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PROYECTO: LA BIBLIOTECA DE LA SALA

Fundamentación:
La sala de Jardín de Infantes puede constituirse en una comunidad de lectores, un lugar donde existan espacios
sistemáticos de interacción entre alumnos, docentes y materiales de lectura. A través de estos espacios se busca que los
niños tengan múltiples oportunidades de interacción con diversidad de géneros y subgéneros, autores, ilustradores,
colecciones, editoriales, etc. También son espacios donde circulan comentarios y recomendaciones entre los alumnos y
el docente y de los alumnos entre sí, con el propósito de profundizar y ampliar los horizontes de los pequeños lectores.
Al generar momentos de encuentro de los niños con los libros, se facilita que vayan construyendo una manera personal
y, al mismo tiempo, compartida de vincularse con los textos. Cuanto más pequeños son los niños, más necesario resulta
poner en evidencia la preparación de un ambiente especial para la lectura. De este modo, progresivamente, serán
capaces de procurarse espacios personales con los libros.

Propósitos:
 Seleccionar para leer y narrar textos literarios de calidad para que los niños disfruten de las manifestaciones
literarias y las aprecien, convirtiéndose gradualmente en lectores competentes, sensibles y críticos.
 Favorecer el desarrollo de situaciones didácticas que posibiliten la constitución de una comunidad de lectores en la
sala.

Contenidos:
 Escuchar narraciones y lecturas de textos narrativos.
 Conversar con los compañeros y con el docente sobre el efecto que un texto literario produce.
 Elegir un libro en la biblioteca de la sala de acuerdo con los propios gustos e intereses.
 Iniciarse en la recomendación de obras literarias fundamentando, aunque sea en forma parcial, la opinión.

Actividades

Presentación de la propuesta de la biblioteca. La docente invita a los niños a sentarse en ronda. Despliega un papel
afiche y se les explica que en él irá registrando sus opiniones con respecto al tema que los convoca: organizar una
biblioteca para el aula.
Realiza preguntas disparadoras como, por ejemplo: ¿Qué es una biblioteca? ¿Para qué sirve? ¿Qué tipo de textos
podemos encontrar? ¿Cómo están organizados/acomodados? ¿cómo se encuentra un libro que se desea?
La docente lee lo que escribió y les propone visitar la biblioteca del jardín para observar cómo está organizada y qué tipo
de material se encuentra.

Visita a la biblioteca del jardín: la docente organiza dos grupos de trabajo. Por turno lleva a cada uno a la biblioteca.
Retoma las preguntas anteriores, registra las respuestas de los niños y sus observaciones. De regreso a la sala los reúne
en una ronda para intercambiar ambos registros.

Armado de la biblioteca: divide a los niños en subgrupos de cuatro integrantes. Les entrega dos textos y se les pedirá
que vean cómo se llama el libro y dónde dice eso. Sin apurarlos, les da un tiempo para que los exploren y los miren
tranquilos. Una vez finalizada esta tarea los convoca a una puesta en común mediante preguntas orientadoras: ¿Cómo
se llama el libro? ¿Cómo saben que se llama así? ¿qué les parece a los demás?, ¿están todos de acuerdo? etc.
Luego, la maestra explica a los niños que en las bibliotecas es importante que se tenga un registro de todos los libros
que hay para poder cuidarlos, localizarlos y evitar que se pierdan.
Hace fichas con los títulos –con o sin autor- en letra imprenta mayúscula y visible para todo el grupo, dejando un espacio
suficiente para que los niños puedan registrar su nombre en el préstamo y tacharlo en la devolución.

Préstamo de libros de la biblioteca. La maestra comienza la actividad diciendo a los niños que en esta ocasión se
llevarán libros prestados a sus casas. (Para una mejor organización dividirá al grupo total en cinco subgrupos. Cada
integrante de un subgrupo por vez, se llevará un libro a su casa. Al día siguiente le corresponderá a otro subgrupo y así
sucesivamente.) Para facilitar la elección del libro y el registro del mismo se sientan en la mesa. Reparte entre ocho y
diez libros por mesa. Pasado un tiempo de exploración y a medida que los niños ya han seleccionado el libro de su
preferencia, la docente busca la ficha correspondiente al texto y le propone hallar el cartel con el nombre propio para
registrarlo.

Mesa de libros: la docente realiza previamente una selección de obras que a los niños les resulten
interesantes/desafiantes teniendo en cuenta, además, que la cantidad de las mismas sea algo mayor al número de
alumnos presentes en la sala en el momento de realizar la actividad (3 o 4 libros más). De esta manera, se podrá
garantizar que todos los niños tengan las mismas posibilidades a la hora de elegir. En el momento de la actividad la
maestra presenta los libros, luego pide que elijan uno y lo exploren.
Se acerca a los chicos e interviene compartiendo los hallazgos y comentarios, preguntando, o los ayuda a encontrar en
los libros aspectos no contemplados. Para esto puede leer títulos, nombres del autor e ilustrador, algunos párrafos para
generar mayor interés en los alumnos, leer la información provista en contratapas, descubrir en el libro otros títulos de
la misma colección, compartir comentarios sobre las ilustraciones, leer el índice para dar a conocer el contenido del
material y básicamente intervenir interesándose por lo que van descubriendo.
Finalizado este momento, la maestra pide a los niños que vuelvan a la ronda. Solicita que algunos compartan con sus
compañeros lo que descubrieron en los libros, aquello que les pareció interesante. Puede retomar algo que escuchó en
los intercambios en los pequeños grupos y que le parezca enriquecedor para ser comentado frente a todos, también les
da la palabra a algunos de los chicos para que compartan con sus compañeros lo que pensaron o sintieron sobre la obra
elegida.

Producción de agendas de lectura. El maestro escribe en un afiche un listado de títulos a leer y su distribución en el
tiempo, por ejemplo, en la semana o en el mes. Antes de leer la obra, el docente anuncia el título y solicita que lo
encuentren para marcarlo. También puede proponer que los niños busquen qué hay que leer cada día o que busquen
qué van a leer al día siguiente.

El maestro lee un cuento y abre un espacio de intercambio. La maestra, para esta situación, elije el cuento a leer y
prepara su lectura. En el momento de leer el cuento la maestra lo hace sin realizar interrupciones para explicar palabras
o para responder los comentarios que puedan hacer los niños. Lee “al pie de la letra” para encontrarse con el autor, con
sus palabras, sus modos de decir, las descripciones o los juegos propios del lenguaje que él eligió para que su voz hable a
través de la nuestra. Una vez finalizada la lectura deja un breve momento de silencio para que los niños disfruten del
clima creado y a la vez se sientan invitados a comentar espontáneamente. En este momento de intercambio es cuando
los chicos toman la palabra para expresar sus opiniones y sensaciones sobre la obra. No se les pide que reconstruyan el
cuento, ni que lo vuelvan a contar, sino que la maestra realiza distintas intervenciones para que los niños obtengan
interpretaciones cada vez más ancladas en la historia.

Producción de recomendaciones. Estos intercambios entre compañeros se realizan tanto de manera oral como escrita.
La maestra organiza a los niños en una ronda para que hablen sobre libros que conocen e intercambiar algunos que
valen la pena compartir. Al mismo tiempo que desarrollan estos encuentros, planifica situaciones específicas para que
los niños produzcan recomendaciones por escrito, tanto por dictado al maestro como por sí mismos. Estas
recomendaciones se publican en la institución para ser consultadas por todos.

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