, etc)


Fundamentalmente, este perito va a relacionar las constancias de
(OS expedientes con ciertas fórmulas de la Físicala fin de efectuar una
reconstrucción de los hechos.
En definitiva, este perito intentará determinar si la versión (o ver-
siones) de los hechos expuestos en la demanda y su contestación
guardan coherencia con las leyes de la física.
Así, por ejemplo, en el caso de un choque entre dos vehículos, se
relacionaran las distancias recorridas por los mismos, luego de impac-
tar con las velocidades que ellos poseían al comienzo de sus respec-
tivos recorridos.
Obviamente, el abogado no tiene que saber de Física para elabo-
rar los puntos de pericia, tiene que saber de Derecho.
Por ejemplo, como abogados de la parte actora, nos interesa
demostrar que el demandado produjo el daño, o más precisamente,
que le es imputable al demandado la producción del daño porque
este fue generado por una cosa (automóvil, camión, motocicleta, etc)
de la que él era dueño o guardían.Veamos que se debe tener en
cuenta, en los distintos supuestos de accidentes de tránsito.

23. DISTINTOS SUPUESTOS.


Choque entre dos vehículos:
Si se trata de un choque entre dos vehículos, en los puntos de
pericia es importante que el perito,
1) Teniendo en cuenta la hora del accidente, época del año y esta-
do climático, según consten en el expediente, determine las condi-
ciones visuales del lugar de los hechos.
2) Determine el estado y características de la calzada.
3) Establezca y explique la mecánica del accidente graficándola,
indicando las posiciones de los vehículos y sus velocidades en el
momento del impacto y, si es posible, las velocidades previas a la
colisión.
4) Diga si el accidente pudo haber ocurrido como se lo relata.
5 ) Determine si es verosímil que el accidente originara los
daiíos que se denuncian en autos.
6) Dictamine si los reemplazos de los componentes especifica-
dos en los presupuestos obrantes en el expediente y10 evidencia-
dos por las fotografías son necesarios para optimizar la calidad
de las reparaciones.
7) Calcule el valor de las reparaciones considerando la coloca-
ción de repuestos originales para lograr una terminación de los tra-
bajos acorde con el estado original del vehículo.
8) Señale si, debido a la colisión, se afectaron partes vitales del
rodado.
9) Indique si el automotor ha sufrido daños que puedan originar
en su reventa una disminución de su valor indicando, para el caso
afirmativo, tal disminución a la fecha del hecho y a la de presentación
de su dictamen.
10) Estime el tiempo que demandan las reparaciones de los
daños sufridos por el vehículo.
1 1) Si hubo un informe policial, obrante en la causa penal, a veces
es importante que el perito indique si el tiempo que transcurrió
entre el momento del accidente y el de la inspección puede arro-
jar alguna variación en el análisis de los hechos, por la posibilidad de
que no se hayan registrado secuelas o características de la coli-
sión (por ejemplo, huellas de frenadas,vestigios, posicionesfinales de
los vehículos, ubicaciones de las personas lesionadas durante el
impacto, estado del clima, luminosidad, etc.).
Una inspección policial mal hecha o con carencias puede oscure-
cer la mecánica del accidente, en lugar de aclararla. Si las ubicaciones
de los vehículos fueron alteradas y no quedaron constancias de las
verdaderas posiciones finales de los vehículos, luego del impacto, el
resultado del cálculo de las velocidades que estos desarrollaban
antes de la colisión puede variar totalmente.

Choque en una intersección:


En estos casos es importante conocer cuál de los vehículos esta-
ba más cerca del centro de la intersección, sus velocidades y las
posiciones relativas de ambos correspondientes al momento del
impacto para poder adjudicarle correctamente la responsabilidad
del accidente a quien corresponda.
Téngase en cuenta que la prioridad de paso del que cruza por la
derecha no es absoluta, y, por ejemplo, cede cuando el que cruza por
la izquierda ya atravesó la mitad de la bocacalle.
Así, por ejemplo, ha dicho la jurisprudencia:
"Tampoco ha de ser óbice para la solución que propicio el hecho de
que el ómnibus de la empresa demandada haya arribado a la intersec-
ción en que se produjo el hecho por la derecha. Ello es así por cuanto b
prioridad de paso que surge por ese motivo no es absoluta, habida cuen-
ta que dichapreferencia debe ejercerse apropiadamentey en función de
las circunstancias, y en ningún caso autoriza al conductor que la goza a
arrasar con todo lo que encuentra a su paso (cfr. CNCiv.,sala E, en autos
"Giudice de Anitua c/ Tptes. Villa Adelina S.A. S/ds. y ps.íde1 7 9/05/7 989).
En consecuencia, habiéndose acreditado en debida forma que -al
momento de la colisión- la motocicletaen que circulaban los actores ya
había cruzado más de la mitad de la encrucijada en la que se produjo el
accidente (ver los ya meritadas declaraciones testimoniales.. .de la
causa penal), no puede sostenerse válidamente que el vehículo de la
encartada gozaba de la referida prioridad, puesto que ella sólo hubiese
funcionado si ambos vehículos llegaban a la bocacalle al mismo tiempo
(cfr.CNCiv.,sala A, in rel'Pappano c/Tracanelli s/ds.yps.:'del29/05/7 989).
1177 (la negrita es nuestra)

Choque frontal:
En caso de un choque frontal, además es importante establecer
las direcciones de ambos rodados previas al impacto, con el obje-
to de determinar cuál de ellos se dirigió hacia su mano contraria.

Choques traseros:
En casos de choques traseros, el perito, basándose en la velocidad
con la que circulaban ambos rodados, deberá determinar la mínima
distancia precaucional que debió mantener el vehículo embístete.
* "Es cierto que el conductor del camión tuvo parte de culpa en el
evento, puesto que circulaba a escasa distancia de la pick up -40 m-. y ..
a una velocidad que en principio dijo que era de 60 kmh, pero más ade-
lante, cuando se retiere a la pick up, "que vendrfa a mi misma velocidad,
quiPds un poco más fueflel la estima entre 70 y 80 km/h. De todos
modos, si se repara que la visibilidad no era buena y que llovía, la pru-
dencia indicaba mantener una mayor distancia a fin de evitar situacio-

77 "Cestaro Gustavo Daniel y otro c/ Piperata Antonio y otros s/lnterrupción de pres-


cripción (Art. 3.986 C.C.)ÍCámara Nacional de Apelaciones en lo Civil,Sala "BÍmarzo
de 2007, (voto Dr. Mizrahi, sin disidencias)Fuente:
http://www.diariojudicial.com/nota.asp?IDNoticia=32838#
nes como la acontecida, máxime cuando pese a frenar no pudo mante-
ner el dominio del vehr'culo de gran porte, que estaba cargado con
16.000poll0s.~~~
(la negrita es nuestra)

Tambien tiene dicho la jurisprudencia que

""Es verdad que elperito ingeniero mecánico ha basado su dictamen


en suposiciones, mas ellas se han basado en las constancias del expe-
diente y en la carencia de elementos que confirmaran la versión de la
mecánica que diera el actor, así como también en in ferencias que extrae
el experto del propio relato inicial (ver dictamen de fs. 227/29 y presen-
tación de fs. 233/34) y que la desmienten. Por ende, corresponde otor-
garle valor probatorio (arts.386 y 477 del CPCCN.).
Así las cosas, se encuentra debidamente acreditado en autos que la
motocicleta -sea con su conductor montado en ella o no- embistió con
la parte delantera la trasera del automóvil a cargo de la demandada.. .
Se hace, pues, de plena aplicación al sub lite aquel principio_iurispruden-
cial que ha decidido que debe presumirse la culpa del conductor que,
con la parte delantera de su rodado, embiste el lateral o la trasera de
otro que lo precedía (conf. C. Nac. Civ. sala A en LL 1 17-691; sala D en ED
25-4 16; sala F en JA 1965-VI-255; esta sala, causas 569 14 del 20/11/7 989,
97294 del 18/10/1997 y 1 10140 del 8/7/1992, entre muchas otras), como
así también que pesa sobre dicho conductor la carga de la prueba ten-
diente a destruir dicha presunción (conf. C. Nac. Civ.sala A en ED 27- 100;
esta sala, causas recién citadas). Y, como se ha visto, Coca no ha logrado
su objetivo.
Sólo a mayor abundamiento, es dable destacar que es doctrina de la
sala que en hipótesis de una colisión entre más de un automotor, es el
embr'stetequien tiene a su cargo la prueba de las eximentes de respon-
sabilidad consagradas en el art. 1 1 13 del CCiv, pues es ese contacto el
que ha puesto en funcionamientola norma legal citada o, dicho de otra
manera, el que ha desencadenadola presunción de responsabilidad que
ella contiene,pues ha sido quien, a través del empleo de la cosa riesgosa,
ha ocasionado daño al otro interviniente (conf. voto del Dr. Mirás, en
causa 163305 del 15/3/1995y mis votos en causas 1658 12 del 12/4/1995

78 "Varela, María E. C.y otros v. López, Rómulo S. y otros." C. Nac. Civ., sala E, 16/06/2008.
Citar Lexis No35024977.
y 1786 14 del 1 7/10/1 9951, lo que coadyuva a la conclusión anticipada?"
(la negrita y el subrayado es nuestro)

Y en un choque en cadena:
* "El experto, pese a informar que técnicamente no es posible deter-
minar con exactitud cuál de las distintas versiones del accidente antes
apuntadas tuvo lugar, señaló que dada la cuantja de los daños en el
rodado del actor, era factible que la mecánica se corresponda con la
brindada por Niro, ya que si hubiese sucedido como fue descripto por
Ortigoza y la citada en garantía -esto es que el codemandado Ledesma
hubiese tenido participación activa en la producción de los daños que
sufrió el vehículo del accionante- los despepfectos en la parte posterior
del Renault 2 7 deberjan haber sido menores, por lo que no hay duda que
no ha quedado acreditada esa relación de causalidad necesaria a los
fines de responsabilizar en parte o en todo al codemandado Lede~ma.'~~
(la negrita es nuestra)

Embestirniento de un peatón:
En ese caso: se buscará que el perito determine la velocidad del
vehículo embístete, teniendo en cuenta las lesiones sufridas por el
peatón. A tal fin, entre otros datos, el perito tendrá en cuenta la posi-
ción final de la víctima, la del vehiculo y las zonas impactadas de este
último.

Caso del tercero (peatón, acompañante def conductor o pasa-


jero) aue resulta victima de un accidente de tránsito en el que ha
intervenido más de un protaaonista:
A los fines probatorios, tengase en cuenta que existe abundante
jurisprudencia que entiende que el tercero, sea un peatón, acompa-
ñante del conductor o pasajero que resulte víctima de un accidente
de tránsito en el que ha intervenido más de un protagonista (vgr.
choque multiple), no tiene por que investigar la mecánica del mismo
y determinar cuál de los vehículos fue el responsable de la colisión,
pudiendo de tal manera dirigir la acción contra uno o contra ambos

79"Coca, Carlos G. v. Worcul, Claudia /.y otro': C. Nac. Civ., sala E, 09/05/2003. Citar Lexis No
70005 1 17.
8OUNiro,Miguel A. v. Ortigoza, Alberto y otros': C. Nac. Civ., sala F, 06/12/2007. Citar Lexis
No 70045947.
conductores, sin perjuicio de las acciones que a aquéllos les hubiera
correspondido entre sí para establecer su respectiva responsabilidad.
Así, por ejemplo, en un fallo ya citado 81,se dijo que "Por lo demás,
respecto de la víctima, resulta aplicable la reiterada jurisprudencia de la
sala que sostiene que el tercero, víctima de un accidente de tránsito en el
que ha intervenido más de un protagonista, no tiene por qué investigar
la mecánica del mismo y determinar cuál de los vehículos fue el culpable
de la colisión,pudiendo de tal manera dirigir la acción contra uno o con-
tra ambos conductores, sin perjuicio de las acciones que a aquéllos les
hubiera correspondido entre sí para establecer su respectiva responsabi-
lidad (conf. sala O, E 0 16- 196; íd., LL 127-464; sala F, JA 1966-11-254; íd.,
74.385, del 2 1/9/1990; íd., 73.91 1, del 22/1 0/909 sic), sin perjuicio de que
si se ha demandado a los inte~inientesen el evento dañoso es posible
investigar la forma en que ha ocurrido el siniestro y deslindar las respec-
tivas partes de culpas, puesto que la cuestión a dilucidar reside en esta-
blecer si el hecho dañoso es consecuencia de la conducta de alguno de
los codemandados (conf doct. fallo 73.91 1 ya cit.; íd. 57.486, del
18/12/7 989; sala C, LL 106-754; íd., E 0 36-36), ya que en esa medida el
otro podrá liberarse de responsabilidad (art. 1 1 13 Ver Texto ,párr. 20,
CCiv.; causa 76.375,de1 3 1/10/1990; n. 73.9 1 1, de1 22/10/1990; etc.).
Empero, en caso de duda, o cuando no quedó esclarecida en forma
indudable la mecánica del accidente, frente a la v;c$ima deberán res-
ponder ambos, sin perjuicio de las acciones que, en su caso, pudieran
intentar entre s;(conf. sala O, E 0 16- 196; íd., LL 127-464; sala F, JA 7 966-11-
254; íd., 74.385, del 2 1/9/7 990; íd. 73.9 7 1, del 22/10/909 sic).
En el caso, dado la muerte del acompañante, sus herederos afirma-
ron desconocer la mecánica del accidente, la que fue materia de esclare-
cimiento tanto en estos autos como en la causa penal incoada a ese fin.
Como ésta no llegó a sentencia, según surge de su compulsa y quedó
firme la resolución de fs. 643/644 que dispuso dictarla en estos autos sin
esperar su resultado, atento a que fue iniciada en mayo de 1 9 9 9 hasta
~
la fecha no fue posible avanzar en ella, no existe "cosajuzgada" penal y
es posible analizar libremente la prueba producida."..."

8 1 "Varela,María E. C.y otros v. López, Rómulo S. y otros." C. Nac. Civ., sala E, 16/06/2008.
Citar Lexis No35024971.
24. PRUEBA D E LA LECITIMACIÓN PASIVA Y ACTIVA.
Téngase en cuenta que si el actor no acompaña prueba de que el
demandado fuera el propietario del vehículo con el que .se ocasionó
el ilícito, o de que a la fecha del evento este fuere poseedor, tenedor
o guardián del rodado, será admisible una excepción de falta de legi-
timación pasiva que hipotéticamente invoque el accionado al con-
testar demanda. Lo mismo, en caso de que el actor no acredite su pro-
pia legitimación para obrar.

Por ejemplo, a fin de demostrar legitimación pasiva y activa:

"INFORMATIVA.Solicito se libre oficio a:


...Registro Nacional de la Propiedad del Automotor a fin
de que informe sobre la titularidad de los vehículos marca Renault 2 7
ALIZE patente TCX- 702,y camión Fiat patente ROU-200."

Si el actor no es titular registral del vehiculo dañado, debera


demostrar su calidad de usuario y10 de quien abonó las reparaciones.

Si el demandado no es titular registral del vehiculo, el actor debe-


rá demostrar su calidad de guardián, acreditando que tenía poder
material o jurídico de control sobre la cosa y10 que se servía econó-
micamente de ella o que quien conducía el rodado era su depen-
diente, en los términos del primer párrafo del art. 1113 CCivil.

25. CUESTIONES GENERALES RELATIVAS A LAS CARGAS PRO-


BATORIAS

Como principio, el actor siempre tiene que probar el hecho, el


daño y el nexo causal.
Respecto de los daños concretos, por ejemplo, en cuanto al "daño
emergente" y el "lucro cesante", deben acreditarse los gastos reali-
zados o los gastos ciertos a realizar, en el primer caso y las ganancias
probables de la víctima, en el segundo.

Acreditar el daño incluye la prueba del quantum.


Por ejemplo:

"DBCUMENTAL:
7. Presupuesto de reparaciones del taller "RodriguezHnos:'
2. 70 recibos cje depósito del vehículo de propiedad de mi mandante,
expedidos por el Garage "Independencia:'
3. Factura de pago del remolque del vehículo de propiedad de mi
mandan te, expedida por la empresa "Remolques SA:'

ESTIMONIAL:Solicito se cite a prestar declaración por el Juzgado en


los términos del art.434 del Código Procesal a los siguientes testigos:
7. Alberto Raven, profesor de música, domiciliado en la calle
Paraguay 3500, de esta ciudad. Su declaración está vinculada al reclamo
por "incapacidad sobrevinienteí"daño estéticoMy'daño moral":'
2. Gustavo Franchese, empleado, domiciliado en San Martín 550 de la
localidad de Morón, Provincia de Buenos Aires. Su declaración está vinculada
al reclamo por'7ncapacidad sobrevinienteydaño estéticoJ'y"daño moral.

RECONOCIMlENTO DE DOCUMENTAL.
Solicito asimismo que se cite a reconocer documentos a las siguien-
tes personas:
a) Ramon Rodriguez, propietario del taller "Rodriguez Hnosídomici-
liado en Alberdi 444 de esta ciudad, a fin de que reconozca la autentici-
dad del presupuesto acompañado.
b) Néstor Gimenez, propietario del Garage "Independenciaí domici-
liado en Charcas 7890 de esta ciudad, a fin de que reconozca la autenti-
cidad de los recibos adjuntados.
C) Juan Alonso, propietario de la empresa "Remolques SAIdomicilia-
do en Vega 768, de esta ciudad, para que reconozca la autenticidad de la
factura acompañada.

INGENIERO MECANICO Para que se expida sobre los siguientes


puntos:

82 Si bien en casos de responsabilidad extracontractual, el daño moral se presume una


consecuencia ordinaria del propio hecho ilícito, se suele citar a testigos a fin que ilus-
tren al Tribunal sobre el sufrimiento y / o mortificación emocional del actor, producto
del hecho.
83 Obviamente,a este perito se le encomendará también que dictamine sobre la relación
de causalidad,tal como expresamos supra, al tratar la pericia accidentologica.
1 125
,..6) Daños que presenta el vehículo del actor como consecuenciadel
,,,C)Costo de las reparaciones.
d) Tiempo que insumirá reparar el vehículo.
e) Desvalorización sufrida por el vehículo del actor como consecuen-

Si no puede probarse el quantum pero si el daño, el juez puede


fijarlo (art. 165 Cód. Proc. Civ y Com de la Nación.Así se ha dicho que,
/:,.probado el daño y la responsabilidad de la defendida los jueces pode-
mos diferir la determinación de la indemnización a una etapa posterior
(art. 165, Cód. Procesal).El deber discrecionaly la facultad del dictado de
medidas de mejor proveer (arts.34 y 36 Cód. cit.) sólo encuentran límite
en el menoscabo de la igualdad de las partes; regla que encuentra
excepción en la circunstancia de que con ella se cubra la negligencia de
alguna de las partes o se quebrante la igualdad en el proceso, lo que no
acontece en la especie: quedó acreditado el daño aunque reste determi-
nar el quantum de la condena (CNCom., esta Sala, mi voto in re:'Xlicia
Esther Fernández y Francisco Fernández c. Piacentino Ltda. S.A.C.I. F.,
Javier Luis Magnasco y José Hilano Lucio Piacentino s/ordinarioí del

En caso de muerte,y a los efectos de acreditar el quantum del mal


Ilamado"valor vidayes muy útil probar la actividad laboral de la vícti-
ma, porque en base a esa actividad después se hace el cálculo resar-
citorio para la familia.
Lo mismo ocurre con la incapacidad sobreviniente: no es lo
mismo la incapacidad de una persona que era un desocupado,que la
incapacidad de una persona que trabajaba con sus manos, viéndose
incapacitado con ellas, y tenía un ingreso interesante por ser un pro-
fesional. No es lo mismo, porque lo que se resarce es el daño causado.

Por último, los factores de atribución de responsabilidad


(wgr. Culpa, dolo, riesgo de la cosa, etc) tienen que estar explici-
tados en la demanda, pero, además, tienen que tener directa rela-

-
84 "Contreras Pablo Rubén c/Pepsico Snack Argen tina SA s/ordinarioV- CNCOM SALA B
- 24/02/2005. Voto de la preopinante, Doctora Piaggi.Citar: elDial.com AA2873.
ción con la prueba ofrecida y con la descrlpciaín del hecho.

Recordemos que u n gran avance en materia d e carga d e la prue-


ba lo constituyo la teoría elaborada por Rosenberg según la cual
cada parte debe acreditar los presupuestos de hecho de las nor-
mas sin cuya aplicación no puede tener éxito en su pretensión '.
Así, el Código Procesal Civil y Comercial d e la Nación establece en
su art. 377 que "...Cada una de las partes deberá probar el presupuesto
de hecho de la norma o normas que invocare como fundamento de su
pretensión, defensa o excepción."
La pericia médica en los accidentes de tránsito:
Esta pericia (junto con la correspondiente presentación d e la his-
toria clínica) es vital para acreditar el daño y la relación d e causalidad
en casos de lesiones o muerte.

Por ejemplo:

"PERICIAL. Solicito se designe a expertos en las siguientes especiali-


dades:

MEDICO LEGISTA. Para que se expida sobre los siguientes puntos:


a) Si las lesiones que presenta el actor pueden haberse producido por
el hecho que se relata en la presente demanda.
b) Si como consecuencia del siniestro el actor padece de incapacidad
alguna.
C) Secuelas que presenta el actor como consecuencia del evento
dañoso.
d) En que medida tal incapacidad puede afectarle para laborar como
profesor de piano.
e) Que posibilidad existe de que luego de someterse a una operación
de cirugía reparadora el actor vuelva a tener su mano derecha sin cica-
trices visibles.

CONSULTOR TECNICO:
Como consultor técnico de mi parte designo,en los términos del art.459
primer párrafo del Código Procesal al Dr.. .., con domicilio en la calle.. .

85 Leo Rosenberg, "La carga de la prueba" trad. E. Krotoschin, Ejea, Buenos Aires, 7 956
Desde ya solicito se le haga saber al perito médico a designarse que
deberá informar en autos lugar, día y hora en que examinará a mi repre-
sentad~para expedirse acerca de los puntos propuestos, a fin de que
pueda asimismo ser examinado por el consultor propuesto en los térmi-
nos del art.471 del Código Procesal."(Téngase en cuenta que no todos
los Códigos Procesales contemplan la actuación del consultor técni-
co, también llamado "perito de parte")

"INFORMATIVA. Solicito se libre oficio a:


...Hospital Fernandez de la Ciudad de Buenos Aires, a fin de que remi-
ta fotocopia certificada de la Historia Clínica No......., e informe si con pos-
terioridad a su externación el actor concurrió para su atención."

Cargas probatorias dinámicas


La necesidad de apreciar las omisiones probatorias según las cir-
cunstancias del caso dio origen a la denominada carga dinámica,
por oposición a las reglas estáticas aplicables en todos los supuestos
sin distinción
La distribución dinámica de la carga acentúa el llamado principio
solidarista pues los litigantes deben advertir la conveniencia de pro-
bar los hechos sin una regla que,desde el principio, le indique a quien
perjudica la omisión; durante el proceso tienen que probar todo
aquello que interese a su derecho, tanto en lo que hace a su preten-
sión como a su defensa. No obstante, se ha criticado esa ambigüedad
porque puede atentar contra la seguridad jurídica y se afirmó doctri-
nalmente que tiene que imponérsele al juez el deber de anticipar su
criterio respecto de la distribución de la carga de la prueba, de modo
que la parte sobre quien recae la carga sepa con seguridad que la
jurisdicción espera su aporte probatorio bajo pena de aceptarse la
afirmación fáctica de su contraria "',

Es evidente que las partes deben saber de antemano a quién le


incumbe la carga de la prueba de un hecho invocado en el proceso. La
incertidumbre sobre quién recae esa carga de probar el hecho cons-
titutivo de la pretensión o de la defensa que se esgrime en un litigio

86 Ver,por ejemplo, Ricardo Lorenzetti, "Carga de la prueba en los procesos de daños': L.L.
7991-A-995 y "Teoría general de distribución de la carga probatoria': Revista de
Derecho Privado y Comunitario, Rubinzal-Culzoni, no 13, Buenos Aires 7 997, pag. 6 1.
87Eisnec Isidoro, "Desplazamientode la carga probatoria': L.L. 1994-C-846
compromete gravemente el derecho d e defensa en juicio.
Omar Benabentos '' afirma que "la teoría de las cargas probato-
rias dinámicas debe dejarse de lado y volver a la clásica idea que
el que afirma un*hecho ordinario está exento de probarlo y que el
que se apoya en un hecho extraordinario debe acreditarlo:'En su
apoyo cita a Eduardo Couture, quien expresa que "...la regla,...es la
que los hechos normales no son objeto de prueba. El conocimiento
de estos hechos forma parte d e esa especie del saber privado del
juez, que éste puede invocar en la fundamentación d e la sentencia.
Lo contrario d e lo normal, es, eso sí, objeto d e prueba. La parte que
sostenga que la visibilidad era perfecta durante la noche, o que una
casa nueva y bien construida amenaza ruina, o que el acto del comer-
ciante fue a título gratuito, deberá producir prueba d e tal e x t r e r n ~ " ' ~

Presunciones:
Dispone el artículo 163, inciso So del CPN: "Las presunciones no
establecidas por ley constituirán prueba cuando se funden en hechos
reales y probados y cuando por su número, precisión, gravedad y con-
cordancia, produjeren convicción según la naturaleza del juicio, de con-
formidad con las reglas de la sana crítica:'
Arazi señala que los que por su número, precisión, gravedad y
concordancia tienen que producir convicción son los indicios. Las
presunciones son la consecuencia d e la labor intelectual del juez para
extraer conclusiones d e esos indicios.
El citado jurista nos ofrece el siguiente ejemplo:"si tiene que acre-
ditarse la forma en que ocurrió un accidente d e tránsito, considera-
mos como medios de prueba los siguientes: la declaración d e un tes-
tigo presencial, la presentación d e una fotografía tomada en el

88"Visión crítica de las cargas probatorias dinámica? Ponencia presentada en el XVIII


Congreso Panamericano De Derecho Procesal, Arequipa, Perú - Octubre de 2005 Puede
verse en
h ttp://www.eldial.com/suplementos/Procesal/tcd.asp?id=7 955&camara=Ponencias#
-ftnrefl
89 Couture, Eduardo, Fundamentos del Derecho Procesal Civil, Buenos Aires, Argentina,
7 98 1, Edit. Depalma, pág. 23 7
90 Arazi, Roland. 'Teoríageneral de la prueba: carga probatoria". Ponencia presentada en
el XVIII Congreso Panamericano De Derecho Procesal, Arequipa, Perú - Octubre de
2005. Puede verse en
h ttp://www.eldial,com/suplementos/Procesal/tcd.asp?id=7 956&camara=Ponencias
momento o la filmación del hecho; y como indicios el testimonio de
personas que declaran haber visto el automóvil chocado, el lugar
donde se encuentran los daños de los vehículos, las huellas dejadas
en el pavimento, etc., se advierte que ninguno de estos últimos
hechos son representativos del hecho controvertido, pero valorados
en conjunto autorizan al juzgaSdora inferirlo."

26. ASEGURAMIENTO DE PRUEBAS. PRUEBA ANTICIWDAo


TUTELA ANTIClWDAo

En el ámbito nacional, la situación está regulada por los artículos


326 a 328 del Código Procesal Civil y Comercial.

Un aseguramiento de pruebas importante es el del estado físico


de la victima. No hay que temer que con el tiempo esa víctima se
agrave, porque si ocurre eso, se puede pedir en el juicio principal una
pericia, y el agravamiento va a constar en ella.

Pericial mecánica anticipada: Los vehículos pueden ser arregla-


dos o chocados nuevamente antes de la pericia en un juicio normal.
De modo que una pericia mecánica inmediatamente de producido el
hecho facilita todo el juicio ulterior y de que manera se pudo haber
producido el accidente. Aunque la pericia sobre la accidentologíafác-
tica, no corresponde, porque es tema a debatir en el juicio principal,
una pericia mecánica sobre los daños del vehículo sí puede hacerse,
y eso le servirá después al perito del juicio principal que tiene que
debatir la mecánica del hecho, para de ahí obtener los datos sufi-
cientes sobre quien embistió; en ocasiones, calcular velocidad por
daños mismos, cuando no existen huellas en el lugar del hecho. Es
decir, existen una serie de elementos que, a veces, cuando llegamos
al juicio principal,ya no los tenemos más.

Pericial psicológíca anticipada: Puede resultar importante en


aquellos casos donde la victima sufre alguna dolencia psíquica que
tiene probabilidad de remitir sola por el mero paso de tiempo, sin
ocasionar secuelas que generen incapacidad laboral y10 exijan trata-
miento psicológico o psiquiátrico. Por ejemplo, en accidentes de tran-
sito, es muy común que la victima sufra el denominado I1estréspost
traumáticol~Conformecon el DSM IV ", se diagnostica este estrés pos-
traumático si los síntomas duran más de un mes, habiendo personas
que se recuperan de este cuadro dentro de los seis meses y quienes
requieren más tiempo.
En algunos~casosla condición puede ser crónica y excepcional-
mente no se detecta sino varios años después del accidente.
Esta incidencia temporal pone d e manifiesto la necesidad de
inmediata realización de la pericia psicológica a f i n de permitir
acceder a las consecuencias reales que el accidente d e autos pro-
vocó en la estructura síquica d e los actores. las que podrían ser de
dificultosa determinación en caso de haber transcurrido varios
años desde la producción del hecho hasta el momento de realiza-
ción de la pericia.
La prueba anticipada permitiría, no solo detectar el daño, sino
que, para el hipotético caso que la misma prueba determinara que el
daño sufrido no ocasionará secuelas que generen incapacidad labo-
ral y10 exijan tratamiento psicológico o psiquiátrico, los padecimien-
tos psíquicos sufridos por la víctima sean reconocidos, incorporándo-
se su importe al monto indemnizatorio reclamado como daño moral.

Otro aseguramsento de pruebas que puede ser conveniente es


sobre el lugar del hecho. es decir sobre las condiciones o geogra-
fía del lugar. A veces las geografías han variado; en las zonas de
campo, por ejemplo, los yuyos crecen, o son cortados, o nos encon-
tramos con que son podados los árboles, etc.

Otro tema importante en el aseguramiento de pruebas, es que no


tiene la caducidad de las medidas cautelares.
Si se actúa de contraparte en una medida de aseguramiento de
pruebas, es importante tener en cuenta las observaciones que
hagan a la pericia, porque son incidentes, traen costas, y la rnedi-

9 7 El DSM IV es el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales o en inglés


Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM) de la American
Psychiatric Association (Asociación Psiquiátrica de Estados Unidos). Contiene una cla-
sificación de los trastornos mentales con el propósito de proporcionar descripciones
claras de las categorías diagnósticas, con el fin de que los clínicos y los investigadores
puedan diagnosticar,estudiar e intercambiar información y tratar los distintos trastor-
nos mentales. Es muy utilizado en medicina forense.
1131

de aseguramiento de pruebas es una medida que puede pro-


erse en forma amplia. El juez n o puede d e entrada decir si ese
seguramiento d e pruebas va a servir o n o al juicio, n o puede expe-
irse, porque estaría opinando previo al juicio principal. De manera
ue el juez se encuentra atadp. Si no es improcedente totalmente,
ene que proveer la medida. Si el futuro demandado las objeta, esa
&jeciÓn es m u y factible que sea rechazada,^ va a cargar con las cos-
tas. Es preferible controlar la medida y hacer todas las observaciones
que crean pertinentes, para que ellas sirvan en el juicio principal.

Medidas de tutela anticipada


Si bien n o se trata d e u n medio probatorio, nos parece conve-
niente tratar, dentro d e las posibles medidas anticipadas a tener en
cuenta en. casos d e accidentes d e tránsito, justamente, a la llamada
tutela anticipada.
La tutela anticipada o medida anticipatoria es aquella que apunta
a la satisfacción inmediata total o parcial d e la pretensión contenida
en la demanda cuando d e la insatisfacción pueda derivarse u n per-

Peyrano nos dice q u e son cuatro los presupuestos d e proceden-


cia: 1) prestación d e contracautela; 2 ) que los efectos d e la resolución
anticipatoria sean fácilmente reversibles; 3) prueba inequívoca d e la
atendibilidad del planteo del requirente, recaudo que revela que es
menester una fuerte probabilidad d e que la posición del requirente
sea la jurídicamente correcta;4) la concurrencia d e una suerte d e plus
del requirente por sobre "el peligro en la demora" corriente en las
medidas cautelares. En efecto: aquí se exige, además, la existencia d e
una situación conexa que aqueje al requirente (riesgo d e sufrir u n
perjuicio irreparable o d e difícil reparación o la circunstancia d e q u e
resulte ser víctima d e u n abuso d e derecho d e defensa por parte d e
la ~ o n t r a r i a ) . ~ ~
Son casos m u y especiales, donde el juez llega a la convicción d e
que, si n o accede anticipadamente a la petición del actor, más tarde,
aunque la sentencia sea favorable, el perjuicio sufrido por este será
irreversible.

92 PEYRANO, Marcos L., "La sentencia anticipatoria y su aplicación inmediata para satis-
facer las demandas de los damnificados por cortes de luzídiario La Ley, 30-3-99, p. 7
A continuación, presentamos u n sumario d e la Sala L d e la d e la
Cámara Nacional e n l o Civil q u e aplica las disposiciones del art. 68 de
la Ley Nacional d e Transito para acceder al pedido. 93

,,I-En el marco de lo dispuesto por los arts. 230 y 232 del C6digo
procesal y art 68 de la ley 24.449, cabe admitir con carácter de tutela
anticipada,la medida cautelar solicitadapor quien resultó víctima de un
accidente de transito, consistente en el depósito de una suma de dinero
para afrontar los gastos médicos que demanda su recuperación,si de no
procederse del modo y con la premura que aconseja la ciencia médica,
disminuirán las probabilidades del accionante de recuperarse, aunque
sea en alguna medida de las lesiones sufridas.
2- Frente a la medida solicitada con carácter dentutelaanticipadanen
los términos previstos por el art. 68 de la ley 24.449, la verosimilitud que
confiere la existencia de una causa penal de la cual surge que el deman-
dado principal ha sido procesado por el delito de lesiones gravísimas a
título de dolo eventual, lleva a considerar suficiente contracautela la
caución juratoria del interesado, máxime si éste se encuentra amparado
por la exención prevista en el art. 200, inc. 2* del Código Proce~al."~(la
negrita es nuestra)

Recordemos q u e el art. 68 d e la ley 24.449 prescribe q u e


"Los gastos de sanatorio o velatorio de terceros, serán abonados de
inmediato por el asegurador, sin perjuicio de los derechos que se pueden
hacer valer luego. El acreedor por tales servicios puede subrogarse en el
crédito del tercero o sus derechohabientes.
Carecede validezla renuncia a un reclamo posterior,hecha con moti-
vo de este pago."

93 Además, constituye un leading case en la materia, el fallo de autos "Camacho Acosta,


Maximino c/ Grafi Graf S.R.L. y otros" - CSJN - 07/08/1997,fuente: www.csjn.gov.ar .Allí
se tuvo en cuente que el recurrente puso de manifiesto que la tardanza en la coloca-
ción de la prótesis hasta el momento de la sentencia definitiva le provocará un perjui-
cio irreversible en la posibilidad de recuperación física y psíquica de su parte.
94 í(\COSTAHAAB, Gonzalo c/ PUJOL DE EINAUDI, Marcela María s/ART: 250 C.P.C.- INCI-
DENTE CIVIL. (Sentencia lnterlocutoria - CNCIV - Sala L - Nro. de Recurso: LO55802 -
Fecha: 21-03-00. Sumario NO14673 de la Base de Datos de la Secretaría de
Jurisprudencia de la Cámara Civil - Boletín N073/2002).
C A P ~ ~ U LVlll
O
REPARACIÓNDE DANOS
DETERMINACIÓN DE MONTOS INDEMNIZABLES

27. CUANTIFICACIÓNDE LOS DAÑOS.CRITERIOS A SEGUIR.


Cuantificación de los daños patrimoniales
Por empezar, es arbitrio d e cada juez determinar el quantum
indemnizatorio, por supuesto, que con relación a la prueba rendida
en autos.

Uno de los desafíos más difriiles de la tarea judicial es el de cuantificar


los datíos. La seguridadjurldicu queda afectada por la disparidad de las
cifras provenientes de las sentencias de los diversos tribunales.
El Código Civil fija u n criterio en el Art. 1.O83 cuando establece que
"El resarcimiento de daños consistirá en la reposición de las cosas a su
estado anterior, excepto si fuera imposible, en cuyo caso la indemniza-
ción se fijará en dinero. .."se busca la reparación integral y en especie
(reponer las cosas a su estado anterior) salvo imposibilidad. El artícu-
lo finaliza diciendo q u e "También podrá el damnificado optar por la
indemnización en dinero.: opción que se da siempre en nuestra prac-
tica tribunalicia, por lo que la reparación en especie es hoy día algo
excepcional.
La reparación integral d e daños patrimoniales supone que el
damnificado n o debe experimentar perdida n i ganancia luego d e la
indemnización.
Como excepción, el segundo párrafo del art. 1069 establece que
"Los jueces, al fijar las indemnizaciones por daños, podrán considerar la
situación patrimonial del deudor, atenuándola si fuere equitativo; pero
no sera aplicable esta facultad si el daño fuere imputable a dolo del res-
ponsa ble."
Cuando tratemos el tema del daño moral volveremos sobre la
cuestión de la reparación integral. Aquí solo adelantaremos que, en
nuestra opinión, la expresión "reparación integral" solo es aplicable
a daños patrimoniales.
A continuación, reiteraremos algunas cuestiones tratadas ante-
riormente, a lo largo de esta obra, para su integración con el presen-
te tema.

28. BAÑO PATRIMONIAL DIRECTO E INDIRECTO.


El Código Civil nos habla del daño patrimonial en el art. 1.068,
cuando establece que uHabrá daño siempre que se causare a otro
algún perjuicio susceptible de apreciación pecuniaria, o directamente en
las cosas de su dominio o posesión,..."(el llamado daño patrimonial
directo o daño directo) '...o indirectamente por el mal hecho a su per-
sona o a sus derechos o facultades." (daño indirecto)
Daño emerqente Y lucro cesante
"Art. 1.069. El daño comprende no sólo el perjuicio efectivamen-
te sufrido,..." (daño emergente) "...sino también la ganancia de que
fue privado el damnificado por el acto ilícito,..."(lucro cesante)
Lucro cesante e incapacidad sobreviniente
Conceptualmente, el lucro cesante y la incapacidad sobreviniente
son dos rubros distintos de la cuenta indemnizatoria. El primero es
"La ganancia, la utilidad, la ventaja, el provecho dejado de percibir..."%

A diferencia de la incapacidad sobreviniente, que se proyecta


desde el accidente hacia el futuro ("ex nunc"), el lucro cesante ha
sucedido, ha acontecido como consecuencia del accidente, pero se
refiere a los beneficios, a las ganancias dejadas de percibir (artículos
51 9 y 1069, Código Civil) y tiene un ciclo temporal preciso y deter-
minado.Además, el lucro cesante se aplica también a supuestos que
nada tienen que ver con lesiones o enfermedades sino, por ejemplo,
a la resolución intempestiva de un contrato de distribución o a la pri-
vación del uso de un automotor que se utilizaba como remis.
Por incapacidad sobreviniente se entiende "tualquier disminución
en las aptitudes físicas o psíquicas que afecten la capacidad productiva

95 Pedro N. Cazeauxy Félix A. Trigo Represasl'Derechode las obligaciones'~1975, tomo 1,


página 3 17.
o se traduzcan en un menoscabo de la plenitud o dificultad en las activi-
dades, productivas o no, que el sujeto solía realizar con la debida ampli-
tud y libertado Se aprecia en miras de lo funcional, pero su origen
puede ser anatómico, fisiológico o una combinación de ambos.
Ahora bien, recordemos 96 el caso del taxista que sufrió daños al
caer el piso y golpear su oído derecho, luego de que el colectivo en el
que viajaba impactara contra otro vehículo. Luego de los estudios
realizados pudo comprobarse que presenta hipoacusia conductiva,
que guarda relación con el accidente y que le representa un grado de
incapacidad permanente del 29%, lo que le impide seguir ejerciendo
la profesión.

Decíamos que, a la hora de indemnizar este daño, en la demanda


se puede reclamar por los siguientes rubros:

Lucro cesante: Por la pérdida de ingresos durante el período que


abarca desde el momento en que se origina la dolencia y el alta médi-
ca.

Incapacidad sobreviniente: Por la futura y cierta pérdida de


ingresos originada por su disminución física, desde el alta médica
hasta el lapso máximo de vida laboral.
En cambio, "siya se computó la pérdida patrimonial del sujeto (cual-
quiera que sea el nomen iuris bajo el que se encuadre o el período tenido
en vista) no se puede conferir como indemnización autónoma el de otro
daño económico de similar sustancia y por análogo motivo. De lo con-
trario, se configuraría una injustificada duplicidad resarcitoria por el
mismo título. En suma desde el punto de vista estrictamente conceptual,
atinente al daño mismo, no es válida la diferenciación entre "lucro
cesante" e "incapacidad" (Arevalo de Castillo, Nélida c/ Centurión,
Pablo Esteban s/sumario" y acumulados, L. 185.274, del 8/8/96; conf.
Zavala de González,"Resarcimiento de dañosíT.2a1pág.298)

Dicho de otra manera, si bajo el titulo de incapacidad sobrevi-


niente se reclamó indemnización por la pérdida de ingresos durante
el período que abarca desde el momento en que se origina la dolen-

96 Ya mencionado supra, en el punto 13.


que se reclame por lucro cesante, porque ese rubro ya está cubierto.
Inversamente, si bajo el titulo de lucro cesante se reclamará
indemnización por la pérdida de ingresos durante el período que
abarca desde el momento en que se origina la dolencia hasta el lapso
máximo de vida laboral,entonces no corresponde que se reclame por
incapacidad sobreviniente. Más allá de la confusión conceptual, el
juzgador puede encuadrar la cuestión bajo la categoría jurídica
correcta, por aplicación de la regla "iura novit curia1:

El caso del daño psíquico: La jurisprudencia ampliamente mayo-


ritaria considera que no forma un "tercer tipo" de daño, aparte del
patrimonial y el extrapatrimonial. Es decir, no es una categoría auto-
noma. Como daño patrimonial, con la expresión daño psiquico se
reclama la incapacidad sobreviniente por enfermedad psiquica y10
los gastos por tratamiento psicologico o psiquiatrico.
A veces se lo reclama como rubro aparte y otras aparece desdo-
blado: Por un lado,dentro del rubronlncapacidadsobreviniente"y por
otro dentro del rubro "gastos médicos" o "gastos médicos futuros.
También se lo suele incluir dentro del rubro "Daño a la salud1:Es una
simple cuestión de denominación.
Si la patología psiquica no genera consecuencias patrimoniales
(porque no causa incapacidad sobreviniente ni genera gastos por
tratamiento psicologico o psiquiatrico) el rubro forma parte de la
reparación del daño moral
El daño psiquico se determina a través de de la prueba pericia1psi-
cológica, que, en algunos casos de accidente de tránsito, conviene
pedir como prueba anticipada. 97

Las condición psiquica de los que sufrieron un accidente de


tránsito puede ser modificada por el paso del tiempo, tanto por-
que la incapacidad generada pueda ser transitoria y por lo tanto
haber desaparecido o haberse atenuado significativamente al
momento de realización de la pericia cuanto por la evidente difi-
cultad de evaluar cómo era la persona antes del accidente y cómo

97 Ver supra, punto 25.


1137

estructurado síquicamente después del hecho cuando entre


o y otro momento ha transcurrido un lapso prolongado como
1 que habitualmente se genera entre la presentación de la
emanda y la etapa probatoria máxime que, por lo general, la ini-
iación de la causa se produce después de un tiempo de ocasio-
do el evento dañoso.

DE LOS DAROS PATRI-


g. MÉTODOS PARA LA CUANT~FICACIQN

Existen métodos para cuantificar y dar uniformidad a las cifras d e


condenas d e los daños.
Por empezar, el m o n t o del perjuicio puede establecerse por con-
venio entre las partes o el juez puede determinarlo en base a pre-
sunciones, estimaciones y cálculos estadísticos actuariales.
De la lectura d e las sentencias surge que la noción d e probabilidad
aparece reiteradamente e n las decisiones judiciales.
Se dice que u n suceso es probable cuando hay buenas razones
para creer que se verificard o
Esas "buenas razones" suelen provenir de la experiencia. Por ejem-
plo, si una persona muere en u n accidente d e transito, es posible que
su madre fallezca d e u n infarto al enterarse d e la noticia pero, afortu-
nadamente, la experiencia nos dice que no es probable, porque en la
mayoria d e los casos esto n o sucede.
Si esos datos d e la experiencia se encuentran recopilados, pode-
mos servirnos d e la estadística '',es decir, aquella rama d e la matemá-
tica que utiliza grandes conjuntos d e datos numéricos para obtener
inferencias basadas en el cálculo d e probabilidades.

98 Puede consultarse la palabra "probable" en la dirección http://www.rae.es/


(Diccionario de la Lengua Española, vigésima segunda edición)
99La existencia de cálculos estadísticos oficiales es vital en materia de cuantificación de
daños, porque de estu manera, el juez debe utiiizarias para fundar sus sentencias o,
fundamentar debidamente su decisión de apartarse de las mismas. En nuestro país no
existen suficientes datos estadísticos en esta materia, lo que desemboca en que será el
arbitrio judicial (la prudencia de los jueces de que habla el art. 7084 Ccivil) el que, a
veces en forma totalmente discrecional (el famoso "ojimetro") decidirá el monto
indemnizatorio. Está de más decir los perjuicios a la seguridad jurídica que trae esta
práctica, que, insistimos, se apoya en una falencia de datos confiables que deben pro-
porcionar organismos oficiales especializados (vgr, el Instituto Nacional de
Estadísticas y Censos).
El tema de la probabilidad está ligado al de la previsibilidad y, po
ende, al de la causalidad: cuanto más probable es un suceso, máspre-
visible es.
Se responderá en la medida que dicho suceso sea previsible en
abstracto. Por ejemplo, se responde siempre por las consecuencias
inmediatas, porque son muy probables (y previsibles), dado que son
aquellas que acostumbran suceder, segun el curso natural y ordinario
de las cosas, (ver.Art. 901 Código Civil).En cambio, no se responde por
las consecuencias casuales porque estas no pueden preverse (art. 901)
y no pueden preverse porque no son probables.

Por otro lado, los precedentes judiciales pueden servir como base
para cuantificar los daños. Es decir, el juez fundamenta los montos
indemnizatorios fijados en su sentencia remitiendose a las sumas fija-
das en fallos anteriores de ese u otro tribunal, para casos similares.

Así, es de ayuda la información contenida en algunas bases de


datos a las que se puede acceder por Internet. Por ejemplo, en la
dirección http://www.ii-iusticia.edu.ar se encontrará una "Base de
Montos lndemnizatorios por Daños Personales" (es decir, indemni-
zaciones por causa de muerte y casos de lesiones).Este sistema tiene
su origen en el proyecto de investigación "Modelo matemático para
la cuantificación de daños y perjuicios" iniciado en 1989 y del que
fueron parte el Ministerio de Justicia y la Cámara Nacional de
Apelaciones en lo Civil.
Lamentablemente, el Ministerio de Justicia dejó de financiar el
Proyecto y este ahora subsiste gracias a fondos privados.

El sistema utiliza una Base de Casos de tipo referencia1y su objeti-


vo es facilitar la identificación de casos próximos o análogos.Tiene
datos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, la Cámara
Nacional de Apelaciones en lo Civil, y las Cámaras en lo Civil y
Comercial de San Isidro, Azul y Mercedes.
La Base de Montos lndemnizatorios por Daños Personales sirve
para darnos una idea de los montos que se manejan en algunas juris-
dicciones. No ignoramos que le faltan muchos datos para ser plena-
mente eficaz.
1139

por otro lado, tenemos la Base de Cuantificación de Daños de Ia


mara Nacional de Apelaciones en lo Civil.
La misma puede verse en http://consuItas.pjn.aov.ar/cuantifica-
.
una base oficial y como allise dice, ..contiene una selección
I'
.

precedentes de daños realizada según criterios fijados por la Cámara,


que se han ido modificando a través del tiempo conforme a las nece-
idades de los usuarios y a la evolución del derecho. Los datos de la base
on sólo parametros de referencia para el usuario, quien suministra los
rangos de utilidad para la búsqueda deseada y el cruzamiento de la
información, respecto de los montos indemnizatorios establecidos por
/as distintas Salas de la Cámara Civil en casos próximos o análogos, sin
que fijen criterio jurisdiccional."

En lo que sigue, el lector observará la reiteración de algunos con-


ptos o temas ya tratados. Lo hacemos, sin embargo, con el proposi-
de enfocar dichas cuestiones al problema de la cuantificación de

30.RUBROS DE LA CUENTA INDEMNIZATORIA (LOS "NOM- .

BRES" O "ETIQUETAS").

No hay un "listado oficial" que nos diga como debemos denomí-


nar a los daños que integran la llamada "cuenta indemnizatoria; es
decir, el conjunto de daños cuyo resarcimiento se reclama en la
demanda. as
denominaciones de los distintos rubros surgen de la
costumbre forense y, lamentablemente,se observa gran variedad de
maneras para referirse a un mismo daño. Aunque parezca exagerado,
esto hace que muchas veces no se sepa que daños estd reclamando el
Qd0i'00.
A continuación, mencionaremos algunas de las denominaciones
más usuales.

700 A veces la "confusión" es intencional, porque la parte actora "duplica" un daño, pre-
tendiendo resarcirlo bajo dos denominaciones distintas (vgr. daño moraly daño esté-
tico, cuando este ultimo solo afecta contenidos extrapatrimoniales). Son numerosas
las sentencias donde los jueces destacan esta "practica".
patrimoniales)
LOS perjuicios personales o corporales derivados de un accidente
suelen enunciarse de diversas maneras y, a su vez, englobarse o dis-
criminarse según el criterio práctico o jurídico del juzgador o del liti-
gante.

Los rubros de la cuenta indemnizatoria suelen ser,según sea el caso:

VALOR VIDA: Este rubro está mal llamado "valor vida:' pero como
es una expresión forense muy extendida, debemos utilizarla.
Sin embargo, con este rubro no vamos a reclamar indemnización
por la vida del muerto. Aquí el daño consiste en la perdida del apor-
te económico que el fallecido hacía a la subsistencia del cónyuge, los
herederos forzosos y, eventualmente, otros damnificados indirectos.
Estrictamente, correspondería llamarlo "daño a la subsistencia" en
lugar de "valor vida", porque es un daño patrimonial que sufren
determinadas personas debido a la muerte de quien contribuía
económicamente a su subsistencia.
Conforme a la interpretación doctrinaria y jurisprudencia1 de los
arts. 1084 y 1085 del Código Civil, se presume, iuris tantum, que el
daño lo sufren el cónyuge y los herederos forzosos de la victima, (en
principio, hijos menores e incapaces y padres).
Otras personas, por ejemplo, concubinos o hermanos del fallecido,
pueden sufrir ese daño, pero deben probar que dependían del apor-
te económico del fallecido para su subsistencia, pues no opera nin-
guna presunción a su favor. En este último caso, reclamaran como
damnificados indirectos, según lo permite el art. 1079, que establece
que "La obligación de reparar el daño causado por un delito existe, no
sólo respecto de aquel a quien el delito ha damnificado directamente,
sino respecto de toda persona, que por él hubiese sufrido, aunque sea de
una manera indirecta." 'O'

Repetimos, aquiel damnificado no es el muerto sino los sobrevivien-


tes, que reclaman por dergcho propio.

101Ver trFolgan,Roberto c/ Del Rivero, Edgardo Sergio y otro': E 468. XXXVll - CSJN -
02/12/2003.Citar: elDial.com AA 7 E53
1 141
INCAPACIDAD SOBREVINIENTE: Como daño patrimonial, en las
lo encontramos muchas veces dividido o discriminado como

a)/ncapacidad física
b)/ncapacidadpsíquica
c)Perjuicio o daño estético: Aquí, por ejemplo, en algunos casos lo
os incluido en la incapacidad sobreviniente, en otros en el daño
al y también suele ser indemnizado como rubro independiente.
EI perjuicio estético puede generar o no incapacidad sobreviniente.
Estrictamente, con la incapacidad sobreviniente se indemniza la
futura y cierta pérdida de ingresos originada por su disminución físi-
ca, desde el alta médica hasta el lapso máximo de vida laboral.

Sin embargo, como dijimos al compararlo con el lucro cesante 'O2,


muchos jueces entienden por incapacidad sobreviniente "cualquier
disminución en la aptitudes físicas o psíquicas que afecten la capacidad
productiva o se traduzcan en un menoscabo de la plenitud o dificultad
en las actividades, productivas o no, que el sujeto solía realizar con la
debida amplitud y libertad 'O3. (el subrayado es nuestro)
Con esta definición el rubro abarca contenidos patrimoniales y
extrapatrimoniales.

Dado que, como dijimos arriba, no hay un "listado oficial" que nos

702 Supra, puntos 13 y 27.


703CNCiv., Sala C, "ñuggeri,Blanca R. A. c/Empresa de Transporte Gral San Martín S.A., del
7 9/7 7/92 en L.L., 1 994-E,699. Por su parte, en "Recurso de hecho deducido por Pablo
Martín Arostegui en la causa Arostegui, Pablo Martín c/ Omega Aseguradora de
Riesgos del Trabajo5.A.y Pametal Peluso y Compañía S.R.L.': sentencia del 8 de abril de
2008, la Corte Suprema de Justicia de la Nación, recordó que "El Tribunal también ha
expresado en diversos pronunciamientos vinculados, al igual que los citados anterior-
mente, con infortunios laborales en el contexto indemnizatorio del Código Civil, que la
incapacidad del trabajador, por un lado, suele producir a éste "un serio perjuicio en su
vida de relación, lo que repercute en sus relaciones sociales, deportivas, artísticas, etc.':
y que, por el otro, "debe ser objeto de reparación, al margen de lo que pueda corres-
ponder por el menoscabo de [la] actividad productiva y por el daño moral, pues la inte-
gridad física en símisma tiene un valor indemnizable" (Fallos: 308:1709, 1 7 75 y 7 7 16).
De ah[ que "losporcentajes de incapacidad estimados por los peritos médicos -aunque
elementos importantes que se deben considerar- no conforman pautas estrictas que el
juzgador deba seguir inevitablemente toda vez que no sólo cabe justipreciar el aspec-
to laboral sino también las consecuencias que afecten a la víctima, tanto desde el
punto de vista individual como desde el social, lo que le confiere un marco de valora-
ción más amplio" (Fallos:3 10:1826, 7 828/1829)."
"cuenta indemnizatoria; es cuestión convencional indemnizar el
menoscabo extrapatrimonial que produce la incapacidad sobrevi-
niente junto con el menoscabo patrimonial de la misma (un solo
monto por incapacidad sobreviniente, comprensivo del daño patri-
monial y extrapatrimonial que produjo la misma) o hacerlo por
separado (un monto por incapacidad sobreviniente, comprensivo
del daño patrimonial y otro monto en concepto del'daño moralírefe-
rido al daño extrapatrimonial que generó la incapacidad).
Lo que no se puede hacer es"duplicar"e1 rubro .
DANO PS~QUICO:Incapacidad sobreviniente por enfermedad
psíquica y10 gastos por tratamiento psicológico o psiquiátrico.
. A veces se lo reclama como rubro aparte y otras aparece desdo-
blado: Por un lado,dentro del rubro"1ncapacidadsobreviniente"y por
otro dentro del rubro "gastos médicos" o "gastos médicos futuros:
También se lo suele incluir dentro del rubroUDañoa la salud'l
Habitualmente es un daño patrimonial, pero en casos donde la
enfermedad, si bien comprobada, no produjo incapacidad ni gastos
por tratamiento psicológico o psiquiátrico (porque remitió espontá-
neamente luego de cierto tiempo, como algunos casos de estrés pos-
traumático), se la indemniza como daño extrapatrimonial, dado que
el lapso de enfermedad implicó un menoscabo en la calidad de vida.

DAF?IO ESTETICO: En un sentido estricto, es "la perdida de atrac-


cióníes decir, la capacidad del sujeto para atraer a otras personas. Las
repercusiones fisiológicas, sociales, morales y laborales, deben ser
valoradas no dentro del daño estético, sino dentro de los respectivos
daños patrimoniales o morales.
Luego de una tendencia generalizada a incluirlo dentro del daño
moral, ese criterio se ha ido modificando, teniendo en cuenta el perjui-
cio material que puede acarrear, representado principalmente por la
afectación de la profesión,y por los gastos en tratamientos reparadores.
La lesión estética puede incidir tanto sobre el daño material, como
sobre el daño moral, lo cual cabe distinguir cuidadosamente para
impedir caer en una doble indemnización. ' O 4

704 Bermudez, Jorge, "Valoración del Daño Estético por Cicatrices:' Puede verse en
h ttp://www.apeba.org.ar/medicos/articulos/CICA7~RICES.htm#cita
12
1 143 1

pi~Dle)A DE CHANCE: En materia de daños personales, normal-


te el rubro es utilizado en los casos en que la víctima es un niño
olescente que no realizaba actividades productivas.

LUCRO CESANTE: La ganancia cierta dejada de percibir

GASTO M~DICO:as tos ya efectuados al momento de la demanda

GASTO MÉDICO FUTURO: Se incluyen los tratamientos o gastos


que se estiman necesarios realizar en el futuro, los gastos ya efectua-
dos se indemnizan normalmente por separado.

DAÑO A LA SALUD: Muchas veces se usa esta expresión para


referirse a la incapacidad sobreviniente. En ocasiones, se suele
demandar por ambos rubros, daño a la salud e incapacidad sobrevi-
niente cuando, en realidad, se está buscando que se indemnice dos
veces un mismo daño.Así,vemos demandas donde se pide, por ejem-
plo, $ 50.000 por incapacidad sobreviniente, dado que el actor sufrió
una incapacidad laboral permanente del 30 % y, a continuación, S
50.000 por daño a la salud,debido a que el actor padece secuelas que
lo incapacitan de por vida para realizar determinadas actividades

En este sentido, se trataría de un daño patrimonial.


Ahora bien, la Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la
salud como "un estado de perfecto (completo) bienestar físico, men-
tal y social, y no sólo la ausencia de enfermedad: 'O5
Siguiendo esta linea, un daño que cause una disminución en la
calidad de vida, (disminución del bienestar fisico, mental y social),
aunque no tenga consecuencias patrimoniales, debe ser resarcido.
Vease lo que decimos a continuación al tratar sobre el daño hedóni-
col daño biologico, daño existencia1 y daño al proyecto de vida.

DAÑO HEDÓNICO:En realidad, lo que resulta dañado es el "dere-


cho a la calidad de vida"o, si se quiereI1'el derecho al placerliSi a con-
secuencia de un accidente, una persona pierde su capacidad para
mantener relaciones sexuales, no solo pierde sus funciones repro-
sentir placer. Por supuesto, en muchas demandas, este rubro se
engloba dentro del concepto del daño moral.
Sin embargo,~comovimos ' O 6 , para reclamar por daño moral hay
una legitimación activa restringida, por lo que en ocasiones puede
ser conveniente diferenciar conceptualmente el daño hedónico del
daño moral.
En nuestra opinión, la diferencia esencial entre el daño hedónico
y el moral es que el primero se manifiesta en un "no poder:' en una
"perdida de posibilidades:' mientras que el daño moral se manifiesta
en el sentir, en la aflicción, en el dolor.

DAÑO BIOLÓGICO: Doctrinalmente fue desarrollado en Italia


(danno a la salute) como una categoría propia y distinta, frente a la
concepción tradicional que, al interpretar el Código Civil Italiano, dis-
tinguía sólo entre daños patrimoniales y no patrimoniales. En las
lesiones corporales se reparaba sólo el daño patrimonial, compuesto
por el daño emergente y el lucro cesante. El daño moral solo en
aquellos casos en que el hecho dañoso fuera de ori-en delictivo. El
art. 2059 del Cód. Civil italiano dispone que:"El daño no patrimonial
debe ser resarcido sólo en los casos previstos por la ley" y en cuanto
al tema que interesa, significa el reenvío al art. 185 del Cód. Penal
según el cual: "Todo delito que haya ocasionado un daño patrimonial o
no patrimonial obliga al culpable a resarcir el daño causado y, cuando
las normas de la ley civil así lo prevean, también a las personas que
deban responder por el hecho de aquél. 'O7
De este modo, es necesario que la lesión personal derive de un
delito para que
se pueda obtener el resarcimiento del daño moral.
La necesidad de una solución para poder resarcir por el perjuicio
no patrimonial ocasionado por los daños no dolosos, venia exigida
por diversos principios constitucionales, como el de igualdad, el de
respeto a la dignidad de la persona humana y el de protección a la
salud establecido por el Art. 32 de la Constitución italiana.

106 Supra, puntos 17y 18.


107 Visintini, Giovanna, Dos notas respecto de la responsabilidad civil*. Puede verse en
http://www.astrea.com.ar/files/prologs/doctrinaO 177.pdf
1 145
sí surgió la idea del "daño biológico" como un tercer tipo de
fio, independiente del daño patrimonial y del moral.
E] daño biológico (invalidez personal) excluye toda referencia a las
epercuci~nesprofesionales (invalidez profesional o incapacidad
obreviniente) que deben cuantificarse aparte.
En nuestro país, la mayoria'de los jueces no lo considerá un con-
epto autonomo y entiende que puede subsumirse en el concepto
e daño moral. Sin embargo, en este caso son aplicables.las mismas
zones que las vistas en relación al daño hedónico.

DANO AL PROYECTO DE VIDA: Este concepto fue desarrollado


por el autor peruano Carlos Fernández Sessarego. Este lo describe de
la siguiente manera, en uno de sus articulas 'oB:"El daño alproyecto de
vidu,...incide sobre la libertad del sujeto a realizarse según su propia libre
decisión. Como lo hemos reiterado, es un daño de tal trascendencia que
afecta, por tanto, la manera en que el sujeto ha decidido vivir, que frus-
tra el destino de la persona, que le hace perder el sentido mismo de su
existencia. Es, por ello, un daño cierto y continuado, que generalmente
acompaña al sujeto durante todo su existir en tanto compromete, de
modo radical, su peculiar y única "manera de sef. No es una incapaci-
dad cualquiera, ni transitoria ni permanente, sino se trata de un daño
cuyas consecuencias inciden sobre algo aún mas importante para el
sujeto como son sus propios fines vitales, los que, como está dicho, le
otorgan razón y sentido a su vida:' (la negrita es nuestra)

El mencionado autor brinda un ejemplo muy ilustrativo. Se trata


del caso de un pianista por vocación, profesional, entregado por
entero a su arte, quien, a raíz de un accidente automovilístico, pierde
algunos dedos de ambas manos.
Continua diciendo Sessarego que, si se analizan los daños produ-
cidos en el caso del ejemplo propuesto encontramos, en primer
lugar, que al pianista se le ha causado un evidente daño emergente
que hay que indemnizar, por los gastos médicos.También hay lucro
cesante, ya que el pianista acredita que tenía pendientes de ejecutar
cinco conciertos, lo que supone una significativa suma de dinero que

108 ')EXISTE UN DAÑO AL PROYECTO DE VIDA?" en


http://www.revistapersona.com.ar/l1Sessarego.htm
146 1
dejaría ciertamente de percibir. Estas serían las consecuencias patri
moniales.

Pero, simultáneamente, "'se han generado daños personales o no


patrimoniales como es el caso del daño biológico, consistente en las
lesiones causadas, consideradas en sí mismas, y que han de ser valoriza-
áas por los médicos legistas a la luz de los baremos o tablas de infortu-
nios, si los hubiere...Y, al lado de este daño biológico, de carácter psicoso-
mático, se ha producido un inevitable daño a la salud que compromete,
en algún grado, el bienestar integral del sujeto, el ordinario o normal
transcurrir de SU existencia, el mismo que deberá ser apreciado equitati-
vamente por el juez a la luz de los informes de los médicos legistas."

Pero, 'hdernás de los daños no patrimoniales antes referidos, se ha


inferido a la persona un daño radical, que incide en el sentido mismo de
SU vida. Se ha frustrado su proyecto de vida, que consistía, única y exclu-
sivamente, enl'ser"pianista. El ser pianista otorgaba razón a su vida, sen-
tido a su existencia, lo identificaba en la vida social a tal punto que,
cuando la gente lo ubicaba en un lugar público, señalaba que se trataba
de "un pianistaY' 'Og

DAF?IO EXISTENCIAL: Este concepto también fue desarrollado


por la doctrina italiana. Se trata de un daño extrapatrimonial produ-
cido por una afectación o disminución de la calidad de vida.
En su trabajo 'lo, Osvaldo R. Burgos, nos brinda el siguiente ejem-
plo, que sirve para diferenciar al daño existencial tanto del daño al
proyecto de vida como de los daños patrimoniales: llPensamos, por
ejemplo, en quien debe dejar de lado las actividades de su vida diaria
para brindar atención permanente a su cónyuge imposibilitado, por la
acción u omisión dañante de un tercero. Aún cuando tales actividades

709 Ver también Fernández Sessarego,Carlos,"El daño al proyecto de vida en una recien-
te sentencia de la Corte lnteramericana de Derechos Humanos; Revista de
Responsabilidad Civil y Seguros, Editorial La Ley, Tomo 1999, Página 7 324.
1 70 "El daño extrapatrimonial de los llamados damnificados indirectos ante supuestos
de irreversibilidad de las consecuencias dañosas. Daño al Proyecto de Vida, Daño
existencial, Daño moral o el hombre como límite del Derecho: PONENCIA No 77. Vlll
CONGRESO INTERNACIONAL DE DERECHO DE DAÑOS.Buenos Aires, 9 y 70 de Junio
de 2005- Facultad de Derecho - Univ. de Buenos Aires. Puede verse en
http://www.aaba.org.ar/bi22nO17.htm#-edn3
1 147
onfiguren un '~royecto"susceptib1ede apreciación jurídica en con-
o, ni hayan redituado beneficios económicos que tornen viable su
eterización como "lucro cesante: es obvio que la imposición de su
sibilidad somete a la persona dañada a una situación de displacer/
icionando y dificultando su propia relación con el entorno." (la

Como el lector puede apreciar comparando los anteriores


bros reseñados, según Is que entendamos porttdaño a la salud:
e rubro puede o n o coincidir con e l daño existencial. Si el daño
a salud es concebido como u n daño patrimonial, entonces es
rente del daño existencial. Si, en cambio, daño a la salud es
el que provoca una disminución e n la calidad de vidaraunque
tenga consecuencias patrimoniales, estamos hablando d e la

DAÑO MORAL: Consiste en la lesión a los afectos o emociones. Es


el "sufrimiento injusto" causado a una persona.

Es interesante destacar que el proyecto de unificación del Código


Civil de 1998, sustituye la expresión de daño moral por daño extrapatri-
monial. Así, el art 1600 establece:

"En este Código:...


b) El daño extrapatrimonial comprende al que interfiere en el proyec-
to de vida,perjudicando a la salud física o psíquica o impidiendo el pleno
disfrute de la "ida, así como al que causa molestias en la libertad, en la
seguridad personal, en la dignidad personal, o en cualesquiera otras
afecciones legítimas." '"

Como puede apreciarse, esta definición comprende tanto al


dafio al proyecto d e vida, el daño a la salud o existencia1 entendi-
do como disminución d e la calidad o "pleno disfrute" de la vida y
el daño moral propiamente dicho, entendido este como daño a
las "afecciones legitimas"

7 1 1 En Internet, el texto completo del Proyecto puede consultarse en http://www.alteri-


148 1
b)Rubros en materia de daños no personales

Los perjuicios materiales (por ejemplo, daños a las cosas, daños


patrimoniales directos) también suelen enunciarse de diversas
maneras y, a su vez, englobarse o discriminarse según el criterio prác-
tico o jurídico del juzgador o del litigante. Sin embargo, entran en dos
grandes categorias:

DANO EMERGENTE: La pérdida efectivamente sufrida a causa del


incumplimiento, (conf. arts. 519 y 1069 del Código Civil) Comprende
los gastos realizados o por realizarse, pero no eventuales o hipoteti-
cos, sino ciertos.

LUCRO CESANTE: Consiste en las ganancias dejadas de percibir,


(conf. arts. 5 19 y 1069 del Código Civil). Por ejemplo. Las ganancias no
percibidas a consecuencia de los daños causados en un automotor
que se utilizaba como taxi.

31 .PAUTAS PARA LA CUANTIFICACIÓNDE DAÑOS PERSONA-


LES.

En materia de indemnización por daños personales, los rubros


que más gravitan en el monto total, en la generalidad de los casos, y
en especial los que más afectados están por la incertidumbre son el
daño moral "*, el llamado "valor vida: la incapacidad sobreviniente y
la pérdida de chance.

En cada causa, los jueces deben desarrollar una estimación del


daño basada en los hechos probados.

En cuanto a la estimación del daño moral, este presenta dificulta-


des adicionales debido a que no es susceptible de ser apreciado
directamente ni es tampoco posible orientarse con expresiones
matemáticas. En definitiva, el daño moral no es mensurable desde un
punto de vista técnico.

1 72 También lo serían el daño al proyecto de vida, daño biologico y daño existencia/,pero


nuestrajurisprudencia no los ha aceptado, salvo casos aislados.
1149

~1 propósito de la compensación de los daños patrimoniales es


icar al reclamante en la misma posición económica que habría
si el accidente no hubiera ocurrido. Si bien se indemniza el
año pasado y actual, cuando se trata de valor vida e incapacitados
orporales, el cálculo de la compensación se orienta hacia una esti-
ación de las perdidas en base a ingresos futuros.

pueden utilizarse varios métodos para evaluar estas pérdidas.


La mayoría de ellos se basan en consideraciones sobre la evolución
probable que pudieran tener en el futuro los ingresos de la víctima,
(a edad de sobrevida y la tasa de interés, entre otras.

Cuantificaeión del Valor Vida e Incapacidad Sobreviniente

Son los conceptos resarcitorios más relevantes en materia de daños

Muerte o lesiones de la victima


Según la regla del artículo 1084 del Código Civil el responsable de
la muerte de una persona tiene la obligación de pagar " ... lo que
fuere necesario para la subsistencia de la viuda e hijos del muerto ...:'A
su vez, dispone el art. 1086 que "Siel delito fuese por heridas u ofensas
físicas, la indemnización consistirá en el pago de ... todas las ganancias
que éste dejó de hacer hasta el día de su completo restablecimiento:'
Pese a lo restrictiva que aparece la norma, existe consenso doctrina-
rio y jurisprudencia1 en cuanto a que también en la indemnización
queda comprendida la incapacidad sobreviniente si la víctima no
logra el mentado completo restablecimiento.Por eso uno de los com-
ponentes más fuertes del daño patrimonial se relaciona con la perdí-
da de los ingresos futuros.

32 .CALCULOS ACTUARIALES.

En la práctica, muchos jueces se orientan con la utilización de cál-


culos actuariales que intentan estimar cuál sería el capital que,
invertido en condiciones de riesgo mínimo en el mercado de capi-
tal, produciría una renta mensual igual a los ingresos actuales; la
restan a la víctima para alcanzar la edad d e jubilación o la expectati-
va de vida.
En general Ioasmagistrados no mencionan explícitamente el uso
de fórmulas actuariales en los cálculos que realizan para orientar S
decisión.
Los cálculos actuariales, cabe acotar, están basados en la estadís-
tica.
Obviamente, el valor d e los resultados que arrojen estos cálculos
depende d e la precisión d e los datos que se tengan.
El precedente más citado sobre la forma d e estimar el valor actual
d e los ingresos futuros perdidos es D. Vuoto y otro c. A.E.G.
Telefunken Argentina saic, (Cámara Nacional del Trabajo (sala 3),
sentencia del 16 de junio de 1978,81 El Derecho (1979) p. 312)
donde se dice '13:

"La reparación por daño material causado -en el caso de autos,


fallecimiento-, debe estar dado, por un capital que puesto a interés del
6% se amortice en un período calculado como probable de vida de la
persona o personas que tienen derecho a la indemnización, mediante la
percepción de una suma mensual similar a la que hubieran recibido de
...
no haber mediado el evento. el capital que corresponde fijar en con-
cepto de daño material es de $ 1.400.000 actualizado a la fecha de la
sentencia. Para alcanzar esa cifra he aplicado la fórmula matemática
adoptada en casos anteriores:
C = a . ( I - V n ) . ííi;dondeVn= 7/(1 +i)n

Y donde a = retiro por periodo, n = número de períodos, i = tasa de


interés coeficiente)en el periodo."

Durante algún tiempo los jueces mencionaron explícitamente el


uso d e cálculos actuariales, por ejemplo en M. Balestra de Janczur c.
D. Torres, (Cámara Nacional Civil, sala J, sentencia del 8 de mayo de
7990) se dice:

1 13 Seguimos en este punto los desarrollos y fallos mencionados en http://www.iijusti-


cia.edu.ar/docs/Actuarial.htm . Toda la información contenida en este sitio sirvió de
base para lo que en la presente obra se dice sobre las cuestiones referidas a cuantifi-
cación de daños.
1151

.,.considero prudente ceñirme a los resultados que arroja la fórmu-


oto ...reiteradamente la he utilizado como parametro mas objetivo
ra la obtención de indemnizaciones, apartándome cuando alguna
racterísti~adel caso lo tornaba prudente ...aplicando el calculo actua-
...
/citado se obtienen Australes 6.94 7.026 Suponiendoque un tercio lo
stinara para s&el resto ha de dividirse entre su familia"

tras variables distintas del ingreso


Para cuantificar el daño n o basta con determinar los ingresos o
ncias d e la victima, sino que es necesario ponderar las distintas
variables relevantes d e cada caso particular, tanto en relación con la
víctima (edad, grado d e parentesco, condición económica y social,
profesión, expectativa d e vida, estado d e salud anterior al accidente)
como los damnificados (grado d e parentesco y edad d e los recla-
mantes, convivencia o n o con la víctima, educación, etc.).

33 .EJEMPLOS USANDO LA FORMULA MOORE.

Si bien la formula Moore, tambien llamada fórmula Vuoto porque


fue utilizada e n el mencionado caso "D. Vuoto y otro c. A.E.G.
Telefunken Argentina saic", tiene u n uso relativo por nuestros tri-
bunales, creemos que puede servir para darse una idea d e los mon-
tos y comparar con l o q u e los jueces están fijando. Así pues, puede
resultar util ver u n ejemplo.

Una d e las formas d e presentar la formula Moore es la siguiente:

C= a . [ l - l / ( l +i/l2) . 1/(i/1 2)
donde "C" es el capital a determinar, "a" el retiro periódico a reali-
zar,"i" la tasa d e interés propia d e una moneda estable y"nMel núme-
ro d e períodos pendientes.
Respecto d e "a" (retiro periódico a realizar), se calcula en base a
las ganancias mensuales d e la victima.
Cuidado con Ila n. Uno podría entender, si n o se acuerda mucho
de l o que vio en la escuela secundaria, que el resultado d e (1+i/l2) se
multiplica por n pero no es así. El resultado de (1+i/l2) se debe ele-
var a la n potencia.

Supongamosaqueel salario de la victima fuera 450 pesos por mes


y que al fallecer tenía 25 años, esposa y dos hijos. Si consideramos
que se jubilaría a los 65 años le quedaban 40 años de sueldos,es decir
480 meses. Sería lógico también poner el mes de aguinaldo, con 10
que nos iríamos a 520 meses, pero en este ejemplo voy a ir por la cifra
mas baja y por eso pongo 480 meses.
Por otro lado, si pensamos, como lo propone cierta jurisprudencia
y doctrina, que el fallecido consumía para sus necesidades persona-
les por lo menos un tercio del sueldo, tenemos que su cónyuge e
hijos se ven privados de 300 pesos por mes. Ese sería el monto del
daño mensual a resarcir en concepto de "gastos para subsistencia"
artículo 1084 C. Civil.
En tercer lugar, para liquidar vamos a utilizar la tasa del 6% anual,
por considerarla una tasa de interés propia de una moneda estable.
En la formula, 6% lo ponemos como 0,06 y lo dividimos por 12 meses
del año.

La formula quedaría así:


C=:300 . 11-1/(1+0,06/12) 4801.1/(0,06/12)

Para resolver hay que ir "de adentro para afuera":

Una aclaración importante: para poder elevar 1,005 a la 480


potencia necesitamos una calculadora científica. En la computadora,
la calculadora que viene con el sistema operativo Windows puede
convertirse en científica. Cuando que se abre la calculadora, ir al
botón ver, de ahí se despliega un menú y se debe tildar "científica'l
Una vez hecho esto, para elevar a la 480 potencia se hace así: poner
1,005, luego ir a un botón que tiene el signo xAy y luego poner 480

Sigamos, ahora resolvemos lo que está entre paréntesis:


1153

Veamos como va quedando:

C= 300 .0,908737921239241623684463160362 .1/(0,06/12)

Ahora resolveremos esto: 1/(0,06/12) = 200

Entonces, nos quedan tres cifras para multiplicar

C= 300 . 0,908737921239241623684463160362 . 200 = $


54524,27527435449742 106778962172

Redondeando $ 54524,28 sería el capital


Este capital es una suma que permite mantener el aporte de la vic-
tima a la subsistencia del conyuge e hijos por 40 años (480 meses),
por un valor equivalente a $300 mensuales.
Dicho de otra manera, si al capital de $ 54524,28 se le retiran
$300 todos los meses, pero se lo invierte para que el saldo produzca
un interes de 6% anual, dicho capital se irá manteniendo de manera
tal que se podrán hacer 480 retiros de $300 a lo largo de 40 años.

Como se vé, esta formula no es igual a otra, mucho más simple


y de aparente mayor sentido común que sería, sencillamente,
multiplicar los 300 pesos por los 480 meses:
300 x 480- 144000

En este sistema, que algunos denominan ocurrentemente como


"fomula del almacenero", se trata de consignar los ingresos de que
disponía la víctima (de los que la familia se ve privado o ella misma)
durante un año (incluye el aguinaldo, o sea, se multiplica por 13) por
el número de años que le restaban de vida laboral, deduciendo entre
un 25% y un 30% que consumiría el afectado en su exclusivo prove-
cho. El pigo de la indemnización se hace en una sola vez, como es de
práctica habitual en todos los tribunales del país. Los intereses sobre
el capital así determinado se aplican desde el día del hecho dañoso
(responsabilidadextracontractual) hasta el día del efectivo pago; en
especial a la tasa pasiva o activa (según los tribunales).

La "fomula del almacenero" lleva a un resultado injusto, dado que


sualidad, sino la entrega d e un capital único. Es decir, nuestros trib
nafes nunca condenan al demandado a pagar una renta mensual a
victima o su conyuge o hijos en concepto d e aporte a la subsistencia,
sino un monto unico por ese rubro. Este debe determinarse de modo
tal, que con los intereses que vaya devengando y con una paulatina
disminución d e su capital, (por los retiros peridicos), alcance como
aporte a la subsistencia durante el tiempo probable d e vida util que
hubiera tenido la victima d e no haber sufrido el daño. ESO,precisa-
mente, es lo que hace la formula Moore.

Retornando nuestro ejemplo, si aplicamos la formula Moore, como


hicimos, tenemos un capital d e S 54524,28.A este capital, invertido
a. un interes d e 6% anual, se le pueden ir retirando $300 todos los
meses, pero igual alcanzará para que se le puedan hacer 480 retiros
d e $300 a lo largo d e 40 años.
En cambio, la "fomula del almacenero" nos da un capital de
$144.000 que, invertido a un interes d e 6% anual, daría un monto
mayor que el aporte mensual que hacía la victima, por lo que los
actores recibirtan una suma mayor que el perjuicio sufrido.

No podemos dejar d e mencionar que la formula Moore funciona


adecuadamente en economías con moneda estable, es decir, con
baja inflación. Lamentablemente, ese no es el caso d e nuestro país,
con una larga historia inflacionaria, cortada por los casí diez años de
regimen d e convertibilidad, pero retomada con posterioridad a la cri-
sis de diciembre de 2001.

La formula Moore para casos de incapacidad sobreviniente

Citamos, a manera d e ejemplo, un fallo d e la Cámara en lo Civil y


Comercial d e Bahía Blanca que aplicó esta formula, aunque en el
mism~ el Juzgador habla de lucro cesante en lugar de incapaci-
dad sobreviniente:

"Materia:Civil y Comercial
Voces: Daños y Perjuicios - Lucro cesante - Muerte - cálculo de
renta futura - ecuación
1155

sumario :El monto del lucro cesante puede determinarse con apoyo
cákulos actuariales, cuya indudable aptitud instrumental para obje-
izar el resarcimiento admite una calificada corriente de opinión,~ que
imiten obtener el equivalente matemático a valor actual, de la renta
/a que estimativamente se ha visto privada la familia de la víctima.
cha ecuación, representativa de un capital que puesto a interés com-
esto permita retiros periódicos -que lo van amortizando- por todo el
mpo de vida útil probable del difunto, puede expresarse de la siguien-
manera: n ( 7 + i)- 7 Va. = A x --------- n i. (7 + ¡)En la cual el
de la incógnita'%"está representado por el ingreso de al víctima, el
de la variable "n"por el números de períodos por el que se efectuarán los
retiros periódicos (establecido en función de la vida probable de la vícti-
ma, según la Tabla Argentina de Mortalidad elaborada sobre la base del
Censo de 7 960), y la variable "i"por el interés, que trabajando a valores
constantes este tribunal establece en el seis por ciento anual, en aten-
ción a los datos que resultan del mercado financiero local.
Tribunal :CCOI 01 BB
Expte./Año : 93 16611995 - R
Fecha :25/04/95
Carátula :"Solans de Gastelú c l Cabane S I y Perjuicios"
Daños
Sumariante : Dra. Longás - juris 0132
MFN :0048"114

Cuantificación de la pérdida de chance


Como dijimos, aunque en los casos de incapacidad y muerte tam-
bién se hacen cálculos que llevan implícita la idea de chances u opor-
tunidades perdidas, la pérdida de chance es el rubro utilizado para
indemnizar la situación de los padres que reclaman por la pérdida de
un hijo, y por lo tanto de la expectativa de ayuda en la vejez. La doc-
trina exige que el daño para ser resarcible debe tener carácter de
"cierto" y no de eventual o hipotético. Existe una rica jurisprudencia
sobre el mismo concepto en casos comerciales. Cuando estos tribu-
nales tratan el tema concerniente a la pérdida de posibilidades o
"chances" entienden que se ha roto o interrumpido un proceso que
podía conducir en favor de otra persona a la obtención de una
ganancia o a la evitación de un daño, y por lo tanto el juez en cada
1561

caso apreciará su carácter de cierto o hipotético.


La perdida de chance es una especie dentro del daño material. p
ejemplo, la frustración de la chance de ayuda futura que los padre
lógicamente podrían esperar, probabilidad que no es hipotética o
conjetural,dado que ello resulta verosímil en el curso ordinario de las
cosas. Lo que dejamos de lado con esto, son lo que los franceses IIa-
maban los "sueños de ganancia1:

Formula Moore aplicada a la perdida de chance

Tomamos como ejemplo parte de los argumentos brindados por


uno de los vocales, Dr. Rudi, en autos "Mesa J. L. cl Cinturón
Ecológico Area Metropolitana Sociedad del Estado (CEAMSE)
sldaños y perjuicios"11'

1) Expectativa de vida de la victima

"...A. W. Meza era una persona de 74 años al momento del siniestro,


fechado e1 2 7 de octubre de 7 990....De manera que, para el grupo etario
de varones mayores de 7 0 años y menores de 75 años, la esperanza de
vidapor delante era de 58 años en números redondos (conf. Indec, Tablas
de mortalidad. Totaly jurisdicciones, Bs.As., año 7 988, Tabla3 (b), Prov. De
Buenos Aires, Hombres, p. 45; art. 90 7 CC.; arts. 7 63 inc. 5, 7 65 CPr.). Sin
embargo, debe ser ajustada a la esperanza de vida de los padres que,
según el curso ordinario de las cosas, es menor que la del hijo. En este
sentido, al momento del accidente, J. L. Maza tenía 4 7 años (nacido el 7 7
de abril de 7949) y Ramona N. Correa, 37 años de edad (nacida el 9 de
mayo de 7 953). Lo cual significa una edad promedio de 39 años. Ahora
bien, el grupo de ambos sexos con una edad superior a 35 años e inferior
a 40 años, poseen una sobrevida estadíitica promedio de 38 años en
números redondos (ver copia poder judicial, f. 7; Indec. 0b.y edic. citadas,
Tabla 3 (a), Prov. de Bs. As., ambos sexos, p. 44; arts. 993, 7 00 7 CC.). Por lo
tanto, la esperanza de vida del aportante ajustada por la edad de los
beneficiarios, es de 38 años en números enteros por delante, según el
curso ordinario de los acontecimientos. No hay prueba en oposición (art.
907 CC.; art. 763 inc. 5,377,386 CPr.).- "(la negrita nos pertenece)

1 75 - CAMARA FEDERAL DE SAN MARTIN - SALA 11- 7 6/12/1997.Citar:elDial.com AABD7.


1157

2) Capacidad económica de la victima al momento de fallecer

(En el caso,no se produjo prueba tendiente a acreditar este punto)

"..., es totalmente incierto el monto de los ingresos que podría haber


logrado el hijo premuerto. Por 'tanto, es prudente utilizar la pauta del
vital. Porque es la tasación dineraria más común y básica del tra-
bajo humano en la República, cuyo monto vigente desde el 7 de agosto
de 7 993 es de $200 mensuales, con más el lucro cesante futuro estima-
do de $ 100, considerando un posible progreso económico. Esta canti-
dad de S 300 apreciamos que es el ingreso medio mas probable de A. W.
Meza a partir de los 78 años, por ser la edad en que el menor podría
haber celebrado contratos laborales en actividad honesta, sin autoriza-
ción paterna (arts. 728,90 1 CC.; arts. 7 63 inc. 5,377,386 CPr.)." (la negri-
nos pertenece)

3) Fórmula matemática-financiera
" Sobre el pilotaje de las variables particularizadas: 1) edad de la
víctima al soportar el accidente, 2) esperanza de sobrevida reajusta-
da, 3) sexo, 4) situación familiar, 5) grupo social de bajos ingresos, 6)
empleo discontinuo del padre sin una remuneración mensual fija, 7)
inexistente calificación profesional del occiso y 8) capacidad ganan-
cia más probable, aplicamos la fórmula aritmética de C (capital)
a (pérdida anual de los ingresos)
X
(1-Vn (n= número de períodos de vida)
X
1 1 i (i= tasa de interés al 6% anual)"

En su voto (considerando 23), el Dr. Rudi también destaca que


ll...cualquier ayuda económica nunca sería igual al total de los ingresos
del aportante, según el curso ordinario de las cosas. Desde el momento
que una cuota importante del mismo se habría destinado al sosteni-
miento propio y de su eventual grupo familiar. Porque no puede presu-
mirse una convivencia indefinida según el curso ordinario de las cosas.
En este caso en paflicular, no se hace ningún descuento, ya que ubica-
dos en una escala de ingresos mínimos, se debe garantizar un resarci-
miento rusto" y no "simbólico" del daño sufrido (art. 7 083 CC; art. 7 65
CPr.). Pero sin dejar de advertir, que el causante tampoco era hijo líp,
sino que existen otros tres hermanos, con una responsabilidad concu-
rrente de auxilio futuro a los padres (art.90 7 CC.; art. 7 65 inc. 3 CPr.).-"(la
negrita es nuestra)

Como se ve, a la hora de indemnizar la perdida de chance de ser


ayudados por el hijo que sufrieron los padres, se debe tener en cuen-
ta, además:

a)que de lo que en el futuro hubiera podido ganar el hijo, una cuota


importante de sus ingresos se habría destinado al sostenimiento
propio y de su eventual grupo familiar (conyuge e hijos). En la prac-
tica, cuanto menos gane una persona con hijos menores, menor por-
centaje de sus ingresos podrá destinar a ayudar a sus padres.
b) Que la victima tenía hermanos, con responsabilidad concu-
rrente de auxilio futuro a los padres.

Si el juzgador hubiera aplicado esos parametros, la suma resarci-


toria sería inferior. El vocal no lo hizo, porque entendió que "ubicados
en una escala de ingresos mínimos, se debe garantizar un resarcimiento
'Yusto y no '%¡mbólico"del daño sufrido (art. 7 083 CC; art. 7 65 CPr.)."Va le
decir que, la aplicación rigida de la formula matematica tuvo como
"factor corrector" al "prudente arbitrio judicial" del que se habla en
innumerables fallos.

34. EL METODO DEL "VALOR DEL PUNTO POR INCAPACIDAD:


"VALOR POR PUNTO" O "CALCUL AU POINT"

Un método bastante utilizado para cuantificar la incapacidad


sobreviniente es el del "calcul au point: también llamado del "valor
del punto por incapacidad':donde se fija un valor dinerario por cada
punto de incapacidad tomando tal cálculo como base que podrá
variar conforme a las circunstancias de cada caso sujeto a juzga-
miento. En los casos en que concurren varios porcentajes que infor-
man menoscabos en diversos aspectos de la persona, no se suman
sino que se van calculando sobre la capacidad residual que los
anteriores han determinado.
Este sistema deUvalordel punto por incapacidad"es muy teni-
n cuenta por las aseguradoras en casos de accidentes de trán-
,a la hora de cuantificar indemnizaciones por incapacidad

En cuanto a su uso por los tribunales, a manera de ejemplo, la


ámara de Apelación en lo Civil y Comercial, Sala Segunda, del
Departamento Judicial de Morón lo viene aplicando en numerosos
fallos, entre los que pueden citarse "AGUILERAI MARTA TERESA C/
DEPETRIS, WlLARlO Y OTRA S/ DS. Y PS." y CREUS MARIA LUZ U
MEDlNA LEONARDO FABIAN Y OT. S/ DANOS Y PERlUIClOS: (06105108).
116

En este ultimo, el vocal preopinante, Dr. Ferrari, recordó que ''con


votos de mi autoría que, con la adhesión de mis colegas hicieron senten-
cia dije en !a causa No45.282 (R.S. 123/03) "la Sala viene utilizando en la
actualy anteriores integraciones, como una de las pautas para cuantifi-
car la indemnización por incapacidad física, la teorfa del "calcul au
poinvque...da una base para que, a partir de la misma, y adecuándola a
las cambiantes circunstancias de cada caso, se llegue a una fijación de
monto justa y equitativa; ..."( la negrita es nuestra)

Es interesante ver como el magistrado aplica este metodo:

El juez explica que "...el"calcul au poinr consiste fundamentalmen-


te en acordar un determinado valor dinerario a cada punto de incapaci-
dad; hemos dicho asíen numerosos fallos que "...conforme a la misma se
fija un valor concreto por cada punto de incapacidad; el ''calcul au point"
implica fijar un valor dinerario por cada punto de incapacidad tomando
tal cálculo como base que podrá variar -lo reitero- conforme a las cir-
cunstancias de cada caso sujeto ajuzgamiento; ..."(la negrita es nuestra)

El camarista recuerda que, a lo largo de los años, la Sala fue modi-


ficando el valor de cada "punto" de incapacidad: ...el valor originario
del punto de incapacidad fijado en $7.000, fue elevado sucesivamente a

1 16 Ambos fallos están disponibles en


http://www.scba.gov.ar/sitio/jurisprudencia/default.asp?busca=Fallos+Completos
actual colega de integración que tal valor por punto se eleve a la aum
de$3.000...n,por la devaluación de nuestro signo monetario.(la negri-
ta es nuestra) a

"Yya en la tarea de fijar ellQuantum"de la incapacidad física sobre-


viniente, teniendo en cuenta la edad de la adora que era de 27 años a la
fecha del evento dañoso, su perspectiva de vida Útil (entre los 70 y 75
años) y que la única minusvalla flsica con relación causal con el hecho es
la "cefalea postraumática que requiere medicación" he de proponer U /
colega de integración que el resarcimiento por tal aspecto del daño
material se fije en la suma de $8.000 (ocho mil pesos); y a fuer de reite-
rativo recuerdo nuevamente que de toda la pericia la única incapacidad
física que surge es aquella, refiriéndose el resto de la misma a la "lesión
estéticaY(la negrita es nuestra)
En lo que respecta a la "lesión estética; ''se trata de una herida ubi-
cada en el rostro de la actora de 27 años de edad, de sexo femenino, que
necesitó ser suturada..."y se postula como resarcimiento la suma de $
6.000.

Según este metodo, el valor del punto es la base objetiva de repa-


ración de un sujeto común, ubicado en una edad promedio al lapso
general de expectativa de vida, "base a partir de la cual el Juez apre-
ciara las circunstancias de cada caso particular tornando racional la
recordada discrecionalidad del 165 del rito: persona/idad, actividades
laborales y sociales, relaciones familiares, lndole de las lesiones, influen-
cia de los detrimentos en la vida de relación y en definitiva todos aque-
llos elementos de juicio que surgen del plexo probatorio adunado que
tornen 'yusto" al par que lllegal" el resarcimiento lo que -dicho sea de
paso- constituye una de las funciones elementales de la jurisdicción; ese
cúmulo de circunstancias que nos pondrán aquíy ahora frente al "'ser
humano concreto"posibi1itaran la flexibilización en más o en menos del
'talcul au point." ..."l17 (la negrita es nuestra)

1 17 Fundamentos del Dr. Ferrari en el ya citado fallo de autos "Aguilera,Marta Teresa C/


Depetris, Hilario Y Otra S/ 0s. Y Ps." Cámara de Apelación en lo Civily Comercial,
Sala Segunda,del Departamento Judicial de Morón (2 1/02/06).
1 161
35 .LA OPIMIÓN DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA
ClON SOBRE LA UTPLIZACIÓNDE CALCULOS ACTUARIALES.

En varios fallos, la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha opi-


n a d sobre
~ este punto, en especial sobre la formula Moore o Vuoto.

Así, en A. Fernández c. J. Ballejo y Bcia. de Buenos Aires '18 dijo:

"...para fijar la indemnización por valor vida no han de aplicarsefór-


mulas matemáticas -tal como lo hacen los actores en su escrito de
demanda- sino considerar y relacionar las diversas variables relevantes
de cada caso particular tanto en relación con la víctima (edad,grado de
parentesco, condición económica y social, profesión, expectativa de
vida, etc.) como con los damnificados (grado de parentesco, edad de los
hijos, educación, etc.)" (la negrita nos pertenece)

y en P. Furnier c. Prov. de Buenos Aires "':

"Que a fin de establecer el daño emergente cabe destacar que la vida


humana no tiene valor económicoper se, sino en consideracióna lo que
produce o puede producir. La supresión de una vida, aparte de los efec-
tos de índole afectivo, ocasiona otros de índole patrimonial, y lo que se
mide en signos económicos son las consecuencias que sobre otros patri-
monios acarrea la brusca interrupción de una actividad creadora, pro-
ductora de bienes. Es decir, que la valoración de la vida humana es la
medición de la cuanth del perjuicio que sufren aquéllos que eran desti-
natarios de todos o parte de los bienes económicos que el extinto pro-
ducía desde el instante en que esta fuente de ingresos se extingue." (la
negrita nos pertenece)

La negativa a utilizar estas formulas, el abandono o falta de expli-


citación en cuanto a la adopción de formulas actuariales por parte de
los tribunales, pueden explicarse con varios argumentos:

1) La Corte Suprema d e Justicia critica en Puddu c. Sequenza s.a.


( 7 987-IVJurisprudenciaArgentina ( 7 987) 528) el uso d e formulas mate-

118 1 1 de mayo de 1993; Fallos t.316p.912.


1 19 27 de septiembre de 1994; Fallos t.3 17 p. 1006y 1996-C La Ley p. 558.
máticas sin que exista prueba del daño. Luego en G. Prille de
Nicolini c. SEGBA y otro. (Fallos t.3 70 p.2703 y7988-A La Ley (7988)
2 78) dice que "el valor de la vida humana no debe ser apreciado con cri-
terios exclusivamente económicos, sino mediante la comprensión inte-
gral de los valores materiales y espiritualesf El 8 de abril de 2008 el
Máximo Tribunal se volvió a pronunciar en contra de la aplicación de
formulas matemáticas para cuantificar la incapacidad sobreviniente
en un caso de un infortunio laboral donde se perseguía la aplicación
del art. 11 13 del Código Civil. Lo hizo en "Recurso de hecho deducido
por Pablo Martín Arostegui en la causa Arostegui, Pablo Martín c/
Omega Aseguradora de Riesgos del Trabajo S.A. y Pametal Peluso y
Compañía S.R.L."

2) Por otro lado, la fórmula es de tal simpleza que resulta técnica-


mente inadecuada; "Para la cuantificación del daño presumido por el
legislador, mal puede acudirse a una simple, lineal y mecánica multipli-
cación de la suma representativa del aporte mensual que hacía el muer-
to por número estimativo de meses que le restaban de vida útil al mismo.
Y es que de así proceder, se dejan de lado -al margen de un haz de pau-
tas fundamentales que son ajenas al mundo de las matemáticas- e1"fac-
tor de capitalizaciónff de la suma resultante (con lo cual la indemniza-
ción se engrosaría injustamente con las rentas e intereses derivados del
pago anticipado y de una sola vez de la totalidad de los aportes periódi-
cos) y el llamado correctivo del "coeficiente mínimoff (con el que ha de
estarse a la edad más avanzada, la del difunto o la del damnificado, por-
que el resarcimiento no debe excederse ni de la probable vida útil del pri-
mero -que es la fuente de la renta y con su muerte también se extingue-
ni de la posible duración o momento de independencia del segundo -que
es el destinatario de tal renta-).
Cciv. y Com. 7, La Plata, Sala 3, 74/7 0/97, "Toledo de Zárate, L. c/
Empresa San Vicente S.A. de TransporteS/Daños y perjuicios" 720

(Sin embargo, esta critica no es aplicable al calculo que se hace


con la formula Moore, porque ahí se tiene en cuenta e1"factorde capi-
talización" para evitar engrosar la suma con los intereses derivados
del pago anticipado)

120 Ver en en http://www.gracielamedina.com/archivos/ResJuris/pdf/000020.pdf


1 163 1

3) La incapacidad o valor vida resarcible no es sólo laborativa 121.

4) Se consideran relevantes otros factores (aparte de los ingre-


sos)para la estimación del monto indemnizatorio como, por ejemplo,
10s estudios alcanzados. Es evidente que una persona de 25 años que,
al momento de morir, se había recibido de medico, tenía mayores
posibilidades de incrementar sus ingresos que otra de la misma edad,

5) Existen dificultades para la prueba de los ingresos en el caso


concreto. Es el caso del cuenta propista y el del trabajador en negro.

6) En los últimos años se han observado grandes variaciones entre


pleno empleo y desempleo, los que no permite inferir válidamente
que la situación actual se extienda indefinidamente en el tiempo
para una persona dada. Dicho de otra manera: Tener empleo hoy
no garantiza tener empleo mañana y viceversa.

Cabe destacar que en abril del año 2008, la Corte Suprema de la


Nación volvió a denostar a esta formula, en autos "Arostegui Pablo
Martín c/Omega Aseguradora de Riesgos del Trabajo SA y Pametaal
Peluso y Compañía".'21 En ese caso, los jueces de la Sala I I I de la
Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo usaron expresamente la
formula, algo que pocos tribunales hacen.

36. UTILIDAD DE LA FORMULA MOORE.

Ante esta posición de la Corte, el lector puede preguntarse, cual es


la utilidad de la Formula Moore, a la hora de elaborar una demanda.
Entendemos que resulta útil para tener un "piso; es decir, un monto
mínimo en concepto de "valor vida" o incapacidad sobreviniente,
monto que luego puede ser complementado por otras variables (vgr.
labor que desempeñaba la victima, nivel de estudios, condición de
profesional, etc).
12 1 Al respecto, ver supra, en el punto 15,lo que decimos respecto del rubro "incapaci-
dad sobreviniente': en cuanto a los distintos significados que tiene esta expresión
en nuestros usos forenses.Lo mismo puede aplicarse al mal llamado "valor vida".
122 'ilrostegui Pablo Martín c/Omega Aseguradora de Riesgos del Trabajo SA y
Pametaal Peluso y Compañía': CSJN, 8 de abril de 2008. Fuente: www.csjn.gov.ar .
164 1
Además, en algunas jurisdicciones (vgr. Neuquén) la formula e
citada y utilizada por los Tribunales.

Así, por ejemplo, l o hace la Sala I d e la Cámara d e Apelaciones en


lo Civil d e Neuquén, en reciente fallo lz3:

Al respecto, dice el vocal preopinante, Dr. Silva Zambrano:

"Seguiré,para determinar la indemnización, la fórmula matemática


financiera. C= a (7 V elevado a la n) Vi.
La aplicación de esta fórmula fue ponderada por el Dr. Acdeel E. Salas
a mediados del siglo pasado, y luego por distintos tribunales de la
República. Ella ha merecido en su momento la opinión favorable de
.
Mosset Iturraspe, quien no deja de subrayar que es consciente de los
riesgos que entraña incorporar las matemáticas al derecho, para basar en
ellas, solucionesjurfdicas" ("Responsabilidad por Daños:'T 11 b pág 765).

El autor recién citado agrega en la pág. 783: "La pérdida del poder
adquisitivo de la moneda, en la medida que sea previsible, debe tenerse
en cuenta para la determinación de la renta, y en especial en considera-
ción a que su vigenciase extenderá durante años. De no ser as6 la renta
capitalizadapuede, a la vuelta de pocos años, tornarse vil o irrisoria."
Sin duda, cuando se utilizan estas fórmulas en un sistema económico
como el Argentino, deberfa ser necesario tener en cuenta este aspecto
infhcionario, por demás coml5n. Pero b norma vigente prohibe la
actualizacián (ley 23.928 y ley 25.56 7) en busca de sanear o no agravar
la economía.

Por ello el capital que surja debe tener entidad tal que permita sol-
ventar en el tiempo o a través de su inversión inmediata, las necesidades
del actor y su núcleo familiar.

Me inclino finalmentepor considerar que la renta debe durar hasta el


final de la vida de la persona dañada, apartándome del criterio estabk-

723 "L. H., N. CONTRA C. S.A.I.C.S.C.I. Y OTRO S~DANOS


Y PERJUICIOS"(EXPN0230603/99),
3 1 de marzo de 2009. Fuente:
http://www.zapala.com/norpatagonia/09/abril/s2/art.htmI.
1 165
referente a la edadjubilatoria, por compartir lo expresado por el Dr.

En este último aspecto, además resulta evidente que el actor, con la


ificultad física, que le impone una clara disminución para conseguir
tareas, también verá seriamente disminuidos sus aportes previsionales y
se hallara dificultado a conseguir una futurajubilación.

Integrando los respectivos ítems, donde el a es el sueldo anual del


actor ($646x 13 = $8.398), Ves igual a 7/el interés elevado a la potencia
3 7 (que son los años que le restaban al actor para llegar a la edad de 75
años), estableciendo una tasa de interés normal en el 0,06%, lo que arro-
ja un capital a su favor, en concepto de indemnización de parte del lucro
cesante, de $70.272."(la negrita es nuestra)

Por su parte, la Sala II de dicha Cámara, en autos "ZU~GAADRIAN


DEMETRIO Y OTRO CONTRA LNRlA JOSE ALBERTO Y OTRO S/DA~OSY
PEWUICIOS", (EXP No 293808/3), '24 ha dicho, remitiéndose a sus pre-
cedentes, que 'Si bien es cierto que los magistrados cuentan con
amplias atribuciones para encuadrar la fijación del monto resarcitorio
(arts. 7 073 y 7 074 del C.C. y arts. 7 65 del C.P,C.C.)no resultando imperati-
vo acudir a estrictos y precisos criterios matemáticos para evaluar y gra-
duar el monto de los perjuicios sufridos por quien reclama la reparación
pecuniaria con fundamento en el derecho común, no es menos cierto
que tal fijación tienen como objetivo actualizar el estado patrimonial

124 Sentencia del 05 de febrero de 2009, Fuente: http://www.zapala.com/norpatago-


nia/09/2/~2/bocacalle.html
anterior a los daños sufridos o reparar el daño sufrido al estado patri-
monial futuro del damnificado, y en este aspecto entiendo que se tienen
que individualizar y ponderar los elementos dejuicio que sirven de base
a fin de garantizar:un eventual control de legalidad, certezay razonabi-
lidad de lo resuelto, todo ello con arreglo a elementos objetivos que
resulten de la causa y a datos necesarios para que puedan reconstruirse
las operaciones aritméticas que deban efectuarse. Considero que no se
puede estar al mero arbitrio del juzqador, sino que éste debe brindar
arqumentos que permitan deducir porqué se llego a una suma determi-
na& y no a otra. Por tal razón estimo prudente recurrir a la fórmula
matemático-financieracomo pauta de referencia dentro del cual, sea en
más o sea en menos, conforme las particularidades del caso, se determi-
nará el monto indemnizatorio.Tengo para ello en cuenta que dicha for-
mula se vale de elementos tales como los montos salariales, la edad de
la víctima y la renta que produciría la suma a determinarse." (Es. 7 998 -
111- 460/462, Sala //-"Cabeza German C/ MOÑOAzul S.a. S/ Accidente
Accion Civi1"LEX DOCTOR)."(la negrita y el subrayado es nuestro)

Por nuestra parte, añadimos, aunque parece obvio decirlo, que los
jueces deben fundar sus sentencias. Limitarse al conocido latiguillo
'yuzgo prudenteUala hora de decidir un monto indemnizatorio no es
fundamento alguno ni puede ser objeto de a "crítica concreta y razo-
nada': que pide, vgr. el art. 265 del Código Procesal Civil y Comercial
de la Nación, porque ¿qué"razonamiento" se puede hacer ante una
resolución que se limita a decir que 'kn razón de las circuntancias se
juzga prudente fijar una indemnización de $50.000; en lugar de los
$100.000 solicitados en la demanda?.

Por eso consideramos ineludible que los magistrados mencionen


los parámetros que tuvieron en cuenta (sea la formula Moore, el
método de "valor por punto': la compulsa de una base de datos de
casos similares, etc.) a la hora de fundar los montos indemnizatorios
que otorgan.
~~.CUANTIIFICACIQNDEL DAÑO MORAL.

En cuanto al daño moral, a los padecimientos físicos, o espiritua-


les, que un individuo experimenta como consecuencia de la dismi-
nución de sus capacidades vitales, físicas, y biológicas, en el caso de
las lesiones, o lo que trasunta la alteración de la unidad familiar, oca-
sionado por la alteración y desaparición de uno de sus miembros, en
el caso de la muerte, vemos que en los fallos no solamente se ciñen a
los aspectos que tienen que ver con el dolor o los padecimientos,
sino además se toman en cuenta hechos constitutivos que tienen
que ver con la privación de los momentos de satisfacción y felici-
dad del damnificado, víctima o reclamante y que, en definitiva, influ-
yen negativamente en su calidad de la vida.

La discrecionalidadjudicial de la fijación de los daños morales ha


determinado que se diga que además de los sufrimientos físicos, psí-
quicos y efectivos padecidos, corresponde tener en cuenta la recep-
ción subjetiva por parte de la víctima. Por ello se invoca la óptica de
la sensibilidad del hombre medio.

Cuando la Corte ha analizado la lesión a la integridad psicofísica,


ha dicho 'tuando la víctima resulta disminuida en sus aptitudes físicas
o psíquicas en forma permanente, esta incapacidad debe ser objeto de
reparación, al margen de lo que pueda corresponder por el menoscabo
a la actividad productiva y por el daño moral. Por la integridad física,
tiene por símismo un valor indemnizable,y su lesión comprende, a más
de aquella actividad económica, diversos aspectos de la personalidad
que hacen al ámbito domestico, cultural, o social, con la consiguiente
frustración del desarrollo pleno de la vida, que en estos casos alcanzan
restricciones casi absolutas. Por tal razón, aunque no se haya acredita-
do la existencia del lucro cesante, ello no es óbice para resarcir la inca-
pacidad soportada". En definitiva, la Corte entiende que la frustra-

725 Acerca de la admisibilidad o no del reclamo por daño moral, en casos donde solo se
hayan producido daños materiales en el rodado, es decir, en ausencia de lesiones
frSicas o psíquicas por parte de las victimas, téngase en cuenta lo que expresáramos
supra, en el punto 20.
726 Fallos 308:7709;3 12:24 72.
ción del desarrollo pleno de la vida '"es indemnizable aún cuando n
tenga repercusiones patrimoniales.

Emmanuel OtMuñoz,en un interesante trabajo '", nos muestra las


enormes diferencias de criterio existentes en los tribunales, a la
hora de compensar el daño moral. Consultando la base de datos d
http://www.iijusticia.edu.ar/ encontró que la Sala A de la Cámar
Nacional en lo Civil, con fecha 09/04/2003, en autos L. de l., M. R. c.
Amaro Alves, Maria y otro le otorgó a cada uno de los padres $ 40.000
de daño moral por la muerte de su hijo de 22 años, soltero, empleado
y con formación universitaria, mientras que la Sala C de la misma
Cámara, con fecha 09/03/2004, en autos G., N. A. c. Piccinini, Alejandro
y Otros, también por la muerte de otro universitario, empleado y sol-
tero de 22 años, otorgó $ 100.000 de daño moral a cada uno de los
padres.

De la base de datos consultada surge que el monto de autos L. de


l., M. R. c. Amaro Alves fue fijado a valores del 15/04/2002 y el de G., N.
A. c. Piccinini, Alejandro y Otros a valores del 06/02/2002, por lo que no
cabe ni siquiera argumentar un "efecto inflación encubiertoUenuno y
otro caso.

Siguiendo a Muñoz, la Corte Suprema de Justicia también mues-


tra criterios diferentes a la hora de compensar este rubro: En el caso
Budín, Rubén y otros c. Provincia de Buenos Aires, del 19 de octubre de
1995 12', por la muerte de un changarín de 26 años que estaba preso
y falleció por un incendio que no provocó se le concedió a la cónyu-
ge y a la hija $ 50.000 de daño moral, en total, mientras que en
autos Ahumada, Lía Isabel c. Provincia de Buenos Aires y otros, del 25 de
Agosto de 2001, por el fallecimiento de un empresario de 28 años, a
quien, a raíz de un pequeño tumor pulmonar de comportamiento
benigno se le aplicaron tratamientos que le provocaron severas lesio-

727 Llámese a ese rubro daño moral, existencia/,biológico, a la salud, etc.


728 Muñoz, Emmanuel, ¿Cómoasignarle un valor a la vida?.Puede verse en
http://www.eldiaI.com/suplementos/seguros/tcd.asp?id=7 945&id-publicar=520&fe
cha-publicar=24/7 7/2005&camara=Doctrina
729 El fallo completo puede consultarse en Fallos CSJN tomo 3 78 pag. 2002; La Ley
7 996-C pag. 585.
nes y lo llevaron finalmente a la muerte concedieron a favor de sus
dos hijas la suma de $360.000, en total.

Además, es interesante destacar que en los mencionados autos


fghumada" los ministros Belluscio y Petracchi se pronunciaron en
disidencia parcial respecto del daño moral. No podemos resistir la
tentación de transcribir los fundamentos del voto mayoritario y de la

"20) Que en cuanto al daño moral reclamado por las menores, resul-
ta ocioso resaltar la repercusiónde la muerte de su padre en las circuns-
tancias en que se produjo, tras una prolongada y dolorosa enfermedad.
Las niñas contaban al momento del fallecimiento de Jordán Cruz con 7
y 2 años respectivamente, y resultaron privadas del afecto de su padre y
de su protección en una edad de absoluta dependencia materialy espi-
ritual. Parece apropiado entonces fijar su monto en $ 780.000 para cada
una.

Disidencia parcial de Belluscio y Petracchi:


"20) Que en cuanto al daño moral reclamado por las menores, resul-
ta ocioso resaltar la repercusión de la muerte de SU padre en las circuns-
tancias en que se produjo, tras una prolongada y dolorosa enfermedad.
Las niñas contaban al momento del fallecimiento de Jordán Cruz con 7
y 2 años respectivamente,y resultaron privadas del afecto de su padre y
de su protección en una edad de absoluta dependencia materialy espi-
ritual. Parece apropiado entonces fijar su monto en $40.000 para cada
una."

Idénticos argumentos, pero con $280.000 de diferencia.


Este puede ser un caso extremo, pero no aislado, donde se ven las
diferencias de criterios a la hora de compensar este rubro.
Indudablemente, esto afecta gravemente la seguridad jurídica, al
punto de transformar ciertas compensaciones de daños en una suer-

130 El fallo completo puede verse en http://www.iijusticia.edu.ar/csjnvv/Ahumada.htm


38,APLICACION DE CRITERIOS "OBJETIVOS" PARA CUAMTIFl-
CAW EL DAÑO MORAL.

Algunos tribunales, en postura minoritaria, utilizan parametros


para fundar los montos en concepto d e daño moral.
Con lo anterior queremos decir que la mayoría d e los tribunales se
limita al consabido "úe acuerdo a las circunstancias del caso, edad de la
victima, entidad del ofensor, juzgo prudente otorgar la suma de xxx
pesos en concepto de indemnización por el daño moral.
Otros jueces mencionan precedentes similares del propio
Tribunal o d e otros del mismo fuero.
En cambio, unos pocos, brindan algún fundamento distinto. Por
ejemplo, aquí van algunos ejemplos de la Cámara d e Apelación en lo
Civil y Comercial d e Bahía Blanca:

La Sala 2 d e esa Cámara, en los autos "B.


LUIS ARNALDO C1
MUNlClPALlDAD DE LA CIUDAD DE BAHIA BLANCA Y OTRO S1
INDEMN.DS. Y PS. Y BENEFICIO DE LITIGAR SIN GASTOS" 13', con-
firmó la sentencia que condenó a un Centro d e Salud y al Municipio
a indemnizar al actor, por daño moral producido al diagnosticarle
erróneamente que era portador del virus d e inmunodeficiencia
adquirida. El Tribunal d e Alzada estimó el monto por daño moral en
$ 100.080, equivalente al importe que necesitaría e[ actor para
adquirir "una casa sencilla ".
En cuanto al reclamo por daño moral, el vocal preopinante entien-
de que por la gravedad del mismo, resulta pertinente el aumento del
monto decretado en primera instancia y, a la hora d e la difícil cuanti-
ficación d e este rubro, introduce el siguiente argumento:
"Estamos ante un hombre joven sin capacitación ni especialización
conocida pero dispuesto al trabajo y ávido de progreso -recordemos
que la odisea comienza en un examen médico preocupacional-, casado
y paclre de dos hijos.
Veo para B. como el edén que se contrapone al infierno vivido, el

13 1 "B. L. A. c/MUNICIPALIDAD DE LA CIUDAD DE BAHIA BLANCA y otro S/INDEMN.DS.


Y PS. Y BENEFICJO DE LITIGAR SIN GASTOS",Expediente Nro. 726.003,junio de 2006.
fuente: www.scba.gov.ar
1171

continente físico del hogar en que se reencuentra con su familia y con la


vida; una casa sencilla pero propia, a la que estimo se puede acceder con

Esa es la indemnización que propongo reciba el actor (art. 7078 C.C.


y art. 165 CPC)." (la negrita es nuestra)

En "G.S. d M . J. S/DANOS Y PERJUICIOS" 13', la misma Sala redujo


una indemnización por daño moral, ocasionado por los insultos pro-
feridos por el demandado contra la actora, durante dos "veladas tan-
guerasoTras la máxima "reparar el daño, sí; cambiar de fortuna a expen-
sas del vergonzante agresor, noff, el Tribunal consideró que $3000
resultaban suficientes para gratificar a la actora con una buena colec-
ción de grabaciones de tango o "para poder pasar un fin de semana a
todo tango...en Buenos Aires:'

Los hechos que dieron origen a la causa son, en el expresivo len-


guaje de la sentencia de segunda instancia, los siguientes:

"En la semanal velada tanguera del 30 de octubre de 2002, la habi-


tual cordialidad entre los concurrentes -aprendices, instructores y dan-
zarines- se vio quebrada por un violento y desagradable incidente.
A viva voz, a oídos de todos los presentes, insultó una y otra vez el
aquí demandado a quien hoy reclama en autos que se le indemnice el
daño moral infligido aquella noche.
Se reiteró la escena una semana después.
Alguna vez merodeó el salón de baile el demandado,pero nunca más
volvió a participar de las actividades que se desarrollaban en la
Asociación Bancaria."

Al contestar demanda, el ofensor recuerda que ya se retractó


públicamente de lo que dijo y que fue sobreseído en sede penal.
Además, expone que lo que motivó el insulto fueron los agravios de
la actora para con su mujer. Denunció además desmesura en la cuan-
tía de la pretensión indemnizatoria.

732 "G. S. c/M. J. S/ DAÑOS Y PERJUIíIOS': Expediente Nro. 727.849,23 de noviembre de


172 1
El juez d e primera instancia encontró producido el daño mora
mandó indemnizar a la actora con la suma de $10.000.

Ambas partes apelaron esta resoiución, la actora por encontr


bajo el monto, la demandada por considerarlo exorbitante.

En la Alzada, el preopinante fue el Dr.Viglizzo, quien tuvo en cuen


ta que "en audiencia ante el Sr.juez en lo correccional que entendió en
querella por injurias promovida por la Sra. G. contra el Sr. M. el 27
marzo de 2003, con la pública disculpa y $2.000 se daba por suficiente-
...
mente desagraviadala aquiactora " (la negrita es nuestra)
En cambio, "tuando promovió estos autos reputó necesarios par
lavar su honor no menos de $20.000.
Se conformaría ahora con que el Tribunal fijáse en 78.000 Pesos la
indemnización debida.
500 Pesos pagaderos en cuotas, fue la única concreta oferta indem-
nizatoria del demandado (fs. 7 7 Exp. Penal).
En 70.000 pesos se ha fijado la reparación en la sentencia en crisis."
(la negrita es nuestra)

El magistrado destacó que "estamos ante gente grande: 59 años


tenía el ofensor al tiempo de los hechos...; la ofendida hace largo tiempo
que tiene su jubilación en trámite ...Son gente de humilde condición eco-
nómica, así lo han puesto de resalto ambos contendientes al promover
sus respectivos beneficios de litigar sin gastos, los que en definitiva fue-
ron otorgados tras oír insistentes testimonios que dieron cuenta de las
estrecheces económicas de uno y otro." (la negrita es nuestra)

"Pidiódisculgas a la mujer ante el juez nuestro descomedido deman-


dado.
De lo dicho se desdijo públicamente mediante una publicación cuyos
términos acordó con la propia agraviada...", agregó el magistrado (la
negrita es nuestra)

Además, para el camarista, el demandado "supo que quien había


quedado descalificado ante el grupo tanguero al que ambos pertenecí-
an había sido él, alejándose del mismo definitivamente."
1 173
por eso, '<..tras tal retractación y triple confesión del error ante la
u/tada, el auditorio del insulto y la ciudad toda, en el marco de lo nor-
a& por los arts. 7078 y 7089 C.C. y en consideración a los flacos ele-
entos de juicio con que contamos para conocer o poder caracterizar a
5 protagonistas del incidente, encuentro suticiente una indemnización
lorden de los $3.000 ."(la negrita es nuestra)

"Es que el hecho obietivo, Y la subjetiva sensibilidad de la reclamante


ben ser valoradasdentro del contexto social en que nos encontramos
el que la degradación del lenguaje cotidiano es triste dato de la rea-
d , en la televisión en el tránsito urbano, en el espectáculo deportivo,
cine Nacional, en la canción plagada de grosería que alegremente
den y reiteran las emisoras radiales,...hablamos mal, blasfemamos
ni son, sin medir las palabras .Y si bien la procacidadno debe ser
a, no veo prudente atender susceptibilidadespropias de un can-
dor que se desentienden de este aspecto de la crisis en que estamos
inmersos ."(la negrita y el subrayado son nuestros)

En el mismo sentido, el camarista consideró que "aun respetando


que tras las disculpas el agravio persistapara nuestra actora y la pertur-
bación de la paz de su espíritu le resulte insuperable, no puede prohrjar el
tribunal el enriquecimiento de la reclamante.
Reparar el daño, st cambiar de fortuna a expensas del vergonzante

Recordemos que buscamos reparar a G.y no castigar a M.'33;de ello,


por esto, ya se ocupá la justicia del crimen. " (la negrita y el subrayado
son nuestros)

Como parámetro para cuantificar el daño, para este magistrado, "


debe atenerse a la semblanza de símisma que ha tratado de presentar-
nos la actora :su condición humilde, su vida sencilla, su edad, su contex-
to familiar, sus gustos, o su gran gusto y vocación que le lleva buena
parte de sus energías y de su tiempo -el tango-."(la negrita es nuestra)

"Por ello debe procurarse una reparaci6n que movilice el espíritu de

133 Más adelante nos detendremos en el espinoso tema de la finalidad que tiene el
monto fijado en concepto de "daño moral:'aquísolo destacamos que eljuez toma
una clara posición al rspecto, a favor de la finalidad resarcitoria de dicho monto.
la Sra. G. con intensidad similar aunque obviamente de sentido inverso
aue cuando fue insultada.
Nada mejor imagino para gratificar a nuestra humillada actora que
tango, mucho tango, y con $3.000 se me ocurre se debe acceder a una
muy buena colección de grabaciones del genero; 53.000 son bastantes
también para poder pasar un fin de semana a todo tango en la cuna del
tango, en -Buenos Aires-, disfrutando de los mejores espectáculos tan-
...
gueros " (la negrita y el subrayado son nuestros)

Siendo compartido este criterio por el resto de los miembros del


Tribunal, se estableció en $3.000 el monto de la condena indemniza-
toria en autos.

Más allá de acordar o no con los $3000 fijados, resulta particular-


mente interesante y elogiable que los magistrados se detengan a
fundar el monto del resarcimiento que fijan en concepto de daño
moral. Es importante que el Tribunal haya explicado el criterio que
tuvo para llegar a este monto, en lugar de recurrir a expresiones
como los famosos "estimo prudente" o "teniendo en cuenta las cir-
cunstancias personales, edad, educación, etc..." Esto hace al requisito
de fundar las sentencias '35 y evita caer en la arbitrariedad y en esa
sensación de "loteríaUquetransmiten muchos fallos.

Por supuesto, alguien puede plantear que el juzgador sustituyó


una arbitrariedad por otra, porque en lugar de referirse a la "pruden-
cia" o a unas vagas "circunstancias personales" de la actora, entendió
que el tango era el remedio para su mortificación. Sin embargo, el
gusto por el tango surge del expediente y, por otro lado, el juez no
ordena una reparación "en especie" sino en dinero, pudiendo aplicar
la actora esa suma para lo que crea conveniente.

Agregamos, como ultimo ejemplo, que con posterioridad a este


ultimo caso, el mismo tribunal condenó a un Consorcio a indemnizar
a la actora por las lesiones que sufrió al caerse por transitar por una

134 Es decir, una gratificación que "compense"1a mortificación sufrida.


7 35 Si los jueces pueden "fundar" un monto fijado en concepto de daño moral con el
unico argumento de la "prudenciaMyeso es avalado por los tribunales superiores, en
la practica, se está permitiendo sentenciar sin fundamentación alguna.
1175

alera a oscuras. La Sala, al cuantificar el daño moral, elevó su


nto a $7000, suma necesaria para "unas vacaciones de unos quin-
días en un lugar como el Caribe, u otro que pudiera elegir la
emandante, con todos los gastos pagos':

Así lo dispuso en los autos "CONTI, SUSANA NOEM(VCONSORCIO


EDIFICIO FENIZI S/DANOS Y PERIUICIOS" 136.

Respecto al daño moral, el vocal preopinante, Dr. Peralta Mariscal,


entendió que "asisterazón a la actora en cuanto a que la indemnización
otorgada de S 3.000 resulta exigua. La actora sufrió una caída por la
escalera, a oscuras, sufrió intenso dolor y graves lesiones. Le ha quedado
limitación funcional del hombro, acortamiento del húmero de dos centí-
metros y un miembro más débil, secuelas que deben calificarse de per-

Coincido con la magistrada de grado anterior en que un viaje podría


significar un suficiente placer compensatorio de dichos padecimientos;
pero no un viaje que pueda solventarse con $3.000 sino unas vacaciones
de unos quince días en un lugar como el Caribe, u otro que pudiera elegir
la demandante, con todos los gastos pagos, lo que estimo puede solven-
tarse con $7.000, suma a la que propongo elevar la cuantiflcación del
daño moral efectuada en la instancia de origen ."(la negrita es nuestra)

39. LA FINALIDAD D E L ~ D A Ñ OMORALfrV SU INCIDENCIA EN LA


CUANTlFlCAClON DEL RUBRO.

La función resarcitoria, sancionatoria o mixta de la "indemni-


zación" del daño moral 13'

Esto nos lleva de la mano al espinoso tema de la finalidad de la


condena al responsable del daño moral. Es decir, la pregunta es, jse lo
condena para

136 "CONTI,Susana Noemíd CONSORCIO EDIFICIO FENlZl S/DANOS y PERJUICIOS':


expediente número 127.956,5 de diciembre de 2006. fuente: www.scba.gov.ar .
137 Tratamos este tema, entre otros, en nuestro trabajo "Por la tutelajudicial efectiva
para las victimas de "pequeños dañosíRevista Foro de Córdoba No 1 17, noviembre
1761

a) reparar el daño que le causó a la victima (función resarcit,oria


de la condena),
b) castigarlo por el daño que le causó a la victima (función san
cionatoria de la ~ondena),
C) reparar el daño que le causó a la victima y, con el mismo monto
de condena, castigarlo (función mixta de la condena) o
d) reparar mediante la entrega de una suma de dinero el daño que
le causó a la victima, y, mediante el pago de otra suma de dinero, cas-
tigarlo, para que el responsable y cualquier otro se abstenga, en el
futuro, de causar un daño similar (función resarcitoria y punitiva d
la condena)?

La mayoría de la jurisprudencia nacional, incluida la Corte


Suprema de Justicia de la Nación, se inclinan por la dunci6n resarcito-
ria de la condena al responsable del daño moral.

Esta postura se funda en el texto de los artículos 522 y 1078 del


C.civil., que hablan de"reparación"o"indemnización~yen otros argu-
mentos, como ser que si fuera punitivo no se explicaría que el princi-
pal deba reparar el daño causado por el dependiente (ya que las
penas son personales),y en que este rubro procede en toda clase de
hechos ilícitos, aún los involuntarios (art. 907 C.C.)

Evidentemente, el texto de los mencionados arts. 522,1078 y 907


se refiere a "reparar" un daño, lo que implica que el responsable debe-
rá dejar sin daño a la victima, esto entendido en los términos del art.
1083 CCivil, es decir entregando una suma de dinero, debido a la
imposibilidad de volver las cosas a su estado anterior, en casos de
daño moral.

En aplicación estricta de esta postura "reparatoria:'lo que importa


a la hora de indemnizar es la importancia (onentidad")del daño sufri-
do, sin que tenga mayor relevancia el patrimonio del responsable, ni
el factor de atribución por el que se lo responsabiliza (culpa, dolo,
titularidad dominial de la cosa riesgosa, equidad, etc)

Otra postura, en cambio, se inclina por entender que al responsa-


ble del daño moral hay que sancionarlo y que esa debe ser la fun-
ción de la condena en sede civil.
1177

Esta posición fue sostenida, entre otros, por Llambías 13'. En su ver-
"extrema: se parte de la base de que el daño moral no es sus-
ible de ser reparado (no hay dinero que repare el sufrimiento o la
ion a los sentimientos) y que en cambio, lo que se debe hacer es
stigar pecuniariamente a l autor del daño, de ahí que tenga impor-
ia, a la hora de valuar la sa~ción,el patrimonio del responsable.
esis sancionadora es especialmente razonable en casos donde el
factor de atribución es subjetivo, pero presenta dificultades a la hora
de justificar la admisión del rubro "daño moral: cuando el factor de
atribución es objetivo. En efecto, ¿que sentido tiene castigar cuando
no se discutió la culpabilidad del responsable?.Dicho de otra mane-
ra, ¿por qué lo castigamos?, ¿porque es el dueño o guardián de la
cosa riesgosa?. A primera vista, no parece razonable castigar a
alguien si antes no se hace un juicio sobre la culpabilidad de su con-

A mitad de camino, tenemos la postura mixta,que entiende que la


función de la condena al responsable del daño moral consiste en
reparar el daño que le causó a la victima y, además castigar a dicho
responsable. Es decir, el mismo dinero que repara el daño sufrido por
la victima sirve para castigar al culpable .'lg

738 Llambías, Tratado,Obligaciones, Perrot, 7 967, -t. 1, pag. 308.


739 Hablamos de "culpable"porque, como decíamos antes, no es razonable sancionar
sin un previo juicio de reproche basado en la conducta culposa o dolosa del respon-
sable civil. Recordemos que, estrictamente,el factor objetivo de atribución releva al
actor de acreditar la culpa del demandado, pero si esta es acreditada, el juez debe
merituar esa culpa a la hora de condenar por el daño moral. Piénsese en un acci-
dente de transito, caso típico de aplicación de la responsabilidad objetiva estableci-
da en la segunda parte del segundo párrafo del art. 1 1 13 CCivil. Si en dicho acci-
dente se acreditara grave negligencia o dolo de parte del autor del daño, es justo y
razonable que este factor se compute a la hora de valuar el daño moral. El castigo
económico al autor es, al mismo tiempo, una forma de dar satisfacción al agraviado.
CAPITULO IX
ACTUALIZACIÓN DE SENTENCIAS MEDIANTE LA
APLICACIÓNDE ~NDICES Y TASAS

4O.INTERESES. CONCEPTO.

Desde el ámbito doctrinario, Jorge Joaquín Llambías nos brinda la


que constituye una definición clásica de interés al postular que "...son
los aumentos paulatinos que experimentan las deudas en dinero, en
razón de su importey del tiempo transcurrido,prorrata temporis.No bro-
tan íntegros en un momento dado, sino que germinan y se acumulan
continuadamente a través del tiempo..." 140

La jurisprudencia tiene dicho que "Los intereses correspondientes a


indemnizaciones derivadas de delitos o cuasidelitos, se liquidarán desde
el día en que se produce cada perjuicio objeto de la reparación." 14'

41. MONTO DE LOS INTERESES MORATORIOS.

En nuestro país no se ha fijado tasa alguna de interés legal y, por


ello, los jueces, tradicionalmente y por muchos años aplicaron por
analogía lo dispuesto en el artículo 565 del Código de Comercio, que
se refiere a los intereses de plaza e intereses corrientes como aquellos
"que cobra el Banco Nacionalíes decir, la llamada tasa activa.

140 LLAMBIAS, Jorge Joaquín, 'Tratado de Derecho Civil.Obligaciones",tomo 11-A,


pág.205.
141Conf C.N.Civ., en pleno, diciembre 16-1958,in re " Gómez, Esteban c/ Empresa
Nacional de Transportes"Publicado en La Ley, tomo 93, página 667; Gaceta del Foro,
prudencia dispone la indexación de los creditos en mora a fin de evi-
tar la depreciación del capital. Complementariamente, se ordena un
interes moratoriodel6 al 8% anual, sobre el capital actualizado.
Así siguen las cosas hasta la prohibición de indexar establecida
por la Ley 23.928 (de Convertibilidad).Trasel dictado de esta norma,
la Corte Suprema, en autos YPF c Prov. De Corrientes '42 determinó que
al capital en mora reclamado judicialmente debería añadírsele un
interes a tasa pasiva (es decir, la que pagan los Bancos por los ciepo-
sitos a plazo fijo), por entender que ese era el mandato de la Ley
23.928, según la reglamentación de la misma por el decreto 529/91,
modificado a su vez por el artículo 10 del decreto. 941/91.
Este fallo fue reafirmado poco después por otro pronunciamiento
de la Corte en autos "Lopez c. Explotación Pesquera La Patagonia"
(10/06/92) '43 en el que se dijo que el tema constituía cuestión fede-
ral,"imponiéndose"de esa forma esa jurisprudencia a todos los tribu-
nales inferiores.
Sin embargo, desde que en 1994 la C.S.J.N. dictó sentencia en:
"Banco Sudameris c/ Belcam" '44, está claro que: La determinación de
'l...

la tasa de interés... queda ubicada en el espacio de la razonable dis-


creción de los jueces de la causa que interpretan dichos ordenamien-
tos sin lesionar garantías constitucionales en tanto sus normas no
imponen una versión reglamentaria única del ámbito en cuestión .o

No todos los tribunales del país aplican la tasa pasiva, ni aún en la


epoca de la Convertibilidad. Este criterio fue resistido en especial por
los tribunales comerciales. En efecto, en el fuero comercial se enten-
día que, en la ejecución de un pagaré por ejemplo, no era justo que el
banco ejecutante percibiera la tasa pasiva sobre el capital adeudado,
dado que era una tasa menor a la que cobraba por los prestamos que
otorgaba (tasa activa). De esta manera, el deudor moroso pagaba
menos interes que el que no lo era.

142 "Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF)c/Corrientes, Provincia de y Banco de


Corrientes s/cobro de australes" - CSJN - 03/03/7 992. Citar: elDial - AA 7 640
143"López,Antonio Manuel c/ Explotación Pesquera de la Patagonia S.A. s/accidente -
acción civil" - CSJN - 10/06/1992. Citar: elDial - AA 1696
144 Corte Sup., 17/05/7 994- Banco Sudameris v. Belcam S.A. y otra.). JA 1994-11-690.Fallos
3 17:507.
1181

Con estos argumentos, la Cámara Nacional en lo Comercial en


pleno, en autos "La Razón SA s/Quiebra inc. de pago de los profesiona-
lesff (271x11994) 14'se pronunció por la tasa activa que cobra el Banco
de la Nación Argentina en sus operaciones ordinarias.

Por su parte, la Cámara ~acionalen lo Civil, en dos plenarios,


llVázquezf Claudia Angélica c/ Bilbaof Walter y otros S/ daños y perjui-
dosff(02/08/93) '46 y "Alanizf Ramona Evelia y otro c/ Transportes 7 23
SACl interno 200 S/ Daños y perjuiciosff, (23103104) '47, había resuelto
que a partir de la vigencia de la ley 25.561 y normativa concordante
correspondía liquidar el interés moratorio por la tasa pasiva prome-
dio que publica el Banco Central de la República Argentina.

Sin embargo, hubo u n nuevo llamado a plenario y el 20 de


abril de 2009 la Cámara Nacional en l o Civil abandonó la postura
de los plenarios "Alaniz" y "Vázquez CIBilbaoí estableciendo
como nueva doctrina legal obligatoria que corresponde aplicar,
como interés moratorio, la tasa activa "cartera aeneral (présta-
mos) nominal anual vencida a treinta días del Banco de la Nación
Arqentina" y que dicha tasa "debe computarse desde el inicio
de la mora hasta e l cumplimiento de la sentencia, salvo que su
aplicación en el período transcurrido hasta el dictado de dicha
sentencia implique una alteración del sianificado económico del
capital de condena que confiaure u n enriquecimiento indebido'!

Así lo dispuso la Cámara, en pleno, en autos "Samudio de Marthe+,

745 "La Razón SA s/quiebraU- CNCOM - EN PLENO - 27/70/7994 PLENARIO. CUESTIONA


RESOLVER: Exceptuados los créditos propios de entidades financieras, en ausencia
de convención o de leyes especiales, ¿procedepor aplicación de la ley 23.928 fijar, a
partir del 7 de abril de 1991, el interés a tasa pasiva? DOCTRINA LEGAL:
"Exceptuados los créditos propios de entidades financieras, en ausencia de conven-
ción o de leyes especiales,no procede por aplicación de la ley 23.928 fijar, a partir
del 7 de abril de 1997, el interés a tasa pasiva". Citar: elDial - AA 7 F79
746 "Vázquez,Claudia Angélica c/Bilbao, Walter y otros s/Daños y perjuicios" - CNClV -
EN PLENO - 02/08/1993 Citar: elDial - A A 7377.
147 "Alaniz,Ramona Evelia y otro c/Transportes 723 SACl interno 200 S/Daños yperjui-
cios" - CNClV - EN PLENO - 23/03/2004.DOCTRINALEGAL:" partir de la vigencia de
la ley 25.56 7 (6/0 1/02)y normativa concordante corresponde mantener la doctrina
establecida en el fallo plenario dictado el 2 de agosto de 1993 en los autos
"Vázquez,Claudia Angélica c/ Bilbao, Walter y otros s/daños y perjuicios." Citar:
elDial - AA 7 EFE.
Ladislaa d TransportesDoscientos Setenta SA s/daños y perjuicios". 148

Allí se trataron las siguientes cuestiones:

"1) Si corresponde dejar sin efecto la doctrina fijada en los fallos


plenarios Vcízqueq Claudia Angélica d Bilbao, Walter y otros s/
daños y perjuicios" del 2/8/93 y "Alaniz, Ramona Evelia y otro c ,
Transportes 123SACI interno 200 s/daños y perjuicios" del 23/3/04.
2) En caso de respuesta afirmativa, se responda:
Si es convenienteestablecer la tasa de interés moratorio.
3) En caso de respuesta ahatiwa, se responda:
¿Cuáles la tasa de interés moratorio que corresponde aplicar?
¿Si corresponde aplicar la tasa activa cartera general (préstamos)
nominal anual vencidaa treinta dfas del Banco de la NaciónArgentina?
4) ¿La tasa de interés fijada es aplicable desde el inicio de la
mora hasta el cumplimiento de la sentencia?".

Recordemos que en el plenario Alaniz Ramona Evelia c/


Transportes 723 SACI Interno 200 s/daños y perjuicios; del 23/3/2004, se
resolvió " mantener la doctrina establecida en el fallo plenario dictado
e12 de agosto de 7 993 en los autos "Vázquez, Claudia Angélica c/ Bilbao,
Walter y otros S/daños y perjuicios:
A su vez, en este último plenario se había decidido que "'los intere-
ses moratorios deben liquidarse, en ausencia de convención o de leyes
especiales, según la tasa pasiva promedio que publica mensualmente el
Banco Central de la República Argentina:
A continuación, veremos como fueron respondidas las distintas
cuestiones:

Primera cuestión:

"Si corresponde dejar sin efecto la doctrina fijada en los fallos


plenarios Wázquez, Claudia Angélica d Bilbao, Walter y otros S/
daños y perjuicios" del 2/8/93 y "Alani4 Ramona Evelia y otro d
Transportes 123SACI interno 200 s/daños y perjuicios" del 23/3/04.

148 "Samudio de Martínez, Ladislaa v. Transporte Doscientos Setenta S.A.': C. Nac. Civ.,
en pleno,20/04/2009. Citar Lexis No 7005203 1.
1183

por la mayoría se pronuncian los Dres. Hugo Molteni, Mauricio L.


izrahi, Gerónimo Sansó, Claudio Ramos Feijóo, Luis Álvarez Juliá,
atriz L. Cortelezzi, Omar L. Díaz Solimine, Miguel A. Vilar, Fernando
M. Racimo, Mario P. Calatayud, Jose L. Galmarini, Eduardo A. Zannoni,
Fernando Posse Saguier, Carlos A. Bellucci, Beatriz A. Areán, Carlos
. Carranza Casares, Jorge A . ' M ~ ~ OJorge
, A. Giardulli, Claudio M.
iperIJulio M. Ojea Quintana, Graciela A. Varela, Patricia E. Castro,
Beatriz A. Verón, Marta del Rosario Mattera, Oscar J. Ameal, Silvia
A. Díaz, Lidia B. Hernández, Víctor F. Liberman, Marcela Perez
pardo, 0. Hilario Rebaudi Basavilbaso, Mabel A. De los Santos,
Carlos R. Ponce y Elisa M. Diaz de Vivar.

Entre otros argumentos, fueron decisivos los siguientes:


*/'la reparación que debe otorgarse a las víctimas de un daño
injusto tiene que ser integral a fin de dar cumplimiento a lo que dispo-
,
ne la norma del art. 7083 del Código Civil.
Entonces, para que aquella sea realmente retributiva los intereses
tienen que compensar la indisponibilidad del capital durante el trans-
curso de la mora, además de cubrir la pérdida de su valor adquisitivo."
(la negrita es nuestra)

* "La tasa de interés moratorio debe ser suficientemente resarci-


toria en la especificidad del retardo imputable que corresponde al
cumplimiento de la obligación dineraria con la finalidad, entre otras,
de no prolongar la ejecución de la condena indemnizatoria en detri-
mento del patrimonio de la persona damnificado. Con el objeto de man-
tener incólume la cuantía de la obligación deben fijarse tasas de intergs
positivas en procura de evitar que, debido a la demora en el pago impu-
table al obligado, el acreedor reciba una suma nominal depreciada, en
lugar de lajusta indemnizaciónque le correspondepara enjugar el daño
padecido.. ."(la negrita es nuestra)

* "los factores micro y macro económicos que dieron lugar a los ple-
narios "Vázquez "y
fHlanizffson diferentes a los que se dan en el momento actual.
Los cambios de las circunstancias económico-financieras operados,
de los que dan cuenta los índices inflacionarios -aún aquéllos que
plantean serios reparos sobre su transparencia-fson elementos que dan
fundamento a la decisión de dejar sin efecto esa doctrina porque y
no cumple la satisfacción de "la debida indemnización de los dañ
sufridos:
De ahíque, en una economía donde la inflación es igual a cero cual-
quier tasa, aún la
pasiva, es una tasa positiva. Pero frente a la crecientede~~a10rizaci6~
monetaria, la tasa pasiva no repara ni siquiera mínimamente el d ~ ñ o
que implica al acreedor no recibir su crédito en el tiempo oportuno, a
par que provoca un beneficio para el deudor moroso. Se agrega a ello
que hoy nadie puede desconocer la desvalorización monetaria, reco-
nocida inclusive por los propios índices que publica el lnstitut
Nacional de Estadísticas y Censos.. ."(la negrita es nuestra)

* "En razón de las circunstancias económicas puestas de relieve y


dado que la
modificación introducida por la ley 25.56 1 mantuvo la redacción del
art. 7 de la ley23.928, prohibiendo toda actualización monetaria, inde
xación de costos y repotenciación de deudas cualquiera fuera su
causa, se hace necesario que la tasa de interés rnoratorio guarde rela-
ción con los cambios operados. De tal manera, al encontrarse la tasa
actualmente obligatoria por debajo de los parcímetros inflacionarios
no es retributiva y se aleja de la finalidad resarcitoria de este tipo de inte-
rés."(la negrita es nuestra)

Seaunda cuestión:

"Si es conveniente establecer la tasa de interés moratorio."


Aquí, la mayoría expresó, entre otros, los siguientes argumentos:

* "La respuesta afirmativa al primer interrogante de esta convocato-


ria, por la cual se deja sin efecto la doctrina plenaria que definía la apli-
cación obligatoria de una tasa de interés para el fuero, nos lleva a seguir
sosteniendo que es convenientey razonable unificar las opinionesjurídi-
cas de esta Cámara en la materia. De lo contrario, la cantidad y
variedad de tasas de interés posibles y la amplia competenciadel fuero
civil en materias donde los jueces son los encargados de establecerlas
les crearía a los justiciables un estado de enorme incertidumbre res-
pecto de la tasa aplicable." (la negrita es nuestra)
1185

Tercera cuestión:

fldCuáles la tasa de interés moratorio que corresponde aplicar?


dSi corresponde aplicar la tasa activa cartera general (préstamos)
ominal anual vencida a treinta dlas del Banco de la Nación

Al respecto, el voto mayoritario se fundó en las siguientes consi-

* "Desde el punto de vista jurídico y, más allá de las variaciones que


registren las tasas de interés por las fluctuaciones del costo del dine-
ro, el resarcimiento debido al acreedor por el incumplimiento de la
obligación debe estar representado por la tasa activa." (la negrita es

*"Aunque el codificador no estableció una tasa en la norma del


art 622 del Código Civil que regula los intereses moratorias, tal omi-
sidn fue suplida durante más de un siglo por la aplicación analógica del
art. 565 del Código de Comercio. Se entendió que la estipulación era
acorde al carácter resarcitorio que debían poseer los réditos a cargo
del deudor moroso, quien debía indemnizar a su deudor del perjui-
cio sufrido por la sustitución de la fungible prestación insoluta.
Debían tenerse en cuenta los intereses que los bancos "cobran" y no
los que los bancos "pagan" porque aquélla es 10 tasa a la que deberla
someterse el acreedor que al no tener su dinero a tiempo tendrla que
recurrir al cr4dito..."(la negrita es nuestra)

* /'Si bien los plenarios dictados por esta Cámara -y que son objeto de
revisión- fijaron la tasa pasiva, hoy corresponde que la Cámara vuelva a
los criterios interpretativos anteriores a estos plenarios vigentes y se pro-
nuncie por la aplicación de la tasa activa tal como lo hacen los fueros
Comercial y Laboral (conf. CNCom. en pleno, 27/70/94, in re "La
Razón S.A. S/ Quiebra1>LL 7 994-E, 4 72 y CNAT,Acta CNAT Nro. 2357 del
7/5/02 respectivamente)." (la negrita es nuestra)

* "Se propicia entonces la fijación de la tasa activa porque ante


la indisponibilidad del capital el acreedor -en caso de necesitarlo-
debe recurrir a la plaza fnianciera en procura de cr4ditoypagarp
su obtención los intereses al tipo activo. El perjuicio para 41radica en qu
debe pagar el inter4s de plaza, de manera tal que, a los efectos de de
minarlo, no es rekvante si es negativa o positiva porque siempre ha
pagar la activa." (la negrita es nuestra)

*"Otro argumento que persuade para votar afirmativamente por


tasa activa es que con la aplicación de la tasa pasiva como inte
moratorio es el acreedor quien en definitiva financia la gananciu
su deudor con su propia postergación. El que debe pagar no ten
ningún incentivo en hacerlo a tiempo ni mucho menos acortar la dur
ción de los juicios, lapso durante el cual hace un mejor negocio co
su morosidad. Esa situación se refleja en el aumento del índice de
litigiosidad, desalienta la conciliación prejudicial y provoca la satura-
ción de los recursos de la justicia." (la negrita es nuestra)

* "Pese a que se afirma que la aplicación de la tasa activa en los pro-


cesos puede generar inflación esto no es as& ya que de hecho es la
que utiliza el sistema financiero y a los magistrados sólo les cabe su
aplicación en el caso concreto."(la negrita es nuestra)

* "La conveniencia de fijar los intereses moratorios mediante la


aplicación de la tasa activa fue sostenida por unanimidad y por
mayoria respectivomente en las XIX y XXl Jornadas Nacionales de
Derecho Civil (Rosario, 2003 - Lomas de Zamora, 2007 Comisión N02:
Obligaciones -Cuantificación de la indemnización por daños perso-
nales- La Ley Actualidad, 25/70/07). Igual solución se plasmó en el
Proyecto de Reforma del Código Civil del año 1998 -tanto para los inte-
reses moratorios como para los resarcitorios que se introducen en sus
disposiciones (arts. 7 14 incs. b y d, 77 6 inc. c, 7 7 9 y 7 628)" (la negrita es
nuestra)

*"Por último cabe agregar que, ante las variacionesporcentuales que


se observan en las distintas tasas activas existentes en el mercado y
respecto también de las que publica el Banco de la Nación
Argentina en el Boletín Oficial (ver BO No 37.504), a efectos de su
correcta aplicación, esta mayoría considera por los fundamentos verti-
dos precedentemente que la tasa de interés a utilizar conforme a la
1187

trina legal obligatoria que aquí se establece es "La tasa activa


ra general (préstamos) nominal anual vencida a treinta dios
anco de la Nación Argentina"(la negrita es nuestra)

cuarta cuestión:

¿La tasa de interés fijada es aplicable desde el inicio de la mora

cumplimiento de la sentencia?".

En respuesta a este interrogante,el voto mayoritario sostuvo que

* "...cuando el capital de condena ha sido calculado en vabres

una fecha anterior a la sentencia o a la fecha de la misma sentencia,


sea mediante la aplicación de algún mecanismo indexatorio permiti-
do hasta la vioencia de la Iev 23.928 o en razón de computar direc-
tamente dichos valores, quedando de ese modo, hasta esas fechas,
exento de deterioro a causa de la depreciacián monetaria, la apli-
cación de la referida tasa activa hasta entonces importa tanto como
compensar ese deterioro, por princi~ioinexistente, incrementando en
forma indebida el contenido económico de la condena y significan-
do un enriquecimientosin causa para el acreedor. Ello as&dada la com-
posición de dicha tasa activa, que contempla -se reitera- el factor
inflacionario. Debe entonces evitarse que el cómputo de estos acce-
sorios desborde su finalidad que no es otra que dejar al acreedor indem-
ne respecto de la lesión patrimonial producida por la falta de pago opor-
tuno de su crédito, pero cuidando de no exceder su razonable expec-
tativa de conservación patrimonial con apartamiento de la necesa-
ria relaci6n que debe existir entre el daño real y la cuantía de la indem-
nización.. ." (la negrita y el subrayado son nuestros)

* De ahi que por la simple comprobacion que, en definitiva, se


esta indemnizando de modo superpuesto el mismo perjuicio, los jue-
ces deberemos ajustar nuestras sentencias de modo de impedir -aun
sin petición expresa del deudor perjudicado- que aquella violación del
ordenamiento jurídico se consume mediante el arbitrio de retrotraer
la aplicación de determinada tasa de interés."(la negrita es nuestra)
* "Con tal alcance, pues, debe interpretarse que la tasa activa aja
en la cuestion anterior debe computarsedesde el inicio de la mora h
e/ cumplimiento de la sentencia, salvo que su aplicación en el p
transcurridohasta el dictado de la sentenciuimplique una altera
significado económico delcapitalde condena que configure un enriqu
cimiento indebido."(la negrita es nuestra)

Cabe destacar que el extenso plenario, d e más d e cien carillas,


contó, además del voto de la minoría, con numerosas ampliaciones
de fundamentos y disidencias parciales de los distintos magistrados,

Como simple ejemplo, resulta interesante transcribir la disiden-


cia del Dr. Kiper a lo decidido mayoritariamente respecto de la
cuarta cuestión.

Al respecto, dice Kiper:

* "Hace algunos años vote en disidencia en el plenario "Alaniz,


Ramona d Transportes 123",ues consideraba que se resarcíaadecua-
damentea la vktima mediantela tasa activa de interés. Ahora, para no
incurrir en reiteraciones innecesarias, me remito a los fundamentos
expuestos en aquella oportunidad.
Por lo tanto/ en mi opinión, constituye un avance que la mayo-
rba de esta Cámara se incline ahorapor el reconocimientode la r e k i -
da tasa. No obstante, el qreuado aprobado en elpunto 4, seuiin el cual
puede no ser aplicable dicha tasa, hastu el dictado de la sentencia (sí
despuésl, si ello implica "una alteración del siqnificado económico del
capitalde condena que confioure un enriuuecimiento indebido?. sk-
nifica desnaturaliza^ lo aprobado acertadamente en el punto 3." (la
negrita y el subrayado son nuestros)

* "En efecto, mientras muchosjueces, por los motivos que considero


correctos, aplicarán la tasa activa de interés, otros creerán que el
resultado es exagerado -a mi entender con argumentos equivocados-
y atenuarán discrecionalmente la tasa, o harán una quita en el cól-
culo, o bien terminarán aplicando la tasa pasiva, a pesar de que fue
abandonada."(la negrita es nuestra)
la incertidumbre que se generará, lo cierto es que
de la tasa pasiva a un "interés distinto" que nadie sabe
cual es; al menos para losjueces que razonen de esa forma. No es esto lo
quese discutióy aprobó en los puntos anteriores."(la negrita es nuestra)

* íAsimismo, es altamente que muchos demandados for-


mulen esta clase de planteos, de modo que habrá que examinar si la
aplicaciiónde la tasa activa genera, o no, un "enriquecimientoindebido".
5610 se retrasará el tpámite de las causas,y se incrementarán las apela-
ciones."(la negrita es nuestra)

En definitiva, se fijó como doctrina legal obligatoria (art. 303 del


Código Procesal), la siguiente:

7- "Corresponde dejar sin efecto la doctrina fijada en los fallos


plenarios "Vázquez,ClaudiaAngélica d Bilbao, Waltery otros s/daños y
perjuicios" del 2/8/93 y "Alaniz, Ramona Evelia y otro d Transportes
723 SACI interno 200 S/ daños y perjuicios" del 23/3/04"
2- "Es conveniente establecer la tasa de interés rnoratorio"
3- "Corresponde aplicar la tasa activa cartera general (préstamos)
nominal anual vencida a treinta días del Banco de la Nación Argentina"
4- "La tasa de interés fijada debe computarse desde el inicio de
la mora hasta el cumplimiento de la sentencia,salvo que su aplicación
en el período transcurrido hasta el dictado de dicha sentencia implique
una alteración del significado económico del capital de condena que
configure un enriquecimientoindebido.

Sin embarao, los temores expresados en en su disidencia por el Dr.


Kiper, que mencionaramos arriba, resultaron totalmente fundados.

Dado que el plenario dice que se aplica la tasa activa, "salvo que su
aplicación en el período transcurrido hasta el dictado de dicha sentencia
implique una alteración del sianificado económico del capital de conde-
na que configure un enriquecimiento indebidoí.en la práctica, para evi-
tar este enriquecimiento indebido, varias Salas no aplican la tasa acti-
va, optando por una tasa de d e interés puro (6 u 8 % anual) desde la
mora hasta la sentencia.
190 1
De todas maneras, a nivel nacional, la tasa activa va "gana
adeptos" entre los jueces. Por ejemplo, u n nuevo plenario d
Cámara Federal de Mendoza, del 24 de junio de 2009, (autos"REv~c
JOSEMARCELO C1Y.P.F. S.A. P I D.Y P.") dispuso que "correspondela
titución la tasa pasiva como aplicación del interés a los capitales de co
dena en los juicios por resarcimientos,debiendo en cambio adoptarse
tasa activa del Banco de la Nación Argentina para las operaciones
descuento en documentos comercialesY '41

La opinión de la Corte Suprema

de la República Araentina. Los ministros Lorenzetti y Petracchi,


disidencia, entendieron que los intereses se deberán calcular a la ta
que percibe el Banco de la Nación Argentina en sus operaciones ordi-
narias de descuento.

749 Puede verse una nota al respecto y descargar el fallo completo aquL
http://www.cij.gov.ar/nota- 1884-Mendoza--plenario-fija-nuevo-metodo-para-cal-
cular-in tereses.html .
150 "Bustos, Ramón R. v. Provincia de la Pampa y otro? 06/03/07, fuente:
www.csjn.gov.ar.
SECCldN SECUNDA
EL SEGURO DE RESPONSABILIDAD CIVIL

CAPITULO X
SEGURO DE RESPONSABILIDAD CIVIL: OPONlBlLlDAD
DE LA FRANQUICIA EN EL SEGURO OBLIGATORIO DE
RESPONSABILIDAD CIVIL

42.INTRODUCCION.

Nos dice el art. 109 de la ley 17.418 que en el seguro de responsa-


bilidad civil "El asegurador se obliga a mantener indemne al asegurado
por cuanto deba a un tercero en razón de la responsabilidad prevista en
el contrato, a consecuencia de un hecho acaecido en el plazo conveni-

Por su parte, el maestro Halperin enseña que el riesgo, en este


tipo de seguro, "Consiste en la responsabilidad civil en todos los casos
en que esta es comprometida por la conducta culposa del tomador o la
conducta culposa o dolosa de los dependientes y de las personas por las
cuales es civilmente responsable, sea por comisión u omisión, delictual o

Agrega Halperin que el interes asegurable versa sobre todo el


patrimonio del asegurad^.'^'

15 1 Halperin, Isaac, Lecciones de Seguros, Ediciones Depalma, 1983, reimpresión, pag.

152 Halperin, Isaac, obra citada, pag. 86.


1921

43.LA ClTAClON EN GARANTIA.

Prescribe el art. 118 de la ley 17418 que tanto el damnificad


como el asegurado pueden citar en garantía al asegurador hasta qu
se abra la causa a prueba, a fin de que la sentencia que se dicte hag
cosa juzgada respecto del asegurador y sea ejecutable contra él en 1
medida del seguro. Es decir, el actor-damnificado podrá ejecutar 1
sentencia directamente contra el asegurador, en la medida de
cobertura del seguro. El crédito del damnificado tiene privileg
sobre la suma asegurada y sus accesorios, con preferencia sobre
asegurado y cualquier acreedor de éste, aun en caso de quiebra o d
concurso.

S i es el damnificado quien efectua la citación tendrá la opción d


interponer la demanda ante el juez del lugar del hecho o el juez d
domicilio del asegurador.

44. LA CARGA DE DENUNCIAR EL SINIESTRO: CONSECUENClAS


DE SU IMCUMPLlMlENTO PARA EL ASEGURADO V PARA EL BAM-
NIFICADO.

El art. 115 de la ley 17418 establece que "El asegurado debe


denunciar el hecho del que nace su eventual responsabilidad en el
término de tres días de producido, si es conocido por él o debía cono-
cerlo; o desde la reclamación del tercero, si antes no lo conocía. Dará
noticia inmediata al asegurador cuando el tercero haga valer judi-
cialmente su derecho."

El citado artículo nada dice en caso de incumplimiento de dicha


carga por el asegurado. Cierto es que el artículo 47 establece que el
asegurado pierde el derecho a ser indemnizado, pero la duda es si
este dispositivo es aplicable al contrato de seguro de responsabilidad
civil.

Antes que nada, corresponde diferenciar dos situaciones:

a) Efectos de la omisión de la carga de denunciar respecto del


damnificado.
~lrespecto, doctrina y jurisprudencia están contestes en cuanto a
la falta de denuncia (o denuncia tardía) al asegurador le sería
onible al damnificado.

Es que la no denuncia o denuncia tardía sería, un hecho posterior


1 siniestro, y el art. 118 que en el juicio o en la ejecución
e la sentencia, el asegurador no podrá oponer las defensas nacidas
después del siniestro. Para evitar cualquier duda, sería deceable que
la ley 17.418 aclarará que por "siniestro': entiende el hecho del que
surge el deber de reparar (vgr.el accidente de tránsito) y no el recla-
mo administrativo o judicial del damnificado. Lamentablemente, la
ley no formula esta aclaración.

b) Efectos de la omisión de la carga de denunciar respecto del

Si bien como se señaló, el asegurador no puede eximirse del pago


frente al tercero damnificado, la pregunta sería: en caso de omisión
de denuncia, ¿Podrá repetir las sumas abonadas contra su asegura-
do?

Siguiendo los lineamientos de un ilustrativo trabajo de Mariano


Pablo Sciaroni '",podríamos decir que existen dos posturas al res-
pecto:

1) Una, que llamaremos "rígida: considera que el asegurador


puede repetir frente al asegurado incumplidor las sumas que abona-
ra oportunamente al tercero reclamante, meramente invocando la
falta de cumplimiento por este último del mencionado artículo 115
de la Ley de Seguros. Esta postura entiende que es directamente apli-
cable el ya mencionado art. 47 de la ley 17.418.

Probado el incumplimiento de la carga de denunciar y salvo

153 %Algunas consideraciones acerca de la denuncia del siniestro en el seguro de res-


ponsabilidad civil': SUPLEMENTO DE SEGUROS Y REASEGUROS, EIDial.com
(http://www.eldiaI.com/suplementos/Seguros/tcdNl?asp?id=3647&id-publi-
car=5 1 1O&fecha~publicar=22/05/2008&camara=Doctrina~.
acción de recupero por parte del asegurador. lS4

2) Otra postura, que denominaremos"flexible" entiende aplicab


no el art. 47 de la Ley 17.418, sino la segunda parte del artículo 36
,que dispone que "Si la carga u obligación debe ejecutarse después d
siniestro, el asegurador se libera por el incumplimiento si el mismo infl
yó en la extensión de la obligación asumida."

Por ende, al asegurador no le basta con acreditar el incumpl


miento de la carga de denunciar, sino que debe demostrar q u
dicho incumplimiento incidió en el pago de la indemnización.S
pagó lo mismo que hubiera pagado en caso de haberse denunciad
el siniestro, no hay acción de recupero. Dicho de otra manera, ha
acción de recupero si el incumplimiento de la carga resultó perjud
cial para el asegurador. 15'

45. DEL SEGURO DE RESPONSABILIDAD CIVIL OPTATlVO AL


SEGURO DE RESPONSABILIDADCIVIL OBLIGATORIO.

Ahora bien, la ley 17.418 regula al seguro de responsabilidad civil


como una cobertura optativa para el asegurado, que puede contra-

154 Conf Sala E de la Cámara Nacional Comercial en fecha 29 de diciembre de 7 988,


caratulados í4ntonio L. Glibaut S.A. C/Amparo Cía. Arg. de Seguros" (ED 737-597),
fallo de la Suprema Corte de la Pcia. de Buenos Aires, de fecha 3 dejulio de 1990,en
autos "Seguros Bernardino Rivadavia Cooperativa Limitada c/ La Primera de
Ciudadela Sociedad Anónima" (en DJBA 1991-140,24 - AyS 1990-11-633). Es la inter-
pretación de Halperín - Morandi, (Seguros, Depalma, 1983,T: 1, Pág 457) y Barbato
(Tratado de Derecho de Seguros, Zeus Editora, 1985,Pag 142 n 224),jurisprudencia
O

y doctrina referenciadas en el citado trabajo del Dr. Sciaroni.


755 Este artículo se aplica a los casos en que la ley de Seguros no ha determinado el
efecto del incumplimiento de una carga u obligación impuesta al asegurado. Los
sostenedores de esta postura entienden que eso es lo que ocurre en el seguro de res-
ponsabilidad civil, donde el incumplimiento de la carga impuesta en el art. 7 15 se
encuentra huérfano de sanción.
156 Postura que surge de los autos resueltos por la Sala A de la Cámara Nacional
Comercial en fecha 5 de marzo de 1998, caratulados "Cía. de Seguros Unión
Comerciantes S.A. C/Talleres Ópticos de Negri S.A.íasícomo de la Sala 11 de la
Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal de Capital Federal,
en autos "Ciccia,Patricia Monica C/ Obra Social De Camionesy otros" de fecha 1 8
dejunio de 1998,mencionados en el trabajo del Dr. Sciaroni.
1195

o o no. En definitiva, repetimos, el interes asegurable es su patri-

En cambio, en materia de. accidentes de tránsito se estableció


sistema de seguro de responsabilidad civil obligatorio con la
ente intención de proteger a la victima del accidente, quien
chas veces se encuentra con un demandado condenado pero
lvente o con bienes de difícil ubicación. Desde ya nos adelanta-
os a decir que una cosa fue la "intención" del legislador y otra el
sultado conseguido.

Comencemos por trancribir ain artículo de la ley nacional de

"ARTICULO68. -SEGURO OBLIGATORIO. Todo automotor, acoplado


semiacoplado debe estar cubierto por seguro, de acuerdo a las condi-
nes que fije la autoridad en materia aseguradora, que cubra even-
tuales daiios causados a terceros, transportados o no.
Igualmente resultaró obligatorio el seguro para las motocicletas en
las mismas condiciones que rige para los automotores.
Este seguro obligatorio será anual y podrá contratarse con cualquier
entidad autorizada para operar en el ramo, la que debe otorgar al ase-
gurado el comprobante que indica el inciso c) del artículo 40.
Previamentese exigirá el cumplimientode la revisión técnica obligatoria
o que el vehículo esté en condiciones reglamentarias de seguridad s i
aquélla no se ha realizado en el año previo.
Las denuncias de siniestro se recibirán en base al acta de choque del
artículo 66 inciso a), debiendo remitir copia al organismo encargado de
la estadística.
Los gastos de sanatorio o velatorio de terceros, serán abonados de
inmediatopor el aseguradoc sin perjuicio de los derechos que se pueden
hacer valer luego. El acreedor por tales servicios puede subrogarse en el
crédito del tercero o sus derechohabientes.
Carece de validez la renuncia a un reclamo posterior, hecha con moti-

La reglamentación regulará, una vez en funcionamiento el área per-


tinente del Registro Nacional de Antecedentes de Tránsito, el sistema de
prima variable, que aumentará o disminuirá, según haya el asegurado
denunciado o no el accidente, en el año previo de vigencia del seguro,"
(la negrita es nuestra)
Este artículo de la ley nacional de tránsito generó y genera crite-
rios contrapuestos en cuanto a sus alcances.
Por empezar, establece que las condiciones de este seguro las fija
"la autoridad en materia aseguradora", limitandose por lo demás a
prescribir que el mismo debe cubrir"eventualesdañioscausadosoter-
ceros, transportados o no."
Por su parte, en cumplimiento de lo dispuesto por este artículo, la
Superintendencia de Seguros de la Nación, por medio de las resolu-
ciones NO 21.999192 y 22058 la correspondiente cobertura.
Posteriormente, Resolución 34.22512009, aprobó los requisitos para
la Póliza básica del seguro obligatorio automotor y dispuso que a
partir del 10 de septiembre de 2009 quedan sin efecto las citadas
Resoluciones Nros. 21.999 y 22.058.
Precisamente, a partir del lo de septiembre de 2009, la nueva
POLIZA BASICA DEL SEGURO OBLIGATORIO DE RESPONSABILIDAD
CIVIL que figura como Anexo I de la citada Resolución 34.22512009
establece, en su cláusula 3O, que
"a)Se cubre la responsabilidad en que se incurra por el vehículo auto-
motor objeto del seguro, por los daños y con los límites que se indican a
continuación:
7) Muerte o incapacidad total y permanente, por persona: $ 90.000
(PESOS NOVENTA MIL).
2) Incapacidad parcial y permanente: por la suma que resulte de apli-
car el porcentaje de incapacidad padecida sobre el monto previsto para
el caso de muerte o incapacidad total y permanente.
Dicha incapacidad parcial y permanente se sujetará al Baremo que
figura como CUADRO '%A:'
3) Un límite por acontecimiento en caso de producirse pluralidad de
reclamos igual al doble del previsto para el caso de muerte o incapaci-
dad total y permanente.
6) Se cubre la obligación legal autónoma por los siguientes concep-
tos:
7) Gastos sanatoriales por persona hasta: $3.000 (PESOS TRES MIL).
2) Gastos de sepelio por persona hasta: $ 3.000 (PESOS TRES MIL).
Los pagos que efectúen la aseguradora o el asegurado por estos con-
ceptos,serán considerados como realizados por un tercero con subroga-
sabilidad alguna frente al damnificado.
El asegurador tendrá derecho a ejercer la subrogación contra quien
resulte contractual o extracontractualmente responsable.
c) El asegurador toma a su cargo, como único accesorio de la obliga-
ción asumida, el pago de costas judiciales en causa civil incluidos los
intereses,y de los gastos extrajudiciales en que se incurra para resistir la
pretensión del tercero, sin perjuicio de lo dispuesto por el inciso a) del
artículo 7 70 de la Ley No 77.4 78, dejándose sentado que en ningún caso
cualquiera fuera el resultado del litigio, el monto de dicho accesorio
podrá exceder de una suma igual al 30% de la que se reconozca como
capital de condena y hasta un límite máximo de un 30% de la suma ase-
gurada, quedando el excedente si lo hubiera a cargo del asegurado."
Como puede observarse, e n e l seguro obligatorio n o se
encuentran cubiertos los daños provocados a los bienes de terce-
ros, solo lesiones o muerte de personas.

46.OPONIBILIDAD O lNlPONlBlLlDAD DE LAS FRANQUICIAS A


LA VICTIMA.
El punto d e la polémica, dado los distintos criterios doctrinarios y
jurisprudenciales, es la oponibilidad o n o a la victima del accidente
d e las franquicias y excepciones de cobertura existentes en la póli-
za d e seguro suscripta entre aseguradora y asegurado. Por ejemplo,
el caso de una franquicia pactada entre aseguradora y asegurado,
por la cual la primera n o responda en el caso d e que el daño causa-
d o por el asegurado a la victima n o supere determinado monto.
Algunos tribunales entienden que estas franquicias y las
excepciones de cobertura en general, son oponibles a la victima
(es la posición tradicional en la materia), mientras que otros con-
sideran que en u n seguro obligatorio de responsabilidad civil
dichas franquicias y excepciones de cobertura n o son oponibles a
la victima (posición "moderna") debiendo responder la asegura-
dora frente a esta, sin perjuicio de su eventual acción de repeti-
ción contra el asegurado.
Estos criterios contrapuestos en la doctrina y jurisprudencia son el
resultado d e una deficiente previsión legislativa, pues se pretendió
consagrar un seguro obligatorio de responsabilidad civil pero, en
los hechos, n o se l o implementó.
Dicho de otra manera, el artículo 68 de la Ley No24.449 se limita
establecer el seguro obligatorio de responsabilidad"de acuerdo a /a
condiciones que fije la autoridad en materia aseguradoral mient ra
que dejó susbsi~tenteel articulado de la ley 17418 (de Seguros) al
respecto.
Por su parte, como ya señalamos, la ley 17418 regula el seguro de
responsabilidad civil como un seguro optativo donde lo que se pro-
tege es el patrimonio del asegurado, no el de la victima del acci-
dente que genera responsabilidad civil.
Basta con ver el art. 109 de dicha ley, cuando dice que "El asegura-
dor se obliga a mantener indemne al asequrado por cuanto deba a un
tercero en razón de la responsabilidad prevista en el contrato, a conse-
cuencia de un hecho acaecido en el plazo convenido.: para entender la
función económica de este contrato.
En cambio, en un sistema de seguro obligatorio de responsabili-
dad civil, se busca proteger a la victima. Son dos sistemas total-
mente distintos en cuanto a sus finalidades y la normativa tiene que
atender a esta cuestión.
Sin embargo, como el legislador no se hizo cargo de regular el
tema, limitándose a imponer un seguro obligatorio, el resultado es la
presente situación de inseguridad para el justiciable.
El problema es especialmente grave en casos de accidentes
producidos con "Vehículos Automotores destinados al
Transporte Público de Pasajeros? pues la Resolución 25.429197 de
la Superintendencia de Seguros de la Nación, referida al "Seguro de
Responsabilidad Civil de Vehículos Automotores destinados al
Transporte Público de Pasajeros" establece en la cláusula 40 de su
Anexo ll una franquicia de $40.000.
Concretamente,dispone que
"El Asegurado participará en cada acontecimiento cubierto que se
tramite por la vía administrativa o judicial con un importe obligatorio a
su cargo de pesos cuarentamil (S 40.000).
Dicho descubierto obligatorio a su cargo se computará sobre capital
de sentencia o transacción,participando el Asegurado a prorrata en los
interesesy costas."(la negrita es nuestra)
A continuación, veremos los criterios que siguen en la actualidad
la Corte Suprema de Justicia de la Nación, la Cámara Nacional en lo
Civil y algunos tribunales bonaerenses.
1199

Caso 1) Seguro de responsabilidad civil: Las franquicias son


onibles a la víctima

La Corte Suprema de Justicia de la Nación hizo lugar a un recurso


queja y dejó sin efecto la sentencia de la Sala M de la Cámara
acional de Apelaciones en lo Civil que entre otras cuestiones decla-
ba inoponible a la victima de un accidente de transito una franqui-
cia a cargo del asegurado por la suma de $40.000. El MáximoTribunal,
haciendo suyo el dictamen de la Procuración, entendió que el seguro
obligatorio.de responsabilidad civil impuesto por la Ley Nacional de
Transito puede incluir excepciones de cobertura oponibles a la vícti-
ma, pues la citada norma dispone que este seguro se hará "de acuer-
do a las condiciones que fije la autoridad en materia aseguradora1:

Así lo decidió el Máximo Tribunal, en autos"RECURSO DE HECHO


DEDUCIDO POR LA ECONOM~A COMERCIAL S.A. DE SEGUROS
GENERALES EN' LA CAUSA VILLARREAL, DANIEL ALBERTO C1
FERNÁNDEZ~ANDRÉS ALEJANDRO Y OTROS", de fecha 29 de agos-
to de 2006. lS7

El tema llegó a la Corte por vía de un recurso de queja interpues-


to por la aseguradora citada en garantía contra la decisión de la Sala
M, de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil que entre otras
cuestiones itxluyó en la condena a Economía Comercial S.A.
Compañía de Seguros Generales, modificando en este aspecto la sen-
tencia de la instancia anterior.

La demanda fue promovida por daños y perjuicios sufridos como


consecuencia de una colisión entre dos colectivos, uno de los cuales
se encontraba asegurado por la recurrente, conforme póliza que
acordaba una franquicia a cargo del asegurado por la suma de
$40.000, monto que cabe aclarar resulta superior al de la condena.
La Cámara señaló en la sentencia recurrida que admitir una fran-
quicia de un monto tan elevado violaría lo dispuesto por el articulo
68 de la Ley No 24.449 que obliga a la contratación de un seguro de
responsabilidad civil para todos los automotores. Al respecto, resaltó
200 1
el carácter tuitivo de dicha norma que tiende a proteger a las vict
mas de accidentes de tránsito.

La aseguradora ~ecurrentealegó que la sentencia es arbitraria ya


que prescinde del derecho vigente Leyes No 17.418 y 20.091, y Res,
de la Superintendencia de Seguros de la Nación No 24.883196 y
25.429197, carece de fundamentación al sustentarse en afirmaciones
dogmáticas y pautas de excesiva laxitud, omite pronunciarse sobre
cuestiones conducentes para la solución del litigio, y realiza una
interpretación irrazonable del artículo 68 de la Ley No 24.449.
En particular, sostiene que el artículo 68 de la Ley No 24.449 esta-
blece que la cobertura del seguro deberá ser de acuerdo a las con-
diciones que fije la autoridad en materia aseguradora, y en este
sentido afirma el tribunal omitió considerar que la Ley No 17.41 8 res-
pecto al seguro de responsabilidad civil, limita la obligación de man-
tener indemne al asegurado a lo previsto en el contrato (art. 109) y
dispone que la sentencia que se dicte hará cosa juzgada respecto del
asegurador y será ejecutable contra él en la medida del seguro (art.
118).

En su dictamen, la Procuradora Fiscal subrogante Marta A. Beiró


de Gonqalvez recordó que "reiterada jurisprudencia de V.E. ha estable-
cido que es condición de validez de los pronunciamientos judiciales que
sean fundados y constituyan derivación razonada del derecho vigente
con aplicación de las circunstancias comprobadas de la causa (Fallos
323:2468; 324:556; 325:28 7 7; entre otros), exigencia que procura esen-
cialmente la exclusión de decisiones irregulares que afecten el adecuado
servicio dejusticia."

"Estimo entonces, asiste razón a la recurrente toda vez que el a quo al


decidir incluirla en la condena y consecuentemente desestimar lo acor-
dado entre el tomador y la aseguradora en cuanto a la franquicia, pres-
cindió de lo dispuesto en la Ley IVO 77.478 que especfficamente est~blece
que la sentencia de condena contra el responsable civil será ejecumble
contra el asegurador "en la medida del seguro" (art. 7 78, tercer parte) y
de la normativa dictada por la Superintendencia de Seguros de la
Nación que prevé como cobertura básica del seguro de responsabilidad
civil de vehículos destinados al transporte público de pasajeros una fran-
1 201
quicia de $40.000. (Res. No25.429/97, Anexo 11, cláusula 41, sustentando
dicha solución en la mera afirmación dogmática de que ése descubierto
dola lo dispuesto en el artículo 68 de la Ley de Transporte.Aquies nece-
sarioprecisar que el articulo 68 si bien impone la obligación de asegurar
todo automotor, acoplado o semiacoplado, deja a salvo las estipulación
de las condiciones del contrato a lo que fije la autoridad en materia ase-
guradora." (la negrita es nuestra)

Así, para la Procuradora, "el apartamiento a la normativa citada y


vigente sin fundamento idóneo y suficiente, descalifcala sentencia recu-
rrida como actojurisdiccional válido, valorando asimismo lo ya mencio-
nado por ME. en cuanto a que en el seguro de responsabilidad civil, la
franquicia pactada en la póliza es oponible al tercero damnificado..."(la
negrita es nuestra)

El Máximo Tribunal, por mayoría, compartió los argumentos de la


Procuradora Fiscal subrogante y, por ello, declaró formalmente admi-
sible el recurso extraordinario y dejó sin efecto la decisión apelada,
ordenando que vuelvan los autos al tribunal de origen a fin de que,
por medio de quien corresponda, proceda a dictar un nuevo fallo con
arreglo a lo expresado.

Caso 2) Seguro de responsabilidad civil: Las franquicias son


inoponibles a la víctima

La Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, en pleno, resolvió


que1'Enlos contratos de seguro de responsabilidadcivil de vehículos
automotores destinados al transporte público de pasajeros, la fran-
quicia como límite de cobertura -fijada en forma obligatoria por la
autoridad de control de la actividad aseguradora conforme la
Resolución No25.429197- no es oponible al damnificado (sea trans-
portado o no):'Se apartó así del criterio que viene fijando la Corte
Suprema de Justicia de la Nación.

Así lo dispuso la Cámara, en pleno, en autos "OBARRIO, MAR& P&


C/MlCROOMNlBUS NORTE S.A. Y OTRO S/ DA/ÚoS Y PERlUlClOS (ACC.
TRAN. G/ LES. O MUERTE) SUMARIO" Y "GAUNA, AGUSTIN U LA
E C O N O M ~COMERCIAL S.A. DE SEGUROS GENERALES Y OTRO S/
202 1
DAÑOS Y PERIUICIOS",e fecha 1 3 de diciembre de 2006.""
En ellos, la cuestión a debatir fue la siguiente:
"Si en los contratos de seguro de responsabilidad civil de vehículo
automotores destinados al transporte público de pasajeros, la franqu
cia como limite de cobertura -fijada en forma obligatoria por la autori-
dad de control de la actividad aseguradora conforme la Resolución
N025.429/97-es oponible al damnificado (sea transportadoo no)"
Del fallo se desprende la siguiente reseña respecto de la normati-
va que rige la materia:
*" El art. 68 de la ley 24.449 (Ley Nacional de Tránsito),...establece que
"todo automotor, acoplado o semi acoplado debe estar cubierto por
seguro, de acuerdo a las condiciones que fije la autoridad en materia
aseguradora, que cubra eventuales daños causados a terceros, transpor-
tados o noYDentro del concepto de automotores quedan comprendidos
los automóviles, camiones, camionetas y ómnibus (conf. art. 50de la ley
citada). En el segundo párrafo del art. 68, la ley añade que también es
obligatorio el seguro para las motocicletas en las mismas condiciones
que rigen para los automotores.
La obligatoriedad del seguro que cubra eventuales daños causados a
terceros, transportados o no, que se denomina seguro de responsabili-
dad civil, se desprende además de lo dispuesto en el art. 40 de la ley,por-
que para poder circular con un automotor es indispensable que su con-
ductor lleve consigo, entre la documentación exigible, "el comprobante
de seguro en vigencia que refiere el art. 68'1"
*"La Ley de Tránsito, si bien dispone la obligatoriedad de un seguro
de responsabilidad civil para poder circular con automotores, en puri-
dad no lo regula puesto que delegó en la autoridad administrativa com-
petente en materia aseguradora la Superintendencia de Seguros de la
Nación , el establecimiento de las condiciones que debe reunir dicho
seguro." (la negrita es nuestra)
* "Posteriormente la Resolución 25.429/97, dictada por la
Superintendencia de Seguros como consecuencia del decreto 260/97
declaró "en emergencia" a las empresas prestadoras del servicio de auto-
transporte público de pasajeros y sus aseguradoras debido a una alta
siniestralidad en ese ámbito, la liquidación del INDER, el incremento del
tránsito vehicular, una elevada actividad litigiosa y el dictado de nume-

758 Fuente: www.pjn.gov.ar .


1 203
sas sentencias condenatorias contra las empresas..." (la negrita es

* "Posteriormente la Resolución 25.429/97 , dictada por la


perintendencia de Seguros como consecuencia del decreto 260/97
claró "en emergencia" a las empresas prestadoras del servicio de auto-
nsporte público de pasajeros y sus aseguradoras debido a una alta
iestralidad en ese ámbito, la liquidación del INDER, el incremento del
nsito vehicular, una elevada actividad litigiosa y el dictado de nume-
rosas sentencias condenatorias contra las empresas..." (la negrita es

* "La Resolución 25.429/97, aprobó las condiciones contractuales


para el riesgo de responsabilidad civil de vehículos automotores desti-
nados al transportepúblico de pasajeros y dispuso que los aseguradores
que optaren por brindar dicha cobertura "deberán adherirse expresa-
mente a esta Reso1ución:'En el Anexo 111se estableció lo que se denomina
"franquicia o descubierto a cargo del aseguradoí disponiendo que "el
asegurado pafiicipard en cada acontecimiento cubierto que se tramite
por la via administrativa ojudicial con un importe obligatorio a su cargo
de $40.000. Y añade que "dicho descubierto a su cargo se computará
sobre el capital de la sentencia o transacción,participando el asegurado
a prorrata en los intereses y costas:' (la negrita es nuestra)
Al respecto, en el voto de la mayoría, se expresa que, "como puede
advertirse, la Superintendencia de Seguros de la Nación no ha116 mejor
remedio, para paliar la mentada "emergencia" del sector asegurador,
que establecer un descubierto, a título de franquicia, con el propósito de
impedir al damnificado, ejecutar la sentencia contra el asegurador cita-
do en g a r a ~ t i a ' ~la
o rempresa explotadora del transporte colectivo que
causó los daños si la condena por el capital no supera la suma de $
40.000." (la negrita es nuestra)
" De interpretarse con tales alcances, esta franquicia o descubierto a
cargo del asegurado se desvirtuaria lisa y llanamente la obligatoriedad
del seguro de responsabilidad que exige la ley24.449. No es dudoso afir-
mar que, dentro de los limites de tal descubierto,el asegurado carece de
seguro .Así la víctima frente a una sentencia de condena contra el res-
ponsable asegurado en ella, sólo podría reclamar de la compañía de
seguros, si el capital de la condena por los daños supera los $40.000 y
sólo en la medida del excedente." (la negrita es nuestra)
Los magistrados que conformaron este voto destacaron que "la
204 1
estadística demuestra que un importante porcentaje la may
parte de los accidentes protagonizados por transportes públic
no superan el monto del "descubierto". Ello aunque se legitime 1
previsión de franquicias en el propósito de liberar al asegurador
los daños "minúsculos" o "insignificantes",y alentar al asegurado par
que adopte mayores diligencias evitando la producción de los sini
tros, es por lo menos dudoso, que una franquicia o descubiert
cargo del asegurado como la que prevé la Superintendencia
Seguros, encuentre justificación razonable frente a la siniestralida
que provoca el transporte público..."(la negrita es nuestra)
Por ello, el monto del descubierto a cargo del asegurado que esta-
'l...

blece la resolución de la Superintendencia de Seguros de la Nación, es


irrazonabie, porque como se ha señalado desde la doctrina y en diversos
precedentes, la gran mayoría de los daños a pasajeros o a terceros no
transportados, quedan a cargo de las empresas de transporte debido a
que el monto de su resarcimiento no alcanza a superar dicho descubier-
to." (la negrita es nuestra)
'Ns( pues, la exigencia legal de contar con el seguro que dispone el
art. 68 de la ley 24.449, según el cual todo automotor debe circular con
una cobertura por los eventuales daños causados a terceros, transporta-
dos o no, resulta deswituadapor la autoridad de aplicación, que impo-
ne a las aseguradoras del transporte automotor la previsión de un no
seguro en las pólizas si el resarcimiento de daños causados al damnifi-
cado no supera el monto de $40.000. Dichas pólizas deben contener la
cláusula por la cual el asegurado participa en cada acontecimiento
cubierto, que se tramite por la vía administrativa o judicial, con tal
importe que queda exclusivamente a su cargo. Nisiquiera la empresa de
autotransportepodría, por hipótesis, contratar otro seguro que cubriese
ese riesgo no asegurado. Ello, por la sencilla razón de que, en la inteli-
gencia de la Resolución de la Superintendencia de Seguros, se trata de
un riesgo no asegurable. Y esto, lo señalamos además, agrava el pasivo
de las propias empresas del transporte, muchas de las cuales en razón de
la cesación de pagos no atienden los siniestros comprendidos en el des-
cubierto a su cargo. No es difícil colegir el resultado: una gran cantidad
de siniestros cuyas víctimas sufren daños inferiores o $40.000, quedan
sin resarcimiento ."(la negrita es nuestra)
Para estos camaristas, "la función del contrato de seguro queda des-
naturalkada, no sólo porque no se contemplan los derechos del asegu-
1 205
0, en procura de su indemnidad, sino que primordialmente se ven
todos los intereses de los damnificados por accidentes de tránsito,
vaneciéndosela garantía de una efectiva percepción de la indemni-
ion por daños, constituyendo una violación implícita de la finalidad
n ó m i jurídica
~~ de tal contratación." (la negrita es nuestra)
imismo, puntualizaron que "esposible sostener la inoponibilidad
versos rumbos del razonamiento: sea por reputar que la cláusula
e /a póliza vulnera los limites impuestos por el art 953 del Cód. Civil, o
orque es abusiva en los tértninos del art 7077 del mismo Código e
~ C / U S Osi
, se juzgan aplicables al caso las disposiciones que regulan la
protección del consumidor (arg. arts. lo1 ZOy concordantes de la ley
%O), porque deben tenerse por no convenidas las estipulaciones que
esnaturalicen las obligaciones o limiten la responsabilidad por daños
(art 37, inc. 7 4 ley citada). Nótese que nos referimos a la inoponibilidad
de la cldusula de la póliza, sin entrar en el análisis de la eventual incons-
titucionalidad de la reglamentación de la Superintendenciade Seguros
de la Nación que, como ya se dijo, resulta ser cuestión ajena a la que
puede ser materia de este plenario ." (la negrita es nuestra)
Por ultimo y, "sin perjuicio de lo expuesto precedentemente dejamos
sentado que la respuesta por la negativa dada a la cuestión a resolver,
fijada por la Presidencia del Tribunal para este plenario, tiene en cuenta
la exorbitante cuantia de la franquicia dispuesta por la autoridad de
control para el seguro contra la responsabilidad civil del transporte
público de pasajeros; no se cuestiona, fuera de ese alcance, el instituto
jurídico de la franquicia que a prior¡ o dogmáticamente se considera
oponible al damnificado según los términos del art. 1 78 de la ley de segu-
ros. Lo que está en juego, en el caso que analizamos, es la irrazonabili-
dad del descubiertoprevisto en las pólizas del sector asegurado que nos
ocupa. Lo hacemos presente por elementales razones de certezajurídi-
ca." (la negrita es nuestra)
La minoria, en forma impersonal, adhirió a la postura tradicional
en la materia, hasta hace poco mayoritaria en la Cámara.
Así, dijo que "El art. 709 de la ley 77.4 78 fija el alcance que habrá de
tener el seguro de responsabilidad civil, al establecer que el asegurador
se obliga a mantener indemne al asegurado por cuanto deba a un ter-
cero en razón de la responsabilidad prevista en el contrato y a conse-
cuencia de un hecho acaecido en el plazo convenido.Vale decir, del con-
tenido de esta norma claramente se desprende que este tipo de seguro
206 1
estó instituido para proteger la indemnidad del patrimonio del asegu
do, incorporando un responsable más frente a la víctima de un evento
dañoso cuyas derivaciones debe enfrentar aquél. Esta re~ponsabilid~
del asegurador,repetimos, tiene su origen en el contrato celebrado con
el asegurado y del que el damnificado resulta ser un tercero ajeno por
completo. El~seguradono es la viaima, sino la persona que debe afron-
tar la responsabilidad de indemnizar los daños sufridos por aquélla. Su
contratación representa un beneficio indirecto para terceros damnifica-
dos -pues al principal responsable se suma un garante contractual cita-
do en juicio- pero el beneficiario directo del seguro es el causante del
daño,ya que mediante la cobertura su patrimonio se mantendrá indem-
ne total o parcialmente ..."(la negrita es nuestra)
"Desde el punto de vista de esta minoría, la irrazonabilidad es,preci-
samente, condenar a pagar sin causa al asegurador. Es que, se reitera, es
el mismo Estado que impone -por d legislador o la Superintendenciade
Seguros de la Nación (Resolución 25.429/97, leyes 20.09 7 y 24.449)- con-
tratar el descubierto oblig~torio,mientras que el Poder Judicial -apli-
cando la doctrina mayoritaria- condenará a afrontar el pago sin tener
en cuenta la franquicia contratada con el asegurado, declarándolo
inconstitucional sin que los contratantes -no los terceros que no pueden
invocar el contrato- siquiera lo pidan. A nuestro juicio los jueces no pue-
den hacerlo, ni reestructurar un contrato como el de seguros. Ni aun
cuando se admita, hipotéticamente, la declarada inconstitucionalidad,
podría ser condenado quien se ha limitado a cumplir la norma que obli-
gatoriamente así le imponía proceder." (la negrita es nuestra)
Estos jueces destacaron que "nuestro Máximo Tribunal,desde agos-
to del corriente, en causas N.3 72.XXXIX, "Nieto Nicolaza del Valle c/La
Cabaña S.A. y otros" del 8/8/06 y V.482.XL, " Villarreal Daniel Alberto
dfernández AndrPs Alej~ndroy otros",el29/8/06 y, más recientemen-
te, en causa F.498.XL,"Fara Teresa Catalina c/Línea 7 7 S.A." del 7 8/7 0/06,
dejó sin efecto las respectivas sentencias, todas ellas de la Sala "M" de
este Tribunal,donde se declaró la inoponibilidad de la franquicia al ter-
cero víctima. Sostuvo invariablemente que se prescindió de lo dispuesto
por el art. 7 78 de la ley 77.478, en cuanto dispone que será ejecutable la
sentencia contra el asegurador 'kn la medida del seguro~asícomotam-
bién de la resolución de la Superintendencia de Seguros de la Nación No
25.429/97 que prevé como cobertura básica de este tipo de seguro una
franquicia de S 40.000.
1 207
Tal criterio fue mantenido, siempre por unanimidad con una sola
ncia formal, en Weingarten, Celia dEmpresa de TransportePedro
endoza ClSA Llnea 29 y otros S/ recurso de hecho. del 3 1/10/06 -
cedente de la Sala "6"de este Tribunal -,en ""Rodríguez, julio César c/
sporte Automotor Plaza S.A.C.1; en "Hrancibia, Victoriano c/ Del
te, Daniel Cayetanoídel 3 7/1'0/06; y en "Apaza, Sabina Jacoba c/
res, Oscar Rafael Empresa Atahualpa SRL y Protección Mutual de
Seguros de Transporte Público de Pasajerosí del 7/7 7/06 con lo que se
trata de una doctrina indudablemente consolidada ." (la negrita es

En definitiva y por mayoría, se fijó como doctrina legal la siguien-

"En los contratos de seguro de responsabilidad civil de vehículos


automotores destinados al transporte público de pasajeros, la franqui-
cia como límite de cobertura -fijada en forma obligatoria por la autori-
dad de control de la actividad aseguradora conforme la Resolución
N025.429/97-no es oponible al damnificado (sea transportado o no)"

Caso 3) La Corte insiste: Las franquicias son oponibles


a la víctima

La Corte Suprema de Justicia de la Nación hizo lugar a un recurso de


queja y dejó sin efecto la sentencia de la Sala B de la Cámara Nacional
de Apelaciones en lo Civil que declaraba inoponible a la victima de
un accidente de transito una franquicia a cargo del asegurado por la
suma de $40.000. El Tribunal, haciendo suyo el dictamen de la
Procuración, reiteró su postura de que el seguro obligatorio de res-
ponsabilidad civil impuesto por la Ley Nacional de Transito puede
incluir excepciones de cobertura oponibles a la víctima, pues la cita-
da norma dispone que este seguro se hará "de acuerdo a las condi-
ciones que fije la autoridad en materia aseguradora1:A fines del año
pasado, un plenario de la Cámara Nacional en lo Civil se pronunció en
sentido contrario a esta posición del Máximo Tribunal.

Así lo resolvió el Máximo Tribunal, en autos "CUELLO, PATRICIA


DOROTUl VLUCENA, PEDROANTONIO~del 7 de agosto de 2007.

159 Fuente: www.csjn.gov.ar .


La Sala "Bu d e la Cámara Nacional d e Apelaciones en lo Civil, resol-
vió revocar la sentencia del tribunal d e primera instancia y hacer lugar
a la acción d e daños y perjuicios promovida por la accionante, hacien-
do extensiva la condena contra la aseguradora del demandado,
Para así decidir y en lo que aquí interesa, sostuvo que la franqui-
tia pactada entre el asegurador y el asegurado constituía una
cláusula"res inter alios acta" no oponible al afectado por el even-
to dañoso que debía estar cubierto por el seguro de carácter obli-
gatorio para los titulares y10 conductores de vehículos conforme
a las disposiciones de la ley de tránsito. Afirmaron los jueces que la
mencionada cláusula constituye un modo d e violar la ley d e orden
público, que prima sobre cualquier disposición legal d e carácter
común.
Contra dicha resolución la aseguradora "Trainmet Seguros
Sociedad Anónima" interpuso recurso extraordinario.
En su dictamen, la Procuradora Fiscal subrogante Marta A. Beiro
d e Gonqalvez consideró que la sentencia era arbitraria por "no consti-
tuir el pronunciamiento apelado una derivación razonada del derecho
vigente aplicable al caso y hallarse fundada en meras opiniones del sen-
tenciador sin sustento normativo;...; apartandose además d e lo resuel-
to por la Corte Suprema d e Justicia d e la Nación en causas similares.
precisamente, en la presente causa la Corte entendió que "los
agravios de la recurrente remiten al examen de cuestiones sustancial-
mente análogas a las resueltas por el Tribunal en las causas N.3 12.XXXIX
Nieto, Nicolafa del Valle d La Cabaña S.A. y otros y K482XL Villarreal,
Daniel Alberto d fernández Andrgs Alejandro y otros, falladas el 8 y 29
de agosto de 2006, respectivamente, cuyas consideraciones se dan por
(la negrita es nuestra)
Por ello, se declara formalmente admisible el recurso extraordinario
y se deja sin efecto la decisión apelada, ordenándose que vuelvan los
autos al tribunal d e origen a fin d e que, por medio d e quien corres-
ponda, proceda a dictar un nuevo fallo con arreglo a lo expresado.
Por su parte, el ministro Ricardo Luis Lorenzetti coincidió con el
voto mayoritario pero agregó sus propios argumentos:
v sí, comenzó por recordar que la Cámara "sostuvo que la franqui-
cia existente en el contrato de seguro establecida entre la compañía de
seguros y el asegurado constituía una clúusula res inter alios acta para
el damnificado.
1 209
Añadió que, de admitirse tal franquicia, y por un monto tan elevado,
eestaría transgrediendo por vía de analogía una norma de orden públi-
co como es la que establece la obligatoriedad de contratar un seguro de
civil para todos los automotores (art 68 de la ley

Concluyó en que para compa~bilizarla legislación y el contrato, la


compafila aseguradora debe responder ante el siniestro, sin perjuicio de
~~facultaddesolicitarelreintegroalasegurado.~'(la negrita es nuestra)
Sin embargo, "de acuerdo con lo establecido por el art. 109 de la ley
7 7.4 18, el asegurador se obliga a mantener indemne el patrimonio del
asegurado o del conductor por 61autorizado,por cuanto deban a un ter-
cero como consecuencia de daños causados por el vehículo objeto del
seguro, por cada acontecimiento ocurrido durante la vigencia del con-
trato. En tales condiciones, y atento a que el contrato de seguro rige la
relación jurídica entre los otorgantes,y está destinado a reglar sus dere-
chos (arts. 7 737y 7 197 del Código Civil),y el damnificado reviste la con-
dicidn de tercero frente al mismo porque no participó en su realización,
si desea invocarlo debe circunscribirse a sus términos, pues los contratos
tienen un efectojurídico relativo y los efectos se producen exclusivamen-
te entre las partes, y no pueden afectar a terceros (arts. 7 195 y 1 199 del
Código Civil).
En virtud de lo expuesto, existe una regla de derecho que establece
con precisión la existencia de una franquicia.
En tales condiciones el juez debe aplicar la norma, excepto que consi-
dere que es inconstitucional, lo que no ocurre en el ca~o.~'(la negrita es
nuestra)
Para Lorenzetti, "interpretada conforme a sus consecuencias,la deci-
sión de declarar la inoponibilidad de la franquicia no constituye un
beneficio para las v/c9imas. Establecida una regla semejante, los asegu-
radores eliminarán la franquicia, elevardn los precios y difundirán sus
costos, lo cual aumentará el volumen de sus negocios.Si se incrementan
los capitales asegurados y disminuyen los incentivos para la prevención
porque el seguro se hace cargo de la totalidad de las indemnizaciones, se
satisface el objetivo de la reparación pero disminuyedrásticamentetoda
motivación para evitar los accidentes. En el largo plazo, también habrá
problemas para el aseguramiento y resultará afectado el objetivo de la
reparación.
Las reglas de la responsabilidad civil y del seguro están asentadas
21 o 1
sobre un delicado y complejo equilibro, experimentado y cuya mo
ción exige un v~lumende información apropiado, que, en el caso n
estd disponible."(la negrita es nuestra)
El ministro en~iendeque "en el caso del seguro, la limitación del
go y la franquiciason razonablesporque nadie dispondrh de un capi
para asegurar si no conoce cuál es la responsabilidad que asume. El ase-
guramiento se fundamenta en el cálculo de probabilidades, exigiend
un estudio estadístico de cuántos accidentes ocurren, cómo incide ello
en la can tidad de personas que sienten suficiente temor al riesgo como
para pagar por su cobertura,y si el monto de las indemnizaciones que se
abonarán se puede difundir razonablemente entre los que pagan, pero
no causan daño. Si se dan estos elementos, la actividad es posible, pero
si, en cambio, esas variables se vuelven inciertas porque se cambian
constantemente, disminuirá el aseguramiento, y la responsabilidad civil
será cada vez más declarativa."(la negrita es nuestra)
Por su parte, la Dra. Elena l.Highton De Nolasco compartió en su voto
los fundamentos de Lorenzetti, coherente con la postura que ya había
adoptado en la época en que integraba la Cámara Nacional en lo Civil.

Caso 4) Una Sala d e la Cámara Nacional en lo Civil sube la


apuesta: Esta franquicia e s inconstitucional

La Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil declaró la inconsti-


tucionalidad del art. 4 del Anexo II de la resolución 25.429/97de la
Superintendencia de Seguros, que establece una franquicia a cargo
del asegurado por la suma de $40.000en los contratos de seguro de
responsabilidad civil de vehículos automotores destinados al trans-
porte público de pasajeros. De esta manera, el Tribunal condenó a la
aseguradora a que abone a la actora el total de la deuda en forma
solidaria con la empresa asegurada, manteniendo su posición y apar-
tándose del criterio de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en
la cuestión.

Así lo resolvió la Sala L, en los autos "FERNANDEZ,MAR^ TERESA U


TRANSPORTES AMERICA S. A. Y OTROS S/ DA¡ÚOS Y PERIUICIOS (ACC.
T . N . ULES. OMUERTE)? del 13 de noviembre de 2O07.l6O

7 60 DocumentoAbeledoPerrot OnLine/Fallos a Texto Completo/2007/C. Nac. Civ./C.


Nac. Civ., sala L, 13/11/2007. Citar Lexis No 7004 1345.
1211

La sentencia de primera instancia hizo lugar a la demanda en


rma parcial, en la medida en que condenó a la empresa porteado-
a a indemnizar a la actora; también condenó a la aseguradora a
en los términos del art. 118 de la ley de seguros y dentro de
S límites de la cobertura, rechazando los planteos de inconstitucio-

Apeló solamente la parte actora. Se quejó de la limitación de la


condena a la aseguradora, pidiendo se aplique la doctrina estableci-
da en el plenario "Obarrio c. Microómnibus Norte.

En la Alzadalel vocal preopinante fue el Dr. Liberman, quien recor-


dó que "comojuez de primera instancia he entendido desde hace tiem-
po que el descubierto obligatorio del seguro contra la responsabilidad
en el transporte público es irrazonable e inoponible al tercero." (1 a negri-

Ahora, el preopinante analizó los fundamentos del actual seguro


obligatorio de responsabilidad civil en materia de automotores, des-
tacando que "es evidente que, con el seguro obligatorio, "en realidad fue
el derecho de la vlaima el que pasó a la primera Ilnea, alejando a este
tipo de seguro del esquema clásico del seguro de responsabilidad civil"
(Garrigues, Joaquín, cit. en L.L. 7 995-C, 7 0 7 6). Circunstancia que lleva a
Barbato a señalar que esta modalidad responde más a una necesidad
colectiva que individual. En este seguro, diferenciable del clásico seguro
de RC, "el verdadero interés asegurable es del tercero damnificado"
(Simone,0svaldo Blas, L.L. 7 990-0, 7 03.2).El seguro obligatorio se ha ins-
tituido en favor de las eventuales víctimas, aunque también proteja el
patrimonio del asegurado (Roitman, HoracioI1'Elseguro de la responsa-
bilidad civi1:'Lerner Ediciones, Buenos Aires, 7 974, pág. 48)." (la negrita es
nuestra)

Para el magistrado, "corresponde entonces realizar una interpreta-


ción armónica de todo el ordenamiento legal, principiando por la
Constituciónnacional, las leyes de trónsito, el regimen de seguros, la ley
de defensa delconsumidor24.240 (dado que los servicios deben serpres-
tados de forma que no presenten peligro para la salud o integridad de
los consumidores o usuarios, art. 5; conf art. 784 C. Com.; sistema que,
212 1
por otra parte, establece una responsabilidad plural de toda la ~aden
de comercialización de cosas y servicios, art. 40). Interpretación ilumin
da naturalmente por la Constitución, que es el vértice del sistema jurídi
col de acuerdo al principio de supremacía (art 3 1). Ley suprema y vige
te que, sancionada con el propósito de afianzar la justicia y promover
bienestar general, consagra la protección de consumidores y usuarios de
bienes y servicios, debiendo las autoridades proveer el control de /os
monopolios naturales y legales y de la calidad y eficiencia de los servicio
públicos (art. 42). Mandas constitucionales no siempre respetadas por
los entes de aplicación." (la negrita es nuestra)

"Cierto es que, en principio, el seguro de responsabilidad civil nace en


forma voluntaria..., y su finalidad es, también por principio, mantener
indemne el patrimonio del asegurado. Pero cuando leyes generales de
orden público, como son las de trcínsito, conviertenen obligatorio tomar
un seguro de responsabilidad civil, el tomador lo hace tanto para curn-
plir la ley cuanto mantener indemne su patrimonio. O sea que contratar
seguro deja de ser un actojurídico en el solo interés de los contratantes,
se convieite en un contrato en interés de la comunidad, en el que está en
juego el orden público. Beneficiario deja de ser exclusivamente quien
podría ver agredidos sus bienes económicos. Básicamente pasa a ser
beneficiario /a potencial víctima, el sujeto pasivo del daño, a quien la ley
ha tenido en mira al compeler la contratación de seguro." (la negrita es
nuestra)

Aun más, señala el camarista, "cuando en pahes europeos se imtru-


mentó un seguro obligatorio, se atribuyó al tercero damnificado un
derecho autónomo, declarandoque el seguro se ha estipulado a su favor
(conf Morandi, l'Estudios..., cit., pág. 388). Caballero Sánchez (cit. por
Sobrino) afirma que el TS español ha enfatizado de tal modo la impor-
tancia de la víctima que el seguro de responsabilidad civil se configura
más que como instrumento de protección del asegurado (criterio origi-
nario) como institución destinada a tutelar los intereses del perjudicado
(ver nota 45; y el criterio concordante de Manuel Olivencia, citado por
Puig Brutau, en nota 25 de pág. 47, op. cit.)." (la negrita es nuestra)

Para el preopinante, la franquicia permitida por la Resol. no 25.429


d e la Superintendencia d e Seguros es inconstitucional.
1213

Esta Resolución aprobó las condiciones contractuales para el


sgo de responsabilidad civil de vehículos automotores desti-
ados al transporte público de pasajeros y dispuso que los asegu-
res que optaren por brindar dicha cobertura "deberán adherirse
esamente a esta Resolucionr~ En el Anexo se estableció lo que se
ina "franquicia o descubierto a cargo del asegurado; dispo-
o que "el asegurado participará en cada acontecimiento cubier-
ue se tramitepor la via administrativa ojudicial con un importe obli-
rio a su cargo de $40.000". Y añade que "dicho descubierto a su
cargo se computará sobre el capital de la sentencia o transacción, parti-
cipando el asegurado a prorrata en los intereses y costasY (la negrita es

El Dr. Liberman destaca que "tan elevada franquicia desnaturalizo


una norma de alto contenido social. Y esto confronta hasta el absurdo -
por contradictorio- cuando es claro que la siniestralidad en el autotrans-
porte público de pasajeros es elevadísima y que la mayor parte de los
reclamos encuadran en dicho descubierto obligatorio." (1 a negrita es

Sigue el magistrado diciendo que "la ley 24.449 en modo alguno


pudo delegar en la Superintendencia la regulación de un régimen de
seguro obligatorio con alcance nacional o local. Esto hace formal, gené-
ticamente, inválida la resolución. Invadió competencias no delegadas;
tan es así que la ley bonaerense 7 7.430 exige a los conductores circular
con seguro, sin delegación alguna a autoridades federales. La única
autoridad en la materia competente para reglamentar el seguro obliga-
torio es el propio Congreso Nacional.
Nótese que a través de esta inconstitucional delegación, los vehríulos
de transporte público de pasajeros de todo el pais, causantes de la
mayor siniestralidad en accidentes de tránsito, incumplen la obligato-
riedad de contar con un seguro de responsabilidad civil. A diez años de
vigencia de un régimen que tal vez pudo justificarse como una corta
emergencia, de aceptarse la oponibilidad, ya es hora de que se explique
a la comunidad que circular con la cobertura de la resolución 25.429 no
diferencia mayormente a los servicios regulares de los irregulares, %u-
chos",n punto al aseguramiento contra la responsabilidad civil." (la
negrita es nuestra)
de Ilamados a favor de sostener el derecho de propiedad de las asegu
doras y la seguriáudjuridica que se afeaoria por no interpretar literal
exegéticamentet$ art. 7 78 de la ley de seguros.Así -se dice- se pondría en
crisis el sistema asegurador argentino, comprometiendo su propia exi
tencia, y que las víctimas no tengan cobertura alguna. Ya se ha dicho, y
es notorio para un juez con competenciaen materia de daños por acci-
dentes, y para cualquier mediador, que la desprotecciónya está instala-
da con el perverso sistema vigente. Tampoco es que vayan a sufrir la
empresas de transporte, concursadas o quebradas o con APEs limpiando
pasivos quirografarios, las deudas de indemnización por daños.
La desprotección deja a la gente inerme, inerte, frente a la agresión
primera del dañador y a la siguiente, la agresión del sistema legal.
Sistema que, de tal modo interpretado, expulsa y desalienta a la víctima.
Sistema que confirma en su exclusión a los ya excluidos, no bien se mira
que son las personas de menores recursos las que en mayor medida uti-
lizan el transporte público y son las mds dañadas en accidentes viales.
Sistema que pasa por alto el anacronismo de juzgar, bajo el prisma de
normas de vieja data (p. ej. art. 7 78 L.S. y el Código Civil en cuanto a la
relatividad de los contratos), la inserción de otras disposiciones que son
ejemplo paradigmático de las políticas "de shock"ap1icadas en la ultima
década del siglo XX en naciones como la Argentina. Es que, como explica
Naomi Klein,"a través del shock se fuerza a la gente a ser obedientely,
por otra parte, las consecuencias de la aplicación de teorias económicas
neoliberales no son accidentales (cit. por Mario Diament en "La Nación"
de 6- 7 0-2007).Son mecanismos de ganancia rápida a través del desas-
tre, lo que aún para la frdgil memoria de los argentinos lleva de la mano
al proceso que hizo eclosión en el cercano bienio 2007/2002. Esta des-
protección, y la necesidad de una interpretación tuitiva de los usuarios y
víctimas en general de accidentes, fue advertida con diferentes funda-
mentos por la mayoría en el plenario"0barrio"y varios tribunales de este
fuero y el comercial." (la negrita es nuestra)

"Puestos en la balanza, no me preocupa, en términos de Klein, la


eventual e hipotética catdstrofe de las aseguradoras; me ha preocupado
desde siempre el desastre actual y tristemente visible de las víctimas de
carne y hueso, directas e indirectas, que acuden a la justicia en procura
de amparo. Las victimas de los accidentes de trdnsito también tienen
1215

chos humanos que los jueces debemos atenderaff(la negrita es

El camarista cita en su respaldo en numerosas ocasiones a la opi-


nión del Dr. Lorenzetti. Por ejemplo, cuando nos dice que "bien ha
puesto de relieve Lorenzetti a pesar de que -según se ha dicho- el
siglo XX tiene su inicio cuando se empieza a razonar por sistemas, en el
derecho de contratos se sigue pensando en función de categorrás subje-
tivas. Sin embargo obra en la actualidad una sensible mutación de la
figura del contrato individualista f l a s normas fundamentales...y cit.,
pág. 467). En ese orden de ideas, el efecto jurídico relativo de los contra-
tos (art. 7 795, C.Civ.) es un principio cierto en cuanto a los efectos direc-
tos, pero los contratos indirectamente afectan a terceros.
Acertadamente recalca el autor que "las partes tienen tendencia a no
asumir las externalidades negativas, las exportan para que otros las
sufran. En -cambioel Estado toma en cuenta estas externali8adesy las
regula, poniendollmites más o menos extensos a la programación con-
tractual en función de c h o influyen materialmente en los terceros! Y
pone como modelo la responsabilidad del fabricante no vendedor por
daños causados a los consumidores (op. cit., pág. 464). Es ejemplo claro
del orden público económico obligatorio que constituyen leyes especia-
les, el llamado orden público de dirección, al que interesan las externali-
dudes contractuales, plasmado en la Constitución nacional, leyes y la
elaboración jurídica (ver op. cit., pág. 479 y 480). Elaboración que tam-
bién es misión del juzgador a la luz de la normativa y de su propia expe-
riencia." (la negrita es nuestra)

Lo curioso del caso, es que, como vimos, el Dr. Lorenzetti no


solo coincidió con la mayoría en autos"CUELL0, PATRICIA DOROTM
C/LUCENA,PEDROANTON/O/ sino que agregó sus propios funda-
mentos. Tal vez fue propósito del camarista recordar anteriores
posturas doctrinarias del ahora ministro de la Corte.

De vuelta en el caso ahora en análisis, el Dr. Liberman recuerda


que '%eha dicho que, al declarar la inoponibilidad del descubierto y eje-
cutable la sentencia por el todo, se condena al asegurador por una
inexistente obligación sin causa. La obligación existe y tiene causa, en
216 1
primer lugar, en este concierto perverso, suerte de complicidad gen&
para fragmentar eventuales responsabilidades, al aceptar las mutua
aseguradoras las irrazonables condiciones de la resolución 25.429,
vez con plena conciencia de su inconstitucionalid~dpor exorbitancia
inadecuación a un régimen de seguro obligatorio, máxime después de
corta vida que la Justicia diera al decreto 260/97, su complemento.
En segundo término, la causa de la obligación está en la integración,
junto al porteador, de un proceso de comercialización de servicios ries-
gosos, con las inherentes responsabilidades que emanan del aPt. 42 de /a
Constitucióny40de la ley24.240." (la negrita es nuestra)

Respecto d e la aplicación d e la normativa referida al Derecho de


los Consumidores, el juez señala q u e "la figura de consumidores y
usuarios es central y autoriza la derivación directa de derechos a través
de las normas constitucionales que se estime aplicables (conf Lorenzetti,
últ. cit., pág. 83; Lovece y García Ocio, "Derechos del Consumidor:'La Ley,
2005, pág. 5; Weingarten,"Derecho del consumidor^ Ed. Universidad,pág.
6 7). Derechos que pueden nacer de contratos o hechos lícitos o ilícitos,
toda vez que puede haber ilícitos que originen una relación de consumo,
como cuando la fuente obligacional es el daño causadopor productos o
servicios (Lorenzetti, op. cit., pág. 7 07).-
Las empresas de seguros, al generar con su actividad empresaria una
cadena de comercialización del servicio público del autotransporte (jm
hemos referido además la intima relación personal entre las porteado-
ras y las aseguradoras), han contribuido a la generación de una activi-
dad riesgosa. Lo han hecho formando este eslabonamiento con presu-
mible conciencia -dado la profesionalidad del asegurador- de que las
cláusulas del contrato infringian normas de orden público nacionales y
provinciales. Y si podría caber alguna duda en el ámbito "naciona1"por
la ya indicada inconstitucional"delegación"en la S.S.N., ninguna excusa
es aceptable cuando la porteadora circula por caminos de la Provincia
de Buenos Aires, cuya ley exige incondicionalmente contar con seguro.-
Aun más, las aseguradoras del transporte público de pasajeros han
brindado cobema (y por ende, andamiaje formal para sostener las
autorizaciones estatales de concesión) a empresas cuya solvencia cono-
dan o debian conocer, situación que, por obvia, fue también tenida en
consideración por la Cámara en lo Comercial en autos "Barreiro c.
Transportes Metropolitano Sur! En algunos casos probablemente inte-
1217

grandouna y otra parte del aseguramiento las mismas personas fisicas


o jurldicas (nuevamente,entre otros, el comentariode Zapiola Guerrico
en L. L. Actualidad; además, nómina de integrantes y directores informa-
da por la SSN en el citado caso"0livero c. Lage,y.-
En consecuencia, como la obligación resarcitoria indistinta o concu-
rrente -solidaria, según la ley- dé todo aquel que integra un sistema de
comercializaciónde cosas o servicios se erige como un principio general
del derecho protectivo de usuarios y consumidores,la inoponibilidad de
/a franquicia conlleva la inherente responsabilidad por el todo de la
empresa aseguradora."(la negrita es nuestra)

"Esta responsabilidad solidaria, sustentada en el art. 42 de la


Constitución, y art.40 de la ley 24.240, se expande como principio gene-
ral en estos,tiempos, porque así lo impone la realidad y la necesidad de
protección. La interpretación debe hacerse en forma amplia, extensiva a
otros supuestos no previstos (conf. Farina, "Defensa del consumidor y del
usuarioíAstrea, 2004, pág. 7 y 28, pár. 20). No es el art. 40 norma excep-
cional, acotada, susceptible de interpretaciones restrictivas. Muy al con-
trario, se ha sentado un principio general del derecho.
Trasladado este principio al caso, involucrada la aseguradora en el
proceso de gestación y oferta del servicio de transporte público, el artí-
culo 1 18 de la ley de seguros no podrla ofrecer resistencia vdlida. Esto es:
el artículo 7 78, en tanto limitaría la ejecutabilidad de la sentencia 'kn la
medida del seguroffno obstante la infracción de normas de orden públi-
co, es inaplicable al caso por inconstitucional. Esto asíen tanto que, en la
especie, supondría una cortapisa a la responsabilidad indistinta del ase-
gurador que, htegrado a una cadena o grupo productor de servicios
riesgosos, ha ofrecido y concertado un seguro de responsabilidad civil a
conciencia de que en los hechos deroga, a través de una mera disposi-
ción administrativa, normas de jerarquía superior y de orden público."
(la negrita es nuestra)

Dicho de otra manera, existiendo seguro obligatorio de respon-


sabilidad civil en el transporte de pasajeros, la comercialización
del servicio de transporte incluye el seguro de responsabilidad civil.
El seguro es parte del servicio ofrecido y, por ende, responden
todos los que fueron parte en la cadena de comercialización del ser-
vicio (arg. art. 40 ley 24.240). Si fueran oponibles las franquicias a la
2181

victima, n o se estaría prestando integralmente el servicio.

En consecuencia, el preopinante votó fldeclarandola inconstitucio-


nulidad del art 4 del Anexo 11de la resolución 25.429/97 de la S. S. N. y
118 de la ley 17.418 -no aplicables a este caso-, por revocar la sentencia
y condenar a la aseguradora a que abone a María Teresa Fernández el
total de la deuda en forma solidaria con la empresa asegurada. Con cos-
tas de alzada a cargo de ambas demandadas, habida cuenta que la
transportadora introdujo la cuestión en primera instancia." (la negrita
es nuestra)

Los otros integrantes d e la Sala, Dres. Rebaudi Basavilbaso y Perez


Pardo expresaron que"1a ley24.449alserposteriorala 17.418modifica
los alcances de ésta. Consecuentemente, teniendo en cuenta que d afi.
68 de la primera, establece la obligatoriedadpara los automotores de la
cobertura de seguro por responsabilidad civil sin limitación, disentimos
con el colega preopinante en cuanto propuso declarar inconstitucional
el art. 7 7 8 de la ley 77.4 7 8. En lo demás, adherimos a sus conclusiones."
(la negrita es nuestra)

Por ello, se resolvió declarar la inconstitucionalidad del ara. 4


del Anexo II d e la resolución 25,429197 d e la S. S. N. y revocar la
sentencia, condenando a la aseguradora a que abone a María
Teresa Fernández el total d e la deuda en forma solidaria con la
empresa asegurada. Con costas d e alzada a cargo d e ambas
demandadas, habida cuenta que la transportadora introdujo la
cuestión en primera instancia.
En ell material complementario encontrarán el fallo compileto

Caso 5) En Mercedes, la Corte Suprema marca el camino en


materia de franquicias y seguro

La Cámara d e Apelación en lo Civil y Comercial del Departamento


Judicial Mercedes dejó sin efecto la sentencia d e primera instancia
que declaraba inoponible a la victima d e u n accidente d e transito
una franquicia a cargo del asegurado p o r la suma d e $40.000. El
Tribunal departamental siguió expresamente el criterio d e la Corte
1219

uprema de Justicia de la Nación en la cuestión, por compartirla y


entender que se trata de una doctrina consolidada del Máximo

Así lo decidió la Sala I del fuero, en los autos "GARCIADESZIKORA,


/NOCENClA V TRANSPORTE M PERLITA S.A. S ' DANOS Y PERIUICIOS:
del 30 de agosto de 2007. 16'

En primera instancia se hizo lugar a la demanda promovida por


Inocencia García de Szikora contra Transportes La Perlita S.A., Héctor
Antonio García y la citada en garantía Metropol Sociedad de Seguros
Mutuos, a quienes condenó a abonar la suma de $ 17.300 más inte-
reses y las costas del juicio , por considerarlos responsables de las
lesiones que sufriera la actora en un accidente ocurrido el día 21 de
abril de 1999, cuando era transportada en una unidad de la empresa
demandada. ,

La citada en garantía apela su inclusión en la condena en tanto,


según expresa, existe una limitación de cobertura por un importe a
cargo del asegurado de $ 40.000, lo que fue oportunamente acredi-
tado con la pericia contable realizada en autos.-
Pide en función de lo expuesto, se revoque en el punto la sen-
tencia admitiéndose la limitación de Ila responsabilidad de la
aseguradora y, a todo evento, reserva el caso federal.

En la Alzada, el preopinante fue el Dr. Sánchez, quien recordó que


"el art. 7 78, 3er. párr. de la ley 77.478, establece que la sentencia hace
cosajuzgada respecto del asegurador "en la medida del seguroíy lajuris-
prudencia de la casación provincial es invariable en cuanto a que el ase-
gurador sólo responde en los tgrminos del contrato de seguro..." (la
negrita es nuestra)

As í, "la obligatoriedad del seguro de responsabilidad civil de todo


automotor que estableceel art. 68 de la ley24.449, no altera los términos
de la póliza de que se trate,ya que el mismo precepto expresa "de acuer-

76 7 Fuente: www.scba.gov.ar .
220 1
do a las condiciones que fije la autoridad en materia a~eguradora;~
seguro con franquicia es una modalidad autorizada..." (la negrita
nuestra)

Además, el camarista destacó que, "reafirmando esta postura


recientemente la CSN ha sostenido que: ''....en tanto la condena contra
el responsable civil será ejecutable en la medida del seguro (art. 7 18,
apartado tercero, de la ley 17.418)/y existiendo la cláusula de la franqui-
cia pactada contractualmente entre la compañía y el asegurado por la
cual pone un límite al riesgo cubierto de acuerdo a la normativa legal
prevista, ello conduce a concluir que el descubierto obligatorio es oponi-
ble al tercero damnificado y que la sentencia no podrá ser ejecutada
contra la aseguradora sino en los Ifmites de la contratación ..."( funda-
mentos del voto del Dr. Lorenzetti ; C. 724. XLI. - Recurso de hecho -
Cuello, Patricia Dorotea c/ Lucena, Pedro - sentencia del 07/Agosto
/2007 )." (la negrita es nuestra)

El segundo en votar fue el Dr. Ibarlucía, el que, además d e adherir


a los fundamentos del preopinante, entendió "...que la doctrina de la
Corte Suprema de la Nación genera obligatoriedad de seguimiento por
todos los tribunales del pafs, dado que, a mi juicio, debe aplicarse el
mismo criterio que el seguido respecto de las sentencias del alto tribunal
en cuestiones federales enmarcadas en alguno de los tres incisos del art.
48 de la ley 48. Es decir, que debe seguirse su doctrina a menos que se
agreguen nuevos argumentos no tenidos en cuenta por el máximo tri-
bunal..." (la negrita es nuestra)

"En el caso que nos ocupa, la postura de la Corte sostenida en el


reciente fallo flCuello"noes aislada, sino que es reiteración,no sólo de los
precedentes "Nieto" y "Villarrea1:'sino también de otros ("Weingarten c/
Empresa de Transportes Pedro de Mendoza"y "Rodríguez c/ Transportes
Automotores S.A.C.l."delS 1/10/06)1por lo que puede decirse que se trata
de doctrina consolidada de la Corte, que además se ha pronunciado
luego del fallo plenario de la C.N.Civ. que fuera ampliamente conocido."
(la negrita es nuestra)

El magistrado se refiere a la decisión d e la Cámara Nacional d e


Apelaciones en lo Civil, en pleno, en autos "OBARRIO, MARIÁ PIÁ V
1221

~ICROOMNIBUSNORTE S.A. Y OTRO S/ D A ~ O SY PERJUlClOS (ACC.


TRAN. U LES. O MUERTE) SUMARIO" Y "GAUNA, AGUST/~!U LA
E C O N O M ~COMERCIAL S.A. DE SEGUROS GENERALES Y OTRO S/
DAROS Y PERIUICIOS",el 13 de diciembre de 2006, cuado sentó
como doctrina legal que "En los contratos de seguro de responsabili-
dad civil de vehículos automotores destinados al transporte publico de
pasajeros, la franquicia como límite de cobertura -fijada en forma obli-
gatoria por la autoridad de control de la actividad aseguradora confor-
me la Resolución N025.429/97-no es oponible al damnificado (sea trans-
portado o no)?

Por lo anterior, en el presente caso se decidió revocar la sentencia


de primera instancia en cuanto condena a la citada en garantía.

Caso 6) En Lomas de Zamora no siguen el camino de la Corte


en materia de franquicias y seguro

La Cámara de Apelación Civil y Comercial de Lomas de Zamora


consideró inoponible a la victima de un accidente de transito, una
franquicia a cargo del asegurado por la suma de $40.000. El Tribunal
departamental, por mayoría, mantuvo su posición y se apartó así del
criterio de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en la cuestión. El
voto mayoritario consideró que la franquicia permitida por la Resol.
no25.429 de la Superintendencia de Seguros de la Nación "contradi-
ce toda la actual evolución del Derecho de Daños, que tiene como
epicentro a las víctimast:

Así lo dispuso la Sala l. en los autos "D~AZ,ALICIASUSANA VMORE-


NO, CARLOS D. Y OTS. S/BS. Y PS.",el4 de octubre de 2007. ' 6 2

La juez de primera instancia hizo lugar a la demanda entablada


por Alicia Susana Díaz contra Carlos Dante Moreno y Expreso Caraza
S.A.C. por daños y perjuicios, condenando a los demandados y ase-
guradora La Economía Comercial S.A. de Seguros Generales a abonar
a la actora las sumas de $ 20.000, $ 10.000, y $ 500 en concepto de
daño físico, daño moral, y gastos de tratamientos médico farmacéu-

162 Fuente: www.scba.gov.ar .


222 1
ticos y traslados, respectivamente. En tal sentido, también rechazó
defensa d e falta d e cobertura y n o seguro deducida por la citada e
garantía.

El fallo fue apelado por la citada e n garantía La Economí


Comercial S.A. d e Seguros Generales y la parte actora. Entre otros
agravios, la citada en garantía criticó el desconocimiento por parte de
la sentenciante d e la existencia d e una franquicia e n el contrato de
seguro entre la empresa demandada y la Economía Comercial S.A. de
Seguros Grales.

Al respecto, el apoderado d e La Economía Comercial S.A. de


Seguros Generales se agravia en virtud d e que la sentencia omite la
consideración d e la totalidad d e los límites y condiciones estipuladas
en el contrato d e seguro suscripto con Expreso Caraza S.A.C., men-
cionados en el responde a la citación en garantía,^ contenidos en la
póliza que se agregara como prueba documental. Se invoca una
franquicia d e $40.000 a cargo del asegurado,^ otras limitaciones que
constan en la cláusula 4 d e dicha póliza. Es decir - continúa - en la
referida póliza y contrato d e seguro se estableció un límite d e cober-
tura y franquicia a cargo del asegurado,como así también q u e el ase-
gurado participará en los intereses y costas para el supuesto caso d e
que una sentencia condenatoria supere la franquicia d e pesos cua-
renta mil a cargo del asegurado.
Por tal razón sólo responderá - dice - en caso d e arribarse a con-
denas d e monto superior al expresado.

En la Alzada, el vocal preopinante fue el Dr. Basile, quien, sobre


este tema, comenzó por destacar q u e "entrela aseguradoray el terce-
ro damnificado no media ningdn nexo. La relación obligacional legal
que sí vincula a este último con el asegurado y la relación contractual
que existe entre éste y la aseguradora son, entre S& absolutamente inde-
pendientes, sólo enlazadaspor el sistema instituido por la ley 77.4 78 (art.
7 78),ambas obligacionesposeen distintos sujetos (no son los mismos los
acreedores y los deudores en una y otra obligación), tienen distinta
causa (en una la ley, en otra el contrato), y además distinto objeto (en
una la de reparar el daño, en la otra la garantía de indemnidad para el
asegurado)..." (la negrita es nuestra)
1 223
magistrado recordó que "eseprincipio también había sido recep-
o por la Excma. Corte Suprema Nacional, en tanto expuso que en el
uro de responsabilidad civil, la franquicia pactada en la pólilo es
nible al tercero damnificado (v. "Compañía Argentina de Seguros
slón SA v. Comec S.A.; JA 7990-IV-593).-" (la negrita es nuestra)

"Y más recientemente, la misma Corte Suprema de Justicia de la


Nación - voto del Dr. Lorenzetti - ("Cuello, Patricia Dorotea c/ Lucena,
Pedro Antonio S/Recurso de Hechoídel7 de agosto de 2007, C. 724 XLI),
se expidió en similar sentido, dijo que, de acuerdo con lo establecido por
el art. 709 de la ley 77.4 78, el asegurador se obliga a mantener indemne
el patrimonio del asegurado o del conductor por él autorizado, por cuan-
to deban a un tercero como consecuencia de daños causados por el
vehículo objeto del seguro, por cada acontecimiento ocurrido durante la
vigencia del contrato. En tales condiciones,y atento a que el contratode
seguro rige la relaciónjuridica entre los otorgantes, y está destinado a
reglar sus derechos (arts. 7 737 y 7 197 del Código Civil),y el damnificado
reviste la condición de tercero frente al mismo porque no participó en su
realización, si desea invocarlo debe circunscribirse a sus términos, pues
los contratos tienen un efectojurídico relativo y los efectos se producen
exclusivamente entre las partes, y no pueden afectar a terceros (arts.
7 795y 7 799 del Cod. Civil)." (la negrita es nuestra)

Al respecto, el magistrado puntualizó que, "No se me escapa que en


anteriores fallos de este Tribunal, no ha sido éste el criterio que ha pri-
mado, sino el contrario (in re, Causa no 62.752, Reg. Sent. Def 774/07,
autos: "Quatrocchi, Ana y ot. c/ Lorca, Bernabé y ot. S/ Ds. y Ps."). Sin
emburgo, tratándose de una doctrina de raigambre federal, considero
ahora prudente apartarse de tal doctrina, orientándola como lo hace
nuestro Superior Tribunal Federal, respecto del cual corresponde adhe-
rirse, ya que los Jueces tienen el deber - si no legal, moral - de conformar
sus decisiones a lo que la Corte Suprema ha resuelto en casos análo-
gos..."(la negrita es nuestra)

En consecuencia, el Dr. Basile propone modificar la sentencia, en


los siguientes términos: "la presente condena se extenderá a "La
Economía Comercial S.A. de Seguros Generales, en la medida del seguro
contratado, esto es, teniendo en cuenta el monto de la franquicia y el
224 1
porcentual de costos y gastosjudiciales y extrajudiciales que la asegu
dora toma a su cargo." (la negrita es nuestra)

En cambio,00. fue el parecer del segundo camarista en votar, Dr.


Tabernero, quien consideró que no han variado "las circunstancias
que oportunamente nos llevara a míy al Dr. Igoldi, a cuyos argumentos
adherí con mi voto, a sentar la doctrina contraria a la que se propugna
modificar ahora..."

El camarista cita la doctrina que invocara en el fallo precedente y


el Plenario "Obarrio c/ Microómnibus Norte SA S/0s. y Ps."y '%aunal A.
C/ La Economía Comercial SA de Seguros Grales. Y ot. S/ 0 s . y Ps"

. A modo de conclusión, el Dr.Tabernero expresa que el Art. 68 de

La Ley 24.449, que establece el sefuro obligatorio de responsabilidad


civi1, "al ser una norma de órden público, no puede ser modificada ni
limitada a través de una Resolución de la Superintendencia de Seguros
de la Nación." (la negrita es nuestra)

Además, la franquicia permitida por la Resol. no 25.429 de la


Superintendencia de Seguros de la Nación "contradice toda la actual
evolución del 'Derecho de Daños: que tiene como epicentro a las vfcti-
mas (especialmente,en los accidentes de tránsito)" (la negrita es nues-
t ra)

Este criterio fue compartido por el tercer integrante de la Sala, Dr.


Igoldi, por lo que, por mayoría, se confirmó el pronunciamiento recu-
rrido en este aspecto, disponiendo que en los contratos de seguro de
responsabilidad civil de vehículos automotores destinados al trans-
porte público de pasajeros, la franquicia como límite de cobertura
(Cfme. Resol. no25.429 de la S.S.N.), es inoponible a la víctima de un
accidente de transito, transportado o no (sin perjuicio, de la posibili-
dad de la Aseguradora de repetir contra su propio asegurado).

Caso 7) Por si quedaba alguna duda

La Corte Suprema de Justicia de la Nación revocó lo dispuesto por


la Cámara Civil, reiterando su postura relativa a que el seguro obliga-
1225

orio de responsabilidad civil impuesto por la Ley Nacional de


~ransitopuede incluir excepciones de cobertura oponibles a la vícti-
ma, pues la citada norma dispone que este seguro se hará "de acuer-
do a las condiciones que fije la autoridad en materia aseguradorar:

Lo hizo en tres causas, dos de las cuales habían dado lugar al ple-
nario de la Cámara Nacional en lo Civil, donde esta se pronunció en
sentido contrario a la posición del Máximo Tribunal.

Así lo decidió en los autos: "RECURSO DEHECHO DEDUCIDO PORLA


ECONOMIA COMERCIAL S.A. DE SEGUROS GENERALES EN LA UiUSA
VILLARREAL DANIEL ALBERTO V FERNANDEZ,ANDRL'S ALEIANDRO",
"RECURSO DE HECHO DEDUCIDO POR LA ECONOM~COMERCIAL S.A.
DE SEGUROS GENERALES EN M í4USA OBARRIO, MAR^ ~ h 4U
MICRO~MNIBUS NORTES.A. Y OTROS" y "RECURSO DE HECHO DEDUCI-
DO POR LA ECONOM/A COMERCIALS.A. DE SEGUROS GENERALESEN LA
CAUSA GAUNA, A G U S T ~Y~SU ACUMULADO V L A ECONOM~ COMER-
CIAL S.A. DE SEGUROS GENERALES Y OTRO", todos resueltos el pasado
4 de marzo?"

En las tres sentencias, el Máximo Tribunal insistió en su postu-


ra respecto al seguro de responsabilidad civil obligatorio esta-
blecido en el art. 68 de la ley 24.449.

Como vimos, la Corte Suprema ha venido sosteniendo que la fran-


quicia pactada en la póliza es oponible al tercero damnificado. Lo
hizo, por ejemplo, en esta misma causa "VILLARREALT que ahora
trata por segunda vez.

En cambio, también vimos que la Cámara Nacional en lo Civil, en


el plenario "OBARRIO, MARAP h V MICROOMNIBUS NORTE S.A. Y
OTRO S/ DANOS Y PERJUICIOS (ACC. TRAN. V LES. O MUERTE) SUMA-
RIO" Y "GAUNA,A G U S T ~V LA ECONOM~
~~ COMERCIAL S.A. DE SEGU-
ROS GENERALES Y OTRO SIDANOS Y PEWUICIOS~estableció que "En
los contratos de seguro de responsabilidadcivil de vehículos automoto-
res destinados al transporte público de pasajeros, la franquicia como
límite de cobertura -fijada en forma obligatoria por la autoridad de co
trol de la actividad aseguradora conforme la Resolución N025.429/g
no es oponible al damnificado (sea transportado o no)".

Adviértase que ahora la Corte también resolvi6 en las dos cau


sas que motivaron el plenario.

Pues bien, en los tres casos resueltos el pasado martes 4 de marz


la Corte reiteró que la franquicia pactada en la póliza es oponibl
al tercero damnificado. Básicamente, la Corte se remitió a sus argu
mentos de autos "RECURSO D
COMERCIAL S.A. DE SEGUROS
DANIEL ALBERTO U FERNANDU, ANDRÉSALOANDRO Y OTROS: de
fecha 29 de agosto de 2006.

Allí, en su dictamen, la Procuradora Fiscal subrogante Marta A.


Beiró de Gonqalvez recordó que "reiterada jurisprudencia de V.E. ha
establecido que es condición de validez de los pronunciamientos judi-
ciales que sean fundados y constituyan derivación razonada del derecho
vigente con aplicación de las circunstancias comprobadas de la causu
(Fallos 323:2468; 324:556; 325:28 7 7; entre otros), exigencia que procura
esencialmente la exclusión de decisiones irregulares que afecten el ade-
cuado servicio dejusticia."

"Estimo entonces, asiste razón a la recurrente toda vez que el a quo al


decidir incluirla en la condena y consecuentemente desestimar lo acor-
dado entre el tomador y la aseguradora en cuanto a la franquicia, pres-
cindió de lo dispuesto en la Ley NO 17.418 que espec;flcamente establece
que la sentencia de condena contra el responsable civil serd ejecutable
contra el asegurador "en la medida del seguro" (art. 7 78, tercer parte) y
de la normativa dictada por la Superintendencia de Seguros de la
Nación que prevé como cobertura básica del seguro de responsabilidad
civil de vehículos destinados al transporte público de pasajeros una fran-
quicia de $40.000. (Res. No25.429/97, Anexo 11, cláusula 4), sustentando
dicha solución en la mera afirmación dogmática de que ése descubierto
viola lo dispuesto en el artículo 68 de la Ley de Transporte.Aquíes nece-
sario precisar que el artlculo 68 si bien impone la obligación de asegurar
todo automotor, acoplado o semiacoplado, deja a salvo las estipulación
1 227
las condiciones del contrato a lo que fije la autoridad en materia ase-
uradora." (la negrita es nuestra)

Así, para la Procuradora, "el apartamiento a la normativa citada y


igente sin fundamento idóneo y suficiente, descalificala sentencia recu-
nida como actojurisdiccional válido, valorando asimismo lo ya mencio-
nad~ por V.E. en cuanto a que en el seguro de responsabilidad civil, la
franquicia pactada en la póliza es oponible al tercero damnificado..."(la
grita es nuestra)

El Máximo Tribunal, por mayoría, compartió los argumentos de la


procuradora Fiscal subrogante y, por ello, declaró formalmente admi-
sible el recurso extraordinario y dejó sin efecto la decisión apelada,
ordenando que vuelvan los autos al tribunal de origen a fin de
que, por medio de quien corresponda, proceda a dictar un nuevo
fallo con'arreglo a lo expresado.

ínterin, la Cámara dictó el plenario "Obarrio". Entonces, al dictar


nuevo pronunciamiento la Sala C en la causa Villarreal, decidió el
sub examine con arreglo a la doctrina del fallo de la cámara en
pleno, recaído en las causas "Obarrio, María Pía c/ Microómnibus
Norte S.A. y otro S/ daños y perjuicios" y "Gauna, Agustín c/ La
Economía Comercial S.A. de Seguros Generales y otro S/ daños y per-
juicios: declarando inoponible la franquicia contra el actor y
haciendo extensiva la condena a la aseguradora.

Vuelto el caso a la Corte, ahora esta resolvió que "la circunstancia


de que la doctrina aplicada en el pronunciamiento recurrido sea el resul-
tado de una reunión plenaria del fuero, no permite apartarse de lo deci-
dido por el Tribunal en la misma causa cuando, como en el caso, no se
proporcionan nuevos argumentos que justifiquen modificar la posición
adoptada en la anterior sentencia y ni siquiera se mencionan los funda-
mentos que llevaron a decidir como se hiciera." (la negrita es nuestra)

Por eso, se declaró procedente la queja y formalmente admisible


el recurso extraordinario y se dejó sin efecto la decisión apelada,
declarando que "corresponde admitir que la franquicia prevista en el
contrato de seguro celebrado entre la compañía de seguros y el asegu-
228 1
rudo es oponible al tercero damnificado y que la sentencia no podrá
ejecutada contra la aseguradora sino en los límites de la contratación

E~actament~e
l o mismo resolvió en las causas "Obarriow
"Gauna'l

Como puede observarse, esto pone ''en crisis" el plenari


Obarrio de la Cámara Nacional en l o Civil. Queda saber si 1
Cámara insistirá con su criterio o alguna Sala decidirá apartars
del plenario, invocando el criterio d e la Corte y, en definitiva, se
convocará a nuevo plenario.

Caso 8: Seguro d e responsabilidad civil: Para la Suprema Corte


bonaerense, la franquicia es oponible a la víctima

La Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires revo-


có lo dispuesto por la Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial del
DepartamentoJudicial Lomas de Zamora y declaró que la condena a
la aseguradora lo es dentro de los Iímites de la franquicia fijada en las
cláusulas del contrato de seguro. De esta manera, siguió la postura de
la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

Así lo resolvió, en los autos "ROMEGGIO BELKIS, AMANDA CONTM


AL&CLAUDIO Y OTRO. DANOS Y PERJUIC1OS;ACUM. 1: GAONA,ISOLINA
CONTRA AL& CLAUDlO M. Y OTRO. DANOS Y PERJUICIOS; ACUM. 2:
ALFONSO, ORLANDO ÓN CONTRAAL&CLAUDIO MARCELO Y OTRO.
DANOS Y PERJUICIOS; ACUM. 3: GALARZA, STELLA MARlS CONTRA AL&
CLAUDIOM. Y OTRO. DANOS Y PER/UICIOS;ACUM.4: VALDEZ,FRANCIS-
CO FABIANY OTRO CONTRA AL& CLAUDIO Y OTRO. DAIVOS Y PERJUI-
CIOS; el 23 de abril de 2008. '64

La Sala I de la Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial del


Departamento Judicial Lomas de Zamora modificó el fallo pronun-
ciado en los distintos acumulados, en punto al monto de los distintos
rubros indemnizatorios y revocó la decisión e hizo extensiva la con-

7 64 Fuente: www.scba.gov.ar
1 229 l

na a la compañía aseguradora citada en garantía, en los términos


( art. 1 18 d e la ley 17.418.

la Cámara determinó que debía extenderse la responsabilidad e n


1 accidente d e autos a la compañía aseguradora en forma absoluta.

Para arribar a esta conclusión destacó, en suma, que:"no habiendo


citada en garantía acreditado la existencia d e una cláusula lirnitati-
a de su cobertura~correspondíareceptar en forma favorable la pre-
tensión dedos coactores apelantes, extendiendo la responsabilidad a
la aseguradora 'sin limitaciones d e cobertura'

Se interpusieron, por La Economía Comercial S.A. d e Seguros


Generales, en el principal y e n los expedientes acumulados 1 y 3, sen-
dos recursos extraordinarios d e inaplicabilidad d e ley.

El recurrente, en sus tres presentaciones, es conteste e n afirmar el


error en que incurre el tribunal al fallar en esta forma y denuncia
tanto la violación d e los arts. 109 y 1 18 d e la ley 17.41 8 como d e las
normas dictadas por la Superintendencia d e Seguros d e la Nación
(Resolución 24.833/1996 y 25,429/1997).

En particular, sostiene q u e la cobertura del seguro debe ser enten-


dida d e acuerdo a las condiciones q u e fija la autoridad en materia
aseguradora y, en este sentido, el tribunal a quo omitió considerar
que la ley 17.41 8 respecto al seguro d e responsabilidad civil, limita la
obligación d e mantener indemne al asegurado a lo previsto e n el
contrato (art. 109) y dispone que la sentencia que se dicte hará cosa
juzgada respecto del asegurador y será ejecutable contra él en la
medida del seguro (art. 1 18).

Agrega que mediante las resoluciones d e la Superintendencia d e


Seguros d e la Nación, ya mencionadas, dictadas en ejercicio d e las
atribuciones otorgadas por el art. 67 d e la ley 20.091, se estableció u n
régimen d e aseguramiento para el transporte público d e pasajeros el
acuerdo d e franquicias, l o que resulta acorde con la póliza en estudio.

Por úItimo,aduce el quejoso q u e n o recaía sobre la compañía ase-


guradora la obligación de acreditar las condiciones bajo las cuale
celebró el contrato de seguro, atento a que las mismas se encon
ban reguladas y reglamentadas en su totalidad por la normati
vigente. Lo contrario, afirma, llevaría a exigir la prueba de las ley
extremo que no corresponde en tanto la ley se presume conoci
por todos.

Cabe señalar que la citada resolución 25.42911997 de


Superintendencia de Seguros de la Nación estipula como cobertur
básica de1 seguro de responsabilidad civil de vehículos destinados al
transporte público de pasajeros una franquicia de $40.000. Es decir que,
por debajo de esa suma, la aseguradora no responde, debiéndose
hacer cargo exclusivamente el asegurado.

Concretamente, la Resolución 25,429197, aprobó las condiciones


contractuales para el riesgo de responsabilidad civil de vehículos
automotores destinados al transporte público de pasajeros y dis-
puso que los aseguradores que optaren por brindar dicha cobertura
"deberán adherirse expresamente a esta Resolución:' En uno de sus
Anexos se estableció lo que se denomina "franquicia o descubierto a
cargo del asegurado; disponiendo que "el asegurado participará
en cada acontecimiento cubierto que se tramite por la vía adrni-
nistrativa o judicial con un importe obligatorio a su cargo de S
40.000'! Y añade que "dicho descubierto a su cargo se computará
sobre el capital de la sentencia o transacción, participando el asegu-
rado a prorrata en los intereses y costas:

En el Máximo Tribunal de la Provincia, el ministro preopinante fue


el Dr. Pettigiani, quien destacó que "el a quo al decidir hacer extensiva
la condena a la citada en garantía La Economía Comercial S.A. de
Seguros Generales y al mismo tiempo, desestimar lo acordado entre el
tomadory la aseguradora en cuanto a la franquicia, prescindid de lo dis-
puesto por la ley 17.418 que especificamente establece que la sentencia
de condena contra el responsable civil será ejecutable contra el asegu-
rador "en la medida del seguro" (art. 1 7 8, tercer parte) y de la normativa
dictada por la Superintendencia de Seguros de la Nación que prevé
como cobertura básica del seguro de responsabilidad civil de vehículos
destinados al transporte público de pasajeros una franquiciade $40.000
1231

es. 25.429/7 997, Anexo 11, cláusula 4), sustentando dicha solución en la
era afirmación dogmdtica de que dicha cláusula limitativa de cober-
ura no fue acreditada por la empresa aseguradora." (la negrita es

Para el ministro, "el pronunciamiento en crisis viola el art. 118 de la


17.418, en cuanto estableceque"...la sentencia que se dicte hará cosa
gada respecto del asegurador y será ejecutable contra él en la medi-
a del seguro...Y (la negrita es nuestra)

"En este sentido esta Corte ha decidido que al tercero damnificado le


on oponibles todas las clóusulas, aun aqu&llasque restrinjan o eliminen
garantfa de indemnidad, sin distinguir en la naturaleza que éstas
udieran tener. Ello es asíporque esa prescripción quiere significar que el
rcero está subordinado, le son oponibles, lo afectan o se encuentra
nmarcado por determinadas estipulaciones contractuales, aun cuando
aya sido ajeno a la celebración del pacto..." (la negrita es nuestra)

Siendo compartido este criterio por los restantes integrantes del


Tribunal, se resolvió hacer lugar a los recursos extraordinarios de
inaplicabilidadde ley interpuestos y modificar la sentencia declaran-
do que la condena a la aseguradora lo es dentro de los límites de la
franquicia fijada en las cláusulas del contrato de seguro; con costas.

46. OPONlBlLllDAD O lNOPONIBlLDDAD DE LAS EXCEPCIONES


DE COBERTURA A LA VICTIMA.

En igual sentido que con las franquicias, la posición tradicional en


la jurisprudencia y doctrina es que resultan oponibles a la victima las
excepciones de cobertura que figuren en la poliza que vincule al ase-
gurador con el asegurado.

Nuevamente, esta oponibilidad encuentra justificación en un


seguro de responsabilidad civil optativo, pensado para proteger el
patrimonio del asegurado, pero, por la misma razón, parece ir en con-
tra de la finalidad de un seguro obligatorio,establecido para proteger
al la victima.
232 1
Por eso, luego de que la ley 24.449 estableciera el seguro oblig
torio, se observa una tendencia en el sentido de declarar la ¡nopon¡
bibilidad de la excepción de cobertura, por distintos argumentos,

Veamos algunos casos jurisprudenciales referidos a algunas de la


excepciones de cobertura más comunes, como la falta de licencia
para conducir y la culpa grave del asegurado o de sus dependientes
o autorizados.

a) Falta de licencia para conducir

* "En lo relativo a la falta de licencia delpais donde ocurrió el choque


pero síde Estados Unidos de Norteamérica, que si bien es un documento
público de cardcter personal no acredita per se identidad sino idoneidad
y habilita para conducir automóviles de una calidad determinada,y en
este aspecto es oportuno señalar que la falta por parte de Khafif no
implicó que éste no tuviera idoneidad para conducir, cuando las perso-
nas que transportaba al momento del accidente se manifestaron en
forma conteste acerca de su conducción por distintos lugares de la zona:
en definitiva entiendo que la falta de esa licencia es una cuestión admi-
nistrativa de importancia y que en determinados casos puede vincular-
se con una actitud de infracción reglamentariapero no excluye la cober-
tura como se pretende. Además debe recalcarse que el actor (v los terce-
ros) son sujetos independiendientes de la relación.contractual entre el ase-
gurado Y su compañia; es por ello que entiendo que la condena en la
medida que le competa debe ser extendida a la aseguradora citada en
garantia en los términos de la ley 17418 ."16' (la negrita y el subrayado
es nuestro)

*//Seagravia también el actor en razón que la sentencia recurrida no


extiendela condena a Federación Patronal SA., en razón que el autor del
hecho ilicito, señor Liotto carecia de licencia para conducir.
Sobre el particular es necesario tener presente la función social que le
corresponde a la aseguradora de cara a la reparación del daño injusta-
mente padecido por la víctima.

765 C. Nac. Civ., sala L, 23/09/7 996- "Giuliani,Mario y otro v. Khafif, lsaac y otros". Citar
Lexis No70006455.
1 233
El Derecho, como ordenamiento social justo, debe privilegiar las
ideas contemporáneas que giran en derredor de un criterio solidarista
que tiende a posibilitar la realización individual en un contorno social.
En tal sentido resulta egoísta desentenderse de la desgracia ajena, prio-
rizando intereses economicistas, dejando de lado la reparación del daño
injustamente wdecido.
El derecho de daños en su concepción actual, protege al débil y por
ende a la víctima; en esa dirección destaca la función social del seguro/
como instituto adecuado a la idea solidarista.
En tal sentido el daño individual resulta distribuido entre todos los
asegurados, procurando que la víctima obtenga una condigna repara-
ción del perjuicio sufrido, sorteando la eventual insolvencia del autor del

No se trata, simplemente, de hallar sujetos a quienes exigirles la


indemnización,sino que el perjudicado sea satisfecho en su reclamo.
La actual difusión del seguro, entre otras razones, se fundamenta en
el resguardo a la víctima; por lo que para ciertas actividades máxima-
mente peligrosas, o que, estadísticamente, tienen gran operatividad en
la generación de perjuicios, como ocurre en el caso de daños causados
por automotores, se recomienda la necesidad de contratar seguros obli-
gatorios (art. 68, ley 24.449).
Respecto a las circunstancias fácticas de autos, el informe de fs.
220/230, tenido en cuenta por el A quo, no expresa que Liotto carecía del
carnet habilitante,sino que el mismo no fue otorgado en el ámbito de la
ciudad de Buenos Aires, pero ello no es óbice para que lo fuera en otra
jurisdicción, y el autor del hecho no lo mencione cuando deba hacerlo.
La finalidad de las cláusulas excluyentes de responsabilidad por
carencia de carnet habilitante, es lograr que todo aquél que conduce el
automóvil asegurado lo haga con cuidado y precaución; lo importante
es que tenga idoneidad en el manejo del automotor.
Indudablemente el señor Liotto conforme al informe predicho, sabía
perfectamente los secretos del manejo y el accidente que provocó no
tiene relación causal con la falta de carnet habilitante sino se debe pura
y exclusivamente a su imprudencia.
Si la falta de carnet posibilitara la liberación de la compañía asegu-
radora que, normalmente impone tal cláusula al asegurado,se llegaría a
la incongruencia que dicta carencia es una circunstancia irrelevante
para excluir la responsabilidad del autor, en tanto que no lo es a los efec-
tos de la liberación de la citada en garantía
La aseguradora tendría que haber extremado los recursos para
mor a 6iotto a que presentara su licencia de conductor, coma la insinu
en su presentación inicial (Punto VIII) lo que no efectivizó, demostran
con ello desaprensión sobre e 7 particular, ya que conocía perfectame
te el domicilio del autor de! hecho ilícito por la actuación que le cupo
la causa penal.
La falta de licencia, por otra parte, es una cuestión administrati
que podría constituir una infracción reglamentaria, pero nunca pue
excluir la cobertura de la compañía aseguradora (Conf Cáma
Nacional en la Civil Sala L llGiuliani María c/ Khafif, isaac S/sumario).
No es concebible tal exclusión en un régimen de sequro ~bliqatori~
(art. 68 Ley 2,4.449) que en una materia como lo es la relativa a accide
tes de transito, tiene especialmente en cuenta la más amplia tutela de 1
intereses de las víctimas, en la relativo a la reparación efectiva del
que se les ocasiona injustamente."'" (la negrita y el subrayado es
tro)

b) Culpa grave del asegurado o de sus dependientes o autori-


zados

La ley 17.418 establece, en su art. 114, que "El asegurado no tiene


derecho a ser indemnizado cuando provoque dolosamente o por culpa
grave el hecho del que nace su responsabilidad."
Otra vez, a riesgo d e ser repetitivos, la limitación d e cobertura se
justifica plenamente en el seguro optativo, para evitar que conductas
malintencionadas o gravemente desaprensivas del asegurado, que-
den al amparo d e la protección patrimonial que brinda este tipo de
seguro.

En un seguro obligatorio, destinado a proteger a la victima,esta se


encuentra en la paradojal situación d e que, si el asegurado fue "leve-
mente negligente:' tiene más posibilidades d e cobrar la indemniza-
ción, porque podrá reclamarle el pago a la aseguradoralque si su con-
ducta fue gravemente culposa.

766 C. Nac. Civ., sala K, 29/12/2005- "Rumi,Ángel A. v. Liotto, Ricardo J. y otros".JA 2006-
11-699o citar Lexis No35003044.
1 235
La jurisprudencia ha venido elaborando pautas, a fin de que no
aIquier conducta culposa del asegurado, sus dependientes o auto-
z a d ~pueda
~ , servir para eximir de su obligación a la aseguradora.

Veamos algunos casos de tribunales bonaerenses:

Caso I: Culpable, pero no tanto

La Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial de Dolores modi-


có parcialmente la sentencia de primera instancia, en cuanto recha-
ba la citación en garantía efectuada por el demandado. El Tribunal
ntendió que en el caso, un accidente de transito, no procedía la
efensa de "no seguro': basada en supuesta culpa grave del asegura-
do, pues si. bien este conducía en estado de embriaguez, su grado de
alcoholemia "no implica por sí que fuera la causa del accidente, por-
que no trae como consecuencia la pérdida de la capacidad para com-
prender y conducir':

Así lo resolvió, el 26 de marzo de 2009, en los autos "SAAVEDRA,


GONZALO FERNANDO CI BOEDO, LUIS S I DAIÚOS Y PERJUICIOS':'67

En la previa causa penal quedó confirmado que el Sr. Boedo,apro-


ximadamente a las 2.30 horas, manejando un automóvil marca
Peugeot 504,circulaba por la vía de acceso a la ciudad de Las Toninas,
en sentido a la ruta 1 1, a la altura del km. 320, en forma imprudente,
violando el deber de cuidado y con un grado de intoxicación alcohó-
lica de l,68 GIL de alcohol en sangre, impactó con su parte frontal
izquierda a la parte frontal izquierda del automóvil Fiat Uno conduci-
do por el Sr. Gonzalo Saavedra Puyén, quien se desplazaba por la ruta
referida, en sentido San Bernardo-San Clemente, sufriendo lesiones
los ocupantes del Fiat Uno.

En sede civil, la sentencia de primera instancia hizo lugar a la


demanda promovida por Gonzalo Fernando Saavedra y Sandra
Savignano contra Luis Boedo, condenando en consecuencia a éste
último a abonar a los actores la suma de $24.000 al coactor Saavedra
y $65.000 a Savignano, con más los intereses correspondiente
desde la fecha d e la mora y hasta su efectivo pago, a la tasa pasiva de
Bco. de la Pcia. d e Bs. As. en sus depósitos a 30 días; desestimando
citación en garantía d e la cía. La Meridional Compañía d e Seguros S

Apelan las partes. La actora se agravia en cuanto a la liberación de


la citada en garantía, dejando como único responsable al codeman-
dado y, por otro lado, en referencia a la tasa d e interés dispuesta en
sentencia.

Por su parte, el demandado se queja por la atribución d e respon-


sabilidad a su parte en el evento dañoso y del porcentaje establecido
(80%)y en cuanto a la exoneración d e la citada en garantía.

En la Alzada, la vocal preopinante fue la Dra. Dabadie, quien


comenzó por el tratamiento de los agravios d e la parte demandada,
en cuanto a su responsabilidad en el evento dañoso. En tal sentido, la
magistrada se refirió al efecto vinculante d e la sentencia penal, res-
pecto d e la causa civil, por la cual se condenó al accionado Luis
Boedo, por hallarlo autor penalmente responsable e n orden al delito
de lesiones graves culposas agravadas en los términos del art. 94,l er.
y 2do. párr., en relación al art. 84,2do. parr. del Código Penal.

"Como bien lo señala la sentencia en revisión, al mediar condena


penal previa, de acuerdo a lo pacíficamente resuelto por la jurispruden-
cia y la doctrina, a la recurrente como única alternativa revocatoria le
quedaba demostrar una corresponsabi/idad con /a actora en el desen-
cadenamiento del ilfcito, interruptora en forma parcial del nexo causal
entre el mismo y el daño provocado (art. 7 702, Cód. Civil)." (la negrita es
nuestra)

Para la camarista, "los agravios son loables intentos del letrado apo-
derado a fin de tratar de disminuir la responsabilidad atribuida a su
representado,pero no cuentan con sustento fáctico nijurídico, habiendo
el iudex a-quo correctamente realizado la apreciación de las pruebas
acompañadas a la causa como el encuadramientolegal realizado (arg.
arts. 384 y 456, CPCC.).
Para concluir en este aspecto, se impone correlativamente,el rechazo
1 237
e este agravio y ante el silencio de la parle actora sobre la responsabi-
que se le asignara, debe mantenerse la responsabilidad en cabeza
recurrente en el 80% establecido (arts. 5 7 2, 902, 906, 7 10 7, '1 7 02,
242,260,26 7,266,384,456, y cocns. CPCC.)." (la negrita

Pasando a otro agravio, tanto el actor cuanto el accionado se agra-


vian respecto del rechazo d e la citación en garantía de la asegurado-
ra; mientras el primero hace hincapié en la obligatoriedad de con-
tratar un seguro de responsabilidad civil por parte de todo aquel
que transite las rutas del país y la relación existente entre la vícti-
ma y la compañía de seguros, el segundo lo deposita en el encua-
dre que se diera en la primera instancia a la conducta del accio-
nado calificándola comoJ'culpagrave'!

Para arribar a aquella conclusión la juez de primera instancia hizo


lugar a la defensa de "no seguro" en razón de considerar que el
demandado habría incurrido cuanto menos en "culpa grave" al
conducir en estado de ebriedad, fundamenta la decisión en el art.
70 d e la ley 17.41 8 y en las condiciones generales de la póliza. Señala
que la aseguradora cumplió d e m o d o adecuado con la carga que le
impone el art. 56 de la LS, al haber comunicado la declinación d e su
responsabilidad en virtud del estado de beodez en que se encontra-
ba Boedo al tiempo d e producirse la colisión.

Respecto del concepto de "culpa grave: la Dra. Dabadie recuerda


que 'el art. 70 dice que el asegurador queda liberado si el tomador o el
beneficiario provoca el siniestro dolosamente o por culpa grave ...,
mientras que el art. 7 74 edicta que el asegurado no tiene derecho a ser
indemnizado cuando provoque dolosamente o por culpa grave el hecho
del que nace su responsabilidad y por último, el art. 56 establece que el
asegurador debe pronunciarse acerca del derecho del asegurado dentro
de los 30 días de recibida la denuncia del acaecimiento del siniestro (art.

Por otra parte, la camarista destaca que "nuestro Superior Tribunal


de Justicia ha dicho que determinar, conforme circunstancias de tiempo,
lugar y modo del accidente, si el asegurado actuó o no con 2ulpa grave"
a fin de liberar al asegurador de la garantía de indemnidad que asu
ra constituye una tipica cuestión de hecho, no revisable en esa instanc
salvo demostración de absurdo.. ."(la negrita es nuestra)

Sobre el concepto de culpa grave, recuerda jurisprudencia y d


trina que "ha sostenido que se incurre en la "culpa grave" prevista e
ley 7 7.4 78 cuando se trata de un incumplimiento inusitado e inexp
ble, que excede los casos de simple culpa (C.N.Civ., Sala F, 5-111-7

Com., Sala C, 7 0-111- 7 972, "'El Derecho: t. 74,pág. 459), en tanto se encuen-
tra lindando con el dolo (Stiglitz, R., Derecho de Seguros, t. l., pág. 222,
Abeledo Perrot, 7997; C.N.Com., en pleno, 8-Vll- 7 968, "El Derecho: t. 27,
pág. 744)."(1a negrita es nuestra)

"No debe perderse de vista que las infracciones a las leyes del tránsito
no implican como condición necesaria la culpa del infractor desde el
punto de vista civil.. .Asíquien comete una grave infracción de tránsito no
incurre por esa ra6n en "culpa grave. de ser asíse produciría la exclusión
de cobertura con tanta frecuencia que la función del contrato de seguro
contra la responsabilidad civil automotor se verja frustrada, quedando sin
amparo una cantidad importante de siniestros en la actualidad."

Ahora bien, vista la sentencia dictada en sede penal "se advierte


que Boedo resultó condenado por el delito de lesiones graves culposas
agravadas en los términos del a r t 9 ~ / ~ r i mye segundo
r párrafos con
relación al art. 84 segundo párrafo del C.P.; con pie en "... que circuló en
estado de alcoholemia positiva, sin el cuidado y prevención debidas, con
conservación en todo momento del dominio efectivo del vehículo de
acuerdo a los riesgos de la circulación y demás circunstancias del tránsi-
to y violó la prioridad de paso,. ..Y

"No obstante lo dicho entiendo que con los parámetros fijados en el


acápite precedente, es deber de esta Alzada apartarse de la determina-
ción de las cuestiones violatoriasde las normas del tránsito que se tuvie-
ron en consideración en lajurisdicción penal para establecer la condena,
pues de no hacerlo como ya dije se excluirla de cobertura multiplicidad
de hechos iljcitos que acontecen en la actualidad desnaturalizando la
1239

isión del seguro de responsabilidad civil, sobretodo cuando el mismo


ulta obligatorio por imperio del art 68 ley 24.449, art 92 ley 1 1.430
art. 68 del Dto. 40/07 f.o. ley 13.927.
Asíse ha de tener en consideraciónque el delito por el que resultó res-
onsable Boedo es el de lesiones graves culposas por lo que en principio
eentiende que no hubo intención en su conducta de daríar al otro, en el
aso a los actores..." (la negrita es nuestra)

Además, fue "la propia jurisdicción penal la que al sentenciar hubo


e afirmarrespecto de la conducta de Boedo que circulaba ..., con con-
wación en todo momento del dominio efectivo del vehiculo de acuer-
o a los riesgos de la circulación y demás circunstancias del tránsito ...y
tremo que no debe minimizarse por el contrario, ya que es muestra
ra de que el accionado estaba en condiciones de conducir, mtís aIItí
de haber incurrido en negligencia e impericia.
Más aún la Academia Nacional de Medicina en su informe de fs...cul-
mina diciendo que "en el caso de autos la cifra 1,68 g// permite ubicarlo
en el inicio de la embriaguez severa por lo que la sintomatologia corres-
ponderla mtís a la etapa final de la embriaguez ligera que a la severa
propiamente dichan."(lanegrita es nuestra)

Por ende, "el grado de alcoholemia con que conducía el demandado


no implica por si que fuera la causa del accidente, porque no trae como
consecuencia la pérdida de la capacidad para comprender y conducir,
muestra de ello es que Boedo producido el hecho bajo del vehiculoy con-
versó con Saavedra..." (la negrita es nuestra)

En el contexto descri pto, "la decisión firme unte la jurisdicción penal


no resulta adecuada para establecer la "culpa grave" exonerativa de la
indemnidad del asegurado por parte de su asegurador. Como así que
valorada la prueba pertinente, apartando de modo previo las cuestiones
que constituyen infracciones a las leyes del tránsito vehicular; he de con-
cluir diciendo que si bien la conducta desplegada por el demandado
Boedo en el accidente resulta subjetivamente reprochable, no alcanza
para satisfacer los extremos requeridos para configurar"cu1pa grave" en
general y, menos aún, los "exclusivos" efectos previstos por el art. 7 74 de
la ley 77.478."(la negrita es nuestra)
magistrada consideró que "si el interés previsto en el art. 622 del Códi
Civil tiende a resarcir al acreedor el daño patrimonial causado por
falta de cumpl[miento oportuno de la obligación, no debe perderse
vista que necesariamente habrd que tener en cuenta cudl podría ha
sido la inversión ordinaria al alcance del acreedor si hubiese recibido
acreencia en término."(la negrita es nuestra)

"Desde este ángulo es indudable que cualquier institución bancaria


hubiese abonado dnicay exclusivamentela tasapas¡va vigenteal momen
to de la inversión o sus sucesivas renovaciones." (la negrita es nuestra)

"En ese orden, ante un nuevo y renovado análisis de la cuestión, se


considera oportuno mantener la tasa pasiva fijada en la instancia de
grado hasta quedar firme y consentidala sentencia condenatoria dicta-
da y de allí en adelante fijar la tasa activa que informe el Banco de la
Provincia de Buenos Aires para sus operaciones de cartera general a 30
días vigentes en los distintos períodos de aplicación a fin de desalentar
la morosidad en el cumplimiento de la obligación reconocida judicial-
mente.. ."(la negrita es nuestra)

Siendo compartido este criterio por los demás integrantes de la


Sala, se resolvió hacer lugar parcialmente al recurso de apelación
interpuesto por la parte actora, modificando la sentencia apelada en
cuanto rechaza la citación en garantía respecto de La Meridional
Compañía Argentina de Seguros SA. efectuada por el demandado, y
confirmar en lo restante que decide, fijando la tasa que cobra el
Banco de la Provincia de Buenos Aires en sus operaciones de cartera
general a 30 días vigente en los distintos períodos de aplicación a
partir del momento en que se encuentre firme y consentido el fallo
condenatorio.

Caso II: Si el tomador del seguro no actuó con culpa grave, Ia


aseguradora debe mantenerlo indemne

La Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires revocó un fallo,


en cuanto eximió a la citada en garantía "Vanguardia Compañía
1 241
gentina de Seguros" de su obligación de mantener indemne al
mandado asegurado, y condenó a dicha empresa a pagar al actor
ndemnización fijada por la sentencia recurrida. Se trata de un acci-
nte de transito donde el conductor, que no era el tomador del
uro de responsabilidad civil, se encontraba en estado de ebrie-
ad, manejando a alta velocidad y con pérdida del dominio sobre el
utomotor. El Máximo Tribunal Provincial consideró que la culpa
grave del conductor no implicaba la culpa grave del asegurado.

Así lo dispuso, el 8 de agosto de 2007, en los autos "LARRE$JUAN


ANTONIO Y OTRAS CONTRA QUITEGUI, CARLOS ENRIQUE.
INDEMNIZAC~~N DE D A ~ ~ OY S
PERIUICIOS" '68

La sentencia de primera instancia hizo lugar a la demanda por


daños y perjuicios derivada de un accidente de transito incoada por
Juan Antonio Larrea y Ana Lucía Colantuono, por sí, y en representa-
ción de su hija en aquél entonces menor de edad Analía Paula
Larrea, contra Carlos Enrique Quitegui, con costas. Asimismo rechazó
la citación en garantía de "Vanguardia Compañía Argentina de
Seguros", con costas. El pronunciamiento fue apelado por ambas par-
tes.

La Sala I de la Cámara Primera de Apelación en lo Civil y Comercial


del Departamento Judicial de Bahía Blanca confirmó en lo principal la
sentencia apelada, sin perjuicio de modificar el monto de la condena
indemnizatoria, elevándolo.

Juan Antonio Larrea, por derecho propio y Analía Paula Larrea y


Ana Lucía Colantuono, por apoderado, interpusieron recursos
extraordinarios de inaplicabilidad de ley.

Ambos recurrentes plantean la infracción de los arts. 70 y 1 14 de


la ley 17.418. Sostienen los impugnantes que el a quo excluyó inde-
bidamente a la aseguradora de responsabilidad en función de una
supuesta culpa grave del asegurado.

168 Fuente: www.scba.gov.ar .


Cabe destacar que al momento del accidente, el vehículo er
conducido por una persona que no era el tomador del seguro
sino que revestía el carácter de "conductor autorizado'! El toma-
dor del seguro es el demandado Carlos Enrique Quitegui, antes
mencionado.

Manifiestan los recurrentes que el art. 114 de la ley 17.418 "... no


permite su vinculación con la situación de autos, ya que está referido
exclusivamente al asegurado y su propia indemnización ..Y Agregan,
que en el sub lite el conductor del automóvil y protagonista del acci-
dente "'no es el asegurado, ni el beneficiario del seguro y por tanto no
encuadra ni en el artículo 70 ni en el número 1 74 de la ley de seguros y
no es justo hacer una equiparación analógica porque la ley se basta a sí
misma y cuando quiso involucrar al dependiente del asegurado o a ter-
ceros, lo estableció claramente. Concluyen señalando que la equipa-
ración efectuada por la alzada entre el asegurado y el conductor
y la imposición a este último de las cargas contractuales del pri-
mero, es manifiestamenteerrónea y tiñe de arbitrariedad el fallo.

En primera instancia y Cámara se consideró que la culpa grave del


conductor (quien se encontraba en estado de ebriedad, manejando a
alta velocidad y con pérdida del dominio sobre el automotor) impli-
caba culpa grave del asegurado y, por tanto, que la aseguradora no
debía responder por ninguno. Se basaron en la cláusula 21 del con-
trato de seguro suscripto por las partes, que establece que: "'el
Asegurador queda liberado si el Asegurado o el conductor provoca, por
acción ú omisión, elsiniestro dolosamente o con culpa grave..."(la negri-
ta es nuestra).

Por otro lado, la cláusula 2 de dicho contrato dice que "El


Asegurador se obliga a mantener indemne al Asegurado y/o a la perso-
na que con su autorización conduzca el vehículo objeto del seguro (en
adelante el conductor),por cuanto deban a un tercero como consecuen-
cia de daños causados por ese vehículo o por la carga que transporte en
condiciones reglamentarias, por hechos acaecidos en el plazo conveni-
do, en razón de la responsabilidad civil que pueda resultar a cargo de
ellos. (la negrita es nuestra).
1 243
Al respecto, llegado el caso al Máximo Tribunal Provincial, el pri-
mero en votar fue el Dr. Soria, quien recordó que "la cuestión articula-
da por los quejosos ha merecido un pronunciamiento de esta Suprema
Corte en la causa Ac. 76.885 ("Vega Pérez, Mariano E y otra c/Coll, Rubén
G.y otroP..), oportunidad en la que adhería1 voto del doctor de Lázzari.
a. En aquel precedente el ~ribunaldirimió un caso en el que tal como
sucede en el presente litigio, por vía contractual se pretendía extender el
alcance de la exclusión subjetiva de cobertura prevista en art. 7 74 de la
ley 7 7.4 78, abarcando no sólo en tal limitación al asegurado que provo-
ca dolosamente s por culpa grave el hecho del que nace su responsabi-
lidad, sino al conductor del vehículo protagonista del suceso.
Se entendió que para resolver la contienda era menester ponderar la
validez de dicha extensión a la luz de dispuesto en el art. 758 del referido
marco legal, precepto que, bajo el acápite de "obligatoriedad de las nor-
mas: determina que "sblo se podrán modificar a favor del asegurado:
entre otras normas, el aludido att 114.
En función de esta previsión sostuvo el colega cuya conclusión hube
de acompañar, que .. [u]na simple lectura permite apreciar aquella
'
l.

exclusión, proveniente de las cláusulas generales del contrato, como


alcanzada por la prohibición legal, desde que evidentementejuega en
perjuicio del asegurado, no en su favor..." (la negrita es nuestra)

Por ello, para Soria, surge del contrato en análisis que el asegu-
'l...

rador se obligó a mantener indemne al asegurado y/o a la persona que


con su autorización conduzca el vehículo objeto del seguro, por cuanto
deban a un tercero como consecuencia de daños causados por ese vehí-
culo, por hechos acaecidos en el plazo convenido, en razón de la respon-
sabilidad civil que pueda resultar a cargo de ellos. He aquí la delimita-
ción del riesgo. Verificado el evento previsto, en cumplimiento del con-
trato el asegurador debe materializar aquella indemnidad. Ahora bien,
en esas condiciones, el deudor de tal obligación aduce una cláusula limi-
tativa en relación a la actuación del conductor, exención que la ley no
autoriza. Por tanto, auspiciar esa inteligencia y eximir al asegurador con-
forma quebrantamiento de la normativa legal y vaciamiento del dere-
cho imperativo por mera autoridad privada. Ningún valor posee la esti-
pulación del contrato frente a la prohibición de la ley. Refleja tan sólo la
posición dominante de una de las partes en sacrificio del principio de la
buena fe (art. 1 798, Código Civil)."(la negrita es nuestra)
nuble, tiende a prevalecer la solución interpretativa más favora
subsistencia y operatividad la obligación de la comprríllo asegu
toda vez que dqdo que ésta confecciona unilateralmente los termi
contractuales en función de previsiones y cálculos actuariales, se pre
me que dicha tarea es producto de un obrar diligente (arg.art. 7 7 98,
Civil).Todo lo cual resulta de buena hermenéutica, en tanto conlleva
sólo a una valoración del caso favorable a la parte más débil del con
to...sino también a un resultado que armoniza los textos de los arts.
y 758 de la Ley de Seguros."(la negrita es nuestra)

Adhirieron a estos fundamentos los Dres Roncoroni, Ko


Hitters y de Lázzari. En cambio, el Dr. Pettigiani, si bien coincidió
la solución propuesta, lo hizo por sus fundamentos. Para este mini
t ro "'el punto medular consiste en dilucidar si el término "bsegurado"
que se refiere el art. 7 74 de la ley 77.478 alcanza también a1"condu
autorizado" al que menciona la póliza." (la negrita es nuestra)

Pettigiani considera que "puede afirmarse que la normativa que


regula la materia tuvo en miras un concepto delbsegurado"en sentido
amplio, orientado más hacia el sujeto que resultaser el titular de un inte-
rés asegurado al momento del siniestro, que a la persona que celebró el
contrato con el asegurador." (la negrita es nuestra)

"No puede desconocerse que aquí el tomador ha contratado con la


compañía para mantenerse patrimonialmente indemne (tiene un inte-
rés propio y es asegurado), mas resulta que a la vez aseguró con identi-
co alcance el patrimonio de un tercero que eventualmente puede resul-
tar civilmente responsable (el conductor autorizado), quien no resulta
sólo un "beneficiario" de la póliza." (la negrita es nuestra)

En este sentido, ...en el caso existen "dos"asegurados (el tomador y


el conductor autorizado), constituyendo la indemnidad de sus patrimo-
nios personales la causa del contrato. Y siendo ello as( la suerte que cada
uno corra frente a una defensa opuesta por el asegurador no debe ser
necesariamente idéntica." (la negrita es nuestra)
Así, el ministro coincide con la doctrina que sostiene 'Que la acre-
ditación de la culpa grave del conductor no debe desplazarseautomáti-
1 245
te sobre el tomador asegurado para eximir al asegurador de su
ción de mantenerlo indemne patrimonialmente." (la negrita es

"La solución que propicio aparece tambiénjustificada, en mi opinión,


$de un punto de vista dikelógico, pues permite eventualmente que el
ador asegurado mantenga intacta la cobertura en aquellos casos
que no ha incurrido en la conducta prevista en el a h 7 74, y, simultcí-
neamente, que la compañía quede liberada de su obligaciónrespecto de
quien provocóel siniestro por su culpa grave (el conductor asegurado).
De ese modo, se respetan en su totalidad las disposiciones de la ley
77,478."(1a negrita es nuestra)
Es decir, en el caso concreto, la culpa grave del conductor autori-
zado solo libera a la aseguradora de mantener indemne el patrimo-
nio de aquel, pero no de cubrir al tomador del seguro.

Por todo ello, el Máximo Tribunal Provincial resolvió hacer lugar


parcialmente a los recursos extraordinarios interpuestos y, en conse-
cuencia, revocar el fallo impugnado en cuanto exime a la citada en
garantía "Vanguardia Compañía Argentina de Seguros" de su obliga-
ción de mantener indemne a Carlos Enrique Quitegui, y condenar a
dicha empresa a pagar al actor la indemnización fijada por la senten-
cia recurrida.

Caso III: De ckPas graves y seguro de responsabilidad civil

La Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires


rechazó la defensa de la citada en garantía, por entender que la cláu-
sula que la exime de responder "mediando dolo o culpa grave del
asegurado o conductor del vehículo objeto del seguro'.ko era oponi-
ble al asegurado, Municipalidad de La Plata, porque solo su depen-
diente,conductor del vehículo, había actuado con culpa grave. Para el
Máximo Tribunal provincial, la culpa grave del dependiente no impli-
ca la culpa grave del asegurado.

Así lo decidió el Máximo Tribunal Provincial, por mayoría, el 31 de


mayo de 2006, en los autos '!AGUIRRE, MILAGROS MAR^ CONTRA
L~NEA18S.R.L. DANOS YPEiüUICI0Sffysu acumulado "ROLRTO,
LUlS CONTRA LM 18 S.R.L. DANOS Y PERIUICIOS".69
Estos llegaron por vía de recurso extraordinario de inaplicabilida
de ley interp~e~sto por la codemandada Municipalidad de La Plata
cuando la Sala 111 de la Cámara Primera de Apelación en lo Civil
Comercial del Departamento Judicial de La Plata revocó el fallo qu
había rechazado la defensa de no estar a cargo del seguro esgrimid
por la citada en garantía.
La juzgadora de origen mediante sentencia única condenó a 1
Municipalidad a indemnizar por los daños y perjuicios producidos
por un dependiente que conducía en estado de ebriedad un vehícu-
lo de esta, extendiendo la condena a la citada en garantía "Caja
Nacional de Ahorro y Seguro".
En cambio, la Cámara revocó la extensión de la condena a la cita-
da en garantía, con base en lo convenido y pactado en la póliza que
documenta el contrato de seguro que unió a las partes.
Dicho instrumento establece al respecto "No están a cargo de este
seguro: ...p) los siniestros ocurridos mediando dolo o culpa grave del ase-
gurado o conductor del vehiculo objeto del seguro, así como también de
otro agente dependiente de aquél". Al respecto, la Cámara destacó la
particular circunstancia de que al ser el Estado tomador del seguro
habida cuenta de su naturaleza de persona jurídica, la exclusión de
cobertura en cuestión ha de encontrarse en el actuar de sus funcio-
narios y empleados, en cumplimiento o realización de las funciones
esenciales y específicas propias del mismo.
Por lo expuesto excluyó de la cobertura del siniestro a la asegura-
dora citada en garantía "Caja Nacional de Ahorro y Seguro; al hacer
lugar a la defensa de "no seguro" opuesta por la misma.
En su recurso de inaplicabilidad de ley, la Municipalidad de La
Plata sostiene que la cláusula que incluye entre los responsables de
la culpa grave a los dependientes de la asegurada y en función de
ello establece la exclusión de responsabilidad de la aseguradora, es
nula en virtud de lo preceptuado por el art. 158 de la Ley de Seguros,
y que la diferencia efectuada entre dos tipos de asegurados según
sean particulares o personas jurídicas de derecho público no se da
en la realidad, no ha sido tenida en cuenta en la ley de la materia y no

169 Fuente: www.scba.gov.ar .


1 247 l

yarda relación con la decisión a la que se arriba.


Uno de los votos que formó opinión mayoritaria en la Corte
bonaerensefue el del Dr.de Lázzari, quien destacó que "tratándose de
seguros de responsabilidad civil, el art 1 74 de la referida normativa esta-
blece que el asegurado no tiene erecho a ser indemnizado cuando pro-
voque dolosamente o por culpa grave el hecho del que nace su respon-
sabilidad.Ahora bien, el contrato que nos ocupa extendió los alcances
de la exclusión al conductor del vehículo protagonista del siniestro
dependiente de aquél." (la negrita nos pertenece)
Para el magistrado, "corresponde determinar la validez de dicha
extensión, a la luz de lo que dispone el art. 758 de la misma ley. Bajo el
acápite de "obligatoriedad de las normas:' determina que "sdlo se
podrán modificar a favor del asegurado los artlculos 1 144"...
En ese sentido, "una simple lectura permite apreciar aquella exclu-
sión, proveniente de las cláusulas generales del contrato, como alcanza-
da por la prohibición legal, desde que evidentementejuega en perjuicio
del asegurado, no en su favor. En tal sentido, cabe recordar que la pri-
mera regla de interpretación es dar pleno efecto a la intención del legis-
lador..." (la negrita nos pertenece)
"En esas condiciones, el art. 158 de la Ley de Seguros dispone que las
previsiones del art. 7 14 sólo se podrán modificar a favor del asegurado,
conformando un supuesto de imperatividad relativa, esto último por la
posibilidad de mejorar la posición del sujeto individualizado. Si ello es
as6 la extensión a otro sujeto que no es el indicado en la norma resulta
inválida. El conductor dependiente, en el caso, no es el aseguradoflpor
más condición de centro de interés que posea."
Agrega el ministro que "no empece a lo expuesto, el hecho de que el
asegurado sea el Estado ya que, en primer lugar, no veo ninguna dife-
rencia ostensible entre éste y cualquier persona jurídica que a m e por
medio de sus dependientes, en lo atingente a la manera en que normal-
mente se va a llevar a cabo la prestación asegurada..." (la negrita nos

"La culpa grave del asegurado (la persona jurídica, sea privada o
estatal) no es alqo impensable como trasunta la sentencia. Las propias
condiciones generales del contrato de autos señalan específicos supues-
tos: vehículo utilizado en servicio no oficial, alquilado a terceros, o con-
ducido por quien careciera de permiso municipal o se encontrara inha-
bilitado, etc. (cfr. cláusula 8 ap. b, fs. 93 vta. expte.Aguirre). Ya lo expresa-
bu Halperín con estas pala bras: "Si se trata de uno personajurídica, debe
tenerse en cuenta el acto del 6rgano social correspondiente" (Seguros, t.
7 7, p. 863)."(el subrayado nos pertenece)
Al voto d e este magistrado adhirieron los Dres. Hitters, GenoUd,
Kogan y Sal Llargués.
Otro ministro que sustentó, por su voto y con distinto enfoque, la
postura finalmente mayoritaria, fue el Dr. Pettigiani, quien comenzó
por recordar que ya decía "Isaac Halperín (con cita de Gasperoni)que
la expresidn "asegurado" tiene en los autores y la prdctica distintos sig-
nificados :con ella se designa al tomador del seguro, al titular del interés
cubierto o al beneficiario, siendo lo corriente que coincidan en una sola
persona. Y agrega que 'tiesignamos tomador del seguro al estipulante,y
asegurado al titular del interés y del derecho a la indemnización ..." (la
negrita nos pertenece)
Destaca este ministro que ''...en el seguro de responsabilidad civil, el
interés asegurable (causa) o motivo determinante del contrato o móvil
que ha determinado al asegurado a contratar, es la indemnizaci6n del
daño que deriva de una deuda de responsabilidad.El asegurado contra-
ta para quedar relevado por el asegurador de las consecuencias dañosas
de su obrar antijurídico. Para ello, el asegurador se obliga a mantener
indemne el patrimonio del asegurado por cuanto deba a un tercero en
razón de la responsabilidad prevista en el contrato..." (la negrita nos
pertenece)
"No puede desconocerse que aquí el tomador ha contratado con la
compañía para mantenerse patrimonialmente indemne (tiene un inte-
rés propio y es asegurado), mas resulta que a la vez aseguró con idénti-
co alcance el patrimonio de un tercero que eventualmente puede resul-
tar civilmente responsable (el conductor autorizado), quien no resulta
sólo un "beneficiario" de la póliza."
Por eso, el magistrado, a diferencia del Dr. d e Lázzari,concluye en
que "en el caso existen "dos" asegurados (el tomador y el conductor
autorizodo), constituyendo la indemnidad de sus patrimonios persona-
les la causa del contrato. Y siendo ello así, la suerte que cada uno corra
frente a una defensa opuesta por el asegurador no debe ser necesaria-
mente iddntica ."(la negrita nos pertenece)
Aplicando lo anterior al caso concreto,"no puede soslayarse que la
exclusión d e cobertura por "culpa grave" alegada por la citada en
garantía implica una delimitación subjetiva del riesgo. Por tanto, sólo
1 249
constituirse en una causal de no seguro en relación con el
sujeto que con su actuación personal gravemente culpable ha cau-

Dicho de otra manera, para este ministro, como la Municipalidad


de La Plata (el tomador asegurado) no incurrió en culpa grave, man-
tiene intacta la cobertura y, simul'táneamente, la compañía asegura-
dora queda liberada de su obligación de mantener indemne el patri-
monio de quien, por su culpa grave, provocó el siniestro (el conduc-
tor asegurado). Así, por distinto fundamento, llega a la misma solu-
ción que de Lázzari.

Por lo expuesto, por mayoría, se hizo lugar al recurso extraordina-


rio interpuesto, y se modificó el fallo extendiendo los alcances de la
sentencia respecto de la Caja Nacional de Ahorro y Seguros.

Caso IV: iProteger al asegurado o a la víctima?

En un caso de daños y perjuicios derivados de un accidente de


tránsito, la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires rechazó la
defensa opuesta por la citada en garantía sobre exclusión de cober-
tura, basada en supuesta culpa grave del asegurado. En los distintos
votos se pueden observar las distintas posturas sobre la función del
seguro de responsabilidad civil.

Así lo entendió el Máximo Tribunal Provincial, por mayoría, el 24


de mayo de 2006, en los autos "ROCOMA, BERTA MAR& Y RODR~GUU
MAR& JOSÉCONTRAD~M, MAR10 ALBERTO. D m Y PERIUlClQS~''O

La Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial del Departamento


Judicial de Junín había confirmado en lo principal el fallo que había
hecho lugar a la demanda, rechazando la defensa opuesta por la cita-
da en garantía sobre exclusión de cobertura.
La aseguradora entendía que en el caso se daba un supuesto
de culpa grave, que excluye la cobertura en los seguros de res-

170 Fuente: www.scba.gov.ar .


250 1
ponsabilidad civil, configurado porque el conductor del auto a
gurado conducía en avanzado estado de ebriedad cuando se pr
dujo el accidente.

Por ello, se interpuso, por la citada en garantía, recurso extra0


nario de inaplicabilidad de ley.

Al respecto, el primero en votar fue el Dr. Negri, quien destacó q


"tiene dicho este Tribunal que determinar, conforme las cir~unstan~i
de tiempo, lugar y modo del accidente, si el asegurado actuó o no con
"culpa grave" a fin de liberar a la aseguradora de la garantía de indem-
...
nidad que asumiera, constituye una cuestión de hecho no revisable en
esta sede salvo que se demuestre absurdo." (la negrita es nuestra)

Para este ministro, "'nose ha incurrido en ningún errorpor parte de /a


Cámara al valorar las probanzas obrantes:

',En el sub judice, surge del informe de la División de Laboratorio


Químico Policial, que el demandado tenía 1,S (uno punto cinco) gramos
sobre litro de la muestra de sangre que fuera extraída el 3 1 de diciembre
de 7 997, a las 06:20 horas (v. fs....de la causa penal).
En resumen, si bien el modo en que la Cámara apreció la prueba ren-
dida en autos puede ser discutible, no se encuentra configurado en mi
criterio el absurdo."

El Dr. Hitters, si bien adhirió al voto de Negri, agregó sus propios


fundamentos. Este magistrado recordó que /'se ha sostenido que se
incurre en la "culpa grave"prevista en la ley 17.418 cuando se trata de un
incumplimiento inusitado e inexplicable, que excede los casos de simple
culpa.., debiendo identificarse ese concepto más con la voluntad cons-
ciente que con el simple descuido (C.N.Com., Sala C, 70 111 7972, "El
Derecho': t. 74, pág. 459), en tanto se encuentra lindando con el dolo..."

"Sibien el Código de Tránsito ley 1 1.430 tipifica las violaciones toman-


do como pauta la gravedad y significación que las mismas poseen de
acuerdo a la seguridad pública y vial (art. 1 1 1) incluyendo como las más
graves (art. 1 12),entre otras, el exceso de los límites de velocidad (art. 54,
no circular con cuidado y prevención en la vía pública (art. 5 1 inc. 3), no
1 251
(espetar las luces de los semáforos (art. 541, no usar los correajes de segu-

y ~entencias':7988 1 457, "D.J.B.A.: 1988, t. 134, pág. 298; Ac. 70.399, sent.
del 29 XII 7 999, "D.J.B.A.': t. 158,pág. 98). Ello no obstante, a mi juicio esa
aradación que hace la lev 1 1.430 nada tiene que ver con la cu/m qrave
aludida en el art. 7 14 de la Ley de Seguros,pues con ese criterio el mínimo
exceso de velocidad haría incurrir al conductor en ese tipo leaal, v la cober-
tura del seguro caería en vacío." (el subrayado es nuestro)

Así, el Dr. Hitters advierte que "si se postula la tesis por la cual quien
comete "una grave infracción de tránsito" incurre por ello en "culpa
grave"a los efectos de la exclusión de cobertura, la función del contrato
de seguro contra la responsabilidad civil automotor se vería frustrada,
quedando sin amparo una gran cantidad de siniestros que se producen
en la actualidad." (la negrita es nuestra)

Entonces, para este ministro, "si bien la conducta desplegada por el


demandado Díaz en el accidente resulta subjetivamente reprochable, no
alcanza los extremos requeridos para configurar "tulpa graveHengene-
ral y, menos aún, a los "exclusivos" efectos previstos por el art. 7 74 de la
ley 17.4 78."

En cambio, la posición minoritaria en el Máximo Tribunal


Provincial contó con el voto del Dr. Roncoroni, al que adhirieron los
Dres. Kogan y Genoud.

Para Roncoroni, el recurso prospera porque la Cámara "errónea-


mente y en grado de absurdo no sólo ha descartado al momento dejuz-
gar la cuestión relativa a la alegada exclusión de cobertura, el valor de la
pericia química (según la cual el aquídemandado tenía 1,s gramos/litro
de alcoholismo cinco horas después de las libaciones que denuncian tal
estado), sino también porque ha prescindido del análisis de las demás
circunstancias que rodearon el hecho y que conducen a descalificar el
pronunciamiento."
Este ministro entiende que "acreditado el estado de ebriedad
que el accionado condujera en la emergencia, no he de vacilar en a
mar que tal obrar (configurativo de una imprudencia y negligenci
extrema que se muestra con el rostro de la temeridad y de la más abso
luta despreocupacion por la suerte propia y de terceros), es un supuest
de culpa grave que de darse en la persona del asegurado configu
supuesto de exclusión de cobertura o no seguro a que se refiere el a
1 14 de la ley 77.4 18."

El Dr. Genoud agregó a los argumentos de Roncoroni que "si S


permite excluir la cobertura de la compañía de seguros por inexistenci
de habilitación para conducir, también debe excluírsela en este caso
donde el porcentaje de alcohol en sangre del conductor hubiera habili-
tado a las autoridades a detenerlo e impedirle conducir por su estado de
ebriedad."

Es muy interesante este argumento de Genoud porque, justa-


mente, en casos como el que menciona, algunos tribunales, como
dijeramos supra, entendieron que la falta o inexistencia de habilita-
ción para conducir era una cuestión inoponible a la víctima y que
solo podía discutirse entre las partes del contrato de seguro, lo que
muestra el actual debate en torno a la función del seguro de respon-
sabilidad civil.

Por lo expuesto, por mayoría, se rechazó el recurso extraordinario


interpuesto; con costas.

NUESTRA OPINIÓN: Creemos que la solución pasa por vía legis-


lativa. Es necesario regular el seguro de responsabilidad civil obliga-
torio y establecer los mecanismos y recursos para financiar al mismo,
porque, en la actualidad, el seguro se financia con la prima que
cobran las aseguradoras a los asegurados y la prima se calcula tenien-
do en cuenta la existencia de franquicias y de excepciones de cober-
tura. Si esa franquicia o excepción no existe, la prima tendría que
subir o se tendría que crear un fondo estatal (financiado con el pro-
ducto de las multas de transito, como pasa en otros paises) para
pagarle a la victima en los casos donde haya franquicia o excepción
de cobertura.
1 253
Es interesante reseñar un proyecto d e ley presentado en la
amara d e Diputados en el año 2004 donde se buscó regular inte-
ralmente el "Seguro obligatorio d e responsabilidad civil por el uso
e autor noto re^.'^^

Así, con relación a los temas &e estuvimos tratando en el presen-


te Capitulo, se propone:

ír\rticulo 44- El seguro cubrirá las indemnizaciones por las siguientes

a) Automotores de uso particular, de alquiler o de transporte de


cosas: hasta cien veces el salario mlnimo vital mensual vigente al
momento del evento, por persona muerta o lesionada, con un limite de
hasta 300 veces de dicho salario por acontecimiento;
b) Automotores de transporte colectivo de pasajeros: hasta 300 veces
el salario mínimo vital mensual vigente al momento del evento por per-
sona muerta o lesionada con un límite de hasta 800 veces dicho salario
por acontecimientos."

Se busca un monto d e cobertura que vaya evolucionando confor-


me el crecimiento del salario mínimo vital, para evitar los perjuicios
resultantes d e la inflación.

'Xrticulo 75.- Créase un Fondo de Garantía que funcionara como


entidad de derecho público no estatal. Estará a cargo de un consejo de
administración presidido por el superintendente de seguros de la Nación
e integrado por representantes de las asociaciones de aseguradores.
Tendró por objeto afrontar las indemnizaciones previstas en esta ley
en los siguientes casos:
a) Daños producidos por autor desconocido;
b) Daños producidos por autor que, aunuue conocido. no se halle!
asequrado;
c) Daños que el aseciurador del responsable se encuentre en imposi-
bilidad económica o jurfdica de indemnizar."

7 77 Puede consultarseloen
http://www 7.hcdn.gov.ar/dependencias/dsecretaria/Periodo2004/PDF2004flP2004
/02abri12004/tp024/749 7 -0-04.pdf.
254 (

Articulo 7 6. - En los Supuestos previstos en e/ articulo anterio


nificado o sus derechohabientesdispondrdn de acción directa
Fondo $e Curantia, quien tendrá personeríajurídica para actuar en ju
cio como autor o demandado."

Articulo 7 7.- El Fondo mantendrá contablemente individualizada


gestión y atenderá los pagos a que se refiere el artículo 75 con
siguientes recursos:
a) LO sobreprima que anualmente fije la Superintendencia
Seguros de la Nación sobre las pólizas de automotores;
b) ~ l ~ o r c e n t ade
j eprevisión que determinara la Superintendencia d
Seguros que no podrá exceder del 7 0 por ciento de la sobreprima;
C) La del Fondo;
d) LOS recuperas y las multas;
e) Otros recursos que autorice el Poder Ejecutivo."

Como puede observarse, la idea es que el Fondo actué en 10s


casos donde no haya seguro, sea porque el autor del daño no está
asegurado o es desconocido, sea porque hay una franquicia o excep-
ción d e cobertura.
Sin entrar a analizar en profundidad el proyecto, nos pareció opor-
tuno comentarlo aunque sea brevemente, para ilustrar las posibles
medidas que tendrían que implementarse para viabilizar un autenti-
co seguro obligatorio pensado para proteger a la victima del daño.
XECCION T E R E M
PARTE ESPECIAL

CAPITULO XI
ACCIDENTES CON INTERVENCION DE VEHlCULOS
FERROVIARIOS, BICICLETAS O MOTOCICLETAS

48. VEHlCULOS FERROVIARIOS: INTRODUCCION.

Los daños causados a peatones 17' y a rodados por ferrocarriles en


movimiento se rigen por las previsiones del art. 11 13 del Cód. Civil,
referidas a daños causados por el "riesgo"de la cosa. En consecuencia,
a la parte actora sólo le incumbe la prueba del hecho y su relación d e
causalidad con el daño producido, mientras que para eximirse d e res-
ponsabilidad la demandada debe acreditar la culpa d e la víctima o d e
un tercero por quien no debe responder. 17'

Ha dicho la jurisprudencia:

172 En cuanto a los daños sufridos por pasajeros del ferrocarril, es aplicable lo que dire-
mos al tratar, en el Capitulo siguiente, el contrato de transporte.
173 Conforme: CSJN, 17/4/97,l'Savarro de Caldara, Elsa l. y otros c/ Empresa Ferrocarriles
Argentinos:'
LL 7 997-E, 12 7 y DJ 1998-1-2 1 1; en similar sentido, CNCiv., Sala B, 2/6/94,l1LÓpez,Luis
M. y otra
C/ Empresa FerrocarrilesArgentinosíLL 1995-0,833,J. Agrup., caso 10.532; ídem,
Sala E, 19/3/97,"Ramos Pinto, Demetrio y otra c/ Empresa FerrocarrilesArgentinos:'
LL 1997-0,336 y DJ 1998-3-47 1, entre otros.
"7- El riesgo que implica un tren en movimiento, se ve agravado Po
/a existencia de un paso clandestino, habitualmente uti/izado por
vecindario aledaño a las V ~ Scuya
, toleranciapor la empresa es indu&
ble, dada esta utiIizaci6n y por ser visible y fdcilmente detectable, a lo
que cabe sumar el mal estado de 10s akambrados separatorios de /as
vjas, que facilita e incluso alienta a aquella utilización ante la falta de
cruces habilitados próximos, genera la responsabilidad de la empresa
ferroviaria, sin que pueda considerarse en modo alguno abusivo que
ésta deba ejercer un control permanente a fin de detectary suprimir esos
pasos clandestinos, reparando 10s cercos de protección. 2- Obra de
manera imprudente y con incidencia causal en la producción del sinies-
tro qquien intenta cruzar las vias suburbanas de intensa circulación por
un lugar no habilitado, lejos de estaciones, con el peligro que ello impli-
ca, ya que los trenes no disminuyensu velocidad, máxime si la visibilidad
es escasa debido a la altura de la ~egetación."'~~ (la negrita es nuestra)

49,ACCIDENTES ENTRE AUTOMo"6RES Y VEHlCULOS ERRO-


VIARIOS.

Cabe recordar que la ley 24.449 establece en su art.41 inc. b) que


la prioridad de paso absoluta que tiene el vehículo que circula por la
derecha frente al que lo hace por la izquierda se pierde ante el paso
de vehículos ferroviarios, debido a la imposibilidad de maniobras
de desvío o evasión y que el art. 64 de la citada ley presume iuris tan-
tum responsable del accidente al que carecía de prioridad de paso.
Además, el art. 51 inc. 4 - 2 de la ley 24.449 prescribe que en los
pasos a nivel sin barrera ni semáforos: la velocidad precautoria no
puede superar los 20 km por hora y el cruce debe efectuarse despues
de asegurarse el conductor que no viene un tren.
Por otro lado,son deberes de la empresa ferroviaria (conf.art. 5 Ley
General de Ferrocarriles Nacionales No 2.873 y sus modificatorias):
a) Mantener la vía férrea en buen estado de modo que pueda ser
recorrida sin peligro por los trenes, la inmediata reparación de todos
los deterioros que sufriese y de la remoción de todos los obstáculos;

774 "PALACIOS, Ramona Asunción y otros c/TRENES DE BUENOS AIRES S.A. s/COBRO
DE SUMAS DE DINERO"24/11/98,Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, Sala l.
Extracto. http://ar.vlex.com/vid/palacios-ramona-asuncion-trenes-sumas-35400682
Id. vLex: VLEX-35400682.
b) Conservar en buen estado el tren rodante.

5O.ACCIDENTES ENTRE PEATONES Y VEHICULOS FERROVIARIOS.


En principio, al tercero que se dispone a cruzar las vías (sea auto-
movilista, ciclista o peatón) le cabe lo preceptuado por el art. 48 inc.
k) de la ley 24.449, que prohíbe "Cruzar un paso a nivel si se percibiera
/a proximidad de un vehículo ferroviario, o si desde el cruce se estuvieran
haciendo señales de advertencia o si las barreras estuviesen bajas o en
movimiento, o la salida no estuviere expedita. También está prohibido
detenerse sobre los rieles o a menos de cinco metros de ellos cuando no
hubiere barreras, o quedarse en posición que pudiere obstaculizar el
libre movimiento de las barreras:

Pero, tratandose de peatones, existe la presunción iuris tantum


contenida en el art. 64 de la Ley 24.449 que establece que "El peatón
goza del beneficio de la duda y presunciones en su favor, en tanto no
incurra en graves violaciones a las reglas del tránsito:

51.BICICLETAS.
La jurisprudencia en nuestro país varía, desde tratar al ciclista
como a un peatón, hasta considerarlo como conductor también de
una cosa tanto o más riesaosa que el propio automotor.

Así, por ejemplo, se ha resuelto: "Tratándose de un accidente ocurrido


entre un vehículo y un ciclista, el caso debe regirse por el art. 7 1 13 del
Código Civil, dado que en su confrontación con un automotor el ciclista
debe ser equiparado al peatón. Conforme con ello, el damnificado solo
debe probar la relación de causa a efecto entre el automotor y la lesión
sufrida, debiendo el conductor para exculparse, acreditar la culpa de la
victima o de un tercero por quien no debe responder"

El mismo Tribunal, en otro fallo, ampliando sus consideraciones, agre-

"Tratándose de una colisión entre un automotor y un ciclista, cabe


asimilar la situación de éste a la de un peatón. En efecto, siendo el auto-

175 CApel. CC San Martín, sala 11, mayo 29- 1984.ED, 1 16-63 1.
en este su conductor - que es a la vez su impulsor - carece de la protec-
ción de carrocería alguna; además, la velocidad que el ciclista puede
imprimir a su vehículo, comparativamente, es mínima. Por ello es que, en
defecto de demostración de la culpa en que pudiere haber incurrido la
víctima, la presunción de culpa contenida en el parr. 2 del art. 7 7 73 del
Código Civil,juega contra el conductor del automóvil embístente"

Ha dicho la Suprema Corte d e la Provincia d e Buenos Aires que


/'quien tiene a su cargo la conducción de un vehículo, asume sobre sí la
posibilidad cierta de la ocurrencia de sucesos que, en el curso ordinario
del tránsito puedan presentarse de manera más o menos imprevirta.as/
la aparición de la figura del peatón distra;do o del ciclista desaprensivo,
son hechos que se presentan, si no normalmente, al menos, ocasionales.
Y el conductor debe estar lo suficientemente alerta como para sortear
esas emergencias, salvo casos excepcionales" '77

La postura contraria sostiene que

* "...una bicicleta tiene tanto o más riesao que un automóvil, ya que


no crea el riesqo solamente la velocidad potencial o el mayor volumen o
masa de un vehículo. También lo crea una máquina que circula sobre
dos ruedas en la que el equilibrio, la fraqilidad -y versatilidad de manio-
bra, v muv a menudo la imposibilidad de control, precisamente a veloci-
dades mínimas, como también el factor pericia, hacen que dicho vehícu-
lo, circulando por calles de tránsito automotriz indiscriminado, resulte
una cosa riesaosa Y peliarosa, tal vez más que como sujeto activo, como
sujeto pasivo de responsabilidad y culpa:'
"Tratándose de un accidente entre un automotor y una bicicleta en
movimiento y constituyendo esta última también un elemento riesgoso,
a veces mayor que el automóvil, cada uno debería probar un hecho exi-
mente de responsabilidad previsto en el art. 7 7 73"lm

776 CApel. CC San Martín, Sala 11,Agosto 2 7 - 7 984, Coria de Schimpf; Nora L. y Otros c.
Baluk, Senowij.
7 77 julio 23 7 985. (80 7 - SJ), ED, 720-677.
7 78 C2aCC Morón, Noviembre 7 9 7 98 7, Taverna, Domingo J. C. Castaniza, Ricardo V.y
Otra.
* ". ..la bicicleta no es asimilable al peatdn pues ella detenta un alto
grado de riesgo tanto para su conductor como para tercerosal constituir
una máquina que circula mediante dos ruedas en la que el equilibrio, la
fragilidad y versatilidad de maniobra y a menudo la imposibilidad de
control, hacen que resulte una cosa riesgosa o peligrosa cuando circula
por calles de tránsito automotriz indis~riminado."'~'(la negrita y el
subrayado es nuestro)

En un caso relativamente reciente ' * O r donde en ocasión de transi-


tar el actor en su bicicleta, antes de arribar a la intersección con otra
calle y se produjo un embistimiento con un camión con semirremol-
que atmosférico, la jueza de primera instancia consideró que el accio-
nante perdió el dominio de su rodado y embistió con su bicicleta la
rueda delantera del tanque atmosferico, en una conducta totalmen-
te imprudente, al avanzar entre medio de dos rodados que iniciaban
su marcha y que transitaban en igual sentido, por así permitírselo el
semáforo existente en dicha intersección.
Analizadas las pruebas, determinó que la conducta del actor inte-
rrumpió totalmente el nexo causal entre el hecho y el daño, compor-
tándose en forma imprudente, rechazando así la demanda.

En la Alzada, el vocal preopinante, Dr. Basile, consideró que " l a teo-


ría del riesgo creado no queda suprimida cuando se ha producido un
encuentro entre un rodadoy una bicicleta, debiendo responder el dueño
o guardidn de la cosa riesgosa de manera objetiva (SCBA Ac. 65924 S 7 7-
8-99, en DJBA 757, 707), porque el choque que los puede dañar no des-
truye los factores de atribución de la responsabilidad (SCBA, Ac 33 155 S
8-4-7986, CARATULA: Sacaba de Larosa, Beatriz E. c/ Vilches, Eduardo
Roque y otro S/Daños y perjuicios)

Cierto es que el desplazamiento de una bicicleta no es similar al de un

7 79 CNCiv., Sala F, 4/3/03, "Romero, Raque1 R. c/ Colietta, Daniel C.y otrosí DJ 2003-3,
7 88, citado por Marcelo J. López Mesa, en "LA RESPONSABILIDAD POR LOS DANOS
CAUSADOS POR EL HECHO DE LAS COSASY(segundaparte), (http://www.lopezme-
sa.com/images/client-gallery/responsabilidad2.pdf)
7 80 "Flores,Claudio Javier c/ Estévez, Ru bén Dario y o ts. s/Ds. y Ps. Cámara de
Apelación Civil y Comercial de Lomas de Zamora, 76/72/08. Fuente:
www.scba.gov.ar .
260 1
peatón, porque se hace con otras maniobras que -desde el punto de v
jurídico revisten peligrosidad en sus consecuencias y porque casi sic
pre su velocidad supera a la del peatón al ser inexorable su caída porp
dida de equilibrio vertical cuando se reduce aquélla a un mínimo criti
Pero no menos ciefio es que, lo que debe demostrarseno es el riesgo
ado por cada vehlculo -liviano y a tracción a sangre unoJpesado y
motor a explosión, el otro sino que el comportamientosubjetivoJo co
ducta de la víctima tuvo aptitud para interrumpir -total o parcialm
te- el nexo causal imputable a l dueño o guardián de la cosa por c
vicio o propio riesgo el daño sobrevino (CC0002 S1 88493 RSD-884
7 7 -3-2002, CARATULA Córdoba,Silvia c/ Empresa de transportes tratad
de Pilar S/Daños y perjuicios).-
La bicicleta es vehículo que debe mantenerse en equilibrio y que, po
lo tanto, no es de andar estable. Oscilacionesy pequeñas desviaciones e
su marcha, más cuando el camino es desparejo, es algo normal y p
ende previsible. El desplazamiento cercano de un vehículo de enverga-
dura, o lanzado a velocidad, pueden provocar que el ciclista pierda total
o parcialmente el equilibrio, por lo cual todo conductor de un automotor
debe adoptar las necesarias precauciones para evitar que ello acontez-
ca, o que una eventual oscilación del biciclo pueda producir un contacto
entre ambos vehículos." (la negrita es nuestra)

En definitiva,estas posturas jurisprudenciales dependen de si, pre-


viamente, consideran que una bicicleta (o una motocicleta, adelanta-
mos) es cosa riesgosa, en razón de las circunstancias, o por su forma
de utilización necesaria o normal (circular por una vía de tránsito). En
ese caso, el daño producido por la bicicleta será daño por el riesgo de
la bicicleta.
No nos olvidemos que en los daños con las cosas, estas cumplen
una función meramente instrumental, ya que lo principal fue el
hecho del hombre, como cuando alguien golpea a otro con un bas-
tón o un garrote. La cosa fue un simple instrumento o prolongacián
de la actividad humana.
En cambio, cuando el daño se produjo por el riescjo propio o un
vicio de la cosa, (como cuando explota una caldera o una botella),
estamos ante un caso de daño por la cosa, es decir, un supuesto de
responsabilidad objetiva en nuestro régimen jurídico.
1 261
Como dicen Trigo Represas y Lopez Mesa 18': "El principio del riesgo
ede sin tetizarse ask

debe responder a partir de allí por "el riesgo de


se demuestre la culpa propia de la victima o de
un tercero extraño por quien el ddeño o guardían no debe responder..."
(el subrayado es nuestro)

Así, sostienen estos autores, "No se responde por la mera causación


del daño; hay de por medio un factor objetivo de atribución: el haber cre-
ado el riesgo del cual se sigue el daño. Crea el riesgo quien con sus cosas,
sus animales o sus empresas, multiplica, aumenta o potencia las posibi-
lidades de dañosidad. De ahí que no toda cosa dañadora sea una cosa

Dado que el riesgo d e la cosa puede derivar d e su naturaleza o por


su forma d e utilización necesaria o normal, es imposible formular u n
listado taxativo d e las mismas puesto, que, según las cirscunstancias,
cualquiera puede serlo.
En la practica, los tribunales dan una interpretación m u y amplia al
concepto d e riesgo d e la cosa o cosa riesgosa, que paralelamente
"achica"el campo d e supuestos d e dañosl'con" la cosa; y la aplican a

b)cosas que son riesgosas por su forma de utilización necesaria o


normal, (montacargas, ascensores, también se incluye a los automo-
tores, que entran en este supuesto o el anterior, según autores la' O tri-
bunales, las bicicletas, las motocicletas, etc)

787 En su Tratado de la Responsabilidad Civil, tomo 111, Editorial La Ley, año 2004, pags.
339 y siguientes.
782 Por ejemplo, Bustamante Alsina ha expresado que "...la bicicleta en movimiento es
una cosa riesgosa ypor lo tanto, se halla regida por lo dispuesto en el art. 7 7 73,
parte 3" del Cód. Civil.Es que si una cosa en símisma no tiene peligro, en ocasiones
puede adquirir tal cualidad en función de las circunstanciasdel caso".Función de la
culpa en la responsabilidad objetiva, en LL 7 994-C, 766.
(el caso del pan rallado, zanjas, montículos, baches, pisos o escaleras
resbaladizos, veredas rotas, etc)
Por lo tanto, considerada la bicicleta como cosa riesgosa, en un
choque entre un automotor y una bicicleta se aplicará la teoría de la
presunciones de causalidad concurrentes '83 sobre el dueño o guar-
dián de cada cosa,quienes deben afrontar los daños causados al otro
salvo que prueben la existencia de causa ajena a fin de eximir su res-
ponsabilidad.

Ahora, por otra parte, en general, cuando intervienen vehículos de


distinta masa (auto vs bicicleta, camión vs auto) se tiende a presumir la
mayor responsabilidaddel conductor del vehículo de mayor porte.

En esa Iínea,se habla de "la intensidad de los riesqos de dañosidad


respectivos". Para esto, se tiene en cuenta la masa de los dos vehícu-
los, su velocidad, su equilibrio más o menos estable (vgr. un camión
con acoplado en una ruta sinuosa), su facilidad de dirección, etc.

Ahora bien, por otro lado, si, por ejemplo, el demandado, dueño
del camión, demuestra que el ciclista iba de contramano, y10 sin
casco y/ o sin señales luminosas, demostrará con eso culpa de la vic-
tima y podrá eximir total o parcialmente su responsabilidad.

52.MOTOCICLETAS.
En cuanto a estos vehiculos, existen menos dudas en jurispruden-
cia y doctrina, inclinandose mayoritariamente por considerarlas cosa
riesgosa, al igual que cualquier automotor.

Cabe una aclaración: la expresión cosa riesgosa es una comodi-


dad verbal de uso muy difundido, pero que puede llevar a confusio-
nes. El art. 1113 no habla de cosa riesgosa, sino de daño producido
por el riesgo o vicio de la cosa. Una motocicleta en movimiento gene-
ra riesgo para terceros, lo mismo que una bicicleta la4. NOimporta que

783 Véase supra, punto 4.


184 Sin perjuicio de que la motocicleta, por su posibilidad de circular a mayor veloci-
dad, generá aún más riesgo que una bicicleta.
ni ciclicista ni motociclista cuenten con demasiada protección en
caso de un accidente. El riesgo o vicio de la cosa del que habla el art.
1 1 13 es un riesgo o vicio para terceros, no para su dueño o guar-
dian.

Sin embargo, repetimos, cuando intervienen vehículos de distinta


masa (auto vs motocicleta)jurisprudencialmente se tiende a presu-
mir la mayor responsabilidad del conductor del vehículo de
mayor porte.
CAPITULOXII
TRANSPORTE TERRESTRE

53.1NTRODUCCION.

Los accidentes de transito tambien pueden tener como victimas a


los pasajeros de medios de transporte terrestre. Piénsese, por ejem-
plo, en los daños sufridos por un pasajero que viajaba en un micro de
larga distancia, como consecuencia de un choque de ese vehiculo
contra un camión.
Por ello, a continuación, analizaremos el marco jurídico aplicable a los
casos de daños sufridos por pasajeros de medios de transporte terrestre.
Para ello, comenzaremos estudiando el contrato de transporte

Habrá contrato de transporte terrestre cuando una persona llamada


transportistase obligue a trasladar cosas o personas de un lugar a otro,
utilizando medios de locomoción que transiten por caminos y/o vías de

Si recibe una contraprestación, se tratará de transporte oneroso.


Si, en cambio, el transporte es realizado en forma desinteresada, será
un transporte gratuito.

Si el transportista es un empresario, es decir, si organiza su acti-


vidad en forma de empresa, y se trata de transporte oneroso, el con-
trato que lo vincula con el pasajero/tomador (en el transporte de per-
sonas) o con el cargador (en el transporte de cosas), es un contrato
típico y comercial, regulado por los arts. 162 y siguientes del Código
266 1
Si el transportista no es un empresario y se trata de transpo
oneroso, al contrato que lo vincula con el pasajeroltomador (e
transporte de personas) o con el cargador (en el transporte de cosas
s e le aplicarán las reglas d e la locación d e obra (arg. a contrari
sensu del art. 1624 del Código Civil).

Sea el transportista un empresario o no, si s e trata de trans


porte gratuito, es decir, realizado en forma desinteresada estamo
ante el Ilamado"transporte benévoloítema que trataremos más ade
lante.

El contrato de transporte terrestre es un contrato no formal, o,


mejor dicho,formal para la prueba.Como medio de prueba se utiliza
la carta de porte en el transporte de cosas y el billete o pasaje en el
transporte de personas.
También es admisible cualquier documento que reúna las carac-
terísticas de principio de prueba por escrito y, aún en ausencia de
este, en el transporte de personas al pasajero solo le basta con pro-
bar que se encontraba dentro del medio de transporte durante el
transporte.

54.RESPBNSABILIDAD DEL TRANSPORTISTA EN EL TRANS-


PORTE ONEROSO.
Por empezar, aquí debemos distinguir si estamos ante un trans-
portista- empresario o ante un transportista- no empresario:

A) TRANSPORTISTA- EMPRESARIO: Dijimos que si el transportis-


t a es un empresario, es decir, organiza su actividad en forma de
empresa, y se trata de transporte oneroso, el contrato que lo vincula
con el pasajero/tomador (en el transporte de personas) o con el car-
gador (en el transporte de cosas), es un contrato típico y comercial,
regulado por los arts. 162 y siguientes del Código de Comercio).
En ese caso, su responsabilidad por los daños que sufran los pasa-
jeros se rige principalmente por el art. 184 del Código de Comercio

785 Recalcamos que, al hablar de transporte gratuito, estamos refiriéndonos a una


autentica liberalidad de parte del transportista. Al respecto, ver lo que decimos más
adelante, al tratar sobre "TRANSPORTE BENEV0LO"y "EL TRANSPORTE COMO CON-
TRATO DE CONSUMO".
1 267
ue, adelantamos, se aplica por vía de analogía a todos los medios
transporte terrestre:

"En caso de muerte o lesión.de un viajero, acaecida durante el trans-


orte en ferrocarril, la empresa estara obligada al pleno resarcimiento
los daños y perjuicios, no obstante cualquier pacto en contrario, a
nos que pruebe que el accidente provino de fuerza mayor o sucedió
por culpa de la v i a m a o de un terceropor quien la empresano sea civil-
mente responsable."

Como puede apreciarse, se trata de una norma de orden público


que prohíbe la limitación o la dispensa de responsabilidady que con-
sagra un factor objetivo de responsabilidad.

PRESCRlPClON DE LAS ACCIONES EN ESTE CONTRATO


El Código de Comercio establece en su art. 855 que
"Las accionesque derivan del contrato de transporte de personas o
cosas y que no tengan fijado en este Código un plazo menor de prescrip-
ción, se prescriben:
7" Por 1 año, en los transpofies realizados en e/ interior de la

2" Por 2 (dos) años, en los transportesdirigidos a cualquier otro lugar.


En caso de pérdida total o parcial, la prescripción empezara a correr
el dja de la entrega del cargamento, o aquel en que debió verificarse,
según las condiciones de su transporte; en caso de avería o retardo,
desde la fecha de la entrega de las cosas transportadas.
Cuando se trate de transporte de pasajeros, la prescripción correrá
desde el día en que concluyó o debió concluir el viaje.
Será nula toda convención de partes que reduzca estos términos de
prescripción." (la negrita es nuestra)

Como se observa, la prescripción, en casos de transporte interno,


tiene un plazo menor que el de la prescripción extracontractual,
reglada por el art. 4037 del Código Civil. Al respecto, tengase en
cuenta lo que diremos más adelante, cuando encuadremos al
contrato de transporte como contrato de consumo.

B) TRANSPORTISTA- N O EMPRESARIO: Recordemos que si el


transportista no es un empresario y se trata de transporte oneroso, al
contrato que lo vincula con el pasajeroltomador (en el transporte de
personas) o con el cargador (en el transporte de cosas), se le aplica-
rán las reglas de la locación de obra (arg. a contrario sensu del arte
1624 del Código Civil).
En ese caso, al ser una locación de obra, se sigue que el transpor-
tista asume una obligación de resultado, lo que implica un factor
objetivo de responsabilidad.
Al no estar expresamente prohibida por el Código Civil, en princi-
pio sería válida una cláusula limitativa de responsabilidad en este
contrato, con las siguientes limitaciones:
1 ) Dado que, según el art. 507, "El dolo del deudor no podrá ser dis-
pensado al contraerse la obligación~,se sigue que el incumplimiento
doloso no puedel'dispensarse" ni total ni parcialmente al contraer la
obligación. El incumplidor doloso (demostrado el dolo por el acree-
dor) deberá la reparación integral.
2) Si fuera un transporte que encuadre como contrato de consu-
mo, dado que el art. 37 inc a) de la ley 24.240, establece que se ten-
drán por no convenidas "Las cláusulas que limiten la responsabilidad
por daños"
3) Aunque no sea de consumo, el juez puede entender que una
valuación de daños impuesta por el transportista es abusiva, tenien-
do en cuenta el valor fijado y el tipo de incumplimiento (vgr. "Si
mediare incumplimiento de cualquiera de sus obligaciones por parte del
TRANSPORTISTA este deberá pagar $ 700") (arg. conforme arts. 1071 y
542 CCivil)

PRESCRIPCION DE LAS ACCIONES EN ESTE CONTRATO


Al tratarse de una locación de obra y no poseer un plazo de pres-
cripción específico, se aplica el plazo decena1 previsto en el art. 4023
del Código Civil.

55.TRANSPORTE BENEVOLO.

El transporte benévolo no se encuentra específicamente contem-


plado en nuestro ordenamiento jurídico, lo cual obligó a la búsqueda
de soluciones por parte de la doctrina y jurisprudencia.
Se trata de un supuesto el conductor, sea dueño o guardián del
consiente en llevar a otra persona por acto de mera liberali-
dad o cortesíalvale decir, sin esperar ninguna contraprestación inme-
diata o futura a cambio, ni de parte del transportado ni de un tercero.

Es pues un acto gratuito y"&ratuito"en el sentido deudesinteresa-


do': Insistimos, el transportista no espera ningún beneficio a cambio
del transporte.

56,RESPONSABILIDAD EN EL TRANSPORTE BENEVOLO.

DISTINTAS POSTURAS.
En la doctrina y jurisprudencia pueden encontrarse las siguientes
posiciones:

a) Responsabilidad Subjetiva del transportista benévolo:la6


Esta postura, favorable para el transportista, entiende que el mismo
debe gozar de un régimen favorable o bonificado de responsabilidad,
habida cuenta que su conducta tuvo carácter altruista.Es decir,el trans-
portista no se beneficia económicamente con el transporte, por lo cual,
si bien no cabe eximirlo de responsabilidad,tampoco corresponde que
se lo traté con el mayor rigor, exigiéndosele en definitiva, un compor-
tamiento diligente para eximirse de responsabilidad.

Aquí cabe efectuar una primera distinción: Si se considera que en


el transporte benévolo hay contrato entre transportista y transporta-
do, se entiende que dicho contrato genera obligaciones de medios
para el transportista. Este debe obrar con diligencia para llevar sano y
salvo al transportado al lugar convenido.

Si, en cambio, se considera que en el transporte benévolo no hay


contrato entre transportista y transportado, la responsabilidad del
primero tendría lugar en la orbita extracontractual y se aplicaría el
art. 1 109 del Código Civil.

186 Por ejemplo, BUSTAMANTE ALSINA, "En el transporte benévolo no se puede invocar
como factor de responsabilidad el riesgo o vicio de la cosa." La Ley 1991-E-106.
270 1
Para esta postura, el transportado debe probar la culpa del co
ductor del rodado, dado que, repetimos, la gratuidad del servici
hace que se considere con menor severidad la responsabilidad d
quien lo brinda. a

Dentro de esta postura "subjetivista~algunosvan más allá y plan-


tean que el transportista benévolo sólo responde ante el damnifica-
do en caso de culpa grave.
Incluso se planteó jurisprudencialmente que, por mediar acepta-
ción de riesgos por parte del transportado, este acepta todos los
riegos que se presenten en ese viaje.

Por ejemplo, en marzo del año 2006, la Cámara Primera de


Apelación en lo civil y comercial de San Nicolás, en los autos caratula-
dos: "Amarillo Elba Beatriz c/ Moyano Oscar Nazareno y otros y10
quien resulte propietario y10 guardián y10 poseedor y10 usuario
-Daños y Perjuiciosí y su acumulado "Moyano Marta Susana c/
Moyano Oscar Nazareno S/Daños y Perjuicios", dijo: "Esas carencias
y las restantes, por otra, demuestran que quien se atribuyera la propie-
dad del vehículo y lo condujera al momento del hecho, se trata de una
persona totalmente desaprensiva respecto de las normas de seguridad,
acostumbrada a violar las disposicionesde tránsito.Sin emburgo, a pesar
de todo ello, la vlttima admitió ser trasladada en esas condiciones y por
esa persona, aceptando libremente el riesgo que encierra la utilización
de una cosa peligrosa, asumiendo una actitud culposa al consentit via-
jar benévolamente en un vehiculo automotor en deficientes condiciones
de seguridad adve~tiblesa simple vista por quien pusiera miílima aten-
ción en el rodado, y más aún conducido por quien despreciaba abierta-
mente las norma de tránsito. Pero si bien ello es asídebo destacar que en
gran medida el hecho aconteció como consecuenciadel propio obrar del
conductor del Citroen quien realizó una maniobra inapropiada que tuvo
también relación de causalidad con el siniestro producido. En tales con-
diciones y analizadas las circunstanciasparticulares del caso, en especial
es estado de la unidad y la mecánica del hecho, estimo prudente distri-
buir la responsabilidad en partes iguales entre la víctima y el codeman-
dado.. .(art. 7 7 7 7 y 7 7 73 del C.C.)"18' (la negrita es nuestra)

787 Fuente: www.scba.gov.ar .


1271

Por su parte, la Corte Suprema de la Nación resolvió quel'en mate-


ria de transporte benévolo la asunción de los riesgos normales del
viaje no es causal de supresión ni de disminución de la responsabili-
cipios que emanan de los artículos 1109 y 1111 del

b) Responsabilidad Objetiva del transportista benévolo:

Esta postura, favorable para el transportado, entiende que el


transportista terrestre está sujeto al mismo régimen de responsabili-
dad por daños al transportado, sea el transporte benévolo u oneroso.

Nuevamente, corresponde distinguir: Si se considera que en el


transportebenévolo hay contrato entre transportista y transportado,
se entiende que dicho contrato genera obligaciones de resultado
para el transportista. Este garantiza el llevar sano y salvo al transpor-
tado al lugar convenido.

Si, en cambio, se considera que en el transporte benévolo no hay


contrato entre transportista y transportado, la responsabilidaddel pri-
mero tendría lugar en la orbita extracontractual y se aplicaría el art.
1113 del Código Civil, referido a los daños causados por el vicio o ries-
go de la cosa, artículo que hace asumir el riesgo o vicio de la cosa al
dueño y al guardián, sin distinguir entre actos benévolos o interesados.
Para esta postura, el transportado no necesita probar la culpa
del conductor del rodado y10 la del transportista. Serán estos,
para exonerarse, los que deberán acreditar causa ajena

Por su parte, la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires,


expresó que "en el campo aquiliano la responsabilidad del dueño o
guardián de la cosa riesgosa es objetiva y el art. 7 1 13, segundo párrafo,
del Código Civil, no contiene distinción alguna para el supuesto del
transporte benbvolo, ni está condicionado su funcionamiento a que la
vistima no haya participado gratuitamente en la cosa." '"

188 CSJN, 23- 70-2001, "Melnik de Quintana, Mirna E y otro c/ Carafi, Juan M y otros S/
Rec. De hecho deducido por Prats Gustavo AY R. C y Seguros, 2002-763.
789 SCBA, 5-7-96, acuerdos 56.5 74,56.515 y 56.5 76.
57. EL TRANSPORTE COMO CONTRATO DE CONSUMO.
Si el transportista es una persona física o jurídica de naturalez
pública o privada, que desarrolla de manera profesional, aun ocasi0
nalmente, un servicio oneroso o gratuito de transporte y quien utili-
za ese servicio es una persona física o jurídica que lo hace como des
tinatario final, en beneficio propio o de su grupo familiar o social
estamos ante un contrato de consumo, regido por la ley 24.240 (LDc)
de Defensa del Consumidor. (arg.conf. Arts. 1 y 2 ley 24.240)

La profesionalidad de la que habla la LDC no tiene que ver con el


concepto de comerciante que nos brinda el artículo l o del Código de
Comercio, que lo define como aquella persona que realiza actos de
comercio a titulo propio, haciendo de ello su "profesión habitual:
Profesionalidad y habitualidad aparecen juntos en el concepto de
comerciante. En cambio, la LDC no pide habitualidad en el Proveedor
sino "conocimiento del negocio", es decir, un grado de "saber" u "ofi-
cioUquepone a esa parte en situación de superioridad frente a la otra,
a la hora de celebrar y ejecutar el contrato.

Es decir, para la LDC la profesionalidad no está dada por la habi-


tualidad (aunque es común que este elemento se dé en la practica)
sino por el "conocimiento del negocior:

Puede decirse que una aplicación de la regla del artículo 902 del
Código Civil, por la cual se dispone que, a mayor grado de capacita-
ción del deudor, mayor rigurosidad se debe tener al apreciar la res-
ponsabilidad de éste por las consecuencias del incumplimiento.

Por supuesto, se presumirá iuris tantum que quien preste el ser-


vicio de transporte a consumidores o usuarios de manera habitual lo
hace en forma profesional (vgr, una "línea de colectivos:' un servicio
de combis, un taxista). A la inversa, si se trata de una actuación en
forma ocasional, la parte que alegué estar frente a un Proveedor,
deberá acreditar la profesionalidad de este (es decir, su "conoci-
miento del negocio") si quiere que se aplique la LDC.

Es que el supuesto fdctico que pretende regular la LDC no es la rela-


ción entre un comerciantey un no comerciantesino una relación de des-
1 273
igualdad a la hora de negociar, celebrar el contrato, interpretarlo y eje-
cutarlo, desigualdad dada por la existencia de la superioridad cultural,
t&cnicay/o económica de una parte respecto de la otra.

Cabe destacar que el servicio de transporte puede ser adquiri-


do por el consumidor en forma onerosa o gratuita y esto no cam-
bia su carácter d e contrato de consumo. Esta última forma de
adquisición puede despertar perplejidad en el lector. A primera vista,
¿porqué proteger al consumidor si el proveedor le hace"un regalo"?.
Sin embargo, ya el decreto 1798/94, al reglamentar el anterior
texto del art. l o de la LDC nos daba una pauta de los motivos de la
actual redacción. Dice el art. 1 del decreto 1798/94 que "Serán consi-
derados asimismo consumidores o usuarios quienes, en función de una
eventual contratación a título oneroso, reciban a título gratuito cosas o
servicios (por ejemplo: muestras gratis)."
Ahora, con el actual texto del art. l o LDC, consumidor es que
"adquiere o utiliza bienes o servicios en forma gratuita u onerosa como
destinatario final.
La gratuidad supone una liberalidad, un dar o hacer algo en forma
desinteresada, sin esperar nada a cambio de la otra parte o de un ter-
cero. Ese es el autentico transporte benévolo.
En cambio, por ejemplo, no es desinteresado el transporte1'gratui-
to"con el que la empresa que administra un casino o un hipódromo
nos lleva desde un lugar determinado hasta el mencionado casino o
hipódromo. O el transporte terrestre "gratuito" que la empresa de
transporte fluvial nos ofrece para tomar en capital federal y trasla-
darnos al muelle Internacional deTigre,a fin de abordar el buque que
nos llevará a Montevideo
Se trata de medios deUagregarvalorna los servicios ofrecidos, para
así incrementar las ventas y/o los beneficios. Por lo tanto, en esos
casos, insistimos, no se trata de transporte benévolo y se justifica ple-
namente la inclusión de estos actos "gratuitos" en el área de protec-
ción de la LDC.

58.1MPORTANCIA PRACTICA DE ENCUADRAR UN CONTRATO


DETRANSPORTETERRESTREEN EL ESTATUTO DEL CONSUMIDOR.
Las principales consecuencias de que, en un caso concreto, a una
relación de transporte le resulte aplicable la LDC y demás normativa
274 1
de Defensa del Consumidor son las siguientes:

a) Prescripción: Aplicación del articulo 50 LDC: "Las acciones j


ciales, las administrativas y las sanciones emergentes de la presente
prescribirán en el &-mino de TRES (3) años. Cuando por otras leyes ge
rales o especiales se fijen plazos de prescripción distintos del establecl
precedentemente se estará almás favorable al consumidor o usuario. L
prescripción se interrumpirá por la comisión de nuevas infracciones o
por el inicio de las actuaciones administrativasojudiciales."

b) Cláusulas abusivas: Aplicación del artículo 37 LDC: "Sinperjui


cio de la validez del contrato, se tendrán por no convenidas:
a) Las cláusulas que desnaturalicen las obligaciones o limiten la res-
ponsabilidad por daños;
b) Las cláusulas que importen renuncia o restricción de los derechos
del consumidor o amplíen los derechos de la otra parte;
C)Las cláusulas que contengan cualquier precepto que imponga la
inversión de la carga de la prueba en perjuicio del consumidor.
La interpretación del contrato se hará en el sentido más favorable
para el consumidor..."
C) Responsabilidad solidaria por daños que sufra el pasajero:
Aplicación del artículo 40 LDC: "Si el daño al consumidor resulta del
vicio o riesgo de la cosa o de la prestación del servicio, responderán el
productor, el fabricante, el importador, el distribuidor, el proveedor, el
vendedor y quien haya puesto su marca en la cosa o servicio. El trans-
portista responderá por los daños ocasionados a la cosa con motivo o en
ocasión del servicio.
La responsabilidad es solidaria, sin perjuicio de las acciones de repe-
tición que correspondan. Sólo se liberará total o parcjalmente quien
demuestre que la causa del daño le ha sido ajena."
Este artículo sigue la línea del primer párrafo del art. 1113 del
Código Civil (responsabilidad del principal por hechos de sus depen-
dientes) y del art. 163 del Código de Comercio, referido al transporte
de cosas pero aplicable por analogía al de personas, que dice que
"Cuando el acarreador no efectúe el transporte por sísino mediante otra
empresa, conserva para con el cargador su calidad de acarreador, y
asume, a su vez, la de cargador para con la empresa encargada del
transporte."
Es decir, no importa si el transportista de iure (el que celebró el
contrato con el transportad~~que, por ejemplo, puede ser una empre-
sa de turismo o una agencia de viajes) realiza por sí o subcontrata el
transporte. Eso no significa delegar la responsabilidad.
Pero el art.40 LDC va más allá y no solo sirve para responsabilizar
a los distintos transportistas (elde iure y el de facto) sino a aquel que
puso su marca en el transporte. "Marcal no solo en el sentido técni-
co deUmarcaregistrada: sino también en el de nombre o denomina-
ción comercial.
Y para que responda no se exige que sea el transportista. Como se
coincide en doctrina, quien pone su marca en un servicio (en este
caso, el servicio de transporte), sea o no el verdadero transportista,
responde solidariamente con éste frente al consumidor por los daños
resultantes del riesgo o vicio de la prestación del s e r v i ~ i o " ' ~ ~ .
Se trata de un factor de atribución de responsabilidadderivado de
la generación de confianza. lgl
d) Relación de consumo: Dice el artículo 3 LDC:"Relación de con-
sumo es el vínculo jurídico entre el proveedor y el consumidor o usua-
rio..."
La noción de relación de consumo es más amplia que la de con-
trato de consumo, pues incluye conductas que podemos considerar
como precontractuales (vgr. publicidad previa, oferta, actos prepara-
torios, etc).

La relación de consumo es de naturaleza obligacional (es decir, la


relación de consumo "es" una especie de obligación que tiene como
sujetos al proveedor y al consumidor) y, como obligación que es,
tiene como uno de sus elementos a la causa fuente o fuente de la
obligación. La fuente contractual de la relación de consumo es el Ila-
mado contrato de consumo. En nuestro caso, lo llamaríamos con-
trato de transporte terrestre de consumo.

La fuente extracontractual se refiere a hechos dotados de vir-

190 Conf Pizarro, Ramón D., Responsabilidad civil por riesgo creado y de empresa, 6s.
As., La ley, 2006, t. 11,pág. 372/73.
19 1 Conf Alterini, Atilio A., Responsabilidad objetiva derivada de la generación de con-
fianza, en: "Derecho de dañosU,Segunda Parte, en homenaje a Trigo Represas, Bs.
As., La Rocca, pág. 539 y sig tes.
276 1
tualidad jurídica como para vincular a consumidores con provee
res. Son todas las circunstancias que rodean o se refieren o con
tuyen u n antecedente de la actividad encaminada a satisfacer
demanda de bienes y servicios para destino final de Consumid
res y usuarios. Son anteriores a cualquier contrato que celebre
consumidor con el proveedor.

Por ejemplo,cuando una persona se encuentra en un andén es


rando un tren o un subte, es discutida en doctrina la cuestión de S
existe o no contrato de transporte, aunque predomina la postura a
mativa, pero indudablemente nos encontramos ante un antecede
te, es decir, una conducta encaminada a realizar un contrato de tran
porte.
Es un acto anterior e independiente de una eventual y posteri
contratación y, sin embargo, igualmente resulta causa fuente de I
relación de consumo. Dicho de otra manera, aunque todavía n
haya contrato, igual puede haber relación d e consumo.

Lo importante es que, haya o n o haya contrato de consumo, si


hay relación de consumo (sea de fuente contractual o extracontrac-
tual), se aplica la LDC y demás normativa de Defensa del
Consumidor, con todas las consecuencias vistas en los apartados
anteriores.
CAPITULO XIll
PEAJES Y RUTAS: RESPONSABILIDAD DE LAS
EMPRESAS CONCESIONARIAS

59. INTRODUCCIION.
En este capitulo trataremos la eventual responsabilidad civil del
concesionario de una vía de tránsito (autopista,ruta, camino,etc), por
los accidentes que puedan producirse al circular por la misma. Estos
accidentes pueden originarse en defectos o riesgo propio de la vía
de tránsito (baches, mala iluminación, falta o defectuosa señaliza-
ción, curvas, accesos y10 salidas con diseno peligroso, etc), o por fac-
tores externos ( manchas de aceite debidas al desperfecto de un
vehículo, rodados mal estacionados, partes de un vehículo tiradas en
la vía de tránsito, animales sueltos, objetos arrojados por terceros
hacía la vía de tránsito, etc)

Las soluciones no son las mismas al caso de una vía de tránsito


administrada directamente por el Estado.

En el supuesto de una vía de tránsito administrada directa-


mente por el Estado, la jurisprudencia y la doctrina se enfrentan, en
la mayoría de los ocasiones, con un caso de supuesta responsabilidad
civil del Estado por omisión.

En la jurisprudencia, el criterio dominante en la materia, desde la


Corte Suprema de la Nación para abajo, considera necesario para
que exista responsabilidad del Estado que el incumplimientosea de
una obligación concreta, es decir, de una obligación legal expresa, y
no del mero incumplimiento de un deber genérico o difuso. La dife-
rencia radica en que en el primer supuesto existe la posibilidad con-
278 1
creta de compeler efectivamente a la Administración a su cum
miento, lo que no ocurre en el otro.

Además, la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha sosten¡


como criterio general que el ejercicio del poder de policía o las fu
ciones de policía administrativa que corresponden al Estado
basta per se para atribuirle responsabilidad en un evento en
cual ninguno de sus órganos ha tomado parte, "pues no parece raz
nuble pretender que su misión general de contralor o en orden a la pr
vención de los ilícitos o las infracciones pueda llegar a involucrarlo
comprometerlo a tal extremo en las consecuencias dañosas que ello
produzcan con motivo de hechos extraños a su intetvencidn directa
como se dice en varios fallos, algunos de los cuales trataremos más
adelante, en el Cápitulo siguiente.
Sin embargo veremos que hay excepciones y distintas interpreta-
ciones al respecto.

En cambio, en el supuesto de una vía de tránsito administrada


por un concesionario, por delegación del Estado nacional, provin-
cial o comunal,veremos que la jurisprudencia se abre en un abanico
de posturas que van desde considerar que el concesionario se
encuentra en la misma posición que el Estado, en materia de res-
ponsabilidad civil, hasta los que entienden que el concesionario
asume una obligación tácita de seguridad, de resultado, produc-
to de la relación de consumo que entabla con el usuario de la vía de
tránsito.

Hecha esta introducción, comenzaremos a tratar la responsabili-


dad civil del concesionario vial y, a continuación, en el Cápitulo
siguiente, la del Estado.

60. EL DEBER DE SEGURIDAD DEL CONCESlONARlO VIAL.

El encuadre jurídico de la relación que une al automovilista usua-


rio de una ruta, autopista y10 camino concesionado, con el concesio-
nario vial, motivó un amplio debate doctrinario y jurisprudencia1 en
nuestro país.
1 279
A grandes trazos, pueden señalarse las siguientes posturas:

A)Reíación extracontractual, de Derecho Administrativo


B) Relación contractual, de Derecho Privado
C) Relación de consumo

Por su claridad e impecable tratamiento del tema, transcribimos


parte del articulo de Juan C. Boragina y Jorge A. Meza,"LA RESPON-
SABILIDAD DE LOS CONCESIONARIOS DE RUTAS: UN FALLO EJEM-

A)Relación extracontractual, de Derecho Administrativo


Dicen Boragina y Meza:
"Para esta primera corriente de opinión:
a) Existe negociojurídico exclusivamente entre el Estado concedente
y la empresa concesionaria.

b) Este negocio resulta de concesión de obra pública y no de servicio.

c) Entre el concesionarioy el usuario la relaciónresulta, consecuente-


mente, extracontractual.

d) Lo abonado por el usuario del corredor es un tributo que el Estado


permite percibir directamente al concesionario,y no el precio por la pres-
tación de un servicio.

e) Frente al usuario, el ente concesionario sólo asume las obligacio-


nes expresamente incorporadas a los decretos de concesión, pliegos de
condiciones y contratos celebrados con el Estado. Consecuentemente,
dichos deberes se encuentran específicamente limitados a la construc-
ción o reconstrucción del camino y su mantenimiento en condiciones
adecuadas de transitabilidad. El poder de policía sobre el corredor vial se
encuentra a su vez restringido a ejercer únicamente el control de carga
de los vehículos de transporte.

f) En su virtud, el concesionario sólo resultaresponsable de los danos


causados al usuario por defectos de construcción o conservación de la
280 1
v/a concesionada.Todoperjuicio que no sea generado por vicio del cam
no tipifica, respecto del concesionario, una causa ajena por la que no
debe responder."(la negrita es nuestra)

B) Relación contractual, de Derecho Privado


Los autores citados continuan su exposición:

"a) De modo paralelo al contrato de derecho público celebrado entre


el Estado y el concesionario, se concerta,entre este Últimoy el usuario del
corredorvial, un negociojuridico autónomo de derechoprivado, atípico,
de "consumo"y adhesivo (contrato de peaje).

b) Luego, la responsabilidad del concesionario frente a los perjuicios


que sufran los usuarios de la ruta concesionada es de fuente negocial....

C) Consecuentemente, la naturalezajuridica delpago efectuado por


el usuario es la de precio por la prestación del servicio y no la de tributo
indirecto ...

d) Las normas y estipulaciones derivadas de la relación negocial de


derecho público celebrada entre el Estado y el concesionario resultan
inoponibles al usuario.

e) Dentro de la vinculación contractual que se celebra entre el conce-


sionario y el usuario, aquélasume una obligación principal (consistente
en viabilizarle el tránsito vehicular sobre la ruta) y otra -paralela y autó-
noma- de seguridad, con fundamento normativo en las disposiciones de
los arts. 1198 CCiv.y art. 5 ley24240 .

f ) A través del deber de seguridad asumido, el concesionariogaranti-


m la indemnidaddel usuario, excepto la tipificacionde un caso fottuito.
Se trata, por ende, de un deber de resultado, con fundamento en el factor
objetivo garantía.

g) Basta, entonces, que durante el decurso del tránsito vehicular por


el corredor el usuario sufra un perjuicio, para que emerja en contra del
concesionario, automáticamente, una presunción de responsabilidad,
sólo desvirtuable mediante la demostración de una causa ajena.
h) Este deber abarca, indistintamente, los daños que puedan origi-
narse por acto propio del deudor, por el hecho de las personas que utili-
za para ejecutar materialmente la prestación y por el riesgo o vicio de las
cosas utilizadas para prestar....

i) En SU virtud, frente al usuario de la ruta, el concesionario resulta


indistintamente responsable de los daños que se produzcan por vicios
de construcción o conservación (vgr. inexistencia de ro tondas y/o semá-
foros en los cruces urbanos, de artefactos de iluminación nocturna; pre-
sencia de baches; inexistencia o mal estado de banquinas, etc.), de infor-
mación (vgr. falta de señalización adecuada), por actos de omisión (vgr.
inexistencia de patrullaje adecuado que remueva los obstáculos -vehí-
culos o animales- que existan sobre la ruta; exceso de velocidades máxi-
mas; control vehicular en las cabinas de peaje; ídem, habilitaciones para
conducir y estado de alcoholización de los conductores, etc.), pues en
cualquiera de estos casos se tipifica la violación del deber de indemnidad
que consagra la obligación objetiva de seguridad asumida por el conce-
sionario."(la negrita es nuestra)

C) ReIaciOln de consumo:
Al respecto, señalan Boragina y Meza:
"Es principalmente defendida en nuestra doctrina por el Dr. Jorge M.
Galdós ..., quien, interpretando que la concesión vial encuadra dentro de
la relación de consumo, expone las ventajas comparativas de esta pos-
tura, entre otras:

a) Se ensancha la legitimación activa, toda vez que queda incluido


dentro del régimen de protección y reparación no sólo quien pagó el
peaje (consumidor), sino tambikn los terceros transportados (usuarios
que sufrieron daños).

b) El sistema resulta operativo desde el momento que el automóvil


ingresa a la ruta, es decir aún antes de abonarse el precio del peaje en la
cabina respectiva.

C) El factor de atribución aplicable es la violación de la obligación


expresa de seguridad normada en el art. 5 ley 24240.
282 1
d) Se trata, por ende, de un sistema objetivo de responsabilidad, co
fundamento en el factor garantía.

e) Jerarquiza e! deber de informacián, destácandose las obligaciones


inherentes al señalamiento del estado de transitabilidad de la red vio
(a& 6,25 y 28 ley 24240).

e) La responsabilidad del concesionario no excluye la del Estodo,


dada su condición de dueño del bien público concesionado.

f ) Potencia el principio favor debilis (arts.3, 7 9/25/36y 37 ley 24240).

g) Al estar en juego un servicio público, procede la adopción de medi-


das de prevención a través de la acción de amparo prevista en los arts.
4 1 ,42 y 43 CN....

h) Consagra el efecto expansivo erga omnes de las sentencias judi-


ciales, de modo indirecto.

i) Afianza el rol participativo de las Asociaciones de Consumidores."


(la negrita es nuestra)

Luego d e esta breve reseña, veremos la actual postura d e la Corte


Suprema d e Justicia d e la Nación, expresada en autos "BlANCHI, ISA-
BEL DEL CARMEN PEREYRA DE VBUENOSAIRES, PROVINCIA DE Y CAMI-
NO DEL ATLANT~CO S.A. Y/O QUIEN PUEDA RESULTAR DUEWO Y/O
GUARDIANDE LOS ANIMALES CAUSANTESDEL ACCIDENTES/ DAWOS Y
PERIUICIOS; del 7 d e noviembre d e 2006. lg3

61. EL CASO "BIANCHI"

Allí, la Corte Suprema d e Justicia d e la Nación consideró que el


vínculo que se establece entre el concesionario d e las rutas y los
usuarios d e las mismas e s d e carácter contractual y s e encuentra
enmarcado en una relación d e consumo, aunque n o aplicó la Ley

7 93 Fuente: www.csjn.gov.ar .
de Defensa del Consumidor al caso, pues n o estaba viaente a la fecha
de los hechos. El accidente tuvo lugar en la ruta provincial 11 al cho-
car u n automóvil con u n caballo que súbitamente cruzó la ruta. La
Corte entendió que el concesionario vial había incumplido su deber
de seguridad al n o haber adoptado adecuadas medidas de preven-
ción.

Como decíamos, así l o decidió el Máximo Tribunal en los autos


"BIANCHI, ISABEL DEL CARMEN PERNW DE W BUENOSAIRES, PROVIN-
CIA DE Y CAMINO DEL A T ~ N T I C OS.A. Y/O QUIEN PUEDA RESULTAR
DUENO Y/O GUARDIANDE LOSANIMALESCAUSAMES DEL ACCIDENTE
S/ DANOS Y PERJUICIOS" y S u acumula d o '!MART~NEZ
UBUENOS AIRES, PROVINCA DE Y OTROS S/ DANOS Y PERJUICIOS".

En los primeros, se presentan Isabel del Carmen Pereyra d e


Bianchi y Mariano Ezequiel Bianchi, cónyuge e hijo menor d e Héctor
Roberto Bianchi e inician demanda d e daños y perjuicios contra la
Provincia d e Buenos Aires, Camino del Atlántico S.A.CV y quien resul-
te dueño o guardián d e los animales causantes del accidente que
motiva este litigio.

Dicen que la noche del 11 d e febrero d e 1991 se dirigían desde la


ciudad d e Villa Gesell hacia la d e Mar del Plata por la ruta provincial
No 11 en u n vehículo Peugeot 505, d e propiedad del citado Bianchi
que lo conducía.

Alrededor d e las 22.15, el vehículo colisionó con uno d e los dos


caballos que súbitamente cruzaron la ruta, a la altura del camino d e
tierra a Mar Azul, aproximadamente 12 k m después d e la entrada a la
ciudad d e Villa Gesell. Las características del accidente CexpresanC
fueron relatadas en la causa penal respectiva que ofrecen como
prueba. A raíz del hecho, Bianchi y su cónyuge, así como los restantes
ocupantes del vehículo, fueron trasladados al Hospital Municipal d e
Villa Gesell. Héctor Roberto Bianchi, que experimentó hundimiento
de cráneo y pérdida d e masa encefálica,falleció a los treinta minutos
d e ingresar.

Así las cosas, demandan a la Provincia de Buenos Aires por ser la


dueña de los animales causantes del accidente e invocan para ello el a
1 124 del C6digo Civil. Ello es así, a su juicio, por tratarse de equinos or
janos o de marca desconocida (conf. art. 70 de la ley 22.939) o bien
vacantes o mostrencos (conf. art. 2342, inc. 34 del Código Civil). La res-
ponsabilidad que atribuyen a la provincia la basan, asimismo, en
inobservancia de un deber de seguridad específicoy oneroso.

En cuanto a Camino del Atlántico S.A., su emplazamiento obe-


dece a su condición de concesionaria de la ruta y por infracción al
deber de seguridad a favor del usuario (art. 504 del Código Civil),
contemplado en el contrato celebrado por ésta y el Estado provincial.

Por su parte, en la causa "Martínez Lamas, Manuel c/ Buenos Aires,


Provincia de y otros S/ daños y perjuicios': se presentan Manuel
Martínez Lamas y Martha Angélica Pereyra de Martínez en represen-
tación de sus hijos menores Leonardo y Juan Pablo Martínez, de
nueve y doce años, respectivamente, quienes viajaban invitados en el
rodado de la familia Bianchi. Inician demanda contra la sucesión de
Héctor Roberto Bianchi y para el caso de que se negara la titularidad
del vehículo marca Peugeot 505, contra quien fuera propietario del
automotor al momento del accidente.

Asimismo, demandan a la Provincia de Buenos Aires, Camino del


Atlántico S.A.y quien resulte dueño o responsable de los equinos que
produjeron el siniestro. Sostienen que sus hijos viajaban conjunta-
mente con la familia Bianchi y que, como consecuencia del acciden-
te, sufrieron daños físicos y trastornos psicológicos. Reclaman asimis-
mo el daño moral.

Posteriormente, en autos "Martínez Lamas, Manuel c/ Buenos


Aires, Provincia de y otros S/ daños y perjuicios"se dispone la acumu-
lación de ese expediente a la otra causa.

Llegado el caso a la Corte Suprema, en el voto de la mayoría se


comienza por señalar que "frente al prolongado trámite u1 que ha dado
lugar la substanciación de este proceso y la significativa extensión del
tiempo transcurrido desde el llamamiento de autos para sentencia..., evi-
dentes razones de economía procesal como las señaladas por el Tribunal
en el pronunciamiento dictado en la causa P.238.XXVlll "Punte, Roberto
Antonio c/Tierra del Fuego, Antartida e Islas del Atlántico Sur, Provincia
de s/cumplimiento de contrato:'sentencia del 2 7 de marzo de 2006, y en
/a causa C. 7563.XXXVI "Cohen, Eliazar c/ Río Negro, Provincia de y otros
s/dañosy perjuicios~sentenciadel 30 de mayo de 2006, asícomo la ade-
cuada preservación de las garantías constitucionales de la defensa en
juicio y del debido proceso que asisten a las partes, en cuanto compren-
den la necesidad de obtener una rapida y eficaz decisión judicial que
ponga fin a la controversia (Fallos:3 7 9:2 75 7 y sus citas), llevan a dejar de
lado en el sub lite el nuevo contorno del concepto de causa civil definido
por esta Corte el 2 7 de marzo de 2006 en la causa B.2303.XL "Barreto,
Alberto Damicín y otra c/ Buenos Aires, Provincia de s/daños y perjuicios;
como así también en la causa A.820.XXXIX'Yiguilar, Patrícia Marcela c/
Rey,Héctor y otra CProvincia de Buenos AiresC S/daños y perjuicios:'sen-
tencia del 30 de mayo de 2006 y, en consecuencia, a mantener su com-
petencia originaria para dictar sentencia definitiva en las causas referi-
das.

En cuanto a la responsabilidad de la Provincia de Buenos Aires


en el accidente de autos, la Corte rechaza las argumentaciones de los
actores que atribuían responsabilidad por las siguientes razones:

1 por su condición de dueña de los animales, citando en apoyo


O)

de ello los arts. 1124 y 2342, inc. 3", del Código Civil, y el art. 10 de la
ley 22.939; y
2") por ser titular de un deber de seguridad específico Cde carác-
ter oneroso por la implantación de un sistema de peaje en la ruta no
11C que ha sido infringido

"Ninguna de tales razones brindan sustento a la condena del Estado


provincial que se persigue. Ello es as6 por lo siguiente:
A) El caballo que intervino en el siniestro tenía una marca (ver suma-
rio policial...), cuyo diseño no se encontraba registrado en la Provincia de
Buenos Aires ...y, como lo observan los propios demandantes, en las
investigaciones desarrolladas en la causa penal no se detectó ningún
poseedor o dueño del equino..
En tales condiciones, corresponde considerar que se trataba de un
animal domesticado abandonado por su dueño (arts. 2605 y 2607 del
286 1
Código Civil),constatado lo cual queda impedida la responsabilidad
que se refiere el art. 7 724 del Código Civil pues dicho precepto no se
ca cuando los animales carecen de dueño o no están bajo la guard
nadie, es decir, cugndo no están sujetos a la dirección de una persona
Dicho d e otra manera, el Estado provincial no era dueiio y el pos
ble abandono de la cosa por su dueiio tampoco le hacía adquiri
tal carácter (arg. art. 2527 CCivil)

"B) La atribución de un deber de seguridad infringido que los actor


hacen al Estado provincial demandado para justificar su condena (at
bución expuesta en apenas tres renglones), no puede ser tenida en cue
tu a ese fin porque no han identificado siquiera minimamente cuál es e
deber de seguridad especifico incumplido, señalando su objeto y fun
mento normativo, definiendosu alcancey grado de exigibilidad, y exp
cando cómo se configuró su inobservancia.

Cabe observar, en este sentido, que la identificación del deber infrin


gido o la obligación determinada incumplida, pesaba sobre los recla
mantes a fin de posibilitar el pertinente juicio de antijuridicidad mate-
rial, máxime teniendo en cuentu que la situación de la provincia deman-
dada se distingue claramente de la del concesionario vial, desde que los
usuarios de una ruta concesionada no se relacionan directamente con el
Estado, sino con el prestador del servicio." (la negrita es nuestra)

Por último, l'...aun si se tomara a dicha atribución efectuada por los


actores como la imputación de un incumplimiento a deberes jurídicos
indeterminados a cargo de la provincia, la solución no variaría pues, en
tal caso, resultaría de aplicación la reiterada doctrina de esta Corte
según la cual "...elejercicio del poder de policia de seguridad que corres-
ponde al Estado no resulta suficiente para atribuirle responsabilidad en
un evento en el cual ninguno de sus órganos o dependencias tuvo p a m
toda vez que no parece razonable pretender que su responsabilidad
general en orden a la prevención de delitos pueda llegar a involucrarlo a
tal extremo en las consecuencias dañosas que ellos produzcan con moti-
vo de hechos extraños a su intervención directa..." (Fallos: 3 72:2 738;
3 73: 7636; 323:3599; 325: 7265)." (la negrita es nuestra)

Como puede verse, la Corte, en su actual composición, expresó


1 287
postura en materia de responsabilidad del Estado que señala-
os al iniciar este Capitulo.

En cambio, en cuanto a la responsabilidad del concesionario


vial, la Corte tomó posición en un terreno marcado por la disputa
doctrinaria y jurisprudencial:

Así, dijo que "el vínculo que se establece entre el concesionario de las
rutas y los usuarios de las mismas es calificado como una relación de
consumo en el derecho vigente."

Sin embargo, aclaró que no era posible la aplicación al caso de la


ley 24.240 de Defensa del Consumidor,'@ues dicha norma se sancionó
con posterioridad a la fecha del accidente que origina el reclamo de la
parte actorb (art. 3"del Código Civil)." (la negrita es nuestra)

De todas maneras, "en el derecho vigente a la época del evento


dañoso, el vínculo era contractual, regulado por el Código Civil, ya que
no cabe duda alguna que la relación entre el concesionario y el usuario
es diversa a la que el primero tiene con el Estado, y que este último paga
un precio o canon para el uso de la ruta y los servicios consiguientes." (la
negrita es nuestra)

En cuanto al contenido de esa relación contractual, "cabesostener


que el concesionario no asume una obligación de dar el uso y goce de
una cosa, sino de prestar un servicio. Esta calificación importa que hay
una obligación nuclear del contrato, constituidapor la prestación enca-
minada al mantenimiento de la ruta en todos sus aspectos y, también,
deberes colaterales con firndamento en la buena fe (art. 7 7 98, Código
Civil).Entre estos últimos existe un deber de seguridad, de origen legal e
integrado en la relación contractual, que obliga al prestador a la adop-
ción de medidas de prevención adecuadas a los concretos riesgos exis-
tentes en la ruta concesionada, en tanto resulten previsibles."(la negrita

Ahora bien, respecto del contenido del deber de seguridad del


concesionario vial, una de las más intensas discusiones gira en
torno a de si estamos en presencia de una obligación de medios
(que da lugar a un factor de atribución subjetivo) o de resulta
(donde el factor de atribución es objetivo).

La cuestión no es menor, pues se refiere a la distribución de la


carga probatoria.En el primer caso, la culpabilidad del c~ncesiona~i
es relevante y es la actora la que debe probar culpa o dolo del
demandado (o, aplicando la teoría de las cargas probatorias dinámi-
cas, será el concesionario demandado quien deberá acreditar su "no
culpa")

En cambio, si la obligación es de resultado, el concesionario


demandado solo se exime de responsabilidad acreditando ruptura
del nexo causal, a través de caso fortuito, culpa o hecho exclusivo de
la victima o culpa o hecho de un tercero por quien no deba respon-
der.

Al respecto, en su voto mayoritario, la Corte sostuvo que "la apun-


tada previsibilidad de los riesgos que adjetiva a la obligación de seguri-
dad a cargo del concesionario, puede variar de un supuesto a otro, pues
no todas las concesiones viales tienen las mismas características opera-
tivo~,ni idénticos flujos de trdnsito, extensión lineal, condiciones geo-
grdficas, grados de peligrosidad o siniestralidad conocidos y pondera-
dos, etc. En muchos casos, podrá establecerse un deber de previsión en
atención al art. 902 del Código Civil que no puede ser exigido en otros, lo
cual vendrájustificado por las circunstancias propias de cada situación,
siendo notorio que no puede ser igual el tratamiento de la responsabili-
dad del concesionario vial de una autopista urbana, que la del concesio-
nario de una ruta interurbana, ni la del concesionario de una carretera
en zona rural, que la del concesionario de una ruta en zona desértica.
Como consecuencia de ello, incumbe al juez hacer las discriminaciones
correspondientes para evitar fallos que resulten de formulaciones abs-
tractasygenéricas." (la negrita es nuestra)

Es decir, la Corte evitó un pronunciamiento de carácter gene-


ral acerca de si esa obligación tácita de seguridad es de carácter
objetiva (de resultado) o subjetiva (de medios).
Esto es muy importante, porque la Corte dejó a cada juez inter-
pretar esta cuestión, en cada caso concreto.Tecnicamente hablando,
la mayoría de la Corte se enroló en aquella postura que entiende que
la obligación tácita de seguridad en algunos casos es de resultado y
en otro de medios. Por ejemplo, Roberto Vázquez Ferreyra sostiene
que si la integridad de la persona del acreedor o de sus bienes es
demasiado aleatoria, dependiendo poco de la exclusiva diligencia del
deudor, la obligación de seg;ridad será de medio. Si, en cambio, la
norma es que un mínimo de cuidado necesario es capaz de llevar al
resultado esperado, la obligación de seguridad es de resultado. Por
tanto lo aleatorio del resultado constituye el criterio de distinción
que deberá ser apreciado en cada caso concreto. lg4

En cambio, en su voto, el ministro Zaffaroni, siguiendo la postura


que expusiera en su voto en "Ferreyra ,Víctor c/VlCOV S.A. S/ daños y
perjuicios" lg5 ,entendió que "...la responsabilidad de la concesionaria
resulta de carácter objetivo,ya que asume frente al usuario una obliga-
ción de seguridad por resultado, consistente en que aquél debe llegar
sano y salvo al final del recorrido, en consonancia con el principio de
buena fe (art. 1 7 98 del Código Civil) que integra la convención y permite
interpretarla, y el deber de custodia que sobre aquélla recae." (la negri-
t a es nuestra)

Volviendo al voto de la mayoría, esta consideró que "el supuesto


particular de accidentes ocurridos con ocasión del paso de animales por
rutas concesionadas, es claramente previsible para un prestador de ser-
vicios concesionados. La existencia de animales en la zona y la ocu-
rrencia de accidentes anteriores del mismo tipo, constituyen datos que
un prestador racional y razonable no puede ignorar. Es elprestador del
servicio quien está en mejor posición para recolectar información sobre
la circulación de los animales y sus riesgos,y, por el contrario, el usuario
es quien está en una posición desventajosa para obtener esos datos, lo
que sólo podría hacer a un altísimo costo. Es claro entonces que la carga
de autoinformación y el deber de transmitirla al usuario de modo opor-
tuno y eficaz, pesa sobre el prestador del servicio. El deber de informa-
ción al usuario no puede ser cumplido con un cartel fijo, cuyos avisos son

794 Vázquez Ferreyra, Roberto, "La obligación tácita de seguridad en la responsabili-


dad civil y ley de con trato de trabajo': Ed. Velez Sarsfield,Rosario, 7 988, pág. 122
195 "Ferreyra, Víctor Daniel y Ferreyra, Ramón c/ V.I.C.O.V.S.A. s/danos y perjuicios': 2 1
de marzo de 2006, fuente: www.csjn.gov.ar .
independientes de la ocurrencia del hecho, sino que requiere u
notificación frente a casos concretos."(la negrita es nuestra)
"Esta carga de autoinformación importa también el deber de ado
tar medidas concretas frente a riesgos reales de modo preventivo.
También en este caso puede constatarse fácilmente que es el prestado
del servicio quien está en mejor posición para tomar medidas de pre-
vención genéricas al menor costo. En el sub lite, este deber específico
señalado en último término tiene especial apoyo en el art. 11 6, 6, del
Reglamento de Explotación correspondiente a la concesionaria deman-
dada, en cuanto dispone que ''...La Concesionaria, en caso de ausencia
de la autoridad policial podrá suspender parcial o totalmente la circula-
ción en la zona del camino o en alguno de sus tramos, para todos o
algún tipo de vehículos cuando las condiciones meteorológicas o exi-
gencias técnicas derivadas del servicio de mantenimiento y conserva-
ción, razolnes de urgente reparación o seguridad cuando (...) caso
forltuito o fuerza mayor asílo determinen...".
Finalmente, la carga indemnizatoda puede ser mejor distribuidapor
el prestador, tanto disminuyendo los accidentes, como contratando un
seguro.
Dicho con otras palabras, la falta de un adecuado ejercicio del deber
de previsión y de disponer lo necesario para evitar accidentes en los tér-
minos y circunstancias indicados, compromete la responsabilidad de la
concesionaria." (la negrita es nuestra)

Al respecto, en la presente causa se ha acreditado el efectivo


incumplimiento de los deberes antes señalados.
"En efecto, tal como resulta de las actuaciones administrativas agre-
gadas, en la zona donde ocurrió el accidente -sobre la cual no hay dis-
crepancia entre las partes- preexistía sobre la mano opuesta a la que C¡P
culaba el vehículo conducido por Héclor R. Bianchi un cartel que indica-
ba la presencia de animales sueltos en tanto que, en la mano por la que
transitaban, estaba prevista /a colocación de uno semejante para dotar
a los usuarios de avisos coincidentes en un sector en donde el peligro no
podía ser unilateral..." (la negrita es nuestra)

Esa indicación, "no estaba instalada al menos hasta la oportunidad


en que los funcionarios de la Dirección de Vialidad Provincial confeccio-
naron elltroquis de señalización~..quelírepresentala situación de seña-
lización vertical al 29 de octubre de 7 996'20 que muestra que a la fecha
del accidente (7 7 de febrero de 7 99 7) no existía tal advertencia,pese a ser
indudablemente conocida su necesidad." (la negrita es nuestra)

"Esa omisión generó, ciertamente, un riesgo imprevisible para el con-


ductor Bianchi y, lógicamente, para cualquier usuario que como él
pudiera desplazarse en la zona, por lo que la responsabilidad de la con-
cesionaria no es dudosa y tiene fundamento en lo previsto por los arts.
512~902 del Código Civil." (la negrita es nuestra)

Por ello, se decidió hacer lugar a la demanda seguida por Isabel


del Carmen Pereyra de Bianchi, Mariano Ezequiel y Daniel Enrique
Bianchi contra Camino del Atlántico S.A. CV, condenándolo a pagar
las sumas de $ 277.280, $ 140.760 y $ 125.000, respectivamente.
Tambien se hizo lugar a la demanda seguida por Leonardo Emanuel
y Juan Pablo Martinez contra la misma concesionaria vial, por las
sumas de $ 86.818 y $ 22.000. En todos los casos, los intereses se
deberán calcular a partir del 11 de febrero de 1991 Cdía del ac-
cidenteC hasta el efectivo pago, salvo el rubro "tratamiento psicoló-
gico"cuyos intereses se calcularán a partir de la notificación de la sen-
tencia.

62. CASUlSTlCA
1) La espinosa cuestión de la relación de causalidad adecuada
La Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires
rechazó la demanda contra la concesionaria de una autopista por
entender que resultaba ajena al accidente de transito ocurrido,
donde un automóvil embistió un ómnibus que estaba detenido por-
que su conductor frenó para contemplar un accidente anterior.

Así lo decidió el Máximo Tribunal Provincial en autos "G., H. H. Y


OTROS CONTRAALVAREZ M. S.R.L. Y OTROS. D A ~ ~ OYSPERIUICIOS~
del 14 de diciembre de 2005."6
El caso llegó a esa instancia porque la actora interpuso recurso
extraordinario de inaplicabilidad de ley contra la sentencia de la Sala

196 Fuente: www.scba.gov.ar .


II d e la Cámara d e Apelación e n l o Civil y Comercial d
Departamento Judicial d e San Isidro, q u e modificó parcialmente
fallo apelado, excluyendo d e la condena a "Servicios Viales S.A."y a
citada en garantaía"La República Cía. d e Seguros S.A..

Se trata d e u n accidente en una autopista: El automóvil de 1


actora embistió un ómnibus de la empresa de transporte Alvare
Hnos. S.R.L. que estaba detenido porque su conductor frenó
marcha para contemplar otro accidente, por el cual un carril S
encontraba obstruido.
La actora demandó a la empresa d e transportes y a la concesio-
naria d e la autopista, "Servicios Viales S.A."y su citada e n garantía "La
República Cía. d e Seguros S.% A la concesionaria le achacó el incum-
plimiento d e la llamada obligación tacita de seguridad.

La Sala II d e la Cámara e n l o Civil y Comercial d e San Isidro llegó a


la conclusión final d e que "'él ilícito se produjo por factores exógenos a
la conducta del concesionario de la autopista: dado que n o existió "un
deficiente señalamiento:'

A juicio del actor, en cambio,el incumplimiento d e la llamada obli-


gación tacita d e seguridad consistió e n la demora e n la limpieza y
rehabilitación del sector d e la autopista que se encontraba clausura-
d o (mano derecha o d e circulación lenta) y esto contribuyó a la pro-
ducción del accidente q u e es materia d e autos.
Al respecto sostuvo la Cámara que "'él achaque que se le formula a
la concesionaria de la autopista por demorar la limpieza de uno de los
carriles de la misma, no es por símisma capaz de ocasionar normalmen-
te un accidente como el que diera lugar a esta causa"

Desde su óptica, "la negligencia del chofer que se detuvo a mirar los
camiones accidentados...p rodujo la obstrucción del carril que se encon-
traba librado al tránsito, coyuntura que unida a la conducta de la coac-
tora ocasionara el accidente que los involucrara:'

Llegado el caso, al Máximo Tribunal, comenzó por dictaminar el


Subprocurador General, Dr. Juan Angel De Oliveira, para quien ""no
queda resquicio de duda al respecto: es en la conducta tanto del chofer
1 293
del ómnibus de pasajeros (Sr. Atencio) como en la de la propia víctima
que conducía el Ford Escort (Sra.A. P. ) donde ubica el juzgador la causa
eficientedel daño padecido por los accionantes (conf. art. 907 del C.C.),
restándole toda importancia a la coyuntura apuntada por el quejoso
(demoraen la limpieza de la ruta). Dadas las circunstancias en que acon-
teció el accidente de autos, en nada hubiera influído para exonerar de
responsabilidad a "Servicios Viales S.A." el pronto despeje del camino
desde el momento que el carril derecho aún cuando se limpiara o dejara
de hacerlo, se hallaba debidamente señalizado advirtiendo la necesidad
de circular con precaución."

En el Máximo Tribunal Provincial, si bien varios ministros, como los


Dres. Roncoroni y Negri, analizan los alcances de la obligación tacita
de seguridad invocada por la actora, el eje de la solución n o pasa por
ahí, sino por u n tema centrado en la existencia o n o en la litis de u n o
de los requisitos d e la responsabilidad civil: la relación de causali-
dad adecuada entre la conducta imputada a la concesionaria y el
daño sufrido por el actor.

La postura mayoritaria de la Suprema Corte siguió el voto del


Dr. Hitters,quien coincidiendo con la Cámara de Apelaciones d e San
Isidro, agregó, que tampoco podía responzabilizarse a la concesiona-
ria por no haber impedido la presencia del vehículo detenido pro-
piedad de la firma demandada Álvarez Hnos. S.R.L.

Para Hitters, "uunque pueda extraerse de la prueba rendida en el


expediente que el microómnibus hubiere estado parado, obstaculizando
el único carril de circulación, cuando el automóvil de los actores impac-
tó contra su parte trasera, no puede establecersecerteramenteel tiempo
que llevaba tal detención. Es decir si la misma fue momentánea, o si por
el contrario el automotor permaneció allí por un espacio más prolonga-

Este dato temporal se erige de vital importancia a la hora de estable-


cer el eventual incumplimiento de las obligaciones de la demandada en
orden a remover los obstáculos que impidan o dificulten la normal cir-
culación vehicular, en tanto al no poderse lograr conclusión acreditante
precisa al respecto, no puede descamse que la detención del ómnibus
fue por un tiempo breve pero suficientemente extenso para coadyuvar a
294 1
la colisión, aunque a la vez escaso como para posibilitar la reacción
los dependientes de las demandadas, concitando la orden de seguir cir
culando." (la negrita es nuestra)

En cambio, para el Dr. Negri, quien junto a Roncoroni sustentaron


la postura minoritaria, "resulta evidente que en elcaso no se adoptaron
las medidas necesarias para garantizar la circulación continua de vehl-
culos, pues de haber sido as& se hubiera impedido la presencia de un
vehículo detenido.
La concesionaria Servicios Viales S.A., con su conducta omisiva, per-
mitió que un ómnibus, en vez de transitar y dejar libre el paso de circula-
ción, se constituyera en obsláculo inerte en el único carril habilitado en
el momento del accidente.
. Incumplida la obligación de remover sin dilación los obstaculos que
entorpecen el transito, como medida de seguridad para los usuarios,
corresponde extender la condena a Servicios Viales S.A.y su asegurado-
ra, citada en garantía (aras. 59 ley 24.240; 23 y 59, ley 24.449; 90 7, 902,
903,904, 7 7 73 7 Oparte y ccds. del Código Civil)." (la negrita es nuestra)

En virtud del voto mayoritario, se rechazó la demanda contra la


concesionaria de la autopista y su citada en garantía.

2 ) Concesionarios viales: ¿Obligación de medios o de resulta-


do? 1
La Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial del Departamento
Judicial San Isidro entendió que la obligación de seguridad del con-
cesionario vial es de medios y no de resultado, como se había resuel-
to en primera instancia. Sin embargo, consideró probada la culpa del
concesionario, quien no había removido rápidamente un obstáculo
en el camino, y confirmó la sentencia.

Así lo resolvió la Sala Segunda del fuero, en autos "LARRECUI,


CAROLINA Y OTRO CIAUTOPISTAS DEL SOL SA SIDAÑOS Y PER-
JUICIOS", del 24 de agosto de 2006.19'

La sentencia de primera instancia hizo lugar a la demanda pro-

7 97 Fuente: www.scba.gov.ar .
movida por Carolina Larregui y Juan Pablo López contra Autopistas
del Sol SA., condenando a ésta a pagar una indemnización de
$14.420 con costas.
Para así decidir, la jueza interviniente consideró probado a través
de la declaración de dos testigos, que el accidente se produjo a raíz
de la maniobra que la actora debió efectuar para esquivar un perro
muerto, cuya embestida mortal había ocurrido veinte o treinta minu-
tos antes del accidente, lo que implica que la concesionaria incum-
plió la expedita remoción del mismo, y ello fue la causa adecuada del
daño.
La magistrada entendió que la concesionaria de la autopista es
responsable por los daños causados al usuario por la presencia de un
objeto extraño en los términos del art. 1113 del Código Civil, pues es
obligación suya asegurar el normal tránsito, suprimiendo las causas
que generan molestias, peligros o inconvenientes,como lo son la per-
manencia de objetos inertes que impidan la circulación normal, salvo
que la aparición de la cosa en el camino haya ocurrido instantes antes
del accidente, lo que implicaría una causa de eximisión que debe ser
probada por quien pretende exonerarse. Agrega la sentencia que el
concesionario asume una obligación tácita de seguridad, de resulta-
do, en función del precio que abona el usuario.

En su apelación, la demandada se agravia cuestionando el encua-


dre legal formulado por la a quo, pues sostiene que su responsabili-
dad en lo tocante a la remoción de objetos que caen o son dejados
por terceros en la cinta asfáltica es de medios y no de resultados,
debiendo demostrar la víctima que la concesionaria incumplió con
su obligación de vigilancia y que tal desatención fue la causa ade-
cuada del daño.

En la Alzada, el vocal preopinante fue el Dr. Krause, quien coincidió


con el encuadre jurídico de la demandada pero, sin embargo, enten-
dió que la sentencia debía confirmarse en atención a las pruebas de
autos.
Así, respecto del encuadre jurídico, el camarista destacó que
"Concesionario vial" es quien tiene atribuido por la autoridad estatal
construir y/o mantener y/o explotar, custodiar, administrar y gestionar
económicamente la vía concedida mediante el régimen de pago de
296 1
peaje u otro sistema de prestaciones. Se trata de quien actúa por
gación del Estado en el mantenimiento de la traza vial, lo que con//
ciertas obligaciones (causa 88.805 del 17-9-02).Pero el concesionario
asegura una indemnidad absoluta, sino una tarea diligente para la util
dad apropiada de la traza (causa 87.776 del 9- 10-2001).Ello as/;cuan
por distintas razones, ajenas al concesionario, existe un objeto sobr
camino, debe este último removerlo dentro de un tiempo prudente, qu
es el razonablemente necesario para tomar conocimiento del obstácu/
a través de sus empleados o por aviso de automovilistas, y proceder a
desplazamiento.Pero no se puede pretender que impida materialment
la introducción de tales elementos, ni que si ello ocurre la remoción se
instantánea. Semejante obligación sería de cumplimiento imposible, po
materialmente irrealizable. El concesionario no puede asegurar un
indemnidad absoluta, sino una tarea diligentey relativa a lo que se esta
bleció conforme contrato, para aslobtener una traza lo más librey expe
ditaposible..." (la negrita es nuestra)

"Su obligación de seguridad, pues, debe interpretarse a la luz de las


obligaciones asumidas en el contrato de concesión de obrapública cele-
brado con el Estado, esto es, la remodelación, conservación y explota-
ción del corredor vial facilitando la circulación en condiciones de abso-
luta normalidad, suprimiendo las causas que originen molestias, incon-
venientes o peligrosidad (C.S.N,, "Colavita S.y otro c/ Provincia de Buenos
Aires, 7-3-2000, L.L. 2000-6-755). En el caso de la Provincia de Buenos
Aires el dec. 271 9/94, reglamentario del art. 102 de la ley 1 1.430 estable-
ce, además, que en los corredores viales concesionados la responsabili-
dad en cuanto a la adopción de medidas de seguridad a que se refiere
dicha norma, esto es, la eliminación de obstáculos o situaciones simila-
res, es extensiva a la empresa concesionaria." (la negrita es nuestra)

Por ello, será responsable respecto de los daños ocurridos en el


corredor vial cuando por dolo o negligencia no cumple con la obli-
gación de seguridad a su cargo y tal incumplimiento guarda adecua-
da relación causal con el daño. "Tal responsabilidad es de cartíctersub-
jetivo fundada en el dolo o culpa del concesionario. Ni de la ley ni del
contrato de concesión surge que la obligación asumida sea de carácter
objetivo,salvo en los casos en que el daño obedece al riesgo o vicio de las
cosas de que se sirve, en los términos del art. 1 1 13 del Cód. Civil.No exis-
1 297
una obligación de seguridad de resultado ni, por ende, la responsabi-
de la concesionaria es presumida. Su responsabilidad surgirá fren-
ncumplimiento de las obligaciones asumidas, debiendo demostrar
/a víctima que la accionada incurrió en tal incumplimiento y que tal des-
atención fue la causa adecuada del daño..." (la negrita es nuestra)
Pero esta responsabilidad subjetiva aparece probada en autos,
sostiene el preopinante, pues "si bien es cierto que los testigos mani-
festaron saber que el perro estaba en el lugar desde hacíu 20 minutos
por así habérselo contado quien lo atropellara (que estaba con su vehí-
culo dañado en la banquina), también lo es que luego del accidenteper-
manecieron otro tanto en el lugar sin que la demandada tomara la
intervención que según sus funcionarios es habitual en accidentes como
el ocurrido...Aun cuando no recibiera aviso del accidente por parte de
quienes tuvieron conocimiento del mismo, es claro que pese a todo elsis-
tema de seguridad vial con que cuenta, no hubo respuesta de su parte,
no intentó; ni retiró el objeto inerte del camino en tiempo razonable
olguno pese a la peligrosidad que 61representabapara el tránsito vehi-

Así pues, demostrada la existencia del hecho, la permanencia del


vehículo dañado en la banquina con posterioridad al accidente, como
así también la de quienes pararon para prestar ayuda, la referencia por
un tercero de que el perro se enc~ntrabaen el camino desde hacía 20
minutos,y el reconocimiento de la demandada de que pese a todo ello y
de tener un equipo de seguridad específico afectado a la zona... no se
enteró del accidente, constituyen hechos probados que permiten con-
cluir en forma inequfvoca con el incumplimientopor parte de la deman-
duda de su deber de seguridad de acuerdo a las circunstancias de tiem-
po, modo y lugar; ha incurrido en negligencia culpable, que comprome-
te su responsabilidad por los daños sufridos por los actores, al no haber
retirado en tiempo razonable alguno el obstáculo existente en el camino
que causara el accidente (arts.5 72,902, 7 7 09 y cc. del Cód. Civil; arts. 375,
384,456, 763 inc. Soy cc. del C.P.C.)." (la negrita es nuestra)

Siendo compartido el criterio del preopinante por el resto d e los


integrantes del Tribunal, se confirmó la sentencia apelada.
298 1
3)Concesionarios viales: ¿Obligaciónde medios o de res
do? II
En cambio, en "Medina, Ramón Angel C/COVIMET S. A. S/da
y perjuicios" lgB(CNCIV - SALA L - 2011012006), se re~ponsabili~
COVIMET por el daño sufrido por el actor, un chofer de remis, qui
en ocasión de conducir su rodado por la autopista lllia en direcci
hacia la Costanera recibió un piedrazo que atravesó el parabrisas.
las constancias de autos surge que la piedra fue arrojada por tercer
tal vez con el propósito de lograr que el auto se detuviera, para 1
asaltarlo. En la contestación de oficio emitido por la Comisaría
zona se informó que se habian recibido treinta y cuatro denu
por casos como el de autos -dentro de las cuales se encuentra
accionante- en el plazo de cuatro años.

El caso es interesante por varios motivos:


a) Si bien es anterior a lo resuelto por la Corte Suprema en aut
"Bianchi, Isabel del Carmen Pereyra de c l Buenos Aires, Provincia de
Camino del Atlántico S.A. y10 quien pueda resultar dueño y10 gua
dián de los animales causantes del accidente S I y perjuicios;
daños
este fallo se inscribe en la misma línea. Es decir, considera que1'elvín-
culo que se establece entre el concesionario y el usuario de una auto-
pista, es netamente contractual, subsumiendose el presente caso en
las previsiones de la ley 24.240 de defensa del consumidor, que torna
operativa la protección otorgada por el art. 42 de la Constitución
Nacional, por lo que toda disposición administrativa que se oponga
al sistema previsto por dicha ley, resulta inoponible al usuario..

La única, pero importante, diferencia, es que en Bianchi, en su


voto mayoritario, la Corte sostuvo que "la apuntada previsibilidad de
los riesgos que adjetiva a la obligación de seguridad a cargo del conce-
sionario, puede variar de un supuesto a otro, pues no todas las concesio-
nes viales tien en las mismas características operativas, ni idén ticos flujos
de tránsito, extensión lineal, condiciones geográficas, grados de peligro-
sidad o siniestralidad conocidos y ponderados, etc. En muchos casos,
podrá establecerse un deber de previsión en atención al art. 902 del

198 Expte. n 64.70 1 (13.30 7/00) - "Medina, Ramón Angel c/ COVIMET S. A. S/daños y
O

perjuicios" - CNCIV - SALA L - 20/10/2006.


129s

ódigo Civil que no puede ser exigido en otros, lo cual vendrájustificado


or las circunstancias propias de cada situación, siendo notorio que no
uede ser igual el tratamiento de la responsabilidad del concesionario
vial de una autopista urbana, que la del concesionario de una ruta inte-
rurbana, ni la del concesionario de una carretera en zona rural, que la del
concesionario de una ruta en zona desértica. Como consecuencia de
ello, incumbe al juez hacer las discriminaciones correspondientes para
evitar fallos que resulten de formulaciones abstractas y genéricas."
Es decir, la Corte evitó un pronunciamiento de carácter general,
sobre el factor de atribución.

En el fallo que ahora tratamos, el Tribunal entendió que la respon-


sabilidad de los concesionarios frente a los usuarios de rutas tiene
fundamento objetivo.

b) Además, es interesante el tema probatorio. El actor iba solo en


el auto cuando fue golpeado. No se presentaron testigos presencia-
les. Básicamente, se contó con el testimonio de una persona que arri-
bó tiempo después al lugar. Esta persona trabajaba en la misma remi-
seria que el actor y fue al lugar a asistirlo. Llegó antes que el personal
de la concesionaria vial. El otro elemento que formó la convicción del
magistrado fue el oficio a la Comisaría que inforrn6 que se habían
recibido treinta y cuatro denuncias por casos como el de autos.

4) Si la Corte lo dice....
La Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial del Departamento
Judicial San Isidro, modificando su anterior postura por razones de
economía procesal, adhirió al criterio de la Corte Suprema de la
Nación y consideró que el vínculo que se establece entre el conce-
sionario de las rutas y el usuario de las mismas es de carácter con-
tractual y, además, se encuentra enmarcado en una relación de con-
sumo. De todas maneras, el tribunal entendió que la responsabilidad
del concesionario era de carácter subjetiva. En ese sentido, condenó
a Autopista del Sol S.Al por considerar que no cumplió con su obliga-
ción de control y vigilancia al omitir las diligencias necesarias para
retirar en un tiempo razonable un objeto de la calzada que dañó la
motocicleta del actor.
300 1
Así lo decidió la Sala Segunda, en los autos "DOGO, Ma
Eduardo d Autopista del S01 SA. S/ daños y perjuiciosí del 12 de j
del 2007. lg9
El 28 de mayo de 2001, en horas de la noche, la actora, conducie
do una motocicleta por la Autopista del Sol, a la altura del puen
Capital José de San Martín y Camino Real Morón, sufrió un acciden
al llevarse por delante un objeto, lo que le causó daños en su rodad
La sentencia de primera instancia rechazó la demanda que p
cobro de daños y perjuicios promoviera el actor contra "Autopist
del Sol S.A.'~Concluyóla sentencia en que no se ha demostrado qu
la demandada no cumpliera acabadamente con su deber de vigila
cia y control sobre la autopista.
Apeló la vencida, argumentando que -contrariamente a lo decidi
do- está comprobado que la demandada no removió en el tiempo
exigible a su deber de vigilancia el obstáculo que produjo 10s
daños por cuya reparación reclama.

En la Alzada, el vocal preopinante fue el Dr. Krause, quien, con rela-


ción a la responsabilidad que se le atribuye a la demandada, destacó
que "el concesionario no puede asegurar una indemnidad absoluta,
sino una tarea diligente y relativa a lo que se estableció conforme con-
trato, para así obtener una traza lo más libre y expedita posible..." (la
negrita es nuestra)
Además, recordó que "hemos resuelto que su obligación de seguri-
dad debe interpretarse a la luz de las obligaciones asumidas en el con-
trato de concesión de obra pública celebrado con el Estado, esto es, la
remodelación, conservación y explotación del corredor vial facilitando
la circulación en condiciones de absoluta normalidad, suprimiendo las
causas que originen molestias, inconvenientes o peligrosidad (C.S.N.,
"Colavita S. y otro c/ Provincia de Buenos Aires, 7-3-2000, L.L. 2000-B-
755). No obstante b Corte Suprema de Justicia de la Nación ha cambia-
do su criterio y decidido que el vínculo que se establece entre el conce-
sionario de las rutas y el usuario es calificado como una relación de con-
sumo regulada y protegida tanto en el art. 33 (rectius 43) de la C.N.
como por la ley 24.240 y sus modificaciones (C.S.N. 7- 7 7 -2006, "Pereyra
de Bianchi, Isabel del C. v. Provincia de Buenos Aires y otra, J.A., Fascículo

199 Fuente: www.scba.gov.ar .


1 301
7 1 del 14-3-2007)."(1anegrita es nuestra)
Así pues, "atento el deber moral de los tribunales de ajustar sus fallos
10 doctrina de nuestro Superior Tribunal Federal por razones de orden
economía procesal ..., cabe decidir que existe un deber de seguridad de
rigen legal e integrado en la relación contractual que obliga al presta-
o r a la adopción de medidas de prevención adecuadas a los concretos
esgos existentes en la ruta concesionada en tanto resulten previsibles,
que puede variar de un supuesto a otro pues no todas las concesiones
ales tienen las mismas caracterfsticas operativas (C.S.N. 7-71-2006,
ereyra de Bianchi, Isabel del C. v. Provincia de Buenos Aires y otra,...."(la
negrita es nuestra)

Volviendo al caso en análisis, el Dr. Krause consideró que "ha de


tenerse especialmente en cuenta que el corredor vial en el que ocurrió el
hecho, cuya concesión tiene la demandada, es uno de los de mayor cir-
culación vehicular,en el que -según lo expone al contestar la demanda-
transitan diariamente alrededor de 500.000 vehículos de todo tipo y
clase. Exige ello, pues, el cumplimiento estricto y riguroso de las medidas
de seguridad adecuadas a fin de evitar las contingencias previsibles
siendo que, además, la vía concesionada atraviesa zonas con importan-
tes y continuos asentamientos urbanos.Ha de apreciarse en forma rigu-
rosa la responsabilidad del concesionarios vial y admitirse todo tipo de
pruebas respecto de la conducta culposa o dolosa que le es atribuida,
incluida la prueba presuncional..." (la negrita es nuestra)
En ese sentido, surge de autos que un testigo "manifiesta que el día
y hora del accidente denunciado por la actora y en el lugar que esta últi-
ma indicara, impactó con su vehículo un objeto sobre la autopista que lo
obligó a detenerse en la banquina. Que estando allíparado se encontró
con otros vehículos detenidos por el mismo motivo y vio cuando la acto-
ra embistió el mismo objeto dañándose la moto en la que circulara
según pudo observarlo el mismo testigo al arribar a la banquina. Este
testimonio se encuentra corroborado por el del conductor del Fiat Duna
detenido también en la banquina...al que se refiriera el anterior testigo.
Ambos declaran sobre la existencia de otros rodados detenidos por el
mismo motivo siendo uno de ellos retirado por una grúa. Tales testimo-
nios se hayan corroborado por la prueba informativa ...de la que surge
reconocido el servicio prestado a la actora para el traslado de su moto,
hecho este avalado por la prueba pericia1 contable... Ello así es dable
pista, que provocó el accidente denunciado por la actora, permane
allíocasionando daños a otros vehlculos además de los provocadosa
moto del actor. 6 dable presumir, entonces, que la demandada no cu
plió con su obligación de control y vigilancia al omitir las diligen
necesarias para retirar el objeto de la calzada en un tiempo razonab
No empece a ello los cuestionamientos que la demandada formula
contestar los agravios, puesto que ninguno de ellos desmerece la conv,
ción que resulta de los testimonios valorados, que fueron debidamen
controlados por la demandada al momento de la audiencia. Por
demás es dable advertir que pese a contar la demandada con un equl
de seguridad específico...no tuvo conocimiento del accidente efecti
mente ocurrido." (la negrita es nuestra)
. De esta manera se hallan probados hechos q u e "permiten concluir
en forma inequívoca con el incumplimiento por parte de la demandad
de su deber de seguridad de acuerdo a las circunstancias de tiempo,
modo y lugar; ha incurrido en negligencia culpable, que compromete SU
responsabilidad por los daños sufridos por la actora, al no haber retira-
do en tiempo razonable el obstáculo existente en el camino que causara
el accidente (arts.5 12,902, 7 109 y cc. del Cód. Civil; arts. 375,384,456, 7 63
inc. 50y cc. del C.P.C.)." (la negrita es nuestra)

Siendo compartido este criterio por los demás integrantes d e la


Sala, se resolvió revocar la sentencia apelada y hacer lugar a la
demanda promovida por Marcelo Eduardo Diogo contra "Autopista
del Sol S.A."a quien se condena a pagar la suma d e pesos $9180 con
más los intereses q u e se han d e liquidar según la tasa que paga el
Banco d e la Provincia d e Buenos Aires e n sus depósitos a 30 días,
desde la fecha del ilícito hasta el efectivo pago.

5) La Suprema Corte bonaerense sigue a "Bianchi"

La Suprema Corte d e la Provincia d e Buenos Aires, en autos


"Castro, Luis y otra contra Camino del Atlántico. Daños y perjeii-
c i ~ s " ~ ~ fecha
~ , d e22 d e diciembre d e 2008, referido a u n accidente de

200 Fuente: www.scba.gov.ar .


tránsito con animales sueltos en una vía concesionada, adoptó el cri-
terio de la Corte Suprema de la Nación en el caso"Bianchi" y resol-
vió confirmar el fallo atacado en cuanto consideró que la concesio-
naria vial debe responder por los perjuicios sufridos por la accionan-
te y revocarlo parcialmente en l o relativo al grado d e responsabilidad
imputado, por entender que ; 1 culpa d e la víctima actuó en la emer-
gencia como u n factor de concurrencia causal (arts. 513,s 14, 901 a
904, Cód. Civ.), manteniendo en este sentido la distribución indicada
en primera instancia (80% a cargo d e la accionada 20% culpa d e la
víctima), haciéndose lugar al recurso con ese alcance.
Es m u y interesante su lectura, muy especialmente el voto del Dr.
Hitters, quien hace u n detallado análisis d e las distintas posturas de la
Corte Suprema en el tema, con particular detenimiento en el caso
"Bianchil:

Es m u y interesante su lectura, m u y especialmente el voto del Dr.


Hitters,quien hace u n detallado análisis de las distintas posturas de la
Corte Suprema en el tema, con particular detenimiento en el caso
"Bianchi.

63.LA CORTE Y EL CASO "GOMEZY


El 17 de marzo de 2009, la Corte Suprema de la Nación se pronun-
ció en los autos"Gómez, Mario F. v.VlCOV §.A ylo resp~nsable"~~' y
desestimaron el recurso extraordinario planteado.
En el caso, los magistrados integrantes del Superior Tribunal de
Justicia de la provincia de Misiones declararon inadmisible el recurso
local de inaplicabilidad d e la ley interpuesto por el actor contra la
sentencia d e la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial d e la
ciudad de Posadas, cuyos jueces revocaron el decisorio del inferior
y, consecuentemente,rechazaron la demanda.
Se trata de una acción contra la empresa concesionaria vial de la
Ruta Nacional n. 12, en la que se reclaman los daños y perjuicios que
dijo haber sufrido el actor a raíz de un accidente acaecido cuando
imprevistamente,en plena noche, se cruzó un caballo por dicha ruta
frente a su vehículoI lo que determinó que lo atropellara,resultando
despedido el rodado hacia la banquina, dando varios vuelcos.

20 1 Fuente: www.csjn.gov.ar .
3041

Para decidir como lo hicieron, los vocales del Superior Tribuna


provincial, manifestaron que el escrito recursivo no es más qu
una mera discrepancia subjetiva, o diversa opinión jurídica, y que
ese organismo judicial ha decidido reiteradamente, en circuns-
tancias similares, que el recurso de inaplicabilidad de la ley no
tiene andamiento.
Contra este pronunciamiento, el actor interpuso recurso extraer-
dinario, tachando de arbitraria a la sentencia y manifiestando que no
se trata de la subjetivización de posturas jurídicas, sino de la confron-
tación de los hechos invocados y reconocidos en autos, con las nor-
mas jurídicas que regulan dichas situaciones.
Afirma que se han violado derechos y garantías consagradas en la
Constitución Nacional como los derechos del usuario (art.42),el dere-
cho de defensa en juicio (art. 19), el derecho a la propiedad (art. 17),
el derecho a la igualdad (art. 16), dándose el supuesto del art. 14, inc.
3, ley 48. En particular -prosigue- se prescinde del texto legal aplica-
ble sin dar razón plausible alguna,entre ellos, los principios que rigen
la responsabilidad civil y las claras prescripciones de la ley 24240
(Protección del Consumidor).
Con sustento en jurisprudencia y doctrina nacional, afirma que los
usuarios de servicios públicos gozan de protección constitucional
(art. 42), por cuya vigencia deben preocuparse los jueces en cuanto
"autoridades" que proveen la salvaguarda de los derechos de aqué-
llos. Expresa que con el dictado de la ley 24240, se concretó en nues-
tro sistema el principio de protección al consumidor, de jerarquía
constitucional al quedar incorporado al art.42, CN., que obliga a inter-
pretar los preceptos existentes en armonía con el mismo. Alega que,
independientemente de que la responsabilidad sea contractual o
extracontractual, la relación entre el concesionario de una ruta y
quien la transita, es una típica relación de consumo.
En su dictamen, la procuradora fiscal, Dra. Marta A. Beiró de
Goncalvez, recordó la postura de la Corte según la cual "más allá de su
acierto o error, la solución de las controversias mediante el análisis y
aplicación del derecho común y la valoración de las circunstancias fácti-
cas y las constancias probatorias -que por su naturaleza carecen de
relación directa con las garantías constitucionales que se invocan-, no
puede sino fenecer con el ejercicio de la potestad jurisdiccional de los tri-
bunales superiores de la causa, no siendo la Corte, en tal sentido, salvo
los supuestos muy precisos del recurso ordinario, una nueva y tercera
instancia para revalorizar y juzgar respecto de dichas cuestiones (Fallos
3 72: 7 95; 324:2460)."
La Corte, dijimos, por mayoría, consideró que el recurso extraordi-
nario es inadmisible, p o r aplicación del art. 280, CPCCN.

Con todo, cabe destacar que la Corte no cambió su postura "de


fondo':es decir! no modifica lo que dijo en "Bianchi" respecto del
carácter contractual y de consumo de la relación entre usuario y
concesionario.

Lo que dice la Corte en este nuevo fallo es:I1el tribunal superior d e


la causa fue la Cámara d e Apelaciones en lo Civil y Comercial d e la
ciudad d e Posadas. El Superior Tribunal d e Justicia d e la provincia d e
Misiones declaró inadmisible el recurso local d e inaplicabilidad y nos-
otros rechazamos el recurso extraordinario porque no configura arbi-
trariedad el sostener una postura doctrinaria distinta"

Por ende, si bien la Corte sigue manteniendo su opinión vertida en


"Bianchi:'el solo hecho d e que u n Tribunal Inferior sostenga u n crite-
rio doctrinal contrario n o alcanza para fundar u n recurso extraordi-
nario por arbitrariedad d e sentencia.

Entendemos que la decisión d e la Corte es válida, desde el p u n t o


d e vista del respeto a las jurisdicciones locales y al régimen federal.
Además, el lógico que la Corte n o quiera convertirse en una especie
d e "tercera o última instancia ordinaria; para n o sobrecargarse d e
expedientes.

Sin embargo, n o ayuda respecto d e la seguridad jurídica, porque


muchos tribunales provinciales, por razones de economía procesal,
estaban adoptando el criterio consagrado por la Corte en Bianchi.
Ahora, con este fallo, tal vez algunos vuelvan a sus posturas anterio-
res.
Cabe destacar que, cada u n o por su voto, los ministros Lorenzetti,
Maqueda y Zaffaroni se pronunciaron en disidencia, postulando la
revocación d e la sentencia y la aplicación d e la "doctrina Bianchin Es
interesante el voto del Dr. Maqueda, e n cuanto sostiene expresamen-
306 1
te que lo decidido por el Tribunal Inferior "no se exhibe como adecu
damente fundado, ni constituye una derivación razonada del derec
vigente, con aplicación a las circunstancias comprobadas de la causa.
...Que ello es as&pues la sentencia no expone razones suficientes e
orden al encuadramiento que cabe otorgar a la relación que une a
concesionariay el usuario de la red vial, cuestión que era esencial par
resolver la cuestión llevada a su conocimiento, 10 cual fue debidamen
invocada por la parte con sustento en el art. 42, CN.y los preceptos de
ley 24240.
...Q ue, en este orden de ideas, esta Corle ha resuelto que el dncu
que se establece entre la concesionariade rutas y los usuarios de
mas es calificado como una relación de consumo regida por la ley
(B.606.X)(IVffBianchi,Isabel del Carmen Pereyra de v. Provincia de Buenos
Aires y Camino del Atlántico y/o quien pueda resultar dueño y/o guar-
dián de los animales causantes del accidente S/ daños y perjuicios" del
7/7 7/2006; Fallos 329:4944)." (la negrita es nuestra)
I A P I W U L OXIV
VIA PUBLICA NO CONCESIONADA: RESPONSABILIDAD
DEL ESTADO Y DEL PRESTADOR DE SERVICIOS
PUBLICOS

64. RESPONSABILIDAD POR OMISIÓN AL DEBER DE POLIC~A

En este punto, la jurisprudencia oscila entre una postura restrictiva,


que exige al actor la acreditación d e la existencia d e u n deber espe-
cifico v concreto que haya omitido el Estado y que, en la misma línea,
sostiene que el ejercicio del poder de policía de seguridad que corres-
'l...

ponde al Estado no resulta suficiente para atribuirle responsabilidad


un evento en el cual ninauno de sus óraanos o dependencias tuvo parte
,toda vez que no parece razonable pretender que su responsabilidad
general en orden a la prevención de delitos pueda llegar a involucrarlo a
tal extremo en las consecuencias dañosas que ellos produzcan con moti-
vo de hechos extraños a su intervención directa..." (vgr, la Corte
Suprema, en Fallos: 3 72:2 738; 3 73: 7 636; 323:3599; 325: 7265) y una
tura más amplia, que flexibiliza esas exigencias a la hora de respon-
sabilizar al Estado. Cabe destacar q u e en nuestro país predomina la
postura restrictiva, aunque los distintos matices que nos muestra la
casuística hacen dificultosa la elaboración d e conclusiones en esta

Por ejemplo, cuestión m u y interesante es la eventual responsabi-


lidad del Estado en casos e n que el accidente se haya producido por
deficiente o inexistente señalamiento vial.
Entendemos que el accionar d e señalamiento y tareas en pos d e
la seguridad vial, es una clara derivación del Poder d e policía del
308 1
Estado. La tarea de realizar el señalamiento vial puede delegars
un concesionario vial, pero la responsabilidad por el se6alarpiie
sigue siendo de9 Estado.

El art. 22 de la ley 24.449 nos lleva a la solución propuesta, pue


mismo tiempo que prescribe que"La víapública será señalizaday de
cada conforme el sistema uniforme que se reglamente de acuerdo con
convenios internos y externos vigentesí indica que "La colocación de se
les no realizada por la autoridad competente, debe ser autoriza& por ella
autorización que implica un simultaneo control por parte del Estad
Otro tema es la eventual responsabilidad del Estado en casos e
que el accidente se haya producido con un rodado que circule sin e
seguro obligatorio prescripto por el art. 48 de la ley 24.449.
Recordemos que el art.40 de esta norma dispone que "Parapoder
circular con automotor es indispensable:. ..c) Que lleve el comprobant
..
de seguro, en vigencia, que refiere el artículo 68;. íconstituyendo falt
grave la circulación sin dicho seguro (conf. art. 77inc. f). Si es "Indis-
pensable" para circular, la falta de comprobante debe producir el
retiro de circulación del vehiculo por parte de la autoridad que
constate la omisión.
Consideramos que, ante la carencia del seguro obligatorio por el
responsable del accidente, para afrontar la indemnizaciónde daños y
perjuicios, el Estado es responsable por omisión simple (conf. art.
1074 CCivil) ante la víctima, toda vez que permitió que un automóvil
circulara sin el seguro obligatorio, incumpliendo su deber de control
y concurriendo con su omisión a la producción del daño.
Por otro lado, la ley 24.449 establece, en su artículo 29, ciertas exi-
gencias mínimas de seguridad que deben cumplir los vehículos y
el art. 72 inc. c) 1, dispone la retención preventiva por parte de la
autoridad de aplicación de los que no cumplan con las mencionadas
exigencias de seguridad reglamentaria.Serán autoridades de aplica-
ción y comprobación de las disposiciones de la ley 24.449, los arga-
nismos nacionales, provinciales, municipales y de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires que determinen las respectivas jurisdic-
ciones que adhieran a ésta (conf. art. 2"), por lo que el incumpli-
miento del deber de comprobación del cumplimiento de las ex¡-
gencias mínimas de seguridad también es susceptible de acarre-
ar responsabilidad estatal.
Además, n o debe olvidarse que el Decreto Ley 6582158, en su artí-
culo 27, referido a la llamada "denuncia de venta; establece que la
misma "operará la revocación de la autorización para circular con el
automotor, si el titular la hubiese otorgado, una vez transcurrido el tér-
mino fijado en el artículo 15 sin, que la inscripción se hubiere peticiona-
do, e importará su pedido de secuestro, si en un plazo de TREINTA (30)
días el adquirente no iniciare su tramitación.
El Registro notificará esa circunstancia al adquirente, si su domicilio
fuere conocido. Una vez transcurrido el plaro mencionado o si el domici-
lio resultase desconocido, dispondrá la prohibicidn de circular y el
secuestro del automotor."
Por lo tanto, pensamos que la omisión por parte del Registro de
Propiedad Automotor de pedir el secuestro del automotor es sus-
ceptible de acarrear responsabilidad estatal, cuando dicha omisión
tenga relación d e causalidad con el daño.

65. CASUIS"TCA.
1) El caso del lomo de burro clandestino

Precisamente, este poder d e policía que tiene el Estado (Nacional,


Provincial o Comunal) presenta multiples facetas.
Así, la Sala F d e la Cámara Nacional en lo Civil condenó al gobier-
n o de la ciudad d e Buenos Aires a pagar una indemnización por el
accidente sufrido por u n motociclista, que fuera ocasionado por u n
lomo de burro construido clandestinamente.
Esto se decidió en los autos "BARLETTA, FRANCISCO ORLANDO
Y OTRO C/ GOBIERNO AUTÓNOMO DE LA CIUDAD DE BUENOS
AIRES Y OTRO S/ DAÑOSY PERJUICIOS'!202
El actor se encontraba circulando con su motocicleta por la calle
Araujo al 600 d e esta Capital y sufrió u n accidente al cruzar una serie
de "lomos de burro" existentes en la calle, los cuales se encontraban
sin señalizar. El accidente ocurrió alrededor de las 20.30 horas y en el
lugar había escasa iluminación ya que el farol de alumbrado más pró-
ximo se hallaba a unos 15 metros del lomo de burro en que se pro-
dujo el siniestro.

202 "Barletta,Francisco Orlando y otro c/ Gobierno Autónomo de la Ciudad de Buenos


Aires y otro s/daños y perjuicios" - CNCIV - SALA F - 0#/07/200 1. Citar: elDial - AA96 7
La sentencia de primera instancia hizo lugar a la demanda y co
denó al Gobierno Autónomo de la Ciudad de Buenos Aires a pag
una indemnización. Esta apeló, cuestionando la responsabilidad q u
se le imputa en el accidente de marras. La demandada sostenía
entre otros argumentos, que el lomo de burro en que se produj
el siniestro no había sido autorizado ni construido por 1
Comuna, sino que se trataba de una obra realizada clandestina-
mente. Cabe destacar que es relativamente común en alguno
barrios de esta ciudad, que los vecinos realicen estas obras por S
cuenta, a fin de evitar el ruido y peligro de la circulación de vehiculos
a alta velocidad.
En segunda instancia, el vocal preopinante fue el Dr. Posse Saguier
quien, al entender sobre este agravio de la demandada consideró
que el mismo "no resiste el menor análisis. En efecto, si como la propia
demandada ha reconocido que esta a su cargo el controly conservación
de las calles de la ciudad, y mas allá de la eventual responsabilidad que
pudieran haber tenido los particulares en la construcción del lomo de
burro, ninguna duda cabe que pesa sobre ella el deber de asegurar que
la circulación a través de dichas arterias pueda efectuarse de manera
correcta, razonable y fluida, evitando que la deficiente conservación o la
existencia de vallas u obstáculos autorizados o no -como ocurrió en el
caso de autos-, puedan transformarse en una fuente de daños. En este
sen tido, resulta irrelevante el argumento que pretende utilizar la
Comunapara eximir su responsabilidad,ya que independientementede
si recibió o no de los parliculares algún reclamo acerca de la existencia
del lomo de burro, pesaba sobre ella -en ejercicio del poder de policfa- el
controlary vigilar el buen estado de las calles a fni de garantizar la segu-
ridaden la circulación de los rodados."(la negrita es nuestra)

2) El caso del carro


La Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires con-
firmó el pronunciamiento que condenó a la Municipalidad de
Ensenada a resarcir los daños ocasionados por un carro tirado por
caballos que colisionó a un automotor. El Máximo Tribunal provincial
consideró que el municipio omitió su deber de policía y custodia al
no impedir la circulación de vehículos de tracción a sangre y que esta
omisión tuvo relación de causalidad adecuada con los daños.
Así lo decidió el Máximo Tribunal provincial, el 13 de diciembre de
2006, en los autos "LENCINA, ROSANA SILVIA Y OTRO CONTRA SILVA,
JORGE OMAR. DAROSY PERIUICIOS" M3
En los mismos, la Sala II de la Cámara Segunda de Apelación en lo
Civil y Comercial del Departamento Judicial de La Plata confirmó la
sentencia de primera instancia que había hecho lugar a la demanda.
En autos, la Cámara halló reiponsable al municipio por no impedir
la circulación del vehículo ocasionante de los daños (un carro llevado
por caballos), quien chocó contra un taxi.
Lo que se endilgó a la Municipalidad son sus actos omisivos en
torno al control del tránsito en todo el ámbito de su jurisdicción, pero
no como un deber genérico de control de accidentes, sino como la
obligación de impedir el desplazamiento de transportes cuya cir-
culación se encuentra prohibida (los vehículos deUtraccióna sangre").
Se interpuso, por la codemandada Municipalidad de Ensenada,
recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley.

Llegado el caso a la Suprema Corte, el primer voto estuvo a cargo


del Dr. Roncoroni, quien comenzó por recordar que "la responsabili-
dad del Estado puede ser originada tanto en su actividad como en su
comportamiento omisivo siempre que tal omisión sea un deberjuridico
incumplido por el ente estatal." (la negrita es nuestra)
En ese sentido," para apreciar si un cierto acto de abstención puede
caracterizarse como causa de determinado daño es menester verificar si
ese factor negativo estaba dotado de virtualidad suficiente para produ-
cir el efecto que sobrevino .Pues causa adecuada de un cierto resultado
es el antecedente que lo produce normalmente, según el curso natural y
ordinario de las cosas..."(la negrita es nuestra)
En cuanto al marco normativo vigente al momento del hecho,el Dr.
Roncoroni señaló que "el art. 67 de la ley 7 7.430 dispone que las cabalga-
duras y vehículos tirados por animales sólo podrán circular por vías públi-
cas pavimentadas en las zonas urbanas, cuando por las características del
distrito las autoridades municipales asílo dispongan, agregando el art. 32
que los vehículos de tracción a sangre de carácter histórico, folklórico y
otros similares, podrán transitar por vías públicas pavimentadas con
carácter excepcional y previa autorización emitida por la autoridad muni-
cipal y/o policial, siendo que el art. 4 establece los casos en que debe dete-

203 fuente: www.scba.gov.ar .


edad, por no encontrarse el vehículo en perfectas condiciones de segun
dad o en razón del orden y la seguridad pública (incs.3,5, lo)."
Cabe destacar que a principios del año 2007, mediante el "decreto
de necesidad y urgencia"40/07, publicado en el Boletín Oficial del 30
de enero, el gobierno de la provincia de Buenos Aires declaró la
emergencia vial en todo el territorio bonaerense hasta diciembre d
2007 y puso en vigencia el nuevo Código de Tránsito, derogand~la
Ley de Transito 1 1.430 . Posteriormente, por ley 13927, dictó otro
Código de Tránsito, que mantiene similar esquema en cuanto a 10s
vehículos de tracción a sangre. Así, por ejemplo, el art. 20 nos dice
que: "Los vehículos de tracción a sangre de carácter histórico, folklórico,
otros similares, y aquellos que son utilizados con fines laborales, podrán
transitar por vías públicas pavimentadas con carácter excepcional y pre
via autorización emitida por autoridad municipal o policial según cir
cunstancias que serán determinadas por la reglamentación."
Siguiendo con el fallo en análisis, el Dr. Roncoroni expresa que /'no
ha logrado desvirtuar el quejoso,pese a lo que manifiesta sería el marco
jurídico de la actuación de semovientes, la conclusión del a quo que
entiende responsable al municipio, toda vez que la misma se basa en el
actuar omisivo delmunicipio que no impidió la circulacióndelcarro ." (la
negrita es nuestra)
El ministro entendió ltausalmente vinculada al daño la omisión del
ente municipal de impedir la circulación de los vehículos cuyo tránsito se
encuentra vedado por la ley de Tránsito, prohibición que se basa en los
riesgos que generan ese tipo de transportes,ya que ha incurrido el muni-
cipio codemandado en una abstención a su deber de policiay custodia,
generadora de riesgos para la sociedad." (la negrita es nuestra)
Siendo compartido este criterio por el resto de los integrantes del
Máximo Tribunal Provincial, se rechazó el recurso extraordinario
interpuesto.

3) Vehiculo que circulaba sin seguro

En autos "Cots Libia El& d Estado NacionalMinisterio de Economrá


y Obrasy Servicios Públicoss/daños y pefjuicios", *O4 en sentencia d el 30

204 Fuente: www.eldial.com.ar


de septiembre de 2004, la Sala D de la Cámara Nacional de
Apelaciones en lo Comercial, condenó al Estado Nacional y le hizo
extensiva la condena hasta el límite de la cobertura que hubiera debi-
do afrontar la aseguradora, por no haber controlado debidamente la
circulación de un colectivo que carecía del seguro de responsabili-
dad civil obligatorio.
El propio Estado Nacional, en oportunidad de contestar la deman-
da, explicó que "unte faltas de tal entidad (carenciade seguro obligato-
rio),la sanción propia y primera es la desafectaciónde las unidades de la
circulación...hasta tanto se subsanen las falencias ...conforme los arts. 74
y 75 del decreto reglamentario 253/95:' sin embargo, en el caso la
actuación de! Estado sólo se l i m i t ~ a imponer multas al transpor-
tista.

Al respecto, la vocal preopinante, Dra. Díaz Cordero, destacó que


en autos surge acreditado que "desde el último trimestre de 7993,
pasando por enero de 7994, más la falta de seguro que se constató el
26.6.95, sumado a las anomalías que dijo el Estado haber registrado (al
menos 8) durante 7 995 y 7 996/ la demandada incumplfa con la regla-
mentación vigente necesariapara circular, no obstante lo cual el Estado
Nacional sólo aplicó sanciones de tipo pecuniario. En otras palabras:
miles de personas utilizaron la línea de transporte, sus micros circularon
por toda la ciudad sin el seguro obligatorio con el riesgo que ello conlle-
va para terceros (peatones y automotores en general), y el Esfado que
debe velar por la paz y la seguridad social, sólo limitó su actuación a la
imposición de multas."(la negrita es nuestra)

Para la magistrada, "se advierte que la responsabilidad que se endil-


ga al Estado Nacional no deriva de la liquidación de k aseguradora, sino
de no haber implementado las medidas adecuadas de control respecto
del servicio de transporte público de pasajeros, concretamente en cuan-
to atañe a la falta de cobertura ante eventuales siniestros."(la negrita es
nuestra)

Por ello, entendió que 'torresponde hacer lugar a la demanda por


daños y perjuicios contra el. Estado Nacional - Ministerio de Economía,
Obras y Servicios Públicos- Secretaría de Transporte,ello as( pues dicho
organismo omitió adoptar las medidas idóneas y eficientes en pro de la
seguridad necesarias que requiere el servicio público de pasajeros.
responsabilidad deriva del art. 1 1 12 del C6digo Civil, sin que sea neces
rio recurrir al artículo 7 7 73 del citado código, para tenerla por config
rada." (la negrita&esnuestra)

Por último, puntualizó que "la omisión en que incurrió el Estado, n


importa atribuirle responsabilidad por todos los daños ocasionados
víctima, sino hasta el límite de la cobertura que le hubiera correspon
do asumir a la compañía de seguros que debió contratar la empresa de
transportes, pues su responsabilidad se encuentra alcanzada únicamen-
te por la omisión de exigir el cumplimiento del seguro obligatorio, cuya
ausencia devino en fuente de daños para el accionante." (la negrita es
nuestra)

4) Vekiculo que circulaba sin cumplir con requisitos de seguri-


dad

En sentencia del 8 de junio de 2009, en autos "Ferraris, Cristina


cllópea: Serafin Demetrio y otra s l daños y perjuicios", la Cámara
de Apelaciones en lo Civil, Comercial y de Minería de la Illa.
CircunscripciónJudicial de Río Negro, condenó a la Municipalidad de
Bariloche por no haber evitado la circulación de un vehículo que no
cumplía con los mínimos requisitos de seguridad.
En el caso, un conductor fue colisionado en pleno centro de esa
ciudad por un vehículo (Jeep) cuyo estado era a todas luces deficien-
te. De acuerdo a la demanda, el accidente ocurre cuando al Jeep se le
soltó una rueda y en la pericia mecánica se observó que los extremos
de las ruedas estaban sujetados con goma y alambre, que los neu-
máticos casi no tenían vida útil y que el sistema de frenos delanteros
estaba anulado.
La sentencia de primera instancia solo condenó al propietario del
vehículo embístete. La Cámara, en fallo dividido, modificó dicho pro-
nunciamiento y condenó a la Municipalidad de San Carlos de
Bariloche.

Algunos de los considerandos de la mayoría son los siguientes:

* "El accidente en cuestión se produjo por el extremadamente defi-


ciente estado del vehículo del demandado, así como que dicho estado
era visible y, por lo tanto, fácilmente detectable sin necesidad de un exa-
men interno y exhaustivo, la responsabilidad del Municipio por omitir el
cumplimiento de sus obligaciones resulta indubitable." ( voto Dr.
Osorio)

* "...el Municipio está obligado, concretamentey no implícitamente,


a ejercer su autoridad de comprobacióny aplicación de la Ley 24.449 de
Tránsito.
En primer lugar, esta ley establece que las municipalidades que
adhieran a dicha ley son autoridades de comprobación y aplicación de
la Ley (art. 2" de la Ley 24.449 de Tránsito);adhesión que, en el caso del
Municipio local, fue sancionada mediante la Ordenanza 569-CM-96.
A partir de esta adhesión, el Municipio local tiene como uno de sus
deberes expllcitamente legislados, el de ejercer el control de los requisi-
tos mlnimos de seguridad de los vehlculos que transita por su jurisdic-
ción (arts.29 y sigts. de la LT); y, en su caso -con auxilio de la autoridad
policial- retener preventivamente al vehículo que no cumpla con tales
recaudas, ya que así lo establece el art. 72, inc. c), ap. 1. de la citada ley:
"La autoridad de comprobación o aplicación debe retener dando inme-
diato conocimiento a la autoridad dejuzgamiento: ...c) A los vehículos: 1.
Que no cumplan con las exigencias de seguridad reglamentaria, labran-
do un acta provisional, la que, salvo en los casos de vehículos afectados
al transporte por automotor de pasajeros o carga, presentada dentro de
los tres días ante la autoridad competente, acreditando haber subsana-
do la falta quedará anulada. El incumplimiento del procedimiento pre-
cedente convertirá el acta en definitiva.- La retención durarcí el tiempo
necesario para labrar el acta excepto si el requisito faltante es tal que
pone en peligro cierto la seguridad del trcínsito o implique inobservuncia
de las condiciones de ejecución que para los sewicios de transporte por
automotor de pasajeros o de carga estublece la autoridad competente.-
En tales casos la retención durarcí hasta que se repare el defecto o se
regularicen las condiciones de ejecución del servicio indicado."
Un ejemplo concreto de ello es el caso del vehículo del demandado; el
cual, no fue "retenidoffcomo correspondía según lo dispone la ley y su
estado irregular fácilmente comprobable.
Está acreditado entonces -no hay prueba en contrario de ello- que el
Municipio local incumple en forma notoria el rol que hubo asumido al
adherir al régimen de seguridad del tránsito previsto por la Ley 24.44
( voto Dr. Osorio)

S) responsabilidad del estado y del concesionario dei servicio


público

La Sala F de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil conde


nó a Aguas Argentinas y al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires a
pagar una indemnización por daños y perjuicios a raíz de un acci
dente originado por una tapa cloaca! que estaba en mal estado.
Esto se resolvió en los autos "ILUTOVICH, RICARDO HUGO CY
AGUAS ARGENTINAS Y OTRO, S./ DANOS Y PERJUICIOS" '"
Los hechos que se debatieron en la alzada sucedieron el 20 de
octubre de 1993 cuando llutovich conducía su automóvil por la
Avenida Nazca en dirección a San Martín y al trasponer la intersec-
ción con Navarro, sintió un fuerte golpe en la parte inferior del auto-
móvil provocado por el golpe de la tapa deteriorada de una boca de
tormenta allí instalada, que saltó e impactó contra el vehículo pro-
yectándolo por el aire hasta la vereda, donde finalmente cayó.

El tribunal estimó que existía responsabilidad concurrente de


Aguas Argentinas y el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, al con-
siderar que "los daños cuya reparación se ha demandado no derivan de
la translación de prestaciones que actualmente están a cargo de conce-
sionarios, sino de un evento ocurrido en la vía pública en el que si bien ha
actuado una cosa que está bajo la guarda del concesionario del servicio
público, afecta la seguridad del trdnsit~automotor que compromete,
concurrentemente, el ejercicio del poder de policía del Estado."(1 a negri-
ta es nuestra)

205 "llutovich, Ricardo Hugo c/Ag uas Argentinas y otro, s/daños y perjuicios" - CNClV -
SALA F - 75/04/2003. Citar: elDial - AA 16FE
CAPITULO xv
APLICACIÓNDE LA LEY 24.240, DE DEFENSA DEL
CONSUMIDOR Y USUARIO EN CASOS DE ACCIDENTES
DE TRANSITO

66. INTRODUCCION.
El Estatuto de Defensa del Consumidor puede resultar aplicable a
casos de accidentes de tránsito.
Ya vimos su aplicación en el contrato de transporte.
Ahora trataremos el caso del deber de seguridad del concesiona-
rio vial. Si bien esta cuestión fue analizada parcialmente en el
Capitulo Xlll ,al analizar el caso "Bianchiyahora buscaremos hacerlo
en forma sistemática.

67. LA OBLIGACIÓNTACITA DE SEGURIDAD EN EL ESTATU'"O


DEL CONSUMIDOR.

La obligación tácita de seguridad, o deber de seguridad, aparece


en el art. 42 de la Constitución Nacional:

"Art;culo 42- Los consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen


derecho, en la relación de consumo, a la protección de su salud, seguri-
dad e intereses económicos; a una información adecuada y veraz; a la
libertad de elección, y a condiciones de trato equitativo y digno."

Este derecho a la seguridad, que se complementa con el dere-


cho a la salud, que tienen los consumidores en [a relación de con-
sumo, supone un correlativo deber de proteger esa seguridad y
salud por parte de los proveedores.
nada principalmente en el art. 501que establece que "Las cosas y se
vicios deben ser suministrados o prestados en forma tal que, utilizad
en condiciones p(evisib1es o normales de uso, no presenten peligro a/g
no para la salud o integridad física de los consumidores o u ~ u a r i o s . ~ ~

Por otro lado, debe quedar claro que este artículo no es el únic
que se ocupa del tema.También lo hace el art. 60

"Cosas y Servicios Riesgosos. Las cosas y servicios, incluidos los ser


cios públicos domiciliarios, cuya utilización pueda suponer un ri
para la salud o la integridad fiica de los consumidores o usuarios, de
comercializarse observando los mecanismos, instrucciones y norm
establecidaso rcizonablespara garantizar la seguridad de los mismos
En tales casos debe entregarse un manual en idioma nacional sob
el uso, la instalación y mantenimiento de la cosa o servicio de que
trate y brindarle adecuado asesoramiento. Igual obligación regirá
todos los casos en que se trate de artículos importados, siendo los suje
tos anunciados en el artículo 4 responsables del contenido de la traduc-
ción."
Por su parte, el art. 28, al tratar sobre los servicios públicos domici-
liarios, también se ocupa de la cuestión
"Seguridad de las Instalaciones. Información. Los usuarios de servi-
cios públicos que se prestan a domicilio y requieren instalaciones especí-
ficas, deben ser convenientementeinformados sobre las condiciones de
seguridad de las instalacionesy de los artefactos."

Por último, tenemos al artículo 40

"Si el daño al consumidor resulta del vicio o riesgo de la cosa o de la


prestación del servicio, responderán el productor, el fabricante, el impor-
tador, el distribuidor, el proveedor, el vendedor y quien haya puesto su
marca en la cosa o servicio. El transportista responderá por los daños
ocasionados a la cosa con motivo o en ocasión del servicio.
La responsabilidad es solidaria, sin perjuicio de las acciones de repe-
tición que correspondan. Sólo se liberará total o parcialmente quien
demuestre que la causa del dano le ha sido ajena."
Queremos puntualizar que este artículo consagra un factor de
atribución objetivo d e responsabilidad, al establecer que el
demandado solo puede exonerarse de responsabilidad si demuestra
"causa ajena"

68. APLICACIIÓNJURISPRUDENCIAL DEL ESTATUTO DEL CON-


SUMIDOR EN LA MATERIA.

La jurisprudencia aplica el artículo 42 de la Constitución Nacional


y el 5O de la LDC desde hace varios años, si bien n o de manera domi-
nante, pues en materia de obligación tácita de seguridad, los jue-
ces siguen refiriéndose al art. 1198 C. Civil.

De todas maneras, se aplique el art. 1198 del C.civil o el 5" de la


LCD o el 42 de la Constitución Nacional, la obligación tácita de segu-
ridad está presente en numerosos contratos de consumo, como son
los de espectáculos públicos, de medicina prepaga o de enseñanza,y,
en l o que ahora nos interesa, en el contrato entre el concesionario
vial y el usuario.

Sin embargo, tengase muy especialmente en cuenta que ni el


texto del art. 1198 del C.civil ni el del art. 50 de la LCD, ni el 42 de la
Constitución Nacional nos resuelven uno de los temas más impor-
tantes de esta cuestión: si la obligación tácita de seguridad es de
medios o es de resultados.

En cambio, distinto es si se aplica el art. 40 porque, corno diji-


mos, consagra un factor d e atribución objetivo de responsabili-
dad, propio de una obligación de resultado.

En realidad, si bien el artículo 5" sería aplicable en el caso de acci-


dentes en una vía concesionada, debidos a mala prestación de servi-
cio por parte del concesionario, uno tendría que preguntarse, para
qué l o aplicamos. Es decir, i t i e n e alguna ventaja aplicarlo para
nosotros que seríamos los actores o solo es u n tema académico?.

Aquí, como ya venimos viendo, el gran tema es si la obligación


tácita de seguridad es de medios o de resultado.Ya sabemos que el
320 1
Proveedor tiene un deber de seguridad (surge del art. 50 LDc y
art. 42 CN), pero lo que no es claro es si ese deber es siempre
resultado (es decir, en cualquier contrato de consumo es de result
do), siempre de medios (es decir, en cualquier contrato de consu
es de medios) o a veces de resultado y a veces de medios (en algu
nos contratos de consumo es de resultado, en otros contratos de
sumo es de medios, dependiendo de las características del mism

El art. 50 de la LDC, si lo leemos en forma aislada, no nos resuel


el problema, como tampoco lo hace el art.42 CN y, menos todavía,
art. 1 198 del CCivil. En cambio,"otro sería el cantarnsiel art.5O se inte
preta en conjunto con el art. 40 LDC. Justamente, para aplicar el ar
40, debemos interpretar que este es complementario del So o, dich
de otra manera, que ambos deben interpretarse en conjunto.

Veamos:
El art.40 nos habla de un daño al consumidor que resulte de vici
o riesgo en la prestación del servicio.Ahora bien, ¿quéincluye la pres-
tación del servicio?¿Cuáldebe ser la prestación del Proveedor?:El art.
50 nos dice que el servicio (sea cual seatuverla película, ir a bailar,fes-
tejar el cumpleaños, ir de compras, posibilitar la circulación fluida
por una vía de tránsito, etc") debe ser prestadoiien forma tal que, uti-
lizados en condiciones previsibles o normales de uso, no presenten
peligro alguno para la salud o integridad física de los consumidores
o usuarios." Es decir, el servicio debe ser prestado en forma segura
para el consumidor.

¿Quepasa si el servicio no se presta de esa manera y se produce


un daño al consumidor?

El art.40 nos dice que entonces responden solidariamente el pro-


veedor (el concesionario vial, en nuestro caso) y quien haya puesto su
marca en el servicio, entre otros.

¿Comose eximen de responsabilidad?

El art. 40 nos dice que sólo se liberarán total o parcialmente si


demuestran que la causa del daño les ha sido ajena. Es decir, es un
1321

factor d e atribución objetivo. Dicho en otras palabras, su obliga-


ción de prestar el servicio en forma segura es de resultado.

Entonces, armonizando los arts. 5 y 40 d e la LDC podemos concluir


que la obligación tácita d e seguridad incluida en los contratos d e
consumo siempre es d e resultado. 206

UNA ADVERTENCIA: N o todos los jueces hacen esta interpreta-


ción,que es la más favorable para el consumidor. En realidad el art.40
se aplica hace poco, porque se encuentra vigente desde mediados d e

U n ejemplo d e esta interpretación se encuentra en autos "PARI-


SOTTI CRISANTO Y OTRO C1CAMINO DEL ATLANTICO S.A.C.V. Y
OTRO SI DANOS Y PERIUICIOS" ' O 7 , d e la Cámara d e Apelaciones
en lo Civil y Comercial d e Mar del Plata, Sala Primera, del 22 d e mayo
de 2008. Ahí se aplica la doctrina d e "Bianchi',!~ se va más allá: N o solo
se aplica expresamente la Ley 24.240, rechazándose el planteo d e
inaplicabilidad, sino que considera a la obligación tacita d e seguridad
emergente del art. 5" LDC como d e resultado.

Concretamente, el vocal preopinante, Dr. Rosales Cuello, consideró


que "en cuanto al argumento expuesto por la codemandada acerca de
que la responsabilidad objetiva con inversidn del "onus probandi" que
preve el art 4 de la ley 24.999 (incorporadoen el afl. 40 de la ley 24.2401,
deviene inaplicable e inoponible a su parte, por no estar vigente a la
fecha del hecho dañoso, de acuerdo al principio de irretroactividad de
la ley (art. 3 C.C.), ..., el fundamento de la responsabilidad obietiva en
este supuesto reposa sobre el deber de seuuridad, uue ha sido recepta-
do normativamente en el Arliculo 5 de la Ley 24.240, según el cual "Las
cosas o servicios deben ser suministrados o prestados en forma tal que,
utilizados en condiciones previsibles o normales de uso, no presenten
peligro alguno para la salud o integridad física de los consumidores o

206 Recuérdese que en "Bianchiícaso visto supra, en el punto 59, la Corte no se pronun-
cia en forma general sobre si la obligación de seguridad del concesionario vial es de
medios o de resultado, por lo que hay que acudir a otros argumentos para sostener
que esta obligación reviste carácter de obligación de resultado.
322 1
usuarios.Y Y siendo que este artículo no fue objeto de modificac
na, resultando plenamente vigente al momento del accidente
los argumentos de la codemandada Camino del Atlántico sobre 1
troactividad de las leyes no resultan procedentes." (la negrita y el
yado es nuestro)

69. LA LEY DE DEFENSA DEL CONSUMID0R.Y LA RE


LlDAD DEL FABRICANTE Y COMERCIALIZADORES POR
ACCIDENTES DE TRANSITO.
Para una parte de la jurisprudencia y doctrina, la resp
del fabricante por los daños que el consumidor final pueda
sufrido, debido al riesgo o vicio de la cosa es de naturaleza extra
tractual, (salvo, obviamente, una contratación directa entre fabr
te-vendedor y comprador-consumidor) Esta responsabilidad a
na encuentra fundamento en un factor de atribución de vesp
bilidad de naturaleza objetiva, que consagra el deber de respon
por los daños causados por el vicio de las cosas, como así tambi
por las circunstancias de haber creado un riesgo al lanzar al merca
un producto defectuoso (art. 11 13 CCiv.). 208

Otros sitúan esta responsabilidad en la orbita contractual, apl


cando la idea de la conexidad contractual anteriormente vista.

Sea que entienda contractual o extracontractual a la responsab


dad del fabricante, la mayoría de la jurisprudencia se inclina por c
siderar que estamos en presencia de un factor de atribución objet
Esta posición se vio reforzada por el art. 40 de la ley 24.240, que di
pone que "Si el daño al consumidor resulta del vicio o riesgo de la co
o de la prestación del servicio, responderán el productor, el fabricante,
importador, el distribuidor, el proveedor, el vendedor y quien haya pues-
t o su marca en la cosa o servicio. El transportista responderá por los
daños ocasionados a la cosa con motivo o en ocasión del servicio.
La responsabilidad es solidaria, sin perjuicio de las acciones de

perjuicios" (CNCIV - SALA H - 26/03/7 997), un autentico leading case en materia de


Derecho del Consumidor, y "Aldecoa,Oscar v. Firestone de Argentina" (C. Civ.y Com.
Lomas de Zamora, sala 24 16/07/2002),entre otros.
1 323
etición que correspondan. Sólo se liberará total o parcialmente
¡en demuestre que la causa del daño le ha sido ajena.."

Cabe destacar, por las dudas,.que si bien este artículo se inclina


por u n factor d e atribución objetivo, n o nos da ninguna pauta, en
cambiolacerca de si la responsabilidad del fabricante y demás miem-
bros de la cadena d e comercialización, excepto el ultimo vendedor,
es contractual o extracontractual. Esto ultimo tiene importancia,
entre otras cosas, por el tema de la prescripción.

Por otro lado, aún cuando el factor de atribución objetivo supone


un beneficio para el actor, a la hora de la distribución de las cargas
probatorias, en este tema subsiste en la jurisprudencia bastante vaci-
lación respecto d e u n aspecto concreto d e la carga probatoria del
actor, en casos de daños por el riesgo o vicio de la cosa: Algunos jue-
ces entienden que es caraa de la actora acreditar el "riesqo o vicio"
delacosa. Otros consideran que la carga probatoria de la actora se
reduce a probar la existencia del hecho dañoso y, en todo caso,
será el demandado quien deba demostrar que no existía riesgo o
vicio de la cosa.

Pero, ¿qué pasa con un daño causado por el vicio de un neu-

En ese caso, reiteramos, alguna jurisprudencia entiende que es


caraa de la actora acreditar el "riesoo o vicio"de la cosa. 'O9 Otros con-
sideran que la carga probatoria d e la actora se reduce a probar la rela-
ción de causalidad entre el hecho y el daño y, en todo caso, será el
demandado quien deba demostrar que n o existía riesgo o vicio d e la
cosa. 210

209 Vgr. Pugno tta, Marta M. v. Unilever de Argentina S.A, C. Nac. Civ., sala B,24/02/2006,
SJA 3 7/5/2006.
2 70 As4 en el antes mencionado caso Ryan Tucillo (ver nota 7 04), el vocal preopinan te,
Dr. Kiper, dice "La aplicación del art. 1 113 exige la prueba de la relación causal ade-
cuada entre el daño y la cosa y no la prueba de que ésta era viciosa o peligrosa,
como alguna vez se ha requerido, pues esta última es un retroceso que arguye des-
conocer el sentido del art. 7 7 73, que presume la culpa tanto en los daños causados
con las cosas como en los derivados del riesgo o vicio de la cosa. Producido el daño,
hay que presumir que lo fue por el riesgo de la cosa (Kemelmajer de Carlucci, A., en
324 1
70 .LA CARGA DE LA PRUEBA DEL VICIO Y EL NUEVO ART 53 e>
LA LDC.
Tengase en cuenta q u e el art. 53 d e la Ley d e Defensa d
Consumidor, en su nueva redacción, al disponer que "Los proveedores
deberón aportar ~lprocesotodos los elementos de prueba que obren en
su poder, conforme a las características del bien o servicio,
colaboración necesaria para el esclarecimiento de la cuestión debatid
en el juicio. ...", parece incorporar la llamada "teoría d e las carga
probatorias dinámicas"a favor del consumidor, partiendo d e la bas
d e que es el Proveedor quien está e n mejores condiciones d e aporta
elementos probatorios y que por el denominadol'deber d e buena fe
procesal" debe colaborar para lograr la "verdad material" ("el esclare-
cimiento d e la cuestión debatida e n el juicio")

Decimos "parece incorporar la llamada "teoría d e las cargas


probatorias dinámicas" porque el texto n o es t o d o lo claro que
debería para una cuestión d e esta trascendencia. Lo q u e surge con
claridad es el deber d e colaboración procesal q u e se le impone al
proveedor. Ahora bien, imaginemos una "contestación d e demanda
clásica" por parte del proveedor, donde se limite a negar t o d o lo ale-
gado por el actor. Frente al actual art. 53 d e la LDC n o dudamos que
muchos jueces van a entender que el proveedor demandado está fal-
tando a su deber d e colaboración procesal, a fin d e esclarecer"la ver-
dad materialUyque esa falta d e colaboración genera una presunción
en su contra.

En conclusión, con esta reforma, es desaconsejable una estrategia


defensista d e la demandada basada en la mera negativa, seguida d e
una actitud pasiva, a la espera d e que "la actora pruebe.

Al respecto, téngase en cuenta que el art. 28 d e la ley 24.449 pres-


cribe que "Todo vehículo que se fabrique en el parí o se importe par^
poder ser librado al tránsito público, debe cumplir las condiciones de
seguridad a c t h y pasivas, de emisión de contaminantes y demás
requerimientos de este capítulo, conforme las prestaciones y especifica-
ciones contenidas en los anexos técnicos de la reglamentación, cada
uno de los cuales contiene un tema del presente título.
Cuando se trata de automotores o acoplados, su fabricante o i m ~ o r -
pdor debe certificar bajo su res~onsabilidad,que cada modelo se ajus-
ta a ellas.
Cuando tales vehículos sean fabricados o armados en etapas con
direcciones o responsables distintos, el último que intervenga, debe
~creditartales extremos, a los mismos fines bajo su responsabilidad,
aunque la complementación final la haga el usuario. Con excepción de
aquellos que cuenten con autorización, en cuyo caso quedarán com-
prendidos en lo dispuesto en el párrafo precedente.
En el caso de componentes o piezas destinadas a repuestos, se segui-
rá el criterio del párrafo anterior, en tanto no pertenezca a un modelo
homologado o certificado. Se comercializarán con un sistema de invio-
labilidad que permita la fácil y rápida detección de su falsificación o la
violación del envase.
Las autopartes de seguridad no se deben reutilizar ni reparar, salvo
para las que se normalice un proceso de acondicionamiento y se garan-
ticen prestaciones similares al original.. ."

Por otro lado, el nuevo texto del art. 53 no elimina el principio en


la materia, de que quien alega determinado hecho debe probarlo. Es
decir, por ejemplo, en un caso de daños y perjuicios donde se aplique
el art.40 LDC,el actor-consumidor igual debe probar el daño y la rela-
ción de causalidad material.
Por ejemplo, al actor le bastaría probar que, vgr, el accidente suce-
dió a causa de un reventón del neumático trasero derecho (causa-
lidad material). El proveedor (vgr. el fabricante del neumático), para
eximirse, deberá demostrar causa ajena ( es decir, demostrar culpa o
hecho de la victima o de un tercero por quien no debe responder o
caso fortuito o, en otras palabras, demostrar que si bien hay causali-
dad material, no hayt'causalidadjurídicaíporque no le pueden impu-
tar a el dicha causa).
Sin perjuicio de que esta obra se complementa con un CD en el
que incluimos el texto completo de todos los fallos tratados en el
libro, en el presente Apéndice seleccionamos algunos que nos pare-
cieron especialmente ilustrativos de las cuestiones analizadas en
estas páginas.
Además de los breves comentarios que haremos al inicio de cada
caso jurisprudencial, en el texto del fallo resaltaremos en negrita y10
con subrayado los párrafos que nos parecieron especialmente rele-
vantes.

- -
CASO 1: C. 1948. XXXll ORIGINARIO "Camarqo, Martina y
otros c/ San Luis, Provincia de y otra SI -
daños y periuicios" CSJN
- 21 /o512002
Este caso resulta importante, como precedente, por varios temas:

1) El criterio del Máximo Tribunal en cuanto a que, a pesar de no


haberse efectuado denuncia de venta, el demandado puede exone-
rarse de responsabilidad si acredita de manera fehaciente que ha
perdido la guarda del vehículo con anterioridad al suceso que gene-
ra su responsabilidad. Dicho sea de paso, en este caso el demandado
no pudo hacer tal acreditación.

2) La postura de la Corte en el sentido de que los automotores en


movimiento son cosa riesgosa (es decir, constituyen casos de daños
por el riesgo de la cosa"y que en casos de daños producidos por coli-
sión entre dos o más automotores,"la sola circunstancia de un riesgo
recíproco no excluye la aplicación de lo dispuesto en el art. 1113,
segundo párrafo, del Código Civil, que regula lo atinente a la respon-
sabilidad por el hecho de las cosas y, de tal suertetensupuestos como
-8 1
el sometido a la consideración del Tribunal, se crean presunciones
causalidad concurrentes como las que pesan sobre el dueño o gua
dián, quienes deben afrontar los daños causados a otro salvo q
prueben la existensia de factores eximentes."

3) La postura de la Corte a favor de una concepción amplia d


rubro denominado "incapacidad sobreviniente; que incluya, adem
de la incapacidad puramente laboral o productiva, a toda incapa
dad o limitación en la actividad social o vital,"pues la integridad f
ca tiene por sí misma un valor indemnizabley su lesión comprende
más de aquella actividad económica, diversos aspectos de la pers
nalidad que hacen al ámbito doméstico, cultural o social con la co
siguiente frustración del desarrollo pleno de la vida.

4) Además, el caso es interesante por varias cuestiones referidas


la prueba.
Así, surge la importancia de la causa penal en la posterior caus
civil en casos de accidentes de tránsito y de la pericia1 mecánica.
Adviértase que el perito tendrá en cuenta las huellas de frenado del
embistente en el lugar donde quedaron restos de vidrios y plásticos
pertenecientes a dicho v
También es relevante
cuada entre la infracción de transito de la victima (falta de luminarias
en su rodado) y el hecho dañoso, dada la hora del día y buena visibi-
lidad, lo que impide considerar interrumpido el nexo causal entre el
hecho del demandado y el daño.

TEXTO COMPLETO
Buenos Aires, 21 de mayo de 2002.-
Vistos los autos:"Camargo, Martina y otros c/ San Luis, Provincia de
y otra S/daños y perjuiciosyde los que

Resulta:

1) A fs. 1 1/21 se presentan por apoderado Martina Camargo, Fabián


Sergio Ronda y Miguel Angel Ronda e inician demanda contra Ariel
Oscar Lino, la Provincia de San Luis y/o quien al 23 de marzo de 1990
resulte civilmente responsable, en su carácter de tenedor y10 usu-
fructuario del vehículo marca Ford Falcon, modelo 1986, patente D
34.203 por los daños y perjuicios ocasionados por la muerte de
Carlos Leonardo Ronda, esposo y padre de los demandantes, tal
como se acredita con las partidas respectivas.-
Dicen que el 23 de marzo aproximadamente a las 19,30, cuando
todavía era de día, Ronda conducía una motocicleta marca Puma 125
acompañado por su esposa, Martina Camargo. Cuando circulaba por
la calle Las Correas, al llegar a su intersección con la ruta provincial 50
giró el rodado hacia la izquierda dirigiéndose por la banquina sur y,al
advertir la presencia de dos vehículos que se aproximaban al cruce,
detuvo la marcha. Esos vehículos, un ómnibus que transitaba por la
ruta de oeste a este y un automóvil que lo hacía en dirección opues-
ta, se desplazaban a velocidad moderada, especialmente el micro-
ómnibus,que se disponía a iniciar maniobras de giro en el cruce hacia
la calle Buen Orden -continuación de Las Correas- en dirección al
norte. Como se acreditó en la causa penal, todas estas maniobras fue-
ron observadas por Ronda y su esposa, que aguardaban en la ban-
quina para ingresar en la ruta y dirigirse por ella hacia el oeste por el
carril norte.-
Explican que en sentido contrario al ómnibus circulaba un vehí-
culo Ford Falcon conducido por el codemandado Lino, quien al ver
que aquél giraba hacia Buen Orden y al no poder evitar la colisión
debido a la peligrosa velocidad con que avanzaba, optó por cruzar la
otra mano de la ruta hacia el sur tratando de pasar por la derecha del
ómnibus. La velocidad y la brusquedad de la maniobra hicieron que
el Ford, dirigiéndose sin control, ingresara en la banquina tras dejar
las huellas del frenado sobre elpavimento en una lonsitud de unos 32 m.
Al llegar allí embistió con violencia a la motocicleta, la que quedó
incrustada en la óptica derecha del Ford, el cual, después de dar un
giro de 45 grados hacia el sur, se detuvo en el jardín de una vivienda.
En el lusar de la colisión quedaron restos de vidrios Y plásticos pertene-
cientes al automdvil, lo que, como lo sefialó el perito desiqnado en la
causa penal tramitada ante la iusticia mendocina, demuestra que la
motocicleta estaba detenida sobre la 6anquina.-
Destaca los elementos de juicio que acreditan la responsabilidad
del conductor del Ford Falcon, entre ellos la excesiva velocidad y la
negligencia en el manejo, como así también la condición de embes-
tidor y la buena visibilidad existente en el 1ugar.A su vez, sostiene que
la Provincia de San Luis es igualmente responsable en su calidad de
propietaria del rodado al momento del hecho.-
Pasa luego a considerar los daños derivados del fallecimiento de
Carlos Ronda, cuyas condiciones personales señala, los daños físicos
sufridos por su cónyuge, que viajaba también en la motocicleta, y el
daño moral que ocasionó la muerte tanto al mencionado cónyuge
como a sus hijos. Reclama, asimismo, por el daño psíquico producido,
que requiere los necesarios tratamientos, por los gastos de sepelio y
por las secuelas físicas que el accidente dejó en Martina Camarg0.-
11) A fs.46 el codemandado Ariel Oscar Lino opone la excepción de
prescripción por entender que a la fecha de la demanda se habría
cumplido el plazo del Art. 4037 del Código Civil.-
111) A fs. 48/49 contesta la demanda. Admite la existencia del acci-
dente, niega las circunstancias del hecho tal como las exponen los
actores, y atribuye la responsabilidad al conductor del microómni-
bus.-
IV) A fs. 69/71 se presenta la Provincia de San Luis y opone la
excepción de prescripción.-
V) A fs. 931101 contesta demanda. Niega los hechos tal como fue-
ron relatados por la actora y reitera la defensa de prescripción.-
Opone la inexistencia de responsabilidad de la provincia toda vez que a
la fecha del siniestro no era propietaria del vehículo Ford Falcon, que
habla sido vendido el 6 de mayo de 1989 en remate público por el
gobierno de San Luis, lo que resultaba de conocimiento aeneral. Cita
jurisprudencia relativa a la responsabilidad del titular reoistral. Atribuye
responsabilidad al conductor del microómnibus y a la víctima.
Cuestiona el reclamo por los daños y la magnitud que se les adjudi-
ca.-
VI) A fs. 117 el Tribunal rechaza la prescripción opuesta por ambos
codemandados.-
Considerando:
lo) Que este juicio es de la competencia originaria de la Corte
Suprema (arts. 116 y 117 de la Constitución Nacional).-
2") Que la Provincia de San Luis arguye la inexistencia de respon-
sabilidad de su parte por no ser, al tiempo del accidente, propietaria
del vehículo Ford Falcon D 034203.-
3") Que como lo ha dicho el Tribunal en la causa S.637.XXVI.
"Seoane, Jorge Omar c l Entre Ríos, Provincia de y otro S/daños y per-
juicios" (sentencia del 19 d e mayo de 1997), el Art. 27 de la ley 22.977
esta b lece q u e hasta tanto se inscriba la transferencia, el trasmitente
será civilmente responsablepor los daños Y periuicios que se produzcan
con el automotor, en su carácter de dueño de la cosa. Dispone tambiPn
gue si, con anterioridad al hecho que motiva su responsabilidad, el titu-
lar de dominio ha efectuado ant@el reqistro la denuncia de haber hecho
tradición del vehículo "se reputará que el adquirente o quienes de este
último hubiesen recibido el uso, la tenencia o la posesión de aquél,revis-
ten con relación al trasmitente el carácter de terceros por quienes él no
debe responder Y que el automotor fue usado en contra de su volun-
tad. -
P

La norma mencionada creó en favor del titular reqistral un expediti-


vo procedimiento para exonerar su responsabilidad -que consiste en
efectuar unilateralmente la denuncia de que ha hecho tradición del
vehículo al adquirente- con el propósito de conferirle protección leqal
frente a la desidia o neqlisencia del comprador gue omite reuistrar la
transferencia.-
4") Que la eficacia legal d e tal medio de prueba se dirige, esencial-
mente, a relevar a quien el registro indica como propietario, d e la
necesidad de demostrar que ha perdido la disponibilidad material
del automotor con motivo d e su venta, al haberlo entregado a terce-
rosUporquienes él n o debe responderncomo consecuencia de ello, la
ley presume q u e el vehículo fue usado contra su voluntad.-
Los efectos que dicha norma atribuye a la denuncia no excluyen, sin
embargo, la posibilidad de acreditar enjuicio de manera fehaciente que
el titular reqistral ha perdido la quarda del vehículo con anterioridad al
suceso que aenera su responsabilidad-Ypermiten -por ende- que se eva-
lúe en la causa si subsiste la responsabilidad que le atribuye la primera
parte del art. 27 de la ley 22.977.-
5") Que la conclusión antecedente se sustenta en una interpreta-
ción d e la ley que atiende al propósito que la inspira y -a la vez- pre-
serva y asegura su finalidad (Fallos: 310:149, 203, 267; 31 1:193,401,
entre muchos otros), que es proteger al vendedor frente a la omisión
negligente del comprador en efectuar la transferencia d e dominio. En
tal sentido debe destacarse que, si la ley exonera de responsabilidad a
quien efectúa una denuncia unilateral de venta -cuya sinceridad no es
objeto de comprobación- no cabe privar del mismo efecto a quien
demuestra efectivamente que se encuentra en idéntica situación, es
que el propietario que n o denunció haber vendido y entregado
automotor, conserva su guarda (art. 26 del decreto-ley 6582/58

lidad -iurfdicamenterelevante- de demostrar si concurre tal extremo.-


6") Que en el caso, la documentación acompañada por la provi
cia para acreditar su aserto resulta insuficiente. En efecto, la prueba
obrante a fs. 3391354 vinculada con la subasta d e u n lote de vehí
los de propiedad del gobierno provincial se limita a u n acta en la cual

da cuenta d e que el 6 d e mayo d e 1989 se efectuó la venta, entre


otros, del rodado en cuestión sin indicación del comprador. Así surge
del acta aclaratoria obrante a fs. 354, donde se precisa el número de

lo, circunstancia ésta debidamente valorada en el precedente citado.


Amparar esa negligencia probatoria,aun menos explicable en el caso

desvirtuación irrazonable d e los propósitos del art. 27 d e la ley


22.977.-
Cabe señalar, por último, que mediante la constancia d e fs.41 vta.
del expediente penal agregado por cuerda q u e al 22 d e mayo de
1990, esto es con posterioridad al accidente y u n año después de la
recordada subasta, la parte actora ha acreditado que el rodado conti-
nuaba inscripto a nombre de la legislatura d e la provincia.-
7") Que, como lo ha dicho esta Corte en Fallos: 310:2804 y lo ha rei-
terado en numerosos precedentes, la sola circunstancia de un riestgo
rec@rocono excluye la aplicación de lo dispuesto en el a& 1 1 13,seQun-
do pdrrafo, del Cdd-o Civil, uue reaula lo atinente a la resr>onsobi/idad
por el hecho de las cosas Y, de tal suerte.en supuestos como el sometido
a la consideraci6n del Tribunal, se crean presunciones de causalidad
concurrentes como las que pesan sobre el dueño o -cjuardjdn, quienes
deben afrontar los daños causados a otro salvo que prueben la existen-
@ de factores eximentes.-
Habida cuenta de ello, corresponde determinar si esas presuncio-
nes deben ser mantenidas a la luz de las pruebas aportadas en orden
a destruirlas por la existencia de responsabilidad de cada una de las
víctimas recíprocas.-
8") Que ninguna prueba eficaz ha desvirtuado los dichos de la
parte actora ni la circunstancia de que el conductor del Ford Falcon
haya sido el causante de la colisión. En ese sentido deben tenerse en
cuenta los informes periciales obrantes en el expediente penal, en parti-
cular las referencias al comportamiento del conductor de aquel r ~ d a d o
Que, circulando Q alta velocidad, realizó maniobras calificadas como
bruscas, Y que sin control invadió la banquina en la Que se encontraba
detenida la motocicleta conducida por Ronda. Por lo demás, las defi-
ciencias que se atribuyen a este último vehículo (falta de luminarias,por
eiemplo) no parecen oravitantes si se tienen en cuenta la hora y las con-
diciones climáticas existentes al tiempo del accidente (ver fs. 85/88, 168
y 176 vta. del expediente penal).-
Cabe, por último, señalar que nada avala la pretendida responsa-
bilidad del conductor del microómnibus alegada por las demanda-
das, y que la contestación de demanda de Ariel Oscar Lino consiste
sólo en una negativa genérica y una imputación carente de sustento
fáctic0.A ello se unentenel caso de este codemandado, los efectos de
la confesión ficta (ver fs. 230/231), que produce las consecuencias
previstas en el art. 417 del Código Procesal Civil y Comercial de la
Nación.-
9") Que corresponde ahora fijar el monto de la indemnización,
para lo cual debe tenerse en cuenta que "la vida humana no tiene
valor económico per se, sino en consideración a lo que produce o
puede producir...Pero la supresión de una vida, aparte del desgarra-
miento del mundo afectivo en que se produce, ocasiona indudables
efectos de orden patrimonial como proyección secundaria de aquel
hecho trascendental,^ lo que se mide en signos económicos no es la
vida misma que ha cesado, sino las consecuencias que sobre otros
patrimonios acarrea la brusca interrupción de una actividad creado-
ra, productora de bienes. En ese orden de ideas, lo que se llama elíp-
ticamente la valoración de una vida humana no es otra cosa que la
medición de la cuantía del perjuicio que sufren aquellos que eran
destinatarios de todos o parte de los bienes económicos que el exti
to producía, desde el instante en que esta fuente de ingresos
extingue" (Fallos: 316:912; 317:728, 1006, 1921 y 322:1393).-
En e1 presente caso, a la fecha de su deceso Carlos Leonardo Ronda
contaba con 52 años (ver partida de defunción agregada a fs. 11 de 1
causa penal) y se desempeñaba como oficial albañil (ver informes de
la U.O.C.R.A. a fs. 189 de esa causa). Los testigos que declaran en est
expediente ratifican que ese era su oficio habitual, el que ejercía por
cuenta propia (ver declaraciones de Lucía Adelina Panelo, justo
Saavedra, Rosana Antonia Talquenca, Raúl Natalio Elías Marón y Ro
María Calderón ante el Juzgado de Paz Letrado de San Marti
Mendoza a fs. 284/288). Sin duda alguna su muerte gravitó en los
recursos económicos del núcleo familiar, por lo que resulta proce-
dente reconocer el daño material reclamado por Martina Camargo
fijarlo en la suma de $ 50.000.-
10) Que a ese importe corresponde adicionar el reclamo origin
do a raíz de las lesiones sufridas por la actora en el accidente. En e
sentido, debe estarse a las conclusiones del peritaje médico de
309/311. Allí se destaca que la señora Camargo, que actualmente
tiene 50 años de edad, sufrió "un severo politraumatismo, con fractu-
ras pelvianas que han seguido con el tiempo produciendo trast
nosíy traumatismo de cráneo con perdida de conocimiento con sí
tomas que configuran"un síndrome craneoencefálico tardío conmo-
cional discretooSegún el experto, sufre una incapacidad parcial y per
manente de un 45% (fs.31 1). La lesiones le exigieron permanecer en
reposo alrededor de 60 días para iniciar luego su rehabilitación con
muletas, que se prolongó durante más de un mes (fs. 309). En otro
campo, la perito psicóloga señala que la actora ha sufrido un des-
equilibrio en su integridad psicológica, que no sólo afecta el área
laboral sino que reviste influencia en toda su vida de relación, secue-
la "imposible de recuperar con tratamientonysusceptible de agravar-
se en el futuro (fs. 327 vta.).-
Esta Corte ha admitido que "cuando Ia víctima resulta dismi-
nuida en sus aptitudes físicas o psíquicas en forma permanente,
esta inca~acidaddebe ser objeto de reparación, al marsen de lo
que puede corresponder por el menoscabo de la actividad pro-
ductiva Y por el daño moral, pues la inteqridad física tiene por sí
misma un valor indemnizable v su lesión comprende a más de
aquella actividad económica, diversos aspectos de la personali-
dad que hacen al ámbito doméstico, cultural o social con la consi-
guiente frustración del desarrollo pleno de la vida" (Fallos:
315:2834; 3213 124; 322: 1792). Para evaluar el monto del resarci-
miento por la disminución de las aptitudes físicas y psíquicas no es
necesario recurrir a criterios matemáticos ni tampoco son aplicables
los porcentajes fijados en la ley de accidentes de trabajo, aunque
puedan ser útiles como pauta genérica de referencia,sino que deben
tenerse en cuenta las circunstancias personales del damnificado, la
gravedad de las secuelas, los efectos que éstas puedan tener en el
ámbito de la vida laboral de la víctima y en su vida de relación (Fallos:
320:1361). Sobre la base de estas pautas, cabe fijar por este concepto
la suma de $ 80.000.-
11) Que, asimismo, corresponde admitir los gastos que demanda-
rá la atención terapéutica futura de Martina Camargo (Fallos:
323:3614), indicada por la experta en orden a evitar futuros cuadros
depresivos (fs. 303), tratamiento que se prescribe por un año de dura-
ción y dos sesiones semanales, y cuyo costo se estima en la suma de
$5.000.En cuanto al coactor Miguel Angel Ronda, en el dictamen psi-
cológico se afirma que realizó un duelo patológico por la muerte de
su padre y, de no mediar un tratamiento específico, se puede pronos-
ticar un cuadro depresivo crónico en el futuro próximo (fs.307). El tra-
tamiento respectivo se prescribe en dos sesiones semanales por dos
años, estimándose su costo en $10.000. En lo que respecta al coactor
Fabián Sergio Ronda, en el informe pericia1 no se observa la existen-
cia de duelo patológico ni de incapacidad psíquica, no obstante lo
cual se estima conveniente que realice un tratamiento psicológico (fs.
313 vta.). Tal recomendación, sin fundamento específico, no alcanza
para demostrar la certeza y la necesidad de la erogación futura -omi-
sión que no fue subsanada por la experta en su presentación de fs.
324-, por lo que corresponde desestimar el reclamo pertinente.-
12) Que resulta procedente el reclamo en concepto de daño
moral, detrimento que por su índole espiritual debe tenérselo por
configurado por la sola producción del evento dañoso, ya que se pre-
sume en estos casos -por el grado de parentesco- la lesión inevitable
de los sentimientos de los demandantes. A los fines de la fijación del
quantum, debe tenerse en cuenta el carácter resarcitorio de este
rubro, la índole del hecho generador de la responsabilidad y la enti-
336 1
dad del sufrimiento causado, q u e n o tiene necesariamente q u e guar-
dar relación con el daño material, pues n o se trata d e u n daño acce-
sorio a éste (Fallos: 321 :1117).-
En lo que respecta a la actora Camargo, la muerte del cónyuge
acaecida en las circunstancias conocidas produjo una innegable
lesión e n sus afecciones; a la que cabe añadir los sufrimientos deriva-
dos d e sus propias lesiones físicas, que le ocasionaron una prolonga-
da convalecencia y generan incertidumbre e n e1 desenvolvimiento
d e sus actividades. Se establece por ello una indemnización de $
250.000.-
En cuanto a los hijos, Fabián, Sergio y Miguel Angel Ronda, el falle-
cimiento d e su progenitor les privó d e su presencia y asistencia afec-
tiva, en atención a lo cual se asigna para cada u n o d e ellos la suma de
$ 100.000.-
13) Que a las sumas establecidas deben agregarse los gastos de
sepelio que afrontó la actora -reconocidos a fs. 181- q u e ascienden a
$ 2.650, y los d e farmacia y atención médica reclamados, rubro que
debe ser reconocido con la salvedad d e que, al ser Ronda afiliado a la
U.O.C.R.A., corresponde hacer una estimación morigerada. Por ello,
fíjase la suma d e $ 2.000.-
14) Que, en consecuencia, el m o n t o total d e la indemnización
asciende a la suma d e 389.650 pesos para Martina Camargo; y a la de
1 10.000 pesos para Miguel Angel Ronda y la d e 100.000 pesos par
Fabián Sergio Ronda. Los intereses se deberán calcular a partir del 2
d e marzo d e 1990 -fecha del accidente- hasta el 31 d e marzo d e 1991
a la tasa del 6% anual. Desde entonces y hasta el efectivo pago se
devengarán los que correspondan según la legislación que resulte
aplicable (Fallos: 316:165 y causa L.355.XXIll."Lauget Silveira, Esther y
otros c/ Buenos Aires, Provincia d e S/ daños y perjuicioslsentencia del
15 d e julio d e 1997).-
Por ello, se decide: Hacer lugar parcialmente a la demand
seguida p o r Martina Camargo, Fabián Sergio Ronda y Miguel Ange
Ronda contra la Provincia d e San Luis y Ariel Oscar Lino a quienes
se condena a pagar, dentro del plazo d e treinta días, las sumas d
$ 389.650, $ 100.000 y $ 110.000, respectivamente, con más los
intereses,que se liquidarán d e acuerdo con las pautas indicadas en
el considerando precedente. Con costas (art. 68, Código procesal
Civil y Comercial d e la Nación). Notifíquese y, devuélvase el expe-
diente acompañado y, oportunamente, archívese.-

FDO.: JULIO S. NAZARENO (según su voto)- EDUARDO MOLINE


O'CONNOR - CARLOS S. FAYT (en disidencia parcial)- AUGUSTO CESAR
BELLUSCIO (en disidencia parcial)- ENRIQUE SANTIAGO PETRACCHI
(en disidencia parcial)- ANTÓNIO BOGGIANO - GUILLERMO A. F.
LOPEZ - GUSTAVO A. BOSSERT (en disidencia parcial)- ADOLFO
ROBERTO VAZQUEZ.-

VOTO DEL SEÑORPRESIDENTE DOCTOR DON JULIO S. NAZARENO

Considerando:
Que coincido con los fundamentos del voto d e la mayoría con
exclusión del considerando 3" que expreso en los siguientes térmi-
nos:
3") Que, d e acuerdo con lo expresado en la causa S. 637.XXVI.
"Seoane, Jorge Omar c l Entre Ríos, Provincia de y otros S I y per-
daños
juicios" (disidencia parcial d e los jueces Nazareno, Belluscio y
Petracchi),fallada el 19 d e mayo de 1997, a partir del dictado de la ley
22.977, modificatoria del decreto-ley 6582/58, ha quedado estableci-
d o como principio general que, hasta tanto se inscriba la transferen-
cia, el transmitente será civilmente responsable por los daños y per-
juicios que se produzcan con el automotor, salvo que con anteriori-
dad al hechoflhubiere comunicado al Registro que hizo tradición del
automotor':caso en el cual "se reputará que el adquirente o quienes
de este último hubiesen recibido el uso, la tenencia o la posesión de
aquél, revisten con relación al transmitente el carácter d e terceros por
quienes él n o debe responder y que el automóvil fue usado en con-
tra d e su voluntad" (art. 27).-
Tal recaudo n o ha sido cumplido n i invocado siquiera por la pro-
vincia, por l o que las constancias acompañadas a fs. 3391354 que
acreditan la subasta y ulterior entrega del vehículo al adquirente
resultan insuficientes para liberarla d e su condición de propietaria y,
por consiguiente, d e responsabilidad. Corresponde, por lo tanto, des-
estimar la falta d e legitimación pasiva invocada.-
Por ello, se decide: Hacer lugar parcialmente a la demanda segui-
da por Martina Camargo; Fabián Sergio Ronda y Miguel Angel Ronda
contra la Provincia d e San Luis y Ariel Oscar Lino a quienes se conde-
338 1
na a pagar, dentro del plazo de treinta días, las sumas de $ 389.650,
100.000 y $ 110.000, respectivamente, con más los intereses, que
liquidarán de acuerdo con las pautas indicadas en el consideran
precedente. Con costas (art. 68, Código Procesal Civil y Comercial
la Nación). Notifíquese y, devuélvase el expediente acompañado
oportunamente, archívese.-

FDO.: JULIO S. NAZARENO.-

DISIDENCIA PARCIAL DE LOS SEÑORESMINISTROS DOCTOR


DON CARLOS S. FAYT Y DON GUSTAVO A. BOSSERT

Considerando:

Que los infrascriptos coinciden con los fundamentos del voto de


la mayoría con exclusión de los considerandos 12 y 14, que se expre-
san en los siguientes términos:
12) Que resulta procedente el reclamo en concepto de daño
moral, detrimento que por su índole espiritual debe tenérselo por
configurado por la sola producción del evento dañoso, ya que se pre-
sume en estos casos -por el grado de parentesco- la lesión inevitable
de los sentimientos de los demandantes (Fallos: 316:2894). A los fines
de la fijación del quantun, debe tenerse en cuenta el carácter resarci-
torio de este rubro, la índole del hecho generador de la responsabili-
dad y la entidad del sufrimiento causado, que n o tiene necesaria-
mente que guardan relación con el daño material, pues no se trata de
u n daño accesorio a éste (Fallos: 316:2894; 321 :1117).-
En lo que respecta a la actora Camargo, la muerte del cónyuge
acaecida en las circunstancias conocidas produjo una innegable
lesión en sus afecciones; a la que cabe añadir los sufrimientos deriva-
dos de sus propias lesiones físicas, que le ocasionaron una prolonga-
da convalecencia y generan incertidumbre en el desenvolvimiento
de sus actividades. Se establece por ello una indemnización de $
40.000.-
En cuanto a los hijos, Fabián, Sergio y Miguel Angel Ronda,el falle-
cimiento de su progenitor les privó de su presencia y asistencia afec-
tiva, en atención a lo cual se asigna para cada uno de ellos la suma de
$ 20.000.-
14) Que, en consecuencia, el monto total de la indemnización
asciende a la suma de 179.650 pesos para Martina Camargo;~a la de
30.000 pesos para Miguel Angel Ronda y la de 20.000 pesos para
Fabián Sergio Ronda. Los intereses se deberán calcular a partir del 23
de marzo de 1990 -fecha del accidente- hasta el 31 de marzo de 1991
a la tasa del 6% anual. Desde entonces y hasta el efectivo pago se
devengarán los que correspondan según la legislación que resulte
aplicable (Fallos: 316:165 y causa L.355.XXIII."Lauget Silveira, Esther y
otros c l Buenos Aires, Provincia de S/ daños y perjuicios',kentencia del
15 de julio de 1997).-
Por ello, se decide: Hacer lugar parcialmente a la demanda segui-
da por Martina Camargo, Fabián Sergio Ronda y Miguel Angel Ronda
contra la Provincia de San Luis y Ariel Oscar Lino a quienes se conde-
na a pagar, dentro del plazo de treinta días, las sumas de $ 179.650, $
20.000 y $ 30.000, respectivamente, con más los intereses, que se
liquidarán de acuerdo con las pautas indicadas en el considerando
precedente. Con costas (art. 68, Código Procesal Civil y Comercial de
la Nación). Notifíquese y, devuélvase el expediente acompañado y,
oportunamente, archívese.-

FDO.: CARLOS S. FAYT - GUSTAVO A. B0SSERT.-

DISIDENCIA PARCIAL DE LOS SEÑORESMINISTROS DOCTORES


DON AUGUSTO CESAR BELLUSCIO Y DON ENRIQUE SANTIAGO
PETRACCHI

Considerando:

Que los infrascriptos coinciden con los considerandos 1 y 2" de la


O

mayoría.-
3") Que, de acuerdo con lo expresado en la causa S. 637.XXVI.
"Seoane, Jorge Omar c l Entre Ríos, Provincia de y otros S/ daños y per-
juicios" (disidencia parcial de los jueces Nazareno, Belluscio y
Petracchi), fallada el 19 de mayo de 1997, a partir del dictado de la ley
22.977, modificatoria del decreto-ley 6582158, ha quedado estableci-
do como principio general que, hasta tanto se inscriba la transferen-
cia, el transmitente será civilmente responsable por los daños y per-
juicios que se produzcan con el automotor, salvo que con anteriori-
dad al hechonhubierecomunicado al Registro que hizo tradición de
automotor','caso en el cual "se reputará que el adquirente o quienes
de este último hubiesen recibido el uso, la tenencia o la posesión de
aquél, revisten con relación al transmitente el carácter de terceros por
quienes él no debe responder y que el automóvil fue usado en con-
tra de su voluntad" (art. 27).-
Tal recaudo no ha sido cumplido ni invocado siquiera por la pro-
vincia, por lo que las constancias acompañadas a fs. 339/354 que
acreditan la subasta y ulterior entrega del vehículo al adquirente
resultan insuficientes para liberarla de su condición de propietaria y,
por consiguiente, de responsabilidad.Corresponde, por lo tanto, des-
estimar la falta de legitimación pasiva invocada.-
4") Que, como lo ha dicho esta Corte en Fallos:310:2804 y lo ha re¡-
terado en numerosos precedentes, la sola circunstancia de un ries
recíproco no excluye la aplicación de lo dispuesto en el art. 11
segundo párrafo, del Código Civil, que regula lo atinente a la respon
sabilidad por el hecho de las cosas y,de tal suerte, en supuestos como
el sometido a la consideración del Tribunal, se crean presunciones d
causalidad concurrentes como las que pesan sobre el dueño o guar-
dián, quienes deben afrontar los daños causados a otro salvo que
prueben la existencia de factores eximentes.-
Habida cuenta de ello, corresponde determinar si esas presuncio-
nes deben ser mantenidas a la luz de las pruebas aportadas en orden
a destruirlas por la existencia de responsabilidad de cada una de las
víctimas recíprocas.-
5") Que ninguna prueba eficaz ha desvirtuado los dichos de la
parte actora ni la circunstancia de que el conductor del Ford Falcon
haya sido el causante de la colisión. En ese sentido deben tenerse en
cuenta los informes periciales obrantes en el expediente penal, en
particular las referencias al comportamiento del conductor de aquel
rodado que, circulando a alta velocidad, realizó maniobras calificadas
como bruscas, y que sin control invadió la banquina en la que se
encontraba detenida la motocicleta conducida por Ronda. Por lo
demás, las deficiencias que se atribuyen a este último vehículo (falta
de luminarias, por ejemplo) no parecen gravitantes si se tienen en
cuenta la hora y las condiciones climáticas existentes al tiempo del
accidente (ver fs. 85/88, 168 y 176 vta. del expediente penal).-
Cabe, por último, señalar que nada avala la pretendida responsabili-
dad del conductor del microómnibus alegada por las demandadas, y
que la contestación de demanda de Ariel Oscar Lino consiste sólo en
una negativa genérica y una imputación carente de sustento fáctico.
A ello se unenien el caso de este codemandado, los efectos de la con-
fesión ficta (ver fs. 230/231), que produce las consecuencias previstas
en el art. 417 del Código procesal Civil y Comercial de la Nación.-
6") Que corresponde ahora fijar el monto de la indemnización,
para lo cual debe tenerse en cuenta que "la vida humana no tiene
valor económico per se sino en consideración a lo que produce o
puede producir...Pero la supresión de una vida, aparte del desgarra-
miento del mundo afectivo en que se produce, ocasiona indudables
efectos de orden patrimonial como proyección secundaria de aquel
hecho trascendental,^ lo que se mide en signos económicos no es la
vida misma que ha cesado, sino las consecuencias que sobre otros
patrimonios acarrea la brusca interrupción de una actividad creado-
ra, productora de bienes. En ese orden de ideas, lo que se llama elíp-
ticamente la valoración de una vida humana no es otra cosa que la
medición de la cuantía del perjuicio que sufren aquellos que eran
destinatarios de todos o parte de los bienes económicos que el extin-
to producía, desde el instante en que esta fuente de ingresos se
extingue" (Fallos: 316:912; 317:728, 1006, 1921 y 3221 393).-
En el presente caso, a la fecha de su deceso Carlos Leonardo Ronda
contaba con 52 años (ver partida de defunción agregada a fs. 11 de la
causa penal) y se desempeñaba como oficial albañil (ver informes de
la U.O.C.R.A. a fs. 189 de esa causa). Los testigos que declaran en este
expediente ratifican que ese era su oficio habitual, el que ejercía por
cuenta propia (ver declaraciones de Lucía Adelina Panelo, Justo
Saavedra, Rosana Antonia Talquenca, Raúl Natalio Elías Marón y Rosa
María Calderón ante el Juzgado de Paz Letrado de San Martín,
Mendoza a fs. 2841288). Sin duda alguna su muerte gravitó en los
recursos económicos del núcleo familiar, por lo que resulta proce-
dente reconocer el daño material reclamado por Martina Camargo y
fijarlo en la suma de $ 50.000.-
7") Que a ese importe corresponde adicionar el reclamo originado
a raíz de las lesiones sufridas por la actora en el accidente. En este
sentido, debe estarse a las conclusiones del peritaje médico de fs.
309131 1. Allí se destaca que la señora Camargo, que actualmente
tiene 50 años de edad, sufrió "un severo politraumatismo, con fractu-
ras pelvianas que han seguido con el tiempo produciendo trasto
nosíy traumatismo de cráneo con pérdida de conocimiento con sin
tomas que configuran "un síndrome craneoencefálico tardío conm
cional discretol!Según el experto, sufre una incapacidad parcial y per-
manente de un 45% (fs. 31 1). La lesiones le exigieron permanecer e
reposo alrededor de 60 días para iniciar luego su rehabilitación co
muletas, que se prolongó durante más de un mes (fs. 309). En otr
campo, la perito psicóloga señala que la actora ha sufrido un des-
equilibrio en su integridad psicológica, que no sólo afecta el ár
laboral sino que reviste influencia en toda su vida de relación, secu
la "imposible de recuperar con tratamientoUysusceptible de agrava
se en el futuro (fs.327 vta.).-
Esta Corte ha admitido que "cuando la víctima resulta disminuida
en sus aptitudes físicas o psíquicas en forma permanente, esta inca-
pacidad debe ser objeto de reparación, al margen de lo que pue
corresponder por el menoscabo de la actividad productiva y por
daño moral, pues la integridad psicofísica tiene por sí misma un val
indemnizable y su lesión comprende a más de aquella actividad ec
nómica, diversos aspectos de la personalidad que hacen al ámbito
doméstico, cultural o social con la consiguiente frustración del des-
arrollo pleno de la vida" (Fallos: 315:2834; 321:1124; 322: 1792). Par
evaluar el monto del resarcimiento por la disminución de las aptitu-
des físicas y psíquicas no es necesario recurrir a criterios matemáticos
ni tampoco son aplicables los porcentajes fijados en la ley de acci-
dentes de trabajo, aunque puedan ser útiles como pauta genérica de
referencia, sino que deben tenerse en cuenta las circunstancias per-
sonales del damnificado, la gravedad de las secuelas, los efectos que
éstas puedan tener en el ámbito de la vida laboral de la víctima y en
su vida de relación (Fallos: 320:1361). Sobre la base de estas pautas,
cabe fijar por este concepto la suma de S 80.000.-
8") Que, asimismo, corresponde admitir los gastos que demanda-
rá la atención terapéutica futura de Martina Camargo (Fallos:
323:3614), indicada por la experta en orden a evitar futuros cuadros
depresivos (fs.303), tratamiento que se prescribe por un año de dura-
ción y dos sesiones semanales, y cuyo costo se estima en la suma de
$5.000.En cuanto al coactor Miguel Angel Ronda, en el dictamen psi-
cológico se afirma que realizó un duelo patológico por la muerte de
su padre y, de no mediar un tratamiento específico, se puede pronos-
ticar un cuadro depresivo crónico en el futuro próximo (fs. 307). El tra-
tamiento respectivo se prescribe en dos sesiones semanales por dos
años, estimándose su costo en $ 10.000. En lo que respecta al coactor
Fabián Sergio Ronda, en el informe pericia1 no se observa la existen-
cia de duelo patológico ni de incapacidad psíquica, no obstante lo
cual se estima conveniente que realice un tratamiento psicológico (fs.
313 vta.).Tal recomendación, sin fundamento específico, no alcanza
para demostrar la certeza y la necesidad de la erogación futura -omi-
sión que no fue subsanada por la experta en su presentación de fs.
324-, por lo que corresponde desestimar el reclamo pertinente.-
9") Que resulta procedente el reclamo en concepto de daño
moral, detrimento que por su índole espiritual debe tenérselo por
configurado por la sola producción del evento dañoso, ya que se pre-
sume en estos casos -por el grado de parentesco- la lesión inevitable
de los sentimientos de los demandantes. A los fines de la fijación del
quantun, debe tenerse en cuenta el carácter resarcitorio de este
rubro, la índole del hecho generador de la responsabilidad y la enti-
dad del sufrimiento causado, que no tiene necesariamente que guar-
dar relación con el daño material, pues no se trata de un daño acce-
sorio a éste (Fallos: 321:11 17).-
En lo que respecta a la actora, la muerte del cónyuge acaecida en
las circunstancias conocidas produjo una innegable lesión a sus sen-
timientos afectivos; y las secuelas de sus propias lesiones, que oca-
sionaron una prolongada convalecencia y generan incertidumbre en
el desenvolvimiento de sus actividades, justifican el reconocimiento
de este ítem, que se establece en $ 40.000.-
En cuanto a los hijos, Fabián Sergio y Miguel Angel Ronda, corres-
ponde también admitir el daño moral que causó en ambos jóvenes el
fallecimiento de su progenitor, fijándolo en $ 20.000 para cada uno.-
10) Que a las sumas establecidas deben agregarse los gastos de
sepelio que afrontó la actora -reconocidos a fs. 181- que ascienden a
$ 2.650, y los de farmacia y atención médica reclamados, rubro que
debe ser reconocido con la salvedad de que, al ser Ronda afiliado a la
U.O.C.R.A., corresponde hacer una estimación morigerada. Por ello,
fíjase la suma de $ 2.000.-
11) Que, en consecuencia, el monto total de la indemnización
asciende a la suma de 179.650 pesos para Martina Camargo;;~a la de
30.000 pesos para Miguel Angel Ronda y la de 20.000 pesos para
Fabián Sergio Ronda. Los intereses se deberán calcular a partir del 2
de marzo de 1990 -fecha del accidente- hasta el 31 de marzo de 199
a la tasa del 6% anual. Desde entonces y hasta el efectivo pago se
devengarán los que correspondan según la legislación que resulte
aplicable (Fallos: 3163 65 y causa L.355.XXlll."Lauget Silveira, Esther y
otros c l Buenos Aires, Provincia de S/ daños y perjuicioslsentencia de
15 de julio de 1997).//-
Por ello, se decide: Hacer lugar parcialmente a la demanda segui
da por Martina Camargo, Fabián Sergio Ronda y Miguel Angel Rond
contra la Provincia de San Luis y Ariel Oscar Lino a quienes se conde-
na a pagar, dentro del plazo de treinta días, las sumas de $ 179.650, $
20.000 y $ 30.000, respectivamente, con más los intereses, que se
liquidarán de acuerdo con las pautas indicadas en el considerando
precedente. Con costas (art. 68, Código Procesal Civil y Comercial de
la Nación). Notifíquese y, devuélvase el expediente acompañado y,
oportunamente, archívese./l

FDO.:AUGUSTO CESAR BELLUSCIO - ENRIQUE SANTIAGO PETRAC-


CHI
Copyright @ elDial.com - editorial albrematica
Citar: elDial.com AA1 043

CASO 2:"Colaccioppo Ricardo P.v. Navarro, Carlos R. y otros" C.


Nac. Civ., sala H, 1411112008

El siguiente es un interesante y reciente ejemplo de caso de cho-


que entre dos vehiculos, uno de los cuales se encontraba detenido. Lo
incluimos porque:

1) Se aplica la doctrina de las presunciones de causalidad concu-


rrentes receptada en el plenario "Valdez"de la Cámara Nacional en lo
Civil y en el falloUCamargo',!de la Corte Suprema.

2) Se trata de un caso de demanda y reconvención, supuesto pro-


cesal bastante común en este tipo de casos.
3) Se puede apreciar el juego de las cargas probatorias en casos
de demanda y reconvención.

4) Se analiza una discordancia entre las fotografías tomadas por la


Policía Federal, obrantes en la causa penal, y las acompañadas por el
perito mecánico, que muestran dos lugares distintos, donde supues-
tamente ocurrió el hecho. Lamentablemente, es común que la ins-
pección policial no sea demasiado proliia en este tipo de casos. por lo
aue la posibilidad de omisiones o errores debe ser tenida en cuenta
y remediada a la hora de la causa civil. mediante otra prueba que
aporte la parte interesada.

5 ) Se acredita por la pericial mecánica que el vehiculo del deman-


dado es cosa riesgosa, pese a estar detenido, en razón de las circuns-
tancias, dado que se encontraba invadiendo parte del carril derecho
de la autopista, un metro fuera de la banquina.

6 ) El Tribunal resuelve la responsabilidad concurrente de las par-


tes, en un SO%, dado que ninsuna pudo demostrar causa ajena y dis-
tribuye en función de este porcentaje los montos indemnizatorios.Al
ser reconvenido, el actor debió demostrar causa ajena para eximirse
de su propia responsabilidad y, en este caso, no lo hizo.

7 ) Además, el caso es ilustrativo a los efectos de resaltar la impor-


tancia de la pericial mecánica, como medio probatorio principal a la
hora de acreditar daños por los rubros "desvalorización del rodado':
"gastos de reparación" y "privación de uso': cuyo valor convictivo
supera, en esos casos, a otros medios, tales como testimoniales o
documentales (facturas o presupuestos de reparación).

8) Para concluir, en el caso se rechaza el reclamo contra el conce-


sionario vial, por no acreditarse ningún incumplimiento de su parte.

TEXTO COMPLETO

Za INSTANCIA.- Buenos Aires, noviembre 14 de 2008.

El Dr. Giardulli dijo:


1) Contra la sentencia obrante a fs. 388/393, en la que se rechazó la
demanda contra Autopistas del Sol, se rechazó la reconvención, se
hizo lugar a la demanda incoada por Ricardo P. Colacioppo contra
Norberto C. Navarro y se condenó a este Último abonarle la suma de
$ 11.963, más intereses y costas, apeló la parte demandada reconvi-
niente, recurso que fue concedido a fs. 395. A fs. 4141416 expresó
agravios, lo que fue contestado a fs. 4231424 por la actora y 4261428
por Autopistas del Sol. En consecuencia, las actuaciones se encuen-
tran en condiciones para que sea dictado un pronunciamiento defi-
nitivo.

11) La parte demandada reconviniente aduce que intentará


demostrar que todos los factores que el juez de grado menciona
como "sumatoria de negligencias" se debieron a causales de fuerza
mayor y que la verdadera causa del siniestro fue la alocada marcha
del vehículo del actor. Fundamenta su afirmación con una pregunta:
¿por qué otros vehículos que circulaban delante del actor lograron
esquivar o sobrepasar por el costado del rodado del demandado y el
actor ni siquiera pudo detener su marcha?Responde que debido a la
excesiva velocidad de circulación, no se encontraba en pleno domi-
nio de su vehículo.

Asegura que se encuentra acreditada la colocación de las baliza


y que si bien puede ser que no se hayan medido con exactitud, esta-
ban colocadas a la vista de todos los que circulaban por la autovía.

Con relación al deterioro del vehículo, afirma que si bien es cierto


que previo al desprendimiento de la rueda se escucharon ruidos
extraños que anticiparon que el rodado no funcionaba normalmen-
te, también lo es que no tuvo tiempo ni oportunidad para salir de la
autovía por la que circulaba ya que no existía salida alguna por lo que
"rogaba llegar a la salida de Beiró:'

Entiende que el carácter de embestidor admitido por e1 actor apa-


rece revelador de la desatención y falta de control en la conducción
del vehículo.

Expresa que todas las circunstancias que rodearon el accidente,


ocurrido a plena luz del día del mes de febrero (no tan transitado
como el resto del año) no deberían haber pasado inadvertidas para
un conductor atento a las alternativas y riesgos propios de la circula-
ción. Agrega que ese es el motivo desencadenante y primordial de la
causa del siniestro.

Se queja también de la adhesión del a quo a la pericia mecánica sin


valorar las impuqnaciones realizadas. Se refiere a la diferencia entre las
fotoorofas acompañadas con la pericia1 Y las tomadas por la policia
federal. Dice que en estas últimas, se puede observar la existencia de una
banquina que permite la detención de los vehiculos en forma completa
y la ausencia de "pianitos. mientras que en las acompañadas por el
experto, la banquina es tan anqosta que sio síla detención de cualquier
auto involucra casi la invasión del carril contiquo Y se ven los "tjpicos
pianitos para evitar lo detención de los rodados".onclu~e que al diferir
el lugar del siniestro, cambia completamentela mecánica del evento.

En segundo término, sostiene que las probanzas colectadas acre-


ditan el incumplimiento por parte de Autovía del Sol S.A de sus debe-
res como concesionario de la autovía.

En ese sentido, recuerda el testimonio del Sr. José L. Cabrera y se


refiere al análisis del sentenciante de grado. Concluye que la negli-
gencia y la impericia con la que se manejó Autovía del Sol S.A es un
claro ejemplo de incumplimiento de deberes del concesionario en
contratos de concesión de caminos.

111) En primer luga r, cabe destacar que tanto en el caso de la deman-


da como en el de la reconvención,la responsabilidad debía encuadrarse
en art. 7 1 73, CCiv. En ese contexto, la tesis del riesqo recíproco siqniflca
que cada uno de los dueños o quardianes debe reparar los daños causa-
dos al otro Y les incumbe la caraa de invocación Y prueba de alouna de
las eximentes:culpa de la victima, culpa de un tercero por el que no debe
responder o caso fortuito externo a la cosa que fracture la relación cau-
-
sal.

En el caso, debe valorarse que el demandado ha reconvenidopor los


daños producidos en su vehículo como consecuencia del accidente. Asi
Con la adopción de esta doctrina, la responsabilidaddelactoro
demandado no depende de la prueba de la culpa de cada uno
sino que es objetivo el factor de atribución, por ser el dueño o g
de la cosa riesgosa que causd el daño. En el casof el riesgo del a
resultar el embistentey del reconvinientepor crear un riesgo en la circu
Iación de la autovja.

. A raíz de lo expuesto, es que entiendo que

En esta línea, coincido con el magistrado de grado respecto a que


debe atribuirse responsabilidad al demandado reconviniente, pues
teniendo en cuenta las característicaspropias de toda autopista y espe-
cialmente la velocidad máxima permitida de circulación, la detención
del Galaw invadiendo un metro el carril derecho del camino, se consti-
tuvd en una cosa ~eliarosa Y riesaosa para el tránsito vehicular.

Debo advertir que el demandado no aportó prueba respecto de la


colocación de las balizas, sin perjuicio de señalar que aun cuando las
hubiera puesto, según sus propias referencias, lejos estaba de hacer-
lo como lo indica la reglamentación.

Con respecto a lo dicho acerca de la pericia mecánica, considero


que lo expresado no es suficiente para restarle eficacia probatoria
como se pretende.El juez de arado y se ha referido a la ligera W u g -
nación de la demandaday a la fundada contestacidn del experto, quien
justificó de manera acabada que el Ford gala^ se encontraba inva-
diendo parte del carril derecho de la autopista (u7.00fuera de la banqui-
no? Además, el luqar que registran las fotoarafíos obrantes en la causa
penal ni siquiera coincide con el luaar del hecho que indica como tal el
Sr. Navarro en su contestación de demandaY reconvención.
Cabe destacar que a pesar de la enunciación que realiza en el
memorial el Sr. Navarro, lejos se estuvo de "demostrar que todos los
factores que el juez de grado menciona como 'sumatoria de negli-
gencias'se debieron a causales de fuerza mayor: En efecto, el des-
prendimiento de la rueda de su vehículo no apareció como un hecho
imprevisible e inevitable, ya que respondía claramente al descuido y
malas condiciones en que se encontraba el rodado.Tampoco puede
aducirse que colocar balizas (como dice que hizo) a una distancia
sensiblemente menor a la que indica la reglamentación obedezca a
alguna "fuerza mayor:

En esa Iínea,debe agregarse que el desprendimiento de la rueda -


que motivó su detención en la banquina pero invadiendo un metro
el carril derecho- es suficiente por sí solo para considerar el vicio de la
cosa cuya guarda y propiedad recae en cabeza de Navarro. Resulta
irrelevante a los fines que aquí se deciden, si previamente conocía o
no los desperfectos de su vehículo, pues no ha acreditado -como se
hallaba a su cargo- la concurrencia de alguna de las eximentes per-
mitidas por el art. 1113 ,CCiv. y, por ende, no se encuentra desvirtua-
da la presunción de responsabilidadque emana de la n0rma.A lo que
cabe agregar que, por tratarse el vehículo automotor de una cosa
riesgosa, era a cargo de su dueño o guardián, controlar que se encon-
trara en condiciones aptas para la circulación.

De conformidad con lo expuesto, no puede desconocerse que


quien incorporó al medio una cosa peligrosa por su vicio y riesgo ha
sido el demandado Navarro, constituyendo la presencia del obstácu-
lo en la autopista con causa eficiente en la producción del siniestro.

Como lo señalan Pedro N. Cazeaux y Felix Trigo Represas"Cuando


se trata de daños por el riesgo o vicio de la cosa, el grado de presen-
cia o participación humana no resulta tan evidentemente esencial"
("Derecho de las Obligaciones': t. IV, Buenos Aires, 1976, p. 684). Se
puede entonces concluir, que basta con aludir a la responsabilidad
por el riesgo de la cosa; riesgo que consiste en incorporar al medio
una cosa peligrosa por su naturaleza o por su forma de utilización
(Trigo Represas, F., "Responsabilidad por daños causados por auto-
motores': La Plata, 1977, p. 38) (C. Nac. Civ., sala H,"Barbero, Miguel A.v.
Edenor S.A y otros" del 26/2/2002, LL 2002-0-98).

Sin embargo, lo expuesto no exime de valorar también la conduc-


ta asumida por el co-protagonista del accidente, quien en su calidad
de actor reconvenido, debía acreditar la existencia de alguna causa
de exoneración.

Ha quedado probado que en circunstancias en que el Ford Curier


-al mando de Colacioppo- impactó con su frente la parte trasera
izquierda del Galaxy de Navarro, que se hallaba detenido en la ban-
quina invadiendo un metro el carril derecho de la autopista.

El actor alegó en su escrito de demanda que el siniestro ocurrió


cuando los automóviles que lo precedían en la marcha se abrieron
"siendo sorprendido por la presencia de un aut~móvil...~!

Sobre la base de estas circunstancias, teniendo en cuenta la pre-


sunción de responsabilidad que establece el art. 11 13 ,CCiv. y consi-
derando que las eximentes deben encontrarse debidamente proba-
das, adelanto mi opinión en el sentido de que la queja de la deman-
dada habrá de ser favorablemente acogida.

Primeramente debe valorarse que el hecho ocurrió en la Av.


General Paz. De tal modo, resulta razonable exigir a quienes por allí
transitan una máxima precaución y estado de alerta, dada la mayor
peligrosidad derivada de la velocidad máxima permitida.

Debo señalar que, a mi entender, no se encuentra acreditada la


existencia de los vehículos que supuestamente precedían en la mar-
cha al Ford Curier pues no se produjo prueba alguna que lo demues-
tre. Esta circunstancia lleva indefectiblemente a considerar la respon-
sabilidad. Es que, de ser ello así y considerando que el tramo en que
ocurrió el evento es recto, unido a la circunstancia de que otros vehí-
culos, según su relato, pudieron sortear al automóvil detenido, es
razonable concluir que, de haber actuado Navarro con la atención y
diligencia que estas circunstancias de tiempo y lugar requerían,
debió advertir la presencia del obstáculo en el camino y evitar la coli-
sión si es que tenía pleno dominio de su automotor.
Pero aun si admitiéramos como cierta la presencia de los vehícu-
los que lo precedían, la solución del caso n o variaría. Es que n o se ha
demostrado en m o d o alguno que la maniobra de esos rodados
hubiera sido imprevista. No se acreditó además, que en tales circuns-
tancias, el impacto hubiera sido inevitable. Adviértase que no se
probó que en los instantes previos al choque hubiera vehículos en los
carriles laterales que impidieran a Colacioppo efectuar alguna manio-
bra evasiva. La circunstancia de que el tránsito era intenso. si bien es un
indicio, no permite concluir por sisola que al momento exacto en que el
Ford Curier se encontró con el obstáculo en el camino no tenía expedito
los carriles laterales para evitar la colisión. Ténuase en cuenta que el
Galaxy estuvo detenido un cierto tiempo, al menos el necesario para que
sus dos ocupantes se bajaran y uno de ellos se retirara del luuar, a lo que
debe agregarse la gran cantidad de vehiculos que circula por el lugar y
uue no impactaron al vehículo del demandado.

Pese a la peliqrosidad que implica un vehículo detenido en medio de


la autopista y la causalidad adecuada de este hecho con el resultado
dañoso, los elementos reseñados demuestran -como premisa ueneral-
que actuando de manera diligente, atenta, prudente Y de acuerdo a las
normas del tránsito. el accidente era evitable. Es que, a partir de tales
parómetros. era a carqo del actor reconvenido demostrar que en el caso
concreto, es decir. en las circunstancias de tiempo Y lugar en que ocurrió
el siniestro, le resultó imposible evitar eludir al Galv, lo que no ocurrióen
la especie.

Por otra parte, tampoco se acreditó que el Ford Curier hubiera


mantenido respecto del vehículo que lo precedía, una distancia ade-
cuada a la velocidad permitida en la zona, circunstancia que segura-
mente habría posibilitado detener eficazmente la unidad.

Reitero, a excepción d e sus propios dichos, no existe prueba que


demuestre que el Galaxy apareció de manera "sor~resiva"en su trayec-
to. es decir. que este hecho resultó imprevisto para el actor como tam-
poco hay elementos que acrediten que el impacto le resultó inevitable.

Teniendo en cuenta la presunción de responsabilidad que emer-


por la norma debe ser categórica, no pudiéndose basar la decisión e
meras conjeturas.

En suma, considero que debe modificarse el decisorio de grado


establecerse la responsabilidad emerqente del hecho entre Ricardo p.
Colacioppo y Carlos N. Navarro, responsabilidad Quecabe distribuir en
iqual proporción pues, en razón de la forma en uue ocurrieron los
hechos, no encuentro que deba efectuársele mayor o menor reproche a

condena,

En segundo termino, considero que no se ha acreditado incumpli-


miento alguno por parte de Autovía del Sol S.A.

Navarro no es suficiente a los h e s uue se pretenden. Debe noturse que


esa es la únicaprobanza de la Que intentó valerse el demandado recon-
vinientepara acreditar los hechos que aleqb en la demanda. Lueuo, nin-
gún otro elemento acercó al proceso para crear convicción.

A ello debe sumarse que secuestradas las actuaciones administra-


tivas en poder Autopistas del Sol, pudo advertirse que el Galaxy fue
removido por una grúa liviana (la n. 8107). Es decir, que según el rela-
to de Navarro, de otro tipo tendría que haber sido la grúa que lo fue
a buscar previamente; o se tendría que haber traído el repuesto (acer-
ca del cual se podría haber preguntado al perito y no se hizo) que dijo
lo mandaron a comprar; extremos que a él le correspondía acreditar.

En ese contexto, estimo acertada la decisión del juez de grado de


rechazar la demanda incoada por el Sr. Colacioppo contra la empresa
citada.

IV) En atención a que, como se ha adelantado, propongo al acuer-


do, hacer lugar a la reconvención, pasaré a tratar los rubros indemni-
zatorios solicitados por el Sr. Navarro.

a) Desvalorización del rodado

Solicitó el demandado reconviniente la suma de $ 1000 por este


rubro.

Por su parte,el actor negó que el automotor se hubiera desvalorizado.

Al respecto, informó el perito mecónico a fs. 293: "El vehlculo no ha


sufrido daños de importancia tal, que establezcan al momento de la
reventa un menor valor en el vehlculo. Realizándose las reparaciones
en talleres adecuadamente dotados del equipamiento y mano d e
obra especializada n o quedan rastros de dichas reparaciones, como
para que influyan al momento d e una futura venta: Luego, aseguró
que n o se habían afectado partes vitales del rodado. Estos aspectos
de la pericia n o fueron impugnados por ninguna de las partes.

Cabe recordar que procede la indemnización por disminución del


valor venal del vehículo afectado en u n accidente, siempre que fuera
real y n o hipotética, cuestión que debe ser apreciada según las cir-
cunstancias de cada caso (C. Nac. Civ, sala A, 51711 985, esta sala en
Libres 316.294,331.520 entre otros).

Por lo tanto, dentro del marco señalado y de conformidad con las


constancias del expediente, cabe proponer que se rechace la partida.

b) Privación d e uso

Por el ítem, pidió el Sr. Navarro la suma de $400.A su turno,el actor


negó la procedencia del rubro.

En relación con ello, considero oportuno recordar que comporta


354 1
por sí mismo un daño indemnizable ya que el titular del automóvil se
ve privado de circular con su unidad,fin específico al cual se haya des-
tinado. La indemnización habrá de establecerse teniendo en consi-
deración el uso que el damnificado daba al vehiculo, el tiempo que
demanden los arreglos, debiendo descontarse los gastos conexos
con el funcionamiento del automotor, combustibles, estacionamien-
to o similares ya que si bien dichas erogaciones se encuentran sub-
sumidas dentro del importe necesario para recurrir a medios sustitu-
tivos de traslados, lo cierto es que hubieran sido inevitables aun utili-
zando el propio medio de traslación.

Al respecto, informó el perito que "el tiempo estimutivo, teniendo en


cuenta la dificultad existente para obtener ciertas partes de dicho vehí-
culo, sobre todo los de ch-Q (como anteriormentese explicitó, el panel
de puerta delantera derecha no existe)podrfa alcanzar entre 3 040~días
corridos". Nada adujeron las partes al respecto.

En atención a ello, considero que la suma solicitada es adecuada


para el resarcimiento de la partida. Por lo expuesto, propongo que se
establezca en $400 el monto para responder por este rubro.

C) Reparación del rodado

Dijo el apelante que su automóvil sufrió deterioros de suma tras-


cendencia como consecuencia del impacto.Acompañó presupuesto
por el importe de $6890.

El Sr.Colacioppo,a su tiempo, impugnó la suma no solo por impro-


cedente sino por negar no solo los daños que dice el demandado
haber sufrido sino también los montos consignados de reparación.
Desconoció la documental.

El experto entendió que la suma de S 9085 podía ser aceptable.

En atención al monto requerido en la reconvención y a la ausen-


cia de impugnación de las partes, considero que aquel deberá ser el
que corresponda para resarcir este ítem. Es decir, que el rubro pros-
perará por la suma de $6890.
Ahora bien, la suma total d e condena resulta ser d e $ 7290, pero
deberá adecuarse a la distribución d e responsabilidad.

Por t o d o lo expuesto, propongo al acuerdo que se haga lugar a la


reconvención interpuesta por Norberto C. Navarro contra Ricardo P.
Colacioppo y, en consecuencia, se condene a este último (y a su cita-
da en garantía,Victoria Cía. Argentina d e Seguros S.A en los términos
del art. 18 ,ley 17418) a abonarle al primero la suma d e $ 3645 (en
atención a la distribución d e la responsabilidad ya referida), con los
intereses que se liquidarán desde el día en que se produce cada per-
juicio objeto d e la reparación ("Gómez, Esteban v. Empresa Nacional
d e Transporte") y hasta el efectivo pago.

En l o q u e hace a la tasa d e interés, toda vez que en el acuerdo ple-


nario d e este tribunal d e fecha 10/6/2008 se resolvió admitir el pedi-
d o d e autoconvocatoria efectuado por la sala F del tribunal en autos
"Samudio d e Martínez, Ladislaa v.Transporte Doscientos Setenta S.A
S/ daños y perjuicios" con vista a la revisión d e la doctrina plenaria
sustentada por este fuero en los autos caratulados "Alaniz, Ramona E.
v.Transportes 123 S.A.C.1, interno 200 S/ daños y perjuicios" que man-
tiene la doctrina establecida e n la sentencia "Vázquez, Claudia A. v.
Bilbao, Walter y otros S/ daños y perjuicios", corresponde diferir el tra-
tamiento d e esta cuestión hasta tanto sea dictado el pronunciamien-
t o del tribunal e n pleno (arts. 301 ,303 y concs., CPCCN.).

En cuanto a la reconvención, las costas d e la


instancia deberán ser
soportadas por la actora vencida y su citada en garantía (art. 68 ,
CPCCN.).

V) Por t o d o lo expuesto propongo al acuerdo: 1) Establecer en


igual proporción entre las partes la responsabilidad emergente del
hecho, debiéndose adecuar d e igual manera los montos d e condena
d e la demanda incoada por el Sr. Colacioppo, que se encuentran fir-
mes; II) Hacer lugar a la reconvención interpuesta por Norberto C.
Navarro contra Ricardo P. Colacioppo y, en consecuencia, condenar a
este último (y a su citada e n garantía, Victoria Cía. Argentina d e
Seguros S.A e n los términos del art. 18, ley 17418) a abonarle al pri-
mero la suma d e $ 3645, con los intereses que se liquidarán desde el
día en q u e se produce cada perjuicio objeto d e la reparació
("Gómez, Esteban v. Empresa Nacional deTransporten) y hasta el efec-
tivo pago. La suma que deberá ser abonada dentro d e los 10 días de
resuelta y notificada la cuestión atinente a la tasa d e interés ya referi-
da en los considerandos. Las costas d e l a instancia d e la reconven-
ción deben ser soportadas por la actora reconvenida y su citada e
garantía (art.68, CPCCN.); 111) Imponer las costas de alzada en el orde
causado en atención a la forma en que se decide (art. 6 8 , párr. 2
CPCCN.); IV) Confirmar la sentencia e n t o d o l o demás q u e decide
fue motivo d e apelación.

Los Dres. Mayo y Kiper adhieren al voto q u e antecede.

Visto, lo deliberado y conclusiones establecidas e n el acuerd


transcripto precedentemente por unanimidad d e votos, el tribunal
decide:

1) Establecer en igual proporción entre las partes la responsabili


dad emergente del hecho, debiéndose adecuar d e igual manera los
montos d e condena d e la demanda incoada por el Sr. Colacioppo,
que se encuentran firmes;

II) Hacer lugar a la reconvención interpuesta (en la proporció


establecida e n los considerandos) por Norberto C. Navarro contra
Ricardo P. Colacioppo y, en consecuencia, condenar a este último (y a
su citada e n garantía,Victoria Cía.Argentina d e Seguros S.A e n los tér-
minos del art. 18, ley 17418) a abonarle al primero la suma d e $364
con los intereses que se liquidarán desde el día en q u e se produce
cada perjuicio objeto d e la reparación ("Gómez, Esteban v. Empresa
Nacional d e Transporte ") y hasta el efectivo pago. La suma que debe-
rá ser abonada dentro d e los 10 días d e resuelta y notificada la cue
tión atinente a la tasa d e interés ya referida en los considerandos. L
costas d e 1a instancia d e la reconvención deben ser soportadas por la
actora reconvenida y su citada e n garantía (art. 68 ,CPCCN.);

111) lmponer las costas d e alzada en el orden causado e n atención


a la forma e n q u e se decide (art. 68, párr. 2O, CPCCN.);
IV) Confirmar la sentencia en todo lo demás que decide y fue
motivo de apelación.

Regístrese, notifíquese y, oportunamente, archívese.- Jorge A.


Giardul1i.- Jorge A. Mayo.- Claudio M. Kiper.

Citar Lexis No 70051219

CASO 3: Expte: 17.783101 "Uvoycich Deani, Carlos cl


- ento Cabral S.C. Línea 102 y otros SI
Transportes Sar daños y per-
juicios':

Lo interesante de este caso son las distintas concepciones de los


magistrados en cuanto a la incidencia de la conducta del peatón en
la producción del daño. Mientras una de las jueces plantea una con-
currencia de culpas, por entender que "quien camina por lugares no
habilitados o en circunstancias no permitidas -como se da en este
caso- pone en marcha contra sí mismo una posibilidad de real peli-
gro, pero también coincido en sostener que tal situación no excusa al
conductor de la cosa riesgosa, único responsable de su dominio aun
en las adversidades en que lo sorprenda el movimiento urbano: el
resto del Tribunal entiende que tal conducta de la victima "neutraliza"
completamente el riesgo de la cosa, por lo que la lesión por la que
reclama resarcimiento no ha sido causada por el riesgo o vicio de la
cosa sino por "grosera omisión de diligencia" por parte de la víctima.

TEXTO COMPLETO

//nos Aires, a los 25 días del mes de abril de 2007, reunidas las
Señoras Jueces de la Sala "J" de la Excma. Cámara Nacional de
Apelaciones en lo Civil de la Capital Federal, a fin de pronunciarse en
los autos caratulados: "Uvoycich Degni, Carlos c/ "Tansportes
Sargento Cabral S.C. Línea 102 y otros SI daños y perjuiciosó
358 1
La Doctora Marta del Rosario Mattera dijo:

I. El actor promueve demanda por daños y perjuicios que


según dice- le fueron ocasionados con motivo del accidente que S
produjera cuando estaba cruzando la intersección d e las Avda
Pueyrredón y Las Heras, el día diecinueve d e marzo d e 1.999. en juri
dicción de ésta Ciudad.
La sentencia hizo lugar parcialmente a la demanda y condenó a 1
empresa demandada a pagar al accionante la suma d e diez mil peso
y las costas del juicio.
Apelaron y expresaron agravios ambas partes, expresando su
agravios: la actora a fs. 2231231, la demandada a fs. 2371240 y la ci
da en garantía a fs. 2411245. Corrido el traslado fueron contestada
por las partes las quejas d e sus contrarias a fs. 2471251, 2521 256
2571262, respectivamente, quedando d e esta manera los present
en estado d e dictar sentencia.
II. La responsabilidad:
Los recurrentes se agravian de que la sentencia recurrida asignó
concurrencia en la culpabilidad por el evento dañoso en una propor-
ción del cincuenta por ciento a la parte actora y en el cincuenta por
ciento restante a la parte demandada.
Tratándose de un accidente donde intervienen un automotor y un
peatón resulta de aplicación lo normado por el artículo 7.7 73 segundo
párrafo del Código Civil, debiendo el actor abonar el contacto físico con
el vehículo del accionado y los daños que ello produjo y por su parte, al
demandado, para eximirse de responsabilidad total o parcial, le corres-
ponde demostrar la culpa de la víctima o la de un tercero por quien no
deba responder.
El análisis del expediente penal y las constancias que surge de esta
causa civil prueban la existenciadel accidente como asítambidn que las
lesiones que le ocasionaron al accionante fueron con el microómnibus
de la empresa demandada. Más aún, los litigantes estcin de acuerdo en
que el accidentese produjo en las circunstanciasde lugary tiemposeiia-
ladas en la demanda pero discrepan en cambio en el modo en que se
desenvolvió el evento.
N o está discutido tampoco que el Sr. Carlos Uvoycich Degni se
aprestaba al cruce d e la Avda. Las Heras cuando fue embestido por el
interno 18 de la línea 102. Las partes discrepan en cuanto a si el
colectivo se dio a traspasar la intersección con luz habilitante o,
por el contrario, tenía vedado el paso.
Está probado en el expediente penal que el conductor del
colectivo cruzó la intersección con la luz del semáforo en verde.
Ello surge de la declaración testimonial del Oficial de Policía intervi-
niente y que fuera desplazadÓ al lugar del accidente en circunstan-
cias que recorría el área jurisdiccional. El Oficial informó que en el
lugar entrevistó al Sr. Sixto Héctor Ortiz, quien le refirió que momen-
tos antes, viajaba en el colectivo que estaba detenido en el lugar, se
acercó al conductor para hacerle una pregunta mientras éste cruza-
ba la Avda. Pueyrredón por hallarse habilitado por el semáforo y
observa a una persona que miraba hacia el lado contrario al que cir-
culaba el colectivo, siendo golpeado por éste con el pasamanos en la
cara y en su cuerpo (ver fs. 1 vta.).
Luego, el mencionado Sr. Ortiz prestó su declaración testimonial
en el expediente penal a fs. 6 y reiteró lo que anteriormente había
informado al policía, aunque puede destacarse que en esta oportuni-
dad el declarante refirió también que el accidente se produjo cuando
el peatón estaba cruzando la calle y la luz del semáforo habilitando al
conductor del colectivo.
La presencia del testigo es incuestionable. No así en cambio la de
Sr. Miguel Angel Franco quien n o declaró en sede penal y sí lo hizo en
esta civil el 18112/01, casi dos años y medio después de ocurrido el
accidente. Resulta verdaderamente llamativo el proceder del testigo
en la emergencia y l o contradictorio de su declaración con la del tes-
tigo Ortiz; nótese además que el Sr. Franco recuerda con precisión la
hora, lo que iba hacer, remarca en tres oportunidades que el chofer
cruzó con luz roja, pero n o recuerda cuantas personas se encontra-
ban en el lugar y tampoco sabe quien se le acercó a pedirle los datos.
En razón d e lo antes señalado considero que n o cabe sino pres-
cindir d e la antedicha probanza en la reconstrucción mecánica del
accidente; ello en la inteligencia además de que las primeras declara-
ciones formuladas en sede penal suponen, por la fecha en que se rea-
lizan, una mejor memoria d e los hechos y una mayor espontaneidad
en el declarante.
Ahora bien, n o obstante haberse demostrado que la víctima se dio
a cruzar la calle cuando el semáforo se lo vedaba, creo que, por otro
lado, debe considerarse que la exclusividad de paso que otorsa la
me si se tiene en cuenta que -según declaró el propio chofer a fs. 86
de los presentes- había advertido la presencia de la víctima en el
lugar y no obstante ello no tomó medida alguna para prevenir 1
embestida.
Quiere decir, en consecuencia, que aun cuando la causa inicial de
evento fue la actitud desaprensiva del peatón, por darse al cruce cuando
el semáforo regulador del tránsito se lo vedaba, lo cierto es que e
demandado contribuyó en el proceso de causación al no haber adopta
do una mayor cautela en su conducción deteniendo la marcha en luga
de proceder como lo hizo, ya que venía a velocidad moderada y no adujo
en momento alguno la imposibilidad de hacerlo en las circunstancias
del tránsito imperante entonces.
Participo de quien camina por lugares no habilitados o en cir-
cunstancias no permitidas -como se da en este caso- pone en mar-

coincido en sostener que tal situación no excusa al conductor de

Comprendo que la cuestión no es de fácil juzgamientos y que, en


definitiva, gira sobre las apreciaciones de hecho que no son ordena-
bles bajo pautas rígidas, lo que obliga a afinar el criterio de análisis a
fin de poder alcanzar la interpretación más valiosa posible en la bús-
queda del mejor equilibrio entre los legítimos intereses en jueg
Dentro del orden de ideas en que me he colocado,

en el treinta restante para el demandado en virtud de ser el prime-


ro quien con su indebida conducta vial operó como desencadenante
del suceso agravada por la falta de atención puesta de manifiesto en
la emergencia, en tanto el segundo se vio llevado a golpearle con su
colectivo en función de una malhadada maniobra que pudo haber
sido evitada de haber conducido con la precaución y cuidado que es
esperable en un profesional de la conducción de automotores.
Por ende, propicio que en la medida indicada se haga lugar a los
agravios de la demandada.
111. En cuanto a la incapacidad sobreviniente:
La sentencia fijó para el ítem diez mil pesos ($10.000.-).
Se agravia la parte actora por considerar exigua la cantidad asig-
nada como así también por el rechazo de la indemnización por los
daños sufridos en su miembro inferior izquierdo, el daño psíquico, el
daño estético y el rubro prótesis. Por su parte, la parte demandada y
la citada en garantía se agravian del monto por entender que es ele-
vado.
En primer lugar debe establecerse que la estimación por este tipo
de daños no sólo abarca las limitaciones en el ámbito laboral especí-
fico sino en cuanto pueda afectar la capacidad laborativa genérica y
el desarrollo de la vida de relación.
El informe pericia1 médico constituye uno de los elementos de jui-
cio a apreciar en la ardua tarea de dar precio a la dolencia en examen
dentro de un conjunto de otros factores de ponderación; pero, no lo
es menos, en la materia, en tanto emana de un científico especializa-
do y que,como perito único de oficio,debe rendir asesoramiento sólo
inspirado en su mejor saber y entender.
Por lo demás, la incapacidad ha de ser juzgada únicamente por su
referencia concreta a las actividades laborales de la víctima o a su
nivel de ingresos sino también y muy especialmente por su referen-
cia en cuanto a las denominadas "posibilidades genéricas" que son,
precisamente, las que anidan potencialmente su persona. Basta que
exista una disminución en la salud que afecte a su vida de relación,
que se proyecte más allá del ámbito propio y exclusivo de su even-
tual trabajo actual.
Bien enuncia este concepto la amplitud con que están concebidos
los artículos 1.O68 y 1.069 del Código Civil, que aspiran a buscar la
recomposición del patrimonio apreciado íntegramente.
Finalmente, debe recordarse en este punto que la indemnización
que se asigne para el rubro no puede fijarse meramente en función
de rígidos porcentajes extraídos sobre la base de cálculos actuariales.
Por ello, es que el porcentual determinado pericialmente cobra un
valor meramente indiciario y n o matemáticamente determinante del
monto a reconocer.
En este orden de ideas, entiendo que el rubro en análisis es pro-
cedente en tanto ha quedado demostrado con el dictamen pericia1
médico obrante a fs. 140/148 que la víctima presenta como secuelas
del accidente en forma de cicatriz en la cara (el labio superior) de
aproximadamente dos centímetros, es lineal y n o altera la funciona-
bilidad.
A fs. 176 agrega la perito médica que a causa del accidente la víc-
tima también perdió las piezas dentales inferiores que provoca una
incapacidad resultante total del 2,20 por ciento.
En cuanto al daño en el miembro inferior izquierdotentiendo que
n o debe ser considerado para estimar la cuantía del rubro porque si
bien quedó suficientemente probado que el actor tiene alteraciones
en el tarso y metatarso izquierdos, amputación de falange del dedo
gordo del pie izquierdo, amputación parcial del extremo dista1 del
tercer y cuarto dedo del pie izquierdo, comprometiendo la funciona-
lidad de pierna y pie izquierdos con dolores permanentes (ver fs.
144), demostrado también en el expediente penal en ocasión en que
la instrucción hace constar que se constituyó en el Hospital
Fernández y que se entrevistó al Dr.Antonio Guarda, quien refirió que
el damnificado se encontraba internado en el mencionado nosoco-
mio con diagnóstico de fractura de dedo 3,4 y Sto de pierna izquier-
da, traumatismo de cráneo con pérdida de conocimiento y herida
cortante de labio superior (ver fs. 9 de la causa penal), lo cierto es que
solicitada por este Tribunal la intervención del Cuerpo Médico
Forense, éste dictaminó en el sentido de que n o surgen constancias
médicas que permitan relacionar las secuelas presentes en el actor al
momento del informe con las lesiones que surgen de la atención
brindada en el hospital Fernández el día del accidente denunciado
(ver fs. 308).
Es del caso señalar que el Cuerpo Médico Forense es uno de los
auxiliares de la Justicia, según lo establece el dec-ley 1258158 en su
art. 52, cuyo asesoramiento pueden solicitar los magistrados cuando
las circunstancias del caso lo tornen necesario. En consecuencia, su
informe n o es sólo el de u n perito, pues por su carácter de auxiliares
de la justicia su imparcialidad y corrección están garantizados por
funcionarios judiciales (conf. C.S.J.N. fallo 299-265).
Considero que el peritaje realizado por el galeno resulta inobjeta-
ble respecto a que n o ha sido agregado elementos q u e permitan
comprobar que el actor ha tenido la entidad d e lesiones por las que
reclama. Por ello, el reclamo n o puede prosperar.
Al igual conclusión arribo respecto al daño psicológico, porque el
Cuerpo Médico Forense si bien dictaminó que el actor presenta una
personalidad neurótica con rasgos esquizoides y depresivos, lábil-
mente adaptada a la realidad y que presenta conflictividad en torno
al esquema corporal, preocupaciones por su salud y relaciones inter-
pesonales deficitarias, concluyó que conforme a las conclusiones a
las que arribó el perito médico, n o es posible establecer la existencia
de daño psíquico emergente al accidente d e marras (ver fs. 295).
Para que nazca el deber d e reparar el daño causado a otro debe
quedar suficientemente demostrado que entre el hecho ilícito y el
daño existe relación d e causalidad, es decir, que entre esos dos ele-
mentos exista una relación d e causa a efecto. De tal manera, enton-
ces, que si este requisito falta -como ocurre en este caso-, la acción d e
indemnización n o puede prosperar porque ninguna razón d e justicia
n i d e equidad habría en imponer a una persona la indemnización d e
perjuicios que n o ha causado (conf. CNCiv. sala F,"Gallardo,Teresita C.
C/ Microómnibus 45 SAClF y otro S/ daños y perjuicios, del 22-4-98").
Con relación al daño estético, cabe señalar que ésta Sala se ha pro-
nunciado reiteradamente e n el sentido d e que el detrimento por
daño estético o psicológico tiene proyecciones -potencialmente- en
el daño material o en el daño espiritual, pero carece d e autonomía
con miras a que se lo erija en una categoría autónoma. Por elloles que
las secuelas d e orden estéticos que informan el peritaje médico y las
fotografías d e fs. 171/174 serán tenidas en cuenta e n el presente ítem
o en el daño moral en tanto n o tengan trascendencia económica.
Ahora bien, en cuanto al monto, teniendo e n cuenta la entidad d e las
lesiones físicas como así también las estéticas (que hacen a la cicatriz
en el labio y la pérdida d e piezas dentales -ver fs. 171/175-), como así
también el sexo, ocupación (operador d e radiotaxi), situación socioe-
conómica que informa el incidente d e litigar sin gastos (ver fs. 14/15)
y demás elementos que surgen d e la causa penal y ésta civil, propicio
la confirmación d e la sentencia por entender que la cantidad asigna-
da es razonable (art. 165 del Código Procesal).
IV. En cuanto a los gastos estimados de prótesis:
En razón a lo señalado respecto de las lesiones en el miembr
inferior izquierdo, propongo la desestimación de los agravios e
cuanto al tema. .
V. En cuanto al daño moral:
La sentencia fijó para el rubro diez mil pesos ($1 0.000.-).
Se agravian la representación de la actora por entender que e
reducido y la de la parte demandada y la citada en garantía por ele
vado.
Conocido es el concepto de daño moral y los factores que lo con
figuran, como asimismo que la determinación de su cuantía queda
librada al Juzgador más que en cualquier otro rubro y que la fijació
no tiene como exigencia el guardar proporción con la de los daño
materiales.
En este caso, la procedencia del rubro es incuestionable porqu
considero que es más que presumible que Carlos Uvoycich Degni h
experimentado dolores e inquietudes en cuanto a su estado espi
tual que necesariamentedeben estar incididos por los desagradables
momentos que ha debido soportar a causa del accidente, el tiempo
que duró su convalecencia y por supuesto, la entidad de las lesiones
físicas y estéticas en cuanto no tienen transcendencia económica.
Creo que las condiciones personales de la víctima, las lesiones físi-
cas ocasionadas por el accidente y que ha de portar en forma per-
manente y las angustias experimentadas a raíz del accidente, en
plena vía pública, con las consiguientes alternativas hospitalarias,
laborales, familiares y personales, como así también las expectativas
propias inherentes a un pleito que ha demorado más de cinco años
para arribar al reconocimiento de sus derechos, me llevan a propiciar
la confirmación de la cantidad fijada por entender que el guarismo
asignado para el rubro es fruto de una prudente estimación (art.165
del Código Procesal).
VI. Por todo lo que dejo expresado doy mi voto para que:
Se modifique la sentencia estableciéndose que la concurrencia de
culpas de las partes por el accidente traído a juzgamiento se distri-
buirán en un setenta por ciento para el actor y el treinta por ciento
restante para el demandado.
Se confirme la sentencia en todo lo demás que decide y fue moti-
vo de apelación y agravio, con imposición de las costas de esta ins-
tancia en el orden causado e n razón d e existir vencimientos parciales
y mutuos (art. 71 del Código Procesal).

La Dra. Zulema Wilde dijo:


Lamento tener que disentir con el voto de mi estimada coleqa
preopinante en lo que se refiere a la atribución de responsabili-
dad en forma concurrente en el accidente de autos.
En reiteradas ocasiones, se ha señalado en este Tribunal que el
hecho de violar la prohibición de cruzar fuera de la senda peato-
~ más, aaravado ello, por hacerlo a destiempo, cuando las
n a l , aún
luces del semáforo no lo habilitan para ello, implica la culpabili-
dad del transeúnte en la producción del hecho. (Ver Exptes. No
16.057/00,46.604/0 1 y 35.880/99, entre otros).
Es así que e n el caso d e autos, el actor carecía d e la prioridad d e
paso invocada.
Es dable recordar que reiteradamente hemos sostenido que el peatón
debe preservarse de los peligros del tránsito. Debe actuar con cuidado y
prudencia. Su actitud debe ser siempre diligente. Le atañe tener concien-
cia de su propia fragilidad. El cruce de una calle significa insertarse en un
ámbito de potencial peligro.-
La ineludible obligación d e observar correctamente los reglamen-
tos d e tránsito es extensible n o solamente a los conductores sino
también a los peatones.-
No resulta apropiado admitir, a mi modesto criterio, la jurisprudencia
que alude a que " el peatón distraído constituye un riesgo común del
tránsito automotor ; ' pues resulta indudable la necesidad de que cada
uno asuma su propia responsabilidad por la conducta que realiza.
Además esta corrientejurisprudencia1 no ayuda a que los peatones asu-
man la connotación que poseemos todos los seres humanos: la fragili-
dad de nuestro ser;y las penosas consecuencias que pueden derivarse de
su transitar antirreglamentario, impidiendo de ese modo el cumplimien-
to de uno de los objetivos de la ley: el de educar.-
La senda peatonal o d e seguridad, se encuentre o n o demarcada,
es la parte d e la calzada que resulta d e la prolongación ideal d e las
aceras correspondientes a la arteria que intercepta aquella en la que
él peatón va a cruzar. De m o d o que las líneas que la delimitan son
perpendiculares a la segunda d e las nombradas; dicha senda está
366 1
reservada para el uso reglamentado de los peatones, quienes sól
deben transitar por las aceras, no pudiendo detenerse en la calzada
fuera de los casos expresamente previstos en el reglamento de tr
sito, por lo que *les está prohibido utilizarlas fuera de ese espacio y
condicionada a las luces si estas las rigen, presumiéndose la culpabi-
lidad del transeúnte en los accidentes que se produzcan por infrac-
ción a ésta regla.
la realización y10 repetición de conductas prohibidas por la

El actor cruzó fuera de la senda peatonal y cuando el semáforo habi


litaba a los vehículos en el sentido que circulaban. Por otra parte, al se

exclusivamente para su desplazamiento y no era razonable suponer que


alguien se iba a interponer en su marcha.
Por todo ello, debo concluir propiciando la revocación de la sen-
tencia de primera instancia y, en consecuencia, el rechazo de la
demanda incoada, con costas de ambas instancias al actor perdidoso
(art.68 CPCC).

La Dra. Beatriz A. Verón dijo:

1.- Sabido es que sobre el creador del riesgo gravita una presun-
ción legal de responsabilidad, y, en consecuencia, que para liberarse
total o parcialmente, el ordenamiento le impone inexcusablemente
la obligación de acreditar la causa ajena, debiendo caso contrario res-
ponder íntegramente en función del factor atributivo "riesgo.
A su vez, que conforme resulta de la doctrina de nuestro más
Alto Tribunal, Ia culpa de la víctima sólo sirve como eximente de
responsabilidad, si resulta imprevisible e irresistible, es decir,sJ
reúine las características propias del caso fortuito o fuerza mayor
(C.S.J.N. i n re "Santa Marina c/ EFEA, LL 1991 B 526 y ED 13 1 362), sien-
d o oportuno destacar q u e la lev 24.449 otoraa al peatón el "bene-
ficio de la duda presunciones en su favor a menos que incurra
en araves violaciones a las realas del tránsito" (art. 64).
A m i entender y por las razones que paso a desarrollar, esto últi-
mo es lo que sucede en el caso sub examine.
En efecto, sobre el demandado pesa la carga de probar la eximente
de la culpa del peatón (o de un tercero por quien no deba responder),
debiendo exponer cada uno de los hechos que permitan establecer la
conducta transgresora del peatón y la incidencia que tal comporta-
miento tuvo en e/ infortunado desenlace (cfr. CNCiv., Sala B, Toribio,
Héctor dPagliaro, Pablo S/ Daños y Perjuicios: del 17-04-02, expte. libre
no334.45 1, elDial - AA 7049), carga satisfecha en la especie por la accio-
nada.
Como sostuviera recientemente (ver m i voto en autos "Sánchez,
Stella Maris c/ Condasco,Andrea y otro S/ Daños y Perjuicios':expte. no
106.853198 del 26/02/07), más allá d e la constante aplicación en
materia d e accidentes d e tránsito del "riesgo creado" y del beneficio
que implica para la víctima ,tal encuadre n o significa que la llculpa"
sea ajena a esta temática ya que deben ser tenidas en cuenta las cau-
sales interruptivas del nexo causal para liberar total o parcialmente al
sindicado como responsable en los casos que corresponda (cfr.Tanzi,
Silvia, "Los accidentes d e tránsito: en Responsabilidad civil p o r acci-
dentes, Editorial Abeledo Perrot, 1998, pág. 16; Loustaunau, Roberto,
"Particularidades d e la culpa a fin d e siglo: LL del 14-IV-98, pág. 3).

2.- Ahora bien, sentado ello y sin perjuicio d e la regla que impone
al conductor mantener e n t o d o momento el dominio d e su rodado
d e forma que pueda detenerlo cuando lo requieran las dificultades
propias del tránsito, lo cierto es que n o se trata d e una regla absolu-
ta, d e allí que su aplicación deba efectuarse contemplando las distin-
tas y concretas circunstancias d e cada caso (cfr. CNCiv., Sala F, in re
"Ruiz Díaz, Carlos y otros c l Pernas, Manuel y otros S/ Ds. y Ps.':del 26-
03-03, libre no 347.209, elDial AA1 7BA).
No puede endilgársele a los conductores las conductas desaprensi-
vas de los peatones, atribuyéndoseles responsabilidad cuando éstos
invaden la calzada sin tomar las precauciones que impone el mismo iris-
tinto de conservución humano, contribuyendo de tal manera a seguir
alimentando la caótica cultura del tránsito que nos caracteriza como
sociedad.
El cruce de la calle por parte del peatón requiere extremar las pre-
cauciones, lo que evidentemente Uvoycich no hizo en la emergencia,
debiendo remarcarse que la obligación de cumplir las normas de
tránsito n o sólo existe para el conductor de vehículos sino también
para los peatones (CNCiv., Sala Fl"SmI lsaac c/ Paz, Héctor S/ Ds. y Ps.;del
14/6/00, libre no273.237).
Como adelantara, en el caso de autos la conducta del accionante ha
sido por demús imprudente y desaprensiva al largarse al cruce de una
importante y fluida arteria como es la Avenida Las Heras cuando se
encontraba habilitado el tránsito vehicular.
Cabe razonar en tales términos toda vez que, a diferencia de lo
expuesto por el accionante en su Iíbelo de inicio (fs. 4), se encuentra
acreditado que la víctima procuró el cruce de aquella arteria cuando
el semáforo se encontraba en verde para los vehículos, y lo hizo
mirando en sentido contrario al del colectivo, rodado que lo golpeó
en la cara con el pasamanos.
Para ello corresponde citar la mecánica del suceso conforme se
desprende del acta de instrucción obrante a fs. 112 de la causa penal,
actuación en la que se dio cuenta de la existencia de u n testigo pre-
sencial llamado Sixto Héctor Ortiz que viajaba a bordo de la unidad
embistente y que descendió en el lugar del suceso, sujeto que luego
depuso a fs. 6 y ratificó los términos de aquélla. Es menester ratificar
también el resultado de la pericia1 mecánica de fs. 31, siempre de la
causa penal no63.41 3 que tengo a la vista.
El interno 18 de la línea 102 embistente circulaba por Avenida Las
Heras respetando la velocidad máxima indicada, extremo que tam-
bién se desprende'de la existencia de dos paradas distanciadas por
pocos metros sobre la citada arteria a ambos lados de la Avenida
Pueyrredón (ver informativa de fs. 1081112 y la declaración de fs. 86
de estas actuaciones; también resulta ilustrativo el plano de fs. 25 de
la causa penal).
3. La culpa de la víctima de autos "absorbe" o "neutraliza" com-
pletamente e l riesqo d e la cosa. Aún con el espíritu tuitivo o pro-
teccionista del actual Derecho de daños (pro victimae o pro damnato),
la lesión por la que reclama resarcimiento el actor n o ha sido cau-
sado por el riesao o vicio ,de la cosa (art. 11 13, 2" párrafo,Z
supuesto del CC) sino a su propia arosera omisión de diliaencia
en los términos de los arts. 512 y. 11 11 del mismo cuerpo leaal. En
fin, quod quis ex culpa sua damnum sentit non intelligitur damnum sen-
tire ("el que por su culpa sufre un daño,se entiende que no sufre daño
alguno") (Digesto, texto de Pomponio).
En cuanto a la declaración del testigo ofrecido por la parte adora
Miguel Angel Franco, adviértase que si bien relató con cierto deteni-
miento lo sucedido, al intentar responder a las repreguntas formuladas
tanto por la demandada como por la citada en garanth, evidenció con-
fusión y contradicción (ver fs. 82 vtaJ83). A su vez, tómese debida nota
que esta persona no depuso en sede penal ni tampoco fue citada en el
acta de instrucción, lo que relativiza el peso convictivo de las afirmacio-
nes que efectuara a más de dos años del suceso, aspecto también pues-
to de resalto por mi distinguida colega Dra. Mattera.
La citada añeia doctrina judicial que impone al conductor con-
servar el dominio del rodado n o pasa por alto que, en circunstan-
cias puntuales, cabe atribuirle la responsabilidad la víctima si su
obrar fuera imprevisible para el conductor, es decir, si reúne las
características del caso fortuito, caso en el cual corresponde
rechazar la demanda d e daños y perjuicios (CNCiv., Sala F,
"Cárdenas,Victoria c/ Ferreiro, Roberto S/ Ds. y Ps.ídel 17-07-03,expte.
libre no367.787, elDial - AA1 998) antecedente este que se adecua a la
doctrina que en la materia registra nuestroTribunal cimero en prece-
dente citado en al acápite anterior.
Las calles están destinadas al tránsito de vehículos y no de peato-
nes, por lo que a estos debe exigírseles la mayor cautela, más aún
cuando se entiende que la previsibilidad en las avenidas de gran
movimiento resulte relativa con relación al repentino aparecimiento
de peatones (Rui Stocco, Responsabilidade civil e sua interpretacao
jurisprudencia/, 3" edición, Editora Revista dos Tribunais, 1997, San
Pablo Brasil, pág. 677).
Por lo demás y a mayor abundamiento, no se encuentra acredita-
do que la grave lesión que Uvoycich sufriera en su pie haya obedeci-
do al siniestro de autos: a diferencia de lo alegado por el accionan
el Hospital Fernández informó no contar con su historia clínica
88/91) y con la agregación de la hoja de guardia de dicho noso
mio, sólo se prqeba la existencia de "politraumatismos"y de "edema
en tobillo izquierdo" (ver fs.45 de la causa penal).

3.- En suma, en virtud de las consideraciones de hecho y de dere-


cho desarrolladas y a tenor de lo prescripto por los arts. 512, 11 11
y1 113 del Código Civil y concordantes, adhiero al voto que antecede
y propicio rechazar la demanda entablada, con imposición de costas
al vencido en virtud del principio objetivo ínsito en el art. 68 del
CPCCN.
Con lo que terminó el acto, firmando las Señoras Vocales por ante
mí que doy fe.-
Fdo.Marta del Rosario Mattera-Zulema Wilde-Beatriz A.Verón- Es
copia fiel de su original que obra en el Libro de Acuerdo de la Sala.-

//nos Aires, abril 25 de 2007.-


Y VISTOS: Lo deliberado y conclusiones establecidas en el Acuerdo
precedentemente transcripto el Tribunal RESUELVE:
1.- Revocar la sentencia de primera instancia en el sentido de
rechazar la demanda incoada, e imponer las costas en ambas instan-
cias a la parte actora ( art.68 CPCC).-
En orden a lo normado por el art.279 C.P.C.C.,déjense sin efecto las
regulaciones de honorarios practicadas en la sentencia de fs.1931200.
En atención al monto de capital reclamado en la demanda, natu-
raleza del proceso, calidad, eficacia y extensión del trabajo realizado,
cantidad de etapas cumplidas, resultado obtenido y de conformidad
con lo dispuesto por los arts. l,6, 7,8,9,10,19,37,39 y conc. de la ley
21.839, lo decidido en el plenario "Multiflex S.A. c l Cons. de Prop.
Btme.Mitre 2257 S/ honorarios"(CNCiv.30/9/75), que considera como
monto de la base regulatoria la suma reclamada (art. 303 del Código
Procesal) y lo dispuesto en el artículo 505 del Código Civil, regúlense
los honorarios de los letrados apoderados de la parte actora Dres.
Daniel E. Bossi y Martín Zalduendo en la suma de quince mil sete-
cientos cincuenta pesos ($15.750.-), en conjunto y en proporción de
ley; los de los letrados apoderados de la parte demandada Dres.Juan
Carlos Estevarena, Fernando Javier Ramón ludica y María Cecilia Licari
en la suma de veinticinco mil ochocientos pesos ($28.800.-), en con-
junto y en proporción de ley; y los de la citada en garantía Dres. Pablo
Antonio Cogorno y Carlos Hernán Morales en la suma de veinticinco
mil ochocientos pesos ($28.800.-) en conjunto y en proporción de ley.
Asimismo, de conformidad con lo normado por el art. 478 C.P.C.C.,
fíjense los emolumentos de la Perito Médica Dra. María Elena Núñez
en la suma de cuatro mil quinientos pesos ($4.500.-)y los del perito
médico de parte (por la actora) Dr. Fausto Benjamín Carboni en tres
mil trescientos pesos.
Por la labor realizada en la Alzada, de conformidad con las pautas
del art. 14 de la ley 21.839, regúlense los honorarios del apoderado de
la parte actora Dr. Daniel E. Bossi en la suma de cuatro mil pesos
($4.000.-); los del letrado apoderado de la parte demandada Dr. Juan
Carlos Estevarena en la suma de nueve treinta pesos ($9.030.-) y los
del letrado por la citada en garantía Dr. Carlos Hernán Morales en la
suma de nueve mil treinta pesos ($9.030.-). Regístrese, notifí-
quese y devuélvase.
Fdo.Marta del Rosario Mattera-Zulema Wilde-Beatriz A.Verón- Es
copia fiel de su original que obra a fs, 317/32222vta.-

CASO 4: "Villafañe, Roberto A. y otro V. Ferreira Da Silva,


Luismar v otrosíC. Nac. Civ., sala M, 25/09/2006

Seleccionamos este caso por varias razones:

1) Fundamentalmente, porque se exponen las distintas concep-


ciones doctrinarias referidas a la noción del guardián, contemplado
en el art. 1113 CCivil,

2) También, porque es un ejemplo de supuesto en el que alguien


puede ser responsabilizado por una doble condición: guardián de la
cosa y principal del dependiente que utilizó la cosa.

3 ) Por último, porque se aplica la presunción en contra de quien


embiste la parte trasera de un rodado.
TEXTO COMPLETO

2aINSTANCIA.- Buenos Aires, septiembre 25 de 2006.

La Dra. De los Santos dijo:

Contra la sentencia de fs. 4241434 se alzan la parte actora, la


demandada y la citada en garantía.

La primera expresa agravios a fs. 5071510, cuestionando el recha-


zo del daño psíquico y los gastos de psicoterapia, como así también
la suma por daño moral.

A fs. 513/515 Seguros Bernardino Rivadavia se queja porque se le


ha extendido la condena y porque se la obliga a asumir los honora-
rios de la representación letrada de la demandada; solicita, además,
que se establezca expresamente que la obligación de la citada en
garantía respecto de los actores debe entenderse dentro de los limi-
tes expuestos en la póliza contratada.

Por úItimo,TransportesTransamil Ltda.se agravia del rechazo de la


excepción de legitimación pasiva, de la responsabilidad que se le ha
atribuido y de las sumas concedidas por daño moral y diferencia de
valor del vehículo -fs. 5171524-.

Conferidos los respectivostraslados, sólo el actor contesta a fs. 526


y 5281530.

l. Por una cuestión de orden metodológico, corresponde tratar en


primer término el agravio de la empresa demandada, que intenta desli-
gar su responsabilidad negando su calidad de dueño o guardián del
camión que colisionara al automóvil del actor. En tal sentido, señala que
el propietario del vehículo es José H. Bittencorut Antunes y noTransamil
Ltda. que sólo contrató a éste para transportar una carga, y que el con-
ductor -Luismar Ferreira Da Silva- trabaja en forma totalmente indepen-
diente, por lo cual -dada su falta de titularidad de dominio sobre el vehí-
culo y la ausencia de guarda o tenencia de su parte-, no es posible atri-
buirle responsabilidad sobre la base del art. 1113 CCiv.
1 373
Esta norma dispone que "la obligación del que ha causado un
daño se extiende a los daños que causaren los que están bajo su
dependencia, o por las cosas de que se sirve o que tiene a su cuida-
do. En los supuestos de daños causados con las cosas, el dueño o
guardián, para eximirse de respon~abilidad~deberá demostrar que de
su parte no hubo culpa; perÓ si el daño hubiere sido causado por el
riesgo o vicio de la cosa, sólo se eximirá total o parcialmente de res-
ponsabilidad acreditando la culpa de la víctima o de un tercero por
quien no debe responder...'i

Como ha quedado acreditado en autos, la empresa Transportes


Transamil Ltda. no es titular reaistral del camión involucradoen el
accidente por el que aquí se reclama, con lo cual se descarta cual-
auier tipo de irneutación a título de duefia de aquél. Sin embas'qo,
su calidad de quardián merece un cuidadoso análisis, pues esta
acepción genera un debate doctrinario y jurisprudencia1 sobre sus
alcances y sobre qué debe entenderse por guarda.

Las distintas concepcionespodrian sintetizarse entre quienes postu-


lan la doctrina de la ouarda material, según la cual guardián es la per-
sona que tiene una cosa materialmente en su poder, de manera real y
efectiva, y ejercita sobre ella una prerrogativa de vigilanciay dirección;
quienes se enrolan en la doctrina de la ouarda_iuridica,que sostiene que
guardián es quien tiene poder de vigilancia, control y dirección sobre
una cosa, en virtud de una vinculación de carácterjuridico; aquellos que
propician la doctrina de la ouarda intelectual lo del poder de mandoh
para quienes la guarda requiere la existenciade un poder de hecho efec-
tivo e independiente sobre una cosa, que se concreta en la facultad de
dirección y control de la misma; y, finalmente, quienes postulan la doc-
trina de la cluarda provecho, para los que guardián es la persona que
aprovecha, usay obtiene de la cosa un beneficio económico o personal,
de placer o salvaguarda de sus intereses. No faltan, además, posiciones
eclécticas para las que la noción de quardián no responde a una idea
uní'voca, sino a una combinación de factores.

Para Ramón Pizarro, Alberto Bueres y Elena l. Highton, todo inten-


to de individualizar al guardián debe circunscribirse al ámbito del
derecho positivo del país en el cual se analiza la cuestión. Así, seña-
lan que el art. 11 13 CCiv. araentino dispone que toda persona
debe resarcir el daño causado"por las cosas de que se sirve, o que
tiene a su cuidado'lfiiando, en consecuencia, dos pautas de qran -

imoortancia. En ese orden de ideas, para la ley arsentina debe


responder por el daño causado en razón d e la intervención activa
de la cosa, tanto aquel que "se sirve" de la misma como el que la
"tiene a su cuidado'! Se sirve de una cosa quien se vale de ella para
su uso, empleándola Útilmente, obteniendo provecho o comodida-
des, ventajas de cualquier índole, que no necesariamente deben asu-
mir contenido económico.Cuida de una cosa quien tiene el deber de
poner diligencia y atención para la conservación de la misma, es decir
quien la guarda. Concluyen, lueuo, que nuestro Códicjo Civil brinda
dos directivas fundamentales que n o necesariamente tienen que
coincidir, pudiendo admitirse que en ciertas hipótesis una cosa
tenqa dos suardianes, con total independencia, por cierto, de la
obligación de resarcir que pesa sobre el propietario. Ellos son, por un
lado, el que se sirve de la cosa, y por el otro, el que sin hacerlo tiene la
custodia de la misma. Por consiguiente, para la ley argentina es guar-
dia de la cosa tanto quien se sirve de ella como aquel que, de mane-
ra autónoma, ejercita sobre dicha cosa un poder de control y gobier-
no, aunque no pueda llegar a servirse de ella (conf."Código Civil y
normas complementarias.Análisis doctrinario y jurisprudencial',! t. 3-
A, 1999, Ed. Hammurabi, p. 523 y SS.).

También Aída Kemelmajer de Carlucci propicia esta solución, y


opina que la legislación argentina no recoge un concepto unívoco,
sino que admite una doble línea de legitimados pasivos;
que tienen la dirección de hecho y los que reciben el beneficio
econ6mico.-"Hay que estimar que guardián es tanto el que se sirve
de la cosa como el que la tiene a su cuidado. No otra cosa significa la
conjunción 'o'contenida en el artículo. En cuanto a que ello significa-
ría aceptar la figura de un responsable sin que medie culpa de su
parte y por el solo hecho de servirse económicamente de ella, si bien
es sostenible de lege ferenda, no lo es de lege lata, ya que entiende
que responde incluso a la idea de justicia, pues quien obtiene los pro-
vechos debe soportar los riesgos. El criterio ecléctico ha sido admiti-
do por un sector de la doctrina y no es totalmente ajeno al leading
case que guía la jurisprudencia francesa -el caso 'Cannot v. Franckt-
en el que se dijo que la guarda implica el uso, el control y la dirección
de la cosa, ya que por uso se entiende el derecho de servirse de la
cosa en su interés, en ocasión de su actividad" (conf."Código Civil y
leyes complementarias, comentado, anotado y concordado': dirigido
por Augusto C. Belluscio y coordinado por Eduardo A. Zannoni, t. 5,
2002, Ed. Astrea, p. 47 1).

En el caso de autos, Transportes Transamil Ltda. contrató al pro-


pietario del camión Mercedes Benz (que embistiera al actor) para el
transporte de carga, objeto típico de su actividad empresaria, y para
ello le otorgó el correspondiente permiso que expide la Comisión
Nacional de Transporte Automotor. En efecto, a fs. 312, surge clara-
mente que el permiso identificado con el número 2212 C 1690, expe-
dido a nombre deTransportesTransamil Ltda., habilita a la unidad IHK
7591, autorizándola a efectuar transporte internacional de cargas por
carretera. Es fácil deducir, entonces, que para cumplir el owetivo
que hace a su actividad económica (actividad lucrativa, por cier-
to) la empresa Transamil btda. se valía de! camión Mercedes Benz
IHK 7591, es decir, se servía de éste, En virtud de ello y de las con-
sideraciones expuestas anteriormente, es dable calificar10 como
quardián en cuanto es quien "se sirve de la cosa7 independiente-
mente de que exista otro quardián que teneia su control o poder
sobre ella.

De todos modos, en este último sentido no puede dejar de adver-


tirse la existencia de un poder de disponibilidad sobre el camión por
parte de la empresa demandada, que surge de fs. 33 de la causa penal,
donde consta que el apoderado de Transportes Transamil Ltda. se pre-
sentó exhibiendo la documentación del camión y del semirremolque,
reteniéndolas para sí, solicitando la entrega de los mencionados, a lo
cual el juzgado interventor accedió,~por ello su representante los reci-
bió dando plena conformidad. Es difícil soslayar este hecho como una
constatación del poder que tenía la empresa sobre el vehículo.
A la luz de lo expuesto no es desacertado imputarle a la recurren-
te la responsabilidad objetiva prevista en el art. 1113 párr. 20 ap. 2
CCiv. en su calidad de guardián del camión que colisionara con el
automóvil del actor.
Sólo a mayor abundamiento, he de señalar que el caso tam-
bién encuadra en la denominada res~onsabilidadpor el !hecho
del dependiente, prevista también en el art. 1113 CCiv. Nótese
que se presentan aquí los rasgos distintivos de esta responsabilidad,
que son la relación de dependencia, el hecho ilícito del empleado, el
nexo de causalidad entre el perjuicio ocasionado por el comitente y
la función, esto es, que el daño fue producido en ejercicio o con oca-
sión de la incumbencia (conf. Rinessi, A. J.,"Responsabilidad empresa-
ria por el hecho de sus dependientes...:en "Responsabilidaddel prin-
cipal:"Revista de Derecho de Daños: 2003-1, Ed. Rubinzal-Culzoni, p.
241 y SS.).

En relación al primero de estos elementos, es preciso aclarar que


de acuerdo con la jurisprudencia y doctrina mayoritaria "el Código
Civil no dice que se deba responder por el hecho de los dependien-
tes sino que expresa que debe responderse por el hecho de las per-
sonas que están ba-io dependencia, lo que no implica necesaria-
mente subordinación permanente, propia de una relación de tra-
bajo, sino que cubre una sujeción ocasional, temporaria o parcial
para uno o varios asuntos determinados" (conf. C. Civ. y Com. San
Isidro, sala 1a,"Vacas, Fabián v. Jockey Club/29/4/1986, LL 1986-D-259;
Sup. Corte Bs. As., "Vieyra Amaya, Elvina v. Laci, Pedro y otros': DJBA
117-210). Es así que, en el caso, la relación de dependencia se confi-
gura por la contratación del camión que causara el daño por parte de
Transportes Transamil Ltda. para asuntos determinados, como el
transporte de carga.

Luego, el hecho ilícito del dependiente (en el caso, el conductor


del camión) se encuentra acreditado, como seguidamente se demos-
trará, con las constancias de la causa penal y las pruebas arrimadas a
este proceso, que acreditan que éste embistió al automóvil del actor
y que a raíz de ello éste sufrió daños de diversa índole; y el nexo cau-
sal entre el daño y la función que realizaba el conductor del camión
para Transamil Ltda., es decir, que el daño fue ocasionado en ejercicio
de su función se puede constatar con el propio reconocimiento de la
empresa en el sentido de haber contratado el camión para el trans-
porte de carga, y atento a su pedido de retirar el vehículo, su remol-
que y su carga en sede penal (fs. 33).
Atento a ello -y en virtud del principio iura novit curia según el
cual el juez se encuentra facultado para adecuar el derecho invocado
por las partes, aplicando la norma que considere pertinente- bien
podría encuadrarse el sub examine como un supuesto de responsa-
bilidad por el hecho del dependiente, tal como lo expusiera anterior-
mente. De modo que también por este camino la empresa deman-
dada se encuentra obligada a resarcir los daños sufridos por el actor
a raíz del hecho que motiva este pleito.

II. Descartada entonces la legitimación pasiva de Transportes


Transamil Ltda., corresponde estudiar el segundo de sus agravios,
referido a la atribución de responsabilidadexclusiva que se le hiciera,
sin admitir una concurrencia de culpas. Desde ya puedo adelantar, tal
como lo hiciera parcialmente al referirme a que se encuentra proba-
do el hecho ilícito del dependiente, que sus quejas no conmueven la
decisión adoptada en la anterior instancia, y fundaré ahora debida-
mente tal conclusión.

Por tratarse de una colisión entre dos automóviles, la responsabi-


lidad por el accidente debe estudiarse a la luz de l o dispuesto por
el art. 1113 párr. 20 ap. 2 CCiv., tal como l o dispone la doctrina del
fallo plenario "Valdez, Estanislao v. El Puente S.A.T."." (1) y del
1011111994 (ello sin perjuicio de la responsabilidad refleja que
pudiera nacer a partir de la responsabilidad objetiva del conductor
de uno de los vehículos involucrados).

§e ha sostenido en dicho plenario que "el choque entre dos


vehículos responsabiliza al dueño o guardián por los daños sufri-
dos por el otro" (art. 1113 párr. 20 i n fine), con fundamento obje-
tivo en el riesgo. Así la jurisprudencia ha entendido quel'cuando,
como ocurre en el caso, sólo se dedujo pretensión por uno de los
damnificados, responde el o t r o con igual fundamento y e l
demandado carga con la afirmación y prueba de la eximente, que
n o puede consistir en su falta de culpa, porque este factor es
extraño a la imputación objetiva del ordenamiento, sino en la
culpa de la víctima, la de u n tercero por quien n o deba responder
o el caso fortuito ajeno a la cosa que fracture la relación causal. De
conformidad con este enfoque, a l que pretende la indemnización
le basta probar el contacto de sus bienes dañados con la cosa vies-
gosa productora del daño e incumbe al demandado la carga de la
prueba del eximente" (conf. C. Nac. Ciwe,sala BI "Casse, Elio w* ~e
Luca, Dante y otroídel4/6/1999, publicado en LL del 21/6/2000).

En suma, respondiendo a la directiva del art. 377 CPCCN. en cohe-


rencia con la jurisprudencia precedentemente transcripta, el actor
solamente tiene que demostrar el contacto entre los vehículos y 10s
daños que tuvieran adecuada relación d e causalidad. Luego, el
demandado debe probar alguno d e los extremos señalados para
lograr su exculpación.

Ante el reconocimiento d e la parte demandada d e la colisión en la


cual el camión Mercedes Benz IHK 7591, embistió al rodado del actor
y lo que resulta de las constancias d e la causa penal, es evidente el
contacto entre ambos; y a partir d e la historia clínica d e fs. 2371239 y
la pericia mecánica d e fs. 3171313 pueden tenerse por acreditados
ciertos daños, como los gastos d e atención médica y d e farmacia, o la
privación d e uso, por citar dos ítem que ya se encuentran firmes.

De tal manera, se presume la responsabilidad del conductor del


camión, quien para eximirse debe acreditar la culpa d e la víctima
invocada. Sin embargo, las pruebas reunidas n o comprueban tal cir-
cunstancia, pues d e ninguna d e ellas surge que el actor se hubiera
adelantado abruptamente y que hubiera frenado en forma brusca
ante el semáforo, como relata la empresa demandada. La versión que
insiste en defender en esta instancia se basa sólo en reiteraciones
insistentes pero carentes d e sustento probatorio. Aunque pretende
extraer conclusiones d e la pericia mecánica a su favor, lo cierto es que
de la lectura d e la pieza de fs. 31 71323 n o surge dato alguno que
avale su postura; por el contrario, el perito, además d e dar sólo una
posible forma de ocurrencia del hecho, expresamente señala que
ignora los motivos por los que el camión n o p u d o detener su marcha,
con lo cual lejos está d e confirmar el relato d e la empresa demanda-
da.

Si a la ausencia d e pruebas sobre la culpa d e la víctima, se suma la


presunción de culpabilidad iuris tantum que sesa sobre quien
embiste con su parte frontal la trasera de otro vehículo (la cual,
por lo visto, no ha sido desvirtuada), fácil es colegir que la respon-
sabilidad debe recaer exclusivamente en el conductor del camión.

Por t o d o lo expuesto, se impone la confirmación del fallo en cuan-


t o responsabiliza a ~ r a n s ~ o r t e~' rsa n s a m iLtda.
l por el hecho d e autos.

III. En cuanto a los daños susceptibles d e indemnización, el actor


se queja por el rechazo del daño psíquico y el tratamiento psicológi-
co, apoyándose en la pericia d e fs. 2301235 y la respuesta d e la perito
a las impugnaciones, q u e obra a fs. 305.

Es cierto, como sostiene el apelante, que el daño físico Y el psí-


auico merecen resarcirse cada uno en forma independiente Y uue
puede no mediar secuela de lesiones físicas y existir daño psíqui-
--co. Ahora.bien, normalmente el impacto psíquico responde al grado
d e importancia del hecho dañoso o d e las secuelas que este deja, sin
perjuicio d e q u e existan, m u y excepcionalmente, casos en que u n
hecho sin mayores implicancias pueda provocar u n daño psíquico d e
magnitud. Así esta sala en su anterior composición, ha sostenido que
"la determinación d e la procedencia del daño psicológico como
rubro indemnizatorio, requiere que el impacto emocional experi-
mentado se deba a situaciones que revistan cierta gravedad e irrecu-
perabilidad" (conf. esta sala, en "Chillemi, Matilde v. Gómez, Andrés G.
sldaños y perjuicios" [2], expte. 181064196, entre otros).

Sin embargo e n el caso asiste razón al recurrente en cuanto a que


la prueba pericia1 psicológica da cuenta d e la existencia d e daño psi-
cológico en el actor como consecuencia del accidente d e marras. En
efecto, la perito en su primera presentación (fs. 2301235) describió
consecuencias tales como una conducta inhibitoria patentizada e n el
temor a manejar por miedo a sufrir otro accidente y ciertos efectos
agravantes d e los rasgos del carácter del accionante que se exteriori-
zan en bloqueo emocional, depresión y pesimismo, respuestas impul-
sivas y dificultades en las relaciones intersubjetivas. Con posteriori-
dad, al responder el pedido d e explicaciones d e la actora (fs. 305),
encuadró tales síntomas en u n ítem d e una tabla d e incapacidades
psicofísicas, denominado "nivel d e bloqueo psico-funcional y10 d e
reducción de movilidad físicaUyestimó una incapacidad del 20%.

Si bien es cierto, como sostiene la a quo que los porcentajes que


informan los peritos son meramente indicativos para el sentenciante,
quien en definitiva debe convencerse de la índole de las secuelas que
afectan al reclamante y sopesar su incidencia en la vida de relación,
de ello no se sigue que la ausencia de secuelas fisicas de un grave
accidente conlleve la ausencia de trauma psicológico. La sola vista del
estado en que quedara el vehículo luego del accidente -de que dan
cuenta las fotografías agregadas a fs. 39 y 42 de la causa penal- evi-
dencia la gravedad y violencia de la colisión y torna aceptable el trau-
ma psíquico informado por la perito psicóloga, aun cuando las lesio-
nes fisicas sanaran sin secuela.

Corrobora tales conclusiones la circunstancia de informar la peri-


to a fs. 235 que el éxito del tratamiento psicológico indicado no
puede asegurarse pues se relaciona con la mera "posibilidad de tra-
mitar psíquicamente el conflicto surgido por la situación traumática
y recuperar su modo de vida anterior...': No pudiendo asegurar la
experta que el tratamiento revierta la incapacidad psíquica de la víc-
tima, el resarcimiento de tal menoscabo resulta procedente, máxime
cuando la discapacidad informada importa una significativa descom-
pensación que perturba su integración en el medio social (conf. C.
Nac. Civ., sala H, 14/6/1995, LL del 1/9/1997, fallo 39755-S).

De conformidad con tales premisas, si las precedentes considera-


ciones son compartidas por mis distinguidos colegas, propongo
modificar la sentencia sobre el partic~lar~fijando
la indemnización de
la incapacidad psíquica en la suma de S 5000, a cuyo efecto se ha
tenido en cuenta la edad y condiciones personales del actor así como
especialmente que el accidente actuó como desencadenante del
temor a manejar pero como mero agravante de los rasgos de carác-
ter de la víctima.

IV. En cuanto a los gastos de tratamiento, que en la instancia de


origen fueron desestimados por la afirmación de la inexistencia de
daño psicológico, también asiste razón al actor por cuanto es juris-
prudencia reiterada que al hallarse la necesidad de curación indicada
por un dictamen pericial, el juez no puede dejar de apreciar con cri-
terio objetivo tal supuesto, máxime cuando se trata de una materia
técnica, que escapa por completo al conocimiento personal del
magistrado (conf. C. Nac. Civ., sala DI 9/12/1991, "Berghman v.
Allguezar:' LL 1992-E-149, citado por Mosset Iturraspe, Jorge, "Visión
jurisprudencia1 del valor de la "ida humana:' t. l. noviembre de 1994,
Ed. Rubinzal-Culzoni, p. 148).

De conformidad con lo expuesto, si son compartidas estas con-


clusiones, propongo modificar la sentencia concediendo el reclamo
por tratamiento psicológico por la suma de $720, en tanto el informe
pericial ha indicado un tratamiento no inferior a seis meses, con fre-
cuencia semanal y a un costo por sesión de $30.

V. En lo atinente al daño moral, se lo ha definido como aquel que


importa una lesión a los intereses extrapatrimoniales y a las afeccio-
nes legítimas, provocado por el ataque a los sentimientos por el sufri-
miento padecido, vale decir, un detrimento de orden espiritual cau-
sado por las inquietudes, molestias, fobias o dolor (conf. Zannoni, E.,
"El daño en la responsabilidad civil',' p. 231; Belluscio y Zannoni,
"Código...:'t. 5, p. 700).

Aun cuando no existan secuelas incapacitantes,su procedencia es


incuestionable en aquellos casos en que la víctima ha sufrido lesio-
nes. De tal forma lo ha entendido la jurisprudencia mayoritaria, a la
cual ha adherido esta sala, concluyendo que el daño moral debe pre-
sumirse en todos los casos en que se han producido lesiones al dam-
nificado. En efecto, cuando las lesiones han existido el daño moral no
necesita ser probado y su monto se fija atendiendo a la índole de
éstas, sus secuelas, tratamiento y repercusión en el área del dolor,
entre otras circunstancias (conf."Pérez, Gustavo D. v. Quintela, Jorge y
otro sldaños y perjuicios:' 19/7/1995; conf. esta sala,"Gutiérrez, Oiga A.
v. Transporte Avenida Bernardo Ader S.A. s/daños y perjuicios:' del
6/7/2005).

Es incuestionable que el fuerte impacto provocado por la embes-


tida del camión (el cual puede advertirse al observar las fotografías
de fs. 39/44), las lesiones experimentadas (traumatismo con pérdida
382 1
de conocimiento, traumatismo cervical), su recuperación (para la cual
debió llevar un cuello ortopédico por más de 45 días), y las fobias y
temores que padece como consecuencia del hecho (constatadas en
el informe psicológico) han producido una alteración de la tranquili-
dad y del espíritu del actor. Atendiendo a ello y dada la intensidad del
daño, estimo prudente elevar esta partida a $ 10.000.

VI. Respecto a la diferencia del valor del rodado, las quejas de la


demandada se centran en que la a quo la haya fijado sobre la base
del valor en que se encontraba asegurado el vehículo (S 17.900) en
lugar del estimado por el perito mecánico (S 17.000) y que haya teni-
do en cuenta el recibo de venta por USS 5500 agregado a la deman-
da, que fuera desconocido por ella.

Estas objeciones, lo adelanto, no logran conmover lo decidido,


pues la diferencia entre el valor en que se encontraba asegurado el
automóvil y la estimada por el experto no es sustancial (poco más de
un lo%), y ya que este último no explicó los fundamentos de su
valuación, es prudente tomar una base concreta como la valuación
del bien que hacen las compañías aseguradoras. En cuanto al recibo
de venta, ha sido reconocida su autenticidad a fs. 267/269, sin que el
demandado impugnara dicha prueba.

De tal manera, las quejas resultan insustanciales,por lo que corres-


ponde confirmar lo decidido con relación a este rubro indemnizato-
rio.

VII. Resta aún tratar las quejas de la citada en garantía, referidas a


la extensión de la condena a Seguros Bernardino Rivadavia
Cooperativa Limitada que considera equivocada pues, según sostie-
ne, ellos son sólo representantes en el país de HSBC. Seguros (Brasil)
S.A., quien efectivamente es la aseguradora del vehículo embistente
y quien, por ende, debiera ser condenada en los términos de la póli-
za. Aquí también hace hincapié la recurrente en cuanto pide se acla-
re que la obligación respecto de los actores es dentro de los límites
de la póliza. También se agravian de la obligación que se les ha
impuesto de asumir los honorarios por la representación letrada de
la empresa demandada Transportes Transamil Ltda., porque según
las condiciones pactadas en la póliza, la aseguradora no cubre los
honorarios generados por la defensa del asegurado, si el mismo no
hubiere sido designado por el asegurador y aquél se hubiere presen-
tado al pleito con letrado propio sin previa autorización de la entidad
que emitió la póliza.

Ha quedado acreditado en autos que la póliza de seguro que


cubría al camión Mercedes Benz fue expedida por HSBC. Seguros
(Brasil) S.A. (conf. documentación acompañada a fs. 1371141).Al con-
testar la citación en garantía, Seguros Bernardino Rivadavia Coop.
Ltda. reconoció haber firmado un convenio con HSBC. Seguros
(Brasil) S.A. por el cual la primera se obligaba a dar cobertura por
cuenta y orden del asegurador a todo reclamo por accidente de trán-
sito ocurrido en la República Argentina y en los cuales estuvieren
involucradas personas o entidades aseguradas por HSBC. Seguros
Brasil S.A. Así, con los límites y condiciones que expuso, y en tanto se
diera cumplimiento a las normas de la ley 17418, la ahora recurrente
otorgó la garantía por la que fuera citada a juicio.

En efecto del convenio acompañado a fs. 1291131 surge tal com-


promiso, como así también aquel en el cual Seguros Bernardino
Rivadavia Coop. Ltda. se compromete, por cuenta de HSBC. Seguros
(Brasil) S.A. a efectuar todos los pagos y adelantos referidos a sinies-
tros, observadas las garantías acordadas en el contrato de seguro
(conf. art. 5 inc. 1) y, a su vez, la aseguradora se compromete a reem-
bolsar y a pagar a su representante por los siniestros por ella admi-
nistrados y liquidados el valor de la indemnización y10 beneficiario
establecida por acuerdo o decisión judicial dictada en el juzgado...
(conf. art. 6 inc. a).

Este acuerdo se ajusta a las pautas dadas por la Superintendencia


de Seguros de la Nación mediante resolución 25281, que estableció
la obligación para las empresas que realicen viajes internacionales de
contratar seguros que cubran la responsabilidad civil por lesiones,
muerte o daños a terceros no transportados (fs. 117'). La obligatorie-
dad del seguro que cubra la responsabilidad civil, por daños a terce-
ros se encuentra también prevista en el art. 68 ley 24449 (4).
En atención a lo expuesto, de acuerdo con el convenio firmado
por la aseguradora y su representante en el país, y el otorgamiento
la garantía por parte de Seguros Bernardino Rivadavia Coop. Ltda. al
presentarse a fs. l37/14l, entiendo que corresponde hacer lugar par-
cialmente a la queja y disponer que se haga extensiva la condena a
HSBC. Seguros (Brasil) S.A. en los términos del art. 118 ley 17418 en
su carácter de aseguradora, y a Seguros Bernardino Rivadavia Coop,
Ltda. como su representante en virtud del convenio celebrado con la
anterior en el marco de lo dispuesto por la Superintendencia de
Seguros y la ley 24449 , por lo cual la segunda deberá efectuar 10s
pagos que correspondan, por cuenta y orden de la primera (conf.
convenio celebrado entre ambas).

Finalmente, con relación a los honorarios devengados por la


representación letrada de la empresa Transportes Transamil Ltda., le
asiste razón a la apelante, en tanto le corresponde asumir los hono-
rarios del abogado designado por el propio asegurado con previa y
expresa autorización de la entidad aseguradora, pero no cuando
cada uno designe a su abogado, supuesto en el cual cada uno se hará
cargo íntegramente de los honorarios de su asistencia legal (conf. al
pto. 1.2 del Anexo I resolución 25281 de la Superintendencia de
Seguros que regula esta clase de seguros).

Por ello, debe admitirse la queja y aclarar que los honorarios de los
letrados que asistieran a la empresa demandada en este juicio debe-
rán ser soportados por ésta.

En atención a las consideraciones expuestas, propongo con mi


voto modificar parcialmente la sentencia recurrida, concediendo la
indemnización pedida por daño psíquico por la suma de $5000 y por
tratamiento psicológico por la suma de $ 720 y elevando la indemni-
zación por daño moral a $ 10.000, haciendo extensiva la condena a
HSBC. Seguros (Brasil) S.A. en los términos del art. 1 18 ley 17418 en
su carácter de aseguradora y a Seguros Bernardino Rivadavia Coop.
Ltda. como su representante en virtud del convenio celebrado con la
anterior en el marco de lo dispuesto por la Superintendencia de
Seguros y la ley 24449 , por lo cual la segunda deberá efectuar los
pagos que correspondan por cuenta y orden de la primera (conf. con-
venio celebrado entre ambas); y aclarando que los honorarios por la
asistencia legal d e la empresa demandada deberán ser soportados
por ésta. Confirmando en t o d o lo demás que ha sido objeto d e agra-
vio el fallo d e anterior grado.Con costas d e alzada a la demandada en
su calidad d e vencida (art. 68 CPCCN. [5]).

Los Dres. Díaz d e Vivar y Vilar adhieren por análogas consideracio-


nes al voto precedente.

Y visto lo deliberado y conclusiones establecidas en el acuerdo


precedente, el tribunal resuelve: Modificar parcialmente la sentencia
recurrida, concediendo la indemnización pedida por daño psíquico
por la suma d e $ 5000 y por tratamiento psicológico por la suma d e
$ 7 2 0 y elevando la indemnización por daño moral a $10.000, hacien-
d o extensiva la condena a HSBC. Seguros (Brasil) S.A. en los términos
del art. 1 18 ley 17418 en su carácter d e aseguradora y a Seguros
Bernardino Rivadavia Coop. Ltda. como su representante en virtud
del convenio celebrado con la anterior en el marco d e lo dispuesto
por la Superintendencia d e Seguros y la ley 24449 , por lo cual la
segunda deberá efectuar los pagos que correspondan por cuenta y
orden d e la primera (conf. convenio celebrado entre ambas); y acla-
rando que los honorarios por la asistencia legal d e la empresa
demandada deberán ser soportados p o r ésta. Confirmando e n t o d o
lo demás que ha sido objeto d e agravio el fallo d e anterior grado.Con
costas d e alzada a la demandada en su calidad d e vencida (art. 68
CPCCN.).

Atento a l o precedentemente dispuesto se dejan sin efecto las


regulaciones practicadas en autos (art. 279 CPCCN.).

A efectos d e regular los honorarios d e todos los profesionales


intervinientes, se tendrá e n cuenta la naturaleza del asunto, el mérito
d e la labor profesional, apreciada por la calidad, eficacia, extensión
del trabajo realizado, resultado obtenido, etapas cumplidas y pautas
legales d e los arts. 6 ,8 ,9 , l o ,30 ,33 ,37 ,38 y concs. ley 21 839
(6) t.0. ley 24432 (7).

En el caso d e los peritos intervinientes, se tendrá en cuenta la


naturaleza de los peritajes, apreciado por su calidad, importancia,
extensión y mérito técnico-científico del mismo, lo establecido por el
art. 478 CPCCN. en cuanto a la proporcionalidad que deben guardar
estos emolumentos con relación a los de los letrados actuantes y,
para el caso del ingeniero mecánico, lo prescripto por el decreto ley
788711955 y ley 21 165 (8).

En consecuencia, regúlanse los honorarios de los Dres. Ramiro G.


Fernández y Eros M. Fernández, en conjunto y como letrados de la
parte actora, en la suma de $ ..., la de $ ...a favor de los letrados de la
parte demandada, Dres. Jorge S. Orsetti y Luis A. Feris, en conjunto; y
los de los letrados de la citada en garantía, Dres. Roberto A. Sagardoy,
Gustavo M. Beneitez y Norma V. Peñonori, en conjunto, también en la
suma de $ ...

A su vez, fíjanse los emolumentos del Ing. Rubén M. Kusnier en la


suma de $ ...,la de $ ... a favor del Dr. Carlos E. Llordella, y la de $ ...a
favor de la Lic. Liliana Venuto.

Luego, por su labor profesional realizada en esta instancia, que


culminó con el dictado de la presente sentencia, regúlanse los hono-
rarios de los letrados de la parte actora, Dres. Ramiro G. Fernández y
Eros M. Fernández en la suma de $ ...; los del Dr. Jorge S. Orsetti en su
calidad de letrado de la demandada, en la suma de $ ...,y los del Dr.
Fernando H. Neri Artano, como letrado apoderado de la citada en
garantía, en la suma de $ ...(conf. arts. 14 y 33 ley 2 1839, t.0. según ley
24432 ).

Regístrese, notifíquese y devuélvase.- Mabel De los Santos.- Elisa


M. Díaz de Vivar.- Miguel A.Vilar. (Sec.: María L.Viani).

Citar Lexis No 35004295


CASO 5: "Galeano Boqado, Vilma Jacinta c/ Abalsarno, José y
-
otros, S/ daños y ~erlericios"CNCIV SALA F - 1811112003

Elegimos este caso por dos razones:

1) La distinción entre culpa grave del asegurado y de su depen-


diente laboral.

2) La prueba del daño emergente por privación de uso del auto-


motor.

TEXTO COMPLETO

En Buenos Aires, Capital d e la República Argentina, a los 18 días


del mes de noviembre d e dos mil tres, reunidos en Acuerdo los
Señores Jueces d e la Excma. Cámara Nacional d e Apelaciones en l o
Civil, Sala F, para conocer en los autos del epígrafe, respecto d e las
cuestiones sometidas a su decisión a fin de determinar si es arregla-
da a derecho la sentencia apelada.//-

Practicado el sorteo correspondiente, resultó el siguiente orden


de votación: ZANNONI - POSSE SAGUIER - HIGHTON DE NOLASC0.-

A la cuestión propuesta el DOCTOR ZANNONI, dijo:

1. La sentencia apelada d e fs. 5361543 hizo lugar a la demanda


entablada p o r Vilma Jacinta Galeano Bogado condenando a
Fortunato Blanco y a la empresa Transtita SA. a resarcir los daños
reclamados por causa del accidente ocurrido el 23 d e agosto de 1996
a las 21 :O0 aproximadamente en el cual el camión Ford F 600 de pro-
piedad de Transtita SA, conducido por Blanco embistió al Fiat Duna
de la actora en la intersección d e Camino Negro y calle Quesada, loca-
lidad de Villa Fiorito, en jurisdicción de Lomas de Zarnora.-

Rechaza, en cambio, la citación en garantía de la aseguradora de


Transtita SA, Federación Patronal Seguros SA, quien a fs. 118 de autos
declinó la cobertura por la culpa grave del conductor del camión,
Fortunato Blanco, atento el grado d e alcoholemia (1,18 gramos por
litro d e sangre) que se informó e n la pericia química practicada en la
causa penal que e n fotocopia corre agregada a estos obrados (fs.
190).-

2. Apeló la actora exclusivamente. Sus agravios -fs. 5891593, con-


testados a fs. 5981599- son dos: a) el rechazo d e la citación e n garan-
tía d e la aseguradora,^ b) el que considera insuficiente resarcimiento
derivado d e la privación del uso del vehículo q u e la sentencia estimó
e n $400.-

3. Primer agravio. El sentenciante, con apoyo en la jurispruden-


cia, considera que conducir en estado de ebriedad, alcoholizado,
implica culpa cjrave, ya que, entender l o contrario -y sin entrar a
teorizar sobre el concepto sino ateniéndose al sentido específico
que le otoraa la ley de seauros (art. 70, lev 17.41 8)-, n o se compa-
decería con las imperiosas exiqencias de sequridad que deben
reqir en el tránsito. En este entendimiento la culpa qrave del ase-
qurado constituye un hecho ajeno a la aarantía y n o aenera res-
ponsabilidad del asegurador.-
La actora, al agraviarse, cuestiona d e u n lado la prueba existente
acerca del nivel d e alcoholemia informado por el perito bioquímico
q u e suscribe el informe d e fs. 190. En este aspecto su queja debe ser
desestimada. La prueba f u e oportunamente ordenada p o r el
Juzgado penal interviniente, la muestra fue regularmente obtenida y
remitida al laboratorio (fs. 154 y 168). El hecho d e que las muestras,
obtenidas y debidamente acondicionadas en la madrugada del 24 de
agosto fueran recepcionadas e n el laboratorio el día siguiente, carece
d e trascendencia. Incluso cabe señalar que si a la hora d e la extrac-
ción -a la 1:30- transcurridas más d e cuatro horas del accidente, el
demandado presentaba una alcoholema d e 1/18 gramos por litro,
seguramente la concentración d e alcohol era mayor e n aquel
momento.-
Aún así, la actora se agravia del rechazo d e la citación e n garantía
por cuanto el sentenciante n o hizo mérito d e la Cláusula 20 d e las
Condiciones Generales d e la Póliza que están agregadas a fs. 52 d e
autos (el mismo ejemplar se agrega con la pericia contable a fs.421)'-
La mentada cláusula si bien establece que el asegurador
queda liberado si el asegurado o el conductor provoca, por acci6n
u omisión, el siniestro dolosamente o con culpa grave, añade que
"el aseaurador cubre al aseaurado p o r la culpa arave del conduc-
tor cuando éste se halle en relación de dependencia laboral a su
respecto v siempre que e0 s i n i e s t r ~ocurra con motivo o en oca-
sión de esa relación, sin perjuicio de subrogarse en sus derechos
contra el conductor'!-
Frente a esta cláusula, que integra las estipulaciones predispues-
tas del asegurador, es obvio que Federación Patronal Seguros SA
n o estaba habilitada para declinar su responsabilidad aduciendo
la culpa srawe del conductor, esto es de Fsrtunato Blanco, cuya
dependencia laboral como chofer del camión afectado al trans-
porte de sustancias alimenticias, n o ha sido controvertida sino que
fue reconocida expresamente por José Abalsamo, representante
legal d e Transtita SA a fs. 23 del sumario penal (fs. 171 de autos).
Destaco, sólo a mayor abundamiento que la aseguradora, al respon-
der el memorial de la recurrente n o alude en momento alguno a esta
significativa circunstancia, sin duda pasada por alto al dictarse la sen-
tencia apelada.-

Voto, en consecuencia, por revocar este aspecto d e la sentencia


apelada y en consecuencia hacer extensiva la condena a Federación
Patronal Seguros SA en la medida del seguro y con los alcances del
art. 1 18 de la ley 17.41 8.-

4. Segundo agravio. El Señor Juez a quo estimó, como anticipe, el


resarcimiento derivado d e la privación del uso del vehículo en S 400.
Tuvo en cuenta el tiempo probable que insumirían las reparaciones
del Fiat Duna, esto es, 30 días, según lo informó el perito mecánico a
fs.439. Se agravia la recurrente de tal suma señalando que siendo ella
odontóloga, vive en Villa Urquiza y tiene su consultorio en Lomas de
Zamora, lo cual le exige hacer los viajes de ida y de vuelta en taxi, esti-
mándose u n costo diario de S 60. Pide que se incremente la condena
a $ 2.400. Está probado que Vilma Galeano Bogado es odontóloga
(copia de su diploma a fs. 20 e informe de la Universidad de Buenos
Aires a fs. 401/402) y que, al otorgar el poder especial a su aboga-
do(copia a fs. 617) denunció como domicilio real el d e calle Nahuel
Huapi 5324 d e Villa Urquiza. En cambio desistió a fs.489 de la prue-
ba informativa ofrecída para que e l Sindicato de Taxistas infor-
mara el costo promedio de un viaje de ida y vuelta desde Villa
Urquiza hasta Adrogué, de manera que yerra al aludir a un costo
de $ (PO el viaje según lo informado a fs. 442 (foja en la cual se
agrega copia delaoficiolibrado a dicha entidad sindical).Tampoco
se ha acreditado que la actora deba viajar diariamente a atender
un consultorio odontológico a su cargo en Adrogué.-

Por lo expuesto no encuentro en el memorial elementos que per-


mitan apartarse del criterio prudencial que, con sustento en el art.
165 del CPCC, ha realizado el sentenciante.Voto, en consecuencia, por
la confirmación de la sentencia en este punto.-

En suma, si m i criterio es compartido deberá modificarse la sen-


tencia apelada haciendo extensiva la condena que ella establece a
Federación Patronal Seguros SA en los límites del seguro (art. 118 de
la ley 17.418). Las costas de esta instancia se impondrán en u n 90% a
cargo de la aseguradora recurrente y en u n 10% a cargo de la actora,
dado el modo en que prosperan y se rechazan los agravios (arts. 68 y
71 del CPCC).-

Por análogas razones a las aducidas por el vocal preopinante, los


DOCTORES POSSE SAGUIER y HIGHTON DE NOLASCO votaron en el
mismo sentido a la cuestión propuesta. Con lo que terminó el acto.-

Fdo.: EDUARDO A.ZANNONl - FERNANDO POSSE SAGUIER - ELENA


l. HIGHTON DE NOLASCO

//nos Aires, noviembre de 2.003.-

Y VISTOS:

Por lo que resulta de la votación que instruye el Acuerdo que


antecede, se modifica la sentencia apelada y se hace extensiva la
condena que ella establece a Federación Patronal Seguros SA en los
Iímites del seguro (art. 118 de la ley 17.418).-
Las costas de esta instancia se impondrán en un 90% a cargo de la
aseguradora recurrente y en u n 10% a cargo de la actora (arts. 68 y 71
del CPCC).-
1 391
Pasen los autos a despacho para conocer sobre honorarios.-
Notifíquese y devuélvase.//-

Fdo.: EDUARDO A.ZANNONI - FERNANDO POSSE SAGUIER - ELENA


l. HIGHTON DE NOLASCO ,

FUENTE: el Dial.com SUPLEMENTO DE SEGUROS Y REASEGUROS


http://www.eldial.com/supiementos/seguros/doctrina/se0402 19-

CASO 6: DENUNCIA DE VENTA "Morales, lrma c/ Laurin,


Federico v otros S/ daños v periuicios" - CAMARA DE APELACIO-
NES EN LO CIVIL Y COMERCIAL DE SAN NICOLAS (Buenos Aires) -
09/09/2003

Este caso trata sobre los efectos de la denuncia de venta y la nece-


sidad de acreditar la calidad de guardián. Dicho de otra manera, la
denuncia de venta sirve para eximir de responsabilidad, no para atri-
buir responsabilidad a otros. La condición de guardián del automotor
es una cuestión de hecho: El guardián de un automotor, a diferencia
del dueño, sólo responde si al momento de la comisión del hecho ilí-
cito reunía esa calidad, ejerciendo poder de control y dirección y/o
sirviéndose del mismo.

TEXTO COMPLETO
En la ciudad de San Nicolás de los Arroyos, a nueve de septiembre
de dos mil tres, reunidos los señores Jueces de la Excma. Cámara
Primera de Apelación para dictar sentencia en los autos caratulados:
"MORALES IRMA c1LAURIN FEDERICO y otros - DANOSY PERJUICIOS:
del Juzgado Civil y Comercial No 5, Secretaría No 3, del Departamento
Judicial San Nicolás, habiendo resultado del sorteo correspondiente
que la votación debía realizarse en el siguiente orden: Dres. Carlos
Arturo Porthé y Cesar Luis Telechea, no interviniendo la Dra. Silvia
Cristina Rivero de Knezovich por hallarse en uso de licencia, y estu-
diados los autos se resolvió plantear y votar la siguiente:
CUESTION
¿Seajusta a derecho la sentencia de fs.34413547
A LA CUESTION PLANTEADA, el Sr. Juez Dr. Porthé dijo:
1.- La madre de'menor víctima de un accidente vehicular que pro-
vocó su muerte demandó resarcimiento al conductor de la motoci-
cleta en el que era transportado así como a su titular registral y a la
firma comercial denunciada de venta por éste.
Apeló la actora disconforme con lo resuelto, y en su memorial de
fs.360/363 pretendió hacer extensiva la condena contra esta última
alegando en prieta síntesis, que no sólo Colamé SRL entregó el vehí-
culo en cuestión pese a la prohibición de circular existente sino tam-
bién que la denuncia de venta tuvo por virtualidad emplazarle en el
mismo lugar del titular registra1 por quien debe asumir también la
responsabilidad por daños.-
La réplica de fs.3671371 postuló el rechazo de la apelación con lo
que han quedado los agravios en condiciones de resolver.-
A ello me aboco.-
2.- Ha quedado ajeno a la controversia que el titular reaistral n o
debe responder ante la denuncia d e venta formalizada.-
Así l o decidió la sentencia v a ello prestó el aquí recurrente formal
acatamiento pues el punto n o constituyó materia d e su que-ia.-
De modo entonces que la cuestión ha quedado circunscripta a eluci-
dar si el denunciado d e venta es o n o responsable ante terceros
p o r los daños que se ocasionen con el vehículo obieto de Ila
misma.-
La parte sostiene que sí por cuanto entiende que el acto opera
una suerte de desplazamiento de la responsabilidad que incumbía al
propietario denunciante hacia la persona del denunciado,al que con-
sidera su sucesor.-
Pero ello no es así en nuestras leyes en tanto ninguna disposición
normativa autoriza una conclusión como la propuesta.-
Las únicas consecuencias que la denuncia d e venta estatuida
en el ara. 27 del decreto 6.582/58 acarrean respecto a los adqul-
rentes o a quienes de éstos hubieren recibido el uso, tenencia o
posesión, es la de considerarlos terceros por quien n o se debe res-
ponder y a presumir u n uso contrario a su voluntad.-
No puede por tanto afirmarse en modo alguno que Colamé SRL
haya sucedido al dueño, pues ninguna transmisión de derechos -ni
de obligaciones, acoto- se hubo operado en desinencia con el gesto.
Menos en el caso en que como destacara supra, el bien sigue regis-
trado como de titularidad de otro que fue totalmente exonerado de
todo reproche.-
Tampoco puede decirse que sea el quardián a que alude el art.
1113 del Cód. Civil, bajo cuya normativa fue juzaado el caso sin
agravio para nadie.-
En este punto hemos desde antiguo sostenido -como se memora
en la medulosa sentencia del señor Juez primero y sin cuestiona-
miento alguno de la actora- que tal calidad inhiere a quien asume
frente a la cosa u n poder efectivo de dirección y control de una
manera autónoma, pues la noción misma de auarda está ligada al
ejercicio del poder fáctico de aobierno y contralor con indepen-
dencia total del que pudiera ser e-iercido por otra persona (RSD
274/82, entre muchas otras de esta Cámara).-
Y aquí tal carácter ha sido reconocido plena e incontrovertida-
mente en cabeza del conductor demandado en razón justamente,
de la compra del rodado a la firma de mención por todos admiti-
da,con lo que queda evidente que tampoco puede alcanzarle repro-
che alauno a Colamé SRL al haberse desprendido de él dos años
antes del lamentable suceso (boleto de fs.59160, posiciones de
fs.160 a propuesta de la actora;; arts. 384 v 423 del CÓd,Pr~cesal).-
Recuerdo aquí con Pizarro que en nuestro ordenamiento positivo
la noción de eiuardián es bifronte: en la terminoloaía del art. 1113
citado, l o es tanto quien se sirve de la cosa cuanto quien la tiene a
su cuidado.-
En el primer supuesto, es quien se vale de ella para su uso, quien
la emplea útilmente obteniendo provecho de ese uso;; en el segun-
do, quien debe poner diligencia y atención en su conservación, de lo
que sigue que quien transmite a u n tercero u n vehículof haciendo
tradición en su más estricto sentido jurídico, pierde t o d o podev
de control v dirección sobre él, a la par que deia de servirse del
mismof transmitiendo -acá sí- esa condición de guardián al nuevo
adquirente (aut. cit. JA 1996-IV- 235 y SS).-
En sentido coincidente, la Suprema Corte de Nlendoza ha soste-
nido que el auardián de u n automotor, a diferencia del dueño,
sólo responde si al momento de la comisión del hecho ilícito reu-
nía esa calidad, caso contrario, se l o exime pues n o cabe imponer-
le otras obligaciones que las que la propia ley contiene, aún cuan-
do la alternativa implique -en el ilustrado voto de la Dra.
Kemmelmajer de Carlucci- una transferencia de responsabilidades
al vacío ... (sp. cit. p.228 y SS. in re "Uriarte d e Rodríguez clDíar" Sala
la.9/5/96, fallo que anota Pizarro conforme lo citara).-
Como se ve, la decisión atacada en tanto se muestra respetuosa
de estos principios, resulta inobjetab1e.-
3.- Un párrafo aparte merece el otro argumento esgrimido en rela-
ción a la venta efectuada por la firma pese a la prohibición de circu-
lar viqente sobre el ciclomstor.-
En verdad ello es así, pues como se desprende del informe de fs.9
el Registro de la Propiedad hizo saber que presentada la denuncia de
venta el 1O de noviembre de 1996, dictó prohibición de circular el 19
de diciembre del mismo año.-
No hay constancias de que la repartición hubiere efectuado las
notificaciones a que está obliaada osir la ley en el ya citado artí-
culo 27, ni oor tanto, d e que Colamé SRL hubiera sido debida-
mente impuesta de t a l circunstancia.-
Mal puede entonces decirse de un obrar indiligente de su parte y
a todo evento, es más que claro que el deficit no puede ser cargado a
su parte.-
Pero aunque no se comparta lo dicho, es de destacar primera-
mente uue la interdicción n o se proyecta también sobre la posibi-
lidad de transmitir la propiedad, tenencia o posesión de la cosa
d-a dice al respecto Y sabido es que ninaún habitan-
t e de la Nación puede ser obliaado a hacer l o que la ley n o manda
ni privado d e l o que ella n o prohibe (art. 19 de la Constitución
Nacional).-
Nada entonces hay aquí que revisar en tal sentido, por lo que pro-
pongo al Acuerdo que confirmemos íntegramente el fallo en crisis,
imponiendo en consecuencia a la apelante las costas de la Alzada en
tanto vencida (art. 68, Cód.Procesal).-
Así lo voto.-
Por iguales fundamentos, el señor Juez Dr. Telechea votó en el
mismo sentido.-
Con lo que finalizó el presente Acuerdo, dictando el Tribunal la
siguiente
SENTENCIA
Por los fundamentos expuestos en el Acuerdo que antecede, se
resuelve: Rechazar la apelación deducida, y confirmar la sentencia d e
fs.3441354.-
Imponer las costas d e Alzada a la recurrente vencida (art. 68 del
Cód.Procesa l).-
Notifíquese y devuelvase.//-
Fdo.: Dr. CESAR LUIS TELECHEA - Dr. CARLOS ARTURO PORTHE Dra.
MARIA EUGENIA SORMANI - Secretaria
Citar: elDial.com AA 1B65

CASO 7: ACCIDENTE DENTRO DEL PLAZO DE DIEZ DlAS DEL


ART. 15 DEL DECRETO LEY 6582158. "TREMARCHI, Julio Aaustín
p.s.a. Robo Calificado, etc. -Recurso de Casación-"(Expte. "E
13/02), Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia, Provincia de
Córdoba, 11111/03.

El caso es interesante, porque allí se entiende que la circunstancia


d e que el art. 15 del decreto ley 6582/58 obligue al adquirente a efec-
tuar la inscripción dentro d e los diez días, n o implica que el transmi-
tente se encuentre impedido d e efectuar trámite alguno para liberar-
se d e responsabilidad.

TEXTO COMPLETO

SENTENCIA NUMERO: CIENTO NUEVE


En la Ciudad d e Córdoba,a los once días del mes d e noviembre d e
dos m i l tres, siendo las once horas, se constituyó en audiencia públi-
ca la Sala Penal del Tribunal Superior d e Justicia, presidida por la
señora Vocal doctora Aída Tarditti, con la asistencia d e los señores
Vocales doctores María Esther Cafure d e Battistelli y Luis Enrique
Rubio, a los fines d e dictar sentencia en los autos caratulados "TRE-
MARCHI, Julio Agustín p.s.a. Robo Calificado, etc. -Recurso d e
Casación-"(Expte."TI 13/02), con motivo del recurso d e casación inter-
puesto por el Dr. Pablo Enrique Landin, apoderado del demandado
civil Luis Vicente Germán Forasi, e n contra d e la Sentencia número
veinticuatro, del ocho de julio de dos mil dos, dictada por la Cámara
en lo Criminal de Undécima Nominación de Córdoba, por intermedio
de la Sala Unipersonal a cargo del Sr. Vocal Dr. Daniel E. Ferrer
Vieyra.Abierto el acto por la Sra. Presidente se informa que las cues-
tiones a resolver son las siguientes:
1O) ¿ Han sido erróneamente aplicados los arts. 1113 del CC. y 15 y
27 del decreto ley 6582/58?.
2") ¿Qué resolución corresponde dictar?.Los señores Vocales emi-
tirán sus votos en el siguiente orden: Dres. Aída Tarditti, María Esther
Cafure de Battiselli y Luis Enrique Rubio.
A LA PRIMERA CUESTION: LA SEÑORAVOCAL, DOCTORA AlDA
TARDITTI, DIJO:
l. Por Sentencia No 24, del 8 de Julio de 2002, la Cámara en lo
Criminal de Undécima Nominación de esta ciudad de Córdoba, por
intermedio de la Sala Unipersonal a cargo del Sr. Vocal Dr. Daniel E.
Ferrer Vieyra, resolvió "..A) Declarar que Julio Agustín Tremarchi, ..., es
autor responsable del delito de homicidio culposo, en los términos
del art. 84 del C. Penal - Ley 11.1 79, por aplicación del art. 2 del C.P.-, e
imponerle para su tratamiento penitenciario u n año de prisión y
cinco de inhabilitación especial para conducir automotores, con tos-
tas, unificando este pronunciamiento con la sanción anteriormente
impuesta por esteTribunal de nueve años y seis meses de prisión,con
adicionales de ley, costas y declaración de reincidencia, en la pena
única de diez años y seis meses de prisión, con adicionales de ley,cos-
tas y declaración de reincidencia (arts. 5,9,12,29 inc. 3", 40,41,50 y 58
del C. Penal; arts. 550 y 551 del C. de P.P.; art. 1 Ley 24.660, y art. 1O Ley
O

8878). 2) Hacer lugar parcialmente la demanda entablada en contra


de Julio Agustín Tremarchi y Luis Vicente Germán Forasi y en conse-
cuencia, condenarlos "in solidum" a abonar en el término de diez días
desde que la presente quede firme, a Raque1 Esmeralda Arrascaeta, la
suma de pesos veinticuatro mil ($ 24.000), en concepto de daño
moral y pesos trece mil setecientos catorce ($ 13.714), como lucro
cesante, lo que hace un total de pesos treinta y siete mil setecientos
catorce ($ 37.714), monto que incluye los intereses hasta esa fecha,
disponiendo que en caso de no abonarse en el término establecido
se aplicará u n interés del 0,5% mensual más la tasa promedio que fija
el Banco de la Provincia de Córdoba para las cajas de ahorro común
(art. 29 C.P., 1078, 1084, 1085,1086, 1109, 1113 cc. y c.r. del C. Civil). 3)
Imponer las costas por la acción ex delito, prudencialmente en u n
cincuenta por ciento a Julio Agustín Tremarchi, en u n veinticinco por
ciento a Raquel Esmeralda Arrascaeta y en u n veinticinco por ciento
a Luis Vicente Germán Forasi (art.132 y cc. del C. de P.C.) ..."(fs.439/452
vta.).
II. El Dr. Pablo Enrique Landin, en representación del demandado
civil Luis Vicente Germán Forasi, interpone recurso d e casación, invo-
cando el motivo sustancial (art. 468 inc. 1" C.P.P.) (fs. 4561469), por
entender que la sentencia n o ha aplicado las previsiones contenidas
en los arts. 15 y 27 del decreto 6582158 y su correlación con el art.
11 13 del C.C. En efecto, luego d e efectuar una minuciosa reseña d e la
causa y d e los fundamentos vertidos por el sentenciante,alega que al
momento de contestar la demanda, sostuvo que la compraventa de
u n vehículo es u n contrato que se perfecciona con el consentimien-
t o de las partes, l o que en el caso de autos ocurrió al momento de la
certificación d e la firma del comprador, Sr.Tremarchi, el 4 d e diciem-
bre d e 1993, conforme surge de las fotocopias autenticadas obrantes
a fs. 12/14. De este modo, según el art. 15 del decreto 6582158, el
adquirente asume la responsabilidad de solicitar la inscripción en
el registro de la transferencia de la propiedad del automotor,
dentro de los 10 días de celebrado el acto. Recién en caso de
incumplimiento de esta obligacicán, el vendedor puede revocar la
autorización para circular formulando la comunicación (denuncia
de venta) que prevé el art. 27. Explica el recurrente que, siendo que
el acto se perfeccionó el 4112193, al momento del accidente -6112193-
,"no habían transcurrido los diez días referidos, por lo que el compra-
dor se encontraba legalmente habilitado para el uso del vehículo, en
tanto que el vendedor Sr. Forasi n o estaba en condiciones de formu-
lar la comunicación prevista en el art. 27: estaba impedido de hacer-
lo, ya que se encontraba dentro del plazo que la propia ley otorga al
comprador para inscribir la transferencia" (fs. 463). Por ello, n o podía
imputarse negligencia n i mora en el obrar de Forasi, lo que demues-
tra la inexistencia d e responsabilidad civil a su respecto, ya que
encontrándose dentro del período en que el titular se ha desprendi-
d o de la guarda del vehículo, ya n o ejerce más el control sobre la cosa,
y el adquirente está legalmente autorizado para circular, por lo que
este comprador -como nuevo y legítimo guardián de la cosa- es u n
tercero por quien n o debe responder el titular registral, configurán-
dose la causal exculpatoria prevista en el art. 11 13 del C.C.., transcri-
biendo a continuación el impugnante las partes pertinentes d e las
citadas normas (arts. 15 y 27 del decreto y 1 113, C.C.). Luego, el
impugnante d e ~ t a c a ~ q ulae plataforma fáctica sobre la q u e el juez
resolvió la cuestión, se integra d e los siguiente elementos:fotocopias
d e los formularios 02 y 08 (fs. 12/14); informe del registro automotor
d e Cosquín y copia del legajo del automóvil Peugeot X-463.370 (fs.
1891233); copia acta del escribano por certificación d e firmas en el
formulario 08 (fs. 2541257); copia acta 1522 (fs. 2351236); copia boleto
d e compraventa entre Forasi y Rosas (fs. 120), y declaración testimo-
nial d e Julio Argentino Rosas.Todos estos elementos,a ver del impug-
nante, acreditan fehacientemente q u e Forasi había transmitido la
guarda del automotor, y había entregado la documentación necesa-
ria para realizar la transferencia a nombre del comprador, tales como
el título del vehículo y la tarjeta verde. Además, se probó que el con-
trato de compraventa del automotor se plasmó en el correspon-
diente formulario 08, en el que notarialmente se certificaron las
firmas del vendedor y su cónyuge y, en lo que aquí interesa, del
comprador, con fecha 411 2/93, extremo reconocido por el senten-
ciante al tratar el punto V. d e la primera cuestión, y en la cuarta cues-
tión, considerando IV. rubro B.2. De t o d o ello, sostiene el recurrente,
"no hay discusión posible respecto de que el imputado Trernarchi
suscribió el formulario O8 como comprador el día 4 de diciembre
de 1993" (fs. 464 vta.). Entonces, el sentenciante, a la hora d e aplicar
las normas d e fondo a los hechos probados, ha equivocado la solu-
ción q u e resulta d e aquéllas, desvirtuando su sentido y alcance. En
efecto, el juzgador señaló quel'el decreto ley 6582, ratificado por Ley
14.467, con las reformas d e la ley 22.977, establece claramente e n sus
arts. 26 y 27 la responsabilidad del propietario registral, aunque haya
entregado el vehículo, mientras la transferencia n o se haya concreta-
d o mediante la correspondiente inscripciónYY en cuanto a la causal
exculpatoria invocada, el juez indicó "no lo exime el hecho d e haber
transmitido la "guarda': pues si se vencen los plazos legales sin que se
peticione la inscripción,el titular registral seguirá siendo responsable,
salvo que pruebe -por vía registral- el uso contra su voluntad expre-
sa (que es otra causal d e eximición prevista en el art. 1 1 13, Cód. Civil),
mediante la comunicación exigida por el artículo 15 cuando expresa
que el transmitente podrá revocar la autorización para circular con el
automotor... debiendo comunicar esa circunstancia al registro a los
efectos previstos en el artículo 27, y que la exención de responsabili-
dad del propietario solamente puede funcionar si ha existido venta,
seguida de inscripción durante los diez días que fija la ley, y el acci-
dente se produce en ese lapso,.. vencido dicho plazo, el titular sólo
podrá eximirse probando, mediante la comunicación de entrega
efectuada al registro, que el vehículo se usó contra su voluntad...': Es
aquí donde, a ver del recurrente, se equivocó el a quo, aplicando erró-
neamente las normas sustantivas sobre responsabilidad del titular
registral y, especialmente, sobre causales de eximición de tal respon-
sabilidad. Ello es así, pues, la norma citada exime de responsabilidad
al titular registral durante los 10 días siguientes a la celebración del
contrato de compraventa, ya que ese es el plazo que el adquirente
tiene para formalizar la transmisión del dominio a través de la corres-
pondiente inscripción registral. La correcta aplicación de la norma
conduce a la conclusión que durante esos 10 días "el vendedor -aún
titular registral- no tiene la guarda del vehículo y tampoco puede
revocar la autorización para circular otorgada a favor del comprador
ya que ello recien lo podrá hacer una vez vencido aquel plazo y en la
medida que el adquirente incumpla su obligación"(fs.465 in finel465
vta.). Si el titular registral no puede revocar esa autorización -explica-
,significa que el adquirente está zutorizado para circular con el vehí-
culo y que su posesión es legítima. Ello implica que la propia ley auto-
riza al adquirente a circular, y la propia ley prohibe al vendedor el
negar esa circulación. Por ende, es evidente que el titular registral no
puede ser civilmente responsable por los hechos dañosos ocurridos
en ese período. La razón es clara: la misma ley que hace responsable
al titular registra1,"ha creado un período ventana, por denominarlo de
alguna manera, esto es, un lapso durante el cual sigue siendo titular
registral, pero no es responsable de los daños que se produzcan con
el automotor, ya que esa misma ley ha autorizado a un tercero, el
adquirente, a circular libremente con el vehículo, prohibiendo al titu-
lar registral impedir esa libre circulación. En esas condiciones, duran-
te esos diez días,el adquirente es un tercero por quien el dueño de la
cosa -titular registral- no debe responder" (fs. 466 vta.). Cita doctrina
en abono a su pretensión. Por lo expuesto, entiende el impugnante
que, aplicando correctamente las normas sustantivas en cuestión a
los aspectos fácticos probados en autos,el juez debió concluir que no
se podía atribuir negligencia alguna a su representado, por lo que
aquéllas lo eximían d e responsabilidad, y n o debía responder enton-
ces como propietario d e una "cosa riesgosal: Pretende en definitiva
que se case la sentencia atacada y se declare que e n el caso, 10s
hechos probados demostraban q u e Tremarchi era, el día que tuvo
lugar el evento dañoso, u n tercero por quien Forasi n o debía respon-
der en los términos del art. 15 del decreto ley 6582158 y modificato-
rios y art. 1 113 del C.C., y e n consecuencia, se proceda a rechazar la
acción civil instaurada en su contra por la Sra.Arrascaeta.
III. Es menester destacar en primer lugar q u e el recurrente ha
encauzado correctamente su pretensión, mediante el motivo de
casación adecuado. En efecto, ello es así pues, conforme lo ha dicho
esta Sala, tanto la disposición contenida e n el art. 1 1 13 del C.C., cuan-
t o el art. 27 del decreto-ley 6582158 (según Ley 22.977), configuran
verdaderas reglas mixtas (sustantiva y procesal), toda vez q u e a la par
que establecen la legitimación pasiva d e ciertos sujetos e n la repara-
ción d e los daños y perjuicios causados por hechos ilícitos -cuestión
obviamente d e naturaleza sustantiva-, también se ocupan d e discer-
nir a quien le corresponde la carga probatoria d e la causal d e exone-
ración d e responsabilidad, incursionando así e n aspectos d e natura-
leza procesal, pero siempre en función d e la tutela d e la norma d e
fondo (cfr., T.S.J., Sala Penal, S. no 99, 7110198, "Gallego"; A. no 225,
16/6/99,"Turletti.), razón por la cual su discusión resulta propia del
motivo sustancial d e casación (art. 468 inc. 1 del C.P.P.).
O

IV.l. Corresponde en consecuencia ingresar a l tratamiento del


reclamo deducido, cuyo núcleo consiste en considerar inobserva-
da la norma contenida en el art. 1113 último párrafo del C.C., al
haber sido condenado el recurrente en carácter de titular regis-
tral del vehículo automotor Peugeot 504, dominio X-463.370,
toda vez que -según aduce-,carece de legitimación pasiva porque
dos días antes a la fecha del siniestro, se había perfeccionado el
contrato de compraventa sobre el rodado, plasmado en el formu-
lario 08, en el cual el imputado Tremarchi figura como adquirente
del mismo, razón por la cual todavía n o habían transcurrido los
diez días que preve el arto15 del decreto ley 6582158, según Ley
22.977, para poder efectuar la denuncia de venta que estipula el
art. 27 del citado digesto. Por dicha razón entiende que e l hecho
generador de responsabilidad fue producido por u n tercero por
quien no debía responder por imposición leqal.
2. Ahora bien, el art. 1113 del C.C.,en su segundo párrafo, estable-
ce la responsabilidad objetiva del dueño o guardián, emergente del
riesgo o vicio de la cosa (T.S.J., Sala PenalInAriasí S. 74,10112197), esti-
pulando a continuación que "solo se eximirá total o parcialmente de
responsabilidad acreditando la culpa de la víctima o de un tercero
por quien no debe responder. Específicamente en lo que atañe a los
automotores, el Decreto-Ley 6582158 (ratificado por Ley 14.467 y
modificado por Ley 22.977), configura el régimen general del domi-
nio y transferencia de los mismos, previendo, en lo que aquí interesa,
que "la transmisión del dominio de los automotores deberá formali-
zarse por instrumento público o privado y sólo producirá efectos
entre las partes y con relación a terceros desde la fecha de su inscrip-
ción en el Registro Nacional de la Propiedad del Automotor" (art. 1).
Dicha inscripción podrá ser peticionada por cualquiera de las partes,
pero se establece la obligación para el adquirente de solicitarla den-
tro de los diez días de celebrado el acto (art. 15).Por su parte, el art. 27
regula la posibilidad de eximición de responsabilidad del titular
registral del rodado:"Hasta tanto se inscriba la transferencia, el trans-
mitente será civilmente responsable por los daños y perjuicios que se
produzcan con el automotor, en su carácter de dueño de la cosa. No
obstante, si con anterioridad al hecho que motive su responsabilidad,
el transmitente hubiere comunicado al Registro que hizo tradición
del automotor, se reputará que el adquirente o quienes de este últi-
mo hubieren recibido el uso, la tenencia o la posesión de aquél, revis-
ten con relación al transmitente el carácter de terceros por quienes él
no debe responder, y que el automotor fue usado en contra de su
voluntad...'l
3. La Sala, en anteriores integraciones ha sentado una doctrina
que compartimos plenamente, en el sentido que el régimen registral
que regula lo atinente a la propiedad de los automotores destacado
precedentemente, introduce una modificación sustancial con rela-
ción a estos bienes muebles, pues reemplaza a la tradición como
modo de constitución del derecho real,estableciendo para ello la ins-
cripción registral, de lo que surge su carácter constitutivo, de modo
que la transmisión del dominio de los automotores deberá formali-
zarse por instrumento público o privado y sólo producirá efectos
entre las partes y con relación a terceros desde la fecha de su inscrip-
ción en el Registro de Propiedad del Automotor (T.S.J., Sala Penal,
"Castroí S. No 34,2911 1184;"Garrido': S. No 1,19/3/86;"Guerra~ S. No 36,
3/12/92). Igualmente, con la actual integración, se ha sostenido
que el artículo 27 de la ley 22.977 n o ha modificado el régimen de
adquisición y transmisión del dominio de los automotores, sino
que se ha limitado a establecer el alcance que tienen las eximen-
tes del art. 1113 C.C., permitiendo que el titular registral es decir
el' dueño, sin perder esa calidad, se desvincule d e responsabilidad
si con anterioridad al hecho que la origina "hubiere comunicado
al Registro que hizo tradición del automotor^ en cuya hipótesis
"se reputará que el adquirente o quienes de este último hubieren
recibido el uso, la tenencia o la posesión d e aquel, revisten con
relación al transrnitente el carácter de terceros p o r quien él n o
debe responder" (T.S.J., Sala PenalIUGuerra': ya citado, seguido por la
Sala en su actual integración en "Turellií S. No25,2714198). Ahora bien,
para desvincularse n o basta la mera denuncia d e tradición, sino que
el titular registral debe también probar que se ha desprendido de la
guarda del automóvil entregando la posesión o tenencia a u n terce-
r o (Pizarro, DanielIULa responsabilidad del titular registral d e u n auto-
motor y la ley 22.977íJ.A. 1985-11, p. 797; Mundet, Eduardo R.,"EI nuevo
sistema d e responsabilidad civil del titular registral d e u n automotor
impuesto por la ley 22.977: L.L. Córdoba, 1985, p. 761;Ghersi, Carlos A,,
"La responsabilidad del dueño del automotor y el nuevo plenario
Morris d e 5othamYJ.A. 1994-11, p. 884).Tal tesitura resulta a nuestro ver
correcta, toda vez que capta la situación en que descansa la desvin-
culación d e responsabilidad (subsistencia d e la calidad d e dueño,
ausencia de la guarda probada ante el registro respectivo); a la par
que armoniza con la carga probatoria que le impone la ley a quien
invoca la causa d e exoneración. En orden a la oportunidad en que
debe ser efectuada la mentada comunicación, Pizarro entiende que
una denuncia d e venta efectuada antes del vencimiento del término
establecido por el art. 15,"carece, en nuestra opinión, d e aptitud libe-
ratoria para quien pretende eximirse d e responsabilidad. No admiti-
mos que sea viable atribuirle u n efecto condicionado al hecho que el
adquirente n o inscriba la transferencia en el registro, pues una solu-
ción en tal sentido importaría desnaturalizar el carácter excepcional
que tiene este remedio en el contexto general d e la ley..." (Pizarro,
Ramón D., op. cit., nota 25, pág. 800) (T.S.J., Sala Penal, "Sosa; S. 70,
3/9/02). En suma, a la luz de la inveterada jurisprudencia del Máximo
Tribunal de la República que sostiene que "se reconoce, como un
principio inconcuso, que la interpretación de las leyes debe hacerse
siempre evitando darles aquel sentido que ponga en pugna sus dis-
posiciones, destruyendo las unas por las otras, y adoptando, como
verdadero, el que las concilie, y deje a todas con valor y efecto"
(C.S.J.N., Fallos 1:300; T.S.J., Sala Penal, "Querella Kassabianí S. 111,
6112/01) permite advertir que el modo normal que estipula Ila ley
para eximirse de responsabilidad para el titular registral es la ins-
cripción en el registro de la venta del rodado, previendo la ley una
manera excepcional de eximisión para aquellas hipótesis en las
cuales el adquirente no hubiere cumplido con su obligación
emergente del art. 15: la denuncia de venta estipulada en el art.
27. 4. Examinaremos ahora las circunstancias fácticas obrantes en
autos: * Julio Agustín Tremarchi le adquirió a Luis Vicente Germán
Forasi el vehículo Peugeot dominio X-463.370 el 19 de diciembre de
1990, sin haberse iniciado trámite de transferencia alguno (fs. 450); *
el 15 de Abril de 1993, el nombrado Forasi firmó el formulario 08 en
calidad de vendedor del rodado aludido, suscribiendo luego
Tremarchi al citado instrumento, en el carácter de comprador, el 4 de
diciembre de 1993 (fs. 450); * el hecho motivo de la sentencia, prota-
gonizado por el citado vehículo automotor conducido por el imputa-
do Tremarchi, tuvo lugar el 6 de diciembre de 1993 (fs.439 y vta.); * el
demandado Forasi efectuó denuncia de venta ante el Registro del
Automotor el 27 de Setiembre de 1995 (fs.450);* al momento de eva-
cuar el informe pertinente, con fecha 5 de agosto de 1998, el titular
del registro nacional de la propiedad del automotor de Cosquín No1,
Dr. Luis A. García, anotició quel'el titular registral desde el día 6112/89,
es el señor Forasi, Luis Vicente Germán.... Dejo constancia que con
fecha 27/9/95, presentó denuncia de venta en contra de Tremarchi,
Julio Agustín,declarando el domicilio de éste en Anchoris No471 1 de
BOAmpliación Palmar, de la ciudad de Córdoba, y declarando haber
entregado el vehículo el día 22 de abril de 1993 (secuestro:
10111/95)..." (fs. 189). 5. Lo expuesto me permite advertir que la pre-
tensión del recurrente debe ser desechada. Doy razones: a) El impug-
nante sustenta su reclamo partiendo de la base de afirmar que, hasta
tanto no se cumpliera el plazo de 10 días que prescribe el art. 15 del
decreto-ley, le estaba vedado al vendedor Sr. Forasi formular la comu-
nicación prevista en el art. 27, al encontrarse dentro del plazo que la
propia ley otorga al comprador para inscribir la transferencia. El razo-
namiento del recurrente, desde esta óptica, resulta irreprochable: es
cierto, hasta tanto no se cumpliera dicho plazo del art. 15, resultaba
irrelevante que efectuara la denuncia de venta estipulada en el art.
27, extremos que ya fueran relacionados en el precedente citado de
esta Sala (T.S.J., "Sosa: cit.). Empero, la tesis sustentada por el recu-
rrente soslaya que la circunstancia que la norma en cuestión obli-
gue al adquirente a efectuar la inscripción dentro de los diez días,
ello n o implica como contrapartida, que el transmitente se
encuentre impedido d e efectuar trámite alguno para liberarse de
responsabilidad. Y ello es así pues, como se puntualizara prece-
dentemente, el art. 15 estipula en primer término la posibilidad
d e aue cualquiera de las partes pueda peticionar la inscripción,
insertando entonces la citada norma en este plazo d e diez días el
modo normal de eximición de responsabilidad: la inscripción de
la transferencia ante el registro. Vencido e l mismo, ante e l incum-
plimiento del adquirente, el enajenante, para eximirse d e respon-
sabilidad, deberá efectuar la denuncia de venta. Repárese que esta
última constituye un modo excepcional de eximir de responsabilidad
a quien, aún siendo titular registral, hizo tradición de la guarda del
vehículo y n o loqró la cooperación del adquirente a f i n d e poder
inscribir la venta en el reaistro. En efecto, se ha afirmado que el sis-
tema funciona frente al incumplimiento del adquirente a la obliga-
ción de registrar que le impone el art. 15. Por ello, precisamente, el
propio art.27 determina, implí~itamente~que los efectos de la denun-
cia de venta operarán recién al vencimiento del plazo que aquella
norma le acuerda al adquirente para iniciar el trámite inscriptorio. Es
decir, que la norma presupone que la eximisión de responsabilidad
debe operarse normalmente por el modo genuino de la inscripción
de la transferencia que desplaza la titularidad hacia el adquirente, y
excepcionalmente, cuando por incumplimiento de la obligación de
inscribir no opere de ese modo, le acuerda al titular registral la posi-
bilidad de liberarse mediante la denuncia..." (Mundet, op. cit., pág.
760, lo destacado en negrita nos pertenece).b) Forasi no hizo uso de
ninguno de los medios legales que tenía a su alcance para eximirse
de responsabilidad. Ello es así pues, en primer término, n o ingresó el
formulario al registro con anterioridad al evento dañoso, cuando
tuar el trámite, para el cual se encontraba habilitado por la propia
ley, aún cuando n o hubiere transcurrido el mentado plazo de 10
días, contrariamente a l o sostenido por el recurrente. En segundo
lugar, tampoco efectuó la pertinente denuncia de venta al venci-
miento del citado plazo de 10 días que estipula el art. 15; adviér-
tase que recien cumplimentó dicho trámite casi dos años después
de acontecido el evento dañoso. Incluso la doctrina que el propio
recurrente trajo en abono a su pretensión confirma lo expuesto
"...Vencidos los diez días sin que el adquirente inscriba el dominio a
su nombre, el titular registral ya n o podrá continuar amparándose en
el hecho del tercero, genéricamente, si n o prueba que está haciendo
uso d e la cosa en contra de su voluntad expresa, por aplicación del
mecanismo de denuncia que regula el art. 27 ..."(Moisset de Espanes,
Luis, "Accidentes d e TránsitoJTomo 1, Ed. Rubinzal Culzoni, 1998). En
otras palabras, para los terceros, el negocio jurídico celebrado
entre Forasi y Tremarchi, se mantuvo oculto, n o obtuvo la oportu-
na publicidad registral que procura el sistema legal en aras de
tutelar los derechos de las víctimas, y salió a la luz recién en este
último momento -cuando realizó denuncia de venta-, casi dos
años después d e acontecido e! evento dañoso. c) De consiguiente,
al momento d e producirse el hecho motivo de las presentes actua-
ciones -6 de diciembre d e 1993- el titular registral del rodado conti-
nuaba siendo el demandado Forasi y el fallo atacado, en este punto,
luce ajustado a derecho,al haber condenado civilmente al nombrado
a tenor d e lo prescripto por el art. 11 13 C.C.Voto así, pues, negativa-
mente a la primera cuestión planteada.
LA SEÑORAVOCAL, DOCTORA MARIA ESTHER CAFURE DE BATTIS-
TELLI, DIJO:
La señora Vocal preopinante da, a m i juicio, las razones necesarias
que deciden correctamente la presente cuestión. Por ello adhiero a
su voto, expidiéndome en igual sentido.
EL SEÑORVOCAL, DOCTOR LUIS E. RUBIO, DIJO: Estimo correcta la
solución que da la señora Vocal Dra. Aida Tarditti, por lo que adhiero
a la misma en u n todo, votando en consecuencia, de igual forma.
A LA SEGUNDA CUESTION: LA SEÑORAVOCAL, DOCTORA AlDA
TARDITTI, DIJO: Atento al resultado arribado a la primera cuestión,
corresponde rechazar el recurso de casación deducido por el Dr.
Pablo Enrique Landin, apoderado del demandado civil Luis Vicente
Germán Forasi, en contra d e la Sentencia número veinticuatro, del
ocho d e julio d e dos mil dos, dictada por la Cámara en lo Criminal d e
Undécima Nominación d e Córdoba, Sala Unipersonal. Con costas
(arts. 5501551 C.P.P.).Así voto.
LA SEÑORAVOCAL,DOCTORA MARlA ESTHER CAFURE DE BATTIS-
TELLI, DIJO: La señora Vocal preopinante da, a m i juicio, las razones
necesarias que deciden correctamente la presente cuestión. Por ello
adhiero a su voto, expidiéndome e n igual sentido.
EL SEÑORVOCAL, DOCTOR LUIS E. RUBIO, DIJO: Estimo correcta la
solución que da la señora Vocal Dra. Aida Tarditti, por lo q u e adhiero
a la misma en u n todo, votando e n consecuencia, d e igual forma.
En este estado, el Tribunal Superior d e Justicia, por intermedio d e
la Sala Penal,
RESUELVE:Rechazar el recurso d e casación deducido por el Dr.
Pablo Landin en representación del demandado civil Luis Vicente
Germán Forasi. Con costas (arts. 550 y 551 C.P.P.).Con lo que terminó
el acto que, previa lectura y ratificación que se d i ó p o r la señora
Presidente e n la Sala d e Audiencias, firman ésta y los señores Vocales
d e la Sala Penal del Tribunal Superior d e Justicia, t o d o por ante mí, el
Secretario, d e lo que doy fe. Dra.TARDITTI Presidenta d e la Sala Penal
del T. S. J. Dra. CAFURE DE BATTISTELLI Vocal T. S. J. Dr. RUBIO Vocal del
T. S. J. Dr. Pérez Secretario del T. S. J
ES COPIA

CASO 8: DETERMINACION Y CUANTIFICACION DEL DAÑO


"ROCHA, DANIEL JORGE C/ CAMANO ROBERTO Y OTRO S/
DA~~O Y PERJUICIOS:'
S Cámara Primera de Apelación en lo Civil Y
Comercial del Departamento Judicial de San Isidro, Sala Primera,
julio de 2002.

Aquí se tratan varias cuestiones d e interes:

1) Si corresponde otorgar la indemnización e n concepto d e priva-


ción d e uso, cuando el vehículo sufrió destrucción total.
donde solo se hayan producido daños materiales en el rodado, es
decir, en ausencia d e lesiones físicas o psíquicas por parte d e las vic-
timas.

1 TEXTO COMPLETO

En la Ciudad d e San Isidro, Provincia de Buenos Aires, a los días del


mes de julio de dos mil dos, se reúnen en Acuerdo los señores Jueces
de la Sala Primera d e la Cámara Primera de Apelación en lo Civil y
Comercial del Departamento Judicial de San Isidro, Dres. ROLAND
ARAZI, GRACIELA MEDINA y MARlA CARMEN CABRERA DE CARRAN-
ZA, para dictar sentencia en el juicio: "ROCHA, DANIEL JORGE C/
CAMANOROBERTO Y OTRO s l DANOSY PERJUICIOSíy habiéndo-
se oportunamente practicado el sorteo pertinente (arts. 168 d e la
Constitución de la Provincia d e Buenos Aires y 263 del Código
Procesal Civil y Comercial), resulta que debe observarse el siguiente
orden: Dres. MEDINA, CABRERA DE CARRANZA y ARAZI ,resolviéndo-
se plantear y votar la siguiente:

CUESTION
¿Debe modificarse la sentencia apelada?

VOTACION
A LA CUESTION PLANTEADA LA SEÑORAJUEZ DRA. MEDINA DIJO:
1. La sentencia d e fs. 244147, hace lugar a la demanda que, por
daños y perjuicios, incoara Daniel Jorge Rocha contra Roberto Cesar
Camaño y Transportes Martinez S.A y en consecuencia condena a
este último a abonar al actor la suma d e $1.880 con mas los intereses
y costas.
2. Apelan el referido decisorio la actora y la codemandada
Transportes Martínez S.A. La primera de ellas expresa agravios a fs.
261164, los cuales son contestados por la contraria a fs.
267. La segunda d e las nombradas desiste del recurso a fs. 265.
3. Se agravia la apelante por lo resuelto en torno a los rubros:
Daño emergente, Lucro cesante y Daño moral.
4. Rubros indernnizatorios.
a) Daño emergente.
La Sentenciante fijo por reparación del rodado la suma de $1.880;
tomando en cuenta que el automóvil del actor había sido vendido en
las condiciones que quedara luego del accidente y el actor obtuvo el
20% del valor real del rodado. Se agravia la actora, por cuanto sostie-
ne que, si bien quedo acreditado mediante la pericia de fs. 204 que el
vehículo del actor tenía un valor de $ 4.700, lo cual no fue rebatido
por la contraria y asimismo recepcionado por la Sentenciante, como
así también que percibió el 20% del valor del vehículo por su venta,y
siendo que el Sentenciante determina que el monto que correspon-
de indemnizar en este caso, resulta de la diferencia del precio que logró
por su venta y el valor que tendría el automotor a dicha época, en las
condiciones previas a los daños sufridos en el hecho; la suma que
corresponde otorgar es $ 3.760, es decir la que resulta de restar el
20% que percibió (S 940) al valor reconocido.
La reparación del vehículo es uno de los principales aspectos de la
reclamación de daños provenientes de accidentes de tránsito.
Siempre es difícil poder determinar con exactitud, si los daños que
se reclaman son los que efectivamente sufrió el rodado como conse-
cuencia del accidente o si por el contrario, se han agregado otros que
no fueran consecuencias del mismo, de ahí que con criterio general
se puede afirmar que no cabe acordar indemnizacionessobre la base
de simples conjeturas, sino media la indispensable prueba del daño
sufrido.
Entiendo que el valor del vehículo ha quedado acreditado con la
pericia de fs. 204, en la cual el experto determina que el valor del
mencionado automóvil asciende a $ 4.700.
Con respecto a las suma percibida por el actor al vender dicho
rodado, no existen pruebas, mas que sus propios dichos de que solo
pudo obtener el 20% del valor del mismo (fs. 186 vta.).
No obstante ello, teniendo en cuenta que el perito determinó que
de acuerdo a los antecedentes obrantes en la causa y las fotografías
anejadas, se puede concluir que el vehículo sufrió destrucción total,
ya que los daños sufridos en la carrocería no permiten repararla (fs.
204) y teniendo en cuenta que la indemnización por el daño del vehí-
culo debe limitarse al valor del auto destruido, menos lo que se obtu-
vo en la venta de la chatarra. Este último valor no se encuentra debi-
damente precisado, pero haciendo uso de la estimación prudencial,
que me lleva a concluir que es lógico que el actor solo haya obtenido
el 20% del valor del rodado, atento las fotografías agregadas a fs.
4/10, acta de choque de fs. 13 y 155/6, y conclusiones periciales.
Por lo expuesto, considero que si el 20% del valor del rodado se
traduce en $ 940 (teniendo.en cuenta el valor del vehículo determi-
nado por el profesional), la suma indemnizatoria por este concepto
debe ascender a $ 3.760.

b) Privación uso
La accionante reclamó en concepto de lucro cesante por la priva-
ción de uso de su automotor durante 120 días, la sentenciante recha-
zó completamente el rubro en cuestión.
Ello así, y teniendo en cuenta que el lucro cesante no puede pre-
sumirse de la mera afectación de un vehículo a la actividad comer-
cial, sino que es condición necesaria que el propietario o usufructua-
rio haya efectivamente sufrido una frustración de aquéllas ganancias
que podía esperar (Cciv.y Com. San Isidro, Sala II, 7-11-96,"Mormandi
c/Panozzo"), como así también que las ganancias frustradas deben
estar debidamente acreditadas para la procedencia de este capítulo,
pues el daño para ser indemnizable debe ser cierto; como lo tiene
resuelto la Corte Provincial, no siendo bastante la posibilidad de la
existencia de un perjuicio, pues no corresponde acordar indemniza-
ciones sobre la base de simples conjeturas (causa de esta Sala Ira.
77.132 del 20/8/98)., considero que no debe otorgarse indemniza-
ción por la privación del uso del rodado a título de lucro cesante.
Corresponde examinar si corresponde otorgar la indemnización
en concepto de privación de uso, cuando como en el caso el vehícu-
lo sufrió destrucción total Normalmente el daño que deviene la pri-
vación del uso está constituido por los días en que tardaron las repa-
raciones del rodado. En el presente el rodado no se reparó sino que
se destruyó totalmente y se vendieron los restos.
En estos casos doctrina y jurisprudencia se encuentran divididas
en cuanto a la admisibilidad del reclamo. Un sector de la doctrina y
jurisprudencia entiende que si hay destrucción total no corresponde
indemnización por privación del uso. En este sentido se ha sostenido:
" Cuando la destrucción del rodado es total, existe un perjuicio inte-
gro, un daño absolutamente consumado por la destrucción irredimi-
ble de la unidad, que confiere un derecho al reembolso también total
del perjuicio sufrido. No cabe, en consecuencia, la compensación adi-
cional por el lapso razonable de detención y privación correspon-
diente a su uso como ordinariamente se concede, ya que el resarci-
miento integral quece concede cubre ya todo posible perjuicio a su
dueño o guardián. ( C l ra Civil y Comercial Bahía Blanca JA 1981-111S,
citado por MOISSET ESPANES, Luis en Accidentes de automotores,
p.149).
Mientras que otro sector de la jurisprudencia admite la reparación
por privación del uso aún mediando destrucción total, entendiendo
que la privación del uso debe concederse por el tiempo prudencial
que demande la venta de los restos.
Al respecto se ha dicho:" Cuando se ha vendido el resto del auto-
móvil, la privación del uso debe conceder por el tiempo prudencial
que demande concretar la operación" ( CCiv y Com Junin 3-994
Caporale Agustin d. La limpia y otra )LLBA 1994-43.
Entiendo que si la actora era poseedora de un rodado que fue
totalmente destruido, la indemnización por el valor del vehículo no
cubre el daño que a ella se le produjo por la privación de su uso. Lo
difícil es cuantificar el daño ya que en este caso no se puede estar al
tiempo probable de las reparaciones, ni tampoco se puede fijar arbi-
trariamente que la accionante se vio privada 129 días de la utilización
de su vehículo, como lo establece el sentenciante.
En definitiva el daño es evidente pero no el tiempo que duro, ni el
cuantum del perjuicio, por lo tanto corresponde establecerlo pru-
dencialmente, y en este sentido estimo que resulta pruedente fijarlo
en la suma de $ 250 ( art 165 del C.P.C.C.)

C) Daño moral.
La sentencia de la instancia anterior rechazó el pedido de repara-
ción de daño moral por la destrucción TOTAL de SU automotor, y el
actor se queja porque entiende que el deterioro ABSOLUTO de su
vehículo le ha producido una lesión moral.
La cuestión reside en determinar si la rotura de un bien mueble
registrable - auto - da derecho a reclamar una indemnización por
daño moral "la respuesta afirmativa se impone: nada obsta a la exis-
tencia de intereses patrimoniales, de afección, vinculados a bienes
patrimoniales cuya minoración ( por pérdida, destrucción o deterio-
ro) puede generar un detrimento particular a su titular. ( PIZARRO,
Daniel " Daño MoralUed.Hammurabi p. 439) Esta Sala, en su anterior
composición tenía decidido " que en la legislación positiva no existe
otro tipo de daño resarcible que se encuadre fuera de dos categorías
básicas, independientemente de su fuente, siendo elias: a) daño material
o patrimonial, como daño emergente o lucro cesante; 6) daño moral. La
privación del uso del automotor, como rubro indemnizatorio, no escapa
en su categorización al marco jurídico expuesto. As6 será "daño emer-
aente; es decir, el daño efectivamente sufrido por el acreedor por el
incurp?glimiento ob~acionalo del daño extracontractual cuando, por
eiemplo, se reclame el costo de un transporte sustitutivo de la cosa
{ ~ a a de
o fletes a terceros o la locación de otra cosa similar).Será "lucro
cesante",^ decir la qanancia o utilidad que ha dejado de percibir el
acreedor con motivo del incumplimiento de la obliaación o del defri-
1
3 mento extracontractual cuando, por eiemplo, la cosa se utilizaba para
su explotación comercial o en cualuuier actividad lucrativa y se com-
pruebe que su privación afectó al poseedor de su patrimonio.
Finalmente sercí "daño moral" cuando prive del goce de un bien o gene-
re la pérdida o la falta de gratificación que supone la facilidad y como-
didad del uso del vehículo.La privación del uso del automotor configura
un daño moral indemnizable, ya que la posibilidad de utilización del
vehlíulo le produce al dueño una obvia reducción en sus posibilidades
de esparcimientoy una insatisfacción espiritual ante el impedimento del
goce de la cosa.(C. Civ. y Com. San Isidro, sala 1 91811994, - Urdinguio,
Osvaldo v.Transporte Gral.Roca S.A. S I
Daños y perjuicios).BA
B1700449.MAG.VOTANTES: Furst , Arazi , Montes d e Oca. (C. Civ. y
Com. San Isidro, sala 1a, 91811994, - Espínola, Rosa v. Transporte
Gral.Roca S.A. S I y perjuicios).MAG. VOTANTES: Furst , Arazi ,
Daños
Montes d e Oca.(C.Civ. y Com. San Isidro, sala 1a, 91811994, - Zunino
S.R.L. y otros v.Transporte Gral.Roca S.A. S I y perjuicios).MAG.
Daños
VOTANTES: Furst ,Arazi ,Montes d e Oca.(C. Civ. y Com. San Isidro, sala
1a, 91811994, - Pino, Mariano Saúl v. Calistro, Carlos Alberto S/ Daños y
perjuicios)..MAG.VOTANTES: Furst ,Arazi ,Montes d e Oca) La privación
del uso del automotor configura un daño moral indemnizable ya que la
imposibilidad de utilización de su vehículo le produce al dueño una
obvia reducción en sus posibilidades de esparcimiento y una insatisfac-
ción espiritual ante el impedimento del goce de la cosa propia.(C. Civ. y
Com. San Isidro, sala 1a, 21411993, - Testorelli, Horacio F. v. La Austral
Cía. Arg. d e Seguros).JA 1994 - Ill, síntesis.
En igual sentido se han expedido otros Tribunales del país, por
ejemplo la Cámara Civil d e Mar del Plata y la Cámara Civil d e La Plata
a saber: "Quien sufre de repente la destrucción parcial de su automotor
por culpa o responsabilidad de un tercero experimenta un "perjuicio aní-
mico" de entidad que esta dado por multitud de motivos; obligado y
súbito cambio de planes "modus vivendi: etc., denuncia del hecho ante
la autoridad policial, ante la Componía Aseguradora, obtención de 2 o 3
presupuestos en talleres mecánicos, fotografiar el vehículo colisionado,
etc., esa serie de inconvenientes y molestias encuadran en el daño moral
que debe ser resarcido en el marco de aplicación del Art. 7078 del CCI.(C.
Civ. y Com. Mar del Plata, sala 2a, 261611986, - Molina, Neri Alejandro v.
Barraza, Rubén Mario S/ Indemnización daños y perjuicios).BA
B1400650.MAG. VOTANTES: García Medina ,O'neill , Libonati(C. Civ. y
Com. Mar del Plata, sala 2a, 26/2/1987, - Lamberti, Raúl Antonio v.
Serratore d e Cottura,Teresa S/ Indemnización daños y perjuicios) "La
privación de uso del automotor produce una suerte de daño moral indi-
recto en cuanto las incomodidades, pérdidas de tiempo, vicisitudes y
frustración o modificación en la satisfacción de deberes y necesidades
individuales y familiares, vienen dadas por la privanza "en el goce de un
bienndela víctima, cual lo rezaba en su antigua redacción el Art. 1078 del
C.C.(C. 1a Civ. y Com. La Plata, sala 3a, 16/7/1992, - Zeytunstian, Jorge
Carlos v. lbarra, Ramón Juan S/ Daños y perjuicios).BA B200590.MAG.
VOTANTES: Roncoroni, Pérez Crocco.) N o desconozco que otro sector
d e la doctrina y d e la jurisprudencia entienden queUEldesagrado que
para el accionado puede producir el accidente d e tránsito - sin con-
secuencias personales, n o es u n daño moral, porque tal estado d e áni-
mos forma parte d e los riesgos que se corren diariamente por vivir en
la ciudad y todo daño moral experimentado se ve reparado con el
pago del daño material" ( Cam Nac Civ Sala F 1979 -IV -225)
Considero que este último criterio es errado porque: Estimo que n o
es cierto que todo daño moral experimentado se vea reparado
con el pago del daño material..
Entiendo que el pago del daño sufrido por al auto no repara la
angustia por la reducción de posibilidades de esparcimiento, ni la
insatisfacción espiritual ante el impedimento del goce de la cosa
propia. Considero que la condena por la privación de uso, solo
repara el daño emergente o el lucro cesante q u e produce la falta d e
ve h ículo pero no indemniza las incomodidades, pérdidas de tiempo,
vicisitudes y frustración o modificación en la satisfacción de deberes y
necesidades individuales y familiares, vienen dadas por la privanza "en
el goce de un bien". Juzgo que la indemnización por pérdida de
valor de reventa no compensa el "perjuicioanfmico"de entidadque
produce el súbito cambio de planes "modus vivendi",os sinsabores que
conlleva la necesidad de denunhr el hecho ante la autoridad policialy
ante la Somponfa Aseguradora, la pgrdida de tiempoy las molestias que
ocasiona la obtención de 2 o 3 presupuestos en talleres mecánicos, foto-
grafiar el vehfculo colisionado, etc. No conozco ningún hombre que
no sufra angustia cuando le chocan el auto, no imagino alguien que
no se altere cuando tiene un accidente de tránsito y sin ser culpable
ve destruído su rodado. No se de ninguna persona a quien no le
moleste ir a la policía ha denunciar un siniestro que no provocó. No
creo posible que alguien no sufra angustias y sinsabores cuando
debe recorrer talleres de reparación de automotores, para obtener
presupuestos para arreglar un auto inutilizado que luego hay que
vender por chatarra dañado sin su culpa.
No estimo creíble que deje indiferente tener que sacar fotografías
al coche inservible, ni que no produzcas molestias ir a la compañía
aseguradora a denunciar el siniestro que no otro le causara.
Tengo para mi que el derecho se vale de múltiples ficciones para
dar solución jurídica a situaciones antijurídicas, pero creo que no es
admisible partir de la ficción absoluta que quien ve chocado su
rodado no sufre daño moral, al contrario estimo que el menoscabo
espiritual surge in re ipsa, cuando se produce un accidente que se
destruye totalmente el auto del que uno se vale por todas las mino-
raciones espirituales que son consecuencia de esa situación.
En autos se encuentra demostrado que el actor realizó la denun-
cia policial, sufrió destrucción total de su vehículo, pidió presupues-
tos, realizó la denuncia en la policía, sacó fotos al rodado, que" des-
pués del accidente quedó shoqueado y deprimido y que cuando
hablaba del hecho se ponía muy mal en el sentido anímico.." (decla-
raciones de Eduardo Héctor Uruzula de fs. 187) Por lo expuesto pro-
pongo a mis distinguidos colegas que hagamos lugar a la pretensión
del reclamante y condenemos a pagar la cifra de $ 500 por el daño
moral causado por el deterioro del automotor. ( art 1078 del Co.Ci.)
Por todo lo expuesto, voto por la AFIRMATIVA.
A LA CUESTION PLANTEADA LA SRA. JUEZ DRA. CABRERA DE
CARRANZA,

DIJO:
Comparto en general el voto de la Dra. Medina, pero quiero for-
mular algunas aclaraciones respecto al tema del daño moral.-
En su bien fundado voto mi distinguida colega propone resarcir al
actor el daño moral sufrido por la destrucción total de su automóvil.-
Cita al respecto jurisprudencia en uno u otro sentido, lo que torna
redundante por mi parte insistir sobre los argumentos dados por
nuestros Tribunales para avalar el criterio contrario que, adelanto en
este caso, es el mío.- Entre otras cosas, funda su criterio sosteniendo
que"...no es admisible partir de la ficción absoluta que quien ve cho-
cado su rodado no sufre daño moral': pero con el mismo énfasis pro-
pongo que tampoco lo es partir de la ficción absoluta que quien ve
chocado su rodado sufre daño moral.-
Con ello quiero señalar que, en definitiva lo que interesa en la
materia no es efectuar definiciones de carácter general, sino que el
daño cierto sufrido por la víctima sea resarcido, en la medida en que
esté acreditado, a fin de obtener, mediante la indemnización pecu-
niaria el reintegro de las cosas al estado anterior al ilícito ( art. 1083
del C. Civ.).-
He sostenido en un voto reciente ( Causa no89.578" Sosa, saturni-
no c/ Pentamar S.A.s/ daños y perjuicios" del 21-5-02) que el art. 1078
del C. Civ. establece que el daño moral se presume en caso de existir
una lesión provocada por el ilícito, o cuando éste ha provocado la
muerte de la víctima.- La norma consagra una presunción relativa:
dados los presupuestos establecidos la ley presume la existencia de
un daño indemnizable ( Arazi, Roland " Prueba del daño Moral': en
Revista Derecho de Daños, no6 " Daño Moral, Rubinzal- Culzoni, Santa
Fé 1999, pag. 104 ).-
Ello no significa que,en otros casos, no pueda establecerse valida-
mente una presunción - ésta judicial - sobre la existencia de daño
moral, cuando resulta notoria la afectación de la faz espiritual de las
personas que padecen determinado perjuicio.-
Tengo dicho al respecto que no pueden los Jueces obviar el propio
conocimiento de determinadas circunstancias que son, además, habi-
tuales y fácilmente constatables puesto que lo contrario implicaría un
desdoblamiento de la personalidad que solo llevarla a que la justicia
actúe en forma automática ( Causa no74.035 " Ganon Construcciones
C/Suarez, Julio Jesús S/daños y perjuicios, ordinario ").-
En el caso citado, sostuve que el deterioro de la vivienda donde
uno mora, por la acción de otro, llega a adquirir casi las mismas carac-
terísticas de una agresión física, y allí se agregaba la circunstancia
traumática de haberse producido este deterioro en forma súbita y
violenta y haberlo sufrido, en ese caso una persona que, por su situa-
ción socioeconómica - que resulta de todas las constancias de autos
- se encuentra particularmente ligada a su hogar como centro de
referencia.-
La Cámara que integro ha venido sosteniendo que los deterioros
producidos en una vivienda debido a filtraciones y humedades que
se prolongan durante algún tiempo importan un verdadero agravio
moral para sus habitantes ( " Vacarezza c l Martinez Rico S/ daños y
perjuicios" del 13 de marzo de 1997, Sala Ila; "Ferrarazo c/ Valtecno
S.A. del 21 de junio de 1996,entre otros muchos de esta Sala la y en el
mismo sentido me he pronunciado en los autos"Heinrich, Andreas c/
Construcnor SRL y Loureiro S/ daños y perjuicios " del 4 de julio de
2000, Reg. 316 y "Kurchan, Sergio Fernando c/ Consorcio
Copropietarios calle Segurola 1310 Vte. Lopez S / daños y perjuicios).-
No pienso que el caso del daño al automóvil sea similar y ello por
una razón fundamental: quien adquiere un automóvil - o cualquier
otro vehículo - para circular con él en el tránsito sabe que está
adquiriendo y conduciendo una cosa riesgosa.- Esta característi-
ca de la cosa, que el usuario no puede desconocer, implica no
solamente que deba extremar los cuidados para no dañar al otro
con la cosa, sino también que puede, a su vez, resultar víctima del
daño que causen a la misma los otros conductores.-
Tengo dicho que la apreciación de la gravedad del sufrimiento
que tiende a resarcir la indemnización del daño moral - cuando se
decide su resarcimiento en base a la aplicación de una presunción -
debe referirse a pautas consideradas comunes a toda la sociedad (
Causa no89.678 " Portaluppi, Kuis Enrique c l Trenes de buenos Aires
S/daños y perjuicios" del 28-6-02).-
Y precisamente la condición del automóvil referida, en cuanto al
conocimiento de los riesgos que se corren al asumir la conducción
del mismo, torna imposible, a mi juicio, establecer una presunción
acerca de la existencia de agravio moral cuando se cumple la amena-
za implícita y se produce el daño, efectivamente temido por todo
automovilista.-
El criterio no varía porque se califique en parte como daño moral
aquel que se rezarce bajo el rubro de privación del uso del automo-
tor,ya que a los gastos producidos por la necesidad de transportarse
se unen las molestias de tener que hacerlo sin contar con el vehículo
propio y considero acertado que estas se resarzan bajo el rubro indi-
cado.-
Es cierto que existe angustia cuando se ha producido un acciden-
te de tránsito, que el momento del choque implica un trauma para el
conductor - trauma que se da en la misma, o aún en mayor medida
en el culpable - y que deben cumplirse trámites engorrosos, pero
esas situaciones se repiten a lo largo de la vida en múltiples circuns-
tancias cotidianas.-
Vivir implica un riesgo, el sufrimiento, las molestias, los inconve-
nientes que nos causan los demás de una u otra manera forman
parte de la cotidianeidad.-
Y en el caso de los accidentes de automotores el pago de las
indemnizaciones por el daño patrimonial y el sistema de seguros
resarcen los daños y vuelven las cosas al estado anterior, quedando
para la víctima solo un recuerdo desagradable.- Si los ciudadanos de
nuestro país, pudieramos en estos momentos reclamar resarcimiento
del daño moral por cada una de las situaciones que nos agreden trau-
matizan, angustian y obligan a efectuar trámites engorrosos de las
que somos víctimas inocentes, el sistema jurídico se encontraría
dando solución a problemas que deben serle ajenos.-
Basten estas breves consideraciones para fundar mi opinión con-
traria a la posibilidad de tener por acreditada y resarcir la existencia
de daño moral por el material producido al vehículo en base a una
presunción.-
Ello no implica que no pueda, en cada caso, analizarse la proce-
dencia de! reclamo tomando en cuenta la acreditación de la existen-
cia del daño y la entidad del mismo.- -En materia de accidente de
tránsito que sólo causan daños a los vehículos cabe, en principio, pre-
sumir la ausencia de agravio moral de la víctima, sin perjuicio de la
posibilidad de que el reclamante aporte prueba que permita tenerlo
por probado (conf. Cámara de Apelaciones de Concepción del
Uruguay, Sala Civil y Comercial del 02-04-2000).
Si bien en algunos casos corresponde indemnizar el daño moral
que ocasiona la destrucción del vehículo que se utiliza para el traba-
jo personal, cuando ello provoca una sensible disminución de los
ingresos, con las consecuentes angustias, zozobras, aflicciones y
padecimientos que importa el abrupto descenso en el nivel de vida;
no procede en cambio el reconocimiento del daño moral cuando el
actor a raíz de la privación transistoria de un bien material ha debido
soportar las incomodidades que ello trae aparejado (C. 1a Civ. y Com.
La Plata, sala 2" del 6-3-1990 "Santoro, Abel c/Lavatelli, José y otro
s/Daños y perjuicios"; C. 1a Civ. y Com. La Plata, sala 1a del 21-4-1992
"Simionato, Marcelo c/SEVEL ARGENTINA s/Daños y perjuicios).
En verdad todo daño cierto debe ser indemnizado ( arts.519,520,
1068,1069 del C. Civ. ).-
Y la certeza o realidad del daño atañe no solamente a su existen-
cia sino también a su composición, es decir a las circunstancias,
modalidades y gravedad que puede revestir (Trigo Represas, Felix A.
"La prueba del daño emergente y del lucro cesante ", en " Revista
Derecho de Daños, La Prueba del Daño 1 ",Rubinzal Culzoni, Santa Fe
1999, pag.42 ).-
En este caso concreto me parece deben tomarse en cuenta para
decidir la cuestión dos circunstancias.- En primer lugar, la forma en
que se produjo el hecho :el automóvil del actor y su padre se encon-
traba correctamente estacionado, y resultó dañado en razón de
haber embestido el conductor de un colectivo de la empresa deman-
dada a otro automóvil, el que fue a chocar contra el Fiat de Rocha, es
decir que su vehículo no se encontraba en el tránsito, sino fuera de la
situación de riesgo que éste implica, caso en que el propietario podía
considerarse a salvo de las contingencias a las que he aludido más
arriba.- Esto se ha acreditado en autos, mediante la confesión ficta del
conductor del colectivo y el acta de choque suscripta por éste y el
actor, obrante a fs. 155, cuya autenticidad ha sido acreditada, corro-
boradas con la declaración de los testigos Uruzula y Viacamonte a fs.
187 y fs. 188 vta..-
En segundo lugar, que el testigo de fs. 187 da cuenta de la situa-
ción anímica del actor, provocada en forma directa por los avatares
de la destrucción de su automóvil, y el lapso que demandó adquirir
otro.-
Por estas razones y con este alcance, voto por la AFIRMATIVA.-
Por iguales consideraciones, el señor Juez Dr. ARAZl votó también
por la AFIRMATIVA. Con lo que terminó el Acuerdo dictándose la
siguiente SENTENCIA
Por lo expuesto en el Acuerdo que antecede, se modifica la sen-
tencia apelada en cuanto a los rubros:" daño emergente" el cual
asciende a $ 3.760 y " daño moral"e1 cual se fija en. la suma de $ 500
y" privación de uso que se establece en la cifra de $250. Las costas se
imponen a la demandada (art. 68 del CPCC). Se difiere la regulación
de los honorarios para su oportunidad legal (art. 51 de la ley 8904).
Regístrese, notifiquese y devuélvase.

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