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ESTEREOTIPOS DE GÉNERO

Introducción
El estereotipo es una preconcepción generalizada que surge a partir de dar a las
personas atributos, características o roles respecto al grupo que pertenecen; el género
es una representación cultural que contiene ideas, prejuicios, valores, interpretaciones,
normas, deberes, mandatos y prohibiciones de la vida de las mujeres y de los
hombres, es así que a través del género es que se considera que los hombres y las
mujeres no son iguales debido a que cada uno tiene diferentes funciones que
desarrolla en la vida. Los estereotipos de género son ideas simplificadas, pero
fuertemente asumidas sobre las características de hombres y mujeres que se traducen
en una serie de tareas y actividades que les asigna cada cultura. Estos muchas veces
son concebidos por medio de la familia, y más adelante por la escuela y por los
medios de comunicación. A continuación, en el presente trabajo explicaremos como
esta simple frase que desde sociedades antiguas ha sido de mucha influencia sigue
teniendo aún, en algunas personas o culturas la misma importancia, y cómo es que
actualmente vienen siendo transmitidas a las nuevas generaciones.
¿Qué es un estereotipo?
El estereotipo es una preconcepción generalizada que surge a partir de adscribir a las
personas ciertos atributos, características o roles en razón a su pertenencia de grupo
económico y social, sexo, cultura, etc.

Concepto:
Los estereotipos de género son el conjunto de ideas preconcebidas utilizadas para
explicar el comportamiento de varones y mujeres, generadas en torno a la idea sobre
cómo deben comportarse y los papeles que deben desempeñar en el trabajo, la familia, el
espacio público además de cómo deben relacionarse entre sí. Cada cultura elabora sus
propios estereotipos de género que dependen de los roles en los marcos sociales en los
que se construyen.
¿Cuándo es nocivo?
Un estereotipo de género es nocivo cuando limita la capacidad de hombres y mujeres
para desarrollar sus facultades personales, realizar una carrera profesional y tomar
decisiones acerca de sus vidas y sus proyectos vitales. Los estereotipos nocivos pueden
ser hostiles o negativos (por ejemplo, las mujeres son irracionales) o aparentemente
benignos (por ejemplo, las mujeres son protectoras). Por ejemplo, sobre la base de este
último estereotipo de que las mujeres son más protectoras, las responsabilidades del
cuidado de los hijos suele recaer sobre ellas de manera casi exclusiva.
USO:
El uso de los estereotipos de género es la práctica de asignar a una persona
determinada, hombre o mujer, atributos, características o funciones específicas,
únicamente por su pertenencia al grupo social masculino o femenino. La utilización de
los estereotipos de género es dañina cuando genera violaciones de los derechos y las
libertades fundamentales. Un ejemplo de lo anterior es la falta de penalización de la
violación marital, basada en el concepto social de que la mujer es la propiedad sexual
del hombre.

Los estereotipos de género más complejos pueden ejercer un efecto negativo exagerado
sobre determinados grupos de mujeres, tales como las que están en prisión y han
transgredido la ley, las mujeres de grupos minoritarios o indígenas, las que viven con
discapacidad, las mujeres de las castas inferiores, las inmigrantes o las que están en
peor situación económica, etc.
Los estereotipos de género se incorporan a través del aprendizaje en la socialización y con
frecuencia no existe justificación racional, sin embargo influyen en actitudes y conductas,
por ello son utilizados con frecuencia en la mercadotecnia, la publicidad, el cine y los
medios de comunicación.
¿Para qué sirven los Estereotipos de Género?
El propósito fundamental de establecer diferencias entre hombres y mujeres, y de esta
manera establecer una única forma de ser hombres y mujeres, en donde no se puedan
concebir variaciones o modos alternos de conducta.
¿Qué o quienes influyen principalmente en el desarrollo de los estereotipos de
género?
La familia es considerada el primer agente socializador para la vida de un menor, por
tanto será ésta quien vaya incorporando a los niños ideas sobre lo que la mujer y el
hombre deben de hacer. Esto queda influido por los medios de comunicación, el
lenguaje que se utiliza y por su entorno, al igual que en el ámbito educativo.
Estos cuatro agentes (familia, escuela, lenguaje y medios de comunicación ) son los
que más suelen influir en la infancia. Por lo tanto, pueden ser los principales causantes
junto a otros factores que tendrán más presencia en otras etapas de la vida como es el
caso de los iguales (Espinar, 2009).

Familia

Si eres una niña tus padres te compraran ropa de colores femeninos como el rosa, lila,

entre otros y juguetes como las muñecas. En cambio, si eres un chico los colores serían

el azul, rojo, verde, etc. y no podrías jugar con los mismos juguetes que las niñas, en

este caso serían carros de juguete, pelotas, entre otros. Por otro lado, la actitud que

tendrán contigo, así como la forma de hablarte o de pedirte ciertas cosas en el hogar y

en el colegio será diferente y dependerá del sexo que tengas. Es decir, en casa si eres

chico tu madre no te invitará a que participes en las labores domésticas mientras que si

eres chica sí lo tendrás que hacer.

Medios de comunicación

- En la publicidad, las mujeres aparecen como consumidoras o seres cuyo objetivo

primordial parece ser conquistar y retener a un hombre.

- En muchos de los anuncios se presenta a la mujer como esposa/ama de casa y madre

solamente; no trabaja fuera del hogar.


- Los hombres suelen ser representados en profesiones de más estatus social: políticos,

deportistas o empresarios, muy pocas veces aparecen en anuncios relacionados con el

mantenimiento del hogar.

- Con frecuencia prevalece la consideración de la mujer como objeto sobre la persona,

utilizando su cuerpo como reclamo, a la vez que reitera su papel dependiente del

hombre.

- Se transmite la posición de autoridad masculina usando su voz en “off” en cortos

comerciales, periodísticos, etc.

- Se supone y se muestra que las mujeres toman la decisión de compra en productos poco

costosos y relacionados con el hogar (lo opuesto a los hombres), lo que refleja que las

mujeres no deciden en cosas importantes.

- En los programas dramáticos se establece como valor que el matrimonio y la

maternidad son más importantes en la vida de la mujer que en la del hombre.

- La presencia de los hombres en las noticias difundidas es casi cuatro veces superior a la

de las mujeres, que cuando protagonizan las informaciones lo hacen principalmente en

calidad de víctimas o en ámbitos banales como famosos, moda y entretenimiento.

- Las mujeres reclamadas para ejercer como expertas apenas representan el 2%. En ocho

de cada diez informaciones, los expertos son hombres.

Por lo que muchos anuncios han tenido que ser retirados tanto de los carteles de

publicidad como los anuncios por ser denigrantes para las mujeres, ya que explotan de

esta una idea que no corresponde a la realidad de hoy en día: mujeres perfectas con

cuerpos perfectos y sumisas que tienen que obedecer al hombre.

Escuela

En la escuela también aparecen los estereotipos de género. Desde un primer momento

podemos ver cómo las chicas tienen que llevar falda y sólo llevan pantalones cuando

realizan educación física. No sólo influye la forma de dar la clase, cómo se den los

contenidos o lo que puede aparecer en el libro de texto en relación a la desigualdad

entre ambos sexos. También lo hace el currículum -planificación escolar- oculto.


¿Cómo se enseñan esos Estereotipos de Género?
Desde que nacemos… al hijo recién nacido, los padres, familiares y la sociedad misma les
ponen unos atributos creados de una idea preconcebida y pre configurada, por ejemplo en
aspectos como el color de la ropa, los juguetes.

Desde la primera infancia a las niñas se les involucra en actividades domésticas que más
adelante deberán reproducir en su hogar en la vida adulta (barrer, lavar, etc.) y a los niños,
en cambio se les educa para que sean fuertes, para que no expresen sentimientos diferentes
a la ira y la rabia, y se les prohíbe entonces ser débiles ante los demás.
Es así como a las mujeres y a los hombres se les educa de manera distinta y se espera que
estas enseñanzas donde se ven reflejada la dicotomía masculino/femenino, se vean
exteriorizadas en la vida cotidiana y que se transmitan de padres a hijos.

ESTEREOTIPOS DEL HOMBRE:


Se construye con la imagen necesidad de dominio, agresión y realización.
Los términos frecuentemente utilizados para la descripción de masculinidad son:
independiente, no emocional, agresivo, insensible, competitivo, descoordinado,
experimentado, fuerte, activo, seguro de sí mismo, duro y sexualmente agresivo.

ESTEREOTIPOS DE LA MUJER
Los términos que suelen usarse para describir la feminidad son: dependiente, emocional,
pasiva, sensible, tranquila, débil, insinuante, suave, sexualmente sumisa y complaciente.3
Relaciona a las mujeres con el cuidado, la dependencia y la afiliación. Sobre la base del
estereotipo de que las mujeres son más protectoras, las responsabilidades del cuidado de
los hijos suele recaer sobre ellas de manera casi exclusiva.4
En el ámbito del trabajo, los estereotipos femeninos establecen la falsa creencia de que las
mujeres hacen mejor trabajos minuciosos y rutinarios con las manos, que una mujer no
tiene la misma autoridad para dirigir a un equipo de trabajo, que los hombres están más
capacitados para llevar la dirección porque son más racionales, que tienen menor
absentismo laboral, que las mujeres temen ocupar espacios de poder, que la maternidad
impide a las mujeres centrarse en su trabajo, etc.

MUJER HOMBRE
De la casa, lo privado De la calle, lo público
Cuidar a los hijos y la familia en general Dar el sustento para la casa
Sensible, emocional Fuerte, decidido
Dependiente, sin autonomía, no decide Independiente, autónomo, toma las deci
Trabaja en la casa y fuera de ella Solo trabaja por fuera de la casa
Expresa sus sentimiento Reprime sus sentimientos

¿Qué consecuencias tiene en las relaciones entre hombres y mujeres esta división?
 Subvaloración de la mujer y de las actividades que realiza.
 Sobrevaloración del hombre y de las actividades que él realiza.
 Asimetría o jerarquización en las relaciones de pareja: el hombre manda, la mujer
obedece.
 Violencia intrafamiliar.
 Relaciones entre hombres y mujeres poco respetuosas, poco solidarias, desigualdades
en el trato y en las posibilidades de desarrollo y crecimiento.
Sexo femenino
 Tienen que realizar las tareas del hogar.
 Deben cuidar a sus hijos.
 Desarrollan trabajos en los que están a las órdenes de un hombre
o tienen relación con niños: secretaría, educación, enfermería…
 No son tan fuertes como los hombres.
 No pueden ser heroínas.
 Necesitan a un hombre para realizar tareas complicadas.
 Son más sensibles que los hombres.
Sexo masculino

 Realizan trabajos en los que hay que ensuciarse como la


construcción o la mecánica.
 Les encanta el fútbol y los coches.
 No ayudan en casa.
 No cuidan de los niños.
 Son desordenados y vagos.
 No saben cocinar.
 No expresan sus emociones.

Por lo que dicho lo anterior, podemos comprobar cómo los estereotipos


de género entienden a los hombres en su mayoría como personas fuertes
y dominantes, orientados al trabajo manual e independientes. Por el
contario, destacan a las mujeres como débiles y
sentimentales, dependientes emocionalmente e incluso pasivas.

Aunque lleguemos a ser conscientes de que son estereotipos de género,


cuando vemos a un hombre llorar le solemos llamar “marica” o por el
contario cuando lo hace una mujer decimos “es que ellas son más
sensibles”. Esto es lo que promueve los estereotipos de género y lo hacen
más fuerte.

Sin embargo, cada persona es diferente y pueden existir hombres que


lloren y mujeres que no. También puede haber mujeres que decidan
emprender en un negocio mientras que sus maridos se quedan en casa
cuidando de sus hijos. Somos más que nuestro género y esto no nos
define como personas.

En la actualidad, debido a la incorporación de la mujer en el ámbito laboral


y a la existente lucha por la igualdad de género, están decreciendo
muchos estereotipos que colocaban a ésta en clara situación de
desventaja frente al sexo opuesto.

Sin embargo, aún a día de hoy existen muchos estereotipos de género


sobre ambos sexos para los que hay que seguir trabajando.
Conclusiones
En la actualidad, aunque la situación de la mujer con respecto a los
hombres haya mejorado considerablemente en lo que a igualdad se
refiere, aún el sexo femenino sigue plagado de grandes estereotipos que
condicionan y afectan a la vida de las mujeres de una forma muy negativa
en comparación con los estereotipos que existen para el sexo masculino.

Aunque seamos conscientes de esto, podrían considerarse que son


hábitos, ideas y creencias que tenemos muy arraigados en nuestro interior
debido a que los vamos aprendiendo desde que somos pequeños, por lo
que si queremos actuar debemos hacerlo desde los principales agentes
socializadores: familia, escuela y medios de comunicación.

Por último mencionar que siempre que hablamos de estereotipos de


género nos solemos referir a hombres y mujeres. Sin embargo, también
existen estereotipos cuando hablamos de inmigrantes, personas con
discapacidad…

Podríamos decir que los estereotipos lo abarcan todo: las edades (niños,
adolescentes, jóvenes, ancianos), las nacionalidades, los gustos o
intereses, las tribus urbanas etc.

 Reflexionar permanentemente sobre nuestro propio comportamiento.


 Poner en práctica al interior de la familia la equidad en las relaciones y oportunidades:
dejar que los hombres asuman los cuidados de los miembros de la familia, o que las
mujeres tomen sus propias decisiones con independencia y autonomía.
 Respetar la diferencia.
Aunque cueste mucho trabajo desprenderse de aquellas ideas y creencias
que se tienen, si entre todos trabajamos por una misma causa podemos
lograr que se sigan perpetuando los estereotipos de género.

Una de las formas es mediante la coeducación, ésta tiene como fin que no
existan discriminaciones por motivo de género en la escuela y existen
muchos proyectos con los que se puede trabajar.
Por otro lado, desde la familia también podemos educar en la igualdad con
nuestro ejemplo. Es decir, repartiendo las tareas domésticas, respetando
a la mujer dentro del hogar, considerando todas las ideas, ayudando a
nuestro hijos a expresar sus emociones… Son acciones que sabemos hacer
si simplemente prestamos un poco de atención a ellas (Alfonso y Aguado,
2012).

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