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UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CUENCA

UNIDAD ACADÉMICA DE CIENCIAS ODONTOLÓGICAS


Facultad de Odontología

FRACTURAS FACIALES

AUTORES

Alvaro Ernesto Mora Gómez


Francisco Javier Muñoz Moscoso
María Fernanda Ochoa Alvarez
Israel Jesús Paredes Jaramillo
Dayana Lisbeth Paute Aguilar

TUTORA

Od. Fernanda Katherine Sacoto Figueroa

CURSO

Primer Ciclo “B”

LUGAR Y FECHA

Cuenca, 13 de Enero del 2016


UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CUENCA
Unidad Académica de Ciencia Odontológica

ÍNDICE

1. ANTECEDENTES................................................................................................................. 3
1.1 Resumen de Artículos .................................................................................................... 4
1.1.1 Artículo Base I ................................................................................................................ 4
1.1.2 Artículo Base II .............................................................................................................. 5
2. OBJETIVOS .......................................................................................................................... 7
2.1 Objetivo General .................................................................................................................. 7
2.2 Objetivos Específicos ........................................................................................................... 7
3. CONTENIDO......................................................................................................................... 8
3.1 Generalidades ........................................................................................................................ 8
3.2 Principales Causas de Fracturas Faciales .............................................................................. 8
3.3 Tipos de Fracturas ............................................................................................................... 12
3.4 Aspectos clínicos en la evaluación de las fracturas faciales. .............................................. 14
3.5 Tratamiento ......................................................................................................................... 18
3.5.1 Principios del Tratamiento............................................................................................ 19
4. RESULTADOS DE INVESTIGACIONES ....................................................................... 20
5. DISCUSIÓN ......................................................................................................................... 23
6. CONCLUSIONES ............................................................................................................... 25
7. BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................................. 26
8. ANEXOS............................................................................................................................... 28
Anexo A .................................................................................................................................... 28
Anexo B..................................................................................................................................... 29
Anexo C..................................................................................................................................... 29
Anexo D .................................................................................................................................... 29
Anexo E ..................................................................................................................................... 30
8.1 Glosario de Términos .......................................................................................................... 31
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1. ANTECEDENTES

Es conocido que la anatomía del macizo facial es una de las más complejas del esqueleto

humano. El acercamiento al estudio de las fracturas faciales, sus principales causas, incidencia,

clasificación y tratamiento a seguir, constituyen temas de vital importancia en la formación

académica del odontólogo.

En Ecuador el trauma facial está considerado un problema de salud pública. Se ha

constatado un incremento de la frecuencia con la que se presenta este tipo de lesión en los servicios

de urgencias de las diferentes instituciones de salud (Paredes Tufiño, 2012).

A continuación se hará referencia a dos artículos relacionados con el tema, los cuales

constituirán la base para el desarrollo de este trabajo. Ambos representan informes de

investigaciones realizadas en dos regiones diferentes, una en Argentina y otra en México. Sus

resultados son contrastados entre sí y comparados con otros que fueron encontrados en estudios

similares realizados por otros investigadores.

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1.1 Resumen de Artículos

1.1.1 Artículo Base I

Título. Fracturas maxilofaciales en el Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Central

Militar: Análisis de 107 casos en cinco años.

Autores. Mayor M.C. Víctor Hugo Nava-Domínguez, Mayor M.C. Ricardo Sánchez-

Santana, Mayor M.C. Francisco Altamirano-Meraz.

Hospital Central Militar/Escuela Militar de Graduados de Sanidad. Ciudad de México

RESUMEN

Introducción: Las fracturas maxilofaciales representan 6 a 8% de las fracturas óseas. La causa más

común de fracturas maxilofaciales son los accidentes automovilísticos (90.5%), y en segundo lugar

la violencia (2.71%), está bien documentado que la causa, el tipo y el sitio de las fracturas faciales

varía según la localización geográfica, el sexo y la edad. Objetivo. Determinar la causa más

frecuente de fracturas faciales en los pacientes tratados en el Servicio de Otorrinolaringología del

Hospital Central Militar de México, así como las regiones anatómicas más afectadas de acuerdo

con el sexo y edad. Material y métodos. Estudio retrospectivo de casos con diagnóstico de fracturas

maxilofaciales tratados entre octubre del 2002 y octubre del 2006. Se seleccionaron los

expedientes que incluyeran sexo, edad, sitio de la fractura y el mecanismo de trauma. Resultados:

De un total de 107 pacientes, 100 eran masculinos y siete femeninos. La edad promedio que más

se ve afectada en hombres es de 31 años y en mujeres es de 32 años. La causa más frecuente de

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fractura maxilofacial fue la violencia seguida por los accidentes vehiculares. Los sitios anatómicos

más comúnmente fracturados son el malar y la órbita en el hombre y la mandíbula, el maxilar y el

malar en la mujer.

Palabras clave: Fracturas maxilofaciales, mecanismo de trauma, sitios anatómicos. (Nava-

Domínguez & Sánchez-Santana, 2012)

1.1.2 Artículo Base II

Titulo. Frecuencia y tipo de fracturas en traumatismos maxilofaciales. Evaluación con

Tomografía Multislice con reconstrucciones multiplanares y tridimensionales.

Autores. Gabriela Tomich, Patricio Baigorria, Nicolás Orlando, Mariano Méjico, Cecilia

Costamagna, Roberto Villavicencio.

Servicio de Diagnóstico por Imágenes, Sanatorio Parque, Rosario Argentina.

RESUMEN

Introducción. Los traumatismos maxilofaciales (TMF) representan un motivo de consulta común

en los servicios de Urgencias. La compleja anatomía del macizo facial requiere de métodos de

imágenes multiplanares para su correcta evaluación. Objetivos. Describir la frecuencia y tipos de

fracturas en una serie de pacientes con TMF evaluados mediante tomografía computada multislice

(TCMS) con reconstrucciones multiplanares y tridimensionales. Materiales y Métodos. Se

revisaron en forma retrospectiva las tomografías de macizo facial, solicitadas por TMF a través

del servicio de Emergencias durante el período junio 2008- diciembre 2009. Se recabaron los

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siguientes datos: edad, sexo, causa del traumatismo, presencia y tipo de fracturas. Los pacientes

fueron evaluados utilizando un TCMS de 8 filas de detectores. En todos los casos se realizaron

reconstrucciones multiplanares con ventana de alta resolución para hueso y con ventana para partes

blandas, así como reconstrucciones tridimensionales. Resultados. Fueron realizadas 137

tomografías por TMF, de las cuales 78 (57%) presentaron 131 fracturas. De estos 78 pacientes, 52

(66%) eran hombres y 26 (34%) mujeres. Edad promedio: 33 años (rango 14-90 años). Causas:

58% accidentes de tránsito; 24% lesiones por enfrentamientos o peleas; 13% lesiones deportivas;

y 7% causas varias. Tipo y frecuencia de fracturas: de piso de órbita 18,3%; de senos maxilares

16%; nasales 15,3%; de mandíbula 13%; orbitarias 9,2%; del complejo zigomático- malar 12,3%;

y dos fracturas Le Fort tipo II-III. Conclusiones. Las fracturas fueron más frecuentes en hombres

y en el grupo etario de 15 a 35 años. La mayor cantidad, así como las más complejas, fueran

causadas por accidentes de tránsito; la más común, aislada o asociada a otras, fue la del piso

orbitario.

Palabras clave: Fracturas maxilofaciales; TCMS, (Tomich et al., 2011).

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2. OBJETIVOS

2.1 Objetivo General

Poner en evidencia los principales aspectos que caracterizan a las fracturas faciales, a través de la

descripción de su correspondiente biogénesis para que de este modo se puedan adquirir los

conocimientos suficientes que permitan detectar la existencia de un traumatismo de índole facial,

mediante la revisión de artículos publicados en revistas científicas.

2.2 Objetivos Específicos

* Establecer la etiología de las fracturas faciales por medio de la identificación de las causas

más comunes a partir de las cuales se derivan estas lesiones.

* Identificar los distintos tipos en los que se clasifican las fracturas faciales, así como la

incidencia con la que se producen según edad y sexo.

* Determinar los tipos de diagnósticos y tratamientos empleados en el abordaje y manejo de

las fracturas faciales.

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3. CONTENIDO

3.1 Generalidades

Las fracturas faciales implican la ruptura en la continuidad ósea de cualquier hueso que

forma parte del macizo facial, siendo el resultado de una acción mecánica llamada traumatismo.

Se puede diagnosticar mediante valoración clínica y radiográfica. La frecuencia con la que ocurren

puede considerarse como relativa y a diferencia de otras lesiones del organismo, éstas son

complejas debido a los efectos secundarios que provocan. Como consecuencia de este tipo de

fracturas se alteran funciones, se daña la estética y también se presentan dificultades anatómicas

en la zona afectada (Paredes Tufiño, 2012).

Los traumas faciales se caracterizan por una alta morbilidad, los mismos representan del 6

al 8% del total de casos de fracturas óseas que son atendidas en los servicios de urgencias (Nava-

Domínguez & Sánchez-Santana, 2012).

3.2 Principales Causas de Fracturas Faciales

A través de la sistematización de estudios relacionados con el tema, se han identificado

como las causas más frecuentes de las fracturas faciales, las agresiones físicas, los accidentes de

tránsito Fig. (1), los accidentes laborales Fig. (2), los provocados por actividades deportivas y

juegos Fig. (3), las caídas, entre otros (Raposoa, Günther, Salinasa, & Muñoza, 2013).

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Figura 1. Accidente de tráfico, causa de fracturas faciales

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Figuras 2 y 3. Accidente laboral, causa de fracturas faciales

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Figuras 4 y 5. Actividades deportivas, causa de fracturas faciales

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Las causas epidemiológicas varían en correspondencia con la región geográfica, densidad

de población, nivel socioeconómico y educacional de la población en estudio (Allareddy &

Nalliah, 2011).

En investigación la realizada por Nava-Domínguez & Sánchez-Santana (2012), la causa

más frecuente de fractura maxilofacial encontrada, fue la violencia, seguida por los accidentes

vehiculares. Por otra parte, en estudio efectuado por Moreira García & Morales (2013), de un total

de 63 pacientes estudiados, 26 sufrieron fractura facial por agresión física (41,3 %); 16 por

accidentes de tránsito (25,4 %); 12 por caídas (19 %) y 9 a causa de accidentes deportivos (14,3

%) (Nava-Domínguez & Sánchez-Santana, 2012).

En nuestro país investigaciones similares que se han realizado, dan cuenta de que las

agresiones físicas predominan con un alto porcentaje de los casos, seguido por los accidentes de

tránsito, constituyéndose en las dos primeras causas de fracturas maxilofaciales dentro de los

pacientes asistidos en un centro de salud (Paredes Tufiño, 2012). Otro ejemplo es un estudio

efectuado en Quito que develó que los accidentes de tránsito provocan el 22 % de fracturas faciales

en la población (Salinas Yagual, 2012).

3.3 Tipos de Fracturas

Las fracturas pueden clasificase según diferentes ejes taxonómicos, así por ejemplo:

Según el tipo de fractura se clasifican en:

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 Cerradas / abiertas

 Simples / conminutas

 Desplazadas / no desplazadas

 Estables / inestables.

Las fracturas faciales pueden distinguirse además, según las tres grandes regiones de la

cara y de acuerdo a sus características lesionales, diagnósticas y terapéuticas; en este sentido se

clasifican de la siguiente manera:

- El tercio superior o confluente cráneo facial, incluye los hemisferios orbitarios superiores

y sus contenidos, la unión etmoidonasal, los arcos orbitarios del hueso frontal y la fosa anterior del

cráneo. Su compromiso en un traumatismo puede involucrar estructuras del sistema nervioso

central, los globos oculares, el sentido del olfato, hueso y partes blandas.

- El tercio medio o región maxilar, incluye los huesos maxilares, palatinos, malares,

lagrimales y arcos cigomáticos y estructuras como los senos maxilares y etmoidales, la arcada

dentaria superior, las fosas nasales, hemisferios inferiores de las órbitas y su contenido, el paladar

duro y blando. La vía aéreodigestiva superior comienza a este nivel con la rinofarínge. (Anexo A)

- El tercio inferior o mandibular, que incluye fundamentalmente a la mandíbula, su aparato

dentario, el contenido oral y orofaríngeo y las partes blandas perimandibulares (Crovari Eulufi &

Manzor Véliz, 2014). (Anexo B)

El diagnóstico de las fracturas faciales se basa en los siguientes aspectos:

 Diagnóstico lesional

 Diagnóstico de emergencias

 Diagnóstico de lesiones extrafaciales


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El diagnóstico lesional consiste en lograr conocer precisamente el o los huesos fracturados y el

tipo de fractura que los compromete. En este aspecto es primordial el concurso del especialista

con una perspectiva orientada al tratamiento definitivo.

3.4 Aspectos clínicos en la evaluación de las fracturas faciales.

a) Fracturas del tercio superior, confluente cráneofacial. Fig.(4)

Las fracturas simples de esta región se presentan habitualmente como asimetrías y hundimientos

óseos acompañados de mayor o menor grado de edema y equímosis. Rara vez se producen

alteraciones funcionales oftalmológicas u olfatorias.

Crovari Eulufi & Manzor Véliz, (2014) afirman:

Las fracturas complejas corresponden a traumatismos craneanos y faciales combinados, con

importante riesgo de vida para el paciente. Se observa compromiso de conciencia, importante

edema y equímosis facial periorbitario, hemorragias subconjuntivales, rinorrea y epistaxis,

aplanamiento facial, asimetrías óseas, lesiones oculares graves, entre otras. (Crovari Eulufi &

Manzor Véliz, 2014,p.214)

b) Fracturas del tercio medio, maxilares y malares. Fig. (6)

Las fracturas menos complejas del tercio medio de la cara corresponden a aquellas del

hueso malar o cigomático, con o sin compromiso del piso de la órbita del ojo, del arco cigomático,

de la maxila y de la arcada dentaria superior (ósea y dental). Se acompañan de discreto edema,

retrusión maxilar y disoclusión, aflojamiento dental, hundimiento del pómulo, bloqueo de la

apertura bucal (fracturas del arco cigomático). Es posible palpar escalones óseos que evidencian

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desplazamientos de los rasgos de fractura, hipoestesia del ramo infraorbitario del V par craneano,

etc. En la medida que el traumatismo es producido con mayor energía, lo anteriormente descrito

se manifiesta con mayor intensidad (Crovari Eulufi & Manzor Véliz, 2014).

Figura 6. Fractura facial del tercio medio

c) Fracturas del tercio inferior, mandibulares. Fig. (7)

La mandíbula es el único hueso móvil de la cara, de manera que las fracturas que la comprometen

ocasionan distintos grados de impotencia funcional, expresándose como trismus y dolor. Cuando

la fractura compromete el sector dentado del hueso (fracturas mediana, paramediana y corporal),

se observan escalones de la línea dentaria, heridas de la mucosa gingival haciendo expuestas estas

fracturas, aflojamiento dentario, hematoma del piso oral (Crovari Eulufi & Manzor Véliz, 2014).

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Figura 7. Fractura facial del tercio inferior

Menos llamativas pero complejas y dolorosas son las fracturas del ángulo, rama y cóndilo

mandibulares. (Anexo C)

Las fracturas bilaterales de la mandíbula pueden originar desplazamiento posterior del piso

oral y lengua, lo que en pacientes con compromiso de conciencia es causa de obstrucción de la vía

aérea superior (Crovari Eulufi & Manzor Véliz, 2014).

Otra manera de clasificarse las lesiones es a partir de las cinco regiones en que se divide el

macizo facial desde el punto de vita anatómico, es decir: nasal, orbitaria, cigomática, maxilar y

mandibular.

La región nasal comprende los huesos nasales y lagrimales, la apófisis frontal del maxilar

superior, el tabique nasal y las celdillas etmoidales.

La región orbitaria está formada por siete huesos: el maxilar superior, el hueso cigomático

y el frontal forman la parte más externa, mientras que la parte más interna está formada por los

huesos lagrimal, palatino, etmoides y esfenoides.

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La región cigomática está compuesta por de la apófisis cigomática del frontal, el hueso

cigomático y la apófisis cigomática del maxilar superior. La región maxilar comprende la arcada

dentaria superior y el paladar duro. Por último, la región mandibular está formada por el maxilar

inferior y la articulación temporomandibular, y se destaca por ser la única porción móvil del

esqueleto facial Avery LL, Susarla SM, Novelline RA (2011 citado en Tomich, et al., 2011).

Según Schuknecht B, Graetz K (2005 citado en Tomich et al., 2011) las fracturas del

macizo facial se clasifican en fracturas centrofaciales, laterofaciales y de la mandíbula. Las

centrofaciales comprenden: fracturas nasales, nasoetmoidales, de las paredes orbitarias, de senos

maxilares y las de Le Fort tipo I y II. (Anexo D).

Las laterofaciales comprenden fracturas del complejo cigomático-malar, de la arcada

cigomática y del piso de la órbita; en tanto que las fracturas de Le Fort tipo III son combinadas

centro y laterofaciales (Tomich, et al., 2011).

Con respecto al diagnóstico de emergencias cabe señalar que las fracturas de la cara no son

motivo de acciones de urgencia en general, excepto en casos de hemorragia, obstrucción

respiratoria (fracturas bilaterales de mandíbula o cuerpos extraños) y en lesiones del globo ocular.

Incluso las grandes y complejas heridas de partes blandas faciales pueden ser diferidas en espera

de las condiciones óptimas de reparación.

Finalmente, sobre el diagnóstico de lesiones extrafaciales, puede decirse que en

traumatismos faciales graves es frecuente la asociación con lesiones del sistema nervioso central,

de la columna cervical, del tórax, del abdomen y las extremidades. Por esta razón debe ser activa

la búsqueda y descarte de éstas, las cuales casi siempre tendrán prioridad terapéutica sobre una

fractura facial, especialmente si ésta no está complicada con situaciones de emergencia.

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Para efectuar tales diagnósticos, además de una cuidadosa anamnesis, resulta muy

conveniente la realización de estudios radiológicos, como es el caso de la radiología simple y la

tomografía axial computada (TAC).

3.5 Tratamiento

El tratamiento de las fracturas faciales constituye un tema a considerar en este contexto.

Un tratamiento inadecuado de este tipo fracturas puede conducir a serias complicaciones, incluso

tiempo después de haber acontecido la lesión.

A la hora de valorar el manejo de este tipo de traumatismos es fundamental el diagnóstico

que se realizará de las fracturas faciales. Es muy importante que durante la exploración clínica del

paciente se preste especial atención a las asimetrías y deformidades ocasionadas por el

desplazamiento de los fragmentos óseo.

La existencia de un traumatismo facial supone para el especialista el establecimiento de un

orden de prioridades denominado el ABC de la reanimación:

El primer objetivo lo constituye valorar y controlar la permeabilidad de la vía aérea (A:

Airway), seguidamente controlar la hemorragia (B: Blood) y por último proceder al control del

estado cardiocirculatorio o shock (C: Circulation). Una vez controlada la vía aérea, la hemorragia,

el shock y la posibilidad de brocoaspiración, se prestará atención a lesiones asociadas antes de

proceder al tratamiento de las lesiones faciales propiamente dichas (Duque Serna, Segura Cardona,

& Sánchez Correa, 2010, pág. 45).

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El traumatismo facial en sí no suele suponer una amenaza vital, es decir, los pacientes

no mueren por lesiones faciales sino por lesiones asociadas. Alrededor del 25% de los

pacientes presentan algún otro tipo de traumatismo y cerca de un 10% de los traumatismos

faciales se acompañan de lesiones de la médula cervical, siendo difíciles de reconocer las que

se localizan a nivel de C1- C2 y C6 – C7, (Duque Serna et al., 2010).

3.5.1 Principios del Tratamiento

1. Los principios generales del tratamiento del trauma maxilofacial son:

- Tratamiento temprano y en una sola fase de todas las lesiones de tejidos blandos y

duros.

- Exposición amplia de todos los focos de fractura.

- Reducciones anatómicas precisas de todos los fragmentos reconstruyendo las vigas

y pilares de la cara.

- Preservar al máximo la vascularidad ósea y de otros elementos nobles involucrados.

- Fijación rígida capaz de mantener la reducción de los fragmentos óseos fracturados

neutralizando los esfuerzos funcionales mientras dura la reparación ósea.

- Recuperar función tempranamente.

El tratamiento específico de los traumas faciales puede ser médico o quirúrgico. En

algunos casos de fracturas faciales sin desplazamiento, sin consecuencia funcional, ocular o

masticatoria, podría no estar indicado el tratamiento quirúrgico, así como tampoco en

pacientes de edad avanzada y deteriorados con daño neurológico grave e irreversible.

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El tratamiento de las fracturas faciales puede incluir la reducción, es decir los huesos

rotos se colocan nuevamente en su posición o fijación, que no es más que mantener unidos

los huesos rotos para que puedan soldarse correctamente.

En otro sentido, la reparación y fijación de huesos rotos alrededor de los ojos podría

requerir cirugía. (Anexo E)

Osteosíntesis maxilofacial

- La finalidad de la osteosíntesis es permitir la fijación de la fractura y su cicatrización.

La fijación puede ser:

a. Externa: busca la reducción ortopédica de la fractura, sin cirugía, por cicatrización

ósea secundaria. Por ejemplo, la fijación intermaxilar con alambres.

b. Interna: busca la reducción mediante dispositivos aplicados directamente a la

fractura, por cicatrización primaria (Andrades & Sepúlveda, 2005).

4. Resultados de Investigaciones

Relacionado con todo lo anterior, al analizase los resultados de los artículos publicados por

Tomich, Baigorria, & Orlan, (2011) y Nava-Domínguez & Sánchez-Santana (2012) se observa por

ejemplo en el primero de ellos que de 137 tomografías revisadas sobre casos de traumatismos

maxilofaciales (TMF), el 57% de los pacientes presentaron 131 fracturas. De estos, el (66%) eran

hombres y 26 (34%) mujeres.

La edad promedio de aquellos que presentaron fracturas fue de 33 años estando el 68% de

los pacientes en el grupo etario comprendido entre los 15 y 35 años, mientras que sólo un 10% de

ellos, eran mayores de 55 años. Las causas más frecuentes asociadas a la presencia de fracturas

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fueron los accidentes de tránsito en el 58%, lesiones por enfrentamientos o peleas en el 24% y las

lesiones asociadas a la práctica de deportes en un 13% de los casos (Tomich et al., 2011).

En el caso del otro estudio referenciado como antecedente, donde se analizaron 107 casos

de fracturas maxilofaciales en un período de cinco años, se obtuvo que el 93.4% de éstos eran

hombres y solo el 6.6% fueron mujeres. La edad promedio fue de 31 años para los hombres y de

32 años para las representantes del sexo femenino. Con relación a las causas de las lesiones la más

común fue la violencia, en el 34.5% de los casos; seguida por los accidentes vehiculares con 33

casos de los cuales 31 eran hombres (Nava-Domínguez & Sánchez-Santana, 2012).

Al analizarse la frecuencia con se presentaron los tipos de fracturas en ambas

investigaciones de observa como en la primera de éstas, prevalece la fractura del piso de la órbita,

seguida de fracturas de las paredes del seno maxilar, fracturas nasales y las mandibulares en el

18,3%, 16%, 15,3% y 15% respectivamente; y una muy baja representación de fracturas tipo Le

Fort, solo en 2 pacientes (Tomich et al., 2011).

Tales resultados difieren de los que muestra el estudio de Nava-Domínguez & Sánchez-

Santana,( 2012), es su caso prevalecieron los traumas del malar en hombres con 130 casos; le sigue

la fractura de órbita que se diagnosticó en 99 casos; luego las fracturas del maxilar y después las

de la mandíbula. En todos los casos hubo mayoría de representantes del sexo masculino (Nava-

Domínguez & Sánchez-Santana, 2012).

Si se comparan estos resultados con los obtenidos en una investigación efectuada en

Paraguay, se observa que la principal causa de traumatismo maxilofacial fueron los accidentes en

motocicleta en un 57,44%; el grupo etario más afectado se encuentra en el rango de 20 – 40 años

en el 69% de los casos y en cuanto a la distribución según el tipo de fractura, se puede observar

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que la fractura del complejo cigomático orbitario ocupó el primer lugar con un 46% del total de

pacientes estudiados (Bareiro Jara, 2013).

Un reciente estudio realizado en Chile da cuenta, a partir del análisis de los resultados, que

los traumatismos causados por accidentes de tránsito se vieron en 111 de los 283 pacientes

estudiados, para un 39,2%; se agrega que la gran proporción de este grupo fue debido a accidentes

automovilísticos, seguido por el atropello a peatón. La segunda causa más común fue por actos de

violencia en el 23,6%, seguido por el golpe con objetos en 44 pacientes. La locación más frecuente

fue la fractura cigomática en 136 pacientes, seguido por las fracturas orbitarias y fracturas

mandibulares en el 27,2% y 21,2%. La parte de la cara más afectada por las lesiones, fue el tercio

medio aislado en 184 pacientes para un 65%, seguida por el tercio inferior en el 15,5% de los

casos.

En este estudio las placas y tornillos de titanio fueron usadas con una reducción abierta,

con excepción de las fracturas aisladas de arco cigomático las cuales fueron tratadas con reducción

semicerrada mediante la técnica de Gillies. De los 283 pacientes 195 se sometieron a un

tratamiento con reducción abierta, el resto fue manejado de manera ortopédica y/o tratamiento

médico.

El tratamiento cerrado más común fue el de las fracturas cigomáticas sin desplazamiento

en 42 pacientes. En segundo lugar fueron las fracturas orbitarias sin compromiso funcional en 29

casos, con el piso orbitario como la localización más frecuente de estas en un 71,4% (Gonzalez et

al., 2015).

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5. DISCUSIÓN

A partir del análisis de los resultados de investigaciones que constituyen antecedentes del

estudio sobre el tema de las fracturas faciales, puede decirse que estas lesiones están presentando

un incremento de la frecuencia con la que ocurren en la población. Las causas que las provocan

son diversas, aunque destacan los accidentes de tráfico y las agresiones físicas. Sin embargo resulta

muy necesario analizar los contextos donde acontecen estos eventos, ya que su comportamiento

varía según las diferentes características de los mismos, como el nivel socioeconómico de la

población, la geografía, la cultura etc.

Un elemento significativo que sobresale al profundizar en este tema, es el análisis de la

frecuencia de fracturas faciales desde una perspectiva de género. Los hombres son los que

muestran en las estadísticas, los mayores porcentajes de afectación por algún tipo de fractura facial.

Esto puede deberse a que la población masculina está más expuesta a los factores de riesgo de

ocurrencia de este fenómeno, ya que realizan los trabajo más forzosos, en oportunidades sin el

debido uso de los medios de seguridad requeridos; son mayoría en la conducción de vehículos y

por ende más propensos a accidentes de tránsito; las riñas o episodios de violencia son más

frecuentes también en representantes del sexo masculino.

Otro aspecto distintivo en este análisis lo constituye la edad promedio en la que se

presentan, con más frecuencia, los casos de fracturas faciales. En los artículos analizados, la

variable edad presenta como principal característica que las fracturas maxilofaciales tienen una

mayor prevalencia en las edades comprendidas entre los 20 a 40 años. Si se toman en cuenta las

consecuencias de este tipo de fracturas desde el punto de vista funcional y estético, hay que

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reconocer que estos pacientes son personas jóvenes que pueden necesitar ayuda psicológica para

superar el problema.

La realización de un diagnóstico certero es muy importante en este tipo de traumas. Los

pacientes con fracturas faciales generalmente llegan a los servicios de emergencias de las

instituciones de salud; para diagnosticarlos, los especialistas deben valerse de la anamnesis, el

examen físico, pero sobre todo de exámenes radiológicos que son los que confirmarán la presencia

o no de una fractura, así como el tipo de lesión presente.

Respecto al manejo de estas lesiones puede decirse que es complejo, el mismo implica la

realización de una serie de procedimientos jerárquicamente establecidos, cuyo estricto

cumplimiento disminuye considerablemente la ocurrencia de complicaciones. Los avances en

cuanto a procedimientos y técnicas quirúrgicas que existen en la actualidad, permiten brindar una

atención óptima con resultados beneficiosos para los pacientes con fractura facial.

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6. CONCLUSIONES

1. Las causas más frecuentes de fracturas faciales son los accidentes de tránsito, las

agresiones físicas, los accidentes laborales, las caídas y los accidentes provocados por

actividades deportivas y juegos.

2. Los sitios anatómicos más comúnmente fracturados son el malar y la órbita en el

hombre y la mandíbula, el maxilar y el malar en la mujer.

3. La tercera década de la vida es el período de mayor prevalencia de fracturas faciales.

4. El diagnóstico de las fracturas faciales comprende la realización de anamnesis, el

examen físico y exámenes radiológicos.

5. El tratamiento específico de los traumas faciales puede ser médico o quirúrgico; el

manejo depende del tipo y severidad de la lesión que presente el paciente.

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7. BIBLIOGRAFÍA

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8. ANEXOS

Anexo A

Figura 8 Fractura facial del tercio medio o región maxilar

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Anexo B

Figura 9 Fractura facial del tercio inferior o mandibular

Anexo C

Figura 10 Fractura facial del ángulo de la mandíbula

Anexo D

Figura 11 Fractura facial Le Fort tipo I, II y III

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Anexo E

Figura 12, 13, 14 y 15. Tipos de tratamientos

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8.1 Glosario de Términos

 Fractura: solución de continuidad de un hueso producida traumática o espontáneamente.

 Fractura de Le Fort: fractura bilateral del maxilar superior, con interlínea horizontal.

 Trauma: lesión o herida

 Trauma maxilofacial: es aquél que compromete tanto partes blandas como óseas de la

región facial y ocurre en aproximadamente el 10% de los politraumatizados

 Reducción: reposición de una parte, especialmente hueso o hernia, a su lugar o situación

normal. La reducción puede ser abierta o cerrada, dependiendo de si se realiza a través de

una incisión, en el lugar de la fractura, o sin ella.

 Fijación: estabilización de los fragmentos de un hueso mediante osteosíntesis cortical

(placas, tornillos, cerclajes, etc.) o endomedular (enclavado o enclavijado).

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