ISSN: 1665-8140
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Universidad Autónoma del Estado de México
México
RESUMEN
En el presente artículo se hace un recorrido por la evolución que han
vivido nuestras ciudades latinoamericanas en su proceso de fundación
y maduración. A través de los fenómenos culturales que iban ocurrien-
do, las ciudades adquirían distintos rostros, cincelados la mayoría por
los mismos movimientos que sus habitantes producían. Se trata de es-
carbar en la historia urbana y cultural de nuestro continente a través
de las transformaciones de las ciudades.
PALABRAS CLAVE: ciudad, cultura, fenómenos urbanos, arte, habitantes.
ABSTRACT
In this article we do a rute through the evolution of latioamerican cities
in the process of foundations and maturation. Through the cultural
phenomena that has happen, the citys have diferents faces, as a result of
its inhabitants actions . We try to dig in the urban and cultural history
of our continent through thetransformation of cities.
KEY WORDS: city, culture, urban phenomena, arts, people.
INTRODUCCIÓN
La edificación de las ciudades supone un proceso complejo en el que no
sólo participan los urbanistas o los arquitectos. Se trata de la confluen-
cia de múltiples elementos entre los que juegan un papel prioritario los
fenómenos culturales que se van desenvolviendo en las ciudades.
*
Profesora-investigadora Tiempo Completo en el Centro de Investigación en Ciencias Sociales y Huma-
nidades de la UAEM. Candidata a Doctora en Letras por la UNAM. Maestra en Literatura Latinoamericana por
la Universidad de los Andes, Mérida, Venezuela. Candidata a Investigadora del SNI desde el 2002.
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nas. El consumo de agua era elevado, como intención de que un grupo permaneciera de-
consecuencia del regadío artificial, pero las finitivamente allí. Era un acto político que
ciudades aborígenes, a diferencia de las ac- significaba el designio apoyado en la fuer-
tuales, no tenían salida de agua contaminada za de ocupar la tierra y afirmar el derecho
ni desechos imposibles de reciclar. En sínte- de los conquistadores (Romero, 2001: 61).
sis, nos atrevemos a caracterizar la ciudad
indígena como un ecosistema, con autarquía
El deseo de emular las ciudades hispanas
energética propia (Vitale, 1983: 41). a través de la construcción de otras en los
nuevos territorios descubiertos por los
La fundación de las ciudades no se plantea- colonizadores ha presentado muchos ma-
ba como una serie de construcciones con- tices. Si bien los nombres con que fueron
trapuestas a la naturaleza, sino que se asu- fundadas era signo manifiesto de repro-
mía, incluso como una integración de ambos ducir las conocidas (Nueva España, Cór-
elementos. Más adelante y con la presencia doba, Trujillo, Valencia, Valladolid,
del colonialismo español, muchas de estas Mérida, Nueva Granada...) e, igualmen-
ciudades fueron destruidas en su totalidad te, la estructura del damero se importó a
para ser sustituidas por otras concebidas por tierras latinoamericanas, imponiéndose en
la mentalidad hispana a semejanza de las que casi todas las que llegaron a ser grandes
habían habitado en la vieja España. Así ocu- ciudades, y aunque algunos autores in-
rrió con la capital de la otrora Nueva Espa- sisten en este hecho,1 no podemos olvi-
ña, que se desplantó sobre las ruinas de la dar que progresivamente se va plasman-
antigua capital de los mexicas, pero utili- do el sello personal de aquellos que las
zando como materiales de construcción fun- habitaban.
damentalmente aquellos que habían servi-
do para erigir la capital azteca. Este tipo de Ángel Rama en su obra La ciudad letrada
proceder supuso la aparición de nuevos sis- (1984) llega a afirmar que los conquista-
temas urbanos en los que prevalecía el sen- dores no reprodujeron el modelo de las ciu-
tido de ocupación y de dominio a través de dades de la metrópoli de que habían parti-
la fuerza sobre los indígenas. José Luis Ro- do, aunque inicialmente todavía vacilaron
mero en su obra Latinoamérica. Las ciuda- y parecieron demorarse en soluciones del
des y las ideas (2001) considera que la fun- pasado para más adelante añadir de qué ma-
dación de las ciudades organizada por los nera, por la experiencia que la misma con-
conquistadores era más bien un acto de ca- quista y colonización reclamaba, ellos fue-
rácter político: ron respondiendo ya no a modelos reales,
conocidos y vividos, sino a modelos ideales
Un pequeño ejército de españoles o portu- concebidos por la inteligencia, los cuales
gueses mandado por alguien que poseía una
concluyeron imponiéndose pareja y
autoridad formalmente incuestionable, y
generalmente acompañado por cierto núme-
rutinariamente a la medida de la vastedad
ro de indígenas, llegaba a determinado lu- de la empresa, de su concepción organizativa
gar y, previa elección más o menos cuida- sistemática (Rama: 1984: 3).
dosa del sitio, se instalaba en él con la
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apenas los blancos criollos tenían acceso a socializada, abierta al progreso, en contras-
los lugares privilegiados que se van cons- te con el individualismo, la arbitrariedad y
truyendo en la ciudad. la improductividad reinantes en la pampa.
La ciudad es lo que se puede abarcar, y por
En un momento en que la corte imponía
lo tanto legislar, contra la extensión anár-
estilos y modos de vida, algunas construc-
quica del desierto pampeano (Campra,
ciones de la ciudad se convierten en sinó-
2000: 25).
nimo de lo artificial; espacios para el lujo
materializado por la construcción de pala- La propuesta de Sarmiento se mantiene en
cios, teatros e incluso monasterios que os- Argentina por muchas décadas. La cultura
tentaban riquezas y privilegios; de allí que decimonónica de mediados de siglo nos
en algunas obras literarias importantes de mostrará un rostro citadino diferente. Mi-
la época la oposición campo/ciudad se pre- guel Rojas Mix en un artículo publicado
sentase en detrimento de la segunda. La en la Historia de la Literatura Hispano-
naturaleza se asocia a la noción de identi- americana (tomo II) puntualiza
dad, de forma que acercarse a ella suponga En todas las capitales americanas opérase en
retomar las raíces, ser americano. aquel momento la gran transformación. De
Una vez lograda la independencia, los ai- este tiempo es la apertura de las largas y es-
res de renovación y progreso van filtrán- paciosas avenidas que rompen el tradicional
esquema en damero, en beneficio de una con-
dose en muchos países de nuestra región
cepción más moderna de la urbe: Río
latinoamericana. La influencia norteame- Branco en Río de Janeiro, Paseo de la Refor-
ricana en materia política, con las innova- ma en Ciudad de México, Avenida de Mayo
ciones del Estado federal se deja sentir y en Buenos Aires. Es la misma época en que
su proyecto de país se convierte en para- se construyen los Champs Elysées en París o
digma para muchos intelectuales sumergi- la Commonwealth Avenue en Boston. Junto
dos en el espíritu de la época. En materia a las avenidas nacen los grandes parques des-
urbanística, sin embargo, las influencias tinados al paseo. La ciudad se divide en
provienen más de Roma, Madrid y parti- barrios, residenciales y obreros. Surgen los
cularmente de París. Muchos gobernantes cafés, los clubs privados, los jardines íntimos
(Rojas Mix, 1999: 67).
latinoamericanos buscaron imitar para las
capitales nacionales los modelos parisinos. Las ciudades adquieren, por tanto, una im-
portancia mayor, acentuada por la novedosa
Rosalba Campra recuerda, a propósito de
reconstrucción de las mismas, por su inci-
Sarmiento, escritor argentino que marcó el
piente modernidad que abre espacios, trans-
rumbo cultural e incluso literario de me-
formando las mentalidades. Sin embargo,
diados del siglo XIX, lo siguiente: Para
es importante matizar los elementos sin-
Sarmiento, civilización significa ante todo
gulares que conformaron a la llamada mo-
la idea del espacio urbano como centro de
dernidad latinoamericana que presentó y
educación, el comercio y el desarrollo de
presenta características muy variadas en-
las artes, es decir, como base de una vida
tre unos y otros de los países de la región.
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las, institutos y universidades se erigían Desde finales del siglo pasado y en los pri-
dentro de las ciudades, y raramente en sus meros años del XXI, lo descrito por Chue-
límites. Como complemento, se verían ca Goitia ha invadido a la mayor parte de
cambios urbanos considerables en los que las grandes ciudades de Latinoamérica con-
se ampliarían los espacios públicos, para virtiendo la noción de ciudad en el lugar
dejar más delimitado qué era lo publico y de las contradicciones, de la prisa, de los
qué lo privado. De esta forma, los servi- desencuentros e incluso de la violencia
cios para la comunidad se atenderían me- cotidiana.
jor, de modo que se vería la construcción
Lo que se conoce hoy como la expansión
de acueductos, mataderos, la canalización
urbana ha generado una serie de improvi-
de aguas negras, el alumbrado eléctrico
saciones que convierten los rostros
(González, 1995: 434).
citadinos en una serie interminable de es-
Este estado de cosas se mantendría en el si- cenarios contrastantes donde ha desapare-
glo XX en el que se materializará con mayor cido la armonía arquitectónica con que ini-
vigor la implantación de la ciudad moder- cialmente fueron diseñados. De nuevo en
na, la de las autopistas, los servicios de tren las ciudades contemporáneas lo funcional
o autobuses urbanos, y más tarde, el metro ha sustituido a lo significante e incluso a
y los centros comerciales a la usanza norte- lo estéticamente aceptable.
americana, en detrimento de los espacios
El traslado masivo del campesinado a los
peatonales que cada vez son más escasos.
espacios urbanos, es otro de los fenóme-
La presencia de la modernidad, si bien in-
nos modernos que ha modificado radical-
vade a Latinoamérica con lentitud, va im-
mente la distribución de las ciudades, ge-
poniendo sus características a los centros
nerando espacios periféricos que se
urbanos, al extremo de que la rapidez, el
convierten en suburbios para aquellos que
anonimato, lo efímero, se asume como cua-
no poseen una habitación sólida en la qué
lidad principal, dando paso al caos y lo frag-
asentarse. Se trata de los barrios margina-
mentado. Así lo describe Fernando Chueca
les o colonias de alta peligrosidad en la que
al referirse a la ciudad contemporánea:
viven en total hacinamiento grupos nume-
Lo que caracteriza a la ciudad contemporá- rosos de familias pobres.
nea es precisamente eso, su desintegración.
No es una ciudad pública a la manera clási- Desde la otra cara de la moneda, los cam-
ca, no es una ciudad campesina y domésti- pos se han visto abandonados por los que
ca, no es una ciudad integrada por una fuer- no encontraron en ellos un espacio que les
za espiritual. Es una ciudad fragmentaria, permitiera vivir de sus frutos. La literatu-
caótica, dispersa a la que le falta una figura ra dará cuenta de este fenómeno, del
propia. Consta de áreas indeciblemente con- poblamiento de las ciudades, del sentido
gestionadas, con zonas diluidas en el cam- de identidad que ambos territorios la ciu-
po circundante. Ni en unas puede darse la dad y el campo generan en sus habitan-
vida de relación, por asfixia, ni en otra por
tes y de la recurrencia en que uno u otro se
descongestión (Chueca Goitía, 2000: 22).
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presentan como escenario activo en la vida que es recorrido, en el que se ejerce el po-
del hombre. der, la marginación, la esperanza o la de-
rrota; lo que brota de los ciudadanos no
Nuestro continente, rico en contradiccio-
son simplemente obras ajenas al contexto
nes, igualmente presenta en la actualidad
urbano; contrariamente se trata de construc-
escenarios apegados a un estilo colonial que
ciones culturales que se ven matizadas por
pervivió a pesar del tiempo transcurrido.
las condiciones y personalidad que la urbe
El sentido de hibridez, del que habla Néstor
ha ido configurando, influenciada por to-
García Canclini, está presente en
dos los que la habitan.
Latinoamérica y se ve reflejado en todos
los espacios que recorremos. Subraya el Adentrarnos a las ciudades a través de su
antropólogo: historia y de la composición social que la
Los países latinoamericanos son actualmente
estructura es también una manera de en-
resultado de la sedimentación, yuxtaposición tender a los hombres que la constituyen y
y entrecruzamiento de tradiciones indígenas de establecer una mirada totalizadora ante
(sobre todo en el área mesoamericana y los fenómenos sociales cuya repercusión
andina), del hispanismo colonial católico y va de lo individual a lo colectivo, y de éste
de las acciones políticas, educativas y a lo histórico y a lo artístico.
comunicacionales modernas. Pese a los in-
tentos de dar a la cultura de élite un perfil
moderno, recluyendo lo indígena y lo colo- NOTAS
nial en sectores populares, un mestizaje
interclasista ha generado formaciones
1
Al respecto afirma José Luis Romero que la
híbridas en todos los estratos sociales ciudad fue europea en un mundo poblado
(García Canclini, 1989: 71). por otras gentes y con otra cultura (2001:
47).
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA
Así observamos hoy las ciudades latinoa-
Campra, Rosalía (2000), La ciudad en el
mericanas: como conglomerados de cultu-
discurso literario en Revista SYC , Bue-
ras, de estilos y de formas que otorga una nos Aires.
larga trayectoria de conquistas, de perio-
dos coloniales, de luchas por la libertad y Chueca Goitía, Fernando (2000), Breve histo-
por la independencia; con el mestizaje ria del urbanismo, Madrid, Alianza edito-
rial.
como característica definitoria que se ex-
tiende igualmente a su cultura, a sus ex- García Canclini, Néstor (1989), Culturas
presiones artísticas y a sus formas de vida. híbridas, México, Editorial Grijalbo.
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