Una de las recetas más sencillas que tiene es la de hacer yogurt casero, sin
yogurteras ni equipos especiales. Es muy sencillo y cualquiera puede hacerlo.
Es muy útil usar un termómetro de cocina para esto. Los hay baratos (unos 15€),
digitales y con sonda metálica, que son muy útiles para las carnes al horno o
barbacoa, los pescados, etc.
Tenemos que esperar a que se enfríe hasta unos 46-50ºC (aquí el termómetro
viene otra vez “pintiparado”). El motivo de esta temperatura es que la leche esté
caliente, pero no tanto que mate las bacterias del yogur. Puede tardar media hora
o más.
Una vez que han pasado las 4 horas, lo abrimos, escurrimos con cuidado parte
del suero (con un colador fino), y removemos un poco con una cuchara para que
quede homogéneo.