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Primer parcial: Estrategias de Intervención Comunitaria

“Orígenes y desarrollo de la psicología comunitaria” – Maritza Montero

Durante los años sesenta y setenta del siglo XX se produce una serie de movimientos sociales que difunden ideas políticas y
económicas que van a influir sobre los modos de hacer y de pensar en las ciencias sociales. En la psicología tales ideas producen
un vuelco hacia una concepción de la disciplina centrada en los grupos sociales, en la sociedad y en los individuos que la in tegran
-entendiendo al sujeto humano como un ser activo, dinámico, constructor de su realidad-, así como en sus necesidades y
expectativas; hacia una concepción distinta de la salud y de la enfermedad y, sobre todo, del modo de aproximarse a su
consideración y tratamiento por los psicólogos. Al mismo tiempo, se busca hacer una psicología cuyas respuestas se originen
dentro de la disciplina. Esta tendencia responde a un movimiento de las ciencias sociales y humanas que, en América latina, a
fines de los años cincuenta, había comenzado a producir una sociología comprometida, militante, dirigida fundamentalmente a los
oprimidos, a los menesterosos, en sociedades donde la desigualdad, en lugar de desaparecer en virtud del desarrollo, se hacía
cada vez más extrema. A su vez, en el campo de la psicología, el énfasis en lo individual (aun dentro del campo psicosocial), la
visión del sujeto pasivo, receptor de acciones o productor de respuestas dirigidas, predeterminadas, no generador de acción,
difícilmente permitían hacer un aporte efectivo a la solución de problemas urgentes de las sociedades en las cuales se la utilizaba.
El reto era enfrentar los problemas sociales de una realidad muy concreta: el subdesarrollo de América latina y sus consecuencias
sobre la conducta de individuos y grupos, la dependencia de los países que integran la región y sus consecuencias psicosociales
tanto sobre las atribuciones de causalidad como sobre sus efectos en la acción; problemas concretos vistos en su relación
contextual y no como abstracciones de signo negativo, como quistes a extraer para mantener sistemas aparentemente
homeostáticos.

El comienzo en América latina


En América latina la psicología comunitaria nace a partir de la disconformidad con una psicología social que se situaba,
predominantemente, bajo el signo del individualismo y que practicaba con riguroso cuidado la fragmentación, pero que no daba
respuesta a los problemas sociales. Puede decirse, entonces, que es una psicología que surge a partir del vacío provocado por el
carácter eminentemente subjetivista de la psicología social psicológica y por la perspectiva eminentemente macro-social de otras
disciplinas sociales volcadas hacia la comunidad. Es también una psicología que mira críticamente, desde sus inicios, las
experiencias y prácticas psicológicas y el mundo en que surge y con cuyas circunstancias debe lidiar.

Eran insatisfactorios. La experiencia, porque estaba atada a un paradigma que la condenaba a la distancia, a una manipulación de
las circunstancias de investigación y de aplicación, no sólo extractiva, sino además falsamente objetiva y neutral. De alguna
manera, debido a la fragmentación y al forzamiento de la definición de los sujetos dentro de marcos predefinidos, las personas
afectadas por un determinado problema quedaban fuera y el problema desaparecía, para reaparecer una y otra vez, con formas
muy parecidas a las ya conocidas, o con nuevas formas; o bien arropándose bajo el manto de un nuevo concepto o de una nueva
teoría, que le daba un nuevo nombre, una nueva interpretación. Así, el proceso de búsqueda de conocimiento volvía a empezar, a
la vez que la sensación de deja vil se hacía cada vez más intensa. Mientras tanto, nada o muy poco parecía cambiar en esa
"realidad" que se quería no sólo estudiar, sino además transformar mediante la solución de los problemas identificados en ella.

Al mirar hacia el mundo, hacia el entorno, se agudizaba igualmente su carácter insatisfactorio, porque fueron justamente las
condiciones de vida de grandes grupos de la población, su sufrimiento, sus problemas y la necesidad urgente de intervenir en ellos
para producir soluciones y cambios los que generaron un tipo de presión que, surgida desde el ambiente, desde lo que suele
llamarse la "realidad", pasó a ser internalizada y reconstruida por los psicólogos que hallábamos que la acción derivada de las
formas tradicionales de aplicación de la psicología era no sólo insuficiente, sino también tardía y muchas veces inocua, al limitarse
al mero diagnóstico y al producir intervenciones fuera de foco.

La separación entre ciencia y vida advertida por las ciencias sociales llevó a rescatar líneas de pensamiento que nunca estuvieron
silenciosas, pero cuyos aportes fueron muchas veces hechos a un lado al calificárselos de "no científicos" o al no ajustarse a la
tendencia dominante. La fenomenología, las corrientes marxianas, muchas formas cualitativas de investigar, comenzaron a ser
revisadas y reivindicadas y es en ese clima de insatisfacción y de búsqueda de alternativas en el cual se va a plantear la necesidad
de producir una forma alternativa de hacer psicología. Paradigmas, explicaciones, teorías psicológicas vigentes aparecían como
inadecuados, incompletos, parciales. Las soluciones de ellos derivadas no alcanzaban sino a tratar el malestar de unos pocos y a
ignorar las dolencias de muchos. Se planteaba la necesidad de dar respuesta inmediata a problemas reales, perentorios, cuyos
efectos psicológicos sobre los individuos no sólo los limitan y trastornan, sino que además los degradan y, aún peor, pasan a
generar elementos mantenedores de la situación problemática con una visión distinta: diagnosticar en función de una globalidad,
tener conciencia de la relación total en que ella se presenta.

Así, en los años setenta, por fuerza de las condiciones sociales presentes en muchos de los países latinoamericanos y de la poca
capacidad que mostraba la psicología para responder a los urgentes problemas que los aquejaban, comienza a desarrollarse una
nueva práctica, que va a exigir una redefinición tanto de los profesionales de la psicología, como de su objeto de estudio e
intervención. Tal situación mostraba una crisis de legitimidad y de significación para la disciplina, particularmente sentida en el
campo psicosocial.

Ese nuevo modo de hacer buscaba producir un modelo alternativo al modelo médico, que hace prevalecer la condición enferma,
anormal, de las comunidades con las cuales se trabaja. Por el contrario, la propuesta que se hacía partía de los aspectos positivos
y de los recursos de esas comunidades, buscando su desarrollo y su fortalecimiento, y centrando en ellos el origen de la acción.
Los miembros de dichas comunidades dejaban de ser considerados como sujetos pasivos (sujetados) de la actividad de los
psicólogos, para ser vistos como actores sociales, constructores de su realidad. El énfasis estará en la comunidad y no en el
fortalecimiento de las instituciones. Y esto ocurre simultáneamente en diversos países de América latina, si bien el primero en
generar un ámbito académico y una instrucción sistemática al respecto es Puerto Rico, que ya a mediados de la década del
setenta contaba con un curso de maestría y con un doctorado en Psicología Comunitaria. En el caso puertorriqueño, su cercanía
con los Estados Unidos puede haberlo determinado como pionero, ya que también fue el primero en enterarse de que la disciplina
de tal nombre había sido creada diez años antes en los Estados Unidos. Por otra parte, hay que decir que la creación de esos
cursos ayudó la vocación de transformación social de quienes los fundaron. En otras naciones, la práctica de la psicología
comunitaria antecede a la denominación y a la generación de espacios académicos para su estudio.

La psicología comunitaria en la América anglosajona


No suele haber fechas exactas del surgimiento de formas de producción de conocimientos. Sin embargo, el nacimiento de la
psicología comunitaria en los Estados Unidos cuenta con el equivalente de una "partida de nacimiento". En efecto, es bien
conocido que en mayo de 1965, en un congreso convocado por psicólogos sociales, clínicos y escolares en Swampscott,
Massachusetts, se dio inicio a esta rama de la psicología.

En ese congreso se decidió generar un nuevo tipo de formación para los psicólogos que les permitiese ejercer su práctica, así
como desempeñar un nuevo rol en la comunidad. Detrás de esta propuesta se encontraban el Movimiento de Salud Mental
Comunitaria, la tendencia desinstitucionalizadora en el tratamiento de las enfermedades mentales, el movimiento sociopolítico de
"Guerra a la Pobreza", programas de desarrollo y planificación urbanos la crítica y la revisión de los programas de beneficencia
social y, un poco más atrás, la defensa de los derechos civiles y el anti-segregacionismo. Entre los problemas allí enfocados se
incluían la sobrecarga de los lugares de tratamiento de enfermos y su conversión en "depósitos" de seres humanos, la
insatisfacción creciente con la psicoterapia como único modo de intervención psicológica y la necesidad de considerar los aspectos
ambientales.
A partir de esa reunión no sólo se generaron programas específicos para trabajar en la comunidad, también se abrió un campo
para el estudio y la reflexión sobre la nueva práctica que ha sido sumamente fructífero, como lo muestran el surgimiento de
corrientes de desarrollo teórico-práctico tales como la línea ecológico-transaccional; los muchos cursos y publicaciones sobre el
tema, la creación de una división especial en la Asociación de Psicólogos Estadounidenses y la aparición de publicaciones
especializadas,

Características iniciales de la psicología comunitaria desarrollada en América latina


El inicio de la psicología comunitaria se caracteriza en la mayoría delos países latinoamericanos (a excepción de Puerto Rico) por
definirse más como una práctica que como una nueva rama de la psicología. Se hacía psicología comunitaria sin saberlo, al menos
durante la mayor parte de la década del setenta. No obstante, la ausencia de un nombre propio, la carencia de un nicho académico
y el no preocuparse de inmediato por obtener un reconocimiento social no fueron obstáculos para que desde sus inicios
desarrollase ciertas características que la marcan. Algunos de esos rasgos se transformarán con el tiempo; otros se acentuarán y
se desarrollarán aún más, y otros tantos desaparecerán para dar lugar a nuevas expresiones. Los aspectos que marcaron a la
psicología comunitaria en sus inicios son:
1. La búsqueda de teorías, métodos y prácticas que permitiesen hacer una psicología que contribuyese no sólo a estudiar,
sino, principalmente, a aportar soluciones a los problemas urgentes que afectaban a las sociedades latinoamericanas. En este
sentido, se la plantea como una de las posibles respuestas a la crisis de la psicología social.
2. De lo anterior deriva otro rasgo característico: la redefinición de la psicología social, a la vez que se va más allá del
objeto de esa rama de la psicología.
3. La carencia de una definición. Las primeras definiciones producidas en América latina aparecen a inicios de los ochenta.
4. Y debido a la ausencia de definición y a su orientación marcadamente psicosocial, también careció de un lugar
académico y profesional propio hasta bien entrada la década del ochenta. Ese nexo psicosocial va a ser la marca predominante, lo
cual además se refleja en el hecho de que muchas explicaciones teóricas provienen de la psicología social y muchos recursos
metodológicos han sido tomados de ella (así como de otras ciencias sociales, como la sociología y la antropología).
5. Orientación hacia la transformación social. El norte de esta rama de la psicología es el cambio social, muchas veces
definido en función de la noción de desarrollo -redefinido ad hoc en el sentido de quitarle su carácter de avance hacia la
prosperidad económica, para ubicarlo dentro de los parámetros que para una comunidad significan mejor calidad de vida, mayor
satisfacción vital, más posibilidades de expresión y control sobre sus circunstancias de vida-.
6. La certeza del carácter histórico de la psicología como ciencia, de la comunidad como grupo social y del sujeto humano.
Esto es, comprender que surgen y son parte de un espacio y de un tiempo y se dan en relaciones construidas cada día,
colectivamente, en procesos dialécticos de mutua influencia.
7. La búsqueda de modelos teóricos y metodológicos que ayudasen a entender y explicar los fenómenos con los cuales se
trabajaba. Y esto hizo que en sus inicios apelase a muy diversas mentes, bien porque algunas suministraban descripciones
conductuales certeras y el modo de producirlas, bien porque otras aportaban categorías de análisis y explicaciones
socioeconómicas o políticas de largo alcance. Esta característica le aportó además una amplia perspectiva multidisciplinaria, ya
que ante las pocas respuestas y el corto alcance de las mismas que presentaba la psicología, se acudió a campos tan variados
como la educación popular, la filosofía, la sociología y la antropología.
8. La concepción, desde el inicio muy clara, de que el llamado "sujeto de investigación" es una persona no sujeta a la
voluntad y los designios de quien investiga. Es alguien dinámico, activo, que construye su realidad, actor social cuya voz forma
parte de la polifonía de la vida social y que al ser parte de la acción y de la investigación que se realizan con su comunidad tiene
derechos y tiene deberes que lo relacionan con ambas tareas.
9. La necesidad de redefinir el rol de los profesionales de la psicología social, que, debido a todo lo anterior, no podía
sostener una práctica marcada por una separación o distancia "antiséptica" ni por una auto-definición basada en una "experticia" a
la cual evidentemente le faltaba el conocimiento de la comunidad producido desde ella.

 Resumiendo, la psicología comunitaria nace de una práctica transformadora, enfrentada en situación, que apela a una pluralidad
de fuentes teóricas para intentar luego elaborar modelos teóricos propios que respondan a las realidades con las que se trabaja,
responsables a su vez del surgimiento de esta psicología. Asimismo, busca generar una metodología basada en la acción y la
participación, que sea una respuesta alternativa a los modos convencionales de estudiar esos grupos sociales específicos que son
las comunidades. Se la planteó entonces como una psicología de la acción para la transformación, en la cual investigadores y
sujetos están del mismo lado en la relación de estudio, pues ambos forman parte de la misma situación.

El énfasis puesto en los primeros años del desarrollo latinoamericano en la praxis y los modos de llevarla a cabo se va luego
equilibrando al surgir desarrollos teóricos de la reflexión sobre esa praxis. Es interesante observar que esa producción teórica ha
sido rápidamente naturalizada en el sentido de haber sido aceptada, pero no reconocida, llegándose incluso a negarla o
disminuirla. Quizás ello se deba al hecho de que no ha recibido un nombre. No ha sido denominada y etiquetada a la manera
tradicional, por lo cual, al ser revisada superficialmente, no se advierte la discusión conceptual y epistemológica que conlleva. Otra
razón posible es una hipótesis: no se acostumbra a reconocer, en nuestra parte del continente, la capacidad creativa y sus
productos; por lo tanto, se nos etiqueta y nos auto-etiquetamos como ateóricos. Los datos muestran que las cosas son diferentes y
deberían ayudar a romper con los estereotipos debilitantes y negativos.

Fases en el desarrollo de la psicología comunitaria


A partir de la década del setenta se comenzó a construir una forma de hacer psicología. Primero con cierta cautela, en la medida
en que era necesario aceptar que se hacía algo diferente y que además había que bautizarlo y delimitarlo; al mismo tiempo
empezaron a romperse ciertas fronteras, a crearse nuevos métodos y técnicas partiendo de las formas menos tradicionales de
actuar e investigar, de explicar. Esto iba unido a la conciencia de que los conceptos de los que nos servíamos muchas veces eran
insuficientes e inadecuados, y, sobre todo, a la aceptación de que estábamos ante situaciones novedosas sobre las cuales aún no
teníamos nociones claras. Pero luego, en la medida en que se avanzaba en la tarea de construcción de un conocimiento a partir de
experiencias vividas y de la reflexión sobre ellas, la práctica genera "saber" y el "saber" produce nuevas prácticas a un ritmo que se
va acelerando en función de su propio crecimiento. Así, ya a comienzos de los años ochenta el método aparece dibujado con
bastante claridad. Y a mediados de esa década hace su entrada la teoría a través de la generación de conceptos, de explicaciones
e interpretaciones, y diez años después nos encontramos inmersos en la problemática epistemológica, con la presencia de un
modelo poco relacionado con el paradigma dominante en el momento en que toda esta historia comienza a gestarse. Un modelo
construido por las psicólogas que desde hace casi treinta años han venido trabajando ardua e impacientemente en seis frentes:
• Práctico-teórico: se ocupa de construir un cuerpo de conocimientos íntimamente relacionados, cuyo contenido conforma
el producto de una praxis que genera acción, modos de hacer y explicaciones e interpretaciones sobre los mismos.
• Ontológico: define la naturaleza del sujeto cognoscente.
• Epistemológico: busca definir el carácter del conocimiento producido y el tipo de relación de producción de ese
conocimiento.
• Metodológico: hace aportes referentes al método a aplicar para producir el conocimiento.
• Ético: se dirige a definir la naturaleza de la relación entre investigadores-interventores y las personas que forman las
comunidades, aquellas que en la investigación tradicional son llamadas "sujetos", en tanto son objeto de conocimiento y acción, y
cuyo carácter activo en la producción del conocimiento es un aspecto fundamental para este modelo.
• Político: da lugar a la expresión de diferentes voces dentro del hacer y el conocer e incluye aspectos tales como la autoría
y la propiedad del conocimiento producido.

Fases en el desarrollo de la psicología comunitaria


América latina
1) Generación de una nueva práctica psicosocial orientada hacia la solución de problemas sociales y la transformación social, con
participación de las personas involucradas. Esto supone:- Nuevos actores sociales.- Nuevo rol para los psicólogos.
2) Fase de definición de una nueva subdisciplina, la psicología social comunitaria / psicología comunitaria (definición del campo,
del objeto y de los valores que la orientan).Generación de nuevas prácticas: desarrollo de métodos participativos. Construcción de
una nueva práctica.
3) Fase de inicio de generación de teoría y de reflexión sobre ella.
4) Fase de reflexión sobre la estructura paradigmática de la subdisciplina (aspectos ontológicos, epistemológicos, metodológicos,
éticos y políticos).
5) Fase de ampliación del campo, incorporando y desarrollando los aspectos ligados a la salud, a las organizaciones, a la
educación, al ambiente y a la clínica. Inicio de desarrollo de subramas. Relación con la psicología de la liberación y con la corriente
crítica.

Estados Unidos
1) Creación de una nueva práctica psicológica que responde a exigencias de legitimidad social y de transformación de las
instituciones. Supone:- Rechazo del modelo médico.
2) Estructuración del nuevo campo disciplinario a partir de su definición, delimitación del área, fijación de valores, generación de
una nueva práctica. Divulgación inmediata.
3) Generación de conceptos teóricos y metodológicos. Desarrollo de dos grandes corrientes paralelas: una de carácter ecológico-
cultural, con énfasis psicosocial. Otra de carácter clínico preventivo con énfasis en los aspectos de salud comunitaria.
4) Ampliación del campo con incorporación de reflexión sobre la estructura paradigmática y de las perspectivas freiriana y de la
psicología de liberación.

Igualmente, en la medida en que en ambos ámbitos de surgimiento (América Latina y los Estados Unidos) crece y se afianza la
subdisciplina, las relaciones de intercambio e interinfluencia también crecen, coincidiendo en los siguientes aspectos:
1. Unión de teoría y práctica
2. Concepción del psicólogo como un agente de cambio social, generativo, reflexivo.
3. Relación dialógica entre agentes externos (psicólogos) y agentes internos (miembros de la comunidad) y reconocimiento del
carácter activo de los segundos
4. Generación de nuevas formas de investigar e intervenir para transformar el medio ambiente y fortalecer a las personas
5. Relación entre problemas socio-ambientales y vida cotidiana de las personas
6. Interinfluencia de ciertos modelos, como la psicología, la teología y la filosofía de la liberación, la educación popular freiriana, o
el desarrollo o movilización de la conciencia social
7. Necesidad de sustituir el modelo médico por modelos psicológicos. Reconocimiento del carácter histórico y cultural de los
fenómenos psicológicos y sociales, con la consiguiente aceptación de la diversidad

Un caso para analizar. De cómo las condiciones sociales fomentaron y mediatizaron el surgimiento de un movimiento comunitario
(Ver pag 57 a 62)

Resumen
Al presentar eso que he llamado en otro lugar, "vidas paralelas", he querido resaltar cómo al atender a las necesidades propias de
nuestras poblaciones, la psicología pudo producir una forma de quehacer que ha generado métodos y teorías, a la vez que ha
producido respuestas para los problemas de estas sociedades.

“Panorama de la PC en la Argentina: tensiones y desafíos” – Fuks y Lapalma

El origen d la psic en Arg ha condicionado la formac teórica y las prácticas, orientándolas básicamente hacia la psic clínica psa.
Complementariamente los golpes de estado, determinaron q la teoría y la prac soc fueran consideradas equivalentes a subversión.
Pese a ello se destaca una fuerte influencia d la psic en el campo d la salud mental comunitaria, las comunidades terapéuticas y
las experiencias d desarrollo, diferenciando una psic impregnada d categorías d la cult europea occidental propia d los centros
urbanos.
Las univ Nac a partir d la reforma univ d 1918, a través de d extensión universitaria, fueron creando las bases para una lenta
legitimac d la PC como ámbito d incumbencia d los psic.
Sin embargo, se evidencia un escaso impacto en las polit públicas d salud debido a la vigencia d modelos asistenciales centrados
en la enfermedad, como así tmb modos d gestión política clientelares q tensan los ppos conceptuales y metodológicos d la PC,
basados en el fortalecimiento d capacidades, en la autonomía d la poblac en la toma d decisiones y en el fortalecimiento en la
autonomía d sus capacidades como actor soc y polit.

Orígenes de la psicología comunitaria en la Arg


Su origen ligado a la psic clínica condicionó profundamente la construcc soc d la identidad profesional y académica, influenciando
la representac en la soc d lo q es y hace un psic.
Ser psic era sinónimo d ser psicoanalista y psicoterapeuta. Quienes hicieron otro camino tuvieron q hacer un duro camino para
construir su identidad académica y profesional.
En el marco de la cult psic dominante, las teorías y prácticas producidas dentro d otras subdisicplinas psic fueron absorbidas y
forzadas a ser reescritas a fin d poder incorporarse a la cult dominante.
Bleger, Ulloa, Rodrigué o Pichon Riviere describían prácticas e instrumentos q ya habían sido desarrollados x la psic soc
estadounidense, latinoameric o europea, y q fueron traducidos a los dialectos clínicos d la época a fin d encajar y lograr coherencia
con el paradigma dominante d la época.

 Experiencia del “Lanús”


Su trascendencia no se restringió a su propuesta innovadora en el campo d la salud mental, q dio origen al Primer Plan d Salud
Mental d la cdad d BS As, sino a su influencia en las generaciones posteriores d psic impactando en la manera d entender la
asistencia d la salud, y en la concepción interdisciplinaria, soc y comunitaria q dejó como herencia.
Los referentes teóricos como Caplan, aportaron una perspectiva preventiva y una visión interdisciplinaria orientada a una
concepción d la SM q desbordaba los esquemas psiquiátricos la época.
Al proponer una concepción soc d la enfermedad y d la cura, cuestionaba los modelos tradic usados para diseñar la organizac d un
serv institucional, permitiendo la incorporac d modelos d gestión participativos provenientes d la psiquiatría soc.
Experiencias q sirvieron de marco para esta innovación: Experiencia de Triestre con los Basaglia, postulados antipsiquiátricos d
Cooper y Laing, experiencias con grupos y comunidades terapéuticas en la clínica Tavistock, etc.

 En Entre Ríos, se inició una experiencia tan radical q se transformó en un proy piloto en SM. Un medico de EEUU, aportó su
saberes para generar la 1ra experiencia d comunidad terapéutica en un hosp psiquiátrico d Latinoam. Familiares, miembros del
hosp y lideres comunitarios discutían diariamente en asamblea los diferentes temas d la I y su entorno.
Las experiencias d hosp comunitarios se expandieron x el país.
 En los 60 se llevaron a cabo experiencias en maternidades y centros d salud en barrios, enmarcadas como acc d prevención en
SM comunitaria. Entre ellas cabe mencionar el trabajo realizado x la psic Videla, quien definió el rol del psic: facilitador d
procesos d participación en los q la comunidad optimiza y se apropia d recursos para generar procesos d cambio y la
psic comunitaria como las estrategias psic para el afianzamiento d la libertad.

 A comienzos d la década del 70, comienza un proceso d integrac d psic a los Prog d Erradicación d Vivienda d villas d
emergencia y en el Plan Nac d Núcleos Habitacionales Transitorios. Estas experiencias, emergentes d un contexto d efervescencia
polit q llevaba la noción d participación a la categ d bandera ideológica, tmb evidenciaba q los psic ya habían ganado legitimidad
profesional y expresaban un reconocim soc q trascendía las limitaciones legales d la época

¿Cuáles fueron los obstáculos q dificultaron el surgimiento d una PC o consolidada, a semejanza d los q ocurrió en otros países d
Latinoam?
3 escenarios a tener en cta en el intento d comprender este proceso:
1. Sucesivas dictaduras para las q el abordaje comunitario resultaba básicamente sospechoso y frecuentemente subversivo
2. La influencia del modelo médico-clínico instaurado en las carreras d Psic q formaron los primeros docentes
3. Los esfuerzos del estudiantado avanzado y jóvenes graduados x construir y legitimar una identidad profesional orientada a
la práctica clínica.

* PC, conocim caracterizado x prácticas q demandan diálogo con una multiplicidad d actores poseedores d sus cult, sus
criterios de validac de los saberes y sus propios modos d apropiac d las experiencias.

* La PC arg ha ido construyendo un perfil en el q, con frecuencia, las llamadas prácticas comunitarias” antecedieron a las
sistematizaciones académicas.

El camino de la legitimación: de las experiencias a la academia


En sintonía con el proceso descripto , las polit d Extensión Universitaria, q a partir d la reforma ocupan un lugar destacado en la s
univ públicas arg, han sido un fértil terreno para la inserción inicial d la psic en el ámbito comunitario.
Es válido destacar q la soc arg invirtió varias décadas en recuperar la memoria d las experiencias destruidas x la dictadura.
En este marco d recuperac d experiencias previas, en la Esc d Psic d la Univ Nac d Cba, en 1984, se creó la materia “EIC”, q
incorporó curricularmente la perspectiva d la PC. Esta cátedra propuso como eje d intervención a herramienta soc solidaria
denominada minga, q en los desarrollos posteriores dio origen a metodologías d intervención en red en el campo de la Salud
Pública y q este espacio d formac incorporó a una forma d investigac epidemiológica apoyada en la participación activa d la poblac
y d los equipos institucionales. El desafío propuesto en ese momento consistía: especialmente para los psic comunit, reconocer
la existencia d mov comunit emergentes y articularse a ellos, para dsd allí lograr impactar en el tema d salud específico q
la poblac priorice en ese momento.

- Los equipos docentes q dieron continuidad a esta cátedra profundizaron la prop original d SM comunitaria acentuando su perfil d
compromiso ideológico fundamentado en el pensam crítico contemporáneo.

Esta impronta q desde el comienzo caracterizó estos espacios académicos orientados x la valorac y recuperac d las experiencias d
“terreno”, se formalizó en 1998 cdo se inició el Programa de Prácticas Comunitarias, con inserción en diferentes lugares d la cdad
d Cba.
- 1987, en la Fac de Psic de la UBA se creó la materia EIC y esto desplegó un proceso frecuente en la historia académica d la PC
nac. El impulsor d esta cátedra fue Lapalma. Sus propuestas se sustentaban en los aportes d la PS, con una perspectiva
interdisciplinaria y un enfoq metodológico basado en la investigación participativa; una perspectiva q se orientaba a la facilitación d
procesos d cambio y al fortalecimiento d capacidades d las poblac para la identif d sus necesidades y recursos.
En los inicios, para Lapalma la importancia asignada al encuadre en la intervención comunitaria fue producto d la formac psa
recibía en la formac d grado académico, y sobre esta base generó sus sistematización e integrac d diferentes recursos: el enfoq
del cambio soc planificado, los aportes d la PC en torno a procesos participativos d la poblac, la faciltac d equipos técnicos
interdisciplinarios y la considerac d la diversidad cult.
En este marco teórico-estratégico, las interv se consideraban como prod d un contexto histórico, soc y polit singular q requería ser
comprendido por los profesionales q se encontraran en ese escenario. A partir d articuladores basales d la PC tales como: la
focalización en las necesidades, la importancia d la comprensión d las organizaciones y redes existentes, y de la participac se
construyó una metodología orientada a guiar el trab d los psic comunit denominada “Escenario d la interv comunit”. El autor
propuso la creación d un complejo proceso vincular entre poblac y equipos técnicos construido en torno a una tarea o proy,
concretizada en n proceso temporal acotado denominado “niveles múltiples d la interv comunitaria”.

En el contexto d la Facu d Psic de la UBA se realizó un ciclo d seminarios distados por especialistas y ello posibilitó q un reducido
grupo de psic provenientes d diversos enfoques comenzaran a referenciarse y a identificarse como psic comunit.
A partir d entonces fueron surgiendo en la UBA diferentes intentos d transmisión en materias optativas d prácticas comunitarias o
contenidos relacionados con la PC.

Las regiones del norte y NE arg, al estar lejos d los centros urbanos europizados fueron menos permeables a incorporar d form a
acrítica corrientes intelectuales q, luego, d su inserción en BA, fueron exportadas al int del país. Cdo las modas intelectuales
llegaban a estas regiones, eran flexibilizadas y forzadas a tomar en cta otras perspectivas socioantropológicas más adecuadas
para comprender las particularidades locales.
En Tucumán, Ferullo en su análisis del rol del psic comunit, lo definió como un trabajador d la salud superador del enfoq negativo
o restrictivo d la salud, remarcando su orientac hacia “el logro del desarrollo humano integral, d un mayor bienestar, del
mejoramiento d la calidad d vida del sh”. Además profundizó el análisis teórico d la noción d participación entendiéndola como un
eje transversal a la PC, estudiando su relac con el concepto freudiano d identificac. Así = analizó el concepto d poder, desplegando
en su estudio la dimensión política inherente a la PC.
En Tucumán se dieron los primeros cursos d PC en el país.
En MDQ se creó la 1ra maestría en Psic Soc Comunit del país, q cerró pronto.

 La PC incrementa las tensiones ya q cuestiona las lógicas d construcc del conocim tanto como los valores a partir d los cuales
se organizan las relac con las poblac.

De la asistencia técnica a la construcc s sist colaborativos y participativos


En la UNR se creó en el 84 el Centro de Asistencia a la Comunidad, como un prog d la Secretaría d Extensión Universitaria del
Rectorado. Esta experiencia se ha ido transformando y hoy es uno d los más antiguos exponentes d la presencia d la PC en la Arg.
Ha devenido un complejo prog con eje en la salud, dnd la participac es el punto d confluencia d la diversidad d aportes y el
horizonte d sus acc.

Los recientes estudios sobre comunicac humana han posibilitado una perspectiva relacional y microcult complementara a los
análisis estratégicos, así como la teo d las redes soc contribuyó con herramientas imprescindibles para el diseño d redes
relacionales, interinstitucionales y comunitarias q tejieron el sostén para el crecimiento del proy.
A comienzos d los 90, estos aportes confluyeron con los del construccionismo soc, generando un salto epistemológico q cambió la
manea d posicionarse ante los procesos colectivos y produjo un modelo d análisis e interv llamado “sist convencionales
colaborativos” (ver pag 54)

Ampliación d los contextos de aplicación


Pc rodeó las barreras d los ámbitos académicos gracias a su poderosa capacidad d aportar rtas y recursos para abordar los
desafíos socio cult.

Desafíos actuales para la psic comunit arg


* La participación comunitaria y su ambigüedad
Un análisis de las formas en q se utiliza este concepto, muestra q con frecuencia, en otras áreas, se lo vacía de sentido
transformándolo en un a mera “herramienta” o en un ingrediente d un disc populista y demagógico.
Su diversidad d usos tiene tanto el efecto de expandir y enriquecer el concepto como el riesgo d ¿vaciarlo d contenido. Esto
desafía a la PC a producir una cte recuperac d este concepto “llave”.
* Desafíos de la psic comunit en polit públicas y demanda laboral
Las formas en q se han incluido en Arg los instrumentos d la PC en las polit soc d Est y proy d ONG interroga acerca d la
factibilidad d un PC utilizada en contextos q diluyen tanto su rigor metodológico como sus valores. La presión d los modelos d
planif descendentes pone en riesgo las bases participativas sobre las q se asientan la sustentabilidad, la apropiación y el
fortalecimiento d las transformaciones. En el marco d las PC latinoam, las metodologías participativas han concebido el tiempo
como un recurso estratégico valioso en los procesos de fortalecimiento comunitario.
La creciente tendencia a la fugacidad y la eventualidad d las relac, y una cult d la superficialidad imponen un modo d contrucc soc
q entra en contradicc con una perspectiva participativa, dificultando la construcc d relac estables, la consolidac d experiencias y su
sistematización.
Las lógicas clientelares q rigen a nivel oficial, cuestionan la posibilidad d creación d relac solidarias y colaborativas, desafiando los
ppos y la ética con las q los psic comunit construyen sus propuestas.
* Desafíos en la construcc d identidad
En la arg, salvo excepciones como foros, no ha sido posible nuclear a los psic comunitarios en torno a objetivos comunes. La
ausencia d agrupamiento, comunidades d prácticas y espacios d sostén mutuo podría ser una d las razones q expliquen la falta d
institucionalización d los grupos d psic comunitarios.
* Desafíos emergentes en la formac d los recursos
Una d las particularidades d la PC en arg es q el desarrollo d prácticas, estrategias y técnicas antecedió a la apertura d espacios
académicos q permitieran la sistematización y conceptualización d las experiencias, y es válido suponer q este desencuentro
contribuyó al reforzamiento d la habitual brecha entre el mundo académico y el mundo d las prácticas. La PC durante años sólo
contó con redes informales o con publicac extranjeras, por eso no hay una historia continuada d publicac e investig ligadas a la PC.
La investiga acc participativa considerada como rasgo singular d la PC latinoam no tuvo reconocim en las facultades arg y se
instaló como instrum metodolog d la carrera d Trab Soc.
¿Qué pudo haber determinado q la PC arg quedara al margen d la prolífica generac d instrum d transf soc q surgían en las
comunidades académicas latinoam d la época? Suponemos q los modos d construcc y transmisión d conocim d las cult psic no
permitían la introd d perspectivas q cuestionaran el teoricismo imperante.
En la vida académica arg una d las concepciones q menos se modificó es la creencia acrítica d q primero hay q comprender la
teoría y posteriormente pensar las prácticas. Este tipo d concepciones se asemejan mas a sist d creencias q a criterios
pedagógicos, lo q las vuelve refractarias a los cuestionamientos e impermeables a los cambios.
* Desafíos de la psic comunitaria ante una soc fugaz y fragmentada
Los psic como enfrentan el hecho d tener q convivir y pensar sus acc en medio d los cambios cult d las últimas décadas, como los
generados x el capitalismo, ya q afectan las formas d contrucc d subjetividades y la prod d tramas relacionales. Se trata d
escenarios soc q parecerían ir en contra de las relac d coop, solidaridad y d una construcc d una soc más justa. .
“Cooperación técnica: una forma de trabajo conjunto d profesionales y pobladores” – Astaburuaga y otros

Propicia reformular el concepto de Asistencia Técnica Convencional: de un tipo de asistencia vertical d uno a otro actor, a una
forma de coop entre actores distintos.
La fuente de inspiración fue el trab con pobladores orientado, al traspaso d la metodología de Planificación, y al apoyo d los prog q
ellos realizan para satisfacer sus necesidades. Coop técnica refiriéndolo a la relac e/ técnicos y pobladores.

La metodología de Planificación no asegura nada. Su eficacia depende en gran medida d la manera en q se comuniq, se enseñe o
se traspase.

Concepto de Coop Técnica


Forma d relac e/ 2 o más actores con experiencias y conocim distintos, q interactúan en fc d una técnica q facilite o permita la
solución d uno o más problemas y necesidades d uno o más actores.
Técnica  forma o manera d enfrentar el problema, necesidad o deseo. La técnica puede ser un instrum o sist específico cercano
a lo científico, hasta un método d orden, relac o abordamiento d un problema. Puede ser incluso un tipo d conversación para
resolver un problema.

Para entender el concepto de CT, plantea tres ideas:


1. P/ q exista CT q facilite o permita la soluc d un probl, debe haber actores con experiencias y conocim distintos q, al
interactuar, rompen o abren sus particulares experiencias y conocim, encontrando salidas al problema q los convoca.
2. La CT hace variar la experiencia y conocimientos d todos los q participan. No tiene, beneficios sólo para quien soluciona
un problema, sino tmb para quien apoya.
3. La interacc entre actores con diferentes experiencias y conocim deviene en contradicc y conflictos q hay q enfrentar
simultáneamente al problema q convoca la CT.

Desafío del concepto: logro d una relac d interacc q apunte no sólo a la soluc d problemas concretos, sino tmb a
soluciones q constituyan desarrollo para quienes participan en el proceso d coop.

Las tres ideas y el desafío


1. Actores con experiencias y conocim distintos q, al interactuar, rompen o abren sus particulares experiencias y
conocim, encontrando salidas al problema q los convoca.
Los pobladores requieren interactuar con otros actores para ampliar su mundo experiencial y d conocim, y así poder encontrar
caminos q les permitan modificar su propia realidad.
Los equipos d apoyo difícilmente puedan incidir, x sí solos, en generar cambios en la situac poblacional. Los técnicos requieren
interactuar con los actores del sector poblac para ampliar su campo experiencial y d conocim, y así adecuar y referir la labor a la
experiencia y conocim poblac.
Esta idea tiene tres aspectos:
a. Cada actor está limitado x su propia experiencia y conocim. La Asist Técnica Concencional (ATC) el poblador es un
simple receptor q no tiene el derecho d opinar, ni d objetar las proposiciones. Las limitaciones q produce la acc unilateral d un actor
s/ otro son entre otras, el bloqueo al actor receptor en su posibilidad d acceder a un nuevo conocim. Es un acto de agresión.
b. Reconocim d un potencial d cambio en la interacc d actores con experiencias y conocim distintos. Ella abre para los
actores nuevas alternativas q potencian su capacidad d acc ante problemas determinados.
c. Reconoce las diferencias entre los actores d la CT. Esto es el 1er paso para entender y analizar los aportes de c/u. es
tmb un primer paso la elaborac d propuestas q consideren la experiencia y conocim del otro.

2. La CT hace variar la experiencia y conocimientos d todos los q participan. No tiene, beneficios sólo para quien
soluciona un problema, sino tmb para quien apoya.
Al hablar d interacc, estamos proponiendo una forma d relac basada en la participac recíproca entre actores para la construcc d
soluciones.
La participac recíproca implica q tanto técnicos como pobladores den, pero tmb reciban. Se trata d poner nuestros conocim al serv
d los pobladores, como tmb d recoger los conocim d éstos para nuestros propio beneficio.  Ambos actores aprenden en la
interacc.
El estar los actores cc d esta situac permite desarrollar procesos d coop más igualitarios, en dnd ambos experimentan caminos en
sus visiones. La relac d CT adquiere así un cierto grado de relatividad, al acercarse más a la realidad d los actores q al
establecimiento d soluciones dogmáticas d lo q se debe hacer, la forma d hacerlo, etc. Ambos actores pueden y tienen el derecho
a equivocarse, a cambiar sus ptos d vista, etc.  La CT es una relac por construir

3. La interacc entre actores con diferentes experiencias y conocim deviene en contradicc y conflictos q hay q enfrentar
simultáneamente al problema q convoca la CT.
Más allá del problema específico q convoca, existen conflictos soc, cult, de género, etc, q dificultan la interacc y soluc del problema
q aparece como el convocante a la coop.
En una relac entre profesionales y pobladores existen, x lo gral, contradicciones y conflictos soc; estos si bien escapan a la
capacidad d rta d la Coop, deben en lo posible reconocerse para q no entraben la interacc.
Para tender hacia relac más igualitarias, en dnd ambos actores sean participantes activos d las CT, pensamos es necesario partir
con el reconocim d las diferencias, las contradicc y conflictos q dichas diferencias provocan.
Por lo gral, las experiencias d CT en las q un actor intentó ocultar diferencias, asimilándose en su discurso al otro actor, han
fracasado. Es más, aumentan los conflictos cdo el actor a quien se trata d acercar, percibe lo falso d la relac q se quiere lograr.
El técnico no es un poblador y el poblador no es un técnico. Son distintas las vinculaciones d cada actor con la problemática q
enfrenta la cooperación, los roles q c/u asume y los aprendizajes q c/u puede obtener.
Cdo hablamos d una relac más igualitaria nos referimos a un tipo d relac en dnd se venzan los temores d mostrarse tal cual uno es
y en donde no se ocultan los aportes q cada actor hace en el proceso de CT.
La búsqueda d relac igualitarias a través d la explicac d contradicc y conflictos no está pensada aquí sólo para una CT q logre una
buena armonía d interacc e/ los actores. Tmb se propone para generar la confrontac entre los conflictos.
Por otra parte, c/ actor por separado vive sus propias contradicciones, producto d la interacc con el otro actor.
El sacar afuera dicha contradicc permite enfrentar con mayor claridad nuestra propia relac con el otro actor. De lo contrario, sentim
tales como la ofuscación, resentimiento, etc, se trasmiten a la relac, obstaculizando la CT.

Desafío logro d una relac d interacc q apunte no sólo a la soluc d problemas concretos, sino tmb a soluciones q
constituyan desarrollo para quienes participan en el proceso d coop.

ATC, de estruct vertical d relac e/ actores.


Caract y consec d esta coop:
- Tiende a imponer soluciones a los pobladores, q se han decidido sin su concurso .
- Entrega info limitada para hacer posible aplicac d soluc decididas x uno d los act
- Genera desconfianza d los pobladores hacia los profesionales
- Relac utilitaria entre usuarios y técnicos. Los usuarios serán receptivos con el técnico cdo vean q es posible conseguir, a través, d
el, algún beneficio concreto. El técnico a su vez, justifica su puesto d trab entregando serv a los usuarios.
 ATC está estructurada en fc d la experiencia y conocim d un actor, sin considerar mayormente la experiencia y conocim del
otro.ni uno ni el otro aprovechan lo q el otro puede enseñarle o darle.
Esta modalidad no incluye los aportes q pueda hacer la comunidad, no crea mecanismos q faciliten la incorporac d dichos aportes,
y por lo tanto, pierde la posibilidad d sumar al esfuerzo ext, los recursos int no convencionales. Más aún, las decisiones tomadas
en forma ext a la comunidad hacen q muchas veces los recursos sean canalizados en programas q no corresponden exactamente
a sus necesidades y problemas sentidos como urgentes.
 ATC no busca producir cambios q contribuyan a la autonomía del sector popular, sino más bien tiende a perpetuar una relac d
dependencia y desigualdad.

* Las acc en sí = no generan cambios en las pers, si no son acompañadas por reflexiones q apunten al cambio d cc.

* La CT intenta conjugar la reflexión con la acc, en la perspectiva d potenciar en los s concretos su propia capacidad para actuar y
cambiar sus relac d dependencia y dominac.
Como las experiencias d cada actor son diferentes, cada interacc debe desarrollar su propia forma de coop, la cual a su vez irá
cambiando al incorporar los aprendizajes propios del proceso.
* CT se sustenta en el reconocim d las tres ideas centrales expuestas.

“Psicología de las organizaciones” – Kolb y otros

Contrato psicológico: implícito entre el indiv y las org d las q es miembro. Esta vinculado con las expectativas d la org respecto
del indiv, y a la contrib d éste para satisfacerlas, así como tmb a las expectativas del indiv respecto d la org, y a la contrib d esta
para satisfacerlas. El CP difiere de los legales en cto determina una relac dinámica, cambiante, q se renegocia permanentemente.
Suele haber aspectos importantes del contrato q no se convierten formalmente: las expectativas claves d org e indiv a veces no se
plantean, como tampoco las premisas implícitas acerca d la relac.
Las contrib hechas a la org se esperan pero no suelen ponderarse ccmente. Ese contrato es, sin embargo, una realidad q tiene
muchísimas implicaciones para la productividad y para la satisfacc indiv. La cía q cuenta con indiv a los q se les hizo trampa, q
esperan más d lo q reciben, tendrán problemas.

* La cualidad dinámica del CP significa q hay una influencia mutua entre las expectativas del indiv y la cia, y entre las contrib el ind
y la cía.
*Influencia del experimentador en la investig d la cond resulta impresionante, y se puede considerar una verificación empírica del
poder d la profesía q se realiza

Procedimiento para la reunión de grupo


El instructor entrevista a los estudiantes
La meta d esta parte del ejercicio es q el instructor averigüe cuales son las expectativas d su clase respecto del curso, q creen los
alumnos q el puede aportar a la satisfacc d sus expectativas, de como podrá contribuir, etc.
(ver texto)

 El prog d orientac d las cías suele ser muy unilateral. Las comunicac en la mayor parte de las cías van d la org al indiv. “Esta es
nuestra política, nuestros procederes y expectativas”
Una d las consec d tal proceso unilat es hacer q el nuevo empleado sienta q la empresa es, como org, mucho más poderosa q él,
como indiv. El empleado se preg cuales son sus expectativas y cuales las d la cía. El nuevo empleado suele exponer lo q se
imagina q quiere oír la empresa, en lugar d enunciar su propio sentir. Otro result es la propensión d la empresa a la excesiva
socializac d sus nuevos empleados.

Estudios muestran q casi todo le mundo experimenta una sensación d incapacidad y dependencia, al ingresar a una nueva
empresa. La dependencia parece necesaria dsd el pto d vista funcional, para q la org pueda empezar a socializar al recién
ingresado, y a fin d q este acepte sus normas y valores, y se adapte al estilo d la cía. Pero las empresas tienden a socializar
excesivamente a sus empleados. Los indiv sujetos a restricc excesivas dentro d estos organismos, se convierten en miembros
pasivos e indiferentes; pero los q aceptan sus nuevas fcs, asumirán responsabilidades y avanzarán hacia el éxito.

La empresa suele interpretar la pasividad como indicio d q el nuevo empleado requiere más direcc, generando un círculo d
retroacción q obra en detrimento del indiv y d la empresa.

Hay otra manera d enfocar el proceso d socializac y la idea del CP e la empresa. El indiv toma dos clases d decisiones al
acercarse a cualquier nueva org: la voluntad d incorporarse y la decisión d participar.
La 1ra no esta siempre bajo su control. En esos casos la org suele reaccionar controlando estrechamente el proceso d
socializac, y el CP se vuelve estructurado y limitador.
La 2da decisión tiene q ver con la clase d interacc diaria existente entre él y la org.

 Como result del examen del CP, se puede establecer la legitimidad del conflicto o desacuerdo, se puede establecer el
derecho d disentir e/ sí y, en particular, d argüir con el instructor; y se puede introducir un proceso d toma decisiones
para resolver conflictos q presupongan responsabilidades.

“Turbulencias y planificación soc” – Cap 4 Diagnóstico de la situación – Robirosa y otros

Objetivo: reconocim global y lo más realista posible del área problemática en la q pretende intervenir el proy. Esto implica explorar:
- El campo d interv directa dnd el proy pretende insertar sus acc, su situac y sus tendencias.
- El contexto más amplio q pudiera eventualmente afectar al proy y/o ser afectado x éste, identificando posibilidades y límites
ofrecidos x dicho contexto, así como posibles efectos colaterales, y repercusiones sobre el proy d otras acc y proy públicos o
privados q pueden eventualmente desarrollarse sobre su área de influencia
- El marco administrativo, instit, y polit + amplio en el q habrá d cumplirse la gestión del proy.

Conviene formular detalladamente el listado d problemas d cualquier nat, presentes o previsibles, q se hubieran detectado y q
configurarían la problemática d gestión de proy. El éxito (eficacia) del proy radica en buena medida en la posibilidad d reducir
estos problemas.

La tarea a efectuar en esta etapa corresponde a la del diag tradicional. Pero en el contexto d esta metodolog, asume caract
particulares q la alejan d aquella en contenidos y procedimientos.
Diag no equivale a descripción. Debe estar dirigido a comprender en la mejor forma posible dicho sector.
Para lograrlo habrá q disponer un conj pertinente d informaciones en forma tal q ponga en evidencia las interacc o relac no
necesariamente explícitas entre los distintos elementos y los modos a través d los cuales estas relaciones se organizan, se
condensan y se consolidan, así como apreciar el predominio d unos componentes sobre otros, las contradicc q pudiesen existir, los
juegos d poder q se hacen presentes, e/ actores involucrados, sus expectativas, intensiones y deseos q puedan estar
desempeñando un papel en este conglomerado. Por último, esta reconstrucc del plano no inmediatamente visible d los elementos
q operan en el campo debe permitir tmb, como parte del = diag, la detecc d las ppales tendencias q orientan las modif q vienen
produciéndose en ese espacio. Es decir, una idea realista d hacia dnd empujan los fact y actores detectados y hasta q punto esas
tendencias son objetivamente favorables o desfavorables a la gestión q se planifica.

Cualquiera sea la nat del proy es indudable q este pretende insertar sus acc entre los procesos q d hecho modelan aquella realidad
concreta, compleja y multidimensional. En dichos procesos interviene un sinnúmero d actores, en una compleja malla d interacc y
mutuas determinaciones, en medio d condic concretas d muy diversa nat, tanto propias del campo estricto d intervención como del
contexto más amplio del q el actor forma parte. Si todo ello constituye parte integrante d la problemática d gestión q el proy deberá
resolver, será tmb componente legítimo y necesario del diag d situac.

Por otra parte, el proy, x + sectorial q fuere, no puede ser aislado d objetivos + globales d desarr soc y h, ni mucho menos puede
contradecir a éstos o provocar consec colaterales negativas en otras dimensiones, las cuales podrían resultar en última instancia
en un deterioro d la situac gral d la poblac-meta o hipotecar su desarrollo futuro. Así el proy, aún sectorial, debe ser tratado en el
contexto más amplio d las acc tendientes a un desarrollo integral d la poblac-meta. Es x eso tmb q resulta esencial q en el diag se
contemple no sólo el campo directo d interv del proy sino todas las interacc significativas q éste pudiera tener con otros procesos y
acc, intencionales o no, q modelan dicha realidad.

E/ los campos d info a relevar y elaborar p/ el diag están:


* Aquellos referidos al área q pretende atacar el proy: existencia y magnitud del probl, identif d la poblac afectada x él,
componentes del problema, posibles causas, etc.
* Aquellos referidos al campo d inserción del proy, caract y tendencias, interacc d diversa nat e/ act soc diferenciados y con el resto
del mundo, etc
* Aquellos referidos a políticas y a otros prog o acc, públicos o priv, q estén en desarrollo o se proyecten en relac con el campo d
inserción o q podrían afectar a éste: sus caract, alcances, efectos, recursos, etc.

 El prod d esta etapa d diag será un listado valorativo, tan completo como sea posible, d los problemas q confronta el proy,
constituyendo así una guía permanente y siempre perfectible d búsqueda y reflexión conj en el proceso posterior.

Existen problemas d muy diversa nat q deben ser resueltos para q un proy sea exitoso en su implementac y en el logro d sus
objetivos d tranformac d la realidad. A grandes rasgos pueden identificarse problemas relacionados con los sig niveles:
- La identif y logros d los result o impactos deseados x el proy en la realidad
- La realizac d las operac, activ, presentac, obras, etc q encara el proy como medio para alcanzar los result deseados
- La administrac y gestión del proy y d los recursos d todo tipo necesarios para su ejecución adecuada
- El marco político-institucional en q se desenvuelve el proy
- Los efectos colaterales negativos q pudiere tener el proy o q pudieran repercutir negativamente sobre el proy o su campo d interv
- Los efectos d polit y otros proy o acc del sector público o d otros actores d la soc civil sobre el sector d la realidad en q se inserta
el proy.

Estos problemas del proy y d su campo d interv están estrechamente interrelac en el mundo real y constituyen en su conj la
problemática d gestión q debe encarar el organismo responsable del proy si ha d llevarlo a buen termino. Quizá no todos los
problemas parezcan en s en sí = igualmente significativos, pero los problemas q aparentemente no lo son pueden ser causales d q
otros + importantes no puedan ser resueltos.
C/ probl identif es un objetivo d fc del sist soc q no es satisfecho

Sobre los instrum y técnicas d apoyo


Recopilar y relevar datos y procesarlos tiene un costo variable. Para justificarse el beneficio obtenido debe ser evidente y
proporcional.
Error, acumular indo 2ria en forma convencional, a alto costo y esfuerzo.
No sirve juntar info por si acaso, sino q se debe hacer con propósitos claros y guiados x preg específicas. Debe evitarse efectuar
análisis cuanti complejos o costosos en rtas a preg q no requieren necesariamente tal cuantificación.
Este enfoq d planificac y gestión, al enfatizar la acc, funda sus bases en la verosimilitud, y no en la lógica d la prueba. Se trata d
alcanzar conclu estimativas verosímiles basadas en info objetiva, pero tmb en proposiciones hipotéticas y tentativas.
La complejidad d la realidad trasciende siempre todo intento absoluto d descripción y d comprensión objetivas. Es por ello q esta
metodolog postula su explorac x aproximaciones sucesivas, mediante una inteligente búsqueda, selecc y utilización d info
pertinente al tema d estudio, y sucesivas reconstrucc tentativas d la realidad mediante la confrontac y síntesis d informaciones
parciales en un trabajo grupal d elaborac intersubj.

Cada observador d la realidad dirige sobre esta una mirada subjetiva, cambiante y sobre todo, perspectiva x su inserción
en ella o en su relac con ella. La mirada d cada observador es modelada por su entrenamiento y su experiencia previa, su actitud
selectiva y valorativa, su modo d interacc con su entorno y con otros, sus intereses, factores emotivos y d personalidad, etc. Es
decir, su percepción no es distorsionada, si no parcial y cargada d intepretac y valores subjetivos. Por eso para poder reconstruir
algo más ajustadamente la realidad hace falta una diversidad d ojos y la agregac, confrontac y reelaborac d sus percepciones. D
ello surge una visión intersubj, no objetiva, q tiene la virtud d reducir las subj individuales.
Tmb es conveniente llamar a colaborar a informantes diverso q perciban la realidad dsd perspectivas complementarias, bajo roles
diferenciados en la realidad en estudio, q tengan intereses particulares respecto de ella y/o q tengan conocim especializados
pertinentes respecto d los campos d info q se debe obtener.
Las obs d c/ informante deben ser interpretadas como no neutras, si no dsd una posición determinada acorde a sus intereses.
A su vez, la interacc del informante con el equipo d gestión estará cargada tmb d expectativas q influirán sobre su discurso y q
además deberán ser tratadas con cuidado por el equipo para no despertar falsas expectativas q podrían verse frustradas, ni activar
oposiciones, con posibles graves consec para el proy mismo en su implementac.

La reconstrucc d la realidad es un proceso d creciente elaborac sobre la base d conocim previos, insumos d info, estimaciones d
confiabilidad, combinac y síntesis d insumos, generación de hipótesis y preguntas, etc.

En la estrategia operativa d la presente metodolog dicha reconstrucc d la realidad se efectúa mediante trab grupal d
intercamb d ideas, info y opiniones x parte del equipo d gestión, con o s/ intervención d los propios informantes y/o d
otros actores involucrados en el proceso d implementac del proy.

Es fundamental el registro d las conclu alcanzadas y sus fundamentaciones, señalando problemas identificados en todos los
niveles y q requieren soluc para tomar éxito el proy. Tal registro permitirá eventuales revisiones del diag cdo estas parezcan
necesarias como consec d nuevos eventos no contemplados x ej. Es así como el diag d situac no puede ser si no tentativo y
abierto a enriquecimiento y revisiones posteriores a medida q se avanza en el trab.

Utilización de la informac documental disponible


En 1er lugar, recopilar y estudiar entre la info disponible aquellos doc más grales d tipo descriptivo o interpretativo; sobre todo,
entre éstos últimos, las evaluac efectuadas sobre el tema en estudio, cualquiera sea su origen. Más q la exhaustividad interesa su
cobertura y profundidad.
Es recomendable llevar un registro d info detallada (ubicación, fechas, canales de acceso)
Análisis estadísticos especiales con datos secundarios
No es aconsejable en gral la realizac d análisis estadísticos e las etapas iniciales del proceso d gestión d un proy, solo se justifica
en rtas a preg específicas q no pueden ser respondidas con la inf disponible.
Para el manejo d la info estadística, lo 1ro es control d pertinencia d dicha info, es decir, si los datos pueden responder a la preg
planteada, y desp debe hacerse el control de confiabilidad d la info q se va a utilizar: cobertura, representatividad, validez, etc.
Es frecuente el error d extraer conclu x medio d la comparac o tratamiento en serie d datos no comparables.

Relevamientos especiales
Los de carácter censal o muestral en gral son d alto costo, tanto ec como d tiempo, esfuerzo, etc. Por otra parte, es difícil obtener
con ellos datos confiables en campos d info q no sean los llamados duros, es decir, directamente observables. Menos confiable es
la info declarada por entrevistados sobre aspectos como ingresos, ocupac, capacidad, etc, difícilmente verificables. Mucho menos
confiables son las rtas q pretenden detectar opiniones, actitudes, etc. Cto menos duro es el campo d información, más cuidadoso y
controlado debe ser el procedimiento d relevamiento y más difícil su codificac e interpretac.

Entrevistas con informantes individuales


Los informantes pueden ser entrevistados en forma indiv. Debemos tratar d q se sienta libre d proveer toda la info q crea pertinente
y necesaria. El entrevistador deberá inicialmente focalizar la conversación, identificando el campo d indagac q e desea cubrir.
P/ inducir la libre exposición d ideas es recomendable solicitar al entrevistado q identifiq los problemas d cualquier tipo q perciba en
relac con el tema y lo q cree q puedan ser las soluc deseables. A partir d allí el entrevistador podrá conducir al informante a través
d distintos aspectos d detalle, mediante preg simples. Importante no orientar la rta.
El entrev no debe exponer sus propias opiniones como tales, pero si puede mencionar propia y ajenas en formulaciones como “He
oído decir q…”
Tener lista d temas a cubrir. Se verá la posibilidad o no d hacer anotaciones breves.
Posteriormente el entrev hará un informe d lo conversado, mientras todo esté fresco en su memoria en lo posible. Informe
encabezado x datos d entrevistado, como rol respecto del campo d estudio. Conviene seguir el orden d la lista d temas para
facilitar comparación con otros informantes.
Al final debe volcar sus opiniones personales acerca d la entrev y su dinámica, validez, nueva info, recomendaciones d campos a
investigar, etc.

Confrontac d informantes
Técnica de gran riqueza, q se da en un panel d discusión. Se da la posibilidad d poner en evidencia concordancias, discordancias y
aún conflictos latentes.
Conveniente elegir participantes q tengan opiniones diversas s/ campo d indagac.
Se inicia con exposiciones indiv, un tiempo posterior para discutir entre ellos y libre discusión e/ panelistas y el equipo d gestión q
habrá d utilizar la info obtenida.
Para inducir la exposición d ptos d vista personales es conveniente q se les pida a los panelistas q enuncien sus opiniones acerca
d los problemas d cualquier nat q perciban en el campo d estudio y d las eventuales soluc q tale probl pudieran tener.

Formulac d la temática d gestión q confronta el proy


Como paso final del diag, el equipo en plenario identificará un nro d áreas problemáticas significativas o niveles en q se señalaron
problemas al efectuarse los relevamientos d info y su interpretac preliminar.
No es conveniente un grupo d gestión muy numeroso para la discusión detallada d los problemas q lo constituyen. Si se arman
subg para esta tarea es conveniente q c/ u tenga un perfil d capacidades disciplinarias y/o d experiencias sectoriales
suficientemente diversificadas. Se procurará además q el grupo esté abastecido d la info significativa respecto d la temática a
discutirse (doc, experiencias d los miembros, etc).
Cada g procurará identificar los problemas q afectan al proy en el campo temático o nivel asignado. Dichos problemas pueden ser
d nat muy diversa. Deben registrarlos d manera precisa y explícita.
Se pueden señalar problemas hipotéticos pero verosímiles. La verificac d su existencia real puede ser efectuada más adelante en
el proceso.
Co no se cuenta con la info necesaria o el equipo técnico es pequeño, deberá recurrir a informantes confrontando e interpretando
las informac y opiniones.
Es recomendable para concluir esta etapa, efectuar un plenario en el q cada g presente sus listados d problemas y los justifiq a
través d un relator. En este plenario pueden afinarse los listados y confrontar sus interrelaciones, su compatibilidad mutua y su
verosimilitud.

Técnicas operativas
1. Diagnóstico
Además de ayudar con la elaborac del diag facilita la integrac d los participantes como g d trabajo.
Técnica de graficación o de afiche: expresa mediante un dibujo el resultado d las discusiones previas.

2. Listado de problemas
Cualquiera sea la técnica elegida para efectuar la tarea diag, esta culmina con un listado d problemas reconocidos x los
participantes. Pero ello se vuelve al trabajo en pequeños grupos con el objeto d explicitar los problemas por escrito en un afiche,
cuidando d expresarlos en forma clara y precisa, para q sus contenidos sean inteligibles para todos, sin ambigüedades. Los pasos
son:
a. Discusión grupal para definir la redacción d los problemas
b. Listado d los mismos en cartelones

“Metodología de planificación: una herramienta para la organizaciones de pobladores” – Valdes X.

Experiencias para q los sect popu pueda “decir su palabra” (Freire); dnd puedan probarse a si = q son capaces d pensar, d hacer, d
decidir.
Estas líneas presentan una metodolog d planif inscrita dentro d esta perspectiva d transf soc, dentro d este proceso d constituc d s.
Se trata d una planif diferente a la q entendemos habitualmente. Esta concebida como una “herramienta” para las organizaciones
territoriales d base, cuya utilizac facilita y apoya la gestión y la acc d las organizaciones para el enfrentamiento d sus necesidades
y problemas.
La planif ha sido patrimonio de los técnicos. Ellos planifican, otros ejecutan. Ellos deciden q necesidad d los demás satisfacer, y
como hacerlo. Ellos regulan la participación, deciden quienes, como, dnd, cdo. Según el uso q se haga d ella puede ser un
instrumento de dominación o d participación.
La herramienta presenta el texto traspasa como totalidad a las org para q ellas la utilicen, y en la acc misma d planificar vayan
desarrollando sus propias capacidades y ejerciendo el poder sobre las decisiones q las afectan.
Demás está decir q el sólo hecho d planificar no basta para q los sectores popu logren transformar su situac. Sin embargo, esta
planif aporta un saber-hacer factible, e permite actuar, fortalecer la org e ir generando un desarrollo dsd la base.

Esta planif ¿qué busca?


Esta metodolog d planif se inscribe dentro del proceso d generac d actores soc, d constrcc d un movim popu. Los sectores a través
d sus org, se involucran en la toma d decisiones y en acc tendientes a transformar su situac, y q a partir d ello se vayan
adquiriendo experiencias q les permiten ir constituyendo su propio proy soc; q las org popu vivan un proceso d toma d cc d su
propia realidad y d su capacidad d decidir y d actuar; q en torno a acc concretas, las comunidades y organizac vayan viviendo la
participac y la democracia.

Los objetivos específicos d esta planificac son los sig:


- Que las org territoriales vayan generando un proceso d desarrollo en la base y dsd lo local, a partir d las necesidades, problemas
y potencialidades q se dan en su sector.
- Que sean capaces d proponer programas y planes alternativos concretos, elaborados x ellas, surgidos d sus problemas y
prioridades, y en los q se combinen recursos y capacidades propias y ext
- Que tengan mejores bases para negociar y demandar.

Sus características
Para acercarse a los fines q persigue, esta metodolog d planif tiene caract propias, q la distinguen d otras.
1 - Antes q nada, se trata d una herramienta dirigida a los pobladores en gral y en partic, a las org territoriales d
base: manzana, pasaje, campamento, cooperativa, etc. Herramienta pensada para q sean los pobladores quienes la utilicen, para
q ellos se constituyan en los actores ppales del proceso d planificac.
Optan x org d base porq están en mayor contacto con las flias q habitan en el sector, sus miembros provienen d esas flias, es más
representativo. Así se esperan obj comunes y un mayo involucramiento y participac.
2 - Se implementa a nivel territorial, a nivel local. Se trata de elaborar prog dentro y para un territ determinado,
entendiendo a este como una unidad espacial, soc y ec. El territ común genera sentim d identidad entre los q lo habitan
A su vez, una planif q se realiza en el ámbito local ofrece la posibilidad d q la acc reivindicativa d las org se plantee a un
representante del Est, relativamente “cercano”: el Municipio.
Dsd un pto d vista educativo, lo local en la medida en q está ligado a la vida cotidiana, puede ofrecer posibilidades para el
aprendizaje, las múltiples experiencias confirman q el aprendizaje ligado a acc frente a problemas vitales, tiende a tener efectos
más profundos y duraderos.
3 – Su eje es la participación. Son los mismos g, org y comunidades los q definen los fines y medios para su acc, y para
q sean muchos los q se involucren en la obtención d los objetivos colectivos. Y a través d la acc aprenderán a ser “actor”, es decir,
a actuar como indiv, como g o sector soc autodeterminado.  Es una experiencia práctica de democracia.
4 - Se trata d una herramienta q va abordando simultánea y equilibradamente las diferentes necesidades q determinan la
calidad d vida, y aquellos problemas q la deterioran. A esta caract se la denominado integralidad.
5 - Los mec q ofrece esta plani, permiten q surjan y se busquen formas d enfrentar problemas relacionados con los niños,
las mujeres, la salud, la sobrevivencia, etc. Se aumenta d esta manera la capacidad d gestión y acc para transformar su
realidad.
6- Es una herramienta q permite ir actuando en forma progresiva. Se empieza por lo q es factible para lograr el objetivo
final, pero los pequeños avances dan fza y confianza para seguir adelante, para movilizar mas personas, gestionar nuevos
recursos y desarrollar las etapas q siguen  Progresividad es el nombre d esta característica.

Hipótesis que sustenta a esta planificación


Una experiencia d planif local con las sig características:
a. Favorecer el desarrollo d una cc crítica, en la medida en q exige un conocim d la realidad
b. Permite enfrentar y satisfacer ciertas necesidades ocupando las propias capacidades, y ampliar las bases para negociar y
reivindicar frente al Municipio
c. Apunta a la autodeterminación, en la medida en q son los pobladores los q definen sus prioridades y formas d enfrentarlas
d. Facilita la participación, porq requiere el involucramiento d muchos
e. Fortalece la org, en la medida en q enfrenta necesidades sentidas, le otorga un sentido y la legitima frente a la comunidad.

Su práctica
El pto d partida es un problema, insatisfacción o deseo. El propósito es pasar d la situac en q estamos en un momento dado a una
situac deseada.
Para lograr este cambio la planif propone etapas y pasos operativos q van guiando la acc y gestión para enfrentar el cambio d una
manera eficiente y eficaz.
La práctica d la planif distingue 4 momentos, los q a su vez corresponden a las dif etapas y pasos del proceso.
1ro momento  el acento está puesto en el conocimiento (cuál es nuestra realidad, nuestras necesidades y problemas), y
se puede definir como la etapa de autodiagnóstico.
2do momento  énfasis en la creación, en la necesidad d imaginarse soluciones posibles, d preguntarse cómo queremos
q algo sea y cómo lo haremos?  Etapa de programación
3er momento  acción, cómo se hacen las cosas  Etapa de implementación
4to momento  reflexión. Se mira lo q se hizo para descubrir el sgdo personal y soc q la acc ha tenido  Momento de la
evaluación

En la práctica estos momentos no se separan tan claramente, ni tienen un secuencia lineal en el tiempo. Hay una relac dinámica
entre ellos, marcada x el mov continuo entre el pensar y el hacer. Solo reflejan dnd está puesto el acento pero conocim -creación-
acc-reflexión están presentes conjuntamente en cada etapa. Lo importante es pasar x cada etapa porq ello facilita el camino hacia
los objetivos q la acc y la gestión persiguen.

Momentos Etapas Pasos


- Definición de necesidades y problemas
Conocim Autodiagnóstico (elaborac, aplicación, tabulación, análisis)
- Discusión y reflexión s/ los resultados
- Formulación d comisiones x necesidad
- Elaborac d diag específico
Creación Programación
- Elaborac d los prog
- Presentac y aprobac d los prog
- Formac d g d trab
- Apropiación del prog x parte del g
Acción Implementación o ejecución
- Desarrollo d las activ propuestas o
implementación
- Evaluac permanente (en c/ paso d la
Reflexión Evaluación activ)
- Evaluac final

Cada etapa tiene su dinámica y sus pasos metodológicos específicos:


1. El autodiagnóstico: para actuar se necesita saber. Todos deben participar del diag, identificar las necesidades y problemas y
situarlos dentro d un contexto soc. Necesidades, causas, recursos, etc se plantean en esta etapa. Hay técnicas q facilitan la
detección de las necesidades, lo importante es q genere un conocim crítico d la realidad.

2. Programación: pasos mencionados en el cuadro:


- Formulación d comisiones x necesidad: tienen x objeto elaborar prog d trab tendientes a la búsqueda y diseño de una soluc.
Las comisiones se forman la menos x 2 pers. Todos los integrantes d la org deben incorporarse a una, todos deben tener
responsabilidad y participar en forma concreta. En cada comisión hay un miembro encargado d velar porq ella cumpla con su
tarea.

- Elaborac d diag específico x necesidad o problema: su fc es ampliar el diag en relac a la necesidad detectada. Puede adaptarse
el mismo instrumento utilizado en el autodiag, o elaborar uno en q se incluyan los distintos aspectos del problema. Est permite
buscar alternativas d soluc q respondan efectivamente a lo q es esa necesidad. Sólo teniendo en cta la problemática más global d
la necesidad, se podrá decidir cómo resolverla.

- Elaborac d los prog: búsqueda de soluciones para la necesidad o problema detectado. Es el momento de la creatividad, d
imaginar posibilidades, d q se den todas las ideas alternativas. La discusión y reflexión sobre ellas permitirá descubrir cual
responde d mejor manera al problema planteado; cual es el más factible; q cantidad y tipo d recursos requieren, dnd y quien los
conseguirá.
Considerar todas las alternativas posibles, facilita selecciona aquella q parece la más adecuada; permite en caso d fallar la
primera, poder acudir inmediatamente a la 2da. Así no es necesario partir de cero.
Para elegir la acc q se distinguirá debe tener en cta los medios y el tiempo d q se dispone y, sobre todo determinar cuál responde
mejor a los objetivos grales d la org y a la situac específica q se quiere enfrentar.
Una vez seleccionada la soluc, se realiza la elaborac del prog propiamente tal, en el q se define el objetivo q se desea lograr y se
organiza la acc para llegar a él
Proponen una guía para la elaborac del prog:
Definición del objetivo: - q es lo que queremos, resultado al que se quiere llegar; - con qué recursos propios contamos:
la comisión hace un estudio d los recursos q puede adoptar la comunidad y los especifica.
Recursos que se requiere: - qué recursos ext necesitamos; - cómo los conseguiremos: organismos o pers ante las
cuales los gestionaremos; - Pasos q dar, tareas.
Organización de la acc - Quien se responsabiliza: división de tareas y/o se sugiere a otro miembro la responsabilidad; -
Qué plazos nos damos.
Se trata de trazar el camino a recorrer para lograr los resultados buscados. En algunos casos es conveniente considerar etapas
progresivas hasta llegar al objetivo final.
El prog tmb debe ser flexible, abierto a contemplar cambios en su contenido, para adaptarse o acoger nuevas ideas.
Es importante tmb la capacidad d negociación, de presión o movilización d la org para conseguir recursos ext.
Es importante q sea cada comisión x separado la q defina su programa d acc. El apoyo técnico es recomendable solo cdo se trata
d una aspecto q exige un dominio técnico especializado q la comisión no posee.

- Presentac y aprobac d los prog: las comisiones los elaboran, y su aprobac corresponde a la instancia d delegados d manzana y
directiva, y en algunos casos es el conj de flias x ej quienes aprueban el prog.
Tal mec responde a una forma democrática d enfrentar la acc, y a una forma de vincular y comprometer a la org y a la comunidad
en los prog x realizar.

3. La ejecución o implementación
Una vez aprobados los prog se procede a ponerlos en marcha a través d la formac d grupos d trab, apropiación del prog x el g,
implementac d activ.
* Formac d g de trab: significa ampliar significativamente el nro d integrantes activos. Plantea otro desafío: conjugar la autonomía y
autodeterminación deseable para cada grupo, y al mismo tiempo evitar q se convierta en org // a la org gral. Para esto deben
establecerse instancias d coordinación y de trabajo conjunto.
* Apropiac del prog x parte d los g d trab: aunq el prog haya sido elaborado x la comisión correspondiente, es vital q lo haga suyo el
g q lo llevará a cabo. Cdo esto no se logra suelen sentir q hacen un trabajo para otros. La comisión comparte con el g d trab los
result del diag y ambos discuten y analizan el prog, se incorporan sugerencias y se distribuyen las responsabilidades.
* Desarrollo de las acti propuestas o implementac propiamente tal: se hace, se actúa. Cada uno empieza a cumplir sus fcs al
interior del g, haciendo q todo salga adelante. Esto demuestra q la planif vale la pena y los afianza como g, prueba la capacidad d
acc.
El ritmo d c/ g d trab es diferente. Al ppo el proceso d planificar es bastante ordenado, pero cdo se ponen en marcha los prog cada
g tienen su paso. Algunos pueden estar comenzando, otros finalizando, otros en plena acc.
Esta etapa constituye un momento crítico, un quiebre con la forma d trab anterior, surgen con mayor fza los conflictos d relac
humanas, y se hace muy difícil coordinar. Cada uno empieza a expresar sus actitudes, modos d pensar, de hacer, etc q se hacen
sentir.
La org debe poder adaptarse a esta dinámica d activ creativamente y enfrentar las dificultades a nivel d las relaciones.
Tmb surgen conflictos del enfrentamiento con el medio, el contexto. La org sale hacia afuera a gestionar, negociar recursos. Se
confrontan posiciones para las estrategias a seguir, no siempre se llega a un consenso. Algunos caen en abusos y manipulac por
tener contactos. La rta negativa muchas veces significan un deseo d abandonar el trab, o culparse mutuamente por no haberlo
hecho bien.
El rol del dirigente aquí es fundamental, debe ser conductor y educador, debe buscar con los g la mejor estrategia y analizar
riesgos y ventajas, debe dar rtas a las necesidades y urgencias y reivindicar sus derechos.

4. La evaluación
Momento vital ya q permite establecer la relac e/ “lo q hemos hecho” y lo que podemos aprender d ello. Permite comprender
mejor los result, medir logros y planificar el trab q sigue.
Se mira críticamente lo q se ha hecho y junto con los result y problemas, empieza a develarse el sgdo y sentido q tuvo la acc para
cada uno d los participantes, para el g como tal y para la org en gral.
Puede hacerse la evaluac d acuerdo a las sig pautas:
- q hicimos? – q logramos? – q problemas tuvimos? – cuales fueron responsabilidad nuestra? X q? – cuales no dependían d
nosotros? – q aprendimos? – q aporte significó nuestra acc para nos mismos, para la org y para la comunidad en gral?

Este proceso es desarrollado por el g a cargo del prog, el q luego presenta los result al resto d la org. Así la org como totalidad
asume el trab d un g, con sus logros y sus problemas.
Si bien se realiza al finalizar el programa, se dan evaluac en cada paso. Las rtas a “como vamos?” permiten ir re-adecuando las
activ a los desafíos y demandas.

Los “puntos claves”


La planif apunta a determinados objetivos pero no los asegura. Quien la utiliza, como se aprende a usarla, los apoyos ext, son
variables q contribuyen en forma significativa, a acercarse o distanciarse d los fines q se persigue.
Llaman puntos clave a estos aspectos: la capacitac, el rol d los técnicos y la negociación, x cuanto son fundamentales
para la planif no se transforme en una mera aplicac mecánica d una técnica.

a. La capacitación:
Proceso a través del cual se traspasa la metodología d la planificac a las org. Juega un papel fundamental.
En cto a la forma de capacitar para la planif hay algunas condiciones para poder lograr los objetivos:
1. Que el aprendizaje se de en la práctica, aprendo cdo planifico, cdo vivo cada paso del proceso.
2. Presencia cte d la acc-reflexión. La acc sin reflexión se transforma en activismo; la reflexión q no lleva a la acc se queda a nivel
d la comprensión e interpretac, pero no transforma nada.
Mantener la acc-reflexión como cte dentro del proceso mismo d planifica, no es fácil.
El objetivo es lograr facilitar en las org popu, el desarrollo d su capacidad d pensar, decidir y actuar x sí mismas, lo q muy
probablemente, implique cambios en esas áreas, y tmb en el sentir d los indiv y org. La capacitac puede estar orientada hacia esos
cambios, pero tmb puede quedarse en la aplicac mecánica d la metodología, riesgo q está siempre pte. En la capacitac se dan
dos polos en permanente conflicto: uno relativo al SER d los indiv y d la org y otro q corresponde al HACER. Ambos
interrelacionados y suponiéndose mutuamente, x cuanto la ausencia d cualquiera d ellos desvirtuaría el sentido mismo d la
capacitac.
HACER planificac pasa por los q la hacen, y es en la medida en q los actores van experimentando cambios q la planif será un
aporte al proceso d formac d sujetos en el cuales se inscribe, e irá adquiriendo su real dimensión. Ello plantea el desafío d resolver
en forma positiva, dinámica y permanente la tensión entre los 2 polos, tanto a nivel d los contenidos como de la metodología.
Los contenidos relativos a lo q llamamos el polo del SER se trabajan // al aprendizaje d la planif, cdo aparecen como necesidad.
Tmb se abordan los temas relativos al aquí y ahora del quehacer d la org. Es decir, los contenidos q tienen q ver con la realidad
soc, y forma d enfrentarla.
Al educador le corresponde ofrecer situac d aprendizaje. Le corresponde dar info cdo el tema lo requiere y desarrollar con los
participantes las técnicas necesarias para su trab. Debe estar alerta para detectar el momento oportuno d trabajar los contenidos
relativos al SER, y para enfrentar los conflictos d relac cdo ellos estén interfiriendo en el desarrollo d la tarea, o bien para
problematizar la relac d la org con el contexto soc.
Es fc suya no descuidar la necesidad permanente d acc-reflexión, para q los integrantes puedan hacer la relac “experiencia-
sentirme y saberme capaz-valorarme”, tanto a nivel indiv como soc, y tmb la relac entre “lo q hacemos” y la transf d nuestra
realidad.
El educador debe velar por la apropiac del instrum x parte d todos y en todos los niveles, cuidando d no privilegiar a aquellos q
aparentemente son mas desarrollados x cto eso produce un distanciamiento entre los q saben y el resto.

A. Los técnicos:
Actores ppales  pobladores a través d sus org territoriales; pero en el proceso intervienen otros actores, q colaboran con la tarea
d la org, la cual en definitiva, es el desarrollo desde la base. Los técnicos o profesionales son uno d esos actores, y su actuac es
clave en el proceso d planificación.
Este rol se da en dos ámbitos: uno es el d la capacitac y el traspaso d la planif y otro es el del apoyo a necesidades específicas q
requieren d cierto conocim técnico.
En cto a la capacit, un pto importante es la forma d llegar a la org, y a la manera en q se propone el uso d la planificac como
herramienta para potenciar su gestión y acc.
El técnico debe ser claro en su propuesta: q propone, por q, para q, como se hará. Q esta propuesta sea negociada con la org,
estando previamente establecida la libertad d esta última para aceptarla o rechazarla, y la posibilidad d ir modificándola en conj.
Por otra parte la planif concebida en la forma q proponen, ofrece posibilidades d encuentro entre pobladores y técnicos. Esta relac
es diferente cdo respondemos a demandas concretas, surgidas d su propio diagnóstico y programación. Nos permite ubicarnos
mejor respecto a las necesidades d la org y relacionarnos d una forma no dominante.
Lo importante es compartir la intencionalidad d trab. Creer en la capacidad d los pobladores para saber lo q necesitan y como lo
necesitan. Nuestras metodolog y técnicas no pueden ser contradictorias con la forma en q esté trabajando la org. Nuestro obj debe
ser q los pobladores se apropien d los conocim e instrum técnicos q poseemos, los q serán re-elaborados y re-creados a partir d la
experiencia d ellos. Es así como saber popular y conocim técnico, complementados entre sí. Pueden ir generando el “nuevo saber”
o “síntesis cult”.
Para q el apoyo técnico funciones es conveniente q los profesionales presenten un prog d trabajo a la org, en el cual se
especifiquen objetivos, formas d trab, tiempo q le dedican y financiamiento. Conviene q el prog sea discutido por todos, no solo por
la comisión. Una vez aprobado, se establece un convenio o contrato dnd se especifican los derechos y deberes d ambos, los
compromisos, etc.
La ausencia d este convenio resta formalidad al trab y las responsabilidades se diluyen. Se evita el no sabia a quien le tocaba, no
me había quedado claro.

B. La negociación
Las capacidades y recursos propios tienen un techo. Llegado a el es necesario recurrir a otras fuentes d apoyo y financiamiento;
surge entonces el problema d la demanda al Estado, es decir, d la reivindicación, la cual constituye un elemento fundamental dsd
la perspectiva d la construcción d un mov poblacional.
Entendemos la reivindicación como un proceso para ganar poder, para ganar espacios democráticos. Tmb como un proceso para
obtener, para conseguir cosas concretas, es decir, para resolver. Entendemos tmb q ella tiene diferentes dimensiones. Una puede
ser la negociación, otra la denuncia. La denuncia se sitúa más bien en el marco del discurso y la lucha polit d los pobladores; la
negociación se ubica en un plano más operativo, en el plano de resolver. Sin embargo, no son excluyentes entre si, pueden
potenciarse mutuamente.
Para el fortalecim de la org se requiere el mayor grado posible d legitimización d su gestión al int d su poblac. Y eso pasa no solo
por denunciar sino tmb x responder a las necesidades cotidianas q urgen a los pobladores.
La planif ayuda a enfrentar mejor la negociac, por cto ofrece bases concretas sobre las cuales negociar. Da elementos para
enfrentarse a instituciones del est por ej.
Ante quien se pueden gestionar los recursos q se necesitan? El municipio, q maneja prog d asistencia y ayuda a las comunidades
según el proceso d municipalización d los recursos. Sin embargo, un Municipio capaz d responder a prog d las org, d negociar con
ellas reconociendo su condic d sujetos y no d objetos d programas soc, no es la realidad actual. Toda negociac será difícil, muchas
veces no se logrará lo q se pide y el result dependerá d la cohesión int d la org, d su capacidad d presión y movilizac. Es decir, la
presencia d un s activo con quien negociar.
Es preferible enfrentar la reivindicac como negoc + q como denuncia, porq suele tener mayores posibilidades d éxito.
Es necesario tmb q la estrategia sea discutida x todos los integrantes d la org y se examinen los riesgos los riesgos y ventajas q
ofrece cada alternativa.
La negociac debe estar basada en prog concretos, detallados, dnd se expliciten los recursos y capacidades con q cuenta la org. Y
es conveniente q en ella participen delegados o encargados d g especialmente designados para esa tarea, para prevenir el
distanciamiento por parte d los dirigentes.

La articulación
Fundamental tanto dsd un pto d vista polit como operativo. En lo operativo, favorece la coordinac e intercamb entre org y g con obj
e experiencias similares; ofrece la posibilidad d elaborac d prog conjuntos y d potenciar el uso d recursos locales. Sin embargo, lo
q la hace más necesaria es su dimensión política: a partir d demandas y reivindicaciones conj ante el Municipio, se pueden ir
dando pasos para la creac d un poder local.

Sus potencialidades
- Su potencial educativo de expresa en las posibilidades q ofrece para aprender, aprender a hacer cosas, aprender técnicas, a
establecer relac distintas, tomar decisiones, descubriendo y actualizando las propias potencialidades, adquiriendo nuevos conocim,
vivenciando el pensar, decidir y actuar.
- Su potencial organizativo se manifiesta en dos niveles. Por una parte, facilita la movilizac, x cto ofrece la posibilidad d reunirse en
torno a acc concretas. Po otra parte, su práctica exige división de tareas y fcs, organizarse en el tiempo, asumir responsabilidades,
superar conflictos, plantearse frente al Municipio. La org crece y se consolida a partir d los logros q obtiene.
- Sus caract específicas la convierten en un instrum especialmente adecuado para el desarrollo local, en tanto exige la
convergencia d distintos actores, el reconocim d necesidades y problemas comunes q se ubican en un territorio determinado, el
aprovechamiento d los recursos locales, conseguir técnicos dispuestos a apoyarlos, relacionarse con el Municipio.
- Es tmb una herramienta q garantiza una cierta “eficacia creativa”. Creativa xq da la posibilidad y exige q se expresen las
capacidades tanto indiv como colectivas, en la búsqueda d soluc diferentes e innovadoras a los problemas y necesidades. Eficaz
porq establece compromisos entre las pers y en torno a acc q son factibles y cuya realizac provoca nuevas acc, produce cambios.
- Por ultimo, pensamos q uno d sus mayores aportes apunta a la reparac del daño soc, aunq se trata d aportes q solo serán tales si
no están desligados d la lucha por el restablecimiento d la justicia y el respeto a los ddhh.

 Una planif participativa establece conexiones, teje reses d colaborac. Juntarse para hacer algo, perderle el miedo a los
vecinos o dirigentes. Volver a confiar. Reconocerse como = en una tarea común: recuperar el derecho a SER y no solo a
sobrevivir.

“El autodiagnóstico comunitario” – Prieto

Premisa central quien no conoce la situac en q vive difícilmente pueda actuar sobre ella.
Esta premisa se acompaña d otras:
 El control d la info es sinónimo, entre los sectores popu, d control del poder d decisión.
 La democratización pasa necesariamente por el conocim d la propia situac
 La democratizac, en el seno d las poblac y d la org, significa una distribución igualitaria del poder d decisión.
El conocer la propia situac no es, pues, cuestión d simple adquisición d info o d curiosidad. Se trata d avanzar en una toma d cc d
aquellos elementos q obstaculizan el desarrollo indiv y grupal, y se trata d hacerlo mediante un aprendizaje colectivo, basado en el
intercamb d experiencias y en una apropiac d la memoria histórica, es decir, la memoria de la propia comunidad. El autodiag tienen
un alto valor educativo, en la medida en q todos aprenden d todos, todos se enriquecen con las experiencias y los conocim d
todos.

Esta reflexión se orienta hacia la democratizac, tomando en cta el probl d la comunicac en el trab popu, y en especial en el ámbito
d las org.

La organización social
Relac democráticas:
1. Entre sh permiten q todos se expresen libremente
2. Entre sh q incluyen la participac d todos en las decisiones más importantes
3. Son democráticas las relac entre sh q parten del respeto a cada uno, q no buscan imponer nada a nadie, sino en todo caso
convencer, dialogar, reflexionar para adoptar un determinado tipo d cond.
En cualquier soc existen org autorit y democrat. En estas últimas los indiv s e enriquecen, adquieren mayor dignidad, en las
autoritarias ponen sus esfuerzos para beneficiar a otros.
Los mayores beneficios para los integrantes d una agrupac surgen siempre de org democráticas. En las autorit quienes poseen el
poder d decidir salen ganando siempre, ya sea en lo ec o bien en prestigio soc. Y el poder es algo q gusta mucho, por las ventajas
q acarrea.
En una org democrática no hay control d las decisiones ni secretos a guardar. Todos pueden participar en todo, según sus
capacidades, y todos tienen el derecho d enterarse d cada cosa q acontece.

Para que nos organizamos?


Un pueblo queda integrado x una cantidad d pequeñas org fliares, aisladas unas d otras.
A veces un problema muy grande hace q la gente se reúna, elija a alguien para representarla, o bien forme un movimiento para
reclamar por problemas d salud o d serv. Pero si se produce una rta algo favorable, o si la cosa se alarga demasiado, la gente
empieza a dispersarse y a volver a sus problemas más inmediatos.
Estas org, q aparecen y desaparecen con tanta rapidez, se llaman organizaciones transitorias/ Espontáneas
Si bien la gente se reúne, trabaja de una manera desorganizada, lo q lleva a result casi siempre muy pobres. No hay nada
permanente en ellas.

El poder d decisión
Hay org autorit y democráticas.
Hay org transit y permanentes.
Es preferible formar parte d org democráticas y permanentes. Democráticas porq todos tenemos derecho a ejercer nuestro poder
d decisión. Permanentes porq se convierten en una familia más amplia, en la cual trabajamos no sólo por problemas inmediatos d
la poblac. Tmb podemos en ellas relacionarnos con la gente, intercambiar experiencias, aprender lo q los otros sabe. Podemos
convivir, vivir en comunidad y así no quedar aislados en nuestras propias flias.
El tomar decisiones y convivir son cosas muy importantes para todo ser humano. En las relac autorit hay otros q toman decisiones
x nos. En muchos casos, no somos dueños d nuestros actos, somos dominados x otros.
Hay dominac individual (persona-persona), grupal (persona-grupo) y social (grupo – grupo).
Estas formas d dominac son comunes en todo tipo d soc, pero sus result son más nefastos cdo se trata d poblac pobres del campo
o d la cdad, porq e ellas las condic d supervivencia son + difíciles y la dominac significa un empeoramiento cte d esas condiciones.
Las org democráticas y permanentes constituyen un buen camino para evitar la dominac g y soc. n ellas las comunidades pueden
tomar determinaciones dirigidas sólo hacia su propio beneficio y no hacia el d unos pocos.
Llama a esto último autodeterminación comunitaria: todos deciden lo mejor para todos, sin interferencias extrañas, sin intentos d
dominac.
Esa autodeterminac no se puede practicar cdo estamos aislados en flias o cdo aceptamos formar parte d org autoritarias. Si uno no
sabe q pasa a su alrededor, si uno no se comunica con los demás, difícilmente pueda tomar decisiones. Si las toma seguramente
se equivoque.
La dominac g y soc se basa en una concetrac d info. Los q dominan no sólo toman decisiones por los otros, saben más q ellos.
Por eso, para decidir por uno mismo, para la vida personal, g, soc, hay q hacer un esfuerzo. Como la democracia d un país se
construye dsd abajo, la única manera d vivir una vida democrática es hacernos dueños d las decisiones fundamentales d nuestra
existencia.

La comunicación
A mayor democratización, en cambio, mayor comunicación.
Para poder relacionarnos con los demás necesitamos comunicarnos, sea a través d palabras o d gestos. Pero esto no es
suficiente.
Lo importante, es comunicarnos para intercambiar experiencias, afectos, sueños, etc. Lo importante es comunicarnos para
comprender más a fondo qué nos asa y por qué nos pasa, ya sea en el ámbito fliar o g.
Quienes poseen mayores recursos comunicacionales logran a su vez más prestigio soc y tienen un mayor poder dentro d los
grupos en q se desenvuelven.
Claro está q uno no se comunica sólo para ejercer poder.
La comunicac se practica para dialogar, para intercambiar experiencias, para divertirse, aprender, jugar, compartir. La comunicac
es d todos, no está en manos d alguien q busca sólo la obediencia d los demás.
Cuanto menos compartida está la comunicac menos poder d decisión existe, ya sea en flias u otras org.
La comunicac es fundamental para el desarrollo d una org, pero más fundamental todavía es q ella sea compartida por todos los
miembros d tal org.
Cuanto más crecen las org más complicada se vuelve la comunicac.
Es preciso asegurar mecanismos d comunic q permitan mantener la democracia int, es decir, el poder d decisión compartido por
todos.
Sin duda un camino para esto es la asamblea. Pero no es el único. La info suele ser distribuida por otros medios, tales como los
volantes, carteles, periódicos, etc. Todos ellos permiten un acceso a la comunicac. Sin embargo, ni la asamblea ni ninguno d estos
medios es suficiente cdo falta la base ppal d un proceso d comunica: el conocim del tema tratado. De nada vale participar en una
asamblea si el tema debatido es conocido por unos pocos; d nada vale recibir carteles si en ellos aparecen unos pocos datos q
incitan a la acc y quien los mira carece d la info suficiente.
En las org, pequeñas o grandes, la única manera d ejercer el derecho a decidir, el poder d decidir, esa través del conocim d los
temas fundamentales, d los problemas fundamentales. Una org se vuelve autorit cdo la mayoría d sus integrantes desconoce está
pasando en su propia realidad y q está pasando con los problemas a los q se dedica tal org.

El diagnóstico
Para poder solucionar un problema o dominar una situac sin q otros lo hagan por nosotros, necesitamos adquirir los conocim
necesarios.
Todo sh tienen conocim válidos para enfrentar la situac q le toca vivir. En ese sentido nadie es totalmente ignorante, siempre hay
algo valioso en los conocim q se manejan. Pero estos pueden no ser suficientes y en algunos casos hasta tener cierta cantidad d
errores.
Hay dos extremos muy peligrosos cdo se trata d trabajar con los sectores popu:
a. La gente nada sabe y hay q conducirla, darle todo hecho
b. La gente todo lo sabe, nada tiene q aprender.
En el 1ro se parte del supuesto d una total ignorancia, en el 2do d creer q nadie necesita aprender para dominar su propia situac.
Lo cierto es q la gente sabe y no sabe. Tiene determinada info, determinada experiencia, q le permite llevar mal o bien su vida d
todos los días, su vida cotidiana. Pero le faltan conocim, experiencias, por las sig causas:
1. Cdo alguien está dedicado fundamentalmente a sobrevivir, a trabajar duramente para sacar adelante a su flia, difícilmente
cuenta con el tiempo necesario para detenerse a analizar su propia situac.
2. Por las condic d aislamiento d las flias, se dificulta el intercamb d la info y d experiencias.
3. En gral, en las comunidades hay quienes aparecen como propietarios del saber, sea por educac o por poder ec; frente a
ellos existe la tendencia a considerarse inferior, por no haber tenido tiempo d estudiar o por carecer d recursos.
Ante esto hay q afirmar lo sig:
El trab popu, los procesos d organización y d transformac soc d una manera democrática, no son posibles si todos los
involucrados, los participantes, no poseen un conocim adecuado la situac o el problema sobre el q tratan d incidir.
 Nadie es totalmente ignorante, pero el saber acumulado x experiencias a veces no es suficiente, sobre todo si se trata d
enfrentar situac nuevas.
Y cdo decimos adquisición d conocim, nos estamos refiriendo a una labor conj realizada entre los integrantes d una comunidad y,
si es el caso, cdo la presencia d animadores ext a la misma, una labor q significa un aprendizaje a partir d las experiencias ajenas,
x un lado, y formas d org para buscar y procesar info; una tarea en la q todos aprenden d todos mediante grupos d trab q realicen
pequeños o más profundos estudios sobre la situac en q se vive.
Y no se trata tampoco d conocer todo a la vez y a fondo. Se trata d un trab lento, destinado a posibilitar un avance seguro d una
org popular.
Este conocim d la propia realidad para poder actuar, se viene denominando DIAGNÓSTICO.

Características generales
El pto d partida es siempre una situac irregular. El tema es que: uno puede sentirse bien y a pesar d eso, puede a la vez necesitar
un diagnóstico; o alguien puede sentirse mal y a pesar d eso resistirse a hacer un diag, porq considera q se trata d algo pas ajero.
Con el diag soc pasa algo similar:
- Aparece como necesario cdo son manifiestos los males d una comunidad
- Sin embargo, a pesar d tales males, es posible q la gente considere como innecesario un diagnóstico, ya sea porq estime q tales
males son inevitables o porq el diag aparece como una pérdida d tiempo.
- Muchas veces se padece de algo y no se le da importancia al caso.

En el primer caso, cdo una comunidad atraviesa x un período d cierta prosperidad el diag soc parece algo superfluo, innecesario.
Solo ante problemas q perjudican por = a la mayoría d la poblac, surge la necesidad d hacer un diag.

En el segundo caso, el hecho d q exista un problema no es suficiente para q la gente se organice, hay una tendencia al fatalismo, a
creer q las cosas son así y nada puede cambiarlas. A esto se suma el aislamiento, el considerar q los males son algo totalmente
personal o bien problemas d los otros q a uno en nada incumben.
Por otra parte, el tiempo q la poblac popu dedica a resolver sus probl d supervivencia, hace q un diag aparezca como un esfuerzo
exagerado, cdo resultaría más sencillo dejar q los “q saben y tienen tiempo” actúen por los demás

En el tercer caso, y va relacionado un tanto con el fatalismo, el no dar importancia a lo q se padece constituye un obstáculo para el
diagnóstico y en gral para toda toma d cc d la situac en q se vive. Sabemos q una actitud semejante conduce muchas veces a
verdaderas tragedias fliares y soc.
Como puede apreciarse, existen muchas dificultades para realizar un diag, sobre todo cdo en una poblac hay niveles muy bajos d
org. Y no es q la gente se lance a resolver sus problemas a ciegas, lo q acontece a menudo es q no se informa lo suficiente, no
adquiere los conocim necesarios para evitar fracasos en su acc.
Si bien un diagnóstico no lo soluciona todo, al menos permite saber sobre qué se está actuando y prever qué pasará si uno toma
tal o cual camino. Si uno no sabe dsd donde parte y hacia dnd va, es posible q no llegue a ningún lado.

Los diagnósticos pasivos


Todo se hace dsd afuera d nosotros, alguien recoge datos q nos pertenecen, los evalúa y saca conclusiones sin nuestra
participación.
En los diag soc pasivos uno proporciona datos cuyos result quedan en manos d quienes vinieron a obtenerlos, nunca sabemos
para q son y a donde van a parar. Por eso cdo en ciertas poblac los entrevistadores son rechazados, se produce una justa reacc a
este ejercicio del poder al margen d los propios interesados.
Podemos hablar d diag autoritario. Restringe el poder d decisión d la comunidad, permite concentrar poder en quienes
reciben y procesan los datos.

Los diag participativos


La gente misma selecciona problemas, reconoce su situac, se organiza para buscar datos, analiza estos últimos, saca
conclusiones; ejerce en todo momento su poder d decisión, está al tanto d lo q hacen los demás, ofrece su esfuerzo y su
experiencia para llevar adelante una labor en común.
Lo importante d todos esto es ampliar la base d las decisiones, es incorporar al mayor nro d personas a un ejercicio más
democrático del poder d decisión.
Para ello pueden seguirse dos caminos:
1. La org encarga a un g d personas q realice el diag y el resto queda d acuerdo en ofrecer todo su apoyo
2. Todos los integrantes d la org participan directamente en el diag.
En el 1er caso se pude contar hasta con un g d especialistas ext a la comunidad.
Pero la diferencia con el diag pasivo está en q la propia gente decide, proporciona datos sabiendo en q los van a utilizar, recibe
luego las conclu y las usa en su provecho.
Lo ideal es el 2do camino autodiagnóstico.
En ambos casos estamos en presencia d los participativo, d una participac directa en la toma d decisiones.
Acá volvemos a los problemas iniciales. A mayor aislamiento dentro d una comunidad, a menor grado d organizac, menor
posibilidad d elaborar un diag participativo.
Uno d los grandes problemas es confiar todos a la improvisación, a la espontaneidad, a la buena voluntad d la gente. El diag
requiere d algunas técnicas, q pueden ser más complicadas su existe mayor desarrollo d la org popu.

Diag y educación
El diag participativo, al poner el conocim al alcance d todos, al pedir a la gene q ofrezca su apoyo y su experiencia, constituye un
rico proceso d aprendizaje, un rico proceso educativo.
Nadie es totalmente ignorante, siempre hay conocim y experiencias útiles para enfrentar y resolver situac.
Pues bien, cdo esos conocim y experiencias son compartidos a través d reflexiones g, a través d discusiones, d conversaciones,
todos aprenden d los demás; la riqueza q un ser ha alcanzado a lo largo d su vida, en cuanto a saber, en cto a experiencias, no se
queda encerrada en las paredes d su casa.
A mayor participac mayor educación. En los diag pasivos quienes aprenden algo son los q se llevan los datos; la poblac sigue
exactamente como antes, aislada, sin saber ni recibir nada.
A mayor autoritarismo, menos educac, menor posibilidad d aprender d los demás. A menos educ menor posibilidad d ejercer la
autodeterminac comunitaria, d tener algún poder social d decisión.
El diag participativo es un buen camino para terminar con la falta d comunicac entre los miembros d una comunidad. Se trata d
comunic para analizar la propia situac, para organizarse, para resolver problemas comunes.

El sentido del diagnóstico


1. Por las urgencias propias d la vida d todos los días no es común q se realicen diag d la situac en q se vive, ni mucho menos diag
orientados a aclarar problemas d comunicac en la poblac.
2. Un diag es un esfuerzo sistemático, coordinado, q se realiza a partir d una determinada org popu y con la mayor participac d la
poblac en la decisión d los temas básicos a investigar, en la manera d investigarlos y en el uso d los result d la investig.
3. El autoritarismo se basa en gran medida en el escaso conocim d la gente d su propia situac
4. En un diag participativo son aprovechadas al max las experiencias y los conocim d todos los integrantes d una comunidad
5. Por esto =, el diag tiene gran valor educativo, en el sentido d apropiarse d experiencias y conocim, d adquirir metodologías d
análisis d la propia realidad y d coordinarse para realizar esfuerzos en bien d todos.
E sentido d un diag es más amplio q la simple info. Lo importante es el aprendizaje d la propia realidad, el conocim d las causas
fundamentales d los problemas, el planeamiento d acc a partir d un análisis a fondo d los q nos pasa. Pero lo importante tmb es el
relacionarnos, el compartir esfuerzos, el enriquecernos mutuamente con el saber y las experiencias q atesora toda la comunidad.

Hay personas a los cuales no sólo no les interesa, sino q les preocupa el hecho d q la gente pueda diagnosticar la situac en q vive.
(hay ej en el texto, ver pag 39 y 40)

En tanto aprendizaje colectivo, en tanto cohesionador d la org, en tanto conocim d la propia realidad, el diag permite aclarar no sólo
los problemas más inmediatos, sino tmb la manera en q se vinen llevando en una comunidad las relac soc. y esto equivale a
veces a un desenmascaramiento d pers o d g q concentran poder y se aprovechan d las creencias y del esfuerzo ajeno.
Como una d las formas d asumir una actitud democratizadora, el diag permite señalare a quienes están en contra d tal actitud, ya
sea a través d instit o d activ indiv.
El diag se inscribe así en una labor d redistribuc del poder d decisión dentro d una comunidad y esto supone siempre una revisión
d las relaciones soc vigentes.
Uno no puede iniciar un diag en todos los frentes d la vida comunitaria. Se empieza por lo más inmediato y se va profundizando a
medida q la org y la gente en gral responden.
En el diag se avanza d a poco y muchas veces lo importante no es la cant d result sino e camino recorrido, porq es precisamente
durante el camino cdo la gente, comparte activ, aprende, se comunica, discute, crea alternativas d soluc a problemas presentados
sobre la marcha.

El autodiag comunitario
Consiste en el conocim q sobre un tema o problema desarrolla la propia poblac, a través d activ organizadas y mediante el
aprovechamiento del saber y d las experiencias d cada uno d los participantes.
* El autodiag jamás parte d cero
* Aprovechar la experiencia y el saber comunitario significa, entre otras cosas, recuperar la memoria colectiva.
* El autodiag no sólo posibilita el análisis d los problemas q vive la comunidad, permite tmb revalorizar los elementos positivos q
existen.

* No se parte de cero porq la gente jamás es totalmente ignorante d los q le sucede, siempre sabe algo, sabe porq vive la sit uac,
padece los problemas. Tal vez no tenga en claro la causa, dé interpretac erróneas o parciales, pero es a esa pers a la q le
acontecen las cosas.  Parte de la experiencia de la gente
* La gente comparte ciertos lugares, ciertos acontecim, q exceden el simple marco d la flia. Los acontecim q marcaron la vida d
todos, no suelen ser revalorizados pasan a 2do plano en la memoria popu, cdo son ellos los q tendrían q constituirse en un pto
central para la reflexión sobre la propia situac.
Junto a esto existe tmb una memoria d las activ indiv, d los oficios. Aprovechar la memoria colectiva e indiv permite recuperar lo q
esencialmente ha ido constituyendo a una pers o comunidad.
* Junto a la precisión d los negativo, puede señalarse en una comunidad el conocim, las experiencias, los recursos materiales
existentes para intentar una soluc.
Así el diag aparece como una crítica y como una búsqueda de soluc.

Los campos del autodiag


1. Problemas soc
2. Cuestiones cult
3. Cuestiones comunicacionales

1. Problemas soc:
El hecho de q una poblac viva o padezca determinados problemas, no quiere decir q tenga toda la cc necesaria sobre los mismos,
ni toda la info útil para prevenirlos o solucionarlos, el autodiag se aplica a los probl soc grales d dif maneras:
- Para identificar lo q a una comunidad le sucede
- Para seleccionar un tipo de problema y ver qué tan generalizado está entre la poblac.
- Para profundizar en tal tipo y reconocer a fondo tanto las causas como las consec q acarreará a futuro.
- Para prever acc organizadas a fin d lograr una soluc. En este punto, el autodiag se dirige a reconocer los recursos existentes y
los caminos a seguir para dicho logro.

Cdo se lo practica, el autodiag se queda casi siempre en este punto, no va más allá d los probl más claros e inmediatos d la
poblac. En gral son adoptadas medidas a partir d autodiag parciales y espontáneos; un problema sobreviene d manera tan fuerte q
la gente se reúne, discute algunos puntos e intenta soluciones sobre la marcha.
Las cuestiones cult y comunicac suelen quedar fuera y muchas veces el autodiag no va más allá d reacciones espontáneas a
situac muy complejas.
Esto es porq:
* Los probl soc inmediatos son los q condicionan directamente la vida d la poblac
* Por la precariedad d la existencia cotidiana no existe ni el tiempo ni la capacitac necesaria como para realizar autodiag no
espontáneos.
* Faltan a menudo formas d org q permitan orientar los esfuerzos d la comunidad para el conocim d sus propios problemas.

2. Cuestiones cult
Lo cult en el sentido d memoria indiv y colectiva, d la capacidad d creación verbal, de creación de objetos, d espacios, del vestido,
la danza, etc.
Un autodiag se practica sobre lo cult d una comunidad:
- Para identificar todos los recursos cult d una comunidad
- Para seleccionar un solo tipo d recurso y valorar sus formas d elaborac y expresión
- Para trabajar sobre ese tipo a fin d estudiar sus orígenes, el modo en q se fue consolidando en la comunidad.
- Para tratar d hacer q todos practiquen o participen del valor correspondiente a tal recurso cult.
El autodiag apunta a q el mayor nro d integrantes d la comunidad conozca y participe en el intercamb d experiencias relativas a los
cult.
Un intercamb permanente d experiencias cult, permite una mayor relac entre la gente, sobre todo porq se aprovecha el caudal
existente ya en la comunidad. Así, lo soc se combina con relac d todo tipo, las cuales llevan a un fortalecim no sólo d la cult =, sino
tmb d los lazos q unen a los integrantes d la org.

3. Cuestiones comunicacionales
De esto no se ocupan casi nunca los autodiag. Cto más concentrada la info mayor tendencia al autorit. Para poder democratizar la
comunicac debemos saber cómo se le practica, ya sea en una org o en una comunidad popu.
Reconoce tres ámbitos d autodiag comunicacional:
- Los mensajes provenientes d los medios d difusión colectiva
- Las I q actúan en una comunidad
- La comunidad =.
En relac con los 1ros se trata de saber q recibimos y d q manera estamos aceptando tales o cuales mensajes.
Sobre las I interesa reconocer la manera en q nos reciben cuando vamos a ellas, el modo en q difunden sus mensajes en la
comunidad, la forma en q estos se ajustan o no a nuestras necesidades.
Y en la comunidad es capital reconocer d q forma se conduce la comunic, quienes aparecen con prestigio, domo depositarios del
saber, cuales son los sitios dnd nacen los rumores, etc.
En el autodiag comunicac la gente aprende a reconocer sus propias formas d relacionarse, sus modos de encarar situac,
sus creencias, sus estereotipos. Todo esto tanto en sentido positivo como negativo.

Pasos del autodiag


Hay quienes opinan q es preferible dejar todo librado a la espontaneidad, ya q esos caminos encasillan a la gente y le quitan
creatividad.
Prieto no esta de acuerdo, más cdo se trata d org complejas, ya q los result pueden ser muy pobres.

1. Identificac del probl o tema


Es siempre vivido por la poblac, todos tienen alguna experiencia d él. Se trata de precisarlo lo mejor posible y d llegar a un acuerdo
sobre su importancia.
Es importante recoger las impresiones d la gente sobre la cuestión, ya que trabajaremos con lo más inmediato. Para ello puede
apelarse a asambleas o reuniones d testimonios mediante el trab d un g designado para cumplir esa tarea.
La 1ra preg q debe aclararse es: es problema para todos el problema? Es tema prioritario?
Si obtenemos en gral rtas negativas, x más q la org cuente con el apoyo d una minoría será difícil sacar adelante el autodiag. Será
un diag pasivo.
 Partimos de los más inmediato y d lo q interesa a la mayoría. Siempre de los + simple a lo + complejo.
El autodiag no se dirigen inicialmente hacia cuestiones q resultan abstractas para la poblac. Opera en 1er lugar sobre lo q aparece
como importante en la vida d todos los días. Por eso el autodiag es una tarea continua, q se inicia con algunos ejercicios
pequeños, los cuales se van complicando a medida q aumenta el apoyo d la poblac.
Identificar el problema significa una 1ra precisión d lo q puede conducir a un autodiag, a partir del real interés d la gente.

2. Análisis del contexto del probl o del tema


Se trata de conocer como la gente explica el problema, d q forma lo sitúa dentro d su situac soc, q causas cercanas o lejanas
aparecen como determinantes.
El procedim es similar al del paso anterior: o bien el intercamb d opiniones en una asamblea o bien la reunión d informac a cargo d
un g designado al respecto. Tmb dsd afuera, o dsd la acc d algún líder, existiendo aquí la tendencia a ofrecer a la gente la explicac
d todo, sin tomar en cta el modo en q cada quien visualiza el asunto.
Si partimos d la experiencia y buscamos convertir el proceso en algo educativo, no podemos dar saltos a fin d “aclarar mentes” o d
ganar tiempo.
Un probl siempre tiene más d un contexto, según el pto d vista q se tome para analizarlo. En el contexto del probl se mezclan
apreciaciones objetivas y subjetivas q muchas veces llevan a un reconocim parcial d las causas.
Los dos contextos fundamentales a analizar en este pto son: como la poblac explica el probl? Como se lo explica dsd el pto d vista
d la situac soc q vive la comunidad?
Del intercamb d opiniones puede surgir un 1er informe q sintetice los 2 primeros pasos del autodiag: datos sobre el probl ppal,
manera d percibirlo, etc.
Los informes no necesariamente son escritos, pueden ser explicaciones casa x casa, altoparlantes, asambleas, etc.
Lo importante es tomar cc, en esta 1ra fase, d las caract del probl o tema y d sus implicaciones para la vida d la comunidad.

3. Jerarquización de problemas o temas


Nunca aparecen solos los probl, se relacionan con otros y existe la tentación de tratarlos todos a la vez. Cdo una org es +
compleja y ha adquirido cierto grado d consolidación, es posible abordar + d un probl o tema. Pero para las fases iniciales d la
capacitación en el autodiag es preferible trabajar sobre cuestiones más pequeñas, + circunscriptas.
En este paso se ejerce el poder d decisión: se elije algo y se deja d lado una gran cant d asuntos.
La jerarquización proviene de lo q la gente considera como necesario, importante para su vida diaria.
En esta jerarquización no aparecen otros probl. Se los deja apuntados para trabajos posteriores.

4. La info q poseemos
5. Info q necesitamos
6. Org p/ la obtención d la info
7. Reunión d la info
8. Procesamiento de la info
9. Elaborac d doc
10. Distrib d la info
11. Recepc d ptos d vista s/ la info
12. Elaborac d doc finales
13. Proyecc a futuro d lo q anticipa la info
14. Planif d casos a seguir para el trat del probl o tema

“Turbulencia y Planif soc”Cap 1 – Robirosa y otros

Hacia un nuevo paradigma d la planif soc: algunas cuestiones básicas


Crítica de la planif soc tradicional
La planif soc dsd el Est ha venido proponiendo tradicionalmente:
- Una interv del Est en alguno d sus niveles dsd algún área del Ejecutivo correspondiente
- Con los recursos propios d diversa nat q el Est tuviese asignados a dichas áreas
- Con la autoridad e instrum de q dispone el Est para inducir, controlar y/o restringir la cond d los actores privados.
- Todo ello en pos d objetivos y metas d bien común y de mejoramiento d las condic d vida d la soc o d un sector de ésta.

Esta concecp se funda en varios supuestos q no se sostienen en nuestra realidad, o q no son deseables en un sist democrático:
* Que el org planificador pueda definir aquello q implica “mejoramiento d las condic d vida” d su poblac meta
* Que sea capaz x sí sólo de establecer las necesidades objetivas d aquella poblac meta y el modelo o las prestac q satisfarían
dichas necesidades
* Que disponga d los recursos adecuados y suficientes para implementar apropiadamente dicho modelo y/o prestaciones
* Que pueda x si solo desarrollar las acc programadas y aplicar los recursos asignados, sin injerencia en contrario d otros niveles d
gob, d otros organismos del Est, d otras fzas polit o d otros act no previstos d la soc
* Que pueda imponerse sobre estos sobre la base de sus instrum d autoridad y/o d poder preventivo o coercitivo.

La planif soc tradic responde pues a una concep q podría caracterizarse en los sig rasgos:
- Tecnocrática: los técnicos saben las prioridades soc, las necesidades, las mejores soluc y las estrategias a implementar.
- Centralista: área u org ejecutivo planificador como el único actor o el actor central d la intervención.
- Autoritaria: en cto se funda en la autoridad del Est y su poder coercitivo sin plantearse negociación alguna con los demás act
públicos ni privados q pudieran estar involucrados en el sector d la realidad en q se pretende intervenir
- Poco realista: en cto q supone:
Que la formac académica s los técnicos y planificadores les provee las capacidades d reconocim objetivo suficiente d la
realidad en todas sus dimensiones; en cada caso particular q son llamadas a tratar.
Que sus propuestas x la objetividad y legitimidad d sus metas y la racionalidad d su elaborac, serán d aceptac universal y
no despertarán oposición significativa d otros organismos, poderes o niveles del Est o d intereses polit, ec, etc d otros actores y
sectores d la soc civil.
Que el contexto del sector en q pretende insertar su acc será relativamente estable y/o es predictible a lo largo el curso d
ejecución del plano o proyecto.
Dispone y obtendrá en el futuro los recursos adecuados y suficientes para llevar adelante su programac hasta lograr las
metas planeadas, sin tener en cta lo vulnerable q resulta en soc d escasos recursos la asignac d éstos por el Est a los sect soc, en
competencia habitualmente perdedora con los sect ec.

 Los prog y proy d acc soc siguen siendo postergados,, no dotados d recursos, no implementados, modificados o interrumpidos.
Por otro lado, ante la insatisfacc con la acc estatal, proliferaron proy d acc soc en sectores popu, conducidos x organizac no
gubernamentales, con recursos nac e iternac, extra-gubernamentales y con metodologías alternativas participativas, en muchos
casos con altos grados d éxito y notable eficiencia.

 Uno d los ptos focales dsd dnd parte esta crítica d la planif tradic es la cc soc creciente d q la realidad concreta, es turbulenta
e impredictible.
Ello es así xq hemos tomado cc q en cada escenario concreto d interv, así como en su contexto más amplio, se mueve y actúa en
diferentes direcciones un gran nro d actores soc q persiguen intereses particulares y q no siempre sabemos identificar, con grados
y bases d poder muy diversos, estableciendo para ello cambiantes estrategias y alianzas q con frecuencia tienden a redefinir a
través del tiempo.
Por otro lado, tmb se han ido derrumbando muchas d las seguridades adquiridas sobre todo en el campo académico aplicado a
realidades particulares. En el ámbito científico se está tendiendo a poner en evidencia la complejidad d los sist reales y una
continua expansión del campo d lo aun no conocido.
Ante esta situac es impensable q equipos cientif-técnicos puedan legítimamente diseñar estrategias suficientemente racionales y
seguras d intervención q logren los result esperados d ellas, excepto, en ocasiones, en campos muy acotados y en procesos d
cortos plazos.

Se ha tomado cc d q los s de acc, ejercemos individual o grupalmente, escaso control sobre los procesos q modelan una realidad
concreta en q pretendemos intervenir.
Para cualquier s soc la realidad concreta no puede ser reconocida sino como turbulenta.
Nuestro propósito central como planificadores ya no puede ser el d ordenar racionalmente los procesos d la realidad o sus result,
sino d ser capaces en cada momento d mantener alguna direccionalidad deseada en medio d aquella turbulencia llena d eventos
imprevistos, intervenciones d otros y result no esperados d nuestras propias acc. El problema central d la gestión planificada es
aprender a manejar y a actuar en medio d la turbulencia d los cortos plazos, sin perder nuestra direccionalidad en vista al
mediano y más largo plazo.

Qué es un proyecto
En el campo del desarrollo soc muchas d las acc emprendidas por la poblac giran alrededor d activ para la satisfacc d
necesidades. Estos emprendimientos reciben el nombre de proyectos cdo implican un conj d acc organizadas a través del
tiempo para la obtención d determinados resultados.
En cto a proy soc puede entenderse lo social como todo lo perteneciente a la soc o colectivo. Pero en sentido restringido se vincula
realmente al bienestar humano, al mejoramiento las condic d vida, a la distrib equitativa d los bienes materiales y socio-cult.
El bienestar humano se encuentra tradicionalmente segmentado en sectores soc según las necesidades básicas d la poblac:
alimentac, vivienda, etc
Esta visión sectorial q se refleja en el abordaje institucional d la política soc se encuentra complementada por otra perspectiva:
tiende a dirigirse a grupos soc sometidos a situac d carencia global o específica.  Carácter integrado poblacionalmente
focalizado.

Bajo esta perspectiva todo proy soc es tmb:


* Un escenario en el q interactúan diferentes actores soc: partid polit, técnicos y funcionarios, org popu, etc
* Una unidad d la planif soc con coherencia ext e int, con tiempo y recursos acotados, q se inserta en procesos preexistentes d la
realidad, en interacc con contextos más amplios y q modifica las relac d todo tipo entre los actores involucrados.
* Un espacio d intercamb d info y d articulac d grupos e instit, en un juego d alianzas y resistencias, d negociación y d
incertidumbre
* Un ámbito para el aprendizaje soc d todos los actores y particularmente para la transferencia d conocim y habilidades en materia
d planif y desarrollo organizacional q potencie a loa sectores popu para interactuar con los otros actores soc involucrados.
* Un proceso d elaborac d diagnósticos y estrategias d acc y d aplicac, monitoreo y ajuste d dichas estrategias y d ejecuc d lo
elaborado.

Estado y proy soc


En el campo d los proy soc el Est puede jugar un rol muy importante: en ppo como modelador del marco polit-institucional, pero
además como proveedor d recursos, direccionador d su aplicac y como estructurador d la agenda d discusión q oriente la
participac d los distintos actores.
La definic d gran parte de las decisiones d aplicac, creac y distribuc d los recursos en materia d polit soc se vehiculiza
generalmente a través del sector público.
c/ una d las áreas q lo componen se convierte asimismo en aparato d mediac entre los procesos decisorios necesarios para la
formulac/ejecución d los proy soc y los g definidos como beneficiarios de los =.
Así el Est se constituye en agente activo complejo q define los contenidos d las polit públicas. Pero esta definic se operacionaliza
en líneas d prog y proy, dejando muchas veces un amplio margen decisorio e interpretativo a los sect y niveles intermedios q se
desempeñan en el marco del Est.

Las org d proy soc son las q están más debilitadas en materia de recursos, estrcut y capacidad operativa y muchas veces sus
técnicos se encuentran más inmersos en las rutinas administrativas, q en las tareas sustantivas vinculadas al relevamiento y a la
satisfacc d las necesidades soc.

El técnico del Est se percibe muchas veces a si = como intermediario y a la vez como víctima d las decisiones polit y d los
trámites burocráticos q viabilizan la operac del proy y amenazado x la discontinuidad d los decisores polit.

- El éxito d la implementac d un proy soc requiere gralmente d una modif d as rutinas burocráticas, cambios en la distribuc d poder
y en las modalidades d interacc entre diferentes servicios administrativos y reasignac del gasto gubernamental.
La gestión d proy soc involucra una tarea en el int d la administrac para propiciar tales adecuaciones intentando romper ciertas
inercias q favorecen el mantenimiento de un statu quo q resulta obstaculizador.

En el campo de la coordinac d agentes e instituciones surge otro rol importante del técnico el de facilitador de articulaciones entre
los diferentes actores involucrados. La mayoría d las veces estas supuestas articulac se reducen a prescripciones formales tales
como decretos o convenios, q casi nunca logran x sí solas eficacia operativa.

- Es en torno a proy concretos q pueden obtenerse compromisos efectivos d participac intersectorial, con objetivos y roles claros.

- Existen ciertas definiciones previas a la gestión d un proy soc dsd el Est q condicionan el proceso. Entre los ppales pueden
mencionarse:
Existencia de una tipología de proy para los q existen cupos presupuestarios establecidos, rutinizados en el organismo
Existencia de jerarquías funcionales y decisorias y d procedimientos administrativos normatizados
Definiciones polit muy amplias, con algunas prioridades claves q dejan márgenes considerables d libertad a los decidores
intermedios y a los técnicos.
Prioridades polit o técnico-polit con gran especificidad en su direccionalidad

Los actores
El proceso d gestión d un proy soc en el contexto del sector público implica la participac d actores soc con distintas racionalidades.
En gral el decisor polit d max nivel requiere q el proy se ponga en marcha y sea visible públicamente en el momento político
adecuado.
El decidor intermedio (ej, directores d áreas específicas) suele tener estas mismas preocupac sumadas a la necesidad d dar rta a
presiones directas, tanto de los grupos beneficiarios como de los técnicos y administrativos del sector.
Dado q cumple el rol de administrador d los proy d su área, una d sus preocupac fundamentales es conseguir mayores recursos
para su organización, para lo q debe negociar con instancias políticas, q están fuera d su ámbito sectorial.
Este objetivo es gralmente compartido con los técnicos, q son lo q proporcionan los fundamentos “científicos” d las alternativas d
programación, demandando el mayor tiempo posible para la elaborac d los diag y propuestas pertinentes.
Burócrata encargad de los procesos y trámites está determinado por un estilo d trab rutinario, aferrado a la normativa y a los
horarios, poco comprometido con las metas del proy, q desconoce.
 Técnicos, burócratas y administrativos cumplen con ciertas rutinas d trab, pero operan como unidad indiscriminada del statu-
quo.

El proy es un pto d encuentro entre el Est e interlocutores d la soc civil, la soluc d los conflictos int al aparato estatal, a través d
concertaciones en torno a objetivos y modalidades operativas, es un punto central para la gestión del proy.
Se ha considerado tradicionalmente q un proy soc abarca d modo exclusivo la relac entre dos actores: Est y poblac-objetivo. Esta
concepción olvida la presencia d otras organizac con poder, intereses y recursos como para producir impactos significativos en los
escenarios dnd se procesan los proy.

La participación
Participar significa tomar parte d algo con otros, repartir o entrar activamente en la distribución.
Por la complejidad d la misma debe ser analizada con relac a la cant d actores q participan, niveles, campos posibles y grados d la
=.
Cuál es la participación adecuada, ideal? Una definición de participac integra 3 aspectos:
a. Formar parte, en el sentido d pertenecer, ser integrante
b. Tener parte en el desempeño d acc adaptativas
c. Tomar parte, entendiendo como influir a partir d la acc.

Debemos distinguir e/ acc indiv y colectiva. En la última la presencia simultánea d personas implica comportamientos q se
influyen mutuamente, la participac debe tener un componente d org y se orienta x 2 decisiones colectivas.
La acc colectiva supone 2 elementos: 1. Un conj d reglas q determina la participac en el proceso d decisión; 2. Una regla d agregac
d las decisiones indiv q concurren a la formac d la voluntad colectiva.

Existen 3 niveles d participac, q varían d una más restrictiva a una más amplia. Estas se refieren a:
1) Información: la necesaria en cant y calidad, y la poblac tiene q estar en condic d evaluar la info q maneja
2) Opinión: los participantes deben emitir opiniones, supone un nivel d participac más amplio. El destino d la opinión podrá ser la
modificac d decisiones o d acc, la opinión tiene relac con la info en la medida en q esta última sea adecuada y oportuna.
3) Toma de decisiones: los participantes pueden decidir sobre sus propios asuntos, lo q supone una adecuada y oportuna info, el
reconocim d acuerdos, diferencias, mecanismos adecuados d discusión y d toma de decisiones.
Secuencia en la toma de decisiones:
- Reconocim d problemas, activ y tareas sobre las cuales se toman decisiones
- Info disponible sobre la nat, magnitud, vinculaciones y contexto d los asuntos a decidir
- Alternativas d interpretac, decisión o acc
- Intercamb o confrontac d informaciones, opiniones y posiciones respecto d los asuntos en materia d decisiones
- Toma d decisiones propiamente dicha
- Planificación d la ejecuc
- Ejecuc
- Evaluac d los result, procesos y consec d las decisiones y acc ejecutadas.

La participac así contemplada tiene efectos significativos:


1. Las pers q cooperan en las elaborac d las decisiones se muestran más interesadas y envueltas en su ejecución, no
precisan ser convencidas
2. Las decisiones y prog se enriquecen x la info, el conocim y la experiencia d muchas pers
3. Tienen mayor probabilidad d correspondencia con las necesidades reales y por lo tanto tmb d ser eficazmente
direccionalizados
4. Cuando se sustituye la pasividad x la participac, se da a los participantes la oportunidad d ampliar sus conocim y
perfeccionar su competencia.

Formas de resoluc de la participac:


a. Congestión: las partes involucradas representan intereses parcialmente convergentes; deben llegar a algún conceso sobre
las proporciones q les corresponden en la toma de decisiones.
b. Autogestión: Corresponde al supuesto d q todo un g tiene la totalidad d las decisiones en una empresa d desarrollo común.

Particac real: basada en la influencia soc y en la toma de decisiones


Participac simbólica: en la cual se ejerce un grado mínimo de influencia.

- La participac no es automática o espontánea; es necesario un aprendizaje, entendiendo q la misma significa acc q incrementarán
las capacidades d los participantes par analizar la realidad e influir sobre otros.
- Las situac polit y soc se constituyen en facilitantes u obstáculos d su viabilidad y condicionan asimismo los distintos niveles,
grados y formas d participac.

“Psicología comunitaria. Bases conceptuales y operativas. Métodos de intervención” – Sánchez Vidal

Cap 2: La comunidad
Teoría e investigación en el campo comunitario se agrupan en torno a seis núcleos conceptuales y temáticos básicos:
1. (La) comunidad.
2. Salud mental positiva (y conceptos relacionados como "bienestar social" y "calidad de vida").
3. Prevención.
4. Estrés psicosocial.
5. Apoyo social.
6. Competencia.
Tendríamos que apuntar también otro par de conceptos importantes aún poco conocidos. El sentido psicológico de comunidad y el
interesante concepto de empowerment (dotación de poder y potencia) recientemente acuñado por Rappaport.

La Psicología Comunitaria podría definirse como psicología de, en, por y con la comunidad. En otras palabras, la comunidad es a
la vez el sujeto (o tema), la localización, el agente corresponsable y el destinatario de la teoría y praxis de la PC.

Resumiendo, idealmente necesitaríamos conocer respecto a una comunidad concreta (o "la comunidad", en general):
1) Una definición que la identifique sustantiva y exclusivamente (qué es y qué no es una comunidad).
2) Su estructura: Características y dimensiones básicas, y si hay variación de éstas en las diversas comunidades; precisaríamos
una tipología o sistema clasificatorio de las distintas comunidades.
3) Sistema de relaciones internas de los subsistemas o dimensiones básicas de la comunidad.
4) Sistemas ecológicos y de relación con otras comunidades (por ejemplo, de un barrio con otro) y con el entorno social mayor (por
ejemplo relación de un barrio con la ciudad de que es parte).También es importante saber el tipo de inputs y outputs
intercambiados entre una comunidad y entorno.
5) Sistemas y procesos de reproducción (o mantenimiento) y de cambio y dinamización de la comunidad, así como sus
determinantes.

2.1 Comunidad y Asociación


La comunidad como nivel de agregación social intermedia. Desde varios frentes se han distinguido formas o niveles de agrupación
social que van piramidalmente desde el individuo como sujeto social (persona) hasta los niveles sociales más altos.
Seidman y Rappaport, por ejemplo, distinguen (desde el punto de vista de la PC) los siguientes niveles: Individual, grupal,
organizacional, institucional, comunitario y social. Aunque el comunitario es un nivel específico, la intervención comunitaria podría
darse, según ellos, a varios niveles, teniendo efectos "irradiativos" sobre los niveles inferiores.
Fisher también reconoce lo comunitario como una entidad funcional autónoma que requeriría —como el resto de niveles— un
tratamiento teórico y metodológico diferenciado y de acuerdo a sus propiedades específicas. Los niveles que Fisher distingue son:
Individual, interpersonal, grupal, intergrupal, organizacional, comunitario, social e internacional. Para este autor, el nivel comunitario
es muy complejo tanto si se entiende en términos geográficos, como sociales o culturales y, dentro de la interdisciplinariedad del
nivel, la Psicología Social podría hacer aportaciones relevantes en la línea de tradición lewineana.
Como puede verse, los dos esquemas ubican a la comunidad en un nivel de agregación medio entre lo grupal y organizacional, por
debajo, y lo social, por encima. El esquema de Seidman y Rappaport tiene la ventaja de diferenciar el nivel comunitario y el
institucional, una diferencia clave tanto en lo teórico, como en lo aplicado, donde pueden distinguirse acción comunitaria dentro del
contexto institucional existente o fuera de él, a través del cambio institucional.
Precisamente esa distinción se relaciona con una diferencia clave para comprender el significado del término comunidad y que
arranca de la distinción tipológica del sociólogo alemán Ferdinand Tonnies entre Gemeinschaft (comunidad) y Geselischaft
(asociación).
Para Tonnies, la comunidad se caracteriza porque las relaciones en ella establecidas son el resultado de una voluntad "natural" y
serían un bien en sí mismas no por otras razones como en la asociación, donde la agrupación surge por una voluntad deliberada y
racional a través del consenso expreso o tácito entre sus miembros. Munné ha revisado y ampliado esta tipología, notando que la
diferencia entre la agregación comunitaria y la asociativa está sobre todo en la finalidad afectiva, de base espontánea, de la
primera e interesada y según criterios de utilidad, en la segunda.
Las comunidades tenderían a seguir pautas organizativas microsociales siendo relativamente tradicionales, con escasa movilidad
geográfica, social y de contactos extremos, estratificación simple, con predominio de los grupos primarios y las relaciones directas
y duraderas y con un número reducido, y en general poco especializado, de roles.
La asociación tendería, en cambio, a estructurarse según patrones opuestos: Pautas organizativas macrosociales, basadas menos
en vínculos familiares y tradicionales estables que en relaciones contractuales; movilidad geográfica y social mucho mayor;
estratificación menos rígida y más flexible y número de roles y pautas comportamentales mayor y más especializado. Las
relaciones sociales serían más indirectas, temporales y superficiales, con predominio de los grupos secundarios, en tanto que los
grupos primarios verían muy limitadas sus funciones, tendiendo en parte a compensar las disfunciones inducidas por la excesiva
preponderancia de los grupos secundarios, socialmente instrumentales.

2.2 Conceptos y formulaciones de (la) comunidad


De entrada, el término comunidad denota la cualidad de lo común o compartido. Según lo que se comparta (tipo de elementos y
extensión de lo compartido) tendremos las distintas concepciones de comunidad.

Reconociendo esta pluralidad, Hillery examinó en 1959, 94 definiciones para tratar de hallar las "áreas de acuerdo o coincidencia"
entre ellas (la "comunidad" del término comunidad). En la mayoría de las definiciones encontró tres áreas de coincidencia:
1) Una localidad compartida.
2) Relaciones y lazos comunes.
3) Interacción social.

La distinción de Bemard es útil e iluminadora al captar dos núcleos importantes de sgdo q subyacen a la gran variabilidad
semántica con q se usa el término comunidad. La comunidad tiene q ver con el concepto geográficamente anclado, comunidad se
refiere a una cualidad soc y psic genérica, común a las diversas formas d comunidad concretas.
Sanders la define como un sist organizado territorialmente y coextensivo con un patrón d asesoramiento en q: 1. Opera una red
efectiva d comunicac, 2. La gente comparte instalaciones y servicios comunes dentro del patrón d asentamientos y 3. La gente
desarrolla una identif psic con el símbolo local (el nombre). (ver + definiciones pag 74 y 75)
Algunos autores han recogido una tipología q resumiría muy simplificadamente los núcleos d significación del concepto,
relacionándolos con los tipos básicos d actuac soc o comunitaria. Según ellos la comunidad designaría en las c. soc: un lugar,
una serie d relac y un poder colectivo.
Los tipos d actuac soc correspondiente a c/u d esas acepciones:
1. Desarrollo comunitario: basada en el desarrollo físico y soc del enclave comunitario como un todo
2. Construcc d comunidad: basado en el desarrollo d las relac soc en una comunidad y ejemplificado x el apoyo soc o la
ayuda mutua
3. Organizac comunit: centrada en el incremento del poder compartido por la colectividad frente a unas minorías q lo aceptan.

Comunidad y soc
Diferencias básicas entre comunidad y sociedad en tres criterios o dimensiones básicas:
1. Localidad: Más central y básica a la comunidad que la mera "territorialidad" ligada a las sociedades.
2. Concreción institucional: La comunidad es la expresión visible, física y concreta para el individuo de las instituciones sociales
abstractas y genéricas.
3. Mediación: La comunidad es el mecanismo mediador entre individuos y sociedad, satisfaciendo como tal necesidades mutuas
(por ejemplo, participación social en los primeros y socialización en la segunda).

2.3 Estructura y tipos de comunidad


Otro aspecto importante a considerar son los componentes estructurales de una comunidad, a tener en cuenta en la evaluación o
investigación, sea de la comunidad en sí misma, sea en relación con otros aspectos sociales o individuales. Warren lista 15
elementos básicos, de una comunidad:
1. Contexto general (background), historia y hábitat. 2. Vida económica, empleo y condiciones de trabajo. 3. Estructura y
contenidos del sistema político y sistema judicial. 4. Procesos de planificación comunitaria, particularmente la división y uso del
terreno. 5. Vivienda, condiciones de habitabilidad y desarrollo urbanístico. 6. Sistema educativo, bibliotecas y museos. 7.
Actividades y oferta recreativa y de tiempo libre (comercial eso públicas). 8. Tradiciones y actividades religiosas. 9. Servicios
públicos de asistencia y bienestar. 10. Servicios comunitarios para niños y familias. 11. Servicios de salud incluyendo los
dedicados a grupos especiales como aquéllos con déficits físicos y de edad avanzada. 12. Medios de comunicación. 13.
Relaciones y conflictos entre grupos sociales en la comunidad. 14. Organizaciones voluntarias: Extensión, cobertura y
participación. 15. Procesos y formas de organización y coordinación de servicios comunitarios.

Debe señalarse que muchos de estos aspectos —como la vida económica o política— tienen más carácter de marco englobador
que desustancia constitutiva de la propia comunidad, y que no siempre será preciso conocerlos o incluirlos todos en una
investigación. Sería, por el contrario, más acertado, tomarlos como lista orientativa.

Tipos de comunidades. Tonnies distinguió 3 formas de comunidad, según el elemento básico compartido o común. 1) De sangre
de base biológica (familia, clan, tribu). 2) De lugar, basada en la vecindad (aldeas, medios rurales, barrios). 3) De espíritu, basado
en la amistad, sentimientos o espíritu. Se da en pueblos pequeños grupos religiosos o sectarios o en la "comunidad nacional".
A esto podríamos añadir: 4) Las "bandas", "pandillas" o grupos urbanos que comparten la marginación o desviación social.5)
Ciertas instituciones sociales (o grupos funcionales) que funcionan en gran parte como comunidades (escuelas, iglesias, grupos
voluntarios, etcétera).

Conclusiones
Por nuestra parte, propondríamos cinco elementos básicos y complementarios que podrían caracterizar al concepto de comunidad:
1.Localización geográfica (vecindad): En general se asume que la vecindad espacial lleva a desarrollar y compartir una
serie de servicios materiales y de relaciones sociales organizadas sobre y en torno a ellos. La comunidad geográfica o espacial
parece pues un requisito básico y "genérico" en el sentido de que de él arrancan el resto de aspectos comunales compartidos por
los individuos en la mayoría de las comunidades conocidas. Este criterio debe tenerse en cuenta en PC no sólo en el sentido
puramente espacial o geográfico, sino también como condicionante de las redes de comunicación, de la distribución de servicios y
del asentamiento poblacional y ajuste ecológico de sus habitantes. Los sectores o "áreas de acogida" que suelen agrupar entre
75.000 y 200.000 personas y son la base geográfica, demográfica y administrativa de la prestación de servicios ilustrarían la
planificación territorializada.
2. Estabilidad temporal (duración). Aunque este criterio no es explícitamente incluido en la mayoría de descripciones
mentadas, parece imprescindible en cuanto requiere un mínimo de convivencia entre las personas así como de la duración
asociativa del grupo, sin los cuales la prestación de servicios, consideración de sistema social y el desarrollo de los lazos y
comunalidades psicológicos y psicosociales derivados, serían cuestionables.
El punto de si son las personas individuales o el grupo social como tal lo que habría de perdurar, sería discutible aunque, en
principio, la prioridad que interesa es —en cuanto a consistencia y durabilidad— la del grupo.
3. Instalaciones, servicios y recursos materiales (escuelas, parques, transportes, mercados, hospitales, centros de
servicios, etc.). Además de constituir la infraestructura de la actividad económica, formarían los núcleos y ejes de condensación
comunicativa y relacional de los individuos y sistemas sociales comunitarios. También son, evidentemente, la base material
posibilitadora del desarrollo, distribución y prestación de los servicios sociales y de salud.
4. Estructura y sistemas sociales (políticos, económicos, culturales, etc.). Éste sería un núcleo básico de la comunidad. La
cohesión y el conjunto de lazos que se desarrollan entre los miembros de la comunidad, sería un elemento cardinal en su
definición —y en la praxis comunitaria— así como también el conjunto de subsistemas que la forman y su articulación y dinámica
mutua.
De especial importancia son los sistemas de socialización, control de la desviación y apoyo social así como los de poder y
distribución de servicios, con los que se trabajará prioritariamente en el campo comunitario. Esos sistemas son importantes: 1)
Porque se asume que su disfunción ha originado los problemas a solventar y 2) porque se van a usar para diseñar y llevar a cabo
las intervenciones correctivas pertinentes.
5. Componente psicológico expresado básicamente en dos dimensiones, una vertical(personal), la identificación o sentido
de pertenencia a la comunidad, y otro horizontal(interpersonal), el conjunto de interrelaciones y lazos entre los miembros
comunitarios. Refleja esencialmente las implicaciones o influencia de lo social sobre el individuo, el puente entre ambos. Es este
componente el que mejor permitiría distinguir lo comunitario delo puramente socio/ o institucional.

 A partir de todo lo dicho podríamos definir la comunidad como un: Sistema o grupo social de raíz local, diferenciable en el
seno de la sociedad de que es parte en base a características e intereses compartidos por sus miembros y subsistemas
que incluyen: Localidad geográfica (vecindad), interdependencia e interacción psicosocial estable y sentido de
pertenencia a la comunidad e identificación con sus símbolos e instituciones.
Está generalmente dotada de una organización institucional relativamente autónoma, que concretiza la mediación
institucional entre sociedad e individuos, prestando las funciones sociales (socialización, comunicación, etc.), con
relevancia local. Sus miembros desarrollan relaciones y lazos horizontales —vínculos interpersonales y cohesión social—
y verticales —sentido de pertenencia al grupo e identificación con él—, psicológica y socialmente significativos.

Capítulo 8. Intervención comunitaria: Concepto, proceso y panorámica

La intervención es la actividad básica de la PC.

8.1 Intervención social


Intervención social. Kelly y otros definen la IS como, "influencias, planificadas o no, en la vida de un grupo pequeño, organización o
comunidad (para)... prevenir o reducir la desorganización social y personal y promover el bienestar de la comunidad". Bloom, como
"cualquier intervención (preventiva o restauradora) que intente tener un impacto en el bienestar psicológico de un grupo de
población definido". Ambos autores aportan una visión comunitaria de la IS.
Para Caplan la acción social (equivalente, grosso modo, a la IS) está constituida(frente a la acción interpersonal) por los "esfuerzos
realizados para modificar los sistemas operativos sociales y políticos y la actividad legislativa y reglamentadora relativa a la salud,
educación y bienestar y a los campos religioso y correccional, con el fin de mejorar a escala comunitaria la provisión de suministros
físicos, psicosociales y socioculturales básicos, y la organización de los servicios para ayudar a los individuos a confrontar sus
crisis".
Seidman, por su parte, entiende la IS como "la alteración de las relaciones intrasociales —entre individuos, grupos, asociaciones e
instituciones—... planificadas y no planificadas (o "naturales"), intencionales y no intencionales... (que) también tienen un impacto
en la calidad de vida de la sociedad o en las circunstancias de grandes números de individuos o grupos (y que) ocurren como
resultado de la operación de varios procesos clave y de sus interrelaciones. Esos procesos son: 1) Distribución de derechos,
recursos y servicios; 2)desarrollo de bienes, recursos y servicios —materiales y simbólicos— que mantienen e intensifican la vida y
3) la asignación de estatus dentro de la totalidad de las tareas y funciones sociales que involucran roles y prerrogativas".

¿Qué es intervenir? ¿Qué es la intervención?


Intervenir se refiere, pues, a la introducción, interposición o intermediación desde una postura de autoridad, de un elemento
externo con la intención de modificar, o interferir con, el funcionamiento de un proceso o sistema en una dirección dada (cambio
direccional, cesación, desarrollo, etc.). La intervención comporta, pues, un proceso intencional de interferencia o influencia y
persigue un cambio.
Podríamos clasificar las intervenciones psicológicas o sociales según: 1) El tipo de cambio (objetivo o meta); 2) la unidad (nivel o
destinatario) social a afectar y 3) el método usado (así como el proceso o marco relacional implicado en la intervención). Si la
unidad a afectar es social (una comunidad, el racismo) y el cambio perseguido también (cambio de estructura de la comunidad)
tendríamos una IS; si intervenimos sobre personas para producir cambios psicológicos (conductuales, emocionales, educativos,
etc.), una intervención psicológica (IP).
La Psicología Clínica y otras formas establecidas de Psicología Aplicada, se ocupan de la intervención psicológica o individual; la
Psicología Comunitaria, de la intervención social o, mejor dicho, de los efectos —y componentes— psicológicos de esa
intervención (o sea, en rigor, de la intervención psicosocial: Social en su input, psicológica en su output).

8.1.1 Intervención social frente a acción psicológica


Las diferencias entre intervención social y acción psicológica (psicoterapia) se dan fundamentalmente a nuestro juicio en 7
aspectos:
1. Objeto, destinatario o unidad con que se interviene. En la IS son los procesos y sistemas sociales (comunidades,
organizaciones e instituciones) estructuralmente complejos, en interacción ecológica con el entorno y en evolución dinámica. (En
realidad la intervención suele centrarse en problemas, necesidades o cuestiones sociales detectados en el sistema social; el
sistema —o proceso— constituyen como tales el background o contexto interventivo inmediato, sobre todo en sus aspectos
relacionados con los problemas y recursos apropiados para resolver esos problemas.)
En la IP se interviene sobre elementos más simples: los individuos; si los sistemas sociales son considerados (familias, grupos)
suele ser más como contexto social del individuo que como blanco directo de la intervención.

2. Estado inicial. En la IS hay un "estado inicial" propio del sistema social del que partimos; en la
IP se asume a grosso modo que partimos de cero (o de un estado inicial "negativo", pero conocido y clasificado: Patología).
La evaluación del estado inicial del sistema social a modificar (sobre todo en cuanto adinámica evolutiva, estructura sistémico-
social interna y relación ecológica con el entorno —su historia y cultura—) es, precisamente, el primer paso de toda IS: Partimos de
ese estado inicial y procesal, con el que hay que contar, para influir en su evolución, ritmo o dirección de desarrollo de una manera
dada. La intervención externa es sólo un input en esa evolución, no el único, ni necesariamente el más importante.

3. Tipo de cambio. El objetivo inmediato (y genérico) de toda intervención es producir un cambio o transformación. En la IS se
busca el cambio social; en la IP el individual.

4. Objetivos o metas (específicos). El cambio social e individual constituyen las metas genéricas de IS e IP respectivamente. Los
objetivos específicos se fijarán según la dirección que deseemos dar a ese cambio o los efectos a lograr.
También difieren IS e IP respecto de esos objetivos. En la intervención clínica están predeterminados: "Curar" al "paciente". En IS
los objetivos están indeterminados; su determinación es el paso inicial —tras la evaluación— de la intervención.

5. Ámbito de aplicación. La IP se suele centrar en la salud mental; la IS cubre un espectro mucho más amplio (salud mental,
educación, drogas y alcohol; ocio y recreo; sistema penal, judicial y policial; sistema religioso-parroquial; adolescencia, menores y
pre-delincuencia; etc.) ya que la vida social tiene inputs y determinantes complejos y multidimensionales sobre el desarrollo
humano (o su coartación) y la intervención social (la comunitaria, más bien) se pretende integral, no pudiendo, por tanto, centrarse
en un solo aspecto con desconsideración del resto.

6. Técnicas (y estrategias) usadas. En IP las técnicas usadas son de carácter exclusivamente psicológico. En IS, en cambio, y
en respuesta a la complejidad y multifacetismo de problemas y sistemas sociales, las técnicas concretas —y estrategias globales—
son mucho más variadas y no necesariamente de carácter psicológico, sino también psicosociales, de trabajo social, políticas,
administrativo-organizativas, de salud pública, ecológico-ambientales, etc.

7. Duración. La IP es de duración relativamente corta (2 a 6 meses habitualmente y según los paquetes terapéuticos más
modernos y realistas en términos temporales —cognitivos, interpersonales, etc.—), comparada con la IS que suele comportar
largos períodos (años), sobretodo si implica una planificación moderada y se han de efectuar cambios estructurales,
reorganizaciones o dinamización y movilización de comunidades apáticas y faltas de estructura asociativo-organizativa o con
conflictos grupales complejos. Claro que la extensión poblacional y la profundidad de los efectos (personales e institucionales) son,
concomitantemente, mucho mayores en la intervención comunitaria que en la individual.

 Resumiendo. La intervención social se centra en problemas o cuestiones sociales que sedan en el seno de sistemas o
procesos sociales complejos, multifacéticos y dinámicos partiendo de un estado inicial dado e intentando alcanzar un
estado o estructura final definido por unos objetivos que incluyen la resolución de los problemas y/o el desarrollo del
sistema social (y, a través de él, de los individuos que lo forman) aplicando estrategias y técnicas interventivas múltiples
a varios niveles. El resultado inmediato de la IS es el cambio social; el mediato o último el cambio personal (masivo, o sea
cambio colectivo).
La psicoterapia o, en general, la acción psicológica, se centra en individuos con problemas psicológicos de salud mental
para conseguir su "curación" a través de técnicas psicológicas que persiguen el cambio psicológico o individual.

8.2 Intervención comunitaria


8.2.1 Cuestiones: contradicciones, legitimidad, intencionalidad y racionalidad, autoridad
algunas de las cuestiones y parámetros característicos de la idea de intervención examinándolos desde el punto de vista
específico de la "intervención comunitaria". Concretamente 4: Legitimidad, intencionalidad, autoridad y otra cuestión —la
contradicción implícita en la propia denominación "intervención comunitaria"—que nos servirá de punto lógico de partida.
1. Contradicciones. La expresión "intervención comunitaria" es una contradicción en sus términos: Intervención connota una acción
o interferencia impositiva, desde arriba y desde fuera; comunitaria se refiere, en cambio, a algo más "natural" o espontáneo,
generado desde dentro y desde abajo, desde lo común o compartido por un colectivo. ¿Cómo puede resolverse tamaña
contraposición.
En principio, parece que la intervención —desde arriba— excluye la acción comunitaria, desde abajo. Sin llegar tan lejos, es un
hecho que en el campo comunitario se han distinguido tradicionalmente dos tendencias o enfoques polarmente extremos de
trabajo: 1) Aquellos —planificados y organizados— iniciados desde arriba (top—down, en terminología inglesa) ejemplificados
globalmente por la planificación y desarrollo global de la comunidad y por la prestación de servicios, como actividad típica (enfoque
que nosotros denominamos marginalista). 2) Aquellos que potencian o apoyan lo existente o iniciado más o menos
"espontáneamente" desde abajo (bottom-up, en la literatura anglosajona) centrados en la acción social (en sentido restringido) y el
desarrollo de recursos comunitarios, y cuyos prototipos de actuación serían la organización comunitaria y la autoayuda.
La contradicción entre intervención externa y acción comunitaria se da sólo, sin embargo, si la cuestión se plantea en términos
absolutos. En términos de "a" o "b". En la realidad, en cualquier sociedad o grupo humano suficientemente extenso y complejo,
ambos enfoques son probablemente necesarios y complementarios, pues siempre habrá grupos o personas que no cumplan las
asunciones implícitas en cada uno de ellos.

La primacía global de uno u otro enfoque dependerá de hasta qué punto la situación, problema y comunidad concreta se adecúan
mejor a las asunciones implícitas de uno u otro. La cuestión general no es, por tanto, intervención o desarrollo de recursos, sino de
intervención (cómo, dónde, cuándo) v desarrollo de recursos (cómo, dónde, cuándo).
¿Cómo se pueden compatibilizar esas dos perspectivas en el diseño de la acción comunitaria? :
a. Potenciando y fomentando los recursos existentes en la propia comunidad
b.
b. Fomentando la participación —y abriendo vías apropiadas para ello— de la comunidad y de sus grupos en aquellos
procesos y actividades que precisen planificación e intervención. Evidentemente, ambas alternativas son compatibles y
perfectamente realizables siempre, claro es, que no se pretenda monopolizar el control del poder o de los recursos sociales.

2. Legitimidad. Todo esto nos lleva a confrontar el tema de la legitimidad de la intervención comunitaria y su justificación frente a
las críticas a la filosofía y praxis del intervencionismo social. Pero, explicitemos primero los términos de las críticas en forma de
alternativa dual a la que puede enfrentarse la intervención:
— Intervención frente a no intervención (de ningún tipo); el laissez faire del liberalismo extremo. Si se da un problema o necesidad
social (o psicosocial) el agente político-técnico mantendría una postura de pasividad y no afectación. Esta postura niega
implícitamente los principios de solidaridad y responsabilidad social, pilar fundante —y conquista básica— de la política social (y la
acción comunitaria) en el mundo moderno. Es una alternativa indeseable.
• Intervención externa frente a otras alternativas de actuación menos intervencionistas, como el desarrollo de recursos. Esta sí es
una alternativa relevante, puesto que, sin negar los principios de responsabilidad y solidaridad social, plantea la cuestión de cuál es
la posibilidad de acción más deseable. Concebida como acción unilateral y externa, la intervención no sólo puede no ser positiva y
deseable, sino negativa y perjudicial, al interferir con la acción y desarrollo de mecanismos de resolución de problemas del propio
grupo social, contribuyendo así a crear dependencias coartadoras que dificultan a largo plazo la auto-regulación y desarrollo del
grupo. Planteada de esta forma la cuestión, ¿cuándo podremos considerar legítima una acción interventiva externa? Lo será
cuando:
a) Esté motivada o justificada. Es decir, añada algo a lo ya aportado por la propia comunidad o grupo. Algo significativamente útil
—y necesario— para alcanzar un efecto perseguido por el grupo social o comunidad, de tal forma que, de no darse la intervención,
esos efectos no se producirían. Y esto, sea porque a través de la intervención se inducen procesos imprescindibles—e
inexistentes—, sea porque se vehiculan y potencian técnicamente procesos ya existentes pero inoperantes.
Esto nos da una visión de la intervención comunitaria más catalizadora, aditiva y complementadora que absoluta e impositiva.
b) La intervención sea compatible con los deseos y necesidades de la propia comunidad y con su participación activa en los
cambios, así como con sus valores y capacidades potenciales.

De no cumplirse estas condiciones, la intervención no debería probablemente llamarse comunitaria, pudiendo cuestionarse su
legitimidad real al no pasar de ser una imposición tecnocrática externa con poco potencial motivador para la comunidad al no partir
de los deseos o necesidades de ésta. Estas cuestiones deberían plantearse antes de tomar decisiones sobre una intervención.

3. Intencionalidad y racionalidad. Cuando afirmamos que una intervención es intencional, queremos decir que es deliberada,
racional o planeada, buscándose unos efectos esperables a partir de la experiencia acumulada o de una teoría sobre el tema y la
acción a conducir, de forma que los resultados producidos no sean independientes del conocimiento o acción del interventor, fruto
del azar o resultado de la actuación de fuerzas o factores desconocidos y con los que no se contaba. Sin intencionalidad, tiene
poco sentido hablar de intervención, planes o programas. Sin embargo, el tema de la intencionalidad de la intervención es
discutible y relativo, dependiendo de factores como:
a) Casi todas las intervenciones tienen efectos secundarios, inesperados. ¿Las descalifica esto como intencionales? O bien,
¿existe un grado o proporción de efectos inesperados respecto a los esperados para descalificar una acción como intencional y
planeada?
b) La posición relativa del observador y su postura respecto a la intervención y el sistema a afectar. Para el psicólogo (el técnico,
en general) los cambios o ajustes sociales producidos en ese sistema sin su intervención pueden ser "naturales"; para aquellas
personas que los han impulsado o apoyado desde la propia comunidad, en cambio, sí que serán intencionales (aunque no
"interventivos" al darse dentro del propio sistema).
Otra cosa es que los efectos de la intervención sean previsibles y se conformen a una racionalidad definida por el profesional a
partir de un modelo teórico o empírico-experimental dado.

4. Autoridad. Aparte de la legitimidad general de la intervención, toda acción interventiva debe estar respaldada o justificada por
algún tipo de autoridad que, como ya se ha filtrado en los dos puntos previos, avale el acto mismo de intervenir y, sobre todo, los
resultados que con él se quieren obtener. Esencialmente en la intervención comunitaria hay (debe haber, mejor) dos tipos de
autoridad: Político-social y científico-técnica.
• La autoridad socio-política (o política, a secas) autoriza a actuar políticamente sobre un colectivo social a partir de un mandato
genérico conferido voluntariamente (las elecciones, en un sistema democrático) por ese colectivo.
• La autoridad científico-técnica es, en general, la que deriva el profesional de la experiencia o conocimientos teóricos u operativos
válidos (científicos) y de los conocimientos y destrezas sobre como conducir apropiada y eficientemente una acción interventiva
para producir unos efectos previsibles y deseados (técnicas). Su autoridad no emana, pues, de la comunidad sino de: a) Los
conocimientos (modelos teóricos válidos y evidencia empírica) y b) experiencia válida sobre los temas y grupos humanos —en
general— y sobre el que se está trabajando —en particular— que le permitan diseñar y evaluar apropiadamente la intervención; y
c) las habilidades metodológicas y técnicas para llevar a término esa intervención adecuada y eficientemente.

En la intervención comunitaria el rol del psicólogo tiene, sin embargo, un componente político añadido (aunque el básico siga
siendo el científico-técnico). ¿Qué autoridad respalda ese componente y el compromiso político consubstancial al trabajo
comunitario según muchos? Como tal técnico, y en principio, ninguna.
Si el psicólogo quiere tener una autoridad social o política, deberá obtener algún tipo de legitimidad delegada de la comunidad
(titular final de esa legitimidad) actuando en su nombre o como representante de ella. Para esto deberá asumir su nuevo rol
actuando como organizador social, portavoz o líder de grupos marginados, denunciando las injusticias o desigualdades del
sistema, la incompetencia o autocracia de políticos o agentes socializadores, etc.

8.2.2 Intervención comunitaria e intervención social


1) Probablemente la diferencia básica entre IC e IS es el papel de sujeto —activo y participante—y protagonista que tienen
las personas en la intervención comunitaria además de papel —común con la IS— de objetos de esa intervención.
2) Interactividad. El planteamiento radical de la IC incluye (4.7) una verdadera interacción(informativa, valorativa e
interventiva) entre interventor y miembros del grupo cliente —inexistente en la IS—, de forma que cada uno de ellos puede cambiar
su punto de partida (y praxis comportamental) inicial. Esto implica la influenciabilidad del propio interventor; su apertura a ser
influido por —además de influir a— el grupo social blanco de la intervención, cosa tanto más necesaria cuanto mayor sea la
discrepancia cultural y valorativa inicial entre interventor y grupo social.
También implica, más genéricamente, la existencia de un verdadero marco relacional personalizado (o grupal, cara a cara) en la IC
ausente en la IS. Esta —como en casi toda intervención tecnocrática— establece un marco de acción o influencia masiva,
impersonal otra transpersonal (social) desde una postura distante, externa y supraordinada y a través de instrumentos (leyes,
normas, disposiciones, etc.) despersonalizados y ordenancistas, no relaciónales.
3) El nivel de intervención comunitario es meso-social, más reducido que el de la IS, que es global, macrosocial.

Otras diferencias —especificidades más bien— de la IC respecto a la IS se centrarían en:


4) Autodirección del grupo social o comunidad, que marca, en la IC, una línea específica y particular de intervención y de
valoración implícita del grupo como sujeto y origen de aquélla, frente a una intervención más tecnocrática, guiada por
formulaciones o motivaciones sociales o económicas más globales, externas y planificadoras, en la IS.
5) La intervención comunitaria está más cerca (tanto por ser el nivel de actuación más reducido, como por ser el más
próximo) de lo humano, involucrando más elementos (interactivos, comunales, relaciones primarias, etc.) de identidad y
significación personal y (en relación con el punto 3) más elementos culturales —no sólo sociales—, es decir generados
"espontáneamente" desde abajo e indisolublemente implícitos en el concepto de comunidad.
6) El énfasis positivo, de recursos y desarrollo, es también relativamente distintivo de la IC frente a la IS que parece más
centrada —en principio, al menos— en los aspectos problemáticos y disfuncionales de los sistemas sociales y en el cambio —más
que en el desarrollo— social. Más específicamente —y a partir de las consideraciones más humanas y autodirectivas— la IC
persigue el desarrollo humano integral, equilibrado, multioriginado e integrado.

8.2.3 Participación
La participación es, a la vez, un valor, un proceso, una técnica y una actividad. Como valor, es parte esencial del discurso —y la
retórica— comunitaria y política: Algo tan enfatizado y zarandeado verbalmente, como poco practicado en la realidad, salvo
honrosas excepciones. Su significado y papel central en Psicología Comunitaria ha quedado ya fijado en los párrafos precedentes,
como el proceso que permite compatibilizar "intervención" y "comunitaria", tendiendo un puente entre ambos conceptos
contrapuestos que legitima y da sentido —junto a otros elementos— a la expresión "intervención comunitaria".

a) La participación social de las personas ya se da a distintos niveles a través de actividades e instituciones sociales y comunitarias
como el trabajo (o la escuela), la familia, las actividades relaciónales y sociales habituales de la vida comunitaria (la misa del
domingo, el partido de fútbol o el concierto de rock el paseo por el barrio, la "partida" o la charla del bar, etc.) o las actividades
asociativas más o menos formalizadas (la peña, el club recreativo, excursionista o deportivo, la asociación vecinal, la sección
barrial del partido político correspondiente, etc.).

En general habrá que plantearse, por tanto, hasta que punto lo que nos interesa a nosotros—como interventores técnicos- le
interesa realmente a aquella gente (o le debe interesar, aunque este planteamiento puede resultar polémico e inoperante) o, por el
contrario, nosotros necesitamos que ellos participen, siendo en este caso ambos -comunidad e interventor- víctimas "propiciatorias
de la mística de la participación. En este sentido, la falta de participación puede significar, no un fracaso o deficiencia técnica o
comunitaria, sino, simplemente, que estamos planteando un tema o una tarea irrelevante o sin valor para el grupo correspondiente.
Hay que plantearse que ni todo el mundo quiere —ni tiene por qué- participar, ni participar en todo.

b) En efecto, en un mundo tan complejo, super tecnologizado y diverso como el actual, hay muchas actividades y procesos que
requieren un alto grado de coordinación y planificación no siempre compatibles con —o que pueden resultar muy dificultadas por—
la participación social activa. Debemos, por tanto, plantearnos que no todas las actividades y procesos han de hacerse
participativamente, teniendo en cuenta lo ya dicho en a sobre la posibilidad de que las necesidades participativas de un grupo
estén ya cubiertas en otras áreas o por otras vías.

c) En una sociedad crecientemente organizada y diferenciada desde el punto de vista social (sobretodo a partir de los aspectos
económicos y productivos) como la presente, se da una tendencia ala especialización —y fragmentación— de roles y funciones de
las personas. Pues bien, hay que tener en cuenta que las demandas de participación militan precisamente contra esa tendencia, al
pedirle a la gente que no delegue responsabilidades o "partes" de su identidad social en otros agentes especializados (políticos,
técnicos, administradores) sino que las asuman y recuperen como parte integral de sí mismos.
La participación deben ser así analizadas desde la perspectiva de demandas adaptativas adicionales a unas personas ya
"cargadas" de funciones(roles) sociales varias; demandas contrarias, por otro lado, a importantes tendencias sociales(socialmente
"regresivas", por tanto, aunque también humanizadoras). En este sentido parece importante —tanto para el psicólogo como para el
grupo social— intentar analizar y especificarlas ventajas o ganancias —globales y en la situación concreta— de la postura
participativa(argumentadas implícitamente a lo largo de esta sección) para ese grupo, que justifiquen su motivación e implicación
participativa dado que —en general y a diferencia del profesional— el grupo no participa de las creencias en la importancia de
participar y toda la mística asociada a la participación.

2. Significado. En principio y como acción, participar significa tomar parte en alguna actividad o proceso. El significado y alcance
último de la participación dependerá por tanto de la relevancia de la actividad o proceso en el sistema social y la vida comunitaria.
El objetivo —e indicador—último de la participación debería ser el grado en que —a través de ella— se tiene acceso al poder, se
comparte ese poder en un grupo social. Lo cual tiene implicaciones políticas y técnicas relevantes —que se examinan después— y
centra perfectamente el tema dentro de la Psicología Comunitaria que está centralmente concernida con el poder psicológico y
político-social como vía —una de las vías— posibilitadora del desarrollo de las personas. En última instancia, la participación
relevante remite pues al empowerment, potenciación y desarrollo de las personas.
En esta misma línea conceptual, Marco Marchioni, ha señalado la dimensión política que toda participación auténtica comporta, al
implicar un cambio en la comunidad que participa: Esta debe involucrarse —activamente y desde el principio— en el desarrollo de
la intervención. Con ello, la participación se convierte en un proceso dinámico y dual de: a) Toma de conciencia de la situación o
problemática existente y sus causas (fracaso escolar, enfermedades físicas, etc.) así como de las condiciones y acciones que
pueden conducir a su superación positiva; b) implicación activa en los cambios consiguientes, a partir de esa toma de conciencia

Marchioni concibe la participación comunitaria como un proceso dinámico, complejo (en función del contexto social y situación de
partida) y bastante lento, en que no existen modelos rígidos y preestablecidos. Subraya también la importancia departir de la
situación, condiciones y posibilidades reales de la población, de cara a evitar que la pronta frustración de las expectativas—más o
menos irreales— del trabajador comunitario, le lleven a concluir erróneamente que "la gente no quiere participar"

3. Contenido y relevancia. Se puede participar en distintos tipos de actividades y procesos. Unos, más o menos triviales y lúdicos
—desde el punto de vista socio-político— como fiestas, encuentros, competiciones, actos deportivos o recreativos,
conmemoraciones o actos vecinales o barriales. La participación tiende a ser ahí más espontánea, a título individual y más informal
que organizada. Puede también estar fomentada a través de la animación socio-cultural con diversas finalidades de
cohesionamiento social o dinamización comunitaria o barrial.
Generalmente, sin embargo, la participación ciudadana se cita para referirse a aspectos socialmente más relevantes y "serios"
como participación en: Procesos productivos y trabajo(como los Comités de Empresa); política (a través del voto o de consejos o
juntas asesoras);programación de salud o servicios sociales; diseño de entornos arquitectónicos y comunitarios; organizaciones y
servicios comunitarios; educación (a través de las Asociaciones de Padres de Alumnos —APA— o de los "Consejos Sociales" de
las universidades); administración de la justicia (jurados); etc.
La participación suele ser ahí organizada en alguno de estos tres sentidos (en los 3habitualmente, pues están relacionados): a) Se
realiza a través de organizaciones sociales(partidos políticos, comités, juntas, consejos, etc.) y no individualmente; b) existen
canales establecidos (institucionalizados o no) y diferenciados; c) existen unas finalidades u objetivos que estructuran u organizan
la participación.

Entendemos que, para que la participación en una comunidad o contexto social u organizacional dado sea verdaderamente
relevante y tenga un impacto real en el enriquecimiento de la vida personal y comunitaria (más allá de la satisfacción que da
participar en cualquier cosa),debe incluir como contenidos dos procesos clave en cualquier sistema social:
a) Fijación de objetivos, actividad con frecuencia ligada en la intervención comunitaria a la evaluación de necesidades, que
funciona como una de las vías y metodologías principales de participación social.
b) Toma de decisiones. Más relevante aún que el proceso anterior, pues los objetivos pueden ser ignorados a la hora de las
decisiones y actuaciones reales. Particularmente importantes son las decisiones relacionadas con el reparto de poder y recursos
en un sistema social y con los procedimientos de control del poder y del funcionamiento del sistema social.

4. Tipos. A partir de lo escrito antes sobre participación "espontánea" y organizada, podemos distinguir dos tipos de participación
complementarios (y más clarificadores quizá que aquellos),según que el origen de la participación sea desde arriba —
institucional— o desde abajo.
La participación desde arriba va ligada a estructuras o canales institucionalmente establecidos o "mandados" para posibilitar la
participación en los procesos políticos o sociales o controlar algún tipo de administración u organización.
Participación desde arriba y desde abajo son pues complementarias y se necesitan mutuamente. La participación desde abajo se
ve altamente facilitada (posibilitada, con frecuencia) por los canales institucionales corriendo el riesgo, si estos no existen, de
terminar cuando cesa (por cansancio, desánimo, etc.) la necesidad o empuje temporal o el liderazgo que la originó, dejando
muchas veces un vacío de frustración.
La participación desde abajo debería tender (siempre que responda a un impulso mantenible y a una necesidad o deseo social
duradero, no a una cuestión puntual o perecedera) a establecer canales institucionales permanentes e incorporados a la vida
habitual de la comunidad y el sistema social.

5. Niveles. Más que tipos diferentes de participación, podríamos pues distinguir niveles en que se da (o que la enmarcan). Serían,
de más globales a más microscópicos: Socio-político, institucional, organizacional e individual.

6. Partes implicadas en la participación comunitaria. Simplificando podríamos reducirlas a 3: Político o gestor público, técnico o
profesional y grupo social (que llamaremos simplemente comunidad). Cada parte tendría un papel propio y complementario en el
proceso de participación y unas demandas y problemática derivadas del paso de su forma de funcionamiento habitual a una más
participativa. Veámoslas en relación sobre todo al técnico (el psicólogo, en nuestro caso):
a) El político debe renunciar a controlar los distintos sectores y núcleos organizados de actividad y poder en la sociedad y a
cualquier concepción patrimonialista en la detentación de sus funciones públicas. Deberá pasar de concebir esos núcleos como
posibles competidores o peligrosos rivales a legítimos "parteners" sociales autónomos con los que se ha de contar tanto ala hora
de obtener feedback informativo social (de lo contrario nunca sabrá lo que pasa en el exterior) como al distribuir recursos y llevar a
cabo los programas sociales. Debe, en una palabra, compartir el poder (que no es suyo, sino delegado de la comunidad).
b) La comunidad, la gente, debe ser capaz de trascender la relativamente cómoda posición de apatía, pasividad y transferencia de
responsabilidades a otros agentes hacia una postura más activa, de asunción de responsabilidades y de reivindicación de su
verdadero rol y capacidades de protagonismo en la vida comunitaria y social. Esto es tanto más difícil cuanto que no exista una
cuestión social relevante y sentida como propia que dinámico a la comunidad no haya nada patente e inmediato que "ganar" y en
la medida en que los intentos de dinamización o participación previos hayan resultado frustrantes o —incluso— penalizadores por
sus resultados.
Es clave recordar en este sentido, que, además de una mística, la participación es un proceso y una actividad que, como todo,
necesita aprendizaje y adaptación. No se puede pasar sin más de una situación pasiva y apática a una de participación activa sin
la adecuada preparación (de la comunidad y del técnico). Los factores técnicos son, pues, fundamentales; revisémoslos aparte.

7. Aspectos técnicos. La tercera parte implicada en la participación _el profesional— es, en principio, el encargado de diseñar,
ejecutar y evaluar los programas. El también deberá cambiar su actitud, perspectiva y metodología de trabajo. En cuanto a actitud,
el técnico deberá estar abierto y dispuesto no sólo a permitir, sino a. facilitar que la comunidad sea una parte activa y útil a lo largo
del proceso programático (especialmente en los puntos ya señalados de fijación de objetivos y toma de decisiones), renunciando al
protagonismo único o central y adoptando un rol y postura acorde, más abierta, dialogante e igualitaria. No debe, sin embargo,
renunciar a sus conocimientos o aportaciones técnicas y coordinadoras que deberán, en principio, ser compatibles con la
participación ciudadana).

La preparación técnica aparece así como fundamental (tanto respecto de la comunidad como, sobre todo, del técnico) pues su
carencia puede malograr fácilmente la experiencia participativa y resultar frustrante y regresiva para las partes implicadas
(comunidad, técnicos, políticos). Aunque los contenidos y aspectos de la preparación dependerán en parte del tema, situación
social y disposición y tipo de grupo implicados, algunos temas e indicaciones técnicas generalmente relevantes serían:
a) El paso de una situación de no participación a una situación (o programa) de participación no es (salvo en circunstancias
extremas o excepcionales) un acto puntual sino un proceso transicional. Hay que pensar y actuar más en términos de adaptación o
adecuación gradual a la nueva situación que de reconversión "automática" del técnico o la comunidad. La explicación racional de
los nuevos sistemas y conceptos clave y de sus ventajas previsibles deben ser parte de este esfuerzo de transición. El formato
grupal y las técnicas informativas, persuasivas o de cambio grupal pueden ser muy útiles vehiculando el aprendizaje progresivo —y
experiencial, no puramente conceptual, siempre que sea posible— de las nuevas metodologías.
b) Además de las ideas y proceso general será necesario el aprendizaje y uso de técnicas específicas y formatos
relaciónales o grupales para vehicular la participación según el ámbito, grupo y objetivos concretos. El riesgo es que — como ya se
ha señalado— el proceso fracase (y la situación empeore) por desconocimiento técnico, por no saber como hacerlo. La técnica no
será tan relevante si existe una fuerte motivación y disposición de base (se plantea una cuestión relevante o necesidad
apremiante).
c) Además de los factores motivacionales ya mentados —y teniendo en cuenta que la gran variedad de situaciones y
temas demandarán respuestas diversificadas—, algunas reglas o principios generales que pueden resultar útiles para facilitar la
participación desde el punto de vista de técnica psicosocial serían:
• Partir de los intereses de la comunidad
• Plantear tareas o actividades en lugar de discusiones o charlas
• Proponer objetivos concretos y precisos, no abstractos y genéricos
• Intentar que las propuestas participativas tengan algún beneficio o recompensa temprana y tangible
• Romper la estructura, formalidad o distancia inicial entre el interventor — o persona que hace la propuesta— y el grupo
• Establecer la seguridad propia —del interventor—por otros medios o en otras situaciones.
d) El psicólogo (técnico, en general) no puede permitirse el lujo de caer en un papel pasivo de escucha y observación del
proceso participativo esperando que funcione o se resuelva por su propia dinámica (una tentación polarmente opuesta a la
"antigua" de dirigirlo y controlarlo todo).Generalmente la participación necesita impulso y dirección constantes para no caer en
alguno delos vicios que dificultan o paralizan el proceso. Eso implica habitualmente seguir los principios ya indicados en c) y,
además: Sugerir (o introducir) formatos asamblearias, grupales o relaciónales que estructuren la situación e interacciones,
proponer temas y ejes de discusión o calendarios, proyectos y acciones concretas que guíen el proceso general y las actuaciones
sucesivas. Todo lo cual necesita, casi siempre, preparación previa de las reuniones y tareas a realizar o proponer que no deberían
fiarse a la improvisación momentánea e in situ.
e) Deben vigilarse y evitarse al máximo algunos vicios ligados a la nueva situación y procedimientos participativos —
muchas veces transferidos de la antigua situación y hábitos—que pueden interferir seriamente con el proceso participativo,
paralizarlo o desviarlo de sus verdaderos objetivos. Por ejemplo, las actitudes victimistas, el "quejismo universal" ("todo vanal", "no
han hecho nada por nosotros", "no aprendemos nada", etc.) que puede sólo tolerarse como una manifestación reactiva parcial y de
partida.
Otros tipos de vicios tienen que ver con: La transferencia global —y frecuentemente injusta e inapropiada— de responsabilidades
al técnico por todo lo que ha pasado en la institución o comunidad de la que aquél es percibido como parte responsable o rectora;
la trivialización de las discusiones o derivación hacia temas, situaciones y consideraciones confusas, anodinas o irrelevantes,
desviándose de los temas básicas; los enfrentamientos constantes de distintas posturas o grupos de interés más centrados en sus
diferencias y rencores acumulados(intentando implicar al técnico en su bando) que en sus coincidencias o en hallar salidas
constructivas o consensuadas —algo que el moderador deberá enfatizar en ese caso—; etc.
f) Otro aspecto de la participación reseñable aquí es su valor como técnica instrumental para mejorar el diseño de entornos
(arquitectónicos o sociales) y programas sociales.
g) Función técnica de la participación es, también, su uso como indicador en la evaluación —procesal o de resultados— del
éxito de un programa. Si la participación en actividades del programa es —comparativamente— baja, podremos deducir que algo
no va bien, aunque —por ese solo dato— no sabremos qué es lo que no marcha o por qué (el clima social y motivacional previo
también influyen). Si la participación en actividades específicas del programa aumenta a lo largo del proceso o al final en relación
al principio, eso indicará su éxito como elemento dinamizador o movilizador (no necesariamente en otros aspectos).

8. Efectos y limitaciones. En lo positivo, la participación genera una notable sensación de bienestar y sentido de la propia potencia
y utilidad de los participantes, claramente diferenciado de la apatía e indiferencia derivadas de ser mero espectador o auditor
pasivo y marginado. En ese sentido, la participación —además de sus efectos sobre el proceso concreto—es un factor muy
positivo y dinamizador (sobre todo si funciona bien, pero, incluso por el sólo hecho de participar y autoexpresarse) para personas y
grupos (y para los correspondientes programas).
No es, sin embargo, ninguna panacea; tiene no pocas limitaciones e inconvenientes: Es costosa en términos de tiempo y energía,
pudiendo llegar a suponer un engorro y una pérdida de eficiencia en determinados procesos de planificación; requiere un cambio
de actitudes y procedimientos —que pueden generar resistencias— así como preparación previa especial.

8.3 Realización de la intervención comunitaria: premisas y asunciones


1. Intervención frente a "laissez faire" y planificación total. Seguimos en este punto la sugerencia de Fisher (1982) que sitúa la
intervención psicosocial entre los dos extremos opuestos de la pasividad o no intervencionismo ("laissez faire"), propio del
liberalismo puro y la planificación social y económica total propia de algunos regímenes políticos autocráticos o de socialismo
centralizado, admitiendo implícitamente (y combinando) la necesidad de planificación e intervención —limitadas— desde arriba con
la propia dinámica individual y social, desde abajo. Ya se ha discutido antes la posibilidad de compatibilizar ambas tendencias
contrapuestas.
2. Nivel mesosocial. Lo comunitario se sitúa en un nivel social intermedio entre lo grupal y lo social. Igual sucede a nivel
interventivo, donde la IC se sitúa como escalón intermedio entre el político (prioridades de actuación y políticas sectoriales), como
escalón superior, y las acciones o componentes concretos como escalón ejecutivo —y analítico—inferior.
Hay que tener en cuenta las prioridades y el marco político general en que se enmarca una intervención y que facilitan o dificultan
(según la concordancia o discrepancia de la filosofía y objetivos del programa con los de las políticas públicas del sector en que se
enmarca) la puesta en marcha y realización de esa intervención, sobre todo a la hora de obtener recursos, pero, también, a la hora
de conseguir efectos sociales globales y coordinados. Las acciones o componentes concretos del programa interventivo formarán
el nivel analítico y operativo más reducido a tener en cuenta en el diseño, valoración, explicación y posible diseminación —o
modificación— ulterior del programa.
3. Participación de la comunidad y legitimidad de la intervención
4. Compatibilidad básica de valores entre interventor (persona o equipo) y la comunidad o grupo social con que se va a intervenir.
Si la asunción implicaba —más como conveniencia que como necesidad— la congruencia valorativa y de objetivos con el escalón
político supra ordinado, aquí se indica la necesidad de una mínima compatibilidad o no discrepancia entre los valores y cultura del
interventor y la comunidad, sin la cual es más que dudoso de que pueda llevarse a buen puerto la intervención.
5. Intervención desde arriba y desde abajo.

En cuanto al origen de la intervención, podemos señalar 3 vías posibles: Encargo externo, demanda comunitaria e iniciación
autónoma por el propio interventor. En el contexto institucional y organizativo de nuestro país, en que los psicólogos suelen
trabajar encuadrados(como funcionarios o contratados) en las administraciones públicas, las dos primeras modalidades —sobre
todo el encargo— son las más habituales. Cada modalidad tiene sus ventajas e inconvenientes, marcando una forma de trabajo,
un rol y un marco contractual interventor-comunidad diferenciados.
La intervención generada por una demanda de la comunidad o grupo social de interés, asegura la motivación y participación de la
comunidad, así como el acceso directo del interventor al grupo. El problema puede venir al conseguir el "placel" político-gestivo y
los medios precisos para llevarla a cabo. Habitualmente necesita, además una redefinición y replanteamiento de la demanda
inicial. La intervención generada desde el encargo asegura, en cambio, la iniciativa política y los medios precisos, estando —en
general— más claramente definida y perfilada. Restringe mucho más, en lo problemático, el papel e iniciativa del interventor y,
sobre todo, no garantiza la motivación e interés de la comunidad, a menos que contacte con un deseo o necesidad sentida de ésta.
La intervención generada desde la iniciativa del propio profesional o técnico (a través de una beca universitaria, desde una
cooperativa autónoma o un proyecto dado, etc.), se sitúa en un terreno intermedio que —en principio y si se cuenta con medios no
dependientes de la agencia política ejecutiva— da más autonomía al técnico para realizar cambios o acciones considerados
conflictivos, problemáticos o políticamente poco rentables por la parte política.
Habrá que "legitimar" la intervención, no obstante, verificando que se refiere a un tema sentido como relevante o necesario por la
propia comunidad. En realidad, el tema es mucho más complejo, cabiendo, entre otras cosas, posturas intermedias. Lo dejamos
simplemente apuntado.

Todo programa de intervención comunitaria debe tener en cuenta para su realización —al menos— 3 elementos clave:
a) Tener sus raíces en la comunidad, siendo accesible a ésta. En otras palabras, toda intervención debe contar desde su iniciación
con aquellos a los que se va a aplicar. Es este un principio básico para asegurar, no ya la participación, sino la aplicación misma
del programa: Una intervención vista por los usuarios o clientes potenciales como impuesta, está destinada al fracaso. En este
sentido ya se señaló que la evaluación inicial de necesidades además de proporcionar información(contenido) sirve para
relacionarse con la comunidad transmitiéndole explícita y/o implícitamente(proceso) que se cuenta con ella.
b) Se cuenta con los medios (financieros, materiales, de personal) necesarios para llevarla a cabo y no va a quedar en una
movilización frustrante, una escaramuza verbal o un dossier de folios con membrete.
c) Se establece una vía o sistema de comunicación apropiado con la comunidad o sistema cliente para obtener feed-back
adecuado de estos que permita seguir el progreso de la intervención y hacer las correcciones precisas sobre la marcha, antes de
que los problemas o deficiencias sean irreversibles.

8.4 Proceso o desarrollo


8.4.1 Definición (y análisis) del tema, comunidad o problema
El punto de partida de la intervención puede ser una comunidad, una población o un tema—problemático o carencial— a resolver,
o positivo —de interés— a potenciar. En realidad, ese punto de partida incluye casi siempre 2 partes: 1) Un tema —problemático o
positivo—; 2) una operación referida a qué es lo que queremos hacer (globalmente, en este momento inicial) con ese tema
(prevenir, desescalar la tensión, promocionar o ayudar, etc.); es decir, cuál es nuestro objetivo general de partida. En esta fase nos
ocupamos de la primera parte, el tema; en la fase 3(diseño de la intervención) retomamos la operación al hablar de los objetivos.
• Si partimos de una comunidad, tendremos una delimitación social y geográfica del tema relativamente clara que nos facilitara el
acceso —evaluativo e interventivo— al objeto de la intervención y —además— podremos contar con los lazos, interacciones
sociales y psicosociales y núcleos organizativos comunitarios (centros cívicos, asociaciones, parroquias, centros asistenciales, de
reunión o actividades, etc.) como trama que facilite o intermedie la intervención. Como desventajas, estaremos frente a una unidad
interventiva muy compleja en términos de problemática, grupos e intereses sociales, que requerirá una intervención paralela mente
multifacética (idealmente, un plan integral), con una evaluación y diseño complejos y nada fáciles.
Grosso modo, podríamos ampliar lo indicado a organizaciones de base territorial (una escuela, un centro productivo, un centro de
prestación de servicios, etc.), cambiando el énfasis territorial (central en la comunidad) por el derivado de una mayor estructuración
u organización en torno a intereses —sociales, profesionales o funcionales— predefinidos.
• Si partimos de un problema —o necesidad— tenemos, por el contrario, un tema(relativamente) monográfico de intervención
(droga o marginación) lo que simplifica y centra el proceso. Carecemos, en cambio, de los elementos organizativos, asociativos y
relaciónales a nivel social y psicosocial que faciliten la acción (excepto si los afectados por el problema han formado algún tipo de
asociación, lo cual sería un buen punto de partida).
Tampoco podemos contar con la vecindad geográfica, lo que dificulta —y encarece—notablemente el acceso a los afectados, la
evaluación (sobre todo si hemos de hacer un sondeo muestral) y la intervención, tanto en términos asociativos como de prestación
de servicios. La intervención puede organizarse aquí a partir de los centros de asistencia o tratamiento (el elemento
"homogeneizador" o compartido por esa población) o territorialmente, a partir de la división más adecuada de la administración
local (distrito, municipio, comarca, provincia).
Algo similar podría decirse si partimos de un tema positivo a potenciar: Participación, uso del tiempo libre, fomento de las
relaciones interpersonales o sociales, desarrollo personal o grupal, dinamización de un colectivo, concienciación respecto a un
tema, etc.
• Una población —como unidad de intervención— está definida por parámetros demográficos —o sociales— como la edad, el
sexo, nivel de renta, situación escolar o laboral, etc. Por ejemplo, los adolescentes, la tercera edad o las mujeres. Esto facilita la
localización y —hasta cierto punto— el acceso al grupo blanco de la intervención aunque, en general, esa población puede ser
bastante diversa respecto a factores importantes (zona de residencia, clase social, educación, asociaciones, etc.) y padecer
problemáticas múltiples, careciendo, como en el criterio anterior, delos líga menos sociales y psicosociales generados por el
vecindario comunitario.
En la parte positiva, los individuos suelen presentar elementos comunes (intereses, problemática básica, cultura generacional, etc.)
sobre todo si se trabaja por criterios evolutivos o de edad. Con frecuencia una población viene definida por un problema
compartido: Los drogadictos, los parados o las mujeres maltratadas. En este caso este criterio se combina con el anterior y
tenemos una problemática más definida y concreta.
Como ya se indicó en el capítulo 7, esta fase inicial comprende básicamente, según el tema y nivel de la intervención:
1) La delimitación y definición lo más clara y precisa y operativamente posible del tema, grupo o
problema blanco de la intervención previamente identificado.
2) Análisis inicial de conjunto, para ver los elementos problemáticos —y carenciales—, los recursos y las dimensiones y relaciones
básicas entre esos elementos y el sistema social global.
Esta delimitación, definición y análisis se pueden realizar a partir del conocimiento experiencial del tema por el interventor, o bien a
través de documentación indirecta. Hemos de asegurar la relevancia del tema, no sólo para el propio interventor, sino para la
comunidad o afectados, ya que sin una percepción compartida de esa relevancia o urgencia no existirá motivación para actuar o
colaborar, al no existir conciencia de problema o interés por el tema. Para esto es conveniente incluir en el proyecto de
intervención una sección expositiva describiendo la justificación o necesidad—el "porqué"— de la actuación que proponemos en el
momento y contexto dados.
Sólo cuando hayamos delimitado y definido un tema relevante y analizado sus dimensiones y relaciones básicas, podremos pasar
a la segunda fase, de evaluación formal, puesto que ya sabremos qué evaluar y —a partir de ahí— cómo hacerlo. La fase de
evaluación retroalimentará, a su vez, a la anterior, contribuyendo a una mejor definición de la cuestión problemática o positiva y de
sus dimensiones, una vez hayamos tomado contacto con él y recogido información desde los distintos grupos y temas afectados.

8.4.2 Evaluación inicial


En esencia, se trata de un análisis y valoración del sistema social o comunidad desde el punto de vista del tema o problemática de
interés —y de su resolución—, con aplicación de las metodologías métricas y de diseño experimental apropiadas, teniendo en
cuenta que debemos constatar posteriormente los efectos (eficacia, eficiencia, impacto) del programa interventivo frente a como
habría evolucionado el tema o sistema social si no se hubiera producido la intervención. También deben tenerse en cuenta —junto
a los informativos— los efectos e implicaciones relaciónales y valorativos del proceso evaluativo y de los diversos enfoques
utilizados, revisados en el capítulo 7.
Esos enfoques o métodos habituales fueron agrupados en 5 apartados: Informantes clave, grupos estructurados y foros
comunitarios, tasas de personas tratadas, encuestas poblacionales e indicadores sociales. También se ilustraron áreas,
metodologías o técnicas concretas de evaluación de necesidades o programas como la calidad de vida, estrés, climas sociales,
consecución de objetivos (GAS) y planificación y evaluación a través de los grupos nominales.

8.4.3 Diseño/planificación y organización de la intervención


Concebimos un programa como un conjunto coherente de acciones destinadas a alcanzar unos objetivos o resolver un problema.
Pues bien, en esta fase se crean y desarrollan sistemática y ordenadamente —sobre el papel— esas acciones o componentes
que, en su conjunto, no se permitirán, a partir de una teoría o modelo válido (o de la experiencia previa) del cambio psicosocial, por
un lado, y del problema concreto, por otro, alcanzar los objetivos prefijados. Se trata pues de: 1) Establecer un plan racional de
actuación para alcanzar unos objetivos y 2) obtener y organizar los medios que lo hagan realidad en un contexto social concreto a
través de una estrategia eficaz (que se desarrolla en la fase siguiente).
Partes d esta etapa: a. determinac d objetivos; b. Establecim del contenido del prog; c. análisis de la conexión entre objetivos y
componentes; d. organizac del prog y obtención de recursos.

Estos componentes o acciones (que pueden estar centrados en torno a uno o 2 básicos y emblemáticamente identificadores del
programa según la estrategia de acción elegida) deben estar integrados, formando un conjunto coherente que podamos llamar
programa. Los componentes deberán ser lo más adecuados que sea factible para conseguir los objetivos planteados con el menor
coste técnico —tiempo y esfuerzo— posible. Esto es una parte muy importante de la eficiencia del programa. Significaría que si, en
lugar de usar en un problema prevenible, por ejemplo, una estrategia preventiva más apropiada a medio plazo, proponemos
únicamente acciones terapéuticas o paliativas —que demandan más esfuerzo profesional sin incidir globalmente sobre el
problema— estaremos haciendo un diseño poco eficiente desde el punto de vista técnico.
Un vicio habitual de diseño es definir los problemas en términos exclusivamente profesionales, de forma que requieran soluciones
primordialmente profesionales (personal, agencias de servicio, etc.) o, más aún, de forma que se solucionen en función de lo que
el profesional sabe hacer, supeditando el problema a sus habilidades profesionales, en lugar de, al contrario, supeditar estas
habilidades a las demandas específicas de solución del problema. En general, es importante concebir las soluciones en términos
de inducción de ciertos procesos sociales y psicosociales que vayan en la dirección de solucionar las cuestiones planteadas,
estando los medios —profesionales, infraestructura, etc.— instrumentalmente incardinados en (o subordinados a) esos procesos, y
no al contrario.
Para ello habremos de tener en cuenta los recursos y grupos activos de la comunidad partiendo en la intervención —siempre que
sea factible— de ellos, en lugar de ignorarlos y empezar a crear, sin más, infraestructuras administrativas y profesionales. La meta
del diseño noes, en otras palabras, crear puestos de trabajo técnico sino resolver problemas o alcanzar objetivos. Esos puestos de
trabajo y la actividad profesional deben estar al servicio de los objetivos y resolución de los problemas, y no al contrario.
c) Análisis de la conexión entre objetivos y componentes. Este análisis —muy raramente incluido en el diseño de programas— es
el "corazón" de esta etapa. Se trata de justificar que los componentes conducen lógicamente a los objetivos fijados, de forma que,
realizando esas acciones o proyectos, se van a alcanzar aquellos objetivos. Otra cosa es que luego, en la realidad, se alcancen o
no; esa es la cuestión empírica que debe ser respondida por la evaluación de resultados. Lo que podemos —y debemos— mostrar
en esta fase de diseño es que existe una conexión que liga lógicamente acciones y objetivos. Es decir, hacer explícitas —y
analizar rigurosamente— nuestras asunciones implícitas de porqué el programa va a funcionar.
Esto debería ser realizado para cada componente respecto a cada objetivo planteado. Es un buen sist d detección d fallos y
cribado lógico del prog y una excelente herram estratégica para justificar la interv.
d) Organizac del prog y obtención de recursos: obtención de medio para poner en marcha lo plasmado en el papel

8.4.4 Ejecuc o implementac


Se hace realidad lo planificado. Procesos básicos:
a. La estrategia interventiva: el cómo. Se piensa una vía de procedimiento gral. Para determinar la estrategia tenemos q
tener en cta: 1. Disposición motivacional y recursos d la comunidad y los apoyos disponibles; 2. Disposición del
personal q la va a ejecutar; 3. El equilibrio de poder existente, así como la oposición y resistencias. Es importante tmb
tener en cuneta el factor tiempo.
La estrategia abarca los cambios e innovaciones q sobre el procedimiento gral hayan d introducirse en fc d las dificultades, fallos,
etc.

b. La entrada en la comunidad o contacto con la poblac cliente: No en todas las intervenciones puede pasarse directa y
automáticamente de la fase de diseño o planificación a la ejecución. Con frecuencia se necesita preparar la entrada en la
comunidad o sistema social en que se va a realizar la intervención o el contacto efectivo y apropiado con la población a afectar,
sobre todo si el programa no parte de una demanda comunitaria o —incluso— si parte de una demanda de un sector poblacional o
comunitario más o menos minoritario. Esta necesidad es tanto mayor cuanto más elevado sea el impacto o cambio (negativo pero,
incluso, positivo) a provocar (sobre todo en temas en que, por la historia de la comunidad o el impacto de los medios de
comunicación de masas, el grupo está muy sensibilizado o polarizado) y menor la familiaridad o contacto previo del interventor (o
administración o patrocinador que lo respalda) con esa comunidad.
La entrada en la comunidad va ligada a —y es casi simultánea con— la negociación(generalmente implícita e informal) del contrato
de intervención y al establecimiento de la relación interventor-sistema social, todo lo cual es fundamental para el éxito o fracaso del
programa o, como mínimo, para facilitar y acortar su implementación o, por el contrario, dificultarla y alargarla improductivamente.
Es, pues, una parte básica del conjunto de la estrategia interventiva, al establecer el tono inicial de ella. La casuística y
posibilidades de entrada al sistema social es amplia y debería ser extensamente discutida en la formación del psicólogo
comunitario.

c) Corrección y ajuste del programa inicialmente planificado en caso de novedades, dificultades o de que, en lugar de
avanzar hacia los objetivos fijados, nos estamos desviando de ellos. Para lo cual debemos disponer de un sistema efectivo y
continuo de feedback desde la comunidad o usuarios a través de indicadores formales o informales de evaluación sobre la marcha
del programa.

d) Mantenimiento del programa. Se trata aquí de asegurar la continuidad del programa cuando el equipo interventor (y la
administración o agencia implicada) cesen su actividad interventiva directa, según lo planificado o por algún tipo de incidencia
imprevista. Es esta una operación no contemplada habitualmente en los programas, pero muy necesaria dado que casi nunca se
alcanzan plenamente los objetivos previstos o se logra un efecto relevante sobre el problema planteado en los limitados plazos
planificados y presupuestados. Se trata, en todo caso, de “rentabilizar" el programa y de intentar mantener los procesos de
dinamización y solución de problemas que a partir de él se pueden haber inducido en la comunidad o población, contribuyendo, por
tanto, a la autoregulación del sistema cuando el esfuerzo interventivo formal cese.
El mantenimiento del programa debe, no obstante, plantearse, no al final del programa sino desde el principio, para
preparar las tareas necesarias que serían, básicamente:
1) Asegurar las fuentes de financiación (subvenciones, becas, ayudas de la administración, cuotas de asociaciones, etc.),
sea directamente, sea entrenando a algunas personas del grupo para que puedan solicitarlas posteriormente (dónde ir; cómo
rellenar papeles; argumentación de propuestas; etc.).
2) Formación de personal local seleccionado para determinadas actividades que se hayan de continuar (clases, animación
asociativa o grupal, voluntariado o ayuda para profesional, etc.).
3) Desarrollo de liderazgo local y eclipsamiento gradual del liderazgo externo, algo muy importante para mantener la
marcha de las actividades cuando el personal técnico desaparezca
4) Quizá lo más importante: Promover los contactos y participación de las asociaciones, instituciones y entidades
comunitarias significativas para el programa (asociaciones vecinales y ciudadanas; centros de servicios sociales y de salud;
escuela y centros recreativos del barrio; parroquia; hospital; universidad; etc.). Esto debe hacerse a todo lo largo del desarrollo del
programa (no sólo al final) para que —como núcleos vivos y permanentes de la comunidad—esos grupos se sientan implicados y
participen —en la medida de sus posibilidades y deseos— en su sostenimiento permanente. El interventor externo no debe olvidar
que no trabaja en el vacío social y que (casi) siempre habrá algún núcleo asociativo o dinámico en la comunidad u organización
deseoso de cooperar en acciones de cambio si se cuenta seriamente con él en el proceso a emprender.
5) También será útil dejar alguna forma de contacto (dirección, teléfono, etc.) del equipo interventor o alguno de sus
miembros, para poder atender consultas o peticiones puntuales posteriores de la comunidad, organización o grupo, de forma que,
en un caso o circunstancia urgente o importante para el que no tienen respuesta, no queden "colgados" (percibiéndose, además,
"conectados" con el equipo o institución correspondiente y apoyados por ellos, algo tan importante como la propia ayuda real
proporcionada).

8.4.5 Finalización y evaluación de resultados


Una vez cubiertos los objetivos de la intervención o agotado el curso planificado —y presupuestado— de los programas
previstos, aquélla se dará por finalizada, en el sentido de que cesará la actuación externa y formal del personal y la estructura
organizativa puesta en marcha para realizarla. Siendo estrictos, el esfuerzo interventivo no debería tener, probablemente, un final
en el tiempo, pues es dudoso que los esfuerzos interventivos externos —con recursos y actuación limitados casi siempre—
alcancen plenamente los objetivos planteados o consigan una mejoría substancial — menos aún la solución total— de la cuestión.
Será suficiente, habitualmente, si se consigue iniciar procesos dinamizadores, cambiar tendencias negativas o desarrollar
algunas estructuras técnicas o sociales en la dirección adecuada y que tengan algún tipo de impacto positivo sobre el problema. Y
esto, porque los problemas sociales son enormemente complejos y de profundas raíces, llevando años su resolución y surgiendo,
casi siempre, otros problemas derivados de las propias soluciones y el cambio de situación global que generan.
En este sentido el esfuerzo interventivo debería ser continuo, durando tanto como el propio problema o cuestión que lo
motiva. Los medios técnicos y económicos son, por el contrario, limitados forzando la finalización de los programas en un punto
dado, aunque entendemos que la finalización de un programa no significará nunca la terminación de los esfuerzos de la propia
comunidad -y de los sistemas políticos reguladores- por alcanzar los objetivos o resolver los problemas que motivaron el programa,
especialmente si a intervención quedó lejos de esos objetivos o del final del problema
Al final -no forzado, entendemos- formal de la intervención, pueden suceder, simplificando mucho, dos cosas: a) Cesación
de la actividad intervenga externa sin más (con lo que el esfuerzo realizado puede malograrse y desaparecer sus efectos, a menos
que sean proseguidos por la propia comunidad); b) Integración de las tareas interventivas -de las principales, sino de todas— en
alguna de las instituciones u organizaciones locales o intermedias(administración local; sistema escolar, sanitario, etc.; legislación
o regulaciones establecidas; redes asociativas o sindicales formales o informales etc.) que garanticen su continuidad.
Naturalmente que esta última alternativa es la más deseable si la cuestión planteada no ha sido resuelta a través de la
intervención. El mantenimiento del programa señalado en la fase previa (está a caballo entre aquélla y ésta) sería vital para
asegurar un esfuerzo resolutivo continuado y no algunas actuaciones esporádicas y puntuales que apenas hacen mella en las
cuestiones planteadas. La congruencia con las prioridades y líneas políticas marcadas desde el escalón político superior, es, sin
duda, un factor importante para lograr esa consistencia y efectividad interventiva (limitando grandemente por otro lado, la
realización de cambios sociales profundos, especialmente aquellos generados desde abajo o los que requieren una importante
redistribución del poder).
Evaluación de programas. Será una parte fundamental para determinar hasta qué punto se han resuelto las necesidades o
problemas que originaron el programa y, por tanto, hasta qué punto el esfuerzo interventivo debe o no continuar. En ese sentido
debemos recordar que la consecución de los objetivos planteados no garantiza la resolución del problema (dependiendo de como
se hayan planteado esos objetivos, claro es). Y, también, que tendremos que realizar algunas mediciones posteriores a la
finalización del programa, para constatar que los efectos producidos son "verdaderos", es decir se mantienen. Es decir, la
evaluación del programa y sus resultados no deben acabar cuando el programa acaba yen ese sentido habrá que hacer las
previsiones técnicas y presupuestarias para cubrir, no solo la evaluación final de resultados, sino el seguimiento posterior.

8.4.6 Diseminación de la intervención


La diseminación de programas interventivos es otra operación relativamente novedosa, y apenas planteada en la práctica
habitual. Se refiere a la difusión efectiva de programas ya ejecutados (con resultados conocidos, por tanto) a otros entornos
organizacionales o sociales(comunidades, ayuntamientos, escuelas, hospitales, entornos barriales) similares a aquél en que se
desarrolló la experiencia interventiva y receptores o clientes potenciales de ella. Frente al sistema de difusión habitual de publicar
el programa en revistas más o menos especializadas (que apenas tiene repercusión a la hora de adoptar un nuevo programa
interventivo en la realidad) Fairweather, Sanders y Tomatzky plantearon otras posibilidades que incluyen contactos más
personalizados y efectivos.
Por nuestra parte complementaríamos este enfoque de diseminación —que llamaremos extensivo— con otro, más costoso
pero de efectos más profundos, que denominaremos intensivo y que consistiría en integrarse temporalmente en la comunidad o
sistema antes de iniciar importantes cambios o transformaciones (algo similar a la estrategia antropológica de "residencia en la
comunidad"). En este caso los cambios se iniciarían "desde dentro" en lugar de exteriormente, habiendo tenido ocasión así de
conocer y valorar apropiadamente el sistema y de desarrollar relaciones personales con personas y grupos significativos de él.

Dos notas finales para cerrar este apartado de desarrollo de la intervención comunitaria.
Se refieren a secuencialidad y universalidad (o prescriptividad) del proceso descrito.
Primero: Secuencialidad. Aunque descrito secuencial o longitudinalmente, el proceso tiene bastante de retroalimentación o
circularidad entre varias de sus fases y partes. Así se ha indicado a propósito, por ejemplo, de la fijación de objetivos, estrategia,
organización del programa o su mantenimiento. Podríamos añadir también la evaluación que, además de concentrarse en el
comienzo y final de la intervención, se da, más diluidamente, a lo largo de ella, como evaluación procesal, retroalimentando —y
modificando—, además, otras muchas partes y operaciones (organización, estrategia, fijación de objetivos concretos, etc.) en
función de los datos aportados. Otros elementos (como el mantenimiento del programa o la estrategia), aunque se incluyen en una
fase determinada, son procesos que se extienden a lo largo de —o modifican— varias fases del programa.
Segundo: Universalidad y prescriptividad. Ya se indicó al comienzo que no hay (ni debe haber) un proceso modal y
prescriptivo al que deban adaptarse todas y cada una de las intervenciones a realizar. ¿Cómo ha de usarse, pues, el proceso
desarrollado aquí? Evidentemente como propuesta ostentativa o desiderativa, utilizable como guía o referente —"máximo" o
deseable— para la realización racional y provechosa de programas interventivos comunitarios o sociales (en general) pero no
como proceso prescriptivo que haya de seguirse tal cual en cada caso y situación. Es, eso sí, una guía o estándar riguroso dirigido
a racionalizar el proceso interventivo y documentar válidamente sus efectos. Existen otras propuestas, más o menos similares, que
pueden también utilizarse en función de su adecuación y validez al caso o situación concreto.

Por otro lado, en situaciones de trabajo más limitadas, con presupuestos modestos o en acciones relativamente puntuales,
urgentes o inexcusablemente necesarias, es lógico adoptar un criterio posibilista que, aproximándose en lo posible a los
estándares de rigor y sistematización descritos como deseables, asegure que la acción necesaria se lleva a cabo aunque no sea
en las condiciones técnicas y de diseño ideales. Mal asunto, en todo caso, si el grueso de las actuaciones sigue esa tónica en un
servicio, organización o administración concretos. Entonces es que algo va mal al nivel administrativo y político superior y es por
ahí por donde debería comenzar el cambio.
Porque existen aquí dos riesgos —complementarios y opuestos como los riesgos estadísticos— a considerar, ligados a la
comisión u omisión de una acción: 1) El de no llevar acabo programa o intervención alguna por no poder cumplir todas las
exigencias y pasos planteados (Riesgo de omisión que subordinaría la acción socio-profesional —y los problemas sociales— a las
exigencias metodológicas y científicas de acumulación de información primando el conocimiento —el "porqué"— sobre la
efectividad —el "qué"—).
El riesgo complementario (2) —igualmente nefasto, aunque de otra forma— es el de realizar (por la presión de la demanda
o del encargo político) programas casi instantáneos, "a ciegas", sin la preparación, análisis o rigor metodológico apropiados, de
forma que ni vamos a saber si funciona o no, ni —peor aún— no sabremos nunca por qué no ha funcionado (o por qué lo ha
hecho): ¿Ha sido por el diseño defectuoso?, ¿por un componente equivocado?, ¿por qué se realizó mal una operación o el
personal no estaba bien entrenado?, ¿por qué intentamos resolver un problema que no existía en realidad?, etc., etc.

8.6.4 Reconstrucción social y comunitaria


Una idea directriz de la PC (y de la sociología de los problemas sociales) es que la desorganización y desintegración social —y la
disolución de redes de apoyo y de grupos sociales primarios (el familiar sobre todo)— presente en las sociedades industriales y
urbanas modernas es un factor clave en la producción de los problemas sociales y psicosociales actuales (drogas, delincuencia,
marginación, problemática familiar, etc.). Esa desorganización se ve a su vez reflejada en los sentimientos de alienación y
desarraigo personal de los individuos.
La reconstrucción social y el restablecimiento del sentido de comunidad y pertenencia impregna, en consecuencia, no sólo el
contenido de muchas de las estrategias de intervención comunitaria (desarrollo y organización de comunidad y autoayuda sobre
todo), sino también la forma en que son prestados. Esa reconstrucción social en dirección comunitaria es un componente central
en la organización del apoyo social y redes de apoyo, y en las comunidades terapéuticas (a su vez una "institución paralela")

8.6.5 Cambio social y comunitario


Equivalente al nivel institucional-comunitario de Rappaport o la "acción social" genérica de otros autores. La intervención más
genuinamente social, centrada en el cambio social: Modificación significativa de la estructura social básica (especialmente en lo
referente a la distribución de poder) con efectos irradiativos —potenciadores— sobre los individuos o grupos que componen la
comunidad. A partir del esquema clásico de Rothman y Tropman , distinguiríamos dos grupos de estrategias:
a) Las que intentan crear nuevas instituciones o sistemas sociales alternativos (instituciones paralelas o creación de settings).
b) Las que pretenden cambiar o reformar un sistema social existente, incluyendo desarrollo de comunidad, acción social y
abogacía social. Las examinaremos más abajo.
Las diferentes estrategias se distinguen por las asunciones subyacentes sobre los problemas y el cambio social, así como por los
métodos usados (derivados de esas asunciones).

Problemas de las instituciones paralelas son su supervivencia y aislamiento social. El mantenimiento y diseminación de programas
son, pues, vitales en esta estrategia condenada de otro modo a la desaparición, al no producir cambio social generalizado e
integrado institucionalmente, sino localizado, organizacional y paradigmático (este aspecto y la novedad son, a su vez, los puntos
fuertes de la estrategia).
Modificación de los sistemas sociales existentes (lo que se entiende comúnmente por "cambio social". La asunción es aquí que
sistemas sociales y comunidades no cumplen apropiadamente sus funciones siendo, en mayor o menor medida, permeables al
cambio y poseyendo algunos aspectos o recursos potencialmente movilizables para conseguir los cambios necesarios y/o
deseados.
Según la extensión y tipo de cambio perseguido y el aspecto que se moviliza para lograrlo pueden distinguirse 3 estrategias
básicas: Desarrollo de comunidad (DC) y acción social (AS) —parte de la tipología de Rothman— y abogacía social. El desarrollo
de comunidad y la acción social intentan producir cambios globales y profundos; la abogacía social reformas más limitadas.•

Desarrollo de comunidad. Una vez reconocida la necesidad de cambio y transformación, DC y AS parten de asunciones distintas.
La primera asume recursos (económicos, humanos, políticos, liderazgo, etc.) ilimitados y se basa en el consenso y la cooperación
a través de la coordinación—y autodesarrollo— de la propia comunidad suplementado por ayuda técnica (psicológica o
tecnológica, por ejemplo) exterior.

- La Acción Social es una estrategia de conflicto y confrontación basada en las asunciones de recursos sociales limitados y
desigualmente distribuidos que conducen a conflictos y enfrentamientos entre grupos o clases sociales en distintas posiciones:
Unos hegemónicos y dominantes (minorías con frecuencia, pero no siempre) y otros desposeídos y marginados. La comunidad es,
pues, marcadamente heterogénea en términos culturales, de poder e intereses y las diferencias y conflictos, insalvables por
métodos conciliadores y de negociación (en los que los marginados carecerían, de todas formas, de fuerza y capacidad de
respaldo que avalase suposición).
La solidaridad, el poder y la coerción son los mecanismos psicosociales centrales y la organización y movilización de masas para
acceder a los recursos y el poder (local o más generalizado) y asegurar su justa distribución, los métodos básicos de actuación
(asambleas, manifestaciones, ocupaciones, interrupción de servicios vitales o del tráfico, huelgas, resistencia pasiva, acciones
políticas paralelas, desobediencia civil, etc)

8.7 Organización de la comunidad


La organización de la comunidad —u organización comunitaria— es la forma más reconocida y clásica de acción social.
Presupone la organización de las tendencias o esfuerzos de actuación iniciados desde abajo (la propia comunidad o grupo social)
a través de una acción, solidaria y coordinada, hacia objetivos compartidos de redistribución de poder y recursos sociales. Se
asume que la organización aporta eficiencia, directividad y durabilidad a esas tendencias espontáneas y autoinducidas que son el
ingrediente básico de partida de toda acción social.
Ecklein ha señalado a los años 60 como origen de la organización comunitaria (OC). En esos años, la OC se constituyó en
herramienta básica del trabajo social junto al trabajo de casos (case-work) yal trabajo con grupos y familias (debería añadirse aquí
el desarrollo comunitario), aunque, con el ascenso del conservadurismo y la recesión económica de los 70 ha descendido en
empuje e intuitividad, ganando, en cambio, en autoconsciencia. Destaca la autora 3 tradiciones o líneas de actuación de esa época
que han influido en el estatus y práctica actual de la OC (en Estados Unidos, se entiende):
a) Las agencias de prestación de servicios relacionadas con los grandes programas norteamericanos de la época como la "Guerra
contra la Pobreza".
b) Los movimientos sociales, como el de derechos civiles. Los temas u objetivos básicos de la OC serían para Ecklein:
2) Mejorar las condiciones sociales de la comunidad y grupos menos favorecidos.
3) Redistribuir el poder, el tema clásico de la acción social.
4) Fortalecer la participación e integración de la comunidad.
Los problemas pueden plantearse cuando hay discrepancias o conflicto entre los diversos objetivos. Por ejemplo, la promoción de
los intereses de los más desfavorecidos puede menoscabar la integración de la comunidad produciendo enfrentamientos con otros
grupos.

Señala también la autora que las acciones y objetivos de la OC oscilan entre dos orientaciones o polos en tensión: 1) Prestación
de servicios a los grupos necesitados; 2) acción social para mejorar la capacidad de acción de la comunidad. Cada orientación
tiene sus riesgos. La acción social puede ignorar las necesidades de las personas en nombre de las grandes palabras e ideales; la
prestación de servicios puede no afectar en absoluto las causas o condiciones sociales profundas que generan las demandas. Y
cada una desarrolla estrategias y "productos" distintos. La primera ("dar al que no tiene") crea servicios y promueve implícitamente
la profesionalización; la acción social intenta organizar a la gente para que ellos mismos consigan lo que necesitan.
Otro riesgo asociado es el de desplazamiento defines durante el proceso de OC derivado de la inercia e intereses que cada
estrategia genera. Si se comienza focalizándose en los servicios para cubrir necesidades "inaplazables" puede ser muy difícil
perseguir más adelante objetivos de acción y cambio social. Si, por el contrario, nos centramos en la organización del
asociacionismo para reivindicar reformas o cambios sociales dados, estas asociaciones pueden fácilmente desaparecer cuando
hayan conseguido sus objetivos. También se reconoce la tensión durante el proceso organizativo entre las metas a largo plazo y
las victorias inmediatas para conseguir un efecto de "arrastre", así como las limitaciones ligadas a la influencia sobre el organizador
de los apoyos, auspicios y financiación externos, de los propios fines y estructura interna de la organización para la que se trabaja
y del lugar concreto (comunidad, ciudad, etc.) en que se actúa.
Ecklein concluye con pesimismo que la gran mayoría de la organización comunitaria va dirigida a manifestaciones secundarias de
los problemas sociales y que, cualquiera que sea su retórica justificativa, la praxis va dirigida casi siempre a ajustes mínimos de la
maquinaria social, y no a sus mecanismos o engranajes centrales.

“Modelo problemático integrado” – Robirosa, Lapalma y otros –

Objetivo central: analizar los procesos q conducen a c/u d los elementos constitutivos d la problemática d gestión del Proyecto,
hasta identificar aquellos factores y/o procesos causales sobre los q existe alguna capacidad d intervención por parte d actores soc
concretos, del g d gestión o accesible a éste.

Para alcanzar ese objetivo, será necesario reconocer las interrelaciones q puedan existir entre los probl identificados y entre los
procesos q dan lugar a su existencia, reconstruyendo así el modelo integrado del sector d realidad en q se procura insertar el proy.

Al = tiempo importará identificar el conj d ptos y procesos críticos sobre los cuales deberá actuarse para desencadenar
modificaciones q tiendan a corregir o resolver los probl identificados. En otras palabras, se trata d establecer la estrategia gral del
proy.

Desarrollo conceptual
El enfoq d planif y gestión q asume esta metodolog propone insertar acc eficaces en el mundo real en el más breve plazo posible,
con el max d racionalidad posible en fc d los cambios q se desea lograr en él.
A tal efecto enfatiza la considerac d dicho sector d la realidad dsd el pto d vista d los procesos q lo modelan, ya q es en dichos
procesos y entre sus complejos fact causales q el actor q desencadena la gestión procurará insertar sus acc.

A los efectos del análisis, un probl puede ser interpretado como una brecha o distancia entre lo q se desea como salida o
result d un proceso.
Procurar una soluc es diseñar y encaminar los pasos necesarios para reducir o cerrar la brecha.

Para encarar las estrateg d resoluc d aquel conj d probl es necesario conocer los procesos y fact intervinientes q los producen y el
modo en q estos están relacionados. Así podrá entenderse q hayan generado esos result y no otros u, al hacerlo, se podrá
visualizar cuales son los ptos d esos procesos sobre los q será necesario planificar acc correctivas en pos d las salidas deseadas.
Es con este fin q la secuencia metodolog propone, en esta etapa, elaborar el modelo integrado d procesamiento d los probl más
significativos identificados.

En su forma más simple un proceso puede ser concebido como un modo d combinac en el tiempo d uno o más insumos o entradas
para producir una o + salidas o prod, con eventuales retroalimentac q dsd alguna salida controlan o refuerzan caract d las entradas
o d los modos d combinac.

Tanto las entradas como las salidas d los procesos pueden ser d muy distintas nat: material, energética (energía, dinero, trab) o
informática (info, conocim, normas, etc).
El modo d procesam puede o no requerir una infraestruct material, con caract particulares con determinada capacidad y modalidad
d procesamiento.
Cada entrada puede ser analizada como salida o prod d otro proceso anterior y así sucesivamente, dando lugar a cadenas o redes
d proceso causales, con diferentes niveles d complejidad.

Ante un complejo con d probl se debe analizar un conj d salidas no deseadas. Cada proceso es considerado como causante d una
o varias salidas y causado por salidas d uno o + procesos anteriores.

Lo q efectivamente sucede dentro d cada proceso puede ser tratado como una caja negra o bien, sólo si resulta necesario puede
ser analizado en detalle, abriendo la caja.
Es necesario q el análisis sea conducido hacia atrás hasta dar con proceso o insumos sobre los cuales pueden intervenir
directamente dicho s d la gestión u otros actores respecto d los cuales aquellos tengan alguna capacidad d acc.
Quedarán tmb en el camino otros procesos e insumos q el g considerará fuera del alcance d la capacidad d acc d sus agentes.

Aun si la tarea parte d varios probl q confronta la gestión del proy, entre sus fact causales se detectarán seguramente
procesos e insumos q son comunes a dos o + d ellos. Se tiende así a construir una red d procesos integrados. El result
representa la recontrucc teórica q el equipo a realizado del sector d la realidad q le interesa, es decir, su modelo integrado
d dicha realidad en particular.
La gestión planificada procurará atacar los puntos o procesos críticos sobre los cuales es necesario intervenir para comenzar a
modificar el conj d procesos conducentes a la salidas problemáticas.

Es lógico q, al efectuar dichos análisis d procesos indeseables, el g identifiq a la vez entradas, modos d procesam, salidas y/o
retroalimentac alternativas o faltantes q podrían significar la corrección deseada d aquellos procesos indeseables o contribuir a
ello, es decir, los procesos alternativos correctivos q sería deseable implementar. En consec los análisis efectuados en esta etapa
no sólo describirían la situac problemática actual, sino q prefigurarán la situac futura deseada x el equipo d gestión, con los nuevos
procesos q deberán estar operando para el adecuado funcionamiento del sist.

Las cadenas y redes d causalidades y condicionamientos identificados demuestran q gran parte d los probl listado al concluir el
diag no pueden ser directa o inmediatamente solucionados, sino q requerirán q se solucionen probl anteriores, en procesos d
cambio q suelen tener plazos más o menos largos.

Así será necesario atacar inicialmente un conj d probl críticos específicos sobre los cuales los act soc involucrados en la g estión
del proy tengan hoy la capacidad d acc directa o, al menos, cierta capacidad modeladora.

Aquellos ptos y procesos críticos identificados constituyen otros tantos frentes d ataq q deberá afrontar el proy, prefigurando así su
estrategia global.

Sobre los instrum y técnicas d apoyo


Se propone efectuar la tarea e tantos g como fuera necesario y prudente para asegurar su operatividad y una variedad apropiada d
ptos d vista. El listado d probl q se identificó en la 2da etapa como constitutivo d la problemática d gestión del proy, se desagregará
para su análisis en tantos sub-conj como g d trab existan.

La tarea consiste en mapear hacia atrás, dsd cada salida indeseable hacia los orígenes, las cadenas d procesos y sus
interrelac. Esto lleva a identificar los procesos críticos sobre los cuales las organizaciones involucradas en la gestión, pudieran o
debieran ejercer alguna acc, dirigida a modificar la salida.
Los procesos analizados deberán incluir insumos. Cada uno deberá ser incorporado al análisis en la medida q sea considerado
significativo en el procesamiento d las salidas q efectivamente se verifican. Es en este tipo d análisis dnd los componentes del
equipo aportarán nat sus perspectivas sectoriales, disciplinarias y pers diversificadas, produciendo así una articulac
transdisicplinaria y transectorial d conocim.

Importante tener presentes los obj d interv q fundan el proy y los probl a solucionar, para así poner límites al análisis q se realiza,
esto se adquiere con la práctica.

Para su registro se pueden hacer cuadros sinópticos con llaves, redes gráficas d cajas y flechas o flujogramas. Allí se vuelcan los
contenidos verbales del análisis.
Debido a su simplicidad formal, este lenguaje gráfico y verbal muy explícito resulta además d fácil comunicabilidad en relac con
otras pers e instancias q no hubieran participado en su elaborac.

Con este procedim se asegura la articulac temprana d conceptos y conocim provenientes d distintas prácticas y disciplinas.
Los miembros del equipo son los traductores d sus conceptos particulares disciplinarios al nuevo lenguaje común.
La reconstrucc realizada será en alguna medida trasdisciplinaria, transectorial y autocontrolada por la diversidad d perspectivas del
g, d modo d aproximarla lo más posible a la realidad estudiada.
Dicho análisis surge d la imbrincac e interrelac q todos los procesos observados tienen en el mundo real  Ello conduce a la
integrac d los análisis efectuados en un solo gráfico o modelo integrado del área problemática.

La graficac d este modelo integrado, en la q aparecen los procesos interconectados por elementos comunes, exigirá el trab d poner
algún orden en la complejidad d lo producido para facilitar su lectura y aumentar su comunicabilidad.

Pueden usarse otras técnicas d apoyo en sustitución o en forma complementaria d la anterior. Una técnica q facilita el inicio d la
tarea es una adaptac del “juego d los papelitos”. Se transcribe cada probl identificado a un papel o tarjeta. Las tarjetas son
distribuidas al azar entre los g q se hubieran constituido, con las instrucc d interrelacionarlas según criterios d secuencialidad o
causalidad. La distrib se complementa con llaves, recuadros y anotaciones en recuadros q clarifiquen o completen las relaciones.
Luego se comunica esto a los otros g.
Los análisis d procesos, buscan dar con fact o procesos causales sobre los cuales los organismos y act involucrados en la gestión
tienen alguna capacidad d acc, habrán probablemente demostrado el carácter crítico q determinados insumos y procesos tienen
con respecto d las salidas q se quiere modelar. Ello equivale a haber establecido los frentes d ataq q habrá d plantear el proy, es
decir, su estrategia global. Es útil q estos puntos y procesos críticos q serán atacados queden bien identificados en el modelo
problemático integrado y listados x separado, con algún eventual reagrupamiento en términos d componentes o subprogramas del
proy.

“Todos con la esperanza” – E. Sánchez –


Cap 2: La definición de participación
Participación es un vocablo popular.
Toda participac es por definición social

Definiciones de investigación
El interés por la participación se ha incrementado de manera significativa en las últimas décadas. Particularmente Edelston, Harold
y Kolodner ubican este crecimiento a partir de los 60, aunque se ha empleado con diferentes connotaciones. De hecho, la revisión
de diferentes estudios sobre participación, realizada por estos autores, reveló que se puede calificar como tal: a) la emisión de
opiniones a encuestadores que pretenden conocer las percepciones de la gente sobre sus necesidades, aunque no tengan
injerencia en los programas y soluciones desarrolladas por los planificadores para satisfacerlas; b) el conocimiento y derecho de
los usuarios a aprobar o no las opciones presentadas por los expertos, aun cuando las objeciones no impliquen la reformulación
total de la alternativa cuestionada y c) la aceptación de proyectos urbanos por parte de los planificadores bajo condiciones de
presión de los líderes de un grupo o comunidad, en cuyo caso la solución más que expresar las necesidades de los usuarios
mediante un proceso de coparticipación, es el resultado de la intimidación ejercida por un colectivo o por sus dirigentes.
Stringer, quien destaca el auge de la participación en los 70, llama la atención sobre el aumento de involucramiento ciudadano, el
cual ha ido creciendo en la medida que los planificadores y administradores tienen más capacidad de decisión, cosa que coincide
con el planteamiento hecho antes respecto a un aumento de la conciencia de los ciudadanos sobre su papel como sujetos de
desarrollo social. Stringer, y refiriéndose a las décadas de los 60 y de los 70, reconoce, sin embargo, que la participación ha sido
más una respuesta ciudadana en el campo de la planificación urbana que en otras áreas como la salud o la educación.
Con relación a esto, Wandersman señala que en el debate entre:
a) la “posición del experto”, es decir que en virtud de su entrenamiento los profesionales son los que tienen la competencia para
diseñar ambientes que se ajusten a las necesidades de los usuarios y
b) la posición de la participación, que es la forma mediante la cual los usuarios pueden asegurarse que sus necesidades y valores
si sean tomados en cuenta en la planificación, la segunda ha ganado más adeptos, precisamente porque es un método para
eliminar los problemas de la planificación deficiente.

Con relación a la definición propiamente, Stringer interpreta tres versiones conocidas sobre la participación con base en la teoría
de los constructos personales de Kelly: “tener parte de” algo que pertenece a un grupo, “tomar parte en” algo con otros y “ser
parte de” algo, es decir, involucrarse en lo esencial de esto, con lo cual se tiene y se toma parte. Visto como constructos en el
campo del diseño, que es el área donde se ubica el autor, la acepción de compartir algo ya diseñado implica la aceptación de los
constructos de los diseñadores, con lo cual se impone una visión particular del diseño, desconociéndose la de los usuarios. Al
“tomar parte” por otro lado, pude ocurrir que el usuario ajuste su sistema de constructos al del diseñador o bien le imponga el suyo,
en cuyo caso niega la concepción de éste, resultando así un producto unilateral. En la aceptación “ser parte de”, por el contrario,
se requiere que los sistemas de constructos de ambos sean parte integral del proceso de diseño, lo que exige, a fin de garantizar
congruencia entre los constructos del público y del plan, una relación de comunicación que garantice la influencia mutua entre los
constructos de uno y de otros.
Esta última versión es lo que Stringer ha denominada el diseño participativo, en el que los constructos personales de diseñadores y
usuarios son moldeados en la relación interpersonal que se desarrolla entre ambos durante el diseño del proyecto en que se
trabaja. Es una relación de interacción en la que usuario y planificador confrontan sus puntos de vistas, aprenden sus lenguajes y
la validez de sus posiciones. Es también, como dice Lawrence, una relación de interacción educativa pues, tanto uno como el otro,
aprenden y enseñan conocimientos y destrezas que benefician el diseño.
Fuera del diseño o de la planificación urbana, reconociendo el carácter interactivo de la participación, se prefiere hablar de
cooperación entre profesionales y comunidad para la formulación y puesta en práctica de programas sociales o de proceso para
alcanzar acuerdos entre decisores gubernamentales e individuos para la elaboración u ejecución conjunta de políticas. No
obstante, algunos autores como Gow y Van Sant, enfatizan la autonomía que la comunidad debe mantener respecto del agente
gubernamental para poder hacer sus escogencias o proponer alternativas en función de sus propias necesidades.

Wandersman, Florin, y otros utilizan específicamente el término influir para calificar esa acción de los sujetos en el contexto
comunitario, pero otros también la emplean para referirse a niveles macrosociales. Así, para Castells la participación constituye
un proceso social mediante el cual el sistema es influido por diversos sectores sociales o, como señala Velásquez (1986b), la
participación es un proceso social en el que distintas agrupaciones sociales intervienen directa o indirectamente en el desarrollo de
la sociedad.
Otro elemento que se destaca en la definición de participación es que la influencia ejercida por los participantes puede variar tanto
en los diferentes momentos de un proyecto como en el tipo de actividad que se lleve a cabo.

Del mismo modo Zimmerman y Rappaport se refieren a la participación como el involucramiento en actividades organizadas que
pueden ser desde firmar una petición hasta votar para lograr un bien común. Una posición similar se encuentra en la investigación
de Chavis y Wandersman en la que describieron la participación con indicadores como asistencia a reuniones, pertenencia a un
grupo de trabajo, posición de liderazgo, entre otros.
Tal influencia no ocurre como una acción caótica o sin un fin determinado, aunque este último cambie en el tiempo. De hecho la
participación requiere de un grupo organizado que concuerde en la naturaleza del problema a solucionar y en la clase de
solución que se aplicará o en objetivos que hace suyos y por los cuales despliega el esfuerzo participativo.

En general, se concibe que la participación tiene como fin influir, pero influir en los procesos de toma de decisiones que de
alguna manera se vinculan con los intereses de los participantes. Por esto, autores como Barriga, afirman que participar: Es
intervenir en la toma de decisiones tendentes a planificar, gestionar y controlar el uso de los recursos.
O Wandersman, a saber: [participación es] el proceso mediante el cual los individuos toman parte [o yo diría son parte, en el
lenguaje de Stringer] en la toma de decisiones de instituciones, programas y ambientes que los afectan.
De acuerdo con esta última definición la participación puede darse en cualquier campo, laboral, educativo, de salud, tanto en
referencia a un agente externo como dentro de una misma organización o comunidad. En cualquier caso, la finalidad es la misma:
actuar para garantizar congruencia entre decisiones y necesidades.

Participación comunitaria y otras modalidades de participación


Como el objetivo de este trabajo es la PC, es necesario diferenciar ahora entre este tipo de participación, participación ciudadana y
participación política, por cuanto muchas veces los tres son empleados, especialmente la PC y la ciudadana, como sinónimos.
Cunill, basándose principalmente en el criterio de involucramiento ciudadano en los asuntos públicos, diferencia los tres conceptos
de la siguiente manera. En la participación ciudadana el involucramiento de los individuos conduce a la creación de otras formas
de relación con el estado, lo cual, según la autora, no ocurre en la participación política ni en la comunitaria. O sea, en la
participación política ciertamente hay injerencia en las cuestiones públicas, pero ésta ocurre a través de órganos de intermediación
como los partidos políticos cuyo comportamiento no favorece tales formas alternativas de relación, ni representan muchas veces
los intereses de la sociedad civil que se expresan en la participación ciudadana. En el caso de la PC la relación con el estado es
sólo de carácter asistencial, es decir, se refiere a las gestiones de la comunidad para obtener recursos que solucionen problemas
de su vida diaria.
La diferenciación anterior no encaja en lo que son hoy los nuevos modos de participación política y PC, tal como a continuación se
expondrá. Más bien hace referencia a formas tradicionales o convencionales de estas dos modalidades de participación, en las
cuales la actuación del ciudadano se ajusta más a lo expresado por la autora.
En este sentido, y con relación a la definición de participación política, Sabucedo plantea que ésta ha cambiado de la referencia a
conductas políticas tradicionales como votar, a la inclusión de acciones ciudadanas que tienen efecto directo en lo público. De
hecho en este sentido amplio podríamos definir la participación política como cualquier tipo de actividad realizada por un individuo
o grupo con la finalidad de incidir en una u otra medida en los asuntos públicos.
Definida así la participación política, es evidente que dentro de ella tienen cabida desde aquellas conductas más convencionales y
demandadas por el sistema como el voto, etc., hasta aquellas otras que podrían ser calificadas como ilegales, violentas, etc.
Más recientemente Valencia, utilizando la expresión participación política no institucional para referirse a la participación política no
convencional, la define como: conjunto de comportamientos dirigidos a influir en las decisiones políticas del poder establecido que
utilizan cauces no institucionales.
Se observa, entonces, que la participación política, al menos para estos autores, y al contrario de lo afirmado por Cunill, sí alude
también a acciones de influencia de los individuos en las decisiones de carácter público. Sin embargo, otros autores, como
Montero, D’Adamo y García Beaudoux, prefieren emplear en su lugar el término acción política, para indicar este papel activo del
ciudadano.
El significado de PC también ha variado. La participación de la comunidad a la que se refiere anteriormente Cunill, es decir, como
ejecutora de actividades impulsadas desde las instancias gubernamentales, es la participación que en los 60 y parte de los 70 se
puso en práctica en programas de desarrollo de la comunidad, con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de los residentes,
por ejemplo las viviendas o los servicios básicos del vecindario. La PC de hoy sigue interesada en la obtención de esa clase de
beneficios, pero también en una relación con el estado en la que la comunidad ejerza influencia en la concepción y puesta en
práctica de las soluciones.

Entonces, dentro de esta línea de razonamiento, también la PC puede constituir una estrategia de influencia en las decisiones
políticas y de generación de otras alternas, aunque es evidente que la escala es más reducida que en la participación ciudadana.
De acuerdo a estas definiciones hay que admitir, pues, que las tres formas de participación son participación política, en la medida
que se entienda lo político, de acuerdo con Ibáñez e Iñiguez (1988), como relacionado con la manera como se concibe la sociedad,
los seres sociales y las relaciones entre ellos, en otras palabras, con los valores que se formulen y con los procedimientos que se
adopten para su aceptación. En el caso de la PC, sin embargo, luce como diferenciador de las otras dos clases de participación,
además del alcance de la acción de la comunidad comentado antes, la explicitación de la influencia pública que se ejerce. Mientras
que en las proposiciones anteriores sobre participación ciudadana y participación política, se expresa una intención definida de
intervención en lo público. Por lo tanto, parecieran sobreponerse los significados de estas dos modalidades de participación, en la
PC es la finalidad reivindicativa, y no el propósito anterior, la que generalmente la inicia. Sin embargo, este objetivo político surge
en la medida que evoluciona el proyecto de participación como resultado de la definición que la comunidad hace de sus
necesidades, y del derecho que ésta ejerce para optar a soluciones de sus problemas distintas a las tradicionalmente ofrecidas por
el estado.

Definiciones de participantes
La participación es más que realizar actividades para el mejoramiento de las condiciones de vida. Es un espacio dinámico que
evoluciona (“Eso es al principio... pero después tú quieres también luchar...”) que provee a los participantes la oportunidad para
influir en las respuestas que el estado da a sus problemas.
Es también un proceso educativo no formal, que se desarrolla en las relaciones interpersonales establecidas durante la
participación.

La participación es una empresa de varios, en la que se destaca la cohesión existente entre los miembros del grupo. Se valora
esta unión por la fortaleza que se percibe al crearse una estructura de vínculos y porque provee estímulos para motivar al trabajo
participativo.
La participación es inclusiva. Requiere del involucramiento de todos los integrantes del grupo, independientemente del género o la
edad.

La participación ocurre como una decisión voluntaria de las personas, que se adoptan en función de la calificación que el
participante le atribuye al proyecto respectivo, pero también por el sentimiento de incomodidad que le genera la no-participación.

La eficacia de la participación está en función, además de la unión de la comunidad, de su organización, en la que se distingue el
papel que desempeñan los líderes del grupo.
La participación se mueve hacia el logro de metas que se comparten, lo que a su vez está relacionado con el carácter organizado y
de cohesión de la participación. Pero, además, se reconoce que requiere la inversión de esfuerzos personales.

Pero el esfuerzo participativo no consiste en una actividad en particular, sino que se distribuye en acciones diversas que se ven
como tareas participativas orientadas al logro de las metas.

Si “que cada cosa pertenece a todos” se entiende como compartir elementos positivos y negativos de una experiencia, entonces la
participación genera solidaridad no sólo hacia las dificultades básicas que el grupo enfrenta, sino también hacia aquellas otras que
puedan derivarse de las primeras o que simplemente surgen durante la convivencia de la comunidad.

Esta frase refuerza aun más y con mayor precisión, la relación entre participación y solidaridad.

Hacia “una idea” de participación y de participación comunitaria


En este caso se trata de una idea de participación, que tiene la ventaja de sugerir que el concepto está en elaboración, por lo tanto
abierto a cambios y nuevas formulaciones.
Cuando se comparan las definiciones de los investigadores con las de los participantes, se encuentran similitudes y
diferencias. Así, se coincide en que la participación no es un estado estable, sino un proceso constituido en varios momentos,
durante los cuales los sujetos involucrados se forman y forman a otros en el manejo de conocimientos y destrezas que dependen
de la naturaleza de la experiencia participativa. También se está de acuerdo en que la participación tiene fines que la orientan, esto
es, el logro de metas sobre las cuales el grupo establece acuerdos sobre la base de la importancia que tienen para satisfacer
intereses vitales; me refiero a intereses que por su importancia movilizan a sus miembros a la realización de acciones que
requieren permanencia en el tiempo y diversidad en su contenido.
Además, dada la tensión existente entre las necesidades y valores de los ciudadanos y el control de los recursos para su
satisfacción por parte del estado, que aplica su propia valoración para resolver aquéllas, por medio de la participación los
ciudadanos aspiran influir en la toma de decisiones. Por esto mismo y por el carácter grupal de los objetivos que se persiguen, la
participación no puede ser un proceso individual sino colectivo, organizado de cierta manera.
La participación también, y esto es un elemento que señala sólo los participantes, es un acto voluntario, lo cual posiblemente
expresa la toma de conciencia de los sujetos acerca del valor de las acciones participativa, por tanto de la necesidad de
solidarizarse con sus pares. No obstante, se aspira que tal discernimiento se generalice de modo que todos los miembros del
grupo se involucren. En este sentido, la participación es, adicionalmente, un proceso inclusivo.
Afirmar que la participación no es una entidad estable, sino un proceso, implica reconocer su variabilidad en función de los
componentes que caracterizan el contexto y momento en que ocurre. Dicho de otro modo, el proceso de participación se construye
en función de la interacción que se establece entre las características del grupo que participa (su experiencia en participación, su
nivel y forma de organización, su liderazgo, los recursos con que cuenta para enfrentar la solución del problema que lo moviliza), la
naturaleza del proyecto en que se involucra (modificación de un sistema de representación en organismos deliberantes del estado,
injerencia en la formulación de una política de seguridad social, autoconstrucción de viviendas, remodelación de un barrio, gestión
de servicios de salud o de educación, etc.), el acceso a y control de los recursos necesarios y las condiciones políticas del
ambiente hacia la participación.
En esta relación son los propios participantes quienes, en interacción permanente entre sí y con las otras partes constituyentes del
proceso, van construyendo lo que es la participación. El significado de participación que se desarrolla y que está en concordancia
con las acciones que se realizan, estará marcado, en consecuencia, por la calidad de la experiencia participativa y por ende será
diferente de una experiencia a otra. La participación no es, entonces, “algo” de carácter universal, sino una construcción social,
múltiple, sujeta a valores y circunstancias contextuales que surgen en un determinado momento.
El carácter construido de la participación me conduce a otra precisión. Dije antes que con la participación se pretende intervenir en
decisiones que son relevantes al colectivo, pero esto no significa que la participación es una cuestión de “todo o nada”, es decir,
que es posible diferenciar con claridad cuándo y cuánto una actividad o acción determinada influye o no en los procesos de
decisiones. Es el mismo desarrollo del proceso el que va determinando el peso particular que una contribución tiene para tales
decisiones. Dentro de este razonamiento, puede ser tan importante la sola asistencia del vecino a la reunión de su barrio,
alfabetizar a otros para que por sí mismos accedan a la información escrita que circula en su comunidad relacionada con el
problema que se enfrenta o proveer ideas de cómo ser más eficiente para el logro de los objetivos acordados. Por otro lado, la
experiencia revela que no todo proceso de participación se inicia con un máximo de influencia de los participantes en la toma de
decisiones, sino más bien que gradualmente, dependiendo de la eficacia de aquéllos, van ganando control sobre las decisiones.

En resumen, la PC es también un proceso que conduce a intervenir en las decisiones públicas, aun cuando éste no sea el fin que
inicialmente movilice a la comunidad. Se podría decir que el motivo original que acciona a la comunidad es la solución de un
problema concreto, un fin reinvindicativo, pero es precisamente a través del proceso de reflexión estimulado por la participación de
la comunidad redefine sus necesidades iniciales y las formas de satisfacción. Estas nuevas construcciones que están matizadas
por la especificidad de sus valores, no corresponden a la concepción general, en serie, que el estado imprime a sus políticas y
programas. De allí que, en relación con las agencias decisoras, la comunidad debe gestionar los cambios necesarios para
aquéllos. Así, la participación ofrece la oportunidad para que lo alterno de su visión pueda realizarse

Concepto de toma de decisiones es entendido como el proceso mediante el cual se escogen alternativas deseables para
enfrentar una situación o resolver un problema. Esto implica identificar lo que necesita hacerse, desarrollar criterios para formular
cursos de acción, evaluar las alternativas existentes respecto a esos criterios e identificar los riesgos que se toman al seleccionar
algunas de ellas.
De acuerdo con esta definición de toma de decisiones, la participación representa entonces un cuestionamiento a los agentes
decisores, bien sea porque las opciones que ofrecen no cumplen los requisitos que la comunidad define o bien porque desconfían
desde un inicio en su competencia para tomar en cuenta los valores del grupo al momento de la elección de la decisión.
La participación aparece además muy relacionada con el concepto de fortalecimiento (empowerment), con el cual algunas veces
se confunde.
Rappaport, quien propone el término como eje de la psicología comunitaria, lo define como:
El mecanismo por medio del cual la gente, las organizaciones y comunidades obtienen dominio de sus propias vidas.
La definición sugiere el carácter multinivel del concepto, es decir, que es aplicable tanto a individuos, organizaciones o grupos.
Pero, de acuerdo a Kieffer, también tiene expresión en diversos planos de la relación social.
En este sentido, el fortalecimiento no se refiere sólo a la adquisición de nuevas habilidades, sino también a la reconstrucción del
sistema personal o grupal de las relaciones sociales. Prestby, Wandersman, y otros se refieren a este aspecto como el carácter
multidimensional del concepto, es decir, su utilidad para lo intrapersonal, lo social y lo político.
No obstante, el concepto ha sido cuestionado en dos aspectos. En primer lugar, respecto a lo que realmente produce y, en
segundo lugar, respecto a su orientación competitiva.
Con respecto al primer aspecto, Kieffer afirma que el fortalecimiento no produce necesariamente control, sino el sentimiento de ser
más competente, más eficiente para participar en los procesos de toma de decisiones, pero este sentimiento de eficacia puede
producir la ilusión de que se controlan los recursos o, como lo llama Serrano García, “la ilusión del fortalecimiento”.
Con respecto a la segunda cuestión, Rigger también plantea que a pesar de la referencia de Rappaport a lo grupal en su
definición, la mayoría de los estudios de fortalecimiento han enfatizado el nivel individual del concepto. En este sentido lo que se
acentúa es la potenciación del individuo para acceder al control de recursos; el dominio individual, en contraposición a la
cooperación.
Desde esta perspectiva el concepto de fortalecimiento es diferente al de participación y al de PC. Primero, la participación se
contrapone a la orientación individualitaria y aun cuando el fortalecimiento se re-oriente hacia lo grupal, es decir, a potenciar o
fortalecer la interdependencia, con lo cual la segunda crítica pierde vigencia, la participación constituye el espacio de acción o el
medio en el que se desarrolla el fortalecimiento. Sin embargo, aclaro que aunque pareciera que se está postulando una relación
causal de la participación hacia el fortalecimiento, lo que intento señalar es que son dos procesos diferentes, no vinculados
unidireccionalmente, sino más bien en una relación de doble sentido, tal como lo afirman Chavis y Wandersman.

Cap 5: Teorías, esquemas y modelos de la participación


Teoría de la privac relativa
Se refiere a la percepción d diferencias entre las expectativas q se tienen acerca d las condic d vida y los result q se logran.
Esta idea d privac, es decir, el estudio d las situac q generan disconformidad y la teo asume como no nat y modificables, es el
elemento central q une a sus diferentes representantes. Para esta teo la fuente d los mov soc se ubica en la relac q se produce
entre las condic d desigualdad soc y el descontento q se engendra en los indiv, por la insatisfacc d sus expectativas respecto a
condic q estiman legítimas. Es clave, la identific d los fact productores d los confl, q la acc colectiva pretende modificar.
La no-satisfacc d lo q se espera, sin embargo, no está necesariamente asociada a estados d poco desarrollo ec o soc, ya q el
mejoramiento d las condic soc en un grupo puede estimular en este mayores expectativas difíciles d ser atendidas por el conj soc.
 La base d la participac radica en el sentim d frustrac d los indiv por falta d coincidencia entre expectativas y logros, d modo q se
asume q aquella aumentará en la media en q la distancia entre ambas se haga mayor.

Varios autores hablan d las limitaciones d esta teo:


- Kerbo: el descontento es un concepto difícil d manejar por la dificultad para identificar las condic particulares q lo generan. Sobre
todo porq su percepc varía d cult a cult, incluso dentro d una misma cult. Además, como entendemos la participac q se observa en
condic d poco descontento?.
- Salamanca: la teo olvida otras condiciones importantes para la motivac d la participac, como la evoluc d cotos y beneficios del
proy participativo, realizada por el participante antes d decidir su involucración. En otras palabras, considerar la participac
únicamente como rta a la frustrac es negar q aquella tmb es un proceso racional en el q ocurren reflexiones, análisis y evoluc d
condiciones.

Teoría de la movilizac d recursos


Nace en los ´70 como rechazo a las explicac anterior. Considera q las condic d insatisfacc soc son inherentes, tanto a soc en las q
se originan modos d acc colectiva, como en las q no se producen. Por esto, el entendimiento d la aprticipac debe buscar, no en las
situac q producen privación, sino en las condic q posibilitan la obtenc d rr y q facilitan el proceso d participac, y en el apoyo q
puedan darle las organizac existentes en la soc. es decir, la movilizac ciudadana depende d la habilidad d la dirigencia d un mov
soc para acceder en diversas instancias d la soc a rr materiales como el apoyo ec, a rr psic como la motivac d un potencial d
participac y a la cooperac d organizaciones soc q integren a los participantes y canalicen los rr obtenidos.

Tmb enfatiza q la particip depende d los beneficios y costos q se producen en la acc colectiva. D particular importancia son los
costos y beneficios selectivos, q son aquellos q afectan la participac cdo inciden en las necesidades pers d los indiv. En este
sentido, según esta teo, no se producirá nunca mucha involucrac ciudadana cdo el intento d movilizac se dirija hacia la
consecución d metas q son para el bien del público, debido a q la participac individual no se percibirá necesaria para la obt enc d
los logros q benefician x = a quienes participan y a quienes no lo hacen.

Críticas a esta teo: se le cuestiona por ej su negac a la influencia d las condic d privac para generar cierta clase d mov d participac
y en consec, la descalif q hace d la teo d la privac relativa.
Tmb se le critica la poca atenc q presta a la interacc q se produce entre los indiv q se movilizan, con lo cual descuida la influencia q
las interacc soc pueden jugar en la definic d los probl o metas d la movilizac y en las variaciones q ocurren d la percepción d los
costos y beneficios d la participac.
Salamanca observa q la teo separa lo q es el mov participativo d la org, no tomando en cta la relac d mutua influencia q existe
entre ellos y q modela la forma q ambos adquieren. Además ñ ateo reduce la participac a una situac d oferta y demanda,
quitándole importancia a otros agentes motivadores d la participac como la solidaridad y el compromiso o desconoce la relevancia
los beneficios colectivos para la participac.

Expansión de la teo d la movilizac d recursos


Klandersman modifica la teo anterior apoyándose en la teo de expectativa-valor, la cual explica la cond a partir d 2 componentes
ppales: las expectativas d obtener unos determinados resultados y el valor q se le asigna. En este sentido, una acc está motivada
a realizarse sólo si se cree q el result esperado obtendrá con el esfuerzo personal y si dicho result es valorado como muy
favorable.
Hay un énfasis en la motivac, se parte del ppo según el cual la aprticipac tiene como finalidad la obtenc d metas colectivas q
requieren d la participac d cada miembro del mov soc, con lo q se reconoce la importancia d la solidaridad en la participac. La
intenc d participac dependerá de valor q se le de a la meta colectiva, de su utilidad para lograr los cambios deseados. El valor
instrumental d una meta para producir un cambio deseado requiere, q el o los participantes estén familiarizados con la meta del
colectivo, lo cual queda garantizado por la participac d los miembros en su definic.
Reconoce la importancia para la aprticipac d los beneficios y costos soc y selectivos, pero dado el carácter colectivo d la participac
destaca como más importante los beneficios y costos colectivos.
Con relac a la expectativa d q por medio d la participac de obtendrá la meta, la divide en 3 g: la expectativa q se tiene sobre el nro
d participantes q se involucrarán; sobre la probabilidad d éxito y sobre el valor o importancia d la contrib personal para el logro d la
meta. Las combinac d estas expectativas con el valor de la meta determina la intenc d participar.
Estas ideas resuelven algunos límites d la teo anterior: reconocim del papel d la interacc entre los participantes y d la influencia d
los benef y costos colectivos, entre otros
Pero no aclara la relac entre participac e insatisfacc d necesidades y la relac entre organizac y participac.

Esquemas y modelos
Ambos se refieren a un tipo d participac más restringido, como la PC. Algunos d ellos constituyen explicaciones d la continuidad d
la participac, aspectos q no es mencionado en las teo antes descritas.

Esquema para la participac comunitaria de Wandersman: la explicac d la PC se estructura en fc d una red conceptual en tres g d
condic q se influyen mutuamente:
1. Los antecedentes para la aprticipac q comprenden: a) las caract amb d la comunidad; b)caract ecológicas q consiste en las
geográficas; c) las caract soc constituidas por la composición d la poblac d la comunidad, la existencia d redes soc y normas d
funcionamiento. Tmb se incluyen caract indiv d los miembros d la comunidad como demográficas. Estas caract pueden actuar
como indicadores d la aprticipac y como moderadores del tipo d efectos q la participac produce.
2. Los parámetros d participac q incluyen aspectos como el entorno en q ocurre la participac, la escala o tamaño d la organizac
comunitaria, la etapa en la q se haya el proy d participac, las caract d la organizac comunitaria, el tipo d participante, el tipo d
participac o grado y clase d participac en el proy y las técnicas o procedim empleados para promover la participac.
3. Los efectos de la participac q pueden ser individuales, organizacionales y comunitarios.

La participac d loa efectos actúan como mediadores entre los parámetros y los efectos. Pero esto requiere mayor eleborac.

Modelo para la aprticipac comunitaria de Chavis y Wandersman: comprende algunos elementos del anterior, pero enfatizan la
influencia d la percepción del participante y del sentido d comunidad en la participac.

Modelos de Kaufman y Poulin para la participación comunitaria: proponen q la participac d los miembros d una comunidad es
resultante de: a) la accesibilidad o ausencia d restricciones para participar debido a fact d edad, género o estatus socioec; b) el
deseo de participar o grado d interés q se le asigna a la activ participativa, influido x la importancia q se le atribuye al probl q se
enfrenta y la etapa vital del participante en cto a su configurac fliar; c) el conocim q hay sobre las oportunidades d participac
existentes en el proy, lo q se traduce en el novel d cc q se tienen sobre tales oportunidades y la estimac q se hace sobre la
efectividad del prog d trab y d la acc participativa q se desarrollaría en él para lograr las metas. Este modelo es adecuado para
poblac heterogéneas d nivel socioec medio.

Modelo s d Poulin y Kaufman: para comunidades más homogéneas y d escasos recursos socioec proponen un modelo semejante
al anterior, pero colocando la explicac central d la aprticipac en el conocim q los participantes tienen sobre las activ existentes y no
tanto sobre su eficacia.

Esquema para la continuidad de la participac comunitaria d Prestby y Wandersman: formulada explícitamente como un esquema
de explicac basado en las teorizac desarrolladas sobre el funcionamiento organizacional.
La continuidad d la PC es un proceso compuesto d tres fases: un d entrada, una d procesam y una d salida. En la 1ra fase la
operac básica consiste en adquirir recursos para la org d la comunidad, los cuales representan el material d base para el inicio de
la participac. La 2da fase, q es la d transformac d los recursos adquiridos, se divide en un subsistema d mantenimiento
responsable del control d la organizac comunitaria, de desarrollar el nivel de compromiso d los miembros d la comunidad y d
movilizar los recursos existentes, y d un subsistema d prod encargado d la creac d estrategias d acc y d activ int d mantenimiento
del g. la 3ra fase tiene q ver con el prod q se logra, con la obtención d las metas.
Las 3 fases están ligadas entre si.

Esquema para la continuidad d la participac comunitaria d Florin, Chavis, Wandersman y Rich: es similar a la anterior pero más
específica en cto a los elementos q componen cada secc del esquema conceptual y en la dinámica q se origina en el mismo.
Para la continuidad d la participac es necesario q los recursos d los miembros d la comunidad y los q se obtienen en el ext sean
organizados en estruct y fcs. El tipo d organizac y vínculos q se establezcan entre ellas, generará un clima organizacional q influirá
en el grado en q los recursos sean movilizados, es decir, el grado en q los miembros estén satisfechos, comprometidos con la
organizac y dediquen tiempo y energía a la aprticipac. La medida de la movilizac d los recursos en la comunidad, determinará su
capacidad para mantener activa y desarrollar con éxito proyectos q impacten al amb.
La retroalimentac int q ocurre en el esquema indica el grado en q la cantidad y calidad d la participac q se desarrolla en la
comunidad, puede afectar a su vez los elementos d la organizac. Así, la cant d participac puede influir sobre las estrcut y fcs
organizacionales propiciando la eliminac o creac d equipos d trabajo o a formalizac d fcs d planificac o d toma d decisiones. La
calidad d la particpac, x su parte, puede afectar las actitudes d los miembros d la comunidad hacia la participac y sus destrezas en
áreas claves como el liderazgo.
La retroalimentac q proviene del ext indica como la comunidad en su gestión participativa ha modificado el amb ext y como es
influida por éste.
 La comunidad tendrá dificultades para mantenerse activa si fracasa en: obtener y movilizar los recursos obtenidos, desarrollar
una estruct organizacional con fcs q le permitan lograr con efectividad ciertas metas y acceder a más recursos y crear en la
organizac un ambo clima d apoyo.

Comentarios
 Respecto a la teo: con respecto a la teo d la privac relativa y la TMR, tiene razón Kerbo, al considerar q las 2 teo se
complementan para explicar los mov d participac q se dan en contextos soc diferentes: la 1ra, cdo las condic d privac actúan como
instigadores d la acc y la 2da cdo la participac se da en soc en las q sus determinantes se ubican en razones d tipo moral y en el
apoyo a redes d organizac d la soc civil.
Una sola teo no es suficiente, peor tampoco 2. Es indispensable incorporar la elborac de Klandersman, por cuanto enfatiza la
dimensión psic d la participac.
Con respecto a esquemas y modelos:
a) Proposiciones sobre inicio y continuidad d la aprticipac son indispensables, pero se necesitan formulac q relacionen ambas
etapas.
b) Varían en su grado d cobertura d las condiciones relacionadas con la participac, dsd propuestas muy inclusivas como la de
Wandersman hasta las muy restringidas como la de Kaufman y Poulin, no encontrándose en la mayoría de ellas, vinculac
entre las proposiciones. Se deben formular modelos más integradores y reducir la proliferac d elaboraciones parciales.
c) Al comparar esquemas y modelos con las teo se observa en aquellos la inclusión d relac conceptuales presentes en éstas.
d) Tmb los esquemas sobre la continuidad d la participac incorporan los conceptos d recursos, organizac e interacción con
otros participantes, presentes en la TMR y en la expansión q hace Klandersman.

Sin embargo, ninguno d los modelos o esquemas hace referencia a conexiones con la teo en cuestión. Es necesario llevar a cabo
tal análisis.
 Se han orientado principalmente hacia el temas del inicio d la participac.
 Se fundamentan en el mismo modelo d ciencia
Esto es una postulac objetivista de la participac q se orienta hacia la mediac d variables aisladas del conj mayor q constituye la
experiencia participativa y del contexto en q ésta se desarrolla; en la separac del participante d las decisiones del proceso d
investigac y en una exclusión d las comprensiones q los propios participantes hacen d la aprticipac.
Se deduce en consec, q la futura investigac y teorizac d la participac comunit debe prestar mayor atenc a la cuestión d su
continuidad.
Este abordaje debe contar con el involucramiento de los participantes en la definic d los pasos fundamentales d la investigac e
interesarse en las interpretac q aquellos hacen d su experiencia.

“Conformidad y obediencia” - Levine y Pavelchak –


Existe conformidad cuando un individuo modifica su comportamiento o actitud a fin de armonizarlos con el comportamiento o actitud
de un grupo.
Existe obediencia cuando un individuo modifica su comportamiento a fin de someterse a las órdenes directas de una autoridad
legítima.

Si bien la conformidad y la obediencia son dos formas de influencia social, difieren de manera importante en varios aspectos.
1. Antes que nada, la presión a conformarse es ejercida de manera típica por pares que disfrutan del mismo status que el
sujeto, mientras que la presión a obedecer es ejercida por una autoridad de elevado status.
2. Además, la obediencia presupone que la autoridad desee ejercer una influencia y vigile la sumisión del subordinado a sus
órdenes. Por el contrario, la conformidad puede producirse sin que el grupo desee ejercer una influencia o vigilar al individuo, basta con
que la persona conozca su posición del grupo y desee estar de acuerdo con ella.
3. Una tercera diferencia entre la conformidad y la obediencia es que los individuos que se conforman tienen un
comportamiento similar al de la fuente de influencia, mientras que los individuos que obedecen generalmente tienen un
comportamiento diferente al de la fuente de influencia.

La conformidad
Una persona modifica su posición en dirección de la posición de un grupo. Una persona ha sido influenciada por un grupo si esta
persona al principio estaba en desacuerdo con el grupo y después cambió para ir hacia él. Por el contrario, si sabemos que un
individuo está de acuerdo actualmente con el grupo, no tendremos la convicción de que su acuerdo sea el resultado de la influencia del
grupo.
Una d las ppales razones q los lleva a definir la conformidad en fc del mov es q nos permite diferenciar la influencia d g d la uniformidad
del comportamiento, q implica un acuerdo indep en ausencia d presión percibida del g.

Conformidad está relacionada con acuerdo prov y público:


* Por acuerdo público (o sumisión) entendemos el cambio manifiesto de comportamiento del individuo en dirección de la posición
del grupo.
* Por acuerdo privado (o aceptación) entendemos el cambio de actitud latente del individuo en dirección de la posición del grupo.

La distinción entre acuerdo público y acuerdo privado es de importancia porque tiene consecuencias en el comportamiento de una
persona, una vez eliminada la presión del grupo. Consideremos primero el caso de un individuo que se conforma a nivel público, pero
sigue estando en desacuerdo a nivel privado. Ya que no ha aceptado la posición del grupo en su fuero interno, no podemos esperar
que suscriba esta posición, suponiendo que ya no exista presión del grupo. Por el contrario, consideremos el caso de un individuo que
se conforma tanto a nivel público como a nivel privado. De esta persona que, según parece, cree realmente lo que dice, podemos
esperar que continúe suscribiendo la posición del grupo, incluso si ya no se ve afectada por una presión que la obligue a hacerlo.

Las 1º investigaciones sobre la conformidad


La técnica experimental de Asch y el aparato de Crutchfield.
Comenzaron en los 50 con Asch, q investigó los fact q llevaban al indiv a ceder a la presión del g, cdo este formula, con toda
evidencia un juicio incorrecto.
Relata experiencia de las líneas.

Factores que influyen sobre la conformidad


Los principales factores que determinan la influencia de un grupo son: las características del individuo expuesto a la presión del
grupo; las características del grupo origen y la relación entre el individuo y el grupo.

1- Características individuales. Se prestó atención a la nacionalidad y el sexo. Se supone que estas características son importantes
porque la experiencia de la socialización es diferente para los hombres y para las mujeres, y también para los individuos que
crecen en sociedades diferentes. Las predisposiciones adquiridas antes de que una persona entre en una situación en que se
encuentre sometida a la presión de un grupo pueden influir sobre la manera de reaccionar en dicha situación.
La 2º característica personal que desearíamos discutir, el sexo del sujeto. Las mujeres se conforman más que los hombres. Las
mujeres se conforman más que los hombres únicamente en las investigaciones realizadas por un experimentador de sexo
masculino. Si la investigación es dirigida por un experimentador de sexo femenino, los 2 sexos se conforman, resultando
característico, de manera casi igual. La gente tiene la tendencia a conformarse mucho si los estímulos son ambiguos, aquellos
ante los que se sienten menos competentes. Los hombres se conforman más que las mujeres cuando los estímulos son
femeninos.
2- Características del grupo. Nos concentraremos en el tamaño del grupo y su unanimidad. El tamaño se refiere simplemente al
número de miembros del grupo que ejerce la presión sobre el sujeto. La unanimidad se refiere al grado de consenso que reina
entre los miembros del grupo por lo que respecta al problema en discusión.
Si los indiv se ven confrontados a una mayoría no unánime, varios fact adquieren relieve: estos incluyen la relac d la rta del
desviado a la rta de la mayoría, la capacidad del desviado d reducir el temor experimentado por el s ante la represalias del g d su
desviac y la influencia del desviado sobre la percepción q tiene el s del obj q sirve d E.
Asch descubrió q la conformidad aumenta hasta q la mayoría alcanza 3 pers, pto tras el cual permanece igual. Otros g
encontraron q la conformidad aumenta a medida que lo haga el tamaño del grupo, pero cada adición sucesiva de un miembro a la
mayoría produce un aumento de conformidad más pequeño que el producido por el miembro precedente. Los sujetos se
conforman más en la condición de 2 grupos que en la condición de un grupo, lo que demuestra que el número de entidades
independientes que ejercen una presión constituyen el factor decisivo de la influencia. Si un sujeto se ve confrontado con un grupo
único, la conformidad variara directamente con el tamaño del grupo tan solo si se cree que los miembros de éste han llegado
independientemente a su posición común.

Para comprobar la importancia de la unanimidad, Asch hizo q uno d sus cómplices se desviara respecto a la mayoría incorrecta
durante la tarea d estimac d líneas, haciendo q este diera la rta correcta. La presencia de este aliado soc reduce d manera
draconiana la conformidad en comparac con la condic d unanimidad. +tmb descubrió que el aliado desviado extremo (dando una
rta más errónea q la mayoría) reducía la conformidad casi tanto como el aliado soc, lo q permite suponer q la eficacia del apoyo se
debe a q rompe la unanimidad del apoyo y no a q este d acuerdo con el juicio privado del s.
Investig demuestran q esta conclu válida ara juicios perceptivos, no lo es con otros tipos d E. Levine y Allen compararon la eficacia
del apoyo social y la desviación extrema en la reducción de la conformidad. Un miembro del grupo se desviaba y daba respuestas
con las que el sujeto estaba de acuerdo (apoyo social) o respuestas que eran aún más incorrectas o impopulares que las de la
mayoría (desviación extrema). En el apoyo soc para reducir la conformidad en los asuntos d opinión, es necesario q el desviado
tmb esté d acuerdo con el juicio privado del s.
La presencia de un compañero hace disminuir la conformidad en numerosas personas. Ahora, en ciertas circunstancias la
resistencia a la presión del grupo que confiere el apoyo social prosigue incluso después de que el compañero ha abandonado
físicamente el lugar de la interacción.
(da razones d por q el apoyo soc disminuye la conformidad, pag 52)

 En resumen, la presencia de un único aliado puede reducir de forma sustancial la susceptibilidad de una persona a la influencia
en una situación de presión de grupo. El efecto del apoyo social es potente: tiene lugar en una amplia gama de estímulos y en todo
tipo de personas diferentes. Se ha visto que un cierto número de variables influían sobre la eficacia del apoyo social. En general,
estas variables aumentan o disminuyen el temor que siente el individuo ante los castigos del grupo y afectan su manera de percibir
el objeto-estímulo. En nuestra discusión de la acción del apoyo social nos hemos concentrado en cómo la presencia de un
colaborador afecta la respuesta de la minoría ante la presión de la mayoría.

3- La relación entre el individuo y el grupo. Varios aspectos de la relación entre el individuo y el grupo afectan la conformidad.
Por lo que respecta al impacto de la interdependencia por las recompensas, los resultados indican que la conformidad en general
es mayor cuando los miembros del grupo trabajan a fin de obtener una recompensa común que cuando lo hacen por recompensas
individuales.
Parece que también habría que tomar en consideración la conciencia que tiene el sujeto de ser aceptado por los demás miembros
del grupo si queremos comprender como la atracción del grupo influye sobre la conformidad. Un individuo no se conformará al
grupo a menos que no esté seguro de ser aceptado por él y si cree que conformándose aumentan sus posibilidades de aceptación.
Un correlativo importante de la acepción de una persona por los otros miembros del grupo es su status dentro de éste. El status y
la aceptación van juntos, es decir, que las personas de status elevado son aceptadas y que las de status inferior no lo son. Las
personas de status intermedio se conforman en mayor medida que las personas de status elevado o que las personas de status
inferior.

La relación entre el individuo y el grupo puede afectar la conformidad de forma importante. El grado de interdependencia del
individuo y del grupo, la atracción del individuo por el grupo y su sentimiento de aceptación por él y, finalmente, el status del
individuo dentro del grupo no se mantienen constantes.
El g y el indiv revalúan permanentemente el carácter remunerador d su relac. Basándose en estas relac se desarrollan sentim d
compromiso entre el q y el indiv. El nivel d compromiso se modifica con el tiempo.

El individuo pasa por 5 fases consecutivas de pertenencia al grupo: investigación, socialización, conservación, re-socialización
y rememoración; separadas entre sí por 4 cambios de roles: entrada, aceptación, divergencia y salida.
Primero el grupo y el individuo pasan por una fase de investigación, durante la cual el grupo investiga a las personas susceptibles
de contribuir a los fines del grupo mientras que el individuo investiga grupos susceptibles de contribuir a la satisfacción de sus
necesidades personales. Si el nivel de compromiso del grupo y el del individuo se elevan lo suficiente para alcanzarlos criterios de
entrada respectivos (CE), el individuo sufre el cambio de rol necesario para la entrada y recibe la etiqueta de nuevo miembro.
Durante la fase de socialización, el grupo intenta hacer cambiar al individuo de manera que pueda contribuir aún más a alcanzar
de manera que éste pueda satisfacer mejor sus necesidades personales. Si los niveles de compromiso de ambas partes se elevan
lo suficiente para alcanzar sus criterios de aceptación respectivos (CA), el individuo sufre el cambio de rol de la aceptación y recibe
la etiqueta de miembro efectivo.
Durante la fase de conservación, el grupo se esfuerza por encontrar un papel especializado para el individuo a fin de aumentar al
máximo su contribución a la realización de las metas del grupo y el individuo intenta definir un papel especializado que aumente al
máximo la satisfacción de sus necesidades personales. En la medida en que ambas partes consideren que su relación es
remuneradora, sus niveles de compromiso se mantendrán elevados. Sin embargo, si los niveles de compromiso del grupo y del
individuo descienden hasta llegar a sus criterios de divergencia respectivos (CD), la persona sufre el cambio de papel, de la
divergencia y recibe la etiqueta de miembro marginal.
Durante la fase de resocialización, el grupo y el individuo intentan que su relación vuelva a ser satisfactoria. Si los niveles de
compromiso de ambas partes se elevan hasta alcanzar sus criterios de aceptación respectivos se produce un cambio especial de
papel (convergencia) y el individuo recibe una vez más la etiqueta de miembro efectivo. Por el contrario, si los niveles de
compromiso del grupo y del individuo caen hasta sus criterios de salida (CS), el individuo pasa por el cambio de papel de la salida
y recibe la etiqueta de ex miembro.
Finalmente se produce un período de rememoración, una vez que el individuo ha abandonado el grupo. Mientras mayor es la
atracción del individuo por el grupo, más motivos tiene éste para conformarse. Mientras más aceptado se siente el individuo por el
grupo, menos motivos tiene para conformarse.

Análisis teórico de la conformidad


Por qué se conforman las personas?

- La influencia informacional. Para determinar la validez de dichas creencias tengo que comparar mis creencias con las de otras
personas. Si éstas están de acuerdo conmigo, adquiero confianza; si están en desacuerdo, pierdo mi confianza.
La influ informacional se ejerce cdo una pers se conforma bajo la presión del g debido a q desea tener una percepc exacta d la
realidad.
Mientras menor es la confianza de una persona en la validez de su posición, mayor la susceptibilidad a dejarse influenciar por lo
que respecta a la información. La influencia informacional varía en función de la posibilidad de verificar el estimulo. La conformidad
será débil en los casos en que la verificación sea posible de manera inmediata o en aquellos en que sea imposible en principio. Por
el contrario, la conformidad será fuerte cuando una verificación es posible, siempre que el sujeto sienta que otros miembros del
grupo son más competentes que él.

- La influencia normativa. Una 2º razón para conformarse es el deseo de adquirir recompensas del grupo y/o el deseo de evitar los
castigos de éste. Las personas que se distancian del grupo esperan una evaluación negativa y un rechazo por parte del grupo. La
influencia normativa tiene mayores probabilidades de éxito en ciertas circunstancias que en otras.

La explicación genética de la conformidad de Moscovici: sostiene q resulta + correcto concebir la conformidad como una forma
d negociac entre el indiv y el g, discusión q tiene lugar a propósito d un conflicto sobre la manera d definir la realidad. La
conformidad no es el result inevitable del proceso d negociac. La conformidad no es más q una d las posibles salidas al conflicto y
únicamente se ejerce en una serie d condic bastante limitada.
Una d las condic necesarias para q aparezca la conformidad es la existencia d una norma de objetividad q estipule q existe una
sola rta correcta a la preg en cuestión. Además es necesario q el g sea nómico, es decir, q posea una posición fuertemente
interiorizada y q intente activamente afirmar esta posic. Finalmente, el indiv tiene q ser anómico, es decir, estar desprovisto d una
posición fuertemente interiorizada. Según Mosco, la conformidad tienen x fc reducir el conflicto eliminando la desviac. D esta
manera, la conformidad refleja la sumisión pública, más q la aceptac privada.
La normalización, que implica una influencia recíproca por parte de los miembros del grupo. Los individuos establecen un
compromiso aproximando las posiciones de unos y otros, evitando así el conflicto.

La obediencia
Tiene lugar cuando un individuo modifica su comportamiento a fin de someterse a las órdenes directas de una autoridad legítima.
La semejanza entre la obediencia y la conformidad reside en que ambas constituyen formas de influencia social. Sin embargo
difieren en cierto número de dimensiones, incluyendo la diferencia de status entre la fuente de influencia y su blanco, el deseo de
la fuente de ejercer influencia y de vigilar la sumisión del blanco y el grado de semejanza entre el comportamiento de la fuente y el
del blanco.

Las investigaciones sobre la obediencia


* La proximidad física de la víctima: Milgram razonaba que la proximidad física de la víctima (el alumno) y del sujeto podía
constituir un factor importante de la obediencia. Para manipular esta variable Milgram elaboró 4 condiciones: distanciamiento,
retroacción de la voz, proximidad y proximidad táctil. La obediencia disminuye a medida que la víctima se aproxima al sujeto.
* Las fuentes del poder de la autoridad: Una autoridad con presencia física producía una obediencia mucho mayor que una
autoridad ausente que daba sus órdenes por teléfono, lo que indica que la proximidad de la autoridad tiene su importancia. Milgram
intentó saber si la obediencia se ve afectada por el prestigio de la institución que representa la autoridad. Una autoridad no
necesita representar a una institución prestigiosa para obtener obediencia. La orden debe proceder de un personaje con autoridad
netamente definida si se desea que se produzca la obediencia.
* Los efectos de grupo: Tras haber demostrado la poderosa influencia dela autoridad sobre un individuo aislado, Milgram intentó
determinar cómo actúa la relación de un sujeto con sus iguales sobre la obediencia.
* Otras investigaciones sobre la obediencia: A medida que un sujeto se siente personalmente responsable de los sufrimientos de
una víctima, esto puede influir sobre la obediencia. En general, los sujetos presentan una menor tendencia a obedecer la orden de
infligir sufrimiento si se sienten responsables de la suerte de la víctima.

Análisis teórico de la obediencia


Milgram diferencia 2 estados psicológicos. Cuando una persona se halla en estado de autonomía se considera como individuo, se
siente personalmente responsable de sus actos y utiliza su propia conciencia como guía de comportamiento correcto. Por el
contrario, cuando una persona se encuentra en estado de agente considera que forma parte de una estructura jerárquica (las
autoridades) son responsables de sus actos y utiliza las órdenes de tales autoridades como guía de acción correcta.
Varios factores pueden hacerla pasar del estadio autónomo al estadio de agente.
Varios factores que le impiden que un sujeto abandone el estado de agente: estos factores apremiantes son la naturaleza
secuencial de la tarea dada, el temor a ofender a la autoridad y la inquietud ante la desobediencia a las órdenes de una autoridad
legítima.

Las consecuencias de la conformidad y de la obediencia


Podemos reconocer que la conformidad tiene consecuencias positivas y negativas.
Una persona que desea reaccionar con exactitud en un medio complejo y cambiante a menudo hará bien fiándose de los juicios de
sus pares, en particular cuando estos tienen mayores conocimientos sobre el problema en cuestión. De manera similar, una
persona que desea ser estimada y aceptada encontrará que la conformidad es una estrategia útil para hacerse aceptar. Una pers
sometida a una presión d obediencia, ejercida por una autoridad, puede en algunas ocasiones utilizar la conformidad d otros
desobedientes para desafiar a la autoridad.
Sin duda, la conformidad también puede tener consecuencias negativas para el individuo. En ciertas circunstancias, el individuo
tiene mayores probabilidades de estar en lo cierto si se mantiene en su propia posición que si adopta el paso del grupo.
La conformidad con normas fundamentales resulta esencial si el g en su conj debe sobrevivir y alcanzar sus fines. En ciertas
ocasiones las normas elaboradas x un g a fin d enfrentarse a todas las eventualidades int o ext no cambian, aunq las
circunstancias q han originado las normas hayan cambiado. En tales casos, la continuidad d la conformidad puede resultar
inadecuada para el g al reducir su capacidad d alcanzar sus fines e incluso al amenazar su existencia.

Al examinar recompensas y costes d la obediencia hay q tomar en cta no solamente el blanco y la fuente d la influencia, sino tmb el
g más amplio al q pertenecen ambos. Las recompensas y los costes d la obediencia para el subordinado son similares a los d una
pers q se conforma con la presión del g. A favor de la obediencia está el hecho de que un subordinado tiene mayores
probabilidades de dar una respuesta objetivamente correcta si obedece las órdenes de una autoridad provista de experiencia y
conocimientos, que si sigue sus propias inclinaciones. Si obedece será recompensado, mientras que si desobedece puede
exponerse a graves castigos.
Con respecto a la autoridad. La obediencia refuerza su propia imagen en tanto que persona poderosa, de status elevado. Las
consecuencias negativas de la obediencia para la autoridad incluyen la posibilidad de que se le considerará responsable de las
acciones objetivamente incorrectas por parte de sus subordinados.
La respuesta de si la conformidad y la obediencia son malas o buenas, depende del conocimiento de cierto número de factores
específicos que varían de una situación a la otra, así como de juicios de valor sobre la importancia relativa de fines contradictorios.

“INNOVACIÓN E INFLUENCIA DE LAS MINORÍAS” – Moscovici y Doms –

Desde que la psicología social conquistó su autonomía, siempre se ha sentido fascinada, de una forma u otra, por los cambios que
sufren las percepciones, los juicios y las opiniones de un individuo.
La psicología social ha volcado todos sus esfuerzos en el análisis de un aspecto particular del fenómeno de influencia, a saber, el
proceso de conformidad.
El proceso de conformidad se debía a su concepción de base del comportamiento individual y social.
Se consideraba que el comportamiento tenía por función primera asegurar la adaptación a una realidad física y social y se suponía
era dada y predeterminada para todos los individuos.
Los individuos se esfuerzan en organizar su medio, de manera que puedan predecir los acontecimientos y puedan actuar o
prepararse para la acción.

El proceso d influencia soc servía esencialmente, se cría, para reducir las divergencias entre los indiv. Este proceso imponía una
visión uniforme d la realidad, alejaba la desviación y, por ello, permitía al indiv adaptarse al g y actuar. Concede a la conformidad
un valor primordial. Los indiv q no obedecen a esta presión hacia la conf serán considerados desviados, ineficaces e inadaptados.

La función de la influencia social: resulta evidente que es una sociedad, una organización, una familia o un grupo no podrían
preservar su integridad sin imponer a todos sus miembros reglas comunes y convenciones bien definidas, normas que deben
compartir y disposiciones que deben obedecer. El proceso de conformidad adquiere la mayor importancia, ya que asegura la
continuidad de la existencia del grupo.
Los psic soc creían q este proceso tenía lugar en una sola direcc. Suponían q la influ emanaba del g, la mayoría e iba dirigida al
indiv. Se supone q las mayorías disponen d mejores informac y tmb tienen mayores facilidades ara obtener y dispersar ciertas
recompensas y castigos.
Las investig sobre la influ soc se han centrado ppalmente sobre el comportam d los blancos d la influ. Estos comportam se
reducen, d hecho a dos: ya sea adoptar los puntos d vista del g, es decir, conformarse, o bien resistir a las presiones del g, es
decir, permanecer indep o desviarse.
La presión hacia la uniformidad y el comportamiento de conformidad que se desprende de ella han demostrado ser tan destacado
que se podría hablar de un excedente de conformidad. Conformidad tiene por principal función la de adaptar el mundo social al
mundo físico y asegurar la eficacia del grupo.

Al = tiempo, se entiende q la influ soc no sólo puede servir para el control soc y ayuda a q c/u se adapte a una realidad soc
determinada, sino q además contribuye al cambio soc.
Hablar de cambio social es hablar de innovación, de la influencia activa de las minorías o los individuos sobre una mayoría o un
grupo. Esto significa, que se considere que la innovación sea una forma de desviación, de no conformidad o de independencia, ya
que constituye un proceso distinto y fundamental de la existencia social.
La adaptación de los individuos y grupos a un medio determinado ya no puede ser vista como la única función del comportamiento
individual y social: ésta no es más que la contrapartida de la adaptación del medio a los individuos y grupos. La influencia social no
tiene por única función reducir las diferencias entre los individuos, imponerles una visión uniforme de la realidad y eliminar a los
desviados. Tmb tienen lugar para modificar el medio o la org, y permite q un g persiga sus fines o se transforme echando mano d
los rr d todos los miembros, incluyendo a los desviados.
Ya no podemos considerar que el proceso de influencia se desarrolle en una sola dirección, sino hay que considerarlo como algo
simétrico, como un proceso que incluye la acción y la reacción tanto de la fuente como del blanco.
S suponemos q cada miembro indep d su posición, es una fuente potencial d influ, queda d manifiesto q ya no podemos resaltar la
presencia d una relac d dependencia como factor ppal del éxito d la influencia.

Los rasgos específicos de la innovación


Innovac  proceso d influ soc, q gralmente tiene x fuente una minoría o un indiv q intenta, ya sea introducir o crear nuevas
ideas, nuevos modelos d pensam o comport, o bien modificar ideas recibidas, actitudes tradic, antiguos modos d pensam o
comportam.

Los psicólogos sociales definen a la minoría de manera cuantitativa. Conciben a una minoría como una pequeña fracción o un
pequeño número (inferior a la mitad del total) de individuos que comparten ciertas opciones, ciertos juicios, ciertos valores o ciertos
comportamientos, que siempre difieren de los que comparte la fracción más numerosas (la mayoría) de algún grupo importante de
referencia.
Debemos definir el concepto d manera relativa, es decir, en relac con el g d referencia sobresaliente o en relac con laguna realidad
social destacada. Lo q es una minoría en un contexto puede ser mayoría en otro.

Cuales son los rasgos q caracterizan a una minoría o a un indiv q desencadena un proceso d innovación? E gral carecen d
fza numérica, del poder y d la competencia necesarios para imponer simplemente su pto d vista a mayoría. El individuo o la
minoría son despreciados y puestos en ridículo. Cdo presentan sus ideas nadie les presta atención. Tienen todo lo necesario para
fracasar y disgustar.
Subgrupos minoritarios, carentes de poder y competencia reconocidos, mientras que los grupos y las autoridades se esforzaban
por conservar el statu quo.
La pasividad o la actividad de la minoría en un grupo, en la sociedad. Su actividad depende de la presencia o ausencia de normas,
opiniones, juicios, actitudes y comportamientos específicos. Es la presencia o ausencia de una posición definida, de un punto
de vista coherente, de una norma propia, es decir, su carácter nómico o anómico, lo que convierte a una minoría o a un
desviado en un socio activo o pasivo en las relaciones sociales.

Existirían dos tipos de subgrupos minoritarios: las minorías nómicas y las minorías anómicas. Unas y otras se distinguen por su
comportamiento no conformista caracterizado y similar. Se niegan a reconocer la norma de la mayoría o la respuesta dominante.
Imposible definir la minoría anómica sin referirse al grupo dominante o a la respuesta del grupo mayorista, pues pertenece a un g q
carece de normas o respuestas propias. Su comportamiento no conformista no es más que la trasgresión d la norma dominante.
La minoría nómica parece mucho más exacto definirla refiriéndose a los aspectos idiosincrásicos q caracterizan a este subg en
particular. Una minoría nómica a diferencia d la anómica, adopta y proclama una norma de recambio, una contra-respuesta. No
rechaza la norma dominante por no comprender o adoptar la norma d la mayoría, sino q tiene una posición distinta.

El grupo minoritario nómico puede adoptar dos aspectos: el de grupo ortodoxo o pro-normativo, o el de grupo heterodoxo o contra-
normativo. El primero se desplaza en la misma dirección que la norma dominante, aunque va más allá, exagerando la norma de la
mayoría. El segundo va en contra de la norma dominante y opone a ésta una contra-norma, una norma minoritaria.

Para que una minoría sea considerada como una fuente potencial de influencia, es necesario que disponga de un punto
de vista coherente, bien definido que este en desacuerdo con la norma dominante d forma moderada o extrema, y q
podamos calificar su posición como ortodoxa o heterodoxa. Estos rasgos son necesarios pero no suficientes. Le faltará
ser reconocida socialmente, con sus propias cualidades específicas, por la mayoría. D esta manera, la minoría debe estar
motivada para obtener, conservar o incluso aumentar su visibilidad y hacer q la mayoría reconozca su existencia. Es
justamente a través del proceso d adquisición d visibilidad y reconocim soc q podemos evaluar d forma correcta el
derecho q tiene la minoría para actuar y provocar cambios en su medio material y soc, así como su capacidad para hacer
q otros indiv compartan su punto d vista.

La innovación y creación de conflictos


El conflicto es creado por la minoría que propone una solución opuesta al juicio del lector, lo que el lector niega y desafía así el
consenso social unánime. La minoría se niega a entrar en compromisos, únicamente la mayoría carga con la responsabilidad de
hacer concesiones para restablecer el consenso y dar una significado al medio físico y social. Cto más fuerte sea la convicc d la
minoría, mayor será el cambio q se exige d los indiv q pertenecen a la mayoría para reducir el confl y restaurar el consenso.

Un proceso d influencia soc es concebido como un proceso q se desarrolla entre pers q tiene lugar en el contexto una interacc
caracterizada x una divergencia, es decir, por un confl. En ciertos casos, la confrontac d opiniones incompatibles y el hecho d q c/
indiv d preferencia a su propia opinión y desee verla triunfar, podría provocar fácilmente la ruptura d toda comunicac, corriéndose
así el riesgo d no restablecer el consenso. Pero en la mayoría d los casos, ambos se sentirán obligados a reducir o incluso a
eliminar la divergencia a cambio d algunas concesiones. En la medida en q un proceso de influencia soc tienen lugar en el marco d
una interacc en la q cada miembro del g tiene buenas razones para reducir o resolver el confl o el desacuerdo, estos procesos
parecen estrechamente emparentados con un proceso d negociac. Cada uno d los participantes emprenderá un proceso d
negociac tácita durante el q intentará restablecer el consenso soc sin hacer concesiones demasiado grandes. Cada uno d los
participantes intentará hacer triunfar su propio pto d vista, aunq considerando el alcance d eventuales concesiones x su parte.

Cada tipo de influencia correspondería a un tipo particular de negociación, a una forma particular de hacer frente a un
conflicto. Es en este marco q podemos situar los procesos d innovación.
La influ soc pone en juego algo más q un simple intercamb d info. Es necesario q cada indiv persuada al otro d modificar su juicio.

Los estudios muestran que el estilo cognitivo determina la medida en que una o varias personas ejercen una influencia dentro de
un grupo. Hasta ahora siempre hemos afirmado q somos influenciados por alguien porque dependemos de él, ya sea porque tiene
una mayor autoridad, porque es más competente y así sucesivamente. O bien que somos influenciados por el grupo y por la
mayoría porque deseamos obtener su aprobación y porque consideramos que sus juicios u opiniones encierran una mayor verdad.
Ahora bien, las exp muestran q el estilo cog d los indiv ha resultado ser más importante q el hecho d estar en posición d minoría
dentro del g.

Los estilos de comportamiento de las minorías


El concepto d estilo d comportam está relacionado con la organizac del comportam y las opiniones, con el desarrollo y la intensidad
d su expresión, en una palabra, con su retórica. Podríamos definir un estilo d comportam como una composición intencional d
señales verbales y/o no verbales q expresan el sgdo del estado presente y la evoluc futura d aquellos q los manifiestan.
Como toda secuencia de comportamiento, el estilo de comportamiento presenta dos aspectos. Su aspecto instrumental
proporciona una información sobre el objeto que hay que juzgar. Su aspecto simbólico nos informa sobre la persona que adopta
dicho comportamiento particular.

Existen varios estilos de comportamiento que podrían tener importancia dentro de nuestro análisis del proceso de influencia social,
a saber: la inversión, la autonomía, la equidad, la rigidez y la consistencia. En el texto se toma en cuenta la consistencia.
La consist del comportam puede designar numerosas formas d comportam q van dsd la repetic persistente d una afirmac e
particular, pasando x la evitac d declarac contradictorias, hasta la elaborac d un sist d pruebas lógicas.
La consist desempeña un papel decisivo en la adquisición y organizac d la info x lo q se refiere al medio material o soc. La teoría
de atribución lo dice claramente: los individuos, durante la interacción con otros individuos o cuando entran en relación con objetos,
emprenden un proceso de deducción que les permite desprender de la masa de acontecimientos y comportamientos variables los
fundamentos permanentes e invariables. Un individuo puede controlar su entorno, organizado, predecir lo que sucederá
posteriormente y dominar su evolución futura.

Un comport consistente q rechace el consenso, nos llevará a atribuir este compotam a propiedades del indiv q lo adopta. Si un
indiv da pruebas d un comportam singular y lo manifiesta en varias ocasiones en el tiempo y en situac variadas, probablemente
podemos suponer q la causa d su comportam está relacionada con ciertos caracteres d este indiv. Lo mismo pasa con un sub-
grupo, a nivel intra e interindiv  para ser influyente una minoría tiene q ser consistente.
Las minorías pueden ser fuentes efectivas d influencia, a condic d q su estilo, al resaltar su posición, sea percibido como el reflejo
de su consistencia, d su singularidad y d su compromiso respecto un pto d vista.

Estudios muestran q a medida q aumenta el tamaño d la minoría, aumenta tmb la percepción d su competencia, mientras q
disminuye la percepción d su confianza.

¿Qué es lo que facilita o frena la influencia de una minoría?


Las minorías consistentes no siempre logran q se les reconozca socialmente.
Los estudios sobre la conformidad muestran que el impacto de una fuente de influencia no depende solamente de su estilo, sino
también del estilo de los miembros del grupo del que forma parte el blanco de dicha influencia. Se ha destacado el papel q
desempeña el apoyo soc aportando al pto d vista inicial d un blanco d influencia. Este apoyo aumenta su resistencia al cambio, y
por consig, disminuye la influencia q se puede ejercer sobre él.
Festinger sugiere q en presencia d fuertes presiones hacia la uniformidad, un g no solamente tiene dos alternativas: forzar a la
minoría a adoptar la norma del g o arrinconarla en el rechazo, sino tmb aproximarse a la minoría.

Cuenta una experiencia q enseña q la influencia d una minoría consistente puede aumentar su esta produce un mov d opinión x
parte d un miembro d la mayoría. D hecho, cdo un miembro d la mayoría ha realizado un gesto d compromiso o ha desertado
totalmente, la minoría consistente ha resultado tener una mayor influencia q en la condic en la q no de produce este efecto
demostrativo. Los estilos particulares adoptados por los miembros d la mayoría, como el compromiso o la deserción, pueden
facilitar así la aparición d un efecto d minoría.
Hip d Doms: los indiv mayoritarios sometidos a la influencia d una minoría se mostrarán vulnerables a las tentativas d influencia d
la fuente en una medida q dependerá d q la unanimidad d la fuente sea o no rota por otros indiv presentes y tmb del estilo d
compromiso d estos indiv.

Una fuente d influencia minoritaria resulta más influyente cdo tiene ocasión d ejercer su influencia sobre blancos aislados, cuto
propio g d referencia ya no está presente y q sólo le otorga un apoyo soc débil al manifestarse. En dichas condic, la minoría se
mostró capaz d obtener un acuerdo público con su pto d vista a un nivel hasta entonces reservado exclusivamente a una fuente
mayoritaria.
La influencia de las minorías y las normas sociales
Para tener razones para llegar a un acuerdo, es necesario q los interlocutores q interviene en dicha negociac tomen una decisión y
lleguen a un acuerdo previo sobre las reglas y valores q dirigen y determinan su comportam. Estas reglas y valores provienen en
realidad, d un conj d ppos fundamentales. Se podrían establecer 3 normas q determinan el juicio q realizamos sobre objetos
particulares:
- Las normas de objetivad, está relacionada con nuestra necesidad de comprobar las opiniones y los juicios siguiendo el criterio de
exactitud objetiva.
- Las normas de preferencia presume la existencia de opiniones más o menos deseables que reflejan gustos diferentes.
- Las normas de originalidad, finalmente, elige los juicios y las opiniones según el grado de novedad que representan y el grado de
sorpresa que pueden causar.

Supone q el result d una interacc puede diferir dependiendo d q una d estas normas esté en vigor y no las otras dos.
(Sigue hablando de las normas, pag 105 a 112)
Conclusiones
- Los indiv o los sub-g minoritarios pueden ejercer influencia sobre la mayoría, a condic d q dispongan d una soluc d recambio
coherente y se esfuercen activamente c hacerse visibles y x ser reconocidos mediante un comportam consistente.
- 2 formas d conformidad: de arriba a abajo y al revés. En la 1ra la innovac es una consec y forma de la conformidad, en el 2do
caso se trata d un fenómeno independiente d la conformidad y opuesto a ella.
- Los miembros d la mayoría tienen siempre un mayor apoyo soc, ya q se apoyan y confirman recíprocamente. Por el contrario, en
un medio dnd se ejerce una presión hacia la conformidad sobre el indiv o una minoría aislada, éstos no disponen d dicho apoyo
soc para resistir la presión.

“El triángulo de las tres P” – Ferullo –

La participac soc está lejos d ser sólo un “proceso mediante el cual los indiv toman parte en la toma de decisiones d las instit, prog
y amb q los afecta”. Cabe tener presente q, más allá d los diversos tipos y grados d participac en juego q se den en las situac
concretas y q importan tener en cuenta, la participac siempre supone complejos procesos q inciden en la complicac y consecuente
afectac d los s q participan. Así concebida es, un proceso d inclusión constitutiva d los s en el orden humano. Esto plantea una
relac con el poder, como potencia del ser, a partir d lo cual propone q toda participac es un acto d ejercicio d poder, q asume
diferentes formas y produce distintos efectos según la red d sobredeterminaciones en juego en cada caso. .
Así concebido, es un proceso siempre presente, a tal pto q no es posible no participar, x razones tanto constitutivas como d
mantenimiento d los sh como tales. Esta imposibilidad d no participar y d no ser afectados deriva del inacabamiento constitutivo d
los s, q los convierte en procesos siempre en marcha.
La necesidad de construcc d los s, porq no nacen hechos, es la q sostiene en definitiva toda la posibilidad d afectac d ellos,
descansa en 2 procesos básicos: identificac y participac.
Pasar a considerar la participac soc con este marco d referencia plantea un cambio d perspectiva q tiene algunas consec teo-
prácticas a destacar:
1. Permite comprender mejor la importancia psic d los procesos d participac y su xq
2. Al sostener la contradicc como motor d los s y g se deja planteado el desenvolvimiento de la vida en términos d poder
3. Resignificac q adquieren las valorac soc e incluso la visibilidad e invisibilidad históricamente dadas en tanto llevan la marca
d s productores.
4. Posibilita cambiar el acento predominante en la concepc d la participac, q ha estado puesto en el hacer d los s, pasando a
los efectos con relac al ser d ellos.

Toda participac es vital para los s en tanto los constituye y los mantiene abrochados al mundo humano.
En tanto ejercicio d poder afecta siempre la potencia del ser d los s, posibilitando no su desenvolvimiento en los más variados
tipos y grados, dsd los más intensos y plenos a los más débiles en todo sentido.

La marca de nuestra especie: esquema sintetizador (ver gráfico pag 192)

Una adecuada forma d expresar la marca actual d nuestra especie: entramado constitutivo d sh, siempre y necesariamente
inscriptos en contextos grupales, atravesados por lo institucional.

El triang d las 3 P: psic, participac y poder


Todo actuar profesional plantea como exigencia ética y requisito operativo, la necesidad d q se tenga en claro el lugar dsd el q se
actúa y el para q d ese actuar.
El psic es un facilitador del incremento d poder d los s (incremento del ser).
Si consideramos los procesos d partcipac dsd esta delimitac, ellos se convierten, en tanto los hemos definido como ejercicio d
poder, en una herram d trab interesante.
No toda participac constituye un instrum adecuado para el trab del psic, sino la q denomina participación critican, en tanto es la q
más se adecua como potencial disparador d los efectos potenciadores d los s q se buscan obtener: crecientes niveles d cc, d
capacidad autogestiva y organizativa, d posibilidad d asumir compromisos y responsabilidades tanto en relac con cuestiones pers y
soc. la búsqueda se encamina al logro d un aprendizaje q brinde a los s la posibilidad d una mayor incidencia deliberada en el
rumbo d sus vidas pers y/o comunitarias.
Si consideramos los efectos que tiende a producir la participac crítica en las 3 dimensiones presentadas, con respecto al lazo soc,
q favorece la emergencia d lazos q permiten la unión en la diferencia; con respecto a las posiciones busca no sólo delimitarlas sino
consolidarlas y consecuentemente, esto incide d manera directa en el juego d roles. Posibilita un despliegue más abarcativo,
plástico y seguro d ellos. Por el contrario, la participac acrítica, altamente manipuladora, se hace sentir con tal fuerza nivel d lazo
soc q limitan la posibilidad d emergencia d posiciones y role son masificantes.
Es decir, para la psic, lo central x diferenciar en su búsqueda d utilizac d la participac crítica pasa por el tipo de lazo q se va
estableciendo y q, en la tipología presentada, oscila en la polaridad fusión indiscriminada/enlaces con discriminac yo-otros.
Teniendo en cta q la intensidad del lazo establecido, no dificulte la considerac d los efectos q produce y lleve a confundir cantidad
con calidad.
 Tema: circulac del poder y la permanente e inevitable correlac q hay entre el tipo d poder d los s y el d sus instit. Siempre habrá
un orden instit, un orden d la cult sosteniendo áreas d legalidad instituidas e instituyentes q derivan d él y q a su vez se
materializan en el tiempo/espacio bajo alguna forma organizacional. Hay una necesidad humana del orden instit.
Dsd la psic afirmamos q s/instit no sólo no son indep, sino q se generan y mantienen mutuamente: hay un anudamiento entre los s
y sus respectivos mundos d vida q es imposible desatar sin riesgo d q aquellos se deshagan. Correlac y adecuac, dnd uno genera
y sostiene al otro. Cto más potente es el s menos requiere d tipos d poderes institucionales rígidos y verticalistas y, x el contrario,
cuanto más débil es el poder del s, más requiere d una fza instit d tipo intenso y abarcativo, q le de menores espacios d indep. Así
cto más fuertemente delimitativo y rígido sea el tipo d poder circulante, menos estimula las potencialidades d crecim pers y, cto
más débil sea el s, más requiere d tipos d instit con circulaciones d poder fuertemente abarcativas y rígidas.

Un pto a considerar q está directamente relacionado con el anterior se refiere al cambio soc. Expresamos ya nuestra preocupac
con respecto a definir la posición del psic soc comunitario como agente d cambio soc y los motivos q las generan. Esto nos llevó a
enfatizar q si bien el trab psic puede dirigirse a la búsqueda deliberada d modificac d las condic d vida objetivas y/o subjetivas d
los sh, esta direccionalidad estará siempre supeditada a la decisión q al respecto tome cada comunidad concreta con la q se esté
trabajando. Al psic le cabe colaborar en la construcc del mejor d los mundos posibles q los s decidan para ellos, ya q las decisiones
sobre q es mejor suponen opciones metateóricas pers y soc q nadie puede tomar por otro dsd el campo d la psic sin caer en los
riesgos d una manipulac violentadora.

El psic no debe a priori trabajar x ningún cambio, al menos como finalidad previa, sino q el cambio es una opción d los s, g, I y/o
comunidades con los q trabaje y q puede tener lugar o no. Con esto reafirmaríamos tmb la importancia del tipo d participac crítica,
q permite realizar opciones, tomar decisiones y cuyo desarrollo otorga una adecuada direccionalidad al quehacer del psic soc
comunitario. En caso contrario, sólo se habrá logrado pasar d formas autoritarias a otras paternalistas, sin reconocer el derecho d
cada sujeto al ejercicio d su cuota d poder, derecho q posee en cuanto ser viviente y q marca su espacio d libertad h, por más
íntimo q éste sea o por limitado q esté, como ocurre en todos los casos.

Participación crítica y diseños de trabajo grupal


Al psic le cabe enseñar la particip crítica como herram d crecim personal tendiente a facilitar un aprendizaje q no sólo incremente d
manera puntual el poder d los s, sino q tmb permita su utilizac personal y/o soc a través d un aprendizaje q posibilite el logro d
efectos sostenidos. Con esto se abre un potencial camino para q, dichos s se conviertan en agentes con respecto a sus propias
vidas y las d sus comunidades. Y a la vez se colocan ciertos límites a los desbordes de poder, q tienden a producir tan fácilmente.

No afirma q la Participc crítica sea la única buena, siempre y en todos los casos. Cada comunidad y momento histórico plantea
requerimientos específicos. No es una herramienta simple, cuya utilizac d garantías d logro automático d los obj fijados. No existen
tales herram ni tales garantías en el mundo d los sh.

Como ppales obstáculos en los procesos destacamos en 1er lugar, la ambivalencia hacia lo grupal en gral y hacia los otros en
particular. No es d extrañar q todo lazo soc sea ambivalente si lo consideramos como parte d los soportes siempre provisorios d la
incompletud constitutiva del sh q posee la contradicc como su motor. En 2do lugar es bueno recordar la dificultad d descentram q
todo s tiene respecto d sus propios marcos d referencia en tanto estos siempre son constitutivos, en mayor o menor medida, d la
frágil unidad yoica, y todo lo q la cuestiones provoca algún tipo d resistencia defensiva.

Si hablamos d la particip crítica como herram d ejercicio del poder d los s, dirigida al logro d las mejores formas d vida q éstos
decidan construir para ellos y sus comodidades, esto implica como punto d partida algún tipo d vuelta reflexiva d los s sobre ellos
mismos y sus mundos cotidianos.
Otro punto importante refiere a las metas q se quieran lograr. Al fijar metas se estima oportuno combinar, en proporciones
adecuadas, la conveniente cuota de utópica respecto a los logros por alcanzar, con el conocim previo d las dificultades siempre
previsibles. Especialmente con respecto a los requerimientos d tiempo, en tanto la participac crítica es más fácil d detonar q d
sostener y consolidar.
Resulta así conveniente ajustar sobre la base d esto las expectativas propias y ajenas y los diseños q se elijan.
Conviene tener presentes los 3 postulados básicos q sintetizan el porq d la importancia d todo diseño grupal.
Se habla d g cuando a) nudo: remite a la existencia d algún tipo d lazo, cualquiera sea su modalidad y grado, entre las partes; b)
círculo: remite a la existencia d algún tipo d organizac, lo q a su vez remite a estruct y ésta a circulac d poder.

Todo diseño grupal es:


* Un disparador de efectos
* Un administrador del poder circulante en el g
* Una cuestión primordialmente teórica, metodológica, ideológica y ética y, en último término, una cuestión técnica.
Así planteado, lo fundamental en toda preparac y utilizac d cualquier diseño d trab grupal no se limita a posicionamiento teórico-
metodológico del q lo utiliza, sino q siempre incluye, en menor o mayor medida, su inserción témporo-espacial en tanto es
imposible desligar estos aspectos q lo sobredeterminan.

La palabra: forma humana por excelencia del poder


Entre las distintos efectos potenciadores q pueden dispararse a través d la participac crítica, dos formas básicas interdependientes
d ejercicio del poder d los s q ésta posibilita: la potenciación verbal y la organizac.

Concebimos la búsqueda d acceso a la palabra y el afianzamiento en su uso como medio, como como fin. Volver reflexivamente
sobre lo vivido y tener posibilidad d ponerlo en palabras es la forma típicamente humana d ir domesticando el propio mundo e ir, a
la vez, ampliando y afianzando los espacios d vida personales con los q cuenta cada s, sus espacio d poder ser. Cdo sostenemos
el poder d la palabra no nos estamos limitando a las palabras en sí mismas, descarnadas, en tanto el s es una prod histórica, todo
lo humano lleva tmb este sello histórico.
Buscar el acceso y afianzamiento d la palabra en los s implica, necesariamente, buscar sus reposicionamientos institucionales.
Respecto a la potenciación organizativa abarca la toma d cc sobre los procedim utilizados en determinadas situac, hasta la
posibilidad d incidir en ellos en alguna medida.
Esta variable no recibe dsd la psic toda la atenc q merece como productora d subjetividades. Si bien son los s los q proveen la
materia prima d todo poder no son sus administradores. La administrac del poder queda a cargo, como sostuvimos y vimos hasta
aquí, d la organizac/instit en todos sus sentidos. En 2do lugar la existencia d algún tipo d organizac constituye, junto con la
existencia d algún tipo d lazo entre los s, lo q determina la emergencia y supervivencia d un g. sin olvidar q ambos tienen afectos
sobredeterminantes mutuos: los tipos d organizac inciden en los tipos d lazos q se establecen y pestos, a su vez, en áquellos. Así
la existencia d algún tipo d lazos y d organizac son los dos componentes clave q deben intervenir para q un conj d personas se
transforme en un g.
Un buen indicador de creciente potenciac en este sentido está dado por la posibilidad d utilizac operativa d los q denominamos
“espacios d autorregulac d procedim”, ya q hay una distancia importante por recorrer entre la institucionalización d un espacio d
este tipo y la posibilidad d su utilizac, q implica poder reflexionar críticamente sobre los procedim utilizados e ir realizando los
ajustes q se vayan estimando adecuados. Indudablemente, no son espacios fáciles d instituir y menos fáciles d utilizar una vez
instituidos dada la intensidad d las esperables resistencias en juego, ya q supone no sólo descentram q implican matices
autocríticos sino, tal vez lo más serio, repensar y modificar las circulaciones de poder de juego. Por eso la necesidad d q los s
cuenten, previamente, con un nivel mínimo d potenciac q les permita, paulatinamente, ir aproximándose a esta otra forma d
ejercicio del poder con posibilidades d practicarlo.

La participac social dsd los s participantes


- Las significac otorgadas a la participac hacen referencia tanto al ser como al hacer d los s y, además, incluyen una modalidad
predominantemente activa, q supone la presencia operante d ellos tanto con relac al mundo ext como al propio psiquismo. Cabe
aclarar, con respecto a esta referencia al propio psiquismo q se concibe la participac como un medio para el logro d fines soc y/o
personales, d allí la importancia q dice atribuírsele.
- Se da una fuerte idealizac d la participac. Q se manifiesta predominantemente en todos los g estudiados
- La estimac d la participac gral como poco frecuente complementa la nota anterior d fuerte idealizac, en tanto manifestac q
confirma las ambivalencias en juego. Además deja en claro consec operativas d importancia a nivel d cond reales. En 1er lugar,
queda al descubierto la existencia d las resistencias por vencer q siempre, en parte, la participac supone. En 2do lugar, tmb
evidencia la necesidad d q los sujetos cuenten con un umbral d poder mínimo con su correspondiente espacio institucional, aunq
sea potencial, para su ejercicio.
Es decir q el desequilibrio manifiesto entre el decir y el hacer con relac a la participac nos habla d las resist q tienen q ver tanto con
la ambivalencia d los lazos soc como con la modalidad histórica propia d las instit d la participac en nuestro orden d la cult q, junto
con la idealizac indiscrimada sostiene, al menos en nuestra muestra, el aprendizaje d un tipo d participac predominantemente
pasivo y acrítico. A partir d estos resultados se destaca con claridad la fza generatriz con q estamos utilizando aquí el término
aprendizaje.
- Se evidencia la correspondencia entre los s y sus respectivos órdenes institucionales, dada x una relac d generac mutua
imposible d desligar.

A esto agrega como notas particulares:


* los matices q aparecen en las significaciones otorgadas , otorgan particularidades subcult propias a c/ localidad y pueden ser
considerados indicadores adecuados d necesidad actuales percibidas x los s.
* Condicionadas x las heterogeneidades, se hace visible x los efectos las referidas a las diferentes etapas evolutivas y niveles d
educac d los s, encontramos lo q descriptivamente hemos presentado como una hipotética línea d diferenciac q se extiende dsd la
zona rural hasta la urbana y q se refiere a las 2 dimensiones sig: 1. La disparidad cognoscitivo-expresiva tanto en calidad como
cantidad y 2. El poder d los s q se manifiesta ligeramente creciente d una localidad a la otra y q tiene un muy buen indicador en las
comentadas correlaciones entre los tipos d poder sujetos/instituciones q se evidenciaron en cada caso.

Queda planteado así como siempre se evidencian caract generales y particulares d la partcipac q nos permiten sostenerla como
proceso d inclusión constitutiva d los s en el orden h, ejercicio del poder d dichos s q está siempre presente y tiene manifestaciones
múltiples. Estas cobran realidad en la diversidad d cada cult, dnd se manifiestan con sus particulares matices espaciotemporales.
No olvidemos q su requisito disparador es la falta, q s elija, en lo manifiesto, a la carencia y tmb con el interés, lo q incide en la
determinac d sus efectos primarios y secundarios. Y tmb en toda estrategia d operativizac d la participación.
Por consig, responde a una compleja red d sobredeterminaciones dnd se entrelazan dos tipos básicos d fact: los sociocult y los
personales.

La participac en las instit. La instit de la participac


Cdo hablamos d participac soc estamos hablando d procesos q siempre tienen un encuadre instit, entendiendo instit en los tres
niveles d análisis. A su vez es una I, tmb dsd los tres niveles d análisis.
Estos 3 niveles se referían a instit como org, como legalidades históricas fundantes q le están dando sentido y como orden de la
cult, I d las significaciones propias d cada tiempo/espacio, vemos q las 3 acepciones están presentes no sólo como encuadres
posibilitadores y sostenedores d los procesos son instituciones en todos estos sentidos. Así recordando la definic d Castoriadis, no
solo están dentro, sino q además son redes simbólicas, socialmente sancionadas, en las q se combinan, en proporción y relac
variable, un componente funcional y uno imaginario. Esta perspectiva, q permite considerarla en la medida q posibilita una lect más
abarcativa d las complejidades en juego y d los alcances y límites de los procesos d aprendizaje implicados.

 procesos d participac como prod d sobredeterminaciones pers y sociocult indisolublemente entretejidas, como se evidencia
cualquiera sea el punto d vista dsd el cual se analicen los procesos.
Hay un estilo predominante d participac en cada orden d la cult.
 la I d la participac, proceso vital para los sh, se realiza a partir d la inclusión d los s en un orden d la cult determinado, con todos
los recorridos instit q, desde ese momento y a lo largo d la vida, se irán dando. Consecuentemente las acc q se lleven a cabo dsd
la psic en busca d la potenciac d los s a través d la participac crítica deberán atender, simultáneamente, dos frentes. Por un lado,
cuidar q existan ofertas instit q posibiliten el ejercicio d la participac. Por otro, lograr q los s posean el umbral mínimo necesario d
poder como para ejercerla. En ambos, la psic, especialmente en si campo soc-comunitario, tiene mucho q aportar en tanto
estamos hablando d procesos q no pueden dejar d darse, y a la vez, culturalmente modelado.

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