La cumbre es una conferencia importante porque exhorta por primera vez a los Estados que las
recomendaciones y principios deben ser introducidos en el ordenamiento jurídico de cada uno
de ellos. Es posible afirmar que las conferencias científicas que le precedieron a la Cumbre de Estocolmo de 1972, tuvo un impacto real en las políticas medioambientales de la Comunidad Europea, creó la primera Directriz sobre Protección del Medio Ambiente y los Consumidores, y compuso el primer Programa de Acción Ambiental. Los intereses y la colaboración investigativa de la Cumbre de Estocolmo de 1972 precisaron el camino para profundizar el conocimiento sobre el calentamiento global, que ha dado lugar a acuerdos como el Protocolo de Kioto. La Cumbre de Estocolmo de 1972 genero el precedente para el estudio del deterioro ambiental y sus consecuencias, la declaración constituye el primer documento en el que se dictan pautas en cuanto a preparar programas sociales, educativos y culturales. Es importante considerar que en la época de la Cumbre de Estocolmo de 1972 el énfasis del concepto de desarrollo fue lo económico con variada insistencia en la industrialización o la infraestructura, o las comunicaciones, consideradas como instrumentos de crecimiento económico, tomando en cuenta que en la misma época el pasivo es la desigual distribución de fondos porque no siempre son los más Necesitados los que más reciben; su misma pobreza les hace menos capaces para hacer conocer sus necesidades. El Informe Founex de junio de 1971 identificó al desarrollo y al medio ambiente como «dos caras de la misma moneda» (UNEP 1981). El Comité de planificación y redacción de la Conferencia de Estocolmo mencionó en su informe de abril de 1972 que la «protección ambiental no debe servir de excusa para disminuir el progreso económico de las naciones emergentes». Para poder entender el contexto de la Cumbre de Estocolmo de 1972 es necesario entender que la ecología ha sufrido interpretaciones convenientes a las dinámicas económicas de los agentes de poder, delimitándola a través de esquemas técnicos, a conveniencias políticas y en pocos casos a realidades del Ethos. EL compromiso de las potencias económicas es casi nulo en la época de la Cumbre de Estocolmo de 1972, lo que ha construido escenarios desde esa época donde el cuidado del medio no existe y se sigue degradando de manera incontrolada el ambiente puesto que solo buscan beneficios para aquellos estados que gozan de mayor capital y estructura política de gobernabilidad a través de la fuerza.