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LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

Y LA PARTICIPACIÓN DE LA ARMADA NACIONAL

Tte. Navío SDN. Prof.


Leticia Rivera Cabrieles
Mtra. en Historia.

Introducción:

La segunda guerra mundial fue un conflicto armado que se extendió prácticamente por todo el
mundo entre los años 1939 y 1945. Enfrentándose en una escala destructiva sin precedentes. Esta
guerra arrojó un balance de entre 35 y 60 millones de muertos, de ellos gran número de civiles. Los
bombardeos masivos de ciudades e instalaciones industriales generaron asimismo enormes
pérdidas materiales. La capacidad ofensiva de las nuevas armas y tácticas de guerra (transportes y
bombardeos aéreos, portaaviones, unidades de paracaidistas, tanques con potentes cañones,
bombas autopropulsadas -como los cohetes V-1 y V-2 que lanzaron los alemanes sobre Londres- y
bombas atómicas) explica las grandes destrucciones y matanzas producidas, sobre todo, en la
Unión Soviética, Alemania, Japón, Francia y el Reino Unido.

1
Los resultados de la Segunda Guerra Mundial cambiaron el mapa del mundo y sentaron las
bases de un nuevo período histórico en el que la vieja Europa cedió su hegemonía a las dos nuevas
superpotencias que se consolidaron durante y tras la guerra: los Estados Unidos y la Unión
Soviética.

Los principales beligerantes fueron, de un lado, Alemania, Italia y Japón, llamadas las
potencias del Eje, y del otro, las potencias aliadas, Francia, el Reino Unido, los Estados Unidos, la
Unión Soviética y, en menor medida, China. La guerra fue en muchos aspectos, consecuencia, tras
un difícil paréntesis de veinte años, de las graves disputas que la primera guerra mundial había
dejado sin resolver.

Por lo que toca a México, la Segunda Guerra Mundial tuvo aspectos positivos y negativos por
lo siguiente:

1
Las conferencias de paz de Teherán (1943), Yalta y Potsdam (ambas en 1945).

1
¾ Fue un parteaguas en el desarrollo de México, el cual en gran medida por las circunstancias
propiciadas por la contienda se dirigió por la vía de la industrialización. México cubrió los
mercados que dejaron abiertos los Estados Unidos e inclusive algunos países Europeos. Ya
que sus fábricas fueron destinadas a la producción de armamento.
¾ La guerra incidió favorablemente en la política interna del país. El General Lázaro Cárdenas y
Manuel Ávila Camacho pudieron promover su proyecto de unidad nacional y resolvieron
cuestiones pendientes en relación con los Estados Unidos derivados del conflicto que se
desató en ambos países a consecuencia de la expropiación petrolera.
¾ La necesidad de los Estados Unidos por establecer la defensa hemisférica en América,
situarían a México en una posición benéfica dentro del área de influencia de Estados Unidos.
Ya que pudo resolver gracias al contexto de guerra la situación de conflicto que se había
desatado tras la expropiación petrolera.
¾ La inclusión de México en la defensa hemisférica, beneficiaría a las Fuerzas Armadas
Nacionales al desechar la instalación de bases navales norteamericanas en el país; y dirigir
dicho apoyo hacia el fortalecimiento de los puertos mexicanos así como con capacitación de
instructores norteamericanos para personal de la Armada Mexicana y de la Fuerza Aérea; y
con una serie de prestamos que fortalecerían la infraestructura portuaria.
¾ El contexto de guerra y las negociaciones Estados Unidos-México incidirían positivamente en
la Armada Nacional, ya que se plantearía por primera vez cual era su gran importancia en
materia de defensa de la soberanía. De esta forma, vendría la separación de la Armada de la
Secretaría de la Defensa Nacional en el año de 1939 para convertirse en Departamento
Autónomo, y al año siguiente elevarse al rango de Secretaría de Estado.

2
NACIONALIZACIÓN Y CONFLICTO PETROLERO

La expropiación y nacionalización del petróleo en México fue el resultado de la implementación de la


Ley de Expropiación de 1937 y del Artículo 27 de la Constitución Mexicana de 1917, aplicados a las
compañías petroleras el 18 de marzo de 1938 por el presidente de la República Mexicana Gral.
Lázaro Cárdenas del Río2. Como bien se sabe, desde el Porfiriato, en México el monopolio del
petróleo residía esencialmente en Inglaterra y los Estados Unidos. Ante la iniciativa del General
Cárdenas, el gobierno inglés rompió relaciones diplomáticas con México, mientras los Estados
Unidos decretaron un embargo comercial, y retiraron a todo su personal técnico, dejando de
adquirir plata mexicana y dando toda su preferencia al petróleo de Venezuela.

Sin embargo, las sumas de indemnización reclamadas por estas compañías no se hicieron
esperar. El apoyo de la sociedad mexicana al gobierno por la medida implantada fue total. De tal
forma, que el 23 de marzo se reunieron miles de personas en una enorme manifestación de
respaldo, regalando hasta gallinas para cubrir la indemnización. Se dice que las colectas y la
emisión de bonos para cubrir la indemnización a las compañías petroleras estuvieron lejos de
solucionar el problema económico, sin embargo, sí constituyeron movilizaciones impresionantes en
la opinión pública en apoyo al General Cárdenas. Incluso sectores como la Iglesia y los empresarios
conservadores, aplaudieron esta decisión. Para muchos, la expropiación significaba un sacudimiento
final del imperialismo que por tanto tiempo había sangrado a México, impidiéndole confiar en su
propia fuerza y capacidad.

2
Las empresas petroleras extranjeras de Estados Unidos e Inglaterra, que se expropiaron fueron:

¾ Compañía Mexicana de Petróleo El Águila, (London Trust Oil-Shell)


¾ Mexican Petroleum Company of California con sus tres subsidiarias.
¾ Huasteca Petroleum Company,
¾ Tamiahua Petroleum Company
¾ Tuxpan Petroleum Company
¾ Pierce Oil Company, subsidiaria de Standard Oil Company (ahora Exxon-Mobil, la más grande empresa
petrolera mundial)
¾ Californian Standard Oil Co. de México
¾ Penn Mex Fuel Oil Company (ahora Penzoil)
¾ Stanford y Compañía Sucrs. Richmond Petroleum Company of Mexico , ahora (ARCO);
¾ Compañía Exploradora de Petróleo la Imperial SA;
¾ Compañía de Gas y Combustible Imperio y Empresas
¾ Mexican Sinclair Petroleum Corporation, sigue siendo Sinclair Oil
¾ Consolidated Oil Companies of Mexico SA, Sabalo Transportation Company
¾ La Mexican Gulf Petroleum Company (luego llamada Gulf).

3
El discurso de expropiación decía lo siguiente:

"Las compañías petroleras, no obstante la actitud de serenidad del Gobierno y las


consideraciones que les ha venido guardando, se han obstinado en hacer, fuera y dentro
del país, una campaña sorda y hábil que el Ejecutivo Federal hizo conocer hace dos
meses a uno de los gerentes de las propias compañías, y que ese no negó, y que han
dado el resultado que las mismas compañías buscaron lesionar seriamente los intereses
económicos de la nación, pretendiendo por este medio hacer nulas las determinaciones
legales dictadas por las autoridades mexicanas.. Se trata de un caso evidente y claro
que obliga al Gobierno a aplicar la Ley de Expropiación en vigor, no sólo para someter a
las empresas petroleras a la obediencia y a la sumisión, sino porque habiendo quedado
rotos los contratos de trabajo entre las compañías y sus trabajadores, por haberlo así
resuelto las autoridades del trabajo, de no ocupar el Gobierno las instituciones de las
compañías, vendría la paralización inmediata de la industria petrolera, ocasionando esto
males incalculables al resto de la industria y a la economía general del país…

"Las compañías petroleras han gozado durante muchos años, los más de su existencia,
de grandes privilegios para su desarrollo y expansión; de franquicias aduanales; de
exenciones fiscales y de prerrogativas innumerables, y cuyos factores de privilegio,
unidos a la prodigiosa potencialidad de los mantos petrolíferos que la nación les
concesionó, muchas veces contra su voluntad y contra el derecho público, significan casi
la totalidad del verdadero capital de que se habla.. Planteada así la única solución que
tiene este problema, pido a la nación entera un respaldo moral y material suficiente para
llevar a cabo una resolución tan justificada, tan trascendente y tan indispensable…

Y como pudiera ser que los intereses que se debaten en forma acalorada en el ambiente
internacional, pudieran tener de este acto de exclusiva soberanía y dignidad nacional
que consumamos, una desviación de materia primas, primordiales para la lucha en que
están empeñadas las más poderosas naciones, queremos decir que nuestra explotación
petrolífera no se apartará un sólo ápice de la solidaridad moral que nuestro país
mantiene con las naciones de tendencia democrática y a quienes deseamos asegurar
que la expropiación decretada sólo se dirige a eliminar obstáculos de grupos que no
sienten la necesidad evolucionista de los pueblos, ni les dolería ser ellos mismos quienes

4
entregaran el petróleo mexicano al mejor postor, sin tomar en cuenta las consecuencias
3
que tienen que reportar las masa populares y las naciones en conflicto."

A causa del boicot, los únicos compradores de petróleo mexicano fueron Japón y Alemania. Lo que
en breve resultó un gran problema para los Estados Unidos ante lo inevitable de la guerra y de su
participación en la misma.

DEFENSA HEMISFÉRICA DE AMÉRICA LATINA Y LA PARTICIPACIÓN MEXICANA

La inevitable expansión de la guerra y de la posible participación cada vez más certera de los
Estados Unidos, llevó a este país, a negociar un acercamiento con México, aunque para ello tuviera
que ceder a favor del gobierno mexicano aún cuando sus connacionales clamaban por la aplicación
de una política de mano dura y sin consideraciones para México. Particularmente desatada por el
conflicto petrolero.

El contexto de guerra mundial propició que Estados Unidos negociara la reconciliación con
México y tratara de consolidar la unidad hemisférica en América Latina para garantizar la seguridad
continental. El peso que la administración Roosvelt otorgó a dicho postulado quedó de manifiesto en
el caso de México, en donde incluso se llegaron a sacrificar grandes intereses económicos antes que
arriesgar la pérdida de un importante aliado. Todo lo cual redundó en última instancia a favor del
gobierno cardenista y de Ávila Camacho posteriormente.

Entre 1938 y 1940 Estados Unidos promovió se celebraran tres conferencias panamericanas
cuyo objetivo primordial era organizar y garantizar la acción conjunta de las distintas naciones en
contra de la penetración nazi en Latinoamérica. Hacia ese entonces, México había entrado en tratos
comerciales con Italia y Alemania, obligado por el bloqueo decretado por parte de las compañías
petroleras de origen inglés y norteamericanas a raíz de la expropiación del 18 de marzo de 1838 en
México.

Sin embargo, Roosvelt, estaba consciente que sin México no se podía lograr la defensa
hemisférica de América Latina, así como también estaba cierto de que una llamada de atención
contra México podía hacer tambalear la frágil estructura de solidaridad continental en proceso de
consolidación y a la vez provocar una acción agresiva de las naciones totalitarias. Al iniciarse la
guerra en septiembre de 1939, el espectro amenazante del fascismo había cobrado más fuerza en

3
Fracciones del texto leído por el Presidente de la República, General Lázaro Cárdenas, en Palacio
Nacional el 18 de marzo de 1938, decretando la Nacionalización de la Industria Petrolera en México.

5
la mente de los estrategas norteamericanos; de ahí que convocaran a una nueva reunión
continental. En la conferencia de Panamá se delinearon por tanto medidas concretas tendientes a
cerrarle a los países del Eje todas las puertas de acceso al continente.

Estados Unidos consciente de la vulnerabilidad de las naciones latinoamericanas, planteó por


primera vez la necesidad de fortalecer la estructura económica y militar de estos países, para lo
cual el Subsecretario Welles prometió incrementar la asistencia financiera de Estados Unidos,
utilizándose para ello los créditos del Banco de Importación y Exportación. A cambio, Welles obtenía
el compromiso de los países latinoamericanos de establecer un cinturón de seguridad en torno a las
costas del continente, con lo cual se cerraba el acceso a los países del área.

Por otra parte, al iniciarse la guerra y con ella el bloqueo a Alemania, se había cortado de
tajo el vínculo comercial que existía entre este país y México, lo cual constituyó un gran alivio para
los Estados Unidos. Resulta importante señalar que para 1940 la amenaza alemana no se limitaba a
un ataque militar, sino que incluía un peligro más inminente para Estados Unidos: el reto
económico. Una Alemania victoriosa haría peligrar los intereses norteamericanos, lo cual explica la
insistencia de Estados Unidos de proveer a las naciones latinoamericanas con un programa de
ayuda tendiente a fortalecer sus sistemas financieros, estimulando la apertura de nuevas áreas de
producción y creando vínculos de cooperación entre los distintos Estados.

Como resultado de todo ello, desde 1940, se celebraron una serie de negociaciones secretas
entre México y Estados Unidos. Cárdenas rechazaría la propuesta norteamericana de instalar bases
militares de ese país en territorio nacional, por considerar que ello violaba la soberanía, aún cuando
veía la posibilidad de que las instalaciones militares controladas por mexicanos cooperasen con
Estados Unidos, particularmente en la protección y defensa de las costas.

En las instrucciones giradas a su embajador en Washington, Doctor Francisco Castillo Nájera,


Cárdenas insistía en los siguientes principios: el gobierno mexicano no aceptaría por ningún motivo
que una parte cualquiera de su territorio fuese ocupada transitoria o permanentemente por un
poder extraño. Sin embargo, estaba dispuesto a prestar su leal colaboración con el resto de los
países de América para la defensa del hemisferio.

6
El documento señalaba que el arreglo podía plantearse sobre las siguientes bases:

¾ México estaría dispuesto a estudiar con los otros países americanos la necesidad de adaptar
aquellos puertos de su territorio que pudieran ser utilizados como bases navales para la
defensa del continente, para lo cual accedía a realizar todas las obras de acondicionamiento
necesarias. Si bien las mismas serían financiadas por los Estados Unidos éstas se realizarían
bajo la dirección de ingenieros mexicanos y con mano de la obra de la misma nacionalidad.

¾ Los puertos así adaptados estarían a disposición de todos los países de América, “pero sin
que ello implicara la renuncia o reducción de la soberanía nacional sobre los mismos”.

Paralelamente, el 21 de junio de 1940, el New York Times reportaba por otra parte la puesta
en marcha de un programa tendente a fortalecer a las Fuerzas Armadas Mexicanas, para lo cual se
destinaría, para empezar, diez millones de dólares, al tiempo que se establecía un programa de
entrenamiento a cargo de sesenta expertos de la Armada y la Fuerza Aérea de Estados Unidos4. A
su vez, México comenzaría a implementar el servicio militar obligatorio5.

En lo que concierne a los intereses vitales norteamericanos, México constituía un sitio


capital, fincando su importancia estratégica en su propia vecindad con Estados Unidos, así como en
el hecho de ser un emplazamiento geográfico intermedio entre dicha nación y el Canal de Panamá.
Sin embargo, de acuerdo con los estrategas norteamericanos, México constituía un punto
extremadamente vulnerable, lo cual era motivo de seria preocupación en círculos oficiales. El propio
Roosvelt había señalado públicamente su temor de que el Puerto de Tampico se convirtiese en un
probable punto de invasión al continente. De ahí que no sea fortuito el que, intuyendo dicho temor,
el cual podía traducirse en amenaza a la soberanía, las autoridades mexicanas se mostrasen
decididas a cooperar con Estados Unidos, tratando de demostrarle por todos los medios que
estaban en condiciones de ejercer un verdadero control sobre sus puertos y costas.

Era un hecho que México formaba parte integral de la estrategia defensiva norteamericana,
como lo señalaba un documento preparado por la embajada de México en Washington:

4
New York Times, 19 de junio de 1940.
5
SRE 39-10-2 (II) Memorándum para el presidente Cárdenas, 11 de junio de 1940.

7
“Es necesario tener presente que los Estados Unidos se preparan para desarrollar una fuerza
naval, de aire y tierra, que les asegure la victoria en sus posesiones, en los puntos por donde pueda
invadírsele o en sus propias aguas. Esto nos constituye en un puesto avanzado de ellos, pues aún
suponiendo que la suerte de las armas le fuera adversa en Sudamérica, es indudable que nunca
renunciaría a la aplicación de cualquier método para tener a su favor a nuestro país, pues
precisamente el grueso de su flota se piensa estacionar de manera que el Canal de Panamá les
permita reunir toda su fuerza naval en poco tiempo sobre el punto deseado”6

De ahí que siendo imposible escapar a dicha situación, habría de buscarse la manera de
sacar el mayor provecho posible con el menor riesgo. La elección en México del General Manuel
Ávila Camacho para suceder al General Lázaro Cárdenas en la presidencia se inscribe dentro de este
marco. Su llegada al poder a fines de 1940 consolidó la alianza con Estados Unidos. Sin embargo,
los continuos rumores acerca de que México había cedido parte de su territorio para el
establecimiento de bases militares norteamericanas, serían asimismo causa de alarma entre la
población; de ahí que Ávila Camacho se encargara de desmentirlo en la misma ocasión:

“México no ha cedido ni cederá a ningún Estado extranjero el dominio temporal sobre parte
alguna de su territorio para el establecimiento de sus bases navales, campos de aterrizaje o para
cualquiera otros propósitos de índole militar”.7

Pese a ello, Ávila Camacho sería claro en señalar que la gravedad de la amenaza obligaba al
gobierno a organizar la defensa de las costas, con lo cual se ponían en práctica los planes
delineados durante la época de Cárdenas. Si bien las autoridades insistieron en que toda acción de
México estaba enfocada exclusivamente a secundar la defensa continental, existía el temor, no del
todo infundado, de que en un futuro próximo y ante la amenaza de un ataque, México se vería
obligado a firmar una alianza militar con Estados Unidos.

El propio secretario de elaciones Exteriores se encargó de esbozar dicha posibilidad al


señalar ante el Senado que si los compromisos contraídos por México lo demandaran, “no
vacilaríamos en tomar una medida semejante”. De hecho, ya para el 21 de marzo de 1941, las
autoridades mexicanas concedían permiso a los Estados Unidos para utilizar sus aeropuertos y
pistas de aterrizaje para dar servicio a sus aviones en ruta a Panamá. Por otra parte, el primero de
abril el gobierno anunciaba la incautación de doce buques pertenecientes a países totalitarios, diez

6
citado por María Paz Salinas, México y la defensa hemisférica, Entre la Guerra y la Estabilidad
Política. P. 60
7
Ibid. p. 62.

8
de ellos italianos y dos alemanes. De ahí a la suspensión de las relaciones comerciales con Alemania
en julio de ese año había sólo un paso.

La incautación de los barcos, se debió a su presencia, principalmente en Tampico, durante


un tiempo mayor al que establece el derecho internacional, colocaba a México en una situación
parcial respecto de los países beligerantes. Ante esta circunstancia y previa la advertencia del
gobierno mexicano a los de Alemania e Italia, en el sentido de que habrían de salir sus barcos de
nuestros puertos, y no cumplir con esta advertencia, el 10 de abril de 1941 el gobierno de la
República decretó la incautación de los buques que se encontraban en esa situación ilegal,
basándose en el derecho de angaria8. El gobierno mexicano por conducto de la Secretaría de
Marina, tomó posesión de los buques italianos y alemanes internados en Tampico, y que fueron los
siguientes:

8
Angaria deriva del griego aggarcia –esclavitud, servidumbre-. En Derecho Internacional es la
obligación impuesta por un Estado a los navíos extranjeros de suspender su ruta para rendir u
ofrecer un servicio en el interés de tal Estado. Constituye, desde otro ángulo, un atentado a la
libertad de comercio. Prácticamente ha desaparecido del uso internacional, pues aunque el Estado
demandante le asegura al país del navío demandado una indemnización, puede acontecer que ésta
no alcance al monto del perjuicio, resultado del paro durante las transacciones. Se aplica todavía o
se entiende con justicia en tiempo de guerra, pese a que ciertos Estados hayan renunciado
formalmente a él, pero en tiempo de paz es una medida inicua e injustificable. Enrique Cárdenas de
la Peña, Semblanza Marítima de México, p. 257.

9
BARCO NOMBRE DADO TIPO DE UNIDAD BAJA DE LA COMANDANTE
POR LAS
INCAUTADO ORIGEN UNIDAD NOMBRADO
AUTORIDADES
MEXICANAS
Tuscania Italia Minatitlán Buque tanque Tte. Nav. Enrique
petrolero Altamirano
Domínguez

Vigor Italia Amatlán Buque tanque 1942 hundimiento Cap. Corb. Adolfo
petrolero Meza Burgos

Genoano Italia Faja de Oro Buque tanque 1942 hundimiento Tte. Nav. Pablo
petrolero Escobio Ruiz

Americano Italia Tuxpan Buque tanque 1942 hundimiento Cap. Corb.


petrolero Gonzalo Montalvo
Salazar.

Lucífero Italia Potrero del Llano Buque tanque 1942 hundimiento Tte. Nav. Gabriel
petrolero Cruz Díaz.

Atlas Italia Las Choapas Buque tanque 1942 hundimiento Tte. Nav. Pedro
petrolero Calderón Lozano.

Stelvio Italia Ebano Buque tanque Tte. Nav. Miguel


petrolero Manzárraga.

Fede Italia Poza Rica Buque tanque Tte. Nav. Antonio


petrolero Cortés Acosta.

Giorgio Fazzio Italia Pánuco. Buque tanque 1946 Tte. Nav.


petrolero Armando
Cañizares.

Orinoco Alemán Puebla Buque de carga


general y
pasajeros

Hameln Alemán Oaxaca Buque de carga


general y
pasajeros

Marina O Alemán Tabasco Buque de carga


general y
pasajeros

Los buques tanques se entregaron a la administración de Petróleos Mexicanos para su manejo y


explotación, y los buques de carga y pasaje a la Compañía Mexicana de Navegación, que se
organizó para recibirlos en arrendamiento, según un contrato suscrito por la Secretaría de Marina.
El Puebla se dio en arrendamiento a una compañía estadounidense.

10
El contralmirante Luis Hurtado de Mendoza fue designado para tomar posesión de los buques
incautados a nombre de la Secretaría de Marina y designó un destacamento de Infantería de Marina
para vigilar cada buque. Días después fueron entregados los buques tanques a Petróleos Mexicanos.
Por disposición de la Secretaría de Marina los capitanes, los primeros y segundos oficiales, jefes de
máquinas, primeros y segundos maquinistas, así como radiotelegrafistas fueron oficiales de la
Armada.

Así, a la par que México colaboraba, Estados Unidos cedía a su vez en distintas cuestiones. El
19 de noviembre de 1941 se celebraba la firma del tratado cuyos lineamientos principales habían
sido definidos durante los últimos meses de la gestión de Cárdenas, sentándose las bases para el
arreglo petrolero al cual se llegaría meses después.

Asimismo, México celebró un tratado comercial con Estados Unidos por medio del cual el
Departamento del Tesoro se declaraba dispuesto a cooperar en la estabilización de la divisa
mexicana, comprometiéndose a comprar plata en una escala similar a la prevaleciente hasta 1938,
equivalente a seis millones de onzas al mes, las que arrojarían un saldo aproximado de 25 millones
de dólares anuales.

La neutralidad de México durante la Segunda Guerra Mundial hubo de cambiar y decidir su


posición9 al producirse el ataque de Japón contra los Estados Unidos el 8 de diciembre de 1941, el
gobierno mexicano, cumpliendo los compromisos contraídos en las Conferencias Internacionales,
rompió sus relaciones diplomáticas y consulares con el Japón, Italia y Alemania y las reanudó con
Inglaterra, rotas desde la Expropiación Petrolera del 18 de marzo de 1938.

Asimismo, como respuesta al ingreso de los Estados Unidos a la guerra, que era algo
esperado por, en diciembre de 1939 el General Lázaro Cárdenas separó a la Marina del Ejército,
convirtiéndola en Departamento Autónomo. La finalidad era darle una mayor autonomía pero
también recursos para la defensa de las costas. Un año después, Ávila Camacho tomaría la fórmula
y en diciembre de 1940, la elevaba al rango de Secretaría de Estado.

Una vez, habiendo entrado a la guerra los Estados Unidos, Ávila Camacho ordenó la creación
de la Región Militar del Pacífico, la cual quedaría al mando del General Lázaro Cárdenas, con el fin
de colaborar estrechamente con los Estados Unidos. A los ojos de muchos, la sola presencia de

9
Hasta antes del ataque al Potrero del Llano, México había permanecido neutral, no obstante que
condenó el ataque a Pearl Harbor el 7 de diciembre de 1941, suspendiendo de inmediato relaciones
diplomáticas con Japón. Cuatro días después hacía lo mismo con Alemania e Italia.

11
Cárdenas, garantizaba la soberanía nacional, siendo que las presiones norteamericanas a favor del
establecimiento de bases militares eran cada vez más intensas.

Si bien a nivel de la opinión pública en general, continuaba prevaleciendo un sentimiento de


ambivalencia con respecto a la adhesión de México a la causa aliada, así como a la relación a las
acciones específicas asumidas por el gobierno, las cuales eran interpretadas como contrarias a la
neutralidad de que México hacía gala, el hundimiento de los buques petroleros mexicanos: “ Potrero
del Llano” y “ Faja de Oro”, por submarinos alemanes, el 13 y 20 de mayo de 1942
respectivamente, así como la negativa del Eje a acceder a las exigencias de reparaciones
planteadas por el gobierno mexicano, servirían, sin embargo para convencer a muchos de la
necesidad de contar con un apoyo seguro del país vecino, catalizando el apoyo al gobierno en su
decisión de declarar el “ estado de guerra” contra el Eje el 2 de junio de ese año.

En el hundimiento del Potrero del Llano frente a las costas de Florida, Estados Unidos,
perdieron la vida catorce tripulantes, lo que originó que el gobierno de la República enviara una
nota reclamando a las potencias del Eje. Italia y Japón se rehusaron a recibirla; Alemania contestó
con el hundimiento del Faja de Oro, el 20 de mayo, frente a las costas de Florida, Estados Unidos,
habiendo muerto diez tripulantes.

Siguieron los torpedeamientos, tocándole al Tuxpan, hundido frente a las costas al norte de
Veracruz el 26 de junio, muriendo cuatro tripulantes: le siguió Las Choapas, echado a pique el 27
de julio frente al litoral veracruzano, tres marinos resultaron muertos. El mercante Oaxaca
torpedeado frente a las costas de Texas, Estados Unidos, el 27 de julio, con seis muertos. Luego, el
Amatlán, el 4 de septiembre frente a las costas de Tamaulipas, cinco tripulantes perdieron la vida.
El buque tanque Juan Casiano, frente a las costas de Georgia, Estados Unidos, el 19 de octubre de
1944, muriendo veintiún marinos. Sesenta y tres marinos de la Armada Nacional y la Mercante
perdieron la vida y los heridos fueron numerosos.

Al término de la Segunda Guerra Mundial, México volvió a la normalidad y a partir de


entonces el desarrollo de la Armada ha venido sosteniéndose a un ritmo que si bien no es el ritmo
general del país, no ha regresado a situaciones similares del pasado.

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BARCOS MEXICANOS HUNDIDOS POR ALEMANIA

Fecha y Barco Posición Hora U-Boot Comandante


13-Mayo 80º 06’ W 23:55
U-564 Reinhard Suhren
Potrero del Llano 25º 35’ N UTC=MX, 07:17 UTC=DE
20-Mayo 84º 25’ W 20:15
U-106 Hermann Rasch
Faja de Oro 23º 30’ N UTC=MX, 04:21 UTC=DE
26-Jun 96º 20’ W 23:50
U-129 Hans Witt
Tuxpan 20º 15’ N UTC=MX, 07:24 UTC=DE
27-Jun 96º 20’ W 07:22
U-129 Hans Witt
Las Choapas 20º 15’ N UTC=MX, 15:25 UTC=DE
27-Jul 96º 08’ W 04:28
U-171 Günther Pfeffer
Oaxaca 28º 23’ N UTC=MX
4-Sep 97º 20’ W 23:00
U-171 Günther Pfeffer
Amatlán 23º 10’ N UTC=MX 05:30 UTC=DE

BIBLIOGRAFÍA UTILIZADA

CÁRDENAS DE LA PEÑA, Enrique. Gesta en el Golfo (México y la Segunda Guerra Mundial).


SEMAR.

RIVERO Martha, La política económica durante la Guerra. Entre la Guerra y la estabilidad


política.

PAZ SALINAS, María Emilia, México y la defensa hemisférica 1939-1942. Entre la Guerra y la
estabilidad política.

PAZ SALINAS, María Emilia, La dimensión internacional y el Estado cardenista, 1934-1940.


México, UNAM. 1985.

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