INTEGRANTES :
OBREGON SILVERIO LUIS JUVER
ROBLES HUARAC EDIBELTON
URBANO GARCIA ALEX
INTRODUCCION
En virtud de este sistema, todos los Estados deben contar con una Constitución escrita.
Ésta debe contener una serie de disposiciones tendentes a la racionalización del poder
político, el que para su efectivo control, debe estar dividido tanto funcional como
territorialmente. Asimismo los ciudadanos estarán premunidos de derechos y libertades,
en tal proporción, que sean capaces de actuar como efectivos contralores tanto del acceso
a la función pública, como de su ejercicio y sucesión. Todo acto, para ser válido, debe
estar sujeto a ley; lo contrario acarrea nulidad.
ANTECEDENTES DEL CONSTITUCIONALISMO
EN GRECIA:
EN ROMA:
Los romanos pensaban que los edictos, decretos, mandatos y rescriptos, eran leyes
comunes. Por encima de éstas, se hallaba la Ley de las XII Tablas, las constituciones
republicanas y las constituciones imperiales, las cuales tenían rango superior, puesto
que provenían del monarca, sujeto que por personificar la voluntad de los dioses y la del
pueblo romano, tenía la condición de fuente única de leyes superiores.
1. La glorious revolution británica:
2. La ilustración:
La ilustración no sólo se expandió rápidamente por todas partes, gracias sobre todo
a la Enciclopedia, sino que los propios monarcas absolutos reinantes en el
continente europeo simpatizan con los nuevos pensadores y el régimen monárquico
se hace "despotismo ilustrado", hasta que las propias ideas revolucionarias hagan
sucumbir tales regímenes.
3. La separación de poderes:
4. La independencia norteamericana:
5. La revolución francesa:
Pero el paradigma de toda revolución política sería, más aún que la norteamericana, la
que tuvo lugar poco después en Francia.
La constitución tradicional de Francia se fundaba, como en la mayoría de las
monarquías europeas, en un equilibrio entre el poder soberano del Rey y las
limitaciones que suponían al mismo las clases privilegiadas y el sinnúmero de
exenciones, privilegios, fueros y derechos particulares de ciudades y territorios. Sin
embargo, el reinado de Luis XIV (1643 a 1715), supuso la ruptura del equilibrio en
favor del monarca ("L’Etat c’est moi"). Su descendiente, el débil Luis XVI, enfrentado
a graves problemas de orden económico, convocó en 1789 a los Estados Generales, que
no se habían reunido desde 1614, según el sistema tradicional que establecía la
deliberación por separado de cada uno de los tres estados. La burguesía, con gran poder
económico pero sin participación en el poder político, y ahora mayoritariamente
partidaria de las ideas ilustradas y enciclopedistas, consiguió dominar el tercer estado y
supo aprovechar la decadencia de la nobleza y la división del clero para imponer las
ideas revolucionarias, no sólo a los otros dos brazos, sino también al Rey.
En 1613 cada estado deliberaba por separado y tenía un voto, por lo que los estamentos
privilegiados tenían asegurado su predominio sobre el estamento popular. Pero en esta
ocasión, el ministro Necker consiguió que el número de componentes del tercer estado
fuera igual a la suma de los componentes de los otros dos, por lo que, al estar éstos
divididos internamente, la mayoría popular quedaba asegurada: 300 representantes del
clero, otros tantos de la nobleza y 600 del tercer estado. La burguesía consiguió
controlar la gran mayoría de estos últimos y encontró en jóvenes abogados de
provincias los líderes adecuados para llevar a cabo la Revolución.
El 5 de mayo de 1789 tuvo lugar la apertura de los Estados Generales. Los diputados del
tercer estado se niegan a deliberar por separado e invitan a los otros dos brazos a unirse
con ellos en Asamblea Nacional25, idea que fue secundada por una parte de la nobleza y
del clero. Pese a la prohibición del Rey y a diversos intentos por disuadirlos, se reúnen
en el Jeu de Paume y se comprometen con juramento a "no separarse jamás y a reunirse
en todo momento que las circunstancias lo exigiesen hasta que la Constitución quede
establecida y afirmada sobre fundamentos sólidos". Finalmente el Rey cede y decide
aceptar la nueva situación. Ello significaba oficialmente el fin del Antiguo Régimen en
Francia.
político, los colonos defendieron frente a la Metrópoli la existencia de ciertos límites al
poder del Parlamento británico, unas veces basándose en las inmunidades y privilegios
tradiciones de todo ciudadano británico, encar
nados en el Common Law y otras directamente en el Derecho natural que no puede ser
derogado por ley humana alguna. En concreto, el libre consentimiento a los impuestos y
el juicio por jurado de iguales serían derechos de los colonos que no estaban siendo
respetados por la Corona británica.
El propio Montesquieu había advertido del peligro que suponía que el poder legislativo
llegase a prevalecer sobre los otros dos: "Si el poder ejecutivo no posee el derecho de
frenar las aspiraciones del cuerpo legislativo, éste será despótico, pues como podrá
atribuirse todo el poder imaginario, aniquilará a los demás poderes". Sus palabras
resultaron proféticas en los años que siguieron a la Revolución francesa.
El proceso político fue radicalizándose progresivamente. En septiembre de 1792 la
Convención declara abolida la monarquía. La naciente República se da una nueva
Constitución el 24 de junio de 1793, de clara inspiración rousseauniana, que acepta el
sufragio universal masculino, pero los acontecimientos se precipitan: la dinámica
revolucionaria ya no puede ser frenada, el Rey es ejecutado y Francia entra en guerra
con varios países vecinos. De la teórica democracia se va pasando a la dictadura de la
Convención, dirigida por Robespierre. La Revolución fue devorando no sólo a sus
enemigos sino a sus propios hijos (o mejor a sus padres): Vergniaud, Hebert,
Desmoulins, Danton, y finalmente Saint-Just y el propio Robespierre fueron
guillotinados; Marat asesinado, Condorcet eludió la ejecución suicidándose. La
Revolución se convirtió en un mar de sangre, donde la persecución, la intolerancia y el
desprecio hacia los derechos humanos alcanzaron cotas desconocidas en Francia desde
siglos atrás. Finalmente, de la dictadura del Parlamento (Convención) se pasa a la
dictadura del Ejecutivo (cesarismo napoleónico). Después, la fugaz expansión francesa
por toda Europa gracias al genio militar de Napoleón, coronado emperador en 1804. La
posterior derrota y la restauración del Antiguo Régimen en 1814 parecían haber acabado
para siempre con toda veleidad revolucionaria.
El mito de la Revolución francesa no debe ser aceptado de forma acrítica por el hecho
de que las ideas políticas que en ella triunfaron hayan basado el pensamiento político
desde entonces hasta el día de hoy. Era evidente que el sistema político del Antiguo
Régimen se encontraba caduco y resultaba inviable a esas alturas de la Historia. Era
urgente un conjunto de reformas sustanciales, en sentido democrático y participativo,
como de manera gradual se fue realizando en Inglaterra. Pero los horrores y excesos a
que llegaron los revolucionarios no contribuyeron positivamente a expandir las nuevas
ideas, pues en todo el Continente europeo se las consideró como sinónimo de anarquía,
desgobierno, abuso de poder, derramamiento de sangre y en definitiva, se las identificó
con el Terror de Robespierre.
Coexistieron otros tipos de constitucionalismo en Europa del siglo XX. Estos son:
EL CONSTITUCIONALISMO LIBERAL
El que nada tiene, en cambio, votará de cualquier forma, pensando que su voto no le
traerá ni beneficio ni pérdida. Nada arriesga el que nada tiene.
Al ver que las revoluciones europeas de 1830, 1848 y 1871, no sirvieron para mejorar
la condición de los desposeídos.
Aún no se han cumplido plenamente los postulados del constitucionalismo social, pero
es indudable que ha traído grandes beneficios a la humanidad en todos los países del
mundo. Se espera su plena vigencia. Cuando ello suceda, reinarán realmente la libertad,
la igualdad y la fraternidad en todos los ámbitos del quehacer cotidiano de los hombres.
EL CONSTITUCIONALISMO DE HOY EN DIA
En la actualidad, casi todos los Estados del mundo cuentan con textos constitucionales.
Estos son verdaderos cuerpos normativos fundamentales, y se caracterizan, además, por
ser supremos y rectores de sus correspondientes ordenamientos jurídicos. Se les
conoce con el nombre de constituciones formales. Las comunidades políticas que aún
no las tienen, se rigen por un conjunto de prácticas, usos, costumbres, leyes sueltas y
otros dispositivos, que, en conjunto, reciben el nombre de constituciones materiales.
Las constituciones formales son relativamente nuevas. Datan de finales del siglo XVIII.
La primera de ellas se dio en 1787, para regir a la federación de los EE. UU. de N. A. A
su modo siguieron este ejemplo Francia y otros países europeos. Posteriormente
hicieron lo mismo las decimonónicas repúblicas latinoamericanas. En el siglo XX,
las liberadas colonias de Asia y África, al romper con sus metrópolis
(Inglaterra, Francia y Portugal), igualmente adoptan sendas constituciones formales.
En los primeros años del siglo XXI, los constitucionalistas del mundo entero tratan de
buscar un modelo político que equilibre el lado egoísta del mercantilismo con el plexo
de los derechos humanos.
En la actualidad, casi todos los Estados del mundo cuentan con textos constitucionales.
Estos son verdaderos cuerpos normativos fundamentales, y se caracterizan, además, por
ser supremos y rectores de sus correspondientes ordenamientos jurídicos. Se les
conoce con el nombre de constituciones formales. Las comunidades políticas
que aún no las tienen, se rigen por un conjunto de prácticas, usos, costumbres, leyes
sueltas y otros dispositivos, que, en conjunto, reciben el nombre de constituciones
materiales. Para conseguir este fin esencial, el constitucionalismo moderno tuvo que
enfrentar duras luchas contra el arbitrario poder de los señores feudales, el despotismo
irracional de los monarcas absolutos, así como contra la explotación del hombre por el
hombre, contra la discriminación racial, contra la opresión nacional y contra las guerras
de anexión imperialista.
Por otro lado, en este breve pero intenso estudio se pueden observar las características
que antes se han mencionado: el autor realiza el estudio del uso del término
“constitución”, moviéndose con una facilidad asombrosa entre las historias
constitucionales concretas, estableciendo conexiones clarificadoras entre ellas, y
comparando, en el sentido de mostrar las diferencias y similitudes entre unas y otras.
BIBLIOGRAFIA
➢http://erp.uladech.edu.pe/bibliotecavirtual/?ejemplar=000000334
➢http://www.larazon.com/index.php?_url=/la_gaceta_juridica/constitucionalismo-
modernconstitucionesgaceta_0_2151384951.html
➢https://vlex.com.pe/tags/constitucionalismo-moderno-1645408