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DE LA PRUEBA EN EL PROCESO PENAL

VENEZOLANO
MEDIOS DE PRUEBA o TIPOS DE PRUEBAS: Si bien uno de los principios rectores de esta materia
es la libertad de la prueba, el COPP, salvo en el caso de la confesión, dedica especial atención a los
medios de prueba tradicionales.

Estos en el Derecho Penal Venezolano son:

a) Testimonial

Testimonio es la narración que hace una persona de hechos relacionados al objeto del proceso, de
los cuales ha tenido conocimiento, de manera directa o indirecta. Es del género de las llamadas
pruebas personales; el testigo es un órgando de prueba quien debe trasmitir al juez el
conocimiento que tiene sobre determinados hechos o circunstancias.
Se estudia en esta categoría procesal: la obligación de declarar y las excepciones a la misma (por la
calidad o la dignidad o los impedimientos físicos del testigo). Las clases de testigos (presencial o
referencial; técnico o calificado; juramentado o no. La rueda de reconocimiento y el careo.

b) Experticia

El experto nunca deberá pronunciarse sobre aspectos jurídicos y solo limitarse a la descripción del
objeto de su experticia.

c) Documental

El COPP no se refiere dentro de las normas referidas al régimen probatorio a la prueba


documental. Solo se hace referencia a este medio de prueba en las disposiciones relativas al
desarrollo del juicio oral, indicando que los documentos serán leídos y exhibidos en el debate,
señaladose su origen y excepcionalmente prescindiendo de la lectura íntegra del mismo o la
reproducción total de una grabación.

d) La confesión:
Es toda manifestación escrita o verbal, en la cual un sujeto procesal imputado de estar conectado
a algún comportamiento delictual, reconoce a cualquier título su participación o intervención
personal en el mismo. El COPP a diferencia del CEC ( el dinosaurio ya derogado) no la prevee como
medio de prueba, sino mas bien como un medio de defensa. Se apreciará en el debeta de acuerdo
a la mayor o menor fé que pueda merecerle.

e) Comprobación de hechos en casos especiales:

e.1) autopsias o necropsias


e.2) Exhumación
e.3) Incautación de correspondencia
e.4) Intercepción de grabaciones telefónicas o conversaciones abiertas

f) Prueba anticipada

g) Fruto del árbol prohibido

Se discutirá mas adelante

PRINCIPIO DE LEGALIDAD HAZ CLICK AQUÍ

h) Fruto del árbol curado

Derivado del Derecho Germano está adecuadamente discutido en la página denominada


PRINCIPIO DE LEGALIDAD.
HAZ CLICK AQUÍ PRINCIPIO DE LEGALIDAD PARA DIRIGIRTE A ESA PÁGINA.

PREGUNTA:
¿ES LA DENUNCIA DE UN HECHO PUNIBLE OBLIGATORIA PARA TODO CIUDADANO?

Para los delitos de acción privada, no puede haber denuncia, sino acusación particular propia ante
el Juez de Juicio Unipersonal.
Ante los delitos de acción pública, la denuncia podría ser facultativa, a menos que sea requerido el
testimonio por el FMP. Es decir, existe el deber de denunciar, pero no es obligatorio sino en
determinadas circunstancias. Se protege la denuncia hacia la familia consanguínea o afín y es una
protección constitucional.

Sección Quinta Del testimonio Artículo 222. Deber de concurrir y prestar declaración. Todo
habitante del país o persona que se halle en él tendrá el deber de concurrir a la citación practicada
por un tribunal con el fin de que preste declaración testimonial, de declarar la verdad de cuanto
sepa y le sea preguntado sobre el objeto de la investigación, y de no ocultar hechos, circunstancias
o elementos sobre el contenido de su declaración. Se observarán los tratados, convenios o
acuerdos internacionales suscritos por la República, que establezcan excepciones a esta regla.

Tendrá el deber de concurrir, todo ciudadano citado, so pena de ser llevado por la fuerza pública.
Esto es distinto de la denuncia. Se trata de una prueba testimonial requerida por la fiscalía. De no
presentarse, el solicitado estará cometiendo un delito contra la administración de justicia.

MANDATO DE CONDUCCIÓN:
Es erróneo que el ciudadano crea que no puede ser obligado a presentarse, como se desprende
del articulado del COPP. Recordar que sin acción no hay jurisdicción. El Fiscal solicita…, el Juez
ordena.
Artículo 310. Mandato de Conducción. El Tribunal de Control, a solicitud del Ministerio Público,
podrá ordenar que cualquier ciudadano sea conducido por la fuerza pública en forma inmediata
ante el funcionario del Ministerio Público que solicitó la conducción, con el debido respeto de sus
derechos constitucionales, a fin de ser entrevistado por aquel sobre los hechos que se investigan.
Será llevado en forma inmediata ante el Ministerio Público para dar cumplimiento al objeto de su
requerimiento, en un plazo que no excederá de ocho horas contadas a partir de la conducción por
la fuerza pública.

Este artículo corresponde a la categoría procesal mandato de conducción; también se conoce


como la entrevista que realiza el FMP a la persona que comparece en su despacho, previa citación.

¿POR QUÉ NO LE CORRESPONDE AL JUEZ?

El Fiscal solicita…, el Juez ordena. En el sistema penal acusatorio, el Juez no interviene de muto
propio. Se mantiene de brazos cruzados hasta tanto se solicita su intervención. Como Don Limpio.

Artículo 171. Comparecencia obligatoria. El testigo, experto o intérprete regularmente citado, que
omita, sin legítimo impedimento, comparecer en el lugar, día y hora establecidos, podrá, por
decreto del juez, ser conducido por la fuerza pública a su presencia, quien podrá imponerle una
multa del equivalente en bolívares de hasta veinte unidades tributarias, sin perjuicio de la
aplicación de las sanciones a que haya lugar según el Código Penal u otras leyes. De ser necesario,
el juez ordenará lo conducente a los fines de garantizar la integridad física del citado.

Artículo 184. Citación de la víctima, expertos, intérpretes y testigos. Las víctimas, expertos,
intérpretes y testigos, podrán ser citados por medio de la policía o por el alguacil del tribunal
siempre mediante boleta de citación. En caso de urgencia podrán ser citados verbalmente, por
teléfono, por correo electrónico, fax, telegrama o cualquier otro medio de comunicación
interpersonal, lo cual se hará constar. Las personas a que se refiere este artículo podrán
presentarse a declarar espontáneamente.
En el texto de la boleta o comunicación se hará mención del proceso al cual se refiere, lugar, fecha
y hora de comparecencia y la advertencia de que si la orden no se obedece, sin perjuicio de la
responsabilidad penal correspondiente, la persona podrá ser conducida por la fuerza pública y
pagar los gastos que ocasione, salvo justa causa.
Si el testigo reside en un lugar lejano a la sede del tribunal y no dispone de medios económicos
para trasladarse, se dispondrá lo necesario para asegurar la comparecencia.

Artículo 185. Citación por boleta. En caso de citación por boleta, cuando no se encuentre la
persona a quien va dirigida, se entregará en su domicilio, residencia o lugar donde trabaja, el talón
desplegable que deberá tener la boleta y en el cual se dejará constancia de las menciones
fundamentales que contenga a los fines de su información y posterior comparecencia.
El funcionario encargado de efectuar la citación consignará la boleta y expresará los motivos por
los cuales no pudo practicarla.
En caso de que el testigo no pueda ser localizado, debe quedar constancia de este hecho. La fuerza
pública a la cual se recurre para este mandato de conducción son los órganos de policía penal.

¿QUIENES ESTAN EXCEPTUADOS DE COMPARECER, MAS NO DE DECLARAR?

Artículo 223. Excepción. El Presidente de la República, los Ministros del Despacho, los Diputados,
los Magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, los Magistrados de la Dirección Ejecutiva de la
Magistratura, el Fiscal General, el Contralor General, el Procurador General de la República, los
Gobernadores y Secretarios Generales de los Estados y del Distrito Metropolitano de la Ciudad de
Caracas, los Diputados de los Consejos Legislativos de los Estados durante el lapso de su
inmunidad, los Oficiales Generales y Superiores de las Fuerza Armada Nacional con mando de
tropas, los Arzobispos y Obispos Diocesanos de la República residenciados en ella, y los miembros
del Cuerpo Diplomático acreditados en la República que quieran prestarse a declarar, podrán pedir
que la declaración se efectúe en el lugar donde cumplen sus funciones o en su domicilio, para lo
cual propondrán, oportunamente, la fecha y el lugar correspondiente.

> ¿QUIENES ESTÁN EXCENTOS DE DECLARAR?

Artículo 224. Exención de declarar. No están obligados a declarar:


1º. El cónyuge o la persona con quien haga vida marital el imputado, sus ascendientes y
descendientes y demás parientes hasta el cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad,
sus padres adoptantes y su hijo adoptivo;
2º. Los ministros de cualquier culto respecto de las noticias que se le hubieren revelado en el
ejercicio de las funciones propias de su ministerio;
3º. Los abogados respecto de las instrucciones y explicaciones que reciban de sus clientes;
4º. Los médicos cirujanos, farmacéuticos, enfermeras, pasantes de medicina y demás profesionales
de la salud.

La excepción de comparece no existirá si estos son imputados.

¿POR QUE LOS ABOGADOS ESTÁN EXCENTOS DE DECLARAR?

Además de las razones implícitas en el Código de Ética Profesional, está la de plegarse al derecho
constitucional del derecho a la defensa.

Articulo 25.Código de Ética Profesional del Abogado Venezolano.


El abogado guardará el más riguroso secreto profesional. Este secreto amparará sus archivos y
papeles aún después que el abogado haya dejado de presentarles sus servicios al patrocinado o al
defendido. El abogado podrá negarse a testificar en contra de éste y abstenerse de contestar
cualquier pregunta que envuelva la revelación del secreto o la violación de las confidencias que
hubieren hecho.
Tampoco podrá el abogado comunicar a terceras personas lo que llegare a su conocimiento por
causa de su profesión. Queda comprendido del secreto profesional, todo cuanto un abogado trate
con el representante de la parte contraria.

NEGATIVA A DECLARAR

Artículo 226. Negativa a declarar. Si el testigo no se presenta a la primera citación, se le hará


comparecer por medio de la fuerza pública.
Si después de comparecer se niega a declarar sin derecho a hacerlo, se comunicará ese hecho al
Ministerio Público para que proceda a realizar la investigación.

Esta negativa es un delito tipificado en el Artículo 238 del Código Penal. (NSLD)

Artículo 238, CP. De la negativa a servicios legalmente debidos: Todo individuo que llamado por la
autoridad judicial en calidad de testigo, experto, médico, cirujano o interprete, se excuse de
comparecer sin motivo justificado, será castigado con prisión de quince días a tres meses. El que
habiendo comparecido rehusé sin razón legal sus deposiciones o el cumplimiento del oficio que ha
motivado su citación, incurrirá en la misma pena.
Además de la prisión se impondrá al culpable la inhabilitación en el ejercicio de su profesión o arte
por un tiempo igual al de la prisión, terminada esta.
Las penas establecidas en este artículo no se aplicarán sino en los casos en que disposiciones
especiales no establezcan otra cosa.

SOBRE LA RUEDA DE RECONOCIMIENTO:

Concepto. La identificación formal consiste en la averiguación del conjunto de circunstancias


personales del presunto delincuente (filiación), mientras que la identificación material o física
consiste en determinar físicamente a la persona que ha tomado parte en la comisión de un hecho
punible (señalar físicamente al autor de algún hecho ilícito). Definido por los artículos 230, 231 y
232 del COPP. Se trata de una diligencia de identificación prevista en su realización por el juez, por
lo que ante el peligro de contaminación a la diligencia judicial, su utilización debe ser restrictiva en
sede policial. No siendo preciso practicarla cuando la identificación se haya hecho
espontáneamente o por cualquier otra forma.

Tiene por objeto identificar a los responsables de un hecho delictivo.


Requisitos.
a) Disposición o colocación de un grupo de personas (preferiblemente no inferior a 5) con
características externas semejantes (edad, complexión, estatura, vestimenta) al de la persona
objeto de reconocimiento. Semejantes (parecidos) no quiere decir iguales: gemelos, mellizos, etc.
que pueden invalidar la prueba.
b) Observación directa por el reconocedor o reconocedores. Resulta aconsejable la utilización de
salas o estancias acondicionadas a fin de que los integrantes de la rueda no puedan tener contacto
visual ni de otro tipo con los reconocedores, También se deben tener precauciones para evitar que
haya contactos en los momentos previos.
c) Caso de que sean varios los reconocedores debe hacerse por separado cada diligencia, vigilando
escrupulosamente la incomunicación entre ellos hasta que se haya efectuado el último
reconocimiento.
d) Identificación de los componentes de la rueda y posición que ocupan dentro de ella.
e) Variación de la composición y/u orden de la rueda para cada diligencia de reconocimiento
cuando hay pluralidad de reconocedores. En los reconocimientos colectivos (varios sospechosos
en la rueda de reconocimiento) debe garantizarse que exista un número de sujetos, al menos,
doble al de los sospechosos (tres en total por cada sospechoso).
e) Cuando sean varios los que deban ser reconocidos por una misma persona, podrá hacerse el
reconocimiento de todos en un sólo acto.
f) Levantamiento de Acta, consignando minuciosamente nombre y apellidos de todos los
participantes, el lugar, fecha, hora de inicio y finalización, circunstancias, resultado obtenido e
incidencias surgidas en el acto, firmando todos los asistentes (Juez, Secretario judicial, Abogado
defensor, Instructor, etc.)

Artículo 230. Reconocimiento del imputado. Cuando el Ministerio Público estime necesario el
reconocimiento del imputado, pedirá al juez la práctica de esta diligencia. En tal caso se solicitará
previamente al testigo que haya de efectuarlo la descripción del imputado y de sus rasgos más
característicos, a objeto de establecer si efectivamente lo conoce o lo ha visto anteriormente,
cuidando que no reciba indicación alguna que le permita deducir cuál es la persona a reconocer.

Artículo 231. Forma. La diligencia de reconocimiento se practica poniendo la persona que debe ser
reconocida a la vista de quien haya de verificarlo, acompañada de por lo menos otras tres de
aspecto exterior semejante.
El que practica el reconocimiento, previo juramento o promesa, manifestará si se encuentra entre
las personas que forman la rueda o grupo, aquella a quien se haya referido en sus declaraciones y,
en caso afirmativo, cuál de ellas es.
El juez cuidará que la diligencia se lleve a efecto en condiciones que no representen riesgos o
molestias para el reconocedor.

Artículo 232. Pluralidad de reconocimientos. Cuando sean varios los reconocedores de una
persona, la diligencia se practicará separadamente con cada uno de ellos, sin que puedan
comunicarse entre sí hasta que se haya efectuado el último reconocimiento. Cuando sean varios los
que hayan de ser reconocidos, el reconocimiento deberá practicarse por separado respecto de cada
uno de ellos.
SOBRE LA PRUEBA PERICIAL

A veces se requiere de personas que conozcan sobre determinada materia para que describan
algún hecho, situación o experticia cuya interpretación depende del conocimiento que ellos
tengan. Las designaciones serán hechas por el Juez, excepto para aquellos adscritos al órgano de
policía penal.
Toda prueba pericial tiene dos partes. Una parte descriptiva y una parte motiva. Esta última tiene
la conclusión la cual debe ser el corolario de peritaje.
Puede haber discordancia en el peritaje.

¿SERÁ LO MISMO UN PERITO QUE UN TESTIGO. SERÁ IGUAL UN TESTIGO QUE UN EXPERTO?

El testigo se caracteriza por un concepto de generalidad; el perito por el concepto de especialidad.


Los testigos no pueden ser escogidos o denominados a dedo. Mientras que los peritos, por el
contrario, son elegidos por el juez. En lo que se refiere al testigo, éste es un medio de prueba o un
tercero, o sea, no es parte en el proceso, como tampoco lo es el perito; pero a diferencia del
perito, no se le puede reemplazar por otro, ya que para que una persona pueda declarar como
testigo, es menester que haya presenciado el hecho o escuchado a otro que tenga conocimientos
directos sobre el mismo. Además, mientras que el perito declare sobre la base de sus
conocimientos, el testigo lo hace sobre sus percepciones. Ambos deben tomar juramento.

PREGUNTA
¿EL RESULTADO DE UNA PRUEBA PERICIAL OBLIGA AL JUEZ?

En teoría no lo obliga, ya que el Juez sentenciará basado en el método de la sana crítica. Existe
este aforismo "El juez es perito de peritos" . Sin embargo, el gran desarrollo en la tecnología de la
investigación de la escena del crimen y la disponibilidad de recursos de alta calidad científica para
la determinación de la reconstrucción metodológica de un suceso, lo cual supone un orden lógico
de aprehensión valorativa desde la posibilidad, pasando por la probabilidad para finalmente
arribar a la certeza indubitable del hecho, habrá de obligar a la sensatez del Juez, quien no tendrá
otra alternativa que sentenciar basado en la verdad científica explanada por el perito, a pesar de
que el abogado opositor (defensor o FMP) haya intentado desvalorizar, desprestigiar o confundir
el testimonio pericial. Sin embargo, aunque parezca formalmente perfecto y bien motivado el
peritaje, el juez, por no estar convencido, podrá refutarlo; pero no significa que puede imponer su
arbitrariedad o su capricho, no podrá rechazarla simplemente. Tendrá que argumentar a su vez y
tener en cuenta el resto de la prueba obtenida. Expondrá las razones por las cuales no concuerda
con la pericia y la corrección o incorrección de sus argumentos serán a su vez valorados, como los
de pericia, por el superior jurisdiccional.
Valoración de las pruebas en el Proceso Penal Venezolano.

Valoración de las pruebas en el Proceso Penal Venezolano.

No podía la alzada, bajo la premisa de una presunta falta, contradicción o ilogicidad


manifiesta en la motivación de la sentencia apelada, intervenir y modificar la valoración de
las pruebas SSC 390° del 18/05/2016

MÁXIMA.- Sobre la no necesidad de celebrar audiencia de amparo. Máxima reiterada. La


Sala considera que el procedimiento de amparo constitucional, en aras de la celeridad,
inmediatez, urgencia y gravedad del derecho constitucional infringido debe ser distinto,
cuando se discute un punto netamente jurídico que no necesita ser complementado por
algún medio probatorio ni requiere de un alegato nuevo para decidir la controversia
constitucional. En estos casos, a juicio de la Sala, no es necesario celebrar la audiencia
oral, toda vez que lo alegado con la solicitud del amparo y lo aportado con la
consignación del documento fundamental en el momento en que se incoa la demanda, es
suficiente para resolver el amparo en forma inmediata y definitiva.

MÁXIMA.- De estas normas (14,16 y 183) del Código Orgánico Procesal Penal puede
colegirse, que las pruebas deben ser practicadas con estricto apego a la norma procesal
penal y la oportunidad procesal para su apreciación está reservada a la audiencia en la cual
son incorporadas en presencia del juez o de los jueces si fueren varios, lo que les permite
obtener el convencimiento que servirá de fundamento de su decisión. De allí que esta Sala
aprecia que, en virtud de los principios de inmediación y contradicción que rigen de manera
estricta el proceso penal, la competencia para valorar las pruebas debatidas en el juicio oral
y público corresponde única y exclusivamente al juez o jueces de juicio, conforme a lo
dispuesto en el Código Orgánico Procesal Penal, ello en razón de que se trata de medios
probatorios que corresponden a esa etapa del proceso y que deben ser debatidas y
controladas por las partes en la audiencia de juicio y en presencia del juez de juicio, quien
debe apreciarlas para extraer el convencimiento que le llevará a dictar un pronunciamiento
determinado (Vid. Decisión de la Sala N° 1.821/2011, caso: “Hugo Humberto Márquez”).

MÁXIMA.- Las Cortes de Apelaciones, actuando como tribunal de alzada, no son


competentes ni tienen facultad alguna para valorar las pruebas que fueron
incorporadas por las partes en la audiencia de juicio, las cuales no presenció porque ello
corresponde a la primera instancia penal. En efecto, la Corte de Apelaciones analizó y
valoró los testimonios de los expertos, testigos y de la víctima, explanando los argumentos
por los cuales consideró que el juez de juicio erró en su valoración, y señalando la suya
como la correcta, llegando al punto de indicar que existían “dudas razonables” para
determinar que las acusadas no estaban implicadas en los hechos que se le imputaban.
Asimismo, procedió a cambiar la calificación jurídica por las cuales estaban siendo
juzgadas, instituyendo que solo debía seguirse el juicio por el delito de hurto calificando,
desestimando el delito de alteración de documento privado. Aunado a lo cual, también
otorgó medida cautelar sustitutiva de libertad, por considerar que “… las resultas del
proceso pueden garantizarse con la aplicación de una medida menos gravosa…”.
MÁXIMA.- Esa labor de análisis y apreciación de elementos probatorios que realizó la
Corte de Apelaciones, conforme a lo establecido en los artículos 16 y 22 del Código
Orgánico Procesal Penal, violenta el principio de inmediación en el que la presencia
imperativa e interrumpida del juez o jueces y de las partes para la celebración del juicio,
aseguran la forma en que el tribunal debe dictar sentencia emitiendo un fallo con base en la
convicción formada por los hechos y pruebas llevadas al debate, lo que trae como
consecuencia ineludible ser la única instancia facultada para hacerlo.

MÁXIMA.- El juez de alzada debe revisar el fallo impugnado desde el punto de vista del
derecho más no de los hechos. Ello es un requerimiento esencial de la seguridad jurídica y
de la racionalidad de la jurisdicción, que impide que los jueces al interpretar la ley, la
desvirtúen y que al aplicarla a los casos particulares, la infrinjan.

MÁXIMA.- Es preciso ratificar que la competencia de la alzada penal está limitada a


pronunciarse respecto de las pruebas presentadas en esa instancia, de manera que al haber
apreciado el cúmulo probatorio incorporado en la primera instancia, específicamente en la
audiencia de juicio, incurrió en el vicio de incompetencia y con ello lesionó el derecho al
debido proceso de las partes. (Vid. Decisión de la Sala N° 1.821/2011, caso: “Hugo
Humberto Márquez”).

MÁXIMA.- No podía la alzada, bajo la premisa de una presunta falta, contradicción o


ilogicidad manifiesta en la motivación de la sentencia apelada, intervenir y modificar la
valoración de las pruebas realizada por el a quo, asumiendo una competencia que es
exclusiva y excluyente de éste en el ejercicio de su función autónoma de juzgar.
Medios de Pruebas
Medios de pruebas: Promoción y evacuación
Manuel Castro – negrosrojos@hotmail.com

1. Medios de prueba
2. ¿Qué es la prueba?
3. ¿Qué se prueba?
4. ¿Cómo se prueba?
5. Diferencia entre los conceptos de prueba y medios de prueba
6. Promoción de pruebas
7. Admisión de la prueba
8. Evacuación de la prueba
9. La prueba por escrito

DE LOS MEDIOS DE PRUEBA, DE SU PROMOCIÓN Y EVACUACIÓN

Medios de prueba

Por medios de prueba deben considerarse los elementos o instrumentos utilizados por las
partes y el juez, que suministren esas razones o motivos.

El artículo 395 del Código de Procedimiento Civil, dispone:

“Artículo 395: Son medios de prueba admisibles en juicio aquellos que determina el
Código Civil, el presente Código y otras leyes de la República.

Pueden también las partes valerse de cualquier otro medio de prueba no prohibido
expresamente por la ley, y que consideren conducente a la demostración de sus
pretensiones. Estos medios se promoverán y evacuarán aplicando por analogía las
disposiciones relativas a los medios de pruebas semejantes contemplados en el Código
Civil, y en su defecto, en la forma que señale el Juez.”

De la transcripción anterior, se evidencia que son medios de pruebas admisibles en juicio,


los que determina el Código Civil, el Código de Procedimiento Civil y otras leyes de la
República, además de aquellos no prohibidos por la ley y que las partes consideren
conducentes para la demostración de sus pretensiones.

Así, en sentencia publicada en fecha 16 de julio de 2002, bajo el N° 0968, se estableció lo


siguiente:

“Conforme ha sido expuesto por la doctrina procesal patria y reconocido por este Tribunal
Supremo de Justicia, el llamado sistema o principio de libertad de los medios de prueba es
absolutamente incompatible con cualquier intención o tendencia restrictiva de
admisibilidad del medio probatorio seleccionado por las partes, con excepción de aquellos
legalmente prohibidos o que resulten inconducentes para la demostración de sus
pretensiones, lo cual se deduce sin lugar a equívocos del texto consagrado en el artículo 395
del Código de Procedimiento Civil, que dice:

‘Son medios de prueba admisibles en cualquier juicio aquellos que determina el Código
Civil, el presente Código y otras leyes de la República.

Pueden también las partes valerse de cualquier otro medio no prohibido expresamente por
la ley, y que consideren conducente a la demostración de sus pretensiones. Estos medios se
promoverán y evacuarán aplicando por analogía las disposiciones relativas a los medios de
pruebas semejantes contemplados en el Código Civil, y en su defecto, en la forma que
señale el Juez.’

Vinculado directamente a lo anterior, destaca la previsión contenida en el artículo 398


eiusdem, alusiva al principio de la libertad de admisión, conforme al cual el Juez, dentro del
término señalado, ‘… providenciará los escritos de pruebas, admitiendo las que sean legales
y procedentes y desechando las que aparezcan manifiestamente ilegales e impertinentes’;

Conforme a las consideraciones precedentes, entiende la Sala que la providencia


interlocutoria a través de la cual el Juez se pronuncie sobre la admisión de las pruebas
promovidas, será el resultado de su juicio analítico respecto de las condiciones de
admisibilidad que han de reunir las pruebas que fueran promovidas, es decir, de las reglas
de admisión de los medios de pruebas contemplados en el Código de Procedimiento Civil y
aceptados por el Código Orgánico Tributario, en principio atinentes a su legalidad y a su
pertinencia; ello porque sólo será en la sentencia definitiva cuando el Juez de la causa
pueda apreciar, al valorar la prueba y al establecer los hechos objeto del medio enunciado,
si su resultado incide o no en la decisión que ha de dictar respecto de la legalidad del acto
impugnado.

Así las cosas, una vez se analice la prueba promovida, sólo resta al juzgador declarar su
legalidad y pertinencia y, en consecuencia, habrá de admitirla, salvo que se trate de una
prueba que aparezca manifiestamente contraria al ordenamiento jurídico, o cuando el hecho
que se pretende probar con el medio respectivo no guarde relación alguna con el hecho
debatido, ante cuyos supuestos tendría que ser declarada como ilegal o impertinente y, por
tanto, inadmitida. Luego entonces, es lógico concluir que la regla es la admisión y que la
negativa sólo puede acordarse en casos excepcionales y muy claros de manifiesta ilegalidad
e impertinencia, (…).

Conforme a lo expuesto, la Sala Político-Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia,


mantiene su criterio en cuanto a la libertad de los medios de pruebas y rechaza cualquier
intención o tendencia restrictiva sobre la admisibilidad del medio probatorio que hayan
seleccionado las partes para ejercer la mejor defensa de sus derechos e intereses, con
excepción de aquellos legalmente prohibidos o que no resulten pertinentes para la
demostración de sus pretensiones.

Así, corresponde al juez de mérito declarar la legalidad y pertinencia de la prueba


promovida una vez realizado el juicio analítico que le corresponde respecto a las
condiciones exigidas para la admisibilidad del medio probatorio escogido por las partes,
atendiendo a lo dispuesto en las normas que regulan las reglas de admisión de las pruebas
contenidas en el Código de Procedimiento Civil; y será en la sentencia definitiva cuando el
juez de la causa, como resultado del juicio de valor que debe realizar sobre la prueba
promovida, determine la incidencia de la misma sobre la decisión que habrá de dictar en
cuanto a la legalidad del acto impugnado.

Los medios de prueba en el ordenamiento positivo venezolano:

El código civil estudia la materia en el capitulo V del Titulo III, de su libro III, cuando
habla de la Prueba de las obligaciones y de su extinción” y su articulo 135 pauta: “quien
pida la ejecución de una obligación debe probarla, y quien pretenda haber sido liberado de
ella debe por su parte probar el pago o el hecho que ha producido la extinción de su
obligación”

De la forma transcrita se desprende que la teoría de la prueba no solo compete al estudio de


las obligaciones, sino que domina todo el derecho; ya que no basta ser titular de un derecho
de familia, real o de crédito, porque se ese derecho es desconocido, tendrá que probarse su
existencia para evitar se le considere como inexistente.

Código civil: El capitulo V del Libro III del Código Civil, consta de siete secciones donde
se encuentran las pruebas establecidas por el legislador venezolano: sección: 1º) de la
prueba por escrito. 2º) de la prueba de testigos. Sección 3º) de las presunciones. Sección:
4º) de la confesión. Sección 5º) del juramento. Sección 6º) de la experticia. Sección 7º) de
la inspección ocular”

¿Qué es la prueba?

Definición: Es aquella actividad que desarrollan las partes con el tribunal para adquirir el
convencimiento de la verdad o certeza de un hecho o afirmación fáctica o para fijarlos
como ciertos a los efectos de un proceso.

La prueba es el elemento procesal más relevante para determinar los hechos, a efectos del
proceso ya que para obtener un fallo al fondo se exige una reconstrucción de los hechos.

Historia: Ya desde el derecho romano existe una elaborada doctrina, recibida en la


legislación, acerca de los medios de prueba. Las pruebas pertenecían al demandante en
virtud del principio “actori incumbit onus probandi” las principales pruebas eran el escrito
y la prueba testifical además del juramento y la pericia.

Iniciados los debates en el proceso, las partes comparecen el día fijado, los debates se
entablan regularmente. Consisten en los alegatos, causae peroratio. Y en el examen de las
pruebas, que cada uno pretenda hacer valer en apoyo de sus alegaciones. En principio, el
que afirma en su beneficio la existencia de un derecho o de un hecho es quien está obligado
a suministrar la prueba. Así pues, el demandante debe justificar su pretensión. Si no lo
consigue, el demandado es absuelto. Por su parte, el demandado no tiene que hacer prueba
directa; su papel se limita a combatir las suministradas por el demandante. Pero si se opone
una excepción en la demanda, debe a su vez probar los hechos en que se apoya este modo
de defensa, en cuanto a la excepción, desempeña el papel del demandante. Los modos de
prueba consisten en:

a. Escritos, instrumenta, tales como el escrito que comprueba una estipulación, el arcarium
nomen.

b. En testigos, testes. Estos se aprecian, no de acuerdo a su número, sino conforme el valor


de los testimonios.

c. En el juramento, jusjurandum in juidicio. El juez puede deferirlo de oficio a una de las


partes. Este juramento le instruye, pero no le compromete (Gayo, L.31, D., de urej., XII,
2.).
¿Qué se prueba?

El objeto de la prueba es demostrar la veracidad y certeza de ciertos hechos que al ser


alegados llevan consigo la necesidad de determinar su verosimilitud. La noción del objeto
probatorio es tan amplia como el concepto jurídico que se pueda tener de los hechos.

Son objeto de la prueba:

1. Los hechos producidos del que hacer humano;

2. Los hechos productos de la naturaleza y en cuya formación no ha habido presencia


humana.

3. El ser humano en su aspecto tanto físico como biológico.

4. Los hechos psíquicos de la personalidad.

5. Los actos voluntarios o involuntarios del individuo que denotan su conducta en relación
con los otros seres.

6. La costumbre.

7. La ley extranjera.

8. Los hechos sociales ya sean presentes o pasados.

¿Cómo se prueba?

El juez según lo establecido en el artículo 12 del código de Procedimiento Civil,


sentenciara conforme a lo alegado y probado por las partes en el curso del proceso. Es
decir, que para lograr éxito en sus pedimentos las partes han de llevar a su conocimiento la
verdad de los hechos controvertidos durante el juicio; no pudiendo la prueba versar sobre
otros diferentes de los contenidos en el libelo o de los alegatos en la contestación de la
demanda porque es sobre estos dos presupuestos o lo que ha de contraerse el debate
judicial.

De aquí, la necesidad de que la contestación de la demanda sea lo más clara y precisa


posible, a fin de poder determinarse con exactitud las probanzas a producir por los
litigantes en interés y defensa de sus derechos.

Diferencia entre los conceptos de prueba y medios de prueba

Como bien lo expresa Rocco: se puede diferenciar la prueba del medio de prueba. En
sentido estricto, son pruebas judiciales las razones o motivos que sirven para llevarle al juez
la certeza de los hechos, en tanto que por medios de pruebas, deben considerarse los
elementos o instrumentos utilizados por las partes y el juez, que suministren esas razones o
motivos.

Probar en el proceso, no es mas que una actividad de parte, consistente en llevar a el, por
los medios y procedimientos prescriptos en la ley, las razones que convengan al juzgador
de la certeza o veracidad de los hechos cuestionados.

En cuanto a esa diferencia entre pruebas y medios, diferencia muy sutil, Dellepiani toma
como la primera la acción de probar, de hacer la prueba (para nosotros esto en sentido
procesal) como cuando se dice que el actor incumbe la carga de la prueba de los hechos
afirmados por el. “actor probat actionem” con lo cual se preceptúa que es el quien debe
suministrar los elementos de juico o producir los medios indispensables para determinar la
exactitud de los hechos que alega como base de su acción, sin cuya demostración perdería
el pleito, en tanto que medios de prueba (que para nosotros solo es la actividad probatoria)
son los distintos elementos de juicio, producidos por las partes o recogidos por el juez, a fin
de establecer la existencia de ciertos hechos.

Es pertinente hacer una distinción entre el hecho fuente o fuente de la prueba, ósea el hecho
principal, el hecho demostrativo que va a servir de evidencia; y el medio, ósea, el
procedimiento, que deviene en lo aportado por la parte para lograr la certeza dentro de la
secuela del proceso.

El maestro Carnelutti nos enseña que fuentes de la prueba en sentido estricto son los hechos
que sirven para la deducción del hecho a probar y que están constituidas por la
representación de este, en tanto que medios de prueba constituyen la actividad del juez
mediante la cual busca la verdad del hecho a probar.

Promoción de pruebas

Hay unas variaciones en materia civil y penal con respecto a la conceptualización de


“promoción de prueba”. En materia civil la promoción tiene que ver con la proposición y
presentación de pruebas, cuestión que deriva, básicamente del principio dispositivo; no
obstante, en los sistemas inquisitivos o en aquellos que los jueces tienen facultades
probatorias, cuando el juez actúa oficiosamente la ordenación forma parte de ese concepto
de “proposición y presentación de pruebas”

Deben precisarse algunos conceptos subsidiarios de “promoción de pruebas”, cuales son:


Proposición y Presentación de la prueba. Hay Proposición cuando la parte se limita a
indicar un posible medio con la exigencia al juez que lo admita y decrete y se proceda a la
práctica, cuestión incluso valida cuando la prueba es oficiosa, pues, el decreto de
ordenación lleva implícito la proposición. Hay Presentación cuando la parte interesada
aduce el medio y el juez se limita a admitirlo, en este caso hay simultaneidad entre la
proposición y la presentación, ejemplo, los documentos.

La promoción de pruebas esta sujeta al cumplimiento de diversas condiciones de orden


intrínseco y extrínseco. Las primeras se refieren a los requisitos que debe satisfacer todo
acto procesal, esto es, legitimación del peticionario y competencia y capacidad del
funcionario ante quien se hace el acto. Las segundas corresponden a los requisitos de modo,
tiempo y lugar, como: escrito u oral, concentración o periodo delimitado, oportunidad y
preclusión.

En el artículo 388 del Código de Procedimiento Civil se establece la apertura del lapso
probatorio de la siguiente manera:

Artículo 388. Al día siguiente del vencimiento del lapso del emplazamiento para la
contestación de la demanda, sin haberse logrado la conciliación ni el convenimiento del
demandado, quedará el juicio abierto a pruebas, sin necesidad de decreto o providencia del
Juez, a menos que, por deberse decidir el asunto sin pruebas, el Juez lo declare así en el día
siguiente a dicho lapso.

En el artículo 396 CPC, señala que:

Artículo 396. Dentro de los primeros quince días del lapso probatorio deberán las partes
promover todas las pruebas de que quieran valerse, salvo disposición especial de la Ley.
Pueden sin embargo, las partes, de común acuerdo, en cualquier estado y grado de la causa,
hacer evacuar cualquier clase de prueba en que tengan interés.

En el articulo 397 del CPC se prevé el momento en el cual será el momento en el cual las
partes expresaran si convienen en los hechos que se tratan de probar por la otra parte:

Artículo 397. Dentro de los tres días siguientes al término de la promoción, cada parte
deberá expresar si conviene en alguno o algunos de los hechos que trata de probar la
contraparte, determinándolos con claridad, a fin de que el Juez pueda fijar con precisión los
hechos en que estén de acuerdo, los cuales no serán objeto de prueba. Si alguna de las
partes no llenare dicha formalidad en el término fijado, se considerarán contradichos los
hechos.

Pueden también las partes, dentro del lapso mencionado, oponerse a la admisión de las
pruebas de la contraparte que aparezcan manifiestamente ilegales o impertinentes.
Es necesario recordar, que cuando el legislador se refiere a que el asunto deba decidirse sin
pruebas se dirige a lo previsto en el artículo 389 ejusden, que dice:

Artículo 389. No habrá lugar al lapso probatorio:

1. Cuando el punto sobre el cual versare la demanda aparezca, así por ésta como por la
contestación, ser de mero derecho.

2. Cuando el demandado haya aceptado expresamente los hechos narrados en el libelo y


haya contradicho solamente el derecho.

3. Cuando las partes, de común acuerdo, convengan en ello, o bien cada una por separado
pida que el asunto se decida como de mero derecho, o sólo con los elementos de prueba que
obren ya en autos, o con los instrumentos que presentaren hasta informes.

4. Cuando la ley establezca que sólo es admisible la prueba instrumental, la cual, en tal
caso, deberá presentarse hasta el acto de informes.
En el artículo 392 se establece el término ordinario de promoción que es de quince días,
computados conforme el artículo 197 con la interpretación dada por el tribunal Supremo de
Justicia. Estas normas son aplicables al proceso o causa principal.

No obstante, como se ha dicho la promoción implica proposición y presentación de las


pruebas, por lo que en el proceso se pueden presentar diversas oportunidades e incidencias
en las cuales hay necesidad de hacerlo, sin que sea la apertura ordinaria a pruebas. A
continuación se tratara las otras oportunidades.

Conforme al artículo 340 ordinal 6º del Código de Procedimiento Civil el demandante


deberá acompañar con el escrito de demanda el instrumento en que funde su pretensión. Es
la prueba que el actor trae junto con su demanda para darle certidumbre a sus alegatos,
puesto que dicho instrumento fundamental recoge los hechos en los cuales el demandante
basa su pretensión. Esta presentación de prueba al inicio del proceso, “Constituye una
excepción a los principios de oportunidad y concentración de la prueba”. Debe conocerse
que esta oportunidad es preclusiva, puesto que el artículo 434 ordena que si el demandante
no hubiere acompañado su demanda con los instrumentos en los que base su pretensión, no
se le admitirá después, sin embargo tiene excepciones:

a) Si el indico en la demanda la oficina o el lugar donde se encuentra.

b) Que no tenía conocimiento de ellos.

c) Que sean de fecha posterior.

También, en el libelo de la demanda el actor puede promover la absolución de posiciones


juradas y el juramento decisorio. Es importante destacar que el Magistrado Cabrera Romero
argumenta que realmente el juramento decisorio no se puede dar sino hasta que haya
contestación al fondo de la demanda. En resumen, se podrá promover con el escrito de la
demanda el instrumento fundamental y la absolución de posiciones juradas, cualquier otro
medio que se proponga y presente es extemporáneo y debe ser rechazada en esta etapa del
proceso.

En los procedimientos especiales ejecutivos es imprescindible la presentación del


instrumento fundamento de la pretensión. Así tenemos en la vía ejecutiva el artículo 630
que dice: Cuando el demandante presente instrumento público u otro instrumento auténtico
que pruebe clara…; en el articulo 643 ordinal 2 en el procedimiento por intimación se
establece como condición de inadmisibilidad: “Si no se acompaña con el libelo la prueba
escrita del derecho que se alega”; en la ejecución de créditos fiscales en el articulo 654
establece:

“ Con la demanda se presentara la liquidación del crédito o el instrumento que lo


justifique…; en la ejecución de Hipoteca establece el articulo 661: “…. El acreedor
present6ara al tribunal competente el documento registrado constitutivo de la misma…; en
el juicio de cuentas dispone el articulo 673 que el demandante debe acreditar de modo
autentico la obligación que tiene el demandado de rendir cuentas.

En cuanto al demandado la ley no exige como carga que acompañe a su contestación el


instrumento fundamental de su defensa. Pero, al igual que es imprescindible para el
demandante en algunos juicios acompañar el instrumento, también esto es exigido para el
demandado, como por ejemplo en los juicios fiscales en el articulo 656 ordinal 1º se
dispone que debe acompañar el documento que compruebe el pago; en la ejecución de
hipoteca en el articulo 663 en los ordinales 2º, 3º, 4º y 5º se exige consignar la prueba
escrita que demuestre el motivo especifico de la oposición.

En los procedimientos ordinarios cuando se pide en el libelo de la demanda o en cualquier


grado medidas cautelares debe probarse la circunstancia en que funde su petición. En el
artículo 585 del Código de Procedimiento Civil se estatuye lo siguiente:

Artículo 585. Las medidas preventivas establecidas en este Título las decretará el Juez, sólo
cuando exista riesgo manifiesto de que quede ilusoria la ejecución del fallo y siempre que
se acompañe un medio de prueba que constituya presunción grave de esta circunstancia y
del derecho que se reclama.

En la solicitud de la medida, no basta con hacer afirmaciones de buen derecho y que pueda
quedar ilusoria el fallo, debe probarse mediante hechos objetivos, tanto el periculum in
mora (peligro por el retardo), es decir, que no se pueda garantizar la ejecución del fallo,
como el fumus boni iuri (presunción de buen derecho) en el sentido cual es la posición
jurídica tutelable. El auto decretando las medidas debe motivarse y debe expresar la
valoración que le dio a las pruebas presentadas, debe tenerse presente el principio de la
publicidad y el de la contradicción con relación a dicha decisión, pues, contra quien obra la
medida tiene el recurso de oposición y debe conocer los fundamentos de las medidas para
impugnarlas, si es procedente. En el caso de las medidas innominadas a que se refiere el
parágrafo segundo del articulo 588, debe probarse además el periculum in domni, esto es el
peligro por el daño que puede ocasionar el demandado al derecho pretendido.
Nótese en el procedimiento cautelar in comento que en el articulo 601 se establece la
hipótesis que el juez puede ordenar la ampliación de la prueba si considera que es
insuficiente. Obsérvese, también, que en el procedimiento cautelar de acuerdo al articulo
602 hay articulación probatoria ope lege, haya habido o no oposición, lapso que es corrido
para promoción y evacuación.

Con relación a las cuestiones previas, que se oponen antes de la contestación de la demanda
(articulo 346 C.P.C), el procedimiento esta establecido en el artículo 352:

Artículo 352. Si la parte demandante no subsana el defecto u omisión en el plazo indicado


en el artículo 350, o si contradice las cuestiones a que se refiere el artículo 351, se
entenderá abierta una articulación probatoria de ocho días para promover y evacuar
pruebas, sin necesidad de decreto o providencia del Juez, y el Tribunal decidirá en el
décimo día siguiente al último de aquella articulación, con vista de las conclusiones escritas
que pueden presentar las partes.

Cuando las cuestiones previas a que se refiere este artículo, hayan sido promovidas junto
con la falta de jurisdicción a que se refiere el ordinal 1° del artículo 346, la articulación
mencionada comenzará a correr al tercer día siguiente al recibo del oficio que indica el
artículo 64, siempre que la resolución sea afirmativa de la jurisdicción.

Allí tenemos pues, otro lapso probatorio que es anterior al lapso central del proceso o de la
causa. En todos estos lapsos hay una fase de promoción o actos de promoción de prueba, en
los cuales debe aplicarse el debido proceso de a prueba.

Finalmente en este punto se puede acotar que de conformidad con el articulo 396, que se
refiere concretamente a la promoción de pruebas en la causa principal, se estipula que las
partes, de común acuerdo, en cualquier estado y grado de la causa, pueden hacer evacuar
cualquier clase de prueba en que tengan interés, esto significa que previamente a la
evacuación las partes promoverán ante el juez la proposición de tales pruebas y si es
procedente el juez ordenara su evacuación.

Concluido el lapso de promoción, conforme al articulo 397 del Código de Procedimiento


Civil, las partes disponen de los tres días siguientes para expresar si convienen en alguno o
algunos de los hechos que trata de probar la contraparte, con el fin que el juez precise los
hechos que están en controversia, en los que estén de acuerdo no serán objeto de pruebas.
El contenido de la norma nos indica que los medios de prueba que se propongan deben
estar dirigidos a probar los hechos, por ello, se debe indicar que hechos se pretenden probar
con cada uno de los medios propuestos (excepto la prueba testimonial).

No hay ninguna otra forma de advenirse a los hechos, sino mediante la explanación de
cuales son los hechos que se pretenden probar con determinada prueba.

Las partes podrán oponerse a la admisión de las pruebas de la contraparte que aparezcan
manifiestamente ilegales o impertinentes cuando tiene por objeto hechos que ningún
aspecto se relacionan con el litigio o la materia del proceso. Esto significa que el
proponente tiene que enseñar el hecho que se pretende probar con esa prueba.
¿Cómo podrá alguna parte alegar la impertinencia de una prueba sino sabe que se pretende
probar con ella?

Finalmente, debe indicarse que el término a que se refiere el artículo 397 es preclusivo. Las
partes disponen de esos tres días para hacer su oposición a las pruebas de la contraparte, de
suerte que si la hacen fuera de los tres días siguientes al vencimiento de los quince días de
promoción, es extemporánea la oposición que se haga. No obstante, que no haya habido
oposición el juez puede de oficio, porque así lo facultad la ley, rechazar las pruebas que
sean manifiestamente ilegales o impertinentes.

En cuanto a la promoción de pruebas en el procedimiento oral (aplicable al procedimiento


de transito), existen dos oportunidades para promover pruebas:

a) Con la demanda (articulo 864) se debe acompañar toda prueba documental y mencionar
el nombre, apellido y domicilio de los testigos que rendirán declaración, pueden solicitarse
posiciones juradas, pero se evacuaran en el debate oral. La oportunidad para la prueba
documental es preclusiva, pues, no se admitirá después, a menos que se trate de documento
público y se haya indicado la oficina donde se encuentre.

El demandado deberá acompañar con su escrito de contestación toda prueba documental y


las menciones de los testigos (articulo 865, si no da contestación oportuna tendrá un lapso
de cinco días siguientes a la contestación omitida, para promover todas las pruebas que
quiera valerse; en el caso del procedimiento en LOPNA la demanda debe expresar los
medios probatorios (articulo 455, literal “d”, no obstante se hace en los literales
subsiguientes especificación con relación a los testigos y la prueba pericial, que deberán
indicar los hechos a declarar y los puntos sobre las que versara la experticia, en cuanto a la
prueba documental sigue el mismo criterio del CPC. El demandado en su contestación
deberá cumplir los mismos requisitos en cuanto a la prueba que s ele exigen el demandante
(artículo 461), en la ley de tierras y desarrollo agrario, en el artículo 214 se sigue el mismo
criterio del CPC, lo mismo se le exige al demandado (artículo 220; b) en la etapa de fijación
de hechos y apertura de pruebas contemplada e el artículo 868 del Código de procedimiento
Civil (tercer aparte) que dice:

Articulo 686: … “Aunque las partes o alguna de ellas no hubiesen concurrido a la audiencia
preliminar, el Tribunal hará la fijación de los hechos y de los límites de la controversia
dentro de los tres días siguientes por auto razonado en el cual abrirá también el lapso
probatorio de cinco días para promover pruebas sobre el mérito de la causa. Admitidas las
pruebas….”

Admisión de la prueba

Después del lapso para oposición previsto en el artículo 397, se advierte la etapa de
admisión de pruebas. En efecto, el artículo 398 dispone que dentro de los tres días
siguientes al vencimiento del término fijado en el artículo anterior, el juez providenciara los
escritos de pruebas, admitiendo las que sean legales y procedentes y desechando las que
aparezcan manifiestamente ilegales o impertinentes. Igualmente, deberá indicar aquellos
hechos que aparecen claramente convenidos por las partes, prohibiendo toda declaración o
prueba sobre ellos.

De lo expuesto se desprende que no toda prueba propuesta por las partes debe ser admitida.
Para la admisión es indispensable que se cumplan los requisitos intrínsecos de utilidad del
medio, de pertinencia del hecho que se pretende probar, licitud del medio y la formalidad
exigida; de la misma forma, deben cumplirse los requisitos extrínsecos que corresponden el
proceso en general como: oportunidad procesal, legitimación del proponente y competencia
del funcionario que deba admitir.

En el auto de admisión o rechazo de pruebas debe ser motivado debe expresarse conforme
lo exige el articulo 398 los fundamentos en los que se basa para admitir o para rechazar.
Cabe destacar que habitualmente los tribunales emiten de forma breve que admiten las
pruebas solo con una declaración “se admiten cuanto ha lugar en derecho” sin hacer un
pronunciamiento razonado sobre su admisibilidad. Como lo indica Henríquez La Roche,
esto es una postergación de la decisión sobre la legalidad, pertinencia o idoneidad de la
prueba, para la sentencia definitiva. Debe analizarse si hay la pertinencia y legalidad, es un
deber del juez y un derecho de las partes.

Esa motivación implica una precognición del proceso en cuanto a los hechos alegados por
el actor y por el demandado, lo cual fijara los hechos controvertidos y sobre estos es que se
debe operar la etapa probatoria, así lo establece el artículo 397. Esto supone que las partes
deben expresar la correspondencia entre el medio probatorio y el hecho que pretenden
probar, es decir, en la propuestas del medio de debe manifestar que hecho se pretende
probar con el, allí el juez podrá “podrá fijar con precisión os hechos en que estén de
acuerdo las partes, los cuales no serán objeto de prueba”.

Si los proponentes de las pruebas no expresan los hechos que pretenden probar con los
medios aducidos, la contraparte no podrá expresar s conviene en alguno o algunos de los
hechos u oponerse a la admisión de aquellas pruebas que sean impertinentes. La pertinencia
o impertinencia son cuestiones de hecho, su apreciación consiste si tales hechos se
relacionan o no con los derechos que se ventilan en el proceso y por tanto pueden o no
influir en la sentencia. De manera, que la única forma que tienen las partes y el juez para
determinar la pertinencia o impertinencia de un medio de prueba es mediante la indicación
que haga el proponente del hecho que trata de probar.

El juez debe admitir o rechazar las pruebas por auto expreso dentro del lapso de tres días.
La norma así lo ordena. En caso que el juez no admita las pruebas en tal lapso se aplicara lo
dispuesto en el articulo 399, que contiene dos supuestos: uno, la multa disciplinaria para el
juez que incurrió en la falta y, dos, si no hay oposición de las partes a la admisión, estas
tendrán derecho a que se proceda a su evacuación, aun sin providencia de admisión. Si hay
oposición si es necesaria la providencia.

En el mismo auto, dice el articulo 398 in comento, el juez indicara los hechos que
aparezcan claramente convenidos por las partes, ordenando que se omita toda declaración o
prueba sobre tales hechos, resulta inútil practicar una prueba sobre hechos que han sido
aceptados por las partes, ello atenta contra la economía y celeridad procesal. No presenta
ninguna utilidad al proceso, puesto que el hecho admitido por las partes no es controvertido
y por tanto so es objeto de prueba.

Del auto de admisión, bien porque admita o niegue la admisión de pruebas tiene apelación,
al cual e oye a un solo efecto. Podrá apelar quien haya hecho oposición, cuando hayan sido
admitidas las pruebas impugnadas, o a quien se les haya negado.

En el caso que haya silencio, es decir, que el juez no se pronuncie por la admisión puede
entenderse como denegación de justicia lo cual esta previsto en el articulo 19, en cuyo caso
las partes están facultados para acudir al Superior (articulo 399 CPC). Si el juez silencia el
pronunciamiento sobre alguna de las pruebas propuestas, no debe presumirse que hayan
sido admitidas. En estos casos queda el recurso de apelación a favor de la parte agraviada,
tal como se dispone en el artículo 402 del Código de Procedimiento Civil.

En el procedimiento oral tenemos la audiencia preliminar contemplada en el artículo 868


CPC, segundo aparte que dice:

“…Verificada oportunamente la contestación y subsanadas o decididas las cuestiones


previas que el demandado hubiere propuesto, el Tribunal fijará uno de los cinco días
siguientes y la hora para que tenga lugar la audiencia preliminar en la cual cada parte
deberá expresar si conviene en alguno o algunos de los hechos que trata de probar la
contraparte, determinándolos con claridad; aquellos que consideren admitidos o probados
con las pruebas aportadas con la demanda y la contestación; las pruebas que consideren
superfluas o impertinentes, o dilatorias y las que se proponen aportar en el lapso probatorio
y cualesquiera otras observaciones que contribuyan a la fijación de los límites de la
controversia. De esta audiencia se levantará acta y se agregarán a ella los escritos que hayan
presentado las partes….”

Puede observarse que en la audiencia preliminar hay una especie de decantación del
proceso sobre los hechos y las pruebas, cuestión prevista en el procedimiento escrito pero
que no se cumple, lo que permite una mas rápida y concreta tramitación. De esto se deriva
que el juez, con la base a esa frase de depuración, fija los hechos y limites de la
controversia.

Evacuación de la prueba

El concepto de evacuación de la prueba es equivalente al concepto de práctica de la prueba.


No debe confundírsele con el termino “recepción” de la prueba. La recepción es, si se
cumplen los requisitos de ley, la orden de agregación al expediente. Sobre este aspecto hay
que prestar atención, porque de acuerdo a la agregación en la causa, como en el caso de los
documentos escritos comienzan a correr lapsos preclusivos, por ejemplo, los instrumentos
privados conforme lo indica el articulo 444 del Código de Procedimiento Civil. En tanto
que, practica de la prueba es el procedimiento para formar el medio probatorio, por
ejemplo, realización de la inspección judicial o deposición de testigos.

Parece adecuado la definición que sobre practica de la prueba da DEVIS ECHANDIA que
dice: “Son los actos procesales para que los diversos medios concretos aducidos o
decretados de oficio se ejecuten en el proceso”. La evacuación o practica de la prueba no es
un acto simple, esta integrado por diversos actos, los cuales son algunos comunes a todos
los medio y otros específicos a cada medio en particular.

Requisitos:

Esta fase probatoria tiene igualmente sus requisitos intrínsecos y extrínsecos. Son requisitos
intrínsecos: la licitud de la prueba, la formalidad adecuada, posibilidad de realizar; son
extrínsecos los relativos a su admisión, esto es, que la prueba haya sido admitida; los de
oportunidad procesal, o sea, que este dentro del lapso de evacuación; competencia de la
autoridad que la admite y en caso que se comisione para ejecutarla que esa autoridad tenga
competencia; legitimación de la parte que la realiza y de la parte que intervenga; que
satisfaga los principios del debido proceso.

Lapso de evacuación.

En nuestro código de Procedimiento Civil la evacuación de la prueba en lo específico del


lapso y la manera de computarse se establece en el artículo 400, que dispone:

Artículo 400. Admitidas las pruebas, o dadas por admitidas conforme a los artículos
precedentes, comenzarán a computarse los treinta días destinados a la evacuación; pero si
hubieren de practicarse algunas mediante comisión dada a otro tribunal, se hará el cómputo
del lapso de evacuación del siguiente modo:

1. Si las pruebas hubieren de practicarse en el lugar del juicio, se contarán primero los días
transcurridos en el Tribunal después del auto de admisión hasta la salida del despacho para
el Juez comisionado exclusive, y lo que falta del lapso, por los días que transcurran en el
Tribunal comisionado, a partir del día siguiente al recibo de la comisión.

2. Si las pruebas hubieren de evacuarse fuera del lugar del juicio, se contarán a partir del
auto de admisión: primero el término de la distancia concedido para la ida; a continuación,
los días del lapso de evacuación que transcurran en el Tribunal comisionado, a partir del día
siguiente al vencimiento del término de la distancia, de lo cual dejará constancia el
comisionado; y finalmente, el término de la distancia de vuelta. No se entregarán en ningún
caso a las partes interesadas los despachos de pruebas para los jueces comisionados. Si las
comisiones no fueren libradas por falta de gestión del interesado, el lapso de evacuación se
computará por los días que transcurran en el Tribunal de la causa.

El lapso de evacuación empieza a correr a partir del auto de admisión, es decir al día
siguiente de su aparición en autos. Debe mirarse la hipótesis del 399 que dice “…. Y si no
hubiere oposición de las partes a la admisión, estas tendrán derecho a que se proceda a la
evacuación de las pruebas, aun sin providencia de admisión”. Por la redacción del articulo
se interpreta que se acude al Superior y este deberá autorizar se expida el correspondiente
despacho de pruebas. Significa, entonces, que el lapso empezara a correr a partir del día que
se otorgue la autorización para la evacuación de las pruebas.
Con relación a las evacuación en las incidencia, por ejemplo, las cuestiones previas el
articulo 352 CPC establece que al no haberse subsanado el defecto u omisión indicado en el
articulo 350 o haberse contradicho las cuestiones previas, se abrirá una articulación
probatoria de ocho días para promover y evacuar. Es un lapso continuo e integrado. Lo
mismo es valido en los casos de oposición a las medidas cautelares (articulo 602 CPC). En
otras hipótesis, por ejemplo, en el procedimiento de medidas preventivas si el juez
encuentra deficiente la prueba producida para solicitar las medidas preventivas, mandara a
ampliarlas sobre el punto de la insuficiencia, determinándolo (articulo 601 CPC). Allí la
norma autoriza al juez para que, excepcionalmente, fije el lapso para la ampliación de la
prueba.

La anterior actividad compete, básicamente, a las partes en cuanto a la diligencia para


promover y evacuar las partes, allí esta rigiendo el principio dispositivo. No obstante, en la
producción de la práctica el juez puede intervenir para aclarar puntos que le sean dudosos.
Concluido este periodo probatorio, nuestro sistema procesal tiene previsto la posibilidad
que el juez intervenga y realice actividades de iniciativa probatoria, bien inmediatamente
después de la etapa probatoria (articulo 401 CPC) o bien después de informe en un lapso
perentorio de quince días (articulo 514 CPC)

Los dos artículos mencionados, prácticamente tiene el mismo contenido en cuanto las
facultades probatorias del juez, solo difieren en que el 401 prevé el llamado de testigos que
no hayan rendido declaración o que aparezca mencionado en autos, mientras que el 514 no
tiene esta prueba de testigos. Por otra parte, para hacer uso del 401 es una vez concluido e
lapso probatorio, mientras que con el 514 es después de informes en el lapso perentorio de
quince días, con relación al articulo 401 surgen dos dudas, ya que la ley no dispone acerca
de ello: a) ¿Cuál es el lapso que dispone el juez después de informes para ordenar la
practica de tales pruebas?, y b) ¿Cuál es el lapso que dispone el juez para practicarlas?
Respecto a la primera pregunta, pensamos que debe aplicarse el articulo 10 del Código de
procedimiento Civil, y sobre la segunda, el lapso no debe ser superior al lapso normal de
evacuación. Estas dos formas previstas en nuestra ley procesal recogen la doctrina
mayoritaria que ha venido surgiendo en Iberoamérica. En las conclusiones de las jornadas
Iberoamericanas de derecho procesal civil se estipulo que en las reformas que se realizaran
a las leyes procesales se tratara de incorporar la autorización o facultades al juez con
relación a la actividad probatoria, de manera que este dispusiera de facultades para poder
verificar las afirmaciones controvertidas de las partes. Ellas representan una manera que
efectivamente el principio de la veracidad rija en el proceso. En la doctrina nacional se ha
dicho que las partes son dueñas del objeto litigioso, pero no del proceso y la sentencia debe
ser la expresión genuina de la verdad. Agregan, que la actividad probatoria no es
patrimonio exclusivo de las partes, sino que hasta cierto punto, también es obligatoria del
juez, porque su función es administrar justicia mediante la búsqueda de la verdad.

Las facultades estatuidas en los articulo 401 y 514 del Código de procedimiento Civil son
facultad-deber para el para el juez. No debe vérseles como simplemente discrecionales sino
que siempre haya una duda sobre la verdad tiene el juez el deber de activar esas facultades
que el juez dispone y puede activarlas en razón de la búsqueda de la verdad y de una
administración de justicia trasparente. Admitir el criterio de la extraordinariedad es como
aislar esta facultad del desenvolvimiento normal del juez y dejar depender dichas facultades
de un hecho “raro” o “inusual” en el proceso. No, las facultades concedidas al juez en
materia probatoria están encaminadas a la trasparencia de la verdad y de la justicia en la
solución de conflictos particulares, porque hay un interés social de un proceso justo y que el
conflicto se solucione sobre la base de la justicia.

Oposición e impugnación de la prueba.

Siguiendo el criterio Magistrado Cabrera Romero distinguimos los conceptos de oposición


e impugnación. La oposición es una figura preventiva que procura impedir la entrada del
medio de prueba al proceso. La oposición la regula la ley y la determina sus causas. La
impugnación surge de una situación fáctica, que para el momento de la promoción no
consta en autos, que puede ser en su momento de promoción o en la evacuación. Ambas
son parte del derecho de defensa.

La oposición, según Cabrera Romero atiende a dos conceptos jurídicos: el de la


impertinencia y el de la ilegalidad. El artículo 397 del CPC contempla en su segundo aparte
el derecho a oponerse a la admisión de las pruebas de la contraparte. Es simplemente una
alegación en la cual se argumentara, con base a lo que hay en autos, la impertinencia o
ilegalidad. No esta previsto ninguna incidencia especial para hacer oposición, ni invocar
nuevos hechos y pedir pruebas. La ley restringe la oposición a ese lapso, sin que pueda
abrirse un lapso incidental. No esta descartada la contraargumentación de la parte a quien
se le han opuesto, por supuesto en el lapso, es decir, antes que el juez dicte el auto de
admisión o negativa de pruebas, si la decisión es contraria podrá apelar y exponer sus
argumentos.

Por pertinencia se entiende la congruencia que debe existir entre el objeto factico de la
prueba promovida y los hechos alegados controvertidos. Por ilegalidad se entiende que con
la proposición del medio, se trasgreden sus requisitos legales de existencia o admisibilidad,
infracción que consta para el momento de la promoción, excepcionalmente, para el
momento de su evacuación, don relación a ciertos medios. Es la contraria a la ley. La
propuesta del medio viola disposiciones legales, bien es sus requisitos y formas, o en la
manera como se pretende que sea evacuada por el tribunal.

Expresa el Profesor y magistrado Dr. Cabrera Romero que a veces los medios tienen la
apariencia de legalidad y pertinencia, pero en realidad son ilegítimos, inexactos o falsos.
Frente a estas situaciones la impugnación es el medio adecuado para despojarlo de esas
apariencias.

En el código Vigente encontramos diversas formas de impugnación así: la tacha de


documentos publico, el desconocimiento y tacha de instrumentos privados, la tacha de
testigos, la nulidad de la prueba fuera de la audiencia oral en el procedimiento oral. No
obstante, otros medios no tienen un procedimiento de impugnación, se suerte que la
impugnación debe ser dirigida a destruir su apariencia de veracidad, exactitud, legitimidad,
legalidad, etc. Deberá alegarse entonces la falsedad, inexactitud, ilegitimidad e legalidad.
Por ello, la impugnación, cualquiera sea su forma, es una ataque dirigido a debilitar un
medio de prueba.
La prueba por escrito

En materia probatoria Se habla de prueba por escrito o documental.

Allí se engloba todo escrito: publico o privado, en fin en cualquier instrumento en donde
conste algo que constituya un esfuerzo intelectual sobre su contenido y u inscripción. En el
se registran los hechos como ocurrieron y la forma como se manifestaron, por ello se
considera como un testimonio humano que descubre un vínculo con el pasado. Debe
agregarse que el acto que crea el documento no es representativo del hecho que se inscribe
en el, sino que se limita a crear el vinculo de representación, que es ese documento. En el
documento hay una declaración o una manifestación intelectiva del hombre, la cual se
constituye en el contenido, independiente del acto de creación del medio de representación.
No obstante, no se debe soslayar que el documento es una cosa que contiene una
manifestación simbólica del ser humano (escrito o representativo) y que ha sido creada por
un acto.

DEVIS ECHANDIA nos define documento como “toda cosa que sea producto de un acto
humano, perceptible con los sentidos de la vista y el tacto, que sirve de prueba histórica
indirecta y representativa de un hecho cualquiera” le asigna una utilidad de prueba, sin
descartar que es representativa de un hecho de cualquier naturaleza.

En cuanto a la naturaleza jurídica es un medio de prueba indirecto extraprocesal, pues,


refleja una situación que sucedió en el pasado fuera del proceso. El maestro ECHANDIA
sostiene que es “un medio de prueba indirecto, real objetivo, histórico y representativo”,
que en unas oportunidades puede ser declarativo y en otras, solo representativo, que puede
contener una confesión o simplemente una declaración testifical de terceros, pero siempre
es extraprocesal.

El documento tiene diversas funciones entre ellas: de carácter pragmático, que sirve para
consignar un hecho declarativo o no, con ello se mantiene el registro histórico; de carácter
sustantivo, en cuanto puede reflejar una relación jurídica, bien simplemente sustancial o
solemne; de carácter probatorio y procesal, después de formado cuando se requiera puede
ser aducido en proceso. Se puede notar que en algunos casos naturaleza jurídica es mixta,
como en el caso de los actos que para su existencia es necesario que estén expresados en
documento (Hipoteca), aquí es un requisito ad solemnitatem para la existencia de la
hipoteca, pero también tiene su función probatoria, tanto dentro como fuera del proceso.

En nuestra legislación se mantiene normas con la relación a la prueba por escrito, tanto en
el código Civil como en el Código de Procedimiento Civil. Ambas se complementan. El
código civil regula todo lo relativo a su producción como acto e incluso en algunos casos le
determina como valor probatorio, en cuyo caso invade el campo procesal; por su parte, el
Código de procedimiento Civil regula estrictamente su aducción a juico y las incidencias
que se pueden presentar.

En materia probatoria, la prueba documental es uno de los medios disponibles para


demostrar la veracidad de un hecho alegado. Esto por cuanto la información que consta en
documentos o escritos puede ser valorada por un juez como muestra veraz de la
autenticidad de un hecho.

La prueba documental se divide en dos tipos:

Los documentos públicos

Los documentos públicos son el medio más idóneo para demostrar un hecho. Éstos se
dividen en dos tipos:

• Los documentos públicos: Son documentos emitidos por funcionarios de las agencias
públicas. Por ejemplo, certificaciones del registro de la propiedad, o documentos emitidos
por las oficinas judiciales. Los documentos públicos gozan de fe, es decir, se cree que son
ciertos, y para que pierdan validez, debe demostrarse la falsedad de su información.

• Los instrumentos públicos: son las escrituras emitidas por notarios.


Tanto los documentos como los instrumentos públicos hacen plena prueba de los hechos.

Los documentos privados

Los documentos privados son todos aquellos escritos en que se incluyan, sin intervención
de un notario, declaraciones capaces de producir efectos jurídicos. Mientras no se
compruebe la autenticidad de las firmas del documento, no valen como prueba judicial.
Una vez comprobadas las firmas, tienen tanta validez como un documento público.

En caso que alguno de los firmantes declare que no es la firma suya la que aparece en el
documento, éste puede ser dotado de validez ya sea por testigos que verifiquen la
autenticidad de la firma, o por la exanimación del documento por parte de expertos en
caligrafía que certifiquen la autenticidad.

Su finalidad

Su finalidad es demostrar, contradecir y reconocer la autenticidad y realidad de los hechos


expuestos por las partes en litigio y su objetivo de valoración y actuación de la pruebas
resulta ser obligatorio, independiente y de acuerdo a derecho.

Autores:
Johana Fuenmayor
Walter Castro
Manuel Castro
negrosrojos@hotmail.com
Elaborado por: Grupo VENCEDORES UNIDOS
REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
LA PRUEBA EN EL PROCESO PENAL EN LA JURISDICCIÓN LEGAL VENEZOLANA

La presente investigación ha tenido como propósito analizar la prueba en el proceso penal en la


jurisdicción legal venezolana. La metodología utilizada en el estudio fue documental dogmática la
cual permitió ampliar y profundizar el conocimiento de su naturaleza. Tomando en cuenta los
objetivos específicos de la investigación y el planteamiento conceptual integrado por ideas
doctrinarias y bibliográficas importantes, se obtuvo información que permitió un desarrollo
óptimo del propósito del trabajo. Se enmarcó dentro del esquema concebido por la Universidad
Bicentenaria de Aragua. El estudio que se realizó permitió concluir las pruebas facilitan al
Ministerio Público el fundamento jurídico para sus determinaciones. El Ministerio Público
perseguirá el delito cuando los elementos probatorios le proporciones un índice considerable de
verdad, de lo contrario desvirtuaría sus funciones. Las pruebas son el medio indicado para
justificar una postura legal, ya sea con el ejercicio de la acción penal o cuando se determina que el
acto cometido lesiona los derechos humanos jurídicamente protegidos. El Código Orgánico
Procesal Penal como instrumento legal en la legislación penal venezolana constituye un cambio en
el proceso que hoy se sigue en el País. Este instrumento legal contiene un aparte sobre el Régimen
Probatorio fundamentado en principios y garantías constitucionales que enmarcan sus normas
legales.

Descriptores: Prueba, proceso penal, sana crítica, principios

INTRODUCCIÓN

La libertad y la vida constituyen dos bienes fundamentales que ameritan la más cabal y efectiva
protección en un estado social y democrático de derecho. Lamentablemente, en la esfera interna y
al margen de las declaraciones legales, la vida y la libertad han significado poco entre las personas.

La presente investigación tiene como finalidad profundizar en el ámbito del Régimen Probatorio
en el Código Orgánico Procesal Penal, ya que se convierte en el pilar fundamental para el
esclarecimiento de un hecho ilícito. Atendiendo a estas consideraciones se podrá establecer el
sistema acusatorio de prueba, a este respecto se podrá demostrar la evolución del nuevo proceso
penal venezolano ya que éste señala que toda prueba obtenida lícitamente será valorada por el
Juez en el proceso bajo las reglas de la sana crítica y las máximas de experiencia.

El proceso penal venezolano establece principio s procesales fundamentales para hacer efectiva la
aplicación de la tutela judicial efectiva en la práctica de la obtención de la s pruebas, por lo que
debe respetarse los convenios, tratados y acuerdos internacionales, la constitución de la República
Bolivariana de Venezuela y el Código Orgánico Procesal Penal. En función de ello a lo que se
expondrá, en el presente capítulo s e realizarán las respectivas ampliaciones y explicaciones .

Considera (Pérez , 1998 , p. 2 18 ) que l o s principio s que regulan el régimen probatorio


establecido en el Código Orgánico Procesal Penal, corresponde plenamente a los patrones del
sistema acusatorio.

Finalmente en el desarrollo de la investigación se podrá revelar que al realizar éste estudio se


quiere llegar de una manera eficiente y eficaz al desarrollo y ejecución de las distintas formas de
probar un hecho, y la adecuada aplicación que se le debe dar, para llegar así al fin último del
proceso, que es conocer y llegar a la verdad, tarea realizada por los diferentes órganos de
investigaciones penales, quienes realizan la investigación penal bajo la autorización y dirección del
Ministerio Público

Por cuanto, la investigación tendrá como propósito de analizar la prueba en el proceso penal
venezolano, para lo cual la investigación quedará estructurada de la siguiente forma: Capítulo I.
Contexto Empírico, donde se establece la caracterización del objeto de la investigación, los
objetivos tanto general como específico y la justificación de la investigación; Capítulo II, se
desarrolla el contexto teórico, las teorías de entrada, aspectos conceptuales; Capítulo III se
establece el contexto metodológico, tipo de investigación y procedimiento; Capítulo IV el contexto
crítico que corresponde a las conclusiones y referencias.

CAPÍTULO I
CONTEXTO EMPIRICO
La prueba constituye, indudablemente, una operación fundamental, de gran importancia en todo
proceso y, más aún en el proceso penal, puesto que de ella depende que el tribunal llegue o no a
una certeza; es decir va a determinar el carácter absolutorio o condenatorio de la sentencia para
el acusado. Esta valoración de la prueba, como dice Ricardo Vaca Andrade "tiene por objeto
establecer la utilidad jurídica y legal de las diversas pruebas que se han incorporado al proceso
penal…En nuestra ley procesal, se produce en momentos precisos, como en la etapa intermedia,
antes de que se dicte el auto; o después de la audiencia de juzgamiento; en el Juicio, como paso
previo al momento de dictarse sentencia".
García (2005) en lo que se refiere a la valoración de la prueba dice que "Es una operación
intelectual, destinada a establecer la eficacia conviccional de los elementos de la prueba
recibidos…es en este momento en donde el juez, no sólo pone al servicio de la justicia, su
intelecto, su sabiduría y experiencia; sino sobre todo su honestidad". Echandia, por su parte, la
califica de momento culminante y decisivo de la actividad probatoria, consistente en aquella
operación mental que tiene por fin conocer el mérito o valor de convicción que puede deducirse
de su contenido. Mediante la misma, dice, se trata de determinar la eficacia o influencia que los
datos o elementos probatorios aportados al proceso, mediante los oportunos medios de prueba,
tendrán en la formación de la convicción de juzgador.
Operación mental que comprende una premisa menor que es el medio de prueba (ejm.
testimonio), una premisa mayor que es una máxima de la experiencia y la conclusión que es la
afirmación de la existencia o inexistencia del hecho que se pretende comprobar.
Consecuentemente, tenemos que como lo dice García Falconí, la prueba de cargo y descargo no
habla por sí sola, está llena de detalles, de inconsistencias, concordancias, versiones y matices que
arrojan diversos caracteres para valorarlas y para fundamentar la sentencia a dictarse, y que por
ello la prueba debe ser necesaria, legal, oportuna, libre, controvertida y practicada en la etapa del
juicio.
Para solventar esto, la valoración de la prueba determina el resultado de la práctica de los medios
de prueba, es decir, el grado de convicción o persuasión que la prueba practicada por las partes
logró sobre el juzgador, en este caso sobre el tribunal, sabiendo que dicho grado puede ser
positivo, en cuyo caso se habrá conseguido el fin que se buscaba al presentar la prueba (la
convicción judicial), o negativo, cuando no se alcanza dicho fin. Eh ahí nuevamente, el motivo por
el que resulta tan importante presentar y practicar la prueba en forma correcta, ya que como
vimos anteriormente, por más que la prueba haya sido decisoria, si no se ajusta a lo parámetros
legales, no producirá el resultado deseado.
Además no debemos olvidar que lo ideal es que esta actividad intelectual que realiza el órgano
jurisdiccional, deba coincidir con el fin mismo de la prueba propuesta y admitida, ya que en
ocasiones sucede que se presenta una prueba con determinado objetivo y se la percibe en otro
sentido, es decir no cumple eficazmente su cometido, y, es ahí donde radica principalmente la
labor de los abogados en el juicio oral, al examinarla, confrontarla y hasta valorarla por su cuenta
el momento de los debates, con la intención de que la prueba practicada tome su verdadero
rumbo y guíe al tribunal hacia la convicción.
Sin embargo, debemos tener en cuenta que la apreciación probatoria realmente no se da al final
de la audiencia sino que se inicia, desde el momento mismo en que el tribunal entra en contacto
con el medio de prueba, en virtud del principio de inmediación, salvo obviamente los anticipos de
prueba. Desde este instante el juzgador irá formando su juicio acerca de la credibilidad y la eficacia
de cada medio de prueba, para al final confrontar todas las pruebas receptadas, depurarlas y
tomar una decisión, esto es valorarlas en conjunto para sentenciar en base a la convicción lograda
luego de dicha valoración.
Tradicionalmente en cuanto a la valoración de la prueba, la doctrina ha distinguido principalmente
el sistema arbitrario, el sistema de la prueba legal o tasada, denominado también, de tarifa legal,
el sistema de la íntima convicción o de la libre convicción y el sistema de la sana critica racional.
El sistema arbitrario se daba cuando el juez consideraba probada la existencia del hecho punible y
la culpabilidad de la persona, en base asignos o señales de la naturaleza o de la divinidad, mitos o
creencias, son las llamadas pruebas de Díos; aquí es una valoración basada en concepciones
tradicionales de aquellos tiempos históricos, donde el juzgador es a su vez investigador,
característica propia del sistema inquisitivo.
El sistema de la prueba legal o tasada, es aquella donde la ley procesal establece cuándo el juez
debe o no darse por convencido del cometimiento de una infracción y de la responsabilidad de un
individuo; aquí involucra el cumplimiento o no de ciertas condiciones y es la ley la que señala el
carácter y valor jurídico de las pruebas, además de la forma, número y tipo de hechos que se
prueban.
El sistema de la libre valoración de la prueba o íntima convicción en cambio, es aquel donde la ley
no establece ninguna regla para la apreciación de las pruebas, el juez o tribunal es libre de
convencerse según su íntimo parecer de la existencia o inexistencia de los hechos, así como de la
responsabilidad del acusado, según como le hubiesen impactado las pruebas presentadas.
Por último, el sistema de la sana crítica racional (que para legislaciones como la venezolana, es un
método no un sistema, para ellos el sistema es el de la libre convicción con la aplicación de este
método), señala que el juez deberá valorar, las pruebas de acuerdo con las reglas de la sana crítica
y el criterio racional; es decir, de acuerdo con las reglas de la lógica, de la psicología, de la
sociología y de la experiencia. Aquí, el juez o tribunal se convence de los hechos y de la
responsabilidad en base a las pruebas presentadas que son valoradas con libertad pero
enmarcadas a dichas reglas. Como lo sostiene el autor Vaca Andrade, "…que las conclusiones a las
que se llegue sean el fruto racional de las pruebas en las que se las apoye".
Este sistema es el adoptado por nuestra actual legislación, y tiene su razón de ser en el hecho de
que el tribunal tiene que fundamentar debidamente su decisión, explicando suficientemente, de
conformidad a la garantía constitucional que ordena la motivación en toda resolución de poder
público que afecte a las personas, y no simplemente fallar de tal o cual forma porque así lo cree o
porque esa es su apreciación; la resolución tiene que fundarse en las pruebas válidas, presentadas
e incorporadas al proceso en forma legal y oportuna. Este sistema a mi criterio, le da mayor
seguridad jurídica a nuestro ordenamiento legal porque implica una reflexión más profunda por
parte del órgano jurisdiccional, hay un razonamiento lógico que le lleva al juzgador a tomar tal
resolución y a explicar las razones por las que se pronunció de esa forma.
El principio de la libre valoración de la prueba exige como presupuesto fundamental la existencia
de la prueba. El Juez única y exclusivamente podrá formar su convicción basándose en la prueba
aportada al proceso y practicada en el correspondiente juicio oral. Es necesario aclarar que el
hecho de que se les permita a los jueces aplicar el sistema de la libre valoración de la prueba no
significa de ninguna forma que se pueda prescindir de la prueba; ello, quiere decir que la libertad
de prueba no implica no hacer uso de la prueba, ya que esto forma la convicción del Juez.
Ahora bien, para dictar una sentencia no basta con el mero convencimiento subjetivo del juez,
sino que, el mismo debe apoyarse en la prueba practicada, de tal forma que el resultado puede
obtener la plena convicción de la culpabilidad del acusado.
Señala Ruiz (1993, citado por Miranda, 1997), que la existencia de la prueba se convierten
requisito sine qua non de la valoración, agrega que constatada la existencia de actos de prueba, el
juzgador deberá iniciar la actividad de la valoración de los mismos; si por el contrario, llega a la
conclusión de que no existe actos de prueba es obvio que ello impide toda apreciación, al no
existir prueba alguna que valorar.
Por otro lado, la necesidad de prueba conlleva a la prohibición de que el juez pueda formar su
convicción basándose en su propio conocimiento privado adquirido a extramuros del proceso. De
tal modo, que la libre valoración de la prueba según Pérez (2003),
Consiste en que el Juez pueda dar a cada una de las pruebas presentadas a su consideración, el
peso que considere conveniente en la formación de su convencimiento, pero a condición de que
explique y fundamente esas consideraciones en su decisión.
Por lo que se desprende entonces que la fuente de la convicción debe ser exteriorizada y
plasmada en la motivación de la decisión. Así se conjuga la libertad del juzgador con el control de
las partes y del público sobre los fundamentos de la decisión y sobre la fuente de la convicción.
En este orden de Ideas, cabe apuntar que apreciar o valorar las pruebas, es realizar una operación
intelectual destinada a establecer la eficacia convencional o el mérito que se derivan de los medios
de prueba traídos a un proceso, con el objeto de que se amerite una decisión sobre los hechos
debatidos.
Ello lleva a que la valoración de pruebas sea una tarea principalmente a cargo de los órganos
jurisdiccionales, para la toma de decisiones, pero también corresponde a las partes al hacer sus
alegaciones finales para tratar de convencer sobre la eficacia de las pruebas incorporadas. De tal
manera, que ese examen de mérito, si bien lo debe realizar el Juez o Tribunal al momento de
decidir, también esta precedido por la actividad crítica que de las pruebas realizan las partes,
ayudando de esta forma al sentenciador respectivo.
Ahora bien, cabe mencionar que existen diferentes Sistemas de Valoración Probatoria, a través de
las cuales se aprecian las pruebas al momento de sentenciar, destacando el Sistema Legal o de la
prueba tasada o tarifada, intima convicción y sistema de libre convicción motivada o razonada
“Sana Crítica”.
Haciendo especial mención al sistema de libre convicción motivada o razonada, es oportuno
indicar que este se caracteriza por la inexistencia absoluta de dogmas legales sobre la forma en
que se debe probar los hechos y sobre el valor que debe otorgársele a cada prueba, lo que
significa un arbitrio absoluto del juzgador, ya que se le impone también una obligación de explicar,
razonar el porqué de esa valoración que le dio a cada prueba, debiendo realizarlo de acuerdo a los
principios de la sana crítica racional, siguiendo para ello, los lineamientos de la psicología, la
experiencia común, la reglas de la lógica, que son las del recto entendimiento humano. De esta
forma, se impide que el juzgador decida sólo a su capricho o meras conjeturas que no sean lo
suficientemente fundamentadas para el soporte de dicha decisión.
Es menester traer a colación el contenido del artículo 22 del Código Orgánico Procesal Penal
(2002), el cual expresa: “Las pruebas se apreciarán por el Tribunal según la sana crítica,
observando las reglas de la lógica, los conocimientos científicos y las máximas de experiencia”.
Como ha de observarse, del enunciado del artículo anterior el Proceso Penal Venezolano admite la
valoración de las pruebas, mediante el Sistema de la Libre Apreciación del Juez. Sin embargo, lo
sujeta a la aplicación de las reglas de la lógica, los conocimientos científicos y las máximas de
experiencia.
Claro que si bien el Juez, en este sistema, no tiene reglas jurídicas que limiten sus posibilidades de
convencerse y goza de las más amplias facultades al respecto, su libertad tienen un límite
infranqueable: el respeto de las normas que gobiernan la corrección del pensamiento humano.
La Sana Crítica racional, se caracteriza, entonces, por la posibilidad de que el Juez logre sus
conclusiones sobre los hechos de la causa valorando la eficacia convencional de la prueba con toda
libertad, pero respetando al hacerlo, los principios de la recta razón, es decir, las normas de la
lógica, los principios incontrastables de las ciencias y la experiencia común, aunado a ello la
necesidad de motivar las decisiones, es decir, la obligación impuesta a los Jueces de razonar de su
convencimiento, demostrando el nexo racional entre las afirmaciones o negaciones a que llegó y
los elementos de prueba utilizados para alcanzarlos.
Ello acarrea el efecto de que las decisiones judiciales no resultan puros actos de voluntad o fruto
de meras impresiones de los jueces sino que sean consecuencia de la consideración racional de las
pruebas exteriorizadas, como una explicación racional sobre el motivo por el cual se concluyó y
decidió de esa manera, explicación esta que deberá ser comprensible por cualquier persona,
también mediante el uso de su razón.
Sin embargo, el sistema de libre valoración de la prueba conforme a la sana crítica, no es
precisamente un remedio, el problema radica, en que, al carecer este sistema de reglas expresas y
constantes de apreciación, la valoración de la prueba se sale de los marcos del ordenamiento
jurídico para convertirse en un profundo problema ético y cognoscitivo, que exige jueces de gran
inteligencia, sentido común y sensibilidad humana y social, capaces de producir la valoración
inteligente que el criterio racional reclama.
Es de destacar la gravedad del asunto, pues, los Jueces inexpertos, sometidos a grandes intereses
políticos y/o económicos, urgidos de un sueldo nunca valoraran la prueba con criterio racional y de
ahí que la jurisdicción que medianamente se pudiera acercar a esa meta sólo es posible en una
sociedad que guarde adecuadamente las formas de designación de los jueces, atendiendo a su
idoneidad, no ya expresada en términos de imparcialidad informal, es decir, de ausencia de
vinculación con las partes o con el objeto del proceso que los haga recusables, sino en términos
materiales para lo cual debe ser siempre requisito la escogencia ligada al mérito profesional, la
pasantía por el libre ejercicio, una vida limpia en público y privado que den prueba de una moral
cónsona con la que sustenta la comunidad.
De acuerdo a lo anteriormente señalado cabe preguntarse ¿Cuál es el sustento teórico de la
prueba y su clasificación?, ¿Cuáles son los principios fundamentales del régimen probatorio?,
¿Cuáles son los principios de la prueba en el proceso penal venezolano?, ¿Cuáles son la actividad
probatoria en el proceso penal acusatorio?, ¿Cómo es la libre convicción y la sana crítica en el
proceso penal en la jurisdicción legal venezolana?
Objetivos de la Investigación
Objetivo General
Analizar la prueba en el proceso penal en la jurisdicción legal venezolana
Objetivos Específicos
- Identificar el sustento teórico de la prueba y su clasificación

- Determinar los principios fundamentales del régimen probatorio

- Conocer los principios de la prueba en el proceso penal venezolano


- Identificar la actividad probatoria en el proceso penal acusatorio

- Estudiar la libre convicción y la sana crítica en el proceso penal en la jurisdicción legal venezolana

Justificación
La presente investigación se justifico en virtud de la importancia que tiene la prueba en un
proceso, sea civil o penal, ya que trata de aportar al juez la convicción de la verdad de una
afirmación o simplemente de fijarle a los efectos del proceso. Sin embargo, la valoración que haga
el juzgador en relación a estas es importante, en virtud de que contribuye a la formación de la
misma y a la convicción del juez sobre determinada o determinados hechos.

Ahora bien, en el sistema de libre convicción el juzgador debe aplicar, también las reglas de la
lógica y las máximas de experiencia, con la particularidad de que en este caso no vienen impuesto
por el legislador en una norma concreta.

También se hace necesario agregar, que la eficacia de la prueba presupone la previa valoración de
la misma, por lo que se hace imprescindible un adecuado sistema de valoración de la prueba, ya
que la prueba es el único instrumento procesal con que cuenta el Juez para controlar las
afirmaciones iniciales de las partes y obtener convicción acerca de su exactitud.

Por tanto la valoración o apreciación de la prueba constituye; indudablemente una operación


fundamental en el proceso penal, con la valoración de la prueba se determina el resultado que se
infiere de la práctica de un determinado medio de prueba, es decir, el grado de convicción o
persuasión de la prueba practicada, que puede ser positivo, en cuyo caso se habrá logrado el fin de
la prueba (convicción judicial), o negativo, al no alcanzar dicho fin.

Puede suceder, que el fin de la actividad valorativa del Juez no coincida, con el fin de la prueba.
Este podrá o no alcanzarse, pero en ambos casos la apreciación de la prueba habrá logrado su
objetivo, que consiste en conocer el resultado de la prueba, su eficacia.

De igual modo, también es importante la presente investigación en virtud de que mediante la


aplicación de un adecuado sistema de valoración de prueba, sirve al juez para depurar los
resultados obtenidos con la práctica de los diferentes medios de prueba, interrelacionándolos
unos con otras para llegar finalmente a formar su convencimiento.

Por otro lado, este trabajo tuvo por objeto concientizar al legislador, sobre la amplitud del sistema
de libre apreciación de pruebas, que si bien es cierto, permite analizar los diferentes medios de
prueba en forma exhaustiva también puede ser medio peligroso en el proceso, sino es utilizado de
forma adecuada y honesta por los diferentes juzgadores.

Asimismo, la investigación abordada busco servir de aporte o fuente a otras investigaciones,


trabajos, proyectos que se realicen en cuanto a la materia tratada y desarrollada a la largo de este
trabajo.

CAPÍTULO II
CONTEXTO TEÓRICO
Antecedentes de la Investigación

Ramirez (2008) El Régimen Probatorio en el Proceso Penal Venezolano. La dinámica de pruebas se


manifiesta en actividades específicas llamadas actos de pruebas, que en el derecho procesal penal
son elementos de obligatorio cumplimiento para dar inicio al proceso originado por una acción
punible. Durante la investigación correspondiente al hecho punible interviene primero el
denunciante ó víctima del delito, el Ministerio Público como titular de la acción penal, algunos
terceros como testigos, cuerpo de investigaciones competentes, peritos y otros que podrían
involucrarse y el imputado que es el sujeto procesal activo sobre quien va a recaer la acusación
orientada por el representante del Ministerio Público.

La interposición de una denuncia constituye un acto de prueba, también el dictamen de peritos, el


testimonio, las diligencias practicadas por el cuerpo de investigaciones, la inspección, el
levantamiento de cadáveres, comprobación de lesiones, objetos, daños, entre otros. Las pruebas
facilitan al Ministerio Público el fundamento jurídico para sus determinaciones. El Ministerio
Público perseguirá el delito cuando los elementos probatorios le proporciones un índice
considerable de verdad, de lo contrario desvirtuaría sus funciones. Las pruebas son el medio
indicado para justificar una postura legal, ya sea con el ejercicio de la acción penal o cuando se
determina que el acto cometido lesiona los derechos humanos jurídicamente protegidos. El
Código Orgánico Procesal Penal como instrumento legal en la legislación penal venezolana
constituye un cambio en el proceso que hoy se sigue en el País. Este instrumento legal contiene un
aparte sobre el Régimen Probatorio fundamentado en principios y garantías constitucionales que
enmarcan sus normas legales. La investigación presentada de tipo documental ha sido orientada
en función de los fundamentos legales y conocimientos doctrinados referidos a prueba. En general
se enfoca lo relacionado el medio probatorio en la legislación penal venezolana.

Cortez (2008) La Libre Apreciación de la Prueba como Sistema de Valoración Probatorio en el


Proceso Penal Venezolano. El principio de la libre valoración de la prueba en el proceso penal
venezolano le otorga al Juez, según lo contenido en el artículo 22 del Código Orgánico Procesal
Penal, la libertad de valoración de las pruebas, según la sana crítica, observando las reglas de la
lógica, los conocimientos científicos y las máximas de experiencia; sin embargo, este sistema de
libre valoración de la prueba conforme a la sana crítica, no es precisamente un remedio. El
problema radica, en que, al carecer este sistema de reglas expresas y constantes de apreciación, la
valoración de la prueba se sale de los marcos del ordenamiento jurídico para convertirse en un
profundo problema ético y cognoscitivo, que exige juicios de gran inteligencia, sentido común y
sensibilidad humana y social, capaces de producir la valoración inteligente que el criterio racional
reclama.

Por ello, surge la presente investigación que tiene como general objetivo: Analizar el alcance de la
Libre Apreciación de la Prueba como Sistema de Valoración probatoria en el Proceso Penal
Venezolano, basándose para ello en una investigación de tipo descriptivo -monográfico, donde se
utilizará para su desarrollo las técnicas e instrumentos propios de este estudio, entre las cuales se
pueden citar: la Observación documental y la técnica del resumen. Concluyendo con una posible
solución como es la necesidad de que el legislador limite la forma la valorar la prueba por parte del
juez, ya que esta forma de valoración depende del prudente arbitrio del Juez.

Teorías de Entrada

Este es uno de los capítulos más importantes del Derecho Procesal Penal. La Teoría de la Prueba se
encuentra relacionada con la Teoría del Conocimiento, porque con ella se formará convicción en el
Juez. La prueba consiste en una actividad procesal dirigida a alcanzar la certeza judicial de ciertos
elementos para decidir un litigio sometido a proceso. La prueba no es el hecho mismo que se
investiga. Una cosa es la prueba y otra el hecho conocido. La prueba es la reactualización, es la
representación de un hecho. A medida que el Juez va observando el estado de las cosas o la
conducta de las personas (reuniendo elementos probatorios) irá formando su criterio hasta
quedar convencido de la existencia del delito y la responsabilidad del autor.

La certeza es un estado relativo, la verdad es un estado absoluto. El proceso penal es obra de


hombres que tienen facultades relativas y limitadas, son falibles, por eso no pueden pretender
llegar a la verdad, pero tienen la obligación de llegar a la certeza, que a menudo coincide con la
verdad pero no siempre.

Es necesario indicar que la teoría de la prueba es una de las cuestiones más importantes del
derecho procesal, se estima afirmar lo dicho por Bentham a estas como un "derecho probatorio",
la misma que trata de abarcar todos los problemas relacionados a la evidencia jurídica, con la
formación de la conciencia del Juez, de allí que se tiene estrecha relación con la teoría del
conocimiento. Así, este módulo nos servirá para tomar posición en cuanto a la prueba en general y
en particular una introducción al análisis de las mismas.

Es conveniente señalar la diferencia que existe entre sistema y teoría. La primera trata de
hipótesis especulativamente, mientras la teoría las comprueba y la las verifica, el sistema es un
método, es construcción ideológica, la teoría es observación y experiencia mediante las cuales
reúne una serie de hechos, por lo que no hay nada más practico que una buena teoría.

Probar en derecho procesal vale tanto como representar o actualizar el pasado. El origen de la
prueba esta en la necesidad de traer al Juez lo que pasó fuera de su conciencia. El fin será
evidenciar la violación de la norma penal y el efecto será la operación mental que establece la
relación existente entre el medio probatorio y el hecho que se investiga.
Aspectos Conceptuales

Prueba

Cuando se habla de la nomenclatura o terminología de la prueba jurisdiccional, es necesario, en


primer lugar, establecer que es prueba para el proceso jurisdiccional y cual es su finalidad o
función en el mismo.

La prueba es un estado de cosas, susceptible de comprobación y contradicción, que tiene lugar en


el proceso de conformidad con la ley, para producir convencimiento, no solo en el juez, sino en las
partes y en el público, sobre la veracidad o falsedad de los hechos del proceso y,
consiguientemente, para sustentar las decisiones. Ese estado de cosas, que puede consistir en un
objeto que confiesas, otro que rinde testimonio, el juez que inspecciona, un experto que analiza y
dictamina, un documento que dice algo o un objeto que indica o sugiere algo, resulta claro
entonces que ese estado de cosas en el proceso al que llamamos prueba es introducido a este a
través de los llamados medios de prueba o medios probatorios.
Se le puede concebir como la razón o argumento mediante el cual se pretende demostrar y hacer
patente la verdad o falsedad de un hecho, Carnelutti considera la prueba, no sólo al objeto que
sirve para el conocimiento del hecho, sino también la certeza o convicción que aquél proporciona.
En sentido amplio, conceptúa que la prueba es un equivalente sensible del hecho que habrá de
valorarse
Para Bentham se puede conceptualizar como “… un hecho que se da por supuesto como
verdadero y que se considera como debiendo de servir como motivo de credibilidad acerca de la
existencia o no existencia de otros hechos”.
Para Carnelutti sostiene que “El uso de la palabra prueba se limita a los procedimientos instituidos
por el Juez para la comprobación de los hechos controvertidos (afirmados y no admitidos)”; es
partidario que sólo con el nombre de prueba se designan los procedimientos mediante los cuales
el juez comprueba los hechos afirmados por las partes, lo cual no puede derivar de la búsqueda de
su verdad, sino de os procesos de fijación normal, circunstancia por la cual probar no quiere decir
demostrar la verdad de los hechos discutidos, sino determinar o fijar formalmente los hechos
mismos mediante procedimientos determinados.
Para Couture es “un método de averiguación y un método de comprobación.
Guasp señala que “es el acto o serie de actos procesales por los que se trata de convencer al juez
de la existencia o inexistencia de los datos lógicos que han de tenerse en cuenta en el fallo.
Devis Echandía considera que “Probar es aportar al proceso, por los medios y procedimientos
aceptados por la Ley, los motivos o las razones para llevarle al Juez el convencimiento o la certeza
sobre los hechos.
Para Romberg “es la actividad de las partes dirigida a crear en el juez la convicción de la verdad o
falsedad de los hechos alegados en la demanda o en la contestación”.
Montero Aroca: Actividad procesal por la que se tiende a alcanzar el convencimiento psicológico
del Juzgador sobre la existencia de datos aportados al proceso por las partes o a fijarlos conforme
a una norma legal.
Para Sentís Melendo: Prueba es la verificación de afirmaciones formiuladas en el proceso,
conducentes a la sentencia.
Las pruebas según Oswaldo Parrilli Araujo; "son los actos jurídicos procesales en que intervienen
las partes y el juez, en su pretensión de buscar las causas o explicaciones que conduzcan a
esclarecer los hechos para proporcionar al juzgador una verdadera convicción sobre esos
acontecimientos, permitiéndole decidir, a través del raciocinio, el conflicto que se ha desarrollado
en el proceso. Tomando en cuenta la siguiente premisa se puede comenzar señalando la
importancia de lo que es el medio de prueba y su forma de evacuación en el proceso, ya que es a
través de ellas que las partes van a corroborar sus alegatos en juicios y son ellas las que van a
dirigir al sentenciador a la verdad de los hechos para una decisión justa y diligente.
El medio que produce un conocimiento cierto o muy probable, de hechos y circunstancias
relacionadas con el delito, es lo que en lógica jurídica, se considera prueba.

Tomando en cuenta que se tiene que probar la existencia del hecho delictivo y la participación y
consecuente responsabilidad de una persona en él, es que de ese medio que nos estará
proporcionando tal conocimiento, desprenderemos ambas circunstancias. Hay que distinguir entre
hecho constitutivo de delito, circunstancias relacionadas con él y los medios que suministran la
suficiente información sobre la veracidad de cómo ocurrieron esos hechos y quiénes lo
perpetraron. Cuándo estamos ante el hecho en sí y cuándo estamos ante la historia narrada de lo
que ocurrió. Por supuesto, se trata de reconstruir el hecho. Un hecho, generalmente, deja rastros
y circunstancias que ayudan a armar mentalmente lo que ahí sucedió.

Como es lógico, ni el Juez, ni los fiscales, ni los defensores estuvieron presentes al momento de
llevarse a cabo el hecho tipificado como delito; sin embargo, cada parte pretende reconstruir los
hechos, de tal manera que coincidan con la realidad y beneficiar a quien representan. ¿Qué
reconstrucción será la que prevalecerá? Por supuesto que la que se ampare en pruebas más
contundentes, que sean lo suficientemente fuertes como para trasladar convicción al Juez, que es
quien en definitiva valorará las pruebas y decidirá sobre la verdad real y material del hecho.
Los hechos y circunstancias relacionados con el delito podrán ser probados por cualquier medio
legal de prueba. siempre que se refiera, directa e indirectamente al objeto de la averiguación y sea
útil para el descubrimiento de la verdad.

Clasificación de la Prueba

Devis Echandía (1994:177-184) nos dice que la prueba se puede clasificar de la siguiente forma:

1) De acuerdo a su finalidad:

Prueba de descargo o exculpatoria: es aquella que persigue acreditar la inocencia del encartado.
También se le denomina contra prueba o prueba contraria.

Prueba de cargo o incriminatoria: es aquella dirigida a demostrar la culpabilidad del encartado en


un hecho delictivo.

Pruebas sustanciales: persiguen demostrar la validez o existencia de un acto jurídico de naturaleza


material. Por ejemplo: escritura pública de compraventa.

Pruebas formales: su papel se circunscribe únicamente al campo procesal.


2) De acuerdo a su ilicitud o licitud:

Pruebas ilícitas: son aquellas que han sido recabadas e incorporadas al proceso penal por medio
de una trasgresión a una norma constitucional o procesal.

Pruebas lícitas: su validez y eficacia probatoria se encuentran garantizadas por su estricto apego al
debido proceso.

3) De acuerdo con su resultado:

Prueba plena: es una sola prueba que le proporciona al juzgador la suficiente convicción. También
se le denomina prueba completa o perfecta.

Prueba semiplena: el juez necesita que la única prueba sea complementada con otros elementos
probatorios para llegar a la convicción. Se le llama prueba incompleta o imperfecta.

4. De acuerdo con su utilidad:

Pruebas útiles: constituyen un apoyo que le permite a la autoridad jurisdiccional obtener la


convicción con respecto a hechos que son relevantes en el proceso penal.

Pruebas inútiles: no prestan ningún servicio o auxilio al juez.

Prueba posibles: pueden practicarse sin problema alguno.

Pruebas imposibles: no existe posibilidad alguna para realizar su práctica.

Pruebas conducentes: es aquella que es apta para que el juez llegue al convencimiento, en
relación con el hecho al que hace mención la misma prueba.

Pruebas inconducentes: es lo contrario a lo anterior.

Pruebas pertinentes: tienen relación con el hecho que se pretende probar.

Pruebas impertinentes: no guardan ningún tipo de relación con el hecho que se pretende
demostrar.

Leone (1989: 170) las clasifica de la siguiente forma:


De acuerdo a su objeto:

Pruebas directas: son aquellas que se refieren inmediatamente al objeto a probar.

Pruebas indirectas: hacen referencia a otro objeto que tiene relación con el objeto a probar. Ej:
prueba indiciaria.

De acuerdo a su medio:

Pruebas genéricas: le proporciona al juez una percepción directa del objeto a probar. Tenemos
como ejemplo el cuerpo del delito, las huellas materiales del hecho delictivo, etc.
Pruebas específicas: el juez obtiene el conocimiento del objeto por medio de otras fuentes. Ej:
búsqueda e identificación del autor del hecho punible, así como los demás partícipes, si existieren.

De acuerdo a su categoría o grado:

Pruebas primarias: tiene como fin primordial demostrar el hecho sea en forma directa o por medio
de otro hecho. Se le denomina pruebas de primer grado. Ej. Prueba pericial, prueba testimonial,
etc.

Pruebas secundarias: cuando una prueba sirve para probar otra prueba. Son conocidas como
pruebas de segundo grado. Ej: una prueba testimonial que nos proporcione indicios.

De acuerdo a su función:

Pruebas lógicas: por medio de un razonamiento o juicio, el juez logra obtener el resultado
probatorio. Estas pruebas son conocidas como pruebas críticas. Ej: la inspección y los indicios.

Pruebas históricas: le permite a la autoridad jurisdiccional tener una función representativa del
hecho a probar. Ej: el testimonio, la confesión, etc.
De acuerdo a su naturaleza:

Pruebas personales: son las que emanan directamente de la persona. Ej: la confesión, el
testimonio, etc.

Pruebas materiales: tienen su origen en las cosas. Ejemplo: fotografías, rastros o huellas, etc.
Por otro lado tenemos Framarino Dei Malatesta (1989:135-145) que nos proporciona la siguiente
clasificación:

En cuanto al objeto:
Prueba directa: se refiere a la cosa que se pretende probar, es decir, al delito. Ej: Testigo
presencial de los hechos.

Prueba indirecta: hace mención a algo que a pesar de que es distinto al delito, le permite a la
autoridad jurisdiccional por medio de un proceso racional, deducir el injusto penal. Ej: los indicios.

En cuanto al sujeto:

Prueba personal lo testimonio de persona: se puede presentar ante el juez en forma separada de
la persona a través de la forma escrita o inseparable y transitoria de la persona por medio de la
moralidad.

Prueba real o testimonio de cosas: dentro del proceso penal se presenta en forma material u
original. Ej: arma de fuego.

En cuanto a la forma:

Prueba documental: el testimonio de la persona aparece en forma escrita ya que no es posible su


reproducción oral.

Prueba testimonial: el testimonio de la persona se presenta realmente en la oralidad.

Testimonio común: se origina de testigos corrientes, accidentales del hecho.

Testigo pericial: proviene de individuos que ostentan conocer conceptos especiales.

Prueba material: se circunscribe al aspecto de la estructura física de la cosa

Clasificación de las pruebas criminales según su finalidad:

Pruebas incriminantes: son aquellas que le permiten al juzgador obtener la certeza de la


culpabilidad del imputado en la comisión de un hecho delictivo. Esta prueba está encaminada a
demostrar la existencia del acto acriminado.

Para Mittermaier (1979:141) la prueba de cargo tiene los siguientes objetivos:

La averiguación del punto de hecho, es decir, de la existencia de todos los hechos, de donde
resulta la materialidad del acto criminal (la muerte, por ejemplo), en caso de homicidio de los
hechos característicos del crimen (verbigracia, la administración del veneno), de la existencia de
los hechos que se unen al crimen especial que se trata de castigar (el escalamiento en caso de
robo). La demostración de que el acusado tiene en el crimen una participación culpable.
La investigación de su estado mental y su voluntad en el momento del crimen, a fin de que sea
posible apreciar si ha habido dolo o simplemente negligencia.

La manifestación de la premeditación, cuando la inculpación recae sobre el crimen, del que es


elemento esencial la premeditación. La averiguación de la intención, cuando tiene relación con el
acto criminado la demostración de la perfecta concordancia entre la intención y los hechos
acriminados que se le atribuyen como consecuencia o también la del a imputabilidad que por
razón de esta consecuencia se puede hacer pesar sobre el autor.

Pruebas excusantes o de descargo: tiene como fin primordial excluir la culpabilidad del imputado.
También se le denomina prueba de inocencia.

Desde el punto de vista probatorio, la prueba excusante persigue destruir la inculpación de que es
objeto el imputado dentro de un proceso penal.

Principios fundamentales del régimen probatorio

El proceso penal Venezolano establece principios procesales fundamentales para hacer efectiva la
aplicación de la tutela judicial efectiva en la práctica de la obtención de las pruebas, por lo que
debe respetarse los convenios, tratados y acuerdos internacionales, la constitución de la República
Bolivariana de Venezuela y el Código Orgánico Procesal Penal. En función de ello a lo que se
expondrá, en el presente capítulo se realizarán las respectivas ampliaciones y explicaciones.
Considera (Pérez, 1998, p. 218) que los principios que regulan el régimen probatorio establecido
en el Código Orgánico Procesal Penal, corresponde plenamente a los patrones del sistema
acusatorio y por ello son:

A. Carga de la Prueba

En el sistema acusatorio, corresponde al titular de la acción penal, se la Fiscalía ósea un acusador


privado, el probarla culpabilidad del acusado y en consecuencia, este no está obligado a probar su
inocencia. Esto quiere decir que el titular de la acusación es quien tiene la carga de la prueba de
los hechos imputados y el tribunal sólo puede acometer la búsqueda de la prueba para mejor
proveer.

El principio de la carga de la prueba no esta expresamente consagrado en el Titulo Preliminar del


Código Orgánico Procesal Penal, que recoge los principios fundamentales del nuevo ordenamiento
procesal penal Venezolano pero esta incito de manera irrestricta en el carácter de la acción penal,
o facultad de perseguir e investiga r el delito que a su vez no corresponde al tribunal, sino a las
partes acusatorias (principalmente al Ministerio Público). En el mismo orden de ideas estipula
(Monagas, 2005, p.14) que en la carga de la prueba son las partes las que deben suministrar la
prueba de ciertos hechos, sea porque los invoca en su favor o de ellos se deduce lo que pide, o
porque lo opuesto goza de presunción o de notoriedad o porque es una negación indefinida.

B. Libertad de Prueba

El principio de prueba libre es aquel según el cual, en el proceso es admisible todo tipo de prueba,
y todo hecho relacionado con el juzgamiento
puede ser objeto de prueba.

Los ordenamientos procesales que tienen como norma la prueba libre simplemente así lo
proclaman en uno o varios artículos y, por tanto, estos ordenamientos no establecen cuales son
los medios probatorios admisibles, si no simplemente requerimientos de legalidad para los medios
usualmente utilizados por el Estado para recabar evidencias contra los ciudadanos imputa dos. La
libertad de prueba es propia de los ordenamientos acusatorios más avanzados (ver Código
Orgánico Procesal Penal artículo 198).

Un medio de prueba, para ser admitido, debe referirse, directa o indirectamente, al objeto de la
investigación y ser útil para el descubrimiento de la verdad. Los tribunales podrán limitarlos
medios de prueba ofrecidos para demostrar un hecho o circunstancia, cuando haya quedado
suficientemente comprobado con las pruebas ya practicadas. El tribunal puede prescindir de la
prueba cuando ésta sea ofrecida para acreditar un hecho notorio.

Aquí se establecen los principios de liberta de, idoneidad y utilidad de la prueba. Libertad porque
el Código Orgánico Procesal Penal permite a todas las partes probar todo cuanto se quiera en
relación con los hechos justiciables y sus consecuencias deducidas en el proceso y hacerlo,
además, por cualquier medio lícito, susceptible de valoración por el sentido común.

La libertad de prueba está únicamente limitada en el Código Orgánico Procesal Penal, según la
parte final del encabezamiento o primer párrafo, del artículo 198, por aquellas situaciones donde
la ley no admita otra forma de prueba que la que ella expresamente establece.

C. Legalidad de la Prueba

El principio de la legalidad de las pruebas que se encuentra recogido en el artículo 197 del Código
Orgánico Procesal Penal consiste en que sólo serán admisibles como medios de prueba aquellos
cuya obtención se haya producido conforme a las reglas del Código o de legislaciones particulares
que, como en el caso de las comunicaciones telefónicas, están sujetas a regulaciones específicas
en ley es especiales.

Por consiguiente, el principio de legalidad abarcados aspectos fundamentales como son el primer
término, el cumplimiento de las formalidades específicas establecidas por el Código o por leyes
especiales para la obtención de la evidencia, como se advierte en el caso de los registros e
inspecciones, regulados en los Artículos 202 a 213 así como en los casos del 218 al 221 del Código
Orgánico Procesal Penal. En este caso se dice que estamos ante el llamado sentido directo del
principio de licitud de la prueba, ya que la sola falta o el quebrantamiento de la formalidad exigida
produce la ilegalidad de la prueba así obtenida.

En segundo término, tenemos que el principio de licitud de la prueba exige que la prueba no haya
sido obtenida mediante engaño, coacción, tortura física o psicológica, ni por medios hipnóticos, ni
tampoco por efectos de fármacos, estupefacientes o brebajes enervantes de la voluntad de las
personas.

D. Comunidad de la Prueba

Toda la evidencia recabada durante la investigación preliminar o fase preparatoria es acervo


común de las partes, en tanto así lo manifiesten y la promuevan. A este respecto hay que recordar
que en razón de que el sistema acusatorio se funda en la búsqueda de la verdad material (artículo
13 y 328 del Código Orgánico Procesal Penal), las evidencias traídas a las actuaciones por una
parte, pueden resultar de provecho a otra de las partes y viceversa. Por esta razón, en la fase
intermedia, al formular sus conclusiones por escrito, sobre la fase preparatoria y con vista al juicio
oral, pueden manifestar que hacen suyas las pruebas de otras partes, a fin de usarlas en su
provecho .

E. Libre Convicción

Refiere (Popoli, 2006, p. 52) que es sabido, el viejo y derogado Código de Enjuiciamiento Criminal
se basa en el sistema de la prueba legal. Asu vez considera (Popoli, 2006, p. 107) que es
importante señalar que todo nuestro proceso penal tiene que ser fundamentado, siempre sobre la
base de conocimientos científicos, máximas de experiencias y razonamientos lógicos.

Hasta las partes para interponer un recurso en contra de una decisión judicial deben subsumir la
violación o infracción presuntamente cometida en un fundamentar debidamente escrito del
recurso, promover los medios de prueba en este mismo escrito, probar lo que se alegan, puesto
que tienen la carga de la prueba, y además darle la posible solución al tribunal que conocerá de
ese recurso, considerando que la decisiones de los órganos jurisdiccionales merecen fe pública
salvo prueba en contrario .

En el mismo orden de ideas considera (Monagas, 2005, p. 8) en términos más actualizados los
principios generales de la prueba judicial que regulan el régimen probatorio establecido en el
Código Orgánico Procesal Penal, pertenecen plenamente a los patrones del sistema acusatorio y
por ello son:

F. Eficacia Jurídica y Legal De La Prueba


Considera (Monagas, 2005, p. 9) Si la prueba es necesaria para el proceso debe tener eficacia
jurídica para llevarle al juez el convencimiento o la certeza sobre los hechos que sirven de
presupuesto a la normas aplicables al litigio, a la pretensión voluntaria o la culpabilidad penal
investigada. No se concibe a la institución de la prueba sin esa eficacia jurídica reconocida por la
ley, por lo que el juez debe considerar la prueba como un medio aceptado por el legislador, para
llegar a una conclusión sobre la existencia e inexistencia y las modalidades de los hechos
afirmados o investigados en el proceso.

G. La Lealtad Probidad o Veracidad de la Prueba

Si la prueba es común si tiene su unidad y su función de interés general, no debe usarse para
ocultar o de formar la realidad para tratar de inducir al juez a engaño, sino con lealtad y probidad
o veracidad, sea que provenga de la iniciativa de las partes o de la actividad inquisitiva del juez.

H. Imparcialidad del Juez en la Dirección y Apreciación de la Prueba

La dirección del debate probatorio por el juez, impone su imparcialidad esto es, el estar siempre
orientando por el criterio de averiguar la verdad, cuando decreta pruebas oficiosamente o a
solicitud de parte, como cuando valora los medios al legados al proceso.

I. La Obtención Coactiva de La Prueba

Permite al juez el ejercicio de su autoridad para obtener la prueba (allanamientos, acceso a los
archivos públicos, cierta coacción para que comparezcan testigos, suministro de libros y
documentos.)

J. La Inmaculacion de la Prueba

Por razones de economía procesal, debe procurarse que los medios de pruebas aportados al
proceso, estén libres de vicios intrínsecos y extrínsecos que los hagan ineficaces y nulos.

K. De la Naturalidad o Espontaneidad o Licitud de Pruebas y Respeto a la Persona Humana

Implica la abolición de la violencia para obtener las pruebas.

L. Del Interés Público de la Función de la Prueba

Siendo el fin de la prueba llevar la certeza a lamente del juez para que pueda fallar conforme a la
justicia, hay un interés público indudable y manifiesto en la función que desempeña en el proceso,
como la hay en éste, en la acción y en la jurisdicción, a pesar de que cada parte persiga con ella su
propio interés o beneficio y la defensa de su pretensión o excepción.

M. De la Originalidad de la Prueba

Significa que la prueba en lo posible debe referirse al hecho por probar en forma directo, para que
sea prueba de éste, pues eso refiere a los hechos relacionados con aquél, se tratará de pruebas de
otras pruebas.

N. Pertinencia de la Prueba

El tiempo y el trabajo de los funcionarios judiciales y de las partes, no deben malgastarse en la


práctica de medios que por si mismos o por su contenido, no sirvan en absoluto para los fines
propuestos y aparezcan claramente improcedentes.

O. No Disponibilidad e Irrenunciabilidad de la Prueba

Significa que no le corresponde a la parte ningún derecho a resolver si una prueba que interese al
proceso debe ser o no aducida, sin o que el juez dispone de poderes y medios para llevarla al
proceso e igualmente significa que una vez solicitada la práctica de una prueba por una de la
partes, carece de facultad para renunciarla si el juez la considera útil y que si ya fue practicada no
puede renunciar a ella, para que el juez deje de apreciarla.

Principios de la Prueba en el Proceso Penal Venezuela

Principio de control y contradicción

En el proceso las partes tienen que probar sus afirmaciones (Sentis, Devis) con el propósito de
contribuir a formar el criterio del juzgador; esta tarea debe ceñirse a una serie de reglas que
intentan garantizar los derechos de las partes, en especial del imputado. El principio de control y
contradicción es una de estas garantías, en términos de Borrego: “dada un proposición probatoria,
ésta debe ser efectivamente observada (controlada) por todos los interesados, para preservar el
ejercicio legítimo de cada parte en la administración del juicio” (1998:86).

Este profesor explica como la práctica del control brinda el campo a la contradicción cuando sea
oportuno y pertinente adversar la prueba que ha sido presentada, “bien para que no se practique,
ora para evitar que la prueba no se valore y pueda producir efectos en la sentencia”. Esta idea se
encuentra en nuestro Código Orgánico Procesal Penal (COPP) en su artículo 18 (principio de
contradicción) en concordancia con el 198.
En cuanto a la regulación que el COPP hace de este principio, Delgado considera conveniente
aclarar que dicha norma no hace referencia ni exclusión sobre fase o acto alguno del proceso, es
decir que abarca a todo el proceso penal, “entendido desde que se inicia [fase de investigación]
hasta su definitiva conclusión, incluyendo la fase de ejecución”(2004:44).

Por otra parte, Borrego relaciona estos principios con el de igualdad procesal, que busca equiparar
la actividad del accionante y del accionado, es decir, que todos los actores del escenario deben
tener las mismas oportunidades para el ejercicio de la prueba. Estos principios también están
vinculados estrechamente con el derecho a la defensa y con el principio de publicidad (Delgado y
Mayaudón, 2004).

Antes de cerrar este punto, se quiere destacar también que Devis Echandia en su descripción del
principio de contradicción de la prueba, entre otras, señala: “…debe negársele valor de prueba
practicada (…) al dictamen de peritos oportunamente ordenado, o al menos simultáneamente en
el juicio oral, pero no fue puesto en conocimiento de las partes para que éstas ejercitaran su
derecho de solicitar aclaraciones o ampliaciones. Los autores exigen generalmente la
contradicción de la prueba como requisito esencial para su validez y autoridad” (1981:123). Sobre
esta idea se volverá más adelante.

Principio de oralidad

En Venezuela las formas del juicio deben encaminarse bajo el signo de la oralidad (artículos 14 y
338 del COPP). En el proceso penal prevalece la forma oral y en la civil la escrita (Devis, 1981:139).

La oralidad “se constituye en una garantía para que todos los interesados en la causa sepan en qué
consisten los distintos argumentos de las partes y, este conocimiento lo adquieren de una forma
inmediata” (Borrego, 1999:111). El tribunal debe fundamentar su decisión solamente en las
pruebas que le son presentadas en el juicio oral (Mayaudón:47).

Para Pérez Sarmiento la oralidad puede presentarse en la realidad de los procesos de dos formas:
como principal o secundaria. La oralidad es principal cuando: “constituye no sólo la forma esencial
de los actos procesales, sino también y principalmente, cuando los jueces o jurados tienen que
decidir inmediatamente después de concluido el debate y la práctica de pruebas basándose
exclusivamente en lo escuchado y visto en la audiencia oral y no sobre la base de actuaciones
escritas”. En cambio, será secundaria cuando las formas orales son mero ornamento, es “el caso
de aquellos actos orales en los cuales se exige a las partes consignar informes conclusivos por
escrito y en los que la sentencia puede basarse en el material escrito del sumario” (2007:64) La
incorporación a través de la lectura del contenido de escritos es excepcionalísima (339 COPP).

Principio de inmediación
El texto del artículo 16 del COPP expresa que los jueces deben sentenciar con base en la prueba
presenciada interrumpidamente en el debate oral. De modo que los jueces no pueden seguir
trabajando por intermedio de los funcionarios del tribunal; tienen la obligación formal de estar
atentos y pendientes de los distintos acontecimientos de la causa (Borrego, 1998:87)

Devis Echandía señala que donde se cumple mejor la inmediación es en los procedimientos orales,
y que éstos son especialmente importantes “en materia de testimonios, inspecciones judiciales,
indicios, interrogatorios a las partes y a los peritos.” (1981:128)

Sobre este principio Pérez Sarmiento señala que en el COPP existen 03 excepciones:

1. La prueba anticipada.

2. El interrogatorio de personas impedidas de asistir al juicio.

3. El interrogatorio de altos funcionarios, legalmente dispensados (2007:114).

Tenemos entonces que, en términos de Borrego (1999), en los juicios orales se debe cumplir a
cabalidad con el principio de inmediación, control y contradicción. Esto debe darse especialmente
en materia de testimonios, inspecciones judiciales, indicios e interrogatorios de las partes y peritos
(1998:88).

La Actividad Probatoria

La actividad probatoria es un asunto eminentemente práctico, donde debe ponerse a prueba la


habilidad de los Abogados, capacidad perceptiva coherencia, diligencia y preparación teórica.
Según Echandia (1981) se entiende como actividad probatoria al “conjunto de actos procesales
destinados a la búsqueda, proposición, incorporación, evaluación, admisión, práctica y valoración
de las pruebas y por ello constituye el objeto fundamental del Derecho Probatorio, es el núcleo
esencial de toda la actividad procesal” (p.45).

La actividad probatoria, consiste en el conjunto de declaración legalmente regulada, por las cuales
se introducen y valoran en el proceso, elementos capaces de producir algún conocimiento acerca
del tema propuesto como prueba. En ésta actividad participan las partes y sus auxiliares, el Juez y
sus auxiliares y demás órganos de prueba, la cual debe ser ejecutada conforme al procedimiento
legalmente normatizado.

La actividad probatoria se despliega en base a determinados principios y reglas técnicas


elaboradas desde una teoría general, con proyecciones en el proceso judicial, donde se consideran
aspectos como libertad de objeto y medios, publicidad de los actos, comunidad de prueba, unidad
de prueba entre otros.
Conforme a lo expuesto, puede advertirse que todo lo atinente al estudio, sistematización y
regulación legal del instituto se corresponde con la actividad desarrollada en el proceso judicial.
Desde la observación del fenómeno, no puede mas que coincidirse con la Doctrina que advierte
que la llamada “prueba judicial” constituye la confirmación de las afirmaciones de una parte,
negadas por la parte contraria (reafirmar una posibilidad) con diversos medios para generar
convicción en un juzgador.

La regulación de la actividad probatoria mediante Normas de Derecho es lo que distingue a la


prueba en el proceso jurisdiccional de cualquier otra forma de proceso probatorio en cualquier
otra rama de la actividad humana, donde no existen medios específicos a través de los cuales se
deba probar, ni lapsos preclusivos ni mucho menos reglas que determinen el efecto de justificar
(reglas de carga objetiva de la prueba).

El desarrollo la ciencia y la tecnología, del comercio, de la industria y de las comunicaciones,


condujo a la igualdad formal de los hombres ante la ley y de ahí al principio procesal, según el cual
quien alega tiene la carga de probar su alegato, de allí el concepto de carga de la prueba,
perfeccionado paulatinamente a través de los siglos, hasta conducir a los siguientes postulados
teóricos esenciales:

1. No todos los hechos alegados en un proceso concreto necesitan ser probados, lo cual no quiere
decir que esos hechos, como acontecimientos naturales o volitivos no puedan ser objeto de
prueba en general o en otros procesos;

2. En los procesos regidos por el principio dispositivo (civil, mercantil, etc.), el demandado puede
ser declarado confeso si guarda silencio respeto a los hechos de la demanda y no prueba en su
favor (confesión ficta);

3. En el proceso penal acusatorio, la carga de la prueba se pone en cabeza del titular de la acción
penal, y el proceso penal venezolano lo asume el Ministerio Público que es a quien corresponde su
ejercicio en la administración de Justicia.

El tratamiento de la Carga de la prueba supone conocimiento profundo sobre el tema asumiendo


con plena responsabilidad las partes sobre la postura que cada una de estas debe tener ante el
proceso, así como las consecuencias que asumen en caso de renunciar a contradecir y a probar lo
que corresponde. Sin embargo, semejante tratamiento del asunto no es menos pacífico en la
Doctrina y menos aun en la Legislación, sobre todo respecto al demandado rebelde o contumaz,
pues una buena parte de las legislaciones procesales siguen el viejo y saludable principio "actori
non provanti, reus absolvitur", que implica que quien no comparece al proceso, aun simplemente
citado o emplazado, no se le puede tener por confeso, sino simplemente como rebelde, debiendo
el proceso seguir su curso, de manera tal, que la demanda será declarada sin lugar si el actor no
prueba sus asertos.
Es decir, en estos casos, Echandía (1981), señala que la carga de la prueba “no se distribuye sino
permanece en cabeza del demandante, mientras el demandado niegue totalmente o no oponga
alguno, y sólo se distribuirá tal carga cuando el demandado articule hechos liberatorios y no los
pruebe” (p. 75).

Más claro aun es este punto respecto al proceso penal, y sobre todo con relación al proceso penal
acusatorio, que como acertadamente dice Montero, es la única y verdadera forma procesal de
enjuiciamiento penal.

En este tipo de proceso, regido básicamente por el interés público, funciona inexorablemente el
principio in dubio pro reo, donde indica claramente que toda la carga probatoria está en la parte
acusadora, trátese del Ministerio Público o de un querellante privado.

Por ello, aun cuando el imputado alegue en su defensa hechos que resulten no demostrados, los
acusadores tienen la obligación de probar la existencia del delito, la participación del acusado en
su perpetración y la falsedad de sus descargos o coartadas si la hubiera planteado como parte del
Derecho a ser oído y el Derecho a defenderse, de igual forma, el hecho de que el imputado acepte
que estuvo en la escena del crimen no significa que pueda condenársele por ese sólo hecho si el
fiscal no desarrolla una actividad probatoria más allá de toda duda razonable, que destruya la
presunción de inocencia.

Finalmente el investigador considera que la carga de la prueba, más allá de las inútiles diatribas
sobre su naturaleza jurídica, viene a ser concebida como un conjunto de reglas legales que
determinan quién debe probar y qué debe probar y qué decisión debe adoptar el organismo
jurisdiccional según las partes cumplan o no con sus respectivas cargas, de conformidad con la
naturaleza del proceso.
En el sistema acusatorio se observan diferentes fases la cuales estructuran todo el proceso penal y
donde la prueba va a cumplir un papel fundamental entre las fases se encuentran:

- Fase preparatoria o de investigación preliminar: Esta fase consiste en la preparación del juicio
oral y público, mediante la investigación de la verdad y la recolección de todos los elementos de
convicción que permitan fundar la acusación del fiscal y la defensa del imputado. A los jueces de
esta fase les corresponde controlar el cumplimiento de los principios y garantías establecidos en
este Código, en la Constitución de la República, tratados, convenios o acuerdos internacionales
suscritos por la República; y practicar pruebas anticipadas, resolver excepciones, peticiones de las
partes y otorgar autorizaciones.

La investigación de la verdad y la recolección de todos los elementos de convicción que permitan


fundar la acusación del fiscal y la defensa del imputado

Control judicial, a los jueces de esta fase les corresponde controlar el cumplimiento de los
principios y garantías establecidos en este Código, en la Constitución de la República, tratados,
convenios o acuerdos internacionales suscritos por la República; y practicar pruebas anticipadas,
resolver excepciones, peticiones de las partes y otorgar autorizaciones.

Durante la fase preparatoria, el fiscal deberá presentar la acusación, solicitar el sobreseimiento o,


en su caso, archivar las actuaciones, a más tardar dentro de los veinte días siguientes a la decisión
judicial.

- Fase intermedia: Va orientada al ofrecimiento de la prueba, la pertinencia, licitud e idoneidad de


la misma, es donde se investiga para conocer o corroborar la veracidad de la acusación, dando la
oportunidad al proceso oral.

- Fase de juicio oral: Esta consiste en conocer la responsabilidad real del acusado y es admitida
luego de la fase intermedia.

Para demostrar ciertos hechos desde el punto de vista jurídico no es fácil y se requieren ciertos
instrumentos que mediante una técnica apropiada convenza a la persona que va a emitir el juicio,
sobre la verdad o la falsedad de los acontecimientos.

De allí, que la prueba son los objetos mediante los cuales, el Juez obtienen la experiencia que le
sirve para enjuiciar a los procesados. Según Caravantes, (1998) “Prueba precede del adverbio
latino “PROBO” que significa probar, demostrar, mostrar, reconocer, que significa honradamente,
por considerarse que obra con honradez quien prueba lo que pretende” (p. 309). Se afirma,
también, que proviene de la voz “PROBANDUM” que significa recomendar, aprobar, experimentar,
patentizar, hacer fe. Puede concebirse como un equivalente del hecho, el cual constituye el objeto
o medio de la valoración, ya que por medio de la prueba el hecho es percibido por quien lo valora,
porque es algo que captan los sentidos del Juez o de quien debe pronunciar un juicio, y por lo
tanto, sirve para producir una experiencia.

No todo aquello cuya existencia o inexistencia tiene importancia en el juicio, tiene que ser
probado con el mismo rigor. Se exige una prueba rigurosa, en todos los casos, con relación a
aquello que constituye la última cuestión en el proceso, aquélla en torno a la existencia de una
voluntad de ley que garantiza el bien reclamado enjuicio. Pero en cuanto a la serie de cuestiones
procesales y sustantivas que son preliminares de esta última, a menudo se contenta la ley con una
prueba menos rigurosa, y ello por el distinto efecto que la sentencia va a tener respecto de una y
otras. La prueba debe ser más rigurosa para aquel punto de la sentencia que va a quedar cubierto
con la autoridad de cosa juzgada. Por esto, por ejemplo, la demostración de la propia calidad de
obrar (legitimado ad causam), cuando no sea objeto de declaración incidental, no se exige tan
rigurosamente como la prueba de la existencia del derecho.

Cómo un acto de notoriedad que por su naturaleza no pertenece propiamente a las pruebas,
podrá servir para justificar sumariamente ante el magistrado la cualidad hereditaria en un juicio en
que ésta sea un presupuesto de la acción, pero no objeto de contestación, especialmente en un
juicio en rebeldía.

De esta forma, el ordenamiento jurídico contiene instituciones que bien pueden ser asumidas
voluntariamente por los seres humanos que conforman la sociedad y que una vez que esos se
someten a sus reglas, no pueden desconocerse de manera simple sin intervención del Estado, caso
particular el Matrimonio, por lo que quien desee salir de tales estados deberá ocurrir ante el
órgano jurisdiccional y solicitarlo, aquí reside la esencia de la jurisdicción y del proceso.

Es así como se puede definir al proceso jurisdiccional como el conjunto de actos establecidos por
la Ley que es necesario realizar para obtener la restitución del orden jurídico quebrantado, cuando
algún particular así lo reclame o aun por iniciativa de los funcionarios de Estado, este proceso es
un instrumento de conocimiento, pues el órgano jurisdiccional puede no conocer las
interioridades del conflicto planteado y de ahí la necesidad de la prueba, siendo ésta la
herramienta de que se valen las partes para llevar al convencimiento del juzgador de que su
alegato es cierto.

Son conflictos directos o de hecho aquellos que se originan como producto de hechos, naturales o
humanos, de los cuales pueden derivarse consecuencias jurídicas, mientras los conflictos
indirectos o de mero derecho son simples colisiones entre normas jurídicas del mismo o de diverso
rango. Los conflictos de hecho se denominan directos porque en ellos la controversia radica
directamente sobre la consecuencia jurídica de los acontecimientos naturales o humanos ya
ocurridos (hechos pasados) y que constituyen su sustento, en tanto que los conflictos de mero
derecho se califican como indirectos, pues la controversia versa sobre la calificación y
consecuencias jurídicas de hechos futuros.

Cuando el proceso tiene por objeto un conflicto indirecto o de mero derecho, entonces allí no
habrá hechos que discutir ni que analizar, sino mera comparación de normas. Este tipo de proceso
no es un verdadero proceso jurisdiccional sino un proceso de perfeccionamiento del
ordenamiento jurídico.

El manejo de la prueba en los procesos jurisdiccionales exige el conocimiento de su vasta


terminología, respecto de la cual no siempre existe acuerdo u homogeneidad. En muchos de los
casos la legislación, la jurisprudencia y la doctrina identifican ciertos contenidos con definiciones o
términos diversos, lo que introduce cierta complejidad en los momentos de confluencias o
intercambio entre personas sometidas a la influencia de unas u otras visiones del asunto.

Es necesario señalar, que de poco le podría servir a un litigante hallarse en posesión de un derecho
claro e introvertido, si llegada la ocasión procesal, no puede demostrar los hechos por medio de
pruebas que lleven al juez a la convicción de la existencia o la veracidad de lo cuestionado; de aquí
se afirma, con forzada razón, que aquel que no logra convencer cuando su derecho es
desconocido o negado, es como si no lo hubiera tenido nunca.
Los medios de prueba conforman un sistema objetivo de informaciones fehacientes, obtenidas a
través de fuentes, medios, órganos y por otros aportes que tienen por finalidad el descubrimiento
de la verdad y el esclarecimiento del hecho. Por consiguiente la prueba, constituye la base
fundamental del proceso que tiene carácter permanente, indeleble, inalterable e imprescindible,
para que permita con estas características fundamentar los alegatos y argumentos de la acusación,
la defensa u otros procedimientos en el instrumento legal.

La carga de la prueba, desde antiguo se ha venido intentando reglar adecuadamente ese difícil
tópico que es la atribución de la obligación de probar. Para el derecho tradicional constituía un
principio invariable que las partes tienen la carga de aportar la prueba de sus afirmaciones o, en
caso contrario, soportar las consecuencias de omitir ese imperativo del propio interés. Se pensaba
que el actor tenía la carga de probar lo hechos constitutivos del derecho que invocaba, y el
demandado los extintivos, imperativos o modificativos que oponía a aquéllos.

Era común antaño escuchar que la carga de la prueba recae sobre quien afirma y no sobre quien
niega, dada la dificultad e imposibilidad de acreditar la existencia de un hecho negativo, al punto
que se afirmaba, corrientemente, que era un principio pacífico en materia procesal que, al que
afirma un hecho no reconocido por el demandado, le corresponde la prueba respectiva. Este
derecho dogmático, excesivamente influido por la consideración del proceso como un combate
judicial, no podía tener como correlato sino una férrea imposición del onus probandi en cabeza de
quién afirmaba un hecho. No había espacio allí para las nuevas ideas, para las corrientes
progresistas que finalmente vendrían a derribar esquemas vetustos, de la mano de las doctrinas
del exceso ritual manifiesto y de la verdad jurídica objetiva, amén de las enseñanzas de
importantes autores.

Al soplar de nuevos vientos, más modernamente se ha sostenido que la carga de la prueba no es


otra cosa que la necesidad de probar para vencer, pudiéndose hablar con asidero del riesgo de la
prueba antes que de su carga, pues el precio de no probar es perder el litigio.

La libre convicción y la sana crítica en el proceso penal en la jurisdicción legal venezolana

En el sistema actual de libre valoración, apoyado en el Código Orgánico Procesal Penal, a


diferencia del sistema anterior, el juez es libre para obtener su convencimiento, porque no está
vinculado a reglas legales sobre la prueba; puede convencerse de lo que le diga un único testigo,
frente a lo que le digan varios. Ahora bien, el principio de valoración de la prueba no significa que
el juez tenga faculta libre y absoluta, sin limitaciones, con total irrevisibilidad de la convicción del
órgano a quo respecto de los hechos probados. El principio de libre valoración de la prueba
significa que el juez debe apreciar las percepciones durante el juicio según las reglas del criterio
racional, es decir, según las reglas de la sana crítica, observando las reglas de la lógica, los
conocimientos científicos y las máximas de experiencias, y dentro de ellas el principio de
contradicción e igualdad entre las partes. Un correcto entendimiento del principio de la libre
valoración exige distinguir dos momentos diferentes en el acto de la valoración de la prueba:
El que depende de la inmediación, de la percepción directa de la prueba, como las declaraciones
del imputado, de los peritos, expertos, facultativos, funcionarios policiales y de los testigos; y el
momento en que hay que darle el necesario soporte racional al juicio que se realice sobre dicha
prueba.

El primer aspecto sobre la prueba (aspecto subjetivo) no es controlable, ni en apelación, ni en


amparo, pero no porque la convicción del Tribunal tenga un carácter libre y absoluto, sino porque,
sencillamente, sería imposible entrar a enjuiciar el sentido íntimo que el juzgador le ha dado a una
determinada actitud; a las manifestaciones ante él realizadas por el acusado, un testigo, un perito,
facultativo o experto, de acuerdo a esa inmediación que se manifiesta al estar en contacto directo
con las pruebas cuando se está realizando el juicio oral. El juez tiene la libertad para apreciar las
pruebas, pero debe explicar las razones que lo llevan a tomar esa decisión, bien sea condenando o
absolviendo.

Ahora bien, lo anterior no significa que el principio de libre valoración de la prueba no tenga
límites. Precisamente, el segundo aspecto del juicio sobre las pruebas (aspecto objetivo) vincula al
juez/tribunal a las leyes de la lógica, los conocimientos científicos y las máximas de experiencias,
luego este aspecto de la prueba si representa una materia controlable en las distintas instancias,
incluso amparo, pues se trata de aplicar correctamente los artículos 22 y único aparte del 512 del
Código Orgánico Procesal Penal, de acuerdo con las necesaria exigencias de la racionalidad (libre
convicción razonada), esto es de conformidad con las exigencias que derivan de los requisitos de la
sentencia (motivación), contenidos en los artículos 365 y 512 ejusdem. En definitiva, esta parte
objetiva de la valoración de la prueba si puede ser controlada, a fin de salvaguardar los principios
previstos en la Ley Adjetiva Penal y en la Constitución.

En cuanto a Jurisprudencia de la Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia, en relación con el
principio de la libre convicción razonada.

El tribunal Supremo de Justicia en reiteradas decisiones ha hecho dos observaciones en lo que


respecta al sistema de la apreciación de las pruebas que prevé el Código Orgánico Procesal Penal,
y que deben acoger los tribunales sentenciadores al dictar sentencia, el cual prevé:

Debe observarse que el sistema de la libre convicción, previsto en el artículo 22 del Código
Orgánico Procesal Penal no exime al juzgador de explicar las razones o motivos que lo llevan a
condenar o a absolver, con base en los elementos probatorios que se obtengan en el proceso. El
artículo 22 aludido es muy claro en este aspecto al precisar que la libre convicción debe basarse en
"las reglas de la lógica, los conocimientos científicos y las máximas de experiencias", es decir debe
utilizarse el método de la sana crítica para llegar a una conclusión razonada. Por esto el sistema
que acoge en realidad el Código Orgánico Procesal Penal, es el de la libre convicción razonada.

Es conveniente en este punto hacer dos observaciones en lo que respecta al sistema de


apreciación de pruebas que prevé el Código Orgánico Procesal Penal.

El sistema de la sana crítica, no es más que la íntima convicción o fallo en conciencia, el cual se
puede examinar las pruebas según la conciencia, sin estar ligados a preceptos de ley. La sana
crítica según Couture es la unión de la lógica con la experiencia, y las sentencias deben basarse en
criterios lógicos, y para que estos criterios lógicos sean reglas de sana crítica deben formar parte
de la experiencia común.

La sana crítica tiene muchos años de vigencia en códigos procesales de Europa y América Latina,
desde el siglo pasado, aún cuando no se ha aclarado cual fue su verdadero origen y hasta quien
fue el creador de esa expresión. Estuvo consagrada en la Ley de Enjuiciamiento española de 1855,
pero se señala como utilizada por primera vez en el Reglamento de lo contencioso ante el Consejo
de Estado Español de 1849, en donde se establecía que la prueba de testigos sería apreciada según
las reglas de la sana crítica. (Delgado, 2004, 99)

Algunos autores confunden el sistema de la “libre convicción” con el de la “íntima convicción”, por
lo que es preferible denominarlo “libre convicción razonada” y se caracteriza por la inexistencia
absoluta de dogmas legales sobre la forma en que se deben probar los hechos y sobre el valor que
debe otorgársele a cada prueba, lo que significa un arbitrio absoluto del juzgador, ya que se le
impone también una obligación de explicar, razonar el porqué de esa valoración que le dio a cada
prueba, debiendo hacerlo conforme a los principios de la “sana crítica racional”, siguiendo los
lineamientos de la psicología, la experiencia común, las reglas de la lógica, que son las del recto
entendimiento humano. (Delgado, 2004)

El Juez no sólo debe expresar lo que da por probado y con qué medio se obtuvo ello en el juicio,
sino también porque llegó él a ese convencimiento. (Delgado, 2004)
Sin embargo, resulta oportuna destacar que en Venezuela llegó tarde a este sistema, en 1984 con
la derogada Ley Orgánica Sobre Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas (LOSSEP), en su artículo
170, que sin utilizar la expresión de “sana crítica”, lo estableció en los siguientes términos: “La
certeza judicial deberá fundamentarse en los elementos probatorios que consten en autos, según
la libre razonada y motivada apreciación de que los mismos haga el Juez”.

Delgado (2004), sigue señalando al respecto que, fue seguido ello por el Código de Procedimiento
Civil vigente desde 1987, que si empleó la antes dicha expresión, pero sin dar explicación alguna
sobre en qué consiste, cuando en su artículo 507 estableció: “A menos que exista una regla
expresa para valorar el mérito de la prueba, el juez deberá apreciarla según las reglas de la sana
crítica”.

La misma Ley Orgánica Sobre Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas (LOSS EP), reformada en
1993, de una manera más clara consagró expresamente la sana crítica en el artículo 186:

En ese procedimiento, la certeza judicial deberá fundamentarse en los elementos probatorios que
consten en autos, según la libre, razonada y motivada apreciación, bajo las reglas de la sana crítica
que de los m ismos haga el juez a menos que exista una regla expresa para valorar el mérito de la
prueba en esta ley.

Cabe aclarar que la única regla expresa de valoración contenida en esa ley, consistía en la que
previó el artículo 68, donde se le asignó valor de indicio grave a la declaración del testigo delator.
(Delgado, 2004, 100)

Señala Delgado (2004), que además, el artículo 187 dio una explicación muy didáctica sobre esa
sana crítica, incluyendo las m áximas de experiencia, como ningún otro texto legal lo ha hecho, al
establecer:

Los jueces deben analizar y juzgar todas cuantas pruebas se hayan producido, aún aquellas que a
su juicio no fueren idóneas para ofrecer algún elemento de convicción, expresándose siempre cuál
sea el criterio del Juez, respecto de ella siguiendo las reglas de la sana crítica que son las de la
psicología, la experiencia común y la lógica, ya que el pensamiento del Juez de la causa debe estar
estructurado lógicamente dentro de la aplicación de las leyes de identidad, contradicción, tercero
excluido y razón suficiente. Las máximas de experiencia son normas de valor general y por ellas se
entiende el conjunto de juicios fundados sobre la observación de lo que ocurra comúnmente y
pueden formularse en abstracto por toda persona de un nivel mental medio (p.100)

Y ahora se tiene incuestionablemente prevista para todos los procesos penales en el Código
Orgánico Procesal Penal (COPP), en su artículo 22, con el nuevo texto trascripto y comentado en
este capítulo, que reitera el gran avance logrado con la valoración racional de la prueba,
significando que, como lo expuso Quintero antes de la Reforma, del juicio del legislador se ha
transito al juicio del Juez. (Delgado, 2004, 101)

El Juez, una vez que se ha incorporado la evidencia física y esto es valido para todas las pruebas
documentales, experticias, etc, pero lo que nos ataña a nosotros es la evidencia física. Cuando el
Juez observa que se incorpora la evidencia física que se debatió, tiene que opinar sobre ella, que
método va aplicar según el Código Orgánico Procesal Penal en su articulo 22, el Juez para apreciar
las pruebas debe aplicar el método de la sana critica, aplicando las reglas de la lógica, los
elementos, los conocimiento científicos y las máximas experiencias, es decir; que el Juez pueda
aplicar un sistema critico a la evidencia física para analizar, las partes me presentaron estas otras
pruebas, yo las puedo analizar tengo soberanía en la apreciación.

El Juez tiene autonomía e independencia en la apreciación de las pruebas, pero tiene esos 3
límites. Tu puedes actuar con autonomía, independencia y soberanía, o sea; ningún Juez puede
venir a imponerte a ti su criterio, la Sala Constitucional no puede venir a imponerte a ti su criterio,
puede ser que por costumbre, tú acojas los criterios del Tribunal Supremo de Justicia para evitarte
problemas a futuro, si tus casos llegan allá, y yo te hecho barro porque te dicen que no es así, pero
no te pueden destituir porque tienes una sana critica, tienes autonomía y soberanía, pero debe
haber un elemento común que nos lleve a todos a sentenciar de una forma similar.

Porque sino imagínense que cada Juez pusiera las pruebas que le da la gana y apreciara las
pruebas con los métodos que le diera la gana, llegando a las conclusiones mas inverosímiles y
distintas; esto se ve mucho en materia de drogas, que hace entonces; no le vamos a dar al Juez la
libre convicción, de acuerdo Código Orgánico Procesal Penal, le vamos a dar el sistema de la sana
critica, el Juez sanamente actuando como un buen padre de familia, aplicando toda su sabiduría y
autonomía, analiza críticamente las pruebas, pero tiene que aplicar las reglas de la lógica, los
elementos científicos y las máximas experiencias.

CAPÍTULO III
CONTEXTO METODOLÓGICO
Tipo de Investigación

De acuerdo con las características del problema presentado, los objetivos fijados y la naturaleza de
la disciplina en la cual se sitúa el estudio, éste se ubica en la modalidad de investigación jurídico
dogmática, debido a que se van a obtener nuevos conocimientos sobre el tema planteado, todo
ello con base en el análisis de las informaciones o datos recolectados y registrados en las diversas
fuentes a consultar, entre las cuales se pueden mencionar: textos, leyes, doctrinas, jurisprudencia
y la información que provean los nuevos medios electrónicos.
Se considera Investigación Jurídica Dogmática según el criterio de Witker (1997), como: “aquella
que concibe el problema jurídico, desde una perspectiva formalista; descontando todo elemento
fáctico o real que se relacione con la institución, norma jurídica o estructura legal en cuestión”. (p.
59). El mismo autor expresa que: “es de tipo jurídico descriptivo porque, utiliza el método del
análisis para descomponer un problema jurídico, estableciendo relaciones y niveles que ofrezcan
funcionamiento de una norma o institución jurídica”. (p. 11).
En este orden de ideas, es necesario citar el Manual de Trabajos de Grado de Especialización,
Maestría y Tesis Doctorales de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL), (2005),
en el cual se define la Investigación Documental como:
El Estudio de problemas con el propósito de ampliar y profundizar el conocimiento de su
naturaleza, con apoyo, principalmente, en trabajos previos, información y datos divulgados por
medios impresos, audiovisuales o electrónicos. La originalidad del estudio se refleja en el enfoque,
criterios, conceptualizaciones, reflexiones y, en general, en el pensamiento del autor. (p. 6).

De acuerdo con las citas precedentes, se puede evidentemente relacionar la investigación jurídica
dogmática con la investigación documental, ya que en ambas se utilizan fuentes estrictamente
formalistas; así como también, se emplea la norma jurídica contenida en la ley, para ser analizada
e interpretada conjuntamente con otros documentos, tales como la doctrina o la jurisprudencia,
descontando todo elemento fáctico o real que esté relacionado con el problema objeto de la
investigación.
Para su realización se aplicará el Método Deductivo que es definido por Méndez (1998) como: “El
método comúnmente, cuya forma gráfica emula la forma de un embudo al derecho; desde este
enfoque el investigados ve desde una situación general y desemboca en una situación particular,
es decir, el caso específico objeto de la investigación” (p.2)
Cabe destacar que en virtud de las características de la investigación que se pretende, la
metodología incluirá el método o técnica de análisis, tomando en cuenta este aspecto como la
descomposición de un aspecto general en sus elementos o partes que lo conforman.

CAPÍTULO IV
CONTEXTO CRÍTICO
Conclusiones

Para finalizar se puede concluir que la prueba es la concreción en el proceso de los hechos que en
él se debaten que permite al juez formular la proposición, siendo el resultado del acopio de la
actividad probatoria en la realización de la fuente a través de los medios probatorios. Visto así la
prueba como elemento procesal es el resultado de ese cúmulo de actividad probatoria. Es decir, el
resultado que se extrae de las fuentes de prueba traídas en los distintos medios probatorios
incorporados al proceso y que se han realizado.

Las pruebas facilitan al Ministerio Público el fundamento jurídico para sus determinaciones. El
Ministerio Público perseguirá el delito cuando los elementos probatorios le proporciones un índice
considerable de verdad, de lo contrario desvirtuaría sus funciones. Las pruebas son el medio
indicado para justificar una postura legal, ya sea con el ejercicio de la acción penal o cuando se
determina que el acto cometido lesiona los derechos humanos jurídicamente protegidos. El
Código Orgánico Procesal Penal como instrumento legal en la legislación penal venezolana
constituye un cambio en el proceso que hoy se sigue en el País. Este instrumento legal contiene un
aparte sobre el Régimen Probatorio fundamentado en principios y garantías constitucionales que
enmarcan sus normas legales.

En el proceso las partes deben probar sus afirmaciones con el propósito de convencer al juzgador,
de formarle un criterio, esto debe ceñirse a una serie de reglas y principios que intentan garantizar
los derechos de las partes, en especial del imputado. Los principios de inmediación, oralidad,
control y contradicción constituyen parte importante de estas garantías. La incomparecencia del
experto en la audiencia del juicio viola estos principios.

La inmediación se ve violentada ante la imposibilidad del juez y de la contraparte tanto de apreciar


directamente la exposición del perito o experto, como por la imposibilidad de realizar el
interrogatorio que se le puede y debe hacer al mismo (artículos 16, 354, 356, 357 y 171 del COPP).
En este orden de ideas, debemos recordar que la inmediación está íntimamente relacionada con la
oralidad, no puede verse una sin la otra.

La oralidad se ve también violentada ante la incomparecencia del experto en el juicio. El COPP


dispone que todas las fases anteriores al debate sirven para perfilar todo el marco de la prueba
que ha de usarse para el juicio oral. El tribunal debe fundamentar su decisión en las pruebas que le
son presentadas en el juicio oral; el propósito de éste es producir la convicción mediante los
medios preparatorios, admitidos y contradichos en el debate. En el caso de la mera lectura -en el
juicio- del dictamen del experto la oralidad pasa a un segundo plano (por decir lo menos); la
incorporación a través de la lectura de testimonios y experticias es (y debe ser) excepcionalísima y
sólo se permite cuando se trata del supuesto de una prueba anticipada, “sin perjuicio de que las
partes o el tribunal exijan la comparecencia del experto” (art. 339 COPP).

El control y contradicción de la prueba también se ven vulnerados (art. 18 COPP) ya que en el caso
de la incomparecencia del experto la contraparte está totalmente imposibilitada de ejercer
controles, contradecir y debatir el dictamen del experto. Este principio se relaciona con los dos
anteriores y con los de igualdad procesal, publicidad y derecho a la defensa.

Por otra parte, considerar al dictamen del experto como una mera prueba documental carecería
de sentido, en especial si tomamos en consideración la idoneidad de este medio de prueba
respecto a las cosas o situaciones que se quieran examinar o establecer, por ello no pudiera
tomarse esta alternativa “pragmática” como una regla general. Esto sin tomar en cuenta la
violación de principios ya señalada y la errada ubicación conceptual que ello significaría.
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