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Clasificación de las Transacciones

1. Transacción Complementaria. Son simples, pues solo interviene un único Estado del Yo de cada una de las
personas interactuantes. Son abiertas, la respuesta es la esperada por el estímulo. Son paralelas,
complementan sin interrupción la comunicación entre los Estados del Yo. Son abiertas, directas, y no
bloquean la comunicación que hace fluida y agradable la relación entre las personas.

2. Transacción Cruzada. Son aquellas en que la respuesta transaccional del estimulado no proviene del Estado
del Yo al que el estímulo transaccional se dirigió. La respuesta llega a otro Estado del Yo. No es
complementaria. Es una respuesta que bloquea la comunicación. Se llaman cruzadas porque,
efectivamente, estímulo y respuesta se cruzan.
a) Transacción Transferencial. En esta transacción el estímulo es de Adulto a Adulto. Se pide
información, pero aparece el Niño, como si fuera Padre-Niño y por esto esté responde Niño-Padre.
En vez de datos recibimos una reacción emocional de rebeldía o de sumisión. Esta es la típica
Transacción transferencial psicoanalítica, donde el paciente “transfiere” o proyecta a su Padre
interno sobre el terapeuta.
b) Transacción Contra-transferencial. Esta vez el Estado Adulto del emisor es cruzado por el Estado
Padre del receptor. Las personas con tendencia a este cruce están acostumbradas o han
desarrollado en exceso al Padre Critico o Protector. Así están persiguiendo o salvando, pero no
computan y resuelven los problemas. Poseen una rigidez en el Estado Padre y una debilidad grande
en el Adulto. El analista o terapeuta y todo el que fomenta estas transacciones se posiciona
generalmente en niveles de autoridad, no desarrollando el Adulto de sus interlocutores, sino que
amenazan constantemente con su posición autoritaria o condescendiente.
c) Transacción Deshumanizada. Es la inversa de la Transferencial. Aquí se pide ayuda y solo se reciben
datos. El Niño pide a un Padre que le de ayuda, comprensión, calor y solo halla datos fríos,
computados, del adulto.
d) Transacción Insolente. Es la inversa de la Contratransferencial. Se espera sumisión, docilidad,
comprensión sincera, no salvadora, ante contenidos éticos y responde un Adulto frío. Berne la
llama “Insolencia” porque para el Padre que se ofrece a ayudar y nutrir adecuadamente, la
respuesta fría del Adulto parece un desafió a las actitudes de aquel que emite el estímulo.
e) Transacción del Infinito. Consiste en emitir el estímulo de Padre Critico al Niño Libre o adaptado y
cruzar la respuesta de Padre Critico o a Niño Libre o Adaptado. Este cruce se produce siempre que
se responde a una agresión o reproche con otra agresión o reproche. Es cruzada y puede durar
indefinidamente. Es un círculo vicioso, dándose “un circuito de mutuo refuerzo del ‘estar mal’,
procurando que el otro se sienta peor, para sentirse uno mejor”.
f) Transacción de quejas o lamentos mutuos. Esta Transacción es parecida a la anterior. Pero, en vez
de críticas, ataques o reproches, se dan ayudas para protegerse mutuamente, careciendo, sin
embargo, de interés por el otro. En estas Transacciones, cada Niño pide protección y el otro
responde quejándose a su vez.

3. Transacción ulterior. Las Transacciones Ulteriores son las más complejas y las que están en la base de los
juegos psicológicos. “Son aquellas en cuyo estímulo y/o respuesta interviene simultáneamente más de un
Estado del Yo”.
a) Transacción Angular. Es un estímulo doble, en Angulo. El estímulo social, aceptable, y el estímulo
oculto bajo el social, que pretende enganchar al Padre o al Niño del otro. Un adulto mal informado,
ingenuo, o un Padre con flaqueza para salvar o perseguir, o una fuerte energía del Niño Adaptado,
hacen posible la manipulación que se da con esta Transacción.
b) Transacción Doble. Son dos Transacciones que involucran cuatro Estados del Yo. Dos Estados del
emisor del estímulo y dos Estados para el receptor que responde. Las flechas pueden ser paralelas
o pueden cruzarse.

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