Margarita Campos
Carlos Herrera
Andrea Hube
Daniella Mejías
1.- INTRODUCCIÓN:
El niño o niña a esta edad esta ad portas de una de las podas neuronales más
significativa, la adolescencia, en donde surge una restructuración, mediante la cual,
se fortalecen aquellas conexiones que se usan con más frecuencia y se eliminan
aquellas que no se utilizan, es en esta etapa que maduran diferentes etapas del
cerebro, especialmente la corteza prefrontal. (Blakemore, 2005)
Esta etapa coincide con la escolarización o ingreso del niño en la escuela, en donde
las exigencias del aprendizaje escolar trabajan y estimulan no solo el desarrollo de
sus funciones cognoscitivas: la percepción, memoria y el razonamiento, sino
también los aprendizajes que permiten la convivencia con otros seres humanos de
su misma edad y por lo tanto, la necesidad del desarrollo del trabajo colaborativo
entre pares. A través de los juegos colaborativos el niño estudia, desarrolla y
adquiere múltiples capacidades que le ayudarán en la vida como el sentido del
deber, el respeto al derecho ajeno, el amor propio entre otros.
En conjunto con lo anterior el niño o niña en esta etapa aprende a través del
movimiento de modo tal que la capacidad de comprensión está arraigada en el
cuerpo y se experimenta dentro de un dominio de acción consensual y de historia
cultural (Varela y cols., 1997 citados en Jul y Sandoval, 2017) por lo anterior, los
aprendizajes en los cuales se involucra la corporeidad completa del sujeto, son los
más significativos. Es por ello que nuestro dispositivo estimula y potencia la
psicomotricidad del niño o niña, incluyendo variados los aspectos de ella, desde la
lateralidad, hasta el desarrollo del conceptos y nociones del tiempo y espacio.
Fundamentación teórica
En primer lugar, en relación a los procesos cognitivos cabe señalar que según Rivas
“La cognición entraña procesos de adquisición, transformación, organización,
retención, recuperación y uso de la información. Activamente, el sujeto extrae
información del entorno, que procesa y usa en la adquisición de nuevos
conocimientos y en la acción” (Rivas, 2008), esto implica que el ser humano es
capaz de procesar la información de su entorno, adaptarla, memorizarla y modelarla
a través de nuestro cerebro, para lograr aprender e integrarse a su medio. Por ende,
al ser capacidades cerebrales del ser humano están sujetas a la calidad, pertinencia
y eficacia con las que el medio entrega estos aprendizajes. Es así como la
potenciación y estimulación de estos procesos cognitivos cerebrales a temprana
edad constituyen una tarea evidentemente primordial a ejecutar por la educación.
La acción y la cinestesia van siendo coordinadas por el ser humano sin necesesidad
de intervención de otros adecuándose al ritmo, tiempo y finalidades de cada cual,
de manera que el mundo que se va configurando en torno a el mismo, es coherente
al carácter y calidad de sus interacciones. El muro que se transforma en una gran
montaña para nuestro escalador vuelve al ser muro cuando el profesor impone un
ritmo, una intención, un tiempo y un espacio. El mundo de acciones de las personas
es justamente en donde reside la percepción, la percepción consiste en la
constitución de un mundo de acciones (Maturana, 1992 citado en Moreno 2014).
El desarrollo de la acción y el movimiento entonces no puede separase del
desarrollo del aprendizaje. Sino que uno promueve al otro. La actividad mental se
encuentra encarnada en las acciones que se llevan a cabo con y a través del cuerpo
(Lozano, 2014, citado en Jul y Sandoval, 2017).
Pero estas acciones que el aprendizaje logra ejecutar, no son solitarias, no vivimos
aislados del otro, sino en interacciones sociales constantes, desde nuestra
concepción hasta nuestra muerte. Es así que el aprendizaje se da en un contexto
social. En este sentido el avance de las neurociencias ha permitido explicar en parte
el porqué de nuestra necesidad de socializar, como ejemplo el descubrimiento de
las neuronas espejo nos ha permitido explicar cómo se transmite el aprendizaje de
la cultura a través de la imitación y como se desarrollan ciertos procesos
socioafectivos propios del ser humano como la empatía. Procesos necesarios para
que el aprendizaje se logre efectivamente. Es así como en el contexto escolar el
trabajo cooperativo entre pares implica que la enseñanza debería estructurar las
actividades en el aula de forma que estimularan las interacciones sociales.
(Gazzaniga, 2014). Para Gazzaniga la cooperación consiste en trabajar para
alcanzar objetivos comunes y debe diferenciarse de colaborar pues la
cooperatividad implica un grado mas de compromiso con el otro, puesto que agrega
un componente emocional que hace que las relaciones entre miembros del grupo
sean más cercanas y humanas y no se restrinjan únicamente a alcanzar los
objetivos propuestos.
Es así como escáneres cerebrales demuestran que cuando los alumnos participan
en actividades cooperativas bien diseñadas, sus cerebros liberan más dopamina,
un neurotransmisor que es beneficioso tanto en lo cognitivo como en lo emocional
porque “favorece el almacenamiento de información en la memoria a largo plazo
(facilita su transmisión entre el sistema límbico y el lóbulo frontal) y reduce la
ansiedad”. (Willis, 2007 citado por Gazzaniga, 2014).
En síntesis, el aprendizaje en esta etapa crucial del desarrollo debe ser una
preparación para aprendizajes de carácter superior y es por ello que debe realizarse
de la forma mas significativa para el o ella, desde la cognición corporizada, en donde
asimilara de manera kinestésica lo que ha de aprender de su entorno para que luego
sea mas expedita la recuperación de estos conocimientos en la etapa de
pensamiento formal y post formal. Pero estos conocimientos no se refieren al ámbito
estrictamente académico, sino también al conocimiento de cómo funcionan las
relaciones humanas, que gracias al trabajo colaborativo con otros a la socialización
de conocimientos y al disfrute de la socialización en si, otorgan herramientas
invaluables para que el niño o niña de hoy se conviertan en el adulto íntegro del
mañana.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS