DECANATO DE POSTGRADO
SAN JUAN DE LOS MORROS. ESTADO GUARICO
DOCTORADO EN: CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
DOCENTE.
Dra. NERYS MOTA
El presente escrito tiene como objetivo reflexionar y asumir postura sobre tres elementos
en particular a saber: como se vislumbra mi percepción en relación a la socialización del
conocimiento como activo paradigmático del siglo XXI, de qué manera lograría como
investigador el reconocimiento colectivo del conocimiento a la luz de mi temática doctoral; y
como contribuiría a la socialización del conocimiento y empoderamiento comunitario.
Lo primero que debo plantear es que la socialización como concepto es, inherente al
hombre desde el mismo momento en que nace y se relaciona. Durkheim por ejemplo lo
planteo al asumir que el individuo es producto de la sociedad. Weber cuando asegura que la
sociedad no puede existir sin la acción del individuo; por su parte Luckman lo lleva a un
contexto más amplio al manifestar que las instituciones surgen a partir de que el individuo
necesita cumplir con una externalización de un de un modo de ser, sentir y pensar.
Ahora bien la socialización del conocimiento surge desde diferentes acercamiento del
hombre con su medio, de cómo lo interpreta, visualiza y adecua para generar conocimiento,
desarrollo y bienestar. Algunos autores (Berger), establecen que la socialización del
conocimiento tiene sus bases fuertes en el proceso de industrialización y modernización, otros
distinguen entre sociedad del conocimiento y socialización de ese conocimiento; lo cierto es
que en la actualidad es común denominador asumir que la actual revolución CIENTIFICO-
TECNOLÓGICA, caracterizada por la informática y la biología, han impactado en todos los
órdenes de la sociedad, dando origen a nuevas formas de organización en la economía, en la
política y en lo social. Un concepto entonces surge para tratar de entender el mundo a partir
de ese ACTIVO PARADIGMATICO, Hombre/con los frutos de la revolución tecnológica o
“SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO” el cual ha contribuido a explicar los rápidos
cambios estructurales en los que se encuentran inmersos los Estados, las Naciones y por ende
la sociedad.
Castell (1998), plantea que la sociedad del conocimiento significa el surgimiento de un
nuevo paradigma tecnológico, organizado en torno a nuevas tecnologías de información más
potentes y flexibles, que convierten a la COMUNICACIÓN y a la INFORMACIÓN, en un
elemento clave del proceso global (pero cuidando las brechas que se puedan generar con
respecto a un verdadero proceso de comunicación). En este sentido visualizar la socialización
del conocimiento como activo paradigmático del siglo XXI, pasa por entender que en este
momento histórico la sociedad actual esta signada por:
Una de las características que tipifica la socialización del conocimiento, es que esta
socialización depende del aprendizaje social. En las sociedades modernas este aprendizaje
directo esta mediado por el desarrollo de una comunidad y por las estructuras Educativas. La
educación pone a disposición de los individuos los conocimientos y prácticas básicas para
poder comprender, asimilar e intervenir en los complejos sistemas de conocimientos
especializados que existen en los diversos ámbitos sociales (nacional, regional, local o
comunitario). Por tradición la Universidad (lugar donde me desenvuelvo como profesional),
ha sido centro de producción y socialización del conocimiento, pero una socialización sin
mucha publicación y sin un código compartido que la posibilite y distinga; esto sin lugar a
dudas nos conduce a cambiar como educadores lo que en este momento se denomina
“DIALOGO DE SABERES” es decir, que este dialogo en educación popular e investigación
comunitaria sea entendido como principio, enfoque, referente metodológico y como un tipo
de acción caracterizada por el reconocimiento de los sujetos participantes en procesos de
construcción grupal de conocimiento en palabras de Haberman seria “Hermenéutica
colectiva” donde la interacción dialógica re contextualiza y resignifica los dispositivos
pedagógicos e investigativos que facilitan la flexibilidad y la configuración de sentidos en los
procesos, acciones, saberes historia y territorialidad.
Por lo antes expuesto creo que puedo contribuir a la socialización del conocimiento y
empoderamiento comunitario si desde mi práctica docente e investigativa aplico y entiendo,
que las prácticas educativas comunitarias se sitúan en ambientes caracterizados por la
diversidad y la conflictividad, que no sólo se manifiestan en expresiones y posturas diferentes,
en intolerancias y agresión, sino también en tensiones generadas por dinámicas sociales,
culturales y económicas contradictorias, que buscan homogeneizar los modos de ser, estar y
querer de las personas en el mundo. Tal vez por mi formación (sociólogo), eso debería de
estar implícito. Mas sin embargo en mi transitar como académica muchas veces he actuado al
margen de un acercamiento al dialogo de saberes como eje estructurantes de las prácticas
investigativas comunitarias y de educación popular lo que me obliga a revisar mis
percepciones, nociones, ideas, códigos adaptación a los cambios y símbolos trasmitidos sin
lugar a dudas por esquemas de conocimientos intra-universitarios que muchas veces obvia la
complejidad, lo complementario, lo hologramático, el lenguaje y la reflexibilidad sobre la
verdadera construcción del conocimiento.